GEALITTERA REVISTA DIGITAL Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir. Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos. revistagealittera2014@gmail.com IBSN: 14-08-2014-55 Todas las imágenes publicadas en esta edición son de Google y Pinterest
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INDICE
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EDITORIAL Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz
POESÍA Elisabet Cincotta María Comorera Nora Curonisy Loustanau Lucas Damián Cortiana Clara L. Morgado María Josefa Reyes Maite Glaría Isabel Rezmo Zaida Giles de Quirós Carmen Hernández Rey Ana Aguirre Mirta Roncarolo Raquel Piñeiro Mongiello Carmen Barrios Rull Ana Maritza Aguirre de Schwarzl Susana de Iraola Amelia Arellano Nancy Haro Pontón Graciela Fernández Jorge Serra José Javier Terán Esneyder Álvarez Elvira Duarte Ethel Saavedra García Fernando Sarría Carlos Norberto Carbone Adri Delfini Patricia Corpas Gutiérrez Alicia de León Epp Agustín Costa Estela Molinas Báez José Antonio de Pablo Pascual Marita Ragozza Cynthia Rascovsky Cecilia Ortiz Eduardo Longa Luis Pabón María Teresa Fandiño Luisa Alejo Consuelo Jiménez Martín
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En este enero I Enero llegará… Metonimia lúdica Frío Enero de luna llena Nueva cuenta Enero Primero Llega enero Enero Un comienzo Enero Tibio sol Al mes de enero Salidas falsas Enero ¡Feliz Año Nuevo! Quizás algún día… acaso enero Quiero un enero Enero, el primero Un enero Tú y yo Allozo No sé cuándo Decreto en enero Mi enero Dios Janus… Noches de enero Haiku- Senryu (occidentalizados) Enero Pasión de enero Enero Oscilación Romance de un lorito coruñés No hay de otra Un paseo en enero 4
10 12 14 16 18 19 20 21 22 24 26 28 30 31 32 34 35 37 39 41 43 44 45 47 49 51 52 54 55 56 57 59 60 62 64 65 67 68 70 71
Lorena Brito Carmen Membrilla Olea José Ramón Castaño Diez Lya Naranjo Rivadeneira Gloria Gayoso Antonio Portillo Casado Ivana Szac Alibut Sarabia Paco Déniz Bruno Graciela Diana Pucci Sandra Gudiño Isabel Pisani Mariel Monente Miryam Colombotto Seia Lidia Vinciguerra Nydia Ovalle Julia del Prado Araceli García Martín Laura Cecilia Curbelo Tozzi Victoriana Díaz Lominchar Tomás Sánchez Rubio Rosa Lía Cuello Susana Zazzetti Mar de Fondo Mabel Coronel Cuenca Isabel San José Mellado Dana Laila Aymara Aruwiri RELATO Milagro Haack Lilian Costamagna Marinela Puebla Marcela Barrientos Gloria Acosta Ana Lucía Montoya Rendón Rodolfo Torres Mario Sarli Margarita Polo Viamontes Rodolfo Dondero Rodo F. José Franco Sergio Raúl Trentino Roxana Rosado Luis Alberto Angulo
Deleite Enero y la poesía Enero Mes de enero Enero Enero Enero Amor de enero Luna de enero Enero en mi piel Hermanas Jano Ventanas Alucinada por enero Primera etapa de la luna Enero Y llegó enero Enero Enero Ilusiones Amor clandestino
Maletas y azafatas Melchor, Gaspar y Baltasar Enero Carta
Garúas de enero Enero y vos Aventuras de gemelos Al inicio de un nuevo año Enero. Cuento para leer después de Navidad Ciclicidad El mismo suicidio en cada enero La nieta rebelde Enero nevado y caluroso Enero Noche de San Antón Postales del alma Memoria En mayo como en enero
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EDITORIAL
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Queridos amigos: En nuestro Nº 41 planteamos como tema “ENERO”. Por lo que tiene de comienzo y de nuevas intenciones, porque inaugura un año nuevo que esperamos sea próspero para todos nosotros. Porque es un mes perfecto para estrenar nuevos proyectos, nuevas lecturas, nuevas escrituras. Enero es un mes de invierno o de verano, depende de dónde estés. Es un mes de regalos y fantasía, es un mes para que los niños disfruten de sus juguetes nuevos y para que nosotros disfrutemos de las sonrisas de los niños. Enero es un mes enigmático y mágico, por eso quisimos escribir sobre él . 7
Y para acompañar este editorial hemos elegido un fragmento del poema de Octavio Paz- México
PRIMERO DE ENERO Las puertas del año se abren, como las del lenguaje, hacia lo desconocido. Anoche me dijiste: mañana habrá que trazar unos signos, dibujar un paisaje, tejer una trama sobre la doble página del papel y del día. Mañana habrá que inventar, de nuevo, la realidad de este mundo. Gracias a todos por acompañarnos en este comienzo del 2018. Somos Gealittera. Son Gealittera. Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz
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POESÍA
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ELISABET CINCOTTA EN ESTE ENERO I
en este enero de extrañezas renunciamientos decididos augurios incesantes de rosales perfume que intensifica azules y acorta nostalgias de tango y poesía de grillos chicharras nubarrones intemperie cálida del corazón sin horizonte en este enero que me llama me perturba sanatea murmullos y ventanas agiliza serenatas de luna 10
acudo al brindis de la existencia cumplida en proyectos y en palabra en este enero saludo la imagen de años de frente sí de frente ante un espejo que sonríe y murmura no ha sido fácil aún así aquí estamos
Elisabet Cincotta Hudson-Buenos Aires-Argentina
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MARÍA COMORERA ENERO LLEGARÁ...
Enero llegará, y yo no quiero que llegue, tú ya no estás y mi corazón se cubre de nieve.
La vida no me ha dejado ver las hebras de plata en tus cabellos, aún no hay en las mías, cuando las tenga, tú ya no podrás verlas.
Los día se irán sucediendo, vendrá enero será como tantos otros, pero a mi me parecerá distinto, sin tener en casa tus ojos. 12
Quisiera decir que lo que vivo es solo una pesadilla, y cuando llegue enero me despertaré y a mi lado te tendré viendo como duermes plácidamente, y así olvidar este infierno tan presente
Pero vendrá el nuevo año, empezará el calendario con otro enero, y en el de mis días del alma, serán hojas llenas de soledades y de escarchas.
María Comorera. Segur de Calafell. Tarragona - España
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NORA CURONISY LOSTAUNAU METONIMIA LÚDICA
Metonimia sencilla metáforas desconcertantes eventual presencia del tiempo Tiempo Tiempo oral Tiempo de la voz Palpable vivido Tiempo clave Clave clave que contiene el conjunto clave en cuarta dimensión marcha recuerdo espacio Espacio sideral espacio vacío espacio de otros días flores de enero
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Enero con sol enero con lluvia enero rampante Complejidad específica intuición estética imagen de armonía simple diáfana Melancolía existencial catarsis completa Nora Curonisy Lostaunau Lima, Perú
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LUCAS DAMIÁN CORTIANA
Me enamoré de las tumbas de los poetas. Soy un romántico, así es. Y el colmo: lloré a Marguerite Duras en el cementerio de Montparnasse. Quisiera que me enterraran vivo. Con la boca entreabierta de haber dicho “estoy vivo, pero aquí no hay nada que importe realmente”. Que una señora me visite cada domingo de enero. Que lea mis poemas y forme corazones con las piedras. Hasta los niños saben que el secreto está guardado al otro lado. La preposición resulta petulante. Los niños, sobretodo. Hay palabras tan lindas y húmedas que me las arrojaría encima como baldazos de agua o puñados de tierra. Otra vez eso de enterrarme. Si sigo escribiendo poemas pronto dirán: “ese de ahí, el suicida”. 16
Alguna flor de plástico que no atraiga abejas. Algo inteligente en el epitafio. Y el día, mes y año con números romanos. XXVIII-VIII-MCMLXXXIII. Acaso la felicidad estaba en amar las cosas muertas. Amar las cosas muertas, rigurosamente, contemplando en uno mismo, el mármol.
Lucas Damián Cortiana – Chivilcoy - Argentina
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CLARA L. MORGADO FRÍO
Se ladeó el sombrero y un arco perfecto destacó en el rostro. Infalible trazó su curso con fuerza y entró certero en el objetivo. Una vez dentro, la ausencia de ella levitó cristalizada en llovizna, para caer sobre el corazón y marcar de nuevo, un ritmo de juventud. Pero la soberbia fue mayor que el sentimiento, la cellisca inundó el cuerpo que volvió a ser frío, y lo que fue pasión regresó torcida al refugio blanco, de su acostumbrado enero. Clara L Morgado- Miami- U.S.A. 18
MARÍA JOSEFA REYES ENERO DE LUNA LLENA
Enero, luz de luna que se envuelve en el camino dejando fúlgida estela que descubre en la distancia muchos senderos ocultos que la sed del caminante no se ha atrevido a cruzar. Ven, enero ávida de amaneceres yo te aguardo y te recibo, te contemplo entre la nieve trayendo a mis esperanzas nuevos bríos que el viento gélido y raudo ha querido despertar. María Josefa Reyes-Cuba-Kentucky/U.S.A. 19
MAITE GLARÍA NUEVA CUENTA
Enero ya se estremece, las escarchas nos acechan, en el sur la luna arde y empieza una nueva cuenta. Se reinicia la madeja, bordan los bordes, se aferran a la vida los que sueñan. Mil flores yacen dormidas y un clamor se manifiesta. Cada año nos despiertan nuevos sueños, ansias nuevas. Mas no todo es alegría, para los desamparados nada es nuevo, nada cuenta. Maite Glaría. Cuba-USA 20
ISABEL REZMO ENERO
Hemos querido comernos el calendario. A estas alturas estamos perpetrados por dentro hasta que suene el día 1. Todos los días deberían ser día uno. Mirar el corazón, dejarnos guiar por los sentimientos que intentamos plagiar sin éxito alguno, cuando pasa el trimestre. Hemos querido endulzar el edulcorante de la miseria, de la tristeza por algo más consecuente con el sabor de las uvas dentro de una copa de champagne. Todos los días deberían ser día uno. Enero asoma por la tangente, asoma despidiendo lo añejo de una vida que a veces sabe a limón. Ayer incluso dejé la guirnalda al lado de la ventana. El frío se colaba dentro (pero creo que estoy ya llena de pequeñas punzadas de hielo). Dejé al lado las bolitas hasta alcanzar la estrella en el extremo del árbol. Tenemos que ser una guirnalda, una estrella que se alimenta del forraje de cada sonrisa. No esperar que llegue enero. Enero es el final de la inocencia, el principio de la sentencia, o del juez, o de los cábalas.
Isabel Rezmo- Úbeda- España
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ZAIDA GILES DE QUIRÓS PRIMERO
Viajero, transportas la magia divina que viene de tanta inocencia de días atrás… Regalo preciso que enlaza la gloria de amor y memoria que un Siete cercano vestido de cielo me recordarás.
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Son tantos inviernos de lluvias y besos de ortos y ocasos que bajo la luna de calma mirada viniste a buscar… Tu nombre, mi nombre océanos glaucos que aún entre versos de tiempo de frío a dulce me saben, a Enero preciso, cubierto de rosas en mi palpitar.
©Zaida Giles de Quirós, Sevilla, España
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CARMEN HERNÁNDEZ REY LLEGA ENERO
Imagen seleccionada por la autora
-un calendario másSigilosa las horas pasan en calma, remansadas, estoicas y bañadas de agua plata, cosida piel en los caladeros de metal, con hilo blanco, llega otro nuevo enero. -Un calendario más24
Enero consigue imágenes verdes de cañas y pardos tubulares en bocas de niña, queriendo imitar puros Juega otro enero más -llega empapadode arroyuelos en alpargatas del calendario espartanos con vientos, sol y luna en sus eneros cargado de agua en ojos viejos, queriendo mirar solo el venidero. Un calendario más, llega cínico y pesado, pasado por un gris plomo a mitad camino de las piedras y su vestigio de huellas, ayer ligeras, hoy cansadas -pesadasalpargatas de un Juno con dos caras, enero llega. miro adelante y le visto de día y verde esperanza, llega nuevo.
Carmen Hernández Rey ©®autora extremeña
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ANA AGUIRRE ENERO
Pasean las horas por delante de mi vida, cursa el mes de Enero, mientras se escuchan lejanos truenos, presagio de que viene el aguacero salpicando de esperanza, tu vida y la mía, la lluvia es bonanza. Después... la quietud, el cielo se queda sereno, el firmamento queda en calma, y tú, mi princesa, sonríes, alegrando mi alma. Es tiempo de Enero primer mes del año, el mes que más quiero, por ser tu cumpleaños. Tú eres la flor de mi vida, estás en el sendero por donde camino, tu vida es jardín de flores, con sus perfumes y firmes colores. 26
Tú, mi princesa, brillas cual flor hermosa, mientras transitas la ruta de la vida, Eres la brisa suave, eres la luz de sol, fuente de alegría que nos enciende el corazón. Tienes claridad de Luna, destellos de las estrellas, alegría de mi vivir... Tú, mi bella flor, que cada día creces, que cada día floreces, y con cada pétalo tuyo, perfumas mi ser. Qué momento tan sublime, cuando contemplo tu belleza, tus encantos, tu niñez que ya dejas, tu juventud divino tesoro… Eres la flor de mi vida, que se no se marchitará jamás, pues tus raíces las tengo, fundidas en mi corazón. Eres mi eterna princesa, mi más bello poema, mi mejor canción. Enero, cuánto te quiero, créeme es la verdad, Sé talismán de mi princesa, que es de mi vida Lucero, para que siempre esté en su sendero, la luz de la felicidad... © Ana Graciela Aguirre Núñez Pedro Juan Caballero – Paraguay 27
MIRTA RONCAROLO UN COMIENZO
Un encuentro Fugaz entre gorriones El agua que fluye En el rĂo Y un sombrero De paja Deja pensar En el verano Todas las cuentas Saldadas Todas las caricias Otorgadas Todos los besos Recibidos Un nuevo comienzo Un corazĂłn abierto Con un tumulto De dimes y diretes Comienza Enero 28
Esperanza y fe Se abrazan Y se enfrentan A maldiciรณn y guerra Que merodean Como salvajes Que son Los gorriones El sombrero de paja Las cuentas saldadas Y la fuerza del amor Hacen a Enero un comienzo De cristal en un manantial Mirta Roncarolo- Buenos Aires - Argentina
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RAQUEL PIÑEIRO MONGIELLO ENERO
Fluye la vida entre el ir y venir de cosas y en el exilio del tiempo derramado ayeres perdidos en la memoria, juegan entre historias de olvidos su propias fatigas. Y hay miedos, atados al alma en la simetría de iniciales humanas. Y hay páginas en blanco para llenar de purezas la vida, que amanece como un adagio, en la redondez de la tierra y son artesanos de Enero en el calendario, quienes modelan su matriz para el nacimiento de otro portal abierto en el horizonte de la existencia. Raquel Piñeiro Mongiello. Funes – Santa Fe - Argentina 30
CARMEN BARRIOS RULL TIBIO SOL
Tibio sol de enero calienta estas manos que te buscan, clava tu suave caricia en mi frente helada. Enero, los reyes esperados magos que sueños regalan… Anoche vinieron pero no encontraron mi pobre ventana. ¿De qué me sirvió fantasear e imaginar que por la mañana todo cambiaría, si nada cambió?… ¡Yo los esperaba!, calienta mi sangre que enfrió la escarcha tu suave caricia borrará las lágrimas. Carmen Barrios Rull – Madrid- España 31
ANA MARITZA AGUIRRE DE SCHWARZL AL MES DE ENERO
Enero, primer mes del año lleno de sueños, ilusiones, y esperanzas, es pisar a paso firme en una gama de colores de múltiples posibilidades. Enero no es primavera donde las flores perfuman, es verano con un sol radiante y es invierno con un sol que se ausenta, pueden haber risas y alegrías o inevitables llantos y tristezas. Enero es tan sólo un mes del calendario, días para celebrar o recordar, 32
días para trabajar o vacacionar, días con inesperadas sorpresas, días al fin y al cabo con 24 horas para decidir en qué invertirlas.
