Juntos, creando la historia | Boletín Salesiano - Julio 2024

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creandolahistoria

11 DE PUÑO Y LETRA

La Iglesia con la que sueño

25 SABOR A BUENAS NOCHES

“¡Ustedes son Don Bosco hoy!”

Boletín Salesiano

12 VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Salesianos y jóvenes compartiendo “desde lo que cada uno es”

03 CARTA DEL DIRECTOR

Juntos, soñando y compartiendo el mundo salesiano

04

¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

Corresponsables del carisma salesiano y una “metodología de la escucha”

08 CRECER DESDE ADENTRO

Rubén Avellaneda y Belén Pagliano

16 CON NOMBRE Y APELLIDO

Ecónomo inspectorial y regulador del Capítulo Inspectorial

26 DEL ÁRBOL SALESIANO

“Estamos con el ánimo y la esperanza que nuestros sacerdotes siempre nos infundieron para continuar con esta gran obra”

20 AQUÍ Y AHORA

Ser Iglesia, caminar juntos

28 UNA MANO AMIGA

Juan Ignacio Goñi Director de la Obra Social Don Bosco de Salto

Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa

Director: P. Sebastián Ferreyra sdb

Editor Jefe: Lic. Gonzalo Martínez

Columnistas: Manuel Arhancet y Juan Manuel Fernández sdb.

Equipo de redacción de este mes Rodrigo Cotelo, Nahuel Durand y Elisa Juambletz. :

Fotografía: Sofía Cayota, Pixabay, Shutterstock y archivo del BS.

Corrección: Graciela Rodríguez

07 SINTONIZANDO CON DON BOSCO El arte de ser como Don Bosco

10 SUEÑOS Y PIRUETAS POR AMOR

24 DE OTROS LARES

Ser como una orquesta

31 GALERÍA DE INSTAGRAM

salesianosuy

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

Impresión: Mosca

Departamento Comercial: Luis Gómez

E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com

Celular: 092 432 286

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181

CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521

Sitio web: www.issuu.com/bsuru

Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com

Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

Hay una visión renovada de nuestra comunidad salesiana, basada en los sueños y propuestas que hacen al proyecto del Uruguay salesiano. Venimos caminando en el ejercicio del discernimiento comunitario, tanto consagrados, laicos, como jóvenes, llamados a revitalizar nuestra identidad, vocación y misión en nuestro país, enraizados cada vez más en la espiritualidad de Don Bosco y adaptados a los desafíos de nuestro tiempo.

Esta renovación, sin duda, es fruto del Espíritu y es un don que recibimos y tenemos también la responsabilidad de compartir con muchos otros. Para eso celebramos el Capítulo Inspectorial 2024, que busca llevar nuestro aporte a una reexión mundial de la congregación. Sin embargo, no se trata simplemente de elaborar documentos, sino que lo que compartimos es un camino transitado en el que nos reconocemos invitados a vivir con mayor radicalidad nuestra vocación, integrando nuestra identidad carismática en todos los aspectos de la vida, experimentando la esencia del carisma de un modo que impregne cada rincón de nuestra existencia y nuestras comunidades.

Hace tiempo que venimos transitando un rico camino sinodal. Hemos instalado un modelo de discernimiento y animación que fomenta la corresponsabilidad y el involucramiento de todos: consagrados, laicos y jóvenes. Esto nos permite proyectar juntos, compartiendo la vida, la vocación

y la misión de manera más profunda y signicativa.

Nos hemos reconocido como comunidades en salida, al encuentro de las juventudes, especialmente aquellas más pobres y vulnerables. Inspirados por el espíritu de familia, estamos llamados a cuidar los vínculos entre nosotros, fortaleciendo la conanza, la amabilidad y el respeto. Seguimos desplegando nuestra sensibilidad por la casa común, comprometidos con una ecología humana integral, que nos anima a contemplar, cuidar y transformar la creación.

El Proyecto Educativo Pastoral Salesiano Inspectorial (PEPSI) y el Proyecto Uruguay Salesiano 2027 son proyectos que nos invitan a soñar con un horizonte común, a habitar la historia con intencionalidades claras y a abrirnos con esperanza al don de la eternidad.

Que la experiencia salesiana en Uruguay sea cuna donde anide el Espíritu y siga siendo como hasta ahora cada vez más fecunda, creativa y engendre vida en abundancia. Que todos, consagrados, laicos y jóvenes podamos ser protagonistas de esta historia que construimos.

Corresponsables del carisma salesiano y una “metodología de la escucha”

El Uruguay salesiano es un sueño compartido y la misión, un cometido común. Por eso, el Capítulo Inspectorial que se celebró a comienzos de junio reunió a religiosos, consagrados y jóvenes para pensar juntos los mejores caminos para seguir animando y recreando el carisma de Don Bosco.

Si bien hace poco más de un año se había realizado el último Capítulo Inspectorial, y este suele realizarse cada tres, este encuentro volvió a convocarse por la particularidad de que se realizó para hacer aportes al próximo Capítulo General 29 (CG 29), que se celebrará en la tierra de nuestro santo, Turín, en el primer cuatrimestre del año que viene.

En este escenario, las distintas inspectorías del mundo fueron convocadas para realizar aportes y, en consecuencia, la familia salesiana del Uruguay reflexionó durante dos días sobre los tres núcleos temáticos propuestos por el Rector Mayor, en nombre del Consejo General.

