REVISTA DE ARTE Y PENSAMIENTO
Año 1
Nº 2
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Dossier La posibilidad del altruismo Platicando... Mario Conde. Vuelve el hombre colaboran Alba Rico, dildo de congost, kiko amat, quique falcóN
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Director: Walter Buscarini (http://walter-buscarini.blogspot.com) Editor: Paco Inclán (editor@revistabostezo.com) Director de arte: Enrique Ferrando (arte@revistabostezo.com) Diseñador: Andrés García (www.setembre.es) Redactor-Jefe: David Barberá (redaccion@revistabostezo.com) Director Batiscafo: Salvador Salgueiro Mesa de redacción: Jesús Andrés, Laura Domingo, Albeliz Córdoba, Enrique Falcón, Sonia García, Jesús González, Javi Llorens, Carlos Madrid, David Moya, Alejandro Morales, Alfonso Moreira, Pablo Santiago, Paqui Santos y Gloria Vilches Fotógrafas/o: Sergio Inclán,Eva Máñez, Laura Sánchez y Reyes Sedano Ilustradores/as: Artefagia (Sergio Inclán y Montse de Mateo), Javier Altabert, Esteban Hernández, Sergio Luna, Marta Pina y María José Reche Tele Bostezo: Paco Arroyo y Erika Jordán Psicóloga: Eva Vives Correctora: Sonia Vives Traductores: Gloria Briseño (francés) y Nelson Arditto (inglés) Consejo editorial: Sara Azorín, Fermín Alegre, Julio Alonso, Marta Bassols, Pere Blasco, Gustavo Bueso, Arturo Castelló, Vicente Chambó, Manuel de la Fuente, McDiego, Epo, Herminio Javier Fernández, Nacho Fernández, Daniel Gascó, Viktor Gómez, Juli Leal, Guillermo López, José Luis Martín, Alicia Martínez, Abelardo Muñoz, Laura Navarro, Jaime Ortega, JJ Pérez Benlloch, Carlos Pérez de Ziriza, Vicente Ponce, Rafael Porras, Ángela Sánchez de Vera, Rogelio Villarreal, María José Vizcarro Foto de portada: Laura Sánchez
*La revista Bostezo agradece la atención
culinaria de “Los fogones de María”
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Sumario RETROVISOR 04. Mirada blanca sobre fondo oscuro, Enrique Villa-Matas
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05. La pesadilla de Darwin, Félix de Azúa 06. Lecturas para bostezar, Daría Barbate
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07. África al ralentí, Julia Rosell 08. Hoy, para comer, Manuel Garrido 09. Somos demasiados, Dildo de Congost 10. Vómitos brillantes en un libro perturbador, Pablo Santiago 11. La revolución digital, Gong Duruo 12. Todo lo líquido se desvanece en el aire, Jesús Andrés 13. Como nosotros mismos, Rafa Martínez 14. ¡Muere, CD, muere!, Kiko Amat 16. Vertientes del fanzine contemporáneo, Álvaro Zarzuela 17. Todo es culpa tuya, Jorge Parras 18. Sexo ilustrado, Jorge Rueda 19. Aquí todos somos clase media, Pedro Muñoz 20. En corto, VV.AA.
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DOSSIER LA POSIBILIDAD DEL ALTRUISMO 23. Los campos de Gaza, Alberto Arce 32. Altruismo extremo en abejas y kamikazes, Walter Buscarini 35. El pobre como objeto de acción social, Víctor Renes 38. ¿Pedírselo a Al Gore?, Luis Ángel Abad 40. Oenegércitos: ayuda, ¿para quién?, Alejandro Pozo 43. Cortesía política y cálculo de vidas, Santiago Alba Rico 46. Experiencias lavativas, Rafael Monterde 49. La marca Macondo vende gasolina, Héctor José Arnau 52. El show de Marcos (decadencia de un Rebel Star), Rafael Sebastián Guillén 56. Artistas y altruistas, ¿una combinación desinteresada?, Domingo Mestre
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PLATICANDO... 27. Con Mario Conde
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TERTULIA BOSTEZO 60. Pobreza y exclusión social
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69. Suplemento literario. Número 2 ARTISTAS COLABORADORES Buenos Aires Stencil (Gonzalo): www.bsasstencil.org Riccardo Maniscalchi: www.riccartes.blogspot.com Dani Sanchis: www.tardamucho.blogspot.com Irene Fenollar: www.irenefenollar.blogspot.com Paco Roca: www.pacoroca.com Cristo Ramírez: www.flickr.com/photos/soleitude Ana Veintimilla: www.miafotodeldia.blogspot.com Marta Pina: www.martapinasolamente.blogspot.com Eva Máñez: www.evamanez.blogspot.com
