1
2
¡Basta ya! Boletín Literario Año 12 – Nº 148 / Noviembre - Diciembre 2017 Director: Eduardo Alberto Planas. Colaboradores permanentes: Lily Chavez, Jorge Carranza, Alfredo Lemon, Sergio Pravaz, Jorge Torres Roggero, Leonardo Arce. Registro Propiedad Intelectual Nº 598958. Hecho el depósito que marca la ley 11.723. Contacto:eduardoplanas2001@hotmail.com www.boletinliterariobastaya.blogspot.com - Tel: 0351- 4886974 – 156170141. Esta revista se terminó de imprimir en Grafica 21 – Duarte Quiroz N° 1702, Córdoba. Diseño y diagramación: Laura Pozzo Dibujos: www.pinterest.com
CONTENIDO: Límites – Jorge Luis Carranza // Debería estar prohibido, Me pregunto – Stella Marys Darraidu // Nora Dalmasso – Alfredo Lemon // Vincent Van Gogh, Momento, Dragón, Exilio, Uleila – Susana Cabuchi // Poetas, Apacheta de palabras – Carlos Salinas // Desencanto, Inéditos – Alfonsina Claría // Primavera 2017 – Ana Paulinelli // Poemas de Angie Ferrero // Sudamérica. V – Mariángeles Fernández // Poemas de Ricardo Gutiérrez // Entrevista a Osvaldo Guevara – Eduardo Alberto Planas // Nunca más – Osvaldo Guevara // Encadenado al mástil de la plaza, Abismos trepan desde el cielo – Silvina Anguinetti // Ella en el espejo – Luis Héctor Gerbaldo // La Quinta – Isabel María Cadogan // ¿Quién brota primero en primavera un cortado verde, un imberbe o un viejo verde? – Mario Trecek // El cuaderno verde del che – Sergio Pravaz // Medusa en sombras, Nido – María Teresa Archina // De sólo nombrarlas, Limericks Serranos – Juan Martin Velázquez // Una cosa trae la otra – Lily Chavez // Dunkerque – Leonardo Arce // Keith Jarrett en dos cuartillas – Alfredo Gómez Alonso
3
LÍMITES Busco decir el silencio con lo que tengo cerca con lo que tengo a mano. Más allá hay una inmensidad en la que no hago pie y se me nota. Adentro de los días universos de aire en los que el corazón anda como quien pasa de una habitación a otra y de esa a otra y así. Los materiales están ahí. En el río que está a una cuadra de casa hay un pocito. Allí algo siempre se pesca.
Jorge Luis Carranza
4
DeberĂa estar prohibido usar paraguas bajo la lluvia andar calzados en la arena no saludar al que cruzamos en la calle no mirarnos a los ojos. Terminantemente prohibido deberĂa estar olvidarse de la gente en el camino no comunicar los sentimientos caminar mirando el piso y perderse las estrellas.
Bajo pena de abrazos y besos deberĂa estar definitivamente prohibido romper los hechizos.
* Me pregunto para que sirven los atardeceres, sino para sentarnos a contar lo que nos falta.
Stella Marys Darraidou A una mitad de mĂ, Edit. Borde Perdido, 2017
5
6
NORA DALMASSO El cinto de una bata, los celos, el dinero de una herencia, el semen, un sacerdote próximo a la familia y la posibilidad de un incesto como telón de fondo. Los autores, los actores ordenaron cada escena y la confusión abrumó al lector hasta desinteresarlo. Lo oculto se volvió evidencia. Con tantas hipótesis, nada ocurriría. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una cerradura que ver a un rico entre rejas. ¿Confiabas acaso en la confesión del asesino? Cuando la hipocresía resulta tan cuidada, anula toda culpa y borra hasta la piedad. Conspiraron demasiado bien, improlijos. No fueron inocentes. No somos inocentes. Podríamos justificar lo más terrible. ¿Por qué un country estaría a salvo del crimen o el hastío? Cielos nublados, cócteles frívolos, vecinos cómplices. Esa ficción resulta vergonzante.
Descansa, trágica hija. Perdónanos. Vivimos tu homicidio sin pudor. La literatura será nuestra coartada. Los días salven tu dignidad.
ALFREDO LEMON
7
SUSANA CABUCHI VINCENT VAN GOGH Aquí estoy en esta soledad luminosa, plena, habitada de fuegos y ventanas. La casa arde de girasoles como un infierno congelado entre aceites y vientos amarillos. Sordo de tanto silencio y dispuesto a entreabrir cada lirio celestial, cada cristal de paja, cada gota de acero, cada ojo de sangre, cada vidrio de miedo. Así te escribo. Sobre las torres de la desesperación, a orillas del Ródano, entre la mezcla brumosa de los óleos, a la hora del ángelus, a pleno mediodía, sobre el caballo áspero de la pena, con la piedra roja de la desgracia, con la arena negra de la locura, con las sílabas celestes del amor, con la sorpresa blanca de la tela vacía, con el cuervo del hambre sobrevolando mi cama, con la mordedura hirviente del deseo, entre el humo agrio de la luz, en el paraíso húmedo de los manteles, en los bares nocturnos, así, hermano mío, hermanito menor, casi mi padre.
* 8
MOMENTO ¿Y si la tarde como si fuera un pájaro emigrara? Si esta tarde dejara de ser clara y azul, suspendiera sus juegos con árboles y vientos, abriera sus dos alas y se alejara en luminoso vuelo, ay, que me quedara sola sobre la tierra opaca sin que llegara anochecer alguno, crepúsculos dorados ni estrellas que más tarde condujeran milagros. Se cortaría el aire y a tanta desazón el corazón callara.
*
9
DRAGÓN El moreno acomodador nos guiaba con su linterna azul por la oscuridad del cine. Cuántas películas debió ver, cuántas veces cada una, para traer a la plaza este animal majestuoso y fantástico. ¿Y el fuego de la boca? ¿Y su don de volar? El melancólico, el poco afortunado trabajador nocturno parecía –recubierto de escamas de plástico verde y de inútiles garras– un enorme lagarto vertical. Fiel al disfraz había salvado a una doncella –rubia, pálida– que reconoció su poder y lo miró serena, desde la vereda, hasta su último carnaval. Donde fuimos felices edificaron el Banco Privado. La despiadada arquitectura devoró las butacas de cuero, las cortinas de terciopelo rojo con los besos finales. La música que nos seguía por los corredores es ahora un frío sonido de cajeros automáticos. El moreno acomodador se marchó a tiempo, no se quedó a mirar las pantallas vacías. Murió en primavera como todos los dragones.
*
10
EXILIO Al cerrar el negocio mis padres se sentaban en la vereda del Panamericano a mirar el desfile. Mi padre sonreía con la misma serena tristeza, repetida, tantos años después, en la fila de cajones abiertos hacia el crematorio, más oscuro, con los párpados quietos, entero, intacto, esperándome. Así dio su perdón, así recibió el mío. Acompañaba la fiesta con la mirada suave del que ha danzado, inocente, sobre los barcos del exilio. Cuando pregunté en el Registro de su país la íntima caligrafía sentenciaba “desertor”. Cómo explicar que tenía dos años al partir, que nunca se había ido, que cada mañana ascendía las calles amarillas de Maalula mientras levantaba las persianas.
