Fragmentos de tierra y océano

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FRAGMENTOS DE TIERRA Y OCÉANO es un proyecto literario que surge de la amistad. Una amistad que por ahora no es física sino virtual. Es un proyecto que tiene su punto de partida en LA PALABRA ya que las dos autoras aun mucho antes de conocerse a través de las redes sociales manejaban palabras, jugaban con ellas, extraían su sentido, las escribían y construían así (de forma independiente) un refugio de letras, de versos, de poemas. EL TIEMPO pasa de igual forma en el Hemisferio Norte y en el Hemisferio Sur. Pasan los días, las semanas, los meses y los años. Las dos autoras continúan sus vidas y sus escritos. Afianzan sus voces y mantienen la ilusión de crear horizontes y vértigos sobre hojas de papel. Se conocen en Facebook en una página poética y comienzan a compartir inquietudes y destinos comunes. LA DISTANCIA que hay entre ellas (Argentina-España) comienza a desdibujarse; se borran los límites y las fronteras y así el Hemisferio terrestre (Norte) se fusiona con los mares y océanos del Hemisferio Sur. Y a pesar de que nunca coinciden las horas, ni las estaciones del año, ni la temperatura, ni el día o la noche…la Tierra va aproximando paulatinamente sus huellas hacia el Océano y el Océano va perfilando su deseo de unir los bordes de la distancia. Así es como Cecilia Ortiz y Carmen Membrilla Olea diseñan juntas unos ENSAMBLES literarios uniendo sus voces y gran parte de sus vidas, tratando de transmitir con sus textos en prosa poética, la fuerza que toda esta historia desprende para ellas. De ahí que estos Fragmentos estén llenos de emociones, de enigmas, de misterios, de cierto aire surrealista, de puntos cardinales, de libros y de meses, de lunas y deseos…Entre ellos la posibilidad de un viaje. “Sí. Mi equipaje ahora está de acuerdo. Insiste en llegar donde escribes-ese lugar de paz entre nosotras-. C.O.

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Imagen: Gabriel Moreno

PALABRA 3


Mis versos caminan por atajos perdidos, abren puertas que chirrían, atraviesan callejones estrechos, se disfrazan de condena, chocan contra todas las paredes encaladas, sienten el cansancio de mil derrotas ajenas, emergen en superficies lisas, sufren el sabor amargo de un destierro que se espera, luchan contra las máscaras de estatuas y genios vencidos, siguen la estela de salones eternos, sueñan con castillos y vagones de metal, viajan por carreteras que no conducen a ninguna parte, mueven los hilos de esta búsqueda incesante… Y cuando ya están extenuados; se refugian en buhardillas invisibles. C. M. O.

Los filos del alba despiertan el amor en hojas exiladas viajeras atrapadas donde el tiempo es apenas tiempo. Solo el poema arrebata al silencio es cuna y cenizas en la ofrenda- celebra confundidaPuedo decirlo al viento de la memoria cuando cae la lluvia en la misma palabra -dos veces dicha en cada pesadillaSus gotas desnudas (idénticas) encienden silencios hermanos –los traduceEs mar abierto que riela por mi cuerpo anuncia sin llegar (tampoco se va) Hace un desierto en mi desconcertada playa. Tengo sed de viento de alegría de nave segura en la tormenta. El mar se extiende sobre heridas es clemente con las esquirlas de mi dolor. Lo escucho donde se escucha lo desconocido en el eco de la espera sosegada y es arena atravesando soledades acaricia marca delata. Después queda nostalgia en el verso. C. O.

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Tengo un catálogo de azares en el que lo imprevisto perfila los límites legítimos de mil sonrisas que aún no han sido, de mil ausencias sin solución. Definiré el sabor de mi existencia y buscaré palabras con mayúscula para que jamás pierdan su sentido. Siguiendo el orden de las letras envejeceré en las proximidades de lo que nunca llegué a comprender; aceptando criterios nuevos, imaginando capacidades, fingiendo conversaciones, suprimiendo máscaras y métodos y estilos, haciendo concordar evoluciones y explicaciones sobre las alas de un viaje con carácter desconocido.

