La visión del mundo desde adentro del ser, la línea de fuga representada en el abandono de lo real y la construcción de un mundo independiente de los sentidos, dando la espalda a la visión. La definición de lo real a través de la experiencia sensorial, el abandono de las manos y los ojos como sentidos para llegar a lo real y verificable. Los estados de conciencia contemplativa, la habilidad de proyectarse y ser luz entre la oscuridad. Las piernas cruzadas como un lazo que sienta al loco en un plano físico, pero las manos al cielo en señal de reconocimiento de la grandeza del exterior. La meditación como vía de escape al mundo de las ideas.
Las figuras primarias en la conformación de la identidad, el padre y la madre vistos como una sola unidad creadora, como primeros representantes de dios en la tierra antes que el sujeto sea atravesado por el lenguaje y la cultura. La idolatría hacia las figuras paternas, en el padre resaltando la cabeza como elemento que gobierna la razón, pero también como referencia a la definición de la identidad. En la madre resaltando los senos y el vinculo primario establecido desde que nacemos a succionar, extraer del mundo lo que nos nutre. El vientre materno, iluminado, como referencia a nuestro paso por el útero, “alumbrar” como dar luz al mundo.
El amor idealizado desde las figuras de anima y animus, el encuentro con nuestro fantasma que transforma nuestra visión de fugacidad de la vida y nos hace pensar en vínculos mas allá de la muerte. La sombra como la parte que ignoramos al cegarnos ante el amor, esta sombra formando una especie de corazón proyectado en el suelo, conformando la unidad desde los defectos de “dos personas en una misma sombra”. Las calaveras como la proyección del amor en el futuro, en donde la barrera de “hasta que la muerte los separe” queda en duda, pues se crean vínculos que van mas allá del plano físico y trascienden las limitaciones del ser en la realidad.
La Torre como símbolo del caos ordenado, como lo estructurado, con bases, con soportes sobre la realidad. Todo aquello que hace parte de la razón y la lógica, lo que se construye con un propósito. La estructura externa pretende limitar el espacio y dar una dirección a lo interno, representando el orden artificial de las cosas. En el centro de la estructura, una especie de raíz que asciende representando el orden natural, lo caótico pero intencionado por la misma naturaleza. El fondo mostrando la música como una expresión que permite organizar las ideas caóticas, darle una partitura y orden a los pensamientos.
La justicia desde el símbolo de la balanza, pero una balanza que mide las cosas desde la experiencia sensorial, pero a su vez atravesada por la razón. Mostrando que la justicia no existe, sino que existen juicios que emitimos según nuestra experiencia sensorial, quedando condicionados al valor subjetivo de la verdad que cada persona posee. Como metáfora visual, tratando de mostrar que aunque físicamente un rollo de película pesa mas que una tarjeta SD, desde la razón estos juicios sensoriales se anulan pues la información que almacena una SD “pesa mas” que la que almacena un rollo de película. En resumen, es el juicio de las apariencias sin ver en contenido de las cosas.
El carro nuestro vehículo para transitar por la autopista de la información, como forma de expresar la perdida del cuerpo y el espacio que se plantea con la posmodernidad. Este carro es reemplazo de nuestras piernas, La fuerza como el motor que mueve el carro, este motor esta conectado desde nuestros pensamientos que generan el empuje, y nuestras manos que son las que canalizan este empuje hacia lo creativo. La relación simbiótica entre el hombre y la maquina, en una relación donde sacrificamos nuestro plano físico para poder desplazarnos a la velocidad acelerada del mundo de las ideas.
La muerte representada como la aniquilaci贸n del YO para trascender, la muerte como una purificaci贸n desde el fuego. Un esqueleto haciendo referencia al hombre despojado de la carne, que abandona su disfraz dejando atr谩s la apariencia y la mascara. El anzuelo como el gancho que atrae nuestra parte humana, la trampa del ego sobre lo que creemos en verdad ser. La cabeza, la parte humana, no es cabeza sino piel, es la mascara que la muerte purifica en el fuego. Todas estas relaciones con las experiencias cercanas a la muerte, que transforman nuestros paradigmas.