*
11
ULEILA* Porque no hay que viajar grandes distancias, además es apacible, es bello, encantador, decían. Y cada año autorizaba el ocio una población serrana cuyo nombre proponía un juego sin salida, un interminable y misterioso acertijo: Salsipuedes. La calle principal era de oscuro y empinado asfalto y ondulaba, perfecta para el patinaje y sus consecuentes advertencias. Juntábamos piedras, mariposas, plantas medicinales. Buscábamos víboras, avispas, miel. Pero lo inolvidable fue el nombre de la casa alquilada: Uleila del Campo. Uleila sonaba a oleaje campesino, a ciclos lunares en una lengua antigua, a ulular marítimo, a lagunas nocturnas, a luz. ¿Uleila era una flor silvestre, un extraño y distante país, un pájaro prodigioso y desconocido, una mujer? Desde entonces, en secreto, llamamos así a nuestra madre: - ¿Llegó Uleila del Campo? - Uleila dice que ordenemos el cuarto. - ¿Ha visto usted a la señora Uleila? Nos había prometido estarse viva, tostar zapallos porque -dijo- serían muy dulces ese verano, hacerme un vestido de seda verde para los bailes de carnaval. A veces la nombramos. En las calientes noches, desde cualquier lugar, le preguntamos: Señora Uleila, Uleila del Campo, ¿dónde está, por qué no vuelve, por qué demora? ¿O está en el Mirador
12
reconociendo amaneceres, colinas, lejanías, y no puede salir?
* Ulelia: palabra árabe que mucho tiempo después de escribir el poema supe que significaba mirador.
Susana Cabuchi
13
CARLOS SALINAS (...Poetas...) No. Te gusta. Pero no. Vos no te bancas a un poeta. Los poetas, ésos tipos que juegan con palabras Y activan emociones. Te agradan, pero no para vos. Los poetas son para otras musas. Además, son ciclotímicos, Noctámbulos, nostálgicos, Algunos beben. Otros duelen. No. Los poetas son una experiencia Que no querés atravesar. Son tan poco sutiles, tan inmaduros. Están convencidos que con palabras se puede transformar toda realidad. Y algunos, están llenos de palabras, Colmados, Tan llenos que hastían. Sólo pueden habitar en las páginas De un libro. No lo vida Real. No. Los poetas no son aconsejables. Son jodidos soñadores y no tienen los pies en la tierra. Aman demasiado. Son frágiles. Tienen problemas para relacionarse. Y se obsesionan fácilmente. Son mitómanos. Vulnerables. No. Te gustan. Pero no. Los poetas son para otras musas. *
14
(...Apacheta de palabras...) Apacheta. Montículo. Promontorio Atalaya. Collado. Mojón. La palabra apila ideas y sentimientos. Reúne sueños. Costea lo imposible. Verbaliza las ansias masculladas. La palabra, esa gran reunidora De los que saltan sin paracaídas, De los que no se entregan Y aun así, no llevan chalecos anti-balas. La palabra. La vencedora del miedo.
Carlos Salinas
15
ALFONSINA CLARÍA Desencanto Pude amar esta noche con piedad infinita, pude amar al primero que acertara a llegar. Nadie llega. Alfonsina Storni.
Si esta noche no lloviera y la arena no fuera más gris que la ceniza, si hubiera al menos una posibilidad de no sentir la piel como un despojo que hasta el aire rasga. Mírame aquí, pequeña, miserable, astros, sistemas, mundos me pesan en los hombros. Ya nada te retiene, Alfonsina, sólo esta cadena, un collar de palabras aromadas de musgo, una inquietud: ¿Y si viene él? Pero es de noche y llueve y hace siglos que nadie se aproxima. Qué haremos con tus ansias de volar, con tus deseos de morder el agua, las retamas, con tu voz que aún murmura: -Ven esta noche, amado, y mírame por dentro. Sabes que el mar No tiene orillas. Sientes que tu cuerpo tiembla de imposibles alas; tu cuerpo, página desierta que las olas extienden sobre el filo del nácar. -Voy a morir ahogada de luz y de perfume. He oído tu voz desde el origen, 16
tu dulce voz, que aún lo llama por debajo de las aguas: -Ven, que para ti me hiciste, apágame los ojos, anúlame la sien. Pero el mar no abraza como un hombre, ni duele tanto.
(De Ecos del fuego, Editorial Alción 2009.)
*
17
Inéditos Página secreta, tálamo anhelado. Me recuesto, me acuna el vacío. Apuñalo el deseo de escribir. Contemplo. Muero muda. Respeto la voz que calla, esta voz que no es ni será nunca mía. Me cubro con la sábana de lo inefable. * ¿Por qué se le habla al amor con las mismas palabras que a la muerte? Llegará la hora, el instante señalado, en que me distingas de la multitud y poses tu mirada en mí. Llegará la hora, el preciso instante, en que me tiendas los brazos y yo, desatada y sin ningún reparo -porque siempre supe que sería así de simple, así de inevitableascienda, ciega de amor, hacia tu encuentro.
Alfonsina Claría
18
PRIMAVERA 2017 De noche, es 21/09 sentados en la cocina bebemos vino, comemos ensalada, frutas secas, papas fritas, queso hablamos nos miramos y hablamos no entendemos no podemos tener tan herido el corazón ¿Qué nos pasó? Él dice que su mamá yo digo que mi hermana ¿Cómo puede ser tal la confusión? Que ya no se puede hablar que el otro día se juntó con un amigo de esos de toda la vida y que los indios de mierda y ese hippie sucio ¿Qué nos está pasando a los argentinos? ¿Qué se nos está pasando por alto? En la vereda de mi casa hay un aguaribay antiguo centenario de joven se dividió en dos dos fuertes ramas hoy inmensas de altas se han partido en el origen Certera y triste metáfora de mi patria Acerqué mi oído a la grieta la escuché latir Cruje Tan grande para caer y no lo sabe ¡Dichoso él!
Este aguaribay dueño de ese fruto intenso un ramito de bolitas rojas ¿lo has olido alguna vez,
19
lo has usado en la comida? promesa de viaje en perfume y sabor y allí está él encopetado en nuestra vereda sin saber cómo dividido no caer
Ana Paulinelli
20
ANGIE FERRERO Y digamos que se terminó que sólo hay cáscaras en el nido que nuestra palabra piedra en caída libre arrasó con casi todo * Era tan simple dejar a los picaflores tomar la casa agujerear la ropa tirada en el piso dormir en mis almohadas picotear las migajas esas que me quedan de amor en algunos cajones deslumbrarme con ellos y dejarlos ir * Se fue y todavía escupo huesos de mariposas Se acerca la tormenta Grito avispas Mentira Las heridas no se lavan con lluvia Y no hay viento que arrastre esos huesos
Ninguno en mano, inéditos
Angie Ferrero
21
V y desteje el frio de la altura con sus colores. Ya no la busco, el fuego me contó que danzó entre sus llamas hasta volverse colibrí y después se enredó con la Medicina. Ya no se dónde está ahora; tal vez, encerrada en tu cuerpo, preguntando por nosotros y nuestra revolución, perdida entre la nostalgia y la valentía, sosteniendo el aliento con el que respira la libertad y mi amor. Tal vez, esté esperándote, sentadita en la playa o bailando desaforada entre tamboras y gaitas. La poesía se fue. Seguro anda brotando de sol en el maíz, saborizando el cacao, perfumada entre los cafetales. Borracha de chicha y masato, zigzaguea entre polleras, ponchos y sombreros. La siento reírse de mí, jugar a las escondidas, guiñarme un ojo, tenderme la mano en cada gesto de solidaridad con el que mi corazón se se blanda. Ella ahora es manantial, caverna, voz medicinal de los abuelos, redención pura, movimiento claro. Ya no puedo escribirla, petrificarla, asesinarla. No tengo voluntad para eso. Mi voz es ahora, una ciudad abandonada.
