Ad pulverum reverteri

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In pulverem reverteri

Pablo D`Amato


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Diseño de tapas : Juana Alvarez alvarez.juana@gmail.com

© 2008 Pablo D´Amato

Anukalmacendelibros@gmail.com Vidal 2123 Capital Federal 48964390 1550645787

Libros del autor:

Viejas nuevas palabras

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Nada no es lo mismo que Memorias del subt Mythos Redundancias En primera persona In pulerem reverteri

Anuk Almacen de libros Ediciones RepĂşblica de Casacarranza Impreso en Argentina

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A mi Abuela Gina A Macumba

“Somos la encarnación local del cosmos que ha crecido hasta tener conciencia de sí.” Carl Sagan

“El mundo inmenso: un grano de polvo en el espacio. Toda la ciencia de los hombres: palabras. Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras. El fruto de tu constante meditación : la nada.” Omar Khayyaám

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La escuela que menducó

Viajamos resultantes de los vahos del fondo. Aprendimos literatura leyendo mierda, y matemáticas cagando números. Jamás aprendimos historia, pero sí con orgullo a ser argentinos. Vivan Roca, Sarmiento y las Malvinas. Vivan Perón y el granero del mundo. La inmigración...sólo de Europa, y agradezcamos también su religión. Colón descubrió América, al tiempo que trajo la civilización. Los indios murieron por brutos pero así estamos mucho mejor. Buenos aires es la capital política, social y cultural de una América negra repleta de iletrados salvajes y malintencionados. San Martín cruzó los Andes sobre su caballo blanco, Belgrano creó la bandera del color del cielo inmaculado

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Y Sarmiento erigió las escuelas que tan bien nos educaron. Aprendimos sólo por dar un ejemplo a respetar a la autoridad de la policía federal, protectora de todo mal, sirviente de la comunidad. A adorar la gloriosa institución de un estado que representa –al menos desde el ochenta– a toda esta, su población. La democracia verdadera y la ciencia de la objetividad fueron la dulce mamadera que fomentó nuestra nacionalidad. Razón y orden son los cimientos de este progreso indispensable que hemos de conseguir con todo apremio – negociando o a punta de sable-. La teoría de conjuntos fue un breve trimestre de exactas, pero en cívica ni noticias Que advirtieren contingencias, si es que no resultó el tema parte en las actas

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Fue quizás para amparar de malas ideas nuestra santa conciencia. Biología y Fisicoquímica intentaron enseñarme los fundamentos de la existencia aunque olvidaran mencionar, quizás sólo por descuido, a ciertas referencias. Reseñas que jaqueaban, entendí años más tarde los cimientos financieros, basados éstos en la idea de que son los hombres –por naturaleza- codiciosos carniceros. En lengua, con insistencia atroz, nos enseñaron lo espantoso que puede ser leer un libro, otra lección insustituible que por suerte jamás aprendimos. Nos educaron por sobre todas las cosas en que no hay un por qué dudar, puesto que dicen nuestros maestros siempre la verdad. Incuestionable está dada su irrefutable autoridad nos ofrece en amplia gama todo el conocimiento que podamos necesitar y como un resultado previsible aprendieron muchos a no dar

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puntada sin hilo ni paso, sin antes constatar que resultara este uniforme al de los demás. Pero no sólo los maestros colaboraron gustosos con nuestra gloriosa educación. Celadores, directores y tutores prepararon con esmero su parte pa’ la ocasión E instruyeron siempre con sano ejemplo sobre modos originales de razonar, apelando a sofismas diversos y haciendo un uso fastuoso en el arte de amenazar Hoy somos un poco más grandes y nos acusan de ser los hijos del rigor, mientras descubrimos aturdidos que no eran nuevas las alternativas que imaginamos se lamen sin vergüenza entre ellos las manos, y se jactan de su cultura superior. Estancados en los vicios radiales de una engañosa procuración, tapan ahora sus ojos al corolario con total resignación, acontecemos siendo polvo del polvo y el naufragio vivode una imprudente definición . Exentrisidio

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Rearma lagunas ampulosas desparramando tempestades. Desidia culposa al por mayor reventa de excentricidades

Reverberando exilios por siglos de traiciones llantos rojos viscerales ยกardan las capitales!

Ruedan cuesta abajo insignias cenicientas rumiando

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el sobrante de un plato reservado a su majestad

Aguarda el perro bastardo en su impaciencia quemando el porvenir con cada letra nueva Despertando los recuerdos de una tregua innata esperando la cobija de su solemnidad

Lame la sarna,

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golosina divina y empuja su carne mรกs tierna empaquetada para los demรกs.

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Cunnilingus

Recorre, acaricia, humedece, vaiviene. Roza, se arrastra, envuelve, refriega. Ensaliva, succiona. relame, traspasa Se agita, se impregna, absorbe, degusta. Indaga, besa, babea. Saborea, rebusca, palpa, conjetura. Tropieza .Detecta, precipita y se calma. Se encharca se aviva, Cosquillea, acompa単a. Desdobla.

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Succiona, absorbe, jadea Traspasa, penetra, rebasa Suaviza, circula, apacigua

Explota. Bebe Bebe. Bebe Bebe.

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Ese día de niebla

Ocultos detrás de grises mantos ronronean los gigantes su ausencia maciza.