C. M. O.

Soy la ansiedad del agua y sus catarsis, habitante misteriosa del olvido. Transmuto en el asombro, mientras llega el destello fugaz de una respuesta. Pasea el mar en el fondo de mis ojos. Es acorde en la palabra insatisfecha que busco para engarzar un poema. No me importa saber el desdén del anhelo silente que pierdo. Se quiebra mi apego al vendaval del recuerdo –fuego de ágil llamaMarca el tiempo (coordina el solitario albergue) Crece como una torre. Debajo de mi piel desvela la memoria y su esquiva ausencia. Multiplica letras pierde el equilibrio acecha.

C. O.

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Algunos versos traspasan mi memoria y rozan sensaciones que se tornaron inalcanzables… Entonces el aire trae aromas ocultos, a veces luminosos. Descubro que en las alturas de mi alma las ataduras pueden llegar a ser insignificantes, el desconsuelo yace en la basura como un residuo orgánico, el sentimiento desplaza máscaras y defectos, la nada descansa sobre cumbres nevadas, los motivos se tienden al sol…No hay confusiones y sin embargo las superficies colonizadas por la razón se tambalean. Una voz desconocida me nombra reina. Desde mi trono despliego ese poder sobre los instintos adormecidos, sobre las ideas almacenadas. Y así; desde esta ingravidez creo haber conquistado el acto de escribir...Tratando de olvidar lo que una vez entendí por la palabra talento. C. M. O.

Ya no hay tiempo de terciopelo. El alma se rinde al éxtasis, las aguas peregrinas caminan bajo presagios sin nombrar (es remolino de ramajes que se hacen letras) Susurran se tornan olas en busca de arenas. Deslizan su vientre sobre esta página que no está en blanco. La espera busca por debajo de la tinta. Se guarda en la vigilia de mi pecho. Le doy un trozo de corazón para inscribir en el aire que la esperanza de mi poema aún está deshabitada. Camino a su lado es un hilo infinito que me une para no detener esta ceremonia de amor a la palabra.

C.O.

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A menudo la blancura del infinito se funde con las nubes inevitables que yo misma diviso desde las cimas de mis sueños. Permanezco aquí sentada a la mesa reconstruyendo vidas ajenas, envidiando libertades, saboreando un café, afilando conciencias y lápices...Esta continuidad va adquiriendo tonalidades amarillas. La ducha parece haberme rehabilitado. Ahora imagino un caracol ante la palabra amistad y grito la palabra pugna junto al reloj de pared. Siempre inmersa en gerundios durativos insisto en que un frasco de perfume puede contener todos los términos que dan nombre a lo que siento. Quizá por eso, a veces...creo que los poemas huelen a jazmín.

C. M. O.

Soy ola que regresa al océano del orden y el misterio. Dentro de mí trazo surcos, trasciendo más allá del capricho del aire. No hay naufragios en la espalda descubierta del mar extenso. Sale el sol por encima de mi poema. Mis labios con la firmeza del grito despiertan. La alucinación del presente inquieto hermana este invierno con el verano que me mira desde el reverso del día. -Apenas una historia de sentimientosRegreso en el cristal de la memoria (sobre el espejo que retorna tiempos con la alegría de todo comienzo) Regreso estoy enfrentada al cuenco perfumado de este juego sin límites. Regreso. Sin haber ido. Sé que regreso.

C.O.

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Imagen: Gabriel Moreno

TIEMPO 8


Justo en el centro de mi memoria conquisto el tiempo violentamente. Siempre inconcebible. Ritmo de vértigo. Tiempo perdido ante mi mirada insatisfecha. Tiempo marcado con el símbolo terrible de un tranvía que pasa. Súbitos propósitos que giran desconsoladamente. Secretos caídos en un mar lejano.... Mi subconsciente exactamente humano provocando vacíos...Y en las veladas de estrellas proseguir... Aunque las líneas se desdibujen. Aunque aún no haya encontrado al hada que recompone las horas y los abismos. Aunque en este cubo persista siempre un desierto de arena. C. M. O.

Evocación -me nombra en tiempo pasado- cuando mi cuerpo abandona la fiesta de saberse fuera del vértigo. Violines y cuerdas (mi origen) un abismo que anda en silencio y se repite en la exaltación del día. Entre mis manos atrapo aromas que se derraman bajo el sol de otoño (y se inmolan las hojas secas sin un quejido) Desembarco en medio de una tarde sin cielo ni palabras. Mis ojos atisban –cumplen con el rito de amanecer en busca de la luzCelebro este aprendizaje de mi visión que viaja más rápido que la sangre.

