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PRESENTACIÓN María Dolores Cabezas de Herrera Fernández
¿Qué es cultura? Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, cultura es, en su 3ª acepción. el resultado de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre. Con esta acepción coincide Ferdinand Foch cuando dice que no hay hombres cultos; hay hombres que se cultivan (Esto creo que ya me lo han oído más de una vez). Pero ¿cómo se puede uno cultivar?, ¿qué hay que hacer para adquirir cultura? Para mí lo primero que hay que hacer es estudiar, pero este no es el único modo de conseguir el “saber”. La cultura también se puede adquirir leyendo, porque, de esta manera, conocemos distintas formas de vida, distintas civilizaciones. Leyendo aprendemos a hablar mejor y a expresar nuestras ideas de forma más clara. Otra forma de adquirir cultura es viajar, pero no viajando como una “maleta”, sino con los ojos “bien abiertos”, es decir, contemplando nuevos paisajes, viendo obras de arte, aprendiendo la historia de los lugares que visitamos, etc. Al hablar de cultura, me refiero a la cultura de verdad. Esta es sencilla y no engreída. Los que de verdad son cultos, no van por ahí soltando palabras técnicas y, lo que es peor, explicando el significado de esas palabras. El que es culto no necesita hacer gala de ello: se le nota en todo, al igual que el que tiene dinero no tiene que ir con los billetes en la mano, porque, en su forma de vida, se le nota. Decía D. Jacinto Benavente que la cultura es la buena educación del entendimiento. La cultura verdadera abre las mentes y nos hace libres. ¿Y la educación? Según el Diccionario, ya citado, educación es crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y jóvenes. Otra acepción nos dice que educación es cortesía, urbanidad. Balmes decía que la educación es al hombre lo que el molde al barro: le da forma. Yo creo que la educación es una de las formas de hacer agradable la vida de los demás. Cultura y Educación, ambas unidas, son los dos motores que mueven el mundo en sentido positivo. Todas las demás cosas son consecuencia de estas dos, pero siempre que estas dos las tengamos de verdad y no sean sólo un barniz de lo que nos guste hacer gala. Vivimos en un mundo consumista, en el que sólo queremos tener cosas materiales y, por desgracia, hemos olvidado o relegado lo más importante: que somos personas, que no vivimos en una isla desierta, sino en sociedad. Y este vivir en sociedad, lleva consigo el cumplimiento de unas normas que, en gran parte, por no decir en todo, están basadas en la educación y respeto hacia los que nos rodean. Pero no sólo es necesaria la educación hacia las personas; también es necesaria la educación hacia el medio que nos circunda. Y esto implica no romper árboles, bancos, tener limpia la ciudad, etc. Termino con una cita de Kant: Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.
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índice
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PresentaciÓn
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Índice
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MeMOria de actiVidades
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inVestiGaciÓn
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EL SEGUNDO ENTIERRO DEL III MARQUÉS DE TORRES-CABRERA QUMRÁN, UN TESORO EN EL DESIERTO LA DESAMORTIZACIÓN RELIGIOSA DE MENDIZÁBAL..... PÍCAROS CALABAZONES EN EL SIGLO DE ORO DON BENITO EN LA PRENSA PACENSE DE HACE 40 AÑOS CREACIÓN DE LA COOPERATIVA OBRERA “UNIÓN Y PROGRESO... APORTACIÓN DOCUMENTAL ACERCA DE LA FUNDACIÓN....
17 25 33 35 37 43 45
crÍtica Literaria
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COCINAR EN EXTREMADURA PARADOJA DEL INTERVENTOR DON JOSÉ RAMIREZ DE ARELLANO Y ORELLANA. (1780-1844)
53 55 57
PersOnaJes
61
HASTA SIEMPRE, “HERMANO” DANIEL
63
reLatOs
65
EL GALLO INMORTAL EPAMINONDAS EL GALLITO QUE DESSAPARECIÓ ¿UN RAMITO DE QUÉ?
67 69 71 73
en FacsÍMiL
77
in MeMOriaM
97
reFranerO
101
Ética ciViL
105
¿PARA QUÉ SIRVE UN COMITÉ DE ÉTICA ASISTENCIAL?
107
POesÍas
109
entre aULas
119
eL LÉXicO de dOn BenitO
129
¿saBÍas QUe...?
139
• Edita:
AS oCIACIÓN dE AmIGoS dE lA CulTuRA ExTREmEñA APARTAdo dE CoRREoS Nº 2 • 0 6 4 0 0 doN BENITo (BAdAjoz)
• Depósito Legal: • I.S.S.N.: • Diseño y Maquetación: • Impresión y Encuadernación:
BA-487-1987 1131-8767 jAvIER oRTIz, di seño y Comuni caci ones, S . l. Aprosuba-4 mi nusval -II. don Beni to Portada y portadi l l as: Antoni o S ánchez Gal l ego
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LA COMISIÓN LECTORA DE LA ASOCIACIÓN SE RESERVARÁ EL DERECHO DE PUBLICACIÓN DE LOS ARTÍCULOS
PRESIDENTE María Dolores Cabezas de Herrera Fernández
VICEPRESIDENTE 1º Pablo Fernández García VICEPRESIDENTE 2º José María Vinagre Sánchez
SECRETARIA Visitación Berrocal Calderón VICESECRETARIA Gloria Hurtado Cidoncha
TESORERO Manuel Parejo Madueño VICETESORERO 1º Francisco Mera Cazalet de Aut VICETESORERO 2º José G. Delgado García
VOCALES: Pedro Dueñas Borrego Carlos Porro Porro Diego Soto Valadés
vENTANA ABIERTA, no se hace responsabl e ni se i denti fi ca con l as opi ni ones que sus col aboradores expresan a través de l os trabajos y artí cul os publ i cados.
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MeMOria de actiVidades María Dolores Cabezas de Herrera Fernández
PresentaciÓn de Ventana aBierta El miércoles, 22 de diciembre de 2004, tuvo lugar la presentación del n° 24 de nuestra revista, Ventana Abierta. El autor de la portada y de los dibujos de las páginas interiores fue Javier Ortiz, miembro de nuestra Asociación y diseñador de la revista. Al ser el 2004 el año en el que la Asociación cumplía sus Bodas de Plata, en la revista sólo escribieron aquellas personas que, a lo largo de los 25 años, habían sido presidentes o socios de honor. El acto estuvo amenizado por el Grupo Caramancho de nuestra ciudad.
Una vez terminada la presentacion de la revista, tuvo lugar el nombramiento de D. José Miguel Santiago Castelo como Socio de Honor de nuestra Asociación. Santiago Castelo es uno de esos extremeños que hacen grande a Extremadura y que te hacen exclamar: ¡“Qué suerte he tenido naciendo en esta tierra!”. Él, aunque vive en Madrid, es de Granja de Torrehermosa, al igual que Efi Cubero. Y, al igual que esta, es un abanderado de nuestra región. En la actualidad, es Presidente de la Real Academia de Extremadura y subdirector del periodico ABC. Estudió periodismo y, en 1972, recibió el premio “Nicolás González Ruiz” al mejor expediente académico de Periodismo, a nivel nacional. Ha dado tantas conferencias y recitales; ha escrito tanto que es imposible dejar constancia de todo ello en unas líneas. Y esto no sólo en España, sino también en el resto de Europa y en América. Lo mejor de Santiago Castelo, a mi entender, es que escribe como habla: con sencillez, con pasión, con fuerza y con un gran dominio del lenguaje. Son muchos los libros que tiene publicados, entre ellos La sierra desvelada, Cuaderno del verano, Paisaje y poesía (ensayo que presentó para su ingreso en la Real Academia de Extremadura)... Yo, quizás, de su obra me quedaría con la poesía La casa que tenía empedrado el suelo. Para los que hemos vivido en casas similares y sentimos la añoranza, es única. Fragmentos de ella, pueden leerse en diversas dependencias del Museo Etnográfico de Don Benito. Qué duda cabe de que todo esto ha influido sobremanera en la decisión de nombrarle Socio de Honor; pero hay otro aspecto que ha influido tanto como este: su constante disposición hacia don Benito y nuestra asociación. Le llames cuando le llames, siempre está dispuesto, siempre dice SÍ. Y siempre con esa alegría, con esa actitud que te hace pensar que el agradecido es él y no nosotros. Gracias, José Miguel. Gracias por ese orgullo de ser extremeño, gracias por tu sencillez, tu ama-
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sOciO de HOnOr
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PreMiO de inVestiGaciÓn santiaGO GOnZÁLeZ El 28 de enero, en el Auditorio de la Casa de Cultura, tuvo lugar el fallo del premio de investigación Santiago González. Estuvo organizado por nuestra Asociación, la concejalía de Cultura y el Círculo de Artesanos. Lo ganó el profesor de Historia, D. Juan Ángel Ruiz, con su trabajo La población de Don Benito durante el s. XIX: guerras, crisis, subsistencias y epidemias. Mereció mención especial el trabajo La aldea de Don Llorente y sus vínculos con Don Benito. De la leyenda a la historia, del profesor del I. E. S. “Cuatro Caminos” de Don Benito, D. Julio Carmona Cerrato. El jurado estuvo presidido por el escritor Feliciano Correa.
cOnFerencia sOBre eL QUiJOte El 8 de abril, celebramos en la Casa de Cultura, la conferencia impartida por D. Luis Gómez Canseco, titulada De Alonso Quijano a Don Quijote. Fue el primero de los actos que realizamos para celebrar el 4° centenario de la publicación de nuestro libro más universal. La conferencia fue un éxito de público y, como siempre, una verdadera delicia escuchar a Luis. Tan ameno, tan sabiendo lo que dice y tan adaptado a todos que, cuando él habla, el tiempo pasa sin que uno se dé cuenta.
rUta de dOn QUiJOte Durante los días 9 y 10 de abril, recorrimos parte de la ruta que siguió D. Quijote durante sus aventuras. Y, con la imaginación, vivimos estas. Y así, en Campo de Criptana, luchamos a su lado contra los molinos de viento, convencidos de que luchábamos contra gigantes. En Villanueva de los Infantes, conocimos al Caballero del Verde Gabán. ¿Y en El Toboso? En El Toboso tuvimos más suerte que él, ya que hablamos con su Dulcinea y le contamos todo lo que D. Quijote hacía por ella. Paseamos por el entorno incomparable de las Lagunas de Ruidera, viendo al fondo la Cueva de Montesinos. En Argamasilla de Alba, visitamos la Cueva del Medrano y en ella nos apenamos por el cautiverio que, allí, sufrió Cervantes; aunque, por otra parte, nos alegramos infinito pensando que, quizás, fue en ese lugar donde se gestó el libro. En Daimiel, el alma se nos llenó de añoranza ya que, la Patrona del lugar es la Virgen de las Cruces y, en la distancia y en la mente, hermanamos Don Benito con Daimiel. Almagro nos sorprendió; sobre todo su Plaza Mayor y su Corral de Comedias. A pesar de todos los “guiris” que andábamos por allí, nos sentimos trasladados a los siglos XVI y XVII.
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eXPOsiciÓn sOBre dOn QUiJOte Durante los días 5 a 17 de abril, en el patio interior y en la galería superior del Museo Etnográfico, nuestra Asociación y la direccióon del mismo, llevaron a cabo la exposición titulada El Quijote en imágenes. En ella se podían contemplar láminas de diferentes ilustradores y distintas ediciones del libro. También se expusieron algunas pequeñas esculturas relacionadas con el tema.
nOMBraMientO de dOn ManUeL casadO VeLarde cOMO HiJO PrediLectO de La ciUdad El 15 de abril, D. Manuel Casado Velarde fue nombrado Hijo Predilecto de Don Benito. Nuestra Asociación tuvo el honor de solicitarlo, convencidos, como así lo estamos, de que a las personas hay que reconocerles sus méritos en vida. Y, si hay alguien que merezca este nombramiento, es él. Es vicerrector de la Universidad de Navarra y Académico Correspondiente de la Real Academia Española. Autor de más de un centenar de publicaciones científicas, investigador sobre Lingüística, organizador de Congresos nacionales e internacionales, etc, etc. Sobre el léxico de Don Benito tiene varias publicaciones (incluidas las que tiene en nuestra Ventana Abierta). Al recibir la distinción dijo que sería “siempre motivo de orgullo sano” para él pero por lo que ya he dicho y por mucho más que no se puede decir en tan breve espacio, el orgullo de que Manuel Casado sea de Don Benito y haya sido nombrado Hijo Predilecto de la ciudad es nuestro.
Aunque todos los años conmemoramos el Día del Libro con niños y adultos, este año, al celebrarse el 4° centenario de la publicación del Quijote, hemos querido hacerlo de una manera especial. Para ello, se unieron a nosotros los medios de comunicación, los centros docentes y las concejalias de Educacion y de Cultura. Entre todos, cada uno desde su parcela, salió adelante. El día 21 de abril, en la Plaza de España, en las escaleras del Velar de la parroquia de Santiago, se representó un capítulo de D. Quijote. El 20 y el 21, se leyó en la COPE y en la SER, otro capítulo. En la lectura que tuvo lugar en las dos cadenas, participó el CAMP “Nuestra Señora de las Cruces”. Fue todo estupendo. Gracias a todos los que colaboraron con nosotros.
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dia deL LiBrO ceLeBradO POr LOs escOLares
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dÍa deL LiBrO El 22 de abril, a partir de las 16,30 horas, en la Casa de Cultura, tuvo lugar una nueva edicion de la lectura publica del Quijote. Como es habitual, leyeron políticos, periodistas, profesores, presidentes de asociaciones y todo aquel que quiso, tanto si pertenecía a la asociación como si no pertenecía. Leyeron 180 personas.
recitaL POÉticO-MUsicaL El 19 de mayo, en el Teatro Imperial, se llevó a cabo el recital poético-musical que organizamos todos los años con la colaboración inestimable de los centros docentes de la ciudad. También tomó parte el C.A.M.P. “Nuestra Señora de las Cruces”. El objetivo de esta actividad es doble: por una parte, tratamos de incentivar a la lectura por medio de la poesía, y, por otra, que vean que poesía y música no están reñidas. En primer lugar actuó el C. P. “Donoso Cortés” con “Don Quijote: voces, sombras y otras artes”. Fue el homenaje del acto a Cervantes y su Quijote. El C. P. “Francisco Valdés” representó “Quijote de las Vegas Altas”, interpretado por niños de Educación Infantil. El C.A.M.P. y C.O. “Nuestra Señora de las Cruces” recitó la poesía “Don Quijote”. Los del C. P. “Nuestra Señora del Pilar” cantaron “El romance del conde Olinos”. Romance medieval que interpretaron alumnos del tercer ciclo de Primaria. Los del colegio Claret interpretaron “Cantares”, de Antonio Machado. Un grupo de alumnas del I. E. S. “Donoso Cortés” cantaron “Los sueños”, de autor desconocido; “Poema”, de Pablo Neruda y la rima XXIX de Bécquer, con musica compuesta por el mismo grupo que actuó. Los alumnos de 6° de Primaria del C. P. “Zurbarán” interpretaron el romance hispanoárabe que lleva por título “Romance del rey moro que perdió Alhama”. “La saeta”, de Antonio Machado, fue interpretada por alumnos de 4° de la E.S.O. del colegio “Sagrado Corazón”. Cerró el acto el I.E.S. “Cuatro Caminos” con dos canciones interpretadas por dos alumnos de 1° de Bachiller: “Cómo hablar”, de Amaral y “Cantares”, en una versión distinta de la anterior.
MUestra de teatrO escOLar Del 23 de mayo al 2 de junio tuvo lugar, en el Teatro Imperial, la muestra de Teatro Escolar, que, de forma conjunta, organizan la concejalía de Educación y la Asociación. Centros que participaron en ella y obras que representaron: • C. P. “Nuestra Señora de Guadalupe”: Controversia de colores • C. P. “Francisco Valdés”: Morito de Caracatucón • C. P. “Nuestra Señiora del Pilar”: Quico, el niño que quiso ser cómico • C.A.M.P. y C.O. “Nuestra Señora de las Cruces”: Don Quijote de la Mancha • Colegio Claret: El miedo. • I.E.S. “Donoso Cortés”: Fablilla del secreto bien guardado y D. Perlimplín con Belisa en su jardín.
•Aprosuba - 4: El crimen de Don Benito. • C. P. “Donoso Cortés”: El dragón. • Escuela Municipal de Teatro: La venganza de Don Mendo.
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ViaJe cULtUraL a La riOJa Y a naVarra Siguiendo nuestra costumbre de realizar viajes culturales, del 1 al 4 de julio, nos desplazamos a Navarra y La Rioja. El objetivo de estos viajes es conocer, in situ, la historia de España y el arte que encierran sus pueblos y ciudades; así como conocer, igualmente, costumbres distintas a las nuestras. El día 2, por la mañana, visitamos el casco histórico de Logroño. Por la tarde, Nájera, donde tuvimos la suerte de poder visitar la exposición: “Nájera: Legado medieval”, ubicada en el monasterio de Santa María la Real. El día 2, por la mañana, vimos los monasterios de Yuso y Suso. Impresionante pensar que estábamos donde nació el castellano. Por la tarde, fuimos a Santo Domingo de la Calzada y Berceo. Increible ver que en este, a excepción del nombre de una calle, no hay nada que recuerde a Gonzalo de Berceo, el primero, al menos que se conozca, que escribió en lengua castellana. El 3, por la mañana, le tocó el turno a Pamplona, donde un guía nos enseñó lo más importante y, además, hicimos el recorrido de los encierros. Por la tarde, llegamos a Puente la Reina, de donde nos echo el calor (39 grados a la sombra), pero algunos si vimos lo más importante. En Viana, por la misma razón, ni siquiera nos detuvimos. Fue una verdadera pena. El día 4, vuelta a casa. Paramos unas horas en Soria, ciudad que nos encantó.
Durante los días 29 y 30 de octubre, visitamos Hervás, Candelario, Baños de Montemayor, Granadilla, Zarza de Granadilla, Guijo de Granadilla y Cáparra. Es muy difícil decir que llamó más nuestra atención, pero, si forzosamente tuviese que elegir algo, creo que me quedaría con el barrio judío de Hervás. En esas calles tan sumamente estrechas parece que el tiempo se detuvo en el s. XVI y, al pasar por ellas, reviven esas viejas leyendas de judíos y cristianos, de crímenes, de profanaciones, de odios... y la mente, ante tanta incomprensión hacia las ideas de los demás, se queda en suspenso preguntándose por qué los demás, si no piensan como nosotros, tienen que ser “los otros, los malos”. Pero también, como siempre, lo pasamos estupendamente, porque entre nosotros hay buen ambiente y sabemos que, aun siendo distintos, todos somos dignos de respeto. En Guijo de Granadilla, rendimos nuestro homenaje a José María Gabriel y Galán, autor del libro de poesías “Extremeñas”, en el primer centenario de su muerte.
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ViaJe a HerVÁs Y ZOna de GranadiLLa
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PresentaciÓn deL LiBrO “La sUBLiMe PUerta” En noviembre, el día 11, Jesús Sánchez Adalid nos presentó la 2a parte de su libro El cautivo, titulado La sublime puerta. No es el momento de hacer aqui el panegirico de Jesus, pero la verdad es que su vida es alucinante y digna de elogio y de ser imitada. Creo que pocas personas, en tan pocos años, han hecho tanto como él. Desde 1998 a acá, hablando sólo de su faceta como escritor, ha publicado La fuente del Atenor, La luz de Oriente, El Mozárabe, Félix de Lusitania, La Tierra sin mal, El cautivo y La sublime puerta. La verdad es que estábamos deseando que saliese esta última para ver si Luis María Monroy de Villalobos seguía cautivo o era liberado.
dOn BenitO canta La naVidad El 15 de diciembre, en el Teatro Imperial, a las 19’30 horas, tuvo lugar el Festival de Villancicos. Ya son 20 los años que la Asociación viene celebrando este evento, por lo que es una de nuestras actividades más emblemáticas. Participan en él todos los colectivos de la ciudad y goza de una gran afluencia de público. Quizás sea la actividad de las celebradas en Don Benito que reúne a más gente: en el teatro no cabe ni un alfiler.
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El SEGuNdo ENTIERRo dEl III mARQuÉS dE ToRRES-CABRERA Dionisio Á. Martín Nieto / Agustín Jiménez Benítez-Cano Barquero en la heredad familiar de Las Gameras; Miguel que heredará el título y que casará en Oliva de Mérida con doña Luisa GómezGaleano y Fernández de la Peña, III Condesa de Campo Espina; Luisa, Pedro María, Teresa, Fernando otra vez, José y Luis. Tras el nacimiento del primer hijo que fue en Cáceres en 1841, y del segundo que lo tuvieron en Don Benito en 1842, el matrimonio se afincó al menos desde 1844 hasta el 1852 en Guareña (residieron en una casa frente a la puerta sur de la iglesia), próximo a la finca patrimonial, donde nacieron seis, para trasladarse posteriormente a Villanueva de la Serena, donde vinieron al mundo los cuatro últimos hijos y don Miguel enviudó como hemos dicho en 1862 con el alumbramiento de Luis. A raíz de la proclamación del Príncipe Alfonso como Rey de España en Sagunto por el general Martínez Campos a finales (diciembre) de 1874, se exilia en 1875 a Lisboa, habitando la familia el palacio de la Mitra, y le confiscan sus bienes por no jurar acato al Rey Alfonso XII al ser destacado carlista. Alejado de intereses patrimoniales, dedica mucho tiempo al estudio
i n v e s t i g a c i ón
don Miguel de torres-cabrera y Mayoralgo, III Marqués de Torres-Cabrera, siguiendo los datos biográficos que aporta don José Miguel de Mayoralgo1 , nació en Cáceres el 2 de Noviembre de 1814, siendo bautizado en Santa María el día 8 del mismo mes. Su abuelo, don Juan de Torres Cabrera y Calderón de la Barca, natural de Villanueva de la Serena, caballero de la Orden de Alcántara, fue el I Marqués por Real Decreto de Carlos III de 12 de Junio de 1779 que casó con doña María Atocha Gómez-Bravo y Campos de Orellana. “Una información practicada por orden de la Real Audiencia de Extremadura, revela que doña María Atocha vivía separada de su marido desde hacía muchos años y que es una señora extremadamente apasionada de su hijo, Pedro María, y que éste vive más en casa de su madre que en la suya”, razón por la cual el II marqués de Torres-Cabrera y padre de nuestro personaje, don Pedro María Torres-Cabrera y Gómez-Bravo, tuvo un matrimonio muy desavenido con doña María Micaela Mayoralgo y Ovando a la que en un principio abandonó para concluir con la separación definitiva y restitución de la dote (30-03-1816). Los hijos también sufrirán la separación de los padres. El mayor, Pedro, heredero del título, que nació en Don Benito el 12 de Febrero de 1812, se quedó con el padre y murió en 1826, con lo que nuestro personaje que vivía con la madre heredaría el título. Su hermana, Josefa Ramona, también falleció niña. Educado en el seminario de nobles de Madrid, según Díaz y Pérez , estudió la segunda enseñanza y se preparó para seguir la carrera militar, que abandonó por los sucesos políticos de la promulgación de la Pragmática Sanción (29-03-1830) e inicio de la primera guerra carlista que concluyó con el abrazo de Vergara el 31 de Agosto de 1839. Se casó en Cáceres en Santa María el 15 de octubre de 1839 con doña Catalina González de la Laguna y Rodríguez de León, natural de Grado (Asturias) y de familia arraigada en Fuente del Maestre, que falleció de parto a los cuarenta años, el 18 de noviembre de 1862, en Villanueva de la Serena. Del matrimonio nacieron doce hijos: Miguel, Pedro María y Fernando que murieron de corta edad; María Josefa y Bernarda que casarán con los hermanos Miguel y Ramón Peralta Hidalgo-
Figs. 1-2 Casa de Las Gameras (Mengabril)
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Fig. 3 Las Gameras. Armas Torres-Cabrera
y a escribir obras poéticas como Cuentos, libro de 371 páginas dedicado a su fallecido hijo Pedro María, editado en Lisboa en 1876 y según Díaz y Pérez, en Las Gameras donde el marqués estableció una imprenta para uso particular y ediciones de pocos ejemplares que distribuía entre familiares y amigos. Horas perdidas que fue publicado en 1879 ya regresado del exilio, así como Aventuras de Camisero, por querer ser boticario (1881) novela de carácter local en dos tomos y la también novela Elena o la providencia de dos perdidos (1882). Residirá en Don Benito hasta su fallecimiento el 14 de Febrero de 1883. Encontramos en el Archivo de Protocolos de Don Benito2 el testamento de don Miguel de Torres y Mayoralgo firmado con fecha 19 de Septiembre de 1878, en el que después de hacer unas mandas caritativas para que “se les distribuya setecientas cincuenta pesetas entre seis familias verdaderamente desgraciadas y de buena conducta” y recomendaciones a sus herederos sobre el tipo de entierro y misas que le han de decir, declara que es viudo de doña Catalina González de la Laguna y que le viven nueve hijos, de los cuales en esa fecha están casados María Josefa, Bernarda, Miguel y Luisa a los que “les entregó -según el punto sexto- diferentes bienes que importan treinta mil pesetas para cada uno, que traerán a colación y partición en su día”.
Al ser menores de edad los hijos Fernando, José y Luis, nombra curador (cuidador de los bienes) a su otro hijo Miguel y en defecto de éste a Pedro María, y sin nombrar albacea recomienda el reparto de la finca Las Gameras con los Cerros Gordos que valora en setecientos treinta y cuatro mil setecientos reales entre sus cuatro hijos solteros: Pedro María, Fernando, José y Luis, “por partes iguales, en pago de su legítima y si alguno de ellos falleciese, se adjudicará del mismo modo a los que existan”. Para el reparto entre ellos quiere que sirva de base la valoración que hace de la posible división de la finca en dos hojas de cultivo, un posío, el olivar de la casa, otro olivar del cerro, dos potriles y la casa de la finca, que hacen el montante antes señalado. Después de algunas recomendaciones en cuanto al posible casamiento de los hijos solteros mencionados que recibirían “la cantidad de ciento veinte mil reales que he dado a los demás casados en fincas distintas de la dehesa y cerros antes dichos, los traerán a colación y partición” y posibles agregaciones por compras de terreno que se tendría como parte de esa finca, aumentando el valor de la misma o mejoras que se hiciesen, termina otorgando este testamento ante algunos vecinos de Don Benito como testigos. Se adjunta al final la trascripción íntegra de las mandas testamentarias.
Figs. 4-5. Armas Torres-Cabrera (Del libro Romances de Extremadura de D. Miguel de Torres-Cabrera González de la Laguna)
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Figs. 6-7. Capilla de los Dolores (Villanueva de la Serena). Reja y detalle de las armas de los dos esposos.
de este hecho, pues don Fernando no había cumplido los 5 años cuando murió su madre, ni don Ramón se había casado todavía; sí lo podrían haber hecho las hijas mayores doña Josefa y doña Bernarda, que contaban 16 y 15 años en aquel momento, o don Miguel el IV marqués que tenía 13. De nuevo se abrió la arqueta y en ella se reunieron ambos esposos. Marcharon a continuación a la iglesia de la Asunción de Villanueva, donde tuvieron lugar funerales y la caja de zinc fue depositada en la mencionada capilla de Nuestra Señora de los Dolores, cerrada por una magnífica reja que por encargo del hijo Miguel forjaron los Pineda. Si quieren leer el vivaz y descriptivo relato que hizo el notario Torrado en su acta4, lo podrán hacer al final de este artículo. Pero no fue la capilla de Nuestra Señora de los Dolores la última morada de los marqueses de Torres-Cabrera. Según leemos al entonces párroco de Villanueva don Juan Antonio Muñoz Gallardo, el 27 de marzo de 1937 los milicianos republicanos exhumaron sus restos y los llevaron a uno de los osarios del cementerio parroquial5 . Tan viajero fue don Miguel de vivo como de muerto.
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El día de San Valentín de 1883, a la edad de 68 años (aunque en la partida figure como de 70 años), fallecía don Miguel en su casa de la calle Mirador, hoy llamada de Groizard, de la ciudad de Don Benito. Al día siguiente se celebraba la misa de funeral y su cadáver fue conducido, con el debido acompañamiento del estado sacerdotal, para ser inhumado en el cementerio viejo de la localidad3 . Ésta es la literalidad de la correspondiente partida sacramental: “En la ciudad de Don Benito, el día catorce de Febrero de mil ochocientos ochenta y tres: de la calle Mirador, juridisción de esta parroquia de Santiago, falleció Don Miguel de Torres Cabrera y Mayoralgo, Marqués de Torres Cabrera, de setenta años, viudo de Doña Catalina González de la Laguna y Rodríguez de León, natural de Cáceres y vecino de esta ciudad. Recibió la extremaunción. Testó en diez y nueve de setiembre de mil ochocientos setenta y ocho ante Don Martín Gálvez y Falcón; y al día siguiente se le hizo entierro de primera clase y oficios en igual forma diciéndose ambos días misas de difuntamiento, acompañando el Estado sacerdotal a la conducción del cadáver al cementerio donde se le dio sepultura. Para que conste, lo firmo. L. Leandro Muñoz de la Peña (firmado)”. Transcurrieron 16 años hasta que los restos del marqués pudieron ser juntados con los de su esposa en el enterramiento que para el efecto se hizo en la capilla de los Dolores de la parroquial de la Asunción de Villanueva de la Serena. A tal fin se procedió a la exhumación en el cementerio villanovense de los despojos de doña Catalina, muerta hacía 37 años, y en el dombenitense de los de su marido. Era el 26 de octubre de 1899, cuando a las 8 de la mañana, en la carretera que une Don Benito con Villanueva, justo en su límite jurisdiccional, el notario don Luis Torrado y Torrado daba fe de cómo el hijo del marqués don Fernando y el yerno don Ramón de Peralta e Hidalgo Barquero (marido de doña Bernarda), acompañados del arcipreste de la iglesia de Santiago de Don Benito don Leandro Muñoz de la Peña, hacían entrega de los restos mortales de don Miguel al párroco de Villanueva don Ángel Pérez Cortés y García Camacho. La caja de zinc en que venían fue abierta en presencia del notario y reconocidos por los que los traían que juraron no haberse separado de ellos desde su desenterramiento. Seguidamente se encaminaron al camposanto de Villanueva, y localizada la sepultura, se procedió a extraer el ataúd y retirar los huesos de doña Catalina, cuya identidad fue confirmada por su hijo y yerno al reconocer las ropas con que fue enterrada, así como el féretro. Un pequeño inciso para mostrar la particularidad
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Nuestro agradecimiento a don José Miguel de Mayoralgo y Lodo, conde de los Acevedos, tataranieto del III marqués de Torres-Cabrera; a doña María Dolores Cabezas de Herrera Fernández; a don Luis Fernández de Arévalo y Fernández de Arévalo; a la familia Torres-Cabrera Pellón, propietaria de Las Gameras; a don Pedro Fernández Lozano, de Guareña; a don Fermín Solano Casero, párroco de Santiago de Don Benito, y al sacristán don Rodrigo Chaparro Rodríguez; a los notarios archiveros de protocolos de Villanueva de la Serena y Don Benito.
dolores Granda y Losada, VIII Marquesa, desde el 5 de mayo de 1992. Nació en Madrid el 30-octubre-1934. Casada con don Mariano López de Ayala y de León-Huerta. Hija doña María de los Dolores López de Ayala y Granda (n. Santa Cruz de Tenerife, 30-diciembre1956), casada en Madrid el 17-octubre-1980 con don Luis Fernández de Arévalo y Fernández de Arévalo, Caballero de Honor y Devoción de la Orden de Malta, secretario judicial, nacido en Don Benito el 31-enero1948.
sUcesiÓn deL tÍtULO tras dOn MiGUeL de tOrres caBrera Y MaYOraLGO:
TESTAMENTO DE DON MIGUEL DE TORRES CABRERA Y MAYORALGO
-IV Marqués: su hijo don Miguel de torres cabrera y González de la Laguna. Nació en Guareña el 21-junio-1849. Murió en Badajoz el 20-febrero-1935. Casado con doña Luisa Gómez-Galeano y Fernández de la Peña, III Condesa de Campo Espina -V Marqués: su hijo don Miguel de torres y Gómez-Galeano, IV conde de Campo Espina. Nació en Villanueva de la Serena el 5abril-1873. Murió en Oliva de Mérida el 23-septiembre-1960. Casado con doña María de los Remedios Jaraquemada y Velasco, X Marquesa de Torreorgaz. -VI Marqués: su sobrino, hijo de su hermana doña Luisa de Torres y Gómez-Galeano, don Miguel de Granda y torres cabrera, IV conde de Campos de Orellana, V de Campo Espina. Nació en Don Benito el 14-agosto1903. Murió en Don Benito el 5-julio-1986. Casado con doña María de los Dolores Losada Lazo. Sucedió a su tío, pero luego se lo cedió a su hijo primogénito don Pedro, y al fallecer éste sin descendencia, volvió a poseer el título. -VII Marqués: don Pedro de Granda y Losada. Nació en Sevilla el 12-diciembre-1936. Fallecido el 2-abril-1981. Casado con doña Paloma Aguirre Azañón. Sin descendencia. -Actual poseedora su hermana doña María
“...Primero: manda que su funeral y entierro sea como acostumbran las personas de su clase en el punto que fallezca, rechazando todo lujo y ostentación, encargando su cumplimiento a sus herederos. Segunda: manda se digan por su alma quinientas misas rezadas con la limosna de una peseta cada una. Tercera: manda se repartan ciento veinte y cinco pesetas de limosna entre los pobres que imploran la caridad pública. Cuarta: manda se distribuyan setecientas cincuenta pesetas entre seis familias verdaderamente desgraciadas y de buena conducta, pero no de los pobres que piden a las puertas de continuo, ya sea de esta ciudad, de la de Villanueva de la Serena, Guareña o Medellín, entregando a cada una de dichas familias ciento veinte y cinco pesetas para que las disfruten en su nombre. Quinta: declara hallarse viudo de doña Catalina González de la Laguna, de cuyo matrimonio tiene nueve hijos llamados doña María Josefa, doña Bernarda, don Miguel, doña Luisa, don Pedro María, doña Teresa, don Fernando, don José y don Luis. Sexta: declara que al poner en estado de matrimonio a sus citados hijos doña María Josefa, doña Bernarda, doña Luisa y doña Teresa, y a su hijo don Miguel, les entregó diferentes bienes que importarán treinta mil pesetas para cada uno, cuya
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Fig. 3 Las Gameras. Armas Torres-Cabrera
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Escudo en la desaparecida casa de Villanueva. Foto Libro “Piedras de la provincia de Badajoz” de Solar y Taboada
suma como entregada por cuenta de legítima paterna, traerán a colación y partición en su día. Sétima: hallándose en la menor edad sus citados hijos don Fernando, don José y don Luis, los nombra de curador ad bona a su otro hijo don Miguel, y en defecto de éste y por cualquier razón a su también hijo don Pedro María, uno y otro con relevación de fianzas y entendiéndose el desempeño del cargo frutos por pensión. Octava: en recuerdo de la antigua y buena amistad que tiene con don Carlos Paredes, presbítero, vecino de la villa de Guareña, es su voluntad y le autoriza para que elija entre los obgetos del uso del otorgante el que más le agrade, y el que sea se le lega en pleno y absoluto dominio. Novena: instituye y nombra por sus únicos y universales herederos de todos sus bienes, derechos y acciones a sus referidos hijos doña María Josefa, doña Bernarda, don Miguel, doña Luisa, don Pedro María, doña Teresa, don Fernando, don José y don Luis de Torres Cabrera y González de la Laguna, y a los demás descendientes legítimos que huviere para que por su orden y grado y del modo prescripto por las leyes los tengan y gocen con la bendición de Dios y la suya. Décima: en la seguridad de que sus hijos cumplirán fiel y religiosamente lo que deja dispuesto sobre su funeral, mandas pías y benéficas, se abtiene de nombrar albaceas e igualmente contadores partidores, para que ellos por sí o por medio de la persona o personas que de común acuerdo nombren practiquen el inventario, avalúo, división y adjudicación sin intervención judicial, pues la prohíve aunque entre sus herederos hubiere menores incapacitados o ausentes, queriendo sirva de vase para la división y adjudicación lo siguiente: la dehesa denominada de las Gameras con los Cerros Gordos, de su propiedad, la aprecia en setecientos treinta y cuatro mil setecientos reales, distribuidos del modo que sigue: las tierras de labor de la hoja designada con el nombre de la Sesenta, ciento setenta y ocho mil novecientos reales; la hoja llamada de Roquero ciento noventa y seis mil ochocientos reales; la parte que tiene de
posío ciento veinte mil; el olivar de la casa ciento sesenta y ocho mil; el olivar de los Cerros, treinta y cinco mil; los dos potriles, seis mil, y la casa treinta mil. Espresada dehesa será adjudicada a sus cuatro hijos don Pedro María, don Fernando, don José y don Luis por el valor antes designado, por partes iguales, en pago de su legítima, y si alguno de ellos falleciere, se adjudicará del mismo modo a los que existan. Si alguno de los precitados cuatro hijos que se encuentran solteros se casare y por causa de matrimonio les entregaré la cantidad de ciento veinte mil reales que he dado a los demás casados, en fincas distintas de la dehesa y cerros antes dichos, los traerán a colación y partición, y en el lugar de ellos se les adjudicará una parte o cantidad igual en repetida dehesa y cerros, pues su propósito es que todos cuatro los que de ellos existan sean pagados de su legítima en mencionadas fincas. Si el valor de éste escediere a lo que tuvieren que percivir, se separará para su adjudicación a los demás hermanos o herederos el olivar de la casa, antes que ninguna otra parte de aquélla. Si comprare algún terreno agregado a espresada dehesa y cerros, se tendrá como parte de esta finca, y se le aumentará el valor dado a la misma el de lo comprado, y lo mismo las mejoras que hiciera en ellos en lo sucesivo. Undécimo: últimamente declaro no haber otorgado testamento alguno antes que el presente, el cual quiere se guarde y cumpla en todas sus partes como su última y deliverada voluntad. Así lo dejó y otorgó espresado señor, siendo testigos Cosme Guisado y García, Antonio Sánchez y Rodríguez, y Anselmo María Álvarez y Parejo, vecinos también de esta ciudad, que no tienen escepción que les impida serlo...”.
