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Capítulo 15: Me convertiré en un apicultor -Parte 2.................................................Pp
from Hokuou Kizoku 3
CAPÍTULO 15 %
ME CONVERTIRÉ EN UN APICULTOR -PARTE 2-
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Releí las notas sobre cómo evitar las picaduras de abejas que fueron escritas como un anexo en el reporte de papá. Primero, el color de la ropa no debe ser llamativo. Fui muy descuidado en este aspecto. Había entrado al bosque usando ropas de color azul y rojo. Siguiente, no entrar en pánico frente a las abejas. Es necesario observar el comportamiento de las abejas. Incluso si se posan sobre la ropa, no picarán de inmediato. Las abejas también se cercioran sobre qué clase de persona se está acercando a ellas. Creo que esto será lo más difícil. Aun así, me esforzaré por no entrar en pánico.
Al parecer, Sieg le contóa mamá que fui picado recientemente.
—Ritz-chan, mami trató de hacer algo para que te protejas.
—¡Oh!
Se trataba de un sombrero de ala ancha con una red estrechamente tejida alrededor. Había sido hecha de tal forma que las abejas no pudieran pasar por los pequeños orificios.
—Esto es asombroso.
—También tejí ropa gruesa con telas blancas, así que, por favor, úsalas.
—Gracias.
Solo eran más capas de ropas, pero sentí como si mis defensas hubieran aumentado de inmediato. Incluso si las abejas se acercan, creo que puedo permanecer en calma.
Levanté mi moral y usé la ropa protectora que mamá hizo. Cuando me estaba poniendo los zapatos para salir, Sieg y Arno vinieron a despedirse de mí.
—Estoy segura de que ya lo sabes, pero, por favor, ten cuidado, Ritz.
—Está bien.
Tuve la impresión de que Arno también me estaba alentando, así que lo besé gentilmente en la frente y le dije que regresaría pronto. Luego le di un beso a Sieg en la mejilla y salí.
—Nos vemos.
—Ya me voy.
Procedí por el bosque de primavera donde la nieve todavía no se había derretido por completo. El objetivo en esta ocasión era capturar abejas. Una vez al año nace una abeja reina en la colmena. La reina anterior se lleva la mitad de las abejas obreras y abandona la colmena. Mi intención es atrapar un enjambre como ese.
Estaba caminando con cuidado por el bosque, cuando vi una abeja perdida volando cerca, así que decidí seguirla. Al parecer, las abejas que salen de sus colmenas hacen un reconocimiento de la zona para buscar lugares potenciales de asentamiento. Por eso, si la persigo, seré capaz de encontrar una esfera de abejas de miel.
Luego de perseguir con persistencia a la abeja, ¡encontré un enjambre colgando de un árbol! Por fortuna, la zona estaba cerca de una de las colmenas de madera que construí, así que decidí traerla hasta aquí.
Me acerqué lentamente y coloqué la colmena de madera con miel bajo la esfera de abejas.
Si las abejas notan la colmena y se mudan, será un éxito. Si eso no funciona, tendré que capturarlas yo mismo.Por lo visto, las abejas en este estado son dóciles, pero la idea de atraparlas era exasperante.
Por favor, múdense a la caja. Terminé rezando.
Recogí hierbas medicinales y especias en el bosque, luego regresé a casa. Cuando abrí la puerta principal, Sieg vino corriendo hacia mí.
—Ya regresé.
—Bienvenido.
Sin tomarse siquiera un momento para respirar, Sieg me preguntó si había sido picado por alguna abeja. El día de hoy usé la ropa protectora de mamá y actué más tranquilo que antes, así que no me picaron.
Cuando le comenté eso, Sieg parecía aliviada.
—Entiendo. Me alegro que estés bien.
—… Sí… —¿Qué pasa?
—Nada, solo estoy feliz.
Antes, cuando comenzaba algo nuevo, en ocasiones me lastimaba durante mis experimentos o terminaba en situaciones precarias. Como no obtenía resultados,
pasaba días solitarios aplicando medicina a mis raspones o remendando ropas rasgadas.
Esa era la norma. Sin embargo, ahora era diferente.
Tenía una familia que se preocupaba por mí, me aconsejaba y me alentaba. Sinceramente creo que se trata de algo dichoso.
Decidí continuar trabajando duro por mi familia.
Al día siguiente me dirigí al bosque con el corazón revoloteando y fui directo al árbol con el enjambre de abejas.
¡Lo encontré!
A lo lejos no podía ver ninguna esfera de abejas. Los enjambres no permanecían en un solo lugar. Volaban lejos luego de unos dos días. Por eso, no dejé que mis expectativas subieran solo porque no estaban allí.
Me acerqué poco a poco a la colmena y me asomé.
Por poco grité, pero conseguí contenerme justo antes de que saliera.