C. O.

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Llueve sobre las sombras del pasado. Desde la penumbra adivinas un oasis de misterio. La visión parece exacta pero la sospecha de un desierto horizontal alimenta tu noción de caos y llena los intervalos de hojas secas. Ideas que yacen paradas. Tranquila y casi irreal deliras entre sueños. Te sientes nula o quizá incapaz. Incierta tal vez. Las hadas ya no habitan en lo profundo de tu alma. Destruyes baladas. Rompes lámparas de araña. Vuelves sobre tus pasos. Corre un aire leve. Eres tú. Sin alas. Sin terciopelo. Eres tú. Consciente de que tus deseos sólo triunfarán a pequeña escala.

C. M. O.

Desde ojos entornados advierto el simulacro del ciclo melancólico y la intención de ponerme alas no alcanza. Sin gestos -plumas de brisa- veo el sol sereno domesticar palabras nuevassigno de casi un milagroImágenes de pájaros recomponen la escena-cielo y tierra mis poemasEn el horizonte de mi piel he apilado frases. (Tiempo presente) Sigo sin saber donde arrojar las dudas. Se adhieren a mi silencio. Sin brújula. Busco el símbolo la esencia que no se introduce en las sombras. -Hay música en mi pradera y el agua blanda fluye silenciosaSalí del laberinto.

C. O.

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A veces busco mi memoria bajo el signo de tu ausencia. El horizonte queda alto. La lluvia cae paralela al silencio. La fuerza de este mínimo destino va creciendo y deformando armonías y equilibrios. El tiempo es atravesado por horas transparentes e invisibles, por luces en las que se sostiene la tinta irreversible, la fuerza oblicua de un papel lanzado al aire. Me gustaría recoger por escrito las cimas inventadas, las palabras que escalan la noche, las señales, los instantes que pasan... Todos los índices de esta lucha interna. Y así... aletargada y solitaria... seguir esperando que la dimensión de tu nombre se disipe entre la niebla.

C. M. O.

Mis manos deshilachan preguntas -esas espinas del lenguaje- que nunca tienen respuesta. Naufrago presintiendo que no viajo a solas. Creo que puedo rehacer desde un espejo el fugitivo espacio de la espera. -tiempo vacíoSoy ave perdida en un camino largo y sin puertas. Sin contorno de árboles. Sin rumbo paciente. Sin vislumbrar la salida. (improviso augurios) Algunos pétalos se extravían en una tormenta. Las aspas del molino giran desesperadamente. Zozobran noches en días. Timonean el tiempo besos arco de luz. Me hablan raíces fusionadas preguntan cómo logro luz en el desánimo. (se astillan las tristezas)

C. O.

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Hace una hora creía ser poeta. Es una hora desnuda que baila al compás de esta brisa real, que se escurre lentamente como los relojes de Dalí, que finge verdades ciertas… Me enfrento a ella atravesando emociones, cruzando puentes brillantes, soñando horizontes azules Mi corazón no miente. La ley de la ironía lanza todos los momentos fragmentados que se estrellan contra los instintos, contra las leyendas. Siento el tiempo que se escapa. Miro a mi alrededor. Sólo veo un dolor que pasa. Los secretos siguen siendo juguetes mudos. Las flores inspiran fuerzas extrañas... Sigo estando viva. Todo parece posible. El sol no luce por error. La música se eleva hacia la luna. Sigo estando aquí....Y una hora más tarde ignoro casi todo lo que se filtra entre los claros de luz. Sigo escribiendo y agotados los instantes mantengo ilusiones que no sé de dónde proceden.

C. M. O.

El cauce de mi río recibe ofrendas que nada cambian escriben en mi memoria borran el mediodía. Es la hora que sofoca mis párpados mientras el espejo muestra el naufragio inevitable y extingue el gemido al desnudarse las palabras. Viene la noche enrojecida desata gritos que corren en mi boca. (Hay noches que el alma no se siente huésped del cuerpo) y algunas palabras regresan con un cansancio de lágrima callada hasta el umbral del exilio. Bebo necesito agua que me convierta en huella/poema que ahogue esa grieta sin armonía que mis palabras se aferren a cada verso. Que de pronto seamos una. Me detengo en la orilla del sonido y mi voz se lanza nombrando el mediodía. -tiempo de vida-

C. O.

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Imagen: Gabriel Moreno

DISTANCIA 13


Mi respiración se mezcla con reflejos de plata que traspasan los visillos de esa estancia. Llevo un vestido de tul...Mis cabellos parecen de espuma...hoy; que el mundo me parece reluciente. Corazón melancólico, hipnotizado hasta ahora por las sombras del olvido, por los relámpagos que cayeron en un vacío aterrador. Mis ojos siguen soñando una puerta de dimensiones infinitas. La visión de lo que hay detrás alumbra en mis labios montones de besos desconocidos. ¡Ojalá todo lo que imagino quedase enmarcado en los límites estrictos de una ancha fotografía!

