GEALITTERA REVISTA DIGITAL Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir. Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos. revistagealittera2014@gmail.com IBSN: 14-08-2014-55
2
SUMARIO EDITORIAL Introducción a la memoria: Carmen Membrilla Olea 7 Cecilia Ortiz 9
POESÍA Alba Estrella Gutiérrez A Buenos Aires 11 Ana María Mayol Cuerpo tomado 13 El lago 16 Carlos Caposio Soy parte de tus recuerdos 18 Fernando Sarría Deja que el vacío me contemple 21 Carmen Rubio López Memoria del origen 23 Mauricio Escribano Para espiar el paraíso 25
3
Emilia Marcano Quijada Padre es una acuarela 27 Invertebrado III 29 Gabriela Rivero Soplar el viento 31
Cecilia Ortiz Tiempo 33
Marcela Villar M. A-terra-dos 35 Bocas sucias 38 Isabel Llorca Bosco Es un mar de memoria 40 Jasp Galanier Memorias 42 Pablo Canales Gil Toda una vida 44 Mía Pemán La memoria (Acróstico) 46
4
Milagro Haack III 49 XVI 51
Dolores Pombo Sensaciones 53 Transparencias 55 Pura Fernández Segura Eremita 57 Sara Zapata Abuela 60 Marita Ragozza Mandrini Lager 62 Desaparecidos 64 Victoria Falcón Águila Calendarios Perdidos 66
Graciela Diana Pucci Estás aquí 68 Magda Robles León Memoralia 71 Retales 74 Mariette Mounier Mi ausencia y yo 76 5
PROSA POÉTICA Samuel Bossini Carta de despedida de un enamorado 80 Palabras de adiós del guerrero 82
RELATO Carlos Caposio La casa del espejo 85 Ramón Repiso Cita 88 Concha Casas El sueño olvidado 90 Carmen Membrilla Olea Espacios invadidos 94 Pablo Canales Gil ¡Demasiada atención! 97 Erica Schwörer El color del verano 99
Próximo número
101
6
EDITORIAL INTRODUCCIÓN A LA MEMORIA
La persistencia de la memoria. Dalí.
La memoria es tu pasado. Sabes que algunos relojes esconden el tiempo; ese que se funde contigo y con toda tu existencia. Algo se está derritiendo alrededor…Quizá por aquí, por esta Tierra de Letras, encuentres la verdad que buscas; la que te conecta con este mundo al que irremediablemente perteneces…Y si algún día ya no sabes expresar quién eres, colgaremos un cartel donde podrá leerse: CREACIÓN DE RECUERDOS CERRADA POR REFORMAS
7
Sin embargo; las palabras no avanzarán nunca desnudas; lucharemos juntos para que queden arraigadas a algunas percepciones, a ciertos pensamientos. Perdurarán las rocas y el paisaje…y tú; fugaz y relativo, quedarás presente, aunque el tiempo se evapore, aunque el espacio se altere. GEALITTERA es un lugar donde las líneas horizontales se combinan con el mar, donde las ramas de los árboles te invitan a pensar…y aunque sea en diagonal, la forma de tu pasado se traducirá en recuerdos…recuerdos de tu propia vida. Carmen Membrilla Olea. Guadix. Granada. España.
8
Imagen: Mariana Palova.
Memoria que llega a tierra de otros, de nosotros, desde aquellos antepasados que sobre piedras grabaron su presente. Y heredamos el deseo de escribir, el incontenible deseo de perfilar letra por letra, a nuestra manera, todo nuestro mundo interior, sobre un papel. Y aquĂ quedarĂĄn, con destino a cada corazĂłn, desde cada mano. Memoria y la necesidad de echarla volar, de hacernos aves, peces, tormentas, rĂos suaves, mar revuelto, nubes al ritmo del viento. Y persistir siempre en el intento de crear nuestro universo, nuestro maravilloso universo, el de nuestros paisajes sensoriales. Gracias por cada recuerdo compartido. Cecilia Ortiz. Buenos Aires. Argentina. 9
POESÍA
10
ALBA ESTRELLA GUTIÉRREZ A BUENOS AIRES
Imagen en la red
Un buzón de esquina enamorada y baldosas de rayuela soldaditos de papel y figuritas canjeadas en el viento abuelos sentados en el zaguán mateando una nostalgia atardecida esquina de mi barrio donde crecer dolía y subirse al pescante de los sueños esquineaba sortijas 11
y el delantal de infancia
asiestaba los miedos
Alba Estrella GutiĂŠrrez. Buenos Aires. Argentina.
