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Capítulo 18: En la Aldea de las Hadas ~Harold von Wattin~ -Parte 2...............Pp

CAPÍTULO 18 %

EN LA ALDEA DE LAS HADAS ~HAROLD VON WATTIN~ -PARTE 2-

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Cuando desperté en la mañana, encontré ropa de un vívido azul junto a mi cama. Me pregunto si lo habrá preparado Ritzhard-kun. Me sorprendió que la ropa fuera hecha de piel aun cuandoestábamos en verano, pero cuando salí de la cama sentí el aire frío.

Entiendo, pensé y usé las ropas que preparó para mí.

La vestimenta tradicional que apenas me probaba, tenía como base una tela de un azul brillante con franjas rojas bordadas en los bordes de la manga, el cuello y el dobladillo, una tras otra. Se trataba de un conjunto colorido de azul y rojo, pero una vez que lo traía puesto, no le di mucha importancia. Era un diseño bien cuidado. Después, me puse un cinturón que parecía estar hecho decuero de animal. Los pantalones eran negros y te podías mover fácilmente con ellos.

Tras asearme en el baño, me dirigí al salón comedor.

—Vamos, intenta decir, bisabuelo.

—Bisa, bue~.

—¡Oh, lo estás haciendo grandioso! Bi-sa-bue-lo.

—Bi-sa-bue-lo.

—¡¿E-es un genio?!

Incluso antes de llegar a la sala-comedor, podía oír a Lüneburg-san y Arno jugando juntos. Mientras deliberaba si debería o no interrumpir su luna de miel, alguien me dirigió la palabra desde atrás.

—Uh, suegro.

—Ah, buenos días, Ritzhard-kun.

—¡Buenos días! La vestimenta tradicional te queda muy bien. ¿Es de la talla correcta?

—Ah, gracias. El tamaño es perfecto.

Tras charlar ligeramente, me permitió entrar primero. Me disculpé en mi mente con Lüneburg-san mientras me justificaba.

—Buenos días, Lüneburg-san.

—Sí.

—Buenos días a ti también, Arno.

Lüneburg-san tenía sobre su regazo a Arno, con una expresión ceremoniosa como si nada hubiera pasado. Ritzhard-kun se acercó a los dos y los saludó.

Para empezar, había una canasta de pequeños panes redondos llamados “Pulla”, en el idioma de este país significa “pan dulce”. Por lo visto, el sabor difiere en cada casa. La sopa fue hecha con frijoles y leche. Arno comió esto con pan. Luego, el platillo principal fue carne de reno asado con hierbas. No esperaba que sirvieran carne desde la mañana, así que me sorprendí mucho. Sin embargo, la carne de reno poseía un sabor sorpresivo. No era dura y el sabor cambiaba cuando le añadías salsa de bayas. Ya había comido estofado de reno anoche, pero descubrí que me gustaba más de esta forma.

Aun cuando había invitados, Ritzhard-kun y los demás salieron a trabajar. Realmente creo que es un joven admirable por trabajar todos los días.

Pensé que saldría a cazar, pero comentó que la caza estaba prohibida durante el verano. Tal parece que no hay diferencia con mi ciudad natal en este aspecto, los animales nacen en primavera y maduran hasta llegar el invierno.

¿Cómo debería pasar el día? Cuando pensé en eso, mi hija me dio órdenes.

—¿No piensas ayudar, padre?

—Deja que mi suegro descanse, Sieg.

—No, eso no tiene nada que ver.

Por lo visto, se realizará un festival por primera vez en la aldea.

—Eeeh, ¿un festival?

—Sí, al parecer papá lo planeó.

A fin de conseguir turistas incluso fuera de la temporada de auroras, todos los aldeanos abrirán puestos y venderán artesanías a precios más accesibles. A primera vista parece que no muchos clientes reservaron alojamiento, pero están asumiendo que vendrán bastantes ya que también están haciendo publicidad en la ciudad portuaria.

—Entonces, ¿qué venderán ustedes?

—Estamos planeando vender pollo asado especiado con hierbas, el cual se envolverá en una tortilla hecha de harina.

—Eeeh, suena delicioso.

En cuanto a los otros residentes, pensaron en hacer brochetas de reno, tartas de bayas en temporada u otros bienes que no requieren de mucho esfuerzo, por lo que Ritzhard ideó un plan para ofrecer algo diferente.

Fui asignado a la tarea de cortar las aves. Ritzhard-kun lavó la carne, y aplicó sal y hierbas con movimientos diestros.

Al día siguiente, era la hora del festival. Desde muy temprano por la mañana, la aldea estuvo concurrida.

La plaza usualmente tranquila de la aldea, estaba repleta con niños animados. El aroma delicioso de la carne asándose fluía por el aire.