C. M. O.

Marca el tiempo obstinado la usencia (lo que no es) Mi posibilidad en la página en blanco espera con alas mortecinas, demora en la desnudez del paisaje. Sus certezas misteriosas invaden el fantasma del olvido y recuerdo otras esperas desbordadas. -Tajo que se abría a la posibilidad y desnudaba en el susurro la grieta oculta de un pasado incurableTrazo huellas en la fe de unos signos que se rozan de improviso. Creo en ellas y trasciendo más allá (en el revés de una ausencia sentida en mi voz) –que no sabe de vacíosResucita (auxilia) con un salto al después y nombro al destino callo lo que no tiene nombre o nombro sin escuchar mi eco detrás de cada paso inútil.

C. O.

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Desde el presente asumo la distancia que separa mi imagen errante de los que fueron mis orígenes. Me enredo lentamente en mi propia identidad, trato de descansar, resisto recuerdos, nostalgias y soledades. El camino se hace eterno. Me envuelvo en un pedazo de viento. Y así... pensando en la lluvia me adueño de mi propia lengua para moldear las formas que residen en mi interior, para desear nubes y espumas, para describir los cuerpos que duermen bajo las lunas de nadie, para esconder en el bosque secretos de tierra y de sangre. Un hálito distinto. Un árbol aislado. Un despertar seguro. Una vida escrita. Un río vertical… Y caminar. Seguir andando. Esquivando piedras. Llegar hasta el mar. Y desde allí divisar los colores de un cielo inalcanzable y de todo aquello que queda por nombrar. C. M. O.

Perdura en el horizonte el llamado de la distancia -centro de la heridaPágina en blanco que convoca mi escritura como una sombra de sí misma (sin brillos ni trasparencias) Es testigo del mundo que comienza en la huella mecida (otra vez) En la palabra distante -rosa sin pétalos- Es libre. (Lo sabe) Desborda el día que nace en el resquicio de mi carne, donde cabe el alma y enhebra el hueco de lo imposible con el desconocido abandono. Identidad de una pregunta. ¿Primero es partir? La ausencia me acusa. Estoy fuera del espacio. C. O.

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Me equivoqué. Creí que los presagios dormirían para siempre. Consideré tus ojos transitables e inicié el viaje más difícil, queriendo llegar hasta una civilización desconocida. Insistiendo en la ida. Eludiendo la vuelta...Pero estalló la tormenta. Dejé caer las sombras sobre la alfombra y empecé a recoger los deseos insatisfechos. Mis cremalleras se hicieron eternas, mi cuerpo desnudo se desdibujaba entre los percheros vacíos. Me senté a esperar. Dejé la puerta abierta… Y continúo así. Contando relámpagos. Deshaciendo luces y ruidos. Desafiando este silencio enfurecido. Empujando con mis manos el mismo sueño. Sonrío despacio y dejo que las horas se inclinen sobre mí.

C. M. O.

El sueño comienza su creación sobre el océano transparente, dibuja mis contornos (provoca la realidad perdida) En algún puerto con rostro de viento dialoga con mis sentidos. Convoca mi parte ausente (que espera y cree) Lo canto en mi lenguaje (le doy un cuerpo) En él soy sin raíz. No puedo elegir. Soporto la contradicción de una fisura en mi esencia. Abro el dolor. Lo despliego. Son alas en vuelo hacia imágenes ausentes. (El deseo sigue siendo deseo) Recorro sus formas como un mago suelta palomas- dibuja protestas en la epifanía del misterioRecorro mis formas (paradoja) Me reconcilio con el día (presencia que oculta el vacío) Horas de vuelo que confunde peces y pájaros en un mismo momento. C. O.

