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En Memoria Edición Especial camara de caracas @camaradecaracas www.camaradecaracas.org.ve
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA CÁMARA DE COMERCIO, INDUSTRIA Y SERVICIOS DE CARACAS. AÑO 11, Nº 24 - MARZO 2015
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Gustavo J. Vollmer Herrera 5 Ene 1923 - 2 Nov 2014 La Cámara de Caracas con esta edición especial En Memoria a Gustavo José Vollmer Herrera, desea rendirle homenaje y hacerle un pequeño tributo a este maravilloso ciudadano y empresario, quien siempre firme en sus convicciones y con un particular empuje que nunca perdió, le dejó a Venezuela importantes aportes fruto de su incansable dedicación y trabajo. Durante su vida Gustavo J. Vollmer cultivó sus sólidos principios personales y valoró dos importantes tesoros que siempre lo acompañaron: su familia y su trabajo, siendo para él la motivación de sus grandes contribuciones y el equilibrio que le permitió desarrollar sus proyectos y dejar un sólido legado. Orgulloso siempre de su gran familia conformada por 100 integrantes, Fofoto dejó un grato recuerdo entre todos los que compartieron con él, así como las nobles enseñanzas que con una particular huella seguirán trascendiendo entre sus descendientes y amigos. Desde esta tribuna hacemos honor a quien también fue Presidente de la Cámara de Industriales de Caracas durante los años 1951 y 1954-1956, por habernos acompañado y compartir con esta institución sus gratas experiencias, y sembrar con su noble enseñanza, la peculiar semilla de un excepcional venezolano. Letizia Buttarello Lavarte
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Cada imagen, un instante Por Víctor Maldonado C.
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na primera vez fue en el cementerio. El patriarca estaba cumpliendo el deber del pésame. Una mañana de diciembre hace cinco años coincidimos en la obligación de consolar la pérdida de un amigo común. Fue fugaz la presentación y el señalamiento de que había sido presidente de la Cámara de Industriales de Caracas. Eso y mucho más había sido y seguía siendo el capitán de empresas que estaba parado allí, perfectamente vestido para el momento, soportando con hidalguía el peso de sus años y haciendo lo que le parecía correcto. Fue solo un instante, incómodo en la medida que se interponía la circunstancia de la tristeza y la pérdida, pero aun así quedó la impronta y la constancia de su integridad vivida sin aspavientos y con frugalidad. Año 11, Nº 24 - MARZO 2015
Al salir caí en cuenta que era el mismo del retrato que lo presenta machete en mano, cortando caña, perfectamente vestido con un liqui liqui blanco, pisando firme sobre los valles de Aragua, teniendo como fondo su Hacienda El Palmar. Así fue figurado en la galería de expresidentes de la Cámara de Industriales. De esa forma pasó a la historia institucional, como un arquetipo del liderazgo que no renuncia a ser el primero entre todos los que trabajan, al frente de sus negocios, y también sintetizado en una tierra de la que siempre se sintió parte y esencia, con todo lo que ella tiene de reciedumbre y desafiante. Dicen los que lo conocieron mejor y por eso mismo lo quisieron mucho, que siempre fue un
hombre complejo. Muchas dimensiones consolidadas en una sola vida, afortunadamente larga y con innumerables satisfacciones. Hace un año, en marzo del 2014, en ocasión de la Asamblea de la Cámara de Caracas, quiso estar presente cuando Fernando Eseverri, su hijo político, entregó la presidencia de la Institución. Su presencia no pasó desapercibida, aun cuando esa fue una de sus condiciones. Quería llegar, sentarse, oír y disfrutar del momento. Carolina, su hija, estuvo siempre a su lado, cuidando sus pasos. Llegó y quiso apreciar la galería donde estaba su foto, y de ese momento guardamos una imagen. Fue también un momento con abundantes significados. Uno de los grandes pasando revista por una historia de la que fue protagonista.
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Haciéndolo en silencio y con la calma que se dio como privilegio. No dijo nada. Su expectación fue tal vez transformada en quien sabe cuántas disquisiciones, sabiéndose un sobreviviente de una época. Y sintiéndose innegablemente victorioso a pesar de tantas vicisitudes. No sabíamos que esa iba a ser su última visita. Los que lo quisieron me dijeron que hasta el último momento asumió su vida con heroísmo y sin querer conceder nada a la debilidad. Con esa proeza de los que se saben sabia y raíz de un árbol profuso para el que cualquier gesto es trascendental quiso mantenerse al frente de su destino hasta la hora final. Los árboles mueren de pie, y él lo tenía absolutamente claro y perfectamente previsto. ¿Cómo definirías a tu padre político? Fernando me respondió: “Trabajador incansable, de fuerte personalidad, estricto y firme en sus convicciones, recio y tenaz, pero a la vez con una sensibilidad social inmensa, comprometido con la educación y muy cristiano, un cristiano convertido en caballero, un viejo caballero cristiano…”. Todo un desafío calzar sus botas y seguir sus pasos.
RIF: J-31175605-1
LA REVISTA DE LA CÁMARA Dirección: Avenida Andrés Eloy Blanco, Edif. Cámara Publicación Institucional Digital de la Cámara de Comercio, Industria y de Comercio, piso 8. Los Caobos. Servicios de Caracas, Año 11, Nº 24 –Marzo 2015 Caracas, Venezuela. Teléfonos: +58 0212 - 571.3222 – 571.3990 Director: Víctor Maldonado Fax: + 58 0212 - 5710050 Redacción y coordinación: Letizia Buttarello Lavarte (CNP: 6.043) CAMARA1 0800- (2262721) Diseño Gráfico: Esther Figueira López Twitter/Instagram:@camaradecaracas Página Web: www.camaradecaracas.org.ve Facebook: Cámara de Caracas Fotografías: Cortesía FundaciónInstitucional Vollmer y dede familiares E-mail: comunicaciones@lacamaradecaracas.org.ve Publicación La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas
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aballero en toda la expresión de la palabra”. “Sencillo y de gran condición humana”. “Solidario”. “La gente y el bienestar de los empleados eran siempre su gran preocupación”. “Hombre de familia”. “De firmes principios y de una férrea ética empresarial”. “Destacado empresario”. “Visionario e impulsor de la responsabilidad social empresarial en Venezuela”, y como solía decir “soy un agricultor prestado al sector empresarial”. Son algunas de las frases pronunciadas o escritas recientemente en memoria de Gustavo José Vollmer Herrera, fallecido el pasado 2 de noviembre de 2014 a los 91 años de edad. Además de gran empresario, fue un ávido lector, apasionado por la historia universal y disciplinado deportista. Hombre sencillo, con gran sentido del humor. Trabajador incansable, católico practicante y amante de su familia. Querido y admirado por quienes trabaron con él, para quienes fue “un privilegio enorme estar a su lado”. Formar parte del equipo fue “una escuela de vida”. Casado con Luisa Mercedes Acedo de Vollmer, tuvieron 10 hijos y una extensa y unida familia integrada por 34 nietos y 26 bisnietos a quienes transmitió los mismos valores y principios que fueron su guía de vida.
