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GEALITTERA REVISTA DIGITAL Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir. Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos. revistagealittera2014@gmail.com IBSN: 14-08-2014-55 Todas las imágenes publicadas en esta edición son de Google y Pinterest
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INDICE
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Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz POESÍA José Ramón Castaño Diez Edgardo Néstor Brites Jesús Álvarez Pedraza Ana Maritza Aguirre de Schwarzl Lazara Nancy Díaz Graciela Diana Pucci María Comorera Elisabet Cincotta Lilian Costamagna Edilberto Cárdenas Mariel Monente Milagro Haack Julián Gómez de Maya Ana Romano Mirta Roncarolo Cecilia Ortiz Zaida Giles de Quirós Lucas Damián Cortiana Paco Herrera Carmen Barrios Rull Carlos Norberto Carbone Sandra Gudiño Paco Déniz Bruno Maite Glaría Aida Quiñones Frank Pereira Hennessey Alibut Sarabia Marianela Puebla Isabel Pisani Marcela Barrientos Ana Lucía Montoya Rendón Gloria Gayoso Rodríguez Carmen Hernández Rey Adri Delfini Araceli García Martín Isabel Rezmo Bibi Albert María Laura Coppié Amalia Mercedes Abaria Tomás Sánchez Rubio José del Castillo Domínguez
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Lo que habrán de llevarse las calles Sueña la ceniza Se termina todo Voces de la ausencia Una pesada ausencia Ausencia II Tu ausencia Un suspiro que el viento despojaba Ausencia en el jardín XV Hoscas retahílas Óbice Ausencia Línea ABC Años ochenta Ausencias De otros vientos Ausencia Lágrimas de amor No hay más Ausencia Ausencias Se te ocurrió quedarte Ausencia Ausencia Ausencias que duelen Cuando te vayas Ausencia La ausencia… busca y rebusca Se va y se vuelve… Por qué la ausencia Se cerró la puerta Distancias Ciudad ausente Hoy sin ti Esta esencia 4
11 12 13 14 15 16 17 19 20 21 22 24 25 27 28 30 32 34 36 38 39 40 42 44 46 48 49 50 51 52 53 55 57 59 60 62 63 64 66 67 68
Marita Ragozza Alicia de León Epp Graciela Fernández Adolfo López Anamaría Mayol Mar de Fondo José Antonio de Pablo Pascual Rolando Lorié Antonio Portillo Casado Elvira Duarte Nydia Ovalle Ethel Saavedra García Cynthia Rascovsky Amelia Arellano María Marta Liébana Martha Esquinca Patricia Corpas Gutiérrez Carmen Membrilla Olea Raquel Piñeiro Mongiello María Teresa Fandiño Mirian Pastorcich Gladis Mereles Pereira Miguel Ángel Córdoba Elizabeth Santiago Ivana Szac Rosa Lía Cuello Carlos Caposio Clara del Carmen Guillén Esneyder Álvarez Laura Cecilia Curbelo Tozzi Jorge Lacuadra Irene Vinci Julia del Prado Sergio Trentino Marilyn Zumbo Belkys Sorbellini Nancy Haro Pontón Flavia Falzquez Francisco Javier Franco Dana Laila Aymara Aruwiri Miriam Colombotto Seia Isabel San José Mellado Lya Naranjo Rivadeneira Alejandro Rivadeneyra Pasquel Jorge Serra
Ausencia Al otro lado de la ausencia El portón abierto… Los murmullos del universo Tarde/noche Invocación al ausente Te he odiado tanto Quédate conmigo Ausencias Separación Sonidos de hierba Soledad Decreto de necesidad y ausencia Duele Al volver la tarde Hueco Ausencia Mariposas y cosquillas, melancolía Aunque no te busco Cómo duele tu ausencia Vuelo nocturno Cuando madure el sol Cosas de la vida Día de todos los santos, de todos los muertos Mientras llueve tu ausencia Yo no vivo Ausencias Nuestras ausencias Ser pájaro Me pregunto quién soy Regresos de ausencia
Ausencia Eterna presencia Radio Ausencia F M Te estaré esperando Espejismo de mí Tu ausencia Amanece Carta para mi hermano Ausencia 5
69 71 73 75 76 78 79 81 82 83 84 86 87 88 90 91 92 93 94 95 97 98 100 102 103 104 105 107 108 110 112 114 115 117 119 120 122 124 126 128 129 130 132 133 136 137
Diego M. Eguiguren Roxana Rosado Norma Starke Susana de Iraola Marina Cavalletti Mabel Coronel Cuenca Consuelo Jiménez Martín Ana Aguirre Estela Molinas Báez
Bajo un cielo de ceniza Aún sabe Pertenencias Abrojos repetidos Lejanías A un padre ausente Eclipse Tu ausencia Tu ausencia…
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RELATO Ramón Ortega (tres) Rodolfo Torres José Javier Terán Díez Gloria Acosta Margarita Polo Viamontes Mario Sarli
Pérdida definitiva Las ausencias asaltan mi presencia ¡Y no llegaste aquella noche…! Por si no vuelves Ausencia de amar al prójimo 1° de enero
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EDITORIAL
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La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogueras. (François de la Rochefoucauld) En nuestro Nº 39 planteamos como tema “AUSENCIA”. Un temazo ¿verdad? Así lo creímos nosotras también. La ausencia es desaparición e incertidumbre. La ausencia es no presencia. Puede estar cercana a la muerte y pueden darse mil ausencias en vida. Los sentimientos que mueve son la tristeza, la nostalgia, el dolor. Es un tema muy relacionado con el amor, o mejor dicho con el desamor. Y es que ausencia es alejamiento, separación, partida, marcha, huida, abandono, destierro. Todo provoca un estado o sentimiento mucho más preciso que es la soledad. Sí. Desgraciadamente la ausencia de uno provoca sin remedio que el otro se quede solo. 8
Algunas veces estamos ausentes, mentalmente, nos ausentamos por un momento como una manera de penetrar nuestro mundo interior y allí instalarnos para crear. Lo que ocurre a nuestro alrededor es una nebulosa, y cuando salimos de ese estado, nos sorprendemos de lo que hemos escrito. Escribir creativamente es ausentarse del mundo real. En esta edición de la revista contamos con muchas ausencias, que se han hecho presentes. Y nos hemos sentido muy bien acompañadas por todos ustedes. Y los felicitamos, otra vez la consigna ha sido superada. ¡Gracias gealitteranos! Sin ustedes nuestro sueño, aquél que surgió hace tres años, no existiría. Estaría ausente. Somos Gealittera Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz
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POESÍA
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JOSÉ RAMÓN CASTAÑO DIEZ LO QUE HABRÁN DE LLEVARSE LAS CALLES
¿Qué extraño pesar arrastra el viento que eviscera los días a su paso? ¿Qué noche no se desangra ante la incertidumbre? ¿Qué innominada inquietud parece retenernos? Hay promesas a media voz que nunca fueron sino sueños hundiéndose bajo sus cimientos, tanta pasión envenenada vestida con la desnudez de la pulcra luz de la inocencia. Mujeres y hombres amándose con sus bocas tristes, con sus ojos bañados de silencio, con sus cuerpos como puntos cardinales, dejándose el resuello como póstumo deseo. Un coro de embriagados cadáveres repite como un mantra las exequias. ¿Qué fuego avivará las cenizas de la ausencia? ¿Qué callado dolor oscurecerá las palabras? Nada habrá de permanecer. Las calles acabarán por llevarse Las últimas aguas de las lluvias. José Ramón Castaño Diez – Oviedo (España) 11
EDGARDO NÉSTOR BRITES
con su sonrisa al mirarme contó de a uno los pétalos y una flor eterna no le alcanzó sueños de agua entre canciones viejas sobresitos al día, mi nave negra vacía "no soy el mejor" héroe de la nada desorden del amar luces de mis manos, palabras ya dormidas. quedan solo voces, recuerdos de suspiros riendas de cadera, Idas y venidas, vueltas de una rueda Me tiró entre pétalos se fue
Edgardo Néstor Brites- Buenos Aires- Argentina 12
JESÚS ÁLVAREZ PEDRAZA SUEÑA LA CENIZA
Regresa. Vuélvete blanda. Hazme en la piel un imperio con tu beso de misterio que derrumbe la baranda de los años. Alguien anda acostumbrado al hechizo, a la luz que se deshizo sobre la sombra cobriza hoy que sueña la ceniza como si fuera un granizo de sol, de agua ancestral con sed muda de los vinos fantasmales. ¿No hay caminos? me ha preguntado la sal. ¿Lo sabe acaso el cristal de la ausencia donde subes? ¿Quién apagó los querubes a esta luna que nos tizna? ¡ Cómo duele a la llovizna haber quedado sin nubes ! Jesús Álvarez Pedraza- Cuba/ Miami- U.S.A. 13
ANA MARTIZA AGUIRRE DE SCHWARZL SE TERMINA TODO
Mi agonía por fin acaba de sentir esa larga ausencia, de tener lejos a los que amo, de contarle a los vientos mis cosas, y de traerme días tristes, apagados. Se termina todo. Muere en mi garganta la palabra, muere el verso en mi mirada, y muere el sol en el ocaso. Hoy que me ausento de por vida, se termina todo, mueren la agonía y la ausencia.
Ana Maritza Aguirre de Schwarzl. De Perú.Residente en Alemania. Copyright © derechos reservados
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LAZARA NANCY DÍAZ VOCES DE LA AUSENCIA
Las voces del calendario huyen justo cuando llora septiembre sobre esta hora en el reloj del santuario. El mar se sube a un armario, le hace un trono al medio día que impetuoso en la osadía frente al vaivén sin destino, se me vuelve un remolino con rostro de cobardía. No se va a morir la tierra en este siglo de vida hagamos una estampida para matar a la guerra del falso Dios que se aferra al llanto de los asombros sin estrellas en los hombros cuando todo se nos fuga ...y la alegría se arruga flotando entre los escombros. Lazara Nancy Díaz García-Cuba/Miami. U.S.A 15
GRACIELA DIANA PUCCI
Momento de ceniza -oscuridad trepando pupilasausencia de voces (arrecia la nada) luego amanece la sangre desanda caminos un grito enmudecido llora dolores no olvidados purifica el alma
Graciela Diana Pucci- Buenos Aires- Argentina
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MARÍA COMORERA ESA PESADA AUSENCIA
Esa pesada ausencia que me sube por la boca del alma y en la garganta estalla, me llega muy de mañana, cuando abro la ventana y veo como llega la alborada, que está como yo solitaria y despeinada.
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Duele tu ausencia que se pega en la almohada, en las paredes blancas de mi alcoba gris y apagada.
Desde que te fuiste amado que mi vida siente un perpetuo dolor en el costado y está cansada de sobrellevar ese fardo tan pesado.
Ausencia, soledad que se impregna entre los visillos y cuando me acerco y miro por la ventana, recuerdo que hace poco esperaba ver tu amada silueta que de trabajar llegaba, ahora llega la soledad, entre silencios cargada.
¡¡¡ Amor mío nos has dejado una condena de tristeza, y en la casa una soledad completa....!!!
María Comorera- SEGUR DE CALAFELL. (Tarragona)- España.-
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ELISABET CINCOTTA AUSENCIA II
perderé el sendero obviaré tus pasos lloraré nostalgias
en el sopor del vino cantaré tu ausencia
Elisabet Cincotta. Hudson- Argentina 19
LILIAN COSTAMAGNA TU AUSENCIA
Mirar el horizonte hueco con mis ojos miopes. Beber la sangre negra de una cicatriz a medias. Hablar a solas con el viento gélido. Escudriñar en las aguas quietas de una poza oscura. Palpar la chapa fría de la indiferencia. Gritar tu falta contra el paredón y el eco. Claudicar, detenerme y retomar la ceguera de una búsqueda sin chances. Saborear el tilo de la soledad y el vino. Sentir el aroma sideral del polvo de estrellas. Huir entre las grietas de la tierra cuarteada y sedienta.
Lilian Costamagna- Bariloche- Argentina
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EDILBERTO CÁRDENAS UN SUSPIRO QUE EL VIENTO DESPOJABA
Dejé de amarte, amor, ya no eres mía oscilé cual farola en cualquier calle, nada complacía, nada importaba la vida, era, tal vez, un suspiro que el viento despojaba. Cuando nos conocimos ya tenías dueño habitaban tus carnes otras manos, crueles en la vida nos juntamos y saboreamos de la uva su licor, en las bocas del verano. Nada importaba, de lo ajeno hicimos dueño volamos, ensordecimos, nos amábamos, más de pronto la rosa se deshoja y nos espantamos. Errantes anduvimos por las mismas calles nuestros ojos eludimos por la vida artera y por la noche ciega despoblada desertaba por la carretera. Edilberto Cárdenas- Arequipa- Perú 21
MARIEL MONENTE AUSENCIA EN EL JARDIN
A Tarcovski Un recuerdo apresurado en la noche titila la espesura en la palabra Ladina queda florando entre las matas oscuras. entre helechos helechos enardecidos por instantes Queda un camino en la noche tallado por la ausencia de los cuerpos Su impronta pasajera allí donde estuvieron dejaron el vacío de sus voces recostadas en el hueco, en el mármol 22
en el marco de una puerta: una voz llamando otra, recostada en la pregunta un salto al final de su signo interrogante Atesora la belleza el pasado la belleza de sus gestos sus silencios completos de sentido, de ansias apagadas. Se desplazan como marionetas del deseo se desplazan y en cada movimiento los helechos se retraen y esperan un suspiro un breve aliento acompasado. La noche atesora las ausencias las recorta las enciende y en el pasado reluciente las apaga Las voces-silencios-ansias flotan a su pesar entre helechos el rocĂo las humedece la tela de araĂąa cobija los restos de un poema sostenido en sus redes pendiendo de la noche.