Javier Altabert: www.colpdecap.blogspot.com Jorge Parras: www.purebasure.com Gloria Vilches: www.elsindromedediogenes.blogspot.com María José Reche: www.atenea-crisoelefantina.blogspot.com Eduardo Romaguera: www.myspace.com/tijerythor Benito Cabañas: www.abracadabra.com.mx Artefagia: www.artefagia.com Banksy: www.banksy.co.uk Sergio Luna: www.sergio-luna.blogspot.com
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INTERNET. CAUTIVOS DIGITALES
La revolución digital
H
emos ganado. Hemos cambiado el mundo. Aquello de los Angels y Mick Jagger en Altamont no marcó el inicio del fin, qué va. No fue nuestra derrota. Nosotros ya estábamos en otra parte. Mi amigo Torres C. lleva una empresa de desarrollo web. Un día apareció en su oficina un proxeneta dueño de varios clubs y una agencia de escorts que funciona(ba) desde los años del protofranquismo. “Me tiene que ayudar. Internet me está hundiendo el negocio. La gente ya no nos necesita, prefieren el Meetic. ¿Qué va a ser de mí?“. Prostíbulos vacíos, iglesias vacías, estadios deportivos vacíos, pantallas de TV vacías! Estamos en la red, baby. Cambiando el mundo. Mira al pobre Borges, el viejito cegato, míralo labrando trabajosamente su prestigio con la historieta aquella de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Qué pesadez imaginar las cosas jugando a ser topo de biblioteca cuando puedes jugar a la lisergia y escribir el código de Wikipedia mientras juegas al WOW en los descansos. Hemos cambiado el mundo: las citas eruditas no tienen ningún mérito desde que existe Google y el CTRL C + CTRL V. Si todo el mundo plagia ya no tiene interés seguir plagiando. Ahora sólo hay espacio para el pensamiento original, y si ya no queda nada original copiamos y pegamos con estilo, aportando valor a un disco de Metallica grabando un videoclip con Guitar Hero. ¿Es música el sonido que sale de una guitarra falsa con botones? ¿Es cine una parodia de Psicosis en Youtube? A mí no me preguntes, baby, pregunta en Yahoo Answers. Check my twitter, voy directo a una fiesta en el Manolo’s. La entrada es 4Mb de bajada, tu pase VIP no chuta, tu traje huele a pis. El spotify pincha un mash-up de Satie/Bustamante justo cuando pensaba banear a ese troll palestino que se pasa de pelma con las bombas y su madre y que no tienen agua. OK, no te baneo. Sigue contando historias de tu mundo real, de todos modos esta fiesta es un muermo, yo me voy a cambiar mi perfil en el FB. Pero no todo es JIJIJÍ JAJAJÁ, no señor, la Red es una cosa muy seria. Permítanme que me levante y me abroche la chaqueta para contarles que existen muchas redes sociales orientadas a maximizar los beneficios, los suyos y los míos. Conecten su smartphone, sigan el día a día de los CEO’s más sexys del planeta, disfruten con la fina ironía de su microblogging cotidiano, no se pierdan ni un sólo comentario, es difícil saber
cuándo van a soltar una perla instant-zen, una pista que permita intuir la clave de su éxito. ¿Cuántos followers tienes? Ja. Eres un pobre mierda, prácticamente no existes, discúlpame si te elimino de mi lista de amigos en el FB. No es personal, baby, se trata de mi puta Reputación Digital. Cuando lancen la web Top.0 (sólo para Divinos Digitales) yo tendré invitación a la beta y tú ni siquiera serás compatible. ¿Que por qué hablo tan rápido? Es el sign de los tiempos, puedo escribir un mail en diez segundos mientras actualizo mi navegador para poder abrir catorce ventanas simultáneamente y jugar al Texas Hold’em a la vez que charlamos por Skype. Coño, si eres un bot. ¿Sabes qué? Yo también. Gong Duruo Corresponsal en la Red
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MÚSICA
¡Muere, CD, muere!
