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Inversión extranjera, el secreto de la competitividad

Por Cuitláhuac Pérez Cerros Director General en Maindsteel

En este punto de la historia moderna, para México la inversión extranjera directa e indirecta se convirtió ya en uno de sus pilares económicos fundamentales. Es alrededor de ella que fluctúan millones de dólares, así como miles de trabajos y, por ende, miles de familias se ven involucradas. Indiscutible es su relevancia.

Para nadie es una sorpresa saber que la inversión extranjera se convirtió en un cimiento de la economía mexicana y eso se debe, en gran medida, a la llegada histórica de industrias relativas al sector automotriz como la gigante japonesa Nissan, o la alemana Volkswagen, por mencionar algunos ejemplos.

Los dos previamente mencionados, son probablemente los casos más emblemáticos de inversiones transnacionales en este país, pero detrás de ellos todavía se encuentran otros también de suma importancia que no podemos invisibilizar: como lo es la de KIA Motors en Nuevo León, o las de Michelin y Bosch en Guanajuato, o incluso también las de Continental en Aguascalientes y, también, en el estado vecino de Guanajuato (Cluster Industrial, 2022).

Pero no sólo hay que pensar en esas grandes inversiones, todas valuadas en miles de millones de pesos, sino en todo lo que estas implican. A raíz de ellas, otro tipo de industrias de insumos y proveedores también se han interesado en el país, ya que ello facilita la logística de producción. En otras palabras, la inversión genera más inversión ya que busca desarrollar un ambiente completo que pueda ayudar a que, finalmente, los costos de producción bajen y así se pueda tener la mejor utilidad, aprovechando al máximo las condiciones geográficas y la mano de obra.

Además, dentro de toda esta actividad industrial, económica y de inversión, hay proyectos locales que pueden verse beneficiados, como cocinas que abastecen al personal que trabaja dentro de esas industrias, o compañías dedicadas al transporte, también orientadas a ayudar con la movilidad a las personas que trabajan en esos lugares. Sin embargo, ese es todo un tema que se debe abordar por aparte.

En esta ocasión nosotros nos abocaremos a la importancia de la inversión extranjera, un tema que por sí mismo no puede tratarse sin hablar de la urgente diversificación económica, misma que debe aplicarse en las políticas públicas económicas de Aguascalientes y de México en general ya que, a fin de cuentas, una plena dependencia a un sólo sector puede generar incertidumbre en el futuro, más ahora cuando estamos observando que las marcas más valiosas del planeta tienen que ver con otro tipo de tecnologías y sectores.

De hecho, según la consultora y especialista en valuación de marcas, Brand Finance, el top 5 de marcas más valiosas del mundo está conformado por empresas que tienen que ver directamente con el internet de las cosas, tecnología e inteligencia artificial, así como con el comercio, pero que también echa mano de las herramientas que nos brindan las nuevas tecnologías.

De acuerdo a la consultora mencionada, actualmente Amazon es la marca que más valor tiene en el mercado mundial. A ella le siguen Apple, Google, Microsoft y Walmart (Brand Finance, 2023).

Top 5 marcas más valiosas del mundo

Siguiendo el ranking elaborado por Brand Finance, se observa que sólo una industria del sector automotriz estuvo dentro del top 10 de marcas más valiosas, y esa fue Tesla, la compañía del magnate Elon Musk –el segundo hombre más rico del mundo– que se logró diferenciar de las otras por apostarle a otro tipo de tecnologías, así como a la inteligencia artificial. El listado elaborado por dicha consultora situó a Tesla en lugar número 9, y además se observó que esta tuvo un crecimiento exponencial que habla por sí mismo, ya que en el 2022 se encontraba en el lugar número 28, ya un poco más alejado a la lista de las diez más valiosas.

Analizando este reporte, es hasta el lugar 16 que se puede atisbar la remota presencia de la industria automotriz, ya que este lo ocupó la alemana Mercedes-Benz. Después, hasta el lugar 19, se posicionó Toyota, japonesa también, al igual que Nissan.

Este es pues el panorama global. Así es como poco a poco la historia de la humanidad ha empezado caminar otro rumbo, uno que ya no tiene que ver tanto con la tercera revolución industrial, sino más bien uno que transita en las vías de la gran cuarta revolución industrial, también –o mejor– llamada: Industria 4.0.

Es por lo anterior que ahora hablar de competitividad y de inversión extranjera necesita, forzosamente, abordarse desde una perspectiva de diversificación económica, tanto de los estados, como de los países y como de la iniciativa privada.

Cambiar la historia

Es sabido el potencial que tiene México: se trata de un extenso país, con una gran densidad poblacional, megadiverso y con una situación geográfica envidiable, pues es territorio de paso para surtir, proveer y hacer negocio con los Estados Unidos, hoy por hoy la fuerza económica más importante del planeta.