Ya no escribo poemas; la poesía se me fue por los caminos. Anda perdida en la selva, pegadita a la tierra con las uñas llenas de barro. Anónima y silvestre en alguna ladera de los Andes, es ahora campesina y apenas balbucea el castellano. No tiene dientes y a su sonrisa, no le importa: Se abre en medio del rostro de las abuelas y me convida un plato de frijoles “calientito”. No. Lo que creía “mi “poesía, está atravesando la Gran Amaru, se hunde en sus claros de luz, en los misterios, leyendas y en todo lo que mis ojos no han visto. Ella es adobe, huerto, candela, tambo, leche recién ordeñada, panela, manos anchas de trabajo, cuerpo combatiente, espíritu claro. Ya no escribo poesía, ella ahora anda desnuda frente al mar, atardeciendo sobre la espuma. Es spondylus, peces y algas, pedacitos de huesos y coral que los pescadores recogen entre sus redes. Ya no escribo poesía porque ella se está tejiendo en el telar de una mujer que se levanta con el alba
22
Silente. Solitaria. Moribunda. Autorreferencial; Por eso, enmudece. Crece musgo donde antes habitada la poesía, humedecidos los diccionarios y la técnica que no tuve para pintar universos con palabras, dinamitados los puentes, resecos los espacios verdes con los que quise engañar a mis sentidos. Sólo me queda la sangre hirviendo, quemándose con cada hálito con el que me promulgo completamente viva. Entonces, cae el diluvio. Llueve despiadadamente sobre las ruinas, limpiándolas, dándole paso a la creación. El follaje tapa lo que fue concreto. Un río en mis zapatos tengo y la selva naciendo en la voz; y la selva es poesía.
Mariángeles Fernández Sudamérica, Relatos Literarios, Ven Te Ven Editorial, 2017
23
Allí esta la lluvia la mansa lluvia que enciende lectores la que moja vidrios en la memoria y siembra ojitos con destellos en los charcos allí está la lluvia su líquido tejido de desmayos en el aire su íntimo repique de confesión en los patios y su delta de voces sin paraguas Allí está la lluvia evidencia de dioses en círculos atrapados allí está la lluvia esperando que nuestro amor la descubra. * Has elegido avivar el fuego de los libros naufragados, anclar en la página nocturna y leer los puntos que no apartan. Has elegido fotografiar el pecado en blanco que no has consumado, girar ante mis ojos mudos y posar tu ausencia en mi olvido. Has elegido caminar al borde del ocaso, sepultar los arpegios del miedo en el alto cielo y dormir junto al acecho de los tropiezos. Has elegido abdicar a favor del acertijo, elevar los trazos del grito y soltar los perros del desamor en los desiertos del descuido. Has elegido la libertad, no la reniegues.
Ricardo Gutiérrez
24
ENTREVISTA A OSVALDO GUEVARA
“El poeta debe ser un emisario de lo humano” Por Eduardo Alberto Planas - Estamos con Osvaldo Guevara quien ha sido homenajeado en la Feria del Libro Córdoba 2017 por su trayectoria comopoeta. Osvaldo, quisiera que nos cuente cómo fueron sus inicios en la poesía de Córdoba. -En la escuela primaria empecé a ser tenido en cuenta por algunos versos y prosas, lo que me gano el reconocimiento de los docentes y cierta popularidad en ese ámbito. En el nivel secundario aprendí a distinguir métricas y estructuras, adquiriendo nociones que fueron decisivas en el aspecto formal. Lector voraz y desordenado, me apasioné por el modernismo, movimiento que privilegiaba la suntuosidad del lenguaje, la metáfora novedosa y las combinaciones de versos de extensiones distintas. Todos esos elementos me condicionaron largamente sobre todo en lo atinente a la adjetivación. Aún hoy, ingresado al versolibrismo, me inclino más por lo tropológico que por lo rítmico. El tema de los inicios me deriva a una digresión evocativa. Se trata de la Revista Laurel. Hojas de Poesía que se publicó en Córdoba de 1957 a 1959, dirigida y financiada por Alberto Díaz Bagú. Integrábamos una suerte de consejo asesor, entre otros, José Alberto Santiago, Lila Velasco, Carolina Vocos, Alejandro Nicotra, Carlos Giordano, Alfredo Otonello Guevara y quién está siendo ahora entrevistado. Santiago tiempo después se radico en España, donde creo que obtuvo el premio Adonais. Lila Velasco, rectora de la Universidad Católica de Córdoba culminó su labor docente como Profesora Emérito, Carolina Vocos, injustamente olvidada y una de las voces líricas más hondas y esenciales, merecería ser reinstalada como protagonista señera del parnaso cordobés. Alejandro Nicotra ha sido distinguido con premios categóricos. Carlos Giordano fulgió como intelectual y catedrático en Córdoba e Italia. Con posterioridad, se integraron a Laurel, Rodolfo Godino, galardonado como poeta y por su trayectoria, y el doctor Jorge Torres Roggero, Profesor Emérito, ensayista copioso y poeta de obra breve pero destinada a persistir. Salvo una omisión: Lila Velasco fue también ensayista penetrante y poeta de digno vuelo. Como no recordar y recobrar a Alberto Díaz Bagú. Con nosotros, más jóvenes, era tutelar, incitativo y apadrinante. En su imprenta – la de Laurel- imprimió un cuaderno: Oda al sapo y cuatro sonetos. Supe entonces de comentarios críticos, que destacaban los sonetos “Aquel perro” y “Yo pescador” y la extensa oda: cuarenta y dos pareadas en verso alejandrino. Obviamente, Alberto me obsequió la edición.
25
Era católico militante y ortodoxo, lo cual no resto frescura ni amplitud de juicio a su acogida de las colaboraciones, de variada procedencia geográfica y heterogéneas en temas y estilo. Poeta, dramaturgo y funcionario, Alberto Díaz Bagú confirió trascendencia a la cultura del interior del país. Los cordobeses seguimos en deuda con su memoria ejemplarizante. Laurel - Hojas de Poesía (Cuadernos Argentinos de Cultura) tuvo una segunda época a partir de 1979. - ¿Qué opina respecto a la relación entre la obra y la vida del escritor, del poeta; si se privilegia la obra o también su acción cultural, su acción social, como hombre inmerso en la historia? - Pienso que es necesario conocer la biografía de un autor; es decir, las circunstancias de su vida y su medio, los hechos que pudieron infiltrarse en su escritura, sus debilidades y obsesiones. El libro Borges. Una Vida de Edwin Williamson, arroja una nueva perspectiva sobre la dimensión emocional de Borges al ocuparse de sus apasionamientos amorosos. A veces, la conducta de un escritor no es la que se deduce de su obra. Quevedo, testigo inapelable de su época, tuvo insospechables acercamientos al poder. Era un incursor de intrigas palaciegas. - Osvaldo ¿cómo ve tendencias observa?