Y luego, en nuestro puesto, Teoporon-san estaba asando carne de una forma impresionante. Llevaba puesto piel de oso mientras asaba la carne en un gran fuego, un poco más alejado se encontraba Lüneburg-san observando, el cual también vestía piel de oso. Sin importar lo que hicieran, eran los más sobresalientes de la aldea.

Tenía curiosidad de si no tendrían calor al usar piel de oso frente al fuego, pero los dos mostraban una expresión seria, así que no me atreví a preguntarles.

Me esforcé por ignorar a ese par de osos y me concentré en lo que estaba sucediendo frente al puesto.

La madre de Ritzhard-kun estaba haciendo diestramente las tortillas de harina sobre una sartén de hierro, mientras que la esposa de Teoporon y su hija cortaban el pollo asado en trozos más pequeños y los envolvían con la tortilla terminada, finalmente envolvían todo en papel. Sus movimientos coordinados a la perfección eran como los de un profesional, pero solo me sorprendí porque esa no era su ocupación principal.

Además, gracias a las excelentes habilidades de recepción de Ritzhard-kun, el pollo se vendió muy bien. Por cierto, mi hija estaba realizando una tarea para la asociación de mujeres de la aldea. Se encargará de vender mermeladas hechas de bayas.

En cuanto a mí, fui asignado a la importante misión de abrazar y tranquilizar a Arno.

El pollo preparado se agotó en la mañana. Ritzhard-kun declaró que podíamos hacer lo que quisiéramos por la tarde.

Mientras ponderaba qué debería hacer, Ritzhard-kun dijo que iría a comprar el almuerzo, así que decidí acompañarlo. Como nos dirigíamos a un lugar atestado, dejé a Arno con Lüneburg-san.

—Ah, es el panadero del puerto.

Luego de caminar un poco, nos encontramos con una panadería normal. Había un pan exótico y retorcido, con muchas especias que desprendían un olor dulce, llamado “Korvapuusti”, a la venta, así que Ritzhard-kun compró una gran cantidad de ellos.

Reno rostizado, brochetas de pescado, patatas fritas, bollos con salsa dulce, frutas importadas, había muchas cosas. Regresé cargando montañas de comida en ambas manos.

Una vez que llegamos, descubrí que la asociación de mujeres había liberado a Sieg. Nos había traído bebidas y sopa. Toda la familia se reunió en un solo lugar para almorzar.

—¿Te encuentras bien, suegro?

—El festival es muy divertido, lo estoy disfrutando mucho.

—Menos mal.

Fue bastante extraño ver que ningún puesto vendía salchichas. Además, tampoco había cerveza. Por lo visto, preparar licor dulce de frutas era la norma en la aldea.

Toda la comida que compramos estuvo deliciosa. Ahora entiendo por qué Sieg dijo que quería regresar enseguida. Una exuberancia sobrecogedora y un tono suave de verde envolvían a la aldea. El alcohol que disfrutaba en un escenario veraniego diferente al de casa, sabía bien.

—¿Nos volverás a visitar en invierno, Ritzhard?

—Eso fue lo que habíamos pensado, pero… —¿Qué pasa?

Ritzhard-kun miró a Sieg.

—Creo que todavía no es seguro.

—¡Oh, ooh!

—¡¿Sieg, eso quiere decir?!

Anunció que existía la posibilidad de que estuviera embarazada por segunda ocasión. Solo estaba bebiendo jugo de frutas aun cuando le gustaba el alcohol, así que me preguntaba qué estaría pasando.

—¡Qué día tan dichoso!

Lüneburg-san parecía el más feliz de todos, declarando que Arno iba a tener un hermanito o una hermanita.

En el segundo día del festival, Lüneburg-san compró bebidas para todos en la aldea porque estaba muy feliz.

Como la noticia de que Sieg estaba embarazada no era pública, se esparció un rumor de que un viejito misterioso y enérgico se paseaba por la aldea, o al menos eso explicaba la carta que recibí de Ritzhard-kun después. Por lo que terminé soltando una carcajada.

Al final, comentó que tenía una petición. Mientras me preguntaba de qué podría tratarse, descubrí que deseaba que yo eligiera el nombre del bebé.

No creí que yo nombraría al bebé, así que agonicé durante meses por eso.

A la larga, decidí otorgarle el nombre de “Verónica”, el cual significaba “la que trae la victoria” en un idioma extranjero. ¿Y si es un varón? Mi esposa señaló eso; pero, por alguna razón, tenía la confianza de que sería una niña esta vez.

Unos meses más tarde, recibí la noticia de que Sieg dio a luz a una saludable niña. Con la noticia del nacimiento de Verónica, toda la familia se emocionó.

Poco despuésvisité la aldea durante el verano con mis dos nietas, pero esa es una historia para otra ocasión.

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