¡Algo asombroso estaba sucediendo! ¡Había abejas en la caja!
Estaba tan feliz que no pude tranquilizarme.
Corrí directamente a casa, y le conté a mamá y Sieg.
—Tus esfuerzos están dando frutos. Es algo bueno.
—Gracias.
Se siente bien ser capaz de declarar que hubo un progreso. Como fui elogiado por Sieg, mi expresión se aflojó.
Este solo era el primer paso en la apicultura, pero la alegría seguía desbordándose sin parar. De súbito me sentí más motivado.
Incrementé el número de colmenas y repetí el proceso de colocarlas bajo los enjambres de abejas. De las seis que hice en total, tres tuvieron resultados. Busqué por todo el bosque para atrapar a otras abejas usando una red, pero ya había pasado el periodo ideal, así que no pude encontrar a ninguna.
Durante este año, tendré abejas en tres colmenas.
La primavera era la época en la que la abeja reina ponía huevos y la temporada donde reunían néctar. No hay mucho que yo pueda hacer, más que esperar a que las abejas obreras recolecten la miel.
❄❄❄
Tengo muchas cosas que hacer durante la primavera. Reunir nudos de abedul, recolectar hierbas y plantas aromáticas. Hacer mantenimiento a la cerca del bosque de los renos, ordeñarlos, marcar sus orejas… Había una montañade trabajo. Acorté las horas de negocios de “El Águila Carmesí” y aumenté los días de descanso.
En varias ocasiones me preguntaba algún aldeano «Abrirán hoy, ¿verdad?», solo para marcharse decepcionado.
Me sentí mal por ellos, pero estaba feliz de que quisieran un lugar como ese. En verdad me gustaría abrir la taberna tanto como fuera posible, pero no había mucho que yo pudiera hacer por mi cuenta.
En serio necesito que alguien me ayude.
Mientras tanto, llegaron buenas noticias. Aina y Emmerich regresarían pronto. Ha pasado año y medio desde que se marcharon. La familia Bergholm ahora se encuentra en completa paz. Era preocupante que la condición del abuelo empeorara, pero aún tenía comida y la madre de Aina trabajaba duro. Traté de darles comida, pero la rechazaron argumentando que tenían ahorros.
Por lo visto, habían estado vendiendo las presas que el abuelo de Aina capturó y ahorraron el dinero que consiguieron. Dijeron que no había necesidad de preocuparse.
Por si acaso, les comenté que podían depender de mí.
Había estado observando a la familia Bergholm desde hace mucho tiempo, pero me sorprendió la fuerza de la madre de Aina: el valor para dejar ir a su preciada hija, el espíritu para encargarse de toda una familia y la fuerza de voluntad para seguir viviendo con buena salud. Creo que todo eso era muy digno de alabanza.
Sus esfuerzos hicieron cambiar a la familia Bergholm.
Creo que sería lindo que Aina y Emmerich regresaran pronto y se apoyaran entre ellos.
También había un pequeño cambio en nuestra familia.
Dos veces a la semana, toda la familia descansaba. Durante esos días no hacíamos nada. Eso fue lo que decidimos. Cocinar, labores del hogar y cuidar de los perros serían labores para la familia Rango. En cambio, salíamos a pasear por los campos, íbamos de compras a la ciudad portuaria o jugábamos con Arno.
A pesar de eso, todavía no estaba acostumbrado a “tener un día libre”, así que muchas veces fui reprendido por mamá o Sieg, porque accidentalmente cortaba leña.
Cuando dije que era difícil no trabajar, Sieg se rió.
—¿No tienes un pasatiempo, Ritz?
—¿Cuenta jugar con Arno o contigo?
—Esos son deberes familiares, no un pasatiempo.
—¡Im-imposible!
Por lo visto, los pasatiempos son actividades que las personas disfrutan por sí solas.
—Deberías pasar tu tiempo haciendo algo que te gusta, Ritz.
—Algo que me gusta… —¿Se te ocurre algo?
—Cuidar de Arno, pasear juntos, hablar contigo, tocarte o besarte, Sieg.
—… Esos también son deberes familiares…
Los momentos que disfruto con mi familia son los más sanadores. En ese caso, mi pasatiempo sería: hacer deberes familiares. Creo que eso está bien.
Por consiguiente, usaré este tiempo para dedicarme a mi pasatiempo.
Arno había salido con mamá a pasear. Así que decidí acariciar a Sieg.
Puse mis brazos alrededor de ella y la abracé gentilmente. Acaricié su cabello y acerqué su mejilla a mi cuello. La piel de Sieg era tersa y se sentía bien. Su cabello también era suave y adoro tocarlo.
—¿Estás feliz con eso, Ritz?
—¡Sí, muy feliz!
Este sin duda es el momento más feliz de mi vida.