Ud. actualmente la poesía en Córdoba, que
-Mi conocimiento relativo de la actual poesía de Córdoba ya que no frecuento como en otro tiempo esa capital de nutrida y valiosa actividad cultural, me limita como evaluador de su lírica siglo 21. Me atrevo a señalar ciertos poetas, que no obstante su libertad asociativa (el lejano surrealismo europeo mantiene entre nosotros su emancipadora vigencia) aborda una temática reflexiva y no gratuita en cuanto a los desgarradores desencuentros sociales y económicos que padecemos los argentinos. Otros poetas, en cambio, siguen aferrándose a una anarquía verbal que oscila entre el delirio y el disparate, enemistada con la más mínima estética. A estos desaprensivos liróforos el lector y sus apetencias los tienen sin cuidado. Cabe asimismo registrar una tercera especie de poetas: aquellos que continúan cultivando las estructuras tradicionales, el soneto en primer término, sin dejar de incluir en su temática a los marginados y postergados, víctimas de un país regido por inconmovibles castas financieras. Frente a cualquier clase de líricas, para mí es fundamental la palabra solidaria con el semejante, definido en su intención social. No estoy hablando de poesía panfletaria, portadora de un rótulo partidista. Para eso está el discurso, tal vez el ensayo adoctrinador. Estoy hablando de una poesía medularmente humana, pero que no abjura del hecho expresivo como objeto artístico. No concibo una poesía sin pretensión social pero tampoco la acepto sin la belleza como horizonte. 26
Ojalá yo no resulta redundante si agrego que el lenguaje escogido no ha de convertirnos en habitante de un espacio insular en el que no entran los ruidos del mundo. Creo además que los poetas no deben conformarse con emitir el voto democrático sino que deben ser emisarios de lo humano, y estar alertas para detectar que por encima de los gobernantes de turno planean como buitres los amos de los mayúsculos capitales internacionales, infatigables en su aspiración de volvernos consumidores sin capacidad de selección frente a los cantos de sirena de las ofertas presuntamente ventajosas. Sin duda estoy pecando de ingenuo, retorico o balbuceante. Sin embargo, lo que digo me sale como una traspiración por los poros del alma. - Ha quedado claro, muy claro, Osvaldo. Una última pregunta, yo leí que en un momento usted dijo que la poesía no puede carecer de emoción. Porque hay una poesía que es muy racional o perfecta, pero que no conmueve, y la poesía tiene que tener una dosis de emoción, de pasión ¿o no? - Si, no lo manifiesto únicamente yo. En las conversaciones con los poetas y con los escritores en general asoma esa necesidad de lo emotivo. Borges pudiera citarse como una opinión en contrario. Lo que ocurre con él es que, por debajo de su erudición apabullante e incontenible y de su metafísica laberíntica y docta, corre la vena de una criolledad raigal y de un porteñismo entrañable que lo conducen más de una vez a caminar las calles no con ojos de turista sino de enamorado barrial. Recuérdense los versos de “El General Quiroga va en coche a la muerte” (“al muere”, en una versión anterior de su época criolla) y los de la milonga a Jacinto Chiclana, hombre con estirpe de suburbio. Quizás un prejuicio de clase vedaba a Borges encomiar lo popular, reconocer los atributos de la “chusma”. ¿Se lo habría permitido la mamá Acevedo? Por la razón que fuere, la palabra “pobres” parecería destinada a no figurar en el vocabulario cultural del autor de “El Aleph”, ficción memorable. García Lorca, a quién don Jorge Luis no estimaba en su justo valor, proclamaba: “Yo en este mundo siempre soy y ser partidario de los pobres. Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega”… - La última pregunta ¿usted cree que la poesía en estos tiempos es necesaria, qué tiene que jugar algún papel o no se le puede exigir a la poesía que juegue papel alguno? -La poesía, especialmente en estos tiempos de perplejidades y deshumanizaciones, es imprescindible. Ignoro como llega a los lectores, por cuanto si bien se publican con prodigalidad incesante libros de poemas, en las librerías la demanda es escasa. Al menos, es lo que me comentan los libreros. La musicalización de letras poéticas me impresiona como un vehículo de difusión popularizadora. Es cierto que en países que hablan otro idioma, la difusión corresponde a la música antes que al texto. Sin embargo, puede ser 27
que más de una gustador de esa composición se preocupe por obtener una traducción de la letra. Algunas escuelas, al menos aquí en Traslasierra, incluyen lecturas de poemas por sus autores en sus actos abiertos al público. Y también, cada vez con más frecuencia, un poeta es invitado a brindar su poesía en establecimientos educativos. Por supuesto, tal difusión dista de ser la necesaria, pero marca un camino para instituir la presencia lírica como un hecho habitual. Juzgo importante que en esos contactos el poeta explique el sentido y los pormenores formales de cada poema. Entiendo, por otra parte, que los medios de difusión – televisión, radios- acogen la voz de los poetas con cierta predisposición que antes no existía. Las revistas literarias significan un reservorio valioso del mester lírico. En tal sentido, el Boletín Literario ¡Basta ya! es digno de imitarse. El substancioso cantautor Horacio Guaraní sentencia las graves consecuencias “Si se calla el cantor”. Me pregunto: ¿Y si se calla el poeta? Y contesto: Eso no ocurrirá jamás…
Nunca más Como sonarán en las baldosas del pasillo los pasos del torturador que regresa a la celda del suplicio. Cómo resonarán en los huesos del cautivo. Las Madres las Abuelas de Plaza de Mayo aún escuchan en sueños los gemidos. Con sus pañuelos blancos las Madres las Abuelas del país y de América siguen apantallando un fuego sin olvido.
Osvaldo Guevara 28
Encadenado al mástil de la plaza el hombre desborda desolación sus manos secas descascaran fracasos los pies descalzos no hacen sombra y una plegaria anuncia rodillas de pan. El hambre de saberse despedido asoma en la mirada de sus hijos su mujer preñada de cansancio lava el sudor de la huelga él resiste encadenado al mástil de la plaza. * Abismos trepan desde el cielo sobreviven al fuego de suicidas cotidianos desarman pétalos del almanaque derrumban los lunes Vuelven al cielo rojo de cordilleras donde crece la espera entre lápidas de pájaros marchitos más abismos trepan desde el cielo.
Silvina Anguinetti Más abismos trepan desde el cielo 2017
29
ELLA EN EL ESPEJO Cuando entré, ella estaba sentada en una de las mesas. Dejé el cuaderno al lado del servilletero y me senté de espaldas a la barra, de frente al espejo que disfrazaba la pared. Pedí un té al momento que abría el cuaderno, preparé la lapicera. La realidad duplicada se extendía profundo, y en un rincón, ella. Toqué su presencia con la mirada, era especial, ese tipo de mujer que solo conocí una o dos veces en la vida, que me hace sentir inferior, o mejor dicho, inmaduro frente a la enorme personalidad que emiten. Dejó la copa de vino, y mientras recargaba su cabello detrás de la oreja, me miró preguntando si me molestaba la copa de vino. No, la verdad es que no me molesta, me resulta extraño verme frente a una taza de té y vos con un borgoña. Vamos a caminar, me hace falta. En otro momento quizás mi timidez me hubiera obligado a rechazar la invitación, pero ya estoy viejo para eso, ¿qué miedo podríamos tenernos? Caminamos en silencio, ella con su cabeza apenas inclinada, el cabello ocultándole a medias el rostro. Podía ver una pequeña mueca que hacía de sonrisa. No puedo imaginar porqué estás así. ¿Así cómo? Triste, callada. No puedes. ¿Por qué no? ¿Qué me hace distinta? Tenía mil razones para revocar esa afirmación, pero ninguna que le sirviera, creo. No sé si puedo ayudarte, solo tengo mi presencia que es bien poco. Se detuvo, nos miramos, y sin pacto previo simplemente nos abrazamos. Momento suave, protector, necesario. Gracias, lo necesitaba. Volvimos a nuestras mesas, se despidió con una mirada brillante de humedad. Escribí las últimas palabras en mi cuaderno. Salí del bar obligándome a no mirarla.