12
ANA MARÍA MAYOL CUERPO TOMADO
Imagen: Fidel García Soy mi propio rehén /el pausado veneno del verdugo/ el pacto con la muerte OLGA OROZCO
Soy mi propio rehén testigo de lo atroz protagonista de esta obra mía Soy cada palabra que no he escrito cada poema plasmado en los insomnios cada silencio precipitado hacia el mar 13
La fuga permanente desde mi misma Soy mi propio rehĂŠn poblada de desiertos sed y sal de fachinal grisĂĄceo de caldenes y aromos floreciendo en el patio de la infancia Soy ese punto ciego en el espacio que te detiene un segundo despojo escombro del olvido torbellino que rescata pasiones en el fuego arrebata a la lluvia su murmullo conozco la prisiĂłn de lo inasible mi sombra a veces transmuta golondrina la obstinada presencia del amor en los ojos el roce inconfundible de una mano en el alma Me he desterrado a veces en la tristeza otras he caminado hacia mi propio abismo 14
he muerto en soledad con otras solas he surcado sus cárceles sin testigos ni juicios sorteado emboscadas que me tendió la muerte Soy mi propio rehén llevo este cuerpo tomado por la luna lleno de noche y sombras me reconozco en otras como un espejo como si yo no fuese más que el pretexto
Soy mi propio rehén en la memoria.
Ana María Mayol. La Pampa. Argentina.
15
EL LAGO
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
A la memoria
Yo sĂŠ que desde el agua hay rostros que me observan desde el oscuro fondo profundo vertical con sus negras paredes sus voces me rodean 16
retumban en las piedras con el oleaje El afuera es distinto tan irreal tan mágico en su mística diaria con el viento pero el lago es un foso donde el crimen se esconde bajo este mismo sol es un profundo foso donde el silencio oculto persiste persevera y cuando me sumerjo en sus gélidas aguas yo sé que desde el fondo
hay rostros que me observan
Ana María Mayol. La Pampa. Argentina.
17
CARLOS CAPOSIO SOY PARTE DE TUS RECUERDOS
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
Tuve una sensaci贸n: cre铆 que eras la chica que tocaba el piano y que yo entraba con el sombrero y las armas en la cartuchera; que vos dejabas todo y mirabas mi entrar de bandido y luego de robar esa fonda de alguna provincia argentina te ibas conmigo, en mi caballo, en busca del destino. 18
Tuve una sensación: creí que eras la japonesa que curaba las heridas y que yo, el guerrero samurái, recio, se entregaba desnudo, junto al lago, a tu pañuelo de agua fría y luego nos íbamos lejos de las espadas por algún paisaje que nos emocionara. Tuve una sensación: creí que eras la Magdalena besando los pies que yo ensangrentado bajaba de la cruz y mandaba al diablo a Dios y ya no salvaba al mundo que nunca tuvo salvación y nos íbamos por ahí, lejos del imperio romano a pecar, a no dejar de pecar nunca. Sólo fueron sensaciones. Un corto tiempo. Ya me eliminaste de tu vida. Nunca fui tu héroe. Soy parte de tu pasado que no existe. Soy todas tus mentiras. El rincón oscuro al que echas tierra en la memoria, del que nunca quieres hablar. Sólo soy uno más al que irás tapando. Como si nunca hubieras dormido en mi cama, o cepillado tus dientes en mi baño. Sólo soy uno más al que irás enterrando. Pero cuando pase la tormenta. Cuando el charco esté calmo. 19
Y estés por ahí con otros cuerpos, sin amor. El viento vuelve, todo lo empuja. Y ahí estaré, en tu memoria. No se puede engañar a la memoria. Soy parte de tus recuerdos.
Del libro, Cajita de Cartón Carlos Caposio. Buenos Aires. Argentina.