Un hombre de empresas
Gustavo J. Vollmer Herrera y su compromiso con Venezuela Textos cortesía del Banco Mercantil *
Gustavo J. Vollmer Herrera estudió Ingeniería Civil en la Universidad de Cornell en Estados Unidos y un doctorado en la Universidad Central de Venezuela. Formó parte, como emprendedor y fundador, de compañías venezolanas en sectores tan diversos como el agropecuario, el metalmecánico y el financiero. Fue miembro de la junta directiva del Banco Mercantil a los largo de 47 años, de los cuales 13 años se desempeñó como presidente del Banco Mercantil. Era común verlo en las asambleas y reuniones de la junta directiva que se celebraban periódicamente en el edificio Mercantil. En todas las ocasiones se le veía conversando con cualquier trabajador de Mercantil que se acercaba a saludarle y siempre buscaba la oportunidad para compartir. Hasta muy pocos meses antes de su fallecimiento se mantenía plenamente activo y acudía a trabajar todos los días a su oficina situada en la urbanización Los Palos Grandes de Caracas.
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A la izquierda Don Salvador Gómez (dueño de la Hacienda Sta. Epifanía, Valles del Tuy); el segundo un representante de unos centrales de Barquisimeto; José Rafael Colmenares Peraza, presidente de Distribuidora Venezolana de Detrás del saco Gustavo Vollmer, detrás de él su hermano Alberto sonreido y en liqui liqui Azúcares (DVA); Gustavo Vollmer, vice presidente de DVA; Alberto J Vollmer, gerente de DVA y el último representa la Corporación Venezolana de Fomentos. Año 1956 en la fundación de la DVA. con lentes su papá Alberto F. Vollmer.
Responsabilidad empresarial ante todo La educación, entendida como educación formal pero también como formación integral de la persona, eras aspectos que Gustavo Vollmer consideraba fundamentales. Le gustaba orientar y enseñar a quienes estaban cerca de él y sin duda esa vocación lo llevó a ser presidente fundador de Fe y Alegría, organización por la que siempre tuvo especial afecto. Hoy esta importante y destaca institución educativa venezolana cuesta con 170 escuelas, 500 centros y unidades de servicio, 279 mil alumnos y participantes y 14.000 empleados en todo el país. Trasmitió a su familia el respeto y amor por esta institución, al punto que una de sus nietas, Mariana Guinand Vollmer, fue directora de una de las escuelas de Fe y Alegría. Desde el año 1955 formó parte también del movimiento scout, tanto en Venezuela como a nivel mundial. En Venezuela presidió la Asociación de Scouts y fue también director de la Organización Mundial Scout y fundador-director de la Fundación Mundial Scout. Esta importante institución de carácter educativo extraescolar forma niños y jóvenes en ciudadanía responsable y cuenta con una membresía de 13.000 scouts en Venezuela y 36 millones de scouts en 119 países.
En el Palmar ubicado en el estado Aragua, a donde viajaba con frecuencia por razones de trabajo, practicaba la natación y montaba caballo ya que era un experimentado jinete.
Humano y cercano Exigente y perfeccionista, sus colaboradores apreciaron y valoraron siempre su trato cercano, respeto y consideración hacia los demás, así como su gran generosidad. Cuando era necesario corregir algo, se aseguraba de hacerlo de manera constructiva, pedagógica y siempre con amabilidad. Muchas de las personas que tuvieron el privilegio de trabajar con él permanecieron a su lado durante largos años. Gustavo Vollmer dedicó su vida al servicio del país y a desarrollar empresas e instituciones que han tenido impacto en la vida de miles de familias venezolanas. Quienes formamos arte de la Gente Mercantil mantendremos vivo su legado. Paz a su alma.
Como gran visionario de la responsabilidad social empresarial fue uno de los fundadores del Dividendo Voluntario para la Comunidad y miembro vitalicio del Consejo de Fomento de la Universidad Católica Andrés Bello, institución educativa de referencia a la cual brindó todo su apoyo ya la que su familia donó los terrenos donde luego se edificaría la sede de esta casa de estudios.
Amante del deporte Una de sus facetas quizás menos conocida era su pasión por el deporte. En su juventud formó parte de equipos de béisbol y era fanático de los Tigres de Aragua y de los Yankees de Nueva York.
Tarde de convivencia en la hacienda Santa Teresa
* Biografía publicada en el Boletín institucional “Noticias” del Banco Mercantil, Número 91 - Diciembre de 2014.