Luis Héctor Gerbaldo
30
LA QUINTA Cuando ella finalmente pudo imponerse la soledad que tantos años había postergado, su vida diaria fue una constante observación. No solo de la naturaleza que la entornaba, sino de su interior. Una larga, muy larga revisión de sus conocimientos metafísicos, de sus aciertos y errores en su devenir longevo, su vida completa y estoy convencida de que también su muerte, aunque, si bien estaba dispuesta a enseñar, a no llevarse nada para "el otro lado", de este tema habló unas pocas palabras, indicándonos que no la lloráramos demasiado, que no interrumpiéramos su nuevo camino en el que estoy segura, creía. Cuando yo llegaba, escuchaba la música desde varios metros antes de llegar a la verja. Ella marcaba el libro, lo cerraba, me miraba, un beso y "escuchá; esta es "la quinta”- Escuchá los cuatro golpes: "Es el destino golpeando a mi puerta" dijo Beethoven, golpes tan fuertes como el dolor de quien los recibía, ese músico irritable y sensible hasta la médula. Escuchá lo que pasa unos momentos después de la primera impresión: Un no creer. Una dulzura consigo mismo que intenta apaciguar el dolor. Pero no alcanza. Poco a poco va cayendo a las profundidades oscuras...esas notas que se van apagando, que apenas se escuchan, son el bramido sordo de la conciencia dela tragedia. Quieto, paralizado y a merced de la única realidad que ahora está viendo con todas sus sombras, con toda su crueldad. ¿Sentís? La música es un río subterráneo que te socava los cimientos. Porque todo va a ser peor. Ese bramido que va ascendiendo como un volcán que te va a quemar, que te va a dejar allí, duro para siempre. ¡Y estalla! Pero eso que se va gestando mientras miramos las sombras, es sólo el fin del dolor. El sol, el sol, el sol rompiendo la noche, rojo, naranja, dorado se te instala en el pecho. Es la vida y su color. ¡Sentí la alegría de las notas! La oscuridad se termina. Has caminado toda la noche sobre el monstruo, directo al dolor, pero esto es alegría. Alegría que explota y no deja rincón sin regar, sin acariciar. Eso pasa un tiempo después de la tragedia. Estas vivo y sentís amor, amor naranja y dorado por todo y por todos. Estás vivo y has vencido al dolor". Eso más o menos. Hablaba tranquila, con pausas, pero sin admitir interrupciones. Como todo el que tiene el don de convencer. Ella había visto el sol rompiendo la tragedia, y yo le creía. Le creo. Y también creo que escuchar en esta convicción la Quinta Sinfonía de Beethoven, cura.
Isabel María Cadogan
31
¿Quién brota primero en primavera, un imberbe, un cortado verde o un viejo verde? Por Mario Trecek De Crónicas de un Cronopio. (Misceláneas publicadas en Semanario Tribuna Río Tercero -2009- ) Una cosa es la eterna juventud y otra es ser un adolescente toda tu vida. Una cosa es ser un espíritu joven y otra es ser un pende-viejo como Silvio Soldán, que sabe de la colección de 14 tomos del “Tesoro de la Juventud” para pasar un feliz domingo, pero no del poema: “Juventud divino tesoro” de Rubén Darío y que interpreta tan bonito Paco Ibáñez. Es un prejuicio positivo pensar que juventud es sinónimo de felicidad, porque cuando sufren lo hacen con intensidad. Se brotan, se salen de la vaina, aman a flor de piel y están siempre dispuestos a armar flor de quilombos. Están siempre al borde del desborde, son llaga en carne viva y casi siempre ponen el dedo en la llaga. Tienen mirada ultravioleta y con energía casi brutal detectan la pose, lo careta, lo hipócrita, las miserias como a las injusticias. Son herederos de los jóvenes del Mayo francés que adhirieron a las consignas del amor libre, adoptaron a los Beatles, la píldora, la minifalda, el pelo largo y se hicieron hippies. Unos años antes un joven estudiante de la UNC, Santiago Pampillón, fue asesinado. Luego sería el Cordobazo. Luego serían protagonistas rebeldes aquel 1º de Mayo de 1971, cuando el General Perón los echara por “imberbes” (sin barba) y cinco años después en un día de la primavera detienen, torturan, y matan a jóvenes secundarios, por luchar por el boleto estudiantil, quedando como único sobreviviente de “La Noche de los lápices” Pablo Díaz, todos jóvenes, que rasguñaban las piedras, y las muchachas eran de papel. En pocos días después en Río Tercero, sucedería algo similar, regresaba de festejar el día del estudiante del Balneario Municipal, a eso de las 20 hs. rodearon nuestra casa, que era esquina, varios móviles policiales, y quedamos mi padre y mi hermano mellizo, bajo el PEN (Poder Ejecutivo Nacional), el único que funcionaba, privados de la libertad por ser miembros de los centros de estudiantes, y mi padre militante político Como digo en un poema “yo también puede ser un desaparecido” a mi hermano mellizo, le puso el Capitán Reartes, una granada en la mano, en la Dirección de Fabricaciones Militares de Río Tercero, e intimidándole, le decía vos con esto nos querés matar, teníamos solo 18 años. Y mi madre, la María Aurora, dijo cuándo la abordaron en la calle porque fue al destacamento a reclamar por su prole: Vinieron y me rodearon con una doble carabina (Quería
32
decir cabina) por la chata en la que se trasladaban lo milicos armados hasta los dientes. “Me gustan los estudiantes” escribió Violeta Parra y canta Mercedes Sosa. Todo joven es un poeta, en ciernes, uno que no sabe de lingüística, pero se va apropiando libremente del lenguaje sin condicionamientos sintácticos ni ideológicos y será un filósofo improvisado que formula preguntas que parecen nuevas y cree, además, que siempre encuentra respuestas inéditas. Porque parece un cortado verde, pero siempre está brotando, y amaneciendo. Detrás de la celebración y el jolgorio, hay toda una industria promoviendo el consumo dirigido a los jóvenes. Los victimizan por drogones, delincuentes, vagos. Pero no todos son estudiantes, los hay trabajadores, y también desocupados. El Padre Guillermo Mariani dice “Es difícil hacer de un ocaso, amaneceres y más difícil es salir de la noche”. Volviendo al Mayo Francés y su consigna: “Es mejor hacer el amor y no la guerra” porque como canta Gustavo Patiño “Amores de primavera, son ilusiones pasajeras” Recordando que siempre es mejor un “imberbe” que un “viejo verde”.