A
nte todo se impone decir que vinyl rules y que, cuando suenen las trompetas del Juicio Final, todos los que no posean discos de vinilo tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es como la muerte segunda. Eso zanjaría sobradamente la cuestión de los formatos de audio que ha re-emergido a raíz del anuncio del aumento de ventas de vinilo (un 400%, se comenta), pero conviene matizar unos cuantos puntos, por amor al intercambio de pareceres y porque siempre es placentero aplastar a los enemigos de uno. Lo primero que hay que apuntar es que teníamos razón, y tener razón está bien. El mundo, el público, el consumidor, han dejado bien claro que los formatos en alza son el vinilo y los MP3 downloadeables. El primero por todas las razones que no nos hemos cansado nunca de subrayar sus defensores: suena mejor (y más orgánico: el sonido conserva todas las frecuencias originales), el objeto como tal es sólido y perdurable -y se raya menos-, se mantiene la lógica conceptual del arco narrativo de caras A y B, y, finalmente, por tamaño de portada y forma, es mucho más atractivo estéticamente. El vinilo es mejor, un objeto emocional insustituible, y saber que está en alza (algo de lo que, por otra parte, jamás dudamos; sólo los periódicos y los memos se creyeron lo de su desaparición) nos llena de gozo. En cuanto a las descargas de MP3, en fin... Como puristas nos importan un bledo, pero hay que admitir que -pese a los defectos que enumeraremos más abajo- su portabilidad y frecuente gratuidad les dan un barniz de guerrilla sónica que tiene su no-sé-qué. En todo caso, sólo los muy bobos (o crédulos) siguen defendiendo el CD como formato del futuro, y en eso estamos de acuerdo tanto los descargadores de MP3 como los estegosaurios del vinilo. Y, sin embargo, aún se oyen voces que lo defienden, y a esas voces les vamos a dar pa’l pelo desde esta página. Hay varios argumentos en defensa del mísero CD, pero generalmente el debate suele resumirse en que es muy almacenable, que no suena tan mal y que “lo importante es la música”, no el formato, y que bravo por la música que nos hace
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mágicos. Sería fácil comulgar con esta última idea si no fuese por el estremecedor aroma Juan Pardo / José Luis Perales que desprende, además de que la historia nos ha enseñado a sospechar de cualquiera que se llene la boca hablando de lo “importante” de la música (ver SGAE, Ayuntamiento de Barcelona, cualquier cadena de televisión, todos los partidos políticos). Todos estos “amantes de la música” son precisamente aquellos a los que les importa un pimiento, aquellos que nunca han estado obsesionados con ella y a quienes nunca les ha salvado la vida, literalmente, como es nuestro caso. Y es que la música no es sólo música, como quieren hacer entender nuestros adversarios. Un álbum de vinilo envía información emocional por 4 frentes: música, letras, cubierta y contexto. Un CD reduce de manera palpable un par de ellos, mientras que un MP3 los encoge a dos; nadie, absolutamente nadie, tendrá recuerdos importantes asociados a un MP3. No se registra el año en que se adquirió, el lugar, el periplo, las veces que se prestó, las novias que
El CD nació de manera artificial, una necesidad no necesaria
lo escucharon: todo este material vivencial simplemente desaparece. La música que contiene se convierte, así, en desechable; muzak para la vida cotidiana. Ninguna de estas cosas sucede con un disco de vinilo, esa poderosa presencia física, esa ancla sónica de la memoria. Es imposible imaginar su equivalente en MP3 (“oh, sí, 15 de abril del 2009: lo recuerdo perfectamente, me bajé el disco de los Franfurtiuns en mi laptop, fue chupis, jamás olvidaré aquellos 30.5 segundos de descarga en el Rapidshare”). Pero volvamos al CD, ese insignificante Gollum sónico. Otro de los grandes argumentos a su favor es que “se almacena fácil”. Y no es que no sea verdad; es sólo que ése es un atributo que utilizaría una maruja para hablar del fenomenal armario empotrao que se ha hecho instalar para guardar los mochos. Creíamos que aquí se hablaba de materia vital, de asuntos a vida o muerte, no de funcionalidades domésticas. Esto no son lámparas: son
discos. Lo más importante que conocemos. Si midieran 50x50m y estuviesen hechos de granito los atesoraríamos de igual manera. Y eso admitiendo que, como sugieren los filisteos, el vinilo no es portátil y el CD sí. Es cierto, pero aún iríamos más allá: la portabilidad es, de hecho, la única ventaja del CD. Un CD es, a todos los efectos, una cinta de cassette que se puede rebobinar fácilmente, y como tal debería ser tratado. Es decir, como una cosa que es práctica, sí, pero también fea, malsonante y frágil. Y que quizás sirva para enchufar en el coche en viajes largos, pero jamás como formato rey en cuanto a almacenaje de canciones grandiosas. Y, en cualquier caso, la existencia del MP3 -que es 100% portátil- lo hace irrelevante. O sea, que: przzzzz. Tras leer los alegatos en defensa de los formatos no-vinilescos, en resumen, le sobreviene a uno la ineludible sensación de que sus autores no poseen discos, no
compran discos y, desde luego, no han edificado una remarcable parte de su vida en base a ellos. Sus opiniones sobre los discos de vinilo, por tanto, han de ser tomadas con una pizca de sal, pues provienen de gente que no está familiarizada en absoluto con el formato físico para el que se concibió TODA la música del siglo XX. Lo importante es que, al final, se ha hecho justicia: el CD nació de manera artificial, una necesidad no necesaria, una comodidad injustificable si no era desde el mero lucro empresarial (convenientemente camuflado como “avance tecnológico”). Y ahora lo vemos perecer bajo la espada de la razón, emitiendo espantosos grlgrlrgrlgrl digitales, implorando una prórroga, pidiendo disculpas. ¿No es un gran momento? Kiko Amat www.laescuelamoderna.blogspot.com