Mariel Monente- Buenos Aires- Argentina
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MILAGRO HAACK XV
Una lĂĄgrima recorre el espacio entre la ventana que miro alejando el trazo de su encuentro con el suelo Germen sin fetiche espejo regresa estoy ausente inventando calles sin un jardĂn donde me esperas sentando gesto dentro de tu paseo diario
Milagro Haack- Valencia- Venezuela De libro: Con pie de lluvia 24
JULIÁN GÓMEZ DE MAYA HOSCAS RETAHÍLAS
Las horas, de momento, han dado en detener su travesía y anda el reloj atento al sueño que le urgía, a su inducida amnesia, tuya y mía… En el ínterin vemos tornar todo el pasado a las pupilas y unirse los extremos de hoscas retahílas en que yo me recojo y tú te asilas. No aguarda otro regreso sino la metafísica votiva, doblada bajo el peso de esa luz rediviva que se pone en los ojos del escriba… 25
Tras tu arribo me apuesto con algún ademán de despedida, me extrañas con un gesto de saludo y ya olvida el tiempo todo cómputo y medida. Tan semejante al juego de anfitriones y huéspedes que imita la vida real, luego de una espera infinita, tu ausencia me devuelve la visita. Julián Gómez de Maya. Cehegín, España.
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ANA ROMANO ÓBICE
El umbral vaticina desprendimientos ¿Qué pérdidas descubre en la intentona? La ceguera intercede y los eufemismos merodean Atada a las ausencias precipita el salto ¿Qué incinera la penumbra? Ana Romano- Argentina 27
MIRTA RONCAROLO AUSENCIA
Desde el cielo infinito Te busqué me ahogué en tu traición Me dejaste un mar de lágrimas Un sinfín de preguntas Un millón de conversaciones Sin terminar, ni comenzar Muchos mates debajo de la parra Que borraron y me cerraron la puerta De tu vida y tu corazón Busqué mil hombres pero no llegaban ni a tus tobillos viejo anarquista, meloso al que peinaba con mis 6 años después del almuerzo cuidando que no se cayera ni uno 28
Los años pasaron y te soñé Te escuché hablar a mis oídos dormida Dijiste política o poeta Y aquí está la poeta Que hizo la mejor labor que pudo o supo Criando a tu genio y figura Hoy aún te lloro pero despacito Con mucho amor ya no siento una traición Siento que Dios necesitó a alguien razonable A su lado Nunca te olvidaré y pronto espero encontrarte.
Mirta Roncarolo- Buenos Aires - Argentina
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CECILIA ORTIZ
Cuando los relojes mastican los segundos y la medianoche es un pañuelo volátil. C.O.
Voy con mis latidos por la hilera iluminada de una tarde a solas desciendo con mis ojos por el trazo de una ausencia -recuerdo de otra casa donde fui niña/adolescenteNo hay quejas en mis labios no tropiezo con memorias encuentro mi vida diseñada con puntos suspensivos con rocío y risas llenas de estrellas con la frescura de rosas en viaje al cielo. Llega la noche es un incendio de luna ausente nueva fuerte como un deseo. Voy con mis labios -en rebeldía- apenas soy testigo 30
mi piel se enciende (convierte en hoguera la ausencia) Cruzo el umbral de los segundos de las semillas del viaje arraigado a mi destino no retengo lluvia entre mis dedos me despido. Vuelvo a mis latidos por la hilera iluminada y germino en la medianoche sin límites este poema que descubrió la huella de un pájaro ausente que canta por dentro de mi corazón.
Cecilia Ortiz- Olivos- Buenos Aires- Argentina
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ZAIDA GILES DE QUIRÓS LÍNEA
No es recta la línea que me lleva a ti: ni siquiera curva o cuadrada. No tiene principio ni límite, ni color, olor y aún así, TODO CONTIENE, TODO ES EN TI Y AÚN SIN TI, LÍNEA… … y la nostalgia se instala en mis huesos con tu nombre mestizo, discontinuo sabor ausente y, quebradizo. 32
Rota la magia, distante la burbuja de tu risa en mi trémula piel de otoños, languidezco al pensarte humo, feliz acento otrora… En ese no estar tuyo tu y yo, habitamos el fértil vientre de la vida: gestamos vuelos, mariposas todas, tantas… En esta ausencia que devora las carnes que sembramos, nacen otros nombres de siete letras intermitentes, mas no interrumpidas.
©Zaida Giles de Quirós, Sevilla- España
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LUCAS DAMIÁN CORTIANA ABC
Un péndulo de carne y hueso toca el abecedario. Jean Arp
Soy un caído más a la panacea del olvido. Los otros me niegan para que me vuelva abecedario donde antes era palabra. Los otros son trabalenguas. Sostienen sus huesos en equilibrio inequívoco porque abajo el precipicio es más precipicio cuando una letra se zafa.
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En el verso siempre hay lugar para una ausencia. Una caligrafía de pausa y suspiro y una rima de aire y una alegoría que infla el pecho para decir… … … … … nada.
Lucas Damián Cortiana – Chivilcoy – Argentina
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PACO HERRERA AÑOS OCHENTA
A todos los que nos divertimos en el club
Años ochenta. Todo el tiempo por delante. Llenos de fuerte rebeldía y mucha ginebra --¿o era al revés?--, en el club Xana oíamos temas, de Cyndi Lauper o Bryan Adams, hasta que un vecino llamaba a los municipales. Puntuales para el holgorio, las bromas y el lento --ese baile que permitía mordisquear el cuello de quién se dejara--: algunos esperaban a los que traían la risa en una china de chocolate. 36
Como si no faltara nada, felices de remate, venían los besos y luego la envidia hacia quienes se acompañaban en lo oscuro, con más pene que gloria. A los desconocidos les pedíamos Winston y que se alejaran de la nevera y del tocadiscos; siempre desenfadados para regresar a casa: aunque, por la mañana, se jugara a fútbol. Años ochenta. Todo ese tiempo por nostalgia.
Paco Herrera
Utrera/España
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CARMEN BARRIOS RULL AUSENCIAS
Pasan los días, me queda esa tristeza pesar por la ausencia de tus manos, el trabajo salva los momentos malos que impiden reincida en la pereza. Es desamparo, es falta de entereza no sé concentrarme, eso está claro quisiera gritar y sale un grito raro, que no define lo que mi mal corteja. Busco la voz que avise tu presencia y encuentro atroz dolor acumulado, pasan los días, quedan solo ausencias. Ausencias porque no estás a mi lado, procuro escapar de estas demencias de pobre ser herido y trastornado… Carmen Barrios Rull- Madrid- España
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CARLOS NORBERTO CARBONE DE OTROS VIENTOS
Reposa noche tu espalda desnuda Y vuelve tu semblante tímido y brumoso hacia mis oscuras ramas al viento. Pastor de la terrible oscuridad ahogado en nostalgias y sombras. No florezco vanamente. Soy ausencia en la tierra.
Carlos Norberto Carbone- Ciudad de Buenos Aires- Argentina Del libro “ VARIACIONES SOBRE LA NOCHE Y OTRAS OSCURIDADES”
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SANDRA GUDIĂ‘O AUSENCIA
Arremango nostalgias hasta la altura de los hoyuelos. Hundo las manos en la serenidad de tu sombra recostada en el pecho. A tientas entro en tu cuerpo: trazo firme sobre el que reposan enternecidas hilachas de ternura y algunos besos. 40
Roe roe el monstruo de los desvelos. Inclino la cabeza. Ciega musito las sucesivas muertes de los sueños. Huelo a silencio de conclusión cercana y al oído me pregunto: qué hay adentro muy adentro de la palabra ausencia.
Sandra Graciela Gudiño- Santa Fe- Argentina
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PACO DÉNIZ BRUNO LÁGRIMAS DE AMOR
Te fuiste de mi vera, silenciosamente fue tu despedida, pues mi corazón enloqueció, aquella partida tuya sin adiós. Te sigo sintiendo muy cerca: tu fragancia me acompaña, tu bondad me escolta; tu humanidad necesito, tu amistad añoro, el tiempo no borra nada, de nuestra gran relación, intacto sigue, firme con razón. Lágrimas de amor, al escuchar entre sueños, tu dulce y apasionada voz, atisbo la vista para localizarte, presente te presiento yo. Hoy hace una eternidad, que partiste al más allá, 42
y aun te recuerdo a diario, con toda la felicidad, pues aquellos cálidos besos tuyos, jamás los podré olvidar. Lágrimas de amor, recorren por mis mejillas, al recordarte con ternura, al sentirte latente junto a mí, en mis soledades, en mis noches de insomnio, lágrimas de amor, recorren mi cuerpo, pues aun te quiero yo.
Paco Déniz Bruno- Las Palmas de Gran Canaria- España
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MAITE GLARÍA NO HAY MÁS
Abre al cielo su dolor y abraza al tibio gemido que él dejó de madrugada en su casa. Ruge afuera el mar, y la corola de la flor que ya murió deshoja sus pétalos marchitos sobre la mesa de cristal y ve su foto tan alegre y distante, tan vacía ahora de voz. Abre sus brazos y no hay nada que abrazar 44
solo un destello en el lugar más oscuro de su habitación, y corre allí buscando lo perdido pero no hay más, solo el tibio gemido que él dejó de madrugada en su casa.
Maite Glaría-Cuba-USA
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AIDA QUIÑONES AUSENCIA
La ausencia es un cántaro vacío sombra fantasmal en un áspero sendero la desgarrante realidad destruye con fiereza mi templanza. Mis vigilias son brasas yacentes de un fatigado sol envuelto en agrisadas cenizas. Pasan días, noches la ausencia se agranda hora tras hora el hoy, una realidad incierta llaga abierta, con gusto a sangre. 46
Trato de cerrar las puertas del olvido los recuerdos, gotas de lluvia resbalan en coloridos vitrales caen sobre la tierra desperdigados resucitan con fuerza despiadada. Mi cielo se ha quebrado duele la impotencia surgen en rebeldía, el resentimiento… tanta respuesta inconclusa… ¡Tantos recuerdos perdidos! Las sombras se cobijan en la ausencia atisban en silencio no abandonan su presa. ¿El sol se ha fatigado de mis brasas? Afloran sensaciones impensadas como la hiedra me aferro al pilar de la esperanza nueva.
Aida Quiñones- Buenos Aires- Argentina
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FRANK PEREIRA HENNESSEY AUSENCIAS
Y las vertientes oscuras de unos cantaros ocultan la llovizna y la cavidad de la niebla oculta los vientos de un presagio colmado de pájaros en el volumen de un desierto. Y siempre habrá manos azules en los parajes efímeros que desplazan los puentes de un delirio por el consumo de la embriaguez. Y llegan tantos mares irritando el solsticio de las piedras que bifurcan el pasado.
Frank Pereira Hennessey -Barranquilla- Colombia
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ALIBUT SARABIA SE TE OCURRIÓ QUEDARTE...
Sí, muchas veces me dijeron que tu ausencia ya no dolería; pero se te ocurrió meterte en cada atardecer tras el mar, goteando hiel y melancolía... No sé cómo logras hacerlo pero te huelo en el viento otoñal; tu olor me llena los sentidos y me quema muy lento la piel con ansiedad que no tiene final... Quisiste quedarte en la noche que más recuerdos viene a dejarme; y el tiempo detiene sus pasos desnudando mi alma al pasado que prometió jamás lastimarme... Allá, tras el ocaso arcano sé que está el alivio de mi esencia... Quizás allá también llegarás para hacer más intenso el dolor y dejarme llena de tu ausencia... Alibut Sarabia- México 49
MARIANELA PUEBLA AUSENCIA
Mientras cae la tarde pienso en ti. Los vidrios anochecidos no dejan penetrar tu silueta forastera. Una discreta distancia nos separa, dividiendo dos mundos paralelos. Hay una simple indiferencia rodeando mi existencia. PodrĂa cerrar los ojos para soĂąarte despierta, pero me confunden tu silencio y tu tiempo y la realidad aparece con una inercia detestable. Pareciera que he estado siglos acurrucada en el rincĂłn de tu ventana, esperando el roce de tus alas abiertas.