Húmedos, apócrifos hijos de un olvido que el hombre ya ha olvidado

Restos fragmentarios

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de una memoria larvaria

Arenero de un tiempo codicia de un porvenir

Sombras negras proyectadas sobre sĂ­ mismas y un toldo pardo negando el horizonte

Recluidos a un recorte preciso de una realidad adyacente

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y una lejanía ausente del propio trascender.

Fachadas dolientes sumergidas a cada instante persistiendo la inercia de la propia negación

No muere la noche.

Imagina prestidigitaciones y se funde en una túnica blanca y en tres gigantes apáticos

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conjurados en pos de una identidad.

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Sueños más allá del río

Arrinconadosrotosnuncaviejosadoquines Traslúcidoshinchadossangrantesruidosos Palabrascincoellas Repetidassudorosas Otrastrantas Vacíaspesadasmoribundas Algunas Desconsoladas Aromáticaspenetradas Gozosaserráticas Descolgadasfebriles Mugrosas

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Exitadaslistasabortadas Jadeantesdesnudas HĂşmedasalborotadas Escritastachadasborradas Impacientes Desandando treguas Antes muertas Listo el ayer De nuevos maĂąanas o tal vez no.

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El dĂ­a del gato bueno Cuando te oĂ­ renunciarte en soplos otoĂąales pude advertirte adentro por un rato. Casi pronunciada.

Mitiga/desinfecta/ respira/desencanta renueva/desdice/ concluye y aterriza

Arrinconada tiritando de voluntad.

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Expectante entre los andamiajes.

Despierto-oscuro casi albino. De un sue単o mustio anclado en des-atajos.

Las lenguas edificias Relamieron un cielo inaccesible al borde de la gotera. Las ramas tensaron Zozobras al margen del llanto

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y se mordieron más de una vez los labios. Soplando cálidas y ausentes casi heladas. Y entre lóbulas áureas el último de los bocetos se bautizó en despedida.

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Un dĂ­a de reemplazo

Muerde sangre lengua negra repta incierta al sol de ayer duda muda el ansia cruda que masculla al renacer

fuerza puja muge el rey lame un sueĂąo de papel.

Reviven locos los colmillos huesos rotos al caer mierda suave en los bolsillos vahos rojos huelen bien

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vientos trinos aguerridos silba muerte al renacer curda in pulcra en su graznido reanimando al negro ser.

fuerza puja muge el rey lame un sue単o de papel.

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COCAÍ N A POR TOD OS LA D OS

Arrugas arremangadas asomarán las manos desveladas cenicientas y ardorosas tan colmadas de entre dudas. Y no siendo más que muñón sin brazo se conjuran .

Suspicaces/ insensatas.

Vehementes en la oportuna bravura.

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Fuerza motriz ajena a la propia ligereza.

Y se abandonan, luego, al recelo recio de terceros desparramando por doquier el fruto del desparpajo.

Buscando entre caminos el desandar de los atajos.

Dos ojos penitentes en medio de una muchedumbre

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ciega de fantasĂ­as, deberĂ­an haber bastado para pronosticar la circunstancia y sin embargo siendo miles de fantasmas no alcanzamos ni siquiera a conjeturarla.

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ÉRASE UNA VEZ UN NIÑO

Veinticuatro lunas viejas mil calzadas carmesíes . Naufragando en tierra firme sin palabras, sin decires .

Despedir a mi destino ensayar alguna excusa elegir otro camino renunciar a una renuncia.

Extraviarse en multitudes recordar que no me acuerdo

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episodios transparentes de un pasado a la deriva rostros llenos de vacĂ­os labios rojos sin fumar garchas tristes y aburridas tres recuerdos por demĂĄs.

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EN SECRETO

Conteniendo esperas simb贸licas claudicaron, suspicaces, los declives circulares y una vez dispersos, en asambleas ret贸ricas conjeturaron el ocaso. Sobrantes de ausencia y porciones innatas presumieron las estrellas apenas humo sobre sombras idas infirieron la estampa apagada

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de mi propia huida y sospecharon la conjetura. Arena sucia sudada entre dedos. No más que palabras desocupadas ¿Cuántas más amanecidas habrán de extraviarse en un cúmulo de hormigón? ¿Cuántas muchedumbres en celdas de bloques grises esperando que un buen día

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tus labios sean besos y tus ojos las trincheras de mi silencio?

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Muerto el perro

Aspiré tu aroma líquido. Vapor de insignificantes corolarios y hasta el último muerto horario frente al sopor insospechado, aletargó al molusco ahogado en un abanico de inapetencias.

Resonó un transcurrir, cíclico e impotente, inaugural e intransigente, frente a curvas inmaduras asechadas por demás.

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Encogimientos varios e invenciones piadosas fueron desmantelando aquella noche prescindida.

¿ Si no existe ni siquiera un afuera qué importa dónde quede la salida?

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Una mesa de por medio El último trago de un chamuyo barato que de a oídas /fugaces/ creí interpretar se comprometió en un silencio de palabras presurosas pedantes y pretenciosas llamadas a recapitular. Testigo mudo de una envidia insolente de una causa pendiente recogida en esbozos. Testigo desmemoriado fingido en su alevosía de voluntades insatisfechas me reconocí ajeno a una cercanía distante casi olvidada

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y en esa mirada /cruzada/ desprovista de intenciones me abriguĂŠ expectante a la botella vacĂ­a. y transcurre de mientras el refugio inmĂłvil acaso entregado a un origen obvio de intenciones contrapuestas.

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ANTES DE SUBIBAJAR

Ruge la babosa de acero, y se excita frente al aroma de un sexo remojado, aguarda, la espera paciente de tu degustaci贸n muerde el riel de una ruta desbocada, y descarrila ante tu devoci贸n.