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Los campos de Gaza Gaza es un campo de concentración. Al aire libre y el más grande del planeta. Allí se ha desplazado población para ser sometida a un régimen que destruye su estructura social y posibilidades de supervivencia. por alberto arce fotografías de alberto arce
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srael trató de conseguir, durante sus 22 días de ataque contra Gaza, que ningún periodista occidental cubriese el conflicto desde el terreno, forzándoles a concentrarse en el lado israelí de la frontera, tras una colina desde la cual ni siquiera era posible acceder a la imagen de las columnas de humo y los terribles fuegos de artificio en forma de palmeras de luz que
generaba el fósforo blanco lanzado desde los helicópteros apache. El cierre fronterizo de Eretz se ha convertido en cuarto oscuro de la libertad de expresión, en agujero negro de la información veraz respecto a la masacre que ha tenido lugar en Gaza. Con la colaboración consciente de quienes, desde el ejercicio de su profesión, en lugar de denunciar a Israel y realizar un plante
informativo de la censura militar, han pasado a comprar y reproducir sistemáticamente los partes de guerra y propaganda del ejército, tratando de completarlos posteriormente, en el mejor de los casos, con informaciones traducidas a partir de los medios palestinos y conversaciones telefónicas con quienes nos encontrábamos en el interior de Gaza. Aceptando y adaptándose a la narrativa
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israelí de los hechos y a los mecanismos dispuestos por el gobierno atacante para “malconocer” y desinformar respecto a lo que sucedía en Gaza. La asociación de la Prensa extranjera en Israel batallaba en los tribunales, meses antes de que todo comenzase, su derecho a ingresar en Gaza. Junto a las organizaciones de cooperación, que denunciaban el cierre de fronteras y pasos. Un mes más tarde, ni unos ni otras han recuperado, en la práctica, su derecho a informar o estar presentes sobre el terreno. Israel ha vencido esta batalla frente a estructuras esclerotizadas, poco dispuestas a plantear comportamientos basados en el cuestionamiento de las reglas del juego impuestas por el ejército ocupante. De cuando en vez, en la aleatoriedad del sistema de cierre israelí sobre la Franja de Gaza, algún cooperante se cuela, algún periodista se desliza. Y los demás, agarrándose como a un clavo ardiendo, callan y aceptan, esperando ser tocados por la varita mágica de la siguiente autorización para entrar en Gaza y vender su texto o pieza, lo suficientemente neutral y equidistante como para no romper las reglas del juego israelí. Nada cogió por sorpresa a nadie. Hace mucho que han elegido Jerusalén, una de las ciudades más bellas del planeta, como destino codiciado por corresponsales y cooperantes. Jerusalén, ocupado por Israel, con su colonia internacional, y su industria de la paz, relatando desde buenas mesas la complejidad del conflicto. Quien se queda en Jerusalén, renuncia, definitivamente, a Gaza. Apenas unos kilómetros de distancia, apenas una hora en coche. Una distancia insalvable: el permiso de residencia y trabajo en los territorios ocupados expedido por Israel. Siempre con el riesgo de que sea retirado por la autoridad militar competente. Mejor no arriesgarlo por viajar al infierno o cuestionar sus normas, expresadas con la forma en la que se quema el fósforo y se desplaza, bombardea y encierra a un millón y medio de personas. Gaza es un campo de concentración. Al aire libre y el más grande del planeta. Allí se ha desplazado pobla26 | la posibilidad del altruismo |
Nadie nos paga por ver lo que tenemos ante nuestros ojos sino por interpretarlo como nos conviene
ción para ser sometida a un régimen que destruye su estructura social y posibilidades de supervivencia, priva de derechos, niega el tratamiento sanitario, la educación, la alimentación, la electricidad y hasta el agua potable, junto a cualquier tipo de movilidad. El resto de Palestina no es más que un conjunto de ghettos, también inconexos entre sí, encerrados tras un muro, trenzados por cientos de controles militares israelíes donde cualquier derecho se convierte en quimera inalcanzable. Después del ataque, algunos periodistas llegaron a Gaza durante 48 horas para cubrir la rueda de prensa tras el final del partido y abandonaron a toda prisa el territorio. Algunos cooperantes entraron a elaborar listados de necesidades para salir, de nuevo, a toda prisa, a recaudar dinero para comprar bienes que, probablemente sólo pasen de los almacenes en el lado israelí de la frontera cuando estén caducados. Si es que pasan. Nadie levanta el dedo y pregunta tímidamente: ¿a qué obra de teatro estáis contribuyendo? El emperador está desnudo pero es mejor que todos pretendamos que está vestido. Nadie nos paga por ver lo que tenemos ante nuestros ojos sino por interpretarlo como nos conviene. Y luego comentarlo con un buen martini dry. Observadores de la masacre
Quienes entramos en Gaza, lanzando un fuerte mensaje de denuncia contra el bloqueo y abriendo una vía marítima de ingreso, nos vimos convertidos, de la noche a la mañana, en la única fuente de información para centenares de medios sobre lo que allí sucedía, con una inmensa responsabilidad: que el público comprendiese y aceptase una modificación de narrativas respecto a la situación sin perder con ello nuestra credibilidad o alienar la capacidad de escucha y lectura respecto a nuestras palabras. Nos sugerían que no podíamos informar desde las ambulancias que recogían muertos y heridos porque eso afectaba emocionalmente a lo que contábamos. Viajar con los equipos médicos ha sido nuestra forma
