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Educación Popular y Ecofeminismo en América Latina: tejiendo rebeldía

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Expediente

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dossier eCOLOGIA E SOCIEDADE NA AMÉRICA LATINA Educación Popular y Ecofeminismo: tejiendo rebeldía en América Latina

Maria Lilia Macedo - UNILA Mestre em Políticas Públicas e Desenvolvimento pela UNILA. Militante social na Argentina, educadora popular e ecofeminista.

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¡A la Matria que nos parió!

En el camino de resistencia, luchas y cuestionamientos los movimientos sociales rurales supieron posicionarse contra las políticas establecidas por el modelo colonial, capitalista y patriarcal generadores de opresión, desigualdad y marginalización en la sociedad. Las Mujeres Rurales tuvieron y tienen un rol destacado en ese recorrido histórico como principales protagonistas de los cambios que se vienen dando en América Latina y el Caribe. Las Mujeres Rurales van tejiendo entre el campo y la ciudad lazos de rebeldía que les permite construir desde el ecofeminismo y la educación popular un camino hacia la emancipación colectiva. La apuesta en ese emblema simbólico “mujeres del campo y la

ciudad” es necesaria para, la permanencia de las comunidades en el territorio–Pachamama del Abya Ayala; el cuidado de la biodiversidad e identidad, y, fundamental para el desarrollo rural, conforme apuntan Silvia Ferro y Ciclana Chiarulli. Desde esa perspectiva, planteada desde ese amplio mundo denominado ruralidad es que los movimientos sociales rurales proponen y promueven la educación popular y el ecofeminismo en contraposición al modelo hegemónico occidental instaurador de un modelo educativo bancario, capitalista y eurocéntrico. El filósofo Enrique Dussel, en 1994, destacou las falencias e inequidades que ha generado el modelo europeo/norteamericano bajo su paradigma único, moderno y eurocéntrico que en su totalidad es la negación de un otro diferente. Ese otro es el sujeto nativo, indígena, campesino, afrodescendiente que viven en territorios rurales/ urbanos y presentan un paradigma alternativo desde la América profunda según Mignolo 2009. En ese contexto, el giro descolonial es una herramienta de transgresión y alternativa para pensar el mundo desde el pluriverso/ pluralidad y romper con los esquemas impuestos por las elites colonial, neocolonial y neoliberal, para poner fin al patriarcado y epistemicidio que la globalización genera e impone.

La Educación Popular en América Latina y el Caribe constituye un encuentro de conocimientos, saberes y experiencias donde se piensa y se plantea la pedagogía decolonial de la liberación en su multiplicidad conceptual, histórica, de resistencia y de luchas. Este modelo pedagógico emerge en Brasil en los años 70 como alternativa a la educación

moderna bancaria/tradicional, conforme muestra Paulo Freire. El pedagogo ve a la educación como una herramienta hacia la emancipación de los pueblos y comprende que “enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción o construcción”. Esto supone que el “oprimido” descubre por él mismo y con orientación/servicio descolonizador del pedagogo crítico, cuál es la realidad interior, exterior y contexto social, en la cual el ambiente es inherente. La pedagogía freiriana de la educación popular se basa, por lo tanto, en cuatro pilares: (1) Crítica y dialéctica - el oprimido debe tener condiciones adecuadas para descubrirse y reconocerse mediante la reflexión y comprensión; (2) Contexto - cualquier persona siempre se sitúa en relación con un contexto social para entender el universo. La lectura del mundo, precede siempre de la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la lectura de aquel; (3) Método - el diálogo y la reflexión son fundamentales en los procesos de enseñanza y aprendizaje, sin él diálogo no hay comunicación y sin esta no hay verdadera educación; e (4) Praxis - es la reflexión y acción de los hombres y mujeres sobre el mundo para transformarlo, sin ella es imposible la superación de la contradicción opresor-oprimido. Al dedicar este texto à la Matria, quiero marcar un horizonte posible, una lógica que plantea una igualdad, sororidad y empatía, con la intención de recuperar y reapropiarse de la riqueza “Madre tierra” desde una emancipación femenina con foco en América Latina. Entonces, en ese contexto de desigualdad social/cultural, político/ideológico, productivo/ económico es que las mujeres rurales y urbanas alzan su

voz para desmantelar la opresión recibida por el modelo occidental bajo los parámetros capitalista, patriarcal/ eclesiástico y colonial/neoliberal y neocolonial. Deolinda Carrizo, integrante y referenta del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, Argentina - MOCASE VC), recientemente declaró que:

las mujeres en el campo y la ciudad son atravesadas por dos sistemas malignos que las golpea constantemente. La activista ecofeminista afirma que hay una necesidad de organizar la lucha contra el capitalismo, colonialismo y patriarcado para recuperar nuestra autonomía, territorio, cuerpo y espacios públicos, como así repartir las tareas y desconstruir una lógica impuesta. Esto implica el derecho a cómo vamos a producir alimentos, comercializarlos y distribuir las tareas de los hogares y movimiento.

Deolinda Carrizo también afirma que las mujeres son las principales cuidadoras de las semillas nativas y productoras de los alimentos que se consumen en el mundo, tienen presente la reivindicación por, agricultura familiar/ campesina/indígena, soberanía alimentaria y agroecología, reforma agraria integral y saberes ancestrales y economía popular ecofeminista. El ecofeminismo y feminismo popular tienen la intención de desarmar la construcción social de género que asocian únicamente a las mujeres con el cuidado, sensibilidad o intuición y sumisión. Esta connotación no es inocente porque responde a parámetros enfocados a generar desigualdad. El ecofeminismo debe enfatizar libertad, emancipación e igualdad. Estefanía García Fores, experta en soberanía alimentaria y estudios de género, afirma que:

Sí ser ecofeministas significa amar la tierra, luchar por nuestros derechos como productoras, mujeres y amantes de nuestros pueblos y entornos naturales, luchar por ser visibles y que se reconozca nuestro trabajo (como agricultoras, cuidadoras de la salud, transformadoras), estar en contra de los transgénicos, de las nucleares, querer vender nuestros productos directamente y que las cooperativas nos permitan acceder a los puestos organizativos al igual que las organizaciones agrarias a las que pertenecemos, en ese caso, somos ecofeministas.

Las mujeres son sujetas transformadoras que pueden alzar la voz, mujeres del Abya Yala, de diversos territorios que construyen saber popular y tejen redes de resistencia y, como dicen las mujeres zapatistas “no queremos más un mundo sin nosotras”. Aunque occidente quiso, y en cierta medida lo hizo, dominar el mundo y con ello colocar una historia, cultura e ideología colonial/patriarcal, estamos asistiendo al fortalecimiento de movimientos de mujeres que cuestionan la razón masculina/capitalista de la modernidad y proponen alternativas descoloniales desde el ecofeminismo en conjunto a los movimientos de base territorial. En ese transitar, la pedagogía de las oprimidas se hizo escuchar, sentir y proclamar. La educación popular con perspectiva ecofeminista es herramienta de transformación del movimiento de mujeres feministas/ecofeministas y de emancipación del mundo con Pachamama: la construcción de conciencia, fortalecimiento del movimiento, reflexión colectiva y, a la vez esta lucha popular en construcción es indispensable a la concepción y experiencia de una educación pública popular, de una escuela nueva que incorpore todos los desafíos de su tiempo histórico. La historia nunca empezó a ser contada con la participación de las mujeres y mucho menos desde los espacios del ABYA YALA, es por ello que las mujeres rurales – ecofeministas se abrazan para escribirla desde la fuerza e interpelación interseccional.

Igarapé, 2017 Laura Gorski e Renata Cruz

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