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ESCALAR LAS EMPRESAS PARA SER LOS PRÓXIMOS LÍDERES DE LA INDUSTRIA
Por Antonio Martín del Campo Márquez Director General 02x
Después de todas las grandes revoluciones industriales y del crecimiento desmedido de naves de producción de distintos tipos de compañías, la historia moderna llegó para poner un alto al modelo de crecimiento que se había conocido y aprendido antes. En vez de seguir en esa línea de multiplicarse cada vez más y más, surgió el concepto de escalar las empresas, que también se le conoce como escalabilidad empresarial y que está directamente relacionado con el desarrollo eficaz y eficiente de un negocio, empresa o marca.
Poco a poco, la escalabilidad empresarial fue un punto de discusión entre los círculos empresariales y la iniciativa privada, y de pronto ya estaba hablándose en la opinión pública, pues esta proponía aquello que más se anhela al momento de emprender o al momento de capitalizar una inversión: hacer más con menos. Esa es de hecho la premisa principal del concepto de escalabilidad, buscar el mejor rendimiento con el equipo más pequeño y mejor capacitado, todo ello sin que se ponga en riesgo en ningún momento la operatividad del negocio.
Pero antes de hablar de escalabilidad y de cómo esta puede generar un círculo económico local en los estados como Aguascalientes, acaparados ya en gran parte por industrias como la automotriz, que actualmente representa un buen porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) local, necesitamos primero esclarecer a qué nos referimos cuando mencionamos que queremos crecer. En ese sentido vale la pena cuestionar ¿qué es el crecimiento empresarial? ¿Cómo se mide? ¿Hacia dónde están creciendo las empresas? ¿Cómo lo están haciendo?
A simple vista, el crecimiento podría entenderse como la acción –voluntaria o involuntaria, natural– de aumentar de tamaño. To- mando en cuenta eso, lo que vimos que pasó con las grandes industrias en las pasadas revoluciones industriales entra correctamente bajo ese concepto. Se crecía, entonces, en infraestructura, en facturas más grandes, en personal y en espacio dentro del mercado. Sin embargo, ahora eso no lo es todo. Incluso, ya ni siquiera es lo primordial. Con esto no quiero decir que crecer en ese sentido sea malo o no sea óptimo, sino que, más bien, el tiempo y la historia hicieron lo suyo y ahora las tendencias de crecimiento giran en torno a otras condicionantes y deseos.
Crecer, el objetivo
Los “¿cómos?” siempre son las preguntas más difíciles de responder, pero a la vez sus respuestas son las más valiosas, pues ahí se encuentra la manera en la que se quieren conseguir los objetivos planteados. Pero antes de descubrir los cómos, es necesario plantear los ¿por qué?, ya que en ellos le damos una razón a nuestros objetivos y si nuestra misión, visión y meta es crecer, entonces tenemos que plantearnos dos respuestas indispensables: por qué quiero hacerlo y cómo debo hacerlo.
Es en la búsqueda de ambas soluciones que forzosamente debemos mirar hacia nuevas opciones, porque en realidad el crecer ya no necesariamente debe reflejarse en la infraestructura, en los espacios, en el personal o en las facturas, ahora las tendencias de crecimiento surgen de una motivación con un enfoque un tanto distinto: rentabilidad.
Una empresa más rentable no necesariamente tiene espacios más grandes y lujosos, ni más personal ni incluso las mejores facturas del mercado, no obstante a eso, sí tiene los procesos más