Marcha lenguaraz el gusano comiendo siempre de su propia mano recorriendo Inviernos duros, rudos y desabrigados. No ser谩 la 煤ltima vez

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que muerda el polvo ni que lo aspire en soledad. No será el primer tiempo perdido y ni siquiera la última oportunidad. Persiguiendo una calzada de fragmentos sólo logrará chocar contra escombros desarticulados. Empollando sus parásitos de cemento fantaseando resucitar a su lado.

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UN POCO DE NADA

Un poco de mí te va a hacer tan bien ahogarte en mi cuerpo sumergirte en mi piel. Escapate de mí ahora que podés nebulosa de sangre lágrimas de hidromiel.

Puedo fenecer vomitando utopías pero quisiera escapar a tanta porquería. Puedo renacer

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de entre charcos de nada pero elijo inmolarme en sombras desgajadas

Azotea de ensueño las memorias que encierro me reclaman errores que jamás cometí. Otra vez los recuerdos que condeno al destierro me demandan silencios que yo nunca excluí.

Puedo amanecer

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remontando fantasías pero quisiera escapar a tanta porquería. Puedo despertar entre majadas cargadas pero elijo soñarme en visiones fragmentadas.

Si pudiera saltar desde aquel mirador si pudiera volar siendo yo un ascensor . Si pudiera nacer otra vez como antes si pudiera morirme sin saber quién soy yo.

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VINO

Vino negro y enjuto desparrama tu simiente de borrachera y embaraza de felicidad este cuerpo marchito.

Riberas de rĂ­os rojos enredadas de altibajos laman de mi los atajos y perforen ya los cerrojos.

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Mareados e impostados aturdidos de rendijas las veo abiertas de par en par. Tu concha asĂ­ mismo tan suave y jugosa hace lo propio y me vuelvo frente a ella un nĂĄufrago desterrado en busca de la propia deserciĂłn.

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YO

Desmenuzando voces por demĂĄs la ciudad me ahogĂł en un ridĂ­culo intento por ser parte de sĂ­ misma.

Y algunos pocos dedujeron que las palabras las cago indiferentes del sabor.

Ofreciendo en cada trazo un lote de mierda con mi propia forma.

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Degustando el dejo acre de mi carne devenido en eyaculaci贸n.

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LOS PIRATAS DE CASACARRANZA Gasolina quema en mi cabeza. Energía… A dios no le interesa. Llantas rotas / ahorcadas entre cables. Vengan viejas… el diablo es muy amable. Acelerando sobre una estría albina se derrite el horizonte. El asfalto huele a cocaína nos acompaña más de un polizonte. Cuernos negros rojos en el cielo. Rieles muertos indican el camino. Gruñe el sol impávido en lo alto . Ruge el buey a su destino. Es una ruta que nunca termina. cinco monos locos al volante.

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El desierto nos hace compañía esperando siempre por delante Llevo Cartas marcadas debajo de mi manga. Un Poker de bueyes que mata cualquier mano. Bailen suave mis nenas la noche viene larga . Y estos viejos bastardos nunca han jurado en Vano. Y Si acaso se volviera el juego espinoso... Tabaco y güisqui son buenos combustibles... Antes que mi aguardiente quede soso prenderemos fuego todo lo posible. Siguiendo la cruz del sur beberemos soñando nuestro sueño más despierto cantando rumbo al poniente huiremos y que nos lleve el diablo si miento.

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Ellas Cabelleras trenzas rastas y flequillos. Te単idas o naturales. Negras lacias o enruladas rubias cortitas al ras largas infinitas y onduladas. Atadas, sueltas desprolijas y arregladas. vivaces y perfumadas.

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Ojos verdes. Negros pardos azules. y caramelo. Abiertos de par en par En guiño exclusivo o esquivos y huidizos. curioseando por demás detrás de largas pestañas. Ojos desnudos o apenas recorridos por azabache perfil húmedos gatunos y brillantes.

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Nariz aceitunada. PequeĂąita o alargada. Llovida de pecas. Rizadas encogidas joviales y adornadas.

Labios carnosos trĂŠmulos , apasionados inviolables y entregados. Curiosos. En trompita o mojados apenas,

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por la punta de su lengua.

El cuello Erguido, ardiente. D贸cil delgado interminable Palpitando la espera de una mordida certera.

Hombros redondos mostr谩ndose a cada movimiento. Susurrando el ritmo, conjeturando la espera. Revelando senderos

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ansiosos deseosos ávidos y gozosos.

Tetas grandes, firmes y redondas. o pequeñas macizas e infantiles. Delimitando el contorno propio sugiriéndose sobre el escote Insinuándose por el costado.

Pezones tersos rojos y chiquitos o voluptuosos suculentos y rosados. Jadeantes junto a los pechos. Asomando siempre en cresta sutil y revoltosa.

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El vientre rĂ­gido. Desde exiguo hasta opulento siempre presto a ser recorrido devorado o inundado. Con la piel sujeta sudorosa ahogada entre temblores escalofrĂ­os.

La espalda arqueada que sube y baja y que en perfecta marea

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deviene en curvas rotundas por sobre resto del cuerpo.

Cintura sinuosa dócil, temblorosa. Empuñadura del cuerpo y antesala de esos médanos apretados sugerentes halagados respetados y también escupidos.

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De ese pubis escondido revelado codiciado casto arrebatado salvaje o recortado.