Enero es apostar que todo vaya bien, mejor reconciliarnos con uno mismo, no guardar rencor en el corazón, que de febrero hasta diciembre hay muchos días por delante y no sabemos si habrá un último Adiós.
Ana Maritza Aguirre de Schwarzl.( Peruana-Española/Residente en Alemania) Copyright © derechos reservados
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SUSANA DE IRAOLA SALIDAS FALSAS
Supe que todo intento tiene riesgo cada esquirla es silencio cuando enero repliega su diseño en las noches del sur el sudor envenena la charca. Si me niego al galope veré caer las mariposas si no escucho llegaré al desvío resta medrar agobios para callar. Pero enero se niega estalla fuego por el este derrite los carozos nada evita ni esconde desnuda toda piel agobia. Susana de Iraola- La Plata- Argentina 34
AMELIA ARELLANO ENERO
Era un hermoso día para morir, viviendo. Era el esplendor de la rosa. Arde el verano y la ausencia de garúa. Un estío que atrapa lagartijas. Uno que otro lagarto entre las pajas. Plenitud. Soledad. Ni una brizna de hierba entre los pechos. Un templo. Un santuario. Oscuridad.
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Y yo en ella.
Era una gloria morir en ese enero. Parada en los umbrales de la pena. Espero. Se aproximan los potros de la noche. Un cuervo tiembla de deseo en su desierto. La sangre salpica las estrellas... Los muslos. La pasión y la memoria. Un grito. Un grito y un silencio.
Hasta el viento callaba. Féretro pequeño. No nato. Lagrima seca. Sublevación. Enredados, un pulpo, una medusa. Un cordel de oro. Una garra. Un galope. Dos gritos. Dos gritos y un silencio.
Era un hermoso día para vivir, muriendo
Amelia Arellano- San Luis- Argentina
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NANCY HARO PONTÓN ¡FELIZ AÑO NUEVO!
¡Feliz Año Nuevo! ¡Con un sol en la puerta de todos! ¡Con un canto de libertad a las palomas a los lirios, al viento! ¡Con un abrazo universal al Hombre Nuevo a la paz, a la vida! ¡Año nuevo! ¡En la sonrisa de los niños en las pupilas del anciano en la mano extendida del mendigo! ¡Año nuevo! ¡En el zapato del migrante en la ternura de las madres en la sabia que enciende madrigales en la balanza imparcial de la justicia! ¡Año nuevo! ¡En el trinar de las alondras 37
en los brazos que se abrazan en la esperanza que espera en cada puerta en los sueños que crecen y se juntan! ¡Feliz Año Nuevo! ¡En la verde casa planetaria en todos sus rincones palmo a palmo; para que reinen el amor y la justicia y se extingan, de una vez por todas, los nefastos heraldos oprobiosos de la ambición y el odio y de la muerte! Nancy Haro Pontón - Ecuador
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GRACIELA FERNÁNDEZ QUIZÁS ALGÚN DÍA… ACASO EN ENERO
(Adaptación del poema “Quizás algún día”) Quizás algún día… Acaso en Enero, nos encontraremos bajo el mismo cielo. Tal vez el silencio nos gane el espacio y nos contentemos con solo mirarnos. Y tantas palabras, 39
que están en el alma, quedarán calladas. ¿Seremos cobardes Y no nos daremos ese abrazo inmenso que tanto deseamos? Quizás algún día… Acaso en Enero, nos encontraremos bajo el mismo cielo… Pero separados.
Graciela Fernández. Rosario-Santa Fe- Argentina.
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JORGE SERRA QUIERO UN ENERO
Yo quiero que el enero que se asoma Me atropelle de sol y de esperanzas Que los sueĂąos dormidos se despierten y en un giro veloz de nuestra historia todos los pasos vuelquen su destino en una sola senda coincidente. Quiero un enero nuevo reluciente un enero carente de egoĂsmos un enero de risas y canciones un enero de brazos enlazados un enero de paz definitiva 41
Quiero que enero desborde de milagros de sentido común, de cercanías de miradas de unión, de coincidencias de un exceso brutal de sacrificio de la generosidad de los Quijotes de un estilo carente de apetencias Quiero ese enero fresco y necesario que sepulte por siempre diferencias que los fantasmas negros se destiñan que la maldad perezca en las esquinas donde las rosas nuevas amanecen Quiero ese enero pulcro y renovado que la Argentina toda necesita.
Jorge Serra- Buenos Aires-Argentina
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JOSÉ JAVIER TERÁN ENERO, EL PRIMERO
Es Enero el primer mes que el año nos trae, Naciendo fresco, impoluto e inmaculado aqueste Entramado de días, que como un gato en celo Ronronea una y otra vez cabe al resto de meses, Oteando el panorama con el total de meses a sus pies. Entra todo él ufano, convencido de que por ser el primero Le tocará la mejor parte en el pastel del nuevo año. Pero bien pronto observará que a él, enseguida, le llamarán Ruin, si es que no se muestra generoso en lluvias, Igual que en nieves y también en soles solaneros. Marchará cabizbajo, pues, el resto de días del año, Esperando que un golpe de suerte toque su redaño, Recomponiéndose, ¡muy digno él!, sabiendo que al final Oteará el panorama desde su encumbrado pedestal. ©José Javier Terán Palencia (España).
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ESNEYDER ÁLVAREZ UN ENERO
Fue un enero, Cuando las gotas caían lentamente, Su sonido acariciaba el techo de nuestra cabaña, El sol se asomaba tímidamente por la montaña, Su luz se infiltraba por la ventana para abrir nuestros ojos, Nuestros cuerpos yacían desnudos, Nuestras pieles aun guardan el aroma de la pasión, Mi mano acaricia tu cabello, Tus labios me dieron los buenos días con un dulce beso, Mi alma guardó tu rostro como mi más dulce recuerdo, Tu nombre se tatuó en mi corazón como el más bello amor. Esneyder Álvarez Medellín - Colombia
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ELVIRA DUARTE
“Las fuerzas del alma se abren como las del lenguaje hacia lo desconocido”. OCTAVIO PAZ
Deidad de los inicios y finales Del Alfa y el Omega Janus el Bifronte mira a Oriente y Occidente. Pasado, sin retorno. Futuro, hacia el esplendor del horizonte. Con gallardas vestiduras Amarillas como mieces, Enero, coronado por doradas espigas Resplandece en occidente a pura luz del sol incandescente. Abre doradas puertas, expande su luz, lleva la energía a dimensiones azules. 45
Invita al cambio a interactuar, aprender. apasionarse con la vida. Al equilibrio interior. A nuevas siembras y cosechas. A sembrar con la certeza de ver la pequeĂąa semilla, convertida en ĂĄrbol majestuoso.
Elvira Duarte- Buenos Aires- Argentina
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ETHEL SAAVEDRA GARCÍA TÚ Y YO
Imagen elaborada por la autora
Con las festividades decembrinas nos olvidamos de nosotros. Las festividades, las campanas, los rezos, opacaron nuestras mieles, guardamos los besos para enero para estar a solas… para contemplar los surcos de nuestra piel crear nuevas estancias de vida. Beberemos del vino que sobró, lo libaremos con más calma… con más gozo. Nuestra mesa no será de sobras, será de nuevos platos, las velas encendidas nos invitarán a cantar y a bailar. Ven... 47
te invito a vivir el derroche erótico que corre por nuestros cuerpos. Luego… aún embriagados, te sentarás a mi lado permitirás que mi boca deje un beso en tu frente a tu oído susurre cantos de amor. Solos tu y yo en enero.
Ethel Saavedra García, Colombia
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FERNANDO SARRÍA ALLOZO
Imagen seleccionada por el autor
Recojo el frío de los días. Esta ausencia de palabras. Silencio sin ataduras. He vuelto desde la oscuridad a ser oscuridad: un viaje para recordar donde nací, de dónde vengo, dónde he de volver a morir. Simiente de flores que roban los pájaros. Aún así vigilo el almendro, su incipiente luz contra la bruma... Nacer sin desaparecer. Ser sin esperar nada. Contracorriente. Se estremece en mi corazón cada flor nueva que se abrirá entre la nieve. 49
Solo esperar, contemplar, sentir. f. Fernando Sarría- Zaragoza- España
Aclaración del autor: Este poema es de enero; no lo nombra pero los almendros aquí es cuando echan sus primeras flores. El allozo es el almendro silvestre…
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CARLOS NORBERTO CARBONE NO SÉ CUÁNDO
No sé cuándo perdí la cabeza Si fue una tarde de junio O una calurosa noche de enero Sólo recuerdo Que fue un día de pronóstico apocalíptico cuando los perros huyeron de las plazas los hombres olvidaron su sombrero y la mujer que amo dijo: -Tengo la ventana abierta Y la luna nació con agua.
Carlos Norberto Carbone- Ciudad de Buenos Aires- Argentina Del libro “DOCE CIUDADANOS +1 ECO EDICIONES (2008) 51
ADRI DELFINI DECRETO EN ENERO
Cuando me enamore será un mediodía de Enero para eternizar el azul celeste del cielo. Porque amo observar las nubes y recordar de dónde vengo sintiendo la mirada de Dios adorando el espíritu del viento. Quizá ese día se ilumine y al fin acabe con las noches la desorientación y sus desvelos cuando no susurra el amor esos suspiros violentos. Lo decreto en este día 52
cuando me enamore será un mediodía de Enero y el sol estará en el cenit las nubes iluminarán sus cabellos si hace calor, beberé sus besos y si está fresco, me meceré en su calor. Así nomás lo decreto esta la última vida que te espero.
Adri Delfini- Ciudad de Buenos Aires- Argentina
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PATRICIA CORPAS GUTIÉRREZ
Enero entraba triunfante cubriendo con su helada estola de brumas y nieves caminos y senderos. Enero entraba radiante invadiendo con sus doradas alas de sol y calor valles y montañas. Invierno en el norte Verano en el sur Dos eneros distintos Dos eneros a la vez
Patricia Corpas Gutiérrez- Barcelona -España
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ALICIA DE LEÓN EPP MI ENERO
En mi enero el jardín duerme, envuelto en lienzo de escarcha y el aliento del invierno se congela en mi ventana. Desvestido el gajo tiembla ,el marrón vence las plantas que se inclinan bajo el peso de una helada magia blanca. Hay silencios que se ven y hay canciones que faltan y pareciera que el gris se devoró la esperanza pero en lo hondo un secreto, se gesta en matriz dorada simiente de una promesa calladamente anhelada. Mi enero guarda comienzos en el centro de su alma y hay mariposas y brotes debajo de de su piel álgida. En el aire de mi enero, los copos de nieve bailan y desde el alero cuelgan carámbanos como lágrimas . En mi enero el jardín duerme y la flor yace olvidada y aves de ceniza llevan sueños de marzo en sus alas.
Alicia De León Epp Uruguay/Canadá
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AGUSTÍN COSTA
el verano trae consigo olores incandescentes como la albahaca la ligustrina junto al jazmín del patio expande el perfume húmedo de mi infancia el viento de enero huele a lluvia mi piel a sol la noche a madrugada Agustín Costa- Olivos- Buenos Aires- Argentina
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ESTELA MOLINAS BÁEZ DIOS JANUS…
Dios Janus, favor bendice este enero por ser precisamente el mes primero que anida esperanza de un año entero y la felicidad colme el sendero con los signos de éxito verdadero, cual presagio de augurio venidero. Janus bendito, envuelve a este mundo con la magia del amor más profundo que brote sobre este suelo fecundo, y que no pase siquiera un segundo en que el destino se vuelva iracundo, haz tu sitial el alma de este mundo. 57
Abriga con tu fuerza a cada ser con rayos del sol del amanecer, para que no pueda desfallecer la esperanza de un día poder ver un mundo donde sólo el buen querer sea añoranza de lo que fue ayer. Janus, Dios de enero danos la paz que marque a nuestros pasos el compás para vivir cada día fugaz como si fuera el último quizás, y sin desear mirar más atrás hoy, te agradezco por el mes que nos das.
[02/01/2018] © Estela Molinas Báez Juan León Mallorquín – Paraguay
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JOSÉ ANTONIO DE PABLO PASCUAL NOCHES DE ENERO
Noches de enero danzando perdido, persiguiendo luces de almas a oscuras, voy surcando el aire entre mi locura, roto el corazón buscando un latido Noches de enero sin luz ni sentido, guardando los besos entre la amargura, voy suplicando que vuelvas cordura, helados los dedos, versos dormidos Mi pluma yace ya sin tu poesía, presa de un recuerdo oculto en la nada que busca en tus labios ese te quiero No está el poeta de dulce ambrosía, el que buscaba su niña encantada, va tras las noches, las noches de enero
José Antonio de Pablo Pascual ( ESPAÑA )
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MARITA RAGOZZA HAIKU-SENRYU (occidentalizados) ENERO
Brisa matinal ondea olas rubias. Trigal maduro.