de empotrarnos en la sociedad que queríamos comprender y a la que queríamos acompañar. Ha sido nuestra elección relatar cómo la guerra siempre cae sobre los civiles, generando una opción alternativa y práctica sobre el terreno, mientras los analistas la relatan desde el punto de vista de quienes la diseñan, planean y valoran en las mesas de sus despachos, a la vez otros periodistas, a lo largo de los últimos conflictos, se empotran en unidades militares. Hemos visto cómo los niños se morían por falta de respiradores o medicamentos. Nuestro periodismo participativo ha gritado en directo, al calor, real y literal de las llamas que engullían los almacenes de alimentos de las Naciones Unidas. Mientras, desde Europa nos pedían que confirmásemos si era cierto que cientos de camiones penetraban en Gaza a través del paso de Karni. Nuestros ojos veían cómo las personas evacuadas en las escuelas de las Naciones Unidas eran bombardeadas con fósforo, atrapadas como gallinas en un corral. Mientras, otros medios reproducían la
versión israelí en torno a los inexistentes misiles o combatientes que se escondían en dichas escuelas y almacenes. Se bombardeaban ambulancias y medicamentos pagados por ONG´s españolas que, al mismo tiempo que sabían que esto sucedía, se apresuraban a buscar el modo de reponer los jarrones rotos. Había un plazo que cumplir. Hay que llegar a comprar otra ambulancia. Aunque la vuelvan a bombardear. En eso consiste el negocio. Inmediatamente hay que poner un número de cuenta y recaudar. No he presenciado un tsunami ni un terremoto al que responder con prisas y urgencia humanitaria. He presenciado la decisión constante, estable, duradera y cruel, tomada por los seres humanos que conforman el gobierno israelí, de reducir a un pueblo a estado de esclavitud, dependencia y campo de concentración. Nuestra cooperación, nuestros cheques, nuestra profesionalidad y solidaridad gestionando fondos públicos, que perpetúan la reproducción de su estado de dependencia y ocupación militar
Adelgaza en la Franja de Gaza
extranjera, son absolutamente cómplices de la situación. Israel ha vencido colocando el centro de la negociación internacional respecto a la resolución del conflicto en la ayuda humanitaria. Israel sólo tiene que ceder, de vez en cuando, permitiendo que entre allí un poco de harina y un tour solidario de tres días, para que los honrados ciudadanos que dirigen las democracias occidentales se sientan satisfechos con el resultado de sus esfuerzos. Se llama complicidad o cogestión participativa del campo de concentración. Desde una prudencial distancia, para que no manche. Alberto Arce es co-responsable de varios documentales, los últimos ‘Borrados del mapa’, (2009) y ‘Barcelona-Gaza’ (2009). Ha colaborado en Diagonal, El Mundo, El Viejo Topo, El Ciervo, Política exterior. Se considera periodista con intención. No se limita a describir lo que ve. Algunos lo llaman activismo. Él prefiere decir que sale a matar a un elefante.
Segismundo Narváez
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Oenegércitos: ayuda, ¿para quién?1 El humanitarismo disfruta de tanta popularidad que se ha convertido en aval de cualquier gobierno, ejército, agencia, institución, organización, empresa o entidad financiera que pretenda mejorar su imagen ante la sociedad. Se asemeja cada vez menos al altruismo que pregona y más a una estrategia de marketing. por ALEJANDRO POZO ilustraciones de javiER altabert
H
emos asistido en los últimos años a un doble proceso de comercialización y militarización de la solidaridad. Las víctimas de los desastres se han convertido en instrumento de los intereses políticos. De acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario, la acción humanitaria se caracteriza por su humanidad (las necesidades de las personas como motivación) y su imparcialidad (se las asistirá sin tener en cuenta su identidad), principios a los que algunas organizaciones
e instituciones añaden los de independencia (respecto de cualquier poder) y neutralidad (sin favorecer a ninguna parte en conflicto). Las actuaciones castrenses, por el contrario, responden a intereses políticos, claramente parciales y dependientes. Algunos militares excusan que la intromisión en el mundo humanitario no es decisión suya: es el Gobierno, en representación del pueblo, quien decide dónde enviar las tropas y cuál debe ser su función. No obstante, este ejercicio de soberanía democrática queda
en entredicho al estar la política exterior española supeditada a las directivas de la OTAN y otros intereses que poco tienen que ver con la voluntad popular o con motivaciones humanitarias. Digámoslo claro: los ejércitos siguen dedicándose hoy a lo mismo que solían, y la nueva asunción de responsabilidades humanitarias responde sólo a criterios de imagen. A modo de ejemplo, el video de la campaña navideña del Ministerio de Defensa de 2004 mostró un 100% de imágenes relacionadas con el
1 El detalle y las fuentes de los datos y afirmaciones contenidas en este artículo proceden de A. Pozo (2007): `Los ejércitos ‘humanitarios’. Las operaciones españolas en el exterior 1999-2005’, en A. Oliveres y P. Ortega: ‘El militarismo en España’, Icaria, Barcelona, pp. 43-84; y de A. Pozo (2006): ‘Las actuaciones militares españolas de carácter humanitario’, en Centre d’Estudis per a la Pau J. M. Delàs: ‘Humanitarismo militar, militarismo humanitario, Barcelona, pp. 98-114, disponible en: www.centredelas.org.