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Publicación Institucional de La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas
Los cálidos recuerdos de un hijo
“Papá nos enseñó la responsabilidad y el amor por el trabajo” G
ustavo Julio Vollmer Acedo, actual Presidente del Banco Mercantil y tercer hijo de Gustavo José Vollmer Herrera, compartió algunos relatos de la relación con su padre y las enseñanzas que le dejó durante su vida, ratificando en sus palabras el gran ejemplo y bondad de un gran hombre que regaló un valioso legado a Venezuela. Contó el Dr. Vollmer Acedo que desde que cumplió siete años y durante la época de vacaciones comenzó a trabajar con su papá en la compañía familiar, lo que fomentó entre ellos una relación muy cercana y marcó para el resto de su vida un gran aprendizaje: el sentido de responsabilidad y el amor por el trabajo. Fue así que empezó a acompañarlo con frecuencia a sus viajes de trabajo e incluso a las reuniones donde siendo un niño, no entendía ni la mitad de lo que estaban hablando, pero estaba allí, aprendiendo y conociendo gente, cosas y lugares que hoy forman parte su vida porque desde pequeño siempre tuvo el deseo de trabajar en las empresas de la familia. Año 11, Nº 24 - MARZO 2015
Relató el Dr. Vollmer que una vez graduado y decidido a trabajar con la familia, su papá le propuso iniciar en la organización como cualquier profesional y cuando le preguntó sobre su sueldo, éste le contestó “que él no se ocupaba de los sueldos de gente de su categoría y que debería hablar con recursos humanos, pero cuando iba saliendo me llamó y dijo algo que recordaré toda mi vida: mira, van a pasar 15 días, un mes, un año o quien sabe cuánto tiempo y alguien te dirá algún día que eso no se hace así, porque es decisión de otros; si a ti te parece que no tiene mucha lógica, no te pongas a discutirlo con otra gente, simplemente háblalo conmigo directamente porque eso tiene una explicación, o en dos palabras, nunca tengamos intermediarios entre tú y yo. Y otra cosa, es que si me van a llegar cuentos tuyos, te voy a llamar a ti y te lo voy a preguntar, así que vamos a hacer una alianza, las cosas entre tú y yo no las enfilamos con terceros, nos la arreglamos entre nosotros. Eso para mí fue muy importante y no es que fueron las bases de la relación porque esas ya venían como padre, pero en la parte laboral eso selló nuestra relación, donde tuvimos una comunicación siempre muy directa, clara y de gran confianza, además de mucho respeto”.
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“A papá le gustaba oír distintas opiniones y a mí siempre me dio espacio para poder emitir mis ideas y decir lo que pensara”. “Me asignaron la responsabilidad de ocuparme del manejo de las empresas familiares cuando apenas tenía 33 años y eso fue un gran compromiso que me tocó asumir, por lo que tuve la dicha de trabajar cerca de mi padre por más de 40 años” –afirmó-. El Dr. Vollmer Acedo quien es economista con postgrado en ciencias económicas y especialización en administración de empresas, afirmó que su papá era bien conversador, era como todos con distintas facetas pero muy buen comunicador; simpático, muy exigente con él y con los demás; disciplinado y tenía días que era más sociable que otro, pero
en general era muy amable y bastante abierto; pero en cuestiones de trabajo era muy recio y en más de una oportunidad, era más bravo de lo necesario. “En la parte familiar tengo que hablar de mamá y de papá. Como somos 10 hermanos, en casa hubo siempre mucha disciplina y coherencia en la forma de educarnos y eso nos daba claridad. Papá viajaba con frecuencia por su trabajo, pero nunca sentí su ausencia porque siempre estaba mamá. Creo que hay dos formas de ocuparse, una con mucha presencia física y la otra es si no la tienes, cuando estás lo haces con intensidad, lo que compensa un poco esa parte de la no presencia permanente; pero los dos siempre fueron muy coherentes y una de las cosas buenas en la familia es que nunca se vieron dos direcciones, siempre estuvieron coordinados” - agregó-. Indicó que en los momentos libre familiares las actividades dependían de las etapas de la vida, pues como son tantos hermanos, probablemente los mayores tuvieron intereses diferentes y las disposiciones de tiempo de su padre fue distinta; por ejemplo las vacaciones no eran todos los años y cuando las tenían eran largas porque la movilidad era complicada, pero para los menores eran más cortas y frecuentes y los intereses de unos no eran los mismos de otros. El papá de los mayores era una persona con más energía; el de los menores era más maduro y de consejos, por lo que hay distintas formas de verlo, ya que la evolución de una persona varía según las etapas de la vida. Afirmó ser el tercero de los diez hijos y la diferencia entre el mayor y el menor de los hermanos es de aproximadamente 20 años. Haciendo un breve recuento de la vida de este memorable personaje, el Dr. Vollmer Acedo compartió algunos recuerdos y narró que su padre dedicó la mayor parte de sus actividades a los negocios de
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la familia y a la parte agrícola. “Cuando yo nací vivíamos en la hacienda Santa Teresa y cuando tenía como 5 años nos mudamos a la hacienda El Palmar, ubicada entre San Mateo y la Encrucijada en el estado Aragua. Allí vivimos durante muchos años, cuando llegué a sexto grado, me mandaron a Caracas y ellos se quedaron allá dos años más, sin embargo papá siempre iba y venía porque le seguía dedicando tiempo a El Palmar. En los años 80 se fue al banco Mercantil para ocuparse de la presidencia, cargo que ocupó durante 14 años, no obstante nunca se desvinculó del todo de la parte agroindustrial y siempre estuvo empapado de los aconteceres”. “Cuando salió de la presidencia del banco puede hablarse de una tercera etapa de su vida, en la que siguió vinculado con la institución. Se mantuvo siempre activo y con una mente muy lúcida, incluso tengo notas de él de nuestras últimas reuniones sobre temas muy concretos que datan del 12 y 13 julio del 2014” –destacó-. Señaló además que fue un gran lector y permanentemente estaba actualizándose y leía distintos cosas y muchos tipos de libros, por lo que siempre estuvo informado. “Durante sus últimos años, acudía regularmente a su oficina, trabajaba, respondía su correspondencia y mantenía ocupadas sus horas del día porque le tenía terror a quedarse sin hacer nada”. En cuanto a la labor social que emprendió en vida Gustavo Vollmer Herrera, mencionó a la Fundación Vollmer que como institución familiar es la que se dedica a las donaciones y apoyo a organizaciones como Fe y Alegría, Dividendo Voluntario para la Comunidad, Universidad Católica Andrés Bello y Scouts de Venezuela, por solo mencionar algunas. “Recuerdo que en mi adolescencia durante los fines de semana lo acompañaba a las actividades de Fe y Alegría que realizaban por toda Venezuela y a las que él asistía con regularidad. Igualmente participó y dedicó mucho de su tiempo a los Scouts de Venezuela y a otras muchas organizaciones tanto del país como en el exterior, e igualmente estuvo involucrado con los inicios del Dividendo Voluntario para la Comunidad” -indicó-. Año 11, Nº 24 - MARZO 2015
“Hay una idea que siempre nos enseñó: uno pasa por este mundo y recibe lo que Papá Dios nos da, y si uno recibe bendiciones, debe devolverle al prójimo en la misma intensidad”. “Siempre trató de dejar este mundo mejor de lo que lo encontró y eso es, al final del día, la vía. Si todos hiciéramos eso tendríamos un mundo un poquito mejor…” -precisó-. Dijo que han sido varias las ocasiones que han podido reunirse casi todos a pesar que son 10 hermanos, 34 nietos y 29 bisnietos, sin embargo lo han hecho como una gran familia donde ahora sigue su mamá que es una persona muy especial… “Iban a cumplir 70 años de casados, siempre juntos viviendo en Venezuela, porque mi papá nunca se quiso ir, era un venezolano que afirmaba que esa parte no era negociable y tuvo siempre un gran amor por su país y muchos años de dedicación a éste”. Explicó el Dr. Vollmer Acedo que la educación siempre fue importante y por eso su lazo con instituciones que de alguna u otra forma se vincularon con el tema educativo y de formación, por lo que siempre él hizo la diferenciación entre éstas: la educación es lo intelectual como aprender a sumar y restar, mientras que la formación es la manera de comportarse, los valores. Siempre se le dio en casa mucha importancia al complemento de ambos.