20
FERNANDO SARRÍA
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
A mi madre. Día del Alzheimer.
Deja que el vacío me contemple. El sueño derrumbado de tus ojos refleja una mirada que recuerdo.
21
Encierro entre mis manos los pájaros del día, plumas que en la tarde aligeran el aire y son ceniza que el viento arrastra.
Perdido en la húmeda arena recorro sin transición mi vida, y en el filo de la próxima marea, las huellas de mi paso serán el venidero olvido al que me aferro.
Fernando Sarría. Ejea de los Caballeros. Zaragoza.
22
CARMEN RUBIO LÓPEZ MEMORIA DEL ORIGEN
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
Memoria del origen donde ya no nos caben el tic-tac del reloj ni el Ángel de la Guarda. Bosque de entonces, bosque de todos los misterios, las ternuras, donde la no-memoria.
Quién nos dijo que había que despertar a un lugar de derrota, a una estación de niebla donde todo 23
gira en torno a una rueda de vida vulnerada.
Hay que callar por dentro, encender el velón, plegar todos los sueños y rogar que diciembre en su hielo no postre demasiado, que la hora de los astros no influya en el dolor, que al contemplar los signos del rostro del suicida, podamos discernir que estamos vivos.
De Desván de la Memoria. Premio Joaquín Benito de Lucas. Talavera de la Reina (Toledo) Carmen Rubio López. Purullena. Granada. España.
24
MAURICIO ESCRIBANO
Imagen: Fidel García
Para espiar el paraíso. Probé mi proa navegando un mar de círculos. Así desnudo empecé el poema. Y perdido volví al silencio para volverlo a empezar. 25
Por todas las veces. Anidando un sol y un laberinto. Anclé mi mano en la inquietud de tu cadera. Donde los sueños son oscuridades. Y todo tu cuerpo es un ángel caliente que lleva tatuado mi rastro en el mar.
Mauricio Escribano. Santa Catalina. Buenos Aires. Argentina.
26
EMILIA MARCANO QUIJADA
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
A mi padre (A Luis R. Marcano)
Padre es una acuarela pintada en Los Fermines, un piñonate que va del cachipo a la boca, un árbol con derecho a riego, sombra y siembra; un par de zapatos de patente, un calzador en la mano derecha, una vida sencilla. Padre no reía,
27
pero arrancaba sonrisas a todos con su expresión tan seria, se rebanaba las uñas de los pies con su navaja y mondaba la pera que siempre comía en el porche de la casa antes de hacer la siesta. ¿Te acordarás de mí, padre, cómo te recuerda el poema? Yo lo haré por los dos cuando cierre los ojos, cuando duerma de día cuando esté en Los Fermines, cuando coma una pera.
Emilia Marcano Quijada. Ciudad Ojeda. Estado Zulia. Venezuela.
28
INVERTEBRADO III
Imagen: Cinematic Art (Facebook)
Af茅rrate al papel y no despliegues los bordes afilados de tu carta. Suprime las palabras dolorosas, expulsa del adi贸s la amarga pena, 29
olvida que una vez fui la moldura, de todos tus desvelos nocturnales. Soslaya de las letras lo ilegible, y borra del pasado la memoria, la hiedra que ha crecido inexorable en la pupila cruel de tu mirada. Escribe un epitafio vida mía, ¿Que novedad habrá que yo no sepa? ¿Que torpes juramentos que no rompas? ¿Que deshonestidad que no repitas? Escribe, borra y tacha los olvidos, anuncia el nuevo inicio de una historia, arranca aquellos brazos que te amaron, caderas, sexo y risas que custodian la seda de mi cuerpo sin edades. Escribe con el alma, con la duda de aquél que nunca supo a donde iba y solo se ha quedado ante la playa mirando sus recuerdos en la arena.
Emilia Marcano Quijada. Ciudad Ojeda, estado de Zulia. Venezuela 30
GABRIELA RIVERO SOPLAR EL POLVO
Imagen: Yulia Gorbachenko Art Fotografico
La piedra no será piedra el viento perderá sus días salvajes la brisa su ternura se extinguirá el amanecer la desmemoria encontrará nido entre tus pájaros 31
es urgencia soplarle el polvo a las palabras pronunciarnos a cada instante encontrar el eco fĂŠrtil que deshoje este otoĂąo porque sin palabras este mundo arde se desvanece bajo la lava de mil volcanes.
