Diario de ausencias

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Registro territorial de la propiedad intelectual de Andalucía. Expediente: Gr- 00150-2006. Nº de registro: 200699900341427 Imágenes: Facebook: Cinematic Art.


“Diario de ausencias” es un poemario en prosa en el que podemos descubrir el peso estricto y el vacío que deja la falta de ese amor… que una vez nos perteneció. Se podría decir que en este libro, los protagonistas son el alejamiento y la separación. El no existir, el no estar presente…y este hecho, en ocasiones, puede llegar a provocar la pérdida pasajera de nuestra propia conciencia. Es tristeza y abstracción de una realidad que ya no interesa como antes. A veces se intuye la pérdida de fuerza, la mirada fija, el silencio y la torpeza de las manos. Este diario se traduce pues, como una desconexión brusca del medio; en definitiva…como una crisis por ausencia.


INFIERNO ARTIFICIAL. Después de todo... Sigo esperando el olvido. Aún reconozco frases que cubrí con arena. Me pregunto sin cesar si este vacío dejará huellas eternas. Sucede que los capítulos son de irremediable soledad…Y cuentan la impaciencia y la impotencia de este tiempo presente. Me apresuro sobre los recuerdos desde esta orilla imaginaria. El dolor flota sobre un mar incómodo...y deforma los días del pasado…como si fueran los restos de un naufragio. ¿Sería posible imaginar otros sitios? ¿Otras voces? ¿Otras noches? ¿Otros cuerpos? Nada ha cambiado desde que disparaste contra mí palabras y miradas que quemaron mi alma. Me alimento de verdades y caricias falsas. Así pasan los días... Y vuelve de nuevo aquella tarde de agosto. En primer plano ese calor sofocante…Y saber de nuevo que no estás…Que mi vida no cuenta…Que el viento no llegará nunca hasta este infierno artificial.


PUNTO CARDINAL. Me gusta situarme al sur de las historias. Ese es el lugar de los secretos. Desde allí contemplo algunas mentiras piadosas que resbalan hacia un invierno lejano. Existen recuerdos que gritan quién soy. Dibujo el frío de tus pasos…Y escucho opiniones que distorsionan los ángulos de mi futuro. No tengo ninguna prisa. Mis ropas descuidadas acabaron apoyadas sobre los troncos de los árboles. Ahora la gente me dice lo que debo hacer…Y yo... escribiendo cartas que abrigan ciertas esperanzas. Ahora escucho el bullicio. Calles con tiendas. Parques con niños. Diferentes tonos de mujeres que ríen. Perdidos todos los hábitos Y perdidos tus hombros Sigo situado aquí… Al sur de todo aquello que vivimos juntos.


SECUENCIAS BAJO LA BORRASCA. Las paredes emiten un son provisionalmente triste. Si se pudieran prestar tormentas…yo pediría ahora un cielo con sombras y lluvia estridente para envolver esta intimidad sin compañía. Sobre las nubes grises deberían planear todos los objetos que desprenden este frío. Me has entregado las llaves que según tú; abren la libertad. Me siento torpe. Perdido en esta geografía doméstica. Hasta de las sábanas se ha deslizado el sentido. Desde la vieja mecedora: Una habitación con niebla Y una cama desnuda Y un invierno de nieves.


DETENER LOS SUEÑOS. Los instantes se acercan inmensos…resistiendo el peso de la lucidez; reflejando huellas raras donde se instalan las palabras. No soy capaz de preguntar por la espalda. Confío despacio y… generalmente cuando cae la tarde. Más allá de las aguas tranquilas… donde los silencios se conjugan con los insomnios y las bodegas parecen tan despiadadas… se erige una ciudad inquieta. Yo aparezco allí; sumergido desde el alba; intranquilo entre las sábanas; envuelto por recuerdos que a veces llegan adormecidos. No me importa esta espera. No me cansa mi propia respiración ni me aturden las paredes de esta habitación inmensa… El caso es que alguien acaricia mi cuerpo… Entonces siento cómo mi razón se debilita. Ante las cubiertas opacas de esas manos y esas penumbras conozco la dimensión exacta de la mentira y es por eso que no soporto nada que no suene a mar. He elegido voluntariamente alejarme del dolor… Y detener los sueños… Y habitarlos cada vez que me plazca. Me gustaría permanecer así; en esta cocina ajena que ya no es mía ni tuya, sentado a la mesa frente a una taza de café, abrigando voluntades, vigilando las temibles confusiones que se derivan de oponer el sol y la noche… La puerta continúa cerrada Al otro lado suenan por última vez ciertas ilusiones rotas bajo la ducha. Abro mi cuaderno y escribo versos que hablan de amor y soledad; versos que siempre hablan de ti… Entonces cierro los ojos y la última imagen que pasa es una alambrada de color amargo.