Marianela Puebla Chilena.
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ISABEL PISANI AUSENCIA
Tarde gris, paradojal, de tantos latidos demudados. Detrás de los cristales, esfumados por mil gotas presurosas, un clamor de corolas virginales al rubio rayo suplican fervorosas las caricias de su alfombra enamorada. Allá, en el ventanal, tras la tediosa acera, la pobre anciana mira y mira acongojada. ¿Es que no hay sol ni luna llena que las mime? En esta primavera o en otras más arteras huirán de su terraza … si Dios no las redime. Isabel Pisani- Buenos Aires- Argentina ©Todos los derechos reservados 51
MARCELA BARRIENTOS AUSENCIAS QUE DUELEN
La ausencia de quienes me engendraron dejaron sus huellas marcadas en mi ser, que sutilmente mi alma contaminaron con infinitas respuestas por querer conocer. La ausencia de mi padre, aún tan dolorosa, me dejó sin mi gran compañero de vida. Sigo extrañando esa mirada tierna y amorosa tanto como me duele la tristeza de su despedida. Entre los grandes silencios de verdades ausentes y la ausencia de uno de mis pilares fundamentales se balancea mi existencia de angustia concurrente afectando mis sensibles sentidos más elementales. Desde el primer abandono hasta la peor pérdida mi íntima esencia late con un corazón solitario. Ciega de un pasado y de una historia desconocida enfrento la carencia de mi padrazo extraordinario. Marcela Barrientos- Argentina 52
ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN CUANDO TE VAYAS
cuando te vayas en cada trazo de mi rostro lean amaneceres vacíos en el ímpetu de mis acentos petición y vuelos en mi paso lento transitar de páginas de libros vivos lo fogoso de tu abrazo y la copa común de vino tinto no habrá siquiera una hoja verde ni un pétalo caerá de ese ramo de recuerdos porque el vacío de flores romperá nuestro jarrón azul y la ausencia se hará tan pesada como roca 53
cuando te vayas el cuaderno se pondrá amarillo los versos del poema desmayados arrastrarán el peso de soñar encuentros tras barrotes de celdas que ríen del anhelo cuando te vayas pensaré que no te has ido quedaré mirando el horizonte no daré la espalda y sostendré la puerta con la fuerza azul que tienen las esperas
Ana Lucía Montoya Rendón Colombia – Estados Unidos
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GLORIA GAYOSO RODRÍGUEZ AUSENCIA
La vida tarda mucho en desandar caminos. Se hace lento en el alma el ayer en vahído. Lanzo mi grito al aire en cruel desequilibrio, esclava de tu norte doblego mis sentidos. Ebria por la añoranza, acopio desatinos y me sobran razones para el duro acertijo. Se me ríen los duendes cuando reclamo abrigo 55
y una duna de pena muerde mi fuero íntimo. No estás y en mi demencia al infierno me obligo. Te fuiste aquella tarde alterando destinos… Te fuiste y ya no importan ni la hora ni el sitio; me topé con tu ausencia de corte sibilino y en un río de angustias naufragó mi delirio. Ya no importa tu nombre que es por cierto perdido; sólo importa el gran duelo que no acaba contigo. Vasallo de tus pasos se ha quedado mi sino. Gloria Gayoso (Buenos Aires-Argentina) ©Derechos reservados
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CARMEN HERNÁNDEZ REY LA AUSENCIA… BUSCA Y REBUSCA La ausencia es la esencia que perdura en cada hipófisis de los sentimientos
Imagen enviada por la autora
Alcanzar. Desde una libertad, la libertad del todo, ser todo en la nada. La materia de toda nada, dejar las esposas de aquella rea en cárcel, la sombra de viejas figuras chinesca que no reniegan en el núcleo del alma de sus retinas bastardas, Busca la ausencia sobrevive dentro de los pensamientos, machacones, 57
subyacen la filosofía zahorí del destino el abrazo transgresor de la ataraxia subversiva, ella que busca la fuente clara de un desierto para náufragos de los placeres ingenuos. Ausencia de una las tablas rasas de destino, como salvo conductos de una libertad en mochila, sin los fantasmas y las dudas dentro de las ausencias de vivos y muertos. Escéptica es la ausencia con la cual pleiteo si causas mías, y sin sumas mías restando voy a toda perdida dentro de unas ausencias tampoco mías, sino del tiempo y la vida.
Carmen Hernández Rey- ©® autora extremeña Todos los derechos de autora
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ADRI DELFINI SE VA Y SE VUELVE…
Un día se va otro día regresa. Y volvemos a amarnos en el vaivén de las letras en el suspiro de la poesía pero no traspasa el calor de las pieles, ni la pasión como se pretendía. Porque lo virtual no es conductor es pura ausencia ausencia de una mirada ausencia del calor de unas manos ausencia de nosotros, por eso la presencia es tan esencial porque enciende la vida y así como llegó, desaparece. Adri Delfini- Ciudad de Buenos Aires- Argentina 59
ARACELI GARCÍA MARTÍN POR QUÉ LA AUSENCIA
A veces A veces no No quisiera oír ni el agua ni mi respiración siquiera; Siempre hay un ruido de fondo, en la nada traicionera con las ondas reverbera. ¿Por qué la oscuridad y el silencio se tragan la vida llevando los colores a otra orilla. Quedó envuelta en la existencia, se acerca al balcón y abre las puertas; Unos ojos y un raudal incontenible de luces de neón en la noche 60
de ruidos, de bocinas de autos, de gritos por los venenos de dolores; ¿Por qué la oscuridad y el silencio se tragan la vida llevando los colores a otra orilla? Mil chasquidos sin frenado termina en silencio de un coche un sonido desgarrado, metálico, profundo todo son gritos de vidas chafadas de cuerpos sangrando en el muro de hormigón. A lo lejos se oyen las sirenas la ambulancia su aullido. .¿Por qué la oscuridad y el silencio se tragan la vida llevando los colores a otra orilla? Dolores que no se frenan, como quien arrastra una cadena. Poco después, despertar un día más sabiendo que ya no están que entre los dedos se fue y puede ver la verdad. ¿Por qué la oscuridad y el silencio se tragan la vida llevando los colores a otra orilla? Araceli García Martín.-Granada/ España.
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ISABEL REZMO SE CERRÓ LA PUERTA
Se cerró la puerta, Entró el aire llevándose la arena. A grandes pasos los deseos se convierten en cicuta Dormida en las venas, mientras arrancamos La hoja del calendario a bocados, Intentando morder el áspero sonido de una tragedia. No soy Dios, Ni pretendo ser el tercer ojo intentando salvar de la quema mi corazón fustigado por el hambre. Se cerró la puerta, La cerraste, Y con ella, Me quedé fuera. Isabel Rezmo- Úbeda- España 62
BIBI ALBERT
Mi amor ha muerto. Lo envuelvo con la gasa del recuerdo. Lo enyeso a cal y llanto. Lo convierto en la momia más vívida de que haya registro. Lo escribo de los pies a la cabeza. Lo cubro de poemas. Mi amor de sangre azul de marcador. Mi enorme faraón. Bibi Albert- Ciudad de Buenos Aires- Argentina 63
MARÍA LAURA COPPIÉ DISTANCIAS
pendientes que nos multiplican y agotan esa comedia musical con olor a viejo el puente de Iturri frustraciones varias que el mantel no tapa unos brazos que siempre tiran más fuerte inabarcables vidas pasadas domingos de cuevas y palabras atragantadas cinco barrios de distancia y colectivos que no llegan bares sin vidriera, cerveza apenas fría recuerdos de un río que se secará pronto cuentas que no cierran unos brazos que siempre tiran más fuerte fotos con sello de agua y ébano testigo flores censurando su perfume y algunas tangas nuevas huesos que se escapan de nuestros dientes verdades que defendemos 64
sin siquiera preguntar qué vestido queremos usar perros siguiéndonos el rastro voces metálicas que exigen comida caliente antes de entrar pistas imposibles de rastrear, señales invisibles dúo de piletas que no volveremos a bucear unos brazos que siempre tiran más fuerte ampollados los tacos de crecer el monocromático cielo de esa mañana nunca la avenida, escapando al espía reloj tan desacompasado apellidos a los gritos en alguna zona prohibida sueño que no despierta playas repletas de náufragos movimientos gatunos que delatan edades ya vividas unos brazos unos brazos que siempre tiran más fuerte unos brazos que asfixian hasta verlo todo azul brazos que enyesan mimo y no abrigan unos brazos que no son ni serán los míos
María Laura Coppié- Ciudad de Buenos Aires- Argentina
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AMALIA MERCEDES ABARIA CIUDAD AUSENTE
No hay jardines faltaría tu nombre, para el olvido. … Casi en la noche los vagabundos buscan. ¿Nadie te ama? … Nada más vasto en estas calles nuestras que tu silencio. … Puente olvidado cementos y columnas, hacia tu sombra. .. Cielo paloma trayecto de cenizas, cielo paloma. Amalia Mercede s Abaria , B s.As, Argen tina. De ( “El musgo y la calm a”, Bs,As, B ote lla al Mar, 2013)
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TOMÁS SÁNCHEZ RUBIO HOY SIN TI
Se acabaron las horas tras de ti. Se esparcieron, incrédulos, los días como cenizas en el aire tierno de esta mañana que fue ayer. No hay espacio para darle tiempo al tiempo, para el sin ti no soy nada, para ese madrugar en el amanecer temprano del amor. La soledad no corre, sino vuela espantando a voz en grito las miradas ausentes que, como indefensos guijarros, son arrastradas por la corriente de una vida que nunca -realmente- será más que un puro tránsito. Tomás Sánchez Rubio -Sevilla-España 67
JOSÉ DEL CASTILLO DOMÍNGUEZ ESTA ESENCIA
La esencia de que un día un grifo funcione, es la necesidad de su verborrea, cuando calla, calla todo el mundo descifrando futuro con la negatividad incluida. Pero las herramientas están en una caja cerca, recrear toda una hoja donde anotamos una a una las posibilidades de agua, y vuelva la esencia que incuba todo acercamiento en esta al final separación. Hoy vuelvo a besar sus labios, solo besaba las cartas a diario me mandaba. José del Castillo- Domínguez- Sevilla- España 68
MARITA RAGOZZA AUSENCIA
¿Qué hago con tu ausencia? La enrosco como serpiente en mi garganta? A qué escala asciendo para nombrarte?
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Pájaro desnudo desvida llaga de lluvia arteria rota de mi poema. Trazo letras como hormigas lábiles dibujo tu mirada te busco en ningún jardín.
Marita Ragozza- Pehuajó ( Argentina)
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ALICIA DE LEÓN EPP AL OTRO LADO DE LA AUSENCIA
Al otro lado del espeso silencio duerme tu voz, tu risa, tu suspiro de este lado estoy yo con mis ojos cerrados trazando en la memoria las delicadas líneas de tu rostro porque a veces siento que te desvaneces tu imagen es un bosquejo en la neblina y no quiero perderte por completo ¿Era así la curva de tu boca? ¿Eran tus ojos de un marrón tan claro? Al otro lado de la ausencia yacen tus sueños, tus temores, tus ternuras 71
de este lado estoy yo con los fragmentos de lo que fuiste y de lo que me dejaste. quiero de algún modo reconstruir tu historia saber cosas de ti que nunca supe decirte lo que no llegué a decirte regresar y encontrarte y encontrarme al otro lado de tu breve tiempo tu poesía se estira hacia lo eterno de este lado estoy yo, colgada de una lágrima en la precaria orilla de un recuerdo de este lado estoy yo con los ojos cerrados con un terco amor que no cree en la muerte queriendo rescatar tu imagen de la niebla necesitándote, hoy como siempre.
Alicia De León Epp Uruguay/Canadá
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GRACIELA FERNÁNDEZ EL PORTÓN ABIERTO...
He dejado el portón abierto, dolía oír su chirrido lastimero. El jardín que cuidabas tanto, se ha declarado en rebeldía. Los árboles han extendido sus ramas, se asemejan a brazos suplicantes. Las enredaderas abrazan sus troncos, tal vez, haciendo causa común con ellos. Los rosales, jazmines, crisantemos, no han florecido, no hay perfumes. Extraño el aleteo de los colibríes, los brillantes colores de las mariposas, el canto de los jilgueros, de los zorzales. 73
Tanta quietud produce escalofríos. Es tan intenso el silencio que se oye. Si me entendieran les diría: _ Yo tampoco comprendo su partida _ Quizás por ello... He dejado el portón abierto.
Graciela Fernández Rosario, Santa Fe- Argentina
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ADOLFO LÓPEZ LOS MURMULLOS DEL UNIVERSO
He pasado cinco días en el fondo del mar, ausente, y el tiempo no se detiene, los recuerdos han mutado, guardados de mí, calladamente. Allí la noche no tiene identidad ni apego a nada. Amanece a impulsos, en silencio, y la palabra se esconde recostada entre las sombras y los murmullos del universo. Siempre quise contar mi historia mientras mi ausencia no regresara. A veces, la soledad oscurece mis noches desveladas, y todos los pájaros del otoño huyen de mi ventana.