El primero de los ejes tenía que ver con la animación y el cuidado de la vida de cada salesiano; el segundo, con la misión compartida; y el tercero, con una revisión y replanificación

del gobierno de la congregación a todos los niveles. Según explicó el Rector Mayor, cardenal Ángel Fernández Artime, en su carta de convocatoria al CG 29, con estos ejes se pretende que la congregación pueda poner de relieve de manera muy real aquellos desafíos, aquellas carencias, que en lugar de lanzarnos por el camino de la fidelidad al Señor y del testimonio profético de nuestra vida, más bien nos frenan, nos limitan, nos hacen o pueden hacernos incapaces de hacer frente

Una metodología de la escucha Pero la corresponsabilidad de la misión no fue solamente una cuestión de reflexión teórica; también tuvo consecuencias prácticas en el funcionamiento del Capítulo, en el entendido de que la construcción y la animación del Uruguay salesiano es una tarea que se lleva adelante de manera conjunta.

La abogada y experta en Educación, Sarah Ardaix, formó parte de la Comisión Precapitular y contó al BS el proceso que realizaron para redactar una serie de estatutos de funcionamiento, de manera que estos fueran expresión del caminar juntos y que, a la vez, no desconocieran las normas establecidas por las Constituciones Salesianas. Una experiencia preciosa, dijo al ser consultada sobre las dinámicas de trabajo que se planificaron y luego se llevaron adelante durante el encuentro.

Si bien por norma general el voto está reservado para el P. Inspector, los consejeros, el regulador, el superior de cada delegación inspectorial, el director de cada comunidad, el maestro de novicios y los delegados de la comunidades locales y de la comunidad inspectorial, durante este Capítulo se generaron equipos que estuvieron integrados por salesianos,

laicos y jóvenes, de manera de trabajar en sinergia para que el voto no fuera solamente a título personal del religioso, sino que recogiera también el sentir del resto del grupo

Con este mecanismo se buscó, según la abogada, experimentar una metodología de la escucha para discernir juntos la realidad y desde allí hacer camino. La experta, que además es directora del Colegio Salesiano de Salto (Nuestra Señora del Carmen), reflexionó que este Capítulo Inspectorial y sus formas son reflejo de una comunidad salesiana que se esfuerza en vivir su originalidad vital, en todas las dimensiones comunitarias, tam-

Hacia el Capítulo General

bién en aquellas de gobierno. Eso a mí, en lo personal, me dejó feliz, indicó.

Sobre el desafío que implicó estructurar un estatuto en fidelidad a las Constituciones y reglamentaciones generales, Sarah expresó que fue sumamente interesante. Las normas siempre tienden a ser conservadoras y está perfecto que así sea porque es lo que estructura la experiencia humana, da permanencia y seguridad en un montón de cosas, pero hay experiencias vitales que son dinámicas, a veces más dinámicas que el derecho, explicó. En ese sentido, la adaptación realizada es

demostración de cómo la vida se va expresando con la fuerza, donde nosotros también descubrimos obviamente el impulso del Espíritu de Dios y discernimos su voluntad

Aunque los reglamentos del Capítulo hicieron eco fundamentalmente en el segundo núcleo temático que se reflexionó (Juntos, salesianos, familia salesiana y laicos, con y para los jóvenes), para Sarah todo el proceso fue una forma de celebrar nuestra historia y lo que hemos recibido, tratando de darle escucha a la vida que nos atraviesa para permitir que eso nuevo que se va gestando se manifieste.

El CG 29 debía celebrarse recién en 2026, pero el nombramiento del Rector Mayor como cardenal por parte del Papa Francisco adelantó un año los planes. Según las Constituciones Salesianas, el Capítulo General es la reunión fraterna donde los salesianos reflexionan comunitariamente para mantenerse fieles al Evangelio y al carisma del Fundador, y sensibles a las necesidades de los tiempos y los lugares. Además de reflexionar sobre los ejes temáticos con el aporte de las distintas inspectorías, el CG 29 también deberá designar al nuevo Rector Mayor, décimo primer sucesor de Don Bosco, que animará la congregación el siguiente sexenio.

El arte de ser como Don Bosco

Mis queridos amigos y amigas lectores del Boletín salesiano y amigos del carisma de Don Bosco:

He visitado recientemente Lubumbashi, en la República Democrática del Congo. Durante 10 días he recorrido presencias salesianas muy significativas, como la población de desplazados y refugiados de Palabek hoy en condiciones mucho más humanas que cuando llegaron a nosotros, gracias a Dios, y de Uganda. Ahora he llegado al Congo, en la difícil situación de la región de Goma. Allí las presencias salesianas están llenas de vida. He expresado en momentos diversos que tenía el corazón tocado, es decir, conmovido de emoción al ver el bien que se hace, al ver que existe tanta presencia de Dios aun en la más grande de las pobrezas. Pero también, tocado por el dolor y la tristeza al encontrarme con parte de las 32 mil personas,

mayoritariamente ancianos, mujeres y niños que están acogidos en los terrenos de la presencia salesiana de Don Bosco-Gangi. De esto les hablaré la próxima vez, porque necesito dejar que repose en mi corazón.

Ahora quiero referirme a una escena preciosa que contemplé en el vuelo que nos trajo a Lubumbashi. Era un avión comercial mediano, pero el comandante era alguien conocido para los salesianos del lugar. Cuando lo saludé, me contó que había estudiado formación profesional en nuestra escuela, aquí en Goma. Me dijo que esos años le habían cambiado la vida y añadió algo más: que en ese lugar estaba alguien que había sido para ellos un papá. En la cultura africana, cuando se dice de alguien que es un papá, se está diciendo lo máximo. Y no son pocas las veces que no se trata de la persona que ha engendrado a ese hijo,

sino quien realmente lo ha cuidado, sostenido y acompañado.

