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El pulso de la industria: Creadores latinoamericanos El de la industria: Creadores latinoamericanos

a escrutar con detenimiento algunos argumentos shakespearianos , tienen mucho melodrama”.

‘Donde hubo fuego’, ‘Pálpito’ o ‘¿Quién mató a Sara?’ encarnan este regreso del género en tiempos de streaming: factura cinematográfica, menos episodios (aunque ‘Donde hubo fuego’ tiene 39, la serie más larga de Netflix en Latam), menos personajes, fusión con otros géneros y temáticas más arriesgadas.

“Los manejos de las elipsis del tiempo, los flashbacks , los subtextos narrativos… todo eso está generando una narrativa más rica, más compleja, más sutil y más elaborada, y por lo tanto son productos que están redimensionando el melodrama, y creo que eso hay que aplaudirlo”, comenta al respecto Padrón. Y Valenzuela explica que para ‘¿Quién mató a Sara?’, que tiene todos los componentes clásicos de un thriller, usó “un esqueleto anglosajón con una piel melodramática”. Si bien todavía hay mucho por hacer para lograr una representación latina más justa en la pantalla, el cambio debe empezar por casa. Los tiempos del narcotráfico, la violencia endémica o las diferencias sociales como grandes -y casi únicos- temas de la ficción hecha en América Latina parecen estar llegando a su fin.

“Latinoamérica está repleta de historias”, opina Padrón. “Seguimos teniendo una mirada muy nuestra, distinta sobre el mundo, las relaciones amorosas, las relaciones con el poder y con nuestro entorno. Seguimos siendo nuevo mundo. En Latinoamérica nació el realismo mágico y lo real maravilloso, que no es poca cosa. Tenemos muchas cosas que contar”.

Valenzuela decidió que buscaría esas historias y temáticas en su propia vida: “Me dije que iba a escribir sobre las cosas que me importaban a mí: homofobia, impunidad, feminicidios. Y esperaría que le importaran a los demás”. E importaron.

¿Podemos hablar entonces de un emergente sello latinoamericano? Podemos. Pero no debería ser el único. Hay quienes proponen romper del todo con el melodrama y demostrar al mundo que la creatividad local es mucho más amplia también en cuanto a géneros.

Camila Jiménez Villa, CEO y cofundadora de The Immigrant, es clara en este sentido: “Ese es un gran desafío: salirse del melodrama, expandir el abanico que se ofrece a la audiencia”. Silvana Aguirre, directora de Desarrollo y cofundadora de la productora, añade: “Somos muy determinantes en no creer que de Latinoamérica puede salir solamente un tipo de proyecto. Eso nos da mucha bronca. Queremos contar historias frescas, que tengan un punto de vista claro y una opinión sobre determinados temas”.

The Immigrant, participada por Fremantle, materializa esta mirada en sus proyectos en desarrollo, que buscan “mover la aguja hacia adelante” en cuanto a narrativa latinoamericana: ‘Yellow’ (Lionsgate+), sobre dos fugitivas obligadas a secuestrar a un taxista suicida; ‘Una noche’ (ViX+), que convierte el whodunit en un who’s lying ; o las comedias ‘Perrea’ y ‘La isla bonita’.

Leiva-Cock coincide con esta postura, y afirma que la telenovela creó “un gran universo de producción, pero también un atasque en lo que queremos o podemos contar”. Por suerte, celebra, ahora eso se está quebrando. “¿Cómo podemos arriesgarnos a contar historias que sigan empujando la línea de lo que se puede contar en Latinoamérica? El cine ya lo ha logrado, pero todavía en TV estamos ahí, acercándonos”.

La respuesta de Fidelio, la productora fundada por LeivaCock, también es contundente: prepara proyectos como ‘Ganaderos’ -“una especie de ‘Yellowstone’ colombiano”-, los thrillers carcelarios ‘Gorgona’ y ‘Cacique’, o una serie sobre los skimmers , las mafias que clonan tarjetas bancarias. Pocos visos de melodrama se intuyen en estas tramas.

El creador, además, considera que América Latina tiene pendiente explorar más en historias de género y seguir el camino de España, donde en los últimos años han florecido las series de ciencia ficción, fantasía y terror. “Entre los que nos dedicamos a crear historias, existe actualmente una curiosidad por empezar a meterse en el género. El mercado quizás ahí nos está fallando. Todavía es muy difícil vender una serie de ciencia ficción en Latinoamérica”, lamenta.

Parece no haber dudas en que América Latina está todavía lejos de exprimir su jugo y sacar las historias y miradas que se esconden en su heterogénea cultura. El futuro se intuye emocionante. La pregunta está en si, con los vientos que soplan, el mercado estará dispuesto a seguir tomando riesgos y experimentando para que ese potencial realmente despegue.

Como ex head de Originales Internacionales de Netflix, Erik Barmack es uno de los grandes responsables de que hoy una serie coreana, una película española o un whodunit latinoamericano puedan ser tan populares a nivel mundial como una miniserie surgida en Hollywood. Bajo su mando, la OTT encargó series como ‘La casa de papel’, ‘Élite’, ‘Dark’ o ‘Sacred Games’, que llegaron para derribar todos los paradigmas habidos y por haber.

Es por eso que Barmack es tal vez hoy uno de los ejecutivos mejor posicionados para entender -y capitalizar- la oportunidad que tiene el contenido internacional en la industria global. “Si tuviera que mirar hacia el futuro, de aquí a 10 años predigo que el 75% de los shows más vistos en cualquier año no serán en inglés”, vaticina. Desde su productora Wild Sheep Content, lanzada en 2019, Barmack ya trabaja en 14 proyectos confirmados, incluyendo 11 series y tres películas.

Además, 11 de esos proyectos provienen de fuera de Estados Unidos, como la película mexicana ‘Invitación a un asesinato’, la serie chilena ‘Cromosoma 21’ o la serie live action japonesa ‘Yakuza’.

“La estrategia ha sido conectar productores internacionales con distribuidores en Los Ángeles y convertirnos en buenos compradores de IPs globales que podamos usar en diversos mercados. Hemos adquirido derechos de videojuegos y de libros, formamos una alianza estratégica con The Mediapro Studio, que nos ayuda con la distribución en Europa, y también otras en México, Brasil y Francia”, comenta sobre el modo en el que trabajan.

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