Un cisne blanco pasea sobre el agua. Refulgen nardos. 60
Soy flor oscura escapo del sol padre. Razรณn de sombra. Frutal enero las cigarras rechinan a un sol rojizo. Noche de enero el dormir vano intento. Leo poemas
Marita Ragozza- Pehuajรณ- Argentina
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CYNTHIA RASCOVSKY PASIĂ“N DE ENERO
La sombra tambiĂŠn arde en la hoguera de su piel. Al borde donde desnuda deja la nuca luego de caer encendida en el fuego de sus manos. Bajo la misma sed el universo lleva la dulzura que convocan los senos en el altar de la carne. 62
Suave nacimiento que alimentan el agua de sus formas. Los ojos en el orbe de enero destilan rĂos beben de la imagen de la tutela del sorbo entre cenizas hasta el ĂŠxtasis.
Cynthia Rascovsky- Ciudad de Buenos Aires- Argentina
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CECILIA ORTIZ
El verano llega asoma en el prohibido refugio de la nostalgia allí queda dónde un pájaro insomne desvirtúa una danza. -suelto secretos me muestro confidenteEl verano contempla toca mi cuerpo -que no sabe de pausasy enciende un rojo estímulo. Abro pétalos en los ojos miro al verano - su cuerpo desnudoSe sabe el rey Enero todavía luce la señal de hombre sobre su soleada cabeza. Me incita a desgajar una fruta azul. No puedo decir que soy otra ni confesar mi calendario que ha quedado encubierto. Muerdo la fruta para reinar con él.
Cecilia Ortiz- Olivos- Buenos Aires- Argentina
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EDUARDO LONGA ENERO
Lo que siento lo enumero La inclemencia del verano en medio del salto invisible al abismo de tu risa el magnĂŠtico efecto del color incierto de tus ojos la adrenalina que trepa a travĂŠs de las horas en cada madrugada que paso bebiendo las palabras que anidan tus labios 65
Ayer fue el final de una era hoy el umbral de un nuevo comienzo cocido a fuego lento y al calor de las ganas Ayer fuimos diciembre y su horizonte de nostalgias maĂąana seremos enero de promesas y esperanzas esta noche es un limbo milimĂŠtrico sellado con fuego entre nosotros tentando la aventura del primer paso
Eduardo Longa- Buenos Aires- Argentina
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LUIS PABÓN OSCILACIÓN
El sol se abre paso como dueño absoluto, el viento sopla lento, la luna se niega a partir de estas latitudes. Todo permanece en silencio luego del alboroto y las luces que vestían el cielo para sacar promesas y votos que jamás se cumplen. Terminó la fiesta, los magos alistan sus obsequios, las luces del árbol se hacen opacas… ¡Saben que morirán pronto! Ya no les cantan, Ya no se espera nada, El niño del pesebre pronto se levantará para reencarnar en otro muñeco fugaz Mientras este enero nos recuerda Que todo es un ciclo y nosotros nos repetimos con él.
Luis Pabón- Colombia/ Argentina 67
MARÍA TERESA FANDIÑO ROMANCE DE UN LORITO CORUÑÉS
En Coruña hemos pasado del verano y de la playa al invierno, en frío enero me tapo con una manta. Es mi loro muy agudo repite con mucha gracia no hay nadie tan embustero solo dice frases vanas. “En Coruña no hace frío quiero bañarme en la playa” Mi lorito es muy gracioso habla mucho y se repasa. Ya lo que dice me aburre cual jarabe de manzana, cual un día sin sonrisas mi nenita está hastiada de las calles silenciosas de la lluvia y de la calma en enero, vacaciones, 68
juega con el loro en casa. Es tan dulce mi princesa como Céfiro en la playa como ositos de peluche como miel en la garganta. “En Coruña no hace frío quiero bañarme en la playa” repite mi loro verde más pesado que una estatua. La niña porque es muy lista, se pone abrigo de lana un gorrito de colores una bufanda muy larga. Lleva puestas botas rojas los guantes de piel forrada allí se marchan los dos caminito de la playa. Hace frío mi princesa para el loro esta mañana Se va a morir de un ataque No le dejes ir al agua. “En Coruña no hace frío quiero bañarme en la playa” cansino el loro repite y lo envuelve en su bufanda. Mientras el pico sujeta el loro nunca se calla es por eso que su pico ya parece que le estalla. Por la niña enmudecido No acierta a decir palabra Murmura con mucho esfuerzo mas no puede con su habla adivino el pensamiento son sus ojos como aspas. “En Coruña no hace frío quiero bañarme en la playa”
María Teresa Fandiño- La Coruña- España 69
LUISA ALEJO NO HAY DE OTRA
Enero llega gritando Con dolor en la cartera Tiempo frío y sin espera Y el dinerito volando. La suma se desespera La resta gana la apuesta ¿Dónde está la solución Que la cabeza no encuentra? ¡A amarrarse el cinturón, Porque hay que subir la cuesta! Luisa Alejo- Camagüey- Cuba
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CONSUELO JIMÉNEZ MARTÍN UN PASEO EN ENERO
Contemplo la severa melancolía de esta hoja en blanco. Me reta su pureza, me provoca su ortodoxia. Ante ella, camina Enero, mes de nevisca, que se prodiga incapaz de cuajar en el gris del frío. Llega mohína, dejándose el cuerpo en la tierra. Se disipa en la nada, sin barro, sin charco, desaparece. La humedad de su toque borra los pasos. Hay calma, fluye el silencio en las calles, se condensa el horizonte en el vaho del aire. Miro los árboles, exhiben su rostro sin lágrimas. Restan desnudos, fieles a su ciclo. 71
Me conmueve su enjundia, brava, crecida, digna. Haciendo de su agonía un divino nacimiento. Abro las puertas de Enero, asoma un cielo encendido, coraje granate rompedor del cerril desaliento. Regreso a la Rambla, donde despunta el gris perla que talla la fronda. No me olvido de aquella paloma, que sorteando el ocre alud de hojas, recorre la senda. Su valiente género enflaquece la grima del crudo invierno. ¡Ah! ¡Bucólico paisaje del ceñudo Enero! Sonrío, mentiría si dijese que no necesito abrigo, hace frío.
Consuelo Jiménez Martín - Barcelona- España
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LORENA BRITO DELEITE
Disfruto el vaivén de las hojas al mecerse allá en lo alto. (y mi mano, distraída, toma la tuya) La Paz anida sobre las ramas fuertes, entre el follaje esmeralda. (la esmeralda de tus ojos, que me cautiva y me pierde) Travieso viento ¿quieres hacer cosquillas? (y tu piel se eriza al roce enigmático) Algunas nubes intentan oscurecerme, mas respiro profundo el aroma de azahares y las alejo. (porque tu voz me envuelve en protección contra dagas) Así de simple es la felicidad, dice la Calandria al pasar, en su majestuoso aleteo. (así de simple, tus labios) y bebe de la fuente. Y brindo con ella. (y me embriago de vos) Amor. (estás en mí) Ayer, hoy y siempre. Lorena Brito -Buenos Aires- Argentina 73
CARMEN MEMBRILLA OLEA ENERO Y LA POESÍA
Me gustaría ser poeta para decirlo todo, lo demostrable y lo inalcanzable. Me gustaría crear una pista de patinaje entre el amor y el odio y deslizarme de un lado a otro fácilmente, sin traumas ni lágrimas, renglón a renglón, combinando palabras infinitas. Me gustaría escribir para gritar que estoy viva, para descubrir algo más, para existir por siempre, para poder describir lo que siento ante la sonrisa de mi hijo, para que todo esté en su sitio, para que todo me pertenezca. Desnuda ante el espejo aprendo mucho de mí, busco la emoción y la verdad de un instante. Busco descubrir algo nuevo siempre, busco lo especial para hacerlo persistir. Busco salir de esa monotonía que me ahoga y me siento privilegiada por querer y poder escapar a través de las palabras, desapareciendo lentamente dentro de ellas y atrapando aromas a los que yo les doy nombre, existencia e identidad. Carmen Membrilla Olea. España.
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JOSÉ RAMÓN CASTAÑO DIEZ ENERO
Otro Enero comienza a batir sus alas, a llenar de su tiempo este errático silencio de vuelo detenido, de herida transparencia, a palpitar en mis sienes con el frenesí suicida de las aguas. Me recuerda este Enero a otros inviernos: la luz de pesadumbre y sostenido desamparo, los cielos con aroma a mar embravecido, las montañas haciendo caldera de los vientos, el pecho ennegrecido de la noche que se cierne entre sollozos; en cada sombra de nube, el corazón helado de los pájaros. Enero prosigue su camino, perdiéndose entre las vértebras del tiempo.
José Ramón Castaño Diez - Oviedo (España)
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LYA NARANJO RIVADENEIRA MES DE ENERO
Enero: Resaca de amores, dolores, distancias. Se desmayan las luces, ebrias de ruido Los colores de apagan, enfermos de frío. El bullicio se aquieta rendido de alcohol Enero duerme bajo un cielo opaco, Silencioso, afligido, dejó en los labios Tras el “feliz Año Nuevo” un sabor a sarcasmo, A sueños muertos a esperanzas rotas. ¿Será este enero lo mismo que todos? Tiempo de promesas que se escurren Al pasar el viento silencioso en las calles. Huellas que viajan a las mismas pisadas, Recorriendo los mismos senderos. ¿Y mis locas obsesiones, las carencias mías? ¿Cilicio sobre mis horas, 76
Silencio sobre mis puertos en espera.’? Enero, indiferente, malévolo, esquivo Eres puñal tras un sollozo; cosecha sin espigas. Caricias sin destino, amores sin respuestas Resaca de amores, dolores, distancias. Mes de enero, manojo de días iguales Perdidas promesas de nuevos inicios Solo tienes la luz de un lucero: El cumpleaños de mi niña más pequeña. Lya Naranjo- Quito- Ecuador Miami, 2 de enero 2018
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GLORIA GAYOSO ENERO
Nací en enero veinte, cuando el mes ya mediaba; siete meses cautiva en la maternal danza… ¡Y a vivir con el aire a sorbos desbocada! Trataba de entender casi todas las causas, husmeando por el cielo, del Hijo las sandalias, filosofando a veces y creando palabras; deshojaba rosales que yo sola miraba. Nací un enero antiguo que muchos desangraban; me instruí mansamente de guerras no lejanas. 78
Aprendí muchos cálculos para magras finanzas; Intenté cumplir todo de las Tablas Mosaicas y a veces pedí al cielo mil disculpas por faltas. Vine a aprender la vida revisando las huellas de los que me ganaron en las fechas pasadas. Algunas veces pienso en lo viejo de mi alma, y en cien mil cicatrices que la surcan intacta. Nací un veinte de enero con fecha adelantada para espiar la luna que el paso me marcaba. Fui una niña intuitiva con poética traza… ¡Muy pocos entendían mis rimas enlazadas! Enero marcó el rumbo de mis sueños de hada. Tuve amores de cuento, tengo amores de gracia; la vida me dio hijos que cuidé bajo el ala, y el enero lejano floreció en mil mañanas. No sé cuántos veranos soportará mi espalda, sólo sé que fui niña y aún juego desvelada a inventarme otra vida mientras la alondra canta. ©Gloria Gayoso- Buenos Aires- Argentina Derechos reservados
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ANTONIO PORTILLO CASADO ENERO
De los doce aparece antes enero. Discreto, llegará por la maleza invadiendo campos con ligereza. Dormitan espejos al Sol primero, extraños aljófares con esmero tiemblan de etérea delicadeza. Dos caras asoman por su cabeza en la puerta del año venidero, una observa qué acarreas contigo, y la otra, qué llevarás al futuro. Hielos en el exterior del postigo templados con la lumbre tras el muro, matizan de azul el vidrio, al abrigo del crisantemo anaranjado y puro.
Antonio Portillo Casado – Alcalá de Henares, Madrid (España) 80
IVANA SZAC ENERO
Hay un oleaje rebelde en las maĂąanas sonidos que amanecen en los ojos y estallan en los colores de la tierra la savia resplandece en los jardines la sangre se desliza en su caudal bajando por rĂos que llegan a mis manos la estepa calurosa nos envuelve juega con nuestros latidos mientras el sol abre puertas y ya no estamos solos enero ama las esperas en otros rostros que llegan y besan la medianoche. Ivana Szac- Ciudad de Buenos Aires- Argentina 81
ALIBUT SARABIA AMOR DE ENERO
El otoño ya no esperó; partió muy lejos del estero, y me dejó sin tu rastro, sin mar, sin viento y sin velero... La primavera aguardará desgreñando el invierno austero, mientras yo me muero de sed sin abrevar en tu venero... ¿Qué me dices del verano? ¡Parecía eterno vocero! ¡Ay de los recuerdos sin sol que desangran donde no quiero!
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Besos, sueños, piel y pasión; tierra abonada con esmero; ¿En cuál verso cobró vida la voz del destino agorero? El amor es el hermano del dolor más cruento y artero... Si el tiempo se va y regresa, muerte o vida ¿qué fue primero? ¡Ay, el amor que floreció, el más sublime, el más sincero! Se camufló con el tiempo mas yo por él, vivo... y espero... ¿Aún escuchas las notas lánguidas del viejo bolero? ¡Conservan el mismo sabor de aquel amor que nos dio enero! Alibut Sarabia México
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PACO DÉNIZ BRUNO LUNA DE ENERO
Mi cuerpo se estremece, al evocar tu sublime nombre, en noche de Felices Reyes, dónde las ficciones…, realidades se vuelven. Luna enamorada de enero; alza el manto de meses por venir, acompañadora del año nuevo, ilusiones sin fin. 84
Ojos cerrados…, deseos profundos, amores venideros, sueños verdaderos. Vuela la imaginación, mes de ensueños, dónde casi siempre…, se ablanda el corazón, lleno de bellos recuerdos.
Paco Déniz Bruno Las Palmas de Gran Canaria- España
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GRACIELA DIANA PUCCI ENERO EN MI PIEL
poema ya no me dejes y cuando el cabello se vuelva nieve volvé a mirarme las fantasías me tienden sus manos
Graciela Diana Pucci- Buenos Aires- Argentina
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SANDRA GUDIÑO HERMANAS
Ella también estuvo en la panza de la ballena alimentó el fuego caminó la sombra se volvió gigante y lloró litros y litros de llanto hasta que hongos sombrilla taparon la salida hasta saciarse lloró. Afuera recojo el único jazmín y su bullicio. Así era ella. ¿A quién se le ocurre morir en pleno enero? Sandra Gudiño- Santa Fe- Argentina 87
ISABEL PISANI JANO
Enero fue el recreo de la infancia: vacaciones infinitas, Reyes Magos, playa, sol y lectura febril bajo la higuera. Enero fue tiempo de amor certero, de anillos, boda y caricias verdaderas, de ilusiones y fragancias duraderas. Enero fue de los niĂąos calesita y arenero, bicicletas y helados muy amenos. 88
Enero fue el descanso merecido al constante adiestramiento y ajetreo… y al salario sabiamente defendido. Enero fue río de versos postergados tras las asiduas heladas del invierno. Enero fue la luna en la enramada, la estrella en el azul, abrillantada, la tibia noche alzada en la espesura, y trenzados pies desnudos en penumbras. Enero es de grillos y luciérnagas en su rito sensual y enamorado, de jazmines y lavandas en volandas, de recuerdos y dolores sin postigos, de anhelos y nostalgias sempiternos. Enero es Jano, que se brinda amigo, mas su ojo guiña al pasado y al futuro, feliz y orondo, sin jueces ni testigos. Isabel Pisani (Argentina 5-1-2018) © Todos los derechos reservados
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MARIEL MONENTE VENTANAS
cuando dormíamos con las ventanas abiertas era verano y era playa somnolienta entre los juncos atardecía en el cañaveral y bajo el dintel había zapatos de charol y una bengala extraña las mariposas nocturnas liberaban su terciopelo manchado cuando dormíamos nos acunaba la espera ceniza de ayer brasa de mañana. Mariel Monente- San Isidro- Buenos Aires- Argentina 90
MIRYAM COLOMBOTTO SEIA ALUCINADA POR ENERO
Estoy ebria de aire, bebida de rocío, y voy con pie inseguro en estos largos días del verano, por posadas de azul, fundido y puro. Emily Dickinson.