¿A quién se estaba refiriendo el comandante? Se refería a un hermano salesiano coadjutor, llamado Honorato, misionero español en la región de Goma desde hace más de 40 años. Él ha hecho lo posible para que existiera una escuela de formación profesional y otras muchas cosas junto a otros salesianos. Conoció al comandante y a otros de sus amigos cuando eran unos muchachos del barrio y el comandante me contaba que cuatro de sus compañeros, que prácticamente en aquellos años estaban en la calle, consiguieron estudiar mecánica en la casa de Don Bosco; hoy son ingenieros y llevan la manutención mecánica-técnica de los pequeños aviones de la compañía.

Al escucharlo decir que Honorato había sido el padre de todos ellos me emocionó profundamente y me hizo pensar en Don Bosco, a quien sus muchachos sentían y consideraban su papá. Pensé cómo es verdad que la educación es cosa del corazón y confirmé también que la presencia entre los muchachos es para nosotros casi un sacramento por el que llegamos también a Dios. Por eso he hablado con tanta pasión y convicción a mis hermanos y a la familia salesiana, del sacramento salesiano de la presencia.

Me consta que en el mundo salesiano y en nuestra familia a lo largo del mundo hay muchos papás y mamás que con su cariño llegan al corazón de los jóvenes. Diría que, cada vez más, estas presencias pueden cambiar una vida para bien.

Tiene 29 años y es ingeniera de Producción. Anima en el oratorio de la Capilla Sambartolo. Vive con sus padres y su hermano.

Si tus amigos te definieran en tres palabras, ¿qué crees que dirían de vos?

Alegre, jovial (o con jovencidad, como diría un niño de la capilla) e ingeniosa.

¿A quién admirás?

Sin dudas, una persona es Don Bosco. Desde la adolescencia me dejé cautivar por su figura y con el pasar de los años fui entendiendo de otra forma. Su gastar la vida por los jóvenes, para que ellos tuvieran oportunidades, pero más que nada para que descubrieran a ese Dios que les ama. Tuvo que enfrentarse a muchas dificultades, lucharla, pero siempre con la inmensa confianza en la providencia y dejándose acompañar por otros. Creo que son muchísimas las características de su persona y de su vida espiritual que son un ejemplo a seguir

Tu lugar en el mundo

La playa, cualquiera que sea, es un lugar donde disfruto mucho y me da paz, siento que me encuentro con la naturaleza y conmigo misma. Y otro es el Samba, el oratorio. Es mi casa, donde puedo ser yo en mi mejor versión y donde siento a Dios en el compartir de cada encuentro y donde soy feliz en lo sencillo.

Una certeza en tu vida

Que el amor es una fuerza que puede todo y con todo, que te impulsa siempre hacia adelante.

Entrar a una casa salesiana significa

Sentirse en casa, valga la redundancia. Es saber que estás protegida, que María está contigo, que es un lugar donde hay otras personas con tus mismas convicciones, valores, ideales, formas de ver y tratar a los demás.

¿Qué es el oratorio para vos?

Una experiencia transformadora. Como me dijo una amiga una vez: me cambió la forma de ver el mundo. El oratorio ocupa un lugar importante en mi vida, pero además yo creo que una vez que vivís esa experiencia la llevás allí donde vayas, el corazón oratoriano queda para siempre y se convierte en parte de tu identidad.

¿Cómo fue la experiencia de participar en el Capítulo Inspectorial?

Fue enriquecedora, creo que me permitió conocer más de cerca algunos aspectos de la familia salesiana. Si bien fue para generar aportes para el capítulo a nivel mundial, por lo que no se decidían tantas cosas locales, me permitió ver muchos aspectos positivos de la comunidad salesiana de nuestro país: el trabajo en conjunto de consagrados y laicos, la integración de los y las jóvenes a los procesos de discernimiento, la capacidad de reconocer aspectos a mejorar y seguir creciendo en nuestro camino de servicio. ¿Cómo es el Uruguay salesiano que soñás?

Una comunidad unida, donde todos sigamos el camino de Jesús a la manera de Don Bosco, dando la vida por los demás, en especial, por los jóvenes más vulnerables. Un Uruguay salesiano que sea fuertemente oratoriano, no solo por darle fuerza y apoyo a esta propuesta, sino para que todas las presencias salesianas tengan impregnado este carisma.

Tiene 58 años. Es salesiano desde 1986 y en este 2024 cumple sus bodas de perla como sacerdote. Está al frente de la Parroquia de San Benito de Palermo y Nuestra Señora del Rosario de Paysandú.

Si tus amigos te definieran en tres palabras, ¿qué crees que dirían de vos?

Medio canario, cercano y que hay que conocerlo.

¿A quién admirás?

A muchos. En especial hoy, al Papa Francisco.

Tu lugar en el mundo Mi tierra natal, Blanquillo, en el departamento de Durazno.

Una certeza en tu vida Cristo Resucitado y que el bien un día vencerá.

¿Qué es vivir en comunidad para vos?

No es nada fácil, a veces dan ganas de marcharme, pero me doy cuenta que también yo soy el problema. Así que tranquilo. Es ahí donde Dios me quiere y después, termino valorando y agradeciendo a los hermanos con quienes convivo.

¿Lo más lindo y lo más desafiante de vivir en comunidad?

El rezar juntos, el almuerzo, el compartir historias y viven-

cias, el conocer la familia del otro, en fin Y lo desafiante es valorar y descubrir cosas originales del hermano que en general se desconocen y que realmente son riquezas que uno termina admirando y agradeciendo.