Piernas largas y vigorosas siguen. Dispuestas y recelosas para sostener con fuerza.

Tanta belleza.

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tanta ternura tanta pasi贸n.

Moldeadas para ense帽ar las sendas que la boca ha de recorrer. Y las depresiones que la lengua ha de descubrir.

Y por fin los pies

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alargados y ajustados. Elegantes. Delicados.

trampolín alborotado al laberinto de sus cuerpos. Misterioso edén que en gatunos susurros se revela.

Listo a ser abordado con el corazón abierto y los dientes …apretados.

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DetrĂĄs de mĂ­

Reseco un pasado de hojas en blanco desnudo el espacio sin nada que hacer de platos vacĂ­os sin ecos de llantos reseco de intentos

los mismos que ayer.

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La misma ecuaci贸n marchita de encuentros de viejas novedades y pausas aceleradas.

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SABORES INNATOS

Las espigas se filtran como deslizando el silencio para crucificarse luego en la redundancia de ausencia.

La hĂşmeda garganta de una puta en celo y el persistente gorgoteo se abrazan sin duelo

Un despierto duerme

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con la conciencia tranquila y los aceros: EntraĂąas sangrantes de cĂĄpsulas vacĂ­as catapultan a los muertos que desfilan sin despertar.

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MIS PAGOS

La ciudad se levanta en decorado y es historia repetida la ciudad respirando su agonĂ­a anclada en un recuerdo del pasado.

Todos los pasillos se difuman y la pupila emerge en resplandor perdido, ajeno y extranjero deambulando borracho al porvenir.

Buscando el lugar desde el cual partĂ­

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me encontré vacío de presentes armado de suplentes me repito no fue acá donde nací.

Un mar de signos sin significados trascurriendo sin dificultad.

Me percato entonces del reflejo /adormecido/ del invierno.

No hay ciudad si no hay personas

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pero las hay en cantidad.

Soy ausente hacia el camino y es que hace uno (a) su lugar (lo) (a) entonces lloro mudo el desencanto respirando fantasmas sin igual. Me refugio en viejos mundos Desprovistos y retorno silbando bajito presto a recapitular.

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Lo que arde

Arden el sexo la coca y el güisqui. Arden los besos de todos ellos.

Arde la noche en su escapada. Arde en el pecho la intolerancia. Arde tu cuerpo cubierto de estíos. Arden tus ojos y arden los míos.

Arde la sombra cuando se la encierra. Arde el congreso relleno de mierda .

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Arde a lo lejos la lejanĂ­a . Arde la iglesia mĂĄs bien deberĂ­a.

Te arde el culo de tanto asustarte arden los verbos y las consonantes.

Arde lo bueno y arde lo malo me arde un buen polvo y me arde un mal trago.

Te arde el bolsillo que es tu vil estandarte

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quizรกs la ternura que no supieron darte

Te arde el poema y la independencia Te arde la vida por nuestra insolencia

Me arde la boca de tanto cantar. Me arden la urbe el cerro y el mar. Me arden el vino y los amigos Me arden las tetas y algunos libros.

Me arde el calor de mis hermanos las chicas castas y las pasamanos.

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Me arde el ardor ya ardiente brotando risa a raudales y de tanto reĂ­r los males me arde la risa desobediente.

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UN DÍA DE REEMPLAZO

Muerde sangre lengua negra repta incierta al sol de ayer duda muda el ansia cruda que masculla al renacer. fuerza puja muge el rey lame un sueño de papel.

Sueñan locos los colmillos huesos rotos al roer mierda suave en los bolsillos vahos rojos huelen bien.

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Vientos trinos aguerridos silba muerte al renacer curda impulcra en su graznido renaciendo al negro ser.

Fuerza puja muge el rey lame un sue単o de papel.

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sacrificio

Escalera servida. SĂĄbanas regadas con Jugo de niĂąas limpias el sudor a la deriva huele delicioso en el matadero. Donde las nenas hacen cola Para recibir lo suyo: un par de palabras pasadas de moda y un ardor hĂşmedo entre las piernas.

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Autorretrato

Desechos desparramados abiertos de par en par embutidos nerviosamente dentro del silencio percibiendo de reojo la identidad inexacta de incalculables insomnios entrecruzados. Eso soy yo. Persistiendo entre ficciones decorosas repletas de mentiras. Padeciendo el karma de la propia deslealtad. No es la queja recelosa o la culpa redentora lo que acomete estas palabras sino el asco por una vanidad que otrora

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fuere ant贸nima e incluso insignificante. Prisionero culpable de un yacer presuntuoso sumergido en aut贸cratas ligerezas e inestables torpezas contrariadas. Que se muera el amor.

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EPITAFIO

Desde el primer momento en que me supe muerto. Desecho de carne pútrida. Alimento de los insectos. Entendí que nada hube dejado más que algún resentimiento. A todos aquellos a los que aun debo les digo: nos vemos en el infierno. A todos aquellos

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que me quisieron les digo: grave error cometieron mas no me conmuevo pues es cada uno dueĂąo de su torpeza. De todos los que lloraron yo todavĂ­a me rĂ­o seis metros bajo tierra Ausente de nostalgias me llevo una par de atardeceres azulinos algunos pocos besos y una bolsa por las dudas.

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Me llevo un sonrisa podrida una botella de gĂźisqui y todas mis voces mudas. Me llevo el recuerdo de mil mujeres ausentes y el sabor adhesivo de aquellas conchas ardientes el vibrar macizo de los pezones tiesos. Me llevo el vacĂ­o de cada amanecer y la primera

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paja del dĂ­a. El cigarrillo que me regalĂł este cĂĄncer y ninguna esperanza de volver.