Desaparecida casa de los Torres-Cabrera en Villanueva. Foto cortesía de D. Jesús Adame
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“Acta acreditando la entrega hecha al Señor Cura ecónomo de la parroquia de esta ciudad de los restos mortuorios de Don Miguel de Torrescabrera y Mayoralgo, Marqués de Torres-Cabrera por Don Fernando de Torrescabrera y González de la Laguna y Don Ramón de Peralta e Hidalgo Barquero para su depósito en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores en la parroquia de esta población al par que los de su Señora Doña Catalina González de la Laguna y Rodríguez de León exhumados en este mismo día en el cementerio de esta población. Constituido yo Don Luis Torrado y Torrado, Licenciado en Derecho civil, Notario de esta ciudad de Villanueva de la Serena, Colegio Notarial de Cáceres acompañado y requerido al efecto por Don Ángel Pérez Cortés y García Camacho a quien doy fe conozco, de edad de treinta y siete años, cura ecónomo de Nuestra Señora de la Asunción única parroquia de la misma, cuya cédula personal es de octava clase número mil trescientos cuarenta y seis expedida en treinta y uno de octubre último, en la carretera que desde esta población se dirige a la de Don Benito, en el límite de Poniente de este término jurisdicional siendo las ocho de la mañana del día veintiséis de octubre de mil ochocientos noventa y nueve nos encontramos en antedicho sitio con Don Leandro Muñoz de la Peña Arcipreste y Cura Párroco de la Yglesia de Santiago en mencionada ciudad de Don Benito a quien doy fe conozco el cual manifestó que venía acompañando los restos mortuorios del Señor Don Miguel de Torrescabrera y Mayoralgo Marqués de Torrescabrera cuya exhumación y traslado desde el cementerio viejo de referida ciudad al de ésta han sido autorizados por el Excelentísimo e Ylustrísimo Señor obispo de esta Diócesis de los que se proponían hacer entrega para depositarlos en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores en esta parroquia su hijo Don Fernando de Torrescabrera y González de la Laguna y su yerno Don Ramón de Peralta e Hidalgo Barquero. Los expresados señores Don Fernando de Torrescabrera y González de la Laguna y Don Ramón de Peralta e Hidalgo Barquero a quienes doy fe conozco entregaron seguidamente al Señor Cura ecónomo de la parroquia de esta ciudad Don Ángel Pérez-Cortés y García-Camacho referidos restos mortuorios los que encerrados en una caja de zinc que a mi presencia fue abierta fueron reconocidos como tales al par que Don Leandro Muñoz de la Peña por los Señores que hacían de ellos entrega y demás personas de su acompañamiento los que según manifestaron no los habían perdido de vista desde el momento de su exhumación.
Conducidos a mi presencia los restos mencionados al cementerio de esta ciudad se colocaron junto al sepulcro de la Señora Doña Catalina González de la Laguna y Rodríguez de León según se leyó en la losa que lo cerraba el cual fue abierto también a mi presencia y de él se extrajeron los de expresada Señora reconocidos como tales por sus antedichos hijos a causa de estar envueltos en la mismas ropas con que fue sepultada y encerrados en la misma caja en que se hizo su enterramiento. Abierta nuevamente la caja de zinc que contenía los restos del Señor Don Miguel de Torrescabrera y Mayoralgo Marqués de Torrescabrera se colocaron también en ella los de su Señora Doña Catalina González de la Laguna y Rodríguez de León verificándose el hecho a mi presencia y conducida dicha caja a la Parroquia de esta ciudad previo los funerales correspondientes fue depositada a vista mía en la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores”
NOTAS: Consúltense los datos biográficos de la familia en LODO DE MAYORALGO, José Miguel: “Genealogías de Fuente del Maestre” en V Congreso de Estudios Extremeños. Ponencia VI. Diputación Provincial de Badajoz. Institución Pedro de Valencia. Badajoz 1976. Pgs. 105-244. MAYORALGO Y LODO, José Miguel de (Conde de los Acevedos): La Casa de Ovando (estudio histórico-genealógico). Real Academia de Extremadura. Cáceres 1991. Págs. 647-671. 2 DÍAZ Y PÉREZ, Nicolás: Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de autores, artistas y extremeños ilustres. Pérez y Boix Editores. 2 tomos. Madrid 1884. 3 ARCHIVO DE PROTOCOLOS NOTARIALES DE DON BENITO. Legajo 253. Escribano Martín Gálvez Falcón. Año 1878, tomo II. Fols. 912-917v. 4 ARCHIVO PARROQUIAL DE SANTIAGO DE DON BENITO. Libro 28 de Defunciones (1881-1883). Fols. 140v-141r. 5 ARCHIVO DE PROTOCOLOS NOTARIALES DE VILLANUEVA DE LA SERENA. Legajo 278. Escribano Luis Torrado y Torrado. Año 1899. Escritura 242. 6 MUÑOZ GALLARDO, Juan Antonio: Memoria monográfica-descriptiva de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Villanueva de la Serena. 1965. Pág. 61. “Los que estaban inhumados en la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, de los Marqueses de Torres Cabrera, los exhumaron aquellos bárbaros el 27 de marzo de 1937, llevándolos, menos mal, a uno de los osarios del cementerio parroquial” 1
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ENTREGA DE LOS RESTOS MORTALES DE DON MIGUEL DE TORRES CABRERA Y MAYORALGO
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QumRÁN, uN TESoRo EN El dESIERTo
i.- introducción En nuestra área cultural identificamos habitualmente el desierto con lo yermo, lo inhóspito, lo pobre; vemos además cómo en las diversas zonas de nuestro planeta en las que el desierto avanza, éste siempre lleva consigo pobreza, hambre y emigración. Sin embargo, aun teniendo en cuenta este dato, existe también, particularmente en el ámbito de la literatura y el cine, otro modo de imaginar el desierto: el territorio mágico de países no menos mágicos, en el que es posible encontrar inimaginables tesoros y vivir las más insospechadas aventuras. Algo parecido a esto último es lo que aconteció hace casi sesenta años en un desierto. No resulta fácil narrar esta historia; pues, al igual que sucede con otras historias de desiertos (podemos verlo de modo paradigmático en el descubrimiento de la tumba de Tutankamón), también ésta a la que vamos a referirnos está entretejida por la leyenda. No es casual el que haya puesto como referente el descubrimiento de la tumba de Tutankamón; ya que, en un ámbito distinto, los descubrimientos de Qumrán (es el tema al que vamos a dedicar estas líneas) poseen la misma categoría e importancia que el que se produjo en Egipto. Tan es así, que el gran orientalista W. F. Albright llega a decir en una carta de 1948 que éste de Oriente Medio es “el descubrimiento de manuscritos más importante de los tiempos modernos”. ¿Cómo sucedió este gran hallazgo? No fue en modo alguno el resultado de un trabajo
concienzudo y paciente de un grupo de arqueólogos ni de las investigaciones minuciosas de graves estudiosos en recónditas bibliotecas; no, fue algo mucho más sencillo; tan sencillo como esto: Tres beduinos seminómadas de la tribu ta’amireh en el invierno de 1946-1947 pastoreaban sus rebaños en una zona limítrofe del Mar Muerto llamada Qumrán. Uno de esos pastores (Yuma Mahoma Jalil) era muy aficionado a explorar las cuevas, muy abundantes en aquel territorio, pues tenía la convicción de que en alguna de ellas había un tesoro escondido. Y así era en realidad; aunque un tesoro bastante distinto a lo que Yuma pensaba. Un día (probablemente de diciembre de 1946) este pastor se fijó en una de las grutas, tiró una piedra a su interior, oyó el ruido de unas vasijas de barro que se rompían... y creyó haber encontrado el tesoro tantas veces buscado. Y... en aquel ruido, provocado por una vasija rota, había comenzado a hablarnos un silencio de veinte siglos. Sigamos con la historia: Se había hecho de noche y los tres pastores se volvieron a sus casas; hablaron entre sí al día siguiente y se pusieron de acuerdo para volver al otro día a explorar la cueva1 . Pero las cosas no discurrieron exactamente como estaba previsto; ya que otro miembro del trío (Mahoma Ahmed el Hamed, apodado “ed-Did”, el Lobo) se adelantó a los otros y descubrió dentro de la gruta diez tinajas cilíndricas alineadas junto a la pared. Algunas de ellas estaban rotas por piedras caídas del techo de la gruta a través de los tiempos; pero una de ellas estaba intacta y con una tapadera: fue de ella de la que extrajo unos manuscritos enro-
Ánfora en la que se hallaban papiros. Qumrám
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La leyenda de cómo fueron encontrados estos textos cuenta que estando un pastor (o unos pastores) cuidando sus cabras, una se le escapó y se metió en una gruta; el pastor, tratando de que la cabra saliera de allí, tiró una piedra al interior de la gruta, oyó cómo se rompían unas vasijas de barro, entró... y el resto ya lo sabemos.
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Ricardo Cabezas de Herrera Fernández
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26 llados, cuyo contenido ni siquiera imaginaba2. Cuando enseñó lo encontrado a sus compañeros, éstos se enfadaron con él, pensando que había encontrado monedas de oro y que las había guardado exclusivamente para él. Lo que sigue es lo que podíamos imaginar: llevan lo encontrado a un anticuario, que no parece hacerles mucho caso; después a otro; se encuentran con un sirio ortodoxo, interviene el arzobispo sirio, también algunos miembros de la Universidad Hebrea de Jerusalén (de modo especial el Dr. Sukenik) y de la Escuela Bíblica Francesa de los padres dominicos de Jerusalén...3 en fin, entre 1946-1947 y 1977 se han descubierto en aquella zona once cuevas con material escrito4. ¿Nadie había sabido nada en los siglos anteriores acerca de estos manuscritos escondidos en unas grutas5 ? Al menos nadie advirtió la importancia de lo que allí estaba oculto; aunque es cierto que tanto Orígenes (+ ca. 253-254) como Eusebio de Cesarea (+ 339) hablaron de manuscritos hebreos y griegos encontrados en una vasija en la región de Jericó, en el año 217, en tiempos del emperador Caracalla6 ; mas, aunque estas noticias pudieran referirse a los textos de Qumrán, no tuvieron relevancia, ya que no generaron la búsqueda de más manuscritos por aquellas zonas y la noticia no fue tenida en cuenta posteriormente.
Papiros de Qumrám
ii.- datación cronológica de los textos encontrados. su clasificación La primera datación cronológica de los textos qumránicos se llevó a cabo por comparación con el tipo de escritura del papiro Nash, en el que aparecían copiados dos textos bíblicos independientes: el Decálogo (cf. Éx. 20, 2-17) y el Shemá (cf. Deut. 6, 4-5). Este papiro había sido
Dichos manuscritos son los que posteriormente, como veremos, serán conocidos como 1QIsa; 1QpHab y 1QS... Estos rollos, más otros también muy importantes, fueron posteriormente adquiridos por el estado de Israel en USA; pero hubieron de hacerlo a través de un intermediario, ya que los árabes en modo alguno querían venderlos a las autoridades judías. Los cuatro primeros rollos fueron puestos a la venta inicialmente por unos 100 dólares USA; y poco más de un año después esos mismos textos alcanzaron un precio de 250.000 dólares USA. 3 Para un conocimiento más detallado de todo esto cf. González Lamadrid, A.: Los descubrimientos del Mar Muerto. Balance de 25 años de hallazgos y estudio, BAC, Madrid3, 1985, 21-113. 4 Todas estas búsquedas, adquisiciones, hallazgos, estudios compartidos, etc. fueron extraordinariamente complicados y difíciles no sólo por la materia en sí, sino también, como es bien sabido por todos, porque estas fechas coinciden con la constitución del estado de Israel (14 de mayo de 1948) en conformidad con una resolución de la ONU de 29 de noviembre de 1947 mediante la cual se creó un estado árabe y un estado judío en Palestina y partió Jerusalén. Esta decisión fue rechazada por las naciones árabes limítrofes, que, el 15 de mayo, invadieron Israel. Es la llamada “primera guerra árabe-israelí”, al final de la cual Israel casi duplicó su territorio. Esto hizo que las mismas relaciones institucionales en Jerusalén resultasen muy complicadas entre miembros de uno y otro pueblo. 5 Luego veremos por qué estaban escondidos. 6 El más famoso de los textos, el de Eusebio, dice así: “Y tan cuidadosa era la investigación que Orígenes hacía de las palabras divinas, que incluso aprendió la lengua hebrea, adquirió en propiedad las Escrituras originales, conservadas entre los judíos con los propios caracteres hebreos, y siguió la pista de las ediciones de otros traductores de las Sagradas Escrituras, aparte de los Setenta. Además de las traducciones trilladas y alternantes de Áquila, de Simaco y de Teodoción, descubrió algunas otras que, tras seguir su rastro, sacó a la luz, yo no sé de qué escondrijos, donde se ocultaban desde antiguo. Respecto de éstas, por su oscuridad y por no saber él de quiénes eran, solamente indicó lo siguiente: a saber, que una la encontró en Nicópolis, cerca de Accio, y la otra en otro lugar parecido. En las ‘Héxaplas’ de los Salmos, al menos, después de las cuatro ediciones conocidas, no sólo puso una quinta traducción, sino incluso una sexta y una séptima; sobre una de ellas está indicado que fue hallada en Jericó, dentro de un jarro, en tiempos de Antonino, el hijo de Severo (Caracalla)” (Historia eclesiástica, VI, 16, 1-3). 2
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con anterioridad (unos 400 rollos, el 50%); textos referidos a la comunidad de Qumrán (unos 200 rollos, el 25%), y textos bíblicos (unos 200 rollos, el 25%)10.
iii.- denominación de estos manuscritos Ya hemos dicho que en Qumrán han aparecido cerca de un millar de manuscritos, por lo que la primera tarea con el que sus estudiosos se encontraron, una vez estudiados siquiera de un modo somero, fue éste: ¿cómo denominar cada uno de ellos, a fin de poder distinguirlo del resto? La solución que se tomó fue muy sencilla y eficaz; tanto, que en poco tiempo su opción pasó a ser patrimonio común de todos los estudiosos de estos textos. ¿Cuál fue esta solución? Vamos a partir de un ejemplo concreto y así podemos verlo en la práctica. Como ya sabemos en la primera de las cuevas descubiertas se halló un texto completo del libro del profeta Isaías, un texto, que, como también hemos visto, fue denominado de este modo: 1QIsa; pero, ¿qué significa esto? Sencillamente lo que ahora exponemos: a) Un texto hallado en la primera de las cuevas descubiertas, la número 1 b) En la región de Qumrán c) Un texto correspondiente al profeta Isaías d) a: Este superíndice se utiliza cuando hay más de un texto correspondiente al mismo libro, como sucede en este caso; por lo que el texto de Is. descubierto después tiene como sigla la que ya podemos imaginar: ISb Así pues, cuando leemos 1QIsa, sabemos que estamos leyendo un manuscrito encontrado en la primera de las cuevas descubiertas en Qumrán, que ese manuscrito corresponde al libro del profeta Isaías, que de este mismo libro se han encontrado más copias, pero que ésta es la primera de las copias encontradas.
iV.- ¿Quiénes fueron sus autores? El testimonio más claro que tenemos acerca de los habitantes de estas ruinas de Qumrán nos viene dado por el historiador romano Plinio;
Carbono 14 (estudio espectrométrico de un acelerador de masa). Los habitantes de Qumrám pudieron, como es lógico suponer, estar en posesión de manuscritos anteriores al comienzo de su estancia en esta zona. 9 García Martínez, F.: Textos de Qumrán, Ed. Trotta, Madrid4, 1993, 483-518. En Qumrám están representados todos los libros del AT excepto el de Ester y el de Nehemías. 10 Cf. Davies, Ph. R.-Brooke, G. J.-Callaway, Ph.: Los rollos del Mar Muerto y su mundo, AE, Madrid, 2002, 68-72. 7 8
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datado como perteneciente al s. II a. C. Un poco antes Sukenik había encontrado también fuertes semejanzas entre la escritura de algunos rollos descubiertos y ciertas inscripciones funerarias del s. I p. C., procedentes de Jerusalén y su entorno, que él estaba entonces estudiando. Esto es, los manuscritos encontrados, en una primera aproximación, han de ser asignados a un período de tiempo que va desde el s. II a. C. al s. I p. C. Un estudio ulterior más detallado condujo a afirmar que algunos de estos manuscritos pertenecían a los ss. V-IV a. C, por comparación con el tipo de letra de otros manuscritos anteriormente encontrados y cuya datación cronológica no ofrecía dudas. En líneas generales esta datación cronológica ha sido avalada por la prueba del C14 (EEAM)7. Decimos que “en líneas generales”, porque, como es bien sabido, la precisión cronológica de estas pruebas tiene una desviación aproximada de unos cincuenta años, por lo que, como es lógico suponer, no se puede afinar tanto el resultado como, en principio, puede conseguirse con criterios paleográficos. En fin, nos encontramos con unos textos cuyo “terminus a quo” está en los ss. V-IV a. C.8; y cuyo “terminus ad quem” se sitúa en el año 68 p. C., fecha en la que esta zona fue conquistada por los ejércitos romanos en su guerra contra los judíos; razón por la cual éstos, antes de abandonar su emplazamiento, escondieron sus libros sagrados con la idea de volver un día a encontrarse con ellos; aunque, como ha demostrado la historia posterior, este reencuentro tardó en producirse cerca de dos mil años, cuando ya se había borrado por completo de la memoria el recuerdo de estos tesoros paleográficos. Una vez datados cronológicamente los manuscritos, se imponía la tarea de clasificarlos; pues la cantidad de textos encontrados en Qumrán era ingente (unos ochocientos), su mera denominación ocupa más de treinta páginas en una importante obra aparecida no hace muchos años en castellano9. Era, pues, necesario hacer de ellos una clasificación, si es que querían orientarse en esta selva. La clasificación habitual es ésta: Textos de literatura judía, algunos de ellos ya conocidos
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28 dice así: “En la parte occidental del Mar Muerto, distanciados prudentemente de sus aguas malsanas, viven los esenios; pueblo singular y admirable entre todos los pueblos de la tierra: sin mujeres, sin amor y sin dinero, con la sola compañía de las palmeras. Se renueva regularmente gracias a la nutrida afluencia de los que se ven empujados hacia allá por el hastío de la vida y los reveses de la fortuna. De esta manera se perpetúa a través de los siglos este pueblo en el que nadie nace; tan fecundo ha sido para ellos el tedio y el hastío de los demás. Debajo de los esenios se levanta la ciudad de Engaddi, la primera después de Jericó en fertilidad y abundancia de palmeras, reducida, sin embargo, en la actualidad a un montón de ruinas. Después viene la fortaleza de Masada sobre la montaña, no muy alejada tampoco del Mar Muerto” 11. Y así fue que se llegó a la identificación entre los autores de los escritos a los que nos estamos refiriendo con los habitantes de Qumrán y con los autores de los escritos encontrados. El problema ha surgido por el encuentro de cadáveres de mujeres en estas ruinas¸ así como la referencia a esposas y madres aparecidas en textos de 4Q, lo que no es fácilmente explicable si tenemos en cuenta los datos que acabamos de aportar. Se ha intentado de diversos modos dar respuesta a estas cuestiones, con tesis que van desde los que niegan por completo cualquier relación entre los rollos y los habitantes de las ruinas de Qumrán hasta los que hablan de una completa identificación entre ambos12. Hoy la hipótesis mayoritariamente aceptada es ésta: Los rollos fueron escritos por un grupo de personas, judías, dedicadas al estudio de las Escrituras Sagradas con el fin de hallar en ellas una ley que sirviera para todo Israel y, de modo particular, para su grupo. El principal interés de estas personas era la observancia del mandato divino que exige la santidad de Israel (cf. Lev. 11, 44; 19, 2; 20, 7. 26);
4Q Test
y como modo de acceder a esa santidad buscada, al margen del sacerdocio de Jerusalén, apuestan por rituales específicos de purificación. Este interés se dio particularmente entre los grupos esenios, pero no sólo entre los que vivían en Qumrán, sino también entre otros esenios que habitaban en ciudades y pueblos13. ¿Qué relación existe entre ambos grupos? Probablemente el grupo de Qumrán fue una escisión de corte puritano de la mayoría de los grupos esenios14 , aunque no de todos, ya que algunos de ellos seguirían manteniendo contac-
Plinio Segundo: Historia natural, V, 73. Estos mismos datos, con pequeños añadidos (referidos sobre todo al celibato de los habitantes de Qumrán), son confirmados por el también historiador romano Julio Solino (cf. Collectanea rerum memorabilium, XXXV, 9-12) y por el historiador judío Flavio Josefo, quien además aporta como características de estas personas las siguientes: su estructuración jerárquica, comunidad de bienes, oración en común, comidas rituales, purificaciones, proceso de iniciación a la esta vida comunitaria, estima por los libros sagrados y su custodia, la práctica de la adivinación y su distribución en comunidades federadas (cf. Sobre la guerra judía, II, 8, 213). Para un estudio más detallado de la comunidad esenia cf. González Lamadrid, A.: Los descubrimientos del Mar Muerto. Cuarenta años de hallazgos y estudio, BAC, Madrid3, 1985, 117-223. 12 Para este punto cf. Cf. Davies, Ph. R.-Brooke, G. J.-Callaway, Ph.: Los rollos del Mar Muerto y su mundo, AE, Madrid, 2002, 204-205. 13 El movimiento esenio es mucho más amplio que el formado por los habitantes de Qumrán, está formado por personas que “no viven separadas del resto del judaísmo sino que se hallan diseminadas por todas las ciudades del país” (García Martínez, F.: Textos de Qumrán, Ed. Trotta, Madrid4, 1993, 41). 14 “El grupo de Qumrán se origina precisamente mediante una ruptura ocasionada dentro del movimiento esenio del que sus miembros fundadores formaban parte” (García Martínez, F.: O. c., 41). 11
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V.- Valor de estos manuscritos para los estudios bíblicos Hasta los descubrimientos del Mar Muerto las copias más antiguas del AT eran tres códices hebreos (El códice del Cairo, El códice de Alepo y El códice de Leningrado) fechados entre los ss. IX-XI p. C. Con los hallazgos del desierto de Judá nos encon-tramos de pronto con unos textos que llegan a ser hasta doce siglos más antiguos. Nadie posiblemente se hubiera atrevido a soñar, poco antes de 1946, en que a mediados del s. XX íbamos a poder tener en nuestras manos unos escritos tan valiosos, que algunos de ellos, como hemos visto, apenas se separan un siglo del momento en que ciertos libros fueron redactados, como sucede por ejemplo en el caso de los fragmentos de Qoh. halla-dos en la cueva 4 (4QQoha).
¿Qué se ha conseguido con esto? Si bien es cierto que las diferencias no son muchas respecto a los textos ya conocidos, sí se ha recuperado la pluralidad inicial, abortada por la unificación de los textos llevada a cabo por los rabinos en los ss. I-II p. C.16 . Hoy de hecho todas las traducciones bíblicas importantes tienen en cuenta estos textos, como podemos ver, v. g., en la Biblia de Jerusalén, donde, en la introducción al libro del profeta Isaías, se nos dice: “En una cueva a orillas del mar Muerto se ha encontrado un manuscrito completo de Isaías que probablemente data del siglo II antes de nuestra era. Se aparta del texto masorético por una ortografía especial y por variantes que en parte son útiles para la fijación del texto. Las indicamos en las notas mediante las siglas 1QIsa” 17. Acontece esto no sólo con los libros hoy canónicos del AT, sino también con otros no incluidos en dicho canon judío (v. g.: Sir., Tob., Bar. 6 [Carta de Jeremías], Libro de los Jubileos, Testamento de los Doce Patriarcas, Libro de Enoc), obras que gozaban de gran predicamento entre la comunidad qumránica y que posiblemente consideraban también como canónicos, lo que nos lleva a una época en la que el canon bíblico del AT no estaba completamente configurado. En síntesis, lo descubierto en Qumrán es tan abundante y variado, que podemos afirmar que a partir de ello la historia del texto bíblico ha cambiado de aspecto y de configuración; se ha abierto una nueva era en la historia de la crítica textual del Antiguo Testamento.
Vi.- ¿dónde pueden hoy ser vistos estos manuscritos? Como un mero apéndice ponemos aquí este dato que puede ayudarnos a saciar nuestra curiosidad por estos venerables textos. El lugar más importante por el número de textos que posee, es sin duda el Museo de Israel, situado en el centro de Jerusalén, en el Santuario de Libro, un edificio construido con la finalidad de dar albergue a estos rollos. Allí se conservan entre otros los siete rollos mayores hallados en 1Q. El Museo arqueológico de Amán posee el célebre Rollo de Cobre, texto famosísimo, pues en él se nos describen los lugares en los que están escondidos fabulosos tesoros; nos dice,
García Martínez, F.: O.c., 42. Para un estudio más detallado cf. González Lamadrid, A.: O.c., 227-245. 17 AA. VV.: Biblia de Jerusalén, Ed. Desclée de Brouwer, Bilbao, 1978, 1042. 15 16
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to con el grupo separado que habitaba en el desierto (lo que explicaría, al menos en parte, la presencia de cadáveres de mujeres y la alusión a esposas y madres). ¿Cuáles fueron los motivos más importantes que llevaron a esta ruptura entre ambos grupos esenios? El estudio de los documentos encontrados en Qumrán “nos permite concluir que las disputas fundamentales dentro del movimiento esenio durante el período de formación de la secta de Qumrán y que provocarán finalmente la ruptura, se centran en la cuestión del calendario y de la consiguiente organización del ciclo festivo y, sobre todo, en una forma particular de interpretar las prescripciones bíblicas relativas al templo, al culto y a la pureza de las personas y las cosas. Esta halaká particular se funda en la conciencia del Maestro de Justicia de haber recibido por revelación divina la interpretación correcta del texto bíblico y en la percepción por sus seguidores de esta interpretación como revelada y normativa. (...) El rechazo de la mayoría de los miembros del movimiento esenio de estas pretensiones y la no aceptación de esta halaká terminará por obligar al grupo del Maestro de Justicia y de sus seguidores a retirarse a la soledad del desierto”15. Es cierto que estas palabras no responden de modo definitivo a la gran cantidad de interrogantes que han surgido en los últimos años; sin embargo, al menos con los datos que hoy se tienen, parece ser la solución más fácil de admitir.
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30 por ejemplo, lo siguiente: “En el monumento funerario de la tercera: cien lingotes de oro. (...) En la tumba que hay en el torrente de ha-Kipa, en la venida de Jericó a Sekala, excava siete codos: treinta y dos talentos”18. En el Museo Rockefeller existen fragmentos de las once cuevas, en la Biblioteca Nacional de París fragmentos de 1Q, otros están en manos de particulares, etc. Hoy están ya publicados todos los textos en las más importantes lenguas; también en castellano tenemos una traducción que podemos hallar en la obra de F. García Martínez que acabamos de citar.
Vii.- Qumrán, el judaísmo y el cristianismo Las tendencias unificadoras del texto, surgidas como dijimos en los ss. I-II p. C., no sólo afectaron al texto bíblico sino también al judaísmo en sí; hecho que se vio potenciado por la práctica desaparición después de la guerra judeorromana tanto del saduceísmo como del esenismo y del zelotismo, con lo que quedó el fariseísmo como única corriente (si bien que no uniforme) victoriosa en el judaísmo posterior. Y prácticamente fue éste el pensamiento dominante que había llegado hasta los descubrimiento de Qumrán. Los manuscritos allí encontrados (más lo que ya conocíamos por los textos neo-testamentarios y otros escritos cristianos) nos da una visión mucho más plural y rica de la cultura y de la religión judías19. Estas corrientes, más o menos heterodoxas, tienen sus mejores representantes en los samaritanos (en el norte) y en los esenios (en el sur), ambos enfrentados al judaísmo más oficial de Jerusalén y su templo, puestos en crisis en cuanto a su capacidad normativa y referencial por los textos qumránicos, para quienes sus propias autoridades son los que transmiten la doctrina que purifica realmente20. También nos ofrecen estos textos, por sólo poner un ejemplo más, una visión más amplia y colorista del judaísmo primitivo en lo que se refiere a la expectativa del inminente final de la historia y la llegada del mesías, o de los mesías.