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Guardo las cobardías en el fondo de un cajón, callo lágrimas, escondo quejas, me refugio en este mundo donde también caben desdichas y engaños, disfrazo ánimos, enjuago remedios, aniquilo enemigos que ya vienen a formar parte de este cuadro monótono, pierdo partes del alma entre los recovecos del pensamiento, maquillo maldades, encubro venganzas, a veces saboreo la ingratitud… Mi casa se llena de demonios y yo salgo al balcón. Desde aquí diviso una estrella. Su luz ilumina este ruido ensordecedor. Pienso. Me queda el valor ante los aires de tristeza. Me quedas tú sobrevolando la línea constante y consciente que lo separa todo de lo imposible. Por eso; a veces no hay nada que me parezca irreal y conjuro letras que se combinan para dar origen a narraciones interminables y a poemas que le ganan la partida al tedio y a los tonos grises. Sigo el rastro que dejan las fuerzas invisibles. Me queda todo lo que siento por ti. Me queda la voluntad de permanecer. C. M. O.

Sin ventanas- la mañana sobrevuela tristezas- Algo de mí está ausente. No veo en los espejos (pierden su embrujo) Aguardo mientras llega un tiempo sin angustias. Esa ilusión origen y verbo del mañana en su espacio vertical. ¿Es el ayer que exorciza mi presencia? ¿El futuro que duplica mi presencia? ¿Mi presencia? Siento que marca el tiempo una ausencia. El espejo anuncia la noche que dice no a la revelación de las sombras (mi razón es cautiva de su delirio) Deseo lo imposible. Unir los bordes de la distancia. Esa grieta que me hiere y me hermana. No sé, si existe o lo he inventado. Hay alguien que duerme en mi espíritu y espera.

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Imagen: Gabriel Moreno

ENSAMBLES 18


Conozco lo más característico de los espejos y de los calcetines y de los cordones. Esto, me hace atravesar un ensimismamiento puntiagudo que cruza tuberías, viviendas y tendederos y me ubica a ratos en una realidad de pico que se eleva sobre tacones de mujer fatal. Si doy un rodeo y atravieso la puerta, percibo el olor de la cocina y de mi propia censura. Si voy por detrás, salen las cucarachas de la nada. Así que trepo ágilmente por la celosía exterior, enseñando las suelas de mis zapatos marrones. Deambulo por pasillos perfectamente cumplimentados...y permanezco absorta. Desde el baño escucho las viejas adivinanzas que grita el anfitrión de la casa. Me invita a aplastar objetos...y yo reúno insectos que juegan un partido sin deportivas. Desde el interior, el piso me enseña los días. Alguien me presentó un patio vacío de tanto andar...de tanto entrar...Necesito quien arregle mis zapatillas sucias. Propongo un hurto sencillo. Robar el resplandor...y bajo su luz aparecer inanimados, vagamente descendiendo por conceptos y algunas definiciones. Mostrar modos y cuartos. Proponer y observar los escotes de la noche. Detectar el hambre y la procedencia de las canas. Ninguna determinación. Alrededor. Debajo. Alcanzar la mágica oscuridad. Acercarme a sus brillos. Dirigir mis palabras hacia lugares poemáticos y adoptar por siempre versos de todas las razas y de todos los colores. Con ellos formo manuscritos con los que hago frente a cualquier desconexión de tipo caótico. C.M.O.

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Como si frotara una lámpara de metal maltratado pregunto a la tarde confundida ¿andar a la deriva hasta que se descalabren los huesos? En segundos con filo se despiertan otras voces caen con destreza de lenguaje nuevo. Me atrevo a decir. Los sueños tienen dos caras que nadie recuerda. Ceremonias en fuga transforman canciones y en silencio cosen la noche con el día. Lejos en un recodo de la tarde hay chispas desprendidas que ruedan hacia un trozo de espejo. Lo atravieso es mi oportunidad de conocer el reverso de las cosas. Parece que el mundo entero viene conmigo. De este lado no hay rumbos. Da vértigo. No me atrevo a descubrir verdades del revés. Hay palabras cautivas. Revelaciones perdidas entre las ruinas de siglos. Todo tiene una envoltura inalcanzable. Miro. Un recuerdo persiste en decorar la sombra. El pájaro ausente ha dejado su canto (esa música alumbra) Estoy de espaldas al presente. Me disperso. No hay rótulos carteles semáforos solo mis pasos desobedientes. Soy como una figura en una incomprensible geografía. Un poco más acá de lo visible se descuelga el silencio. Se ahoga el tiempo. El calendario persigue alucinaciones. La historia cambia lugares y fechas. Los paisajes huyen disfrazados de niebla. Con su oleaje de siempre el océano juega con el tornado. No hay escenario. Hay polvo y agua girando en lo imposible. Deserto. Salgo victoriosa de esta absurda cacería de letras. C.O.