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Nunca voy a ser viejo

Discontinuos inmemoriales encendidos, desprovistos reclaman nuevas rutinas calcadas de lo que alguna vez/ supo ser cotidiano. felicidades pasajeras manoseadas por demรกs humo edulcorado/ carreteras albinas serpenteando noches apagadas.

Sudores ajenos

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y aromas vacilantes soledades acompañadas y compañías ausentes muerta la rabia se acabó el perro.

Díscolo el reloj en los suburbios de mi propia infancia

Epitafio para mi segunda muerte.

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Adormecidos displicentes y análogos embravecidos traviesos y arrogantes caminado como sombras sin rostro por una vía desierta de especulaciones alcanzaron estos andurriales. Reposa bajo esta lápida el cúmulo incierto de aquellos verbos que a la postre nos recuerdan no ser más que una carencia de ocasión.

¿Por qué ustedes miran el vacío?

Yo también.

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CEM EN TO

Intransigentes aguardamos a que el vino nos contagiara y tan s贸lo fuimos noct谩mbulos la noche de nuestra partida. Heraldos negros bajo la mirada ausente de un cielo sin luna. fuimos. Retaguardias frescas y huellas empantanadas coreando una caravana de simplezas fingidas

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y entregĂĄndonos temerosos al principio de la circunferencia. Fuimos escalones moluscos resbalando cuesta abajo por donde hubimos de adjetivarnos.

sĂłlo tus labios por ser sagrario de mi carencia subsistieron vĂ­rgenes

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a nuestra proscripci贸n.

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TRATAD O M Í NI M O S OBRE LA FI EBRE

El ardid del aquí ahora. El trepidar de la mirada. son capaces de padecer sobre sus dorsos más de un joroba. El cúmulo de palabras que conforman una letra y la instancia inmediata a una muerte gozosa. son percances insospechados que suelen tomarnos

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por sorpresa durante una noche de fiebre. La solución será emborracharse hasta la médula y masturbarse luego imaginando la propia mano. o bien su alternativa educada: soñar con quijotes desprovistos en la indagación ambiciosa del abandono. Dicen sin embargo los sabios de la mítica ciudad de Url que nos es fiar la entelequia cuando el soñante

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es hombre de ciencia o acaso de ciega fe. Pues sĂłlo entonces, serĂĄ la muerte un seĂąal indubitable que el malestar ha llegado a su fin.

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DIOSES Y ESCRITORES

Extraño menester éste de escribir palabras e incluso oraciones enteras que irrumpen concientes ya masticadas tomando por asalto a una mente holgazana dispuesta a plagiarse sin reparo alguno.

viciosa faena ésta

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de creerse so単ante y no sue単o dentro de una artima単a que nos es tan propia.

Tinta sobre el agua y arrebato de un dios que se supo marioneta del acontecer.

Hemos dado vida no a uno sino a un sin fin siendo todos malogros

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o incluso abortos de papel.

ÂżquĂŠ podemos esperar entonces que tan rudimentarias ficciones sean capaces de erigir siendo su torpeza tan sĂłlo el corolario de la nuestra?

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LAS LEYES

Eruditos legalistas de todo el mundo resolvieron conforme establece su perspectiva el exterminio gradual de todo aquello que no fuere de entonces en mรกs dictamen de sus documentos. Y como fue expuesto que no contaba tal arbitrio

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con el pertinente tejido de expedientes fueron los eruditos todos y sus leyes exterminados. ArchĂ­vese compĂştese e introdujese los estatutos de uno en uno dentro del orificio indicado en la pĂĄgina 4 del inciso 2.

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SOBRE LO KAFKIANO

DE LO NO KAFKIANO

Gotea efusi贸n babosa h煤meda caliente pegajosa relame entre labios sumergido en burbujas al aire muerto. Predispuesto a contemplar sin ver los cataclismos

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aun ignotos de una historia que conversa desterrada ÂżQuĂŠ serĂ­a de su espera si no fuera inefable el arrastrarse de su propio desasosiego?

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FANTASMAS

Si s贸lo hubiera un ma帽ana despierto de pasos resuelto al desmayo y consciente de este antes fragmentario alerta de su propia condici贸n carente habr铆a tal vez un pasado espectario dubitante que reclamara identidad

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y una condición impúdica de trasformarse en hoy a cada momento habría quizás no recuerdo sino un cúmulo rígido de anocheceres lejanos fríos e impropios. Ajenos incluso de una voz fingida dueña de sus palabras y sus regresos.

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CACTUS Álamos interminables se zambullen en un abismo regado y catapultan junto a sus siluetas negras el pálpito lascivo de una biografía dilapidada. Estremecido el cuerpo hacia adentro encumbra la propia simpatía mudando en una nueva peca sobre el arco de su espalda. y entre tanto fuimos trincheras de un estanque astral recogido a la distancia codiciamos compañías extintas forasteras por elección. yuxtaposición de ardores, amalgama nimba a la deriva rememora carencias periódicas y rarifica consentimientos crónicos. La indolencia diaria pronuncia en su rostro letras desfiguradas símbolos sigilosos y nostalgias poliformesal servicio mudo de una incertidumbre.