Adolfo López- Málaga- España
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ANAMARĂ?A MAYOL TARDE/NOCHE
La tarde se levanta la pollera deja caer la noche entre sus curvas coquetea con el viento que la pronuncia cĂłmplice y otra vez se derrama por las piedras el patio las flores las pisadas las ausencias La tarde repta el silencio se enrosca 76
se retira copula con mi serpiente interna se deja morir sin resistencia otra vez morir dejarse morir hacerse noche mientras vos vos “no me morís “ no te morís no te dejás morir y es otra noche otra tarde que se avecina que otra vez morirá se dejará morir dentro de mis ojos y vos vos ahí ahí tan fantasma tan abandono tan resistencia siempre ahí esperando la muerte de otra tarde esperando la boca de otra noche
Anamaría Mayol. La Pampa. Argentina
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MAR DE FONDO INVOCACIÓN AL AUSENTE
Poeta, abre la boca, escupe el poema adormecido en tu cerebro. Cubre mis decepciones de asombro salpicando el hastío de flores. Conquista la ausencia de fe, deja libres tus versos: que mi alma con ellos escape del presidio y el silencio. Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia, España. 78
JOSE ANTONIO DE PABLO PASCUAL TE HE ODIADO TANTO
He sido un poeta oscuro y mi tinta fue dolor describiendo una quimera, renegué de lo más puro y maldecí nuestro amor que robaba primaveras Y es que te he odiado tanto por arrancarme la vida con el brillo de tu estela, que sangrando por el llanto escribí por tí la herida de un corazón centinela 79
He sido un poeta ciego y fue mi tinta pasiones en todo lo que escribía, adorando cada ruego enlacé dos corazones por si loco te perdía Y es que te he querido tanto que con el alma partida busqué el fuego en tu candela, y te escribí con el llanto una poesía dormida en la llama de una vela Y es que tanto te he querido, y es que te he odiado tanto… José Antonio de Pablo Pascual ( España )
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ROLANDO LORIÉ QUÉDATE CONMIGO
Imagen: Oscar de la Osa
Quédate conmigo… frase latente que desafía a la ausencia y despierta inquietudes en el accionar prudente. Quédate conmigo… invitación sugestiva, susurro al oído que magnetiza y hechiza a la condición libertina. Quédate conmigo… reto a los deseos callados, púdicos atrapados por conflictos y conceptos del viejo andar. Quédate conmigo… invocación a permanecer juntos, interferir formalidades y ahuyentar el fantasma de justificaciones habituales. Si te quedas conmigo… remueves las bases de lo usual y lo cotidiano, reproduces historias de auténticos enamorados. Rolando Lorié- Cuba/ Miami- U.S.A. Copyright-2017 81
ANTONIO PORTILLO CASADO AUSENCIAS
Recojo tu vacío, lo llevo al lienzo de alquitrán para que huya. Vuela la luz. Se hunde el sentir en el folio. La estrella abisal lo acoge. No quiere ausencias, aunque parece negarlo. Antonio Portillo Casado-Alcalá de Henares – España 82
ELVIRA DUARTE
¡He perdido mi gotita de rocío! Dijo la flor al cielo que había perdido todas sus estrellas. R.TAGORE
Ausencia de voces, de burbujeantes risas de niños, en esa acogedora fortaleza de palabras, de sueños y utopías. Hoy, se vislumbran huéspedes invisibles presencias intangibles en el círculo, en el horizonte de las cosas, en la vibración de un sentimiento. Regresan de lo profundo de las almas. de un abismo de silencio En un anhelo de reencuentro, titilando como luces de estrellas por el camino de la flecha. En un color, en un aroma. En un recuerdo vigoroso. Elvira Duarte- Buenos Aires- Argentina 83
NYDIA OVALLE SEPARACIÓN
Los ojos de la noche deshabitados añoran el vestigio latente de un amor que ha partido. En el umbral del adiós brota la memoria de la mano de los recuerdos. El sigilo de la noche se lleva la alegría que se agazapa en la luna cerca de tu boca. Mi corazón se desnuda y duerme a la intemperie junto a la luz de las estrellas que iluminan tus ojos. 84
Usurpan nuestro sueños las alboradas llenas de melancolías, abanicando esperanzas. Algo se libera en tu ausencia. ¡La espera…! que deambula reciamente como soldado en la marcha en nuestra habitación. Tu vacío propicia recobrar el sueño apasionado del amor, y no la conformidad de un gélido recuerdo.
Nydia Ovalle Ciudad de Guatemala, Guatemala, C.A.
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ETHEL SAAVEDRA GARCÍA SONIDOS DE HIERBA
La desidia de tu recuerdo se va esfumando con el correr de las horas. Las imágenes cada vez son más escasas y la puerta más estrecha. Hay minutos que llegan con intensidad y declinan a voluntad propia. La suela de los zapatos ahora es de goma, hay silencio de pasos, silencio de regresos. Aún quedan vestigios de risas que parecen alcanzar la luna, (la que se paseaba por la cama escuchando tangos reencarnados), ella corre más de prisa llevándose el rumor del viento que antes era aterciopelado. El viento, cómplice de mi distracción, pronuncia sobre mi oído la palabra ausencia. Relego viejos tiempos porque las huellas persistirán con menos apasionamiento; engaño a la memoria para que futuras exaltaciones tomen rumbo a lo ignoto mientras escucho el abrir de las rosas y el sonido de la hierba que cruje cuando crece. Ethel Saavedra García Cali, Colombia
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CYNTHIA RASCOVSKY SOLEDAD
Siento en ocasiones ganas de morir las fotos de cumpleaños toman olor incluso los viejos dolores me toman de esposa. Porque yo, en esta sensación de ausencias veo dentro de mi cabeza un mármol tatuado con mi nombre. Muriéndome en esta mujer que bebo soy blanco de brujas, soy el cadáver para mis demonios.
Cynthia Rascovsky- Ciudad de Buenos Aires- Argentina 87
AMELIA ARELLANO DECRETOS DE NECESIDAD Y AUSENCIA
“Toda mi sangre es un temor inmenso” JULIA PRILUTSKY FARNY
(I) Toda ella, un temblor. Un latido. Todo lleva hacia los demonios del miedo. Sabe que es un invento. Un ensayo, subsistencia .Una artimaña. Un aferrarse a rocallosas vidas. Sin embargo, mentirosamente, amorosamente, lo dibuja. Lo dibuja en la patria de los sueños: Quiero decirte que siento nostalgias de ti. Que se me vuelven los pasos de extrañarte. Que soy una ojera que camina. Que soy un ojo seco y una mirada húmeda. Daría todo lo que tengo por estar contigo. Por supuesto- tú lo sabes, elegiría el mar-. Puede ser en las dunas. En el acantilado. En los tugurios donde se juntan los marineros con las putas. Daría todo. Todo. Lo que más amo. Daría mi “libro de los muertos”. Mi ruiseñor de Keats. 88
Mis zapatos de cristal. Mi elefante de jade. Los misterios del rosario .Las corcheas de oro. Mi anillo de amatista. El caracol de mar. Fíjate, hasta daría el sombrero de paja, cinta azul. Te pediría una noche en una estalactita de cristal rosado. Te preguntaría tantas cosas. Recorrería con mis dedos las marcas de tu ausencia. Sería tu nana, tu nodriza, tu hermana. Me volvería pasionaria. Junco. Ceibal en flor. Mordería tu silencio y tu grito. Anegaría el huerto con tus ojos. Cercenaría tu temor espejo. (II) Él, viene del país inexplorado de la Misoginia Ama y odia en ella a todas las mujeres de sus secretas vidas. Rabiosamente la odia. Muerte pasión, martirio. Tanto le odia como tanto le miente. Dulce destierro, pasionaria, salvia. Odia en ella a aquéllas que se han ido. Madre, padre, hermanos, hijos. Hace callar sus ojos y con ellos anuda su corbata. Se abotona la boca y la camisa. Se peina la cabeza, disputa, calla, grita. Hunde la espina en su dedo meñique. Desafía la picana en el vientre. Arranca la obediencia del pecho. Anuda los cordones de sus ansias zapatos. Va al correo del viento. Y firma. Firma decretos de necesidad y ausencia. Afuera todo tiembla Es verano y los brotes explotan. Sin embargo punza el frío y el miedo. La muerte se desnuda frente del espejo A medida que existen los dedos se adormecen Adormecido cuerpo. Leyes apócrifas. No saben si es naufragio de piel. Necesidad. Ausencia. No saben si viven porque mueren. Pero duele el frío. Hasta los huesos, amor. Hasta los huesos. Amelia Arellano- San Luis- Argentina 89
MARÍA MARTA LIÉBANA DUELE
Duele... duele tanto tu ausencia duele tanto aquello que fue pero ya no lo es. Duele haberte querido y seguir amándote. Duele... seguir soñando con tus besos, con tus abrazos, con ese cariño que quise tener, con tu voz susurrándome y tu sonrisa dedicándome. Duele... desearte y no tenerte y haber querido que el mundo se hubiese detenido en aquel primer instante que te amé. Duele mi amor... ¡duele!
María Marta Liébana.Resistencia, Chaco (Argentina) 90
MARTHA ESQUINCA AL VOLVER LA TARDE
Me llamas alba y me sabes noche, te dices mi ánfora y soy río; mi dueño cuando soy viento. Sueñas que zanjo abismos cuando trazo senderos. Esperas mi regreso al volver la tarde... ¿Acaso no recuerdas que guardé el crepúsculo, que mi corazón se hizo hiedra, que mis espinas son poemas? Me buscas en el vano de tu lecho. No sabes que soy ausencia. Martha Rosa Esquinca Díaz.Tabasco, México. 91
PATRICIA CORPAS GUTIÉRREZ HUECO
No estás, te has ido. Acaricio con mi mano el hueco caliente que todavía permanece. Me abrazo a la almohada rodeándola con las piernas como si fuesen tus caderas. Ahogo tu ausencia en el perfume de la sábanas que prolonga tu esencia. Y me quedo así, ahí. En la frontera de los sueños intentando revivir lo que contigo sentí, llenando de recuerdos el hueco caliente que permanece en mí. Patricia Corpas Gutiérrez- Barcelona- España 92
CARMEN MEMBRILLA OLEA
Hay en la soledad una dimension azul que me conmueve.
Carmen Membrilla Olea. EspaĂąa. Publicado en Notas de silencio- Dairea Ediciones
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RAQUEL PIÑEIRO MONGIELLO AUSENCIA
Cómo ir más allá si los grises están desbandados y una intemperie de nubes reparte ecos de tu voz. Cómo no presentir este viento de tristezas si un vuelo deshojado se pierde anónimamente en la suma de los silencios. Cómo liberarme del gran ritual de tu mirada si en mis yemas leo, la transparencia de la piel confusamente lastimada, con el pudor de tu ausencia. Raquel Piñeiro Mongiello-Funes –Santa Fe - Argentina 94
MARÍA TERESA FANDIÑO MARIPOSAS Y COSQUILLAS, MELANCOLÍA
Bajé del tren en aquella estación deseando envolverte en un abrazo, poder estirar mis brazos hasta rodearte y fundirme en ti. Insegura y temerosa caminé hacia la salida. No estabas todavía, me embargó el terror. Dudé, mas aguardé… El calor del ambiente inundaba mi alma y el roce del aire mis lágrimas, mi corazón amainó mi respiración se calmó. 95
Como un golpe de ilusión te reconocí por tu sonrisa. ¡Esa sonrisa tuya! Mi mirada se quedó perdida en tu boca, en tus hombros y en un deseo, uno de esos que el destino no quiere cumplir. Me enamora tu forma de mirar Me enamora tu sonrisa de niño pillo Me enamora imaginar tus manos acariciando mi cintura. Me provocas... con tan solo la fragancia del aire en un baile o en una estación de tren, un gesto inadvertido, profundo sentimiento de un eterno devenir. Mi alma puede presentir a ciegas… a borbotones. Tu mirada despide fulgores que se pierden en el sueño y al alba te recuerdo. Deseo tus brazos en mi cintura como ayer, cada día. Deseo tu mirada, tu sonrisa deseo tus labios en mi boca e incluso puedo imaginar su calor su sabor, a canela y a miel. Incansable la llamada del placer, El deseo se acrecienta y la distancia se torna cruel. Mi alma ríe… y llora por él.