El colgado no desde la visión tradicional de ver el mundo desde otro Angulo, boca abajo, sino el poder contemplarlo desde arriba. El sujeto como parte del sistema, el cual lo asfixia pero no lo mata. La posición del colgado que puede ver el sistema desde arriba y entender su funcionamiento, pero que no puede intervenirlo por estar colgado, por ser dependiendo del mismo. La tecnología como nuestra horca moderna, entendida como algo que nos amarra la cabeza con un nudo. La necesidad de estar “conectados” con la tecnología, sin importar que esta conexión sea un nudo ciego que aprieta mas si nos alejamos mas.
La luz representando la sabiduría personal, y la necesidad de habitar en la oscuridad para poder entender dicha luz. El ermitaño sentado sobre un libro, identificando la lectura como su soporte para abandonar la realidad. El encierro en si mismo por la vía del autoconocimiento, de los aprendizajes significativos dados de manera autodidacta, el aislamiento social como sacrificio para encontrar la identidad personal. La barba como seña de la despreocupación por la apariencia y las huellas que deja el tiempo. Sin embargo, un gesto de sonrisa mostrando afinidad con la soledad.
La rueda de la fortuna representada por el dinero, por el sĂmbolo equivoco que toma un circulo que supone algo perfecto, a un sĂmbolo de materialismo donde los ideales de vida giran en torno a las posesiones materiales. Cargar el peso de llevar una vida material, de depender de dichas ruedas para tener fortuna o por lo menos, condiciones de vida aceptables desde los cĂłdigos sociales. La desnudez del personaje como muestra de desapego hacia lo material, mostrando este desplazamiento de los pesos como un trabajo forzado, como un mal necesario que se lleva a cuestas. 50 Pesos, como lo mĂnimo que se pueda tener, para cuestionar el peso del dinero cuando se posee poco.
El Sol representado por el perro, Los seres que durante el día interactúan con nosotros en el mundo real. La luna representada por un dragón, como muestra de la dimensión onírica, en donde las formas conocidas se transforman en nuestro inconsciente y forman sombras y monstruos desde lo mas oscuro de nuestros pensamientos. El dragón como el pensamiento reptil, de los instintos y deseos del inconsciente. La estrella representada por la lengua, por el lenguaje que transita entre el plano consciente e inconsciente, entre la vigilia y el sueño. Existiendo una parte que nos conecta, una parte que conocemos y otra que esta por fuera de nuestra comprensión.
El diablo representado con una figura de contextura humana pero con cabeza de dragรณn, relacionando el pensamiento reptil e instintivo. El espejo como el ego, la figura que representa nuestras vanidades y falsas percepciones del si-mismo. El espejo como la carnada que tiene el diablo para recordarnos nuestras vanidades y nuestra condiciรณn humana. La templanza como una relaciรณn de equilibrio, en donde permitimos que nuestra vida fluya como un rio, siempre cambiante, por encima de nuestros instintos y vanidades. Las manos como las reguladoras de este flujo, pues son nuestro puente hacia la acciรณn pensada y la creaciรณn.
El Emperador representado por el cerebro, por el mundo de las ideas que gobierna nuestra realidad al estar atravesados por el lenguaje y la cultura. La emperatriz, como el corazón, otra figura que gobierna el imperio del ser y regula las pulsiones El cordón que une ambos elementos como representación del bastón de mando con el que se impera sobre la realidad, como una dependencia de ambas entidades, como un todo inseparable que nos gobierna. Las luces que se unen, mostrando la lucha de ambos sentidos para iluminar la visión, pero la sombra del corazón predominando, mostrando la oscuridad que proyectan nuestras pasiones y emociones.
El mago como un ser con pensamiento conectado con la imaginación, que se ve a sí mismo como un niño y explota al máximo la curiosidad y la necesidad de saber como funcionan las cosas para manipularlas a su antojo. Los medios de comunicación como herramienta de los magos actuales para generar ilusiones y proyectar en la realidad la magia de lo desconocido. La referencia con las dualidades, teniendo en el mago una parte creativa y una parte creada, que es la obra que lo representa. Las raíces o cables conectándose, mostrando los hilos que conectan los artificios del mago con el mundo real