El calor asciende por la voz de las cigarras, busca el eje del día y lo quita de su centro. A la deriva los sueños.
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El verano quiebra y desgaja enero con su marca de fuego. Aprendo la indolencia que me enseña el tiempo… me dejo ser. Parto en un doblez del viento con la impunidad del silencio. Despido rutinas, descubro un nuevo estado en mí, el de la serenidad, tan cierto y fructuoso como un pacto resuelto. Ya en la noche dejo que duerman todos los verbos. Sin ellos, sucumben los versos. Los rescataré mañana. Hoy navegan en mis aguas de sosiego. Presumo que estoy alucinada por enero.
Miryam Colombotto Seia- Gálvez- Santa Fe- Argentina
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LIDIA VINCIGUERRA
Me ha llevado aĂąos arremansar en enero sobre enero para considerar la vida como un trazo preciso. Mediante el rodeo de la soberbia entre la palabra que se impone y el esbozo en cobardĂa devienen distracciones independientes. Como el suicidio. 93
Y entonces, Madre resulta que me siento vulgar indefensa vulnerable ante esta soledad de vos que sostengo apenas como se sostiene un รกnfora milenaria y preciosa a punto de quebrarse.
Lidia Vinciguerra- Buenos Aires- Argentina
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NYDIA OVALLE PRIMERA ETAPA DE LA LUNA
Enero: tu la puerta y el principio, acuarela que se dispersa en la mente, en las destrezas del alma. Los ojos dicen adiós a un año que parte, y permanecen en horizontes concebidos, que discurren y se conciben en el tiempo. Con alas nuevas… te despliegas en vientos sublimes, evitando los recuerdos que se aferran, olvidos imperiosos, que se ahogan en su retorno. Así, habrá un renuevo. Así habrá un brío desconocido, 95
en el escenario donde irradiamos nuestras quimeras. Un año comienza a sintonizar, a concebir posibilidades. En doce etapas de la luna, en doce hojas en blanco se conjuga un nuevo año. Crece un silabario en tus días, enero. Ahora, las horas vibran y nacen con la esperanza que aflora, y la lluvia acaricia los valles implacable. En la primera etapa de la luna, se inventa una nueva utopía, necesaria para este advenimiento.
Nydia Ovalle Ciudad de Guatemala, Guatemala C.A.
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JULIA DEL PRADO ENERO
Nace el primer día del año con los acordes del Niño Dios que todavía es bañado en pura agua tibia de rosas. Su Madre lo acuna bajo su manto, sin que pestañeé un solo segundo. Nace Enero en alegría imantada de guagua que es elevada hacia los aires con ajuares vaporosos. 97
Nace justo cuando el primer viento acude a la ventana de un hogar portador de un obsequio que cae a pelo en sueño de rey mago. Nace en este hemisferio en época estival, cuando la ola llega la orilla en natural sonido de encuentro sin par. Enero, no sólo es fiesta. Es dudas y es silencio. Es el inicio de primeros latidos de un año en incógnita. Enero viene, sin más Enero.
Julia del Prado.Lima- Perú 04 de enero del 2018.
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ARACELI GARCÍA MARTÍN Y LLEGÓ ENERO
Mi madre una gatita mimada yo fui el cuarto de siete, en su segunda camada. Y llegó Enero Los Reyes Magos, en una cajita me metieron, junto a una flor, un sombrero, un lazo rosa y una nota preciosa. Yo no estoy aquí porque sí 99
Para llenar tu vida de colores. Yo, no llegué pensando encontrar un blando cojín Donde descansar de mil amores. Yo, no sabía de este cambio. Pensé que sería más difícil amoldar mi corazón. Yo no me equivoqué Necesitabas amor, y al ver tus ojos amorosos las plumas de mi alma, se echaron a volar. Si, ya ves Soy un ser que siente y presiente Y sé de tu estado. Yo siempre esperaré a que quieras De nuevo volver a mi lado. Soy tu mascota, soy un ser vivo Trátame bien, no soy un juguete Pero juego y disfruto mucho contigo. No me dejes, sin comida ni agua Tú eres… mi refugio y mi hogar Para mí, lo eres todo Como tú no hay nada ni nadie igual.
© Araceli García Martin- Granada/ España
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LAURA CECILIA CURBELO TOZZI ENERO
El viaje del viejo año, hacia el pasado hoy, ha emprendido su marcha, dejándonos por legado, un flamante enero en blanco, que es más que un simple mes, es la tangible coyuntura, de vestir de real, todo anhelo que nazca, en las raíces de las entrañas. Enero es... la obligación, de transformar en oportunidad, cada despertar del sol, 101
cada baile del mar, cada beso entre la Luna... y el verdor de la pradera. Enero es... el decreto, por medio del cual, quedan abolidos los miedos, la falta de arriesgar, la inercia del no puedo, el gris conformismo, la ausencia de intentos‌ Enero es... un cofre de sueĂąos, de metas a cumplir, de desafĂos que hacer posibles, de permitirse no de prohibir, es enviar al olvido, lo que no te vale para ser feliz, pero sobretodo es creer en ti.
Laura Cecilia Curbelo Tozzi URUGUAY
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VICTORIANA DÍAZ LOMINCHAR ENERO
Ya llegó enero helando los tejados y vistiendo de blanco ciudades y campos. Las nieblas se agarran en las laderas del Tajo dejando su humillo pardo. ¡Lluvia rezagada…, al fin llegas…! Limpias la boina del cielo y lavas sin piedad el asfalto… 103
¡Frio, viento y nieve…! Con que furia vienes, ¡retorcido enero…! Tú eres el Rey, presumes el primero comenzando el año, ¡ orgulloso y altanero …!
Victoriana Díaz Lominchar-Madrid- España
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TOMÁS SÁNCHEZ RUBIO ILUSIONES
Renace de la ceniza y las sombras, sin estridencias, un año que tiembla entre las manos, mirándonos a los ojos como niño curioso y teñido de inocencia. 105
Se hará pronto ayer y fría madrugada.
Mientras tanto, la espera se hace esperanza y sueños de papel mojado.
Tomás Sánchez Rubio-Sevilla- España
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ROSA LÍA CUELLO AMOR CLANDESTINO
Hoy que se agita la tarde fantaseando en silencio con los recuerdos perdidos voy a pedirte que entiendas que este amor clandestino nació en la prisión de la carne a la que fui condenada. Y que todo mi silencio se incrustó en las llagas que modelaron mi cuerpo. Y que la sangre fue cayendo por un abismo de Eneros que sacudieron mis sueños. Hoy que se agita la tarde como animal en acecho voy a pedirte que entiendas por qué mi amor ha nacido aunque le niegues derecho. Rosa Lía Cuello-Cañada de Gómez- Santa Fe- Argentina 107
SUSANA ZAZZETTI
entre relámpagos enero pesaba como un barco me acostaba en cualquier cuarto que oliera a gotas a madre a madera siesta irracional donde mi llanto era una fogata controlada solamente por los pájaros. Susana Zazzetti- Villa María- Córdoba- Argentina
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MAR DE FONDO
Llega enero patinando por una pista de hielo, flota y nada sobre los charcos; a sus espaldas aletea, se moja una bandada de ilusiones; bondadosos espíritus tratan de achicar el agua para salvar la estela de los sueños… Enero carga con la culpa de que entre un nuevo año, de cualquier sutil mudanza es hecho responsable, miembro honorífico de la continuidad, jefe que despide a quienes cumplieron su contrato en la empresa de la vida. Enero entraña la sorpresa inesperada, un cúmulo de penas y alegrías, resignaciones y propósitos, deseos de paz y bien al prójimo, aceptación de que el pasado resultó un espejismo. Quizá el presente, estafador profesional, se apiade de nosotros y nos haga presentir que aquella felicidad de antaño regresará entre los brazos robustos de enero. Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia, España. 109
MABEL CORONEL CUENCA MALETAS Y AZAFATAS
Las manecillas del reloj indican media noche, y con el estruendo de los fuegos artificiales se elevan las copas llenas de anhelos y recuerdos. Un manto de mil colores alumbra la llegada de un nuevo año, que trae consigo doce maletas -cargadas de sueños, de ilusiones, y de esperanzasy el boleto para un viaje con la fecha de embarque marcada para el uno de enero, con doce escalas, y la fecha de arribo figura: 31 de diciembre. Se combinan abrazos, sonrisas y algunas lágrimas, es hora de embarcar y cada uno, con su maleta, 110
en altavoz la invitación de enero, ¡embarquen ya! Los recuerdos ocupan sus puestos rápidamente, -azafatas que acompañarán mientras dure el viajeAl embarcar, me sonríe una linda Margarita, -me toma de la mano y aliviana mi maletaya sobre el MAR, y como en una amalgama perfecta, mezclan los azules del cielo con el de las aguas, y entre las nubes blancas viene tu recuerdo, Mariette.
©Mabel Coronel Cuenca Hernandarias - Paraguay
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ISABEL SAN JOSÉ MELLADO MELCHOR, GASPAR Y BALTASAR
Siguiendo una estrella por la tierra caminaron y al llegar a su pesebre, de rodillas lo adoraron. Mirra, Oro e Incienso a sus pies con amor posaron, el más hermoso obsequio que en la tierra encontraron. Hoy es noche de Reyes, los niños con ilusión esperan, esos juguetes tan ansiados que en una carta escribieran. Otros muchos, al despertar, no recibirán ni un solo regalo, Él nació solo para amar y la pobreza dejó como legado. Oro, Incienso y Mirra con dolor en sus pies dejaron, bien sabían que esos tesoros, debería con honor llevarlos. Isabel San José Mellado- Madrid- España Derechos de autor – España 112
DANA LAILA ENERO
Un nuevo comienzo, una nueva esperanza, para lograr las metas. Mientras que el tibio y a la vez frío atardecer me acompaña con un chocolate caliente. Se siente la pureza invernal en el aire. Se ven las sonrisas de los niños al abrir sus regalos de Reyes. Se presiente en el alma la belleza que nos brinda este mes. Un nuevo comienzo, en tu vida y en la mía.
-Dana Laila-11 años-Ciudad de México. El Mundo de Dana -Página de Facebook 113
AYMARA ARUWIRI CARTA
Deseo mi propio Planeta, con muchos cielos y un castillo de estrellas. Con un velero listo para zarpar. Ser una astronauta entre los archipiélagos, un desliz violeta, en los infinitos del sideral. Coleccionar todas las estampillas del cosmos, y volver con un libro de historias bajo el brazo. ...Sin una lágrima sobre el mar.
Los Reyes Magos me han respondido: -¿Qué nombre le pondrás a tu planeta?