“El primer Vollmer que llegó a Venezuela en 1827 debe haber sido un alemán muy valiente porque vino a estas tierras no precisamente en su mejor momento y probablemente eso marcó la forma de ver las cosas en la familia”.
Resaltó también que su papá continuamente creyó en Venezuela y en su gente, por ello fue una persona que aconsejaba con frecuencia, que hablaba mucho con sus hijos, nietos y destacaba la importancia de la responsabilidad, toda vez que era muy espiritual, católico practicante y además muy versátil con una formación religiosa que cultivaba, de hecho de joven fue monaguillo y estudió con los Jesuitas quienes los ayudaron mucho en su formación en Caracas. Luego fuera del país completó sus estudios y una vez que se graduó, regresó, se casó joven y todos sus hijos nacieron en Venezuela. “Los países pasan por momentos más y menos difíciles, pero la constancia, el trabajo y la visión a largo plazo son lo que impulsa el futuro”, puntualizó el Dr. Vollmer Acedo.
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Pensamientos sobre mi tío Gustavo
Por Sofía Maduro
Pudiéramos enfocar su larga y fructífera vida por todo lo que hizo, todo lo que sembró o el legado que dejó. Pero prefiero enfocarlo más por lo excepcional que era como persona. Era alguien profundamente comprometido con dejar en mejores condiciones todo lo que tocaba. Le interesaba todo. La gente le interesaba; porque las personas hacían algo, qué hacían, cómo lo hacían. Las grandes causas le interesaban no por ser causas, ni por ser grandes, sino porque cambiarían y le mejorarían la vida a los demás. Como verdadero cristiano comprometido con las enseñanzas de Cristo, ponía todo su ahínco en el prójimo. De su madre aprendió una profunda fe cristiana, respaldada con actos concretos y un muy claro sentido de lo correcto. “¡Eso no se hace! “ era un mantra. De su padre, un gran sentido de humor, una infatigable capacidad de trabajo y un rigor inusual, tal vez por los orígenes alemanes. Diría que en él se conjugaban con total coherencia características que en otros menos benevolentes podrían parecer contrarias: Era generoso pero austero. Era muy trabajador pero sabía gozar las cosas sencillas de la vida. Era exigente con él mismo y con los demás, pero sabía recompensar el esfuerzo con una palabra o un gesto. Tenía opiniones muy fuertes sobre ciertos temas pero sabía ser tolerante. (Pero no con los errores ortográficos). Toda ocasión era una oportunidad para aprender algo, y para enseñarle algo al que estaba a su lado.
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Momentos que perduran en la memoria de la nieta mayor
“Lo que vivimos con los abuelos” 4 generaciones y la bebé es Ana Gertrudis Guinand Vollmer
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na Guinand Vollmer, nieta mayor de Gustavo Vollmer Herrera, fue una de las que más compartió y disfrutó a su abuelo, tendiendo incluso la oportunidad de vivir en su casa cuando empezó a estudiar en la universidad, de allí el gran aprendizaje y recuerdos que dejó en su vida. Reviviendo agradables y compartidos momentos de su infancia, comentó que cuando estaba pequeña y vivían en la hacienda El Palmar, toda la familia tenía la costumbre de viajar desde Caracas y reunirse los fines de semana en la hacienda, pues la rutina era comer los sábados hervido de gallina con tostones y los domingo parilla. Allí estaban siempre los abuelos, los hijos casados y los nietos Año 11, Nº 24 - MARZO 2015
que para ese momento eran alrededor de 15. Esos almuerzos se hacían en la piscina y el domingo en la mañana después de ir a misa, el abuelo preguntaba quién iría con él a montar caballos y hacían unos paseos larguísimos por la hacienda y aunque algunos les gustaba más que otros, fue la base para que todos aprendieran amar la naturaleza, conocer los tipos de planta, de aves y querer a Venezuela, eso lo hicieron por muchos años todos los fines de semana hasta 1982 o 1983 aproximadamente. “Él fue páter familia siempre acompañado de mi abuela, casados por 69 años y quien hasta el día que murió, estuvo pendiente de lo él quería. Eso fue otro gran aprendizaje que
nos dejó: la relación de pareja y el valor de la familia, cómo se cuidaban, atendía, él la animaba cuando estuvo enferma y fueron entre ellos de mucho apoyo, lo cual percibimos siempre desde niños”. “Durante el año que estuve en casa de mis abuelos hubo mucho formalismo, sobretodo en la mesa, pero él siempre orgulloso del logro de los nietos, a quienes nos expresaba más afectos y emociones que a sus propios hijos. A todos nos consentía, pero fue como por época, dependiendo de la relación y edad, pues a quien le gustaba por ejemplo montar caballo con él, dormir siesta o irse de viaje, entonces pasaba a ser el consentido por un tiempo, pero todos tuvimos nuestro
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momento” –destacó Ana Gertrudis-. A medida que los hijos se fueron casando, los abuelos empezaron a invitar a sus nietos a irse de vacaciones, lo que se hizo una costumbre y prácticamente todos viajaron al exterior con ellos y quizá hasta en más de una oportunidad, siempre con el interés de que los nietos conocieran, aprendieran y vieran otras culturas. “En el momento que mi abuelo murió éramos 100, entre mis 2 abuelos, sus 10 hijos con los esposos, los 34 nietos con sus parejas y 29 bisnietos de los cuales la mayor tiene 17 años, es decir se juntaban 4 generaciones y eso era una carta de presentación para él, pues cuando se presentaba y decía que era Gustavo Vollmer inmediatamente hablaba de su familia, sus años de casado y sobre su descendencia y lo destacaba con gran orgullo y si algunos estábamos con él nos presentaba. Todos llevamos esa cuenta y ahora él ya no está con nosotros, en camino ya viene el número cien”.