Gabriela Rivero. Rosario. Santa Fe. Argentina
32
CECILIA ORTIZ TIEMPO
Imagen: Vladimir Dunjic Pinturas
Tiempo esa memoria que el olvido pleg贸 infinitas veces en el horizonte inabarcable como un juego que jugaba sola cruzando el bosque. Quer铆a despertar sin blancos reflejos y el d铆a me regalaba una lecci贸n de luz.
33
Tiempo ese olvido que apartó la memoria de mi viaje y construí un laberinto hasta el límite de la evocación -como retazos hilvanados cada uno en su órbita me revelaba atardeceres para que pudiera ser la mismaLa que reaparecía a buscar su lámpara.
Cecilia Ortiz. Buenos Aires. Argentina.
34
MARCELA VILLAR M A-TERRA-DOS
Imagen: Virginie Caillet
Ensimismados en la demora del polvo. Consumidos en sí mismos, confesando peldaños y escalinatas, pero solos.
Solos, como escaños de plazas inexistentes, coartados de ilusiones burlescas e inmaduras. Solitarios.
Vacíos en compañía de varios, multitudes absolutas, 35
indeseables ruidos y molestias. La distancia los abraza. Dicen. Piensan.
Solos en la tierra. Bañados de rocas y arbustos secos en la espera. Cansados de observar aires ajenos. Cansados de mirar brisa lejana, las de otros.
Solos en la inexplicable odisea del tiempo, en la acostumbrada Última Cena del destino, en la solitud de los incautos y ermitaños, afligidos enjambres de esperanza sin nombre.
Ríen, cubiertos de Nada y Todo, ambos desiertos de avenidas que los tragan y vomitan en una mirada,
Son y No Son.
Estando en esa soledad ajena, que mordisquea las ganas, que roba la calma, 36
que insinúa y desmiente; sintiéndose comparados al Universo y a las piedras. Pero secos.
Imitando leños rancios, escondidas vigas en bodegas oxidadas, contando minutos de agrias penas,
Cantando risas . . .
Mintiendo olvido . . . Amando a ciegas .
De Esperas y Olvidos Marcela Villar M. Viña del Mar. Chile.
37
BOCAS SUCIAS
Imagen: Virginie Caillet
planicies de oscuras voces cambiadas en tus manos que no llevan memorias gimen y despiertan desĂŠrticas de lluvias que les den alivio cuando duermen
38
olvido hambriento henchido de bocas sucias que carcomen todo lo dicho en los sagrados detalles del amor ahora llevas marcas eternas de los silencios que devoraste en tu miseria
De Esperas y Olvidos Marcela Villar M. Vi単a del Mar. Chile.
39
ISABEL LLORCA BOSCO ES UN MAR DE MEMORIA
Imagen: Ruth Sanderson Art
“La memoria es un instrumento para el escritor.” Héctor Tizón
océano que pasa por las vísceras y trasciende las costas mis pobres bordes un poco adormecidos 40
las olas se incorporan con sus puntas impresas de letras y tengo que esperar a la otra ola para leer ese poema que viene desde antes que naciese miro el agua de atento soñar y procuro que mis ojos en el líquido devenir construyan una imagen nítida fijen el verdoso muaré de una memoria el pasado cruel parece que no puede pasar tras zonas oscuras iluminadas apenas los imanes de mi mirada también verde se confunden y recogen la memoria de otros como esas suaves colinas de agua que a veces cubren mi vida el recuerdo inesperado puede conmigo y si no llego a escribirlo me ahoga
Isabel Llorca Bosco. Buenos Aires. Argentina.
41
JASP GALANIER MEMORIAS
Imagen: Mariana Palova
¡Qué memoria! Por el amor a los amores perdidos ¡Qué memoria! Memoria de tantas glorias De tristezas y victorias Memoria de seres perdidos 42
Perdidos en el olvido En la demencia de lo vivido Memoria que jala greñas Que acumula pelos caídos De niñez irreversible De vejez inevitable ¡Qué mala memoria! Dudosa de historias De mucho tiempo De muchas horas Duda del presente De presentarse ausente De temer ser otro olvido En nostalgia de un ayer Cuando vuelve la memoria Dudo que sea una nueva historia Es la misma trayectoria Que nos roba el existir
Jasp Galanier. Colima. México.
