BOCA DE SAPO N°22

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BOCA DE SAPO 22 ARTE, LITERATURA Y PENSAMIENTO

Era digital, año XVII, agosto 2016.

Activismos Kaplan - Davidoff - Natanson - Vazquez Abbate - Néspolo - Cóccaro - Garbarino

Dossier de Historietas contra la

violencia policial

Entrevista a Horacio González La quinta columna de Juan José Saer


Artistas seleccionados para participar de BOCA DE SAPO 22: ACTIVISMOS

La obra de tapa y las que corren en la actualización web de BOCA DE SAPO 22 han sido creadas por la dupla artística Raom & Loba. Estas imágenes pertenecen a la serie LANDscapeING y acompañan, dentro de la edición dedicada al tema ACTIVISMOS, al artículo de Allan Kaplan y Sue Davidoff, y al texto de Juan José Saer. Raom & Loba trabajan y viven La Villeneuve au Châtelot, en la región francesa de Champagne, y plantean que sus imágenes intentan acercarse a ese territorio común de la infancia, “evocando un período donde todo es posible, donde nuestra mirada es limpia y nuestra mente guarda los espacios para iniciar algo nuevo”. Las fotografías de Leonor Beuter ilustran el artículo de Brigitte Natanson sobre la educación femenina en el Río de la Plata. En rigor, la serie original surgió de un trabajo de co-creación entre la artista y María Rosa Lojo que dio como fruto El libro de las Siniguales y el del Único Sinigual (Mar Maior, 2016). Dice la Leonor a propósito de sus criaturas: “Las Siniguales han estado siempre entre nosotros, acompañando a los ocupados y preocupados seres humanos en su trajín diario. Fue para mí un placer descubrirlas, desde la simple intimidad hogareña de los retazos de tela, entre partes de objetos en desuso que devinieron en mágicas piezas capaces de articular una nueva vida”. Estas extrañas criaturas que han dejado su huella en las fotografías, “no son domesticables –dice Beuter–, tampoco son vendibles como objetos, son mensajeras de la belleza imperceptible, del invisible aliento de la vida que crea mundos en cada rincón que inspira”. En la categoría videoarte, el equipo editorial de la revista ha seleccionado la pieza O útil do inútil (https://vimeo. com/51389845), de Dolores Martin. Dolores es creadora y gestora de BEXP, un proyecto de muestra colectiva que se realiza cada un año, en un barrio distinto. O útil do inútil transcurre en una calle del barrio de Villa Crespo. En su búsqueda por generar una pausa en la urbe, la artista crea un conjuro de palabras, onomatopeyas y silencios, sobre piezas de papeles y cartones pintados. La cámara fija enmarca y escenifica la acción, que la edición final busca con denuedo impersonalizar. BOCA DE SAPO también ha seleccionado para participar de esta edición al ensayo fotográfico del brasilero Sergio Luiz Pereira da Silva, titulado Passagem black block, que registra las manifestaciones callejeras de Brasil en los últimos meses. Sergio es profesor en la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro y del Programa de Posgrado en Memoria Social. Sus fotografías escoltan el artículo “Trotsky y las salvajes muchachas del partido” y también la entrevista a Horacio González. La crónica “Victoria”, de Luciana Garbarino, trama diálogo visual con las fotografías de Silvia Castro, pertenecientes a la serie El banco está cerrado / 2001-2015. A quince años de la crisis del 20 de Diciembre de 2001. Según Oscar Steimberg, “las fotografías de Silvia Castro parecen señalar la imposibilidad del fotoperiodismo, la imposibilidad de hacer algo que no sea plasmar lo que está pasando en esa coyuntura (…) fragmentos que invitan a ser completados en términos de mirada. Eso que confluye, en sentido político, con discursos que los tiempos y las materias nos invitan a seguir recordando”. Por su parte, Luciana confiesa que debe a Rodolfo Walsh su decisión de ser periodista, y que esta crónica que relata la muerte de su hija surge ante el deseo de rendirle homenaje al autor de Operación masacre. Cierran, por último, BOCA DE SAPO 22 las viñetas de humor del colombiano David Enrique Martínez Guerrero “Darry”. De profesión arquitecto, Darry ha publicado tiras en numerosos medios de su país y ha sido galardonado en el Mundial de Caricatura (Tokio, 1986) y en Festival Latino de Humor Gráfico (Bogotá, 1988). Dice uno de sus personajes: “La paz sólo se logrará cuando se cambien las balas por las ideas”.


BOCA DE SAPO 22 Arte, Literatura y Pensamiento

Era digital, año XVII, agosto 2016.

STAFF

DIRECTORA Jimena Néspolo CONSEJO DE DIRECCIÓN Claudia Feld Nicolás Guerschberg Javier Olivera Walter Romero Laura Vazquez CONSEJO DE REDACCIÓN Felipe Benegas Lynch María Casiraghi Hache Pavón

S u m ari o: A cti vi smos  Activismo delicado. Allan Kaplan y Sue Davidoff /4  Mariquita Sánchez y Juana Manso: Precursoras de la educación femenina en el Río de la Plata. Brigitte Natanson /14  Presentación del dossier. Laura Vazquez /26  Dossier de historietas contra la violencia policial. /28  Imágenes del desacuerdo. Florencia Abbate /58  Videoarte: O útil do inutil. Dolores Martin /67  Trotsky y las salvajes muchachas del partido. Jimena Néspolo /68

CORRECCIÓN Carolina Fernández

 Entrevista a Horacio González. Hache Pavón /78

ARTE Y DISEÑO Jorge Sánchez

 Opinión: La quinta columna. Juan José Saer /96

COLABORADORES Florencia Abbate Victoria Cóccaro Sue Davidoff Luciana Garbarino Allan Kaplan Brigitte Natanson Juan José Saer ARTISTAS Leonor Beuter Darry Dolores Martin Sergio Luiz Pereira Da Silva Raom & Loba COMMUNITY MANAGER Matuziken Knight

 El erotismo háptico de Nuno Ramos. Victoria Cóccaro /84

 Crónica: Victoria. Luciana Garbarino /100 Derechos reservados – Prohibida la reproducción total o parcial de cada número sin la cita bibliográfica correspondiente y/o la autorización de la editora. La dirección no se responsabiliza de las opiniones vertidas en los artículos firmados. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital. Boca de Sapo no retribuye pecuniariamente las colaboraciones. Impresa en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. www.bocadesapo.com.ar redaccion@bocadesapo.com.ar suscripcion@bocadesapo.com.ar ISSN 1514-8351 Editor responsable: Jimena Néspolo Dirección: Casilla de Correo N°60, Pedro Lagrave 451, CP (1629) Pilar, Provincia de Buenos Aires, Argentina. TE: +54 (230) 4459 599


Activismo delicado. Allan Kaplan y Sue Davidoff /

Una aproximación fenomenológica al cambio

Activismo Delicado Allan Kaplan y Sue Davidoff proponen, en línea con el “empirismo delicado” de Goethe, un activismo radicalmente distinto para abordar el cambio social. En su intento de fomentar la participación consciente y libre y de asumir la complejidad socio-ecológica en comunión con la integridad humana, crearon la fundación The Proteus Initiative, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), y dispusieron de un espacio en la naturaleza salvaje para el aprendizaje y la interacción. Presentamos aquí un fragmento de su reciente libro A Delicate Activism. A Radical Approache to Change.

Por Allan Kaplan y Sue Davidoff Traducción Martín Bunge y Pablo González BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 4


N

Debes cambiar tu vida. Goethe utilizó la frase “empirismo delicado” en la Rainer Maria Rilke cita que utilizamos como epígrafe. La frase, y la oración

uestra ecología es tan frágil, y nuestro tejido social está tan tenso, que con cada paso que damos para generar mejoras en la vida corremos el riesgo de anudar aún más la madeja. Nuestras huellas están por todas partes, y aun así parece que simplemente continuamos pisoteando nuestras mejores intenciones. Será que estamos dejando escapar algo, porque nuestros intentos repetidos de trabajar con el cambio parecen endurecerse en sus propios supuestos. ¿Cómo podemos abordar el mundo de manera diferente? La práctica que llamamos “activismo delicado” es un camino que exige una revisión profunda del papel que jugamos actualmente en el cambio social. Parece que un activismo que enfatiza la acción en detrimento de la reflexión, que recompensa los efectos externos e ignora la conciencia interna, que se centra en el otro, pero obstruye el yo, que exalta resultados (casi como commodities) sin suficiente consideración por el proceso que lo genera, no ha sido capaz de acompañar las actuales complejidades de cambio social. Paradojicamente, nos hace espectadores en lugar de participantes, y en realidad retarda el cambio. Un activismo delicado, en cambio, es verdaderamente radical por ser consciente de sí mismo, y por comprender que su forma de ver es el cambio que quiere ver. Anuncia un cambio radical hacia una forma más social y ecológica de activismo, direccionado hacia un futuro que sustenta la vida. Delicadeza

Hay un empirismo delicado que se hace absolutamente idéntico con el objeto, transformándose de esta manera en verdadera teoría. Goethe

La expresión “activismo delicado” surge como un parafraseo intuitivo del concepto “empirismo delicado” de Johann Wolfgang von Goethe. La comprensión, el enfoque y los métodos desarrollados por Goethe en su búsqueda de un camino de conocimiento, de una epistemología que fuese una manera participativa y holística de “ver hacia adentro” del mundo, va mucho más allá de lo que nuestro modo de pensar tecnológico e instrumental actual es capaz de lograr. Este modo de pensar nos lleva a tratar de practicar nosotros mismos el abordaje de Goethe en nuestra búsqueda de una forma de abordar de manera efectiva los procesos de cambios.

a la que pertenece, ha sido objeto de muchas conversaciones y tratados eruditos, y constituye la base de un enfoque fenomenológico, al que vamos a volver más adelante. Hay algo, sin embargo, que se destaca inmediatamente. Un empirismo que se hace absolutamente idéntico al objeto suena como si nuestra separación habitual entre sujeto y objeto, entre el sujeto que percibe y aquello que es percibido, entre el actor y la acción, fuese destruida, como si fuera más allá. Una de dos: o esto es una proposición indefendible, simplemente insostenible y una fantasía, o apunta a la posibilidad de una forma muy diferente de estar en el mundo. La frase pone de relieve la magnitud del desafío que enfrenta un activismo social verdaderamente radical en un mundo de complejidad sin precedentes, que va al corazón de la lucha por la justicia y por la libertad. El enigma del activismo

...corremos el riesgo de ver, y aun así ver sin ver las cosas. Goethe

Trabajar en el campo del cambio social y el activismo nos pone cara a cara con las contradicciones, no como anomalías, sino como el terreno en el que nos encontramos. Este suelo donde todo problema, todo obstáculo, toda injusticia o distorsión es –por otro lado– la semilla a través de la cual el cambio y la intervención del activista nacen. Este suelo, desde donde se hace el llamado al despertar –que es el credo del activista–, es el suelo que tan a menudo se convirtió, paradójicamente, en una nueva manifestación del viejo patrón, el mismo patrón sobre el que habíamos estado protestando inicialmente. Muy a menudo hay estridencia hacia el activismo, la convicción de estar en lo correcto, acompañada por la determinación de cambiar lo que está errado; girando hacia la estridencia, pueden comenzar a imitarse las mismas fuerzas que esperábamos cambiar. La Psicología Gestáltica llamó a esto la Teoría del cambio paradojal: cuanto más se intenta cambiar un comportamiento, más permanece igual1. Rudolf Steiner señaló la existencia de una “ley de necesidad férrea” en el ámbito social, observando que los activistas, en su esfuerzo para hacer “el bien”, si no se mantienen intencionalmente despiertos, casi siempre terminan por reforzar los patrones y comportamientos que se comprometieron a

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cambiar, porque son atrapados –a veces a través de su éxito inicial– por un giro casi imperceptible de la situación social, que los deposita en el lugar equivocado en el cambio de marea2. Owen Barfield señala el peligro de la búsqueda de respuestas estructurales a los problemas del cambio social y ecológico, y pide que siempre mantengamos una cualidad de nerviosismo en nuestras iniciativas sociales, para que en todo momento permanezcamos conscientes y atentos a los matices3. El punto de inflexión lo es todo, pero es imperceptible. Sin embargo, si nos detenemos a mirar de cerca y desinteresadamente a los diferentes roles y acciones de los activistas y organizaciones de activistas que conocemos, veremos que tales momentos de giro llenan el paisaje del cambio social y ambiental con una extraña y asidua insistencia. Así, a pesar de pasar casi desapercibidos debido a su penetrante sutileza, se convierten en una pequeña maravilla, algo que siendo tan pequeño puede realmente transformar nuestra forma de ser y estar en el mundo. Las normas se van autolimitando, a medida que permanecemos cautivos de nuestras propias insistencias, de nuestra propia presunción de que podemos cambiar el mundo actuando sobre él. Descubrimos en cambio, que esta misma presunción anuncia un giro paradójico e irónico: que hay algo extrañamente conservador en el corazón de casi todos los abordajes utilizados para lidiar con el cambio. Descubrimos que este es el terreno en el que nos encontramos. La pregunta, entonces, pasa a hacer: ¿cómo transitar ese terreno de una manera diferente?

Una observación Una serie de observaciones, hechas a través de muchos años y muchas situaciones diferentes, han provocado preguntas suficientes para sospechar que todo parece surgir del mismo arquetipo subyacente de activismo, el mismo aspecto que transforma una intención radical en algo inherentemente conservador. Lo primero que observamos es que los activistas tienen dificultades para crear un tiempo y un espacio para reflexionar –de manera continuada– sobre su propia práctica. Siempre existen buenas razones para justificar esa dificultad, es tanto lo que hay que hacer y siempre hay muy pocos recursos; las personas y las situaciones y las ecologías en cuyo nombre estamos trabajando tienen derechos y urgencias que necesitan reparación. En resumen, nos vemos obligados a actuar sin cesar para no perder nuestro impulso, porque todas las perspectivas están en contra y el trabajo es agotador, interminable y urgente. Para muchos, la reflexión aparece como una pérdida de tiempo. Y a menudo bien podría ser, ya que la práctica de la reflexión requiere tiempo, paciencia y perseverancia para pulir nuestra maestría, para poder profundizar y realzar la calidad de nuestras acciones. En el trabajo con activistas hay una sensación de que la reflexión sobre la práctica es la última cosa que cualquiera quisiera hacer. Por supuesto también es probable que haya otras razones por las que la reflexión no puede enraizar fácilmente entre los activistas, tal vez porque realmente no queremos reconocer los efectos cuestionables de muchas de nuestras acciones, o porque queremos que otros cambien creyendo que eso no es necesario para nosotros mismos, porque claramente estamos trabajando para el bien. Las razones pueden ser muchas y sutiles, pero todas ellas coherentes con una falta de reflexión.Y esta falta de reflexión anuncia una tendencia a aferrarse, a conservar, a negar los riesgos y evitar las pérdidas. Una segunda observación Los activistas son generalmente personas convencidas (de sus propias nociones acerca de lo que es el bien social). Al menos sabemos lo que está errado, y tenemos una idea bastante clara de lo que es correcto. Sabemos contra qué estamos trabajando y tenemos fuertes opiniones acerca de para qué estamos trabajando. Somos comprometidos, apasionados, vehementes, llenos de propósito y de visión. Tenemos que ser decididos, y esa disposición puede (y a menudo lo hace) estrechar nuestra visión y nos ciega a los posibles defectos o límites de nuestra propia comprensión. Así que podemos llegar a estar tan deci-

Las normas se van autolimitando a medida que permanecemos cautivos de nuestras propias insistencias, de nuestra propia presunción de que podemos cambiar el mundo actuando sobre él..

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didos a alcanzar nuestros objetivos que no nos damos cuenta de que las cosas están cambiando a nuestro alrededor todo el tiempo. Cambiando a veces por el propio éxito de nuestro trabajo, y a medida que cambian, nuevas lecturas deben ser realizadas, nuevos significados deben ser atribuidos. Nosotros también cambiamos (esperemos); aquellos que están trabajando con el cambio también lo están haciendo; y también aquellos que están luchando contra el cambio; la situación misma está cambiando. Aun así, a menudo nos aferramos al pasado, incapaces de dejar ir, presos en una visión anticuada de lo que estamos haciendo. Entonces, a medida que cambia la situación, nos vamos volviendo más conservadores. Nos aferramos (muchas veces la lucha misma se convierte en un hábito más importante que su resolución). Cuanto más fuertes son las fuerzas que nos cuestionan –más conservadoras ellas son–, más conservadores e instrumentales nos volvemos. Se vuelve más y más difícil cuestionarnos a nosotros mismos. Puede parecer contraproducente. A pesar de que nos imaginamos estar siguiendo un camino cada vez más radical, a menudo nos dirigimos en una dirección muy diferente.

De hecho, empujando el camino radical hasta sus propios límites (con convicción y sin cuestionamientos) es que llegamos al fundamentalismo. Estas tendencias aumentan cuando la ambigüedad, la incertidumbre y la complejidad caracterizan nuestro mundo, tal como viene sucediendo. A menudo nuestra propia intención es casi todo lo que tenemos para sostenernos. Cuando cada solución viene de manera conjunta con un problema nuevo, y cuando la causa y el efecto parecen tan imposibles de separar o secuenciar (ambas consecuencias de la complejidad), entonces el cuestionarnos a nosotros mismos, el dudar de nosotros mismos, puede parecer como el primer paso para aceptar esa situación. Nuestro activismo, sin embargo, se resiste frente a ese reconocimiento. Una serie de observaciones contenciosas Los activistas empiezan cuestionando muchas de las normas que han llegado a caracterizar su mundo social, pero a menudo terminan respaldando una de las prácticas actuales más comunes en nuestra cultura, la tendencia hacia el “management”. Es la tendencia a gerenciar, a

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establecer objetivos, a delinear estrategias, a elaborar planes, para enfocarse en el camino más corto hacia resultados cuantificables, para mantenerse fieles a un centro, para insistir en formas burocráticas de rendición de cuentas. Las prácticas dominantes de la gestión basada en los resultados, en la evaluación de resultados, en los imperativos de los procedimientos para romper las ideas y encajarlas en protocolos de planificación de marcos lógicos (que fragmentan estas ideas y sus inspiraciones subyacentes); basadas en procesos de burocratización, en procedimientos normativos que presuponen (y por lo tanto terminan por crear) la desconfianza entre las personas, en una cultura del miedo y de la conformidad, todo esto también se convierte en parte del mundo del activismo social.Y señala el inicio de lo que es realmente una suposición: que si planificamos y establecemos estrategias con suficiente cuidado podremos conducir al mundo en la dirección que queremos que vaya. Pero estos supuestos que subyacen en el camino de la gestión contradicen las nociones de complejidad y desenvolvimiento que han llegado a ser reconocidos como aspectos centrales del proceso social. Bajo los auspicios del gerenciamiento, todo se separa en partes componentes; todo se mercantiliza, es organizado y privatizado, incluso el parto y la crianza de los niños, incluso la naturaleza y el medio salvaje. Así como el agua se enva-

sa en botellas de plástico, las montañas se convierten en proveedoras de servicios de los ecosistemas, los procesos continuos de desarrollo de comunidades se encapsulan en proyectos sujetos a análisis de costo/beneficio (y así también las técnicas de monitoreo y evaluación), el activismo también corre el riesgo de quedar atrapado entre ser un ineficiente proveedor de servicios por un lado, o un fundamentalismo angustiado por el otro. La acusación de fundamentalismo angustiado encaja bien en las dos observaciones anteriores, pero ¿qué significa exactamente esta acusación de “ineficiente prestador de servicios”? Es una forma específica de esta tendencia a considerar

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la gestión como solución, la simplificación como una solución rápida. Incorpora el peligro del activismo como una herramienta de eficiencia, y da lugar a la subversión del activismo como un posible camino de cambio profundo y transformador. Aquí está el peligro más insidioso de todos. Hemos sido testigos, en los últimos años, del surgimiento de lo que hoy llamamos “tecnologías sociales”: son ejercicios y procedimientos, juegos, modelos y marcos que se aprenden como repertorio del profesional del desarrollo y son considerados herramientas para engendrar acciones y reflexiones participativas y luego aplicarlas a todo tipo de situaciones, dirigidas a resolver tanto nuestras encrucijadas sociales y ecológicas, así como las paradojas del ser humano. Tales tecnologías sociales suponen y refuerzan –en su aplicación uniforme– una ingeniería social destinada al control. Muy pocos cuestionan el uso de la palabra “tecnología”. Muy pocos cuestionan los supuestos que se hacen aquí sobre la naturaleza humana, sobre nuestra singularidad y diferencia; sobre la importancia y la especificidad del contexto y de la necesidad de una observación y atención permanentes (en relación con el fenómeno especifico presente ante nosotros), de la demanda de algún tipo de respuesta a las controvertidas nociones de libertad, de responsabilidad y del actual proceso de desarrollo. De alguna manera, inadvertidamente, nos pusimos a mecanizar aún más el alma humana. Es la creación de ese modelo, ahora omnipresente, de la estructura, del proceso como técnica limitada, que señala la subversión final y la aquiescencia del activismo, que convierte la originalidad radical en una práctica de la conformidad y la abstrac-

el activismo también corre el riesgo de quedar atrapado entre ser un ineficiente proveedor de servicios por un lado, o un fundamentalismo angustiado por el otro. ción, reduciendo aquello que es único a las demandas administrativas de replicabilidad y uniformidad. La noción de tecnologías sociales mercantiliza la experiencia de ser humano, convirtiendo el activismo en una tecnología y dejando de lado la simple humanidad de la inmediatez, la presencia, la intimidad y el amor. Una narración sobre instrumentalismo Hay algo que corre como un hilo a través de todas las observaciones realizadas anteriormente, y es algo que contradice el proyecto activista esencial de libertad, responsabilidad y conciencia. Cuando ignoramos la demanda de reflexión, cuando llegamos a ser enfáticos acerca de la rectitud de nuestra causa, y cuando imponemos demasiado mecanicismo y simplismo al flujo del proceso y del esfuerzo humano, entonces nuestro proyecto se convierte en un proyecto instrumental que disminuye, en lugar de aumentar, las posibilidades de lo que significa ser humano. El mundo, el mundo social, se convierte en un objeto que nosotros (separados y distanciados de él), intentamos manipular a través del uso de diversos instrumentos y herramientas con el fin de generar cambios. El giro es sutil, difícil de discernir, sin embargo la agenda se vuelve conservadora, va perdiendo de vista las implicancias de la complejidad (la relación entre el orden y el caos en un esfuerzo creativo), va perdiendo

de vista las implicancias de la libertad y la responsabilidad humanas, del desarrollo de la propia conciencia y de la primacía de la relación y del proceso por sobre la distinción y los resultados distintos. El instrumentalismo niega la percepción de que prestar atención a los procesos vivos nos ofrece el reconocimiento de que todo está cambiando todo el tiempo, que (y esto requiere un mirar diferente y un corazón abierto) todo está conectado (de manera que nada puede ser compartimentado, gerenciado o mercantilizado) y que por ende nuestro propio despertar es tanto una búsqueda como una llave para cualquier emprendimiento de activismo verdadero. El enigma del activismo radica en esto: en su compromiso con el cambio social, corre el riesgo de ceder a un instrumentalismo que ya domina la sociedad de tal manera que el activismo en sí termina siendo distorsionado en un conservadurismo involuntario (un fortalecimiento del status quo), y la búsqueda humana queda reducida a un problema mecánico que puede ser resuelto –supuestamente– sin hacer uso de nuestros propios movimientos internos de transformación. Como activistas, no nos hemos cuestionado lo suficiente acerca de quiénes somos y la forma en que vivimos nuestras vidas. Como activistas, el punto de partida de todos nuestros emprendimientos reside en nuestra comprensión de la intersección y la relación entre quiénes somos y cómo estamos en el mundo, y qué es lo que hacemos.

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Danzando con la realidad El mundo está todo dentro de mí, y yo mismo estoy completamente afuera Merleau-Ponty

Probablemente usted ya haya visto esto antes; sin embargo es un buen lugar para comenzar. Un lugar que seduce, porque es simple, pero que sirve de trampolín para algunas percepciones más desafiantes. Hemos estado hablando de activismo, pero es realmente difícil seguir adelante sin ir más allá de él, sin tener detrás el contexto en el que tiene lugar el activismo. Ese contexto es el mundo en que vivimos, y nuestra relación con él. Si pudiéramos situarnos frente a este contexto, estaríamos en una mejor posición para entender lo que en realidad este enigma del activismo está pidiendo hoy de nosotros. Arriba del párrafo anterior hay un cubo, lo reconocemos inmediatamente. Se erige como una especie de arquetipo para un dado o una caja, que tiene tres dimensiones (altura, ancho y profundidad) iguales.En realidad no tiene profundidad, porque si la tuviera no podría situarse el papel (o en la pantalla, habría que sumarla en estos días). Pero si fuera realmente un cubo, debería tener profundidad; por lo tanto, lo que tenemos aquí es una representación de un cubo. Esto es lo que reconocemos. Sin embargo, incluso ahora, podríamos cuestionarnos todo esto, diciendo que lo que se ve no es la representación de un cubo en absoluto, sino simplemente un grupo de líneas dispuestas en una página. Usted piensa cubo, y entonces ahí está, pero en realidad es sólo una configuración de líneas en la página (imagine que usted nunca había visto un cubo antes). No, ni siquiera eso, porque solo para decirlo ya pensamos en “configuración”, “línea” y “página”. Lo que usted ve realmente –sin pensar– son solo marcas oscuras sobre un fondo blanco.Y aun esto sería difícil de ver si no estuviera pensando en los conceptos de marca y fondo. Otra cosa, cuando miramos el cubo, ¿parece que retrocede dentro del papel como si estuviera abriéndose paso hacia atrás? ¿o parece emerger como si viniera hacia adelante, hacia usted, saliendo del papel? Si estuviera visualizando uno de ellos, intente ver el opuesto, esfuércese hasta que pueda ver en el sentido opuesto, y luego moverse entre una imagen y la otra. Se dará cuenta de que a medida que se mueve entre una imagen y la otra, un cubo completamente diferente se presentará ante usted, sin embargo, ¡nada habrá cambiado en el papel! El cambio solo estará en su mente, de acuerdo con la perspectiva particular que usted elije. Algo cambia en su conciencia, en su intencionalidad, y usted ve el cubo de manera diferente; sin embargo, las líneas siguen siendo exactamente como son. Porque usted pensó el cubo de manera diferente, ve un cubo diferente; fue Wittgenstein quien reconoció tan poderosamente que “nada ha cambiado, y sin embargo, el mundo entero es diferente” 4.