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humanitarismo. Sin embargo, la “ayuda humanitaria” del ejército representó, según cifras oficiales, 0,94 millones de euros, el 0,006% de los 15.737,62 millones que el Estado español presupuestó como gasto militar ese mismo año. Los actores humanitarios más significativos han pedido que la participación militar en tareas de asistencia sea sólo como último recurso, cuando no exista alternativa civil (y serán civiles quienes determinarán que esta opción no es viable y quienes, además, mantendrán el control de la operación). Desde una mirada independiente, estos criterios difícilmente pueden ser cumplidos, porque siempre habrá una alternativa civil de calidad si existe voluntad política. Sin embargo, buena parte de las organizaciones humanitarias han mostrado una connivencia creciente con las tendencias de integración operativa entre actores políticos, militares y humanitarios. En ocasiones, grupos poco independientes han sido forzados o incentivados a trabajar en determinados lugares para favorecer y justificar el trabajo realizado por los ejércitos. El ejemplo más significativo fue Irak: nueve días antes del inicio de los bombardeos, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) convocó una reunión con las principales ONG españolas para conocer sus intenciones en la reconstrucción del país y coordinar la respuesta. La reacción de las ONG fue, en este caso, de contundente repulsa e indignación, aunque un reducido número de grupos aceptó fondos gubernamentales para trabajar en Irak e incluso alguna colaboró abiertamente con el ejército español en este país. Más allá de este contexto concreto, preocupa que muchas organizaciones estén priorizando el silencio a la denuncia de las tendencias de integración, ninguneando la amenaza que éstas suponen para las acciones comprometidas con los principios humanitarios.
Muchas organizaciones están priorizando el silencio a la denuncia de las tendencias de integración, ninguneando la amenaza que éstas suponen para las acciones comprometidas con los principios humanitarios
Destacan dos consecuencias directas de esa amenaza: por un lado, la ayuda proporcionada o controlada por los mismos actores que materializan los bombardeos (o sus colaboradores) puede despertar, en una parte de la población local, rechazo, confusión, desconfianza e incluso rencor. Es grotesco que el ejército de EEUU se encargara de las labores de distribución de agua mineral en Basora a la población iraquí poco después de haber destruido las redes de canalización de agua con bombas de precisión. La segunda amenaza afecta a la seguridad de la población local y los trabajadores humanitarios, dado que los grupos insurgentes a duras penas pueden diferenciar entre quién realiza acciones bélicas y quién asistenciales, cuando todos colaboran entre sí y todos responden, en última instancia, a unos mismos mandos políticos. Con la distribución de ayuda, los ejércitos tratan de ganarse la confianza de la parte de población a la que asisten y, así, restar legitimidad y apoyo al oponente. Se exige, en ocasiones, que la gente tome partido a su favor, incluso condicionando la ayuda a esta colaboración (sucedió en Afganistán). Con estas prácticas, se consigue que la población pierda su condición civil para convertirse en parte del conflicto y, en consecuencia, objetivo del bando contrario. Así ocurrió, por ejemplo, en los campos de refugiados kosovares de 1999, controlados por la OTAN, una de las partes contendientes. En cuanto a los trabajadores humanitarios, cabe denunciar que los ejércitos suelen diluir las fronteras entre lo militar y lo humanitario para reforzarse en esta segunda vertiente y ganar acceso a la escéptica –y en ocasiones hostil– población local. Utilizan todo tipo de estrategias, como los mismos vehículos Toyota todo-terreno blancos que usan los humanitarios. Estas prácticas les facilita la integración con la población, pero convierten a las ONG en objetivo militar. En Afganistán, la situación es alar-
L. Elizondo (2008): ‘Espacio para respirar: El humanitarismo en Afganistán (2001-2008)’, ICEI, Madrid, p. 44.
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El Show de Marcos (Decadencia de un Rebel Star) Después del sonado fracaso de su última gira artística ‘La Otra’, el otrora afamado showman tampiqueño Marcos se deja ver en esporádicos eventos a lo largo de la República mexicana, donde ofrece un desdibujado espectáculo en pro de las más variopintas reivindicaciones sociales: que si los indígenas de Sonora, los mineros de Chihuahua o las sexoservidoras de Durango.
