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Figura 28. Proyección presupuestal 2018 – 2027

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Eje transversal: Gobierno Legítimo, Fortalecimiento Local y Eficiencia Programa: Transparencia, Gestión Pública y Servicio a la Ciudadanía Proyecto: Fortalecimiento Institucional del IDT. Proyectos Estratégicos: Bogotá recupera sus atractivos para un mejor turismo Fortalecimiento de los productos turísticos y de la cadena de valor del Turismo de Bogotá.

c. Proyecciones presupuestales

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Se hicieron a precios corrientes con base en los siguientes supuestos:

Incremento Histórico Últimos 10 Años Total Presupuesto: Incremento Histórico Funcionamiento. Promedio Incremento Histórico Inversión. Promedio 4% 13% -1%

La proyección efectuada hasta 2027, se presenta en la figura 28 y muestra que a la tasa de crecimiento histórico, el presupuesto del IDT pasaría de algo menos de $19 mil millones en 2018 a algo menos de 27 mil millones en 2027, cifra esta que, indudablemente, no correspondería a un fortalecimiento de la capacidad operativa del Instituto. Es necesario, en consecuencia, explorar otras alternativas para obtener recursos complementarios.

Figura 28. Proyección presupuestal 2018 – 2027

30.000

25.000

Millones de $

20.000

15.000

10.000

5.000

AÑO

2018 18.76 2019 19.51 2020 20.29 2021 21.10 2022 21.95 2023 22.83 2024 23.74

Presupuesto

Fuente: Datos presupuestales. Secretaría de Distrital de Hacienda – Bogotá.

2025 24.69 2026 25.68 2027 26.71

d. A manera de conclusión.

• El presupuesto de la entidad es bajo para ejercer de manera sistemática el liderazgo que se le solicita.

• La imprecisión en la clasificación de los gastos de funcionamiento financiados con el presupuesto de inversión y los que van a inversión dificulta la estimación de los requerimientos financieros de la entidad.

• La inestabilidad en el monto anual de los presupuestos del IDT indica que el turismo no ha sido una prioridad dentro de las políticas distritales.

3.1.5.El árbol de problemas de la actividad turística en Bogotá

Para la construcción de este árbol se tomaron en cuenta tres fuentes principales ya mencionadas:

• Un conjunto de estadísticas y estudios que ponen de manifiesto las condiciones y transformaciones que han venido observándose en la actividad turística mundial durante las últimas décadas.

• La información secundaria recogida en bases de datos y documentos disponibles en el Observatorio de Turismo del IDT, en algunos gremios relacionados con el sector y en diversos análisis de la evolución y desempeño de la actividad turística en Bogotá y en Colombia.

• La información primaria obtenida por el proyecto, mediante talleres y sondeos por localidad o por grupos de localidades; talleres y reuniones con gremios y personas vinculadas a la actividad turística, sondeos exploratorios a huéspedes en hoteles y hostales de la ciudad así como foros en universidades y entrevistas a expertos nacionales e internacionales ampliamente conocedores del sector.

Con base en la información recopilada de estas fuentes se realizaron siete ejercicios:

• Una relación de los problemas de la actividad turística en Bogotá según lo manifestado por algunos de sus principales actores.

• Una agrupación de tales problemas por categorías, teniendo en cuenta su naturaleza y la frecuencia de su aparición en las percepciones de los grupos en cuestión.

• Una identificación de las causas de tales problemas.

• Un análisis de las principales consecuencias derivadas de cada uno de los problemas encontrados.

• Una distribución de frecuencias de los problemas, causas y consecuencias según los talleres y sondeos efectuados, ponderada cualitativamente con la opinión de los expertos y los documentos consultados.

• Una consolidación de los problemas en grandes categorías a fin de articularlos con sus causas.

• Un análisis complementario, DOFA (debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas, en los anexos del documento básico del Plan).

Téngase en cuenta que el proceso no es lineal y que lo que en un momento dado aparece como causa de un problema, puede aparecer en otro como consecuencia.

Como resultado de los ejercicios anteriores, fue posible plantear tres grandes categorías de problemas que afectan el desarrollo del turismo en Bogotá, las cuales pueden enunciarse así:

• Actividad turística descontextualizada de la realidad contemporánea, en los ámbitos tanto global como local.

• Débil identidad, reflejada en productos y servicios rutinarios y, con frecuencia, bajos estándares de calidad.

• Turismo no prioritario y, por ende, desarticulado de la estrategia de desarrollo socioeconómico de Bogotá.

Conforme a lo mencionado anteriormente, detrás de cada una de estas categorías existe un conjunto de problemas y unas causas que los generan;

adicionalmente, de los problemas se derivan unas consecuencias que deben ser corregidas a lo largo de la ejecución del plan; unos y otras se presentan esquemáticamente en la Figura 29.

Ahora bien, desde una perspectiva estratégica es pertinente condensar aún más estos enunciados con el fin de focalizar la atención en la problemática central a la que deberá hacer frente el plan. En el caso del turismo en Bogotá, puede considerarse que el siguiente enunciado resume los elementos básicos de su problemática:

Desfase frente a la realidad contemporánea, que junto con una débil identidad, se reflejan en baja prioridad y escaso reconocimiento institucional y social, desarticulación e insuficiente calidad e innovación en los procesos, productos y servicios turísticos.