Mario Trecek
33
EL CUADERNO VERDE DEL CHE Nació en un lugar determinado de la geografía argentina; durante su vida se empecinó en no ser de ningún lugar y también en ser él mismo en todos los lugares. Fue un caminante en la línea de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, es decir un magnífico ejemplar de vagamundos (término tan noble y tan denostado) de esos que no se niegan al aprendizaje de cada experiencia. Para conocer la realidad y ser ese otro que se le anunciaba desde cada tendón se metió en el interior de todas las realidades que le fue posible y tomó conciencia de lo que soñaba y creía justo, como quien se tira cargado de piedras a un río para aprender a nadar cuando la creciente arrecia. Aprendió a mirar lejos aún a riesgo de ver demasiado; tal vez le fueron revelados muchos de los secretos que la muerte finalmente espanta; tal vez pensó que los hombres no debemos acceder al todo arrastrando sólo un cuerpo. Aun así no escatimó esfuerzos para poner en valor una teoría esencial que encierra una moral que aún hoy causa estragos en los escudriñadores de teorías; la decencia, la honradez, la solidaridad, la cultura, el ejemplo, el valor, la inteligencia y el desprecio por los honores fueron sus adargas bajo el brazo. Siempre le importó llevar a cabo lo que consideraba correcto, más allá de la victoria o la derrota. Pudo observar en los hombres un germen del que carecen los dioses, lo soñó, fue por él, y no pudo alejar las bestias de la especie. Tuvo buena madera para la pluma; de no haber llevado la vida que llevó hubiese sido escritor dijo una vez; era muy bueno para narrar, tenía la pulsión necesaria, una prosa elegante y la irreverencia adecuada; escribió todo lo que pudo en los escasos momentos que su actividad se lo permitió: diarios personales, crónicas, discursos, memos, proyectos, polémicas, artículos para la prensa y leyó y estudió como un descosido aún en los lugares más inverosímiles. Amaba la poesía aunque felizmente no hizo muchos intentos por escribirla; de algún modo la encarnó porque en poco más de una década hizo tanto como pocas palabras hacen dentro de un buen poema; además, no desconocía que el mensaje de una poética está cifrado también para las generaciones futuras. Cuando cayó Rolando, uno de sus mejores hombres en Bolivia, el Che llevó a cabo un singular responso para el guerrero que yacía apelando a unos versos de Pablo Neruda. En su mochila boliviana había libros, un cuaderno donde anotó los poemas que disfrutaba (hoy editado por Seix Barral como el “Cuaderno verde del Che”, antología con 69 poemas de César Vallejo, Pablo Neruda, Nicolás Guillén y León Felipe) sus propios escritos y dos textos de León Trotsky, quien en 1925, en el entierro del gran poeta ruso Serguei Esenin dijo: “... a pesar de los pesares, ama la época que te toca vivir porque es tu patria en el tiempo”. Sin dudas un cruce de destinos y la poesía que los sujeta, como siempre hace ella. En Cuba se lo venera por lo que fue pero también por lo que pudo ser; allí es un héroe legendario, legítimo, un pasaporte para el diálogo, un ícono pop -al igual que en el mundo- y ciertamente una necesidad de Estado. 34
El mercado lo ha convertido en una gran mercancía con potencia suficiente para vender cualquier producto; a pesar de esa operación de maquillaje, siempre derrama parte de su temperamento y su figura inoxidable permanece mientras los otros, los camaradas, los enemigos, los amigos, los distraídos, los recién llegados, los adversarios, los admiradores y los colados, envejecen o mueren. Ricardo Piglia dijo: “... que al final de su vida lo último que registre sea una frase que tiene que ver con la lectura, es como un oráculo, una cristalización casi perfecta”; sin dudas señala algo maravilloso que lo enaltece quizás más que la pose del guerrero; antes de ser asesinado en La Higuera, el Che le indicó a la maestra que lo acompañaba un error ortográfico en la frase que había en el pizarrón; “falta el acento” -le dijo- refiriéndose a la frase “Yo sé leer”. Ni ángel ni demonio, ni el bronce ni el entero barro; simplemente un hombre excepcional que actuó y murió como entendió honradamente que debía hacerlo; no es poco a cómo va el mundo.
Sergio Pravaz
35
Medusa en sombras El momento habla. El alma de los arboles blanca retorcida entra con el bosque azul por el espejo de la noche. El viento caliente exclama gotas de rocío y transpiración de la tierra. En los lechos húmedos vive la medusa en sombras apaga las cenizas del sauce en las aguas escondidas. Duerme la niebla ve la primera estrella toca el aceite de la greda entre luz y risa y queda preñada del sollozo amarillo
Nido El pájaro indica a la hembra el lugar del abrigo cruza la esquina de la casa pajarera. Escuchan sus voces danzan hecho de ramas sol en el techo perenne saben de nido y cristal nocturno.
María Teresa Archina
36
DE SOLO NOMBRARLAS Limericks Serranos
Por Juan Martín Velázquez Los limericks, son como son. Pequeñas postales. Tan fugaces como una mariposa que captura la mirada y en un instante desaparece. Nacieron hace mucho tiempo y nadie sabe precisar cuándo dónde ni para qué… Quizás porque si hacemos un viaje, pasando por muchos lugares de colores y matices diferentes, nuestra mirada viaja tan rápido, que apenas puede fijarlos y nuestra memoria visual se encarga de guardarlos o de olvidarlos para siempre.. Al ser tan breves, poco y nada pueden contar, más que situarlos en espacio y tiempo. Y tampoco eso. Nos ayudan a mirar, a despertar nuestra atención y a veces también a dejarnos con la boca abierta y preguntarnos: ¿Y aquí que quiso decir? Algunos ya nacieron locos de remate, por lo desorejados e incongruentes. La mayoría no dicen nada o en pocas palabras lo dicen todo y mucho más todavía. Los limericks desbaratan el aburrimiento. Y estos fueron escritos y pensados para eso. Quizás algún fin de semana, puedan comprobarlo. Lo único que les aconsejo no se olvide de llevarlos con ustedes. Bien puede servirles de guía turística y también por qué no de mapa del alma y el corazón. ¡Feliz viaje para todos! La cigarra está tocando su quena. Violín el grillo. Solfea una sirena. Tañe el arpa un angelito… Ahora escuchar necesito tu eterna voz de calandria, María Elena. Un pecarí de collar, babero y chupete, come choclo en su cuna de juguete…. Tiene mucho sueño pero es muy risueño y antes de dormirse cuenta hasta siete. Quien venga con pericias de yuyero y presuma de ser un rico estanciero Y diga:-Soy turista…. Mejor que no insista: si no sabe de yuyos es mal jardinero. Sobre un algarrobo en Mina Clavero construyó su nido lujoso un hornero. Ahora, dueño es él de un Petit Hotel; trabaja día y noche, el año entero. Parece que en la comuna de Villa Icho Cruz ya no alumbran como antes los bichos de luz.
37
en las noches más largas muchas son las descargas y sus baterías se agotan en un repeluz. Cuentan por los pagos de Sampacho que Sapo buey contrajo un empacho Y terminó dando gritos de sólo tirarle el cuerito frotando vira-vira con té de lapacho. Años atrás apareció en Cruz del Eje un zorrito embustero, zaino y hereje sin otra ambición que robar algodón y tusarlo en hebras que el aire desteje. Un caburé perdido en Cabana fue buscado por toda la semana. Y aunque no lo vean, entiendan ni crean hoy amaneció sentado en mi ventana. En Villa Del Totoral, una comadreja, está muerta de sed, sorda y se queja porque en esa villa perdió su sombrilla y el sol le achicharró sus dos orejas. Palomita dorada:-Ven, acercate a mí, desde la punta del Cerro Champaquí mi corazón te busca entre bosques de tusca jumerales, romerillos y rosita pitiminí. Un lagarto verde y largo en Pampa de Achala baja por el monte, en la piedra se resbala, y pronto huye, se pierde, entre la hierba verde, como un yuyo más entre espinillo, molle y tala. Allá en los lindes de Villa Guiñazú se oye el aullido de un Aguará Guazú Y así, sin más piedad, aterra a su vecindad, estruendoso como las Cataratas del Iguazú. Los limericks fueron traídos a la lengua castellana por la autora argentina María Elene Walsh, inspirada en los sonsonetes en inglés que su papá le decía y repetía cuando niña. Su formato es así: dos primeros versos largos que riman con el último y en el medio dos versos cortos que riman entre sí.