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Aborto cago vomito cojo eyaculo. y el mundo sigue ahĂ­ rodando desverbado o acĂĄ, mismo silencioso inmortal y retraĂ­do. Me es indiferente. A fin de cuentas yo ya estoy muerto. y es ella un motivo suficiente para querer resucitar.

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Interrumpidas simplezas CARTA PARA USTED SEÑOR MUÑECO CARTA PARA USTED A SU PRIMA NO LE IMPORTA SI COME OTRO O SI COMO YO. A SU ABUELA NO LE IMPORTA SIQUIERA SI SOMOS DOS. A SU PERRO NO LE IMPORTA Y ENSERIO JAMÁS LE IMPORTÓ. A MÍ TAMPOCO ME IMPORTA Y USTED NI SIQUIERA ME OYÓ. CARTA PARA EL LOCO SEÑOR MUÑECO CARTA PARA ÉL

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EL QUE SIEMPRE ME ESCUCHA EL QUE NO SABE OLVIDAR EL QUE SIEMPRE SONRÍE Y SÓLO PRETENDE SOÑAR. CARTA PARA EL MUÑECO. CARTA PARA EL POETA. CARTA PARA LA PUTA. CARTA PARA EL CARETA. CARTAS TODAS PERDIDAS CARTAS SIEMPRE VACÍAS. LLORA EL LOCO EN SU BANCO LLORA LA SOLEDAD SI SÓLO TUVIERA UNA CARTA YA NO TENDRÍA POR QUÉ LLORAR . CARTA PARA USTED SEÑOR MUÑECO CARTA PARA USTED

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VAYA Y ABRASE AL POETA QUE APRENDA DEL LOCO EL CARETA QUE APRENDA A REÍR Y A LLORAR APRENDA USTED DEL POETA APRENDA A MENTIR Y A PLAGIAR QUE VENGA LA PUTA CONMIGO Y ME ENSEÑE TODO LO QUE QUIERA ENSEÑAR QUE NO SANGRAN LOS CIELOS EN VANO NUNCA SANGRARON NI VAN A SANGRAR.

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DESANDANDO EL PROPIO CAMINO. Inmadura fruta carnal palpita voluptuosa y relame la dentadura el libertino cesante presto a recapitular.

a su lado

una sombra hecha de manchas y arrugas se pudre en el caldo de la vida descompuesta . Sangre de la propia sangre

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aplastándose contra el catre. Atisbo de ser humano relegado a una percepción incompartible. Despojo estremecido en un llanto de ternura atroz a la espera de esa caricia última que lo sostenga. Arde mientras tanto el capullo suculento y danzará tal vez

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salpicando de dulce savia, los labios húmedos del verdugo seductor .

Parpadea inundada de vida la pupila tercera fluyendo exuberante por el cuerpo tierno y estallando a cada extremo la desenfrenada adolescencia. Así mismo se extingue el cuerpo devorado por la vejez como un charco fétido que se escurre

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subsistiendo tan sólo el fango. O como un ojo engangrenado cerrado de par en par. a la espera de su propia fermentación.

Frágiles criaturas desmanteladas abandonadas a merced de gente come mua listas para rapiñarse esa última gota de pubertad inocente, prontas a tomar la posta del anciano desahuciado

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que agoniza en la litera.

Falsos profetas somos. CarroĂąeros de grandeza. Cazadores vanos de utopĂ­as devastando al paso el soplo que se extingue y aun el que florece.

Y sin embargo

es nuestro el futuro que advertimos

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y nuestro el pasado que despojamos. Somos la mierda venidera obra de verdugos abnegados. Y aquel que aun mastique la espera sepa que la parca lanz贸 hace tiempo sus dados. Cuando la vi por primera vez

Sabe el credo adormecido anestesiar al descubierto quema, abraza el fuego final y entre tanto su mirada anochece relamida al caminar el verdugo entre despiertos. Discontinuo en la ca铆da despabila en madrugada.

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Baila sombra reclutando disonantes brinda rojo entre los ojos negligentes consonando entendimiento de sedantes despreocupa y rasga un roce penitente.

Ella es brillo y danza un paso aligerado. Se presenta enmara単ada la memoria de la duda ojos de hojas secas que despojan el pasado de un invierno torpe que de a poco se desnuda

Ella es fuerza de ternura delirante Palpitando un pecho solitario y refulgente aunque esconda a menudo su semblante

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son sonrisas el ardor entre la gente. Abrazada al fin del viaje y floreciendo de a retozos suave impronta besa el frente de un buc贸lico brutal mata al tiempo muerto ya y desecho en trozos viva el sue帽o vivo de negarse a despertar.

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SENTIMIENTO SUREÑO

De todas las histriónicas voces que infinitas surcaron las diatribas de este acontecer cíclico -y bucólico muestrarioincógnitas de por sí fueron al alba e indignas de mi harapienta perspicacia. Sombra sin sombra que al final del día reclama del tiempo su gracia y suspira un perdón aberrante, Abatido ante su oscuro y despulido semblante.

A veces trae consigo la tormenta

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el aroma del mar recién nacido. Espérame que yo he de esperarte dijo el rudo pirata a ella. Su delicada excelencia que en el fragor firme de la ausencia que impávida gravita a pesar de los temblores sopló un llanto devenido en torbellinos mordiéndose el cuerpo al compás de sus sopores.

Son malditas estas aguas turbias de amor desquiciado que todo lo ciega que sin discernir lo que mata y lo que riega quema Incluso la infame espera de ese destino sin profecía que abandonado en su propia litera

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ensaya mil y un errores de muerte y forja a la fuerza -sin embargoel bravo bosquejo de su suerte.