por rafael sebastián guillén ilustración de paco roca
El Zócalo capitalino fue uno de los lugares escogidos por el polifacético artista –escritor, conferenciante, rapsoda, clown- para representar un show que mezcla pantomima y compromiso, tragedia y farsa, divertimento y emotividad. Como cualquier gran estrella en decadencia sabe que el paso por la gran urbe sirve para devolverle por unos segundos a los mass media, además de otorgarse un baño de minoritarias multitudes, tan necesario ahora que su carrera artística está abocada a un permanente declive. Sirva este texto como crónica cultural de su última actuación ofrecida en la capital mexicana. La previa
Como en las últimas visitas a la ciudad de México, no se prevé que la asistencia de público sea masiva. El evento político-cultural está organizado por los entusiastas clubes de fans –más conocidos como adherentes- que permanecen activos en la capital, en su mayoría formados por jóvenes que eran niños cuando Marcos se dio a conocer en Chiapas. Hace más de un año que el 54 | la posibilidad del altruismo |
showman no se presentaba en el chilango. En aquella ocasión, su visita no estuvo exenta de polémica. Durante una actuación en la plaza de Tlateolco, el artista convocó un performance ilegal en San Salvador Atenco, en (supuesto) apoyo a unos floristas que habían sido desplazados de sus puestos de venta. Cientos de entusiastas seguidores –abducidos por su hamelín encapuchadoacudieron al municipio, donde fueron recibidos a golpes por elementos policiales, con el resultado de un adolescente muerto y decenas de heridos, detenidos y desaparecidos. El artista llegó dos días más tarde a celebrar un espectáculo (esta vez autorizado) donde se limi-
tó a denunciar la brutalidad policial. La polémica suscitada le devolvió a los espacios televisivos; el 9 de mayo fue entrevistado en el canal 2 de Televisa. Ante las cámaras, el artista enmascarado alardeó de su sex-apple y sus piernas, según él, “las más bonitas del sureste mexicano”. En tiempos de decadencia, Marcos parece dispuesto a cualquier cosa para que su figura permanezca en el candelero, aunque sus estrategias publicitarias hayan dejado de surgir el efecto deseado. Lejos queda la época en que su sola presencia garantizaba el éxito de cualquier convocatoria. Desde su debut ante un puñado de turistas y curiosos, el 1 de enero de 1994 en San Cristóbal de Las Casas, hasta el macro-festival ‘La marcha del color de la tierra’ celebrado en el Zócalo el 11 de marzo del 2001, el artista consiguió
Los periodistas de cualquier medio enloquecieron por conseguir una entrevista con el showman, literatos de segunda fila se apresuraron a escribir libros sobre su enigmática figura, grupos musicales de estética rebelde soñaron con actuar junto a él en algún evento y se formaron clubes de fans-adherentes por doquier. El artista supo engrandecer su leyenda, con un lenguaje hábil y una acertada puesta en escena. Ha llovido mucho desde entonces. El Espectáculo
Horas antes del inicio del festival, decenas de simpatizantes –en su mayoría adolescentes- ya habían ocupado las filas más cercanas al escenario, generosamente prestado por la secretaría de Cultura del gobierno capitalino. Sobre la plancha del Zócalo, algunos ambulantes ofrecen productos ad hoc al evento: banderas del EZLN, afiches de la banda, playeras con la imagen de Marcos, muñequitas in-
El compromiso político de su propuesta escénica acabó convertida en pantomima teatral por sus seguidores que, olvidándose del fondo, se obsesionaron por las formas arrastrar masas ante la permisividad de las autoridades que, pese a su encendida verborrea subversiva, vieron en Marcos un elemento distractor de la ciudadanía. Sin duda, el clímax de su carrera fue electrizante: el 24 de agosto de 1994 consiguió reunir a cientos de mexicanos y extranjeros en la Selva Lacandona para un multitudinario evento celebrado en un pomposo anfiteatro mandado construir por él mismo, con aportación económica del gobierno chiapaneco. El mito del artista encapuchado se expandió por todo el mundo, tan necesitado de ídolos revolucionarios dispuestos a vender esperanza y, sobre todo, playeras.