Nos encontramos, pues, con una descripción mucho más rica y detallada de la realidad judía en la época tardohelenista y romana, que, como vamos a ver inmediatamente, enriquece no sólo nuestro conocimiento del judaísmo de esa época, sino también el del cristianismo naciente, que convive con él durante varias décadas, en el momento normativo más importante de su historia, ya que en él son escritos muchos de los textos cristianos más importantes (las cartas auténticas de Pablo y posiblemente, como veremos, el evangelio de Marcos). Y es que también nuestra visión del cristianismo de los primeros años se ha visto enriquecida con estos descubrimientos (veremos posteriormente si existe o no algún texto cristiano en Qumrán); ya que, por ejemplo, todo lo referente a la esperanza en la venida del mesías, la literatura apocalíptica y la concepción escatológica es compartido en muchas de sus ideas por las afirmaciones que encontramos tanto en los manuscritos del desierto de Judá como en los primeros textos cristianos.
Viii.- se ha hallado algún texto cristiano en Qumrán? No es en absoluto fácil responder a esta pregunta y de hecho las opiniones siguen aún hoy profundamente divididas. La razón es que los posibles textos cristianos no pasan de ser pequeños fragmentos de muy pocas letras, cuya interpretación parece a muchos por completo imposible. No es de la misma opinión el célebre papirólogo español, recientemente fallecido, J. O’Callaghan en lo que respecta al fragmento 7Q5 (es decir, el pequeño fragmento nº. 5 hallado en la cueva 7 de Qumrán). Oigamos lo que él mismo nos dice; pues aunque la cita sea un poco larga, su interés justifica su reproducción. Es una entrevista concedida en el año 1972 con motivo de su interpretación de este famosísimo fragmento: “Estaba confeccionando una lista de papiros de la versión griega de los Setenta. Tenía que recoger todo el material disponible. Llevado de este empeño, aterricé en la cueva 7 de Qumrán, donde los dominicos P. Benoit y E. M. Boismard habían descubierto dos papiros griegos, según ellos del Antiguo Testamento, pero sin conseguir leerlos ni descifrar-
“Los documentos del desierto de Judá –dice el Dr. Cross-, proyectan toda su valiosa luz sobre el período creador y fluido que precede a la cristalización de la ortodoxia judía y cristiana, y esclarecen, por consiguiente, un momento crucial y definitivo para la civilización occidental” (Citado en González Lamadrid, A.: O. c., 247). 20 “No será contado entre los perfectos, no quedará limpio por los ritos de expiación, ni será purificado por las aguas lustrales, ni será santificado por los mares o los ríos, ni será purificado por toda el agua de las abluciones. Impuro, impuro será todos los días quien rechace los preceptos de Dios, sin dejarse instruir por el consejo de la comunidad (de Qumrán)” (1QS 3, 3-6). 19
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los. En ese fajo de papiros observé varios fragmentos sin paternidad literaria. Me picó la curiosidad y me sometí a la prueba. La cosa era dificilísima. El fragmento que llevaba la sigla 7Q5 (el quinto de la séptima cueva de Qumrán), los arqueólogos descubridores lo describían así: ‘Fragmento de color castaño claro, casi gris, escrito sobre una cara con tinta negra. Altura máxima 3.9 cms., anchura máxima 2.7 cms., la parte inferior es ancha de un centímetro y 7 milímetros’. Se conservan los restos de algunas letras de cinco líneas: en la primera (de las líneas) ha quedado una sola letra, cinco en la segunda, seis en la tercera, cuatro en la cuarta y cuatro también en la quinta. Veinte letras en total. De éstas sólo once son legibles con toda certeza, los otros nueve signos son sólo probables. Un verdadero rompecabezas. Se trabaja partiendo de lo más claro y cierto hacia lo más oscuro e incierto.
Aunque el texto esté en griego, son válidos los ejemplos que propone el P. O’Callaghan, al ser comunes las raíces de ambos términos en griego y en castellano. 22 En griego Genesaret se escribe con doble ene, es decir, Gennesaret. 23 Vida Nueva, 1798 (13-VII-1991) 6-8. El P. O’Callaghan ha creído encontrar textos cristianos en otros fragmentos de 7Q; pero esta lectura ya no es tan clara (cf. O’Callaghan, J.: Los papiros griegos de la cueva 7 de Qumrân, BAC, Madrid, 1974; el estudio de 7Q5 se encuentra en las pp. 44-61). Cf. además de este mismo autor: “¿Papiros neotestamentarios en la cueva 7 de Qumrán?”, Biblica, 53 (1972) 91-100. 21
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7Q5 (muy ampliado)
En la quinta línea aparecen con toda certeza cuatro letras, que si las transcribimos al castellano serían ‘GENN’. Los estudiosos sugerían que podría tratarse de una ‘GENealogía’, podían pertenecer al verbo ‘enGENdró’21 . Le di mil vueltas a las propuestas y al final desistí, como sus editores; no había un solo texto en todo el Antiguo Testamento que encajase en las letras y líneas de este papiro. Iba ya a pasar a otra cosa y abandonar por imposible su lectura, cuando me fulguró una intuición: ‘¿Y si perteneciera a la palabra GENNesaret22 ?’. Busqué la palabra en toda la Biblia, sólo aparecía en el Nuevo Testamento. Me metí en los evangelios, llegué a Marcos, capítulo 6, versículos 52-53; la coincidencia era total. (...) ¡No puede ser! Ese ‘no puede ser’ es el martillazo que ha herido mis oídos durante veinte años. Hoy finalmente son muchos los científicos que responden ‘pues puede ser, porque es un hecho y ante los hechos para nada valen los argumentos’. (...) El fragmento, por el tipo de papiro, y sobre todo de escritura, de la forma de las letras, era anterior al 50 y en absoluto no podía ser posterior al 68, año de la guerra con los romanos, en el que la cueva 7 de Qumrán fue cerrada hasta 1960 en que se volvió a abrir. (...) En la cueva 7 ciertamente hubo cristianos. No todos los que vivían en los alrededores (de Qumrán) eran de la secta de los esenios”23. Posee este texto además un muy importante valor añadido: es un fragmento redaccional, es decir, sirve de sutura entre dos relatos, lo que implica una obra, en este caso el evangelio de Marcos, totalmente terminada. Aunque esta lectura no es universalmente aceptada, argumentos de crítica interna extraídos de Mc. parecen avalarla; y de hecho cada vez son más los autores que opinan que esta lectura de O’Callaghan es irrebatible. La consecuencia sería que en Qumrán hubo también, ciertamente que minoritaria, una presencia cristiana; lo que no tiene por qué extrañarnos; ya que, como bien sabemos, es posible que el mismo Pablo se retirase al desierto tras su conversión (cf. Gál. 1, 17), lo que en pocos años fue una práctica bastante común entre los cristianos.
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iX.- “Los rollos del mar Muerto (...) no coinciden con los evangelios de la Biblia” (Código da Vinci) En los últimos tiempos ha aparecido una obra cuyo éxito ha sido fulgurante24 , pero cuyas afirmaciones sobre cuestiones paleobibliográficas no parecen ser muy dignas de crédito. Es cierto que sólo es una novela y no una obra histórica; pero el autor dice en este libro suyo que “todas las descripciones de obras de arte, edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta obra son veraces”25 ; pero, ¿es así? Sólo vamos a tener en cuenta “los documentos” y, de modo más concreto, lo que en esa obra se dice acerca de los hallazgos en Qumrán. Pues bien, D. Brown afirma que “algunos de los evangelios que Constantino pretendió erradicar se salvaron. Los manuscritos del Mar Muerto se encontraron en la década de 1950 en una cueva cercana a Qumrán, en el desierto de Judea. Y también están, claro está, los manuscritos coptos hallados en Nag Hammadi en 1945”26 . Como sabemos, los primeros textos de Qumrán fueron descubiertos en la década de los cuarenta, no en la de los cincuenta, y no tienen relación alguna con ellos los textos de Nag Hammadi. Y desde luego sería una noticia de primerísima importancia poder demostrar que Constantino no sólo conociese estos textos, sino además que fueran salvados de sus instintos destructivos por no se sabe quiénes. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Dice también el autor: “El Vaticano, fiel a su tradición oscurantista, intentó por todos los medios evitar la divulgación de esos textos. Y con razón. Porque con ellos se quedaban al descubierto maquinaciones y contradicciones y se confirmaba que la Biblia moderna había sido compilada y editada por hombres que tenían motivaciones políticas; proclamar la divinidad de un hombre, Jesucristo, y usar la influencia de Jesús para fortalecer su poder”27 . No sé lo que hizo o pudo hacer el Vaticano; lo que sí es claro que ambos textos (los de Qumrán y los de Nag Hammadi) están publicados (el segundo hace muchos años), y en ediciones baratas, en todas las lenguas importantes28 .
Y finalmente nos aporta esta curiosa perla: “Son las copias de los rollos de Nag Hammadi y del Mar Muerto de los que hablaba antes. Los primeros documentos del cristianismo. Curiosamente, no coinciden con los evangelios de la Biblia”29. Teniendo en cuenta sólo lo que dice respecto a los rollos del mar Muerto, ya hemos visto cómo resulta dificilísimo afirmar con total seguridad la presencia de textos cristianos en Qumrán; el único texto fiable (7Q5) sí parece coincidir exactamente (si es correcta la lectura propuesta por O’Callaghan) con Mc. 6, 52-53. No parece que le hubiera resultado demasiado difícil a D. Brown haberse informado adecuadamente acerca de estas cuestiones técnicas a las que se enfrenta en su obra con un desconocimiento casi absoluto.
X.- conclusión Después de este breve recorrido lo único que me queda es invitar a cualquier posible lector a que se adentre en el estudio de los textos bíblicos y del entorno que los rodea; existen importantes obras, no destinadas a especialistas, que pueden aportar una información detallada y fiable acerca de todo este mundo apasionante. Las obras que han ido apareciendo en notas pueden ayudarnos en esta tarea.
“Los documentos del desierto de Judá –dice el Dr. Cross-, proyectan toda su valiosa luz sobre el período creador y fluido que precede a la cristalización de la ortodoxia judía y cristiana, y esclarecen, por consiguiente, un momento crucial y definitivo para la civilización occidental” (Citado en González Lamadrid, A.: O. c., 247). 20 “No será contado entre los perfectos, no quedará limpio por los ritos de expiación, ni será purificado por las aguas lustrales, ni será santificado por los mares o los ríos, ni será purificado por toda el agua de las abluciones. Impuro, impuro será todos los días quien rechace los preceptos de Dios, sin dejarse instruir por el consejo de la comunidad (de Qumrán)” (1QS 3, 3-6). 19
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lA dESAmoRTIzACIÓN RElIGIoSA dE mENdIzÁBAl EN doN BENITo José María de Peralta Sosa. El día 14 de Septiembre de 1835, toma poder, como Presidente del Gobierno, Juan Álvarez Méndez, más conocido por Mendizábal. Su nefasto gobierno será corto, sólo durará hasta el 15 de Mayo de 1836. En su Programa o manifiesto político publicado en “La Gaceta” (lo que hoy día es el B.O.E.), prometía poner inmediato fin a la Guerra Civil, sin otros recursos que los nacionales; fijar de una vez la suerte de las Comunidades Religiosas, crear el Crédito Público, y afianzar, con las prerrogativas del Trono, los derechos y deberes del pueblo; una amplia amnistía general y convocatoria de Cortes para el 16 de Noviembre, con la finalidad de revisar el Estatuto Real. Mas poco antes de que tuviera lugar la reunión de Cortes, realizó Mendizábal el acto más transcedental de su Gobierno: suprimir por decreto de 11 de Octubre de 1835 las Comunidades Religiosas, exceptuando las que se consagraban a la enseñanza de los niños pobres y a la asistencia de los enfermos. La excepción se amplió después a los Noviciados de Misioneros para Filipinas. Ciertamente esta actitud fue debida a las Sociedades Secretas a las que él mismo pertenecía y en las que se trabajaba denodadamente por la disolución de las Comunidades Religiosas, diciendo que los Frailes eran generalmente absolutistas y Carlistas. El fin exterior o público para tomar tal medida fue arbitrar recursos para la Guerra Carlista, mediante la venta de los abundantes bienes de “manos muertas”, nombre que se dio a los bienes eclesiásticos; con tal medida se creaba una burguesía adicta al Partido Liberal. No se obtuvieron para el Erario Nacional las cuantiosas sumas que se auguraban; pero los compradores se apataron del carlismo para venir a dar fuerza al elemento burgués y moderado que había de predominar en la política española durante muchos años. Con esta breve introducción, pasemos a ver cuáles fueron sus resonancias locales, pues las comarcales y regionales necesitarían un amplio trabajo, ya que sólo las ventas de Trujillo, Medellín, Mérida, Guareña, Guadalupe y Magacela, requerirían unas 300 páginas, por lo cual he creído debía extractar lo más posible centrándome
solamente en Don Benito y eliminando cuantos datos económicos he hallado. Don Benito, población enclavada en una de las Comarcas más ricas y fértiles de España, con un sentido religioso y caritativo digno de loa y encomio, tenía cuando llegó la Desamortización de Mendizábal, dos Hospitales amplios y servidos por Comunidades Religiosas, y aunque en el Decreto de 11 de Octubre de 1835 se ordena no expropiarlos, sufrieron los rigores del expolio. Uno de estos Hospitales se hallaba en la esquina de la calle Palacios (hoy Doña Consuelo Torre), con la calle de la Cuna (hoy Alonso de Mendoza). Este Hospital tenía unas 20 camas para hombres y otras 20 para mujeres, atendido por monjas, probablemente jerónimas, o relacionadas con el Convento Jerónimo de Guadalupe, ya que el Visitador General del Convento era el Prior de los Jerónimos; al menos así lo era cuando tuvo lugar la Batalla de Medellín contra los franceses. Este Hospital contaba con todo lo necesario para las atenciones de los enfermos, su alimentación y la de la Comunidad de Religiosas que le atendía. El lugar fue, después de la Desamortización, ocupado por un Cuartel de la Guardia Civil, y al construirse la nueva Casa Cuartel para el Benemérito Cuerpo, quiso don Antonio CabezasManzanedo y Paredes, cumpliendo la voluntad testamentaria de su esposa doña Cosuelo TorreIsunza y Alguacil-Carrasco, construir en el mismo lugar el Hospital de San Antonio, que hoy tiene Don Benito; mas no siéndole concedido por las autoridades sanitarias provinciales tal permiso, tuvo que construirse dicho hospital entre las calles de Huertas y Cervantes, terminándole don José de Sosa y Parejo. Otro Hospital, y también dando a la Plaza Mayor (hoy Plaza de España), llamado de San Andrés y Santa Adela, existió en la esquina de la calle la Virgen. Este era aún mayor que el anterior pues podía albergar 70 enfermos; de él sólo se conserva la Capilla dedicada a la Virgen Guadalupe (es de estilo neoclásico, la portada toda ella de piedra, y de cuya capilla se conservan piadosas tradiciones). Dependía este Hospital en su administracción, de los francisacanos, hasta la batalla de Medellín contra los franceses,
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Catedrático. Profesor Emérito de la UEX
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34 y desde entonces del Obispo de Plasencia, hasta la Desamortización, en la que fue vendido a precio de solares. También había un gran convento de Religiosas Agustinas Calzadas que ocupaba el terreno comprendido entre las calles de Mirador (llamada así porque allí estaba el “mirador” de las monjas), calle de las Monjas (hoy Ana Solo de Zaldívar), y la calle de Villanueva. Hasta que se construyó la Casa de la Cultura (donde estuvo el Ayuntamiento), se conservaban de aquel convento algunos recuerdos, llamándose al lugar “entre las dos iglesias”, por estar frente a la fachada Norte de la Parroquia de Santiago. La actual Plaza de Abastos era la huerta del Convento. También existía la portada de la iglesia conventual en cuyo interior estuvo después el Juzgado, la Casa de Socorro y el Salón de Sesiones del Ayuntamiento; el campanile que había sobre la puerta de la iglesia tenía una campana para tocar a fuego. De aquel expolio, llamado Desamortización, sólo se conserva la antigua Casa Cuna, hoy muy bien reconstruída, ampliada y regida por las Religiosas Hijas de María Madre de la Iglesia. Tal Casa Cuna sufrió los destrozos de una revolución local, con motivo de estar situada junto a la Cilla o silo de granos, en cuyas paredes estaba indicada la cantidad de cereales que cabían en cada habitación. Fueron también desamortizadas tierras de barros propiedad de estos conventos, y que aún conservan el nombre de “Las Monjas”, “EL Coto”, además de otras muchas entre las cabe destacar “Cerros Gordos”, “Remondo” (nombre que le dió la choza de un antiguo anacoreta llamado Raimundo) y “la Dehesa del Cabildo”, propiedad que fue del Cabildo Catedralicio de Plasencia. Por último, fueron expropiadas las parcelas de fincas rústicas propiedad de la Ermita de la Piedad, así como el Hospicio anejo a la Parroquia de Santiago, hoy derribado.
No sólo hay que considerar la Desamortización de Mendizábal como un fenómeno aislado; veamos sus precedentes: 1.- Un breve del Papa Pío VII, del año 1805, por el cual se autoriza la enajenación de la propiedad privada hasta un máximo de 6.400.000 reales en renta para los bienes de la Iglesia, que hasta entonces no podían enajenarse. 2.- En Agosto de 1809, el rey José I (hermano de Napoleón), suprime todas las Órdenes Religiosas, y sus bienes pasan al Estado, como Bienes Nacionales, y la Orden de 16 de Octubre del mismo año, decreta la desamortización de bienes eclesiásticos. Con motivo de la Guerra de la Independencia y la huida del Rey a Francia, no tuvo repercusión tal Orden. 3.- Las Cortes de Cádiz y el Gobierno Liberal de Fernando VII, de 1820 a 1823, decretan la desamortización de Conventos, Capellanías y Colegios de las Ordenes Militares. 4.- Mendizábal, por el ya mencionado Decreto, declara propiedad nacional los bienes raíces, rentas, derechos y acciones de las Comunidades Religiosas, que deberían venderse en pública subasta, responsabilizándose el Estado del pago de la renta que dichos bienes producían a la Comunidades religiosas. 5.- La subida al poder de los moderados, produjo la Ley de 9 de abril de 1845, restituyendo la venta de bienes nacionales (aunque en Don Benito no afectó a los bienes adquiridos por el Municipio). 6.- Desde la firma del Concordato de 1851, el importe de las ventas quedan a favor de la iglesia, que los invertirá en “Valores del Estado”. 7.- Otras leyes desamortizadoras serán la de Madoz de 1855, la del 18 de Mayo de 1865, y la del 18 de Diciembre de 1869, pero que no han de afectar al Patrimonio de la Iglesia, sino al del Estado, y bienes de la Corona.
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PÍCARoS CAlABAzoNES EN El SIGlo dE oRo
Los muros de Sevilla y las costas de Cádiz fueron los límites más señalados para la geografía picaresca del Siglo de Oro. Desde el segundo Lázaro de Tormes hasta Guzmán de Alfarache, Rinconete y Cortadillo o los dos perros Cipión y Berganza, fueron legión los pícaros literarios que dirigieron sus pasos a esas tierras; y lo hicieron así porque antes los pícaros de verdad habían hecho su asiento en ellas. Sevilla, además de acoger su famosa Cárcel Real, era entrada y salida de riquezas alrededor de las cuales se abigarraban pobres y delincuentes; por su parte, en el litoral gaditano estaban las famosas almadrabas del duque de Medina Sidonia. Ya el continuador anónimo del Lazarillo de Tormes hizo que en su segunda parte, de 1555, Lázaro se convirtiera en atún y anduviese por los mares de Zahara y Barbate, en alusión más que posible al entorno picaresco que rodeaba las almadrabas del duque, conocido en la época como el «dios de los atunes». Al mismo tiempo y si hemos de creer a Félix Persio Bertiso en su poema Segunda parte de la vida del pícaro (Sevilla, 1654), a la pesca del atún se le llamaba la «conquista de Túnez» en jerga agermanada. La cosa terminó por pasar al refranero de la época, que recogía como dicho común ese de «Ir por atún y ver al duque». La importancia de aquellas almadrabas del de Medina llegó a ser tal entre los pícaros, que Cervantes las describió en la Ilustre fregona como cátedra de la picardía, donde graduó al joven Carriazo: «Pasó por todos los grados de pícaro hasta que se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara, donde es el finibusterrae de la picaresca. ¡Oh pícaros de cocina, sucios, gordos y lucios; pobres fingidos, tullidos falsos, cicateruelos de Zocodover y de la plaza de Madrid, vistosos oracioneros, esportilleros de Sevilla, mandilejos de la hampa, con toda la caterva inumerable que se encierra debajo deste nombre pícaro!, bajad el toldo, amainad el brío, no os llaméis pícaros si no habéis cursado dos cursos en la academia de la pesca de los atunes. ¡Allí, allí, que está en su centro el trabajo junto con la poltronería! Allí está la suciedad limpia, la gordura rolliza, la hambre prompta, la hartura abundante, sin disfraz el vicio, el juego siempre, las pendencias por momentos, las muertes por puntos, las pullas a cada paso, los bailes como
en bodas, las seguidillas como en estampa, los romances con estribos, la poesía sin acciones. Aquí se canta, allí se reniega, acullá se riñe, acá se juega, y por todo se hurta. Allí campea la libertad y luce el trabajo; allí van o envían muchos padres principales a buscar a sus hijos y los hallan; y tanto sienten sacarlos de aquella vida como si los llevaran a dar la muerte». Testigo excepcional de ese mapa de la picaresca entre finales del siglo XVI y principios del XVII fue el padre Pedro de León, jesuita que ejerció de confesor en la Cárcel Real de Sevilla y que recorrió entre 1582 y 1615 los pueblos de Andalucía y Extremadura en misiones evangelizadoras. La memoria de todos esos viajes la dejó escrita en un Compendio de algunas experiencias en los ministerios de que usa la Compañía de Jesús, con que prácticamente se muestra con algunos acontecimientos y documentos el buen acierto en ellos, por orden de los superiores, que pudo terminarse hacia 1616. El manuscrito que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Granada pasó sus penas acompañado de una singular nota de los superiores del padre León en la Compañía de Jesús, que rezaba: «Este cartapacio ordena el Padre Provincial que se ponga en la librería del Colegio de la Compañía de Jesús de Granada, y que no se saque de la dicha librería sin licencia del superior, y que esto sea por dos horas, y se vuelva luego a poner en su lugar. Fecha en Sevilla a 6 de mayo de 1619. Agustín de Guindo». Y es que las crudezas y verdades con que el Compendio retrata la España de la época debieron de parecerles excesivas. El propio León dio cuenta de ello no sin amargura: «A todos los Padres a quienes he dado a leer este Compendio, que no han sido pocos, ni de los menos cualificados, les ha parecido que le sobra una cosa, que en otros escritos se suele desear mucho, que es la verdad, por falta de la cual los suelen echar por ahí, y no los quieren ver, ni oír, y no han faltado algunos muy entendidos y muy siervos de Dios, que han tenido temor que no han de gustar a todos tantas verdades». El padre Pedro de León recorrió varias veces los caminos entre Sevilla y aquellas famosas almadrabas de Vejer, Barbate, Cádiz o Zahara que rentaban a su dueño ducados a espuertas. La descripción que hace de la gente que vivía en aquel entorno viene a coincidir en los términos
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Luis Gómez Canseco
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36 con Cervantes en la Ilustre fregona o con el segundo Lazarillo anónimo. Los que por allí se dejaban caer eran más bien ateos o moriscos devotos de Mahoma, que vivían en los límites del orden social y más allá de las fronteras de la ortodoxia religiosa. Los frailes franciscanos que cuidaban de la zona se esforzaron inútilmente en convertirlos, mientras ellos actuaban al margen de cualquier poder, pues, entre otras cosas, contaban con la protección del Duque de Medina, por los muchos cuartos que le iba en ello. Eso sí, no deja de ser curiosa la noticia que el jesuita ofrece sobre un concurso poético que organizó en Conil en honor a la Inmaculada Concepción y en el que los almadraberos participaron con poemas y jácaras a lo guapo, es decir, siguiendo el modelo que Quevedo había abierto con su famosa «Carta de Escarramán a la Méndez». Si nos atenemos al testimonio del Compendio de algunas experiencias en los ministerios de que usa la Compañía de Jesús, un buen número de esos pícaros históricos tuvieron su origen y nacimiento en Don Benito. El padre León sitúa la zona más transitada por estos pícaros calabazones en torno al arroyo de San Juan, que asegura estaba dominado por estos dombenitenses perdularios: «No hay otra gente que se atreva a pasar por allí sino ésta, que de ordinario son de Extremadura, y los más de ellos de un pueblo que se llama Don Benito y de otros por allí cercanos». Al parecer, estos mozos habían hecho de aquellas tierras su predio, imponiendo una ley propia a los que por allí se acercaban: «…si otros de por acá van a buscar en qué trabajar, o se hacen por sus mañas o se van a otras partes, porque no los pueden sufrir». El capítulo XXVII del Compendio retrata con detalle las malas artes de nuestros antiguos convecinos, a los que el jesuita califica de «gente del diablo» y compara con «moros sin rey». Las condiciones con que se describe la existencia de nuestros pícaros se ajusta a la imagen literaria de la vida sin orden, la sucesión de amos y la afición al juego que retrató Mateo Alemán en el Guzmán de Alfarache o Quevedo en su Buscón: «Los más de ellos son vagabundos que no viven de otra cosa sino de andar de heredad en heredad por aquellos pagos de la Serrezuela del Romeral y del arroyo de San Juan, jugando y comiendo de lo que ganan». Pero, más allá de la risa crítica de la novela picaresca, el padre Pedro de León caracteriza a estas gentes de Don Benito por su continuada y voluntaria separación de la Iglesia, asegurando que son «gente de
mala vida, forajidos, matadores, ladrones y jugadores y, finalmente, hombres a quienes les pasan los dos y los cuatro años y muchos más, sin confesar ni acordarse de que son cristianos». Y es más que probable que el jesuita no exagerara, pues ese mismo impulso de salida, de búsqueda de otras vidas mejores aun en el riesgo, llevó a muchos dombenitenses a cruzar los mares y alcanzar las nuevas tierras de las Indias, aunque al final algunos de ellos no dieran en pícaros, sino en héroes.
BIBLIOGRAFÍA ANÓNIMO, Segunda parte del Lazarillo, ed. Pedro Piñero Ramírez, Madrid: Cátedra, 1999. CERVANTES, Miguel de, Novelas ejemplares, ed. Jorge García López, Barcelona: Crítica, 2001. LEÓN, Pedro de, Compendio de algunas experiencias en los ministerios de que usa la Compañía de Jesús, con que prácticamente se muestra con algunos acontecimientos y documentos el buen acierto en ellos, por orden de los superiores, en Pedro Herrera Puga, Grandeza y miseria en Andalucía. Testimonio de una encrucijada histórica (1578-1616), prólogo de Antonio Domínguez Ortiz, Granada: Universidad de Granada, 1981. NÚÑEZ RIVERA, Valentín, «Claves para el segundo Lazarillo, 1555. El continuador anónimo interpreta su modelo», Bulletin Hispanique, 2 (2003), pp. 333-369. SOLÉ, Antón, Los pícaros de Conil y Zahara. Estudio histórico sobre los jesuitas y las almadrabas del duque de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo XVI, Cádiz: Diputación de Cádiz, 1965.
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doN BENITo EN lA PRENSA PACENSE dE HACE 40 AñoS Juan José Arias Moreno de Badajoz, editado entre 1864 y 1892 los días 3, 8, 13, 18, 23 y 28 de cada mes. Conviene decir que el estilo de aquellas crónicas, como las de cualquier periódico de la época, difería bastante del de las actuales; sorprende mucho, por ejemplo, la presentación y el hecho de mezclar información con opinión. Como cabe esperarse, abundaban los artículos de denuncia pública, los que intentaban llamar la atención a las autoridades buscando la solución de algún problema y, por supuesto, la narración de acontecimientos, fiestas, etc. No escaseaba tampoco la divulgación de los servicios ofrecidos al público por ciertas entidades privadas, siempre que estuvieran en el marco ideológico del periódico. Muchas veces eran los propios lectores quienes escribían unas cuartillas sobre asuntos públicos o particulares y las remitían al director para su publicación. A continuación reproducimos algunas de aquellas viejas reseñas sobre Don Benito, o remitidas desde esta ciudad. Todas fueron publicadas hace alrededor de 140 años. Por entonces el corresponsal “oficial” era Francisco Nicolau, cuya identidad tal vez se corresponda con la de Francisco Nicolau Solanllonch, médico con ejercicio en la ciudad dombenitense, quien, por cierto, publicó en el mismo medio, a manera de folletín, el Discurso leído en la Universidad Central por Don Francisco Nicolau Solanllonch en el acto de recibir la investidura de doctor. Empezamos dando a conocer el escrito periodístico más antiguo que hemos visto sobre Don Benito. Fue publicado el 3 de septiembre de 1864, pág. 1 del referido periódico. Es muy breve, no está firmado y dice textualmente: Según nos informan, uno de los vecinos de Don Benito que más pérdidas ha tenido á causa de los fuegos habidos únicamente en las dehesas de los contornos de aquella ciudad, es D. Santiago Solo de Zaldivar. Solamente en el Turuñuelo, se le quemaron unas setecientas fanegas de grano y el pasto de la dehesa. La causa del fuego parece que se atribuia á una exalacion. Unos meses después, al corresponsal le preocupaba el lamentable estado de la torre de la parroquia de Santiago y su derrumbamiento, lo que nos narra en las dos siguientes crónicas publicadas en el mismo número, concretamente en las págs. 1 y 2 del día 13 de diciembre de
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Desde hace unas siete décadas tenemos en Extremadura únicamente dos diarios de información general y difusión provincial o regional: El Periódico de Extremadura (antes Extremadura), de Cáceres, y Hoy, de Badajoz. Sin embargo, desde que la prensa tomara auge en nuestra región a mediados del siglo XIX y hasta la época de la Segunda República, las publicaciones diarias (o con una periodicidad de varios números al mes) editadas en cada una las capitales de nuestras dos provincias venían siendo de cuatro o cinco por término medio, y su difusión era generalmente provincial. A estos periódicos hay que sumar otros, normalmente semanarios, que se elaboraban en los pueblos extremeños de más población, y cuya difusión era local o a lo sumo comarcal. El número de páginas de unos y otros no solía exceder de 4 ó 6, de las que la mitad venían estando dedicadas íntegramente a publicidad. Todos los rotativos eran de corta tirada: tres o cuatro mil ejemplares por número, los más leídos, y algunos cientos los de menor difusión. Por fortuna se conservan colecciones, a veces completas, de bastantes de estos periódicos, principalmente en bibliotecas-hemerotecas de las dos capitales extremeñas y de Madrid. Son los casos de la “Bartolomé José Gallardo” (Badajoz), Real Sociedad Económica de Amigos del País (también en la ciudad pacense), Rodríguez Moñino-Mª Brey (Cáceres), Biblioteca Nacional (Madrid) y Hemeroteca Municipal madrileña. Excelentes fondos hemerográficos atesoran también el Monasterio de Guadalupe, la Institución “Santa Ana” de Almendralejo o la Hemeroteca Municipal de Mérida. Don Benito fue una de las ciudades que tuvieron semanarios en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, casi todos de corta vida. Nosotros tenemos noticia de ellos gracias a la obra de Mercedes Pulido y Tomás Nogales [Publicaciones Periódicas Extremeñas.1808-1988, Diputación de Badajoz, 1989]. Así sabemos de la existencia de La Semana (año 1880. Parece que se siguió publicando con interrupciones en las primeras décadas del siglo XX), Las Noticias (1885), La Prensa, (1886-90), El Eco (1897), El mosquito (1887) o El Progreso (1891), si bien, ninguno de ellos hemos podido consultar. Por el contrario, conocemos algunos periódicos de difusión provincial radicados en Badajoz que tuvieron corresponsales en Don Benito, en uno de los cuales nos queremos detener: La Crónica
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Copia de la 1ª página (reducida) del periódico “Crónica de Badajoz” del 3 de septiembre de 1866
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“Nuestro corresponsal en Don Benito nos dice lo siguiente: Sr. Director de LA CRÓNICA DE BADAJOZ. Sírvase V. llamar la atención en LA CRÓNICA sobre el estado de la torre de la Iglesia de esta ciudad. Si no se toman medidas preventivas el dia menos pensado podrán suceder desgracias que todos lamentaremos. Bueno seria que por la autoridad competente se mandase practicar el debido reconocimiento de dicha torre para calmar lo ansiedad de los habitantes y dictar las disposiciones que el caso requiere. Entre tanto las personas de ánimo apocado dejan de frecuentar la iglesia porque creen que está inminente una proxima catástrofe. Esperamos que por quien corresponda se adoptarán las medidas convenientes en el asunto de que habla nuestro corresponsal, para evitar un siniestro de lamentables consecuencias”. [Información localizada en el ángulo inferior derecho de la pág. 1 y en la primera columna de la pág. 2].
