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Grandes conceptos para rendijas estrechas
es indudablemente mala para los productores, sí puede ser buena para los contenidos: en un escenario tan competitivo solo los mejores sobrevivirán, argumentaría Darwin. E Iberoamérica necesita hoy grandes contenidos para seguir dando lucha en el contexto global.
“Hoy las plataformas están buscando dos tipos de contenidos. Por un lado, series muy grandes, importantes, que tengan la oportunidad de ser éxitos globales como ‘¿Quién mató a Sara?’, y, por el otro, producciones con presupuestos más moderados que les permitan estrenar más contenido, como comedias o comedias románticas. Lo que está desapareciendo son esos contenidos del medio, que tienen un costo importante pero quizás no vayan a lograr ser éxitos globales”, dice Jerry Rodríguez, VP sénior de Ficción de Endemol Shine Boomdog.
“En este tipo de ecosistema, lo interesante ahora es poder ofrecer talento top, junto a coproducciones, ventajas financieras como incentivos fiscales y programación que pueda funcionar en múltiples pantallas y territorios”, completa Calemzuk.
Epigmenio Ibarra, CEO de la productora mexicana Argos Comunicación, añade otra clave: presentar high-concepts.
“Los iberoamericanos tenemos un gran reto: desarrollar high-concepts poderosos. Ahora mismo los dos países que más high-concepts desarrollan son Corea del Sur e Israel. El reto para la producción iberoamericana es crear series que sean únicas”, señala el experimentado productor mexicano.
Es que tal como ese hipotético commissioner, los espectadores de todo el mundo se enfrentan a la elección de qué ver cada noche de entre la oferta aparentemente infinita de las plataformas. Destacar en ese contexto también es clave.
“‘El juego del calamar’, ‘Homeland’, ‘Fauda’ son high-concepts. No es solamente una trama, sino algo que hace que sean únicas. Y si tú revisas las historias de América Latina, hay pocos. ‘Las Aparicio’, que hicimos nosotros, es un high-concept; ‘La casa de papel’ es otro. Pero nos falta. Hacemos género, sí. Pero no high-concepts. Y en eso estamos trabajando”.
Un repaso a estrenos recientes y contenidos aún en desarrollo advierte que, al igual que Epigmenio Ibarra, muchos productores de Iberoamérica han llegado a la misma conclusión.
España, en ese sentido, parece haber tomado nota antes, con estrenos recientes como ‘Apagón’ (Movistar Plus+ y Buendía Estudios), ‘La noche más larga’ (Netflix y Lazonafilms), ‘¡García!’ (HBO Max y Zeta Studios), ‘La novia gitana’ (Atresplayer Premium, VIS y Diagonal TV) o ‘The Head’ (The Mediapro Studio). Y América Latina se está poniendo a tiro con desarrollos como ‘Cien años de soledad’ (Netflix y Dynamo), ‘Amén’ (ViX+ y Exile), ‘Vlad’ (Endemol Shine Boomdog), la adaptación de ‘El colapso’ (ViX+ y Perro Azul), ‘Cóyotl’ (Dopamine y HBO Max) o ‘El capo’ (TIS), que Paramount+ acaba de revivir.
Gaumont es otra compañía que está explorando esta línea en la región. “Sin dudas el desarrollo que tenemos con Lucía Puenzo, que se llama ‘Futuro desierto’ y que toca el tema de la convivencia entre los humanos y los androides, es parte de esa apuesta”, señala Christian Gabela, SVP, Head of Latam, Spain, Latinx de la compañía francesa.
“Nosotros intentamos hacer eso. Encontrar una historia interesante, anclada en personajes fuertes y complejos. En este caso, todo dentro del ámbito de esta gran pregunta, que como humanidad vamos a contestar pronto, que es cómo sería convivir a nivel íntimo con esa ‘persona’ que no es real”, agrega. abiertas con ellos para pitchearles otros proyectos. O incluso al resto de las pantallas del país”, señala.
Isaac Lee, CEO de Exile Content Studios, compañía recientemente adquirida por Candle Media de los ex Disney Kevin Mayer y Tom Staggs, añade una capa más: Iberoamérica debe enfocarse en la creación de grandes franquicias.
“Donde yo creo que más éxito va a haber para compañías como la nuestra es en la creación de franquicias. En encontrar cuáles son esas marcas que pueden vivir afuera de la pantalla, existir por muchos años y que se puedan volver parte de la historia, de la vida de nuestra gente y que crezcan con ellos, así como en el mundo entero hemos crecido todos con los personajes de Disney”, opina.
Y las puertas quedan abiertas no solo para la compañía, sino también para el país que la generó.
“‘El juego del calamar’ cambió por completo el modo en el que se perciben los contenidos coreanos. Si me permito hacer referencia a mí mismo, ‘Homeland’ fue un parteaguas para la industria israelí. Es verdad que antes ya había shows increíbles en Israel, pero ‘Homeland’ permitió al resto del mundo entender que podían surgir franquicias desde allí”, sostiene Telem.
Lo cierto es que Iberoamérica no es ajena a las franquicias, con títulos como ‘El señor de los cielos’, ‘Señora Acero’, ‘La casa de papel’ o ‘Narcos’, convertidas hoy en grandes sagas.
Sin embargo, hay quienes apuntan que el tejido industrial en la región aún no está maduro para darle un impulso extra a estas ideas.
Claro que eso requiere de una planificación que, muchas veces, no está en el ADN de cómo se trabaja en la región.
“Para apostarle a una franquicia tienes que pensar a largo plazo y tienes que tener recursos. No es lo mismo simplemente hacer una película donde hay un esfuerzo descomunal de cinco años, pero que, al final de un parto, hay una película. Acá necesitas otros elementos distintos y eso es lo que Candle Media, la industria y el momento que estamos viviendo nos traen”, asegura Lee.
Ran Telem, jefe de Desarrollo Internacional de The Mediapro Studio y creador de franquicias como ‘Homeland’ y ‘The Head’, coincide. “Las franquicias son los grandes pilares que te permiten hacer cosas de todos los tamaños porque atraen mucha publicidad y te conectan comercialmente con muchos clientes. Es más fácil luego venderles a las pantallas otros contenidos. Mira el caso de ‘The Head’. Es un éxito en Francia a través de Canal+. Y ahora tenemos las puertas
“Las grandes franquicias son productos industriales que requieren una capacidad de distribución internacional que ninguna empresa latinoamericana tiene”, señala Daniel Gutman, CEO de 360 Powwow.
Tal como los escritores y productores hispanoamericanos han aprendido a trabajar pensando en el mercado global, el tejido industrial debe también ponerse a tiro. “Siempre me sorprendió que solo un tercio de la gente involucrada en la industria del entretenimiento de Estados Unidos son talentos”, dice Gutman.
“El resto son agentes, abogados, contadores. Es decir, gente que tiene la astucia y los instrumentos de hacer crecer el negocio. Algo que también los beneficia. Han sido ellos los que han hecho y le han dado pensamiento a la expansión”.
“Y para crear franquicias hay que tener no solo la capacidad de pensarlas, que ya existe en Hispanoamérica, sino un tejido conectivo preexistente que pueda tomar esa franquicia y sostenerla como una red para que pueda crecer. Por suerte eso está empezando a pasar en América Latina”.
“El desafío es un desafío de conciencia empresarial”, remata Gutman.