¿Qué te dejó el Capítulo Inspectorial?

Que salesianos religiosos y laicos se comprometen por servir de verdad a los jóvenes, a no acomodar- nos a roles o puestos, sino a arriesgar y salir. La realidad nos grita y espera mucho más del carisma salesiano.

¿Cómo es el Uruguay salesiano que soñás?

Sueño con que sigamos buscando juntos, que es lo que Dios le está diciendo a la Iglesia hoy, y dentro de la Iglesia a nosotros, a los hijos de Don Bosco. Sueño con que nos aliñemos más con los tiempos, con Don Bosco y con la Iglesia sinodal que impulsa Francisco.

La Iglesia con la que sueño

Agradecido es la palabra que pienso cuando me do estoy conociendo, no solo a la familia salesiana, sino

A una Iglesia que se me fue mostrando desde muy chiquito, en la con una mirada puesta en la santidad de lo cotidiano tra sociedad desde el lugar en el que estamos, porque no hac rantes ni metas inalcanzables, sino que, desde la sencillez de nuestra rutina, podemos ser signos de Dios para quienes nos rodean.

Es cierto. Mi imagen de la Iglesia fue mutando gracias a mi paso por me regalaron una fe experimentada y sostenida en la c transformarla, con la mirada de amor siempre puesta en el otr que me haya parecido lejana esta idea de poder transf entendiendo que a ella la hacemos entre todos: los r desde el reconocerme valorado y capaz de ser escuchado, es que do con la Iglesia del futuro.

Ojalá sea una donde el foco está puesto en aquello que nos r que le dé un sentido profundo a nuestra vida y nuestr más libres. Ojalá sea también una Iglesia en la que nos sigamos ac solo con quienes nos sentimos parte de ella, sino también c Que busque enamorar con su propuesta de vida, invitando a decía un tío mío, dejando huella sin pisar a nadie.

Quizás no tengamos del todo claras las formas, incluso quizás no existan y tengamos que construirlas. Quizás, simplemente no estemos de acuerdo, pero ojalá en el camino no per vista el horizonte del amor

¿No fue así como empezó todo? Con una persona c Jesús que enamoraba con su forma de predicar, per sobre todo con su forma de vivir y con la coherencia de lo que hacía con todo aquello que enseñaba.

Estaría buenísimo poder hacer resonar nuevamente en nosotros esa invitación que alguna vez se nos hizo, de ser testigo suyo, desde el lugar que nos toca estar Buscar, como miembro de la Iglesia, invitando a los que nos rodean a vivir desde una lógica de amor, convencidos de que allí uno puede ser realmente feliz y sentirse realizado, incluso también en nuestros fallos y defectos. Sea desde el oratorio con los niños o con mis compañeros animadores, sea con mi familia, amigos o en mi estudio, o desde el lugar en el que tú estés. Desde ahí estoy convencido que podemos transformarnos a nosotros mismos y a aquello con lo que no nos sentimos conformes y en lo que creemos que tenemos algo para aportar.

Manuel Arhancet

Exalumno salesiano.

Animador del oratorio Tacurú.

con nombre y apellido

Ecónomo inspectorial y regulador del Capítulo Inspectorial

Construir juntos el Uruguay salesiano

Nahuel Durand

El Capítulo Inspectorial tuvo la participación de 57 consagrados, laicos y jóvenes, y entre ellos el P. Raúl García jugó un papel importante, ya que fue el regulador de esta experiencia.

Rega conversó con el BS acerca de los diferentes intercambios que se dieron en el proceso, las conclusiones de la reflexión y la importancia de caminar juntos y juntas en la construcción del Uruguay salesiano. Durante el Capítulo, además, el P. Raúl fue designado para participar del Capítulo General que se llevará en Roma entre febrero y abril del año próximo. Sobre esa oportunidad dijo que lo siente un llamado para contribuir a que la obra y el carisma salesiano sigan presentes en el mundo.

¿Cómo se vinculó el Capítulo Inspectorial de 2024 con el del año pasado?

Esta ocasión fue un encuentro en vistas al Capítulo General del 2025, con la particularidad de que se dio muy cerca del anterior, en el que trazamos la identidad del Uruguay salesiano, sus orientaciones y finalidades. Ahora buscó ser una experiencia integral de la comunidad. Llevamos adelante una dinámica en la que intentamos articular la participación de todos y todas, con la idea de que juntos, consagrados, laicos y jóvenes, sigamos construyendo el Uruguay salesiano, una de las claves que concluimos el año anterior.

Llevamos adelante una dinámica en la que intentamos

articular la participación de todos y todas

De qué forma se desarrolló la dinámica de los encuentros?

Comenzó con la convocatoria del Rector Mayor en julio de 2023. La Inspectoría me designó como regulador, que tiene el rol de llevar adelante la coordinación del proceso. Se realizaron diferentes convocatorias y aprovechamos instancias ya agendadas para recoger elementos de cara al Capítulo. Previamente, se generaron tres fichas de trabajo para tres núcleos y se dispusieron dinámicas para recoger el sentir en diversas temáticas de los salesianos. Buscamos obtener pensamientos de distintos ámbitos para tener elementos para completar las fichas y reflexio-

nar sobre los temas que se nos proponían. Luego, durante la asamblea capitular, lo que se trabajó fue en base a los aportes recolectados. Se elaboró un documento base que fue el punto de partida del encuentro presencial. Trabajamos en grupos, asambleas de presentaciones e intercambios, y posteriormente generamos votaciones para decidir los aportes de la Inspectoría.

¿Por dónde pasaron las principales reflexiones?