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DESPEDIDAS

las palabras cortejan el vacĂ­o. lo buscan desesperadas y al no encontrarlo se ahogan desdichadas en un histeriqueo incesante, hundidas hasta los acentos en un recuerdo vago ajeno de propiedad. lo definen lo analizan lo circunspectan y mil veces creen reconocerlo en un intento estĂŠril por hacer suya esa ausencia que las niega de la a a la z y por eso, con la boca hinchada de silencio y el pecho desgajado

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me como cada una de ellas y la miro sin saber adónde correr. Estacado al suelo de un amanecer vacío de oraciones. El año inaugura su copia con una muestra proverbial de la más innata hijaputez puede uno llorar el dolor del inoportuno jugueteo del boludeo hecho a medida y una teatral huida. Y reconocer que aprovechar el orden de los factores para el bien de una romántica historia de humor negro en busca de un final acorde bien vale, el nudo seco en la garganta. O bien, cabe rendirse ante tan noble recurso

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y sumar la derrota a la columna de ésas que no te liquidan, pero casi casi y te dejan con las palabras acalambradas en busca de la inútil definición del vacío.

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UN TRATO JUSTO

Instancias examines al despertar irremediable de la conciencia, procurando el desvanecimiento mutuo del vilo y la presencia de una sutil y progresiva perversión me han conducido sin revés posible al marco de una inapetencia verbal que se manifiesta tomando el cuerpo engañoso de la claustrofobia más feroz. He considerado por el momento que corre, imaginar la inmersión sub fluvial de mi temperamento en la oscuridad más lóbrega que me fue dado concebir en busca de la solución más obvia o de una muerte anónima regada por el silencio de la vergüenza ignominiosa respaldado por lecturas numerosas y seguro del trajín inevitable que asecha detrás de la sombra que cada hombre es y que concierta el innegable acontecer de los hechos otrora repudiables. Sin duda. Y me concedo ahora al maquiavélico plan de subvertir las fuerzas vitales alcanzando así la eterna entelequia que hubo vislumbrado la alquimia de origen ignoto y

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profundo significado, entrego entonces en tan solemne acto mi alma, depreciada por mí, más que por mortal alguno, al aciago amo de la oscuridad, aquel de los mil nombres impronunciables y exijo a cambio , una vida eterna entre la joven carne del mundo donde corre el vino en ríos y cuelgan las mujeres de los árboles.

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PROFECÍA Solos proscritos espían mordiendo las ansias de encuentros casuales. Que el vacío se auto niega no es nueva noticia y que la envidia recorre las venas con más ardor que la misma sangre pareciera una obvia conclusión. Son sin embargo, ellos, los solos que tiritan ante el silencio de sus sombras los aritméticos imposibles, las intransigentes ausencias que desesperadas conciertan en círculos incompletos el espejo más límpido del hombre en busca de un por qué que al borde del abismo que a otros arrastra sin chance se sienta y espera. y espera. Anestesiado con el movimiento espiral del desaprensivo acontecer aterrado y degustando en su propia boca el exquisito sabor de la derrota

Esperando la ola

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El obstinado exilio a la cotidianidad me obsequio algunos entendimientos que maltrataron mi rea conciencia. resultaron falsos los fríos andamiajes de soledad que sostuvieron el vilo en estos días placebos de sueños ermitaños.

de vuelta al ruedo me encontré en un mundo que gira desvariado y me hallé inútil para remontar la urbana medida que se me amaga en cada inspiración.

Pechos extranjeros de porte extra large despabilaron el silencio en un casual encuentro y me despertaron

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del sopor. Catapultado en mi arrojo de conquistador me recorrió la sangre nuevamente el músculo. Ya perspicaz, ojeé mi alrededor y me topé con los encantos de un cuerpo delicioso oculto detrás de vergonzosos ojos áureos. Y enseguida me aburrí. Volvía raudo a la madriguera. A mi encierro meditamundo de libros, documentales y pencimientos. Sueños de futbolista devoto y escritor fracasado. Quimeras de montañas furiosas de bosques frondosos y aguerridos.

Cuando de repente en un descuido de esos que cruzan el discernimiento me quedé perdido en medio de esos ininteligibles

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ojos azules. Obnubilado soñé entonces un sueño homérico de triunfos heroicos, carnes asadas y con la hermosura de una mujer capaz de eclipsar a Atenea. Arremetí sin miedo contra y mis propios límites y todo se derrumbó, en un solo quiebre producto de la temeridad, el llamado de la montaña se quedó en sordo eco y así mismo la heroica gesta sobre el campo rectangular se esfumó delante de mis propios ojos.

Roto y en medio de ese dolor penetrante de sueños heridos asalté mi propia vida en una noche última y en un agónico esfuerzo por alcanzarla antes de caer.

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Me hallé como una sombra sin cuerpo que deambula la noche, con una maldición de memoria clavada en medio del pecho, rasguñé el aire tratando de encontrar una escapatoria a la recurrencia de propios errores La delgada frontera que une la vida con la agonía en lenta retirada, es así mismo la que extirpa el recuerdo y lo moldea a semejanza e imagen de la necesidad inmediata de comprender y comprendernos. El brillo extraño y encarnado de un verso de claros ojos golpea la memoria hasta enfermarme. La intoxicación total tiene forma de persistente remembranza y ahí donde la muerte sopla su helada escarcha de olvido, trepa rauda hasta la cumbre la planta de devenir enredado y asoma en su brotar más osado , Es la demagogia natural de la vida que reclama en silencio el cielo hoy cubierto de grises gigantes rectangulares, sombras de aquellos dioses que los hombres imaginaron y amamantaron las mujeres. Si el conocimiento nos libera o si acaso nos condenará a contemplar el fin con desesperanzada conciencia poco me importa. No fuimos paridos sino mentidos y el espíritu que nos forja a los tumbos tropieza constantemente con la estatua de nosotros mismos que nos hemos erigido.