* * * “Al entrar en prensa nuestro periódico, hemos recibido la siguiente carta de nuestro corresponsal de Don Benito. Muy señor mío: a las dos y minutos de esta tarde la torre de la iglesia de que le hablaba en mi anterior se ha venido abajo. No hay que deplorar, por fortuna, ninguna desgracia personal. Hoy mismo se habia mandado cerrar la iglesia. Las campanas y el reloj están entre los escombros. La torre se ha partido por el medio, la parte que dá a el paseo es la que se ha desplomado. La iglesia no se ha resentido en nada. Se va á marchar el correo y no tengo tiempo para dar mas detalles. Soy de V. afecmo. S. S. Q. B. S. M. Francisco Nicolau. Don Benito 11 de diciembre de 1864”. [Reseña emplazada en la parte inferior de la pág. 2]
El siguiente tema que hemos seleccionado de entre los firmados por D. Francisco Nicolau le ocupó otras dos crónicas, pero en diferentes días. El escenario de lo descrito en este caso no fue la localidad dombenitense, sino la de Castuera. Helas aquí:
“Señor Director de la CRÓNICA DE BADAJOZ. Muy señor mio: en Castuera ha sucedido que para satisfacer el caprichoso gusto de una señora, exhaumaron el cadáver de D. M. A. á pocos días de enterrado y le retrataron. ¿En donde estaba la autoridad que no impidió ó consintió semejante profanacion? Convendria que por quien puede y debe se esclareciese lo ocurrido, por que son muchos los comentarios que sobre el particular se hacen. Francisco Nicolau. [23 de febrero de 1865, pág. 2]
* * * “Correspondencia particular de LA CRÓNICA. Sr. Director de LA CRÓNICA DE BADAJOZ. Don Benito y Marzo 5 de 1865: Muy señor mio: por conducto fidedigno he sabido que el Prior de Magacela, tan luego fué sabedor de lo ocurrido en Castuera sobre la exhumacion de un cadáver de que hablé en mi anterior, tomó las medidas que el caso requería, nombrando al efecto una comision para que pasase á la referida villa, y de resulta de las investigaciones practicadas se ha mandado formar causa al cura que segun parece presenció el hecho. Estando la causa en sumario no puedo por ahora dar mas detalles; en tiempo oportuno volveré á ocuparme de este grave asunto. El celo desplegado por el Prior y la comisión es digno de elogio. Francisco Nicolau” [8 de marzo de 1865, pág. 2] Seguimos nuestro recorrido por la prensa pacense de hace casi un siglo y medio dando a conocer un largo suelto sin firma referido a la apertura de un colegio en Don Benito. Según los parámetros actualmente al uso, el escrito nos puede parecer un anuncio pagado, pero es lo cierto que apareció en el espacio dedicado a información y bajo las formas de ésta. Puede verse en el número del 3 de septiembre de 1866, págs. 1 y 2. Aquí lo transcribimos tal cual.
“NUEVO COLEGIO” Con el título de El Extremeño se ha establecido en la ciudad de D. Benito uno de segunda clase, de primera y segunda enseñanza, incorporado á nuestro
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1864. El periódico las presentaba exactamente así:
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40 instituto provincial y dirigido por el licenciado en jurisprudencia D. Pedro Valdés Quintana. La autorizacion para establecer este colegio se consiguió en Setiembre del año anterior; pero á la empresa no le fué posible llevarlo á cabo entonces. Hoy, vencidas sin duda las dificultades que antes se tocaran, ha dispuesto su inauguracion en el próximo curso de 1866-67, y así lo ha comunicado al público. Para dar á nuestros lectores una idea del objeto con que ha sido creado el establecimiento de que nos ocupamos, transcribimos a continuación un párrafo del prospecto que tenemos a la vista.
alumnos, siendo de cuenta de las familias los gastos ocasionados; pero si la enfermedad fuese ligera y no contagiosa podrán continuar en el Colegio. Las pensiones, que se pagarán por trimestres anticipados, son las siguientes:
`El objeto del Colegio es proporcionar á los padres de familia un asilo en el que sus hijos estén en lo posible á cubierto de la inmoralidad y distracciones tan frecuentes en las grandes poblaciones, como perjudiciales á la juventud: su base es la educacion moral, religiosa y social de los jóvenes, cimentada en los sólidos principios de nuestra santa Religion de un modo teórico y práctico, y su complemento es la enseñanza primaria y secundaria hasta el cuarto año inclusive por ahora, y el quinto se establecera muy pronto; estudios preparatorios para carreras especiales civiles, militares y eclesiásticas, debiéndose notar que, los que sigan estas, ganan un año que necesitarian mas estudiando en los Seminarios conciliares; y si en algun tiempo no se sintieran con vocacion al sacerdocio, pueden utilizar estos estudios para cualquiera otra carrera, lo que no podrian hacer, cursando en aquellos: estudios puramente de adorno, como son: lengua francesa, música y dibujo´.
Segunda enseñanza. Los internos de esta clase abonarán ......720 reales. Los medio-pensionistas ....................................540 Los externos ......................................................180
La matrícula de segunda enseñanza dará principio todos los años el dia 1º de Setiembre, y terminará el 15 del mismo como periodo ordinario, y el 30 como periodo extraordinario: para matricularse en este segundo periodo será necesario justificar que no se ha podido hacer en el ordinario. Los que hayan de ingresar en segunda enseñanza necesitan presentar la partida de bautismo, en que acrediten haber cumplido 10 años; y los que procedan de otros establecimientos presentarán certificacion de los estudios hechos. Los exámenes de ingreso se verifican en el Colegio en los dias 14 y 15 de Setiembre. El curso académico durará el tiempo señalado en el Reglamento; pero el ingreso en el Colegio se permitirá en cualquier época del año, porque nunca suspende sus tareas escoláticas; y los no académicos están exentos de los pagos de matricula. Habrá alumnos de tres clases: internos, mediopensionistas y externos; á los internos se les darán alimentos, limpieza de ropa interior y enseñanza; á los medio-pensionistas, merienda y enseñanza, debiendo permanecer en el Colegio desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, y á los externos solamente la enseñanza. Los internos nombrarán, si así les conviene, un encargado residente en la poblacion, que se entienda con el Colegio acerca del pago de las pensiones, y de las visitas en casos de enfermedad grave, en que los interesados sacarán con consejo del médico á los
Primera enseñanza. Los internos de esta clase pagarán al trimestre ................................................................600 reales. Los medio-pensionistas ......................................450 Los externos ........................................................36
Las de preparacion para carreras especiales, se considerara como de segunda enseñanza. Las asignaturas de adorno seran de cuenta de los alumnos. Las secciones de enseñanza son las siguientes: Primera enseñanza Comprende: lectura, escritura, historia sagrada, gramática castellana, aritmética, geometría, geografía y agricultura. Segunda enseñanza Comprende: primer año de latín y castellano, doctrina cristiana é historia sagrada, principios de aritmética, segundo año de latín y castellano, geografía descriptiva, ejercicios de geometría, primer curso de griego, aritmética y álgebra, historia general y particular de España, retórica y poética, segundo curso de griego, geometría y lengua francesa. Estudios especiales Comprenden: aritmética, álgebra, geometría, trigonometría, dibujo lineal y topográfico, frances, geografía, historia, doctrina y gramática. Estudios de adorno Lengua francesa, música instrumental y vocal y dibujo. El Colegio de que se trata no costará nada al Gobierno y por lo tanto nos place su establecimiento, que puede reportar beneficio á muchos padres de familia. Finalizamos nuestro trabajo con un escrito sobre el aludido colegio El Extremeño, remitido al periódico por un lector espontáneo, el dombenitense Juan Bautista Cámara. Se publicó en la pág. 2ª del número correspondiente al 13 de
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Copia de la 1ª página (reducida) del periódico “Crónica de Badajoz” del 13 de Diciembre de 1864
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42 noviembre de 1866 de la siguiente forma: “Uno de nuestros suscriptores nos remite para su insercion el siguiente artículo, que no tenemos inconveniente en publicar, por que nos gusta que todas las localidades tengan sus defensores que gestionen por sus intereses”.
EL COLEGIO DE D. BENITO Hay cierta clase de instituciones que por su importancia y notoria trascendencia merecen que la prensa les consagre una atencion preferente. Hé aquí porque el autor de estas desaliñadas lineas, se ha decidido á ocuparse de el colegio fundado en D. Benito con el título de El Extremeño, sino con la lucidéz y profundidad con que pueden hacerlo los que poseen ciertos conocimientos y acostumbran á escribir para el público, al menos para dar una idea ligera de los beneficios que puede reportar. Necesario era ya que en Don Benito, primer pueblo de Extremadura, hubiese un centro erigido exclusivamente á propagar ese elemento que mañana será la felicidad de los pueblos, y mucho más, cuanto que situado en uno de los tambien mejores puntos de su provincia, reune por su posicion topográfica cuantas circunstancias son apetecibles para el objeto y que se han tenido muy presentes al tiempo de su instalacion. Bien puede comprenderse los cuantiosos sacrificios que necesariamente ha habido necesidad de hacer para establecerlo y las dificultades también que allanar; pero gracias a Dios vemos hoy conseguido lo que ha tanto tiempo deseábamos, la reunión en un centro ilustrado, de los hijos de nuestro pueblo y de los de algunos de la provincia; y es indudable que han de alcanzar el triunfo apetecido, triunfo que será la base de hombres peritos en ciencia, en literatura, en artes, y por último un palenque más que contribuira a fomentar nuestros progresos. Su digno director, el Sr. Valdés Quintana como tambien los demas señores Catedráticos que le rodean no cejan un momento en trabajar en su halagüeño porvenir. Los padres de familia que se desvelan por el de sus hijos, es evidente que están de enhorabuena como lo están todos los que aman los adelantos de su país, pero con mayor motivo los primeros que se tranquilizan al ver que los seres que les son tan queridos estan recibiendo sus primeros estudios en una ciudad cuya moralidad es bien sabida, y de consiguiente retirados de ciertos centros donde las mas de las veces se dejan llevar de apariencias, que mas tarde suele sentir el que las reflexiona y cuyos resultados son harto dolorosos.
Así pues, todo padre sensato que comprenda lo peligroso que es enviar los niños en los primeros años de carrera a esos centros donde en vez de perfeccionarse su inteligencia, tocan los inconvenientes y corren los peligros que todos conocen, debe preferir para aquel objeto, puntos como el de que se trata. Mas tarde es muy posible, que los jóvenes que se hayan asociado á cultivar su entendimiento en él, se alegren de haberlo hecho y con esto el haberseles evitado los peligros é inconvenientes á que acabamos de aludir, dificiles de afrontar en los seres que carecen de experiencia, cuando gozan de cierta libertad. Conocido el bien, contribuyamos los buenos ciudadanos, á proteger y dar importancia á una institucion cuyos beneficios son indudables. Si en todos los pueblos importantes de España, hubiese estos moviles que contribuyeran en gran parte a nuestra civilizacion esparciendo por doquier sus saludables frutos, de seguro que no se hablaria en las naciones estrangeras el atraso que se nota en España, respecto a la instruccion, atraso que por desgracia es cierto. Y si aquella aspiración legítima en todo buen español se viese realizada ¿cuál seria, sinó nuestra patria, la que floreciese entre todas las de el orbe ilustrado? Pues tanto el carácter de sus hijos como su indole, son demasiado acreedores á que así suceda, y hasta entonces no podremos darnos por satisfechos. Mientras esto no podamos contar y mientras nuestros Gobiernos no miren con detencion tan importante materia y le concedan toda la atencion que requiere debemos (?) trabajar para que esto se consiga: para ello nos sobran elementos suficientes, y con actividad, estimulo y constancia, se realizara (?) lo que todos anhelamos, podra desarrollarse (?) nuestro pensamiento é influir de una manera eficaz para su realizacion. Haciendolo así, es posible que el éxito sea seguro, y entonces habremos conseguido, un triunfo que llenará de gloria á nuestras generaciones. JUAN BAUTISTA CÁMARA Don Benito 8 de Noviembre de 1866”.
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CREACIÓN dE lA CooPERATIvA oBRERA “uNIÓN Y PRoGRESo domBENITENSE” Manuel de J. Gallego Cidoncha
casa en calle Doña Consuelo Torre, señalada con los números 17 y 19, que linda a Mediodía con la calle de situación, saliente o derecha entrando hace esquina a la misma calle a la cual se la conoce por la del Coso. Poniente o izquierda con el Pósito y norte o espalda con casa de don Juan Félix González Caballero antes de los herederos de don Jacobo Gallardo. Los compradores no realizaron esta gestión en beneficio propio, sino en representación de la sociedad denominada cooperativa Obrera Unión y Progreso dombenitense que se constituyó legalmente en Don Benito el 12 de marzo de 1925. Para demostrar la validez de dicha representación, los citados compradores facilitaron al Notario don Victoriano rosado y Munilla el acta de la reunión en la que los miembros de la misma decidieron adquirirlo. En ella, don Vicente sánchez Guerrero, secretario Primero de la asociación, certificaba lo siguiente: En la ciudad de Don Benito a 5 de Abril de 1925; bajo la presidencia de los individuos de la Comisión organizadora José Andújar Andújar y Vicente Sánchez Guerrero, se reunieron Francisco Parejo Díaz, Fernando Gallego Ramos, Francisco Pacheco Martín, Ramón Valadés Díaz, Antonio Quintana García, Juan Sánchez García, Francisco Blanco Pajares, Antonio Parejo Gómez, Juan Gallego García, Juan Cerrato Blanco, José Sánchez Meneses, José Paredes Rodríguez, Juan Rodríguez Quirós, Pedro Gallego Casado, Luis Parejo Torres, Juan Ruiz Sánchez, Adolfo Díaz Sánchez, Antonio Álvarez Nieto, Adolfo Cidoncha Sánchez, Manuel Casa-
do Sánchez-Porro, Cecilio Gallego Blanco, Francisco Gallego Sánchez, Jesús Martín Nieto, Antonio Moruno Sánchez, José Moruno Gallego, Sebastián González Sabido, José Fernández Martín, Pablo Gallego Guisado, Antonio Sánchez Gómez y Miguel Gallego Martín-Pero, con objeto de proceder a la constitución de la asociación denominada "Cooperativa Obrera Unión y Progreso Dombenitense"; y José Andújar Andújar manifestó: que el Sr. Gobernador civil de la provincia a quien habían sido presentados los Estatutos y Reglamentos que la Comisión Organizadora había redactado con fecha 25 de Enero último en cumplimiento de lo dispuesto en la ley de asociaciones de 30 de junio de 1887, había devuelto un ejemplar de los mismos reintegrado y con el sello del Gobernador civil y nota del Sr. Gobernador del 12 de marzo, por lo cual, como dicha autoridad no ha encontrado omisión alguna de los requisitos legales, se está en el caso de proceder a la constitución de la asociación conforme al artículo 5° de dicha ley y acto seguido a elegir a las personas que han de dirigirla y administrarla con arreglo a los estatutos. Leídos que fueron estos, por aclamación se acordó declarar constituida con los asociados presentes la Cooperativa Obrera "Unión y Progreso Dombenitense" que se ha de regir con estricta sujeción a los estatutos registrados; y que la presidencia continúe funcionando hasta que se nombren los cargos directivos. A continuación se procedió a nombrar los cargos del Consejo de Administración que establece el artículo 22 de los estatutos y por unanimidad fueron designados los siguientes: Presidente: Manuel Casado Sánchez-Porro Vicepresidente: Cecilio Gallego Blanco Secretario 1 ° Vicente Sánchez Guerrero. Secretario 2° : Francisco Pacheco Martín Vocal 1°: Francisco Sánchez Lozano. Vocal 2°: Clemente Capilla Ceazola Vocal 3°: Adolfo Díaz Sánchez. Vocal 4° Adolfo Cidoncha Sánchez Vocal 5 ° Pedro Ruiz Martín.
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El 7 de abril de 1925 doña Mª antonia Valadés y cabezas Manzanedo, de 66 años, esposa de don José sosa y Parejo de 57 años, médico, vendió a don cecilio Gallego Blanco de 31 años, casado, industrial, don antonio Álvarez nieto de 46 años, casado, propietario, y don Manuel casado y sánchez Porro, de 44 años, carpintero, los tres vecinos de Don Benito, domiciliados en las calles Luna, Tumbón y Zurbarán respectivamente, el siguiente inmueble:
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44 Inmediatamente se procedió a designar Delegado administrativo conforme al artículo 43 de los estatutos y por unanimidad fue elegido Antonio Álvarez Nieto. La Asamblea General, una vez aceptados los cargos por los nombrados, los puso en posesión de los mismos; y el Presidente Manuel Casado SánchezPorro propuso a la asamblea que se tomara el acuerdo de nombrar quién haya de concurrir ante Notario a autorizar la escritura pública de compra para la Asociación de la casa social, calle de Doña Consuelo Torres, números 17 y 19 de esta ciudad, que los organizadores tenían en proyecto. La Asamblea, enterada, nombró por unanimidad al presidente Manuel Casado Sánchez Porro, al Vicepresidente, Cecilio Gallego Blanco, y al Delegado Administrador Antonio Álvarez Nieto para el efecto propuesto, los cuales, por tanto, representarán a esta asociación en el acto de otorgamiento de la escritura de venta de dicha casa, la cual aceptarán para la asociación y para acreditarlo el Secretario expedirá una certificación de la presente a la vez que expida otra para remitir al Sr. Gobernador Civil de la Provincia conforme al artículo 5° de la ley. Y no habiendo más asuntos de qué tratar se dio por terminado el acto leyéndose la presente que firman todos los presente que saben escribir:
Manuel Casado, Antonio Álvarez, Cecilio Gallego, José Andújar, Francisco Parejo, Francisco Gallego Sánchez, Jesús Martín Nieto, Antonio Sánchez Gómez, Antonio Moruno, Pablo Gallego Guisado, José Fernández Martín, Miguel Gallego, Francisco Pacheco Martín, Sebastián González Sabido, Juan Cerrato Blanco, José Moruno, Vicente Sánchez Guerrero. Concuerda con su original a que me remito; y en cumplimiento de lo acordado, expido la certificación prevenida para la citada compra, con el Vº B ° del Presidente en Don Benito a 6 de Abril 1925.
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APoRTACIÓN doCumENTAl ACERCA dE lA FuNdACIÓN dE uNA ERmITA EN mAGACElA EN lA 2ª mITAd Alonso Gutiérrez Ayuso dEl SIGlo xvIII. Esta aportación no deja de ser un mero dato más, pues no disponemos de más documentación al respecto, si bien nos desvela algún interrogante que no dejaba de inquietarnos como investigadores en la materia. Hace años, el análisis que hacíamos del templo de San Antonio, situado cerca de la cárcel de la localidad, se correspondía plenamente a una reflexión formal y de ubicación dentro del tejido urbano. Llegábamos a la conclusión que era ésta una ermita construida frente a casas con portadas de finales del siglo XV y principios del XVI, cuya ornamentación se basaba en bolas o roeles típicos de la época de los Reyes Católicos. La configuración formal del edificio, como ocurre con casi toda la arquitectura religiosa de localidades pequeñas alejadas de las nuevas corrientes artísticas, bebe en plenitud de toda tradición centenaria arrastrada desde inclusive centurias atrás, de ahí que la datación sin documentación precisa sea toda una aventura para los historiadores del arte. En la ermita de San Antonio, veíamos eso, tradición, pero con elementos tardíos que no se correspondían a sus construcciones y portadas vecinas; con lo que siempre creímos en una posterior remodelación puntual o añadido concreto, bien a finales del siglo XVII o principios del XVIII. Esta hipótesis la sustentábamos sobre todo en la espadaña de la campana, que no concordaba en estilo con las portadas de casas vecinas y por tanto con el crecimiento lógico de la localidad. Su nave de escasas proporciones con tragaluz a nivel del altar en la bóveda de medio cañón sin tramos, su sacristía adosada al muro de la epístola a la altura de la cabecera cerrada con bóveda de aristas, hacía prever que era una construcción popular sin alardes ni grandes conocimientos arquitectónicos. La adaptación al 1 Una vez más, agradecemos a Dioni su ayuda y facilidades para todo lo que sea aportar nuevos datos a la historia de La Serena. 2 Lo mismo ocurrió cuando publicamos nuestra última obra en colaboración en la que aportamos nuevos datos sobre el primer retablo de la parroquial del castillo: GUTIÉRREZ AYUSO, Alonso y MARTÍN NIETO, Dionisio Á.: La iglesia del castillo de Magacela. Un proyecto de retablo de Juan Bautista, discípulo desconocido de Luis de Morales. Colección: Documentos históricos de Magacela IV. Ayuntamiento de Magacela, Villanueva de La Serena, 2004
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Han pasado ya tres años de la publicación de nuestra obra Magacela: El Patrimonio de un Municipio de la Orden de Alcántara –Premio de Investigación sobre La Serena. Diputación Provincial. Badajoz, 2002– y nos resultaba bastante extraño la enorme laguna existente en cuanto a documentación sobre uno de los santuarios religiosos de la localidad de Magacela. La ermita de San Antonio, junto a la ya desaparecida capilla de La Soledad que se erigió en el camino de subida al castillo, era hasta la fecha un oscuro enigma en cuanto a su construcción y origen devocional. Este año pasado, como viene siendo habitual, los buceos de mi amigo Dionisio Á. Martín Nieto1 en los diferentes archivos estatales, en este caso el Archivo Histórico Nacional, han dado su fruto con la aparición de esta documentación que aquí analizamos. Una vez más se trata de un documento sobre la localidad «traspapelado» entre un legajo que trataba de otros asuntos2 .
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46 terreno escabroso del cerro y reducido espacio en el que fue erigido el santuario era claro indicio de un fuerte condicionamiento constructivo que limitaba, sin duda a un escaso abanico las posibilidades de los alarifes. La datación por tanto, con los datos disponibles era complicada, si bien ningún indicio parecía indicar otra cosa hasta la aparición documental de una petición de Don Francisco Benito Calderón, presbítero de la villa de Magacela, en noviembre de 1757 apuntando que « …en la cima de ella, se halla situada su Yglesia Parroquial. Distante de la Población como trescientos, y sesenta pasos, por lo que muchas personas achacosas, no pueden asistir a los Divinos Oficios, ni ejercitarse la devoción de el Santo Rosario, Y deseando, el aumento, de el Culto Divino, y que la expresada Devoción sea segura, es mi Animo fundar dentro de el Pueblo, en el paraje mas comodo, una Hermita, a causa de no haberla en él …»3 . Lo mismo certifica en su informe el Prior de Magacela, en esos años, Don Pedro Zambrana Villalobos, esta vez con fecha de 9 de diciembre del mismo año: «…Ynformó a dicho real consejo que la representación hecha por Don Francisco Venito Calderon Presvítero de Magacela es cierta y verdadera y que la Ygle-
3 A.H.N. Sección Órdenes Militares. Legajo 3476. 4 Ibídem.
sia se halla en sitio mas distante y penoso que lo que lo expone en dicha representación por la altura y escabroso de la sierra por lo qual es constante Será conbeniente la fabrica de la Hermita que intenta construir en dicho pueblo que es lo que si es del agrado del Real Consejo podría concederle la licencia que pide siempre que las funciones pribatibas de la Parroquia se celebren en ella y no perjudique en dicha construcción a los derechos Parroquiales …»4 . La razón ya la conocíamos por otras fuentes documentales posteriores, pero no teníamos la original y la consiguiente importancia de la fecha que data la solicitud de licencia al rey para su construcción. El fiscal, a fecha de 22 de diciembre, concede esta citada licencia para la fundación de la ermita, ajustándose la respuesta de su majestad un día después a lo que este primero establece: «…Hágase como lo dice el señor fiscal y para su ejecución y cumplimiento fue acordado que devia mandar dar esta mi carta por la qual doy y concedo Licencia a el dicho Don Francisco Venito Calderon Presvitero de la Villa de Magacela para que pueda fundar y fabricar la Hermita que solicita en la dicha Villla para el fin que expresa con tal que sea en los terminos que se
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a.H.n. sección Órdenes Militares. Legajo 3476. Don Francisco Benito Calderón Presbitero de la villa de Magazela Alcantara Noviembre 1757 Representación / Don Fernando su Magestad, a vos el Prior de Magacela. Cura de la Parroquial de la misma villa y el Concejo Justicia, y Rejimiento de ella, a cada uno por lo que os toca. Sabed que al mi Consejo de las Ôrdenes se hizo Representación cuyo thenor y de el Auto en su vista proveido es el siguiente = (M. P. S.) Muy Poderoso Señor. Señor Don Francisco Benito Calderon, Presvítero. Vecino de la Villa de Magacela de el Partido de la Serena a los Pies de Vuestra Alteza, con el mayor rendimiento Dice; que este Pueblo esta fundado en la falda de una Sierra, y en la cima de ella, se halla situada su Yglesia Parroquial. Distante de la Población como trescientos, y sesenta pasos, por lo que muchas personas achacosas, no pueden asistir a los Divinos Oficios, ni ejercitarse la devoción de el Santo Rosario, Y deseando, el aumento, de el Culto Divino, y que la expresada Devoción sea segura, es mi Animo fundar dentro de el Pueblo, en el paraje mas comodo, una Hermita, a causa de no haberla en él, para por este medio, conseguir los dos fines que llebo explicados. Y siendo preciso, para ponerlo en execucion la Superior Licencia de Vuestra Alteza Ocurro a su Christiana, y Catholica Venignidad Majestad Supplicando se digne conferírmela; La Magestad Divina Guarde a Vuestra Alteza por muchos años en su Mayor Grandeza; Magacela, y Nobiembre Diez de Mil Setecientos Cinquenta y siete =
Auto. / (M. P. S. A. L.) Muy Poderoso Señor A Los Pies de Vuestra Alteza su mas rrendido subdito, y Capellan = Francisco Benito y Calderon = Madrid, y
5 Ibídem. 6 De GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: Las poblaciones de la Baja Extremadura, Salamanca, 1993; La transformación constructiva y urbanística de Extremadura, Badajoz, 1993; Paisajes y pueblos de Extremadura, León, 1994 y del mismo autor capítulo: «Magacela», en Gran Enciclopedia Extremeña. Tomo IV. Mérida, 1991, págs. 242-245. 7 ARCOS FRANCO, José María: Santuarios, ermitas y capillas de la comarca de La Serena (Badajoz). II Edición de los Premios de Investiga-
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propone y refiere en el Ynforme de dicho Prior y contiene la respuesta del referido mi fiscal, que uno y otro va aquí inserto y en esta forma mando a todos los jueces y Justicias y personas a quien tocase no lo impidan ni embaracen en manera alguna y en cargo a dicho Prior este a la vista que dicha se cumpla lo que menciona dicha respuesta del referido mi fiscal…»5 . Todo parece indicar que este es el origen de la ermita de San Antonio de Padua de Magacela, si bien no tenemos hasta la fecha más documentación al respecto. Como podemos ver en la transcripción de la documentación no hay devoción establecida para el templo cuando se solicita la licencia para su fundación, tal vez por el hecho de la urgente necesidad que suponía su construcción ya que a muchas personas les resultaba complicado asistir a misa en la parroquial del castillo. La elección del espacio pudo resolverse bien gracias a una donación de terreno de alguna casa particular o al ganar terreno a ese mínimo espacio abierto integrado en pleno tejido urbano a modo de plazoleta y reducirla hasta lo que nos ha llegado hoy en día de ella. La orientación de la cabecera, al oeste, fuerza una u otra hipótesis. Lo que sí queda claro es que debe de ser esta la fundación que se solicita, al remarcar el informe del párroco y del prior que no hay ermita en el interior del pueblo. Más datos como los referentes a la construcción del santuario podrían arrojar un poco más de luz a la investigación. Además, las referencias a las que recurríamos en la citada obra eran completamente erróneas6, ya que según éstas, en el siglo XVI ya formaba el extremo distal de la Calle Real, principal de la villa y actual Calle Hernán Cortés. Más cercano a la fecha de su fundación está Arcos Franco, que lanza la posibilidad de que fuese a finales del siglo XVI o principios del XVII7. La documentación que aquí aportamos es aclaratoria: la petición y concesión de la licencia para su construcción data de 1757, al terminar el año como podemos ver. El edificio se pudo erigir unos años después, presumiblemente nos aventuramos a indicar que no más allá de los años 60 o 70 de ese siglo XVIII.
ción de La Serena. Diputación Provincial, Badajoz, 2003, pág. 350.
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48 Nobiembre. Diez y ocho de mil setecientos Cinquenta y siete, Ynforme el Prior de Magacela. Cura y Villa sobre el contenido de esta Representación = Y para su ejecución, y Cumplimiento fue acordado, que devia mandar dar esta mi carta para Vos, por la qual os mando, que luego, que la rrecibais ô con ella fueredes rrequeridos, por parte: de el dicho Don Francisco Benito Calderon Veais el auto aquí inserto, y cada uno por lo que os toca, le guardeis, cumplais, y executeis, en todo y por todo según y como en el se contiene, y declara y contra su thenor, y forma no Vais, ni paseis en manera alguna pena de la mi merced, y de veinte mil maravedis para la mi Camara sola qual mando alqualquiera Scribano o Notario lo notifique y de testimonio de ello. Dada en Madrid a Diez y nuebe de Nobiembre de mil setecientos y Cinquenta y siete. El Duque de Soto Mayor = Don Pedro Ric y Exea = Don Antonio Francisco Pimentel = Don Fancisco Joseph Fernández de Madrid = Yo Don Juan Antonio Montero, Scribano de Camara de el Rey Nuestro Señor = La hize escribir por su mandado Con Acuerdo de los Señores de el Consejo de Ordenes.