El Capítulo siempre tiene un tema propuesto por el Rector Mayor, de acuerdo a visitas y necesidades detectadas a nivel mundial. En este sentido, el tema del Capítulo fue: Apasionados por Jesucristo, dedicados a los jóvenes Por una vivencia fiel y profética de nuestra vocación salesiana Asimismo, se generaron tres núcleos de temas, uno referido a la vida consagrada; el

segundo sobre la familia salesiana, cómo dar pasos en conjunto en una dinámica en donde animamos la misión compartida; y el tercero fue una propuesta de revisión de la organización de la congregación a todos los niveles, general, regional e inspectorial. La revisión de estructuras responde a rever el funcionamiento para que sean más ágiles y estén más al servicio de los jóvenes, impulsando un nuevo liderazgo de los salesianos.

¿Con qué sensaciones te quedaste de los encuentros?

Me quedé con la sensación de que hablamos de muchos temas, con cooperación de todos y todas, en donde buscamos hacer un aporte con conciencia. Generamos aportes valiosos en continuidad con lo que veníamos trabajando. Todos estuvieron muy dispuestos a generar acuerdos y hubo mucha fraternidad.

entre diversos representantes de la familia salesiana?

En algunos temas vamos aprendiendo que podemos hablar de nosotros, en el buen sentido. Por ejemplo, laicos y jóvenes pueden, con respeto y cercanía, hablar sobre la vida de la comunidad religiosa, y viceversa. El intercambio en común hace mucho bien, damos pasos en ese sentido,

Seguimos ampliando el circuito y la dinámica de juntos intercambiar, animar y compartir la vida de la misión.

conversando acerca de la vida que compartimos. En la asamblea había consagrados, laicos con trayectoria en capítulos, así como jóvenes y laicos que eran parte por primera vez de una instancia de esta índole. En esa heterogeneidad estuvo la riqueza. Seguimos ampliando el circuito y la dinámica de juntos intercambiar, animar y compartir la vida de la misión.

¿Es necesario dialogar y compartir más en profundidad entre las casas salesianas?

Sí, siempre es bueno. Sin embargo, el énfasis hoy está puesto en lograr búsquedas profundas en el interior de las comunidades locales, porque ahí se juega el partido. El diálogo dentro de la comunidad es clave, hay que ver cómo lo que hablamos en los Capítulos, asambleas y ámbitos más generales, logramos que se instale en reflexiones internas. El otro intercambio importante es a un nivel más general; hay ámbitos intermedios que son los regionales y hay que trabajarlos. Tenemos que tener más encuentros regionales y extenderlos a todo Uruguay, y así darles más fuerza.

¿Qué significa, en lo personal, ser elegido para participar del Capítulo General en Roma, en 2025?

Significa mucho, lo vivo con mucha gratitud a Dios, a la congregación y a Don Bosco. El primer pensamiento

Todos estuvieron muy dispuestos a generar acuerdos y hubo mucha fraternidad

que se me vino es ir hacia atrás, cuando era niño y adolescente, cuando estaba en mi casa de origen o en el Paiva. Valoro la oportunidad que me brindan, siento que es un llamado para contribuir a que la obra y el carisma salesiano sigan presentes en el mundo, en una instancia mundial muy bonita. También siento mucha confianza de parte de los

hermanos. El Capítulo General incluirá, por ejemplo, la elección del Rector Mayor de los próximos seis años. Lo veo como un compromiso y es muy emocionante.

¿Cómo te preparas para la instancia?

Si bien es muy reciente, es un tiempo de escuchar mucho, pensar lo que trabajamos en el Capítulo y estar en diálogo constante, para que cuando me toque participar y aportar lo hable por la Inspectoría de Uruguay. Me preparo tomando conciencia, escuchando mucho a los hermanos, leyendo y volviendo a lo que se propone como temas. Y rezando, siempre rezando.

SER IGLESIA, CAMINAR JUNTOS

Rodrigo Cotelo

De cara a la última sesión del Sínodo de la sinodalidad, repasamos cómo llegamos hasta acá, qué aporte hizo Uruguay y cuál será el resultado de este proceso de consulta al pueblo de Dios

El 9 de octubre de 2021 en el Vaticano, el Papa Francisco abrió un nuevo Sínodo, un proceso de consulta a todo el pueblo de Dios con el objetivo de abordar temáticas del mundo de hoy que ocupan a la Iglesia y a todos los que la conforman. A casi tres años de ese puntapié inicial, y con su cierre a la vuelta de la esquina a fines de este año, vale la pena preguntarse en qué estado se encuentra este proceso, cómo se ha desarrollado hasta ahora, qué es lo que se viene y cómo se aterrizarán estas reflexiones a la cotidianidad de la Iglesia.

El objetivo de este Sínodo, justamente, ha sido discernir acerca de la sinodalidad, es decir, de cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo, según se muestra en el sitio web oficial synod.va. La pregunta central que busca responder es: ¿Cómo permite este caminar juntos que la Iglesia anuncie el Evangelio de acuerdo con la misión que se le ha confiado; y qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal?

Según Javier Velázquez, licenciado en Teología y director de la Vicaría de catequesis de la Arquidiócesis de Montevideo, esta consulta pretende definir cómo la iglesia da respuestas o reflexiona sobre diversos temas en un mundo en donde las cosas cambian diariamente y se precisan respuestas ya. Además, según Velázquez, y en este sentido de caminar juntos, también se busca encontrar los mínimos necesarios entre las distintas comunidades católicas del mundo para coordinarse y dar respuestas parejas a los desafíos de hoy, tanto de la sociedad como de la Iglesia en sí misma.