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Busco referentes en primera persona y persigo el oxígeno, el sosiego y las palabras capaces de formar un manual para la existencia. Describo a los conspiradores y cuestiono sus historias a través de un lenguaje desabrigado y revelador con el que compongo mentiras edulcoradas. Publicaciones novedosas y colectivas. Planteamientos que se continúan en libros desiertos. Lecturas de ensayos mediáticos. Revoluciones fallecidas. El homenaje de mi voz que inaugura movimientos y guerras ficticias. Siempre habrá un mañana y una nueva narración y un ayer que ya jamás estará por venir. El instrumento es el recuerdo y el modelo a seguir está por hacer. Innovar el presente es la lucha individual capaz de descatalogar los sentidos. Reivindicar la temática y el sistema y las meditaciones como un análisis natural al que se le puede añadir un poco de suspense. Distraerse en las alturas y componer poesías que aporten nuevos procesos de habla y nuevos fragmentos de tiempo. Escribir novelas de acción donde la tesis caiga desplegada sobre el campo informe de lo real. Una visión que contrasta con el poder y con la oscuridad. Escribir. Escribirlo todo. Rodear en cursiva las opiniones y las versiones. Subrayar los aspectos de la cultura que lograron emocionarnos. Armar de paciencia un abecedario limitado e infinito con el que rematar datos ficticios, informes oficiales, palabras visionarias. Salir. Volar. Escapar. Evadirse. Construir otros lugares por los que se pasean las letras en un tobogán azul que no acepta un punto y final.

C.M.O.

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Sobrevivo al enigma de los brazos sin recuerdos.-Luz que no se extingueUn salto a ras de cielo tras la lluvia incesante y el corazón sin cruzar la línea en blanco de los adagios seductores. Intento sobreponerme a la ola inmensa devastadora marinera sobre mí y el poema impotente. -Punto débil- Cuando, los relojes mastican los segundos y la medianoche es un pañuelo volátil. Es mi batalla desgranar sueños que no existen (puntos de encuentro y olvido) Lleva el viento los pasos de mis deseos -pasar sobre el río de un brinco- (abrigar heridas del mañana) -guardar luces para cuando falteEl momento esconde luz o sombra ese pacto donde espero el sol tibio y la inocencia de las horas. Escucho las desventuras de una puerta que se abre al mundo sin comprender el grito de auxilio que nadie oye. Sé que hay desventuras fisuras en la paz una innegable realidad que camina hace siglos. Me aventuro a cerrarla. Y late un renacimiento. Imagino tu sonrisa el gesto de tus ojos persiguiendo nubes. La soledad intenta preguntas debajo de mi armadura. Escribo sin traicionar mi voz sangro libero el dolor quito máscaras y sonrisa. La memoria entrega relámpagos. -Canto de un pájaro en el alba conmovida- La anunciación de un recuerdo muestra lo vulnerable. Mis ojos se pueblan de imperfección son testimonio exhalan. Mudas visones cambian mi piel. Apagan la monarquía de mis palabras. Entre la piel y el alma me defiendo de las sombras. Confieso mi tormenta. Invento una calle. Detengo el horizonte. Avanzo. Comprendo que la piedra es dura pero toma la forma de mi mano. C.O.

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A veces las mañanas soportan la lluvia a cobro revertido. Todo se convierte en anecdótico y de mis escritos surgen colores y distancias, recuerdos y direcciones que ya nunca encontrarán silencio. El papel es neutral y yo puedo escribir sobre él un rostro desconocido con palabras intermedias. No quiero descender hasta una noche extraña. El sol marca un camino y el sur me pregunta a qué distancia queda marzo. Imagino un mar sin indicadores, sin faros que persigan tu ausencia. No hay teléfono que devuelva tu nombre ni escaparate en el que se exponga tu fotografía. La gente promete bosques de colores y la ciudad se viste de charol. En los periódicos las noticias viajan en coches verdes y amarillos y las emisoras cruzan autopistas donde crece la hierba. Estoy recobrando una fuerza especial y esta agua que cae vertical arrastra la suciedad del pasado y lo prepara todo para el mayor de los regalos: Un nuevo título para mi novela.