Históricamente, México siempre ha dependido de la maquila, misma que se ha instalado en esta nación gracias a las inversiones extranjeras de estos rubros. Eso, por un lado, ha tenido como consecuencia emplear a las y los trabajadores mexicanos, ya que aprovechaba de la mano de obra más barata que se ofrecía aquí.

Sin duda alguna, este país es ya un maquilador por excelencia, que también a su vez ha garantizado una excelente mano de obra a precios mucho más accesibles que los de otros grandes países maquiladores. Si bien, a estas alturas ya no se puede tomar otro rumbo, dado que la dependencia hacia este tipo de trabajo es sumamente fuerte, sí se puede rediseñar o empezar a crear nuevos caminos y es ahí donde entran los otros dos grandes temas ya mencionados: Industria 4.0 y diversificación económica.

La inversión extranjera, por supuesto, tiene ventajas y desventajas, según se vea. Por ejemplo, en un sentido puede seguir trayendo más flujo de dinero a un país, así como trabajos con las prestaciones mínimas de ley, pero por el otro también genera una dependencia hacia otros países, y en específico, hacia los Estados Unidos, a quienes les terminamos exportando una gran cantidad de los productos que se maquilan aquí.

Nuestra alta dependencia al gran país vecino es notablemente peligrosa y, considerando que no debemos cerrar las puertas a otras inversiones extranjeras, entonces la vía a cursar está en la diversificación de las nuevas inversiones transnacionales, intentando que estas, además de atender a la manufactura que ya está aquí, tengan que ver con los procesos y productos relativos a compañías dedicadas a la tecnología, a la agroindustria, a la investigación o incluso a la salud. Lo anterior terminaría ayudando a consolidar la diversificación anhelada.

Trazando la ruta

Así pues, dimensionamos la inversión extranjera. De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) a “lo largo de los años, la Inversión Extranjera Directa (IED) ha sido una de las palancas más importantes para la economía mexicana” (IMCO, 2021), y aunque el país ya se configuró como uno atractivo hacia este tipo de inversiones, el estado mexicano aún tiene ciertas barreras.

El mismo IMCO las advierte: “Sin nuevos activos de capital, sin cambio tecnológico y sin innovaciones en los métodos de producción, la salida de la crisis y el avance de la economía mexicana hacia mayores niveles de desarrollo difícilmente se lograrán” (IMCO, 2021).

Un ejemplo de la importancia que México ha adquirido a nivel mundial son los más recientes datos, previos a la pandemia, con respecto a la inversión extranjera. Según el IMCO, en el artículo ya citado, México fue el noveno país con mayor recepción de IED, obteniendo una participación del 2.9% con relación al flujo total de inversión a nivel mundial. Los datos incluso arrojan que en realidad ese 2.9% representó un crecimiento, ya que en el 2019 se registró un 2.2%, y antes, en el 2018, con la entrada del gobierno federal actual, fue del 2.3%.

De este modo, no podemos negar que México juega un papel importante como receptor de inversión extranjera y, en ese sentido, se debe buscar la manera de materializar esa inversión en bienestar social, así como en bienestar económico. En otras palabras, se debe encontrar el modo de aprovechar esa inversión de tal manera que la misma, en vez de solamente generar más empleos, se traduzca en mayores beneficios tanto para el estado mexicano, como para la iniciativa privada mexicana.

En ese sentido, el investigador Jesús Alarcón publicó en el 2019, dentro de un proyecto del IMCO, su ensayo Inversiones con enfoque social: crecimiento económico con menor desigualdad, donde explicó que si bien algunas inversiones generan desigualdad, otras, por lo contrario, la reducen.

“La mitad de la inversión extranjera directa en México se destina al sector manufacturero, lo que reduce la desigualdad al mejorar las condiciones laborales y salariales de la población más desfavorecida” (Alarcón, 2019), destacó el investigador.

Con base en otros autores, (Alarcón, 2019) planteó que cuando “un país es receptor de nuevo capital a través de la IED, adquiere nuevos insumos, procesos y tecnologías que impactan de forma directa y positiva en su crecimiento económico”. De este modo, la IED ya está mostrando algunas de sus bondades.

Para el investigador, en realidad la IED que reciben países en “vías de desarrollo” –rubro en el que calificó a México–, ayuda a reducir la desigualdad ya que “se enfoca en sectores donde la mano de obra es menos calificada, por lo que la transferencia tecnológica y de conocimiento, a través de capacitaciones, impacta positivamente en el sueldo de los trabajadores con menores recursos” (Alarcón, 2019).

Realmente, la mayor parte de la IED que ha llegado a México en las últimas décadas ha sido justo para el sector manufacturero, relacionado fuertemente con la industria automotriz. Incluso, el ensayo mencionado advierte que “históricamente, el sector manufacturero ha sido el principal receptor de divisas extranjeras en el país, con cerca del 50% de la IED” (Alarcón, 2019).