María Teresa Fandiño. La Coruña, España Derechos reservados
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MIRIAN PASTORCHIC AUNQUE NO TE BUSCO
Necesito un instante para tropezar en tus ojos y dialogar con tus pupilas; aunque no te busco el viento lleva tu susurro como una melodía. Aunque no te busco escapo de los límites estremecida de silencio para sentir que estás. Aunque no te busco sufro por tenerte, sabiéndolo en vano. Aunque no te busco tu puñal de ausencia hiere mis raíces. Aunque no te busco, mi alma enamorada sueña con hallarte. Mirian Pastorchich- Bahía Blanca- Argentina
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GLADIS MERELES PEREIRA CÓMO DUELE TU AUSENCIA
¡Una vez más hago cuenta de cuánto te quiero! No puedo sacarte de mis pensamientos, de mi corazón, estás siempre presente en cada respirar, en cada despertar. Estás siempre en cada suspirar, en cada gesto. Tu nombre adormece entre mis labios, mis besos saben a ti por más lejos que estés, sigo pensando en ti. Aunque el tiempo haya pasado de mí no ha borrado este sentir, yo te sigo recordando con gran amor. Eres mi sentir más hermoso y dolorido, pues nunca regresaste y tengo el corazón herido. 98
Si tan sólo supieras lo que duele tu ausencia. Si tan sólo supieras, las ganas que tengo de ti, tal vez regreses un día para rescatarme de este olvido. En las frías noches lloro tu ausencia, no consigo olvidarte ni un segundo, no consigo callar este amor que arde en el pecho, te llevo muy dentro de mi ser. Te amo, te amo con el alma y corazón, por más que pase el tiempo, no me acostumbro con tu ausencia, sigo soñando con tu presencia. Sigo soñando el día en que regreses a mí, regresa amor mío, mis labios aún saben a ti, mis besos siguen esperando por ti. ¡Ay como duele tu ausencia! Gladis Mereles Pereira. La Eterna Soñadora. Derechos Reservados. Paraguay
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MIGUEL ÁNGEL CÓRDOBA VUELO NOCTURNO
A esta luz le falta oxígeno tiene un encierro en el comienzo no sabe ser después ni trampa cuando roba mi sombra de repuesto cuando ilumina tus ángulos de ausencia yo vengo de un país oscuro que guardo en el placer se arma apilando cajas como si fuera un territorio donde pongo el corazón 100
después de una derrota y todo es media nube un vuelo de fantasmas perdiendo el equilibrio. Abro mi botella con miedos y el vidrio de tu cuerpo trae un mensaje de auxilio ahí queda mi esperanza tratando de salvar la madrugada la pantalla incierta del próximo destierro y el vino prometido en los balcones a treinta metros de otro cielo noche abajo.
Miguel Ángel Córdoba- Ituzaingó- Argentina
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ELIZABETH SANTIAGO CUANDO MADURE EL SOL
Yo traté de volar con retoños de alas, impulsada en columpios de madurez dormida; y de un tajo al camino le arranqué las mangas, para vestir de corta a tu partida. Tu ausencia es una espina en la planta del alma, hincándole los dedos a ese espacio vacío; mas cuando el sol maduro sobre nosotros caiga, pintaremos la noche con tu color y el mío. Elizabeth Santiago. Cuba/ Italia.
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IVANA SZAC
No permitiré que nadie se coma las manzanas los huevos en los nidos que gane la furia en las calles en el amor no permitiré que la tormenta lo arruine todo esperaré la luz en la ventana para que brote como una hortensia sólo caminaré lejos y de a poco iré escribiendo tu ausencia. Ivana Szac- Ciudad de Buenos Aires- Argentina 103
ROSA LÍA CUELLO COSAS DE LA VIDA
“ Qué pretérito me serviría si mi madre ya no me teje más?” Tamara Kamenszain
Si pienso en pretérito imperfecto pasó el momento en que las dos escuchábamos novelas por la radio. La ropa de las muñecas se apolilla en una caja porque ya nadie las viste. “Que cosas que tiene la vida que cosas tener que llorar…” Ella se ha ido con el vestido que tanto le gustaba ya no hay buñuelos de manzana en las tardes de lluvia. Tiempo pasado. Modo Indicativo. Ahora todo es presente. Y aunque no está yo preparo buñuelos en esta tarde de sol. Rosa Lía Cuello-Cañada de Gómez-Santa Fe- Argentina 104
CARLOS CAPOSIO DÍA DE TODOS LOS SANTOS, DE TODOS LOS MUERTOS
Hace veinte años como hoy era un día gris no aguantaste más, te fuiste y eras tan sabia que elegiste el primero de noviembre, día de todos los santos, para hacerlo. Una vez que yo estaba fuerte y curtido que tenía novia y sabía ganarme el mango. Dolía tanto ir a verte a esos lugares oscuros donde la razón no podía agarrarse de ningún lado, con mi radio portátil y el partido en los días de visita. Para que te voy a decir que te extraño, si podés escucharme, te haría tanto mal no poder volver a que te estire el corpiño y decirme: 105
“Pelotudo, hacéselo a tus amiguitas”. Gracias por el cine, por permitirme las películas prohibidas de esos tiempos. Gracias por incentivarme en la lectura, ya a los quince, en tus cumpleaños, te regalaba libros que solo yo quería leer, y vos te cagabas de risa. Gracias por mostrarme el mundo de la escritura porque también lo hiciste y cuando partiste, fue uno de los refugios que me salvó la vida. Fuiste tan sabia que moriste el día de todos los santos y en el cementerio, al día siguiente, cuando te escondían en el nicho y yo compraba esos floreros horrendos y placas con fechas que cuestan recordar, ya era dos de noviembre, Día de Todos los Muertos y nunca más fui a ponerle pomada a esas chapas que deben estar todas verdes, que me tienen sin cuidado que no tienen que ver con vos, con tu vida y tu recuerdo. Pasó tanto tiempo mamá que ya soy un hombre.
Carlos Caposio- Buenos Aires- Argentina
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CLARA DEL CARMEN GUILLÉN MIENTRAS LLUEVE TU AUSENCIA
Llueve. Es loa matinal que invade los sentidos. Borra huellas de pasos mas guarda sensaciones Que bajan con sus aguas a recorrer La calma de los cuerpos que dormitan ungidos con un arrullo suave. La lluvia como amante se desliza juguetea en tu rostro la memoria del tiempo su caída. Te asomas al recuerdo: En comunión el agua y mi cuerpo sediento de tus manos. ¡Que desciendan las gotas Las absorba mi piel que saldrá de las sábanas a calmar esta sed a robar la humedad del firmamento mientras llueve tu ausencia. Clara del Carmen Guillén- Tuxtla Gutiérrez- Chiapas- México (Del poemario Nocturno para despertar desvelos CONECULTA, Chiapas 1995) 107
ESNEYDER ÁLVAREZ YO NO VIVO
Yo no vivo, Solo sobrevivo, A un mundo frío, Sin ternura, Sin caricias, Sin bellas palabras, Sin sentimientos, Sin besos, Sin amor. Yo no vivo, Porque tu ausencia: 108
Me dejó sin el calor de tu compañía, Sin la ternura de tu rostro, Sin las caricias que estremecían mi piel, Sin los motivos para escribir bellas palabras, Sin sentir cómo el corazón se aceleraba al verte, Sin los besos que alimentaban mi ser, Sin nuestro amor.
Esneyder Alvarez Medellín – Colombia Dedicado aquella mujer que hace 21 años partió al cielo dejando en mi corazón un gran amor y el motivo para que naciese en mí la poesía.
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LAURA CECILIA CURBELO TOZZI AUSENCIAS
Son muchas las ausencias, y tan distintas todas, como tantos los matices, del sentir que generan. Están esas ausencias, como la de mi viejito, que se fue dejando en mí, un cofre de instantes únicos, hecho de cuentos, de anécdotas, y junto al cofre un aura blanco, porque se fue a su tiempo, sin déficit de sueños, con excedente de amor, en sus dormidos párpados. Hay otras ausencias, que se llevaron consigo, la suavidad de las horas, dejando en mi retina, la imagen de la inconformidad, junto a una hiedra de tristeza, ya que hackearon al destino, y se fugaron cuando aún,
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el equipaje de vivencias, no estaba completo. No olvidarse de las ausencias, que siendo presencia, en cuerpo y mesa, se olvidaron que tú, estabas ahí, y aislaron su alma, dentro de un narcisismo, que enfrió mis mejillas, confinando mis ilusiones, a una inagotable espera. Y ésas... esas ausencias, que entiendes como ley de vida, pero que son tu luz y tu fuerza, que llenan tus ojos, de amor y orgullo, que van al lado de tu corazón, segundo a segundo, hilando el milagroso vuelo, de una madre con sus hijos. Pero sin duda la ausencia, que más daño genera, es la ausencia de uno mismo, para afrontar la vida, permitiendo que ésta pase, por encima nuestro, sin dar batalla a los miedos, que se comen las mariposas, que en el alma revolotean, esparciendo ilusión y sueños. Son muchas las ausencias, y tan distintas todas, como tantos los matices, del sentir que generan. Laura Cecilia Curbelo Tozzi. Uruguay
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JORGE LACUADRA NUESTRAS AUSENCIAS
A veces reconstruyo nuestras ausencias, sobre endebles y temblorosas telarañas. Solo yo, luego, puedo reforzar ese cáñamo, solo tú, mañana, puedes retomar esas distancias. Hemos de desaparecer un día y reencontrarnos otro, un cielo o una tormenta no detendrán ese verso. Hemos de mezquinarnos palabras para olvidarnos, sin saber que en el minuto siguiente recordaremos. A veces soplo sobre nuestras ausencias, ese olvido, y me reconozco en escucharte, en releerte, en observarte. Solo yo, entiéndelo, vuelvo a perderme en tus caminos, solo tú, concíbelo, puedes cruzarte en mis senderos.
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Hemos de observar juntos esa piedra imaginada, de musgo y setas decorando tu hermosura. Hemos de tomarnos de las manos en silencio, sin conocer las respuestas ciertas del mañana. A veces he de conservar una calma que no tengo, sobre mis palabras duermen atardeceres en silencio. Solo yo, quizás, retomaré siempre las caricias cansadas, solo tú, acaso, escribirás mi nombre sobre la arena. Hemos de ser eternos principiantes de la llama, quemando nuestras alas de Ícaros rampantes. Hemos desistido de nuestros cuerpos en el origen, y bebido de una copa ya vacía de buen vino. Jorge Lacuadra- Córdoba- Argentina
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IRENE VINCI SER Pร JARO
Estoy tan habitada de ausencias que sรณlo por el roce imperceptible de unas alas puedo definirme presente en esta dimensiรณn del aire.
Irene Vinci Argentina
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JULIA DEL PRADO ME PREGUNTO QUIÉN SOY
A veces la vida da flores conciertos de cellos y violines llena vacíos silencios ausencias con marinas barquitos y las niñas de lámparas azules montadas en los hipocampos 115
de esa olas que se traducen en infinito. A veces cuando veo el océano me pregunto quién soy.
Julia del Prado Morales- Lima- Perú (de mi libro: Tendido de sol maduro. Lima.)
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SERGIO TRENTINO REGRESOS DE AUSENCIA
Cierro los ojos Y espero… Me atraviesan palabras Que vuelan y se desarman… regreso de un torbellino de ausencias… de redondeces y trasparencias de un universo interior que ilumina mi centro… cierro los ojos y veo… paredes rasgadas que sangran ausencias… 117
murmullos de hiena agazapados la soledad con el traje del miedo… realidad, fantasía utopía… reflejos de poesía…
Sergio Trentino/ San Carlos Centro/ Santa Fe/ Argentina.
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MARILYN ZUMBO
Resistir, volver, encontrar, soltar, dejar. Percibir: desgastarse en cada sensación amarga que deja tu ausencia, y sembrar otros instantes. Para que no sufran. Para que no extrañen. Para que crea que todo es mentira. Que esta vida que te aleja, se ciñe a otra que te acerca, de mil formas distintas. Con mil caricias extrañas, que estallan en el momento preciso, cuando tu nombre se desgrana. Marilyn Zumbo- Buenos Aires- Argentina 119
BELKYS SORBELLINI
Sé que hay una persona compuesta de mis partes, a la que integro cuando va mi talle cabalgando en su exacta piedrecilla. César Vallejo
Sé que me has llamado una, dos, tres y cien veces Sé que me has pedido que asistiera, que estuviese presente Pero aquí estoy, contando mis costillas, hurgando entre mis huesos Y entiendo que no alcanza, no llego, aunque lo cuente Una, dos, tres y cien veces. 120
Sé que necesitas mi presencia, que mis partes completen tu figura Que mi sombra se sumerja en la tuya y juntas oscurezcan la pálida pared del cuarto en que me citas. Ahora no puedo comprender por qué la ausencia. Ahora no puedo separar las formas, aún siento tus costillas en las mías Aún silbo por las noches cuando la luna aparece y creo que subes presurosa. Sé que prometí alcanzarte, más no pude, el ocaso me atrapó en sus fauces. Sé que prometí no escabullirme, pero el trazo no es firme, los pasos no me llevan a ninguna parte y tus pies no se acomodan. Siento que una piedra en tus zapatos alejan tus pasos de los míos.
Belkys Sorbellini- Santa Fe- Argentina Safe Creative- Todos los derechos reservados.
