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Carta del Presidente
by CChC
Estimados socios y socias: Estamos viviendo tiempos de grandes y aceleradas transformaciones. El mundo está cambiando, Chile está cambiando, nuestra industria está cambiando. Son también tiempos de crisis. Estos dos años de pandemia nos han golpeado con fuerza, con los impactos sanitarios, económicos y sociales por todos conocidos, a los que en nuestro país se suman la incertidumbre asociada al proceso constituyente y un trasfondo de violencia altamente preocupante. Lejos de paralizarnos, este complejo escenario nos ha impulsado a trabajar con más tesón y proactividad, porque como gremio tenemos la responsabilidad de actuar. No podemos ni hemos querido ser meros observadores de tan desafiante realidad. Tenemos la convicción de que el mundo privado, el sector público y la sociedad civil deben sumar esfuerzos para aportar nuevas y mejores respuestas a las necesidades del pasado, del presente y del futuro. Es por ello que un elemento central de nuestra estrategia en este periodo ha sido fortalecer redes y promover alianzas con distintos actores sociales. Porque el trabajo colaborativo es la mejor estrategia para identificar tales necesidades y llevar a la práctica esas respuestas, imprescindibles para mejorar la calidad de vida de las personas. Y, por cierto, creemos en el diálogo como elemento esencial para avanzar en la construcción de un mejor país, por lo que impulsamos con fuerza la iniciativa “Sentémonos a conversar” al interior de las empresas, socias y no socias, como una instancia de encuentro entre quienes las integran. Seguiremos promoviendo esta iniciativa, porque estamos ciertos de que a través del diálogo se genera conocimiento mutuo, confianza y credibilidad. Además, para ser una industria 2.0, como es nuestro propósito, debemos partir por garantizar el buen trato, la dignidad y la valoración de nuestros trabajadores y trabajadoras. En este periodo desplegamos además múltiples acciones para que nuestra actividad siguiera en marcha, considerando lo que representa en cuanto a creación de empleo y dinamismo económico. Especial mención merece el cumplimiento del Protocolo Sanitario que promovimos desde el inicio de la pandemia, cuya estricta implementación en obras y faenas nos permitió cuidar la salud de nuestros trabajadores y trabajadoras, sus familias y las comunidades y así seguir operando e impulsando la reactivación del sector. Esta ha sido una experiencia valiosa en sí misma y un ejemplo del potencial de transformación de nuestra industria cuando quienes la integran se lo proponen. De hecho, con esta inspiración lanzamos el Compromiso PRO, iniciativa que involucra una nueva mirada sobre nuestra actividad, al incorporar en la gestión empresarial el desafío de relacionarnos bajo otros estándares con los diferentes actores que conforman la cadena de valor sectorial, incluyendo los vecinos, las comunidades y el medio ambiente. Estamos orgullosos de los avances logrados y conscientes de la trascendencia de seguir avanzando por este camino. Porque de la capacidad que muestren nuestras empresas socias de actuar a tono con los tiempos y de guiar sus acciones por los principios
de la sostenibilidad, depende a su vez la capacidad de la CChC de impulsar el desarrollo integral de nuestra industria. Con este mismo objetivo es que fortalecimos nuestro esquema de gestión nacional-regional, en un esfuerzo sistemático, que tuvo como uno de sus hitos la primera planificación estratégica integrada a nivel nacional de la CChC. Hemos relevado el rol de las cámaras regionales, recogiendo sus particularidades e inquietudes, y generando una efectiva vinculación al interior de la organización. Esta mirada sistémica también nos permite potenciar nuestra capacidad de incidir y de hacer frente a los grandes desafíos que tenemos por delante. Uno de ellos es el problema del déficit habitacional, que hoy adquiere carácter de emergencia nacional. Por eso, junto con TECHO-Chile, creamos la Corporación Déficit Cero, donde además participan otras importantes organizaciones cuya meta es generar las bases de una política pública que contribuya a terminar con esta crisis al año 2030. Es una meta ambiciosa, pero estamos convencidos de que, sumando esfuerzos para movilizar voluntades y acciones, es posible avanzar a paso acelerado para ofrecer una vivienda digna a las miles de familias que viven en campamentos y/o de allegadas y, en mucho casos, con altos grados de hacinamiento. Abordar las necesidades de infraestructura pública ha sido también un foco permanente de nuestra agenda gremial. Por ejemplo, recientemente presentamos una versión actualizada del documento Infraestructura Crítica para el Desarrollo (ICD) para el periodo 2022-2031, en el cual se identifica el estado de las distintas áreas de la infraestructura y la inversión necesaria para alcanzar los estándares requeridos en cada una de ellas en un plazo de diez años. Este es un insumo clave para impulsar la discusión, el análisis y las propuestas asociadas a este tema. Ahora bien, ni los proyectos inmobiliarios ni los de infraestructura se podrán ejecutar sin empresas de la construcción económicamente sólidas, razón por la cual en estos meses hemos desarrollado permanentes gestiones para que se restituya el equilibrio económico de los contratos, dañado por el severo aumento del precio de los materiales de construcción.
Todo ello considerando además que las proyecciones económicas y sectoriales para 2022 son poco alentadoras. Afectadas por múltiples fenómenos, incluyendo un complejo escenario internacional, creo importante reiterar que, en opinión de nuestro gremio, la seguridad pública y la certeza jurídica –ambas fuertemente debilitadas en los últimos años– son condiciones de borde esenciales para generar un clima de confianza y favorecer la inversión en el país. Lamentablemente, la Convención Constituyente no logró constituirse en un espacio de encuentro, diálogo y colaboración que ayudara a restituir tales condiciones de borde y a que las y los chilenos podamos proyectarnos en paz y en unidad hacia el futuro. No obstante, en todo momento hemos participado proactiva y constructivamente en el debate constitucional, promoviendo la reflexión y el intercambio de ideas. Por ejemplo, realizamos una constante labor de definición de aproximaciones a diferentes temáticas bajo el lema “Construyamos un país para todos” y de difusión de múltiples contenidos, trabajo en el que han destacado especialmente las cámaras regionales. Y bajo estos mismos principios es que seguiremos actuando en los próximos meses, con el convencimiento de que solo de la cohesión social y el trabajo colaborativo surgirá el nuevo pacto social que permitirá llevar adelante los cambios que la sociedad necesita y demanda. En representación de la Mesa Directiva Nacional, agradezco el apoyo y confianza depositada en esta administración a todos y cada uno de nuestros socios y socias y a nuestros colaboradores y colaboradoras a lo largo del país. Con orgullo puedo afirmar, una vez más, que la voluntad de hacer que las cosas ocurran es un rasgo que caracteriza a la Cámara Chilena de la Construcción.
La invitación es a seguir adelante con el mismo compromiso, de Arica a Punta Arenas, y a mantener siempre en alto la unidad y el espíritu de colaboración que nos distingue.
Antonio Errázuriz Ruiz-Tagle Presidente Cámara Chilena de la Construcción