El Sínodo en Uruguay: Consulta, escucha y diálogo

Este proceso tuvo el desafío de poder recabar, resumir y sintetizar las opiniones y pareceres de las comunidades de cada uno de los continentes acerca de tres temas centrales para la Iglesia: la comunión enraizada en el

amor y en la unidad de la trinidad, la participación a servirse recíprocamente a través de los dones que cada uno ha recibido del Espíritu Santo, y la misión de testimoniar el amor de Dios en medio de toda la familia humana.

Esos ejes temáticos, trazados desde el Vaticano, debieron primero llegar a las comunidades, algo que dependió de la secretaría de la Arquidiócesis de Montevideo y que se realizó en febrero de 2022. Los dos enfoques que se eligieron fueron EscucharDialogar en la Iglesia y en la sociedad y Formarse en la sinodalidadCorresponsables en la Misión.

Luego de esto, en mayo de 2022, se celebró la Asamblea Diocesana Presinodal, con diversas comisiones de trabajo conformadas por 15 personas, entre las que hubo laicos, sacerdotes, expertos de la Iglesia e incluso

no creyentes. Allí se buscó sintetizar, dirimir y llegar a un documento único con la postura de Uruguay, buscando integrar las perspectivas de las cuatro diócesis del país.

Ese texto final fue enviado al Vaticano y Velázquez enfatizó para su realización la importancia del diálogo en el Espíritu, una forma de llevar adelante la escucha y el intercambio en los distintos grupos de trabajo durante todo el proceso. Para Velázquez, este formato permitió que el trabajo se diese de forma fluida y que el producto final fuese resultado de un consenso firme a través del cual pudo hablar el Espíritu. Está muy bueno porque permite que todos se expresen, que nadie acapare ni nadie se quede sin decir nada, y que escuchar al otro realmente sea lo importante. Esa es la forma de trabajo del Sínodo, señaló al BS.

La pregunta central del Sínodo es: ¿Cómo permite este caminar juntos que la Iglesia anuncie el Evangelio de acuerdo con la misión que se le ha confiado; y qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal?.

Es de esperarse que, con la cantidad y diversidad de respuestas que hubo, pudieran existir contradicciones. Consultado sobre cómo se laudan esas diferencias, y a la luz de que el consenso es clave, Velázquez contó que la clave que destraba todo es la centralidad innegociable en el seguimiento a Cristo, además de buscar jerarquizar los puntos en los que hubo acuerdo, aunque también mostrando algunas de las diferencias que surgieron.

La clave que destraba todo es la centralidad innegociable en el seguimiento

a Cristo

El último tirón

El proceso continuó luego con su fase continental, en la que el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) organizó encuentros entre los 415 representantes de las 22 conferencias episcopales que lo integran. Luego, se elaboró la síntesis de América Latina y el Caribe en torno a ocho temas principales que, a la vez, incluyen y remiten a otras cuestiones importantes para el espíritu y la práctica de la sinodalidad, documento que fue llevado al Vaticano y está disponible en el sitio web del CELAM.

Más tarde, del 4 al 29 de octubre de 2023, se llevó adelante la primera sesión del Sínodo de los obispos, a la que asistieron en nombre de Uruguay el cardenal Daniel Sturla y el obispo de la diócesis de Maldonado, Punta del Este y Minas, Milton Tróccoli. Esta etapa fue la antesala para la segunda sesión del Sínodo, que se celebrará en octubre de este año y que cuenta con un componente histórico: participarán y votarán por primera vez laicos y laicas, hombres y mujeres. A raíz de lo dialogado en esas mesas de trabajo, sobre diez temas que incluyen la escucha del grito de los pobres y la misión en el entorno digital, se llegarán a las respuestas finales del pueblo de Dios a la consulta del Papa.

Como resultado de todo este proceso, muy probablemente, el Papa elaborará una exhortación apostólica, que pasará a integrar el magisterio de la Iglesia. Para Velázquez, la exhortación que surja será muy importante respecto de otras del mismo tenor, ya que será el resultado de un proceso de consulta mundial. Al ser parte del magisterio de la Iglesia, la implementación del Sínodo será responsabilidad de las diócesis y las comunidades, de orar y reflexionar al respecto de una nueva página de la historia y creencia de nuestra Iglesia, que dará luz sobre cómo seguiremos caminando juntos como Iglesia, con Cristo como nuestro norte, en un siglo XXI plagado de desafíos.

SER COMO UNA ORQUESTA

Queridos amigos del Boletín Salesiano de Uruguay:

Caminar y hacer caminar es asumir una forma de vivir, de sentir parte del mundo y, por tanto, animar. Caminar y hacer caminar, es asumir formas de acompañar a los demás, tanto individual como comunitariamente. Esto implica confiar, responsabilizar a las personas, promover la sinodalidad, gestionar los conflictos, fomentar grandes horizontes. El líder es una persona siempre en movimiento y en formación, dispuesta a promover el crecimiento de la comunidad y la fecundidad de la misión. Una guía que se encarga de crear un clima adecuado para el compartir y la corresponsabilidad, que sabe suscitar el aporte de todos, que anima a hermanos y hermanas, religiosos y laicos, jóvenes y adultos, a asumir las propias responsabilidades.

Según San Juan Crisóstomo, la Iglesia no es otra cosa que el "caminar juntos" del pueblo de Dios por la peregrinación de la historia, al encuentro de Cristo Señor. Nadie, en ella, puede ser "elevado" por encima de los demás. Al contrario, en la Iglesia se necesita de personas que se rebajen para ponerse al servicio de los hermanos en el camino.