-Aymara Aruwiri-Ciudad de México. El corazón en la barbarie-Página Facebook
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RELATO
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MILAGRO HAACK GARÚAS DE ENERO
“Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.” Johann Wolfgang Goethe
La dicha de una tradición es mantenerla viva, sin referirse a la reseña por los tiempos actuales. Algunas veces siento que es realmente necesario por esta época mirar atrás. Mirar, esa película de antaño, pero con la pasión de ser el personaje principal, o sea actual. Por estos tiempos y sobre todo en comienzos de un nuevo año, las tradiciones se visten con algunos elementos nuevos, pero no se pierden, están allí, como el nacimiento, junto a la espera del niño Jesús para ser descubierto el 24 de diciembre a las doce de la noche. Mi abuela lo tapaba con un manto tejido por ella misma empapado con aceite de sándalo para las buenas nuevas. Igual la tradición de la cena de fin de año, las doce uvas, salir a la calle después de las doce campanadas para dejar atrás cualquier recelo y dar ese abrazo al vecino para el nuevo comienzo. Todo se va uniendo hasta entrar en un giro con los 365 días, rotamos tan rápido que estoy esperando el dos de febrero para despojar la casa de sus adornos navideños y visualizar el centro de luz que se queda de un diciembre muy pero muy distinto a otros siendo continuidad del pasado. Aun así, seguimos. Cambia un 0 por un 1 marcando una diferencia. Entre los buenos piensos, (hablo de los de mi 116
abuela) el Año Nuevo era una fiesta donde se celebra el recuerdo, además era un espacio para repasar los hechos vividos durante el año, reflexionar sobre ellos, obtener soluciones para reformar el núcleo y su entorno. Eso era pensar en colectivo. Quizás hoy sea añoro, quizás, no porque antes era mejor que ahora. Hoy por hoy hay un colectivo con grandes ideas y grandes innovaciones. Otros, que sólo dejan pasar todo porque no es la moda. Dichoso aquel que ha vivido las épocas y sus cambios, dándose cuenta siempre de la raíz del núcleo: la familia, la ramificación de sus creencias, la trasmutaciones de sus ideales, porque el ideal mayor hoy por hoy es una sociedad con conciencia de sus valores, sus derechos, sus deberes como ser social humano, y sobre todo su exigencia por seguir desmoronando paradigmas, siempre deseando un mundo mejor para las generaciones futuras; sin embargo, reflexionando hay que dar muchos giros de conciencia para no dejar de herencia lo actual pasado, un futuro presente, palpitante, sin valores combinados desde la familia: centro de conciencia y de sabiduría. Ya estamos en enero, otra de las tradiciones que aún sostenemos en la familia, son las garúas de enero. Eso no me lo pierdo, ni mi hermana. Esa pequeña llovizna, gotas de luz en agua, que nos llegó esta vez, el primer día de enero. Es una tradición familiar salir al patio, abrir los brazos, mirar al cielo, más allá de él y dar gracias por darnos agua pura para conservar la piel fuerte, la suerte para encontrar por méritos propios todos los deseos proyectados visualizándolos como esa película llamada memoria futurista, ya que esta era, siempre ha sido visual. Mientras las garúas nos riegan el cuerpo, entramos en sus instantes, para respirar, nadar en las profundidades del cosmos para que nada se altere o se bloquee, logrando ese contacto de nuevo con las potencias de la real vida alcanzando un territorio esencial para la conciencia, la reflexión íntima, porque los ideales son como el faro que alumbra todos los destierros, todos los retornos y como luz ancestral no se puede abreviar, ni enterrar en una vasija. Esa luz está ligada a la suma y no a la resta, igual, al hecho cotidiano, a las palabras, sólo pensar en alto, es buscar esa conciencia superior que desde antaño nos está dando señales, vislumbres para mirar el lenguaje, el diálogo individual o partidista, escrutando su verdad, entreviendo cada vez más la verdad de la mano de mi abuela. Quizás, soy optimista, quizás, las garúas me dan mucho más. Hoy lo sostengo, y doy gracias por tener memoria visual y poder contar un fragmento revivido este primero de enero. Milagro Haack Valencia. Venezuela. Escrito para Recados menores 117
LILIAN COSTAMAGNA ENERO Y VOS
Fue en la época en que las dunas eran acariciadas por el viento del sur. Un calor abrasador obligaba a darse un chapuzón en el mar. Era también la ocasión de disfrutar de un amor de verano. Salado y pasajero, como el vaivén de las olas. Bajamar y pleamar. Luna llena al atardecer asomando tras las barrancas. Noches alocadas de rock, guitarreadas y fogón en la playa. Besos y arena. Despertar al alba cuando el sol comenzaba a calentar en el hueco de la caleta. Era verse, descubrirse y amarse en libertad. Tiempos inolvidables. Luca hacía cuentas y pensaba que él fue concebido en enero y en similares circunstancias. El mismo sol, el mismo mar. Por eso entiende a su madre, que siendo tan joven tuvo que casarse, y a su padre, al que obligaron a tan grande responsabilidad. Ser padre a sus veinte años. -Me sentía un paquete que llevaban de acá para allá, cuando se separaron. –Le contaba al viento- Una carga pesada, para mamá, un compromiso, para papá. Y hoy, viendo que su hijo se preparaba para vacacionar con otros amigos, en moto, en enero, a la aventura, sintió la necesidad de hablarle antes de su partida. Pero no. Se recostó en el sillón-hamaca y decidió que no. Cada cual vive sus propias experiencias. Después de todo, y a pesar de todo, su Luca, no salió tan mal. Un chico atractivo, fuerte, atlético, estudioso, sin complejos. Seguramente las chicas en ese verano lo seducirían; él sabría cómo proceder. ¿Y si fuera enero al otro lado del océano? Lilian Costamagna- Bariloche- Argentina 118
MARIANELA PUEBLA AVENTURAS DE GEMELOS
Ni sé si contarles esto o no, ya que me parece increíble. Pero como ustedes son mis amigos se los voy a decir. Sucedió que hace muchos años, pero muchos años atrás; como todos los dedos de las manos de unos cuantos millones de niños. Cómo diría mi tatarabuela, “en tiempos remotos", la señorita naturaleza contrajo matrimonio con el señor Tiempo, ¡aja! y tuvieron doce hijos, es decir, doce parejas de hijos. claro que sí, no se los digo, de aquellos que llaman gemelos. Bueno, y les pusieron de nombres: Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre. Ustedes me preguntarán ¿cómo es eso, si sólo hay y un Enero, etc.? Así es, sin embargo ustedes verán que para cubrir todos los lugares de la señora Tierra se necesitan gemelos. ¿Aún no entienden?. Les voy a explicar; resulta que la Tierra es redonda y tiene cuatro estaciones que son los primos de los meses del año, ellos son: Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Lo que pasa es que cuando en el norte del planeta es Verano, en el sur es Invierno y cuando en el norte es Primavera, en el sur es Otoño. Un enero no era suficiente para estar en ambos lugares al mismo tiempo. 119
¿Me estoy explicando? La madre Naturaleza pensó que si sólo tenía un Enero no podría estar en el norte y en el sur y viceversa, y para alivianar de esta tarea a sus hijos, decidió tener gemelos con la ayuda del papá Tiempo. Un día, Enero que estaba en verano en el norte, se sintió muy nostálgico de su hermano gemelo que estaba en el sur. ¡Ay! —, se lamentaba — nada sé de mi hermano, siempre estamos tan ocupados controlando el clima, que poco sabemos el uno del otro ¿cómo podría pasar unas vacaciones con mi querido gemelo? Por allí iba pasando Febrero, que era el hermano más cercano de Enero y le vio muy triste, — ¿Qué te pasa Enero? ¡Tienes una cara de velorio! —Ah, es que siento nostalgia de mi gemelo, eso es todo. —La verdad es que yo también echo mucho de menos a mi hermano Febrero y mi gemelo. Casi nunca nos encontramos a charlar como cuando niños, él siempre está tan ocupado en el sur y sus veranos. —Pues no sé cómo, pero me gustaría muchísimo poder visitarlo y tener unas lindas vacaciones junto a él, dijo esperanzado Enero. —Pero, ¿cómo podríamos hacerlo? No podemos abandonar nuestros lugares, papá y mamá se enfadarían terriblemente, resaltó Febrero con un dejo de tristeza. —Ya sé eso, pero debemos hacer algo. Tú tienes que ayudarme a pensar. —Oye Enero, y si le pedimos a Abril y Mayo que nos reemplacen, ellos se encuentran muy descansados. —Pero ¿Cómo? —Yo creo que podríamos decirles que vengan en nuestro lugar sólo por un par de días. Nadie notará nuestra ausencia. — ¿Y papá y mamá?, preguntó entusiasmado Enero. —Pues no les digas nada, sólo será un par de días. Nadie lo notará, ya verás. — ¡Ay!, me estás entusiasmando, ¡qué lindo será darles la sorpresa a nuestros gemelos!, ¿no te parece? —Claro que sí, si ahora mismo me voy a preparar mi maleta, gritó Febrero lleno de alegría. —Eeeeee, no tan aprisa, primero hablaremos con Abril y Mayo. A Marzo no le digas nada pues en un copuchento y se lo dirá a nuestros padres. —Está bien, vamos inmediatamente a visitar a nuestros hermanos.
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Los dos se fueron directo hacia unas montañas que se divisaban a lo lejos, detrás de ellas, moraban Abril y Mayo que estaban ocupadísimos jugando a tirarse hojas secas del Otoño. — ¡Mira quienes vienen allí!, gritó Abril. —Parece que son Enero y Febrero, ¿a qué vendrán por aquí? Es raro ya que deberían estar muy ocupados, dijo curioso Mayo y salió a recibir a sus hermanos. — ¡Hola Enero! ¿Qué los trae por estos lados? —Hola hermanos, pues que veníamos a pedirles un favor; sólo un favorcito, explicó Febrero, después de dar un abrazo a sus hermanos. —Claro que si se puede, ¿de qué se trata?, preguntó intrigado Abril. —Quisiéramos viajar al sur a visitar a nuestros gemelos... ¿Se han vuelto locos? Interrumpió Mayo, totalmente sorprendido. ¿Y mamá... —Shssss, no hables tan fuerte, sólo será un pequeño favor de un par de días y nadie lo notará ¿les parece?, preguntó Enero. —Pero, pero... ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué ahora? —Pues no pasa nada, sólo que Enero está con nostalgias de su gemelo, y quiere ir a visitarlo y de paso me convenció a mí también. —Oye, pero sólo por un par de días, si mamá o papá se dan cuenta, nos castigaran a todos, contestó Mayo. —Sí, claro hermanitos, sólo por corto tiempo ¿Ya?, agregó sonriente Enero. — ¿Cuándo quieren partir? Enero y Febrero se miraron sorprendidos, y luego al unísono exclamaron: — ¡Mañana! — ¿Mañana? ¿No será muy pronto?, preguntó Abril. —Mientras más rápido mejor, así no se notará nuestra ausencia. —Está bien, contestaron Abril y Mayo, mañana bajaremos. Estén preparados. — ¡Qué bueno! ¡Qué bueno! Gracias, pero muchas gracias. Les traeremos unos regalos del sur. Al día siguiente de madrugada y amparados por las sombras, Enero y Febrero se alejaron rumbo al sur, dejando a Abril y Mayo en su reemplazo. Tomaron un viento que iría directo, sin hacer escalas en ninguna parte y viajaron alrededor de veinticuatro horas. Al llegar, sus hermanos gemelos se encontraban muy desabrigados y sin bufandas tomándose un mate, estos se sorprendieron mucho al ver llegar a los de Norte. 121
—Pero, ¿qué hacen ustedes por aquí? ¿No deberían estar controlando el invierno?, preguntó Enero del sur. —Claro que sí, sin embargo nos escapamos para venir a visitarlos, ¿No están contentos?, consultó Febrero del norte con voz emocionada. —Por supuesto que lo estamos, pero ¿qué va a pasar allá en el norte? —No se preocupen que Abril y Mayo nos están reemplazando, sólo será por dos días. —Ah, ¡qué alegría! poder verlos dijo Febrero del norte, ustedes tienen ese aire tan agradable que han entibiado mis huesos y la punta de mi nariz. —Ja, ja, rieron los gemelos— Saben hermanos, que siempre he estado curioso por visitar el polo sur. ¿Les parece que vayamos allí? Es un lugar tranquilo y nadie nos descubrirá, sugirió Enero del norte. —Pero, ¿qué piensas, a quién vamos a dejar en nuestro lugar?, preguntó Enero del sur. —Fácil, hablen con Abril y Mayo del sur, propuso Febrero. —¿Ustedes creen que aceptarán? —Sí, yo pienso que sí, sólo será por dos días, ya vayan y hablen con ellos, exclamó Enero del norte muy seguro. —Está bien, esperen un rato, pidió Enero del sur y se alejaron rápidamente en busca de sus hermanos que vivían entre las montañas de los Andes. Una vez que se pusieron de acuerdo, estos volvieron muy contentos. —Ya hermanitos gemelos, todo está listo, ellos llegarán en un par de horas. Mientras tanto iremos a preparar una maleta para viajar al polo. —Yo llevaré mis patines para la nieve, dijo Febrero del sur. —Y yo llevaré mi trineo, ya verán que lo pasaremos divino, agregó Enero del sur radiante de felicidad por tener esas pequeñas vacaciones con su hermano gemelo. Pronto todo estuvo listo, Abril y Mayo del sur quedaron en el lugar de sus hermanos, mientras los dos pares de gemelos se iban alegremente para el polo sur. El primer día lo pasaron tan bien, que se les escurrió por entre los dedos. Enero del sur tenía los cachetes rojos y los ojos llorosos de tanto reírse, pues su hermano gemelo le hacía toda clase de gracias. Febrero se encontraba disfrutando una alegre guerra de bolas de nieve con su gemelo y sus risas comenzaron a derretir la nieve. Al día siguiente, Enero y su gemelo se fueron a deslizar por una pendiente en su trineo, y Febrero y su gemelo se colocaron los patines y 122
sobre un extenso lago congelado se dispusieron a divertir. Claro que ellos estaban tan entretenidos que no notaron que con el calor del gemelo del sur, la nieve comenzó a derretirse lentamente. De pronto Enero y su hermano al deslizarse por una montaña de nieve cayeron a un precipicio entre gritos y risas aterrizaron en un área rocosa, pues como les contaba, la nieve se estaba derritiendo con su calor. Enero del sur se quebró una pierna y se puso a llorar de dolor, y su gemelo quedó todo machucado y con chichones en la cabeza al caer volando sobre un pino. Mientras tanto en el lago Febrero del norte caía a una grieta en el centro del este que se había quebrajado con la temperatura de verano que los gemelos traían. — ¡Ay, ay!, se quejaban en ambos lugares los hermanos, que aparte de mojarse y quebrarse, estaban todos adoloridos por el golpe. — ¡Espera hermanito!, gritó Enero del norte no te muevas que te voy a entablar la pierna. —Apura, sollozaba el gemelo— que las piedras se me están enterrando en la espalda. Enero cogió su bufanda y le amarró la pierna a su hermano colocándole el timón de su trineo para que quedara sin movimiento. —Ay, ay, me estoy muriendo lloraba Enero del sur, sálvenme, mamá, mamá... —Deja de sollozar y no llames a nuestra madre que no sería bueno para ambos. —Ay, ay, gemía Febrero del norte con sus piernas congeladas, aún en el agua. —Espera hermanito que con esta cuerda te sacaré del agua. —Pronto, pronto, que se me están congelando las palabras. Febrero del sur estiró una larga cuerda y la lanzó junto a su hermano. —¿Estás listo? ¡Cógete de ella bien firme pues voy a jalarte del agua! —Sí, sí, ¡apuraaaa! Cuando los dos estuvieron en un lugar más firme, Febrero comenzó a masajear las piernas congeladas de su hermano, que incluso había perdido su temperatura al penetrarle tanto frío a sus huesos. Tra-tra, tra-tra tra... Castañeaban los dientes de Febrero del norte, sonando como castañuelas españolas. —Calma hermanito iremos por ayuda, te pondré en el trineo y te llevaré a un lugar seguro. —Tra- tra- tra- tra-rrrrr, siiiii, ¡pronto! 123