Licencia a Don Francisco Benito Calderon, Presvitero de la Villa de Magacela para que pueda construir y fabricar una Hermita en dicha Villa en la forma que aquí se expresa a su instancia = Alcantara
Diziembre, 24 de 1757. Don Fernando su Majestad, administrador perpetuo de la ôrden y cavallería de Alcantara por Autoridad Apostólica = Por quanto por parte de Don Francisco Benito Calderon Presbitero y Vezino de la villa de Magacela de el Partido de la Serena se hizo al mi consejo de las ôrdenes la representación de el thenor siguiente = (M. P. S.) Muy Poderoso Señor Señor Don Francisco Venito Calderon Presvitero, Vezino de la villa de Magacela del Partido de la Serena a los Pies de Vuestra Alteza. Con el mayor rendimiento dice que este pueblo está fundado en la falda de Una Sierra y en la Cima de ella se halla situada la Yglesia Parroquial distante de la Población como trescientos y sesenta pasos por lo que muchas personas Achacosas no pueden asistir a los divinos oficios ni ejercitarse la devoción del santo rosario y deseando el aumento
del culto divino y que la expresada devoción sea segura es mi animo fundar dentro del pueblo en el paraje mas comodo una Hermita a causa de no haverla en él para por este medio conseguir los dos fines que llevo explicados y siendo preciso para ponerlo en ejecución la superior lizencia de Vuestra Alteza ocurro a su christiana y catholica Venignidad suplicando se digne conferirmela La Majestad Divina Guarde a Vuestra Alteza la (sic) muchos años en su mayor grandeza. Magacela y Noviembre, diez de mill setecientos y cinquenta y siete = Muy Poderoso Señor a los Pies de Vuestra Alteza Su más rendido subdito y capellan. Francisco Venito Calderon y en vista de dicha representación por auto que proveyo por los de dicho mi consejo en diez y ocho de Noviembre proximo pasado se mandó ynformase el Prior de Magacela. Cura y Justicia de dicha Villa para lo qual se despachó mi real provision en diez y nueve de dicho mes en cuya virtud se ejecutaron dichos tres informes que el hecho por dicho Prior es como sigue = Ynforme del Prior / En villanueva la serena en nueve dias del mes de Diziembre de mill setecientos cinquenta y siete años, Yo el infraescrito notario mandé requerí con la Provision antezedente de Su Majestad que Dios guarde y señores del real consejo de las ôrdenes al Yllustrisimo Señor Don Frey Don Pedro Zambrana Villalovos, Prior de Magacela, del orden de Alcantara del consejo de Su Majestad y por su Illustrisima Vista y entendida la tomó en sus manos y obedeció con el respeto devido como acata de su rey y Señor natural y esta prometo a su obediencia y cumplimiento y en su consecuencia y de lo que en ella prevenidos devia de Ynformar e Ynformó a dicho real consejo que la representación hecha por Don Francisco Venito Calderon Presvítero de Magacela es cierta y verdadera y que la Yglesia se halla en sitio mas distante y penoso que lo que lo expone en dicha representación por la altura y escabroso de la sierra por lo qual es constante Será conbeniente la fabrica de la Hermita que intenta construir en dicho pueblo que es lo que si es del agrado del Real Consejo podría concederle la licencia que pide siempre que las funciones pribatibas de la Parroquia se celebren en ella y no perjudique en dicha construcción a los derechos Parroquiales y lo firmó su señoría de que doy fee = Respuesta Fiscal
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do mi fiscal, que uno y otro va aquí inserto y en esta forma mando a todos los jueces y Justicias y personas a quien tocase no lo impidan ni embaracen en manera alguna y en cargo a dicho Prior este a la vista que dicha se cumpla lo que menciona dicha respuesta del referido mi fiscal que así es mi voluntad y que los unos ni los otros no hagan cosa en contrario pena de la mi merced y de veinte mil maravedis para la mi camara so la qual mando a qual quier Ilustrisimo Notario lo notifique y de testimonio de ello dada en Madrid a veinte y quatro de Diciembre de mill Setezientos cinquenta y siete = El Duque y señor de Sotomayor = Don Gregorio de Valle Clavijo = Don Antonio Francisco Pimentel = Don Francisco Joseph Fernández Madrid = Yo, Don Juan Antonio Montero scribano de camara del rey nuestro Señor, La hice escribir por su mandado con acuerdo de los de su consejo de las ordenes. Tomás Belardo y Ferrara
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Auto El Prior de Magacela = Ante mi Feliz Gómez Venitez = los quales dichos Ynformes se mandaron firmar al antecedente de que en ellos se hace mención y que lo viese el mi fiscal por quien se dio la respuesta cuyo thenor y del auto en vista de todo proveydo es el siguiente = El fiscal lo ha visto y no se le ofrece reparo en que el consejo siendo savido conceda la Licencia que se solicita en los terminos que propone el Prior de Magacela y con tal que de esta parte cuide de la perfeccion y adoren en la dicha Hermita. Sobre que se encargue a dicho Prior este a la vista para su cumplimiento Madrid Veinte y dos de Diciembre de mill setecientos cinquenta y siete = Madrid y Diciembre Veinte y tres de mill Setezientos cinquenta y siete. Hágase como lo dice el señor fiscal y para su ejecución y cumplimiento fue acordado que devia mandar dar esta mi carta por la qual doy y concedo Licencia a el dicho Don Francisco Venito Calderon Presvitero de la Villa de Magacela para que pueda fundar y fabricar la Hermita que solicita en la dicha Villla para el fin que expresa con tal que sea en los terminos que se propone y refiere en el Ynforme de dicho Prior y contiene la respuesta del referi-
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CoCINAR EN ExTREmAduRA
La comida, su preparación, la previa adquisición de los alimentos, la forma de consumirlos, están cargados de plenitud simbólica, constituyen un código no siempre fácil de descifrar, donde se combinan la atención a la subsistencia, el respeto hacia los comensales, el placer de la degustación, la estética y el significado de los manjares, el recuerdo de los antepasados y tantas otras connotaciones. Escribe Guy-Claud Burger, en su libro La guerre du cru: “Según Freud, el padre del Psicoanálisis”, el mayor traumatismo de la existencia se produce en la primera infancia cuando el niño debe reprimir las presiones amorosas que experimenta con respecto a sus padres. En efecto, el niño espera amor y recibe sopa y patatas. Esto no le llena el corazón, sino el estómago, que está justo un poco más abajo. Los alimentos que se le dan se vuelven entonces los símbolos del amor de sus padres. Después, cuando tenga una dificultad, una depresión, una pena, se volverá a enganchar a los alimentos que representan aún el amor de su madre en su inconsciente. A la vez es un símbolo y un sustituto. Sustituto porque produce una gratificación cercana al amor. Se dice que el amor pasa por el estómago”. El alcance antropológico de la cocina ha sido resaltado por los más conocidos investigadores del tema, entre los que sobresalió Marvis Harris (New York, 1927 - Gainesville, Florida, 2001), con obras tan admiradas como Caníbales y reyes, Bueno para comer o Vacas, cerdos, guerras y brujas. Cabe recordar tambien el ensayo Cocinar hizo al hombre, escrito por un extraordinario biólogo, de origen extremeño, Faustino Cordón, o la reciente y tan bien acogida obra El mono obeso de J. Enrique Campillo, catedrático de la Universidad extremeña, el cual insiste en que volvamos a la dieta de los Cromañones si queremos eludir las enfermedades. No es precisamente la que prepararon para sus familias y amistades las cinco generaciones de mujeres cuyos saberes, dedicación, gusto por la vida e incluso espíritu crítico están detrás de Un siglo de Extremadura en mi cocina (Badajoz, Ayuntamiento, 2005). Cinco generaciones que fueron dejando en cuadernos de pasta negra, con más de medio millar de recetas, testimonios inapreciables no solamente sobre asuntos culinarios, sino sobre ellas mismas y aún de la socie-
dad a la que pertenecieron. Su autora, Mª Ángeles Querol Fernández (Badajoz, 1949), es catedrática y directora del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense madrileña. Fue subdirectora general de Arqueología del Ministerio de Cultura (1985-1988). Ha dirigido proyectos de investigación en excavaciones como los de la gravera cuaternaria del Pinedo (Toledo), el yacimiento del Paleolítico Inferior de El Aculadero (Puerto de Santa María) o La Gavia I (Madrid). Ha coordinado las investigaciones sobre el Pleistoceno en la región de Madrid. De entre sus numerosas publicaciones, recordaré tres ensayos recientes: Adán y Darwin (Madrid, 2001) un recorrido abrumador para establecer la forma como se cuenta en los textos españoles el origen de la humanidad. Entre homínidos y elefantes. Un paseo por la remota Edad de la Piedra (Madrid, 2002), con los impagables dibujos de Gallego& Rey, se explican aquí asuntos como los requisitos para hacer una excavación, las técnicas para fechar restos (el célebre Carbono-14, entre otros), los homínidos más antiguos hallados, o las claves de la cadena evolutiva. Con La mujer en el origen del hombre, (Barcelona, 2004) la catedrática extremeña vuelve a demostrar un gran espíritu crítico y la indudable apuesta por las tesis feministas, que concibe a menudo de forma muy personal y diferente a las más asentadas. (Otros dos rasgos distinguen a la autora: el interés por el lenguaje, cuyo análisis le apasiona como a la más ferviente wittgensteiniana, y el estudio de la bibliografía historicista). Un siglo de Extremadura en mi cocina pertenece a otro género bien distinto, aunque, como decía Tati en su inolvidable película Mon oncle, “aquí todo comunica”. Ordenada en torno a las cuatro principales comidas del día, recoge recetas universales hoy unas (suizos o bollos de leche; hasta una decena de pudines); españolísimas, otras (paellas) de origen o influencia lusa no pocas (estrellas de Portugal, broitiñas, caldeirada, natillas a la portuguesa; sopa de tomate alentejana); personales (Hojaldre de Manulela, Pastas, merengues de tía Adela, Roscos fritos de Santiago Carvajal, bizcochos de tía Sofía, pastel Honorina, Hojaldre de Manuela) y, cómo no, típicamente extremeñas (migas, perrunillas). Las hay tan sugerentes como esa
crí tica literarria
Manuel Pecellín Lancharro
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54 “Almohada de novia”, Barriga de monja, Isla de amor flotante, Argollas mulatas, Huevos emperatriz, o unas inquietantes Crema diabólica y Crema Mussolini. Pero todas aparecen con el cuño que les da el haber sido elaboradas aquí, con materias de nuestros campos, en ocasiones de la diaria rutina o de momentos especialísimos, con ayuda de personajes secundarios, pero imprescindibles. ¡Cómo se comía en algunas casas de Extremadura! Si no se puede negar que el hambre ha sido un fantasma permanente en la historia de nuestra Región (apenas existe un autor poeta o novelista extremeño que no la refleje), qué mesas tan bien nutridas se disfrutaron en algunos hogares. Llamo la atención sobre el título, nada inocente, que nos está advirtiendo ya sobre las intenciones de su autora, cuyos personalísimos comentarios sobre situaciones, ambientes, acontecimientos históricos, ideas y creencias, usos y costumbres se deslizan continuamente con enorme gracia. Por eso este volumen no es sólo un magnífico libro de cocina, donde encontrar las recetas oportunas, con indicación de los ingredientes necesarios para cada una de ellas e incluso de los cacharros (sic) imprescindibles para elaborarlas y que seguramente vamos a utilizar quienes, por gusto, afición o necesidad nos acercamos a los fogones. “ Casi más que un libro de cocina, es la historia de un grupo de mujeres extremeñas durante todo un siglo”, proclama la autora en el sabroso preliminar. En efecto, refleja, además, una forma de vida, una manera de estar, de relacionarse, de creer, divertirse, compartir, tolerar, amar, vivir y hasta morir...
Redactado en una prosa depurada perfecta, y con gran sentido del humor, en ocasiones nos ofrece páginas de auténtica literatura, como esa historia romántica, digna de Bécquer, “El secreto de tía Gloria” y sus amores contrariados. O “El santo y la mariposa”, una historia del carnaval pacense a principios del XX. Fiel a sus funciones docentes, Querol, sobre todo en esas secciones que ella llama “Peculiaridades”, nos da, junto a las fórmulas culinarias, verdaderas y explícitas lecciones de historia, etnografía y sociología, si es que tales disciplinas pueden separarse. Además el libro cuenta con ilustraciones impresionantes, como esas fotos de mujeres extremeñas, cuya enorme personalidad fijó el nitrato de plata. Mujeres increíbles, las llama la autora, y sin duda lo fueron, magníficos ejemplares de una burguesía culta, liberal y creativa, que sólo pudo darse en lugar (Badajoz, junto a Portugal: uno de los rincones más duros y más bellos de la Península Ibérica) y tiempo precisos. Mujeres de extraordinaria personalidad y coraje: baste leer los avatares de la abuela embarcándose con su amiga en el transatlántico portugués por seguir una broma, ante la mirada entre serena y resignada del marido. En resumen, un libro para el paladar, la nostalgia, la convivencia, y la imaginación creadora. Una joya de libro.
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PARAdojA dEl INTERvENToR de Gonzalo Hidalgo Bayal
Gonzalo Hidalgo Bayal es autor de una amplia y singular obra narrativa, cuyo valor quedó reconocido cuando en mayo de 2003 un jurado presidido por Rafael Conte otorgó el premio “Extremadura a la creación” a la última novela publicada por entonces, Amad a la dama, un galardón que además de considerar el valor de este título, venía a premiar asimismo el conjunto de su trayectoria hasta la fecha. Nacido en Higuera de Albalat (Cáceres) en noviembre de 1950, Hidalgo Bayal ha dedicado valiosos estudios a la obra de escritores extremeños, reunidos en un volumen titulado Equidistancias (Badajoz, Del Oeste Ediciones, 1997), y en este género ensayístico, ha publicado, sobre uno de sus escritores predilectos, Rafael Sánchez Ferlosio, Camino de Jotán. La razón narrativa de Sánchez Ferlosio (Badajoz, Del Oeste Ediciones, 1994). Dentro de un ámbito puramente creativo, el escritor cacereño Bayal inició su andadura en 1986 con un pequeño poemario, Certidumbre de invierno (Mérida, Editora Regional, col. “La Centena”). A este libro de versos siguieron las obras narrativas siguientes: Mísera fue, señora la osadía, (Badajoz, DPDB, 1988), El cerco oblicuo. (Madrid, Calambur, 1993), Campo de amapolas blancas, (Mérida, Editora Regional, col. La Gaveta, 1997), Amad a la dama, (Gijón, Llibros del pexe, 2002), La princesa y la muerte (Mérida, Editora Regional, 2001), Un artista del billar (Plasencia, Alcancía, 2004) y Paradoja del interventor. (Badajoz, Del Oeste Ediciones, 2004). Si la mayor parte de estos títulos suscitó una aceptación favorable por su poderosa originalidad, por su rigor formal y por la profunda sinceridad de un itinerario ajeno a las modas editoriales, Paradoja del interventor fue acogida como una de las novelas más valiosas de los últimos años, como hizo en su momento un crítico tan prestigioso y tan poco dado a los ditirambos como Rafael Conte: “he aquí la novela española más importante que he podido leer en los últimos años, no sé si diez o quizá veinte, pues ya estamos aquí fuera del mundo, del mundo editorial, de las listas de novedades, de
los libros más vendidos, de los premios y de las academias, de las ceremonias sociales y de los suplementos culturales […] he aquí un libro importante y eso es todo o al menos es la noticia más importante que traigo hoy y que hacía ya demasiado tiempo que no había podido traer para compartir con nadie” (Babelia, 3 de julio de 2004). Paradoja del interventor, la quinta novela de Gonzalo Hidalgo Bayal, se abre con un episodio azaroso que convendrá resumir: un hombre mayor “casi en la edad de los desguaces” baja del tren en una desierta estación provinciana con una botella de vidrio, entra en la cantina y pide al camarero que se la llene de agua. Mientras bebe un café, el viajero pregunta cuánto tardará en salir el tren. “Cuando ordene el interventor”, contesta el muchacho haciendo un gesto vago con el dedo pulgar en dirección a la ventanilla. El forastero mira hacia allí y ve a un hombre que bebe en silencio. Paga dispuesto a salir en cuanto vea que el interventor (es decir, la persona que toma por interventor) haga ademán de salir al andén. De improviso, el tren arranca dejando al viajero en tierra. Cuando este regresa contrariado e inquiere al hombre del rincón, él niega ser el interventor y señala con la mano hacia la ventanilla que tiene a su lado. Consciente ya de su error, el viajero pregunta al muchacho cuándo saldrán nuevos trenes. Encogiéndose de hombros, el camarero contesta: “Ahí el interventor” y señala de nuevo hacia la ventanilla (o hacia el cliente taciturno, pues el gesto es igual de vago). La trama de esta singular novela arranca así con una circunstancia nimia de corte realista: la interpretación errónea de un gesto, un malentendido que deja al personaje frente a un problema menor, pues antes o después podrá tomar otro tren y recuperar su equipaje, pero las indagaciones que hace van descorazonándolo: la oficina del interventor sigue cerrada, nadie parece tener información sobre el paso de nuevos trenes (que llegan a la ciudad sin regularidad alguna), de modo que el viajero, despojado de todo (incluso de su documentación, por eso
crí tica literarria
Manuel Simón Viola
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56 nunca sabremos su nombre) se dirige hacia una ciudad próxima que se adivina en la noche, pues si bien “no había ninguna razón para ello. Tampoco había razón alguna para lo contrario”. Por estos dos espacios merodeará el viajero día tras día, sin rumbo en la ciudad (que recorrerá lentamente siguiendo itinerarios sin meta), cada vez más desesperanzado en la estación y sus desolados alrededores entre “el olor herrumbroso de los trenes de antaño”, mientras comprueba cómo su situación en este entorno desconocido va degradándose con el paso del tiempo, pues si para las gentes de la ciudad comienza siendo solo un forastero que ha perdido el tren, pronto pasará a ser el “interventor” (un apodo burlón por sus preguntas insistentes), más tarde un indigente a quien ninguna institución ayuda (expulsado del hospital tras una primera cura, ignorado por la concejalía de Beneficencia, desatendido por los padres hervacianos), para caer finalmente en el territorio de la mendicidad, en el seno de una “fauna humana en extinción” que se nutre con los detritus de la ciudad. Sin el menor asomo de protesta o rebeldía, “combatiendo el frío con el cansancio”, “alimentando con resignación la desesperanza”, el viajero se sentirá poco a poco objeto de una violencia ciega que pretende su puro exterminio sin motivos. En el curso de su vagabundeo sin destino, conoceremos a otros seres situados en distintos peldaños de la degradación y del desamparo (los mismos por los que él irá descendiendo), empecinados todos ellos en tareas que han perdido ya su sentido: el muchacho que atiende la cantina de una estación abandonada, el latinista que nadie comprende situado siempre en los rincones, “la ubicación de los misántropos”, el guardabarreras sordo que acude a diario a su caseta (pero ya no pasa ningún tren por lo que es objeto de una broma repetida: “Ojo al guarda, paso sin tren”), el afilador cuyo trabajo ya nadie reclama, el barquillero tras una ruleta a la que nadie juega, el técnico que sigue proyectando para los vagabundos la misma película, cien veces cortada y vuelta a pegar, en el cine abandonado. Todas estas vidas baldías están gobernadas por la inercia, por la perseverancia en empeños que perdieron en el pasado su razón de ser, que podrían compartir, si fueran conscientes de ello, el pensamiento del viajero de que “hiciera lo que hiciera, no había final, ni meta ni objetivo”. Habitan la segunda realidad a la que el protagonista, al perder el tren, ha descendido, “a una
forma de destierro subterráneo o, más propiamente, a una forma de contemplación del vacío”. La falta de anclajes en el espacio y en el tiempo (deducibles ambos por el cotejo con una narración anterior, pero este dato no está dentro de las lindes de la novela), la condición prototípica de los personajes (ninguno conocido por su nombre: Cristo –un apodo-, el muchacho, la prostituta, el barquillero, el trapero..., que no están en la novela en representación de ningún grupo humano sino como modulaciones del desamparo del hombre), la ausencia de episodios “novelescos”, ocasionan que la narración desde unos contornos realistas iniciales se integre de modo progresivo en el terreno de lo simbólico abierta a sentidos atemporales. Relacionada por la presencia de ciertos personajes con novelas anteriores (indicio de una continuidad de sentido entre ellas: Cristo es un personaje de Campos de amapolas blancas; el latinista procede de Mísera fue, señora, la osadía; Leonor y su chófer negro son personajes de Amad a la dama), la novela muestra un notable parentesco con la literatura existencialista española y europea, así como con el teatro del absurdo. Con el agrimensor de Kafka, con el extranjero Meursault (pues como afirma el barquillero: “No se preocupe, aquí somos todos forasteros”), con algún poema de Hijos de la ira de Dámaso Alonso (pensamos en “Mujer con alcuza”, la anciana que sube a un tren sin maquinista) mantiene una cierta proximidad este viajero anónimo que recala en un universo sórdido plagado de misterios (¿quién es el tercer hombre que se encontraba en la cantina cuando el viajero perdió el tren?, ¿quién es el autor de los tres incendios que pretenden acabar con la vida del protagonista?, ¿qué hay escrito en la carta azul que el viajero lee constantemente?...), pero cuyo principal enigma, el sentido de la vida humana, queda desvelado en más de un lugar: en la cinta que se proyecta en el viejo cine abandonado, sin los primeros metros (por tanto, sin título, ni director, ni guionista, ni nombres de actores), fragmentada, alteradas sus secuencias, como “el desbarajuste incomprensible de la vida troceada, rota, aislada, en el recinto húmedo y sombrío de una iglesia a prueba de exorcismos” o en el río (imagen tanto de la vida como de la propia novela) que “discurría proceloso, con el misterio de un rumor sin causa ni procedencia, como la cantinela de un poema épico sin hazaña ni héroe, un cauce negro de agua anónima”.
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doN joSÉ RAmIREz dE AREllANo Y oREllANA. (1780-1844) El interés por conocer nuestro pasado ha experimentado en los últimos años un significativo auge en nuestra ciudad. Este movimiento cultural ha hecho que aflore una importante conciencia histórica en gran parte de los dombenitenses, lo que ha posibilitado que vean la luz documentos y objetos relacionados con el pasado de Don Benito. Escritos, libros y relatos que favorecen la recuperación de fragmentos importantes de nuestra historia local y el conocimiento de personajes, hechos, datos y acontecimientos reveladores y valiosos olvidados por el paso del tiempo. En relación con estos acontecimientos hemos conocido recientemente que el Ayuntamiento ha declarado Fiesta Local el próximo 17 de mayo de 2006 en conmemoración del 150 aniversario del título de ciudad de don Benito concedido por la Reina Isabel II el 17 de mayo de 1856. Por este motivo traemos a las páginas de nuestra revista Ventana Abierta una referencia histórica que consideramos bastante desconocida para la gran mayoría de los dombenitenses. Y es que cuarenta años antes de la concesión del título de ciudad, el Ayuntamiento no autorizó a los comisionados d. JOsÉ raMÍreZ areLLanO Y OreLLana, Capellán de Honor de S. M., ilustre dombenitense adoptivo al que no se le puede negar nuestro reconocimiento por haber sido suya la iniciativa, y al que fuera Alcalde Mayor de la villa de Don Benito, D. RAMÓN SATUÉ, de 1802 a 1814, “solicitar a S.M. la gracia de que se nombrara Ciudad en beneficio y fomento de Don Benito”, cuando el día 24 de noviembre de 1816, tuvieron la honra de besar la mano de S. M. el rey Fernando VII con motivo de su segundo enlace matrimonial con Isabel de Braganza. La Corporación a pesar de que le complacía la idea propuesta, tuvo que rechazarla por “falta de arbitrios y recursos”. Había que pagar tres millones de reales al Rey para obtener la concesión. Por tanto en este besamanos los comisionados sólo leyeron ante S. M. la siguiente arenga: “Señor: La Villa de Don Benito en la provincia de Extremadura que tenemos el honor de representar, felicita a S. M. por su dichoso enla-
ce matrimonial con aquella grande emoción que causa al hombre de bien ver cumplido el término de sus deseos. Siempre fiel a V. M. y a su Real Familia se sobrepuso a sí misma en la pasada lucha. Nada la quedó por hacer para estimular con su ejemplo a los magnánimos extremeños, a restituir a V. M. el Trono de sus mayores, que ya en otro tiempo había defendido con constancia. La primera noticia que se tuvo de la perfidia del tirano, hizo al Ayuntamiento recordar, con gloria a sus hijos, que ellos fueron los Conquistadores de Trujillo, y los que en aquella rica y abundante Provincia aseguraron la Corona a vuestro Augusto Abuelo Felipe V. La juventud llena de un noble entusiasmo corrió inmediatamente a las armas. Nobles y plebeyos, ricos y pobres dejaron la esteba (pértiga) y ciñeron la espada para repeler la tiranía. A ochocientos soldados veteranos que militaban en vuestras banderas aumentaron setecientos y cincuenta, y abiertos sus tesoros contribuyeron a la causa de la Nación con crecidas sumas, después de completo su cupo. Dos millones y setecientos mil reales tienen ya liquidados sin contar lo que generosamente franquearon a vuestras tropas. Trescientos héroes guerreros y doscientos valientes paisanos, flor de Don Benito sellaron con sus vidas en los desgraciados campos de Medellín término de su jurisdicción, que solo querían a V. M. por su Rey y Señor, e impertérritos a pesar de la victoria enemiga, no olvidaron que Hernán Cortes y Pizarro eran sus compatriotas. Imitadores de su ánimo sereno y tranquilo reunieron, con grandeza de alma, sus familias, y se hermanaron con las fieras antes que hacer treguas con los enemigos de V. M. Muertes, saqueos, incendios, privaciones y todo género de sacrificios sufrieron con constancia por no desmerecer la opinión que a tanta costa habían adquirido sus mayores. Excedieron a sus padres; y contentos con la presencia de V.M. han olvidado las pasadas desgracias. El himeneo (casamiento) ha coronado su gozo, y a las antiguas lúgubres conversaciones, lágrimas amorosas, y exequias fúnebres han sustituido himnos de alabanzas, funciones de Iglesia y rogativas públicas. Fervorosas oraciones elevar al Dios de los ejércitos por la prosperidad de V.
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Diego Soto Valadés
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58 M. y que le dé una larga sucesión es el final de su suplica.” A continuación esbozamos algunos datos biográficos de nuestro honorable paisano d. José ramírez arellano y Orellana, capellán de Honor de s. M.. Nació el 20 de marzo de 1780 en Guareña. Hijo de Manuel Ramírez de Arellano, natural de la villa de Don Benito y Josefa Orellana, natural de la villa de Guareña. Se crió en Don Benito, en el seno de una familia de “cristianos viejos y limpios de toda mala raza de moros, judíos, ni otra secta alguna, ni han sido castigados, ni penitenciados por el Tribunal de la Santa Inquisición, ni otro alguno, como tampoco han ejercido oficio alguno vil, ni bajo, antes bien, han obtenido los honoríficos de República” según declaraciones manifestadas por los testigos de Don Benito y Guareña, preguntados por D. Antonio Orduña Zarzosa, Presbítero Visitador Eclesial de los partidos de Trujillo y Medellín del obispado de Plasencia, en el interrogatorio realizado para conocer la limpieza de sangre, legitimidad, naturaleza, vida y costumbres y otras cualidades de D. José Ramírez con motivo de su nombramiento de Capellán de Honor de Su Majestad, en 1814. Nuestro insigne personaje fue un hombre dotado de una extraordinaria inteligencia y sensibilidad, trabajador infatigable y con gran espíritu de entrega, como así lo demuestra su propia carrera eclesiástica jalonada de hitos importantes. Se instruyó en las universidades de Osma, Baeza, Granada y Alcalá de Henares donde cursó, entre otros, estudios de literatura y arte. Con el deseo de ascender al estado sacerdotal, a los diecisiete años logró una beca en el Seminario Conciliar de San Felipe Neri de Baeza. Seguidamente en la Universidad de Alcalá obtuvo el grado de Bachiller en Leyes y, a los 23 años, en consideración a su suficiencia, conducta, ciencia, prudencia y discreción, consiguió el título y nombramiento de Abogado de los Reales Consejos y el empleo de Visitador General del Obispado de Alcalá. Debido a su buen hacer como Visitador Eclesiástico de las Iglesias, Obras Pías y Conventos de su jurisdicción, mereció el aprecio y afecto de todos los Obispos que le conocieron, por lo que fue nombrado Examinador Sinodal de los Obispados de Cuenca, Jaén y Albarracín, y le concedieron licencias absolutas para celebrar, predicar y confesar a religiosas y a personas de ambos sexos. Su capacidad de asimilación, su inteligencia, y su honor quedaron patente en todos los luga-
res donde trabajó con celo infatigable. En 1803 pasó al Obispado de Plasencia donde le encomendaron ejercer los empleos y cargos más arduos y en las circunstancias más espinosas, como la de ser Juez Colector de anualidades y Director de la Real Casa de Niños Expósitos de Plasencia. Pero D. José siempre fue considerado un Presbítero honrado y de admirable conducta religiosa, política y patriótica por lo que pronto se ganó el cariño, la estimación y la confianza de las Autoridades, del Deán y el Cabildo, Corregidor, Párrocos y de todo el clero, y en especial, la de Don Lorenzo Igual de Soria, Obispo de Plasencia y del Consejo de S. M, motivo por el que fue designado para ejercer los empleos de Visitador General Eclesiástico, Provisor, Gobernador de Mitra y Vicario General de la Diócesis. Como prueba de esa estima y confianza trascribimos algunos párrafos de la carta que le dirigió el Obispo de Plasencia, al tener que ausentarse de la Diócesis por motivo de tener que ir a la Capital del Reino a celebrar la feliz llegada de S.M. Fernando VII: “Siendo indispensable nombrar Gobernador que dirija los asuntos de mi obispado en lo espiritual y temporal, y tengan el consuelo mis carísimos diocesanos de que no padezcan sus pretensiones el menor retraso, he venido en autorizar a V.S. durante mi ausencia con todo el lleno de mis facultades, en la más amplia forma, sin restricción, ni limitación alguna, tanto en lo que toca y pertenece al buen régimen y gobierno del Obispado...... hacer cuanto me competa, que no necesite carácter episcopal....... con facultad de delegar sus atribuciones en todo o en parte según estime oportuno. Plasencia y Mayo 18 de 1814= Lorenzo, Obispo de Plasencia”. Fue a la muerte de su mejor amigo el Obispo D. Lorenzo, en 1814, cuando D. José Ramírez de Arellano solicitó al Rey Fernando VII una de las Capellanías de Honor de la Real Capilla, el 1 de octubre de este año. Petición apoyada por el Patriarca de las Indias D. Francisco Antonio Cebrián y Valda. Examinada la solicitud el Rey le nombró capellán de Honor de su real capilla, el 23 de octubre de 1814, en atención a sus relevantes virtudes, méritos y servicios Otros cargos que desempeñó hasta el día de su muerte en Madrid, el 7 de febrero de 1844, fueron: Fiscal del tribunal de la rota desde 1816 hasta 31-12-1840 confesor del infante don sebastián Gabriel en 1832
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Otras facetas de su vida nos revelan que siempre manifestó un decidido amor y adhesión a la causa de Dios y del Rey, sobre todo cuando el país fue invadido por los franceses. Con sus bienes equipó y sostuvo a dos hermanos que murieron en la Batalla de Medellín el 28 de marzo de 1809. Los franceses, ebrios de entusiasmo por la victoria, se arrojaron sobre Don Benito. Nada hubo respetable para la soldadesca. Su casa en la calle Viudas, así como su habitación en el Palacio de Plasencia, fueron saqueadas varias veces por las tropas invasoras. A pesar de todo, él se mantuvo firme e incansable en proporcionar todos los auxilios necesarios a las tropas españolas, llegando a contribuir con más de ochocientas fanegas de trigo a la manutención y al socorro del ejército español. Es preciso señalar que el Ayuntamiento, animado por sentimientos de gratitud por los beneficios recibidos, honró su memoria en el pasado, como podemos constatar en los Libros de Acuerdos del Archivo Municipal: En el acta del día 1 de diciembre de 1866 podemos leer el acuerdo de los actos que programó la Corporación para solemnizar el paso de la Reina Isabel II y su Augusto Esposo acompañados del Príncipe de Asturias y la Infanta Dª Isabel camino de Lisboa, por la Estación de
Ferrocarril de Don Benito: “se pondrán tarjetones con los nombres ilustres de Hernán cortés, Pizarro, donoso cortés y José ramírez de arellano”. En el acta del 20 de junio de 1881 la Corporación, para perpetuar la memoria de don José ramírez de Arellano, Nuncio que fue de su Santidad, la de Dª Consuelo Torres......, así como la de D. Guillermo Nicolau que consiguió se elevase a Ciudad esta población, acordó que la calle de Viudas desde las de Pocotrigo y estrella a la de cermeñuela se la titule Ramírez de Arellano. La de Palacios, Dª Consuelo Torres, toda vez que en dichas calles se criaron y la del Burro de Guillermo Nicolau En el Acta del 3-de enero de 1883 el Ayuntamiento acordó suprimir la denominación de calle ramírez de arellano que correspondía desde la esquina de Pocotrigo y estrella hasta cermeñuela quedando toda la calle denominada desde entonces donoso cortés. Para finalizar quiero hacer una sugerencia a nuestro Ayuntamiento. Que con motivo de la celebración del 150 Aniversario del Título de Ciudad, le dediquen un recuerdo y traten de perpetuar, por medio de inscripciones, placas, calles o plazas de la población, los nombres de las personas que de una u otra forma influyeron en la concesión del Título de Ciudad, como público testimonio y expresión de reconocimiento a su memoria.
Fuentes Consultadas: Patrimonio Nacional, Archivo General del Palacio Real. Madrid Archivo Municipal. Don Benito
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Ministro Honorario del consejo supremo de la cámara de castilla en 1833 Vice-gerente de la nunciatura apostólica en españa desde 1838 hasta el 31 –12-1840 Separado del servicio de Capellán en septiembre de 1841 fue repuesto en la Capellanía de Honor y Receptoría de la Real Capilla de S. M. la Reina Isabel II un mes antes de su fallecimiento.
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HASTA SIEMPRE, “HERMANO” DANIEL Alejandro García Galán
Por todo ello desde estas líneas quiero dedicar Cuando redacto estas líneas, aún no se ha un pequeño homenaje a su memoria. Y quiero cumplido un año del fallecimiento de Daniel asimismo que este pequeño homenaje en la Calvo Zarcero (Peñalsordo,1910-2004), “hermarevista sirva como paradigma de tantos y tantos no” Daniel. Entre el “hermano” Daniel y el seres humanos que, realizando una labor social autor de este escrito no había ningún vínculo de y callada han dado loable ejemplo en sus vidas, consanguinidad, si bien existía una profunda pasando al más allá “sin pena ni gloria” entre relación familiar, ya que Daniel Calvo Zarcero sus congéneres los humanos, borrándose del era el marido de Enriqueta Galán Mora, “herrecuerdo de los vivos en apenas unos pocos mana” Enriqueta, mi tía carnal. años. El término hermano/a ha sido utilizado Retomando la imagen del “hermano” con proliferación en el pasado aún no lejano, Daniel, durante sus largos años tanto en Peñalsordo como en los de existencia, al menos en pueblos de su entorno, Capilla, todos los momentos que lo La Zarza, Cabeza del Buey..., traté, y fueron muchos, debo para designar a personas mayoseñalar que fue un hombre res, no necesariamente ancianoble de sentimientos, afable nas, que tenían alguna relación con todos, un personaje de familiar con quien utilizaba mente equilibrada, trabajador, dicho término, de modo preferespetuoso con las opiniones rente con tíos y tíos políticos, así de los demás si bien tenía sus como con tíos abuelos, y sus propios criterios, jamás le vi cónyuges. Si había asimismo alterarse con nadie por nada; una relación próxima de vecinuna persona que pasó por esta dad o familiaridad más alejada vida haciendo el bien, desdetambién se usaba esta palabra ñando el mal, preocupándose como símbolo de respeto hacia por los demás sin esperar a el reconocimiento de esas persocambio recompensa alguna; sí, nas del entorno. El término también fue un hombre de “hermano/a” realizaba, por Daniel Calvo Zarcero (1910-2004), notorias cualidades de prudentanto, la misma función que se de Peñalsordo cia e inteligencia, e incluso le da a “tío/a” en otras poblapodríamos añadir que diverticiones del mundo rural español. do, que pretendió en vida el bien de todos y Tras estas breves aclaraciones, digamos que para todos..., especialmente para los más desvael término “hermano/a” hoy prácticamente ha lidos, y sin jactancias; de lo que se deduce que desaparecido del léxico de nuestros pueblos, estuvo exento de pecados veniales. Cuando con la acepción que aquí hemos apuntado. Hoy enfermó mi tía Enriqueta, “hermana” es raro escucharlo entre los más jóvenes de Enriqueta, la cuidó con exquisito mimo, volcánnuestras poblaciones. Y con tal motivo he queridose en cada una de sus necesidades, exonerando traer hasta nuestra “Ventana Abierta” extredo en lo posible a sus hijos del cuidado de su meña este artículo con la imagen testimonial de madre. Cuando faltó su esposa, el “hermano” una persona buena, el “hermano” Daniel, puesDaniel sintió que ya no era “tan necesario” en to que en mis ya largos años de vida y tras la esta vida y decayó algo físicamente, ya no tenía relación y conocimiento de cientos y cientos de que dedicar sus energías en atenciones permapersonas que he tenido la oportunidad de tratar, nentes a quien había compartido con él la a nadie he conocido con la encomiable catadura mayor parte de su vida. Aún viviría varios años moral de mi tío político, por otra parte un homcon dignidad entre su familia más allegada y bre “normal”. No he conocido a nadie, digo, por sus paisanos. Nonagenario, sufrió la enfermeesos vastos mundos en donde he residido, con dad propia de su edad, la senectud, que le llevó las virtudes humanas que adornaron la figura a desvariar en algunas ocasiones; y ahora sí, respetable y enjundiosa del “hermano” Daniel.
