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Capítulo 13:La mesa de la familia Revontulet..............................................................Pp
from Hokuou Kizoku 3
CAPÍTULO 13 %
LA MESA DE LA FAMILIA REVONTULET
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El día de hoy aparentemente un mercante, que rara vez viene, llegó a la aldea para vender varios bienes. Eso fue lo que Sieg me contó luego de regresar de su paseo matutino con Arno.
—Pues, no había nada fuera de lo normal.
—Qué mala suerte.
Había licores, frutas, especias y bienes que no se encontraban disponibles en esta zona; pero para Sieg que venía del extranjero, nada había atrapado su atención.
En ese momento, una persona inesperada entró a la refriega.
—¡Waa, Ritz-chan, mami quiere ir a ver~!
—Está bien.
—¿Vamos juntos?
—Está bien… Mamá dijo que le gustaría ir con el mercante, así que terminé acompañándola.
—¡Vaya, asombroso! Mira, Ritz-chan, mira~.
—Sí, estoy viendo.
Me pregunto por qué se emociona tanto por comprar, pensé un poco deprimido.
—Disculpe~, este~, y este otro~.
Mamá se agachó para echar un vistazo a los bienes y se los fue mostrando al mercante. La enorme canasta que traje de casa rápidamente se llenó.
—Estás comprando mucho.
—Sí. ¡Quiero que todos disfruten de comida deliciosa!
Tal vez se estaba acercando la hora de cerrar, pues el mercante comenzó a guardar sus cosas.
—Eh, esas son-
Había unas almejas de color negro en cubetas con agua salada, cuatro cubetas para ser precisos.
—Cielos, metí la pata. Las personas de por aquí no comen almejas.
—Ah~. Ahora que lo mencionas, creo que no lo hacemos.
El mercante trajo las almejas pensando que podría venderlas, pero no les interesó a las personas del bosque. Había comido ese tipo de almejas que no se vendieron en la mansión del abuelo, así que sabía de qué se trataban.
—¿Qué les parece si compran las cuatro cubetas por el precio de una?
—¡Eh, qué barato!
Comprar cuatro cubetas por el precio de una, qué gran oferta. Tras escuchar el método para cocinarlas del mercante, regresamos a casa.
Una vez que llegamos, era hora de cocinar las almejas.
—Para empezar, por qué no cocino una cubeta con vino.
—La crema de mejillones también es muy deliciosa, Ritz-chan.
—Eeeh~.
¿Por qué mamá sabía el nombre de estas almejas? Por lo visto, las había comido durante su viaje por el mundo.
—En ese caso, cocinaré al vapor los mejillones.
—Está bien.
Primero, comenzamos por limpiar las conchas de los mejillones. Ya que se cocinan con todo y concha, el mercante dijo que este proceso era importante.
—Quitar el biso de los mejillones, o al menos eso dijo.
—Serán esas cosas que parecen hierbas sobre las conchas.
Las barbas eran bastante fuertes. Al parecer, los mejillones las usaban para aferrarse a las superficies. Salieron fácilmente cuando seguimos la línea de la concha.
Apilamos los mejillones limpios en un recipiente, luego nos enfocamos en el proceso del preparado.
Aplicamos aceite de oliva a una olla, luego añadimos hierbas y un ajo exprimido para freírlos. Cuando un olor aromático apareció, colocamos los mejillones adentro.
Tapamos bien la olla y esperamos un tiempo antes de verter vino blanco. Terminamos cuando abrimos la concha de los mejillones.
Para finalizar, esparcí hierbas secas. Cuando estaba a punto de servirlas en los platos, mamá me detuvo.
—Está bien servirlas en la olla.
—Eh, ¿en serio?
Por lo visto, las sirven en las ollas en los restaurantes. Con la idea de darle el toque final, colocamos rebanadas delgadas de limón.
—Ah, espera un poco.
Me detuvieron por segunda vez en el día. Mamá me pidió que trajera un poco del caldo que salió al cocinar los mejillones.
—¿Qué piensas hacer con eso?
—Voy a preparar la comida de Arno-chan~.
Ya que el sabor era fuerte, rebajó el caldo con agua. Luego, lo puso a hervir con arroz a fuego alto hasta que se volvió espeso para preparar comida para bebé con sabor a mejillón.
En otra olla se estaba preparando crema de mejillón. Eso también se veía apetitoso.
Acomodé losplatos sobre la mesa y llamé a Sieg, la cual había estado bañando a Arno.
Coloqué un abrigo cálido de piel sobre Arno para que no pescara un resfriado y lo mecí.
—Arno, tu abuelita está preparando algo delicioso para ti~.
Ahora que estaba destetando, Arno podía comer alimentos sólidos. Aunque todavía estaba limitado a cosas que fueran cocinadas hasta volverse blandas.