diversas oportunidades estudiamos la geometría del terreno, pues él me involucró con el proyecto desde que yo estudiaba ingeniería”. “Cuando Fofoto (como le decíamos) cumplió 90 años le hicimos un listado de las noventa cosas que nos enseñó y allí anotamos todo lo que aprendimos de él, por lo que nos reunimos entre los 34 nietos para expresar lo que nos dejó. Cuando se lo dimos fue un momento muy emotivo para él porque dice muchas cosas de lo que era” –indicó-. Agregó que las últimas celebraciones grandes fueron ese cumpleaños y la navidad de 2013 porque las reuniones ya se habían limitado en cantidad de asistentes, sin embargo cuando joven le encantaban las fiestas y en ellas conversaba mucho y bailaba. “Le gustaba comer de todo y beber ron, pero con la edad se puso cuidadoso y siempre se inclinaba más por lo salado que por el dulce, pero lo que nunca le gustó fue el yogurt”.
una persona muy importante en la vida de todos nosotros y en la vida familiar llenaba mucho espacio y junto a mi abuela, eran los dos una referencia y le teníamos mucho respeto, aunque mi abuela Luisa es la parte suave”. Tuvo la dicha de no ver morir a ninguno de sus descendientes y eso en una familia tan grande es una bendición, lo que afirmó con tranquilidad en más de una oportunidad. Estando su casa de Montana el año pasado se cayó, regresó a Venezuela y por la falta de movimiento no se pudo recuperar y se complicó. Falleció el 2 de noviembre de 2014 cercano a cumplir 92 años de edad. “Era cariñoso y bravo a la vez porque era muy impaciente y de niños le teníamos miedo. No regañaba en particular a una persona sino que se molestaba por las situaciones, pero era cariñoso”.
“Siempre muy estricto con las normas, la educación y la vestimenta, mi abuelo fue
Ana comentó que ya durante los últimos años su abuelo se ponía impaciente con los niños pequeños, por lo que se fueron reduciendo la cantidad de asistentes a las reuniones en comparación con las celebraciones que antes hacían, las cuales se concentraban entre diciembre y enero porque coincidían con el cumpleaños de ambos abuelos, el aniversario de casados y las fiestas navideñas. “Si tuviera que decir las cosas que aprendí de mi abuelo destacaría: que debería existir un onceavo mandamiento que fuera No Molestar, para ser considerado y tener siempre presente al que tenemos al lado, como él tanto decía. El valor de la familia, ya que su relación con cada uno fue muy personal y tuvo la dicha de estar lúcido de la cabeza hasta su último día. El valor del trabajo, algo que siempre resaltaba sin importar lo que uno realizara, pero haciéndolos siempre con excelencia”. “Tuve la oportunidad de trabajar con él porque tenía una casa en Montana, Estados Unidos, donde había ganado y durante sus últimos años era el sitio que más le gustaba visitar, incluso en julio del año pasado estuvo allá; esa casita se la diseñé yo y juntos en
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Familia Vollmer Acedo, Navidad 1967 Publicación Institucional de La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas
Recuerdos de Gustavo Por su nieto Oscar Gil Vollmer
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o siempre recuerdo los paseos a caballo en el Palmar. Conversábamos de la naturaleza, el cultivo de la caña de azúcar, los sistemas de riego, la rotación de los tablones y en general del uso de los recursos que nos ofrece la naturaleza. Para él, eso siempre era importante: reconocer las oportunidades que teníamos frente a nosotros y trabajar ordenada e incansablemente para aprovecharlas. Siempre me enseñaba las innumerables ventajas y puertas que nos abre Venezuela. Y también la presencia de Dios en nuestro entorno. El valoraba el trabajo y a los trabajadores y por eso no toleraba la flojera. “Aquí se mata el aburrimiento”, rezaba una placa en su oficina. Para él -yo interpreto- todos tenemos la responsabilidad de contribuir, en la medida de nuestras habilidades, a un proyecto de prosperidad y progreso como venezolanos, como miembros de nuestras comunidades y familias y como individuos. Era real patriota, depositario de la nacionalidad que con tanto orgullo llevaba. Podría escribir páginas, como todos los demás, pero me quedo con estos pensamientos de sábado por la mañana…
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90 enseñanzas que nos ha regalado Fofoto a los 34 nietos en sus 90 años
Por Daniela Vollmer (con ayuda de los primos)
1. La importancia de mantener y ser consecuente con los amigos, profesores,
colegas y personas a lo largo de la vida.
2. La generosidad es un valor que se cultiva. 3. La importancia de hacer listas y que las cartas nunca serán obsoletas. 4. Hay que ser agradecidos con Papá Dios por la familia. 5. Saber apreciar un buen sancocho de gallina. 6. Cuando se está yendo de regreso al establo, rienda corta porque el animal
sabe que va de regreso.
