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Sociales

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LA ERA DE LOS

GREEN BONDS

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Escribe: Willy Mak Fotos: Fabiola Alfaro

Tras los impactos del calentamiento global, existe una nueva tendencia para ser un lobo de Wall Street socialmente responsable. Por lo tanto, ¿Qué tan rentable resulta invertir en proyectos medio ambientales?

Un Green Bond es la nueva promesa de la renta fija que funciona como un bono normal, el cual funciona bajo el siguiente proceso:

Una entidad emite un bono (su deuda)

Un inversionista decide comprar la deuda Cada año el comprador recibirá un interés

Al terminar la duración del bono, se recuperará el monto inicial

Su principal diferencia es que sirve para financiar proyectos que generen externalidades positivas en el medio ambiente, lo cual nos permite contrarrestar los impactos del cambio climático.

¿Cómo se encuentra hoy?

Emisión de Green Bonds

(billones de dólares)

Green Bonds

Fuente: Climate Bond Iniciative

Para el 2017, las inversiones se concentraron principalmente en energía renovable (33%), estructura de bajo carbono (29%), transporte limpio (15%) y manejo del agua (13%). Usualmente, este bono emitirá una mayor deuda en las energías renovables dado que se busca un sustituto sostenible del petróleo.

Expectativas para 2018

Crecimiento de 60% como mínimo, respecto al 2017. Se espera alcanzar una emisión total de $250-$300 bn.

Mayores incentivos para impulsar las transacciones.

Descentralizarse, incursionar en economías emergentes.

El lado oscuro

Comentario de experto: Fabricio Chala (CFA, FRM)

El mercado de emisiones aún permanece bajo lo cual permite que las reglas de juego aún no se encuentren claras. Esto ocasiona que posiblemente existan emisoras que desean financiar proyectos no ecológicos, es decir se vuelve cuestionable si realmente el bono contribuirá con el medio ambiente.

Un caso es el de la emisión de Toyota por $ 1,75 millones en 2014 para financiar un proyecto de ventas de autos sin emisiones de monóxido de carbono, según Fabricio Chala. Sin embargo, esta inversión podría haber sido farsa como sucedió en el escandalo de Volkswagen, donde alteraban los resultados de laboratorio de los carros para emitir menos gases contaminantes; pero en la práctica contaminaba 40 veces más del límite legal. Por otro lado, los retornos resultan similares al resto de bonos; aunque puede existir momentos en donde su precio es menor al de los bonos comunes ocasionando que el intercambio sea atractivo, como lo comprueba Morgan Stanley.

Finalmente, el proceso de reconocimiento es tedioso, lo cual desmotiva a las emisoras. Se debe transcurrir por un análisis de externos considerado como “segunda opinión” para proteger a los inversionistas.

Por lo tanto, dado que el mercado es pequeño aún existen fallas que deben de ser corregidas específicamente en las reglas para evitar un incentivo perverso por parte de las emisoras de bonos. Adicionalmente, si se espera impulsar esta transacción, aún falta motivar compradores ya que no hay diferencia en el retorno respecto a otros bonos. En otras palabras, no se ha valorizado las externalidades positivas de este mercado. El futuro de los Green Bonds resulta incierto dado que persiste como un mercado pequeño con rendimiento similar a un bono común, pero con difícil acceso. Esto provoca que no sea usual su adquisición porque no se perciben beneficios adicionales por la compra de este bono específico; por lo tanto, no resulta atractivo para nuevos inversionistas, excepto que deban cumplir un principio social como sucede en Europa. Entonces, a pesar de que exista una tendencia creciente de estos bonos, aún no hay suficientes incentivos para motivar un crecimiento constante, ya que actualmente solo cumple un fin de responsabilidad social que alimenta la imagen de una empresa; mas no le brinda ingresos adicionales cuando se compara con otros bonos.

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