C.M.O.

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La costumbre del día define lo que en la distancia no tiene forma. (Tal vez ya lo sepas) Mis manos levantan imágenes preguntan razones no saben qué música ocultará el misterio de volverse a oscuras en pleno mediodía. Una hoja en blanco sobrevive iluminándose con un color de espuma -me acerca el océano. Montada en sus olas he llegado lejos. Digo tu nombre. Las gaviotas preguntan si te buscan en abril o por el norte de un libro que canta. Un clamor de verde sediento siembra en las aguas almendras de tu mirada. Detrás de mí la tierra me observa desde siempre y por primera vez. Un oleaje colma el cuenco con todas las huellas que dejé en mis poemas. La tarde se confunde con la mañana. Alguien encendió una hoguera en la playa. ¿En qué rincón de mí resuena lo callado el rumor de adolescencia esos gestos que heredé la rebeldía que no me abandona? Se ha roto la tinaja donde iba a beber mis recuerdos. El mar detiene sus manos. El sabor de los días posee el silencio de los lugares donde nunca estuve. Fui y volví. El océano tenía que derramarse por debajo de las barcas. Sin nombre secreto las gaviotas trajeron la respuesta. Una palabra. Con pedazos de luna pido un deseo. C.O.

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Hay un silencio cruel de donde surgen nombres desnudos. El delirio cruza despacio abismos inolvidables y el cielo se alza cada vez más alto, cada vez más inaccesible; confundiendo sueños; eludiendo mis gritos. Amontono risas perdidas sobre un fondo azul y cruzo espacios donde los labios huelen a lirios. Mi cuerpo tiembla ante las ranuras que se abren en el vacío. Mis manos devoran palabras... Recuerdo poemas que una vez huyeron de mi mente. Mis pies saltan sobre un mundo blando y mullido y mis hombros se fortalecen con sólo alcanzar una nube. Algo brota en mi interior. Alguien desconocido me llama con insistencia...Escucho el rumor de un río inacabable. La luz ilumina mi carne. Amarro a mi cintura los rayos de un amor apasionado. Creo que en el mar mueren los ángeles. Pero... no estoy segura. Mis sentidos patinan sobre el espejo. Desde lejos el viento sopla con suavidad. Me siento capaz de predecir todas las curvas que dificultarán mi camino. No tengo la necesidad de pedir perdón...así que oculto mis dudas bajo la ropa y comienzo a escribir historias ilógicas...infinitas... inhumanas...inusuales... intrigantes... inverosímiles... insanas e inconclusas... C.M.O.

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Intento ver cómo se ve el silencio multiplicado. La distancia hace alfabetos olvidos repentinos estalla en sílabas precisas. (Construyo el impulso con cincel desvelado) Perdido el paraíso recobro el cuerpo y su fragua de antaño. Me reconozco roca con dignidad criatura que retiene una barca con la bruma de cada pesadilla. Prohibido ser proa de navío veloz -visto de luces mi duelo- Suelto los nudos del amarre cuando salgo en busca de botellas con mensajes de amor. Esos besos sazonados de mar y caricias en secreto la música del agua contempla con devoción los amores de antaño. Me entrega la dicha. Soy todos los lugares donde esas palabras han amado. ¿Dónde está la mañana que acaba de comenzar? Sobre la muda arcilla hay una inconstancia de aire me hiere la niebla y el sol engaña. Debo aprender a eludir sueños. Soy lectora de penumbras de viento. Siempre descifro ese lenguaje de tormentas. Cruzo el umbral sin despedirme. Un planeta se hunde en mis abismos. Ha jugado como un náufrago o ha caído donde termina mi infierno. Hay bordes de tormenta nubes y plumas huyendo hacia la tez del cielo. (No consigo estar entera) Ya no encuentro prodigios -el poema cuece palabras- ante los silencios de la noche se hace pan/vino/amistad. Mi equipaje está en desacuerdo. Ya no cree en el polvo acumulado ante ventanas esclavas y pasillos secretos o escaleras que se abren como abanicos. A la hora precisa en que todo parece una plaza y las hamacas gimen sus quimeras descubro los límites de un desierto en mi vuelo primitivo con un ala. Si. Mi equipaje ahora está de acuerdo. Insiste en llegar donde escribes - ese lugar de paz entre nosotrasC.O.

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Registro: 00150/200699900341427

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