7. Si Fofoto te dice que puedes, entonces no dudes que podrás. 8. Dios nos exige en la misma medida en que nos da. 9. Para saber a dónde ir es importante saber de dónde vienes. 10. Nunca se puede tener suficientes búhos en la oficina. 11. La importancia de las tradiciones. 12. Que nunca está de más tener un pensamiento en el que reflexionar cada
día del año.
13. El catarro se cura con ron puro. 14. El valor de la información, el trabajo y la puntualidad. 15. Los 4wheelers no pueden sustituir a los caballos... además de dejar huellas,
causan incendios, no llegan a todas partes y no te dan suficiente rango de visión.
16. A llamar por su nombre a cada flor y cada árbol en los recorridos por
la hacienda. Por ejemplo: Tártago y Ñongué.
17. A corregir los errores ortográficos en cualquier libro, con cariño especial al
bolígrafo rojo.
18. Los platos se lavan en orden de suciedad y grasa. 19. A observar la naturaleza y su fidelidad. 20. A poner orden con voz firme cuando uno está mariceleando. 21. Que son pocos los abuelos que saben brindar en sueco y que el Rey Gustavo
de Suecia es una buena ficha.
22. El traje de baño se pone por arriba del ombligo. 23. Que tu mano izquierda no se entere lo que hizo la derecha. 24. No perder la fe en Dios, la Iglesia ni en las personas. Pero tampoco ser pendejo. 25. Hay que ser tan paciente como proactivo (No te preocupes, ocúpate). 26. Comer sobrados con gusto y cuando ya no dan gusto, hacer una sopa
y creer que está bien sabrosa.
27. No importa la inteligencia que tengas, si no sabes usarla para obrar bien.
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Caricatura de la Galería de Presidentes de La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas
Publicación Institucional de La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas
28. A vestir de verde el día de San Patricio. 29. Puede haber 25 grados bajo cero de temperatura, pero no vas a pasar frío
si te cubres las orejas.
30. Siempre hay que leer. 31. Tomar más aguakina y menos agua. 32. No abrir regalos en público. 33. La ventaja de pesar 80 kilos para imponerle autoridad al caballo. 34. Hay que cultivar la memoria. 35. No decir nunca que quieres estudiar medicina porque inevitablemente terminarás en el laboratorio
del Palmar viejo.
36. Hay igual número de cumpleaños de Fofoto como maneras de echar a perder un ron. Moraleja:
aguakina, agua, agua de coco o en las rocas. Y el limón no es aceptable.
37. Con la historia de Pompeyo Márquez, que hasta con la persona más improbable se puede obtener una
amistad interesante.
38. Si le pellizcas la nalga a un hombre te van a meter un trancazo. Y bien buscado. 39. Macho que se respeta no se viste de rosado… Ni le “encanta” nada, pero sí llora. 40. Encima de mi caballo, yo, y encima de mí, mi sombrero. 41. Uno sale de su casa al establo después de haber ido al baño, comido y bañado. No se toma agua ni se va
al baño hasta que uno no llegue al establo de regreso.
42. El matrimonio se disuelve con la muerte. El sacerdocio es para la eternidad. 43. Si tienes 15 años, estas montando a caballo y quieres correr, procura hacerlo donde la tierra sea blanda
porque te vas a caer.
44. No se dicen groserías enfrente de las niñas, lo que da el derecho a exigir que las niñas no digan
groserías enfrente de uno.
45. Los celos con hombres ajenos a la familia son justificados. 46. Las casualidades no son más que pequeños mosaicos dentro de un mosaico más grande que no
podemos comprender: el Plan Divino.
47. Uno no cambia de vasos en las fiestas ¿has visto como los lavan? 48. Nunca se le jala el dedo a un viejo con ojos vidriosos. 49. El cura no casa a los novios. Los esposos se casan entre ellos y se administran el Sacramento. 50. A ser discreto, generoso, puntual y perseverante. 51. It’s not only what you know, but who you know. 52. El azúcar refinada es 99,99% sacarosa. 53. That a ropa is not a rope and sopa is not a soap. 54. Que hay dos tontos: el que presta los libros y el que los devuelve. 55. Amor por Venezuela que tanto nos ha dado. 56. Hay que abrir todos los escaparates. 57. El matrimonio es una mesa de 3 patas: el hombre, la mujer y Papá Dios. 58. Que no hay mejores pantalones que los Abercrombie and Fitch.
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59. Aunque a Mamina no le importe, todas las chucherías son basura. 60. La champaña con hielo en vaso largo y la cerveza en lata para que no caliente tan rápido. 61. No hay que tenerle miedo a los barrancos montando a caballo, porque el caballo tiene dos patas más que tú. 62. Hay tres tipos de maleza respecto a la caña de azúcar: hoja ancha, corosillo y la otra no me acuerdo. 63. El tequeño es el único pasapalo libre de cucarachas. 64. A hacer ponche crema casero. 65. En subida a caballo, estribos hacia adelante, y en bajada, hacia atrás. 66. Hard work pays off. 67. A echar baygon todos los días. 68. Cómo paren las vacas en invierno y cómo conocen los lugares más resguardados para evitar que los becerros
recién nacidos no se congelen.
69. ¿Verdad que son bonitas las espigas? Bueno, se están comiendo nuestro azúcar. 70. A acusar recibo y responder la correspondencia. 71. Manage by example (Gerenciar mediante ejemplo). 72. No se bebe después de comer. 73. A valorar muchísimo los aniversarios de casados... Mamina y él siendo el mejor ejemplo de ello. 74. A ser cortés, especialmente con aquellos que nos sirven y darles el saludo que se merecen. 75. Que el matrimonio civil es un contrato: si te arrepientes antes del día de la Iglesia, no ha pasado nada, ese es
sólo un papel que se rompe y listo, la Iglesia es otro cantar.
76. No se le puede tomar fotos a los niños recién nacidos porque el flash los perturba de sobremanera
(o será a Fofoto a quien le perturba).