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Cronista Oficial de la Villa de Peñalsordo
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64 tuvieron que ocuparse y preocuparse sus hijos de él; él que durante tantos y tantos años no hizo otra cosa sino el bien entre los suyos, en primer lugar, y entre los demás convecinos cuando lo necesitaron. Es obvio que no estamos frente a un icono mediático del reciente próximo. No ha pasado ciertamente a la posteridad por aportación alguna al mundo de la ciencia, la música, la política, el arte, las letras..., no; sólo fue en vida un modesto labrador en un pequeño pueblo extremeño del siglo XX; pero también un hombre que defendió el bien común frente al mal. Su nombre, como el de tantos y tantos seres humanos que han pasado por este mundo, no aparecerá en los rótulos de las calles; tampoco los cines, los teatros, las librerías iluminarán con neón su nombre, es cierto. Dentro de cien años probablemente nadie lo recordará, será uno más de tantos millones de seres que han pasado por el mundo, cada uno con su aportación personal y anónima. Conviene recordar que algunos prohombres han dejado una estela importante para la humanidad, reconocida por generaciones pretéritas, presentes y tal vez futuras: son emperadores, reyes, nobles, papas, jefes de Estado y de Gobierno, militares, escritores, científicos, pintores, músicos..., éstos nos legaron su obra “bien hecha” con mayor o menor categoría; de muchos de esos nombres ilustres sí ha quedado su recuerdo en los libros, en las calles, plazas, paseos, teatros, cines..., otros, la inmensa mayoría, pasan por este “valle de lágrimas” ante la ignorancia y el desconocimiento de futuras generaciones, pero que aportaron su “grano de arena” para un desarrollo superior de las naciones.
Ha sido este reconocimiento personal hacia estos anónimos bienhechores el que me ha llevado al deseo de algún modo de querer homenajear a un hombre desconocido para los otros hombres de fuera de su pueblo, un hombre del común anonimato exterior, como es el “hermano” Daniel, que transcurrió su vida haciendo lo mejor que supo su vivencia personal; pero quiero a la par también hacer extensivo este pequeño homenaje en la revista a todos aquellos hombres y mujeres que han pasado por el mundo haciendo el bien frente al mal y a los que nadie recuerda o recordará tras engullirlos la tierra. A veces incluso algunos consiguieron la fama por medio de su maldad, tales como Judas Iscariote versus Jesucristo, Bellido Dolfos vs. el rey Sancho II, Mateo Morral vs. los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Sirvan por todo lo expuesto hasta aquí como recuerdo entrañable y pequeño homenaje para rendir nuestro reconocimiento a todos esos seres anónimos que han existido y que dejaron una impronta cargada de bondad, de generosidad, de sacrificio hacia los demás, y que en gran medida han contribuido al avance de la sociedad en la que vivieron. Quiero fijarme con todo especialmente en una de esas personas anónimas que yo sí conocí de cerca durante muchos años, a la que agradezco vivamente que haya existido, y que debe servir como ejemplo de testimonio personal. No es otra, como venimos apuntando, si no Daniel Calvo Zarcero, nacido, bautizado, criado, casado, residente toda su vida, fallecido y enterrado en Peñalsordo; sí, un humilde, sencillo y honrado labrador extremeño, un verdadero santo laico. ¡Hasta siempre, “hermano” Daniel!.
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EL GALLO INMORTAL Manuel Alonso Blázquez
Érase una vez… eso, en sus experimentos genéticos, él no quería crear monstruos, como el científico de la película, que, por culpa de un experimento equivocado, en un laboratorio mezclaba las moléculas de su cuerpo con las del cuerpo de una mosca y, el resultado, fueron dos criaturas igualmente temibles: un hombre con la cabeza negra y los ojos hipertrofiados del insecto y una mosca que tenía una diminuta cabeza humana, Decía Fernando que, en la escena final, suena un grito tan débil que no puede escucharlo nadie. Muy agudo y perdido fue el grito de auxilio de la cabeza humana atrapada en el cuerpo de la mosca que fue prisionera de una telaraña, mientras se veía que la araña se acercaba despacio como un gran monstruo que la va a devorar. Fernando, posteriormente, marchó a Brasil a trabajar. Años después, supimos que de Brasil había llegado a España un hombre “pirado”, sin saber quién era, ni de dónde venía, ni dónde estaba su trabajo. Sólo repetía, una y otra vez, que tenía un gallo gigante, que le había obedecido en sus paseos, como si fuera un animal doméstico. Quería encontrarlo para darle de comer y, como no aparecía, se enfadaba. Sin embargo, con el paso del tiempo, ya curado, conseguiría aunar los tres poderes más valiosos del hombre: sensibilidad, imaginación y belleza, y plasmar, en una película de animación llamada El gallo inmortal, su sueño anhelado.
Fernando el “Pajarraco y su gallo inmortal”
Yo creo firmemente que Fernando consiguió el gallo gigante y que, con él, consiguió su ideal.
relatos
En tiempos pasados, allá por los años setenta, en la provincia de Badajoz, conocí a un experto en ganadería, especialista en Avicultura y al que llamaban “El Pajarraco” por sus experiencias fantásticas tratando de conseguir un animal de grandes dimensiones. Era un hombre astuto y cauteloso. En sus fichas de trabajo, que eran de verdadera artesanía, aparecía, en primer lugar, un gran gallo pintado a plumilla con una perfección extraordinaria, y, en segundo lugar, el interior de un hormiguero de grandes hormigas rojas. Decía que estas hormigas eran oriundas de Argentina y que llegaron a Europa en los barcos antiguos. En otras fichas, resumía y archivaba las características técnicas de los animales que comprendían el “todo” de su especialidad. En frascos de cristal, tenía fetos y animales ya formados, sumergidos en formol (con deformaciones y sin ellas) y que los había ido coleccionando nada más nacer. Por ejemplo: un borreguito con dos cabezas, un cabrito con cinco patas, etc. Esta colección le acompañaba en todos sus traslados. El nombre técnico de estas hibridaciones se ignoraba, pues él tenía toda una producción de híbridos, sin fines económicos, para su estudio científico. Decía un amigo de Buñuel, un tal “Eluard”, que hay otros mundos que nos asombran y que nos dan pánico si nos fijamos en ellos. A Fernando le encantaba verlos; a mí me producían rechazo. Los insectos pululaban en las pesadillas de Fernando, sobre todo después de ver una película, en blanco y negro, que se rodó por los años cincuenta, titulada “La mosca”. Por
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EPAMINONDAS
(Cuento) María Dolores Cabezas de Herrera Fernández
(Este cuento nos lo contaba mi madre cuando éramos pequeños. No os podéis ni imaginar lo que nos reíamos con él. ¡Ojalá os pase a vosotros lo mismo!, suponiendo que lo leáis, claro). En un pais africano, hace ya muchos años, nació un niño. Su madre le puso el nombre de Epaminondas, en recuerdo de un general tebano que alcanzó fama y dinero. La mamá del negrito le llamó así porque estaba convencida de que, al ponerle ese nombre, su hijo iba a ser tan importante como el general. Pero el negrito Epaminondas no iba por ese camino, como vamos a ver. Epaminondas, como todo el mundo o como casi todo el mundo, tenía una madrina a la que visitaba de vez en cuando. La madrina se ponía muy contenta cuando Epaminondas iba a verla, porque la verdad es que era un niño muy bueno y se daba a querer; y, siempre que iba, la madrina le hacía un regalo. Mientras era pequeñito le llevaba su madre, pero llegó un momento en el que ya tuvo la edad suficiente para ir solo. Y un día, le dijo la madre:
“¿Cómo llevo la mantequilla para que no se derrita? ¡Ah, ya! Me la meto debajo del sombrero y así no le da el sol, porque, aunque ya se va a poner pronto, todavía calienta”.
- Epaminondas, hijo, tengo mucho trabajo y no puedo llevarte a ver a tu madrina. Pero, como ya eres mayorcito, ve tú solo. - Sí, mamá -respondió muy alegre porque ya era mayor y su madre se fiaba de él.
- No se me olvidará, mamá. Ya verás cómo siempre lo tendré en cuenta.
Epaminondas cogió su sombrero para resguardarse del sol o de la lluvia, que, en ese país, de vez en cuando, caían buenos chaparrones sin que nadie los esperase. Al llegar a casa de la madrina, se sentó con ella y le contó mil y una cosas. Los dos disfrutaban de una tarde feliz: Epaminondas hablando y la madrina escuchando. Cuando ya iba a ponerse el sol, dijo la madrina: - Anda, Epaminondas, vete ya, que pronto se pondrá el sol y no quiero que te coja la noche por el camino. Y, toma, llévale a tu madre este trozo de mantequilla. El niño le dio un beso, cogió la mantequilla y se despidió hasta otro día. Al emprender el camino de regreso, pensó:
Y dicho y hecho, se puso la mantequilla en la cabeza y la cubrió con el sombrero. Llegó a su casa dando gritos de alegría. -¡Mamá, mamá! Mira lo que me ha dado la madrina. Es un trozo enorme de mantequilla y estoy deseando untarla en el pan. La madre, al ver cómo venía, se quedó muda. ¿Os lo imagináis? La mantequilla, derretida, le caía en churretones por toda la cara; bueno, traía todo el cuerpo empapado en grasa. La madre, cuando se repuso del susto, le dijo: - Epaminondas, hijo, eres el negrito más zonzo que he visto en mi vida. ¿Cómo se te ha ocurrido hacer eso? Lo que tenías que haber hecho es haberla metido entre dos hojas de higuera y haberla remojado un ratito en todos los charcos y arroyos por los que hayas pasado.
Pasado un tiempo, volvió a casa de la madrina y, después de charlar por los codos, como siempre, y de merendar, se despidió hasta otro día. En esta ocasión, la madrina le regaló un perrito. Era el cachorro más precioso que había visto en su vida. Epaminondas emprendió el camino dando saltos de alegría y con el cachorrito en brazos. De repente, paró en seco y pensó en lo que le había dicho su madre cuando la mantequilla. Cogió hojas de una higuera, de las muchas que había por el camino, envolvió al perrito con ellas y, en cada charco y arroyo por los que pasaba, se paraba y lo tenía un rato sumergido. Llegó a su casa radiante y gritando: - ¡Mamá, mamá! ¡Hoy si que vengo contento! La madrina me ha regalado un perrito precioso y he hecho todo lo que me dijiste. La mamá miró al cachorro y vio que estaba muerto.
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70 - Pero, Epaminondas, hijo, ¿qué has hecho? dijo- Eres el negrito más zonzo que he conocido. ¿Cómo se te ha ocurrido hacer eso? Lo que te dije era para la mantequilla. Al cachorro lo tenías que haber atado con una cuerda y así, tirando de ella, traerlo a casa. - Descuida, mamá, ya no se me olvida. Pasaron unos días más y la mamá le volvió a decir que fuese a ver a su madrina. Y agregó: - Mira, Epaminondas, no seas un negrito zonzo, sino inteligente y haz bien las cosas. El niño prometió que así lo haría y cogió el camino hacia la casa de la madrina. Después de pasar la tarde con ella, se despidió hasta otro día y su madrina le dió un gran pan, tierno y jugoso, para que se lo diera a su madre. Epaminondas cogió el pan y se fue. Nada más empezar a andar, se acordó de lo que le habia dicho su madre, así que cogió una cuerda, ató el pan y lo llevó a rastras hasta llegar a su casa. Cuando llegó, gritó: - ¡Mamá, mamá! Mira qué pan tan rico me ha regalado la madrina. Y he hecho lo que tú me dijiste. La mamá, al ver que del pan sólo quedaba un trocito atado a la cuerda, le dijo.
- ¡Ay, negrito zonzo! ¿Cómo has hecho eso? ¿No ves que vienes sin pan? Eso te lo dije para el perrito. Ya no vuelves a ir a casa de tu madrina. Lo mejor será que vaya yo. Pasaron los días y la mamá hizo unas tortas riquísimas y pensó que a la madrina le gustarían por lo que decidió ir a verla y llevarle algunas. Antes de marchar, puso las tortas en una tabla delante de la puerta para que se secasen mejor y dijo a su hijo: - Mira, Epaminondas voy a ver a la madrina. Ten cuidado con las tortas y, si tienes que salir, ¡cuida mucho de pasar por encima de ellas! - Descuida, mamá -respondió- lo haré como tú dices. El niño estuvo un rato sentado en el suelo mirando las tortas, pero se cansó y decidió salir a jugar. Una vez en la calle, se acordó de su madre y pensó: - ¡Ay!, que mi mamá me dijo que, si salía, pasase por encima de las tortas. Y, dicho y hecho, volvió a su casa y una a una, pisó todas las tortas. Cuando volvió la mamá y vio lo que había hecho, le dio unos buenos azotes y, cuentan, que ya nunca se le volvió a olvidar lo que le decía su madre ni confundió unas cosas con otras.
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EL GALLITO QUE DESAPARECIÓ
(Cuento) María Dolores Cabezas de Herrera Fernández
Pues bien, un día le canté la canción del gallito y, cuando terminé, comenzó a preguntarme sobre ello y de ahí surgió este cuento: “Había una vez una niña que tenía un gallito muy pequeñito, pero precioso. La niña le quería mucho y el gallito siempre andaba detrás de ella. Cuando llegaba la noche, dormía en la habitación de la niña y, sólo cuando esta se iba al colegio, el gallito se quedaba en el gallinero con los demás animales. El resto del tiempo, estaban juntos. Un día, como todos los días, la niña, al volver del colegio, fue al gallinero a por su gallito, pero su gallito no estaba. Llorando fue a buscar a su madre para decírselo. - No te preocupes, hija mía, que ya verás como encontramos a tu gallito - la consoló la madre. Y empezaron a buscarlo por todos los sitios, pero sin resultado. Y así pasaron tres días. La niña, de pena, no durmió durante esas tres noches. Y, como el gallito seguía sin aparecer, le dijo la mamá: - Mira, hija, estoy pensando que podías preguntar a la gente del barrio. A lo mejor alguien sabe dónde está. La niña llorando, salió a la calle. La gente, al verla en ese estado, le preguntaba qué le pasaba, y la niña, entre sollozos, contestaba:
Van tres noches que no duermo, la, la. He perdido a mi gallito, la, la. Pobrecito, la, la, mi gallito, la, la. Yo no sé dónde estará. Tiene las plumas doradas, la, la, Y la cresta colorada, la, la. Saca el cuello, la, la, mueve el ala, la, la y dice ki-ki-ri-kí. Segurarnente a estas horas, la, la, un gato se lo ha comido, la, la. El cuellito, la, la, la crestita, la, la. Pobrecito, mi gallito. Y, al terminar, arreciaba en su llanto. A las vecinas les daba pena la niña y le decían que no se preocupase que, aunque no lo habían visto, estaban seguras de que lo iba a encontrar. Ya más tranquila, se fue a su casa. Cuando llegó, volvió al gallinero y empezó a llamarlo: - Gallito, gallito - decía una y otra vez. Pero nada, el gallito no aparecía. Mas, cuando la niña iba a salir del gallinero, oyó un ki-kiri-kí. El corazón le dió un vuelco de alegría porque había oido la voz de su gallito. ¿Sabéis lo que había pasado? Pues que el gallito, por dar una broma a la niña, se escondió detrás de un leño grande que había en el gallinero y allí se quedó dormido tiempo y tiempo. Cuando se despertó, no sabía donde estaba y no se atrevía a salir porque pensaba y con razón, que la niña le iba a reñir. Pero, como ya llevaba mucho tiempo escondido y tenía muchas ganas de estar con ella, pues... salió. La niña, primero, le riñó, pero luego le dió un beso y le perdonó. El gallito ya no se volvió a esconder y nunca se volvió a separar de la niña. Y así los dos fueron felices.
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Alicia, mi nieta, tiene, en la actualidad, cinco años, pero, desde que nació, le gustan los cuentos que le narro y las canciones infantiles que le canto. Entre el interés que ella tiene y el convencimiento que tengo yo de que “eso” despierta su inteligencia y creatividad, lo hago encantada siempre que ella me lo pide, que es a todas horas. Muchas veces, de las canciones infantiles surgen los cuentos que luego se los relato una y mil veces y ¡ay de mí si cambio algo! Enseguida me dice: - Abuela, que te equivocas, que es de tal forma. - Hija, es que me despisto -le respondo invariablemente -, pero sí me acuerdo.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
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¿UN RAMITO DE QUÉ?
Su presencia o la caricia que el cielo antes nos brindó se la llevó el tiempo, como la mano del ladrón que roba, pero, por el camino, se le cayó su voz rosa y aquí quedó. Henos aquí, desde entonces, dormidos en la plenitud veteada y ojival del recuerdo, en ese largo y desplanchado amor del olvido o en el temblor de aquel primer verso, vieja herida apuntalada que sueña al amparo del arrullo. Una nube campesina y vital nutre de esporas la primavera mientras una manada de sueños azules pasta en el ayer de la niña, que, con ojos llameantes e invasivos, iba a asomarse a ese balcón colgante e ingrávido… pero, mejor que no te asomes, hija, mira que el cotarro no está para sentimentalismos y, menos, para ramos o rondas: hoy, un escalofrío verde, ese desasosiego vago de las normas de la moda, vence la cimbra del esqueleto sin alma, como de goma, del amor, tan breve y sensiblero, con múltiples desgarros, tazado de sombras casi aún antes de brotar. Boga así, ausente y callada, allí donde se adunan los sueños, sin matices imaginarios, inlunados de avatares bajo una luna entera, como de pedernal, y déjate embriagar por ese perfume ázimo. I Ya sabes, aquí ella, con ademanes de mujer recatada y matinal, nunca se cansaba de esperar por las huellas borrosas de su soledad, acompañada sólo con el silencio del otro, a pesar de las vagas apariencias, tan menguantes y merodeadoras, cuando de pronto las sombras, todas, como desatinadas y chismosas, cuchichean, dentadas, a su espalda, de cómo con el aumento del fasto de su casa -anillo de coral atolondrado- comenzó a menguar su amor. Fue, entonces, cuando enfermó de soledad. Caro le parece ahora el rescate de sus días mercenarios, hasta el punto de que su misma vida parece otra, porque él nunca muestra su ternura. Recuerda cuando maduraban juntos el balbuciente proyecto en un gozar opulento y sin motas; un vago sentir les parecía amarrar la llave grande y plena del secreto feliz de los días más saludables. Después, con las crudeces braviscas de la vida, el diablillo de los celos, presto como un alacrán suicida, se fue ramificando por
todo su orbe, tan pobre de ilusiones e inundado por un diluvio de desasosiegos perturbadores en su rizadura. Enristrada por la alanceante indiferencia, se refugió en su omnipresente y débil fragilidad, porque la situación le parece neutra y sus sueños torcaces. La pena, como ave de mal agüero con ojos arrebatadores, vigila su ánimo azabache, poco avizor, y, ensimismada y vacante, tropieza cada mañana con su sombra pedigüeña y resbaladiza. No obstante, como empujada, busca algo: una boya que rimara con sus lágrimas y la sacara a flote. El molde de la felicidad le parecía hueco y un poco amorfo. Por eso, ahuyentar quisiera esa ofuscación granate o, al menos, asedarla o teñirla de tedio, para buscar una luz en la espesura malva de su espera. Antes, cuando se sentían heridos por el amor, lacrado y reverberante, sin resquicios, no ponía condiciones; ella, con gestos festivos, que aún le parecían bastante pobres, apostaba por la entrega, por el amor más allá del placer, del miedo o del egoísmo, más o menos impuesto, más o menos compartido. Guerrera, mantuvo a la tremenda aquello de que no se le puede decir no al amor en vano. Al cabo de los años, descubrió que sólo fue un deseo desdibujado, porque esperaba, simultáneamente, una correspondencia de trato que no halló, por eso le duele la fría y lejana indiferencia del otro, que permanece subido en los zancos de su propio y visible orgullo como el amo de lo que no es, de las horas esquivas o vencidas como el eco de un cántico que suena a inmortal. Como zorra entre las sombras, augurante, le acecha aquel presentimiento sucio de un afán tembloroso y turbio por el vaho desamparado de los años vividos: eternamente gruesa era la pared -argamasada con pueriles, cómicos, fatales e indecibles agravios transhumantes- que se alza entre sus vidas o su amor, rosa mustia de aburrimiento y soledad compulsada, que como una repugnante savia flota en sus venas como el primer dulzor de las brevas, aunque a la inversa, y unos hilillos, sumisos y postizos, de rabia caminan o resbalan a su lado hilvanando un ligero y amargo chapoteo. Una nidada de reptiles incomprensiones le corroe, entre frías plumas, sus mejores senti-
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Antonio Pérez Carrasco
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74 mientos por la negrura de su pena en el crujir de su amor quebrantado. Entumecida de frivolidad en ese rapto de sí misma, inyecta en su afán el amargor cada mañana y desayuna ensueños pintorescos, bravíos y como cansados, por las crestas del aburrimiento. “¡Señor, me cansa la vida!”, leía de reojo en los versos orantes de Antonio Machado para sentir un alivio pasajero. Entre sus cuidados dedos, perdió la mirada como una ternura vencida, revuelta y descombradita por esa dulce mentira que aún perdura como un espeso letargo, y sucumbe, vaporosa, como una claridad apagada de repente. Atardece. Ella sigue deletreando distraída su pesadumbre con esa lástima caidera de su melancolía sonrosada. Un silencio cóncavo le contesta. II Él, su esposo, runruneante, animal muriente y artificial, rizable y comensal, inerte y sin talento, que se desenvanece sin reposo o retumba ávido de vanidad cuando menos lo espera, a medio camino entre la estatua y el pálpito, inalterable o desconcertante, anheló lo que tuvo y ahora, despojada de sí misma, cree que la tiene sin tener, como exhalando de una ilusión ondulada y húmeda, en virginal claroscuro. Con gesto censor de chamarilero abaratado y sonrisilla superpuesta lee el periódico sentado en aquel salón tan lamparado y áfono, mientras pastorea con cayado dulce y cruel el descolorido silencio consorte por las afueras de sí misma. Distante, ella, de vez en cuando, le observa con el rabillo del ojo sin adivinar en él ninguna virtud inimitable y se golpea sus adentros al pensar que, por él, tanto se había apartado de las vanidades. Míralo, ahí está, irritante, tan alejado de lo común, que parece, con descaro contrabandista y solemne, bañarse en su indiferencia embreada. Eso sí, de vez en cuando, en momentos entretenedores, al cruzarse fugazmente las miradas, le sonríe, como dando una tregua a su fatiga doblegada y trémula. Una de esas mañanas enguatadas y vulgares de primavera, mientras ella limpia sola aquella casa sin hijos, que huele a pan tostado y a postizas falsedades sin quemar, le acuchillaron la urgencia de volar alto y lejos. Sin sello, recibe una carta que le dejó sin peso la sangre como en días de inocencia traicionada: le habían ofrecido mucho, pero nunca le dieron todo. Con resignación amorosa y domadora, con fortaleza prestada y maligna, pero sin abanico
con lentejuelas, sofoca como puede ese conato urgente de incendio, devastador y prematuro, que abrió brecha en su pecho y le brota ardiente como manantial de ternura en lo más íntimo, perturbándola como al silencio tendido en las sosegadas yerbas, en la tierra y en las piedras, al crecerle la luz estética de la tarde ribeteada con una quietud sin flecos. Desde entonces vive en un derroche de secretos. Con ese embeleso célico que inutiliza su atrevimiento, gustó el fruto y acaricia su ensueño (precisamente todo lo que él, su marido, no era) con ese latir violáceo del primer amor y sus brillanteces. Aunque, arrebatadora y discreta, pregonar quisiera el hechizo que siente para hacer saltar los siete sellos de su mutismo, minado por tanta poesía inesperada, cuando arde de avidez la estepa enferma de su ansia, tan copuda y arborescente (“Acaso sea otra cosa / lo que busca la rosa”, escribió un poeta), que sostiene sus castillos en el aire. El caballo blancuzco y confuso de la alegría cruzó el recobrado azul turquesa de su cielo, mustio y sucio de ambarinas vaguedades. Son palabras violetas e indecibles (escarcha vibrante y desanudada), que encandilan hasta el embozo insostenible del desmayo. Y así, azucarada, se convida a si misma con esas pocas cosas frescas, que le parecen admirables en sus brillos, por lo que dejó, indolente, volar su corazón hacia aquello nuevo y desconocido en un monólogo callado con él al fondo. Sí, cerca está él, como un esteta genial de lo caótico, como un romántico furtivo de lo siniestro, que con fatal sorna deja derretir la miel de su obra de acíbar en un panal de crispadura, que cruje rodando con ternura diversa por esas dos laderas, tan liliales y opuestas, de aquel mismo corazón con ambos libremente ceñidos a ese claro y único latir parejo, que sueña ahora bifurcado al estar ellos algo desimanantes. Él, indiscreto, se escorza con argucia y disimulo para mirarla de soslayo con rústica transparencia, con ese mirar tenue y breve que procura adormilar, mientras ella espera, somnolienta y temerosa, que la ilusión flote sin el roce de vagas sospechas, sin ese zarpazo brusco y malintencionado que esconden las cosas o la vida en su vagar... III Al dormir él -somos tan caducos los humanos- ese sueño occipital y aturdido de los muertos, ordenaba ella un día los papeles del despacho, cuando encontró la llave del misterio, la clave del secreto: un diario blanco, con una flor,
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do!”, pensó, lívida, como tenso desahogo al cerco de su vesania, de ese primer desconcierto, póstumo y como embalsamado, que le provocó aquel ser tan poco idolatrable. Ahora resulta que el rostro con borrosos agremanes que debía encajar en el puzzle de su sueño era el de siempre, un rostro como gastado por el peso y el paso de los días, laminado de tanto verlo, terco y embravecido, gritador y selvático, anodino, vital o sin pulso, acostumbrado (o mejor, malacostumbrado) y decisivo, que le saquea el alma. Sonrió y se compadeció a sí misma. Después de todo, poco le había faltado al amor debido en sus sueños viles, pensó, recordando que la cosa -cartas, flores, poesías y sueños- cesó al enfer-
mar él. Por eso, ahora comprende que, de tanto querer vivir sólo el momento presente - “carpem diem”, dicen, queriendo decir acaso virutas de lo efímero-, se nos escapan los mejores ratos: cuando pasa, fugaz, la felicidad a nuestra vera, nos halla entretenidos trocándola por breves placeres envolventes. ¡Con qué poco, piensa, nos conformamos a veces creyéndonos tan alados! Ese día, ella aprendió a amarle, a pesar de los pesares, con ese querer de ausencia que velozmente madura, con un amor en sazón. Fue entonces, mientras los arpistas tañían sus arpas calladas, cuando él, socarrón a lo divino, desde cualquier fulgor del cielo desdobló su mejor sonrisa como un guiño. Al rato, un ángel descartilagado, trovador de lunas profanadas por una luz pacíficamente transgresora y como desencajadas en un delirio diverso, con el arte en bandolera, tomó la guitarra con cuerdas de lluvia que huía y con lujo de plurales reflejos barajados se puso a desgranar los sones persignados y fugaces, rotos, de una tierna melodía para quienes quieren entender el amor simplemente como un darse irrevocable y mañanero sin cansinos desganos o fatigas prematuras para ser “feliz, así, de cualquier modo”.
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disecada como su ensueño, en una página, apareció entre sus cosas; algo escrito sobre el agua dulce del silencio o el perfil del delirio en el alba o en la nada, como la esperanza. Aquella sorpresa acribillada abrió sus ojos, tan soñadores, tan cegados a la evidencia, y la turbó. Un rubor despavorido cubrió su cara, que parecía un acerico fruncido tras los cortinajes, las telas, adamascados de aquella tarde descortezada y lengüeteante. _ “¡Qué calladito se lo tenía el muy bandi-
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EN FACSÍMIL María Dolores Cabezas de Herrera Fernández
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El Reglamento de Policía urbana, que se inserta a continuación, es de 1845 y consta de 132 artículos divididos en cinco Títulos. Debido a su extensión, no se pueden publicar todos de una vez; por esta razón, se pone sólo una parte de ellos, dejando, para el próximo año, su continuación.
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IN MEMORIAM Pedro Dueñas Borrego (A José García de Paredes Pajares)
Sí, Pepe, (así te llamábamos todos) sencillo, agradable, deseando complacer, ayudando donde quiera que estabas, así vemos la grandeza de las personas en este mundo difícil en el que estamos y que sin embargo, personas como tú nos hacen ver las cosas positivas y la grandeza del Señor. El Señor hizo en ti maravillas, gloria al Señor. Recuerdo cuando mi hermana Ana y tu hermana Carmina (Nina), dos jóvenes adolescentes salían en pandilla, eran amigas. Erais tres hermanos, Guadalupe, Tú y Nina, y no sé por qué tengo la impresión de que siempre fuiste como el árbol protector de Nina, donde ella encontraba sombra y descanso. Vivíais en la C/ Generalísimo, casi esquina con la C/ San Marcos, una casa profunda (de pequeño todo te parece mayor) y con una fábrica de chocolate. Luego pasasteis al final de la C/ Villanueva, también otra casa muy grande, allí estuvisteis viviendo una larga temporada en años, unida a tu larga estancia de estudiante en Sevilla. Posteriormente ya con tu propia familia y con tu Sra. Carmen, e hijos habitabas en C/ Pedro Alfonso en los altos de tu trabajo en Caja Badajoz. En esos tiempos intermedios mis recuerdos son de tu presencia en el banco, allí cualquiera que se acercaba a consultarte o a realizar alguna operación siempre te encontraba dispuesto a darle solución, era tu natural habitual, de servir y complacer. Algo conocía de tu involucración en la idea y puesta en marcha de la cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de los Dolores, luego en la preparación de los actos del cincuentenario de la cofradía y en el libro que se editó, comprobé tu decisiva participación en ello, por tus conocimientos de las cofradías sevillanas, y en especial la de los Estudiantes, de donde dimanan las reglas de la nuestra en Don Benito. Así mismo unido esto al impulso creo decisivo de Don Gerardo Granda y con el que formaste buen tanden aquello tiró para adelante,
sin aspavientos, sin casi figurar pero poniendo todo el cariño y el empuje necesario, aquí vuelve a salir tu sencillez, tu buen hacer y el volcarte en una ilusión y una idea compartida por varios “utópicos” que fuisteis capaces de hacerla realidad. Cuando a finales del siglo pasado estaba recabando datos de la Cofradía de la Soledad, recuerdo con agrado la entrevista que tuvimos en la galería Central tomándonos un café. Comprobé tu archivo histórico de las cofradías y tu participación en sus albores, me aclaraste dudas y me ofreciste hasta tus íntimas versiones del desarrollo de los acontecimientos, y aunque pudiera haber alguna postura que no compartías, nunca dijiste una sola palabra fuerte o de desahogo, así eras tú siempre. También en la asociación Amigos de la Cultura fuiste de los iniciadores y absorbiste puestos de responsabilidad con Joaquín Rodríguez, Pepe Soto y compañía, y de alguna manera impulsor de esta revista de Ventana Abierta para donde va este retrospectivo reconocimiento, o carta-charla, hacia tu persona y tu inolvidable presencia entre nosotros. Ventana Abierta, así fue tu vida, abierta, sin dobleces, dando lo que tenías ¡porque sí! porque así eras tú, mirando las cosas de frente y con la verdad por delante, lo que sentías lo expresabas siempre. Dios nos pone en el camino de la vida, personas y ejemplos como tú, para ayudarnos a comprender y llevar adelante las tareas que a cada uno nos ha encomendado, siempre a su imagen y semejanza. Estamos ahora Pepe, en la novena de la Virgen de las Cruces, el pasado día 2 Domingo como de costumbre fuimos a por nuestra patrona, y como sabes fuimos a por ella y la recibimos todo el pueblo, con paradas este año en la Cruz Chica y su bendición por el padre Rafael Capilla, al que tú bien conoces, la cruz recuperada se ha vuelto a poner en el camino de los bellacos y como de costumbre en el Corazón de Jesús también paramos, donde siempre se reza por Don Juan Peralta que siempre nos acompañó.