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NANCY HARO PONTÓN AUSENCIA
Calles largas vacías, casas abandonadas, alcobas empolvadas taciturnas miran soñolientas el pasar de las horas interminablemente silenciosas. Hay un sabor a ausencia en cada cosa un amargor de pasos alejándose chirriar de puertas cerrándose corazones rotos vidas truncadas sueños detenidos en un recodo del camino. Duele mirar tras los cristales la floración primaveral que dejan los seres queridos a su paso primavera fugaz que queda inundada de llanto y de recuerdos... Duele pensar que nunca más se verá su transitar pausado o inquieto, su cálida mirada, su sonrisa ni escucharemos su palabra de aliento. Duele sentir su alejamiento intempestivo. 122
Duele hondamente este vacío inmenso. Duele su ausencia. Quizá retornarán algún momento. Traerán a la primavera de regreso para irradiar de rosas rojas los crepúsculos empinar en los ventanales las orquídeas y que suspiren de amor las margaritas. Quizá volverán a encender la llamarada de los nobles sueños apagados con visionarios anhelos colectivos sueños de tierra pródiga canto azul, alas desplegadas y horizonte vasto. ¡Oh, si esta ausencia inexorable que hoy nos comprime y agobia no fuera cierta! ¡Fuera una pesadilla solamente! ¡Ah, si este dolor pasara! Cantaría y besaría a las auroras en sus pupilas luminosas como cuando el amor llama a la puerta y una chispa de infinitud irradia el alma... ¡Pero, qué absurdas son las horas que nos tocan! La realidad con su guante nos noquea y tal parece que si no despertamos a tiempo seguirán las ausencias multiplicándose taladrando la vida y arrasando los sueños…
Nancy Haro Pontón- Ecuador
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FLAVIA FALQUEZ ETERNA PRESENCIA
Lo que yo te pido es que la pasajera ausencia no nos sea olvido (…) sino eterna presencia. Pedro Salinas. A Mercedes Certain de Falquez, in memoriam.
Quizás sólo la hierba abrace la placidez de tu sonrisa y en esta tarde gris de lluvia triste las raíces de la malva se resistan llegar hasta tu cuerpo. 124
No asumo tu partida. Con angustia recupero el bambú, las palmas, la casa que más que refugio fue el eterno devenir de días cómplices noches de guitarra y poesía. Tu voz que ya no es retumba cantarina entre sus muros mientras bajo la tierra que tanto amaste sigues sin envidiar “otras patrias u otros cielos”. Eterna presencia tuya que alienta con brisa mis días. Entre helechos y anturios tu silla permanece vacía, es la extranjera en su propio reino. Te buscaré en el agotado rincón de cada trinitaria y secos de lágrimas los ojos percibirán tu ámbito desolado. Entonces aprenderé de la pasajera ausencia. No caíste, ni eres ceniza cierta Permaneces ungida en el recuerdo y serás por siempre en la memoria. Flavia Falquez Granada.España
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FRANCISCO JAVIER FRANCO RADIO AUSENCIA FM
A la poetisa Hanan Shaheen, por su amistad
se agrietan los bordes de la noche sangre púrpura destiñe lo oscuro de lo que quedó hay ojos abiertos hasta quebrarse y no son los sueños los que brillan en los iris no –no lo son– tras las sirenas taladrando los mundos deseados y no vividos los oídos se desangran por la nariz el café es la droga de la nueva vida arranca el mundo en una emisora de radio da igual el nombre: tú, yo, él, ella, la tostadora aplaude con manos de trigo pero ni el jabón ni la ducha pueden limpiar 126
las agonías de repetir el día en monotonías trending topic ausencia – ausencia – ausencia falta todo el pasado que no fue el futuro que no llega la ilusión que si fue nunca se sintió la calle está mojada, los zapatos resbalan hombres y mujeres se desnudan sin apenas verse el deseo no es pecado, no hay pecado detrás de la belleza hubo huelga de dioses desde el umbral de la humanidad no necesitamos fronteras, idiomas, culturas ni divino sólo necesitamos (ser) hombres hombres –sin raza, sin sexo, sin ritos, sin prejuicios, sin…– hombres-personas/personas-hombres escupiendo nuestra alienación en cada alcantarilla –rejilla de mercaderes e ilustres armazón de muerte que comprime– la libertad vive en ti – vive por ti – tu libertad me duele no dejes festejar con flores de cementerio a los nuevos héroes del mercado y la falsa intelectualidad su victoria clamando ausencia – ausencia – ausencia es la radio de cada mañana los sudores del autobús de cada mañana y el sacrificio de los sueños de cada noche desintoniza–resintoniza una nueva onda-una misma onda emite a cada nanosegundo dentro de todos los corazones de todos nuestros corazones ya la escuchas? busca! sigue! sigue buscando!
F. Javier Franco (Almería/Guadix (España)) 127
DANA LAILA TE ESTARÉ ESPERANDO
(Especial para el día de muertos) Iba caminando y te vi, a punto de llegar a ese lugar especial. Y fui y te dije: Dile que lo estaré esperando, que siempre lo he estado. Que lo estaré esperando en su nueva reencarnación, o así fantasma, o así espíritu. Dile que aquí estaré. Florecita te soplé y tus pétalos volaron. -DANA LAILA- México Edad 11 años El mundo de Dana-Página de Facebook 128
AYMARA ARUWIRI ESPEJISMO DE MÍ
En este desfile de calles los relojes se desorbitan. Las horas etéreas se colapsan y el sentido de la permanencia se diluye. Todo es incierto nada es mentira. La vida es así: Un estallido fugaz de ilusiones. Dicen que la totalidad existe, pero yo no la conozco. Sólo sé que esta ciudad es mi presencia inaudita y yo... soy el espejismo final de mis ausencias. -Aymara Aruwiri Ciudad de México El corazón en la barbarie- Página de Facebook 129
MIRYAM COLOMBOTTO SEIA TU AUSENCIA
Aquí, en este cuarto, controlado espacio de silencio está nevando el recuerdo. Vuelve todo blanco el vaso en la mesa con su flor muriendo El agua y mi sed nueva… El aire que calla y piensa. Blanco, blanco el gesto que traza caminos de ternura. No permito otro color que aquel que ciega. Blanco. 130
AquĂ, en este cuarto que te espera nieva‌ y mis manos te dibujan cielos. Desconozco mi piel, mi cuerpo todo se disgrega, no reconoce tu ausencia.
Miryam Colombotto Seia- Santa Fe- Argentina
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ISABEL SAN JOSÉ MELLADO AMANECE
Amanece y estás ausente, mis sentidos no entienden ni caso hacen a mi mente, tu ausencia no comprenden. Resplandeciente brillo solar mis ojos veían al amanecer, quisieran volver a admirar su resplandor con todo su ser. Amanece triste en mi vida, tu perfume percibe mi alma, pero mi alcoba está vacía, se respira demasiada calma. Mi cuerpo tiene añoranza, recuerda nuestros amaneceres, no quiere perder la esperanza de volver a sentir esos placeres. Amanece y no siento tu presencia, aunque húmeda está mi almohada. Será que he llorado tu ausencia o tal vez, te soñé en la madrugada. Isabel San José Mellado España. 132
LYA NARANJO RIVADENEIRA CARTA PARA MI HERMANO
“Niño de dos años se perdió en el muelle de la ciudad” Diario “El Universo” Guayaquil.
I Tú y yo. Hermanos en la sangre y el destino, víctimas de un mundo indiferente pastores de nubes, de soledad, de tempestades. Nunca la huella del viento fue tan gris y tan fría, ni nunca hubo mayor nostalgia que aquella, que pobló de triste nuestras vidas. Hermano: desde niños milenios y milenios separados nutriéndonos de lágrimas desterrados del cariño fraterno purgando, inocentes, un ajeno castigo. Y aquí en mi pecho creciendo, creciendo este motín de reclamos II Agitados los mismos ríos de tu sangre recorren mis arterias como dos encabritados potros como dos burbujas estrelladas 133
en el hondo arrecife del silencio. Y los dos somos uno, hermano. Uno desde el útero que nos dio vida Uno desde el polvo de los siglos, desde todos los huracanes que golpearon con su espeso oleaje nuestras marinas playas. Somos uno desde el crisol en que fundidos los átomos de nuestra estirpe el barro de mi Sierra fue uno, con la espuma de tu mar en la dislocada geografía del amor; Nuestros padres nos legaron estas lavas, estas nieves, este magma que erupciona mis insomnios y enciende mi canto con sus llamas. III Creciste mi hermano, ¿en el trópico? aprendiendo en las gaviotas la gramática del viento. Yo, en mi Quito, junto a un tiempo envejecido. Sin siquiera el testimonio de ninguna nostalgia. Hizo falta en mi vida tu presencia tu voz y tus enormes manos señalándome la luna. Sin conocerte hermano extrañé todos los años de mi vida tu presencia. Tú estabas, crecido en la distancia, silencioso; acurrucado en mis preguntas. IV ¿Quizá partiste hermano hacia otros mundos? ¿A la incierta latitud de la promesa? ¿al Nueva York de fantasías.? ¿Allí hiciste tu nido? Tal vez se amontonaron los años en tu espalda... 134
Mientras en mi largo insomnio fui engarzando versos y esperanzas. De pronto ya no hubo Kilómetros de ausencias; inventé un idioma nuevo hecho de cercanías para tu voz distante. En mi gris melancolía abrí una brecha. No hubo más la terca soledad Rondándome la vida. Fui tras de tus pasos buscando un trozo de alegría mi otro yo, que tal vez responda al eco que se pierde en el musgo de mis días. V Hoy has vuelto hermano entre mis sueños, a buscar mi aliento. Levanta esta copa imaginaria del reencuentro sorbe lentamente el mágico champán de la concordia. Olvidemos la distancia. Los moscardones que mataron la alegría. Y aunque no crecimos juntos, hoy me siento una niña Jugando contigo a “la escondida”. Eres un rosal naciendo Sobre los escombros de mi suerte. Nosomántica, me aferro a este espacio inútilmente herido, a estos vidrios rotos, rotos desde el último piso de mis años vacíos de tu Afecto de hermano.
Lya Naranjo Rivadeneira – Ecuador Quito, enero 1996. 135
ALEJANDRO RIVADENEYRA PASQUEL
Ese oscuro recuerdo de su falta su pausada lejanía, las notas de su voz inalcanzables perdiéndose en ayeres abandonadas a su suerte a una huida sin retorno, a un anhelo que se sueña repitiendo su quebranto. Esa presencia sin estancia ese dolor que añora -latente acechoesa imagen que se extravía desde siempre sin despedida alguna calla, como una luz esfumándose en las sombras como sombras sosegadas al pasado y aletargas ausencias que agonizan.
Alejandro Rivadeneyra Pasquel. México. 136
JORGE SERRA AUSENCIA
No puedo imaginar tu ausencia No puedo pensar ni siquiera un instante que tu presencia no se ocupe afanosa de salpicar de flores y canciones buenas los pasos ansiosos que doy por la vida No quiero entender que puedas faltarme que una tarde triste vestida de angustias mis ojos vacĂos del sol de los tuyos se vistan de muertes de ayes de lamentos de obscuros augurios de noches inciertas No entiendo la vida si tĂş no la animas si el encanto dulce que da tu presencia no gira rondando por dentro del alma si la magia sabia de cada palabra que modela en artes tus claros conceptos no llenan de gozo de magia y misterio cada instante pleno vivido a tu lado.
Jorge Serra- Buenos Aires- Argentina 137
DIEGO M. EGUIGUREN BAJO UN CIELO DE CENIZA
He permanecido aquí, en la blanca tempestad, desolado y descifrando a qué se debe este fracaso, a qué se debe este final. Puede que las respuestas no las encuentre bajo un cielo de ceniza y que maldiga el futuro que se fue detrás de ti, pero al haber ya comprendido que, al menos contigo, en el amor más vale nunca que tarde, he preferido contemplar el panteón que hay sobre mí.
Diego M. Eguiguren, Lima- Perú Bajo un cielo de ceniza, 2011 138
ROXANA ROSADO AĂšN SABE
Pasan inviernos y lunas soles y oleajes el mar embravece, luego se calma recuerdo tu historia con olor a sal mojada. A veces el aire sabe a tu aroma ese olor de tabaco, ron y recuerdos intentos de vida, cumplir anhelos sueĂąos perdidos por un no olvido.
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Fantaseo pensando qué haría si escuchara de pronto del otro lado de la puerta tu voz diciendo -fué mentirala piel se me enfría, disperso el pensamiento y escucho tus pasos alejarse hacia la noche. Han pasado muchas lluvias ¿Sabes que aún no te olvido? niño extraño, atrapado en un cuerpo de estrellas tengo tu foto escondida en mis ojos detrás de las pupilas. Aún sabe tu ausencia a limón y ron hoy te digo –feliz no cumpleaños- ahí donde estés se te extraña con luna o sin ella. La noche se va, el sol de la mañana anuncia un nuevo día sin tí Un sabor de me haces falta recuerdo de un quizás conmigo y contigo ausente.