En pocas palabras, no vemos “cosas”, vemos significado. Lo cual es otra manera de decir que llevamos nuestro pensamiento a crear lo que “vemos en realidad” como percepción pura. Vivimos en un mundo de significados, y atribuimos significado al mundo. Vemos solo significados –mesa, bufanda, persona, niño, planta, montaña, nubes– todos ellos son los significados que damos o atribuimos a la información perceptiva cruda, que llega a través de las puertas de nuestros sentidos. Esto es lo que significa ser humano. Visualizamos las ideas, o mejor, organizamos nuestro ver por medio de la actividad de pensar, y nuestro mundo surge de... bueno, del polvo, tal vez. Sin el pensamiento, sin la imaginación, no seríamos más que un animal. A esto es a lo que se refiere Craig Holdrege5 cuando escribe que un animal habita en un entorno, mientras que el ser humano vive en un mundo.Vivir en un mundo es ver significados, no ver cosas. Nuestro mundo inefable oscila entre “la cosa en sí” y nuestro “conocimiento de la cosa”. Reconocemos esto más fácilmente tal vez, en nuestra comprensión del lenguaje y de la palabra escrita. El significado oscila entre el sonido o la visión que nos llega, y nuestro reconocimiento de ese sonido o de la vista; él participa en ambos. El significado no es material, el mundo vive entre nosotros y lo que está ahí fuera; vivimos en un mundo de significado, por lo tanto, vemos significado. (Elegimos el mundo en el cual queremos vivir, y al mismo tiempo lo estamos creando.) Las ideas contenidas aquí son tan obvias que pasan de largo sin ser vistas. Porque lo único que no vemos cuando estamos viendo

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Imágenes de Raom & Loba nuestro mundo es la forma, el “cómo” vemos nuestro mundo. La única cosa que no vemos es nuestra manera de ver. Y así malinterpretamos muchas cosas que nos rodean, y entendemos mal la mayor parte de lo que estamos haciendo la mayor parte del tiempo, porque no nos damos cuenta de que lo estamos haciendo. Vale la pena quedarse reflexionando por un tiempo sobre esto, porque nos preocupa profundamente como activistas; el hogar de la libertad, de nuestra propia humanidad, puede que esté solo aquí, en este reino acerca del que incluso rara vez pensamos. Owen Barfield6 describe tres niveles del “ver”. En el primero, y más inmediato percibimos sin reconocer, percibimos sin pensar, simplemente observamos, sensorialmente, sin ningún tipo de revestimiento o supuesto, y por lo tanto también sin ningún tipo de reconocimiento o sentido de significado. Lo que percibimos de esta manera es caótico, desorganizado, y no conseguimos atribuirle sentido (como un niño de dos años llevado a ver un partido de cricket, dice Arnold 7). En el segundo nivel, aportamos nuestro conocimiento para crear aquello que vemos, le damos significado, lo

reconocemos (como lo hicimos con el cubo). Pero debes tener en cuenta (y aquí reside la clave de nuestra incomprensión, de nuestra confusión, nuestro mayor y más consecuente error), la primera y segunda forma de ver están tan estrechamente entrelazadas, suceden con una contigüidad tan increíble, que es casi imposible que las diferenciemos. Entonces así es que pensamos –inmediatamente– que lo que vemos es la cosa en sí, mientras que lo que realmente estamos viendo es el significado, el significado que le atribuimos. Para descubrir lo que realmente está pasando, tenemos que mirar algo que no reconocemos, y que tenemos que esforzarnos para descubrir lo qué es; solo así vamos a llegar a ese “Ajá!”, ese momento de descubrimiento sorprendente en que nos damos cuenta, en que reconocemos, en que vemos aquello que estamos viendo todo el tiempo (pero que aún no tenía sentido). Si curvamos los dedos de una mano y miramos a través de ellos como si estuviéramos mirando a través de un telescopio, centrándonos en algo que ya no podemos reconocer porque el campo de visión se ha reducido, entonces podemos empezar a entender el sen-

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Un animal habita en un entorno, mientras que el ser humano vive en un mundo. Vivir en un mundo es ver significados, no ver cosas. tido de “mirar” sin atribuir sentido (sin ver). O al recordar un momento en que usted pensó que reconoció a alguien, pero mirando bien se dio cuenta de que era otra persona. Haciendo estas cosas empezamos a percibir el sentido de ver, sin embargo, todavía sin ver. Imagine un observador de pájaros –si usted no lo fuera–, que ve algo en un arbusto y dice, “hay una Bokmakierie”; si bien sabemos que hay un pájaro allí (al menos es lo que conseguimos reconocer), aún no aprendimos a reconocerlo por su nombre. El observador de pájaros ve un significado donde nosotros no lo vemos. Ahora bien, si nos imaginamos que estamos con alguien que nunca ha visto un pájaro antes, y nunca oyó hablar de pájaros, tal vez podemos empezar a entender lo que significa reconocer lo que estamos “viendo’’. Empezamos a darnos cuenta del rol de nuestro pensar, de nuestra imaginación, en nuestra forma de ver. Comenzamos a reconocer que estamos viendo significado. Somos seres de perspectiva, tenemos una visión, una percepción particular de las cosas; el mundo no nos es dado, participamos en su emerger. (Imagine la inteligencia creativa, así como el preconcepto intolerante, con el que construimos y creamos nuestro mundo, el mundo que vemos. Lo que vemos nunca está desprovisto de lo que aportamos a él.) En el tercer nivel, podemos pensar (y hablar) acerca de las cosas que hemos visto, podemos buscar explicaciones, o construir metáforas, y de muchas maneras diferentes tratar de entender lo que estamos viendo. A menudo es muy difícil saber la diferencia entre el segundo y tercer nivel del pensamiento y de la percepción; por lo tanto, obviamente, también es muy difícil diferenciar entre el tercer y primer nivel, ya que el primero y el segundo terminan fundiéndose. Tantos son los supuestos que se deslizan en nuestra forma de ver, sin percibirlo y sin darnos cuenta, que podemos comenzar a heredar un mundo que nos ha sido dado por los demás, en lugar de ver un mundo que se está creando a través de nuestra participación intencional a cada momento. De esta manera, por ejemplo, podemos ver al ser humano como un objeto mecánico determinado por una ingeniería previa, o como una forma potencial de nuevas y hasta ahora inimaginables posibilidades. También hay que tener cuidado con las metáforas tomadas de un ámbito y que son utilizadas con soltura y superficialidad en otro ámbito. Cuando nos referimos a nuestra memoria como una “base de datos”, por ejemplo, empezamos a atribuirle un sentido, en el cual nuestros pensamientos e ideas son cosas inconexas, como si fuesen bits encriptados en un inventario, cuando en verdad están en constante cambio y movimiento, fluyendo hacia otros en una metamorfosis casi sin límites, hechos de recuerdos intrincados que a veces salen a la superficie y a veces desaparecen, tan íntimamente entretejidos con nuestro ser que nunca pueden ser “capturados” por otra persona. Este modo de “pensar acerca” mediante el uso de imágenes, tales como

las de computadoras y bases de datos, comienza a darle a la metáfora un cierto brillo de realidad o explicación, y entonces comenzamos a “ver” a la memoria como una base de datos, y a nuestras almas como computadoras, reduciéndolas de manera irreparable. Así es que la forma en que vemos se vuelve muy importante en relación con el mundo que creamos a través de ese ver. Entonces la supuesta polaridad entre lo subjetivo y lo objetivo no se aplica realmente con tanta sencillez y soltura como podríamos haber imaginado –el ver es tanto subjetivo como objetivo al mismo tiempo, porque somos partícipes de lo que vemos–. El uso de palabras y conceptos como subjetivo y objetivo, o proyección, puede llegar a ser muy engañoso; somos siempre participantes, y siempre estamos implicados –surge nuestro mundo, se cierne, inmaterial, entre lo que verdaderamente está ahí fuera y lo que está aquí dentro–. Debemos entonces volvernos muy conscientes de la forma en que estamos viendo. Para no dar lugar a ambigüedades, podemos decir lo siguiente: todo fenómeno, todas las cosas que vemos ahí afuera son en realidad una conversación. Así es que creamos el mundo (todo nuestro mundo, no solo los aspectos supuestamente “subjetivos”), a medida que avanzamos. Por consiguiente, un enfoque fenomenológico sugiere que reconozcamos que nuestros conceptos no solo iluminan lo que vemos, y le dan forma a aquello que vemos, sino que también aquello que hemos visto, a su vez, aclara aún más nuestros conceptos. Traemos algo al mundo y él nos trae algo de vuelta, ya que a través de esta relación tanto nosotros como el mundo

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vuelven más amplios –nos tornamos más de lo que cada uno era antes–, y a través de esta conversación dinámica y creativa, la relación se torna un ser sublime y casi mágico (real, tan real; al fin este emerger-en-la-conversación es de hecho el mundo real). Esta conversación abierta conduce a un aumento de la sabiduría, tanto dentro de nosotros mismos, como dentro del mundo que está fuera de nosotros. Esto es tal vez, en primera instancia, lo que se entiende por un “empirismo delicado “. Tenemos que ser fieles a lo que está ahí afuera, y lo que está ahí afuera se forma, se ilumina, y se torna en sí mismo, a través de lo que nosotros le aportamos, y cómo vemos o vamos a su encuentro. No es ni una cosa ni la otra, sino ambas, danzando juntas en la más pura de las relaciones 8.

porque presenta la promesa (y la realidad) de la libertad humana, así como la demanda (y la responsabilidad por lograrla) de esa libertad. Un enfoque fenomenológico que reconoce esta relación recíproca y creativa entre el ser humano y el mundo exige y promete el tipo de despertar de la conciencia presente en todos los intentos de vivir holísticamente en la tierra y en sociedad. Tenemos que examinar las maneras en que pensamos y aprender a pensar de nuevas maneras con el fin de que podamos habitar nuestro mundo de un modo que lo potencie y lo haga más adecuado para la vida.

Una magia ordinaria 1

Beisser, A. “The paradoxical theory of change” en: Fagan, J. –

“¿Que es la práctica?” preguntó Dogen, y el anciano respondió: Shepherd, I. (eds). Gestalt Therapy Now: Theory, Techniques, Applica“Todo está abierto en el universo” tions. Palo Alto, Science and Behavior Books, 1970. Ryuten Paul Rosenblum Roshi 2 Steiner, Rudolf. Spiritual Science as a Foundation for Social Forms.

Habiendo explorado algunos aspectos de cómo creamos nuestro mundo a través del significado que le damos, volvemos a la espina del activista. El enigma del activismo se asienta como un desafío arquetípico en el corazón de nuestra humanidad, como una problemática central que se presenta ante el activismo social como su inimitable sombra. Superar este enigma significa entrar en contacto con una sustancia de la cual está hecha la disciplina de la libertad, y con una promesa de enormes proporciones en el centro del campo humano –la de mantener un pie en cada lado del abismo existente entre la pertenencia y separación–. Actuar (donde muchos otros no actúan) y aun así mientras se actúa cuestionar esa acción (en nombre de ella), es la realización sublime de lo que representa ser humano, es estar en una conversación abierta con nuestro propio mundo todo el tiempo. Eso implica tener una sensibilidad que trasciende a la acción misma, y que por lo tanto trae la posibilidad de la acción como semilla de un futuro más consciente. El enigma del activismo es su mayor regalo, ya que exige el reconocimiento de lo sublime y profundo en una relación –la relación fenomenológica–, que se encuentra en el corazón de nuestra participación en la creación del mundo que habitamos. Y así la fenomenología se convierte, potencialmente, en la práctica de cambio más liberadora y revolucionaria de todas,

Anthroposophic Press, 1986. 
 3 Barfield, Owen. A Fresh Light on Present Discontents, en: The Rediscovery of Meaning. San Rafael, The Barfield Press, 1997. 
 4 Monk, Ray. Ludwig Wittgenstein – The Duty of Genius. Vintage Books, 1991. 5 Holdrege, Craig. Personal communication. Upstate, New York, 2001. 6 Barfield, Owen. Saving the Appearances – A Study in Idolatry. A Harbinger Book, Harcourt Brace & World Inc, New York. 7 Freeman, Arnold. Self-Observation. London, Anthroposophical Publishing Company, 1956.
 8 Kaplan, Allan – Westoby, Peter. “Foregrounding Practice – Reaching for a responsive and ecological approach to community development” in: Community Development Journal. Oxford University Press, 2013.

* Allan Kaplan y Sue Davidoff son profesionales del desarrollo social, docentes y escritores. Han publicado los libros: The Development Practitioner’s Handbook, Artistas de lo Invisible,The Developing of Capacity, Dreaming Reality – The Future in Retrospect and The Learning School,The Courage to Lead, Changing your Teaching. En Ciudad del Cabo, crearon la fundación The Proteus Initiative, como vehículo para desarrollar el método holístico de J.W. von Goethe en torno al “empirismo delicado”.

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Mariquita Sánchez y Juana Manso: Precursoras de la educación femenina en el Río de la Plata. Brigitte Natanson /3

Activismo y Educación

Mariquita Sánchez y Juana Manso: precursoras de la educación femenina en el río de la plata - siglo xix Mariquita Sánchez y Juana Manso empiezan a asomar detrás de la omnipotente sombra de Sarmiento. Ambas tuvieron un papel fundamental en el desarrollo del sistema educativo, enfrentándose a todo tipo de adversidades para poder participar de la esfera pública en el nacimiento de la Nación.

Por Brigitte Natanson BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 14


L

a historia de la educación en el Río de la Plata está oficial y tradicionalmente ligada con el nombre de Sarmiento. Sin embargo, la actuación, la presencia y la labor de varios personajes femeninos, desde Mariquita Sánchez hasta Juana Manso y, más adelante, las “maestras de Sarmiento” (traídas por él de Estados Unidos para implantar las escuelas normales) han despertado en las últimas décadas un merecido interés. Observar la evolución de las propuestas educativas, especialmente para las mujeres, a partir de la Revolución de Mayo y la consiguiente Independencia se nos plantea, hoy, de suma importancia. Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio sobre mujeres que dicen y hacen la Nación, en el momento de la construcción y consolidación de los estados-naciones en la América recién independiente, en el siglo XIX. Los principios de la implantación de la educación primaria Ya desde las últimas décadas de la colonia se daba en la metrópoli una reflexión sobre la necesidad de educar a los sujetos, con voces como la de Jovellanos y Campomanes en España, incluyendo a las mujeres, por ser las primeras educadoras de los hijos. Sin embargo, en la realidad cotidiana, la instrucción era minimalista, y estaba mayormente en manos de la Iglesia y de uno que otro cabildo algo convencido de esa necesidad. El autor de una historia de la educación publicada en 1910 describe así la situación: (…) los alumnos no hacían otra cosa que adiestrarse en el conocimiento de las prácticas diarias de la institución religiosa que los educaba. Limpiaban los pisos, iban a procurar las provisiones, ayudaban el oficio divino. En los intervalos, un lego o hermano de la comunidad, por medio de los elementos pedagógicos más rudimentarios, los iniciaba en la lectura, en la escritura, en las primeras operaciones aritméticas, (…) de métodos no se conocía ni el nombre siquiera. (…) Nadie hubiera soñado siquiera que algo más que saber era necesario para el maestro.1 Ni una palabra para las mujeres. Sin embargo, como se puede ver en el caso de Mariquita Sánchez, en las familias acomodadas hasta ellas pudieron aprender a leer y escribir, y no solo en castellano, a tocar instrumentos musicales, etc.

Para los primeros independentistas, en toda la América hispanófona, la educación fue más que una necesidad: constituía una urgencia para la modernización, el progreso económico y la adaptación del individuo a las nuevas sociedades independientes. Sarmiento recordaría más adelante la ignorancia en la que España quería dejar las poblaciones de sus colonias2, pero ya en los primeros acercamientos a nuevos métodos de educación, se produce, como en otros campos, un rechazo a la tradición española. Sarmiento también se quejaba, desde su exilio en Chile durante el rosismo, de la poca disposición que mostraban las clases más acaudaladas para la aplicación de medidas generalizadas para obligar a los nuevos Estados a que promovieran la educación gratuita y obligatoria para todos, es decir también para las mujeres, aunque de otra manera, como veremos. Una de las tradiciones heredadas y rechazadas del modelo español era la de los castigos corporales, en contra de los cuales se tomaron varios decretos en todos los países de la región, con más o menos fortuna, mostrando algunos testimonios la pervivencia de ellos. Entre los principales próceres de la Revolución de Mayo, quisieron orientar la educación del ciudadano hacia valores propios de sus ideales: Mariano Moreno impuso El contrato social de Rousseau para enseñar a leer, pero obviamente se retiró pronto, en vistas de la dificultad del texto para niños pequeños. Para Manuel Belgrano, la educación iba a remediar muchos males, entre otros la miseria.Ya había propuesto en sus Memorias del Consulado (1796) medidas radicales para desarrollarla, incluyendo a las niñas: “Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, a coser, a bordar, etc. y principalmente inspirarles amor al trabajo para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres”.Ya consumada la Revolución, seguiría insistiendo en la importancia de la educación de las niñas, pero como lo recordaría Sarmiento unos cincuenta años después: “Las ideas sobre la instrucción pública no consiguieron plasmarse en la práctica. Para 1820, Buenos Aires no contaba con una sola escuela para mujeres, quienes no tenían otros centros de educación que el propio hogar o los conventos de monjas” 3. El método lancasteriano (o monitorial, o de enseñanza mutua) venido de Inglaterra, fue impulsado por San Martín en Lima y por Bolívar en Caracas. Los intereses podían ser algo diferentes, pero el método iba

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a permitir la difusión de la enseñanza en un primer momento. Si bien para Lancaster el Estado solo tenía que financiar las escuelas, dejando su administración y la elección de los contenidos a asociaciones, en América latina en general y en el Río de la Plata en particular, se previó desde el principio de su aplicación una mayor participación del Estado. Para ello, se nombró Director de escuelas a un inglés, James Thompson, quien actuó como tal de 1815 a 1817 (continuó luego en otros países de América latina). El sistema fue adaptado con un centralismo surgido de las primeras juntas y confortado por el gobierno de Martín Rodríguez-Rivadavia. Parecía convencer a los gobernantes, pero otro gallo cantaba para los maestros. Por un lado había bajado su sueldo, y por el otro se suprimió el sistema de ayudantes que los asistían. El Decreto del 8 de febrero de 1822 confirmaba esa supresión de ayudantes, al mismo tiempo que confiaba al Rector de la recién creada Universidad, junto con el Director del Departamento de Primeras Letras, la obligación de instaurar el sistema lancasteriano. Los establecimientos no dotados de fondos públicos conserv-

aban la libertad de métodos. Se signa así el principio de la Educación pública gratuita “para todos los ciudadanos”, con un fuerte control desde la Universidad. “Para todos los ciudadanos” es un decir: en rigor esto excluye a las mujeres. El Estado había puesto en manos de la Sociedad de Beneficencia la escolarización de las niñas. De todos modos, el método no funcionó como se esperaba, y fue abandonado en toda la América latina, con temporalidades distintas. Un decreto de 1828 terminó con su aplicación en Buenos Aires. Como apunta Carlos Newland: No solo fracasó en cuanto a sus promesas de baratura, sino que se lo criticó en su misma esencia utilitarista, su carácter memorístico y la poca efectividad de los monitores como docentes. Simón Rodríguez en Sociedades americanas (1828) rechazó el método por su mecanicismo y superficialidad, indicando, con referencia a los monitores, que a la escuela se debía ir a aprender, no a enseñar.4

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Mariquita Sánchez y la Sociedad de Beneficencia María Josefa Petrona de todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo (1786-1868), conocida como Mariquita Sánchez, o de Thompson, y luego de Mendeville, se crió como única hija en una familia de comerciantes felices por tener por fin una heredera. Vivió una época de importantes cambios en América y en el resto del mundo, y provocó escándalo al rechazar al novio escogido por sus padres y casarse en 1805 con el que ella había elegido, Martín Thompson. Se valió de la Real Pragmática de 1803 que permitía recurrir al virrey en caso de oposición de los padres a un matrimonio sin motivos valederos. Fue depositada en la Casa de Ejercicios Espirituales, el novio mandado en misión lejos, y terminaron ganando el juicio. Tuvieron cinco hijos. Conoció el final de la época virreinal, el principio del movimiento de independencia, en el cual fue protagonista y testigo, el exilio durante la época de Rosas, y el principio de la organización nacional de la República Argentina. De todos estos acontecimientos dejó testimonios bajo forma de cartas, intercambiadas tanto con literatos como con miembros de su numerosa familia. Al final de su vida, le pidieron que escribiera sus memorias, publicadas como Recuerdos del Buenos Aires virreynal, que empiezan con juicios implacables sobre el peso del yugo español como: “Tres cadenas sujetaron este gran continente a su Metrópoli: el Terror, la Ignorancia y la Religión Católica”. Nos interesa en particular su descripción de las pésimas condiciones de las escasas escuelas primarias en aquel tiempo. Recuerda primero las restricciones a la lectura por la Inquisición, que todos sabemos cómo burlaban las elites. El propio Ricardo Rojas, en su Historia de la literatura argentina 5, cuenta cómo, al morir el obispo Manuel de Azamor, amigo de la familia Sánchez de Velasco, en 1796, encontraron tantos libros prohibidos que avisaron al Virrey, quien los mandó quemar.

cio para revisar todos los libros que venían, a pesar de que venían de España, donde había las mismas persecuciones; esto se llamaba espulgar y sólo se permitía sacarlos de la Aduana después de este examen: muchas diligencias se hicieron para tener el permiso de abrir una Escuela de Dibujo, no lo consiguieron.Ya debes de conocer lo que sabían las gentes, leer, escribir y contar, lo más. Para las mujeres había varias escuelas que ni el nombre de tales les darían ahora. La más formal donde iba todo lo más notable era una vieja casa, donde es ahora lo de don Francisco del Sar. La dirigía doña Francisca López, concurrían varones y mujeres. Niñas desde cinco años y niños varones hasta quince, separados en dos salas, cada uno llevaba de su casa una silla de paja muy ordinaria, hechas en el país, de sauce; éste era todo el amueblamiento; el tintero, un pocillo, una mesa muy tosca donde escribían los varones primero y después las niñas. Debo admitir que no todos los padres querían que supieran escribir las niñas, porque no escribieran a los hombres. Esas sillas ordinarias, que ni para muestra hay ahora, no era fácil tenerlas tampoco, porque había pocas; todos los oficios eran miserables, así muchas niñas se sentaban en el suelo sobre una estera de esas de esparto. Había una mesita con un nicho de la Virgen donde se decía el bendito a la entrada y a la salida. Éste era todo el adorno de la principal sala y en un rincón, la cama de la maestra. El solo libro era el Catecismo; para leer en carta, cada niña o niño traía de su casa un cuaderno que les escribían sus padres y se le decía el proceso: todo lo que se enseñaba era leer y escribir y las cuatro primeras reglas de la aritmética, y a las mujeres, coser y marcar (…) Había unos pardos que enseñaban la música y el piano, éste era el solo adorno para las niñas, era para lo solo que había maestros, muy mediocres.6

Esa mención detallada de la escuela de doña Francisca López es lo que le hace decir a la historiadora María La Ignorancia era perfectamente sostenida. No había Sáenz Quesada que más allá de la leyenda de que la niña maestros para nada, no había libros sino de devoción aprendió a leer con su padre, puede que también haya e insignificantes, había una comisión del Santo Ofi- insistido para asistir a este amago de escuela.

Conoció el final de la época virreinal, el principio del movimiento de independencia, en el cual fue protago­nista y testigo, el exilio durante la época de Rosas, y el principio de la organización nacional de la República Argentina. BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 17


Bajo el impulso de Bernardino Rivadavia, primer presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata (1826), se crea la Sociedad de Beneficencia, con Mariquita Sánchez como secretaria (ella no quiso ser presidenta). Heredará algunas instituciones de la época colonial como la Casa de los Niños Expósitos, el Colegio San Miguel (para las niñas huérfanas), del que será inspectora, vigilará el Hospital de Mujeres, y pronto empezará a crear escuelas fuera de Buenos Aires. La colaboración entre los dos fue importante, y el propio Rivadavia alentaba la educación de la mujer, tal como se ve en el Decreto de creación y el acta de instalación de la Sociedad [Buenos Aires, 2 de enero de 1823]: La naturaleza al dar a la mujer distintos destinos y medios de hacer servicios, que los que rinde el hombre para satisfacer sus necesidades y llenar su vida, dio también a su corazón y espíritu calidades que no posee el hombre, quien por más que se esfuerce en perfeccionar las suyas, se alejará de la civilización si no asocia a sus ideas y sentimientos, los de la mitad preciosa de la especie. Y al inaugurar la Sociedad decía: “a la mujer le era tan fácil como al hombre cultivar su razón y su inteligencia”. María Sánchez se encargaba de los aspectos materiales como alquileres de locales para la enseñanza, provisión de útiles escolares y manuales, pero también de la contratación de maestras. La Sociedad contaba con la administración de las damas notables de la sociedad, pretendía combatir la ignorancia, como uno de los males sociales, y reparar otros de esos males como el abandono de niños y la maternidad de mujeres solteras. Actuaba en los dominios anteriormente reservados a la Iglesia, y la mayoría de sus integrantes habían apoyado el proceso patriótico revolucionario. Si no existía la obligación para las escuelas de mujeres de atenerse al método lancasteriano, se nota sin embargo la influencia de ese modelo a través de los manuales utilizados, traducidos del inglés y del francés. Aparece por ejemplo el de Madame Quignon: Manual para las escuelas elementales de niñas, o resumen de enseñanza mutua aplicada a la lectura, escritura, cálculo y costura (Imprenta de los Expósitos, Buenos Aires, 1823), traducido del francés al español por la señora Doña Isabel Casamayor de Luca, secretaria de la Sociedad de Beneficencia. Otra señal de la aplicación del modelo la encontramos entre líneas sobre las dificultades para contratar maestras. Sáenz Quesada señala por ejemplo la exi-

gencia de la única maestra disponible para el pueblo de Chascomús –donde 80 niñas esperaban ingresar en la escuela–, la señora de Mendoza: solo aceptaría trasladarse al sur si su hija la acompañase como “monitora” (el sistema de monitores, como vimos, era propio de la “coeducación”). El sistema educativo instalado durante el corto gobierno de Rivadavia se vio transformado con Rosas. Al principio continuó con la política de financiación de la Sociedad, e incluso se crearon escuelas para niñas “de color” (negras, mulatas e indias). De esa manera, por un lado se incluía una parte de la población femenina no contemplada hasta la fecha, y por otro las familias adineradas y blancas podían mandar a sus niñas a la escuela, sin temer que se mezclaran con las no blancas. Más adelante, Rosas intentó imponer su visión de homogeneización de la sociedad a través de la escuela, tanto en cuanto a los contenidos como de los maestros. Se excluyó así a todos los docentes sospechosos de no apoyar la causa unitaria; también se quiso imponer el uniforme rojo. Las instituciones de la sociedad dejaron de contar con el apoyo y el dinero público, sobre todo con el bloqueo de 1838, y sobrevivieron con dificultades con la caridad pública, y a veces de la Iglesia. En 1852, después de Caseros, los exiliados regresan a la Argentina y se retoma la labor educativa: Después de la caída de Rosas, la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires se dedicó a reinstalar las escuelas de niñas y su obra fue adquiriendo proyecciones cada vez más amplias, hasta el punto que el analfabetismo acusó menores cifras entre las mujeres que los varones. En 1856 tenía a su cargo 60 escuelas concurridas por 7000 alumnas, número que llegó al máximo de 8354.7 La Sociedad de Beneficencia volvió pues a la vida como instrumento importante de la organización nacional, de la invención de una identidad, y con una modernización de la administración, cada vez más complicada, lo que a Mariquita Sánchez le dio más de un dolor de cabeza y le trajo más de un disgusto con la administración. Ella, al igual que otras damas de la Sociedad, no estaba tan acostumbrada al mundo financiero. Con su experiencia de la organización de escuelas, le escribe al nuevo Ministro de Instrucción Pública de Buenos Aires,Vicente Fidel López, quien crea una escuela normal de varones e impulsa a la de niñas, para compartir su visión no convencional del papel de la religión católica en la educación:

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Dígame usted qué es de su colegio, si tiene ya reglamento, qué quiere usted que se enseñe, en suma, no tema ser difuso.Yo lo he de ayudar con todo mi corazón. Hace cuarenta y tres años que me he ocupado sin descanso de propender a la educación. Pero a mi modo de ver en esto, voy a explicárselo para saber si estamos de acuerdo.Yo pienso que lo que necesitamos son madres de familia que sean industriosas, que críen a sus hijos cristianos, pero activos. Se puede orar lavando, planchando, cuidando sus hijos. En suma, yo quiero la religión en acción, no quiero esas mujeres que hacen consistir la religión en estar haraganas rezando “todo el día”. ¿Qué sería del mundo si no hiciéramos sino meditar?Yo veo que Dios no descansa en sus obras; desde el más pequeño insecto hasta el más grande no están durmiendo; la semilla se siembra y crece y da fruto. ¿No es ésta la escuela de la sabiduría? ¿No es una lección permanente que debemos imitar? Dígame su opinión. No crea que no elevo mi alma a Dios sin cesar, pero las madres de familia tienen grandes deberes; es preciso llenarlos con prudencia y no confundir las cosas.Yo he formado una Escuela Normal en la que se enseña con perfección a leer, escribir, la aritmética, la gramática, y sus análisis, la geografía, la historia, el dibujo, y un idioma, el francés, por ser más simpático a nuestra lengua. No pongo religión porque se comprende que es la base de toda educación. Además, bordados y obras de labor preciosas. Esta carta es para usted solo, confiada a su discreción y prudencia que le hablo así...8

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Continúan los intercambios, el ministro agradece los consejos y vemos cómo interpreta esas ideas en el discurso de reinstalación de la Sociedad, en el cual se aclaran sus funciones (19 de abril de 1852): “En la educación que vais a difundir, pensad en formar la madre de familia más que en formar la mujer instruida. Pensad en hacer que todas las tareas de vuestra escuela, tiendan a poner en acción las virtudes domésticas…”. Mariquita Sánchez no pudo asistir a la reinauguración, pero redactó y firmó el acta tres días más tarde. Había sido reelecta como primera secretaria, y sus amigas Justa Foguet de Sánchez e Isabel Casamayor de Luca también ocupaban cargos directivos. Si bien Mariquita se consideraba como una mujer adelantada y con mucha voluntad, como lo vimos rápidamente, no siempre coincidió con Juana Manso en cuanto al tipo de educación que a las mujeres se tenía que dar. Como lo muestran algunos artículos en la prensa, el tema de la educación de las mujeres interesaba y provocaba discusiones. Aunque se estaba de acuerdo en su necesidad, había diferencias en cuanto a los motivos y las metas. La propia Mariquita coincidía con varios al reconocer esa necesidad porque eran las primeras educadoras… de los hombres.Ya decía en una carta a su hijo

Juan Thompson, el 27 de febrero de 1840: Yo no puedo servir sino para las escuelas de las niñas. Cuando se acabe la guerra trataremos de esto y tendré el mayor placer en que se adelante, bajo sus auspicios en una cosa tan esencial, porque es preciso empezar por las mujeres si se quiere civilizar un país, y más entre nosotros, que los hombres no son bastantes y que tienen las armas en la mano para destruirse constantemente. Es preciso que pongan una escuela de Beneficencia. Esta será mi primera empresa.9 Tal como ocurre a menudo después de luchas militares, los avances obtenidos por las mujeres –por necesidad con motivo de la ausencia de los hombres– se ven cuestionados, y el nuevo orden, dentro de la pacificación, contempla la recuperación de las “madres”, ya no solo como “madres de la patria”, sino como madres limitadas a sus hogares. A través de esta carta y otros documentos, se nota que una de las mayores dificultades era conseguir maestras, lo cual fue precisamente el motivo para que se creara la primera escuela normal, y más adelante, para que Sarmiento, ya con posibilidades en el Estado

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(primero como Jefe del Departamento de Escuelas, luego como presidente, entre 1868 y 1874), empezara a concebir el proyecto de traer maestras de EE.UU. Antes que discrepancias ideológicas, la polémica con Sarmiento surgió de las dificultades financieras, y del uso que hacía Mariquita Sánchez de los fondos de la Sociedad de Beneficencia, sobre todo en su segunda etapa correlativa a la organización nacional. Nacida como vimos en una familia acomodada, estaría acostumbrada a manejar el dinero un poco a la ligera, aunque en sus cartas a familiares se queja de las dificultades nacidas de malas operaciones de su segundo marido10, y da cuenta de sus peleas con la familia de aquél cuando se quedó viuda de nuevo. En todo caso, Sarmiento le reprocha en una carta gastar demasiado dinero, a lo cual ella contesta con cierta ira y sentida indignación. Juana Manso y el Ateneo de Señoritas Nacida en una familia menos afortunada que la de Mariquita Sánchez, Juana Manso también sufrió el exilio, primero en Montevideo, y luego en Brasil, donde conoció a un músico portugués con quien se casó y tuvo dos hijas. Él las abandonó a las tres, y ella regresó a Buenos Aires. Entre sus viajes y exilios se encuentra Cuba, donde en 1848 nació su segunda hija, Herminia (la primera, Eulalia, había nacido en EE.UU) y escribió su novela Los misterios del Plata y unos “Recuerdos de viaje”, publicados en La Ilustración Argentina en 1854. Aparece en las historias de la educación como “fiel colaboradora de Sarmiento”, “seguidora de Sarmiento”, “digna continuadora de su obra de fe” a veces en un simple párrafo o una sola frase, mientras su labor fue impresionante, y nos falta espacio para contarla. En Brasil creó varias revistas, publicó novelas, obras de teatro, libretos de ópera, y luchó por la emancipación de la mujer a través de una educación igualitaria. De vuelta en Buenos Aires, también fundó periódicos, tradujo sus propias obras y las publicó en periódicos, creó bibliotecas, dictó conferencias públicas, y se dedicó más que todo a la educación. A pesar de las numerosísimas dificultades encontradas en su labor de educadora y teórica de la educación, Juana Manso nunca se rindió ni abandonó sus profundas certidumbres en cuanto a la necesidad de educar a la mujer, no solo como futura ama de casa, sino como mujer culta. En ese sentido, coincidía con la observación de Sarmiento: “Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social

de las mujeres” (abril 1884), ya enunciada por Flora Tristán años antes, en el prefacio a las Peregrinaciones de una paria: “Ha sido observado que el grado de civilización articulado a diversas sociedades humanas ha sido siempre proporcional al grado de independencia de que disfrutan las mujeres”. Ella retomaba la idea del socialista utopista Charles Fourier en la Teoría de los cuatro movimientos11. No cabe duda de que Sarmiento la apoyó, y la consideró digna de ocupar puestos importantes en el proyecto educativo nacional. Dirigió durante diez años la revista Anales de la Educación Común (de 1865 hasta su muerte en 1875), creada por Sarmiento para dar cuenta de la labor educativa y armar un espacio de discusión. Por lo que se puede observar en los archivos, al principio no aparece para nada su nombre, solo a partir del el volumen V, agosto de 1867, núm. 4, dice: “Editados por Da Juana Manso”. Una carta de Sarmiento dirigida a Juana Manso da cuenta de las numerosas dificultades atravesadas por la revista: Solo dos Repúblicas Sud-americanas podían honrarse de haber después de medio siglo de emancipación, tenido una pobre publicación consagrada a promover la educación del soberano pueblo, […] Pero las dos Repúblicas Chile y Buenos Aires cuidarán de dejar consignados en su historia que era a contra coeur (sic) que habían dejado nacer esta planta. En las dos la suprimieron luego, por no creerlos necesarios; y el Monitor de las Escuelas en Chile y los Anales en Buenos Aires, al reanudar el roto hilo de su publicación, han podido decir como Fray Luis de … al salir de los calabozos de la inquisición y continuar su curso de filosofía,“como decíamos en la lección anterior…!!!!” Vd. ha repetido también el dicho histórico. Aun cuando estaba fuera, en misión en Estados Unidos, sus cartas la incitaban a seguir luchando por imponer sus puntos de vista en el mundo educativo. No lo tenía fácil. A Sarmiento le debió también la amistad con Mary Peabody Mann, esposa del gran educador Horace Mann (1796-1859), que tanto admiró aquél 12. En alguna ocasión citó sus palabras en Los Anales: “para dispersar un meeting popular, basta anunciar una lectura sobre educación”. Una carta de Juan María Gutiérrez da cuenta de la creación de la primera biblioteca pública (en Chivilcoy):

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Mi amiga

la educación de niñas. Creó el “Ateneo de Señoritas”, para participar de la economía familiar, quebrantada De los arroyitos se forman los ríos: tengo que ampara- por la confiscación de los bienes en Buenos Aires cuanrme de este adagio para disculpar la pequeñez de mi do tuvieron que exiliarse en la época de Rosas. Fue el contribución (por ahora, para la biblioteca de Chivil- primer colegio para niñas en Montevideo, pero al tener coy queV. ha promovido), por su ardiente caridad a fa- que exiliarse otra vez con su familia –su padre era realvor de la pobreza intelectual de nuestro país. mente perseguido por los rosistas– hacia Brasil, duró Su affmo. Amigo y S.S. poco tiempo. Juan Maria Gutierrez 13 En todo caso, la irrupción de Juana Manso en la vida pública fue más osada todavía. Pionera, precursora, no Y a continuación aparece el listado de los libros solo por ser “la primera mujer en hacer tal o tal cosa”, dados por Juana Manso (la mitad en español, la mitad sino por ser la primera persona. Publicó la primera novela en francés). También se encontraban detalles sobre los en su país, donde fue también la primera persona en dictar planes de estudios, datos, estadísticas, comparaciones conferencias sobre educación y recibir pago por ello. con sistemas y presupuestos de otros países, como por Tomar la palabra en público, y encima para hablar 14 ejemplo este : de modernización de la educación, resultó para más de uno una verdadera provocación, a la que contestaron a veces con agravios e insultos, amenazas y hasta agreCiudades Población Niños entre Niños regis4 y 16 años trados en las siones físicas. Armándose de valor, no se dejó amedrenescuelas tar. Si bien no fue la primera mujer en crear y diriFiladelfia 410,000 114,571 108,906 gir una revista para mujeres (la primera se publicó en Boston 154,884 24,275 21,275 1830), fue la primera en tener claro el propósito de Lowel 33,000 9,000 8,700 emancipar a la mujer: Nueva-York 515,343 114,571 108,906 Quiero y he de probar que la inteligencia de la Buenos Aires 120,000 24,000 6,790 mujer, lejos de ser un absurdo o un defecto, un crimen o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente Así como Leyes, Decretos y Resoluciones, Nombrade su virtud y de la felicidad doméstica porque Dios no mientos, cartas de agradecimiento de los nombrados, es contradictorio en sus obras y cuando formó el alma Principios del “educador”. De esa revista para la época humana, no le dio sexo. La hizo igual en su esencia y que nos ocupa15 dijo Víctor Mercante en un artículo de la adornó de facultades idénticas. Si la aplicación de 1930: unas y de otras facultades difiere, eso no abona para que la mujer sea condenada al embrutecimiento en Los Anales contienen la historia documentada en mecuanto que el hombre es dueño de ilustrar y engranmorias, informes, estadísticas, cartas y artículos, de la decer su inteligencia, desproporción fatal que sólo coneducación primaria de la República, en la que Juana tribuye a la infelicidad de ambos y a alejar más y más Manso, siguiendo un método de seminario, infiltra el nuestro porvenir. 17 espíritu de la escuela norteamericana, presentándola por sus obras, sus doctrinas y sus hombres más emiFue la primera mujer nombrada en un cargo polítinentes: Los Anales refleja el movimiento educativo de co importante dentro del Departamento de Escuelas veinte años (1858-1876), período de honda preocu16 creado por Sarmiento en 1869, dirigió varios colegios pación cultural. y contribuyó en la fundación de bibliotecas populares, Quizás por el simple hecho de que Juana Manso no uno de los instrumentos para acabar con el analfabetisperteneciera a la clase alta, ubicada en el centro de la mo. Precursora también al redactar en 1862 un manciudad, le fuera difícil abrir un espacio como los únicos ual para escuelas primarias, el Compendio de historia de permitidos a la vida pública para las mujeres: las tertu- las Provincias Unidas del Río de la Plata, en el cual se introducen descripciones antropológicas y conceptos de lias o los salones. En rigor, Juana Manso también hizo de su casa en economía, como anticipo de una idea de “Ciencias soel exilio de Montevideo un espacio público, pero para ciales”.

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IMÁGENES DE LEONOR BEUTER ¿Juana Manso sola contra todos? No por ser mujer se era más adelantada en cuanto a educación de mujeres. Lo vemos desgraciadamente en la actualidad, en lejanas regiones donde la mutilación sexual de las niñas sigue siendo una “tradición” (y ningún mandato de ninguna religión) a la que las madres parecen adictas (recordemos que todavía hoy, el 90% de las mujeres en Egipto han sufrido la excisión del clítoris). Y resulta igualmente sorprendente el que, un siglo y medio después, en Francia por ejemplo se plantee la necesidad de revisar las pautas educativas para evitar la reproducción de los estereotipos femeninos, luchar así contra la descalificación de la mujer, y que eso provoque violentas reacciones y difamaciones delirantes de parte de los más reaccionarios18. En su lucha por una educación igualitaria entre mujeres y varones, Juana Manso también esta de acuerdo con Sarmiento. Pero, por simple cálculo económico, el sanjuanino insiste en los beneficios de instruir a maestras en las escuelas normales antes que varones. Su argumentación se fundamenta en el hecho de que a las mujeres se les paga menos que a los hombres, mientras –dice– son más aptas ellas para enseñar que los varones; se apoya en la experiencia de Horacio Mann para

tal afirmación. A pesar de su profunda convicción de la necesidad de educar a las mujeres, marca diferencias propias de supuestas características de uno y otro sexo. Después de presentar la proporción de dinero para las escuelas de varones y las de niñas, concluye por ejemplo en 1858: “Resultando en la campaña el mismo singular hecho demostrado en la ciudad, a saber: que el listado de Buenos Aires consagra más sumas de dinero y con menos resultados prácticos a la educación de las niñas que a la de varones”. Uno de los motivos de la diferencia –arguye– es que, a diferencia de los maestros, a las maestras se les asigna una ayudante, quien también cobra un sueldo. Al impugnar este hecho, termina desautorizando doblemente la labor de las maestras: “No se dirá sin exponerse al ridículo que la educación femenil requiere más elementos que la de varones, pues una maestra que pretendiera auxiliar para enseñar las labores de manos no merecería contarse entre los individuos de su sexo” 19. Por un lado confirma la diferencia de asignaturas entre ambos sexos, y por otro, al descalificar a la mujer no ducha en “labores de manos”, perpetúa la consideración de atribuciones genéricas por “naturaleza”, dejándola en un no espacio. Han pasado casi cincuenta años desde que Belgrano afirmara la superioridad de las capacidades de la mujer

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para educar a los pequeños. A la inversa, y sola contra muchos: para Juana Manso no era suficiente, también pugnaba por la educación física para las mujeres, y rechazaba esa capacidad “innata” para la educación al proponer una verdadera preparación: “Educar es fortificar el cuerpo… no basta que las maestras tengan un buen corazón” 20. Es más, en una carta a Mariquita Sánchez afirma ser la única capacitada para llevar a cabo esa formación y se ofrece: gratuitamente para dar este año en la Normal de Mujeres, bien lecturas, bien cursos teóricos de la ciencia pedagógica a que podrá asistir una comisión de la Sociedad de Beneficencia y como ésta será de aquellas cosas que basta el buen sentido para avalarlas cuando se oyen, a la primer sesión quedará o no comprobada la eficacia de mi proyecto y oficiosa oferta. 21 De los tres personajes observados en sus aproximaciones a las teorías pedagógicas –Mariquita Sánchez, Juana Manso y, por supuesto, Sarmiento–, sin duda la más relevante en cuanto a reflexiones y modernidad es Juana Manso. Todos tuvieron que enfrentar múltiples dificultades materiales y políticas para, por lo menos, multi-

plicar el número de escuelas y combatir el analfabetismo. Mariquita Sánchez, al final de su vida, se quejaba en una carta a su amigo el escritor Juan María Gutiérrez de su incapacidad para escribir sobre la educación ideal de las mujeres: “Muchas veces he pensado yo escribir algo como quisiera educar yo la mujer, y lo que veo y la experiencia que cada día tengo, me hace vacilar en mi sistema. Si en todas partes es difícil la educación de la mujer, entre nosotros y en la actualidad es más difícil aún y lo más triste es que nadie educa a los hombres”. Juana Manso no se contentó con levantar escuelas, bibliotecas y llevar la dirección de los Anales de la Educación, con su propio periódico: el Álbum de Señoritas (1854), pretendía mucho más al intentar alcanzar a un mayor número de mujeres lectoras. Demasiado adelantada para su tiempo, o demasiado exigente para un público insuficientemente preparado, exigía una participación activa de la mujer en la construcción de la Nación; mientras que Mariquita Sánchez, después de haber sido testigo y de haber participado de las esperanzas de la Revolución de Mayo, manifestaba al final de su vida una gran desazón por esa Nación tan propicia a las guerras civiles. Ambas, como dijera Francine Masiello, llegaron “a la esfera pública, siempre a condición de que entraran en su papel de madres”, porque se trata todavía –como

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dice la ensayista– de una “maternidad republicana”: “Actuar en el espacio público fue posible para la mujer escritora en tanto que apareciera como «madre» para orientar el proyecto nacional” 22. Podemos añadir que si bien resulta asequible hallar declaraciones y hasta decretos de parte de hombres detentores de algún poder, comprender el papel de las mujeres en la historia de la educación implica una investigación mucho más amplia, modestamente esbozada aquí. *Brigitte Natanson es Doctora en estudios iberoamericanos por la Universidad de Rouen, con una tesis doctoral sobre la inmigración judía a México, país donde ha residido tres años. Es catedrática en la Universidad de Orléans, y directora del programa internacional financiado por la MSH Val de Loire (Maison des Sciences de l’Homme): «Sociabilidad, participación política, educación y emancipación de mujeres en América Latina: los casos de Mariquita Sánchez (Buenos Aires, 1786-1868) y Juana Manso (1819- 1875)».

Historia de la instrucción primaria en la República Argentina 18101910 (Atlas escolar) proyectada por el Presidente del CONSEJO Nacional de Educación Dr. José María Ramos Mejía. Compilada y redactada por Juan P. Ramos Inspector General de Provincias, Buenos Aires, Jacobo Peuser, 1910, 720 pp. 17-18. 2 “Están silenciados los decretos del 23 de febrero de 1822 mandando crear escuelas en los conventos; el de julio 6 del mismo año contratando a Thompson para abrir la 1ª escuela de Lancaster, cuyo acto presidió el protector, mandando abrir escuelas, rasgo característico de la revolución de la Independencia, como se ve en la vida de Belgrano, en los decretos de Bolívar, en la administración de Rivadavia, pues una de las quejas de la América contra la España era contra la ignorancia que creían mantenida sistemáticamente, cuando no era más que trasmisión de la que diez universidades de la Edad Media mantenían en España y propagaban en América”. Anales de la educación común, Volumen 3, enero de 1866, núm. 31, p. 188. 3 Lionetti, Lucía. “De niñas instruidas a protagonistas en la plaza pública: de la colonia al proceso independentista en el Río de la Plata” en: Pérez Cantó, María Pilar - Bandieri, Susana. Educación, género y ciudadanía: las mujeres argentinas, 1700-1943. Buenos Aires, Miño y Dávila, 2005, pp. 225-272. 4 Newland, Carlos. “La educación elemental en Hispanoamérica desde la independencia hasta la centralización de los sistemas educativos nacionales” en: Hispanic American Historical Review. Vol. 71 / 2, 1991, p. 335 364. 5 Tomos III y IV: Los coloniales. 6 Citado por Sáenz Quesada, María. Mariquita Sánchez: vida política y sentimental. Buenos Aires, Sudamericana, 1995, pp.11-12 . 1995 7 Lionetti, L. Ob.cit., p. 191. 8 Citado por Zavalía Lagos, Jorge A. Mariquita Sánchez y su tiempo, Buenos Aires, Plus Ultra, 1986, p. 238. 9 Sánchez, Mariquita - Vilaseca, Clara. Cartas de Mariquita Sánchez: Biografía de una época. Peuser, Buenos Aires, 1952, p. 38. 10 Thompson había fallecido en 1816, al regresar de tres años con un cargo diplomático en EE.UU. 11 «On a observé que le degré de civilisation auquel les diverses sociétés sont parvenues a toujours été proportionné au degré 1

d’indépendance dont y ont joui les femmes» in: «Adresse aux Péruviens». Pérégrinations d’une paria. Paris, Arthus Bertrand, 1838. 12 Según Horacio Reggini, Mary Mann hablaba español por haber acompañado a su hermana Sofía “más de un año en Cuba”. Ver: “Dos décadas de amistad epistolar (1865-1881) entre Mary Peabody Mann y Domingo Faustino Sarmiento” [Consulta en línea]. 13 Anales de la Educación Común. Volumen 4, octubre de 31 de 1866, núm. 40. 14 Ibid. Volumen 1, 1° de noviembre de 1858, Núm. 1. 15 La sanción de la Ley de Educación Común en 1875, junto con la creación de la Dirección General de Escuelas, marcó una etapa importante de la organización del sistema educativo, y la necesidad de ampliar el público de la revista se notará en los sucesivos cambios de nombre, pero ya sin Juana Manso. 16 Mercante, Víctor. Revista de Educación. N° 13, 1930. 17 Manso, J. Álbum de Señoritas. Buenos Aires, Año I, N° 1 (1/I/1854), p. 1. 18 En 2014, una reforma en la escuela se basaba en el “ABCD de l’égalité”, y pretendía luchar contra los estereotipos y la consiguiente desigualdad entre los sexos. El ministro Vincent Peillon fue acusado de introducir la “teoría del gender” en la institución. La organización “La Manif pour tous”, que se había opuesto con importantes manifestaciones callejeras al “matrimonio para todos” (el casamiento entre personas de un mismo sexo), volvió a la acción y se sumó a un movimiento de padres que se negaron a mandar a sus hijos a la escuela pública. Entre las acusaciones se encontraba la de que se iba a “enseñar la masturbación en el jardín de infantes”. 19 Anales de la Educación Común. Volumen I, 1° de mayo de 1859. Núm. 5. 20 Ibid. Vol. VIII, 29 de dic. de 1869. 21 Citada por Sáenz Quesada, María. Mariquita Sánchez: vida política y sentimental. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, p. 319. 22 Masiello, Francine. “Voces de(l) Plata: dinero, lenguaje y oficio literario en la literatura femenina de fin de siglo” en: Mujeres y cultura en la Argentina del Siglo XIX, Buenos Aires, Feminaria Editora, 1994, pp. 38-46.

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Dossier de historietas contra la violencia policial Presentacion de Laura Vazquez Hutnik

Y

a atrás quedaron aquellas premisas teóricas que se interesaron por la historieta como objeto privilegiado para la denuncia crítica o vehículo de ideología; casi como si las literaturas dibujadas no sirvieran para otra cosa más que para el entretenimiento ocioso de los medios industriales o el siempre bien ponderado despertar de las conciencias populares.Y sin embargo los historietistas (a diferencia del itinerario trazado por artistas y escritores) no sostuvieron ni manifiestos programáticos ni acciones que cristalizaran en el ya mítico pasaje de la palabra a las armas. Históricamente y en la Argentina, fueron escasas las obras puestas al servicio de esa militancia efervescente y de la añorada transformación socialista. Las reglas del mercado hegemonizaron el trabajo profesional y las casas matrices editoriales impusieron con sus métodos de disciplinamiento desde estéticas gráficas hasta temas, géneros y procedimientos estilísticos. Por supuesto que hubo autores que con su producción experimental se deslindaron de las pautas férreas del mercado masivo pero difícilmente hallemos en las aventuras semanales y populares o las adocenadas historias de fantasía heroica casos de propuestas revolucionarias. Tal vez pueda decirse que y siguiendo a Oscar Steimberg, precisamente, porque la historieta no concede el cierre del sentido ni la enunciación de su emplazamiento definitivo resulta un lenguaje resbaladizo para su tipificación esquemática.


Desde los enfoques miserabilistas planteados por Armand Mattelart y Ariel Dorfman en su ya clásico Para leer al Pato Donald hasta las aproximaciones pioneras del moderno Oscar Masotta, la historieta fue pensada o bien desde su vocación reaccionaria y determinista (en el primer caso) o desde su potencialidad desalienante y transformadora (en el segundo). En todo caso, de un lado y otro de la ecuación, el argumento ponderó el “valor estético” del “mensaje” de los medios masivos en función de intereses teóricos y/o políticos más amplios. Y si El Pato Donald resultó un texto ideal (¿el discurso sobre un discurso?) para develar las funciones y atropellos del imperialismo cultural, la otra línea sostenía que historietas como Mort Cinder de Alberto Breccia y Héctor Oesterheld o Valentina de Guido Crepax (casos ejemplares de ruptura estética y fuga genérica) servían para demostrar que las limitaciones industriales del medio podían ser sorteadas mediante la experimentación plástica/narrativa, figurativa y estilística. En definitiva, se trataba de encontrar en las demarcaciones técnicas y constitutivas del lenguaje una oportunidad de desvío excepcional ya no en el underground sino en el “alma” de la industria cultural. Pasó el tiempo desde aquellas posiciones intelectuales y los acontecimientos históricos que dictaban las urgencias de una época. En esta edición sobre Activismos las historietas que presentamos ponen en escena tanto las convenciones textuales y gráficas como las formas de reconocimiento de aquello que alguna vez los pioneros llamaron “literaturas dibujadas”. Bajo el nombre de las víctimas de la represión, la tortura y el asesinato perpetrado por el aparato político y las fuerzas policiales los casos de Ezequiel Demonty (por Federico Reggiani y Fabián Zalazar), Sergio Durán (por Rodolfo Santullo y Marcos Vergara), Fabián Yapur (por Néstor Luis Martín), Iván Torres (por Esteban Cánepa), Mariano Wittis y Darío Riquelme (por Daniela Ducraroff y Pablo Lizalde), Luciano Arruga (por Pablo De Bella), Miguel Bru (por Lautaro Fiszman) y Darian Barzabal (por Paula Peltrín), ya no solo casos: son manchas de tinta china mezclada con sangre sobre la hoja, dibujos justos y justos dibujos que reclaman memoria y justicia, textos que narran el horror de lo que aún espanta y asoma, trazos que rasguñan la celda de una viñeta para dejarse ir, fotos que ponen en evidencia la mirada de lo que aún no cesa, crónicas que relatan el hecho, testimonios que hacen del arte una consecuencia, pero jamás su fin. No alcanzan los lápices del mundo para reparar estos siete asesinatos y por ello son historietas tan necesarias como prescindibles. Los guionistas y dibujantes de esta serie arremetieron con su empresa política, artística e intelectual para dar testimonio y alzar la voz de la imagen. Aún en tiempos difíciles y aunque el crimen no siempre paga estamos los de este lado para denunciarlo, para exigir justicia, para activar la memoria. Gracias a los autores, por la palabra dibujada y la acción de una mano que sigue golpeando con el puño cerrado sobre un trozo de papel.