Este enunciado coincide con lo expuesto por personas ampliamente conocedoras del sector que hacen un llamado a “…encontrar los elementos que hacen diferente a Bogotá y que le dan un valor agregado”, que le confieran identidad. Al respecto se mencionaron aspectos que seguramente serían de interés para numerosos turistas: las esmeraldas, la música –de la que Bogotá ha sido capital mundial-, los lugares de esparcimiento nocturno y los espacios abiertos, entre otros. No obstante, estos elementos no se aprovechan, seguramente porque los mismos bogotanos no los aprecian en su valor real, y por ello la ciudad no solo carece de una personalidad que le imprima un sello distintivo, sino que de una promoción contundente que comprometa la voluntad de los turistas potenciales (George Yúdice experto estadounidense entrevistado por El Espectador, agosto 30 de 2014).

A Bogotá le faltan el arte y el entretenimiento en los espacios públicos, algunos valiosos como el Parque Simón Bolívar, el Parque Nacional y el Jardín Botánico, pero que ni en el imaginario ciudadano ni por lo general en las políticas públicas han sido pensados como atractivos turísticos. Falta en la estrategia de promoción la imagen de una Bogotá alternativa, de una ciudad contemporánea en donde el turismo establece un diálogo con las culturas diversas y dinámicas que florecen en la ciudad y en donde, simultáneamente, se hacen por una parte más visibles los museos hasta convertirse en referentes de ciudad para una proporción importante de

viajeros y, por otra, se generan tanto nuevos atractivos que movilicen a los millennials, como una gran oferta organizada de productos locales y una mayor diversificación de las actividades complementarias al turismo tradicional y al turismo de eventos: rutas gastronómicas, musicales, literarias y tecnológicas, por ejemplo, que inclusive más que invitar al turista a participar como observador, puedan proponerle sumergirse en ellas. Más aún, en Bogotá, varias de las zonas de mayor interés desde el punto de vista histórico, urbanístico y arquitectónico, como de potencial en términos de prácticas culturales creativas, permanecen desiertas desde temprano en la noche, carentes de actividades atractivas y envueltas en una sensación de inseguridad.

Con respecto a esto último, las tendencias muestran avances positivos en aspectos claves de la seguridad; pero estos avances no han sido lineales y se observan retrocesos o estallidos ocasionales que tienden a ahuyentar a los turistas potenciales y mantienen la percepción de inseguridad que sigue proyectando a la capital como un ámbito marcado por la violencia. Ahora bien, aunque esta percepción tiene asidero en la realidad, el hecho es que la inseguridad es menos crítica que en la mayoría de las grandes ciudades latinoamericanas y que si permanece como característica de la capital en el imaginario de muchos turistas eventuales, ello se debe en gran parte a las expresiones y actitudes de los mismos bogotanos.

Desde un ángulo muy diferente, en materia de multilingüismo, según estudio de la Cámara de Comercio y Unicafam sobre el clúster de turismo de negocios y eventos (2015, p. 26-27), Bogotá está por debajo de centros como Ciudad de México, Sao Paulo y Lima, que ofrecen como atractivos en el primer caso la narrativa de su historia, la fuerza de sus expresiones culturales y de la monumentalidad de algunos de sus edificios patrimoniales; en el segundo, su carácter de primer centro financiero de América Latina y en el tercero, su gastronomía y su conexión con Machu Picchu, primer hito arqueológico de Suramérica.

Los niveles de contaminación atmosférica de Bogotá son considerables, pero su situación geográfica, relativamente ventajosa, ha impedido que se llegue a situaciones insostenibles. No obstante, en ausencia de medidas

oportunas y profundas, la contaminación atmosférica tenderá a seguir aumentando y a convertirse en un lastre para el desarrollo turístico de la capital. Por otra parte, aunque la contaminación del río Bogotá sí tiende a ser intolerable y frena algunas posibilidades de aprovechamiento paisajístico, por ejemplo14, no golpea directamente los elementos que hoy son los más atractivos de la capital; múltiples intentos de superar la polución del río han fracasado hasta el momento, pero haber estado en la agenda y en las acciones de las administraciones distritales permite mantener un cierto optimismo.

Finalmente, pese a la amabilidad de la mayor parte de los bogotanos, reconocida no solo por ellos mismos sino por los testimonios de los turistas, gran parte de los servicios que reciben no son satisfactorios, muchas veces por falta no solo de una capacitación turística formal –como se requiere para el multilingüismo, condición esta cada vez más demandada por los viajeros-, sino de una cultura turística que permita a los anfitriones, en este caso los residentes en Bogotá, conocer las expectativas de los turistas y la manera de responder a ellas. Por lo demás, si bien los establecimientos de gama media y alta directamente orientados hacia el turismo ofrecen estándares de calidad aceptables, en general carecen también de personalidad, o sea de una impronta que le permita al turista decir “Estoy en Bogotá”. En realidad, en su inmensa mayoría ofrecen servicios indiferenciados frente a lo que se ofrece en otras ciudades y países. Paradójicamente, este esfuerzo de diferenciación ha venido siendo enfrentado por algunos establecimientos más sencillos como los hostales, pero con niveles de calidad obviamente distintos y no siempre satisfactorios.

14. Incluyendo el hito que durante muchas décadas constituyó el Salto de Tequendama..

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