77. Dios se vale de todo en esta vida para ponernos en los lugares en donde tenemos que estar. 78. Nada mejor que un roncito para calentarse después de un baño de mar bien frío en Bermuda. 79. El 11 mandamiento: no molestar (la visita es como el pescado, al tercer día, apesta). 80. A comer cebolla cruda con sal, cual manzana, y camarón con todo y concha. 81. El Cognac y el whisky son veneno. Toma ron. 82. Que hay dignos oponentes de tiro, empezando por Mamina. 83. El ron se sirve antes del hielo... si no, no sabes lo que te estás tomando. 84. Uno no puede tener todo lo que quiere. No te compres todo lo
que quieres, incluso si puedes.
85. El caballo se monta por el lado izquierdo, los caballos sacan la panza
cuando los ensillan y nunca se le pasa por atrás a un caballo.
86. Para saber cuántas cabezas de ganado hay, se cuentan las patas
y se dividen entre cuatro.
87. Agarrar el sombrero del piso sin bajarse del caballo y
¡nunca se agarra el pico de la silla! . Para eso está la crin.
88. Uno no tiene hambre... Tiene apetito. 89. Los poderes curativos de la pepa de guásimo. 90. Hay que dar gracias a Dios por lo que nos da y sobre
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todo por lo que no nos da.
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Ramón Sosa: la experiencia de compartir proyectos y pensamientos
La acción social de los visionarios de hace 50 años “E
l Doctor Gustavo Vollmer Herrera era un individuo ejemplar y referencia para todos los que vivimos en este país; una persona con una sencillez absoluta, sensible, con los pies en la tierra y muy orientado hacia los principios, valores y cosas importantes de la vida”, son las palabras con las que Ramón Sosa Mirabal, presidente saliente del Dividendo Voluntario para la Comunidad (DVC), describe a este gran hombre que dejó una perdurable y noble huella en diversos aspectos de la vida de Venezuela. Habiendo tenido un estrecho contacto con el Dr. Vollmer, Sosa a propósito de los 50 años del DVC en mayo pasado, se planteó recontar cómo fue creada la institución, por lo que buscó con insistencia un encuentro con uno de sus fundadores para poder dejar como parte del legado, una historia sobre los inicios de una maravillosa obra visionaria que aún se mantiene y que fue la primera en su tipo a nivel mundial. Año 11, Nº 24 - MARZO 2015
“En la época en que se creó el DVC la generación que estaba atendiendo los asuntos del país en el desarrollo de la democracia después de los años 60, fueron personas que tuvieron que tomar una serie de decisiones para poder disfrutar nosotros años más tardes el país que teníamos y una de ellas fue reflexionar sobre el rol de la empresa privada en la vida social. Allí entró la figura de Eugenio Mendoza como el líder que promovió que los empresarios y personas que estaban en las industrias entendieran que el tema del desarrollo del país no era sólo económico y que el rol social no era únicamente del gobierno, sino que las empresas tenían un papel fundamental que cumplir”. Fue entonces cuando impulsaron una serie de reflexiones para promover la creación de un gran fondo que fuera destinado a atender los temas de la sociedad y dentro de ese proyecto el Sr. Vollmer fue uno de los principales participantes.
Hubo una reunión muy importante que convocó el Padre Vela en Maracay (1963) sobre Responsabilidad Empresarial en el Progreso Social de Venezuela, a la que invitaron a todos los empresarios para hablar por primera vez sobre un nuevo tema como era la responsabilidad social. La asistencia fue masiva y acudieron representantes de todas las industrias incluyendo las petroleras y al terminar el encuentro de casi una semana de duración, se creó un fondo para invertirlo en nombre de la empresa privada. Ya el a ño previo se había celebrado en Mérida la Asamblea de Fedecámaras y se había propuesto el mismo fin, el cual contó con el respaldo de la concurrencia, de manera que Eugenio Mendoza le pidió a Gustavo Vollmer constituir la propuesta definitiva para crear dicho fondo porque había la Asamblea de Fedecámaras en Barcelona y deseaban llevar la propuesta. Fue entonces cuando quedó finalmente constituido en 1964 el Dividendo Voluntario para la Comunidad, ya hoy con 50 años de operaciones.
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Ramón Sosa logró realizar y producir una entrevista exclusiva al Dr. Vollmer que presentó durante el evento de los 50 años del DVC, la cual compartió con la Cámara de Caracas para esta edición especial dedicada En Memoria a este ilustre venezolano, la cual reproducimos a continuación: “El papel en el que hubo el primero compromiso salió como conclusión de un seminario que hubo de una semana en Maracay y que fue convocado por el Padre José María Vela que fue fundador junto con un grupo de nosotros de Fe y Alegría. La paternidad legitima del DVC es de Eugenio Mendoza y él y su gente fueron los que procedieron a la constitución y después escribieron los estatutos que terminaron en la promoción del DVC, que era un grupo de empresas cuyos dirigentes se comprometían a que un cierto porcentaje de las utilidades de los negocios que ellos dirigían fueran a un fondo dedicado principalmente a promover la educación. Los fundadores le vendían la idea a los potenciales aportadores de capital y de gente, porque algunas de esas instituciones dieron su apoyo con gente a tiempo completo.
Destacó el actual asesor a la presidencia del DVC que en la década de los sesenta las compañías se dedicaron a realizar aportes y habían registrados más de 1.300 empresarios, mucho más que ahora, cuyos aportes iban también a Fe y Alegría y demás actividades de emprendimiento social. En los años 70, 80 y 90 los esfuerzos se centraron en la creación de más de 300 escuelas rurales en todo el país, obras que se canalizaban a través del DVC hasta dejarlas operativas y cuyas llaves se le entregaban a las propias comunidades para su administración y funcionamiento. Así mismo desarrollaron durante la década de los noventa programas de escuelas para la excelencia y se organizaban talleres para directores y docentes con la finalidad de mejorar el desempeño y niveles de excelencia de los estudiantes. Ya hacia el año 2000 los trabajos del DVC se orientaron a intervenir las comunidades que crecían anárquicamente y les fueron acomodando los servicios, caminerías hasta construirle un urbanismo (caso de la comunidad de la Morán en el municipio Libertador de Caracas) para lograr la inclusión de sus habitantes a la ciudadanía plena.