Para ser "sinodales precisamos, no obstante, no solo andar juntos, sino ser una Iglesia de la escucha. Una que sea mutua, fraterna, sincera y en la que todos tenemos algo que aprender y todos procuramos estar atentos a lo que el Espíritu Santo nos va invitando.

Escuchar es una actitud que reconoce que el otro es "otro" y, por eso, puede entrar en mí, hablarme al corazón, como lo hace Aquel que es más Otro que cualquier otro.

Esta actitud también es fundamental en nuestras comunidades educativas. Es como una orquesta que tiene que tocar una sinfonía: si el director no oye a todos no podrá armonizar la melodía. Pero, sin embargo, si busca estar atento a todos los sonidos oirá hasta el último violín de la fila más alejada con una cuerda desafinada, porque percibirá el sonido de ese instrumento en la armonía que busca construir con todos y todos con él.

Como familia salesiana somos sinodales desde nuestro nacimiento. Tanto las Hijas de María Auxiliadora como los Salesianos de Don Bosco nacieron de una experiencia comunitaria y apostólica muy intensa.

Pensemos en nuestras comunidades religiosas en Mornese. Si entendemos la sinodalidad como una forma de ser y

de actuar, promoviendo la participación de todos en la misión educativa común, podemos encontrar algunos elementos del estilo sinodal en Madre Mazzarello y en la primera comunidad de las FMA. Ella no nació para ser un fin en sí misma, sino para vivir juntos una misión apostólica específica. La caridad es una fuerza poderosa que empuja, anima, reúne a personas muy diferentes en un solo objetivo y les ayuda a superar los inevitables conflictos y la pobreza a todos los niveles.

Don Bosco, en Valdocco, procuró cuidar a los jóvenes, acompañarlos, ayudarlos a encontrar su lugar en el mundo y en la vida, según el designio de Dios. Un experto en humanidad, enseñó a su gente a mirar a los chicos uno a uno para ayudarlos a prosperar de la mejor manera posible. Cultivó el amor y así creó, junto a sus hermanos, una comunidad donde todos se sintieron corresponsables de la misión.

Don Bosco y Madre Mazzarello, con sano realismo, supieron poner a las personas en el centro de todo y crearon las condiciones adecuadas para que desarrollaran sus potencialidades. Nosotros, hoy, somos parte activa de esta gran familia salesiana llamada a expresar y realizar el sueño de Don Bosco por la felicidad de los jóvenes más desfavorecidos, por el mundo, por la Iglesia de nuestro tiempo.

Estamos llamados a ser, juntos, testigos creíbles y coherentes para proponer, con alegría, lo que realmente vivimos y lo que creemos en el espíritu del Evangelio y del carisma salesiano.

“¡Ustedes son Don Bosco hoy!”

Hace unos meses, en la oficina de coordinación de una casa salesiana, leí escrito en una pizarra: ¡Ustedes son Don Bosco hoy! Y lo primero que pensé fue: qué gran verdad. Es que realmente es así. En cada casa salesiana del país, todos y cada uno de los que estamos compartiendo la vida y la misión en medio de la gurisada somos Don Bosco hoy.

Cuando en 1875 partió desde Italia la primera expedición misionera salesiana que tenía como destino América, Don Bosco se moría de ganas de ir. En sus cartas quedó plasmado su deseo de acompañar a los misioneros, pero su salud y la multiplicación de trabajo de una congregación que crecía y se expandía, se lo impidieron.

Sin embargo, Don Bosco le entregó a Juan Cagliero las Constituciones Salesianas, la regla de vida de los consagrados y fuente carismática para todos los amigos y amigas de Don Bosco, algo que queda reflejado en la fotografía de partida del grupo misionero y en estas palabras del santo: Me gustaría acompañarlos personalmente; pero lo que yo no puedo hacer, lo van a hacer estas Constituciones. Cuídenlas como tesoro preciosísimo

Ese carisma que Don Bosco contagió con su vida en el oratorio y entregó literalmente en la mano a Cagliero, lo seguimos custodiando, expandiendo, profundizando y, sobre todo, viviendo hasta nuestros días, siendo Don Bosco hoy para tantos y tantas jóvenes de nuestras casas.

En cada intento por conocer la vida de los jóvenes y sacar de ellos sus mayores potencialidades, somos como aquel Don Bosco que se interesó por Bartolomé Garelli y que

logró encontrar en su silbido esa chispa de bien, oculta, que sería punto de partida para su crecimiento.

Siempre que nos hacemos parte de los dolores y heridas de nuestros gurises, sufriendo muchas veces con ellos la injusticia y golpes que les da la vida, somos como aquel Don Bosco que, al visitar las cárceles, o siendo testigo de la explotación laboral de los jóvenes, sufría con ellos, lloraba con ellos, compartía su dolor y lo confiaba en las manos providentes de Dios. Cuando nos desvivimos por encontrar los recursos necesarios para que los chiquilines tengan lo que merecen, somos como aquel Don Bosco que pasaba largas horas bajo la luz de la vela escribiendo cartas a bienhechores, pidiendo ayuda para poder brindarle a sus muchachos lo mejor

Cada vez que escuchamos con atención lo que resuena en el corazón de los jóvenes y los acompañamos en su camino de fe, somos como aquel Don Bosco que escuchó el anhelo de cielo de Domingo Savio y fue capaz, con paciencia y sabiduría, de acompañarlo en su camino de santidad.

Somos Don Bosco hoy cada vez que miramos con sus ojos, sentimos con su corazón, creemos con su fe y sonreímos con su esperanza.