BRISA Y AUSENCIA. Aquí frente al mar los secretos se repliegan… y los rostros se transforman… y el corazón se enternece inventando besos que riman con caracolas y arenas. Y no pasa la brisa que te mantiene ahí; atrapado, secuestrado; acariciando ausencias; descubriendo los huecos de un verano que parece igual que otros. Mi voz respira sumergida y busca calles ocultas habitando instintos y jardines tranquilos. Sobre el insomnio resplandecen pequeñas gotas de agua salada… Persigo tu boca. Ya no sé comunicarme por teléfono. La distancia es incalculable. No queda nada. Algo se rompe. No me percibo entero… Y es que me faltas tú. Me gustaría desaparecer sorteando un tráfico intenso… Y quedarme aquí. Frente al mar. Por siempre.


TOCANDO FONDO. Es el latido de las palabras…Nombres reunidos presintiendo nostalgias; versos que traicionan todas mis debilidades; historias que chocan contra canciones perdidas; páginas que doblan esquinas y recuerdos; libros que me acompañan por caminos sonámbulos; promesas blancas, aún por escribir…Y mi voz que existe erguida; rodeando mi propia memoria. Me parece que un gato se acerca. Tal vez quiera arañar mi soledad. El tiempo sigue cayendo sobre un mantel de fiesta y me enseña otra parte de mi rostro. Tengo que vigilar estas ojeras. Tengo que cuidar esta piel desnuda… ¡Es tan difícil definir lo que habita en mi pecho…! Tengo una cita con algo que parece tu sombra. La fuerza del “nunca” me impacta. No hay nadie aquí. No acepto que mis piernas se queden quietas. Y… en realidad; no sé sobre qué apoyarme.


MIENTRAS TU SONRISA SEA POSIBLE. Cada vez que tu sonrisa es posible, me invade un sabor indefinido… Y siento como si con mi existencia fuera capaz de conquistar el mundo. Como si las sombras se proyectaran cada vez más distantes… El sabor lejano de tus besos conecta con esos bailes de la luna sobre el tejado de mi terraza. Es difícil memorizar ese perfil que a veces me parece húmedo, que a veces separa viejos trozos de mi alma, que a veces me obliga a tocar el hielo… y otras a encender mi cuerpo. Es un descenso a los infiernos… Muevo con mis manos el rumbo de este verano extraño. Mido palmo a palmo el calor y el orgullo… Y… cuando ya nada me importa te cedo parte de mi territorio. Yo sólo quiero heredar música, versos y arena. De fondo… un paisaje marítimo. Sentado…alguien sigue esperando que vuelvas. Otra vez… Como si nada hubiese ocurrido.



LOS LADOS DE MI ALMA. Las traiciones no desaparecen nunca. Sus heridas permanecen en la sombra formando parte de esta ciudad. Nadie habita el vacío. El dolor pasa por debajo de las calles lejanas. La desesperación recorre mis ojos. Bajo la tormenta acompaño a otra gente que camina… y no parezco tan solo ni tan inmóvil. Vivo en esta tristeza y en este lugar donde tú sigues permaneciendo. Perdí todas las lágrimas y todas las horas Me siento excluido de esta tierra mojada He puesto en venta mi coche. Espero sentado en un bar… convertido en alguien que nunca conocí; sintiendo cómo envejecen los lados de mi alma.



PRIMAVERA EN UNA VALLA PUBLICITARIA. Jamás comprenderé la existencia de sábanas que nunca serán habitadas. Ni de cuerpos que descansarán bajo rumores de color rojo. Ni de esos deseos que llegan para reforzar la soledad. Ni de lunas distintas. Ni de escaleras mecánicas. Ni de estrellas que parecen de metal. Sin embargo, los árboles continúan ahí…agitándose como si nada ocurriese. He leído la primavera en una valla publicitaria. Su luz se refleja en las paredes de mi casa. Fotografías rotas; cine de tarde… Amor ya no me parece una palabra perfecta. Mi pecho como sinónimo de hueco, de dolor, de vacío infinito…Y ese recorrido que en algún momento perdió su linealidad, su redondez y todo su sentido…Por eso ya no se me ocurriría nunca morder el cristal de las ventanas…Ni medir la prisa que se concentra en las calles de la ciudad…Y es que ahora los semáforos parpadean al son blanco de mis pasos…Y esto es inevitable. A veces percibo brillos que crecen en los tumultos. Y… entiendo que esto es difícil. Tengo la impresión de que los coches circulan levemente. Y sé que todo es tan extraño…! Pero así se manifiesta: Lento Casi estático Y tan real… Como el rastro que dejó tu ausencia



HABITACIÓN SIN VISTAS. Todo acabó en la “S” de juntos y… la pasión, el deseo, el amor…quedaron derretidos entre los brazos de dos desconocidos; sin dejar huellas ni piedad; sin compasión ni rastro alguno. Abro los ojos de pronto y pacto con la luz un nuevo amanecer. Empezar otra vez: Recorro con impaciencia esta habitación; atropellando la soledad que lentamente sobrevuela la mañana. Trato de ser indiferente, ajeno… Apago mis mejores recuerdos… Debería plantearme seriamente construir mi propia ceguera. Desplazar el brillo de tu piel hasta las estrellas lejanas. Difuminar el camino de mi propia memoria. Desterrar tus labios hacia un desierto desconocido. Después de todo lo ocurrido, debería olvidarte. Pero… siempre vuelven a visitarme las dudas que atraviesan todas las puertas. Esas que tiñen el tiempo de nostalgia y posibles secretos.