Al llegar al lugar en donde estaban Enero y su gemelo accidentado, los ánimos se cayeron al suelo. — ¿Por qué nos tienen que suceder estas desgracias cuando lo estamos pasando tan bien?, comentó apesadumbrado Enero a sus hermanos. —Vamos pronto hacia una cabaña que vi por estos lados, dijo Febrero y allí trasladaron a los heridos y los acomodaron en una litera. —¡Que desgracia! ¿Qué haremos ahora?, preguntó Enero del norte a Febrero del sur. —Debemos esperar a que nuestros hermanos se repongan, contestó el segundo. Así pasaron los días hasta llegar a siete. Abril y Mayo del norte estaban muy preocupados, el clima se debatía en una primavera adelantada. Los árboles se miraban sin comprender como sus hojas se caían dejándolos semidesnudos, sí el clima se estaba entibiando, era incomprensible, que los brotes se murieran. Los pájaros en cambio en el sur, observaban sus calendarios y no podían creer que ya debían emigrar, pues sus nidos iban quedando a la intemperie con la caída de las hojas y las repentinas olas de vientos y lluvias. Que traía el otoño adelantado. Sus hijos aún no estaban lo suficientemente adiestrados para emprender ese largo viaje. Mientras tanto en el norte, se acabaron las lluvias y una sequía empezó a lamer la tierra y el pasto que estaba a punto de salir no tuvo fuerzas para abrir la reseca tierra y se quedó atascado. El caos ya había empezado y se notaba que por todos lados, existía una tremenda confusión. Papá Tiempo que recorría en un relámpago el sur, se dio cuenta de la situación, algo raro estaba pasando y decidió visitar a sus hijos Enero y Febrero del sur, pero su sorpresa fue grande al encontrar a sus hijos Abril y Mayo en los lugares de sus otros hijos. Papá Tiempo se enfadó tanto que de sus orejas salían llamas y humo y estuvo a punto de explotar de rabia. Entonces al cuestionar a los confundidos Abril y Mayo supo del enredo y sin decir más tomó su relámpago y se alejó directo hacia el polo sur. —Ya van a ver esos irresponsables, iba diciendo papá Tiempo. Al llegar a la cabaña abrió de un puntapié la puerta y allí encontró a sus hijos llorando a mares, pues los accidentados se encontraban graves y con fiebre. Entonces papá tiempo cambió su mal humor por preocupación y como pudieron entre los tres cargaron a los heridos en el relámpago, mientras dio una mirada de enojo a los hijos que se encontraban bien. 124
El relámpago salió a una velocidad tan rápida que pronto se encontraron en el hospital en donde mamá Naturaleza atendía a unos animalitos enfermos. — ¿Qué está pasando con estos hijos míos?, preguntó sorprendida al ver llegar a los cuatro jóvenes con su padre. Más, al ver la cara de papá Tiempo no tuvo que preguntar nada. Con inmensa paciencia la señora Naturaleza sacó un enorme libro de palabras mágicas y al decir: Traca, traca, bubu, la pierna de Enero del sur comenzó a sanar, luego al decir: Bilu, bulu, triqui, triqui su hijo Febrero del norte que se encontraba azul de frío pues se le había apagado totalmente su llama interna y estaba a punto de perder la vida, comenzó a tomar colores y a respirar normalmente. En un rincón de la sala los otros gemelos observaban sin decir palabra y con una mirada de arrepentidos. Entonces la mamá Naturaleza se volvió hacia ellos y les dijo con voz severa. —Ustedes han sido unos irresponsables y merecen un castigo. —Por favor mamá, perdónanos, dijo casi llorando Febrero. —No, no y no. Ustedes dos quedaran sin regalos de navidad y sin cena de año nuevo. Los gemelos suplicaban y suplicaban que el castigo era demasiado severo, ya que mamá Naturaleza hacia una cena especial por año nuevo, con pavo relleno de almendras y manzanas, y el postre era tan rico que se me hace agua la boca el solo recordarlo, pastel de queso con crema y cerezas, ¡muuuaaaa! —No, Por favor mamá... — ¡Silencio!, ordenó papá Tiempo y váyanse a sus lugares antes de que yo les dé otro castigo. Cuando los gemelos vieron que las orejas de su padre comenzaban a ponerse rojas salieron disparados a tomar el primer viento que pasó por allí. Los dos accidentados que aún estaban débiles se quedaron en el hospital por dos días más para recuperarse. Ah, pero ellos tampoco se salvaron de un castigo, junto con los gemelos que los había reemplazado. Mamá les anunció que todos ellos quedarían sin regalos de navidad y sin el paseo que hacían en años bisiestos, es decir el día extra que lleva Febrero. Los hermanos quedaron en sus camas adoloridos, tristes y con una enorme cara larga, por tan irresponsable aventura. Marianela Puebla (chilena)
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MARCELA BARRIENTOS AL INICIO DE UN NUEVO AÑO
Enero, etimológicamente perteneciente al dios Jano, el dios romano de las puertas de entrada y la de salida. Un mes donde las expectativas de un año mejor son altas. También por el azar yo nací a fines de este primer mes del año. Los calores típicos de mi país nos pone un poco ambiguos estamos los que preferimos los días frescos sin olas de calor y los que aman el verano a pesar de lo sofocante del clima. Para mí es un doble comienzo: año calendario y año biológico, en mi niñez se me hacía largo hasta que llegaba mi cumpleaños, hoy, a otra edad, se me hace que cada vez pasa más rápido el mes. Enero, el mes de la esperanza, el de los buenos propósitos siempre, el mes que continúa la magia de los últimos días festivos de diciembre . Nos saludamos diciendo :¡Feliz Año Nuevo!, aún después del primero pues creemos que este mes lleva en su nombre cierta energía positiva. Enero, sinónimo de comienzo, de renacer, de vacaciones de verano, un mes donde las hojas del anuario están todas en blanco deseando que podamos escribir las mejores historias y el amor sea protagonista. Avancemos desde este primer mes por el camino del Nuevo Año iniciado. Marcela Barrientos 30/12/2017 © Derechos de Autora Reservados Argentina
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GLORIA ACOSTA ENERO. CUENTO PARA LEER DESPUÉS DE NAVIDAD
Hay frases que se escapan de improviso mientras te percatas de que ya las habías oído antes en otra voz. “Tienes que escribir la carta con el convencimiento de que se van a cumplir tus deseos”. Se la dije con énfasis a mi hija y recordé aquel enero en que se la escuché a mi madre del mismo modo. Fue entonces cuando rescaté del olvido aquella carta a los Reyes Magos que no fue atendida el día mágico en el que los niños duermen con un ojo abierto, sino algunos meses después. Martina repetía curso cuando coincidí con ella en octavo. Me habían llegado algunos rumores y advertencias, pero mi mundo era sencillo y en él no cabían subterfugios, así que pensaba que la maldad nunca aparecía si no se la provocaba. En enero ya había cambiado de opinión. Las primeras semanas de septiembre Martina reparó en mí, hecho insólito ya que no tenía el perfil de las chicas que siempre la acompañaban. Yo no era alta ni fortachona. Mi silueta rasa como una tabla me incitaba a vestir con ropas anchas que escondieran mi delgadez, al contrario que aquellos vaqueros ceñidos como una segunda piel marcando la diferencia entre la 127
niña que yo era y la mujer que en ella despuntaba. Puede que el foco sobre mi presencia lo pusiera Don Diego cuando hizo a Martina una pregunta que ella no pudo contestar, o quizás lo hice yo cuando levanté sin pensar la mano y respondí: “ San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno”. Acostumbraba nuestro profesor de literatura a preguntarnos por nuestras últimas lecturas y yo andaba esos días enfrascada entre la inmortalidad y la fe tratando de buscar respuestas a preguntas que empezaban a ocasionarme los primeros desvelos espirituales. Don Diego procuraba que no se notase la satisfacción que le producían algunos alumnos y el quebradero de cabeza que le generaban otros, pero el pobrecito era una libro abierto. El azul eléctrico de los ojos de Martina lanzó un rayo fulminante sobre mi persona. Ella nunca leía nada salvo los mensajes en clave que intercambiaba con las otras dos repetidoras de clase. Y ahí empezó el tormento que evidenció los primeros desvelos mundanos en aquel último curso de primaria. El primer contacto se produjo ese mismo día al terminar el recreo. Subía las escaleras riendo con mis amigas por el genial resultado de nuestro partido de brilé; nos parecía mentira haber superado a los chicos y lo celebrábamos con aplausos y cánticos de camino a clase. Ocurrió demasiado rápido para poder reaccionar a tiempo. Mi falda ya estaba a la altura de los tobillos cuando me giré. La vergüenza taponó mis oídos produciendo un pitido lacerante. Solo veía caretas en aquella escalera. De asombro, de expectación, de burla, de espanto, de rabia, y unos desorbitados ojos azules que lloraban de la risa. El resto de la mañana metí la cabeza entre los libros como un avestruz desplumado. Después de ese día traté de volverme invisible, pero mi empeño sólo consiguió excitar el instinto voraz de Martina, cercenado los horizontes que yo había definido para el curso que marcaba el fin de mi infancia. Un silencio cómplice se extendió por la clase al acecho del miedo que el grupo de las repetidoras nos infligía. Las amigas cercanas intentaron contarlo a mi madre, pero les rogué no hacerlo. La venganza prometida tenía visos de ser cumplida sin compasión. Y llegaron las vacaciones más deseadas como llega el golpe de tos salvador de un ahogado. Los días se sucedían veloces. Y llegó enero. Recuerdo la sorpresa de mi madre cuando me pidió la carta a los Reyes Magos para llevarla al buzón, como siempre había hecho y como hago yo ahora con mi hija. Mi respuesta la contrarió y años más tarde supe que ese día estuvo sonsacando a mi mejor amiga. — La llevaré yo mamá. Este año no he pedido nada material. 128
Como de costumbre, los regalos fueron generosos, pero el deseado no llegó con la vuelta a clase, ni los meses siguientes. Sorprendió la primavera a la clase alborotando los ánimos de quienes veíamos cerca los aires libertarios que los padres daban a sus hijos al pasar de la vida colegial al instituto. Pero yo no estaba en ese florecimiento. Pasaba los días escabulléndome sin éxito de Martina y sus esbirros. Sucedió una mañana. Imaginé que estaría enferma cuando no vino a clase ese día, ni al día siguiente, ni al otro. El cuarto día llamaron a la puerta. Don Diego se acercó y dio un apretón de manos y una palmada en la espalda a un señor y abrazó a la mujer llorosa que lo acompañaba. Les indicó el pupitre de Martina, recogieron la mochila con sus cosas y se marcharon hablando por lo bajo con el maestro. Funestos rumores corrieron durante un tiempo por el colegio. Para mí fue la revelación del poder, la certeza de una frase tantas veces repetida por mi madre en los eneros de mi infancia. La misma que dije a mi hija mientas escribía una carta que esta vez no quiso darme para llevarla al buzón. Su respuesta me inquieta: —No mamá, este año la llevo yo al correo. Además no he pedido nada material.
Gloria Acosta- Tenerife- Canarias- España
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ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN CICLICIDAD
A nuestro Hoy examinémosle la sumatoria de tantos hoy que lo conforman, idénticos a sí mismos y a la Fuente de donde manan inagotables. Sí, a través de nuestro Hoy demos una atenta mirada a la vida cíclica. Ciclicidad que forma parte de todos los seres, tangibles o intangibles, orgánicos e inorgánicos, y ante esos referentes, observemos la sucesión de las noches y los días, flujos y reflujos de los mares, y en general, de todos los líquidos; pongamos atención al comportamiento de las lluvias y las sequías, al nacimiento de las fuentes de agua y su viaje hasta el mar, su evaporación para convertirse en nubes y su regreso al seno de la tierra, asomando de nuevo como hilitos cristalinos por tantas pendientes del vientre de la Madre, la Mar, Gea, Pacha Mama, o como 130
deseemos llamarla. Miremos también los ciclos de inhalación y expiración, los tiempos de la vida (incluidos gestación, nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte), la secuencia de las estaciones, la migración de las aves, los movimientos sístole y diástole del corazón de los cuerpos vivos y del Cosmos; el palpitar de los átomos, su rotación y traslación tan idénticas a las de los planetas y demás astros en el firmamento. Y, frente a ese devenir aceptemos humildemente, como manía nuestra, aquello de contar y analizar las veces que rítmica, sincrónica y repetidamente, pasan por algunos puntos esos cuerpos; sus frecuencias que luego bautizamos de días, semanas, meses, años, lustros, décadas, siglos, milenios, evos, etc., para luego definir los conceptos de niñez, juventud, adultez, vejez, eternidad, etc., y, en ocasiones, olvidando que la Humanidad no solo posee cuerpo físico, sino también aliento, alma, espíritu, que su referente cósmico es el Universo Infinito que se nos muestra a través de esa elíptica que le marca o define la ruta-ciclo de salida y entrada al Origen. Sí, en este Hoy y en nuestras manos, ese referido: La Ciclicidad; sea que la llamemos de Enero a Enero, de Febrero a Febrero, de Marzo a Marzo..., o de Domingo a Domingo, a Lunes, a Martes…, o del amanecer hasta el medio día, o hasta la tarde o la Noche… o desde la Primavera hasta al Verano, del Verano al Otoño, del Otoño al Invierno, y así, hasta el infinito, todas las secuencias que conocemos, incluida la ciclicidad de los instantes.