# EZEQUIEL DEMONTY - Federico Reggiani y Fabián Zalazar

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# SERGIO DURÁN - Rodolfo Santullo y Marcos Vergara

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# FABIÁN YAPUR - Nestor Luis Martín

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# IVAN TORRES - Esteban Cánepa

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# MARIANO WITTIS - # DARIO RIQUELME - Daniela Drucaroff y Pabo Lizalde

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# LUCIANO ARRUGA - Pablo De Bella

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# MIGUEL BRU - Lautaro Fiszman

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# DARIAN BARZABAL - Paula Peltrín

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Imágenes del desacuerdo. Florencia Abbate /3

Imágenes del desacuerdo

Una lectura del Ni Una Menos A un año de la primera marcha en repudio de la violencia de género, este 3 de junio volvieron a llenarse las calles de todo el país. Aquí ofrecemos un análisis del Ni Una Menos a partir de sus imágenes. La distinción entre la policía y la política, realizada por el filósofo Jacques Rancière, vertebra la reflexión sobre estas manifestaciones del desacuerdo.

Por Florencia Abbate

¿ * Florencia Abbate es escritora y Doctora en Letras (UBA). Se desempeña como Investigadora de CONICET y dirige la línea de investigación “Políticas estéticas” del Programa de Estudios Sur Global (UNSAM). Ha publicado más de una decena de libros, el último es: El espesor del presente.Tiempo e historia en las novelas de Juan José Saer (Eduvim, 2015). También forma parte del colectivo de activistas Ni Una Menos.

Cómo sería interpretar lo que vimos en la marcha Ni Una Menos a partir de algunas conceptualizaciones de Jacques Rancière? Desde su teoría, las “apariencias” responden a una ley, generalmente implícita, que define la configuración de lo sensible, las partes que lo integran y el lugar que ocupan, así como también las funciones y roles de esas “partes” de la comunidad: esta ley se denomina “policía” u “orden policial”. La policía genera una determinada forma de aparición, donde los sujetos son producidos dentro de un conjunto de dispositivos –siguiendo a Foucault– desde el que se establece aquello que es visible y aquello que permanece en la invisibilidad. Frente a ello, hay una “aparición” de lo invisible que surge como acto de litigio y desacuerdo, desafiando esa ley del aparecer, y constituye el momento de “la política”. Señala Rancière: La policía es primeramente un orden de los cuerpos que define las divisiones entre los modos del hacer, los modos de ser y los modos del decir, que hace que tales cuerpos sean asignados por su nombre a tal lugar y a tal tarea; es un orden de lo visible y de lo decible que hace que tal actividad sea visible y que tal otra no lo sea, que tal palabra sea escuchada como perteneciente al discurso y tal otra al ruido. […] La policía no es tanto un disciplinamiento de los cuerpos como una regla de su aparecer, una configuración de las ocupaciones y las propiedades de los espacios donde esas ocupaciones se distribuyen.1

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Retengamos entonces esta distinción entre “lo político” –ley del aparecer, orden policial– y “la política” –desacuerdo sobre la previa distribución de funciones y roles–. En el caso de lo político, se trata de fijar a los sujetos y marcarles una forma de identificación; en cambio, en el caso de la política se trata de tomar distancia de esas formas fijas y des-identificarse, mediante un desacuerdo que permite la aparición de nuevas subjetivaciones. Así, la política puede pensarse como una manifestación que deshace las divisiones sensibles del orden policial mediante la puesta en acto de una serie de intervenciones que, bajo la idea de actualización y comprobación de la igualdad de cualquier ser parlante con cualquier otro ser parlante, pone en evidencia la pura contingencia del orden establecido y permite que los marcos de aparición se transformen, abriendo otros campos de experiencia: “La actividad política es la que desplaza a un cuerpo del lugar que le estaba asignado o cambia el destino de un lugar; hace ver lo que no tenía razón para ser visto, hace escuchar como discurso lo que no era escuchado más que como ruido” 2. Propongo ahora pensar la apertura de esos otros campos de experiencia en algunas fotografías de la marcha Ni Una Menos, considerándolas en tanto imágenes del desacuerdo:

1.“Yo no sé coser / Yo no sé bordar / Pero sé abrir la puerta para ir a luchar”.

3.“Para decir Ni Una Menos hay que dejar de prohibirle cosas a tu hijo porque son de nena”.

2.“Me querés virgen / Me querés santa / Me tenés har- 4.“El hombre nuevo no va de putas”. ta”.

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5.“No más patriarcado / No más machismo / Mujeres=Hombres”.

En la primera y la segunda foto encontramos el rechazo de roles estereotipados asociados a lo femenino: coser, bordar, ser virgen, ser santa. En la tercera y la cuarta, el rechazo de estereotipos asociados a la afirmación de la masculinidad: no usar cosas de nena, ir de putas.Y en la última, una postulación del principio de la igualdad de cualquier ser parlante con cualquier otro ser parlante: mujeres=hombres. Todos esos carteles, además, se dirigen a otro. En términos de Rancière, la política es una demostración, y supone siempre un otro al cual se dirige, aunque ese otro rechace la consecuencia. Es la constitución de un lugar en común, pero no el lugar para un diálogo o la búsqueda de un consenso al estilo habermasiano, puesto que aquí no hay ningún consenso, ningún arreglo del daño. Lo que hay es un lugar común polémico, destinado a la exposición del daño y a la demostración de la igualdad. El “momento de la política” sería aquel en el cual se ponen en tela de juicio las afirmaciones enarboladas por el consenso: “ocurre cuando la temporalidad del consenso es interrumpida, cuando una fuerza es capaz de actualizar la imaginación de la comunidad que está comprometida allí y de oponerle otra configuración de la relación de cada uno con el otro” 3. Pero el término “momento” es concebido como un concepto que va más allá de la simple división temporal, ya que implica “otro peso puesto en la balanza donde se pesan las situaciones y se cuentan los sujetos aptos para comprenderlas” 4. Por ello, el momento de la política pondría en juego una modificación del orden comunitario, ya que redefine quiénes son los sujetos capaces de comprensión, debido a su posesión de logos. A la luz de esa idea propongo leer la reveladora presencia masiva de niñas y adolescentes en la marcha Ni Una Menos, redefiniendo el consenso al asumirse en acto ellas mismas como sujetos capaces de comprensión de esta problemática:

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6.“No me silbes / No soy tu perro / No me cuentes 8.“¿Cuál es el límite del largo de mi pollera entre incitlo que querés hacerme / No quiero saberlo / No es adora y la señorita que esta sociedad me demanda ser?” piropo / Es acoso callejero”.

7.“Mi vida / mi salud / mi educación / mi futuro / 9.“Si te controla no es amor / Es violencia”. mi cuerpo / mis derechos”. “Tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo”.

Sostiene Rancière: El proceso de emancipación es la verificación de la igualdad de cualquier hablante con cualquier otro. Se pone siempre en práctica en nombre de una categoría a la cual se le niega el principio de esta igualdad o su consecuencia —trabajadores, mujeres, negros u otros. Pero la puesta en práctica de la igualdad no es la manifestación de lo “propio” o de los atributos de la categoría en cuestión. El nombre de una categoría víctima de un daño y que invoca sus derechos es siempre el nombre de lo anónimo, el nombre de cualquiera. 5 En tal sentido, es interesante reflexionar sobre el nombre “Ni Una Menos”. ¿Quién es esa “Una” que nos fue restada, quiénes son las menos, las que han sido sustraídas, las que ya no son parte, las invisibles? Una, pronombre indefinido, es precisamente el nombre de lo anónimo, puede ser cualquiera, y es un nombre sin atributos. Por otra parte, si en una primera lectura podríamos decir que se refiere a todas las mujeres que han sido asesinadas, hilando un poco más fino en la observación de todo lo “aparecido” en las marchas, debemos concluir que sin dudas no se agota en la designación vinculada a las víctimas de femicidios. Pero veámoslo en las fotos:

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10.“Las menos” son también travestis y trans: “Basta de travesticidios”.

11. Son también quienes están siendo víctimas de redes de trata: “No están perdidas / son desaparecidas / para ser /prostituidas”.

12. Son también las muertas o las encarceladas por abortos inseguros: “Que decidir no nos mate ni nos encarcele. Aborto legal ya”.

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13. Son también las y los niños utilizados como “botín” de la violencia machista, asesinados como escarmiento para sus madres: “Roberto E. Barone. Al divorciarme mató a mis dos hijas”.

15. Son también quienes fueron despedidas o desempeñan trabajos precarios ligados a lo que se denominado “feminización de la pobreza”: “Para decir Ni una menos hay que terminar con la precarización laboral”.

14. Son también quienes han pade- 16.Y son también, entre otrxs, las mujeres pobres que históricamente han cido el machismo del Poder Judi- sufrido violencia institucional: “Somos las hijas de las villeras que no pudcial: “Que no te engañen / La Jus- iste erradicar”. ticia no es una mujer imparcial /Es un macho patriarcal”.

Son todas las personas, cualquiera, víctimas de los valores y las prácticas naturalizadas en el patriarcado, que Rita Segato ha definido como

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una economía de poder basada en la conquista del estatus masculino, en 18. “Ni x trolas / Ni x travas / Ni la capacidad de dominar y de exhibir prestigio ante los pares, y como un x trans / Ni x tortas / Ni x nada! / sistema que no se reproduce automáticamente ni está predestinado a re- Todas, Ni una menos”. producirse por efecto de una ley natural, sino que lo hace mediante un repetitivo ciclo de violencia, por una constante restauración de la economía simbólica que, estructuralmente, organiza la relación entre los estatus de poder y subordinación representados por el hombre y la mujer como íconos de las posiciones masculina y femenina, y donde lo femenino es índice de subalternidad. Por otra parte, tras la aparente neutralidad y universalidad del término “mujer” se esconde, como es sabido, una multiplicidad de vectores de producción de subjetividad: en términos de clase, de raza, de sexualidad, de edad, geopolítica, etc. De ahí que Teresa de Lauretis haya planteado que el sujeto del feminismo es excéntrico, no coincide con “las mujeres” sino que se presenta como una fuerza de desplazamiento y transformación de la subjetividad.Y algo de esto se aprecia en las imágenes de la marcha6. 17. “Ni Una Menos. Vivas nos queremos. Mujeres Afro contra el femicidio”.

19. “Ni Una Menos somos Todxs”.

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Más que de la mujer como sujeto, siguiendo a Rancière, podemos proponer que en Ni Una Menos se vieron “subjetivaciones”. La subjetivación política sería una puesta en práctica de la igualdad —el tratamiento de un daño— por personas que están juntas y que por tanto están “entre”. Hay un entrecruzamiento de identidades que reposa sobre un entrecruzamiento de nombres: nombres que conectan el nombre de un grupo –las “una menos”– al nombre de lo que está fuera-de-la-cuenta, de lo que no tiene parte, y al mismo tiempo conectan ese nombre a un ser-por-venir: “Ni una menos”, cuando nadie falte, el ser donde ya nadie falta, donde todxs somos parte. La lógica de la subjetivación política es una heterología, una lógica del otro que puede pensarse a partir de tres formas de alteridad: 1. Nunca es la afirmación simple de una identidad, sino que es siempre primero la negación de una identidad impuesta por otro, determinada por el orden policial. La policía quiere nombres “exactos”, que marcan la asignación de las personas a sus roles y funciones. La política, en cambio, sería una cuestión de nombres “impropios”, que expresan una falla y manifiestan un daño. 2. La política es una demostración, supone un otro al que se dirige, aunque ese otro rechace la consecuencia. Es la constitución de un lugar común polémico para manifestar el daño y la igualdad. 3. La lógica de esa subjetivación implica una identificación imposible. Me identifico con otro con el que, al mismo tiempo, no puedo ser identificado –en tanto hablo, no puedo ser “una menos”–: “La vida de la subjetivación política depende de la diferencia entre la voz y el cuerpo, del intervalo entre identidades” 7 . Sólo hay política cuando asumimos que hay una “causa del otro”. Por ello, el nombre invocado en Ni Una Menos admite diversas subjetivaciones –incluida la de los varones–:

20. “No nací mujer para morir por serlo”.

21. “Ningún nene nace machito”.

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22.“Yo no crío machos ni princesas”.

23.“Mi cuerpo es mío / No se toca / No se viola / No se vende / No se mata”.

El 3 de junio, cientos de miles de personas argentinas ocuparon el espacio público –en casi cien ciudades del país– y se unieron para generar desde la colectividad un momento de desacuerdo con las lógicas de lo visible y lo enunciable que rigen la aparición de los cuerpos y los discursos del consenso. En tal sentido, estas manifestaciones implican un litigio no solo con el Estado sino también con los medios hegemónicos de comunicación, no solo por aquello que los medios transmiten sino por las formas de representación que generan para producir identificaciones. En Ni Una Menos, los cuerpos que tomaron el espacio pusieron en juego otro tipo de performatividades, enunciaciones y afectos. El grito de “Ni Una Menos” y el llamado a salir a las calles pareció catalizar una furia de igualdad contenida. Ejercer la potencia de la igualdad en las calles es operar una mutación del paisaje de lo visible, de lo decible, de lo pensable. Romper los estereotipos es entrar en relación con otras prácticas y otras expectativas. No es por decreto, por desgracia, que se puede deponer el universo de las fantasías culturalmente promovidas que en última instancia conducen al resultado perverso de la violencia; el trabajo de la conciencia es lento pero es el indispensable. De tal manera, se trata aquí también de imaginar al feminismo no como una doctrina para prescribir nuevos modelos de comportamiento y

digitar qué prácticas prohibir, qué conductas impugnar, qué fantasías vedar, qué sexo legitimar; sino más bien como una fuente de formas de aparición de subjetivaciones políticas, así, en plural, que se enuncian y se hacen visibles como una apertura de posibilidades para cambiar la propia vida y, en el mejor de los casos, trabajar de manera colectiva en pos de esa lenta y necesaria transformación de las sensibilidades.

Rancière, Jacques. El desacuerdo. Política y filosofía. Buenos Aires, Nueva Visión, 1996, p. 44 y 45. 2 Ibid., p. 45. 3 Ranciére, Jacques. Momentos políticos. Madrid, Clave Intelectual, 2011, p.11. 4 Ibid., p. 12 5 Rancière, Jacques. “Política, identificación y subjetivación” en: Política, policía y democracia. Santiago de Chile, LOM, 2006, p. 19. 6 Ver: Las estructuras elementales de la violencia (2003) de Rita Segato, y “Sujetos excéntricos: La teoría feminista y la conciencia histórica” (1993), de Teresa de Lauretis. 7 Rancière, Jacques. Ob. cit. 2006, p.18. 1

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Videoarte

O útil do inútil Por Dolores Martin

O útil do inútil es una pieza de videoarte y es, a la vez, el registro de una acción.Transcurre en una calle del barrio de Villa Crespo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En su búsqueda por generar una pausa en la urbe, Dolores Martin crea un conjuro de palabras, onomatopeyas y silencios sobre papeles y cartones pintados.

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Literatura y revolución

TROTSKY Y LAS SALVAJES MUCHACHAS DEL PARTIDO ¿Es posible pensar los textos de crítica literaria de León Trostky como antesala reflexiva a su teoría de la “revolución permanente”? Desplegando sus modos de lectura en el análisis de la novela Las salvajes muchachas del partido (2009), del escritor argentino Lázaro Covadlo, en estas páginas se actualiza el debate sobre la relación entre literatura, revolución y vida.

Por Jimena Néspolo BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 68


L

a historia es conocida. El 2 de septiembre de 1936, León Trotsky y Natalia Sedova son arrestados en Noruega. Recién en noviembre, luego de la negativa de Roosevelt de otorgar asilo político al autor de Literatura y revolución (1923), y gracias a la mediación del artista Diego Rivera, el presidente mexicano Lázaro Cárdenas acepta otorgarles un salvoconducto. En viaje en el buque cisterna Ruth, el líder soviético continúa reuniendo material para refutar los cargos del Juicio de Moscú, de agosto de 1936. El 11 de enero, León y su mujer llegan a México DF y se alojan en la Casa Azul de Frida Kahlo, traban amistad en su círculo íntimo. A fines de ese mes, trece de los diecisiete bolcheviques acusados de sedición contrarevolucionaria son sentenciados a muerte. En poco menos de dos años, veintiún antiguos rojos serán también acusados en el Tercer Juicio de Moscú, y el hijo mayor de Trotsky, León Sedov, será asesinado en París en un oscuro episodio. Se sabe: el poder ataca primero los puntos frágiles de las formaciones, allí donde anida el futuro. Podríamos realizar una larga lista con las jóvenes bajas, sin perder de vista la dimensión del problema... Porque mientras en España se desata la Guerra Civil y los seguidores del líder del Ejército Rojo comienzan a ser perseguidos por la cúpula del Partido Comunista en plena batalla contra las tropas franquistas, también los anarquistas, los obreros, los sindicalistas, todos aquellos que con fusil en mano seguían batallando a favor de la reforma agraria y de la colectivización de las fábricas, de pronto se verán acorralados entre dos frentes. De ahí a llegar al pico asesino que habrá de quebrarle el cráneo a Trotsky y al pacto germano-soviético tramitado por los perros de Stalin, estamos a pocas estaciones del tren de la Historia. Pero mejor no adelantarnos. En septiembre de 1938, en medio de meses de intensa actividad y escritura, León Trotsky recibe en México a un obrero argentino: Mateo Fossa. Le concede tres entrevistas, que salen publicadas en forma de folleto en 1941, en Buenos Aires, bajo el título Conversando con León Trotsky. La estancia en México y el análisis de los gobiernos latinoamericanos de tinte populista, como el de Cárdenas de esos años, le permite tanto observar el fenómeno que denomina “bonapartismo sui generis” como afinar la teoría de la “revolución permanente”. Resulta abrumador observar, a casi cien años de aquel balance en que Trotsky pone directamente en juego la relación entre clases y Estado en los países semicoloniales, y entre estos y el capital imperialista, sin descuidar el panorama internacional que ya a fines de la década del treinta se auguraba nefasto1, el calibre de la actualidad de su pensamiento. En los países industrialmente atrasados el capital extranjero juega un rol decisivo. De ahí la relativa debilidad de la burguesía nacional en relación al proletariado nacional. Esto crea condiciones especiales de poder estatal. El gobierno oscila entre el capital extranjero y el nacional, entre la relativamente débil burguesía nacional y el relativamente poderoso proletariado. Esto le da al gobierno un carácter bonapartista sui generis, de índole particular. Se eleva, por así decirlo, por encima de las clases. En realidad, puede gobernar o bien convirtiéndose en instrumento del capitalismo extranjero y sometiendo al proletariado con las cadenas de una dictadura policial, o bien maniobrando con el proletariado, llegando incluso a hacerle concesiones, ganando de este modo la posibilidad de disponer de cierta libertad en relación a los capitalistas extranjeros.2

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Pero imaginemos que Fossa no viaja solo a México en 1938. Imaginemos que el obrero sindicalista que presidió el congreso fundacional de la CGT en 1935 y que parte como delegado de veintiocho sindicatos argentinos para participar del Congreso Sindical Panamericano viaja con otro compañero llamado, por ejemplo, Luis Pajarín. Imaginemos que Pajarín está junto a él cuando los stalinistas le impiden entrar en la sala y que allí, junto a otros “expulsados”, conoce a Van Heijenoort, el secretario de Trotsky –por quien llega a entrevistarlo–. Digo un nombre al azar, “Luis Pajarín”, pero también podríamos ponerle el hipotético nombre de Baruj Kowenski –el nombre del abuelo de Lázaro Covadlo–, puesto que este artificio de tomar un hecho histórico y hacerlo jugar en una serie narrativa dispuesta en la construcción de una mitografía autoral es precisamente el eficaz mecanismo sobre el que se asienta la novela Las salvajes muchachas del partido (2009). Una Schwarzlose sin balas En un análisis estructural, la ficción de Lázaro Covadlo se inicia con una pistola, una Schwarzlose 9 milímetros que encuentra el narrador durante su infancia en una caja de zapatos, escondida en un ropero. Esa pistola y la fotografía que lo acompaña serán los disparadores de una novela que transita el cauce de la ficción biográfica, y también de la narrativa histórica, sin descuidar nunca la dimensión eminentemente discursiva, fantasiosa y desopilante de la trama. A partir de la incógnita de cómo esa pistola llega al ropero familiar junto a la vieja fotografía de un hombre que luce un rostro con demasiados rasgos propios, el narrador desovilla su propia historia, la de su abuelo anarquista Baruj y la de su abuela Berta, la de su abuelo adoptivo, e incluso la de todas “las salvajes muchachas del partido” que

atraviesan la historia erótico-sentimental del protagonista hasta llegar a la propia esposa del autor (Assumpta), a quien está dedicada la novela. Es que violencia, feminidad, erotismo y revolución es el cauce común que le permite al narrador saltar indiscriminadamente a lo largo de estas trepidantes cuatrocientas páginas de la historia propia a la ajena en un juego de espejos de potencialidades infinitas. En lo formal, entonces, la novela de Covadlo oscila entre la flagrante mostración del artificio que la sustenta, la minuciosa reconstrucción de un tiempo y un escenario histórico revolucionario en el que sus personajes desarrollan sus peripecias de un modo verosímil, y la permanente intromisión de un presente voluble e incierto que involucra al narrador mismo y la necesidad de sostener pese a todo el relato: “En fin, vamos a suponer, a los efectos de la narración que mi abuelo no ha muerto en el frente polaco ni en los sótanos de la Lubyanka. Vamos a suponer que se ha escabullido de la muerte” (336). Más allá de los hechos y de la propia realidad, en esa insistencia de mantener la voz es donde la novela retoma incluso las primeras obras del autor, Los humaneros (1965) y En este lugar sagrado (1970), y las reescribe para hacer de la “imaginación” la mejor coartada en la suspensión del binomio verdad/mentira: Ahora hago que mi abuelo Baruj Kowenski desembarque en un Buenos Aires, una mañana de agosto de 1930. Pongamos que fue el 2 de agosto. (…) En un capítulo anterior lo hice deambular por el barrio en que habitaba la madre de dos de sus hijos en compañía de su nuevo marido (…) Mi abuelo es una especie de fantasma, ¿lo sabe? Yo digo que sí, que lo sabe. Imaginémonos en su situación, imaginemos que hemos vuelto a un territorio en que no nos es permitido presentarnos ante los que fueron nuestros amigos, conocidos y familiares. Imaginemos que todos ellos –los que aún viven, pues hubo los que fallecieron durante nuestra ausencia– dan por sentado que estamos muertos, y en consecuencia debemos conformarnos con observarlos de lejos. Imaginemos. No otra cosa es lo que hace un autor de ficciones: imagina. (366-7) Pero si de imaginar se trata, podríamos especular incluso –en un perverso ejercicio de la ventriloquía– la posible lectura que haría de esta obra León Trotsky, en su rol no ya de líder político sino de apasionado crítico literario, que es como se inicia en la vida intelectual rusa, a través de colaboraciones publicadas en distintos medios. Leídos a distancia, sus escritos literarios son pequeñas joyas de la lucidez o de la injuria –por más que el mismo Trotsky minimice sus textos al presentarlos como el mero “diario de un espectador, de un lector o un oyente ruso en el occidente europeo”3– que nunca pierden el norte de la lectura estratégica (principalmente los escritos posteriores al año 1905, de mayor madurez, donde intenta documentar el ethos político revolucionario, focalizado luego en la gesta

Hay que decir también que para el líder del Ejército Rojo el arte no es inocente: cumple una función social en tanto ofrece un conocimiento sobre la realidad, ese conocimiento produce sentimientos y esos sentimientos movilizan a la acción.