38
Una cosa trae la otra Por Lily Chavez Pertenezco a una generación donde los asombros pasan por las cosas simples y cuando veo a los jóvenes ensimismados en las pantallas quisiera decirles que para poder asombrarse verdaderamente hay que alejarse de los celulares, detenerse frente a la naturaleza o a los detalles que pasan desapercibidos cuando estamos desatentos. Por eso son tan necesarios los nietos, que nos vuelven niños y nos comprometen con el asombro. Fui con Lautaro a la farmacia, y ambos subimos a pesarnos; la aguja se movió mucho más conmigo que con él por supuesto pero le intrigó que al colocar su Ranger de juguete, no se registrara peso alguno. Resulta que es muy liviano – dije. Pero yo también me quedé pensando en cuál sería el menor peso que registraba la balanza. Y como una cosa trae la otra, ayer, leyendo con él mis viejos tomos de los records Guinness, que datan de 1981, leímos que la balanza de mayor precisión de esa época era el Modelo Sartorius 4108, fabricada en Alemania que puede pesar objetos de 0,5 g. con una precisión de 0,01 ug ó 0,00000001 g, lo que equivale a un poco más de una sexta parte del peso de la tinta utilizada para producir un punto. ¡Qué increíble!, inmediatamente pensé que con los avances tecnológicos seguramente eso había sido superado. Y pensé además, en el interés de los seres humanos por vencer barreras y ser primeros en esto o en lo otro. Algunos records evidentemente son casuales, como el del expresidente John Kennedy que alcanzó un índice de 327 palabras por minuto en unos de sus discursos. No así el record del noruego Hans Langseth a dejar crecer su barba de tal forma que resultó la más larga de la historia. Hace unos días, mientras miraba la novela de la noche, vi al Sultán de los ojos claros firmar una proclama con el sello de su anillo y me quedé pensando en todo lo que desconocemos. Y luego supe que la firma más antigua conocida es la de “El Cid” Rodrigo Díaz de Vivar de España que data del 1070. A mi nieto le leo curiosidades pero en cuanto se va, vuelvo a la lectura de poesía. Hace poco ha sido la Feria del Libro Córdoba 2017 y la verdad que hubo cosas interesantes y otras no tanto pero me alegró que en el Stand Barón Biza pudiéramos encontrarnos con libros de poesía muy a la vista, como verdaderas estrellas y no en el último anaquel como sucede en la mayoría de las librerías. Reunió a 64 editoriales de todo el país (Santa Fe, Jujuy, Chaco, Buenos Aires, Salta, Santiago del Estero) pero lo que me pareció más importante fue la presencia de libros de editoriales independientes del interior de Córdoba y de capital. Por razones de salud me perdí una charla con dos grandes: Gaspar Pio Del Corro y Osvaldo Guevara, pero por suerte, en este número del ¡Basta ya! todos podremos leer la excelente nota que Eduardo Planas le hace a Guevara, un poeta que oxigena el tiempo con su palabra. Y él seguramente comprenderá mejor que nadie lo que digo sobre el asombro, porque es un poeta destinado a no dejar pasar las maravillas que suceden a su alrededor. Y Osvaldo cada
39
tanto me sorprende con alguna palabra silvestre, por eso, cuando leí a Pablo Carrizo en “Ir” me encantó un poema que se titula “Somos musicancias” y el vocablo me trajo mucha ternura. Por eso, será mi modo de terminar Una cosa trae la otra. Dice Pablo: “Cuerdas en trenza espiga chasqueando la quietud. / Punciones al telar de la noche / que otros ven estrellas. / La fricción de dientes de los niños nocturnos. // Somos musicancias. / El rumor de las burbujas suicidándose hacia el sol. / El toque en tiempo de una maderita torneada. / El saco aéreo de un pájaro celoso. // Somos musicancias. / Clinas de aire. / La desesperación de las abejas en el agua “
Lily Chavez
40
DUNKERQUE: Una experiencia cinematográfica asfixiante. * * * * * EXCELENTE
La última película del aclamado director británico Christopher Nolan ha estado precedida por un halo de expectativas como siempre suele suceder ante el estreno de cualquiera de sus trabajos. Grandes obras como “Memento” (2000), la trilogía de “El Caballero de la Noche” (2005, 2008 y 2012), “El Origen” (2010) e “Interestelar” (2015) son solo algunas de sus principales y más destacadas propuestas. Esta vasta y heterogénea filmografía claramente establece que estamos ante un realizador que jamás pasa desapercibido, que tiene un olfato especial a la hora de formular y desarrollar historias en la pantalla grande y que cuenta con hordas de fans dispuestos a refrendar la idea de que es uno de los grandes cineastas del siglo XXI. “Dunkerque” se suma a aquella impecable lista de éxitos cinematográficos y todo parece indicar que estamos ante una de las grandes protagonistas de la temporada de premios que se avecina. La crítica especializada y el público se han rendido ante esta película. Pero, ¿sólo porque es un exponente de lo mejor de Nolan como director? No exclusivamente por esta razón. Esta cinta es, simplemente y en opinión de quien suscribe, una de las experiencias más angustiantes, perturbadoras, asfixiantes, intensas y heroicas que ha sido un deleite para mis sentidos en todos los grados posibles. Nolan despliega toda su pericia al retratarnos la batalla de Durkerque, un evento bélico poco conocido desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La trama general nos muestra la ejecución de la Operación Dínamo de 1940, una evacuación de más de 300.000 soldados ingleses y franceses. El director no nos relata ninguna de las “grandes y numerosas” proezas del ejército norteamericano en esta contienda sino que se centra en la retirada a raíz de la victoria de la Alemania nazi en Francia. Pero esto no es todo: el guion se diseñó en tres líneas argumentativas diferentes y cada una de ellas se desarrolla en contextos témpora-espaciales distintos. Es decir, que el metraje total de la cinta entrelaza tres facetas de una misma historia desde el inicio y las va unificando de una manera tan perfecta que convergen en un final épico. La primera de ellas es “el mar” y se desarrolla a lo largo de un día (barcos civiles dispuestos a acercarse a la zona de guerra para colaborar en el rescate). La segunda es “la tierra” y cuenta los eventos de una semana (los soldados apostados en la playa y expuestos a un sinfín de peligros intentando abordar los buques que los llevarán a Inglaterra). Por último, la tercera es “el aire” y es retratada a lo largo de una hora (un aviador con la misión de derribar enemigos para facilitar el rescate). La cinta mantiene en vilo al espectador desde su comienzo: lo deja tenso, sin respiración y sin tregua; lo introduce de lleno en el mismo escenario de la batalla provocando esa sensación granadas que explotan a nuestro lado, balas que rozan nuestra cabeza y aviones que nos sobrevuelan en todas las direcciones; y lo motiva a anhelar la supervivencia de todos los que lo rodean.
41
Esta atmósfera envolvente es el punto más fuerte de la película, recreada gracias a un impecable trabajo de sonido y fotografía capaz de trasladarnos al núcleo duro de los enfrentamientos. Esta experiencia no hubiese sido posible sin esa magnífica labor, tensamente apuntalada gracias a la partitura compuesta por el siempre efectivo Hans Zimmer, acérrimo colaborador musical de Nolan. La música no deja en ningún momento de subrayar esa atmósfera y llevarla al límite de lo tolerable para el corazón palpitante del espectador. Y para terminar de recalcar los aspectos técnicos, el trabajo de edición de la película no sólo amalgama el sonido y la música sino que hace posible que las tres líneas argumentativas de tiempos diferentes hagan una historia uniforme, compacta, bien contada y ejecutada de forma perfecta. El elenco es otro aspecto para destacar. Con las magistrales actuaciones de consagrados actores Tom Hardy, Mark Rylance y Kenneth Branagh, les da el espacio a jóvenes promesas para que brillen, como es el caso del cantante Harry Styles. ¿Será “Dunkerque” la obra que hará que Nolan se alce definitivamente con un Oscar? Tras tres fallidos intentos (dos como guionista por “Memento” y “El Origen” y una como productor por ésta última) considero que esta vez puede ser posible. El tiempo dirá si la estatuilla dorada que le esquiva terminará en sus manos en febrero del año que viene. Pero el gran mérito del director es habernos mostrado un evento histórico que implicó una derrota para el ejército aliado en la Segunda Guerra Mundial pero en una clave esperanzadora. Subyace la idea de que, aún en medio de la derrota, la salvación es posible. Milagroso relato que, a pesar de la crudeza con la que se plasma, nos deja ese gusto satisfactorio cuando aparecen los créditos de la cinta.