Ana Lucía Montoya Rendón Colombia - Estados Unidos
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RODOLFO TORRES EL MISMO SUICIDIO EN CADA ENERO
He escuchado más de una vez que el mundo es del tamaño de un pañuelo y al mismo tiempo he puesto en duda tal afirmación porque me consta que la bola sobre la que vivimos tiene más de cuatro esquinas y principalmente la gente que la habita, además de que nunca fui víctima y tampoco testigo de un solo hecho que me demostrara su pequeñez… hasta hace apenas unas horas. Y todo porque tengo memoria de elefante, lo mismo para lo bueno como para lo malo; y me refiero a lo que incluso debiera sepultar bajo gruesas capas de olvido. Pero mejor voy hacia atrás para empezar por delante y así enderezo la historia. Sí, el caso es que mi mujer y yo hemos venido a Mallorca huyendo de la actual nevera en que residimos, de la feroz compraditis navideña y sobre todo del peligroso y ensordecedor ruido por los millones de euros lanzados al aire --desde mucho antes del 31-- para que estallen por allá arriba y creen las fugaces preciosuras de los fuegos artificiales. Debo aclarar que la idea de correr a refugiarnos en la mayor de las Baleares, en el Mediterráneo, no nació de repente sino que fue un plan 132
trazado cuidadosamente desde la última vez que visitamos Cuba, cuando vimos una vez más la estatua en bronce de fray Junípero Serra, a un costado de la Basílica Menor de San Francisco de Asís, en Habana Vieja, y ese día confirmamos que el conocido misionero franciscano había nacido en la ciudad llamada Petra... El nada pequeño monumento colocado en aquella plaza habanera es una copia del original --obra del escultor vasco Horacio de Eguía--, que se encuentra ante el convento de San Francisco de Asís, en Palma de Mallorca, iglesia que ya conocíamos por dentro y por fuera. Con más razón a mi mujer le urgía ir al encuentro de su antiquísima “tocaya”, andar por las callecitas y acariciar los vetustos muros de las viviendas; ha deseado igualmente visitar la monumental Petra, en Jordania, pero los conflictos bélicos y los secuestros en aquellas regiones han sido un muro demasiado alto para tan románticas aspiraciones. Así pues, habiendo aterrizado en este pedazo del territorio español hemos venido a la mayor brevedad al hotelito ya reservado para abandonar el equipaje en la habitación y aprovechar el buen tiempo en la calle, que los 18°C de aquí son para nosotros la más grata temperatura del mundo porque tres horas atrás hemos dejado -1°C en nuestro barrio al norte de Berlín, cuyo cielo apunta a la tristeza por la mucha grisura junto al viento húmedo que se le mete a uno en los mismísimos huesos. Y ahora resolvemos con ligeros pulóveres de mangas largas. Además, es bien lindo andar por estas aceras sin el ruidoso ajetreo de veraneantes pasados de tragos, ni de compulsivos compradores de última hora para regalos que en verdad nadie necesita y cenas que exigen digestivos asociados a cada plato. Como para agradecer a quien fuera el niño Jesús de Nazaret, cuyo cumpleaños número dos mil y tantos muchos celebran sin saber por qué, ni a nombre de quién es el festejo y por eso las rúas de esta apacible ciudad están ahora vacías y nosotros podemos disfrutarlas a fondo. Es poco antes del mediodía en esta parte del mundo y nos apuramos a la estación ferroviaria donde abordamos el moderno transporte que nos lleva, en poco más de hora y media, a la pequeña estación de Petra, en el mismo centro de esta isla de Mallorca. Es un trayecto que no me resulta aburrido pues nunca antes lo había visto, pero 133
es en verdad muy aburrido porque es la misma llanura de cualquier otro país, con los mismos arbustos de cualquier otro país. Descendemos del trencito en la estación, que es un simple andén, con el sol derramándose sobre nuestras cabezas y debemos despojarnos de los pulóveres de mangas largas aunque el sensor de temperatura en mi celular continúe indicando 18°C. A mi mujer le salta el corazón de puro gozo pues hace realidad uno de sus muchos sueños. Yo voy con ojos abiertos para que no se me escape nada interesante aun cuando haya gorriones como en cualquier otro sitio, fachadas de viviendas similares a las de otra ciudad, cuyas puertas y ventanas permanecen cerradas y ni un solo portal en el que uno pueda guarecerse del sol y la lluvia. Pero calles limpias aunque vacías de vida. Ni que fuera una ciudad fantasma, aunque no porque los fantasmas no conducen autos y hay algunos parqueados por ahí. Andamos como al descuido por este viejo conglomerado urbano, mas en verdad deseamos visitar la casa-museo donde naciera Miguel José Serra Ferrer, quien cambió su nombre el día que abrazó el sacerdocio para llamarse fray Junípero Serra. Así que avanzamos por estas callecitas temiendo haber llegado al fin del mundo pues no se ve un alma. Y haciendo uso de un mapa de la localidad llegamos a la casa-museo, pero un simple letrero indica que también está cerrada. Miro mi reloj: faltan siete minutos para la una de la tarde. Increíble, la sagrada siesta española paraliza a este país. Volvemos por donde hemos venido y descubrimos un árbol aledaño a la iglesia bajo cuya fronda nos sentamos a beber del jugo comprado a última hora, cuando descubrimos un habitante de aquí. Nos damos codazos pensando en lo mismo, en que es un fantasma. Pero creo que no hay fantasmas tan grandes, ni se sientan en taburetes recostados a las paredes, tampoco fuman enormes cigarros, digo un gran tabaco de por lo menos veinte centímetros de largo y tampoco se abanican con periódicos abiertos. Y una especie de disparo me activa la memoria: ¡Caramba, si es el mismo! ¡Pero no, es imposible! Andaba yo en veintitrés años de edad cuando fui a trabajar a Nuevitas, ciudad portuaria al norte de Camagüey. Conocí allí al escritor Enrique Cirules, autor de “Conversación con el último norteamericano”, 134
con quién aprendí más de cuatro cosas. Un día señaló a un hombre grande como un templo, que fumaba un enorme tabaco y se abanicaba con un periódico, y dijo que había sido un negociante de muy buen humor todo el año, pero se malhumoraba de mediados de diciembre en adelante y era cada vez peor hacia el fin del año. Hasta que en enero quería suicidarse... Petra califica de tonterías cuanto digo y ríe; espero que no sea de mí. Mirando ahora a este “armario”, de largo y humeante habano, pienso en que es raro pues no hace como los demás petrenses --gentilicio de los habitantes de Petra--, quienes han ido religiosamente a su siesta. “¿Será posible entonces que no sea de aquí y la costumbre no tenga nada que ver con él?”, digo a mi mujer. Ella replica que abandone las conjeturas, no soy Sherlock Holmes y mejor nos acercamos al andén a la espera del trencito para irnos a la ciudad grande y volver aquí otro día. Pero yo estoy empeñado en sacarme la espina de la curiosidad pues descubro amargura en ese típico rictus creado con las comisuras de los labios del grandote, quien nos observa de cuando en cuando como si algo le picara dentro, tan extrañado como yo. Hasta que no podemos más y los dos nos paramos a la vez para acercarnos el uno al otro. “No son de por aquí…”, afirma más que indaga. “Lo mismo que usted”, digo yo al escuchar su acento por allá arriba y ante mí. Es sin dudas de ningún tipo un cubano más de la estampida general a partir de enero de 1959 y desde nuestra isla caribeña, cuando en enero de aquel año triunfó la revolución. Pero este no tiene nada de excepcional; recuerdo, por poner ejemplos, que un compatriota es guía de camellos en Egipto, otro busca oro en Alaska y uno más practica la docencia en la Sorbona… “¿Desean un restaurante?”, pregunta aun cuando revele en el tono cansado que no le interesa indicarnos dónde está, ni si en verdad hay alguno. “No”, digo yo. “Solo queremos conocer el pueblo”. Y el desánimo termina por aplastar al grandote, quien es de ojos claros y pómulos encarnados. Yo siento muy pero que muy adentro de mí mismo que es el mismo hombre de la extraña historia de fin de año referida por Enrique Cirules, más de cuarenta años atrás, lo cual es imposible porque éste no rebasa esa cifra. Y le digo así: “Discúlpeme, usted, ¿pero puedo hacerle 135
una pregunta?” “Sí…” “Por esas increíbles casualidades de la vida, ¿es usted oriundo de Nuevitas?” “¿En qué me lo conoció?”, inquiere él, sorprendido. Le hablo entonces del abatido personaje que vi en aquella ciudad cubana, tan parecido a él. “Era mi padre”, confiesa. “Perdóneme que le haga otra pregunta…” “Sí, diga.” “¿Por qué su padre se sentía tan mal a medida que avanzaba el mes de diciembre?” “Es lo mismo que me pasa a mí” “¿Y qué le ocurre a usted?” “Pues que la gente bota el dinero a finales de diciembre, lo gasta a raudales y en cualquier cosa y en el mes de enero no tiene ni un centavo…” Yo le miro sin comprender el fondo de sus palabras. “¿Pero en qué le afecta eso a usted?” “¡Hombre, yo poseo un restaurante con mi primo y sé que en enero no va a venir nadie!” Yo me aguanto la carcajada para que no vaya a pensar en una falta de respeto, pero es que me acuerdo de las palabras de una alemana casada con un amigo cubano. Cada viernes en la tarde, “A” llega a su casa procedente del trabajo y muy triste se expresa así: “Ya se me está acabando el fin de semana.” Y a este ser grandote ya le está saliendo mal todo enero cuando ni siquiera ha concluido diciembre. La verdad es que me da mucha lástima con él, pero me animo a pensar en que no va a suicidarse como su padre el mes entrante…, y para evitarlo a toda costa le decimos que volvemos a Petra en par de días.
Rodolfo Torres, cubano que vive y trabaja en Berlín, Alemania
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MARIO SARLI LA NIETA REBELDE
La abuela siempre fue una mujer distinguida. Culta. Refinada en sus modales. Elegante. Pero no tenía buena conexión con las niñas. La agitada vida profesional de su hija, fue la causa por la que comenzó a quedarse más tiempo con las nietas. Para colmo, este verano de vacaciones, debía cuidarlas todo el mes de enero. No fue elección sentida, sino obligación de abuela a pedido de su hija, una Jueza Civil comprometida, que en esta Feria Judicial, debía trabajar en su Juzgado cubriendo varios cargos. De las tres nietas, la menor era la que menos sonreía. También la más sensible; cuando las demás jugaban o peleaban, ella leía, dibujaba o pintaba. Obtenía las mejores notas y su entusiasmo por la escuela, era elevado. Mientras las hermanas hacían deportes, ella pintaba en el jardín. 137
Sus pinturas tenían trazos firmes, colores adecuados. Los motivos eran realistas. Fácilmente captaba la expresión de sus personajes: el jardinero incansable con la azada clavada en tierra, o la lavandera colgando la ropa, como si fuera feliz. También el rostro adusto del albañil, cuando amplió la pérgola, quedó plasmado en un cuadro. A la abuela no le gustaban estos motivos. Hubiera preferido bailarinas, flores o paisajes. - Pero ¡no! ella elige gente pobre trabajando – comentó en un té canasta, con aprobación de sus amigas adineradas, quienes compartían la creencia que no debían mezclarse las diferentes condiciones sociales. Katy, la nieta menor con destreza artística y sensibilidad ampliada, captaba su malestar, tanto como poseía natural empatía con el personal de servicio que trabajaban en la señorial casa familiar, construida el siglo pasado. La abuela siempre la llamaba con distintas excusas, con el fin de alejarla de la cocina, donde ella disfrutaba conversar con las cocineras. La hora del té era el predilecto momento en que siempre les hablaba, con la pretensión de entusiasmarla sobre la moda parisina, la vida de reinas, sus viajes, ropa nueva o perfumes. Katy silenciosa y respetuosa, se apuraba en terminar su merienda. Siempre era la primera en abandonar la mesa. En esas vacaciones de enero, Katy se esmeró en progresar sobre un lienzo que si bien en casa nadie preguntaba, por las noches, lo escondía. La tarde que la abuela vio la pintura terminada sobre el atril, nunca imaginó verse como personal de servicio, vestida con delantal, transportando una gran bandeja con finos pocillos y jarra. El cuadro mostraba tres niñas sobre la mesa esperando la merienda, la más pequeña sobresalía, tapándose la boca con la mano, escondiendo una sonrisa pícara. La llegada de la madre distendió el clima. Felicitó a Katy por su lograda creación. La abuela, forzó la sonrisa y en su intimidad, se alegró al recordar que enero ya terminaba.
Mario Sarli- Buenos Aires- Argentina
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MARGARITA POLO VIAMONTES ENERO NEVADO Y CALUROSO
Crujen los pasos sobre el sendero nevado y frío. Las botas se impregnan de blanco, el temor a resbalar enlentece el caminar. Ha caído nieve y lluvia consecutivamente, nos adentramos al llamado black ice, por el camino se ha creado un pasadizo helado donde apenas se distingue el hielo entre la nieve. Vamos a esperar enero en Leominster se pronostican temperaturas muy frías, pero ¿quién puede pensar en ello si el caluroso recibimiento de hijos y nietos nos colman de una inmensa alegría? En Cuba esperábamos enero de niños con la cartita para los Tres Reyes Magos, que luego desaparecieron por arte de la magia, que impregno a todas las cosas aquel Primero de enero de 1959, sin embargo, hace mucho que eso no duele, pues cada 31 de diciembre esperamos enero en la casa de Yamilet, Elbita e Iván, mi sobrina nieta, su mamá, quien es mi eterna amiga y su esposo, tan hijo nuestro como los demás. Desde aquel enero del 2005 es nuestro refugio esa casa, a la cual llamamos el Cotorro. 139
¡Qué alegría! ¡qué comidas tan deliciosas hechas por las expertas manos de la chef Yami y su marido! Luego el baile, la diversión desbordante, de juegos y conversaciones familiares con recuerdos incluidos de fechas tales. Como aquella vez que Elbita y yo fuimos a la peluquería en Camagüey y los peinados nos disfrazaron de mujeres muy lejanas a nuestra personalidad y al llegar a la casa nos lavamos las cabezas, desbaratando en breve segundos, horas de faena con nuestros cabellos. Recuerdos a granel del lechón asado en casa, o en la finca de la familia de mis cuñados Emilio y Dorita, con seres amados como los padres, hermanos, amigos que ya transitaron al mundo espiritual. Las frases de ellos, como la de Chichi, mi cuñado y segundo padre, suegro de Elbita, abuelo de la Yamilet, “tanto nadar pa’morir en la orilla…” las de los demás, “el que nace pa’tamal del cielo le caen las hojas” “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” y los hijos riendo a la par nuestra con las “cosas de viejos” que luego anotan en su haber contándolo a nuestros nietos. Esperar enero es una gran fiesta, que seguimos celebrando acá lejos de nuestra tierra natal, “a lo cubano”, con el pique del día primero de enero comiendo lo que sobra de la cena hecha el 31 de diciembre, e igual que en muchos sitios del mundo haciendo cada cual: el voto de mejorar a partir del enero venidero, con proyectos de adelgazar, viajar y trabajar en lo que amamos. Mientras, celebramos la vida juntos, en familia, sin dolores por la ausencia, pues quienes se fueron dejaron frutos valiosos a nuestra descendencia. Vienen a la tertulia, olores, sabores y amores añejados por el tiempo. Tanto le hemos contado a Mark Muller, neoyorquino de nacimiento, esposo de mi hija Susy y padre de mis nietos, que, al planificar nuestra visita, para esperar este nuevo enero, lo tomó muy en serio. Realizó las compras del convite “a lo grande” junto a su suegro, y a escondidas, como sorpresa a su esposa, pues conocía que llegaría súbitamente mi hijo mayor a Leominster y que la cena seria a “lo cubano”. Al regresar de su trabajo Susy encontró el gran jolgorio en su apogeo. No podía creer aquel derroche, cuando éramos tan pocos a la espera de enero. La sorpresa causó abrazos, llanto, pero sobre todo risas y el rescate de una tradición, donde el brindis principal lo realizó Mark muy orondo, alzando su copa y brindando por la felicidad de todos: “Mucha salud y Éxitos! ―en español y continuó en ingles sus palabras― I wish a good year for all, with health and great joys like today, together and happy!” A las doce de la noche cuando entró enero a todas las casas del mundo, por la puerta grande, hice un nuevo brindis con la copa de champaña en alto:
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Son mis deseos para el nuevo año, que comienza este enero: Que el amor reine por siempre entre nosotros. Que el Año Nuevo traiga consigo: salud, mucho amor y prosperidad. Que ningún corazón pueda resistirse al latir del nuestro. Gracias a Dios por la alegría de nacer y forjar esta familia junto al hombre que amo, quien declaró hoy que de volver a ser joven me escogería nuevamente como su mujer, para crear nuestra familia perfecta. Yo encontré en su compañía todo lo necesario para ser feliz y hacer feliz a quienes crecieron o se acercaron para cobijarse en nuestro núcleo familiar. ¡Dios los bendiga! Así comenzó enero en el mundo. Y para nosotros esta vez en Leominster, ciudad de Massachusetts, donde la nevada, el viento congelante no pudieron con el calor reinante en familia.