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bolchevique en oposición a los escritores proletarios, hasta llegar a sus textos de exilio, dominados por la necesidad de crear alianzas anti-stalinistas). La primera pregunta, quizá, que le haría Trotsky a la novela de Covadlo publicada en España en el año 2009 sería acerca de “lo nuevo”, ¿qué es lo nuevo que ofrece esa ficción? ¿Por qué rescatar esa obra de entre tantas otras acomodadas en las estanterías de consumo de la cultura burguesa? Pregunta nada inocente, ya que –como se recordará– el verdadero arte para Trotsky es el que refleja lo cambiante de la vida. Por supuesto –para Trotsky– “lo nuevo” no es un globo inflado, no es el bufón de turno colocado por el poder económico; “lo nuevo” es la Revolución, es decir que el arte que no hable de ella, en el nivel que sea (personal, íntimo, político), directa o indirectamente, no es un arte nuevo, es un arte viejo o rancio, es el papel higiénico de mañana4. Hay que decir también que para el líder del Ejército Rojo el arte no es inocente: cumple una función social en tanto ofrece un conocimiento sobre la realidad, ese conocimiento produce sentimientos y esos

sentimientos movilizan a la acción. Así, el conocimiento que se obtiene del arte es necesariamente social; al permitir organizar los sentimientos proyecta además una “educación sentimental” de los sujetos5. Si hemos de acordar entonces con Trotsky en que el arte posee una función auxiliar, netamente instrumental, cuya tarea central es ayudar al “nuevo hombre” a educarse y fortalecerse, reelaborando los sentimientos “del mundo interior” para que pueda expandir sus experiencias dentro una trama social en permanente cambio y desde allí contribuir a las mismas demandas y necesidades del mundo, podríamos preguntarnos, entonces, ¿qué tipo de “educación sentimental” ofrece la novela Las salvajes muchachas del partido? Y la respuesta, como “La carta robada” de Poe, está en el lugar más evidente: en el título. “Las salvajes muchachas del partido” refiere en la novela al poema que escribe Baruj antes de ser condenado a cuatro años de presidio en Lubyanka, y que luego recupera gracias a un oscuro funcionario policial que lo rescata del pozo de torturas y lo enfrenta a escenas fáusticas donde su misma poesía es motivo de sorna y de festejo:

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“La festiva revolución de vodka y sangre” –leyó Dzerzhinski–. ¿Reconoce este verso? Mi abuelo experimentó una amarga sorpresa. –Creo haberlo escrito yo mismo. Hace mucho de esto. –¿Mucho? ¿Tal vez lo ha escrito a finales de 1920, poco antes de ser encerrado en el calabozo del cuartel de bomberos de Kiev? –Es probable, camarada. –Sí, es probable: “Los cadáveres desechados de tantos idealistas. / Los días grises para fabricar quiméricos futuros. /La festiva revolución de vodka y sangre…” No son versos que ayuden a la revolución, camarada. Más bien parecen escritos por enemigo del pueblo. –Mi intención no fue hacer daño. –Claro, supongo que no. Deben de ser apenas una expresión de estado de ánimo. Aquí hay otros: “Las muchachas salvajes del Partido”. ¿Un poco procaces, quizá? “Las muchachas salvajes del Partido/ te dan de comer,/ y de fumar,/ y se abren de piernas para que tú puedas descansar…” ¿Sabe, Kowenski?, usted me cae simpático. Ayer le mencioné a Maiakovski:“No se puede entrar en el alma con las botas puestas”, ¿recuerda? (349-350)

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Porque lejos de “abrir sus piernas” para ofrecer descanso y entregarse a la figuración romántica de la mujer en tanto musa del poeta o vaina del guerrero, es precisamente por la delación de una “salvaje muchacha del partido” que Baruj cae preso en poder de la Cheka, la primitiva y furiosa KGB. Esa tensión entre la figuración patriarcal que hace de lo femenino un culto en tanto se ofrezca como cuerpo sumiso de deseo, de placer o de reproducción de las fuerzas de trabajo, y las “salvajes muchachas del Partido” reales, tangibles, pasibles de altos y de bajos sentimientos, de acciones nobles y de acciones abyectas, es lo que da pulso y guía a la voz del narrador que escande su vida intentando asir ese conocimiento de lo real femenino en constante fuga: “¿Una salvaje muchacha del partido? ¿De qué partido? ¿Constituían los anarquistas un partido? Por cierto, en tiempos pasados tuve relaciones con jóvenes mujeres que amaban la revolución. Renata fue la primera de ellas.” (62) Renata es una mujer mayor al narrador que conoce en una marcha, con el puño izquierdo en alza, cantando La Internacional, y que luego reencuentra en un grupo llamado Resistencia proletaria (“entre quienes no había ningún proletario”, 65) y que lo inicia en las lides amatorias: “Los primeros artículos que escribí fueron para esa revista, cuya coordinadora, justamente era Renata Lowenstein. Eran artículos inflamados que rebosaban proclamas revolucionarias, así que tanto fuego joven y rebelde no podía dejar de atraer a cualquier muchacha imbuida de nobles ideales” (65). Y es que a cada página, el narrador redobla la apuesta, y hace ingresar personajes, tramas, subtramas, construyendo una novela de aventuras que se quiere familiar pero que samplea en todo momento, desde la ironía o el afecto, sobre episodios y personajes históricos. Así, las peripecias de Baruj se convierten en una lente de aumento que agigan-

tanto en la lógica de la novela como en la lógica mitográfica que deliberadamente trama este autor afincado desde hace años en la Península Ibérica, Mika es el personaje bisagra que le permite unir España y Argentina en un mismo arco transatlántico. ta la historia argentina dentro de un mapa político de escala mundial: de anarquista fugado de los progroms ucranianos, amigo de Simón Radowitzky, Baruj deviene contrabandista y rufián de la mítica Varsovia, luego zapatero remendón en una colonia judía de Santa Fe, para después tomar las armas a favor de la revolución como jinete del primer Ejército Rojo en el frente polaco, más luego, de vuelta en Buenos Aires, actuar como agente de la Cheka consignado para matar a Severino di Giovanni antes de partir nuevamente al frente, como brigadista internacional en la Guerra Civil española... Todo esto escandido entre personajes políticos o literarios como Roberto Arlt (cfr. “Encuentro con Roberto Arlt” pp.332-335), el General Perón (cfr. “El día que conocí a Perón”, pp. 92-98) o la legendaria Mika Feldman (cfr. “Encuentro con Mika Feldman”, “De cómo Mika entró en la revolución”, “Mika toma el mando”, pp. 399-413). En rigor, para abonar las razones del título, la historia de Mika, primera mujer al frente de las tropas republicanas durante la Guerra Civil española, es quizá el mito revolucionario más explotado en la novela: conocemos a Mika de niña en un pueblo argentino, después la reencontramos en España como capitana para luego reaparecer años después, frente al hijo de Baruj, y reponer el rostro fantasmático del personaje. Lejos de ser un personaje menor, tanto en la lógica de la novela como en la lógica mitográfica que deliberadamente trama este autor afincado desde hace años en la Península Ibérica, Mika es el personaje bisagra que le permite unir España y Argentina en un mismo arco transatlántico. Humaneros y revolucionarios Pero estábamos leyendo esta novela con las lentes de Trotsky puestas… Porque la desbordante historia que nos ofrece el narrador, rica en transgresiones y peripecias revolucionarias, al final pareciera abrazar un catecismo burgués de lo más simplón que hubiera hecho trinar de ira al líder del Ejército Rojo: Mi abuelo sufre y rezonga para sus adentros. Le gustaría increpar a su hijo [el padre del narrador] y decirle que se deje de joder (…) Mírame a mí y aprende. ¿A qué me han llevado tantos años de vida tumultuosa? A ser un fantasma, ¿ves? Un fantasma.Vuelve a casa con tu mujer, Juan, y sé un buen marido y un buen padre. Procúrate una vida de bienestar y progreso económico. No te quemes. (391) Esta mueca final de decepción y desencanto, que sobre la imagen de Baruj el narrador dibuja, lejos de ser original abreva en el sino posmoderno de cambio de milenio que hizo de la supuesta apoliticidad del arte su mejor coartada. ¿Qué es “quemarse”? ¿Se puede perder en el fuego aquello que nunca se tuvo? ¿Quiénes son los “que se queman”? ¿Aquellos que entregan su vida por algo que trasciende su propio beneficio y se diluye en pos de una quimera? Pero dejemos acá, so peligro de trazar una línea de lectura demasiado elemental o transparente, para la compleja red de cruces y re-

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Imágenes de Sergio Luiz Pereira da Silva

ferencias que la novela de Covadlo traza sin pausas ni dilaciones a lo largo de toda la trama. Porque pocas páginas después, sobre el cierre de la novela, asistimos a una disputa en la que se hace referencia a los Juicios de Moscú y a la denodada pelea por el poder y, principalmente, por los beneficios que este otorga al interior del partido: “¡Esto no es comunismo, es puro canibalismo! Los bolches se devoran los unos a los otros y no hay peligro mayor para un comunista que otro comunista (…) –¡Calla, cerdo reaccionario! –gritó desde otra mesa (…) –¡Y tú, lacayo de Stalin! –le respondió un trotskista que bebía vino acodado en la barra” (398). Ya en “Los humaneros”, el cuento que da título al volumen con el que Covadlo se inicia en la vida literaria a mediados de la década del sesenta, el autor recreaba en escenas monstruosas el orden caníbal de una sociedad controlada por “Amos” y gerenciada por una especie de animales llamados “Tuds”, donde lo humano, incluso lo demasiado humano, era tierna fuente de alimento: “ELLOS se ponen muy contentos cuando ven crecer la producción de humanos” –leemos en el cuento–, porque “nuestra carne es un manjar, pero sólo pueden comerla LOS SEÑORES”6. Curiosamente, es a través del absurdo tragicómico que estos relatos trascienden las problemáticas de clase (“El rapto de Jaimito”), expandiendo el humor bufo que comulga con la chanza procaz y naif, hasta arrinconar a la militancia política al espacio de la mojigatería bizarra (“Grata y pintoresca historia de barrio”7). Es que en el proyecto artístico de Covadlo, el ejercicio de la escritura se presenta como esa piedra mágica y misteriosa, que en el cuento “El aerolito” envuelve de un poder nietzcheanamente sobrenatural a quien la posee, un ejercicio que es preciso resguardar de todas las convenciones sociales para so-

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solamente la clase obrera puede resolver de manera íntegra y efectiva el problema del capital, para lo cual es necesaria su dominación política, que a su vez solo puede sostenerse afectando a la propiedad privada y transformando la revolución burguesa en una revolución permanente. meterlo solo a los códigos que por sí mismo impone. Leemos en el cuento: “Entonces, ¿ésta era la causa de todo? ¿La piedra de Kripton? ¿El Superhombre…? (…) Sentíase avergonzado, como si éste tuviera un criterio propio, y hasta un sentido de la dignidad y del pudor” (41-43). Del mismo modo, Las salvajes muchachas del partido subsume las textualidades de la mítica revolucionaria en una novela nietzcheana, irreverente, que apuntala toda la obra de este escritor y lo sindica hoy en el centro de una improbable marginalidad, ya que es el centro de una periferia a todas luces buscada8. Es que esta estricta y absoluta libertad es, precisamente, la que demanda León Trotsky para la producción artística. En sus últimas intervenciones, cuando ya había calibrado los peligros de la burocracia totalitaria en el arte, en el manifiesto que redacta junto a André Breton en 1938, e incluso en las cartas posteriores que le dirige y que son publicadas en la revista Biulleten oppozitsi (bolshevikov-liénintsev) entre febrero y julio de 1939, prevalece una y otra vez la fórmula: todo está permitido en el arte. Es aquí donde arte y revolución sellan su suerte, en tanto se reivindica que la lucha por las ideas de la revolución en el arte debe volver a comenzar siempre como lucha “por la verdad artística”, entendida como “la inquebrantable fidelidad del artista hacia su yo interior”9.

Es que para fines de los años treinta Trotsky ya había tenido que tragarse el sapo de las virulentas críticas que le enrostrara años atrás a Tolstói, a Maiakovski, y a tantos compañeros de ruta a los que muy orondamente había tildado de burgueses o conservadores. A Maikovski, por ejemplo, lo había caracterizado como “un atleta en la arena de la palabra, que realizaba a veces auténticos milagros, pero casi siempre levantando con heroico esfuerzo pesas a todas luces vacías” (298); había asegurado que en él la aceptación de la revolución era “más natural que en cualquiera de los demás poetas rusos” pero que carecía de “sentido de la medida y de la capacidad de autocrítica” (297). Luego de su suicidio, Trotsky se ve obligado a rescatar su figura y cantar odas a su heroísmo, al negarse a ponerse “en alquiler” para convertir su poesía en una “literatura de burócratas”. Sobre Tolstói, aseguraba que “tanto en su populismo como en anarquismo, representaba el principio agrario-conservador” (702); unos años después debe reconocer que “entre su fe y la doctrina del socialismo hay una profunda semejanza moral” (704) y que “sin ser revolucionario y sin aspirar a la revolución, Tolstói alimentó con su genial palabra el elemento revolucionario” (705). Ricardo Piglia asegura que el primer escritor que usó la máquina de escribir con un criterio creativo fue León Tolstói, ya que algunos de sus textos finales, como

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La muerte de Iván Illich, fueron escritos a máquina. También, que siempre estuvo muy atento a las renovaciones técnicas, y que fue uno de los primeros que se interesó en la fotografía10. Hay diversas maneras de ser “revolucionario”, pero la lente crítica trotskista pone énfasis en el contenido tematista y en el criterio social del arte, reivindicando ese enfoque por sobre el valor del análisis formal. No obstante así, cabe recordar que es luego de la experiencia rusa y de la derrota de la Revolución China, que Trotsky elabora su teoría de la “revolución permanente”, englobando la situación de los países coloniales y semicoloniales en su balance. En ella postula que solamente la clase obrera puede resolver de manera íntegra y efectiva el problema del capital, para lo cual es necesaria su dominación política, que a su vez solo puede sostenerse afectando a la propiedad privada y transformando la revolución burguesa en una revolución permanente. Así, a la vez que refutaba los fundamentos de la política de apoyo a la burguesía nacional –seguida por Stalin y Bujarin en China– dotaba a la tradición marxista clásica de una teoría de la revolución a escala mundial, solo comparable a la teoría revolucionaria del arte soñada junto a André Breton. Años nos distancian de ese grito… Pero aun así, cómo no sumarse al rugido que demanda “¡Toda la libertad para el arte!” 11 y que llama a participar activa y conscientemente en la creación de una Federación Internacional del Arte Revolucionario Independiente capaz de resistir el hostigamiento de las fuerzas reaccionarias y declarar el derecho a la vida, el derecho a la existencia.

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“Para comprender correctamente el carácter de los próximos acontecimientos, ante todo tenemos que dejar de lado la falsa teoría, totalmente errónea, de que la inminente guerra se librará entre el fascismo y la ‘democracia’. Nada más falso y tonto que esa idea. (…) Los imperialistas no luchan por principios políticos sino por mercados, colonias, materias primas, la hegemonía sobre el mundo y toda su riqueza. (…) Esos ‘dirigentes obreros’ que quieren atar al proletariado al carro de la guerra del imperialismo que se cubre con la máscara de ‘democracia’ son ahora los peores enemigos y los traidores directos de la los trabajadores.” Cfr. “La lucha antimperialista es la clave de la liberación. Una entrevista con Mateo Fossa” en: Trotsky, León. Escritos latinoamericanos. Gabriela Liszt y Marcelo Scoppa (comp.). Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky, Buenos Aires, 2007, pp.119-124.Ver también, en el mismo volumen, “Tres entrevistas” (pp.112-118). 2 Trotsky, León. “La industria nacionalizada y la administración obrera” (12 de mayo de 1939) en: Trotsky, León. Escritos latinoamericanos. Gabriela Liszt y Marcelo Scoppa (comp.). Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky, Buenos Aires, 2007. Las citas de la novela de Covadlo Las salvajes muchachas del partido corresponde a la edición realizada por editorial Candaya en el año 2009. En adelante las citas se acompañan con el número de la página. 3 Trotsky, León. Literatura y revolución. Introducción de Rosana López Rodríguez y Eduardo Sartelli. Traducción de Alejandro Ariel González. Buenos Aires, RyR, 2015, p. 500. 4 En este sentido, aunque no acordemos con su lectura, es preciso apuntar el esfuerzo de Matías Néspolo por dar a conocer esta obra.Ver su reseña “Implacables aventuras en clave roja”, publicada en Boca de Sapo 6, abril 2010, p. 81. 5 A propósito del futurismo y de Maiakovski dice: “En el ámbito de la poesía, en cambio, tratamos con una percepción figurada del mundo y no con su conocimiento científico. La vida cotidiana, el ambiente personal, el círculo de la propia experiencia vital ejercen por ello una influencia decisiva sobre la creación artística. Reelaborar el mundo de los sentimientos adquiridos desde la infancia de acuerdo a una orientación científica programada es el trabajo interior más difícil. No cualquiera está capacitado para hacerlo. Por eso no son pocas en el mundo las personas que piensan como revolucionarios pero sienten como pequeñoburgueses”. Trotsky, León. Literatura y revolución. Buenos Aires, RyR, 2015, p. 297. En cuanto al rechazo del antagonismo entre sentimientos y razón, y la posibilidad de una “educación sentimental”, ver los análisis de Agnes Heller, Teoría de los sentimientos (Fontamara, Barcelona, 1989) y Sociología de la vida cotidiana (Península, Barcelona, 1998). 1

Covadlo, Lázaro. Los humaneros. Montanari Editores, Buenos Aires, 1965, p.107. Ver también, de Covadlo: En este lugar sagrado, Ediciones L.H., Buenos Aires, 1970. 7 “Tampoco fue Pepe, que estaba practicando incesto con una cucaracha, y luego debía leer Das Kapital, de Marx, y El Principito, de Saint Exupery, para su tesis: La vida es hermosa, que presentaría en la Facultad de Filosofía y algunas Letras. Todo ocurría de modo tan apacible, cuando llegó en un Cadillac un filántropo de buen corazón bueno. El filántropo dijo: –Vamos a construir monoblocks y casa decente; vamos a exterminar las ratas, los caballos asesinos y las cucarachas degeneradas, vamos a… No pudo terminar la frase porque Pepe le tiró un tomate podrido, pero mentira, porque los tomates podridos se comían, ya que el kaviar estaba caro y no era cuestión de comer la vulgarísima carne de jabalí. El filántropo se enojó y dijo: –Degenerados!!! Todos rieron e hicieron gestos obscenos que no se dice en qué consisten, pero que ya se imagina el que conoce. El filántropo grito –Comunistas!!!”. Covadlo, Lázaro. “Grata y pintoresca historia de barrio” en: Los humaneros. Ob. cit., pp. 11-12. 8 “Hace poco que ha dejado de nevar y las calles están resbaladizas, no es un día apropiado para salir, pero mi abuelo ya no se aguanta entre las cuatro paredes del alojamiento al que ha sido destinado, el mismo que comparte con otros individuos periféricos de la Revolución. Así los llaman, periféricos. Son los anarquistas, los ex mencheviques y los bolcheviques sospechosos a los que la GPU mantiene en conserva hasta tanto se les confiera un destino puntual: tal vez la muerte, quizás el gulag, en el mejor de los casos una misión que resulte útil al Partido”. Covadlo, Lázaro. Las salvajes… Ob. cit., p. 361. 9 Trotsky, León. Literatura y revolución. Ob. cit., pp. 849-852. 10 Piglia, Ricardo. Las tres vanguardias. Saer, Puig,Walsh. Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2016, p. 38. 11 “¡Ninguna autoridad, ninguna coacción, ni el menor rastro de mando! Las diversas asociaciones de científicos y los grupos colectivos de artistas que se dediquen a resolver tareas que nunca habrán sido tan grandiosas, pueden surgir y desarrollar su trabajo fecundo solo sobre la base de una libre colaboración creadora, sin la menor coacción exterior”. Manifiesto “¡Por un arte revolucionario libre!”, redactado por León Trotsky y André Breton, el 25 de julio de 1938, Archivo Trotsky, Tomo 9. 6

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Entrevista a Horacio González

Figuras Del Pensamiento Por Hache Pavón El ensayista, autor de Kirchnerismo, una controversia cultural (2011) y Lengua del ultraje: de la generación del 37 a David Viñas (2012), retrata con un bisturí figuras del drama argentino. En diálogo con Boca de Sapo, a propósito de la reciente publicación de su novela Tomar las armas (2016), ofrecemos un paseo en tren a través de dos siglos de historia, literatura y política nacional.

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F

inalmente ha llegado el invierno del año 2016. Es una mañana fría y hostil de un invierno que promete ser muy frío y muy hostil. Sin embargo, con mucha generosidad, Horacio González nos abre la puerta de su casa en el Barrio de Boedo para charlar sobre literatura, política y más… En Literatura Argentina y Realidad Política David Viñas presenta una tesis que es también una provocación: “La literatura argentina empieza con Rosas”. En el imaginario liberal hay dos tiranías: la de Rosas y la de Perón. ¿Podemos decir que sus novelas empiezan con Perón?

Imágenes de Sergio Luiz Pereira da Silva

En primer lugar me parece difícil. Me parece que es un problema que tiene una raigambre posible de ser analizada, es un problema, es un gran tema. No me parece fácil resolverlo, ni me parece fácil entrar en él con todas las simplificaciones que hay al respecto. Sería hacer depender de manera muy directa la literatura del mundo histórico-político. En el caso de Viñas, de quien se puede decir que en los años cincuenta renovó la crítica literaria argentina, siempre puso un intermediario entre la historia y la literatura que era el estilo, un poco por las lecturas francesas que él tenía, aunque nunca las quería reconocer. En ese sentido, se puede decir que la época de Rosas es una época vibrante por su aspecto bélico y por su aspecto glorífico. Es evidente que uno tiene que dirigir su atención a “El Matadero” y Amalia, pero en el propio ámbito del rosismo hay escrituras importantes como la de Pedro de Ángelis. Después, en el peronismo se desvanecería, porque en la literatura argentina posrosista hay grandes escrituras, se establece el canon historiográfico argentino en la disputa entre Mitre y Vicente Fidel López y se generan las condiciones bajo las cuales va a aparecer Borges. La aparición de Borges enmarca un momento que casi destruye tu pregunta pero no tanto porque si bien Borges es anterior al peronismo, encubiertamente o no, toda su literatura gira alrededor de descifrar el peronismo, por supuesto de una manera muy poco complaciente, pero quizá la mayoría de las veces la forma poco complaciente en la que lo trata Borges,

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Las historias van girando en relación al abandono del mundo épico, el viejo epos griego va a volver tarde o temprano...

escribí es como un ensayo disfrazado de novela.Yo no pienso que la historia se resuelva tan fácilmente, por ejemplo en esta época el partido triunfante, que es una amalgama de fuerzas diferentes de la sociedad, muy representativas de las tradiciones de la derecha (pero decir eso solo no alcanza) ha triunfado porque marcó una insatisfacción que provocaba lo que alguien llamó la grieta, que a mí me parece un concepto más bien teológico, no un concepto de la teoría política. Este grupo triunfante no puede esgrimir sus mártires porque no los tiene, a no ser que sean, y ya se insinúa un poco, los de la otra década del setenta, los militares, porque hay un grupo de familiares de militares que establecen un problema, hay un problema ahí, la teoría de los dos demonios, etc. Bueno, esta discusión se dio con más calidad en el siglo XIX entre Echeverría y Pedro de Ángelis y quise hacer una especie de escritura en solfa, paródica, sobre unas clases revolucionarias dadas supuestamente en los años setenta en medio de una escenografía ferroviaria donde se trataría una tesis, que es la tesis de Echeverría: hay profesiones para las que no se nace, como la del militar, porque supone matar o ser muerto, pero en un momento supremo hay que tomar la decisión de serlo, de tomar las armas.Y la disputa por los mártires está porque Pedro de Ángelis dice: “¿Cómo? Usted habla de estos tipos que nos atacaron a nosotros y nosotros tenemos nada menos que a Dorrego, atento con eso”. Bueno, esa disputa entre mártires es un poco una lógica de la historia, pero acá estamos hablando de grandes mártires.

ya sea dirigiéndose directamente al peronismo, ya sea encubriéndolo en un sistema de alegorías, puede ser mucho más interesante que aquel que se refiere al peronismo en forma literal. Por ejemplo “Tema del traidor y del héroe” y otros cuentos que parecen no tener nada que ver con el peronismo en realidad son fuertes opiniones de Borges sobre temas que no lo colocan en las antípodas del peronismo, al contrario, lo colocan hablando sus mismos conceptos y poniéndolos en un plano si se quiere más profundo, no político, más metafísico. Lo que debería tratarse a partir de tu pregunta es qué sería la literatura del peronismo: la que pudiendo compartir los valores del peronismo los traslada a una literatura legible como tal, ¿cuál sería? Ahí es difícil decir cuál sería porque por ejemplo Marechal pertenece al mundo de Borges y Borges al de Marechal. Pero hoy yo creo que tenemos que pasar por alto esas definiciones tan inmediatas. Por ejemplo hoy se está escribiendo una gran literatura basada en algo que a veces escucho llamar bajo el nombre de “desapego”; a mí me gusta, pero siento, como amigo que fui de Viñas, que falta esa rendición al mundo histórico y social, siendo una gran literatura, te pongo el ejemplo de Martín Kohan. De todas maneras siempre hay alusiones: como una centella Bien, en este ensayo-novela hay también un traque pasa y es un cacho de la historia argentina dramática que bajo con la onomástica, los nombres de los persopasa lejos… y el desapego no es una acusación que estoy najes refieren a batallas: Sebastopol, Cannas… haciendo, es un estilo. Los personajes son nombres de batallas, sin duda hay algo Vamos a Tomar las armas, un concepto que aparece oculto en relación al peronismo ahí, son las clases de Perón en la novela es el de martirologio, es decir, dos sobre la historia militar. Yo estudié historia con José Luis facciones en la historia política argentina que se Romero y Tulio Halperín Donghi, siendo que no participareparten mártires. Pensaba si no podría hacerse ba de la línea historiográfica de ellos. Ahora, como en todas un correlato con la actualidad, pero en lugar de las cosas, hice un balance más favorable hacia ambos. Sobre repartir mártires, las dos facciones se reparten todo por la escritura, y en el caso específico de Halperín me parece una escritura de una magnifica elaboración. En corruptos. ese sentido, lo alegórico te resuelve ciertos problemas de Primero te quiero aclarar que no me considero novelista, condensar en un solo nombre un conjunto de situaciones. apenas pude escribir algunos ensayos, ahora estoy intentan- Entonces me basé más en la historia militar, un poco en soldo seguir escribiendo ensayos, pero me tentaba la idea fa, que en las biografías y la historia social. La historia americana es una historia de arquetipos, la de hacer algo levemente ficcional, digámoslo así. porque Tartabul es una novela. O sea, lo que sale de una especie de abandonamos porque hicimos historia social, hoy se hace tejido anímico interno y se traslada a una especie de entre- historia oral o historia de la vida cotidiana o historia de la cruzamiento vacilante de líneas de trabajo en la literatura, vida privada. Las historias van girando en relación al abande compulsiones literarias, escriturales digamos. Lo que yo dono del mundo épico, el viejo epos griego va a volver tarde

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o temprano, es todo un círculo la historia, la historia de la historiografía. Entonces darle nombre de batallas a los personajes simplemente me pareció gracioso, pero forma parte de la historia militar y ahí siempre me baso en un capítulo de En busca del tiempo perdido de Proust (no quiero parecer erudito, porque no lo soy): hay un diálogo impresionante en un cuartel, un personaje tiene un largo diálogo con un Capitán que es su amigo, que por otro lado es partidario de Dreyfus, y ahí definen la historia como un calco de batallas. Siguiendo con la onomástica, el profesor Echeverría, narrador de este ensayo-novela, viaja en tren y mientras recorre las estaciones de ese viaje va haciendo una historia del siglo XIX.

nacional. Después descubrí que el ferrocarril tiene un valor vivencial, no es solo un elemento que te permite juzgar el imperialismo británico o las relaciones económicas, te permite juzgar una forma de vida, la de las tecnologías vinculadas a la vida cotidiana. Ahí percibís que te criaste en el mundo del ferrocarril, que está desapareciendo, las estaciones, los guardas, toda la escenografía ferroviaria, la lógica del lenguaje ferroviario, el sistema de señales, es todo una semiología muy interesante. No abandoné el esquema de interpretar la relación de Argentina con el mundo a través de cómo se trazó su ferrocarril por parte de Inglaterra. A eso le adjunté la idea de que el ferrocarril es como una forma vivencial, no solo una forma económica. Por eso puse, cariñosamente, una serie de personajes estrafalarios y esperpénticos: guardas, carteros, etc. Por lo demás, el Plan Larkin se dio evidentemente cuando el capitalismo hizo una mutación y apareció la energía petrolífera como la más relevante para el transporte. Acá se tomaron decisiones muy violentas que en Europa no se tomaron, más bien perfeccionaron tecnológicamente el ferrocarril que sigue siendo algo muy importante de la vida cotidiana de las personas. Acá no, acá es un lugar de problemas, las grandes catástrofes, viajar mal, en vez de ser una tecnología vinculada a la vida cotidiana de una manera creativa, es una tecnología muy agresiva hoy el ferrocarril, se lo emparche o no se lo emparche, se haga el soterramiento del Sarmiento o no, parece ser una carga ya, no saben cómo sacárselo de encima. Y sin embargo por ser el transporte de una gran masa laboral, sigue siendo imprescindible. La Estación Once, Retiro, todas degradadas, que son grandes joyas arquitectónicas, sobre todo la de Constitución, eso es un tema fuerte desde el punto de vista de la ciudad, de la gran urbe, de las políticas urbanas.