Indicó que el DVC actualmente está enfocado al tema de primera infancia y promueven el apoyo por nómina de los trabajadores de las empresas y acciones de voluntariado. Referente al voluntariado, Gustavo Vollmer Herrera siempre estuvo preocupado porque este tema fuera reconocido, por ello se comparte nuevamente un extracto de la entrevista que le realizaran en febrero de 2014 a propósito de los 50 años del DVC, en la que estaba muy consciente del aporte individual de dar: “El voluntariado es una cosa indispensable y la generosidad y el tiempo que da el voluntariado, métele pluma para que veas al precio que tú quieras a su hora hombre, no hay con qué pagarlo. Hoy en día de vez en cuando en los informes anuales se menciona al voluntariado, pero en ninguna parte se les da las gracias, y ninguna cosa funciona sin el voluntariado. Denle las gracias, qué tanto cuesta decirle gracias, a la gente le cuesta mucho decir por favor y gracias. Hay una clara diferencia entre el interés político y el interés cívico, yo creo que en
La empresa como tal no tiene nada y está manejada por gente, o sea que funciona bien en la medida que la gente y la gerencia tengan interés en estas distintas cosas del país y en mi caso particular me interesa el desarrollo de la gente, porque yo creo que en la medida que se desarrolla la gente, se desarrollan las cosas en las cuales tienen interés la gente y las empresas. Si los directivos no están motivados a título personal, difícilmente la empresa va a tener interés, porque creo que los valores de la empresa son los valores y la sumatoria de los valores de la gerencia, que debe tener en cuenta los intereses de toda esa gente que a su vez tiene interés en la empresa.” Transmitir el video de la entrevista fue algo muy significativo y sobretodo poder compartir su pensamiento ante una audiencia de más de 850 personas fue una gran emoción que luego se completó con la presencia del Dr. Gustavo Vollmer Herrera, lo cual generó grandes aplausos y una gran conmoción entre todos los presentes y en especial en el propio Vollmer, afirmó Sosa.
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este caso estamos hablando de interés cívico y creo que en cualquier cosa que se haga para educar a la gente va en beneficio del entendimiento entre las personas y eso es lo que tal vez pueda traer unión en el futuro.”
Sosa enfatizó que Gustavo Vollmer era una persona de principios, convicciones y valores muy fuertes y todas sus cosas las llevaba de manera correcta, recta y en ningún momento dudó de lo que creía y tenía que hacer.
Con estas palabras y la ovación de la audiencia finalizó el video para luego anunciar los 3 reconocimientos “Gustavo Vollmer Herrera” que a partir de 2014 otorgará anualmente el DVC a las instituciones que destaquen por su labor de voluntariado, resultando seleccionadas Procter & Gamble en la categoría “Voluntariado Corporativo” por su continuo compromiso en promover la cultura de voluntariado entre sus trabajadores para apoyar a la comunidad; Empresas Polar en la categoría “Voluntariado Ejecutivo” por su continuo compromiso en promover la participación voluntaria de sus ejecutivos en las juntas directivas de las organizaciones de desarrollo social; y a la Asociación de Scouts de Venezuela en la categoría “Voluntariado en la Comunidad” por su continuo compromiso en promover la cultura de voluntariado y de servicio en la juventud venezolana de manera desinteresada, la cual busca crear principios y valores en los jóvenes y que fue sugerida por el mismo Dr. Vollmer.
“Poder revivir las memorias de la fundación con el Sr. Vollmer le brindó a la institución un acervo de su cultura e historia que consolidó la organización a otro nivel y permitió entender que el liderazgo de quienes asumieron ese papel en ese momento sin que nadie se los pidiera, nos haga revisar nuevamente los principios de trabajar de esa manera. La experiencia con Vollmer y las lecciones con sus testimoniales ha generado una energía extraordinaria para construir un DVC por 50 años más basado en los valores para contribuir con el país, por lo que nos hemos propuesto que la organización debe tener un crecimiento y no esperar, manteniendo realmente el rol y la misión que debemos cumplir y la trascendencia que debe tener, porque la institución es sólo un medio para alcanzar un objetivo de la labor social –agregó.
Ya por último durante el acto aniversario de la institución en el que se apersonó el Dr. Vollmer expresó “quiero darles las gracias por ese reconocimiento de ustedes inmerecido, porque lo único que pienso en ese sentido es que varias generaciones atrás llegaron mis antecesores con una mano adelante y una atrás de Europa y en esos años Venezuela y el señor han sido muy generosos y solamente tenemos que agradecer todo lo que hemos recibido, tratar de compartirlo y darle oportunidad a otras personas que vienen por detrás que tiene habilidades y ojalá tenga oportunidades de triunfar. Muchas gracias otra vez”.
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Dijo que la mayor lección que le deja la experiencia con el Sr. Vollmer es poder revitalizar el sentido del DVC para sacar todo el liderazgo que tiene y ubicarlo donde tiene que estar, pues cuando lo crearon no sabían adónde iba a llegar. Todo eso le ha hecho reflexionar sobre el aporte de quienes allí trabajan y eso significa tiempo y determinación para seguir hacia adelante y ver una entidad diferente con mucho empuje y nuevos proyectos. Puntualizó que el Dividiendo para la Comunidad fue el primer organismo mundial creado para la acción social en el planeta, es el único vivo desde esa época y desde su fundación se escribieron premisas y pensamientos que aún mantienen su vigencia.
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Una mirada a su vida Fotos archivo Fundación Vollmer y Cámara de Caracas
Izquierda Alberto su hermano menor, centro su mamá Doña Naná y derecha Gustavo Vollmer (1931)
El joven Gustavo con un pedazo de caña de azúcar. Tenía dos años en la foto (1925)
Gustavo Vollmer con su hijo Allfredo y su sobrina Cristina, echando la primera caña de la zafra al molino. Central El Palmar (1965)
Gustavo Vollmer y su esposa Luisa con sus 4 hijos mayores Gustavo J. Vollmer Herrera 19
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