HORIZONTAL Y MARÍTIMO. Los espejos parecen nublados; incluso indecisos. Devuelven sombras imaginarias y destellos de irrealidad que se mezclan con el itinerario de mi silencio. Aquella despedida sigue quedando próxima aunque cuando vuelvo a pensarla aparece como antigua y descolorida… Como una escena de cine mudo. Es dorada mi soledad y a veces es también imprecisa. Conozco un bosque de color rojo donde nacen vientos de nostalgia, donde los deseos crecen de madrugada, donde todas las noches oscurecen tu regreso…y tu espalda lejana…y tu boca de agua…y tus ojos… y tu cuerpo… Mientras…mi edad se une a las farolas encendidas… y mi corazón acomoda de nuevo los besos que me diste. Cerca, me veo a mí mismo plantando llamaradas sobre la arcilla húmeda. Y el viejo reloj ordena las tormentas…Y las consecuencias…Y las madrugadas…Y las resacas…La luz extraña cae sobre el mar. Las ventanas siempre son antiguas. La luna es siempre la misma. La espuma debería ser un sabor. Y la indiferencia tendría que ser como el mar: Inmensa Perfecta Y azul.



CINEMATOGRÁFICO. Los escaparates reflejan tejados extensos…Latidos íntimos…Batallas obscenas… Grúas pálidas… Luces de otra época… Me sitúo aquí, enfrente; como testigo de fuentes artificiales y logro adivinar todos los balcones perdidos y un destino hilvanado sobre mi piel. He elegido un traje grabado que nada tiene que ver con el comercio; lo viste el viajero que inaugura raíles y tabernas. Detrás de los cristales más extraños espío cúpulas y ruinas. Siempre me emocionan las calles antiguas. Descanso en una plaza solitaria y hermosa desde donde imagino nubes que pasan, olas que rompen, ríos que suenan, misterios que estallan... Sin embargo, ninguna huida es diferente. Todas son historias rotas. Todas encierran el mismo poso de dolor. Durante la madrugada suprimí las excusas. Rompí las fotografías. Inmortalicé lunas perfectas. Sumergí un terrón de azúcar en una taza de café...Y compuse dedicatorias para leer mañana. No sé si tengo calor. No sé si alguna vez el mundo podrá parecerme distinto. Siento que sin ti, mi cuerpo no tiene sentido. Este salón me parece una ciudad desconocida. Cargo sobre mis hombros una veleta que se extiende hasta rozar el viento. Miro alrededor… Ya no están tus ojos. El tiempo desaparece como atrapado por una marea imaginaria. ¿Qué fue de la sangre que corría por mis venas? ¿Cómo abordar la ausencia de tu risa? No puedo parpadear. Me quedo inmóvil. La sensación es de frío intenso ¿Dónde está mi abrigo? Lo necesito para afrontar el destierro. Para bordear suburbios. Para escalar torres. Del piano sólo surge la tristeza y...ya no son tus manos, ni es mi vida, ni el tiempo pertenece a nadie, ni los sueños se mezclan con ninguna melodía. ......En primer plano se aprecian los detalles de una ventana tras la cual ruge un motor cada vez más lejano. Imagen de una calle desierta en plena noche. La cámara no lo capta pero dentro ha quedado alguien que llora sin consuelo.



CARMEN MEMBRILLA OLEA.

Nace en Guadix (Granada) en 1969. Estudia Filología Hispánica en la Facultad de Filosofía y Letras de Granada. Ejerce como profesora de Lengua Castellana y Literatura en el IES Padre Poveda de Guadix. En abril de 2012 ve la luz la antología poética: "Cuatro intentos de aproximación a la mentira", en la que publica 14 poemas. Colabora en el periódico Wadi-as con cierta asiduidad y mantiene bastante actividad en Facebook donde, además de su página personal, administra "El espejo de las palabras", una página literaria dedicada al cuento y a las expresiones poéticas. En octubre de 2013, la Biblioteca de Guadix organiza el I Concurso de Presentaciones Poéticas de Temática Local, obteniendo el primer premio su audiovisual: Guadix y la Poesía (vídeo disponible en Youtube). Sus textos: “Adjetivar o morir”, “Inexplicablemente… amor”, “En esta orilla” y “Mila” han resultado seleccionados para formar parte de las siguientes antologías: Versos en el aire (Poesía), Cachitos de amor III (Microrrelatos), Xochiquetzal; historias de amor y algo más (Poesía) y La primavera… la sangre altera (Microrrelatos). En marzo de 2014 participa junto al fotógrafo accitano Ramón Sánchez Reyes( Pícaro Digit) en la exposición fotográfica: Guadix, Azul y Oro II; complementando las fotografías con textos escritos en prosa poética. Es autora del poemario inédito" El Quemador de esencias" y escribe con regularidad en el blog que lleva el mismo nombre: http://elquemadordeesencias.blogspot.com.es/


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