Sí, que permite la línea esta, que es muy interesante porque tiene “Urquiza”, “Pueyrredón” y “Tres de Febrero”, quizá no la traté todo lo profundamente que me permitía. En realidad ahora se volvió a llamar “Hipódromo”. Cuando yo era chico vivía en Villa Pueyrredón y tomaba el tren hasta Retiro, que después se cambió por Presidente Perón. Esos cambios de nombres son problemáticos, si ibas a pedir un boleto a Retiro, en esos años todavía gobernaba Perón, y el boletero que debía ser peronista decía “Presidente Perón”. Pero la gente no se acostumbra, la gente no hace historiografía cuando pide un boleto para ir a un lugar. Entonces… no recuerdo si primero se llamó “Tres de Febrero” o “Hipódromo”, tiene la característica de ser de una gran hermosura esa estación, una gran arquitectura inglesa. Convivimos con la arquitectura inglesa en los ferrocarriles y con la arquitectura francesa en los grandes edificios del centro de la ciudad. Recuerdo la imagen de los turfistas cuando iba en el tren, entraban todos derrotados, eran personas de los alrededores o de la periferia. Pero en fin, hice una fantasmagoría, te agradezco que me hagas estas Están los diagramas de las redes ferroviarias y está preguntas pero no creo que tengan envergadura novelística un personaje, Estefanía, que posee un atributo y no lo digo para lucirme por el revés, como decía Viñas. muy particular, los rulos. ¿Es posible leer en ese diagrama y en esos rulos a Deleuze? Pensaba Tomar las armas como una suerte de tratado ferroviario porque usted hace mención al Plan No pensé en Deleuze, pensé simplemente en algo muy Larkin, luego tenemos la frase “ramal que para, ra- minúsculo, ¿cómo definir un personaje por parte de un narmal que cierra” y ahora esta gestión de gobierno rador inexperto? Ahora terminé de leer, lo había leído en su que parece venir por otro desmantelamiento. momento, Zama. Bueno, ahí tenés una novela, Zama es una novela excepcional, sin Zama dudosamente hubiera existiEn primer lugar yo empecé a interpretar los ferrocarriles do Saer.Y me llamó la atención un personaje femenino que a partir de Scalabrini Ortiz, La historia de los ferrocarriles ar- tiene bucles. gentinos, un libro escrito en 1940, y después seguí de largo Entonces pensé si la imaginación habitual, ya sea la de sin abandonar a Scalabrini, que siempre me pareció, y me Di Benedetto, que escribe una novela, Saer la llama existensigue pareciendo, uno de los grandes personajes de la pasión cialista, acude a algo rápido, una mujer definida por sus bu-

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cles, me pareció que era algo que podía hacer Di Benedetto con su gran cuerpo novelístico y un improvisado que venía a ser yo. ¡Qué curioso! Un improvisado y un gran novelista piensan en los bucles de una mujer para definir lo femenino. Quizás la forma del movimiento del bucle y la propia palabra bucle tengan una atracción difícil de definir. Lo contrario a las vías ferroviarias que no tienen bucles. Ahí quise introducirme en un tema muy difícil y que hay que tratar con rigor, ya sea si uno quiere escribir una novela o un ensayo, que es el de las militancias que mutaron su signo, no se puede interpretar fácilmente eso. Por ejemplo Fogwill lo interpretó en En otro orden de cosas y otras de sus novelas que son muy amargas. El personaje revolucionario de los setenta se convirtió en ejecutivo en los ochenta y empieza a hacer marketing, encuestas… o se convierte en asesor de las grandes empresas constructoras de carreteras. Es alguien que utiliza el impulso genuino que le da la militancia para introducir ese mismo impulso en la construcción del edificio capitalista. Ya sea desde el punto de vista anímico como desde el punto de vista material, los grandes edificios, los grandes aeropuertos, eso me parece en Fogwill muy impresionante, captar ese momento, de anulación de la revolución pero al mismo tiempo de rescate dentro del capitalismo. Un capitalismo que utiliza el impulso revolucionario de quien hizo ese pasaje. Otro elemento que me llamó la atención de Tomar las armas, que también aparece en Besar a la muerta, es la referencia a las vísceras, como si pudiera hacerse una historia de las vísceras o de los cuerpos.

estuve ligado a la figura de John William Cooke, por la ambigüedad que tenía, porque el marxismo dentro del peronismo es un hecho comprobable y tiene ejemplos evidentes en Hernández Arregui, en Ramos, en Puigrós. Pero en Cooke es diferente porque es un tipo de marxismo más refinado que todos los anteriores, es el marxismo que discute con León Rozitchner, que León no lo acepta, pero porque León no tenía la idea de la ambigüedad.Yo sí tengo la idea de la ambigüedad, esa ambigüedad de Cooke es irresoluble, es un marxista refinadísimo, un lector de Gramsci, de Lukács, y estaba en el peronismo con la idea que todos teníamos: el peronismo era el lugar de las masas y había que sumergirse para hacer otra cosa con eso, que no sea el pensamiento de Perón. Ahora, Cooke es un marxista refinado que se cartea con Perón, o sea, no está tan afuera de ese pensamiento. Esa correspondencia que tiene una envergadura clásica muy grande, muchos la han comentado así, como un diálogo imposible pero de gran significación. Son dos personas que no se entienden pero que hablan durante un año y medio, se cartean permanentemente. Es una correspondencia clásica que podría estar en la historia de Tácito o de Tito Livio perfectamente. Cooke es un marxista de la alienación o sea del marxismo humanista. Ese tipo de ambigüedad dentro del peronismo siempre me gustó, hoy ha desaparecido, tenés personajes muy menores en todos lados. Producir la ambigüedad es muy interesante porque se produce en el momento anterior a la decisión: “¿para qué lado voy a rumbear?”. La figura de ElViejo, que es y no es Perón, es alguien que recuerda cómo lo tratábamos cuando lo queríamos y hoy. Una figura que ha pasado por todo tipo de interpretaciones y que carga con haberle dado el nombre a un gran movimiento popular, con un momento oscuro final y con una herencia que hoy se ve actuando como Partido Justicialista, sumamente discutible. Ahí puse un Viejo ambiguo también, lleno de tics retóricos, “venga que lo estrecho en mi corazón”, todas las cartas que nos gustaban y que terminaban siempre igual.

Sí, hay algo de eso, ese algo no sabría definirlo bien, hay algo porque no te olvides que es un ensayo de novela, intenté distintos temas. En realidad te dije antes que había una historia social, una historia militar, una historia de las ideas y si hubiese una historia de las vísceras sería una puesta en crisis de la idea de historia porque, en realidad, nuestros procesos fisiológicos entran en otro tipo de conversación. Si es que uno no quiere caer en la conversación grosera, siempre es un enigma. Vamos entonces a la Biblioteca Nacional, sus diez años como Director, ¿cuál es el precio que un inPara cerrar con Tomar las armas, hay una figura, telectual tiene que pagar por ejercer la función la de El Viejo: está la senectud y el esfuerzo de re- pública? montar la memoria. Bueno, para Marechal y otros escritores ligados al peronisSí, podríamos decir que yo nunca varié mucho de pens- mo, después del 55 hubo una proscripción real. Hoy, para amiento, nunca fue muy efectivo, no tuvo su traslado a los que estuvimos ligados al kirchnerismo, no se produce ámbitos de decisión política muy evidentes, pero a cambio del mismo modo pero hay algo. Ayer salió en La Nación una de eso puedo decir que nunca lo varié demasiado, siempre suerte de Editorial ridiculizando a Forster y a mí, no pasa de

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eso, está dentro de lo tolerable. Pero de todas maneras uno piensa si no hizo lo mismo con los otros, yo creo que no, porque la verdad es que en los diez años en que estuve en la Biblioteca, como mi formación es amplia, ecléctica y difícil de definir en cuanto a su estructura de gustos, hicimos lo que el actual gobierno llama pluralismo. Hoy es un uno que tiene distintas máscaras llamado pluralismo. Pero el pluralismo efectivo es no preguntarse quién es el otro, no hacerlo fruto de una cooptación. Eso creo que lo hicimos y que fue reconocido así. Porque me parece que una Biblioteca Nacional es este tipo de organismo, no puede ser un organismo de una tendencia política, porque además no la hay, ¿cuál sería?

de todos los temas que te puedas imaginar, concurría mucha gente del barrio y de los círculos aledaños a la Biblioteca y no tenían requisitos previos.Yo soy partidario de no tener requisitos previos, toda la idea de meritocracia me parece una idea muy oscura, de cómo concebir un individuo y sus intereses, y está penetrando allí, más allá de que los talleres los lleven a cabo personas, muchas de ellas amigas mías, de gran nivel. Han cambiado todo el elenco, algunos han dejado. Después el balance que hago de cómo echaron personas y luego las volvieron a tomar, como si fuera un gesto inútil, ¿por qué echar a tantos y tomar casi a la mayoría?, fue un acto disciplinador abominable.

Para cerrar con Tomar las armas, hay en un pasaje una consigna escrita sobre un asiento de un vagón de tren, dice “volveremos”, pero están borradas Continuar, por lo que leo en los diarios, que ahora tienen un las tres primeras letras. aparato de prensa mayor: Clarín y La Nación, las cosas que hacen no son muy diferentes a las que hacíamos nosotros. No soy adverso a las consignas, por ejemplo ahora el “vamos Las hacen con… no me gusta acusar de elitismo porque mis a volver”, no me disgusta para nada, incluso creo que es una gustos son de todo tipo, incluso también elitistas: aunque me gran utopía de la historia, siempre se vuelve a algo, sin que considero de extracción y militancia popular, tengo gustos se sepa a qué, por eso el “volveremos” tiene que ir junto al de todo tipo, por eso no me voy a poner a litigar elitismo, “veremos”, como disposición del espíritu hacia lo nuevo, sin pero cuando hay sólo elitismo... Por ejemplo los talleres son que sepas lo que va a ser. de personas de alto nivel, pero son restrictos, hay que anotarse previamente. Nosotros teníamos talleres de iniciación En cuanto a los logros de su gestión, las tareas pendientes y algo que usted deseara que continúe.

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El erotismo háptico de Nuno Ramos Una exploración en la obra del artista brasilero a partir de su obsesión por la materia. Máquina autoerótica que se reactiva a medida que acontece y encuentra en el tacto su propio activismo. Más háptica que óptica, la propuesta de Nuno Ramos privilegia la presencia física y la afectividad, para urdir desde esa taquicardia de la materia una erótica de lo existente y nuevos modos de sentir.

Por Victoria Cóccaro NadaNada puede tocar o ser tocado puede tocar o ser tocadoexcepto exceptoun uncuerpo. cuerpo Lucrecio, Rerum Naturae, Canto Lucrecio, Rerum Naturae, Canto I sueño hechodedemateria materiayyno node de símbolo, símbolo, Un Un sueño hecho tactoy ynonodededevaneo. devaneo dedetacto Nuno Ramos, Nuno Ramos,ÓÓ El tiene cuerpolatiene la posibilidad de retornar y cuestionarleconconsusupropia propiamateria materia aa las las El cuerpo posibilidad de retornar y cuestionarles normas reguladoras producensusuexclusión. exclusión normas reguladoras quequeproducen Javier Guerrero, Exhibicionismo y visualidad en América Latina Javier Guerrero, Exhibicionismo y visualidad en América Latina

N

uno unoRamos Ramosesesescritor escritor yy es es artista. artista. Pero Pero antes antes de continuar esta presentación presentacióndebo deboaclarar aclararque queuso uso las las palabras palabras “escritor” “escritor” y “artista” vagas queque puedan resultar– ta”porque porque–aún –aúnpor porgenerales generalesy hasta y hasta vagas puedan resulen casocaso conviene. Ramos escribe: poesía, que tar–este en este conviene. Ramos escribe: poesía, quepublica publicaen enlibros libros de poemas e imágenes (como Junco, 2011); escribe prosa es a poema, la vez poeprosa, que es que a la vez enma, autobiografía, interrogación y especulación filosófica, sayo,ensayo, autobiografía, interrogación estéticaestética y especulación filosófica, como como Cujo (1993, su primer también Ó (2008); entre otros Cujo (1993, su primer libro)libro) peropero también Ó (2008); y otras cosas más que que exigirían la creación de “un género” nuevo clasificarlos. Sermões es exigirían la creación de “un género” nuevo parapara clasificarlas. Sermões es su su último libro(2015), (2015),especie especiededenovela-poema-ensayo novela-poema-ensayosobre sobre un profesor último libro de filosofía devenido poeta que especula sobre sexo y expone su cuerpo. Ramos es artista en el sentido amplio que este término tiene –por virtud o por defecto– en el arte contemporáneo. Su obra plástica se compone de cuadros de gran formato (la serie Quadros de 1987-1991, o Vaselinas de 2015, entre otras), esculturas (la serie Craca), instalaciones (Cal, 1987; la serie Videotexto, Videotexto 1991-1993), 1991-1993),“audio-instalaciones” “audio-instalaciones” (como (como Bandeira branca, 2008 o su última exposición O direito à preguiça), “video-instalaciones” (Hora da razão, razão 2009), 2009),performances performances(ejemplo (ejemplo es es lala que que tuvo tuvo lugar en Buenos Aires en 2014, No sé, El templo del Sol), intervenciones en el espacio (Mataçao,1996; Marémobília, 2000; Iluminao is terreiros, 2006), entre otras formas cuyo nombre podríamos inventar aquí.

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Serie Vaselinas,2015 2015. Serie Vaselinas,

Como puede de sudetrabajo no privipuedeverse, verse,a lo a largo lo largo su trabajo no legia ninguna demuesprivilegia una modalidad modalidadsobre sobreotra, otra,tampoco ni demuestra un tra un desarrollo evolutivo una forma superaría desarrollo evolutivo dondedonde una forma superaría a la aanterior, la anterior no trabaja que trabaja sinosique con todas a la vez y retoma formas del comienzo. Es decir, su trabajo es un bloque, como la materia, materia,un unbloque bloqueque quenonoreconoce reconoce“géneros” “génerni a priori sinosino que que se mueve entre la esos”“disciplinas” ni “disciplinas” a priori, se mueve entre la critura escrituray ylalaplástica plásticacomo comoununcontinum. continum.Esta Esa porosidad que Nuno Ramos concibe y ejecuta entre las prácticas artísticas da cuenta de una predisposición hacia la materia: partir de la materia como a priori absoluto, responder al movimiento o la quietud que esta imponga sobre la trama formal de la obra. O dicho de otro modo, para responder al continuo y la porosidad de la materia es necesario que los géneros y la disciplinas se vuelvan porosas. En esa taquicardia por la materia, que va de la partícula de polvo a enormes piezas de mármol (Gotas; Pedras Marcantonio, Marcantonio 1998), 1998), Ramos expone una erótica de lo existente. En esa erótica, que es el modo en que Ramos ubica la relación de un cuerpo con otro cuerpo, el espacio o la materia, pero también entre las materias (cosas o meros materiales), el tacto funciona como gramática, parlante parlante oo muda: muda:¿Qué ¿qué lengua habla la materia? ¿Qué qué lengua lenguahablan hablanlosloshabitantes habitantesdedeese eseocéano océacorporal sin sin nombre, de de eseese cuerpo queque abre la escrino corporal nombre, cuerpo abre la estura dede Ó Ódescubriendo critura descubriendocírculos círculoscalvos calvosenensusurostro?: rostro? “¿Qué gen terminal nervioso ordenó que cayeran en ese formato circular perfecto? ¿En qué lengua interna conversaron?” 1(8). Ó es una obra escrita escrita de de Nuno Nuno Ramos, Ramos publicada en 2008 Pablo (Brasil), y en 2014 Argentina. Se com2008, en en San Pablo y enen2014 en Argentina. Se pone de 25 entreentre las que se distribuyen los compone en entradas 25 entradas las que se distribuyen

Ó, de de documentos corporales donde el elcuerpo los suerte Ó, suerte documentos corporales donde cueraparece como unauna “amalgama de carne y dey tiempo”, po aparece como “amalgama de carne de tiemun físicofísico que seque toca de conpo”,texto un texto se para toca leer para tratando leer tratando de servar sin sin nombre esoesoque conservar nombre quepersiste persistecomo como materia materia y fuerza: “…que no hay signo para la enfermedad y que el cuerpo, el cuerpo profundo, continúa inexplorado y mudo” (17). Para Nuno Ramos, entonces, el cuerpo es materia. En todo su trabajo artístico despliega una gran poética de la materia como aquello que se transforma: da forma y recibe forma, en consecuencia expone los cuerpos como material que se relaciona –afecta y es afectado– con otros cuerpos, con el espacio y, sobre todo, con el lenguaje. ¿Cómo se relaciona el lenguaje con la materia? Esta es la paradoja Nuno Ramos, la que recorre su obra como tema y también en su dimensión formal. Más adelante me detendré detendré en eneste estepunto, punto,por por el momento señaleel momento señalemos mos que en la Ó puesta persistea prueba la puesta pruebadel porlenguaje medio en Ó persiste pora medio del lenguaje lo escribiendo, que se está escribiendo, de de lo que sede está a través de alatravés pregunla sobre la entre relación entre escritura cuerpo: ta pregunta sobre la relación escritura y cuerpo:y “Tal vez “Tal vez seaocuparnos mejor ocuparnos esta extraña hersea mejor ahora deahora esta de extraña herramienramienta –escribe Ramos–, el lenguaje quepone me fuera pone ta –escribe Ramos–, el lenguaje que me fuera del cuerpo” En relación, esta relación, considero, indel cuerpo” (11). (11). En esta considero, ingresa gresa la dimensión del tacto, en este producir la dimensión del tacto, en este casocaso parapara producir un un extrañamiento el lenguaje y, en consecuencia, extrañamiento en en el lenguaje y, en consecuencia, enen la la relación cuerpo-escritura. relación cuerpo-escritura. La literatura, entonces, en la propuesta de Ramos, no vuelve inteligible inteligible aa lala materia, materia, más más bien bien es usada y usa al lenguaje como herramienta para introducirse en esa materia y entrar en continuidad, como si la tocara. La escritura, así, se despliega como un sensualismo de la materia, un documento de la exuberancia de

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las cosas (piedras, objetos, cuerpos, animales), yyalgo algosimilar similar podríapodríamos mos su obra plástica. En ubicarubicar en suenobra plástica. En priprimer lugar, el tacto imprime sus mer lugar, el tacto imprime sus cacaracterísticas sobre la trama forracterísticas sobre la trama formal, mal, tal como las define y explora tal como las define y explora Pablo Pablo Maurette a lo largo deensayos sus enMaurette a lo largo de sus 2 sayos el 2:tacto : proximidad, proximidad, fragsobre sobre el tacto fragmentariedad, simultaneidad mentariedad, simultaneidad (de tocar yy ser sertocado), tocado),relación, relación,cercacercanía, presencia(ya (yaque que reconoce reconoce al nía, presencia otro como presente y ocurre en el presente, entre dos cuerpos o materias), continuidad, desestabilización de nociones y categorías (como objeto y sujeto, activo y pasivo), entre otras. En segundo lugar, sus obras, en la elección de materiales y en el modo en en que quelos se dispone, disponen, convoconvocan can un modo de percepción un modo de percepción táctiltáctil –en –en sintonía, es cierto, exsintonía, es cierto, concon unauna explo3 3 ploración estética siglo ración estética deldel siglo xx xx . . Una coagulación de de marcas, marcas,llallagas texturas donde se inscribe gas o otexturas donde se inscribe ese ese “carnaval de particular lo particular y de “carnaval de lo y de lo lo irregular”,elelmundo mundocomo como “bazar irregular”, de texturas únicas e irrepetibles” 4 que es el mundo según el sentido del tacto. En sus sus ensayos, ensayos, Maurette Maurette expone algunos algunos modos modosenenque que la la liliteratura utiliza, involucra, involucra, explora teratura utiliza, e incorpora formalmente el sentido del tacto, desde el verso homérico dactílico hasta la escritura de Kafka. En la estela que deja me propongo pensar las nociones de cuerpo que aparecen en la obra de este artista, cuerpos entendidos como materiales y figurados a través del sentido del tacto, para luego interrogar el erotismo háptico de Nuno Ramos en el marco de las ideas de George Bataille, en el el contexto contexto del del capitalcapitaismo lismoactual. actual. Un escritor del tacto es de algún modo un sensualista: las texturas, las temperaturas, temperaturas, laslasirregularidairregularidades lo afectan; por eso la des lo afectan; por eso la escritura

Hora razão(Choro (Choronegro negro 3), 2014 Hora dada razão 2014.

Aranha, Aranha, 1991. 1991

de Nuno Ramos aparece como un tocar afectivo y una máquina autoerótica que se reactiva a medida que acontece. Más háptica que óptica, privilegia la presencia, la cercanía física y la continuidad frente a la distancia que impone la visión y la perspectiva de la representación. Estas coordenadas pueden presentar nuevos modos del sentir y figurar otros cuerpos y nuevas formas de relación.

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El cuerpo como inscripción háptica En Ó nos encontramos con un cuerpo atravesado por lo que no tiene nombre (ó5) y lo desestabiliza constantemente. En consecuencia, su conocimiento será por el tacto, lo cual ya se anuncia en las primeras páginas: “murmuro un nombre confuso a cada ser que llama mi atención y toco con mi dedo su frágil solidez, fingiendo que son homogéneos y continuos” (12). El tacto aparece como la forma de relacionarse con esa zona de la materia que contiene fuerza sin lenguaje, porque el lenguaje quebraría la continuidad que ocurre en el tacto: “Qué es lo que queda sin que yo sepa ya el habla (…) cuando las fechas se mezclan en una textura impronunciable, yo te conozco por el tacto” (“Tercer Ó”, 64). Como suscitan sus esculturas o sus cuadros al convocar modos de percepción táctil, donde importa un acercamiento por la sensación, en Ó, entre el cuerpo y la escritura, el tacto abre a nuevas maneras de entender el cuerpo (en tanto que cuando se toca se piensa en lo que se toca a través de lo que produce el tocar: el afecto, entendido como todo lo que genera un cambio en el cuerpo sensible, donde el tacto es entonces una sensación corporal que devela nuestra capacidad de afectar y ser afectado). Con sensación referimos al concepto que Deleuze acuña para nombrar en la obra de Francis Bacon otra forma de hacer aparecer al cuerpo en el arte por fuera de la narración y la figuración. Allí, el filósofo argumenta que mientras que la figuración requiere cierta distancia para lograr una visión global del cuerpo, la sensación convoca cercanía para conjurar lo ilustrativo y narrativo. La sensación hace aparecer un cuerpo no figurado como objeto sino experimentando la sensación: cuerpos presentes, deseantes, inmanentes, abiertos, vulnerables, transformables y transformadores, interrelacionados, agujereados, fuera de control, más allá del saber. Una pintura de la sensación capta el hecho o acontecimiento, la acción directa de fuerzas invisibles sobre el cuerpo. Al devenir todo el cuerpo órgano perceptivo experimentante, configurador de sensibilidad y soporte donde el mundo puede existir, le destituye al ojo el privilegio de percibir6. Allí el tacto nos permite pensar al mismo tiempo al sujeto y al objeto (hecho o espacio). La potencia estética del tacto está en permitir acercarnos al cuerpo sin la necesidad de consolidar un saber universal, sino exponiendo su singularidad, su detalle, y sobre todo su forma de acontecer en episodios

aislados. El yo se presenta por fuera de una estructura biográfica que responde al sentido, al orden de las causas y las consecuencias, que ofrece al cuerpo como totalidad organizada y funcional sobre el que ejercer un saber. Por el contrario, el yo de Nuno Ramos no sabe, está desorganizado, tiene exabruptos; atraído por todo lo material, enamorado de lo sólido, toca y escribe, el tacto le permite ubicarse en la escala micro de lo mínimo del grano de polvo. Una escritura atravesada por el tacto como la de Ramos hace que la ruina no sea un destrozo sino un canto. Si el tacto, según Maurette, se detiene en lo anómalo, Ramos convierte en activa esta relación: es el tacto el que abre una experiencia anómala. Así la experiencia de contacto y deseo por pedazos de materia (“quiero el polvo del plástico, las migajas del acero”) funciona como motor de su escritura. Como señalamos, Ó comienza –a modo de diario– con el registro de algunos acontecimientos corporales: se le dibujan círculos calvos en el rostro, engorda ineluctablemente y deja de ubicar un fragmento de hueso sobre la rodilla. Su cuerpo acontece, su materialidad se transforma, sin un saber que lo explique ni una palabra que lo nombre. Así, quien escribe ironiza sobre una posible enfermedad que le otorgue una identidad, acaso un lugar en el mapa biopolítico –como clasificación de todo lo que le acontece a un cuerpo a fin de otorgar un producto o servicio, una identidad en tanto consumidor–: “¿Micosis? ¿Stress? ¿Hongo? ¿Musgo? –diagnosticaron inmediatamente algunos amigos, con ese devaneo de la medicina amateur, y me alegré con la posibilidad de ganar la compañía, aunque fuera una enfermedad, de algo con nombre definido”(8). Luego, documenta la desaparición de “un pequeño fragmento sobre el hueso de la canilla derecha” o el engorde de su vientre y concluye que el cuerpo cambia, opera todo el tiempo un movimiento cuya finalidad le pertenece solo a él (9). Lo corporal como acontecimiento, entonces, antes que elaboración de un relato, donde esa materialidad del cuerpo no es exaltada como obscenidad, transgresión, festividad procaz o bien conformando un esteticismo que lo delinee para depositar significados, sino que se expone inserta en lo cotidiano, en lo vivo desjerarquizado, tratando de recuperar el misterio de la vida en una escritura que toma al cuerpo como un hecho vital más. El cuerpo es la manifestación diaria del gasto, su envejecimiento, su continuo cambio de forma (engordar, ensancharse). En este modo de inscribir lo corporal en su práctica artística, Nuno Ramos recuerda al artista argentino