Tomé una cucharada y lo probé… Sí, sabía bien, no estaba demasiado caliente y el sabor tampoco era fuerte. Tras confirmarlo, llevé la cuchara a la boca de Arno.
—¿Te gusta? Qué bueno.
El estómago de Arno se llenó y el plato se vació, así que su hora de comida había terminado. Luego le di jugo diluido de fruta, pero como aún no comíamos nosotros, lo acosté en una cuna y lo arropé.
—Pues bien… Bon appétit.
Tras decirle eso a mamá y Sieg, que habían estado viendo cómo comía Arno, comenzamos nuestra cena.
Primero, probé los mejillones en salsa de vino blanco. Atravesé el mejillón con el tenedor y lo llevé a mi boca.
—¡Uwa, delicioso!
El sabor del mejillón se condensó y era chicloso, cuando lo mordí, salió un líquido con un sabor profundo. Podía sentir ligeramente el vino en mi paladar, haciendo que la salsa restante en la concha también estuviera deliciosa.
—Ritz-chan, Linde-chan, traten de quitar el mejillón usando la concha.
—Eeeh.
Fue más fácil separar los mejillones de sus conchas usando una concha vacía que utilizar el tenedor. Al parecer, las personas de otros países lo comían de esta forma.
La crema que mamá hizo, también estuvo grandiosa. La crema de mejillones poseía un sabor abundante que resaltaba al comerlo con el pan de centeno. Sieg también estaba feliz, pues dijo:
—Es la primera vez que pruebo mejillones tan deliciosos.
Los mejillones estuvieron sabrosos y discutimos sobre cómo deberíamos preservar el resto.
Al día siguiente.
Procedimos con el resto de los mejillones. Al igual que ayer, limpiamos las conchas y luego las pusimos a hervir en una olla con aceite y vino. Una vez que abrimos los mejillones, retiramos la carne mientras todavía estaban calientes. Después, sumergimos los mejillones cocidos en un líquido para encurtir hecho a base de especias, bayas, sal, melaza vieja, salitre, agua y alcohol. Una vez que acabamos con eso, los dejamos en un almacén frío por un par de horas.
Tras dejar a los mejillones marinando por medio día, los lavamos para retirar la sal. Una vez que quitamos el exceso de agua con un trozo de tela, los dejamos secando en el exterior por una noche. Al día siguiente, aplicamos un aceite con un olor placentero a los mejillones y los humeamos al aire libre con la concha bocabajo. Tras ser expuestos al humo durante varias horas, los mejillones se volvieron duros.
Le mostré los mejillones ahumados a Sieg cuando acabé.
—Mira, Sieg.
—Hiciste algo bastante sorprendente.
—¿En serio?
Sentí que ambos estábamos pensando que sería un perfecto acompañamiento para el alcohol.
Todavía era de día y por consiguiente demasiado temprano para estar tomando. Así que decidimos que disfrutaríamos de los mejillones porla noche, luego de trabajar duro por la tarde. También le comenté a mamá que hiciera sopa usando los mejillones ahumados.
Por la noche.
Ya habíamos terminado de cenar y bañarnos, Arno también estaba dormido. Por lo tanto, sacamos los mejillones ahumadosy el vino blanco.
—Ha pasado mucho tiempo desde que bebimos así.
—Así es.
Como Arno se había convertido en el centro de nuestras vidas, no teníamos tiempo para beber de esta forma.
Abrí la botella de un vino de alta calidad que el abuelo dejó. Me aseguré de retirar los sedimentos como me enseñó y luego serví el vino en una copa.
—Delicioso.
—U~m, quema.
Tras decir nuestras impresiones sobre el vino, fuimos por los mejillones. Ya que fueron ahumados con todo y concha, fueron muy fáciles de comer.
Si tuviera que describir en una frase a los mejillones ahumados que recién hice el día de hoy, sería que poseen un sabor profundo. Se encontraba incluso más condensado que los mejillones hervidos y mientras más masticaba, más dulce se volvía el mejillón. No tenía problemas en comerlos gracias a su sabor salado y picante, además sabían bien con alcohol. Era la primera vez que consideraba que me gustaba el vino seco.
—Creo que estas se venderían bien si las pusieras a la venta.
—¿En serio?
Sieg también estabasatisfecha con los resultados.
—Adquiere un sabor totalmente diferente cuando utilizo el líquido para encurtir que aprendí de mi suegro.
—¿De verdad?
—Sí. Claramente es diferente.
El método para ahumar que aprendí de mi suegro, incluso me ayudó aquí. Al grado que estaba pensando que, de alguna forma, el método que había estado usando arruinaba el sabor.
Preparar comida es un campo realmente extenso. Creo que sería agradable continuar viviendo una vida próspera como esta, haciendo uso del diverso conocimiento que aprendí de mi suegro.