Margarita Polo Viamontes, cubana residente de Miami- U.S.A
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RODOLFO DONDERO RODO ENERO
Con ecos de alegres tañidos, despiertan los cerros para hacer un doblez más en el tiempo, lámina infinita, que todos los años pretende aliviar sus cargas, con el empeño de Sísifo. - Pertenece este mes a dos signos zodiacales: Capricornio (del 1 al 20) y Acuario (del 21 al 31) y sus astros regentes son Saturno y Urano, y por lo tanto, sentiremos, como todos los años, la fuerza de la Tierra y el Agua. Enero es el mes en que vuelvo a ser niño, evocando la magia de los resplandores, las ilusiones y las fantasías; como todo inicio, me visto con colores optimistas, y dirijo mi mirada, hacia un horizonte despejado. - Los astrólogos que siguen la ruta del planeta, advierten que el tiempo de Enero corresponde a la ruta ascendente desde el solsticio hacia el equinoccio, llevando en sus dos hemisferios los climas extremos de Invierno (Norte) y Verano (Sur). 142
Las cosas cambian dentro de mi sentir, veo a todos, en la línea de partida de una carrera de distancia indefinida, esperando la señal, cuando terminan de escucharse las campanadas de media noche, del treintaiuno de diciembre. - El mes de Enero, toma su nombre del dios Jano que en la mitología romana era el dios de las puertas, presente siempre, para quienes quisieran entrar como para los que quisieran salir, es por ello que este mes abre sus puertas para que entre al año nuevo, y también las abre para que se vaya el año viejo Así empieza una nueva etapa con los mejores augurios, en medio de los abrazos que nos damos entre todos, no faltan las lágrimas emocionadas, de consuelo, para el que tuvo pérdidas, de promesas, para ayudar a alcanzar las metas, de perdón, por los malos entendidos, de olvido, para cicatrizar heridas. - Jano era considerado el dios de los comienzos, tanto materiales como inmateriales, y según Ovidio, habría nacido del Caos, de ahí su naturaleza bifronte. Enero tiene la virtud de rejuvenecernos a todos, porque la magia comienza por renovar la esperanza y fortalecer la fe reiterando el amor aplacado por los días pasados, que se volvieron rutina. - Las dos caras de Jano insinúan una tercera faz, invisible, que es la que mira al presente eterno, entre un pasado, al que nunca se vuelve, y un futuro que siempre es incierto. En Enero tenemos el alma rejuvenecida, es como si hubiésemos nacido para un tiempo nuevo, que empieza a existir el día primero, vemos por ejemplo que no es difícil alcanzar aquello, que el año pasado veíamos lejano, en estos días jugamos a ser los niños que sueñan con un mundo de fantasía, donde todos, vivimos en medio de la felicidad, tantas veces añorada… Copyright © Rodolfo Dondero Rodo- Lima - Perú 06.01.18
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F. JAVIER FRANCO NOCHE DE SAN ANTÓN
Mariano giró la llave de palomilla para abrir la esclusa que atiborrara de vida el cableado y enmohecido camino hasta la bombilla, cuyos filamentos incandescentes inundaron de claridad la húmeda y destartalada estancia. Aún era de noche pero ya debía de tomar el camino del exterior, con su hielo y su frío, con el agreste vientecillo ululando sobre los sarpullidos de sabañones del borde de sus orejas; debía recorrer las calles buscando entre los rescoldos de las luminarias para ver si había restos de alguna papa, de tocino, o algún chorizo olvidado y no carbonizado; el hambre y el ¡viva San Antón! eran incompatibles durante la noche anterior y debía de esperar al alborear del cielo para rebuscar los despojos que colmarían, si había suerte, su despensa. Cuando llegó al pueblo huyendo de la hambruna del cuarenta, pensaba que una nueva vida sonreiría al fin en su destino, tras los tres aciagos años de guerra; él nunca conoció vencedores, para él todos eran vencidos, el hambre los derrotó a todos. Pululó por los callejones, dando algún que otro resbalón sobre el empedrado moruno recubierto de escarcha, en los restos cenicientos de las hogueras no hallaba nada; anduvo y anduvo rebuscando mientras la 144
escarcha se acorazaba sobre su torso, sus ajados dedos se tiznaban en el escarbar entre un infierno carbonizado, así pasaron las horas hasta que el sol orondo dio plenitud a toda la variedad de los colores... Alguien exclamó: «¡Coño, ese montón de trapos en el suelo es una persona! ¡Si es Mariano!» Este microrrelato alcanzó ser ‘Segundo Finalista’ en el Primer Premio de Relato Hiperbreve “Emaús” en 2008, bajo el título ‘La nueva vida de Mariano’. F. Javier Franco Andalucía Oriental (España)
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SERGIO RAÚL TRENTINO POSTALES DEL ALMA
Conocí aquel pueblito llamado San Carlos Norte en mi juventud, cuando tenía 19 años, tal vez un capricho de adolescente o una apuesta entre los amigos habían tejido los hilos de mi destino que me llevaron aquella noche a aquel lugar, sin importar lo que haya sido el pueblo respiraba orgulloso a través de sus sembradíos, latían recuerdos de inmigrantes que en silencio reiniciaron sus vidas y pusieron en macha sus sueños escribiendo en cada recodo del campo su rica historia… su extensión no era tanta, la ruta habría un tajo en el medio del pueblo, no superaba las diez cuadras de largo por cinco de ancho en aquel momento, los lugareños bromeaban diciendo que era un pueblo de primera, porque si lo pasabas con la segunda marcha en el auto no lo veías, gente amable y amistosa que guardaban como carceleros sus secretos, herederos de sus historias, echaban cerrojos a los recuerdos que aun llevaban a flor de piel… la casa estaba a dos cuadrados de distancia de la ruta que atravesaba el pueblo, era invisible gracias a la espesa arboleda que la rodeaba, se veía sobresalir de entre las tipas, las higuerillas y el roble las aspas incansables del molino 146
y su eterno romance con el viento, delante de las higuerillas estaba la huerta rodeada de un viejo alambrado, una puerta desvencijada era el único obstáculo para llegar a las calabazas, a los zapallos, a la acelga, a la lechuga y las achicorias que crecían coloridas en cautiverio, entre el roble y la huerta compartían su aroma los naranjales, las mandarinas, los ciruelos, los damascos, las peras y las granadas, nunca había visto tantos frutales mecerse rodeados de silencio, en aquel mágico e intenso símbolo de vida solía sentarme en la pileta del bombeador a apreciar el paisaje, allí aprendí a mirar el horizonte a través de los naranjales, como lo hacía Pedro, frente al huerto como un rio que serpenteaba estaba el camino que separaba la casa de un pequeño tambo ubicado en el cuadrado lindero, donde se ordeñaban un puñado de vacas para el sustento, cada vez que la tarde me atrapaba en aquel camino sentía subir desde mis raíces una paz que aquietaba mi alma… lejana, la espesura recortaba su silueta en el horizonte, ocultando el reflejo enrojecido de la tarde que agonizaba, allí guardaban su canto los jilgueros y el día acallaba su voz hasta la mañana… descubrí una luna muy clara trepando hasta el firmamento en las noches, el viento refrescaba mi alma extendiendo mi sombra que se perdía entre las formas inciertas y los rumores, oía murmurar a los pastizales con un lenguaje de ausencias, en aquella casa aprendí a ver la tarde nítida y el trascurrir de los días a través de una mirada virginal y sin tiempo, la lluvia alargaba la siesta rompiendo el silencio en las alturas del viejo tejado, desprendiendo modorras y aromas a torta fritas, el suave silbido de la pava en la cocina de leña reunía a la familia que se sentaba alrededor de la mesa a tomar unos mates… aun evoco aquellos recuerdos cuando veo asomar al molino entre las hojas del roble, ya no se mueve, avejentado en su base es como si hubiese muerto de amor, un sonido litoraleño entra de a poco en mi alma, el lamento de un acordeón se escucha en la radio acribillándome de nostalgia, se van sucediendo imágenes en mi interior mientras avanzo despacio, como fotografías de una vida desandada que va quedando irremediable tras la espalda, en mi mente tengo el recuerdo de Pedro Modesto, aquel viejo se movía como una sombra, su andar era lento como si desafiara al tiempo, iba de su casa del campo al pueblo, cierro los ojos y lo veo en su carro desvencijado flotar por los caminos, sus viejos caballos fieles aparceros lo llevaban a un paso sin tiempo, él tenía las riendas de una vida de dolor y de secretos entre sus manos, su figura se recortaba en las tardes de enero camuflado entre el tierral que levantaba su andar, se perdía solo y en silencio serpenteando por los senderos desbordados de estío, como un ritual todas las tardes emprendía su ya conocido 147
peregrinar, iba a abastecer su despensa y también su alma y su soledad, en su corazón viejo y cansado habitaba un secreto que no compartía con nadie, un secreto intimo que le daba sentido e identidad a su vida, un secreto que menguaba su carácter y lo rodeaba de lejanía, tal vez por eso el alcohol haya sido su único confidente, de su familia hizo su única querencia y su felicidad total en esta tierra que no conoció su llanto al nacer, que lo estrecho como si fuera un cachorro de otra crianza, por las tardes, el perdía su vista en la silueta multiplicada del horizonte a través de los frutales… a pesar del paso del tiempo mi vida se ha sucedido acompañado por su recuerdo, yo sé que de alguna manera aquellas imágenes hoy me pertenecen, algo tengo de él, su silencio, su simpleza, aquella mirada colmada de lejanía, poseo el fruto delicado de su pasión, la flor que rompió su tallo y llego como un sueño aquella noche a mis brazos, los hilos de nuestro destino se tejen sobre nosotros moviéndonos como si fuéramos marionetas… cuando su mirada penetraba el horizonte recordaba a su Santiago querido, al calicanto de la casa de su infancia en Forres, tantos recuerdos, aromas y formas que van pasando, que van cambiando, que quedan sepultados en los recuerdos, en los corazones de personas simples para el universo, despojándolos de tiempos y edades, como un secreto dispuesto a ser descubierto o a perderse llenos de olvido, nunca escuché que por lo bajo cantaba una chacarera, tal vez hoy su alma sea como el jilguero que abandona la espesura con su secreto, echo cerrojos a este manojo de recuerdos que forman parte de mí vida, a esta telaraña invisible de afectos y sentimientos de la que no estoy dispuesto a salir porque me enseñaron de que se trata la vida, se han escrito muchas páginas de este libro, se han abiertos caminos a través de la sangre, los pasos de la conciencia son infinitos, son como piedra, cada uno es dueño de su secreto… avanzo por el mismo camino, aunque hayan cambiado sus formas, veo nuevos paisajes, se renueva el incipiente bullicio de las aves, aun veo las aspas del viejo molino, sé que tras la arboleda se encuentra la casa y sus cicatrices, sé que mi antojadizo recuerdo retornara siempre su figura recostada en el carro andando por los caminos… Sergio Raúl Trentino - San Carlos Centro -Santa Fe - Argentina
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ROXANA ROSADO MEMORIA
Es víspera de Año Nuevo. Estoy sentada y miro el árbol con sus estrellas encendidas, sus deseos de niña colgados en las esferas, aspirando el aroma que viene del horno, adobos, cena y ponche, la vajilla esperando a las visitas para recibir el primer minuto de enero. Recuerdo mi niñez, el camino a aquella casa, un callejón largo, una puerta metálica azul que se abría hacia dentro, el patio con macetas donde los geranios crecían envueltos en colores, en verde, rojo y malva, cubiertos de vida. Recuerdo el árbol que creció enmedio, como un castillo. Estaba ahí desde siempre, hueco, morada habitada por arañas, lagartijas y anhelos. El olor a leche caliente, a tortilla tostada untada con manteca y sal, el chocolate con agua, esos olores mágicos que salían por un vidrio que dejó de existir, manjares que se cocinaban en la cocina cuyas paredes eran de adobe, con una estufa blanca y una mesa de madera que hacía las veces de comedor, de pinche, de escritorio. También había una sala, un sillón grande, enorme donde me colgaban los pies. Me sentaba ahí a escuchar la radio, las novelas, los cuentos de 149
misterio, de vampiros, a imaginar los caballos galopando y las tormentas de nieve. Y al dormir también había, además del espejo que cubría la pared, pisadas de ratas haciendo crujir el piso de madera, provocando miedos nocturnos y deseos de un abrazo. Recuerdo cuando salí de ahí y después volví solo para encontrar ruinas de esas paredes protectoras, raíces secas y vacías del árbol, macetas marchitas y plantas oxidadas. Nada. Nada queda ahí de mí. Solo un ayer, navidades clarioscuras, esperanzas, sonrisas y lágrimas.
Aún existe el parque-bosque que recorría a pie con la lluvia mojando mis hombros y borrando mis pisadas para que nuevas almas lo recorran. El frío nocturno, el viento contándome historias mientras buscaba el camino de vuelta a casa. Recuerdo esos besos que arrebataron mi vida, vida que entregué sin preguntas ni respuestas, sueños juveniles congelados en el tiempo, deseos de la piel aún dormidos que esperan vivir ese amor grandioso nuevamente. Recuerdo el invierno y las vacaciones, el árbol alemán semejando a un pino con diminutos frutos rojos, aquél que adornábamos con un jilguero que cantaba al moverle la cuerda, los bastoncitos de caramelo y las luces navideñas que anunciaban el fin y el principio, la espera y la esperanza, los regalos impacientes por ser abiertos, la mesa ofreciendo la cena y las sillas vacías esperando, siempre esperando. Recuerdo la última campanada, preludio de un nuevo aliento de vida, nuevo todo, fin de un largo año vivido de prisa, comienzo de ocho mil setecientas sesenta horas que en el primer segundo de enero indican que es Año Nuevo y en la alegría de las campanadas olvidamos que también están destinadas a morir. El timbre suena, los perros ladran. Los invitados han llegado. El último minuto del año ya no estará solo. Lo acompañaremos en su partida y le daremos la bienvenida a Janus, con su mensaje de principio-fin escondido en las uvas y en el brindis de media noche. Roxana Rosado- Ciudad de México
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LUIS ALBERTO ANGULO EN MAYO COMO EN ENERO
I.- Nueve meses de gestación / y el nacimiento en enero /de mil novecientos cincuenta. / Casi 25. 090 días. / Unas 602.160 horas / o 36 millones 129. 600 minutos / o = 2, 167, 776 e +9 segundos. / Este cuerpo resiste / la idea de la eternidad. / En mayo como en enero. II.- Un día como hoy / hace dos años / me estaba muriendo // ya estaba medio muerto / y al principio no quería // el cura me puso / los santos oleos / me dio la extremaunción / -dicen que no se pela nunca- / ahora espero que me sirva cuando llegue / y suavice la cosa. / / Después que uno casi muere / todo comienza a verse muy distinto / nadie va al cielo sin pasar por el infierno / es lo que entiendo // La vida y la muerte no andan separadas / hace dos años / comenzó una cuenta en febrero / que día a día se renueva.
Luis Alberto Angulo-(Valencia – Venezuela (Venezuela, 13 /01 /1950)
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