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Alberto Greco. Cuando traza sus VivoDitos (señalización y firma de cuerpos en la vía pública que devenían así obras de arte “vivas”) o cuando pone modelos vivos delante de sus cuadros y las siluetas quedan plasmadas en la tela como huellas, el cuerpo soporte de cuerpoaparece aparececomo como soporte 7 7 o bien como efecto sobre la de obra la obra o bien como efecto soesta. PeroPero también en suen obra bre esta. también su plásobra tica, por ejemplo Hombre Pintura plástica, por ejemplo Hombre Pintu-o los negrosnegros y matéricos del ra, ocuadros los cuadros y matériperíodo 1959-1962, que exponen cos del período 1959-1962, que la potencialadel materialdel y convocan exponen potencia material una visión háptica del cuadro, y convocan una visión hápticapuedel den vincularse a las primeras obras cuadro, pueden vincularse a las pride Nuno Ramos: las series Quadros meras obras de Nuno Ramos: las de 1997-1998 (luego retomada en series Quadros de 1997-1998 (luego otros años). y Ramos –quey retomada en Greco otros años). Greco también ambos son artistas plástiRamos –también ambos son artistas cos y poetas– de diversas formas plásticos y poetas– de diversas forescriben y registran al cuerpo como mas escriben y registran al cuerpo algo que sucede en el mundo, o más como algo que sucede en el munbien, mismo momento picdo, o en másese bien, en ese mismo motórico o escritural: manifestación mento pictórico o escritural: manidel sujeto escribiente y de ese festación del sujeto escribiente yinsde tante de escritura. Escribir es escriese instante de escritura. Escribir bir –también– los acontecimientos es escribir –también– los acontecdel cuerpo. imientos del cuerpo. Irrupción del cuerpo en la escritura, la cual se vuelve diario y documento de sus manifestaciones y donde donde este esteesesexpuesto expuesto como como ininstancia presente la escena stancia presente en laenescena de esde escritura. La escritura critura. La escritura apareceaparece como como un acto motriz, es una actiun acto motriz, es una actividad vidad corporal, el lenguaje como corporal, y el ylenguaje como un un proceso o un proyecto más que proceso o un proyecto más una herramienta que nombra. Del mismo modo la actividad artística se desarrolla como proceso, justamente, como actividad continua entre la escritura y el arte plástico. Así, cuando en enRamos Ramos“un “unpequeño pequeño grano anuncia en una epifanía la grano anuncia en una epifanía la popotencia” (174), aparece la potencia tencia” (174), aparece la ó (ó es lo que no tiene nombre y abre un hueco en la palabra, allí la elección de la letra O ejerce gráfi-

camente esta idea de vacío): “La carne que nuestra propia carne fue necrosando”, unas zapatillas viejas o pedazos de piedras son cosas que guardan su potencia ó si se mantienen incomprensibles –fuera de la representación, podríamos decir– por eso la técnica de Ramos apunta a una inscripción de decir,–por la tapicería de lo real fragmentada y desmigajada de una unidad ausente. Incomprensibles, dadas en su inmanencia, estas “epifanías” de la materia son interrupciones de nuestro “exilio” hecho de nombres y monotonía, explica el escritor. Por eso él va en sentido contrario: “a todos los pronombres los llenaría de materia” (171). La pregunta que abre es por todo lo vivo y lo —ya que estas divisiones son lo muerto, muerto,loloorgánico orgánicoyyloloinorgánico inorgánico, ya que erosionadas, ya que el erotismo es, siguiendo a Bataille, la aprobación de la vida hasta en la muerte8. La vida aparece como algo que se abre más allá de lo que conocemos sobre ella. En el capítulo de Ó, “Zurda, lío, hidroeléctricas”, la mano zurda aparece como esa orden esa zona zona del delcuerpo cuerpoque queresiste resistea alalacultura, cultura,lenguaje, el lenguaje, el yorden clasificación. Sería una parte del cuerpo que no funciona como ‘el socio y la clasificación. Sería una parte del cuerpo que no funciona como del sujeto’delque trabaja él y lo hace dinero, al acorde modo de ‘el socio sujeto’ quepara trabaja para él yganar lo hace ganaracorde dinero, al 9 9 . Por el contrario, distribución de los cuerpos en el orden capitalista actual modo de distribución de los cuerpos en el orden capitalista actual . Por el los cuerposlosfigurados Ó se comportan imprevisiblemente y lo mismoy contrario, cuerposen figurados en Ó se comportan imprevisiblemente podría decirse dedecirse sus obras exponen relaciónlaentre dos entre o másdos ma-o lo mismo podría de que sus obras que laexponen relación teriales orgánicos: se mueven, desmoronan, derriten, parten, resisten, pemás materiales orgánicos: se mueven, desmoronan, derriten, parten, resisnetran, de forma ten, penetran, de imprevisible. forma imprevisible. Desde una perspectiva vitalista, vitalista podríamos podríamos ubicar ubicar en en lala torpeza torpeza de la zurda esa fuerza que se afecta a sí misma, energía vital, potencia que desarma y excede las cristalizaciones o territorializaciones y expresa lo viviente. Sin embargo, si bien es esta imprevisibilidad del cuerpo lo que pareciera inscribir Ramos en su su escritura, escritura, en en sus sus Ó, Ó,no nopodríamos podríamoshablar hablarde deuna unapopo

ManoráBranco, Branco, 1997. Manorá 1997

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tencia viviente avasallante. El de Ramos sería más bien un vitalismo lento, moroso, torpe, inoperante, que nos exige crear otras figuraciones para lo viviente. Lo que aparece en ese lugar lugar de de apertura aperturade delalavida vidaeseslalamatemateria comoaquello aquello repleto incógnitas, donde Raria como repleto de de incógnitas, donde Ramos mos despliega su obra investigación (¿o una despliega su obra comocomo una una investigación (¿o una nanavegación?), finesniniresultados, resultados,de de sus sus relaciones y vegación?), sinsinfines transformaciones. Frente a esa materia: el lenguaje, pero uno que al nombrar no signifique, no trascienda la mudez material. ¿“Ó” sería un modo de un hablar físico, de una lengua matérica? Así Ó registra acontecimientos de la materia (cuerpos y cosas) desde las las huellas huellas y las marcas que se dejan entre sí: “Somos pergamino, arena. Sufrimos la compresión continua de los otros cuerpos en el nuestro, que van imprimiendo allí una forma de escritura que nadie lee y después se apaga sola” (193). ¿O acaso esa escritura mínima puede leerse por el tacto? Entonces, ¿materia o lenguaje? pregunta tenEntonces, ¿materia o lenguaje? EstaEsta pregunta tensiona siona la escritura de Nuno cuyo paradótoda latoda escritura de Nuno RamosRamos cuyo paradójico objico del lenguaje materia que solo jetivoobjetivo es haceresdelhacer lenguaje materia que solo “hablaría” “hablaría” quien la toca y solo el tacto sabría para quienpara la toca y solo por el tactopor sabría su nombre, su nombre, porque (paradójico este es en expresado en (paradójico este porque es expresado esa misma esa misma lengua de la que quiere escapar): “entonces lengua de la que quiere escapar): “entonces extendeextenderíamos manoelhasta el próximo y saríamos la manolahasta próximo cuerpo cuerpo y sabríamos bríamos por su el tacto su nombre y su sentido, y seríamos por el tacto nombre y su sentido, y seríamos dioses dioses corpóreos” (13). La pregunta el lenguaje en corpóreos” (13). La pregunta por el por lenguaje en la esla escritura fisura la relación lenguaje el mundo critura fisura la relación del del lenguaje concon el mundo en en tanto garante ordenador de una realidad y perceptanto garante ordenador de una realidad y percepción ción de totalidad. una totalidad. En consecuencia, aparece una de una En consecuencia, aparece una realirealidad caprichosa, fragmentariedad sin síntesis. dad caprichosa, una una fragmentariedad sin síntesis. Allí Allí la escritura se ofrece como el mismo fin mismo deobra, la obra, la escritura se ofrece como el fin de la un un gesto único objetivo es producir un materigesto cuyocuyo único objetivo es producir un material que al que es solo un resto más, y al fin, un conjunto de es solo un resto más, y al fin, un conjunto de fragmenfragmentos. Esto en losdetítulos de cada oentrada tos. Esto se ve en se losvetítulos cada entrada capítuloo capítulo másenumeración que una enumeración azarosa que no esque másno queesuna azarosa (“Recubri(“Recubrimiento lama-madre, y repetición, miento lama-madre, urgencia y urgencia repetición, ¿los perros ¿los perroscomo sueñan?”), como si apuntara a coleccionar sueñan?”), si apuntara a coleccionar pedazos de pedazos de materia, piedras o caracoles, así como las se materia, piedras o caracoles, así como se presentan presentan lascomponen palabras que ó. Solo hay palabras que los componen ó. Solo hay los hechos concrehechos concretos: sordos y mudos. Objetos desinstrutos: sordos y mudos. Objetos desinstrumentalizados, mentalizados, y manos zombis lo queRamos. atrae a fósiles y manosfósiles zombis es lo que atrae es a Nuno Nuno Ramos. Un erotismo del tacto Un erotismo del tacto La mano zurda, Ó, lo mineral, el fósil, los primeros La mano zurda, Ó, loque mineral, el fósil, los héroes mudos, esa zona se mantendría en primeros una conhéroes se mantendría en una continuidadmudos, eróticaesa conzona todoque lo existente... Si seguimos las tinuidad erótica con todo lo existente... Si seguimos las tres formas de erotismo consideradas por Bataille: de

Choronegro, Negro, 2004 2004. Choro

los cuerpos, los corazones y lo sagrado10, cuya principal tres formas desería, erotismo Bataille: del de característica en susconsideradas palabras, una10por sustitución los cuerpos, del los corazones y lo sagrado , cuya principal aislamiento ser –su discontinuidad– por un senticaracterística sería, en sus palabras, una sustitución del miento de profunda continuidad (Bataille 20), podríaaislamiento del ser –su discontinuidad– por un sentimienmos quizás poner al tacto en esa serie. Un erotismo del to de un profunda continuidad (Bataille, ya 20),quepodríamos tacto, erotismo háptico, entonces, al tocar, quizás poner el tacto en esa serie. Un erotismo del tacto, desvaneciendo el abismo que los separa, los cuerpos un erotismo háptico, entonces, ya que alentocar, desvaneci(pero también la materia) ingresarían la continuidad endo abismo que es: los “soy separa, los cuerpos (pero también entreeltodo lo que contiguo a ellos, hechos de la materia) ingresarían en la continuidad entre todo lo que carne parecida. Por el toque me igualo al acero más es: “soy contiguo a ellos, hechosa de parecida. el 11 frío, algo de mí se transmite él”carne . Una imagenPor (que toque me igualo al acero más frío, algo de mí se transmite podría devenir en concepto) para describir la escritu11 araél”táctil . Una devenir endeconcepto) 12 de imagen Ramos(que es lapodría del “muñeco alquitrán”para : describir la escritura táctil de Ramos es la del “muñeco de todo lo que se le acerca se le pega, y engorda ineluc12 alquitrán” : todo lo que setener le acerca le pega, y de engortablemente. La ganancia: mássesuperficie piel da ineluctablemente. La ganancia: tener más superficie de para entrar en continuidad, aumentar su superficie de piel para entrar en continuidad, aumentar su superficie de contacto, desplegar un erotismo del tacto que franquee contacto, desplegar un del tactointeligible que franquee la la discontinuidad, queerotismo acaso vuelva en el discontinuidad, que acaso inteligible el hueco de hueco de la palabra unavuelva continuidad conentoda la mala palabra una continuidad con toda la materia. Sin embarteria. Sin embargo, veremos, hay algunos aspectos que go, veremos,alhay algunosdel aspectos queladiferencian al erodiferencian erotismo tacto de serie batailleana. tismo del tacto de la serie batailleana. Principalmente, el Principalmente, el de Bataille es un erotismo excluside es un erotismo a la ‘especie’ humana vo Bataille a la ‘especie’ humana yexclusivo heterosexual (de hecho, casi yexclusivo heterosexual (de hecho, casi exclusivo al ‘hombre masal ‘hombre masculino activo heterosexual’) culino activo que Ramos crea un mientras queheterosexual’), Ramos crea unmientras transerotismo entre lo existranserotismo lo existente ya también que el erotismo tente ya queentre el erotismo ocurre más alláocurre de los también más allá de los cuerpos, entre materias. cuerpos, entre materias.

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Hora da Razão, 2014 (ChoroNegro Negro 3). Razão, 2014 (Choro 3)

Un erotismo trans-especie y multisexual cuyo movimiento es una continua metamorfosis, al modo de un organismo vivo y también de un organismo muerto. La figura de la muñeca rusa que aparece en el capítulo 9 habla de una continuidad leída como huella y tacto entre superficies, y en esta línea aparece “el erotismo” en el último capítulo de Ó Ó como aquello que puede superar la discontinuidad. Cuando escribe “estoy hablando del erotismo” (174) se refiere al contacto de los cuerpos: presencia y presente (“ahora”) que deja una marca en el cuerpo. El erotismo tiene el poder de transformar la materia (“el erotismo vuelve líquida la piedra calcárea del día”) y los cuerpos (“este nuevo cuerpo que parezco ganar gratuitamente con el erotismo”, 175). En En este este proceso proceso metamórfico metamórfico todo encaja y recupera erotismo” 175). acaso esa continuidad perdida y fracturada: “Tal vez el placer sexual sea el premio por el gran encaje de todos nuestros miembros –con nosotros, con otro cuerpo y con la naturaleza de forma general” (176). Pero, cuerpo el que aparece la escena erótica? Frente a un Pero, ¿qué¿qué cuerpo es elesque aparece en laenescena erótica? cuerpo cona fines y propósitos, y objeto de un ysaber, Frente un cuerpo con finesautocontrolado y propósitos, autocontrolado objetoapade rece en Ó un cuerpo que no es reducido a un objeto más de conocimiento un saber, aparece en Ó un cuerpo que no es reducido a un objeto más de extendido en el espacio yeneleltiempo, un cuerpo transforma conocimiento extendido espacio es y eldecir, tiempo, es decir,que un cuerpo que lo extenso en intenso. en Este cuerpoEste es llamado cuerpo-sí nada le transforma lo extenso intenso. cuerpo es llamadoporque cuerpo-sí pores ajeno, toda la materia le interesa, lo continúa, como unidos por una que nada le es ajeno, toda la materia le interesa, lo continúa, como unidos enorme piel. piel. por una enorme

cuerpoobeso obeso cual Un cuerpo que,que, cual zomzombi insaciable, devora cubi insaciable, devora otrosotros cuerpos, erpos, incorpora y transforma todo incorpora y transforma todo lo que lo queacerca. se le Aquí acerca. Aquí entonces se le entonces vale invale introducir la idea de que Nuno troducir la idea de que Nuno Ramos Ramos no un figura un cuerpo estrictno figura cuerpo estrictamente amente antropomorfo, másdesactibien, antropomorfo, más bien, desactiva de una vez la máquina anva de una vez la máquina antropotropológica: su obra parece borlógica: en suenobra parece borrarse rarse cualquier pista de “lo humacualquier pista de “lo humano” (y no” (y el como tacto como régimen lo el tacto régimen de lo de sensensible avanza fragmentosy sible queque avanza porpor fragmentos yextrema extremacercanía cercaníale lecorresponde correspondea aesaesacaída caídadedela la representación representación dede la la forma-hombre propia de la modforma-hombre propia de la moderernidad), predisposición nidad), porpor esoeso su su predisposición es es hacia la materia general. hacia la materia en en general. El erotismo del tacto no es exclusivo a “lo humano”, se extiende a

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las piedras y los animales. Ramos arma una contigüidad entre humanos, animales, plantas, piedras, sustancias, objetos: “hermano fruto, polvo y cadena, en todo idéntico pero mudo” (107). El erotismo entre lo existente se despliega como una lava o una goma (un material frecuentemente usado en su obra plástica, junto con la vaselina, la brea, el alquitrán) que cubre y metamorfosea los materiales: “el viejo mueble habrá cumplido su más elevado, corpóreo, destino: mezclarse, metamorfosearse, dejarse tomar por la lava original que vuelve igual el diente y el vidrio, la mano y el animal, el terciopelo y el contenedor” (144). Este erotismo responde a la continuidad (a)morfológica entre lo vivo y su entorno, una piel recubre a todos por igual. Un erotismo trans-especie y multisexual cuyo movimiento es una continua metamorfosis, al modo de un organismo vivo y también de un organismo muerto. La piel como un límite que es traspasado constantemente, que deja de ser un límite porque el tacto la transforma en continua, podría funcionar como metáfora de la obra de Nuno Ramos. Pero vale señalar que así como vivo y muerto u orgánico e inorgánico son categorías que se desdibujan, lo fragmentario y lo continuo se ofrecen a la vez: Ramos nos presenta una continuidad, contigüidad de fragmentos. Y esta noción corresponde al cuerpo que se construye en su escritura, un cuerpo que –como el que precisa Jean-Luc Nancy en su Corpus– no tiene unidad sintética sino es una colección de partes: “Hay piezas, zonas, fragmentos (…) un pedazo después de otro, un estómago, una ceja, una uña, un pulgar” 13. El tacto, como la escritura14, lo vuelve material y presente cada vez. Un material plástico que transforma y se transforma. Sin embargo, vale aclarar que el erotismo del tacto de Ramos no disuelve sino que transforma. En Ramos, su “ser amado” es la materia, la materia es esa transparencia opaca del mundo donde se experimenta la continuidad del ser, por eso aquí la verdad del ser es la verdad de la materia. Para él hay vida en la piedra, “ó está en las cosas sólidas que toqué y tocaste” (69), la afirmación de la vida hasta en la muerte, pero la vida y la muerte no nombran solo lo humano como en el erotismo (humano) de Bataille. La “experiencia interior” donde se da la continuidad del ser sería entonces la experiencia del tacto (interior y exterior); en el tacto se sustituye el lenguaje por una “contemplación silenciosa”, el silencio del erotismo, porque la conciencia de la continuidad nos quitaría inmediatamente de la continuidad. Tal vez por eso Nuno va hacia la materia,

como un momento de continuidad pre o pos lingüístico y humano, o bien apunta a transformar la palabra en materia o en fósil. El erotismo del tacto no hace diferencia entre géneros, el participante masculino no es necesariamente el activo ni la femenina la “parte pasiva”, como ordena Bataille: “insisto en el hecho de que la parte femenina del erotismo se aparecía como la víctima, y la masculina, como el sacrificador” (23). En la escena erótica que leemos en Ó (“Tocarla, engordar, pájaros muertos”) la mujer es activa: “lo que quiere de mí es sexo, y si despierta con la punta de mis dedos, enseguida dirige mis gestos a las regiones guardadas de su cuerpo” (33). El tacto no la disuelve sino que la hace presente, la transforma en presencia: “No me canso de tocarla, (…) materializarla frente a mí a través del tacto. Tal vez por saber, saber profundamente, que todo lo que se ofrece está desapareciendo y muriendo, sé que tengo que alcanzarla antes que desaparezca” (31). Por último, el erotismo del tacto que delimitamos se diferencia de un erotismo de las emociones propio del neoliberalismo. La socióloga Eva Illouz denomina “capitalismo emocional” 15 a la fase actual del capitalismo en la cual las emociones –en tanto vínculo entre significados culturales (por ejemplo “divisiones de género”) y relaciones sociales– regulan el consumo a la vez que se han vuelto mercancías. El consumidor-productor del neoliberalismo está en constante búsqueda de placer, belleza y bienestar, a la cual se articula la producción. Las emociones y hasta el placer se convierten en herramientas del biopoder, funcionan como formas de control de los cuerpos. Pues a un erotismo de las emociones le corresponde, en esta configuración, un erotismo de los cuerpos “bellos”, ejercitados, “saludables”, bienformados, autocontrolados, objetualizados en un saber. De este modo, Illouz16 señala que en el capitalismo emocional la forma de la narración autobiográfica es fundamental para crear identidades (es decir, consumidores), pues en el relato el yo se autoconstruye, cuantifica y cualifica sus emociones a fin de fijar una figura clara sobre su personalidad. Donde se negocian emociones, su narración, comunicación y nominalización es un paso fundamental para convertirlas en materia de intercambio (como bien o como moneda). Los individuos gobernables son aquellos que, como empresarios de sí mismos, al reflexionar y taxonomizar su “vida interior”, producen su propia satisfacción. Según Illouz, la narración autobiográfica, exposición de la vida privada, de las emociones y las intimidades, aparece entonces como la forma discursiva que mejor

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articula al sujeto afectivizado-racioarticula (la al construcción sujeto afectivizado-ranalizado del Yo que cionalizado (la construcción del Yo siente y reflexiona sobre ello). queEn siente reflexiona sobre ello). estey contexto, el erotismo En este contexto, el erotismo háptico que gana terreno en la obra háptico gana crea terreno en la obra de Nunoque Ramos un cruce node Nunoentre Ramos crea un cruce novedoso formas textuales (o vedoso entre formas textuales de (o discursivas), representación discursivas), representación afectos y nociones de cuerpo, de ya afectos y nociones de cuerpo, ya que el tacto configura un régimen queloelsensible tacto configura un régimen de que se aleja del orde lodesensible que seElaleja orden la emoción. tactodel como denerotismo de la emoción. El tacto como un del mundo expresaría unperseverancia erotismo del de mundo expresaría la la sensación, la la perseverancia de la sensación, la cual, en los términos de Deleuze, cual, en los de Deleuze, reordena la términos experiencia sensible. 16 reordena lallama experiencia al régimensensible. estétiRancière Rancière llama al régimen estético de las 16artes aquel que se caracteco deporlasunartes aquel que se de caracriza particular modo ser teriza por un particular modo de sensible que “contiene una potencia ser sensible que “contiene poheterogénea, la potencia de una un pentencia heterogénea, potencia en de samiento que se ha la convertido un pensamiento se ha convertialgo extraño paraque sí mismo”. Contido en algo sí mismo”. nuando sus extraño palabraspara podríamos deContinuando sus palabras podríacir que Ramos convierte al lenguaje mosextraño decir que Ramos al en respecto a síconvierte y sufre una lenguaje en por extraño respecto a sí lay taquicardia lo sólido porque sufre una taquicardia por lo sólido piedra guarda una potencia en su 17 porque la piedra guarda unase nos poinexpresividad , algo que no 17 tencia en su inexpresividad , algo devela ni como útil ni como nomque no nos forma devela mineral, ni como por útil bre. Así,se esa ni como nombre. Así, esa forma

ejemplo, puede volverse en Ramos una nueva anatomía del deseo, o al mineral, por ejemplo, puede en Ramos unabrasileño nueva anatomía del menos una nueva materia que volverse desorganiza. El artista vuelve predeseo,que o alnomenos unalonueva materia que desorganiza. El artistahay brasileño sente todo en existente nos responde y tiene nombre, una acvuelve presente que no todo lo existente nosEnresponde y tiene nombre, tividad vital no apresada por elenciclo mecánico. Ó, escribe con sarcasmo hay una actividad vital no apresada por el ciclo mecánico. En Ó, escribe con sobre la relación entre cuerpo y lenguaje del capitalismo emocional que sarcasmo contra sobre la entre cuerpo y lenguaje de dellacapitalismo emoatentaría el relación despliegue errático y persistente vida: cional que atentaría contra el despliegue errático y persistente de la vida: un pequeño demonio grita alto y todo el tiempo: ¡Aproveche el día!, o ¡Conun pequeño demonio grita altodinero!, y todo elo tiempo: ¡Aproveche día!, o ¡Concéntrese!, o ¡Estudie!, o ¡Gane ¡Sea feliz! (…) Es ela la constancia céntrese!, o ¡Estudie!, o ¡Gane dinero!, o ¡Sea feliz! (…) Es a la constancia de propósitos y a la fuga a cualquier disipación que estos sistemas, por más de propósitos y a laesfuga a cualquier disipación que estos sistemas, más variados, apuntan; al horror a la continuidad anónima de nuestraporrespivariados, apuntan; horror a ladecontinuidad anónima de nuestra respiración, a la caída oesalalcrecimiento nuestros cabellos o a los troncos de los ración, aallamodo caídaeno al de senuestros cabellos de los árboles, quecrecimiento los helechos orientan haciaolaa los luz,troncos al propósito árboles, al modo en quede los helechosinmóvil se orientan hacia la luz,que al propósito autocentrado, mineral, continuar en su continuidad, parece la autocentrado, mineral, de continuar inmóvil en su continuidad, que la más antigua vitalidad la vida; es contra todo esto que todos estosparece sistemas máslanzan antigua vitalidad se (41, 42). de la vida; es contra todo esto que todos estos sistemas se lanzan (41- 42). Contra ese resto inexpresivo e impasible que nos deja, sí, un poco estuContra ese resto inexpresivo e impasible deja, sí,Elunerotismo poco estupefactos y avanzando a tientas: tocando lo queque nos nos chocamos. de pefactos y avanzando a tientas: tocando lo que nos chocamos. El erotismo Nuno Ramos, entonces, consiste en entrar en continuidad con lo real, formar de Nuno Ramos,Yentonces, consiste entrar eny cultura, continuidad cony animal, lo real, parte del mundo. el mundo es a la vez:en naturaleza hombre formar sólida parte ydel mundo. Y el mundo a la esvez: naturaleza y cultura, materia líquida, lo muerto y lo vivo;estocar erosionar estas divisiones. hombre animal, materia sólida y líquida, lo muerto y lotendríamos vivo; tocarque es Por eso ely erotismo aquí supera al de la especie, y más bien erosionar estas divisiones. Porlaeso el erotismo aquí supera al dedelaRamos especie, hablar de un erotismo de toda naturaleza. La práctica artística se yaparea más bien tendríamos que hablar de un erotismo de toda la naturaleza. La con la materia pero no para procrear –duplicar– sino para celebrar un práctica artística de Ramosque se activa apareauna conmetamorfosis la materia pero noenpara procre-y erotismo entre lo existente doble: el mundo ar –duplicar– celebrarununefecto erotismo entre existente que activa en la escritura.sino Hay,para por último, político en lo exhibir la capacidad de una metamorfosis en (cuerpos, el mundocosas): y en lasuescritura. Hay, por transformación de ladoble: materia disponibilidad para último, ejercer un efecto político exhibir la capacidad de transformación la pensamatenuevos usos, generarennuevos sentidos y reconfigurar el territorio de lo ria (cuerpos, cosas): su disponibilidad para ejercer nuevos usos, generar ble, lo visible y –agrego– de lo háptico: nuestra capacidad de afectar y ser nuevos sentidos y reconfigurar el territorio de lo pensable, lo visible y – afectados. agrego– de lo háptico: nuestra capacidad de afectar y ser afectados.

Hora da Razão, 2014 (Choro Negro 3).