Juan Manuel Fernández SDB
COLEGIO SAN MIGUEL DE MERCEDES:
“Estamos con el ánimo y la esperanza que nuestros sacerdotes siempre nos infundieron para continuar con esta gran obra”

Con el compromiso de seguir acompañando la obra, la comunidad religiosa salesiana se retiró de Mercedes a finales de 2023 y el Colegio San Miguel comenzó a regirse por un nuevo modelo de gestión, con tres laicas a cargo del equipo directivo.

Florencia Del Río, Gina Baldi y Carina Porras tomaron las riendas de la institución a comienzos de año y luego del primer semestre que evalúan muy positivo conversaron con el BS para hablar sobre la nueva gestión, el proceso que realizaron y una constatación: el carisma está impregnado en el colegio y todas y todos los funcionarios trabajan para que continúe siendo así.

¿De qué se trata el trabajo desarrollado en el Colegio y Liceo San Miguel?

Carina: Promovemos un estilo educativo salesiano donde patio, parroquia, casa y escuela son los pilares fundamentales, poniendo foco en el estudiante. Los valores de Don Bosco y su Sistema Preventivo guían nuestra propuesta educativa. Somos un colegio de puertas abiertas, que recibe, escucha, intercambia, contiene y acompaña a las familias, en un clima de amabilidad y armonía.

Florencia: Tenemos una obra de, aproximadamente, 120 funcionarios, profesores, maestros, auxiliares y administrativos. A su vez, recibimos 450 alumnos, entre niños, niñas y adolescentes que cursan desde Maternal hasta segundo de Bachillerato.

Gina: Aportamos a la construcción de ciudadanía honrada y buenos cristianos, como lo propone Don Bosco. Nos embarcamos en un proceso de innovación educativa lleno de desafíos: incorporamos metodologías activas, el trabajo en duplas docentes y distintas herramientas de evaluación donde también intervienen las familias. Apostamos también para que la Pastoral tenga presencia en todos los ámbitos de la casa.

¿Qué significa el colegio para el barrio y la ciudad?

F: Es una institución histórica, con gran peso en la comunidad. Tiene 133 años de recorrido. En esta casa han pasado generaciones enteras de familias, hay una comunidad muy arraigada al colegio y se genera un vínculo de gran familia salesiana.

C: Es una gran referencia en la educación de niños y jóvenes de Mercedes, una institución de apertura a la comunidad, de acción social, donde se promueve un estilo de vida alegre y coherente con los valores del Evangelio.

Meses atrás partió la comunidad religiosa de Mercedes y se realizó un cambio en la dirección de la obra. ¿Cómo es el funcionamiento?

C: El equipo directivo está conformado

por nosotras tres: Florencia como directora del sector Administración; Gina como directora de Secundaria, y quien habla, Carina, como directora de Inicial y Primaria. Además, en la parte sacramental nos acompaña el P Antonio Mazza y también el profesor Santiago Fernández, que tiene el rol de ser nexo con la Inspectoría. Realizamos encuentros periódicos y sistemáticos donde se intercambian, se dialoga y se toman decisiones sobre los temas que conciernen a todos los sectores de la casa.

¿Cómo fue la transición de una dirección religiosa a la gestión de un equipo directivo laico?

G: Fue un gran impacto para la comunidad. La figura del colegio estaba arraigada con la presencia del sacerdote. Pero tanto la presencia de toda la actividad pastoral en lo curricular, las misiones y demás dinámicas, como las visitas del P. Antonio Mazza, junto a las celebraciones dominicales, han servido para mermar este impacto. El carisma

está impregnado en el colegio, en la música de sus recreos y en el sonido alegre de los jóvenes. Y velamos por eso. El cuidado de la obra se transmitió de tal manera, que hoy todas y todos trabajamos para que el carisma permanezca, de acuerdo a lo que nos enseñaron los salesianos y a todo el legado de Don Bosco.

C: El proceso de transición lo vivimos muy acompañadas, con mucha cercanía, siempre respaldadas y asesoradas por la Inspectoría. Estuvieron el P. Alfonso Bauer como Inspector, Eduardo Romero como delegado del sector escolar, Fabián Vitabar, los servicios inspectoriales, el equipo de contadores, el P. Sergio Álvarez, el P. Pedro Incio y el P. Eugenio Alonso. Estamos con el ánimo y la esperanza que nuestros sacerdotes siempre nos infundieron para continuar con esta gran obra, comprometidas para que el carisma salesiano siga vivo en nuestra comunidad. Como dice el lema de este año: Tu sueño nos inspira. Son muchos los desafíos que tenemos por delante.

¿Qué evaluación hacen de estos seis meses desde la dirección entrante?

C: Muy positiva y favorable. Nos estamos afianzando como equipo, sabemos que podemos tener distintos puntos de vista, pero siempre desde el diálogo y la escucha. En nuestros discernimientos reina el respeto y se prioriza el bien común, teniendo una visión integral de casa.

F: Mi evaluación es excelente. Somos un equipo multidisciplinario, donde las tres nos complementamos en nuestras tareas y en equipo. Lo tomo como un reto constante desde mi rol, me desafía pertenecer a la casa salesiana cumpliendo y conjugando las tareas habituales de mi puesto y viviendo el carisma de Don Bosco.

G: Fueron meses de mucho aprendizaje y excelente evolución. Lo mejor es el apoyo de cada una, el respaldo frente a lo malo y lo bueno, y la crítica constructiva que nos permite crecer. Nos ayudamos y sostenemos mutuamente. Nos sentimos en casa.

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