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Amigo Pepe:
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in memoriam
100 Hoy en la novena te habría gustado estar, hemos tenido a dos obispos y un montón de sacerdotes, hasta Jacinto Gallardo, que se vino de Méjico. Ha oficiado el Arzobispo Emérito de la diócesis de Mérida / Badajoz Don Antonio Montero, que nos ha hablado de la Virgen, y sabes que pensaba que ya hace un año que te recibió a ti para llevarte a su hijo. Don Amadeo Rodríguez, obispo de Plasencia, oficiará mañana la misa de la ermita como todos los años. Esta madrugada en la Velá de 3´30 a 4´30 las cofradías estaremos con nuestra Madre, y he aprovechado estas horas de la Velá para escribirte estas pequeñas cosas, que en la tranquilidad de esta madrugada me parece estar más que escribiendo, comentando contigo. Por ellos, Pepe, te he preguntado cómo te recibió la Virgen María en su regazo, fuera de sus Dolores, y si el Señor, libre ya de la Cruz, donde nos ofreció la Buena Muerte, te recibió con un abrazo de Padre y te dijo algo parecido a “pasa Pepe te estaba esperando”. Tengo la seguridad de haber conocido, en ti, a un buen hijo, un buen hermano, un buen marido y un buen padre, o sea una buena persona. Un fuerte abrazo en Cristo
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REFRANES DE AYER Y HOY Pilar Sanandrés Rivas
- Los hijos y los maridos por sus méritos son queridos. - Hoy por ti y mañana por mí.. - Nunca te acostarás sin saber una cosa más. - Más vale pájaro en mano que ciento volando. - De tal palo tal astilla. - Quien mal anda mal acaba. - En casa del herrero cuchillo de palo. - No te acuerdas de Santa Bárbara hasta que truena. - No por mucho madrugar amanece más temprano. - Para las cuestas arriba quiero mi burro que las cuestas abajo yo me las subo. - Dichoso mis bienes que remedian mis males. - Mal de muchos consuelo de tontos. - No escupas al cielo que te puede caer encima. - No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. - Paga adelantada paga viciosa. - Nadar y guardar la ropa. - Navegar entre dos aguas. - Quien hace un cesto hace ciento si tiene mimbre y tiempo. - Que se queme la casa y no salga el humo. - Un grano no hace granero pero ayuda a su compañero. - Con un mal no se remedia otro. - No hay mal que por bien no venga. - Se cree el ladrón que todos son de la misma condición. - A palabras necias oídos sordos. - Quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija. - El que a hierro mata a hierro muere. - No la hagas y no la temas. - Al buen entendedor con pocas palabras bastan. - Andando va la hurona. - El tiempo no lo ve la gente, lo que ve es si está bien o mal hecho. - El que teme, algo debe. - Quien no te mire de frente, pregúntate ¿qué me habrá hecho?. - Pobre pero honrado. - Cuando en los cerros hay berros, en las cañadas ¿qué habrá?. - Marzo llegó y aró quien aró. - Año de nieves año de bienes. - Siempre que llueve escampa. - Hambre de quince días y Guadiana por medio. - A buen hambre no hay pan duro. - El mejor escribano echa un borrón. - No hay mejor satisfacción que la que no se da. - El que mal anda mal acaba.. - De los míos me quejo yo. - Un padre es para cien hijos y cien hijos no son para un padre. - No me la llores pobre, llóramela sola. - Quién quiera capricho que los pague. - Con un mal no se remedia otro. - Dime de qué presumes que te diré de lo que careces. - El buey solo bien se lame. - Que me quiten lo bailao. - Piensa el ladrón que todos son de su condición. - El que no llora no mama.
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(Recopilación)
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104 - Marzo airoso y abril aguanoso sacan a mayo florido y hermoso. - No dejes camino por trocha. - Pleitos tengas y los ganes. - Consulta de pasillo no es buena ni para el cliente ni para el bolsillo. - Sol en ventana, agua mañana. - De grandes cenas están las tumbas llenas, pero de no cenar aún están más. - Más mató la cena, que curó Avicena. - La mancha de la mora con otra verde se quita. - Uno por madrugar se encontró un costal...pero más madrugó el que lo perdió. - El amor y el dinero no pueden estar en secreto. - Más vale sudar que estornudar. - Que hablen de ti aunque sea mal. - Hambre que espera hartura no es hambre ninguna. - Al mal tiempo buena cara. - Dime con quien andas que te diré quien eres. - El que avisa no es traidor. - Más valen pocos muchos que muchos pocos. - No hay mejor satisfacción que la que no se da. - Cría cuervos y te sacarán los ojos. - Una mano sin la otra no se lava. - De dónde se saca y no se echa el fin se le ve. - Al pan pan y al vino vino. - De dónde no hay no se puede sacar. - Un loco hace ciento si le dan lugar y tiempo. - Faltas un día y faltaste toda la semana. - Hazme cien y no me hagas una y no me has hecho ninguna. - Más vale estar sólo que mal acompañado. - La mentira tiene las patas muy cortas. - Aceitunita comida huesecito fuera. - Entre todos la mataron y ella sola se murió. - La esquila buena o mala a los quince días iguala. - Para muestra basta un botón. - Si quieres conocer a fulanillo dale un carguillo. - El que tenga una hacienda que la atienda y si no que la venda. - El ojo del amo engorda al caballo. - Dos que duermen en un colchón se vuelven de la misma opinión. - Cada uno en su casa y Dios en la de todos. - El que a lo suyo se parece honra merece. - A mayo no se le pueden quitar las flores. - En boca cerrada no entran moscas. - Benditos mis bienes que remedian mis males. - Del árbol caído todo el mundo hace leña. - Al perro flaco todo se le vuelven pulgas. - Favor que se paga no es tal favor. - Sobre gustos no hay nada escrito. - De fuera vendrá quién de tu casa te echará. - Sabe más el tonto en su casa que el cuerdo en la ajena. - Cada uno en su casa sabe dónde se cuelga el candil. - A listo me ganarás pero a burro no. - El que más hace menos merece. - Las medias son para los pies. - Dónde va el asa va el caldero. - A las diez en la cama estés y si no al pie. - Hay que hacer una raya en Guadiana. - No vendas la piel del oso antes de haberlo cazado. - Del toro manso me libre Dios que del manso me libro yo. - Hablando se entiende la gente.
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¿PARA QUÉ SIRVE UN COMITÉ DE ÉTICA ASISTENCIAL? José Manuel Álvarez Maqueda
¿Por qué surgen los Comités éticos asistenciales? Tal vez antes de preguntarnos para qué sirve un Comité de ética es preciso responder a la pregunta de por qué surgen. Hay que reconocer que responden a una necesidad y, por tanto, no se trata de una moda más, propia de modelos de comportamiento importados de sociedades más evolucionadas que la nuestra. Y cuando se indaga sobre el origen de los comités éticos casi siempre nos remitimos a los espectaculares casos de experimentación con seres humanos que han salido a la luz en el siglo XX, y también a aquellos otros casos particulares que han salido a los medios de comunicación como situaciones humanas complejas y difíciles de solucionar. Sin abundar en más razones históricas, la complejidad de la medicina actual exige del profesional de la salud algunos saberes más que conocimientos científicos, buen “ojo clínico” y buena voluntad. Con frecuencia, los problemas
humanos, especialmente aquellos que afectan a la calidad de vida de las personas, reclaman, cada vez más, un afrontamiento no sólo científico, por necesario y valioso que resulte, a veces también en condiciones de incertidumbre (tanto por los resultados previsibles de determinadas terapias o intervenciones, como en la valoración de riesgos y beneficios). Y es que, a veces, tomar decisiones supone encontrarse con las dificultades propias de no poder compaginar, con facilidad, los objetivos de la racionalidad científica, la racionalidad ética y la racionalidad jurídica. En este contexto, la presencia del Comité ético no ha de tomarse como un recurso que sustituye al médico, ni como exponente de incompetencia médica, sino como el reconocimiento de que un Centro para la Salud ha de contemplar los aspectos biológicos, psicológicos, mentales, axiológicos, etc., de las personas que enferman, y ofrecer, a ser posible, aquellos recursos que puedan mejorar la calidad de vida global de las personas. Y si, además, hemos de convenir que nuestras actuaciones profesionales, dirigidas a mejorar la salud de otras personas, han de situarse en un contexto de relación de adultos, es decir, desde el respeto a los principios de autonomía, justicia, etc., entonces se nos acumulan los motivos por los que tenemos necesidad de cambiar algunos procedimientos heredados. ¿Cuáles son sus funciones? Las principales funciones de los Comités de ética asistencial son: a) Atender a la formación ética de los miembros del Comité y de los profesionales del Centro hospitalario. b) Proteger los derechos de los enfermos. c) Realizar análisis de casos clínicos problemáticos y elaborar informes para orientar y facilitar el proceso de decisión a los profesionales, enfermos o familiares que lo soliciten. d) Elaborar protocolos de actuación y directrices para aquellos casos en que con frecuencia se presentan conflictos de tipo ético: criterios de selección de enfermos en las UVI; determinación de la muerte cerebral, la confidencialidad, etc. Así como también habría que señalar aquellas funciones que no entran dentro de las competencias de estos Comités: a) La defensa jurídica directa de las personas o del Hospital. b)
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El 16 de julio de 2005 se publica en el Diario Oficial de Extremadura, la Ley de Información Sanitaria y Autonomía del paciente. Conviene leerla despacio porque es una norma que a todos los extremeños puede sernos útil en algún momento de nuestra vida. Pues bien, en los artículos 40 y 41 se anuncia la creación, en nuestra Comunidad Autónoma, de una serie de Comités éticos. Tres son los objetivos que justifican la creación de estos Comités: a) “dilucidar aspectos de carácter ético relacionados con la práctica asistencial”; b) “establecer criterios generales ante determinados supuestos que pueden aparecer con la incorporación de nuevas modalidades asistenciales y nuevas tecnologías”; c) fomentar el sentido de la ética en todos los estamentos sanitarios…” (Art. 40). El que nos importa abordar, en este momento, es el Comité de ética asistencial. Un Comité de ética asistencial es un grupo de personas que representan saberes diferentes y desempeña un trabajo coordinado y complementario de orientación ética. Constituye un órgano colegial de consulta, para la reflexión y la propuesta de soluciones ante aquellos conflictos éticos generados en la asistencia médica hospitalaria o en un centro de salud.
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108 Hacer juicios sobre la ética profesional del personal sanitario. Estos Comités no están para juzgar ni para sancionar, aspectos que corresponden a otras instancias. c) Tomar decisiones. Estos Comités tienen un papel informativo y de asesoramiento, siendo así que las decisiones han de ser tomadas por el enfermo, el médico, la familia o la autoridad judicial. ¿Quiénes componen un Comité de ética asistencial? Ha de ser un grupo interdisciplinar, que represente diferentes puntos de vista, y en número suficiente para permitir un trabajo eficaz. Además, los miembros del Comité han de tener competencia profesional y ser capaces de trabajar grupalmente, en condiciones de igualdad, de diálogo abierto e interesados en la búsqueda de posibilidades de humanización. Ello implica una tarea de cohesión del grupo a través de la elaboración de un reglamento interno. Y también una metodología propia con vistas al análisis de las situaciones concretas. ¿Qué eficacia? Como todos los recursos humanos, no sobrevaloraremos el papel y la importancia de los Comités éticos asistenciales, como si su presencia en un Centro Hospitalario garantizara la solución de todos los problemas asistenciales que se presenten. Eso no creo que sea posible. Pero es innegable que pueden ser una garantía y un complemento válido de asesoramiento para los profesionales que diariamente han de tomar decisiones complejas y las han de tomar en condiciones cada vez más comprometidas. Por eso, estos Comités resultan eficaces y representan un verdadero servicio a los profesionales de la salud, así como a los propios enfermos. Pero, ¿tanta importancia tienen estos Comités como para que la ley recomiende la conveniencia de su creación? La respuesta más inmediata es que son eficaces allí donde están activos. Ahora bien, reconozcámoslo. Un comité de ética sirve para algo si cumple dos condiciones. Primera, que se demuestre su utilidad. Pero hay cosas que tienen utilidad y no las necesitamos, o no nos interesan, por diferentes motivos. Y por eso pueden estar ahí, en el organigrama del Hospital, pero no hacemos nada para que funcionen. Por lo cual hay que añadir enseguida una segunda condición, y es que tal utilidad se manifieste muy conveniente para alcanzar los objetivos a los que se aplica un Comité.
Así que como vivimos tiempos en que las cosas no se imponen por su propia verdad o bondad, y ni siquiera por su utilidad –que hasta hace muy poco lo progresista era defender una ética utilitarista-, entonces lo que nos queda es el imperativo legal, que es el único motivo capaz de sobreponerse a intereses y caprichos individuales o grupales. Además, parece que la literatura jurídica –leyes, normativas, decretos, etc.-, con su carácter vinculante, en este momento está sustituyendo, en parte, a las convicciones éticas, hasta el punto de que hay quienes piensan que en una sociedad democrática es el legislador quien tiene que marcar la pauta de una ética de mínimos, suficiente para articular la convivencia. En cambio, también hay quien piensa que “no bastan las normas jurídicas para que una sociedad sea justa…porque las leyes jurídicas no siempre protegen suficientemente todos los derechos…una convicción moral vale más que cien leyes. Por tanto, -concluye Adela Cortina- sin atender a la dimensión moral de las personas, es imposible que una sociedad sea justa”. Por tanto, hemos de hacer un gesto de reconocimiento a nuestros legisladores extremeños. Porque conociendo el valor y los límites de las leyes, nos invitan a organizarnos mejor desde las convicciones éticas. A nuestras instituciones extremeñas de la Salud corresponde ahora desarrollar esta iniciativa legal. Pero, que alguien nos diga cómo, por exigencia legal, puede mantenerse en pie algo de carácter ético. Así es que, si queremos cambiar algo, parece que no nos queda más remedio que dar un voto de confianza a la ética. Es decir, necesitamos educar para actuar desde las convicciones, que no sólo desde las leyes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - LEY 3/2005, de 8 de julio, de Información Sanitaria y Autonomía del paciente. - A. CORTINA, El quehacer ético, Madrid, 1996. - D. GRACIA, Bioética clínica, Edit. El Búho, Santa Fe de Bogotá, 1998. - F. ABEL, Historia y funciones de los Comités de ética asistencial, en Labor Hospitalaria, nº 244, pp. 110-118.
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EFI CUBERO Nace en Granja de Torrehermosa (Badajoz). Realiza estudios de Historia del Arte, Lengua y Literatura en Barcelona, ciudad en la que reside. Poemas y relatos suyos forman parte de diversas antologías. Colaboradora habitual de revistas de arte (Revistart), diarios y publicaciones, es también autora de numerosos artículos, prólogos y entrevistas. Ha participado en la revistaobjeto La Lata con poemas-objeto. Parte de su obra ha sido traducida al francés, inglés y braylle. Hasta la fecha ha publicado cuatro poemarios: Fragmentos de exilio (1992), Altano (1995), Borrando márgenes (2004) y La mirada en el limo (2005). Ha hecho tantas cosas en el mundo de la cultura que es imposible dejar constancia de todo. En esta ocasión, vamos a publicar algunas poesías de sus dos últimos libros. Le preguntamos a Efi cuáles poníamos y nos contestó que lo dejaba a nuestro criterio. Ha sido muy difícil elegirlas porque nos gustaban todas, pero... el espacio es el espacio y a él había que adaptarse. Seguro que disfrutarán con su lectura hasta los no amantes de la poesía.
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(DEL LIBRO: “BORRANDO MÁRGENES” 2004)
TRANSEÚNTES I Como cierta mañana miras los girasoles, y el encalado fin del promontorio donde abonan cosechas las pavesas del tiempo. El rescoldo de lo que fue y no es en ti desliza el rastro de su luz. Intacto el fuego la llamarada aventa aquel afán... Alguien susurra Al viento de tu oído:
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- Leve te sea la tierra que su esplendor callado devuelva intacta La pasión del sueño -.
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II
En el cauce rugoso como herida de siglos se estremece tu historia agitando sosiegos. Mientras avanza el tiempo socavando el origen este sabor de tierra en la boca de agua. No será este lugar nunca perdido. Transeúnte también como los nombres que dieron a tu calle, o a la que fue tu calle, vas y vienes, deambulas e intentas descifrar este grafitti que se adueña del muro de las lamentaciones. Quedan brochazos sueltos en la historia común, tan repetida, y la mirada vuelve, con persistente asedio, a escudriñar el limo que velaron las aguas transparentes. El vaho de la calina desdibuja tal perfilado anhelo. El oro de la espiga -seco y duro- polarizó otro tiempo de orfandades. Hay un verdor altivo sobre lo calcinado... La palabra no basta sobre este tierra eterna -la eterna herida abiertala esponjada en dolor. La renovada. La eterna floreciente de víctima y verdugo.
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QUEMADURA Una interrogación se abre al paisaje. Frente a este vasto código de signos tu huella asume el desandado tiempo. La madurez del sol quema la tarde y sabio olvida lo antes incendiado y a veces niño juega a lo infinito. Hoy evocas el sol de la cerilla que iluminó tu limitado espacio. Prendido del febril chisporroteo tembló el tiempo - ¡la vida!en aquel gesto. Aún te miras los dedos y sonríes -dolor fugaz y oscuro- cuando rozas, ajena ya y extraña, la leve sombra de la quemadura.
DE PROA
dejándole su estela, superflua o profunda, depende de los hechos constatables de tal navegación. Mascarones de proa cuarteados, flotan a la deriva, sobre las líneas más perecederas de un cuaderno de viento o de bitácora. En la madera exenta reconoces los rasgos deslucidos que hicieron palpitar tanta memoria.
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Hay fechas sustantivas. Nombres que desviaron (de una u otra forma) el curso de tu río llevándolo a la mar, -¿Qué es el morir?-
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EL LUGAR DE LOS HECHOS El tiempo vuelve siempre al lugar de los hechos. En tus ojos confirmo que regresa. De borrar algo - digo - borraría tan sólo este pliegue cerrado o cauteloso que fue formado en previsión de aquello: del corazón dispuesto a la inocente entrega. De borrar algo - pienso-borraría el recelo. Lo esquivo de un silencio profundamente herido por la duda.
CLAROSCURO ¿Qué blanco olvido centra la mirada cristalizando el tiempo en cada huella? ¿Qué transparencia vela la buscada conjunción de este sueño que se estrella sobre otra realidad de luz filtrada? Ángulo sustancial. Clara centella que atrapa lo fugaz... La pincelada hurga en la herida abierta. O sólo sella la plasmación segura del boceto que emerge desde el fondo a la armonía, de lo táctil, sutil, leve y cercano. Solo la soledad sabe el secreto que ahonda el silencio de esta melodía fragmentando el perfil del ser humano.
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(DEL LIBRO: “LA MIRADA EN EL LIMO” 2005)
I
La oscilación del viento despeina los jarales, justifica la luz, acama mansamente la ondulación del trigo o vibra con la lluvia, lenta y límpida, en esta soledad.
II Siento la mordedura del viento en las ausencias, las vértebras del barro, las marcadas estrías sobre la propia piel. Del friso que formabais los amados uncidos al paisaje queda sólo la estela, el rastro, lo intangible. Sólo tengo la marca vigorosa, indeleble, de esta luz de campiña, esta voz de campaña que ahora siembro a voleo plena en la sencillez sobre la tierra fértil y entregada. El excavado cauce, el testimonio, relente de mi noche que despierta como un caudal de charca florecida, -fragante, libre y ebriacomo un Abril que despertara el sueño.
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Sobre el canchal desnudo ascendía el humo cálido del tiempo devolviendo tu voz. Tu presencia de niebla confundida con la roca desnuda con los aromas puros del cantueso y la jara o con el eucalipto mercenario, balsámico e intenso, de los últimos días. Profunda y grave de tabaco y lumbre tu voz amparadora. Aquella oscura voz casi naciendo sobre la claridad de las encinas, la armadura o corteza del silencio sobre tanta memoria, perturbador latidote una mirada que abarcaba el mundo. Lo que fue nuestro mundo…
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PALIMPSESTO Ávido de la luz fecunda el hondo limo las laderas. El tiempo es un enigma fragmentado fangoso de grafías. Palimpsesto que cubre piadoso la memoria los signos y las fechas las batallas, los nombres o la inscripción votiva por amor al olvido.
ESPACIOS Contradecir la carga de todo lo aprendido. Fijar la luz del pájaro fragmentando la rama. Hallar de nuevo espacios de voces no escuchadas. Vencer la terquedad de la premura.
O zozobrar en la cartografía que nos ata al origen, desprendidos, aislados de lo reconocible.
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VÉRTICES Percibes el momento del fulgor y te dejas llevar por la marea azulenca de aquel cielo entre encinas llovidas por la luz. Sin gestualizaciones, rozando el interior, llegaba la promesa del encuentro hasta el vértice mismo del deseo. En el relente de la noche tiembla, lo mismo que el paisaje, la memoria.
VIVIR SOBRE ESTA VIDA
Si no hay con quien rozar este prodigio, vivir sobre esta vida que a todos pertenece y no es de nadie.
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Pues no basta mirar la tierra a solas. Ni basta este esplendor de amanecida si no señalo el humo con los ojos el vuelo con la mano el sol con la palabra.
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EL NIÑO DEL PALO DE FUEGO Ana Miranda Gómez C. P. Ntra. Sra. del Pilar
El libro cuenta la historia real de un niño llamado Totí de la tribu de los Matís que tuvieron que salir de su selva para salvarse del hombre blanco. El hombre civilizado mataba tribus enteras para poder talar árboles, hacer carreteras, llevar la luz eléctrica, el gas y agua potable a sitios donde la civilización no había llegado. La selva de Totí era misteriosa y mágica. Al amanecer, se despertaba y se podían escuchar los ruidos de los monos, de los pájaros de colores, ver los delfines saltar, o las garzas beber en el maravilloso río Amazonas sobre nenúfares gigantes. Todo silbaba y resonaba como un grito de libertad. La tribu de los Matís escuchaba, comprendía y respetaba esa selva que era su casa y pertenecía a ella. Sabía cómo alimentarse y huir de los peligros. La selva les daba todo lo que necesitaban. Temían a animales feroces y a tormentas que venían del cielo pero eran felices. Se sentían seguros en su mundo porque lo conocían. No tenían prisas ni electricidad ni gas ni ropas ni aparatos raros. Pero el hombre blanco lo destruye todo con las prisas, con sus armas con los aparatos modernos, con su civilización. Los científicos ayudan a los Matís y los acompañan hasta un mundo nuevo donde no pueda encontrarlos el hombre blanco pero tampoco comprenden que los Matís no quieran irse de su selva. A Totí sólo le queda, de su selva, una llama de fuego que su padre le dio y que venía de sus antepasados. Ese fuego significa su familia, su pueblo y su cultura. Por eso quería llevárselo a su nueva tierra. Totí tenía que pararse por el camino para ir encendiendo otro palo nuevo con la misma llama, pero los científicos se enfadaban porque el niño retrasaba la marcha. No sabían que ese fuego era la vida de ese niño y se lo tiran. Le dicen que le darán otro palo con el fuego de su mechero. Cuando el científico vio que Totí no dejaba de llorar y que ya no podía dar a sus hijos el fuego que venía de sus antepasados, empezó a comprender que él estaba haciendo lo mismo que el familia de los Totís y ya no podía devolver ese mismo fuego. Lloró y se arrepintió. Prometió que respetaría la libertad y la felicidad de los que no tienen comodidades de la civilización porque se morirían de pena. El libro me ha gustado mucho porque es una historia muy emocionante y además he aprendido que tengo que respetar a los demás aunque crea que su vida no es la mejor porque ellos pueden ser felices así, sin nada de comodidades.
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hombre blanco. Le había quitado su alma, su cultura. Había roto la costumbre de la
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María Liviano López Sagrado Corazón El curso pasado leí “Pupila de águila”, un libro que elegí porque me llamó mucho la atención su título. Trata sobre dos chicos -Igor y Martina- que se conocen casualmente en un hospital y se hacen amigos. Estos dos protagonistas se van conociendo poco a poco. Un día hablaron de Toni, el hermano de Martina, que murió extrañamente en un accidente de coche. Toni tenía una relación con el sucio mundo de Barcisa, una empresa que cometía toda clase de delitos. Tras una ardua y peligrosa investigación en esta empresa, consiguen averiguar quién mató a Toni. Martina se ha enamorado de Igor en la búsqueda de su hermano. Este libro me ha gustado mucho por todas las aventuras que viven los protagonistas y por la historia de amor que existe entre ambos; quizás, el final debería haber estado más desarrollado. Además, aunque los protagonistas son mayores de edad, por curiosidad me gustaría conocer la edad concreta de los protagonistas. En definitiva, el final es muy bonito, pero no se sabe cómo terminan otros personajes secundarios.
LOS SUPERHÉROES NO LLORAN Alfonso Gallego Valadés C.P. Francisco Valdés Daniel era un niño que a veces se figuraba ser un gusano, una gallina o un superhéroe. En el colegio más de uno le había pegado, y sobre todo Gina, que normalmente le quitaba el bocadillo. A Daniel le gustaría mucho tener un hermanito para jugar con él a los supehéroes. Se lo pedía a su madre, incluso ya tenía un nombre para él: se llamaría Javier. Pero se llevó una gran decepción porque no nació un niño, nació una niña. Cuando Daniel enfermó decidió fugarse, pero las cosas le salieron mal porque se dió un golpe al caerse de un árbol y estuvo varios días sin ir al colegio. Al día siguiente después del accidente llegó un regalo de su tío Ramón. No podía creérselo, era un ordenador. Pero no era un ordenador como los demás, era especial, ya que transformaba y se comunicaba con Daniel. Le transformó en dos ocasiones: la primera le hizo adulto, la segunda le disminuyó de tamaño, y fue entonces cuando vivió más aventuras, corrió riesgos (por ser más pequeño) y le hizo más valiente para enfrentarse a los que le pegaban y sobre todo con la estúpida Gina. Después de esta transformación estuvo a punto de estropearse, pero consiguió devolverle a su tamaño normal antes de romperse. Daniel se alegró de volver otra vez a su tamaño normal. A partir de entonces ya no consintió que abusaran más de él. ¡ La lectura es diversión ! ¡ la lectura es comprensión ! ¡ La lectura te hace reflexionar ! ¡ Diviértete leyendo !.
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EL SÍNDROME DE MOZART
Irene es una chica de 17 años cuya pasión es la música clásica y su violín. Su mejor amiga es Teresa, una chica rebelde, con gustos distintos a los suyos que a veces intenta alejarla de lo que le gusta haciéndole ver la vida a su manera; algo que Irene odia. Por otro lado, está Yárchik un joven ucraniano a quién también; como a Irene; le gusta la música y toca la viola. Irene confía en él y le cuenta sus preocupaciones, es su confidente. Irene, hija única de un neurólogo, tiene una relación distante y fría con su padre. La protagonista piensa que los ha defraudado por no ser en la música lo que ellos querían. Horacio, padre de Irene, trabaja en un estudio sobre una extraña enfermedad llamada vulgarmente “Síndrome de Mozart”, una enfermedad genética poco frecuente que provoca un poco de retraso mental y una capacidad musical extraordinaria. Para ello contará con la ayuda de su mujer, Angela, que intentará poner a Irene de su parte. Pasan un verano en Cansares, una pequeña localidad de Asturias donde vive un chico de 18 años llamado Tomi al que creen afectado por el síndrome. Horacio quiere la ayuda de Irene para estudiar a Tomi y realizar su trabajo de investigación, pero Irene no está muy de acuerdo con la ayuda que le pide su padre pues no quiere que Tomi sea explotado, aunque tampoco quiere volver a defraudarlo. Ya en Cansares, decide acercarse a la casa del chico. Durante varios días mantuvieron un apasionado diálogo a través de la música. Días después, Irene se ganó no solo la confianza de la madre que lo protegía con tesón; sino también la de Tomi, con quien hablaba acerca de sus gustos, su vida, sus inquietudes y deseos. Pero su padre le pide más, quiere pruebas. Para ello, le lleva a un chalet donde hay un gran piano de cola. Allí se cumplen las sospechas de Horacio. Tomi es un genio de la música igual que lo fue Mozart. Jamás el chico había estado frente a un piano, jamás sus manos tocaron uno sin embargo, delante de Irene puede tocar la melodía más bella que escuchó en todos sus años de conservatorio. Pero, ¿Qué hará Irene? ¿Traicionará a Tomi y entregará la grabación a su padre... ? ¿Defraudará a su padre para que sea el propio Tomi quien pueda decidir su futuro y no ser objeto de estudio...? Esta es la primera novela realista que he leído. Al principio no me entusiasmó demasiado, pero sabía que todavía quedaba la mejor parte y cuando llegó, me enganchó de tal forma que en dos días acabé el libro. Y lo que más me gustó fue el desenlace.
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Marta Robustillo Fernández-Salguero Colegio Claret
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GUÁRDATE DE LOS IDUS Lola Gándara - Ediciones S.M. 1995
DESCALZO POR LA CIUDAD Marina Gómez Morales Colegio Claret
Mis compañeros y yo leímos un libro titulado “Descalzo por la ciudad”, escrito por Gudrun Pausewang. Me gustó. El libro trata de un niño, que se llamaba David. David se trasladó desde el pueblo a la ciudad, porque a su madre la ofrecieron un puesto de trabajo, como enfermera en un hospital. El primer día de trabajo de su madre, fue muy duro para David, ya que no podía salir de casa, pues no conocía a nadie. había dejado en el pueblo lo que más quería, su abuela, tío, perro y a sus amigos. Allí David no tenía miedo y salía y entraba en casa cuando quería. Una mañana se despertó sobresaltado y vio en el techo una cara maligna. David se asustó mucho y salió despavorido de casa, en pijama y descalzo. La puerta se cerró tras él. Al cabo de un rato se vio en medio de la calle y descalzo. Decidió andar por la ciudad, buscando la clínica donde trabajaba su madre. Mientras la buscaba conoció mucha gente nueva, un vagabundo que le ayudó a volver a casa, algunos niños y también se hizo amigo de un perro, este la acompañó durante todo el recorrido por la ciudad. David le puso de nombre Monóculo. Tan grande eran sus deseos de quedárselo y enseñárselo a su madre, que se llevó una gran desilusión cuando le vio muerto en el andén del tren. Disfruté mucho leyendo este libro, ya que era muy divertido porque te tenías que imaginar a medida que ibas leyendo los sitios por donde pasaba David con su perro. Leyendo el libro he aprendido que tener amigos es muy importante, sobre todo para los momentos difíciles como en el caso de David. Él pedía ayuda a sus amigos y gracias a ellos, poco a poco, consiguió llegar a casa sano y salvo.
I.E.S: Cuatro Caminos Se trata de una novela histórica basada en sucesos acontecidos en la Roma clásica, que combina extraordinariamente un excelente conocimiento de la época con un trama en la que destacan la intriga, las pasiones y luchas por el poder, el amor y la búsqueda de la libertad. El relato se sitúa en Roma, en los últimos días de la República. Los hermanos Druso y Porcia, huérfanos de padre, viven en casa de su tío, el senador Mario Dimitio. Un acontecimiento va a provocar una conmoción en la ciudad y en el imperio y cambiará el rumbo de sus vidas: Julio César ha muerto víctima de una conspiración de la que el propio Mario Dimitio ha sido partícipe. La conspiración ha sido abortada y, ante el rumbo que han tomado los hechos, el senador Dimitio prefiere morir. Confía a Druso un documento compremetedor por el que alguien en la ciudad está dispuesto a matar, y solicita de los sobrinos su ayuda para llevar a cabo el suicidio. Tras esto, Druso y Porcia huyen de la casa familiar para escapar de la persecución y poder reunirse con su madre, casada en segundas nupcias, que reside en Hispania. Druso, acompañado de su criado Membo, se refugia en casa del senador Flavio Valerio, donde conoce a la joven Valeria, nieta del senador, de la que se enamora. Porcia, por su parte, acompañada de la nodriza Eunice, huye por los pasadizos subterráneos de la ciudad y acabará en el colegio de las Vestales. La novela ofrece una amplia visión de la vida cotidiana en la capital del imperio romano, en una época agitada en la que son frecuentes la inseguridad, las cobardías, las traiciones y los peligros.
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Juan Pedro Sánchez Juez. C.P. “Donoso Cortés”
Este libro pertenece a la Editorial Vasco Americana. Está formado por los siguientes cuentos: Blancaluz y las palomas, Zoraida, El rey viajero, El ricachón, La princesa y el enano, El tambor del regimiento, Los zuecos de Marujita, El pequeño músico, El palacio dormido, La barca de oro, Mariposita, El chino Chinchon, Días felices, El hijo del zapatero, Una bella ilusión y El retrato. De todos los titulos el que más me llamó la atención fue “El ricachón”. El ricachón trata de un hombre rico llamado Leví. Leví estaba enamorado de Esmeralda, una aldeana. Leví se quería casar con ella pero Esmeralda estaba comprometida con Armando, su novio. Leví lleno de rabia porque Esmeralda no se quería casar con él, fue a visitar a una bruja y esa misma bruja le dió una manzana que la convertiría en una estatua de cristal. Esmeralda se la comió y se convirtió en una estatua de cristal. Cuando el novio de Esmeralda se enteró fue a la casa de la bruja y le pidió que si le daba otra poción que devolviera a Esmeralda a la vida normal. Pero la bruja quería dinero a cambio de la poción. Pero Armando no tenía dinero. Armando fue a casa de Gluppo que fue el que le dió todas las riquezas a Leví. Gluppo le dió el dinero a Armando y quedó sin riquezas a Leví: Así Armando pudo comprar la poción de la bruja y dársela a Esmeralda para que se recuperase. Bebida la poción, Esmeralda volvió a la vida y, se casó con Armando. Este cuento me ha gustado mucho porque tiene un final muy feliz y me gustan los finales felices porque las tristezas me dan un sentimiento malo.
PALABRAS DE CARAMELO
Esta história está escrita por Gonzalo Moure. Cuenta cómo es la vida de un niño, llamado Kori, que vive en el desierto del Sáhara. Kori es sordomudo y, al principio, las pocas palabras que conoce le cuesta comprenderlas. Va a un colegio especial donde hay niños con defectos como él. Allí dibuja animales y su preferido es el camello. Le fascinan lo grandes que son e incluso se cree que hablan cuando mueven las mandíbulas al comer. Un día, conoce a un cachorro de camello y se hace amigo suyo. Pasa con él mucho tiempo mirándolo, hablándole, incluso le bautiza con el nombre de Caramelo, por su color. Kori tenía gran ilusión por aprender a leer y a escribir; a base de insistir mucho consigue que su señorita, Fatimetu, le enseñe. Poco a poco, el muchachito escribe las palabras de su amigo en un cuaderno; escribe unas palabras tan bonitas que asombran a todo el mundo. Cuando tienen que sacrificar a Caramelo, Kori siente muchísimo dolor pero no quiere hundirse y por eso sigue luchando contra las barreras de la sordera y consigue aprender a hablar. La gente le respeta y él, aunque sin Caramelo, acaba siendo feliz. Es una historia llena de sentimientos y cosas bonitas. Creedme: en clase esta historia consiguió emocionarnos a todos.