Leonardo Arce
42
KEITH JARRETT en dos cuartillas Por Alfredo Gómez Alonso
Keith Jarrett es oriundo de Pensilvania, Estados Unidos, y nació en 1945; desde los tres años de edad comenzó a estudiar varios instrumentos, entre ellos el piano, saxofón, batería y vibráfono; en realidad, Jarrett era parte de las grandes esperanzas del piano clásico en su país, pero a los diecinueve años decide irse a Nueva York en busca de otros horizontes, pues tocar a Beethoven o a Mozart no colmaba sus aspiraciones creativas; Jarrett comienza a brillar con los grupos de jazz de Charles Loyd y Miles Davis, hasta que forma el trío que le dió notoriedad internacional, con Paul Motian en batería y Charlie Haden al bajo; más tarde conforma un cuarteto con el saxofonista Jan Garbarek y otros músicos europeos, con quienes graba My Song, un disco muy conocido en el mundillo del jazz por sus melodías y claridad del diseño armónico; Jarrett es un improvisador en el más alto sentido de la palabra, tanto por la riqueza y fluidez de sus ideas, como por la depurada técnica con que las ejecuta: “no tengo pensamientos musicales, no tengo que estar de humor, he aprendido a ir más profundo que mi estado de ánimo, rápido, antes de que mi cerebro empiece a decirme lo que hará. No hay tiempo suficiente para ser el creador y el intérprete de la música en tiempo real, para lograr un buen rendimiento en el mismo microsegundo que compones la música, pero lo hago de todos modos. Eso explica mis gruñidos cuando toco. En realidad, siento la música como si yo fuera una bocina haciéndola sonar”, dice Jarrett respecto a sus improvisaciones; también ha grabado música de Bach, Handel, Shostakovich, Mozart, música para clavecín, para órgano, y ha ejecutado en algunas grabaciones el saxofón soprano: dentro de esta producción destacan muchos de sus discos de jazz, y en lo clásico, el Concierto para dos Pianos de Wolgang Amadeus Mozart -acompañado de Chick Corea-, la grabación del Clave Bien Temperado de Juan Sebastián Bach, y un dúo con el violinista Gidon Kremer tocando música del compositor estonio Arvo Pärt; luego concretó un segundo trío de jazz con Gary Peacock al bajo y Jack DeJohnette en batería, tan eficiente estéticamente como el primero; además, Jarrett ha compuesto música de cámara, para orquesta de cuerdas, y conciertos para flauta y piano con orquesta sinfónica, e infinidad de piezas de jazz, que ha grabado fundamentalmente con sus tríos en discos a los que denominó, genéricamente, Standards; sin embargo, aun admitiendo que ha escrito algunas buenas obras dentro de lo clásico, sus partituras casi nunca gozan del vuelo de sus improvisaciones: en este aspecto, si hay algo que ha repercutido en el entorno internacional y ha hecho de Jarrett un músico mundialmente famoso, es su desempeño como solista improvisador al piano: ahí están los conciertos de Viena, París, Colonia y otros varios, donde el músico desarrolla un estilo tonal, modal y politonal de visos impresionistas y mezclado con el jazz y el rock: la influencia del jazz y el rock se observa en las improvisaciones y su
43
manera biológica de abordar el instrumento, mientras que la tradición de concierto resalta en su concepción formal, polifonía, y la manera técnicamente abundosa en que trabaja el piano, muy distante de la línea con acompañamiento de acordes, típica del jazz; Jarrett exhibe un sonido perlado, puro, y posee manos muy trabajadas, fuertes y flexibles, todo lo cual habla de la gran cantidad de estudio que hay detrás de su ejecución; es lugar común entre críticos y especialistas, referirse a la música que improvisa este pianista como: “de gran fuerza, coherente, orgánica”… lo cierto es que, cuando Keith Jarrett crea música en vivo se abstrae por completo, concentrando su energía de modo notable: lo que él toca lleva, efectivamente, el vigor y la autenticidad distintivos de aquello en lo que se cree, y, aun inventando música frente al público, jamás se le ha visto titubear mientras toca… por el contrario, se entrega a la improvisación entonando extraños canturreos, levantándose del piano y moviendo el cuerpo como un poseído; para clasificar al Keith Jarrett artista, tenemos que ubicarnos en un punto intermedio entre la tradición de concierto y las músicas de extracción popular: es este un nuevo tipo de músico surgido en las últimas décadas, con formación suficientemente sólida como para dominar ambos campos, desempeñándose en uno u otro, o en zonas estilísticamente intermedias… tales lo casos del brasileño Egberto Gismonti, los norteamericanos Anthony Braxton y Chick Corea, los argentinos Astor Piazzola y Chango Spasiuk, el inglés John Mc Laughlin, el grupo estadounidense Oregón o el cubano Gonzalo Rubalcaba, entre otros: en las obras de estos artistas suele conservarse el frescor y la inmediatez con que se transmite la música popular, sumándose a ello la complejidad formal y de textura históricamente pertenecientes a la tradición clásica: añadimos que, a la manera espontánea y no académica con que la música popular transmite el sonido se le ha llamado, “ética”, por oposición a la manera “estética”, de raigambre concertante y europea; un elemento singular de la personalidad de Jarrett radica en sus posiciones elitistas, pues sólo acepta entrevistarse con críticos y reporteros si las revistas que representan usan su imagen como portada… por otra parte, aun conociendo personalmente a los principales pianistas de jazz del mundo, ha señalado a sus colegas como: “prostitutas de la música”, afirmación insólita desde lo ético y técnicamente inexacta, toda vez que resulta imposible soslayar los aportes de músicos como Cecil Taylor, Chucho Valdés o los japoneses Iromi Wehara y Makoto Ozone, por no hablar de nombres ya establecidos como los de Herbie Hancock y Michel Camilo; aunque el Köln Concert realizado en Alemania es el más famoso de sus recitales como solista improvisador, y posiblemente el mejor, en esta ocasión optaremos por un comentario sobre el Dark Intervals, de 1987, un disco en vivo en que aparece la interesante pieza, Openinig; como su nombre indica, sirve de introducción a todo el concierto del que forma parte: Opening… apertura, entrada, overtura, comienza con unos escarceos en el registro agudo del piano, a manera de arpegios fragmentarios, que, gradualmente, toman la forma de un discurso modal de arpegios continuos en el registro agudo pero 44
alternando con el grave: en medio de estos extremos, se escucha la repetición de ciertas notas en el registro central, que parecen rebotar en el espacio acústico; la primera mitad de la pieza se desenvuelve prácticamente sin cambios… pero la estructura de Opening está punto menos que cortada a cuchillo en su centro, en el que la música comienza a descender hacia el registro grave, mientras el pianista baja el pedal milímetro a milímetro, gradualmente, hasta bajarlo completamente, creándose hacia el final un nubarrón de sonidos que, para hablar en términos químicos, constituye una verdadera densidad sonora en la que no ocurre ningún acontecimiento relevante, sufriendo la obra un proceso que va desde la gramática musical discursiva, hasta un ruido indistinto que podemos categorizar como “non música”, o lo que es igual, la obra discurre desde la coherencia sintáctica al barullo irreferente; esta textura va perdiéndose en un pianissimo, y sube de volumen un par de veces, como el remanente de una ola, hasta que el sonido desaparece con un retumbar lejano, similar a truenos distantes; silencio; Opening es una pieza que puede tomarse como ejemplo de aleatorismo controlado, o sea, un trozo de música en el que hay ideas prefijadas en sus aspectos más generales, pero el resto es pura improvisación… una manera de hacer característica en varios improvisadores, y también en Keith Jarrett, un importante músico de nuestro tiempo.
45
46
47