Roxana Rosado- México
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NORMA STARKE PERTENENCIAS
a Carilda Labra
no me perteneces junto recuerdos de quien fuiste ni mariposas ni fotos ni flores duerme el gato sobre la mesa agita su pata y cae el tintero un manchĂłn azul se dirĂa es alguien que llora lejos queda el cielo y reza el viento se acerca el invierno nada me pertenece Norma Starke- Buenos Aires- Argentina 141
SUSANA DE IRAOLA ABROJOS REPETIDOS
Estéril es prenderse al margen la noche es un ombligo que me niega no se infiltran las fechas se cuelan sus verdades que por repetitivas movilizan olvido
cabalgaré mi peso en el único torrente posible no volveré la cara los ojos se han cegado la luz recuerda tu distancia Susana de Iraola- La Plata- Argentina
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MARINA CAVALLETTI LEJANÍAS
En el silencio de mi habitación honda profusa el hueco de mi cama vacante lotería clandestina imagino dibujo tu espalda de memoria mis dedos son tinta te canto al oído 143
para que acunes tus ojos en alguna parte de mi cuerpo tímido cósmico sísmico Quiero tenerte acá pero estás lejos y mi boca de luciérnaga te espera para beber tu agua
Marina Cavalletti-Buenos Aires- Argentina
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MABEL CORONEL CUENCA A UN PADRE AUSENTE
Una noche más de verano con el frío recuerdo de tu presencia, tu barba por raspar, tu sonrisa, tu voz como eco diciéndome hija. El llanto nocturno, mis pesadillas, el candor de tu abrazo de madrugada. ¿Dónde ha quedado todo eso papá? ¿Quién me ha robado tu corazón? ¿Quién ha sido ese que te ha condenado a cadena perpetua, robándome mis sonrisas de niña traviesa? ¿Quién ha sido ese que arrojó concreto en tu pecho y te ha cegado los ojos, dejando tan solo orfandad en largo trecho? ¿Quién ha sido ese que me ha robado mis Navidades dejándome sin noches buenas? ¿Quién ha sido ese que cada mañana de reyes ha dejado un zapato sin regalito, con un abrazo apretado a un vacío? 145
¿Quién ha sido ése, cruel villano, que te ha dejado preso, la noche que tu princesa bailaba su vals de sus quince años, quedando tan sólo un padre alquilado? ¿Quién ha sido ese que te ha dejado mudo, en la celda de castigo incomunicado por 3 décadas? ¿Quién ha sido ese despiadado ser que te ha robado los primeros asientos para verme recibir menciones honoríficas año tras año, quitándome tu imagen de padre orgulloso por cada logro? ¿Será que por las noches, alguna vez recuerdas a tu pequeña niña de cabellos crespos, la que fue hecha a tu imagen y medida? Tantas preguntas haciendo remolino en mi masa gris y yo buscando respuestas en las estrellas mientras me abraza la Luna. Gritando una voz de la constelación lejana aún dice: Un padre ausente es un puñal envenenado que queda enclavado allá en el fondo del corazón, desangrando más al saber que cada día sigue vivo, pero ausente.
©Mabel Coronel Cuenca Hernandarias - Paraguay
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CONSUELO JIMÉNEZ MARTÍN ECLIPSE
No aparco la tarde en el marco de lo ya ido. Es tu credo eclipse, lluvia incansable al antojo de tenerte. Atesoro un lazo de sangre, un mar de versos que se desviven en las sombras, donde me alcanzo y te logro. Eres ave de alas venturosas, oro blanco en la espera, que luce radiante en mi memoria. No queda desierta mi fe en el abandono. Es tu credo azul sereno enramado en la aurora, o verde despierto al rayar el día, o sencilla poesía de amor en la ausencia, tu ausencia madre, tu ausencia.
Consuelo Jiménez Martín- Barcelona- España 147
ANA AGUIRRE TU AUSENCIA
Me duele no adivinarte el pensamiento, me duele no verte, no tocarte , me duele tu ausencia. Este tormento de esperar, me duelen tus ojos ausentes , tus labios, tu pecho, tus brazos ausentes, me duele tú, que no estás. Tu ausencia me va consumiendo como el fuego a un cartón reseco por el sol, siento mi esperanza desechada cual si fuese un papel viejo que el viento va llevando de aquí para allá, veo perderse irremediablemente la ilusión de convertir mi fantasía en una realidad para dos, porque convertiste tu ausencia en motivo de olvido, ¿de qué sirvió entonces?... ¿el encontrarnos y vivir tantos momentos mágicos?. 148
Te extraño al punto de bordear la locura, veo cosas que no son ciertas digo cosas que no quiero decir, ni debo decir; cosas sin cordura… y te pierdo en el olvido. Tu ausencia me ahoga cada noche, mientras cierro los ojos, he intentado olvidarte, apartarte de mi mente, sacarte del pensamiento, mas, fue en vano todo. Y entonces comencé a nombrarte en mis letras, en mis suspiros hondos, logrando sólo exhalaciones de agonía que aumentan mi soledad día tras día. Y si hay algo que no me gusta de ti... algo que me hace daño, que es despiadada, que es muy cruel , y lacera las fibras más íntimas de mi alma: TU AUSENCIA ....
© Ana Graciela Aguirre Núñez Pedro Juan Caballero – Paraguay
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ESTELA MOLINAS BÁEZ TU AUSENCIA…
Tu ausencia es mi perfecta compañía cuando el silencio desviste el ocaso, para apagar mi nostalgia en tu lazo al procurarte aquí, al final del día. y al saber que tengo el alma vacía imagino adormecer en tu abrazo, de paso, robo un beso por acaso, hasta despertar en tu fantasía. Es justo allí, en la esencia de tu ausencia que me pierdo en búsqueda sin final para reencontrarte con urgencia. En una foto, mágica postal tu imagen justifica mi existencia, porque eres tú, mi musa angelical.
© Estela Molinas Báez Juan León Mallorquín – Paraguay 150
RELATO
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RAMÓN ORTEGA (tres) PÉRDIDAS DEFINITIVAS
Un día te despiertas y algo te arrebata la paz, la alegría. Quizá no lo sabes todavía, pero un suceso que se esconde en lo más profundo del azar viene a borrarte la sonrisa. Ese evento doloroso te acorrala sin la posibilidad de huir y, cuando te atrapa, el brillo de tu mirada ya no vuelve a ser el mismo y la comisura de tus labios se contrae definitivamente. César Vallejo dice que “todo lo vivido, se empoza como un charco de culpa, en la mirada”. No es cualquier tipo de tristeza, es la definitiva, la que no te vuelve a dar tregua, la que no encuentra consuelo. La vida continúa su curso, pero parece que el sentido que buscábamos encontrar se hubiera perdido de forma irreparable. El hombre aprende a resignarse y sigue moviéndose: se levanta, se alimenta, trabaja, pero todo se ha cubierto de ese velo gris que difumina cualquier finalidad. Cuando estos golpes atacan, uno busca alcanzar otra realidad; uno quiere, inútilmente, ser cualquier otra persona, pero cada mañana confirma la imposibilidad de este deseo. Los días pasan y ese brillo opaco 152
de la mirada persiste. Los recuerdos, a veces, se convierten en el motor de la esperanza. Al echar la vista atrás se recupera por un momento la felicidad perdida, pero el instante cristalizado se rompe cuando giras la mirada hacia el frente. El futuro abre sus brazos, pero uno camina hacia él indiferente. Nos encantaría nunca pasar por estas catástrofes humanas. Con la cabeza altiva, avanzamos ingenuos y despreocupados, pero en un rincón del tiempo, el dolor puede sorprendernos. Todo puede desmoronarse en una mañana, en una llamada telefónica, en un recoveco insospechado. No existe hombre capaz de mirar indiferente estos caprichos del destino, pero lo más doloroso es que casi todos los enfrentaremos algún día. Lo que creíamos nuestro se nos cae de las manos, sin poder volver a recogerlo. ¡Qué impotencia la de los pobres hombres que no pueden afianzar su buenaventura! Sin embargo, mientras habite en nosotros, que viva la esperanza. Por eso ríe, corre, juega, canta, disfruta del aire, del agua, del amor, de la vida y sigue caminando confiando. Confía con toda la fuerza de tu pecho… quizá, y con suerte, la oscuridad no repare en ti. Todavía.
R.III Madrid- España
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RODOLFO TORRES LAS AUSENCIAS ASALTAN MI PRESENCIA
El término ausencia me hiere profunda y dolorosamente por la parte de los sentimientos, no puedo evitarlo. Lo conecto a las palabras pérdida física. Y lejos de curarse la herida con el paso del tiempo, como muchos dicen por ahí, es cada vez más honda y dolorida. Los motivos que la originan van cayendo uno tras otro y como son parte de la vida misma no hay manera de escapar, ni echándose a un lado o metiéndose en una acorazada caja de banco. Tampoco yéndose a otra parte, pues por mucho que uno se aleja allá va el sufrimiento.
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Intento ahora recordar la primera de mis ausencias. Era entonces una criatura que no levantaba dos palmos del suelo, pero me resulta tan vívido el pesar de los demás no obstante el tiempo ido que cierro mis ojos y escucho el llanto de mi madre y de sus hermanas. Fue por Carola, tía jovencísima a quién prohibieron verse con su primer amor y sin pensarlo se bañó en alcohol para morir abrasada. Me acuerdo de cómo me fundí de espaldas a una de las paredes de la casa para reír cual poseso pues a los tres años de edad no comprendía la causa de los gritos. Ha llovido mucho desde entonces y he sumado otras ausencias como peldaños de tristeza en una escalera que no conduce a ninguna parte. Estoy persuadido de que cada cual lleva innumerables ausencias consigo, hasta el día en que uno mismo sea ausencia para alguien por lo menos. Se me ocurre ahora que son como huecos imposibles de rellenar. Los viudos pueden buscar y hasta encontrar nuevas parejas, como los padres tener más hijos o los hijos refugiarse en el amor de los hermanos o de los amados, pero aquellas grietas jamás podrán sellarse porque cada cual es único en su risa unido al timbre de voz y a cómo mueve las manos cuando habla y mira a los demás al tiempo que camina levantando poco o mucho las piernas además de desplazar las caderas…, sumando a todo esto (o sin sumar) la inteligencia y/o la belleza y/o la cultura que hubiera poseído el ausente. Esos huecos rebasan los límites del razonamiento, están más allá de la comprensión y de las partes sólidas de la existencia. Deseo ahora enumerar mis ausencias a ver si en esa operación cuasi aritmética se me aclara la cabeza, pero al poco de haberla empezado noto que se me embrolla más aun pues aparecen Gris y Bembón, mis hijitosgatos traídos de Cuba, al mismo tiempo que mi madre y mi padre y mis hermanos y tantas personas junto a muchos otros animalitos que respiraron para mí y conmigo por lo que alcanzo a comprender, al fin, que el cariño es un sentimiento macizo. No puedo decir que quiero más a alguien comparado con otro. El amor no es cuantificable, no puede medirse, ni pesarse. Amo o no amo. Para suerte mía, puedo utilizar la memoria como un inmenso mueble repleto de gavetas que abro y cierro a voluntad. Es una manera de convivir con los dolores del alma o no pudiera existir. Por eso, quiero ahora mirar el vocablo ausencia desde otro ángulo a ver si emerjo del bache 155
sentimental en que me coloca la palabra. Vaya como ejemplo que conocí a cierto espécimen de largos cabellos y falda corta quien decía a otro espécimen de la acera de enfrente: “Hace días que estás ausente…” Naturalmente que él sabía a qué se refería ella, aunque para divertirse un poco replicó así: “¿Ausente de qué o de dónde?” “¡Ausente de tus deberes maritales para conmigo!” No pudieron frenar las carcajadas mas no en plan de burla pues era asunto serio, movido y profundo lo cual es dicho ahora desde cierto punto de vista filosófico y que conste. El mismo individuo de la anécdota anterior se acuerda de una historia muy real pues conoció --conoce-- a los actores; son un varón y una varona al decir de los textos bíblicos. El personaje masculino se había ido a la guerra de Angola, en África, al finalizar casi la década del 70 del siglo anterior, y ella permaneció en suelo natal acompañada únicamente de la ausencia de él, ausencia que fue solidificándose con el paso del tiempo hasta que cierta noche tomó cuerpo y se hizo cálida y también movida además de profunda, aunque no desde el punto de vista filosófico esa vez y que conste, lo que dio lugar a una sospechosa hinchazón de vientre. Así las cosas, el héroe regresó de los avatares bélicos y se encontró con que su familia había crecido en un miembro más. Y la varona, compungida a más no poder, se precipitó a confesar --antes de que lo hiciera otro, naturalmente-- haber sentido por el varón ausente tan fuerte añoranza que se vio obligada a evocarlo noche tras noche en el lecho solitario hasta que, de repente y de puro milagro, en la más espantosa oscuridad, la ausencia masculina cobró cuerpo y resuello y calidez y tiesura y sintió ella, con sus ojos cerrados todo el tiempo por supuesto, que el agradecimiento le brotaba de muy adentro para confirmarle que en verdad él nunca se había alejado de ella a ninguna guerra y no la había dejado sola entre personas que de pronto se volvían ácidas en sus críticas siempre solapadas. Y él, lejos de explotar cual macho herido, escuchó paciente la historia desgranada desde los propios labios femeninos para tomarla con el tono filosófico de que “así es la vida real” y aceptar el hijo venido en su ausencia, hecho en el que los rabiosos familiares, amigos y vecinos vieron que el Amor podía más que el Honor. Pero no sabían que la respuesta masculina obedecía al Honor precisamente porque en tres distintas 156
ocasiones estuvo él a punto de hacer de ella una viuda triste, con numerosos huérfanos agarrados todavía a la falda. No sabían que él, habiéndose perdido en la retaguardia de las líneas enemigas, corrió a refugiarse entre los nativos para sobrevivir desnudo como aquéllos acompañado de una mujer y hasta con un hijo engendrado desde sus propias entrañas. Nada de esto imaginaban siquiera quienes a espaldas de ambos y entre carcajadas barajaban la absurda hipótesis de los calzoncillos masculinos, jamás lavados, que la varona hubiera aspirado ansiosa durante aquellas noches de suspiros y desvelos por el marido ausente. De más está decir que el Amor real hace maravillas porque pasados casi cuarenta años hijo y padre son hoy como dos idénticas gotas de agua. Sí, quién sabe si por simpatía, apego, cariño, ternura es que gesticulan y comen y caminan iguales pues la verdadera paternidad no obedece a las leyes de los cromosomas. Es la presencia de alguien lo que sirve de modelo, además de que en esta gran aventura que es la vida estuvo el valioso aliento de aquella varona quien es hoy en día una de las tantas ausencias para el padre y los numerosos hijos y hasta para muchas más personas, incluidas las que murmuraron acerca de una presencia que suplantaba cierta ausencia.