Hora da Razão, 2014 (Choro Negro 3) BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 64 BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 92


el erotismo háptico que gana terreno en la obra de Nuno Ramos crea un cruce novedoso entre formas textuales, representación de afectos y nociones de cuerpo, ya que el tacto configura un régimen de lo sensible que se aleja del orden de la emoción. El tacto como un erotismo del mundo expresaría la perseverancia de la sensación. El tacto tacto como como activismo activismo El Al describir describir el el régimen régimen postindustrial postindustrial farmacoporfarmacoporAl 18 18 nográfico, Beatriz Preciado se refiere al lugar hegehegenográfico Beatriz Preciado se refiere al lugar mónico mónico de de la la ciencia ciencia como como discurso discurso yy práctica práctica cultural, cultural, en en tanto tanto tiene tiene “autoridad “autoridad material”, material”, es es decir, decir, la la capacicapacidad no solo de describir o representar sino de crear dad no solo de describir o representar sino de crear la la realidad. Sin embargo, hace una salvedad: el arte y el realidad. Sin embargo, hace una salvedad: el arte y el activismo activismo también también tendrían tendrían este este poder poder performativo performativo de de crear artefactos. crear artefactos. ¿Cómo ¿Cómo elabora elabora hoy hoy la la literatura literatura los los sentidos sentidos de de un un cuerpo sobrestimulado, vuelto objeto de consumo, cuerpo sobrestimulado, vuelto objeto de consumo, obobjeto estético y erótico, cuyasensibilidad sensibilidadparece pareceestar esjeto estético y erótico, cuya tar construida y moldeada constantemente? La escena construida y moldeada constantemente? La escena eróerótica –lejos de ser un acto de transgresión, tica –lejos de ser un acto de transgresión, másmás bienbien dedevenida momento consumo acechado varivenida unun momento de de consumo acechado porpor variadas adas ofertas culturales– modela las subjetividades. Es ofertas culturales– modela las subjetividades. Es decir, decir, en la escena se construyen de en la escena erótica erótica se construyen nocionesnociones de cuerpo cuerpo y también a la inversa, los cuerpos articulan y también a la inversa, los cuerpos articulan determideterminadas formas sentir y del Eloy erotismo. Eloy nadas formas del sentirdel y del erotismo. Fernandez Fernández cuatroque disciplinas que desde Porta señalaPorta cuatroseñala disciplinas desde distintos endistintos enfoques abordan el análisis del capitalismo foques abordan el análisis del capitalismo actual con el actual el cuerpo temaCada en común. Cada una una cuerpocon como tema encomo común. una focaliza focaliza una parte: la piel, en el caso del sujeto hiperparte: la piel, en el caso del sujeto hipersensible de la sensible la moda; cerebro, enhila sociologíadedelalasociología moda; el de cerebro, en laelsensibilidad sensibilidad hiper de racionalizada sociología de las per racionalizada la sociologíadedela las emociones ya emociones ya que es este el que ordena emociones que es este el que ordena emociones y asigna bienes dey asigna bienes de consumo; el sexo, biopolíticas en perspectivas bioconsumo; el sexo, en perspectivas como la políticas como la de Preciado que identifica un circuito de Preciado que identifica un circuito de excitación y de excitación y sobreexcitación consumidor; sobreexcitación del consumidor;del y por último, uny por enúltimo, un enfoque crítica aque la ideología foque como la críticacomo a la la ideología configuraque un configura un sujeto que, como contrapartida de ese essujeto que, como contrapartida de ese espacio hiperespacio hiperestimulado, se “enfría”. Pero, estos los timulado, se “enfría”. Pero, ¿son estos los¿son únicos sensiúnicos sensibles, sujetos y construcciones corporales bles, sujetos y construcciones corporales que podemos que podemos el contexto actual? imaginar en elimaginar contextoen actual? Las Las páginas páginas anteriores anteriores intentan intentandesplegar desplegaresa esaposibposiilidad del arte y la literatura de funcionar como “conbilidad del arte y la literatura de funcionar como “contralaboratorios tralaboratorios virtuales virtuales de de producción producción de de realidad” realidad” que apuntaba Preciado. A través de la obra que apuntaba Preciado. A través de la obra de de Nuno Nuno

Ramos Ramos traté traté de devincular vincularlalacreación creacióndedeprocedimientos procedimienartísticos con la figuración de cuerpos y así yproponer tos artísticos con la figuración de cuerpos así pro19 20 coordenadas para nuevos erotismos . Porque, si con si poner coordenadas para nuevos erotismos . Porque, 20 21 Judith Butler decimos que el discurso produce con Judith Butler decimos que el discurso produce lo lo que que él él nombra, nombra, ¿cómo ¿cómo ampliar ampliar las las formas formas discursivas discursivas que que ordenan ordenan las las emociones emociones yy articulan articulan los los cuerpos cuerpos que que construyen?, ¿cómo reabrir, rearticular, ofrecer otros construyen?, ¿cómo reabrir, rearticular, ofrecer otros mecanismos mecanismos de de asociación asociación entre entre emociones emociones yy reprerepresentaciones? ¿Qué maneras existen sentaciones? ¿Qué maneras existen de de imaginar imaginar formas formas del del sentir, sentir, imaginar imaginar cuerpos cuerpos que que sienten sienten yy se se nombran nombran desorganizando desorganizando “moldes” “moldes” que que se se dan dan como como “naturales”? “naturales”? ¿Cómo ¿Cómo desplegar desplegar una una forma forma de de presentar presentar yy elaborar elaborar emociones no para cristalizar una identidad e institucioemociones no para cristalizar una identidad e institunalizar un un yo,yo, es decir, cómo puede “hablar” (escribir) cionalizar es decir, cómo puede “hablar” (escriun yo sin responder a una exigencia biográfica? ¿Cómo bir) un yo sin responder a una exigencia biográfica? puede vidauna –unvida cuerpo– escribir yescribir escribirse? ¿De ¿Cómouna puede –un cuerpo– y escriqué formas se relacionan cuerpo y lenguaje? ¿Cómo birse? ¿De qué formas se relacionan cuerpo y lenguaje? presentar emociones sin que sean evaluadas, examina¿Cómo presentar emociones sin que sean evaluadas, das, negociadas y cuantificadas como una “propiedad” examinadas, negociadas y cuantificadas como una “promás del más individuo que lo hace o perder piedad” del individuo queganar lo hace ganar capital? o perder En el contexto del capitalismo emocional, el erotiscapital? moEn queelpresenta se desmarca de la distribución contextoRamos del capitalismo emocional, el erotisafín al homo-economicus neoliberal, aquel “hombre de mo que presenta Ramos se desmarca de la distribución empresa” que trabaja para sí mismo, como ya indicaba afín al homo-economicus neoliberal, aquel “hombre de Foucault fines de lospara 70:sí“En la medida conempresa” aque trabaja mismo, comoenyaque indicaba sume, el hombre dellos consumo productor: ¿Yconqué Foucault a fines de 70: “Eneslaun medida en que produce? Pues bien, produce simplemente su propia sume, el hombre del consumo es un productor: ¿Y qué 22 satisfacción” Lo háptico en su potencia estética, es deproduce? Pues. bien, produce simplemente su propia sa22 cir, como redistribución de los afectos, de aquello tisfacción” . Lo háptico en su potencia estética, es que denos como afecta redistribución y sobre aquellodeque afectar, puede cir, lospodemos afectos, de aquello que generar interferencia en lapodemos relación afectar, del individuo nos afectauna y sobre aquello que puede consigo mismo en tanto “productor-consumidor de su generar una interferencia en la relación del individuo propio bienestar” reconocer otras fuerzas actuantes consigo mismo enaltanto “productor-consumidor de su en la materia y los cuerpos. El juego lo contingente propio bienestar” al reconocer otras de fuerzas actuantes golpea la materia esa apertura quedadeenmarcada en la en la materia y losy cuerpos. El juego lo contingente obra delaRamos. queda porenmarcada interrogar en si en golpea materiaAhora y esa bien, apertura queda la el momento en que las obras se ponen en circulación obra de Ramos. Ahora bien, queda por interrogar si en en momento las “instituciones del obras arte” se teniendo quecirculación desplegar el en que las ponen en en las “instituciones del arte” teniendo que desplegar

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códigos de valor y reconocimiento, no terminan siendo absorbidas por el circuito de bienes culturales, de ese orden de la cultura y del lenguaje que la palabra-materia aspiraba suspender. Por ejemplo, la performance232 que tuvo lugar en 2014 en el Parque de la memoria de Buenos Aires ¿no termina por caer en una espectacularización y consumo del arte, con una lógica similar a la de los cuerpos en el capitalismo emocional? Reflexionar sobre estos nuevos interrogantes será tarea de próximos trabajos.

* Victoria Cóccaro es Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Es becaria doctoral de CONICET, donde desarrolla una investigación sobre las poéticas de los cuerpos en literatura contemporánea de Argentina y Brasil. Ha publicado artículos académicos, ensayos y los poemarios El plan (Colección Chapita, 2009), Hotel (Gigante, 2013) y Eléctricos de sombra (Fadel&Fadel, 2016). Ensaio sobre a dávida, 2015. Ensaio sobre a dádiva - 2015

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Imágenes trabajadas en este artículo: https://es.pinterest.com/bocadesapo/el-erotismo-h%C3%A1ptico-de-nuno-ramos-por-v-c%C3%B3ccaro/

Todas las citas corresponden a la edición de Ó traducida por Florencia Garramuño (Rosario, Beatriz Viterbo, 2014). 2 Maurette, Pablo. El sentido olvidado: ensayos sobre el tacto. Buenos Aires, Mar Dulce, 2015. 3 La dimensión de la vista perdió protagonismo a lo largo del siglo XX: otros sentidos y nuevas sensorialidades estéticas se abrieron paso en el arte. Florencia Garramuño ha escrito ya sobre la experiencia del tacto en la literatura argentina y brasileña contemporánea, partiendo de este desplazamiento. “Según Martin Jay en su monumental estudio sobre el sentido de la visión en la cultura occidental, el sentido de la visión habría sido el master sense de la modernidad y habría ido perdiendo progresivamente su lugar de privilegio durante el siglo XX, especialmente en el pensamiento francés. La intensificación de esa denigración de la visión a partir de los años sesenta debe asociarse a la crítica a la modernidad que se intensifica en ese mismo período. A ese progresivo apagamiento le habría sucedido la predominancia del sentido del tacto que se manifiesta no sólo en las prácticas artísticas que comienzan a experimentar con materiales y formas que apelan al tacto y a la manipulación, sino también en una gran cantidad de pensadores y filósofos que evidencian una renovada preocupación por el sentido del tacto” (102). En: “La tersura áspera de lo real. Poesía y sentidos”. Grumo. Nº 6.2, Buenos Aires-Río de Janeiro, diciembre 2007, p. 102-109; La experiencia opaca. Literatura y desencanto. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2009. 4 Maurette, P. Ob. cit., p. 61. 5 Mario Cámara escribió sobre esta idea cuando se publicó el libro de Ramos en español: “El ó como origen pero también, y sobre todo, como herida, fragmento, sobrevivencia, o resto de una existencia que ha sido colonizada por el lenguaje”. En: “Materia invulgar”, Bazar Americano, Mar del Plata-Buenos Aires, noviembre 2014-febrero2015. [Consultada en: www.bazaramericano.com/ resenas.php?cod=451&pdf=si] 6 “…están captados por y dentro de una vista cercana, táctil o háptica, tanto como la propia figura”. Deleuze, Gilles. Francis Bacon. Lógica de la sensación. Madrid, Editora Nacional, 2002, p. 12. 7 “el cuerpo del artista deja de ser objeto de representación, como sucede en los autorretratos, para convertirse en obra, en soporte de inscripción” (p. 42). Prior, Alfredo. “Inscripciones del cuerpo en las artes visuales”, ramona, nº 25, Buenos Aires, julio 2002, pp. 40-44. 8 Bataille, Georges. El erotismo. Buenos Aires, Tusquets, 2009, p. 15. 9 Ver: Costa, Flavia. “Apuntes sobre las ‘formas de vida tecnológicas’”, en: Sociedad. Nro.29/30. Buenos Aires, Facultad de Cien1

cias Sociales, Universidad de Buenos Aires (en prensa). Costa, Flavia - Rodríguez, Esteban. “La vida como información, el cuerpo como señal de ajuste: Los deslizamientos del biopoder en el marco de la gubernamentalidad neoliberal” en: Michel Foucault: Biopolítica y Neoliberalismo. Editorial Universitaria de la Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, Chile, 2010, pp. 151-173. 10 Bataille, Georges. Breve historia del erotismo. Selección y prólogo de Oscar del Barco. Uruguay, Calden, 1970. 11 Ramos, p. 33. 12 Escribe Ramos: “Hay en el muñeco de alquitrán una característica que me atrae –la de que todo se pega en él, como si aceptara el cuerpo ajeno al suyo, integrándolo a sí, sin recelos” (p. 34). 13 Nancy, Jean-Luc. Corpus, Madrid, Arena, 2003. 14 Cuando Ramos en el cuatro Ó dice: “mi silencio es mi lámina de arena” (105), es claro este vínculo entre sentir con la piel y la escritura. 15 Illouz, Eva. Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Buenos Aires, Katz, 2007. 16 Illouz, Eva. La salvación del alma moderna. Buenos Aires, Katz, 2010. 17 Esa riquísima lírica erótica de la naturaleza (un erotismo libre) que creó Marosa Di Giorgio nos recuerda esta sospecha de Ramos: “Hay una constelación hirviendo adentro de la piedra”, dijo Marosa en una entrevista realizada con motivo de la publicación de sus relatos eróticos completos. 18 Preciado, Beatriz. Testo yonqui: sexo, drogas y biopolítica. Buenos Aires, Paidós, 2014. 19 Por ejemplo, a diferencia de un tratamiento representativo. Sobre la relación entre imagen fotográfica y cuerpos desde una perspectiva de la representación: “En la historia de la fotografía del siglo XX, abundan los ejemplos de manipulación y distorsión de la realidad de los cuerpos, con el fin de legitimar el orden social y económico establecido oficialmente. A principios del siglo XX, las fotografías coloniales creaban estereotipos con un claro control simbólico sobre los cuerpos. Asimismo, las fotografías eróticas, tanto con afán documentalista como artístico, sirven para definir los comportamientos y remarcar las diferencias sexuales. De la misma manera que la medicina somete a control a los cuerpos, aquí también la fotografía controla a las mujeres, redefiniendo y reordenando constantemente su conducta por fuerzas y poderes externos” (149). Adrían, Jesús. “El cuerpo y sus representaciones” en: Enrahonar. Nº 38/39, Barcelona, 2007, p. 141-157. 20 Butler, Judith. Cuerpos que importan. Barcelona, Paidós, 2002. 21 Foucault, M. Nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collège de France (1978-1979), p. 265. 22 https://www.youtube.com/watch?v=13DCqoynHzc

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RESCATE

La Quinta Columna Por Juan José Saer

N

o era un anarquista disolvente ni un temible terrorista, sino un respetable profesor de filosofía. Alexandre Koyré (1882-1964) nació en Rusia, pero estudió en Göttinga y en París. Fue discípulo de Husserl, de cuya obra fue de los primeros difusores en Francia, como profesor en la École Pratique. También fue invitado muchas veces al Institute of Advanced Study de la Universidad de Princeton, donde escribió algunos de sus argumentados trabajos. Fue editor de San Anselmo, de Copérnico, y del Tratado de la reforma del entendimiento de Spinoza. Para su curiosidad filosófica, todos los períodos y todos los temas fueron dignos de interés, y aunque su erudición era inmensa, su manera de exponer es detallada y metódica, de modo que sus textos son claros y apasionantes. Entre los muchos que escribió podría citarse la Introducción a la lectura de Platón (1947), sus Estudios de historia del pensamiento filosófico, y el ya clásico Del mundo cerrado al universo infinito, de 1957, donde analiza la decisiva revolución renacentista que, partiendo de las hipótesis derivadas de la astronomía de Kepler, Copérnico y Galileo, produjo un profundo cambio no únicamente en la ciencia en la filosofía, sino también, y quizás podríamos decir sobre todo, en la relación de la especie humana con el misterioso universo que sus criaturas atraviesan fugazmente y que, a cada nuevo enigma que resuelven, va volviéndose paradójicamente más y más incomprensible. Pero si fue un reconocido especialista de la filosofía de la ciencia, de la estructura y de la evolución del pensamiento científico, la mística no le era indiferente y también publicó una serie de fragmentos dedicados a los espiritualistas y alquimistas alemanes del siglo XVI, particularmente Paracelso. Justamente, la editorial Allia de París exhumó no hace mucho dos ensayos escritos por Koyré en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial: Reflexiones sobre la mentira (1943) y La quinta columna (1945), trabajos suscitados por la terrible crisis que el mundo atravesaba en ese momento. Son dos ensayos políticos, pero un trasfondo moral se perfila en ellos.Ya en su pequeño texto sobre Menón, el diálogo platónico que trata de la virtud y en el que la cuestión principal consiste en saber si la virtud puede o no enseñarse, la conclusión irónica de Koiré, interpretando a su manera las alusiones maliciosas de Sócrates, es que la virtud podría efectivamente enseñarse pero no a los que, como Menón, se plantean el problema. Porque la virtud supone el amor por la verdad y únicamente a quien ya posee ese amor podría aceptárselo como discípulo en la escuela de la virtud: es decir, a quien no necesita esa enseñanza. BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 96


Las reflexiones de Koyré sobre la mentira son de otra índole: de lo que trata su trabajo es de la omnipresencia de la mentira, y no únicamente bajo su forma de propaganda, en la sociedad moderna, a tal punto que podría decirse que la sociedad se identifica totalmente con la mentira y es inseparable de ella. Koyré escribía en 1943, en tiempos de guerra, y si puede decirse que la primera mitad del siglo XX inició la era de la propaganda, en la sociedad actual es prácticamente imposible, aun para los especialistas, distinguir claramente verdad y mentira en la esfera pública (y aun en la privada). El triste relativismo que cunde hoy en día es la confesión tácita de esa potencia. Las pocas pero densas páginas de La quinta columna también conservan una picante actualidad. Como es sabido, quinta columna es una expresión que Franco utilizó por primera vez y que casi inmediatamente se hizo célebre en el mundo entero. Su declaración era más o menos la siguiente: “Las cuatro columnas que se acercan a Madrid serán ayudadas por una quinta que ya está adentro”. La quinta columna es por tanto lo que Koyré llama con pertinencia el enemigo interior. El involuntario hallazgo verbal del Generalísimo designaba con discreta amenaza a ciertos sectores que, en el interior mismo de la República, trabajaban en secreto a favor de la contrarrevolución, término con el que Koyré designa no únicamente al fascismo y al nazismo, sino de manera más general a todas las corrientes políticas reaccionarias, monárquicas, antidemocráticas, antirrepublicanas y autoritarias, que no aceptaban los principios liberales de la revolución burguesa y el avance del comunismo. Koyré analiza también implacablemente ciertos errores trágicos (y cómicos) del marxismo, lo mismo que la esencia autoritaria del estalinismo, pero no hay que olvidar que, en el momento en que escribe su texto, el estado soviético integra el campo aliado. Según Koyré, la Primera y la Segunda Guerra Mundial son una sola guerra, y la Guerra Civil Española representa el eslabón que encadena los dos momentos de un mismo episodio histórico. Pero aunque haya sido Franco quien forjó la expresión, la quinta columna existió siempre, y más de una vez los historiadores de la antigüedad como Tucídides o Polibio, reconocieron en las guerras del pasado el caso del enemigo interior, y lo analizaron, del mismo modo que Platón en sus frecuentes (aunque no siempre adecuadas) disquisiciones políticas. Además, Koyré recuerda que, en la historia europea, son muchos los casos de fortalezas sitiadas que terminan cayendo en manos del enemigo gracias a la colaboración de ciertos sectores que trabajaban subrepticiamente desde el interior. Koyré alude también al caso francés de la colaboración del Gobierno de Vichy con el

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enemigo nazi y, en general, de las fuerzas locales que facilitaron la invasión alemana en prácticamente todos los países de Europa.Y para Koyré, hay un elemento fundamental que distingue a la quinta columna de la mera rebelión o de la mera lucha por el poder, que ocurren a menudo al final de una guerra perdida. El elemento propio de la quinta columna es la traición. La lucha por el poder aun en tiempos de guerra es en cierto sentido legítima, porque se lleva a cabo en el interior mismo del Estado nacional sin recurrir a la alianza con ninguna fuerza extranjera o, si ese fuera el caso, no se trataría de traición, porque las intenciones sediciosas de los rebeldes habrían estado expuestas desde tiempo atrás en la plaza pública. La quinta columna, en cambio, opera en la oscuridad y, para salvaguardar sus propios intereses, pasa por encima de aquello que todos los otros sectores de la sociedad que, aunque estén entre ellos en permanente conflicto, consideran como intangible y como la esencia identificatoria en cuyo marco natural deben tener lugar todas las luchas políticas y sociales: la nación. Para Koyré, ¿cuál es el sector cuyos intereses están por encima de los del estado y de la sociedad, de la comunidad ciudadana y de la nación, y que a lo largo de la historia humana, en cualquier tiempo y lugar, maniobró como quinta columna para salvaguardar sus propios intereses, desolidarizándose del interés colectivo y llegando incluso hasta aliarse con el enemigo? Pues bien, los ricos simplemente. Entre otros ejemplos, Koyré introduce esta cita significativa: “El heroísmo es fácil para los pobres, ya que no tienen nada que perder, según declaró el señor Mireau, director del diario Le Temps y ministro del primer Gobierno de Vichy”. La autoridad y la probidad filosófica, científica y moral de Koyré le dan a su análisis un valor excepcional, además de una coloración profética en vísperas de la guerra fría y varias décadas antes de la llamada globalización, designación tecnicista que, sometida a un análisis retórico, es fácil identificar como un eufemismo. Designándose como multinacionales, los ricos, en la actualidad, se han desligado de las obligaciones sociales que permiten la existencia de un estado nación, y corren por su propia cuenta. A pesar de sus discursos patrióticos e incluso nacionalistas, sólo se ligan al poder político en la medida en que pueden ponerlo a su servicio, y la política ultraliberal de privatizaciones no es más que un intento de controlar las grandes empresas (armamentos, energía, crédito, comunicaciones, etcétera) para poder liberarlas de la tutela social que suponen las empresas nacionales, y deslocalizarlas o venderlas a la competencia cuando los re-

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sultados del sufragio universal llevan al gobierno a quienes encarnan una corriente política que podría representar una amenaza. En los países industrializados, aun en los que gobiernan los socialdemócratas, el estado y los ricos tienden a identificarse, y podría ponerse como caso límite ciertos países de Europa, donde los poderosos prefieren aliarse, en las cuestiones cruciales, con los competidores directos de la Unión Europea. La prosperidad y la economía productiva son vitales para una comunidad. Los ricos del último siglo, el del capitalismo monopolista, no son, desde luego, aquellos que, gracias a su trabajo o a alguna otra fuente legal, han sido capaces de amasar cierta fortuna –profesionales, empresarios, ejecutivos, comerciantes, etcétera, y que constituyen una clase media alta e incluso ciertas capas de la burguesía– sino las enormes concentraciones de capital en manos de unos pocos que se desdibujan en un archipiélago de actividades y de empresas envueltas en una brumosa opacidad. Esa concentración cuyo crecimiento imperativo es una verdadera máquina de guerra económica y social, casi inimaginable para el hombre común, determina sin embargo, en los más variados puntos del planeta, su existencia cotidiana, su bienestar o su sufrimiento, su nacimiento y su muerte. Tanta riqueza irrazonable es la encarnación de lo que los griegos llamaban hibris, es decir, la desmesura, la desarmonía que traen aparejados el conflicto, el desorden, la guerra, la tragedia. Es la que pone en peligro no únicamente a quienes, decididos, tratan de combatirla, sino incluso a los que contribuyen a crearla, a sus aliados, a sus amigos, a la especie humana, al planeta entero.Y si un día de estos, en la próxima guerra de las galaxias, el enemigo venido del espacio se dispusiese a invadirnos, una vez más se verificaría el análisis del profesor Koyré: la quinta columna, para perpetuar el delirio planificado de su supremacía, reconociéndose, como en un espejo, en la mueca odiosa de lo inhumano, le abriría la puerta.

Imágenes de Raom & Loba

* El presente texto fue publicado en el volumen Trabajos (Buenos Aires, Seix-Barral, 2005).

BOCA DE SAPO 22. Era digital, año XVII, Agosto 2016. [ACTIVISMOS] pág. 99


CRÓNICA

Victoria Por Luciana Garbarino

E

l 28 de septiembre de 1976 Rodolfo Walsh se fue a dormir afligido. Como integrante del aparato de Información e Inteligencia de Montoneros le sobraban motivos para estar turbado. Pero lo que ocupaba sus pensamientos aquella noche era Vicky: le hubiera gustado poder abrazarla el día en que cumplía veintiséis años. Los encuentros con su hija eran cada vez más espaciados, más fugaces, más peligrosos, y cada uno se vivía en silencio como el último. Esa madrugada, una pesadilla lo despertó sobresaltado: desde la profundidad de una densa oscuridad brotaba una poderosa columna de fuego. *** Victoria Walsh llegó a la casa de la calle Corro número 105, en Villa Luro, con su beba de un año y con siete miembros de la secretaría política de Montoneros. Aunque era su cumpleaños, no había motivos para celebrar: la persecución de los militares la obligaba a cambiar de casa con frecuencia y su marido, Emiliano Costa, estaba detenido desde principios de 1975 y no había llegado a conocer a la hija de ambos. “A los compañeros muertos no se los llora, se los reemplaza”, se repetía a sí misma para darse fuerzas. Pocos años atrás había comenzado a trabajar en el diario La Opinión de Jacobo Timerman, pero el periodismo no era algo que le interesara realmente. Sus ideas firmes y claras la convirtieron apenas entró en delegada sindical y en enemiga del director, a quien detestaba. Un día, en medio de un conflicto con la empresa, Timerman la hizo esperar un largo rato antes de recibirla y por eso casi le tira la puerta abajo. Rápidamente se ganó el apodo de “la pequeña vietnamita” por parte de algunos de sus compañeros. –Y vos sos un intelectual pequeño burgués –retrucaba ella–. Victoria libraba una lucha dentro del diario y una mayor por la construcción del socialismo nacional como miembro de Montoneros. Por eso cuando se enteró de que el propio Timerman estaba denunciando a los guerrilleros, pidió licencia y no volvió nunca más al diario.

*Luciana Garbarino nació en Buenos Aires en 1986. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y realizó talleres de cine documental. Trabaja en Le Monde diplomatique (edición Cono Sur) y colabora en varios medios.

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Lo que seguiría era la militancia en una villa miseria y luego el duro proyecto de dirigir el área de prensa sindical de la organización, y de sobrevivir en el intento. Fue ese camino el que la condujo a la calle Corro aquel 28 de septiembre de 1976 junto a Alberto Molina, Ismael Salame, Eduardo Coronel, José Beltrán, Lucía Matilde Gómez y Maricel y Juan Cristóbal Mainer, los dueños de la casa. Esa noche se puso su camisón blanco, absurdamente grande, se acostó y se regaló un descanso abrazada a su hija. *** Al día siguiente, temprano, los niños del colegio Guido y Spano formaban como todos los días. “Es la bandera de la patria mía… del sol nacida que me ha dado Dios…”. Al terminar con el protocolo de llegada, se pusieron en fila e ingresaron con el orden habitual a sus aulas. En pocos minutos se enterarían de que esa no sería una mañana cualquiera. Al comenzar los disparos, los estruendos y las sirenas, el caos y el pánico se apoderaron de la escuela. Desconcertadas, las maestras les pidieron a los chicos que se escondieran debajo de los pupitres y esperaron. A dos cuadras de allí, el combate de la calle Corro número 105 había comenzado. *** Un cerco de más de ciento cincuenta hombres, un tanque, un helicóptero y varios camiones comandados por el Jefe de Operaciones, Coronel Roberto Leopoldo Roualdes, rodeaban la casa. A las siete de la mañana los altavoces del I Cuerpo del Ejército bramaron: –Entréguense y depongan toda actitud de resistencia.

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La resistencia fue precisamente lo que se puso en marcha en cuanto terminó la advertencia. Todos sabían muy bien que entregarse con vida no era una opción. Vicky Walsh y Alberto Molina subieron a la terraza para responder al ataque, mientras que el resto lo hizo desde la planta baja. La figura de Vicky se recortaba sobre el fondo de un cielo todavía clareando: flaquita, pelo corto, camisón blanco holgado, metralleta Halcón en mano. Con cada disparo, los soldados se escondían detrás de sus autos y Vicky reía con euforia. Esa carcajada dominaba la escena, inspirando desconcierto y respeto entre sus verdugos. Durante casi dos horas se sucedieron las ráfagas de metralleta seguidas por ráfagas de risa insensata. La imagen del Coronel escabulléndose como un gusano sobre los adoquines era reconfortante. Y en un momento determinado, Vicky apoyó la ametralladora, se subió sobre el parapeto, abrió sus brazos en cruz y pronunció unas palabras con tranquilidad y con firmeza: –Ustedes no nos matan. Nosotros elegimos morir. El silencio fue total. Vicky y Alberto se llevaron una pistola a la sien y se mataron enfrente de todos. Arrebatarle al enemigo el mérito de su muerte era lo más parecido a una victoria que se podía alcanzar en esa batalla perdida de antemano. El silencio se quebró recién cuando el Coronel, tal vez un poco humillado, abrió la puerta de la casa y tiró dos granadas. Cuando el humo se disipó y pudo entrar, se encontró con cinco cadáveres y, protegida por un colchón, una beba llamada Victoria.

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FOTOGRAFIAS DE SILVIA CASTRO


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Boca de Sapo ISSN 1514-8351

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