dígenas con paliacate, libros biográficos del artista... Los encargados de la tienda oficial de la merchandising del Rebel Star plantan un changarro a un lado del estrado y se muestran incómodos ante la evidente venta pirata de souvenirs zapatistas. Marcos se hace de rogar. Los asistentes comienzan a impacientarse. La presentadora del festival –una cuarentona ataviada con una blusa niceindígena- trata de animar el cotarro, tarareando los grandes éxitos de Marcos, tales como ‘Zapata vive, la lucha sigue’ ‘Tierra y Libertad’, ‘Ni un paso atrás’ o ‘Mandar obedeciendo’, ‘Abajo y a la izquierda’ recogidos en su álbum más afamado: ‘Declaración de la Selva Lacandona’, del que se llevan publicadas seis ediciones revisadas por el propio artista. En un principio, el público corea los temas, aunque acaban chiflando. “Queremos ver a Marcos”, gritan unas chicas embutidas con el uniforme de Los Pumas. Con hora y media de retraso, la estrella aparece en el Zócalo a través de la calle 5 de mayo, acompañado de su burbuja de seguridad y los zapatistasVIP, sujetos orgullosos de pertenecer al entorno del gran artista. La subida al estrado del Rebel Star ha sido recibida con vítores y aplausos. La espera ha merecido la pena: por fin, sobre el escenario el último artista mesiánico representante del compromiso inquebrantable. Como se preveía, esta vez no se hace acompañar del EZLN, la entrañable banda de indígenas encapuchados que tanto le ayudaron en su camino al estrellato. Cuentan las malas lenguas que sus integrantes andan molestos por la excesiva fama alcanzada por el showman que, a su vez, parece decidido a reiniciar su carrera en solitario, ahora con el nombre de Delegado Zero. | la posibilidad del altruismo | 55
SUPLEMENTO LITERARIO
DIRECTOR: SALVADOR SALGUEIRO
B A T I S C A F O
P R I M AV E R A 2 0 0 9
E
l Siniestro Cenáculo que compone y atilda los espurios textos y poemas de Batiscafo ha tenido a bien reunirse de nuevo en los primeros compases primaverales del poco resuelto año dos mil y nueve (Año Internacional de las Fibras Naturales, según la Asamblea General de las Naciones Unidas) para contender violentamente sobre términos como solidaridad (de sólidas esencias comunistas), altruismo (referencia al otro pergeñada por el filósofo Auguste Comte), escozor, delación o caridad (que es como una caricia casta pero con dinero). También en su neurótica actividad ha querido el Cenáculo denunciar todo lo que los periódicos callan: que la pasta de papel con la que están hechos proviene directamente del vómito de los osos pardos del zoológico de Tel-Aviv cuando se empachan de niños palestinos muertos. Inmersos ya a la postre en esta aberrante difamación corporativa, sin embargo, algunos miembros de la susodicha Camarilla rehúsan suscribir los estériles humorismos a los que se ven abocados los vilipendiados Observadores del Mundo Noticioso y pugnan por no dar muerte anticipada a la Poesía de la Prensa y presentar, sin más requiebros, al poeta más famoso de la historia de Nueva Escocia, Canadá. ALDEN NOWLAN (Stanley, 1933- New Brunswick, 1983) nació en una familia muy pobre de aquellos desolados parajes, de una madre quinceañera que pronto abandonó a su prole. Él fue criado por su padre, un humilde leñador, y por su abuela, bailarina de zapateados en dudosos antros. Tras no pocas penurias, trabajos indignos y fatigosos ardides, cuando nuestro vate empezaba a ser reconocido por sus dotes creadoras, se le diagnosticó, a los 33 años, un carcinoma en la glándula tiroides, por lo cual tuvo que llevar barba toda su vida. Este luctuoso descubrimiento atrajo la compasión de algunos profesores universitarios (que él detestaba en cierto modo) por lo que fue galardonado con varias becas (como la Guggenheim) y parabienes, hasta ser declarado finalmente escritor residente en la Universidad de New Brunswick. Por todo ello, o a su pesar, Nowlan escribe en versos de una aparente y malévola sencillez, como los siguientes, en los cuales la prensa, la prisión y la pena de muerte pasean como frívolos espectros en nuestra siempre apasionante realidad.
la ejecución La noche de la ejecución un hombre en la entrada me confundió con el juez de instrucción. “Prensa”, dije yo. Pero no me entendió. Me condujo a una sala equivocada, allí el oficial me saludó: “llega usted tarde, Padre”. “Se equivoca”, le dije. “Soy de la Prensa”. “Sí, claro, Reverendo de la Prensa”. Bajamos por unas escaleras. “Ah, Sr. Ellis”, dijo el Sub-Director. “¡De la Prensa!”, grité. Pero de un empujón me hizo pasar a través de una cortina negra. Las luces brillaban tanto que no podía ver las caras de los hombres sentados frente a mí. Pero, a Dios gracias, pensé, ¡que ellos sí que pueden verme! “¡Miradme!”, les supliqué. “¡Miradme a la cara! ¿Es que nadie me reconoce?” Entonces me pusieron un capuchón en la cabeza. “No nos lo pongas más difícil”, me susurró el verdugo.
(traducción S. Meckled y H. Arnau)