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Ante tamaña perspectiva a menudo sonrío convencido de que cada amanecer de un domingo sombrío me obsequia sin guía, ni regla, la oportunidad misma de sonreír. y entonces la sangre burbujea en la solitaria espera y la contemplación se torna incierta. La pienso una y otra vez relegando la ilusión de la propia certeza a un mero cosquilleo y resumo en cada una de mis palabras el deseo que según creo todo lo inunda y que hoy en particular me consume el pecho en un ardor que no distingo de aquel que los excesos me adjudicaron. Se amarra la enredadera y despliega sus largos tallos abrazándose a todo. Yo imagino a la mente obrar del mismo modo y llegar hasta las estrellas montada sobre el carro rodante del sol y plegarse sobre sí mismo alcanzando el privilegio de la duda. Miro el flujo del que hoy participo, ese instante único y me sabe a despedida, saboreo el aroma de la marihuana que se impregna en las hojas de los libros, la música de Larralde que resbala en cada

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veta de la madera con la suavidad de los amantes que se contemplan dormidos, y la luz que se me sugiere como la de los troncos envueltos en lenguas de un fuego que repiquetea. Los piratas que me rodean sonríen sin carcajada, degustan el licor sin prisa, y algunos se refriegan la barba con la mirada ahogada en un soplo tibio, estamos todos de acuerdo en que hacía mucho pero mucho tiempo, que no nos encontrábamos , nosotros, los que reclamamos identidad de este cuerpo a charlar un rato y contarnos en qué andamos, por suerte, resultó que todos coincidimos en el convencimiento. Cada vez que nos juntamos, nos parecemos un poquito más.

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Las ballenas remontaron el cielo prolongado sobre el lago transparente y miles de estrellas que explotaron en medio de una tormenta sin igual iluminarán algún día el sucumbir de la civilización. ¿y si la conciencia fuera enemiga de la vida? ¿y si la vida fuera enemiga de la existencia?

Fumando el dulce humo de la tierra acompaño el menester de introducirme en los mundos alegóricos de esas manchas que llamamos letras y que unas unidas a las otras forman realidades tangibles, capaces de disfrazarnos el entendimiento. Todo parece decantar en una extraña relación con la vida. Muerto el perro se acabó la rabia ¿y qué si uno

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es la rabia? ¿y qué si además es el perro? Son turbios y hostiles los vastos rosedales de nada, pero no albergan sino, el único guiño de sinceridad: eso que entre todas las cosas existentes sentimos como una. No conocía el mundo fuera de todo, simplemente de repente no había nada, y tuvimos que empezar a vivir entre figuras. Hoy quisiera más que nunca que la melancólica noche me lleve a perderme en un alrededor que empieza adentro y no termine jamás. Hoy quisiera ser un soldado o un niño. Hoy quisiera estar a salvo de un miedo que me recorre la médula con una voz que aturde silenciosa y en un soplo me muestra la vertiginosa caída hacia el centro mismo de la

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maquinaria que componemos con el desecho de nuestros sueños. Sí señores. Lo lamento pero estábamos todos, equivocados. Y vamos a seguir así.

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UNA ÚLTIMA PERCEPCIÓN

Equiláteros pasajes de grises suburbanos se proyectan en la ciudad de los dormidos. En una despedida crucificada a contra manos el cielo se desvanece entre gemidos y en el santuario llora cada uno su dolencia, el propio temor de la aciaga partida. Ante el destino que aguarda no hay clemencia y en soplos se nos hace humo la vida

Contemplo un frío funeral de flores retraídas , como un bollo y me siento ajeno al desasosiego los muertos no merecen nuestras lágrimas renegridas temerosas de un vacío corrupto y teñidas de ego.

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Me oprime el pecho una sonrisa en la resaca y agradezco no sé bien a quién en algún lado no ser carne agusanada pudriéndose en la hamaca del tiempo que en la espera desespera hundiéndose de a poco allá en el vado.

Sé que la nada es hambre inexorable, de sí misma cegada y lo supo aquel de remotas epopeyas que buscó incluso más allá de las estrellas, escapar a su humanidad más arraigada. Negó entonces la muerte y a la vida negó con ella .

Pero sueño yo hoy el resplandor de unos ojos grises

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teñidos de viento, un abismo total donde puedo contemplar la eternidad hasta su mismo lecho nebulosa azulina que se escapa al devenir natural del ser y del tiempo, proyectando ante mí la misma duda que sin creer en dios lo da por hecho.

La muerte golpeó algunas veces la puerta y tres de ellas se abrió rauda ante mis ojos . Sé como se oye el silencio de los que ya no están pero creo con un ardor que me abraza desesperado que no existe la muerte, sino en el olvido. Un mundo completo de vivos muertos que deambulan y de muertos inmortales que resucitan a cada paso confirman la fuerza escondida de mi

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afirmaci贸n. Unos ojos grises capaces de alegrarme el domingo la hacen patente: a la muerte se la mata con amor.

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