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Ana Romero Fernández C.P. Zurbarán
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MI AFICIÓN A LA LECTURA Nieves González-Haba Pinto IES “Donoso Cortés” Muchas veces me han peguntado ¿te gusta leer? o ¿qué es para ti la lectura?. Y hoy quiero responder y responderme a mí misma, porque yo también me lo he preguntado alguna vez. Para dar una respuesta que explique de alguna manera lo que significa para mí la aventura de leer, tengo que remontarme a los primeros recuerdos de mi infancia en los que no podía conciliar el sueño si antes no me leía un cuento mi madre. Yo también los ojeaba, pues conviví con ellos al igual que con mis juguetes, y recuerdo que, aun sin saber leer, y sólo viendo las ilustraciones, imaginaba qué dirían aquellas letras. Y en los cómics inventaba en voz alta las frases de los bocadillos. Cuando ya supe leer, los cuentos siguieron siendo mis amigos, y con más entusiasmo, ya que podía entrar en el mundo de la fantasía por mí misma. Pasó el tiempo y los libros de cuentos fueron dando paso a otro tipo de lectura como aventuras, leyendas, novelas e, incluso, alguna biografía. Cada vez que comienzo la lectura de un nuevo libro me gusta crear un espacio, donde pueda dar rienda suelta a mi imaginación, poner cara a los personajes, color al paisaje y vivir cada aventura, sintiéndome yo misma protagonista de la historia. Tanto es así que cuando han llevado al cine algo que ya he leído con anterioridad, la película suele decepcionarme, porque yo ya lo vi y lo viví de una manera mucho más intensa, ya que a la imaginación no le puse fronteras. Con esto creo que resumo de alguna manera lo que es para mí la lectura. Considero que es un privilegio, que a través de ella podamos conocer lo que sienten y piensan otras personas, y que a su vez sean capaces de despertar en nosotros todo tipo de sentimientos y emociones. Durante mi vida he leído muchas obras y a muchos autores famosos y menos famosos. Este año tres obras han despertado mi curiosidad y mi emoción: las Leyendas de Bécquer, en concreto El rayo de luna, Pupila de Águila de Alfredo Gómez Cerdá y La compañía de las moscas de César Mallorquí, novelas juveniles cargadas de intriga. En fin, estoy convencida de que en momentos de soledad, falta de ilusión o aburrimiento no hay mejor amigo que un libro. Os animo a que lo comprobéis.
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FRONTERA Margarita Texeira Amado I.E.S. “José Manzano”
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Amina es una chica magrebí a la que van a casar a la fuerza con un hombre mayor en su país. Por esta razón decide escaparse de su casa y se refugia en el desván de la casa de su amiga Estefanía. Estefanía se siente mal por Amina y, a la vez, contenta porque tiene algo importante por lo que luchar. Los padres de Amina tardan tres días en denunciar su desaparición a la policía por miedo a explicar el motivo de la huida de su hija. Cuando lo hacen la policía se pone en marcha y va al instituto donde estudia Amina, allí con la ayuda de Lucía Cortázar, profesora de Lengua y Literatura, intentan averiguar algo sobre la niña. Como no consiguen averiguar nada, Lucía decide mandar a sus alumnos que hagan una redacción en la que pregunta las ideas que tienen sobre Amina y el racismo. En una de estas redacciones, la de Estefanía, Lucía lee que la razón de su desaparición es que sus padres la obligaban a casarse con un hombre mayor. Mientras tanto en el pueblo hay un gran escándalo, las manifestaciones se suceden y hay enfrentamientos entre la población. Ante esta situación Estefanía y su amigo Jonathan van a visitar a Amina, pero cuando llegan se encuentran con que Amina ya se ha ido y no saben dónde se puede haber dirigido. Encuentran una carta de despedida en el desván, donde ha estado escondida Amina y, justo cuando la están leyendo, aparece la joven por la ventana y les pide que la ayuden a volver a casa. Enterados los padres de Estefanía de que la joven magrebí ha estado escondida en su casa, llaman a la señorita Cortázar y la ponen al corriente de lo sucedido, ésta a su vez llama al inspector Gonzalvo, quien la devuelve a sus padres, éstos aseguran que no obligarán a su hija a casarse con el hombre mayor. Cuando Amina vuelve a clase, sus compañeros la reciben con un gran aplauso, Amina se da cuenta que tiene toda una vida por delante y que a partir de ahora no va a detenerse nunca.
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LÉXICO DIFERENCIAL DE DON BENITO (y VIII) Manuel Casaado Velarde Catedrático de la Universidad de Navarra, Correspondiente de la Real Academia
S sacamantecas. m. el sacamantecas. Personaje imaginario con que se asusta a los niños. No salgáis de casa entre siesta, que anda por ahí el sacamantecas. sampedrito. m. Mariquita, insecto coleóptero, de color rojo con puntos negros. “Sampedrito, sampedrito, cuéntame los deditos”. sandunga. f. Puntilla pequeña para adornar determinadas prendas. Tengo que comprar sandunga para el viso. sanjuaneo. m. Acción o efecto de abusar de algo, dejándolo gastado o deteriorado. Se construye con los verbos correr, dar. Anda que el traje nuevo ha corrido un buen sanjuaneo. santateresita. f. Santateresa, insecto. Tengo una santateresita en un frasco.
señor, señó. m. Señor, tratamiento que se da a varones de cierta edad, por lo general casados, y que por profesión o por situación social no reciben el tratamiento de don. Su forma femenina es señora, señá (V.). Cuando no se conoce el nombre propio, se emplea esta forma, precediendo a hombre, con función vocativa. “¡A la rica rosca de turrón! [...] Detrás de varias persianas salieron las voces que al unísono preguntaron: ¡Señó hombre! ... ¿A cómo el kilo?” (Gutiérrez Ortiz, Cosas, 21). (fiesta d)el Seño(r). Fiesta del Corpus Christi. señora, señá. f. Señora, tratamiento que se da a mujeres de cierta edad, por lo general casadas, y que por profesión o por situación social no reciben el tratamiento de doña; es forma femenina de señó, señor (V.). “Recuerdo también los bollitos de leche que vendía por la calle la ‘señá’ Rosa en su cesto de mimbre” (A. Martín Pérez, “¡Eran otras aguas...!”, Ventana abierta, 19, 1999, 76). señorearse. prnl. Disfrutar morosamente de algo. Lo malo que tienen los polos es que se derriten en seguida y no me puedo señorear. serón 1. m. Pieza de esparto con dos cabidades que, a lomos de una caballería, sirve para trasportar determinadas cosas, como melones o sandías, estiércol, etc. Con un serón de sandías tengo ya para toda la temporada. serón 2 –na. adj. Natural de Villanueva de la Serena (Badajoz). Ella es calabazona y él es serón. U. t. c. n. siá. adv. oracional de afirmación, equivalente a sí en respuestas a interrogativas generales; se percibe como forma rural y arcaizante. ¿Ha venido Luis de por allá? –Siá. siesta del burro. f. La que se duerme después del desayuno. Después de almorzar, se quedaba despanzurrado, echando la siesta del burro.
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semana. loc. adv. entre semana. Cualquier día de la semana, salvo el domingo. Sólo voy al paseo los domingos. Entre semana no me vaga.
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132 simple. adj. Dicho de una comida: Sosa, que no tiene sal o tiene poca. Echa una pizca más de sal, que se me hace que está un poco simple el gazpacho. socuello. m. Lugar resguardado del viento, socaire. En febrero busca la sombra el perro; y a veces el socuello (refrán). solapón –na. adj. Dicho de personas: Hipócrita, taimado. Es un solapón: nunca te viene de frente con las cosas. sonco –a. V. soncón –na. soncón –na. adj. Persona solapada, que actúa con disimulo. Ser o hacerse el soncón. No te hagas el soncón, que has sido tú el que has roto la maceta. soñarse. prnl. Soñar. Me he soñado que estaba volando; Me he soñado contigo. soñera. f. Somnolencia. ¡Qué soñera me ha entrado después de merendar! sopilacio –a. adj. Dicho de una persona: Apocada, sin gracia. Hoy está un poco sopilacio: no ha dormido en toda la noche. soriano –na. adj. Persona abobada, insulsa. ¿Qué haces ahí parado? ¿No me ves acarreando melones, soriano, que estás hecho un soriano? sortija. f. Anillo metálico que se pone a los cerdos en el hocico para que no hocen. Ponle una sortija fuerte, que no se le quite por menos de nada. sortijar. tr. Poner a los cerdos en el hocico la sortija o anillo metálico para que no hocen. Hoy vamos a sortijar los cochinos. suerte. f. Trozo de tierra de labor. “La mula fue mal vendida / la suerte jamás sembrada” (Gutiérrez Ortiz, Cosas, 46).
T tachuela. expr. hacer tachuela. Tiritar de frío. Cuando salíamos al recreo, se quedaba quieto, arrecío, haciendo tachuela. tajada. f. Trozo alargado de melón o de sandía. Por la noche me como sólo una tajada de sandía, porque es muy dañina. tallesa. V. estellesa. tanguito. m. Rana pequeña, de color verde. “Algo se mueve entre las espadañas. Es una gallineta. Lleva juncos en el pico. [...] Un tanguito la observa entretenido” (A. Martín Pérez, “¡Eran otras aguas...!”, Ventana abierta, 19, 1999, 76). tarama. f. Leña menuda, rama delgada. Tráeme una tarama para encender la lumbre. tareoso –sa. adj. Persona que muestra preocupación excesiva por los asuntos. ¡Qué tareosa es mi suegra, siempre dando consejos!
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tarraya. f. Red redonda para pescar. En Guadiana pescábamos con tarraya. tatano –na. adj. 1. Persona mal vestida o con ropa mal combinada. Así no salgas a la calle, que vas hecho un tatano. 2. Persona que no sabe expresarse bien. ¡Tú, qué vas a ser escribiente, si eres un tatano! U. t. c. s. tenco –ca. adj. Tozudo, pertinaz, pesado. Ya te he oído bien, no seas tenco, hombre. tendido. m. Dulce casero que se hace en el horno, cuya masa, extendida en la bandeja, se elabora a base de harina, huevos, aceite, levadura, azúcar y ralladura de limón. (Recetario, s. v. dulces). Este año he hecho dos latas de tendido y una de galletas. tener. fr. tener alguien que ver con algo o con alguien. Importarle a alguien una persona o cosa; se usa generalmente en sentido negativo: “A be ce / la cartilla me se fue / por debajo de los pies, / no me pegue usted, maestra, / que mañana la traeré, / y si no la traigo mañana, / ¿usted qué tiene que ver [a usted qué le importa]?” (letrilla infantil). téntigo –ga. adj. 1. Constante, leal. “Sí, hombre, que tenía una hermana mu téntica y parecía a él” José Antonio Gutiérrez, Cosas de mi tierra, 2ª ed., 115). 2. Persona terca y porfiada. terregal. m. Lugar donde hay tierra en cantidad infrecuente (cfr. pedregal). No juguéis en ese terregal, que os vais a poner perdidos. textos. m. pl. Excusas, dimes y diretes. Déjate de textos y ponte a trabajar de una vez. textoso –sa. adj. Dicho de personas: Chismoso. Es un textoso: cada día viene con un cuento diferente.
tirón. expr. estar algo o alguien a un tirón. Estar a una distancia considerable. La casa de mi tía Antonia está a un tirón de aquí, en la otra parte del pueblo. titirimundi. m. Tablado o montaje inútil o que estorba. Quita de aquí ese titirimundi, que nos vamos a tropezar. tito –ta. m. y f. Tío, tía; forma de tratamiento que alterna con las generales del idioma. Mi madrina es mi tita Elena. toli. fr. coger uno el toli. Marcharse. Encontró la puerta cerrada, cogió el toli y se fue. toronja. f. fig. y coloq. 1. Mujer gruesa. 2. Cierto dulce, parecido a las magdalenas, que elaboran ciertas monjas. “Y vienen las monjas llenas de toronjas” (canción infantil). tortear. intr. Tocar las palmas. Estuvieron toda la noche cantando y torteando. tracalamandana. f. Reiteración inoportuna. Cállate ya, y deja esa tracalamandana. tracamundina. f. Subterfugio o evasiva para salir del paso o conseguir algún provecho. Pide las cosas con claridad y déjate de tracamundinas. tramposería. f. Trampa, trapisonda. No quiero jugar contigo a los bolindres porque haces muchas tramposerías.
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tío –a. m. y f. Forma popular de tratar con respeto a las personas mayores con las que no se tiene parentesco carnal, en vez de señor -ra (señó, señá), que resulta más distante; se usa ante el nombre propio. También se emplea para tratar al padrastro o a la madrastra. Tío Juan, ¿cómo le gusta la tostada, con aceite o con molleja?
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134 tranca. f. 1. Resfriado, catarro. Llevo ya una semana con esta tranca, moqueando. 2. Borrachera. Menuda tranca cogió el día de año nuevo. tranquijo. expr. no tomar tranquijo a alguien. No hacerle caso. trapera. manta trapera. Manta tejida a base de tiras de trapos viejos. Si por la noche tienes frío, te lías esta manta trapera. trasmolienda. f. Trapicheo, cambalacheo. ¿Qué trasmolienda te traes? tras. tras pasado mañana. V. mañana. trasantier. adv. El día anterior a anteayer. No le veo por la plaza desde trasantier. traspellado –da. adj. Entretallado. Me he traspellado el dedo gordo y lo tengo todo morado. traspolín. m. Trasero. Cuidado con el traspolín, que voy con la artesa manchada. trigo. m. trigo millo. Mijo, planta gramínea, con tallos de unos seis decímetros de longitud, hojas planas, largas y puntiagudas, y flores en panojas terminales, encorvadas en el ápice; semilla de esta planta: pequeña, redonda, de color blanco amarillento. Este año hemos sembrado cuatro fanegas de trigo millo. trincaya. f. Especie de gazpacho con mucho aceite, ajo y trozos grandes de pan. Cuando se iban al campo por una semana, los más de los días comían trincaya. trinchero. m. Mueble de comedor para guardar loza, cubiertos y mantelería. Este trinchero me tocó cuando murió mi madre que en paz descanse. trinchina. f. 1. Triquina. El veterinario dijo como que el cochino no se podía comer, que tenía trinchina. 2. Triquinosis. trochar. intr. Ir a algún lugar por una trocha, atajar. Por aquí no se puede (a)trochar porque está recién sembrado. tropellón -na. adj. Persona que hace las cosas precipitadamente y mal. Estos albañiles son un poco tropellones, en cuanto quitas el ojo de encima, te hacen una trastada. tropeyón. V. tropellón –na. tuba. m. Voz para llamar al perro. Tuba, tuba, tuba... o toba, toba… tube. f. Lugar donde está a salvo el jugador en algunos juegos de niños, como, por ejemplo, el escondite. El último que llegue a la tube, se queda. tuera. f. Ovillo de hilo. Se ha enredado el hilo y voy a devanarlo para hacer una tuera. tupir. intr. Andar pesadamente o con dificultad. Está todo el día tupiendo de acá para allá. tupitaina. f. Hartazgo. Después de la tupitaina de ir y venir a la plaza, sólo tengo ganas de echarme un rato.
U urraco –ca. adj. Mala persona. Pronunciación [furraco]. No te fíes de Ernesto, que es un furraquillo.
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V vaca. f. Canica grande. Una vaca vale por dos bolindres. vagar. prnl. construc. estar alguien de vagar. Tener tiempo y tranquilidad suficientes. (no) vagarle a alguien (de) algo. (No) tener tiempo para ello. ¿No ves la tele? No me vaga. vahído m. Vaho maloliente que expulsa una persona. Con tanta gente junta, llegaban unos vahídos de vez en cuando, que pa qué. vajío. V. vahído. vallado. m. 1. Desnivel que separa dos superficies de terreno. 2. Desnivel en los bordes de un camino o carretera. A ese vallado llevaba yo mi borreguilla a comer. vaquilla. hacer la vaquilla. Esquivar a alguien. ¡Cuánto tiempo sin verte! –Cómo me vas a ver, si parece que me haces la vaquilla. vástiga. f. Vaina de las leguminosas. “El amargo de sus [de las retamas] zahumas, de sus vástigas, de sus raíces –rectas, finas— barreneras de la tierra” (F. Valdés, Ocho estampas, 81). vecero –ra. adj. Cliente. Yo, a las que son mis veceras, siempre les guardo la leche, aunque tenga que quitármela de la boca. Velá. V. Velada. Velada: la Velada. f. [labelá] Fiesta en honor de la Virgen de las Cruces, patrona de Don Benito, que se celebra el 12 de octubre. La celebración, religiosa y festiva, se desarrolla en el santuario, y alrededores, situado a unos 7 km de Don Benito. “Venimos de la Vela(da), / de comernos un borrego; / si no lo queréis creer, / aquí traemos los cuernos” (letrilla popular que se cantaba al regreso de la ermita de la Virgen de las Cruces).
vencijón. m. 1. Empujón. Me dio un vencijón que me cayó al suelo. 2. Dolor muscular agudo. Tengo un vencijón en la espalda, que no puedo andar derecho. ventistate. loc. adv. al ventistate. A la intemperie. En la era dormían al ventistate. verdó. m. Juego de botella de agua y vaso para la mesilla de noche. Este es el verdó que me regaló mi sobrina cuando me casé. verdura. f. 1. Espinaca. El Viernes Santo comimos garbanzos con verdura. 2. coloq. Verdad. ¿De verdura? verriondo –da. adj. 1. Fruto que aún no está en sazón. En julio los higos están todavía verriondos. 2. Animal en celo. Esa vaca está verrionda. Humorísticamente se aplica también a personas. viajera. f. Autobús interurbano. Estoy esperando a la viajera para ir a Badajoz. vilorio –ria. adj. despect. Persona alta, delgada y desgarbada. U. t. c. s. El hijo de la Petra está hecho un vilorio. viuda. f. Torta cocida que hacían los pastores con harina, agua y sal. “Se llaman tortas ‘viudas’ por tener tan solo los ingredientes imprescindibles” (J. Manchado Casanova, revista Asterisco, Don Benito, 12-18.4.2000, 72).
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velahí, velaquí. interj. Ahí tienes, aquí tienes. ¿Dónde está la servilleta? –Velaí(la).
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136 vocinero –ra. adj. Vocinglero. Es muy vocinero, pero se le va la fuerza por la boca. vuelta. vuelta del carnero. Voltereta que se da hincando la cabeza en tierra. Fíjate qué bien me doy la vuelta (d)el carnero en la yerba.
Y yenda. f. Hendidura, raja. Por esa yenda se sale el vino. yesca. expr. meter yesca. Incitar a alguien a querellarse. Y tú, que eres ya mayorcito, deja de meter yesca.
Z zacatán. m. Criado para tareas de menor relieve. En la casa tenían un zacatán para los recados. zalaco. m. Trozo de pan. Me comí un zalaco que había sobrado del día antes. zalear. tr. Vapulear, destrozar algo. Le cogió por las solapas y la zaleó bien zaleado. zamboa. f. Membrillo de gran tamaño. Eso no es un membrillo, eso es una zamboa. zancajoso –sa. adj. Persona o animal que tropieza fácilmente al caminar. U. t. c. s. Mira palante y anda con cuidado, que pareces un zancajoso. zangandal. m. 1. Lugar intransitable, barrizal. En menudo zangandal nos hemos metido por no mirar bien el mapa. 2. Lío. zapatuna. adj. Se dice de la aceituna cuando, por el tiempo que lleva metida en agua o por otro motivo, se ablanda y adquiere un sabor desagradable. Estas aceitunas ya no se pueden comer, están zapatunas. zapullero –ra. adj. 1. Marrullero. U. t. c. s. Estos jornaleros son unos zapulleros; en cuanto los dejas solos, te hacen un estropicio. 2. Persona mal vestida. Métete los jarapales, so zapullero, que vas hecho un farraguas. zaque. m.y f. 1. Persona gruesa. Se ha puesto como un zaque, desde que se casó. 2. Persona que está harta de comer. Estoy como un zaque. No hay quien me levante. zarrajina. f. Estropicio, destrozo, especialmente el causado por tormentas o aguaceros. ¡Qué zarrajina ha hecho la granizá de ayer! zarrias. f. pl. Restos, desperdicios. Las zarrias, para los cochinos. zorollón –na. adj. Persona que hace las cosas de manera desordenada o desaseada. No me gusta que se meta en la cocina porque es muy zorollona. zorondón –na. adj. 1. Fruta, hortaliza u otro producto vegetal aún no maduro. Esta uva está todavía un poco zorondona. 2. fig. Persona algo ebria. A media tarde estaban ya un poco zorondones.
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zorripuerco –ca. adj. Sucio, desaseado. Límpiate la boca después de comer, zorripuerco. zorrumbo. m. Vitalidad, fuerza, vigor. La hija de la Petra tiene un manejo y un zorrumbo... que no parece que tenga ya sesenta años. zumbido. m. Golpe que se da a algo o a alguien. Pegó un zumbido a la botella y la cayó al suelo. zumido –da. adj. Sumido, hundido; se aplica especialmente a la boca pequeña y llena de arrugas. El tío Nicasio se ha quedado con la cara zumía, después de sacarle los dientes. zurín. adj. Persona negra o muy morena. “Es más negro que un zurín” (expresión popular ponderativa).
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e l l éx i c o d i f e r e n c i a l d e d o n b e n i t o
Termina aquí la serie de ocho entregas, publicadas en Ventana abierta, dedicadas al léxico de Don Benito. Entretanto, en el año 2002, vio la luz la primera edición del libro El léxico diferencial de Don Benito, publicado por el Ayuntamiento de la ciudad, y agotado a los pocos meses de ver la luz. Ya en esa primera edición se reordenaron y redefinieron bastantes voces que habían aparecido antes aquí, y se añadieron muchas otras no registradas aún. Ahora, cuando la corporación municipal se apresta para la celebración, en el 2006, de los 150 años de la concesión del título de ciudad a Don Benito, se me ha pedido que prepare la segunda edición del libro. Preparada está, con múltiples adiciones y alguna que otra enmienda, para su nueva salida. No me queda más que reiterar mi agradecimiento cordial a todas aquellas personas que, de palabra o por escrito, han querido contribuir a que nuestro acervo idiomático específico no caiga definitivamente en el olvido.
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¿SABÍAS QUE...? Diego Soto Valadés
El 16 de febrero de 1814 se abrió este Cementerio Viejo dando enterramiento a Saturnina Montero Rodríguez, hija de José y Vicenta, sacada de su casa por el clero con Capa Pluvial y Cruz Grande con manga. Por ser la primera persona a quien se dio sepultura en este Campo Santo asistió al acto el Ayuntamiento en pleno, enterrándose en el tercio señalado para sacerdotes y niños, en sepultura de 18 reales. Los derechos de estola del cura párroco fueron gratis. El año 1819 se quitaron los dos pasadizos elevados que tenía la Plaza Mayor de Don Benito para pasar a la Iglesia o para ir de un lugar a otro, cuando se llenaba la pequeña laguna que se formaba en la plaza los días de lluvia. Nuestra Plaza Mayor se empezó a denominar Plaza de la Constitución a partir del 15 de abril de 1820, y que el paseo público se construyó en 1841. El día 13 de marzo de 1820, habiendo jurado el Rey Fernando VII la Constitución de la Monarquía sancionada por las Cortes en 1812, en virtud de establecer los Ayuntamientos Constitucionales se acordó nombrar interinamente por Alcaldes Constitucionales a D. Pedro Donoso Cortés y a D. Manuel Ramírez de Arellano. La actual calle de San Antonio llamada en principio Media Calle ha tenido también los nombres de C/ del Consuelo en 1883 y C/ de Manuel Azaña en 1932. El 28-11-1877 murió el Hijo Ilustre de Don Benito D. Francisco Donoso Cortés y Fernández Canedo a los 63 años. Fue Presidente del Tribunal de Cuentas, Senador del Reino, Consejero de Estado y Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica.
El 26 de julio de 1886 se conoció la entrevista que mantuvieron D. Enrique Donoso Cortés y D. Carlos Groizard con el Director General de Establecimientos Penitenciarios solicitando la construcción de una cárcel correccional en nuestro pueblo, y trasladar los presos de la cárcel de Castuera a Don Benito. En diciembre de este mismo año se logró que se trasladaran los presos a Don Benito. Entre los meses de noviembre y diciembre de 1886 se puso el acerado y se empedraron las calles Mirador y Esterilla (hoy Ramón y Cajal). El maestro de obras fue Miguel Galy. El 12 de marzo de 1907 se cambió el nombre de la C/ Mirador por el de C/ Groizard en honor a los Diputados a Cortes D. Alejandro Groizard y Gómez de la Serna, y de D. Carlos Groizard Coronado El primer Centro de 2ª Enseñanza que se fundó en Don Benito fue el Colegio EL EXTREMEÑO dirigido por D. Mauricio Campo del Campo. Instalado en la calle La Corte nº 24 abrió sus puertas el curso 1866-67 con 37 alumnos. El curso 1876-77 dejó de existir el anterior y se fundó el Colegio HISPANO-LUSITANO, en el mismo local, dirigido por D. Francisco de Paula Cacharrón. En el curso 1891-92 se fundó el C. SAN JOSÉ dirigido por D. Vicente Beltrán Nevot, en la calle Tejares nº 2, con lo cual ya fueron dos los Centros que impartían la 2ª Enseñanza en Don Benito. El anterior con 32 alumnos, y el C. HISPANO-LUSITANO dirigido por D. Ramón Hermida Romero con 28 alumnos El C. CORAZÓN DE MARÍA de 2ª Enseñanza, dirigido por el Presbítero y Bachiller en Ciencias Don Buenaventura Fábregas Vilaseca se incorporó al Instituto de Badajoz el curso 1898-99. El curso 1933-34 comenzó a funcionar el Colegio Subvencionado de 2ª Enseñanza de Don Benito en la Avda de la Libertad, 45 (actual C. P. Francisco Valdés) dirigido por D. José Sólo de Zaldívar.
¿sabí as que...?
El año 1813, siendo Alcalde Constitucional, D. Francisco García de Paredes, y Párroco de Santiago, D. Gaspar Matías Obesso, con motivo de la Orden promulgada por las Cortes prohibiendo hacer los enterramientos dentro del pueblo, el Ayuntamiento mandó construir el 1er Cementerio de Don Benito en el sitio de la Ermita de San Gregorio.
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¿sabí as que...?
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En el curso 1935-36 se le llamó Instituto Nacional de 2ª Enseñanza y contaba con 136 alumnos entre hembras y varones. Estuvo dirigido por D. Julio Escuder.
El 5 de octubre de 1942 se proyectó la construcción de una plaza en los solares procedentes de las casas destruidas por los bombardeos de la guerra civil entre las calles Pilar, Gargantilla y Tumbón., siendo alcalde D. José Manzano Díaz. El proyecto lo realizó el arquitecto Municipal D. Manuel Rosado.
La caseta del agua que aparece en las fotos antiguas de la plaza de España se puso en 1903 y estuvo regentada por Adelaida Cámara Ortiz.
El 27-12-1965 se instruye el expediente para dar el nombre de Plaza de Sánchez Cortés a la nueva plaza situada entre las calles, con nuevos nombres, General Sanjurjo, Millán Astray, Gargantilla y Chuco. Se inauguró en 1968 en presencia de D. Juan Sánchez Cortés.
El año 1911 se embaldosó la Plaza de la Constitución o paseo público y se construyeron las calles Ayala y Pizarro
El 28-6-1985 se propuso cambiar el nombre de Sánchez Cortés por el de Plaza de la Libertad. La propuesta fue rechazada.
El año 1911 existían en nuestra ciudad las siguientes Sociedades: La Previsora Agrícola. El Casino del Centro. El Círculo de Artesanos. Sociedad La Concordia. El Círculo La Unión. Sociedad La Vida del Agricultor. Sociedad Gratuita del Labrador. La Humanitaria. La Unión del Obrero. La Auxiliadora. El Círculo de la Amistad se había disuelto el 10 –2-1908.
Remodelada la plaza (popularmente conocida por el Parquecillo) en año 2000 fue reinaugurada el 22 de noviembre de 2001 por el actual alcalde D. Mariano Gallego.
En 1928 el General Primo de Rivera inauguró el puente sobre el río Guadiana en la carretera de Guadalupe. El mismo año se comenzó a construir la inacabada línea de ferrocarril de Villanueva de la Serena a Talavera de la Reina. El Deportivo Don Benito fue Campeón de Extremadura los años de 1932, 33, 34 y 1954. En la actual Avda de la Libertad (hoy de la Constitución) había un cine de verano llamado Parque de Atracciones en el año 1933. Que el Pozo “Arca Grande” estaba situado al final de la calle del Pilar, el Pozo “Cano” en la calle Zalamea, y el Pozo Nuevo al final de la calle San José En el Centro de Acción Católica de la C/ Fco Valdés (invierno) y en el cercón de la C/ Pilar (verano) propiedad de D. Alejandro García Camacho, se daba funciones de Cine Parroquial los domingos, festivos y algunos lunes, al precio de una peseta en el año 1956. Presidente de A. C. Antonio Pajares Gallego. Consiliario D. Ciriaco Cirujano Arjona.
El 14 de enero de 1954 el Pleno de la Corporación Municipal de Don Benito, presidido por su alcalde D. Emilio Ortiz, se trató por primera vez, la cuestión de la Fusión Don Benito -Villanueva o hacer una Mancomunidad de Servicios, tema que el Pleno Municipal de Villanueva de la Serena, celebrado el 18 de enero de 1954, presidido por su alcalde D. Leocadio, aprobó que se iniciaran las negociaciones oportunas para conseguir la unión de ambas ciudades. Por este motivo, el Plan General de Ordenación Urbana de Don Benito del año 1968 contemplaba el proyecto de hacer un Centro Comarcal entre ambas ciudades. Y que al año siguiente se proyectó hacer un Complejo Deportivo entre ambas por lo que se compraron terrenos conjuntamente. El 25 y 28 de noviembre de 1975 los Plenos Villanueva y D. Benito solicitaron el establecimiento de un polígono industrial y una zona residencial (de 78 Ha) dentro del proyecto del Plan Comarcal previsto en ambos PGOU, como instrumento para el desarrollo y progreso de la futura ciudad. Los Servicios y obras a realizar fueron: Zona Residencial. Nueva traída de aguas. Matadero Comarcal. Central Lechera. Escuela Normal de Magisterio. Gimnasio. Facultad Universitaria.
¿sabí as que...?
El curso 1934-35 empezó a denominarse Instituto Elemental de 2ª Enseñanza con Seis cursos del Plan Cíclico en los que había matriculados un total de 115 alumnos entre varones y hembras.
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¿sabí as que...?
144 Ampliación de la residencia Sanitaria. Escuela de Enfermería. Parque de Bomberos. Plaza de Toros. Campos de Deportes. Teatro-Cine. Domicilio de la Mancomunidad. Casa Consistorial Común. El 17 de octubre de 1995 se celebró la reunión Mixta de ambos ayuntamientos para la elaboración de los Estatutos de una Mancomunidad de Servicios. El Pleno del Ayuntamiento de Don Benito del 15-2-1996 y el Pleno de Villanueva de la Serena del 29-2-1996 se aprobaron definitivamente los Estatutos de la Mancomunidad El 3 de junio de 1985 la Asamblea de Extremadura instituyó que se celebrase el Día de Extremadura el 8 de septiembre, festividad de la Virgen de Guadalupe, por el arraigo popular y por la dimensión cultural e histórica que tiene la Patrona de Extremadura, venerada desde el siglo XIII según el Papa San Pío X. El Plan Badajoz se aprobó el 7 de abril de 1952, proyecto que impulsó una serie compleja de actuaciones para transformar más de 100.000 Has de secano en regadío y la colonización de las Vegas Bajas y Altas del Guadiana. Con la colonización de la zona regable del Canal de Orellana aprobada el 5-7-1955, aparte de los embalses, acequias, tierras regables (77.300 Has) y adecuación de comunicaciones realizadas se proyectaron la construcción de 19 núcleos de población: Huerta del Guadiana, Ruecas, Zurbarán, Torviscal, Vivares, Hernán Cortés, Alonso de Ojeda, Conquista del Guadiana y Gargáligas (en Don Benito), Cíjara y Puebla de Alcollarín (en Villar de Rena),
Casar de Miajadas (en Miajadas), Valdehornillo y Yelbes (en Santa Amalia), Orellana del Caudillo y Torrefresneda (en Guareña), Pizarro (en El Campo), Vegas Altas (en Navalvillar de Pela) y Los Guadalperales (en Acedera). El poblado de Valdivia se estaba construyendo. Con la colonización de la zona regable del Canal del Zújar aprobada 18-4-1963 además del embalse del Zújar, tierras regables (26.267 Has), abastecimiento de agua potable, se proyectaron 4 núcleos de población: Zújar del Caudillo (en Don Benito), Cavestany, Hernando de Soto y Bermejal (en Guareña). Entre los años 1992 y 1996 los poblados del término de Don Benito: Torviscal, Vivares, Hernán Cortés, Ruecas, Gargáligas y Valdehornillo se constituyeron en Entidades Locales Menores dependientes del Ayuntamiento de la ciudad. Conquista del Guadiana quedó en régimen de Pedanía.
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