Sin embargo, aún así, aunque se reconocen las cualidades positivas que pueden derivarse de la IED, hay ciertas desventajas, como ya se había mencionado previamente. Estas, principalmente, tienen que ver con la evidente brecha entre la productividad laboral y los salarios de las y los empleados. Lo anterior se observó dado que del 2009 al 2017 “la productividad del sector manufacturero aumentó en una mayor proporción que las remuneraciones de los trabajadores” (Alarcón, 2019), y eso, según el mismo autor, fomenta también desigualdad y reduce el bienestar social de las personas.

Tomando en cuenta eso, se pueden entender dos consecuencias, una positiva y otra no tanto: por un lado, traer inversión de otros países para reducir la desigualdad, y por otro, no regular la productividad de las industrias a la par de los salarios de sus trabajadores, lo cual se puede derivar en aumentar la desigualdad. Con eso dicho, no solamente es necesario trazar una ruta de atracción de inversiones transnacionales que atiendan a otros sectores más, que no necesariamente tengan que ver, o estén directamente relacionados, con la manufactura automotriz, sino, tratar de que estas sean de áreas involucradas con la Industria 4.0, en específico con la industria tecnológica.

Sino que también se necesitan trazar regulaciones que ayuden a beneficiar a los empleos nuevos derivados de estas nuevas industrias, empresas e inversiones, para que se note un verdadero cambio en el bienestar del país, del estado y también dentro de la misma iniciativa privada.

Inversiones diversificadas

Es un hecho: para un gobierno, en este caso, el mexicano –o incluso el de Aguascalientes, para poner un ejemplo aún más puntual–, es más fácil conseguir inversiones relativas al sector automotriz gracias a las dos plantas de Nissan que están instaladas al sur de la capital, y por las cuales otras tantas inversiones extranjeras, de proveedores llegaron para generar una mejor logística, una que implique menos tiempo, menos costos de envío y mayor producción. No obstante a ello, es ahí donde se tiene que hacer un nuevo esfuerzo por políticas públicas de atracción distintas a las que se han llevado a cabo en los últimos años y no solamente destacar las ventajas que se pueden tener con armadoras como la gigante japonesa sino que, se debería aprovechar la situación geográfica de Aguascalientes, que pertenece a la alianza centro-bajío-occidente, a través de la cual se pueden gestionar tratos con proveedores de las distintas industrias que rodean a Aguascalientes en sus estados vecinos, todo ello para atender la urgente diversificación.

Además de eso, otro esquema que se podría hacer para fortalecer las inversiones extranjeras y el crecimiento económico es apostar por la internacionalización de negocios. Y esto es una salida que durante mucho tiempo ha sido estigmatizada, pensando que será difícil de concretar, pero que al contrario, en realidad tiene muchas ventajas y cuenta con mucho apoyo.

Y si bien el estado no garantiza una estrategia de internacionalización de los negocios y productos que se mueven en el país, al menos esta podría empezar desde dentro de la iniciativa privada y de esta manera empezar a tocar puertas en otros mercados para ver cómo se puede colaborar. Por ejemplo, esa internacionalización podría ser muy efectiva si se le perdiera el miedo a invertir y hacer negocios con los Estados Unidos.

La IED es indudablemente uno de los factores más relevantes en la economía mexicana, sin esta no podríamos entender la economía mexicana. Su presencia y su actividad están ligadas directamente a la formalidad laboral, la generación de empleos y el crecimiento del país como potencia económica. Si bien, no podemos, y no debemos, librarnos de ella, sí es nuestro deber buscar otras direcciones que puedan permitir un avance aún más evidente que implique, por supuesto, el desarrollo de México. Todo en dirección a una nación más sostenible. La inversión puede ser nuestra buena aliada.

Referencias

+ Alarcón, J. (2019, November 20). VII. INVERSIONES CON ENFOQUE SOCIAL: CRECIMIENTO ECONÓMICO CON MENOR DESIGUALDAD –Índice de competitividad internacional 2019. IMCO. Retrieved January 24, 2023, from https://imco.org.mx/pub_indices/2019/11/20/inversionescon-enfoque-social-crecimiento-economico-con-menor-desigualdad/ + Brand Finance. (2023, Enero). Global 500 2023 | Brand Value Ranking League Table. Brandirectory. Retrieved January 24, 2023, from https:// brandirectory.com/rankings/global/table

+ Cluster Industrial. (2022, December 26). Top 10: las inversiones más grandes del sector automotriz en 2022. Clúster Industrial. Retrieved January 24, 2023, from https://www.clusterindustrial.com.mx/noticia/5637/top-10-las-inversiones-mas-grandes-del-sector-automotriz-en-2022 + IMCO. (2021, August 18). Datos del primer semestre de 2021 de la Inversión Extranjera Directa. IMCO. Retrieved January 24, 2023, from https:// imco.org.mx/datos-del-primer-semestre-de-2021-de-la-inversion-extranjera-directa/

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