Rodolfo Torres, cubano que vive y trabaja en Berlín, Alemania
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JOSÉ JAVIER TERÁN DÍEZ ¡Y NO LLEGASTE AQUELLA NOCHE…!
La otra noche te esperaba también, ¡sí, tú lo sabes!, como cada nueva noche de madrugada…. Pero al alcanzar el reloj la hora acordada, nuestra particular “hora bruja” de las doce, no llegaste hasta mí, no apareciste del otro lado del ordenador, y nuestro chat diario, donde nos conociéramos un buen día y luego tantos buenos momentos de conversación y conocimiento mutuo nos reportara a través del tiempo, de pronto quedó huérfano de ti, de tus palabras escritas, de tus emociones, de tu cariño, de tus sentimientos, de tu vida y la mía, en fin. Y yo también me quedé solo del otro lado del mundo, esperando algo que posiblemente no llegase, al menos aquella noche… Me dolió tu ausencia y me desilusioné esperándote hasta bien entrada la madrugada. Y, a la par, durante aquellas horas de espera me hice mil composiciones de lugar diferentes. Porque intuía un punto y aparte a partir de aquel momento.
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Y es que ese fue, en efecto, el inicio de muchas más ausencias en las noches siguientes. Sin motivo aparente para ello, quise adivinar, pero que terminó en silencio absoluto. Y sin que el chat me avisase ya de que tenía un nuevo mensaje tuyo… No llegaste aquella noche y tampoco llegaste las siguientes, perdiéndose el rastro de tu perfil en la red en el abismo de la inmensidad del mundo. Y lo peor de todo, es que no sé dónde debo acudir para rescatarte para mi presente. Aunque albergo aún esperanzas de que quizás algún día el chat me avise de que tengo un nuevo mensaje tuyo…. Entretanto, y cuando la emoción me envuelva en tu ausencia e intente vencerme, deberé conformarme con traer al presente los bonitos recuerdos que guardo, y que guardaré siempre, de aquellos chats de media noche contigo, y nuestros secretos para con el mundo… ©José Javier Terán Palencia (España).
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GLORIA ACOSTA POR SI NO VUELVES
Crecí con sus ausencias. La casa se estremecía cuando el claxon de su Aston Martin delataba su llegada. Él era así, excesivo en sus regresos. Mi hermano y yo corríamos escaleras abajo rivalizando por el primer abrazo y por tirar de la cinta que escondía la caja de bombones o el cochecito eléctrico por el que forcejeábamos los dos. Era un torbellino cálido el que entraba por la puerta, con esa enorme sonrisa que yo luego dibujaba en mis soles del colegio. ¿Tu sol nunca está triste?, me preguntaba siempre Maruchi, mi compañera de pupitre. Imposible, le decía, está lleno de bombones de chocolate. Luego venía el derroche de miradas a mamá, y aquel juntar de bocas que producía en mi hermano una risita nerviosa y en mí un extraño cosquilleo. —¿Te quedarás algo más de tiempo esta vez?. Aún escucho la recurrente pregunta de mi madre. Las semanas de su estancia en la casa lo trastocaban todo. Nuestra madre guardaba la vajilla de diario y sacaba la Flora Danica de la bisabuela; los jarrones, repartidos por la casa, la salpicaban de pinceladas rojas, blancas y amarillas; las pesadas cortinas del salón eran sustituidas por aquellos visillos transparentes que tanto gustaban a papá. Él decía que eran alas de mariposa empujando, con sus aleteos, el sol hasta el fondo de 160
la casa. Al aviso de su llegada, la primera habitación en relucir era su despacho, desolado cuando él no estaba. Jamás mi hermano y yo entrábamos cuando se encerraba el día entero a escribir. Durante ese tiempo todo debía permanecer en silencio para no espantar a las musas, según nuestra madre, que nos hacía un gesto para que saliéramos a jugar al porche. Los mejores momentos se producían cuando su novela estaba terminada. Entonces su despacho permanecía abierto y yo asomaba la cabeza para aspirar el humo dulce que salía caracoleando de su pipa. “He dado vacaciones a las musas”, me decía mientras me sentaba en sus rodillas y me narraba las peripecias de los personajes de su nueva novela. — ¿Quién soy esta vez? — La hija del capitán, como te prometí. Algunas mañanas de invierno, cuando las nubes daban tregua moteando de azul los entre tejados del patio de recreo, se presentaba en el colegio con alguna disculpa. Unas veces era una visita médica, otras un problema familiar imprevisto, cualquier cosa para rescatarme de las garras de aquellos libros aburridos, así me lo susurraba al oído, y llevarme serpenteando con su Aston rojo por la abrupta carretera que abocaba alegre hacia la costa. Luego entre los recodos de los desfiladeros nos refrescábamos los pies en los charcos de la pleamar. Yo callaba mientras él, adivinando mi pesadumbre, hablaba sin parar. De los lugares a los que un día me llevaría, de su seguro premio literario, de sus ideas para la siguiente novela. — ¿Te vas mañana, verdad? — Yo siempre vuelvo. El siguiente día y los que le continuaron, se desdibujan hoy como retazos que la ensoñación no sabe dónde colocar, oscilan entre un mundo lírico y el devenir prosaico de las hojas veloces de un calendario. Año tras año cumplió su promesa. El viejo Aston Martin se queja cuando acciono el freno en las curvas que se retuercen como caracolas buscando el mar. A lo lejos el fuerte oleaje cubre los acantilados con un manto irisado de maresía. Él calla mientras yo, luchando contra la vacuidad de sus ojos perdidos, hablo sin parar. De sus premios literarios, de mi vieja colección de cajas de bombones y de los días nuestros. Hoy me entrega su irreversible abandono. La presencia de su definitiva ausencia. Gloria Acosta- Tenerife- Islas Canarias- España. 161
MARGARITA POLO VIAMONTES AUSENCIA DE AMAR AL PRÓJIMO
Desperté sobresaltada con el ulular de las sirenas de alarmas, en la calle corrían ambulancias y autos policiales. ¿Dónde estoy? No pude definir en el primer instante mi ubicación. El sonido era ensordecedor, al parecer estaba ocurriendo algo grave muy cerca de mí. No sabía qué hacer. Quedarme quieta en el lugar ¿Cuál? O huir instintivamente hacia afuera. ¡Corrí! Todos corrían a mi alrededor, mirando hacia ambos lados, buscando el lugar de mayor refugio, con destino incierto ante aquella amalgama de alarmas, que provenían de todas partes, incluso volaban helicópteros sobre nuestras cabezas. En un lugar no lejano, se veían amontonadas personas, gritos despavoridos, llantos inconsolables. Hacia solo unos días atrás las noticias eran de los desastres naturales, incendios forestales, huracanes, terremotos. Entonces muchos pensaron «la Naturaleza está cobrándose las heridas que le provoca el hombre de mil y una maneras diariamente» 162
La conciencia humana muchas veces está ausente del daño que proporciona a su habitad. Pero, ahora ¿qué es lo que ocurre? La gran avenida esta congestionada, los policías con los chalecos fosforescentes señalan las vías por donde transitar, aquí es imposible ver más allá. Las luces rojas, azules, amarillas y naranjas de ambulancias y carros patrulleros nos anuncian que el evento está activo ―como suelen decir en la televisión. Increíblemente no entiendo de qué se habla, entre las personas que me rodean. Las observo y son rostros desconocidos, otros son de mis muertos más cercanos, todos en una misma reunión. Eso me alarma. No me gusta esa visión, siempre me ocurre en las pesadillas y traen consigo un aviso. ¿Qué será? Ese pensamiento perturbador me hace razonar un poco más y despierto sobresaltada. Sudo copiosamente, mi cama esta revuelta, mi esposo está en la sala viendo el noticiero de la noche. ―¿Qué ocurrió?― le pregunto todavía aturdida. ―Otro atentado en New York, y el domingo es la caminata en Manhattan y Boston. ―¡Dios nos libre de horas menguadas, como decía mi madre! ―No entiendo que tienen esa gente en sus cabezas. ―Falta de corazón, ¡ausencia de amar al prójimo!
Margarita Polo Viamontes- cubana que reside en Miami- U.S.A.
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MARIO SARLI 1º DE ENERO
Se levantó temprano, como todas las mañanas. Que fuera el primer día del año nada cambiaba. El patio conservaba el desorden festivo de la cena. Las copas semi llenas abandonadas al calor incipiente, junto a restos de pan dulce, turrones y nueces le daban a la mesa un paisaje que mostraba resistencia a terminar la fiesta. Ya vendrán a limpiar se dijo y se dispuso regar las plantas. Los primeros rayos de sol ingresaron tras el parral de uvas verdes y buscaron acariciar esa mesa que fue jolgorio a pesar de ausencias. Los niños que viven el presente continuo, no repararon en aquellos que faltaban. Hubo un brindis en su recuerdo, por cierto, pero la alegría inocente se torna contagiosa y nadie rehusa sumarse. Carmelo Napolitano, amaneció pensando en su esposa. La viudez ya se había hecho amiga. La mesa no hubiera quedado así, si ella estaba, pensó. 164
Después de todo, la limpieza era su manía. Más de una vez la chistó para que venga a dormir: ¡ya es tarde Carmelina!, le decía y ella sonriente le avisaba que faltaba lo último, que durmiera. También se acordó de aquellos asados de corderos excedidos. Siempre abundantes, “es preferible que sobre y no que falte” fue su lema. El recuerdo de los clericós sabrosos, con frutas y vino espumante, que invitaban a repetir la copa. La memoria intacta evocaba, mientras la manguera, con su lluvia de agua cuidadosa, regaba el jazmín. El mismo y querido jardín, donde Carmelina se deleitaba cortando cuidadosamente los gajos floridos que irían al florero de la cocina. En aquellos tiempos, ese era el lugar de encuentro, donde la ternura supo revestirse de palabras dulces. Carmelo terminó su tarea del primer día del año y abrió el sillón desde donde observar el largo y florido fondo, para quedar sentado largo tiempo. Guardaba las palabras y los pensamientos se llenaban de otra historia, de la que no hablaba, pero recorría sus venas: Italia y las montañas sureñas con su tierra labriega que en invierno lastimaban manos. Los amigos de bailes de pueblos vecinos, las pastas humeantes con vino casero. Pobreza digna y humildad con agradecimientos. Por esos pensamientos transitaba, cuando Benedetta, la última nieta, se acercó sigilosa con ojitos que luchaban entre abrirse o cerrarse y en su lengua balbuceante, dijo: - buen día nono, ¿por qué estás solo?, ¿con quién hablabas? - (La precisión de los niños o niñas para decir lo que los adultos callan es admirable). Estiró sus brazos para ser alzada y ya en altura, Carmelo calló las respuestas y sonriente dijo - esperaba a una niña que tenga ganas de ir a jugar en la hamaca del fondo.
Mario Sarli- Buenos Aires- Argentina
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