43
PABLO CANALES GIL TODA UNA VIDA
Imagen: Chris Slabber
Te veo. Te sigo. Te hablo. Te convenzo. Te invito a cafĂŠ. Te enamoro. Te desposo. Te hago feliz. Te voy aborreciendo. 44
Te incordio. Te abandono. Te olvido. Te a単oro. Te vuelvo a enamorar. Te acompa単o siempre. Te pones vieja. Te pones mala. Te mueres. Te amortajo. Te entierro. Te lloro. Te recuerdo el resto de mi vida. Te sigo a la tumba. R.I.P.
Pablo Canales Gil. Marmolejo. Ja辿n. Espa単a.
45
MÍA PEMÁN LA MEMORIA (POEMA ACRÓSTICO)
Imagen: Vladimir Ryabchikov
Lagos y ríos en nuestro haber tenemos cuando están bien ambientados rigen de maravilla, su agua corre sola sin necesidad de esperar a nadie Agilidad llevo en mis adentros, siempre me miro en mi espejo particular y veo, cómo corro y vuelo que sin tener alas, tengo maravillas 46
Mis sentidos se visten de esmeraldas y zafiros visto como nadie jamás se ha vestido, Estoy caminando entre primaveras viviendo todas las etapas, no tengo sentidos que me obliguen pero, se deslizan como patines avispados Mas todo no es lo mismo ni lo más normal, suelo verme de vez en cuando mirándome en el agua cristalina de la vida, no salen las cuentas y me desmorono Olvidos se me han acercado estos días, queriéndome abobar el sentido de mi vivir y de seguido me he dado cuenta, que las cosas han cambiado Retengo menos de cada amanecer ya el anochecer, me parece extraño su mirar Ilusionados son mis soñares y las miradas se me van de paseo se quieren relajar, como queriendo decir ¡estoy cansada, me siento dolida con el alma herida quiero buscar una pizquita de ayuda, y tan solo hayo ese olvido del más allá, que viene a por mí! Amasando voy mis recuerdos, para que no se escapen solos 47
ni vayan saliendo al revés desean ser libres, pero no vacíos y de nuevo vuelvo a recatarme, cenizas blancas se me caen del semblante sin duda, estoy perdiendo el sentido cuando las miradas se me achican pidiéndome paso a un nuevo atardecer
Mía Pemán. Palencia. España
48
MILAGRO HAACK
Imagen: Vladimir Ryabchikov
III
Entrando nueva de cuentos
polvo húmedo recostado en las esquinas frío sorprendido en las sábanas después de dejarla llena de ojos 49
sintiendo mi ausencia
-dejo el viaje vestuario al lado del baúl lazo de agua en la entrada sin abrir sus puertas-
detalle de regreso
el cuarto está vacío
hojeo
sus ríos a medio beber sobre las mesas de la noche comentándome el nácar del caracol con su collar de perlas la falta de dormir conmigo
Del libro: Relámpago entre dos Milagro Haack. Venezuela.
50
Imagen: Carla Mascarรณ.
XVI
Cae una hoja muy cerca de mi pie
un poco mรกs allรก un pรกjaro desprende su amarillo 51
patio del liceo
cortado por un surco mas para sellarlo con el pañuelo que escucha otras voces
mientras caigo dentro de los escombros
me pierdo en la sepultura de un santiamén
vuelvo a la hoja al amarillo pariente de este invierno
son pequeños detalles los contentos que te llevo
Del libro: Relámpago entre dos Milagro Haack. Venezuela.
52
DOLORES POMBO SENSACIONES
Imagen: Carla Mascar贸
cierro los ojos y recupero el pasado descubro semejanzas sensaciones veo im谩genes regresar experiencias que vuelven 53
viajo en las profundidades del tiempo del espacio creo una realidad paralela sue単o
y despierta rompo con la realidad
Dolores Pombo. Buenos Aires. Argentina.
54
TRANSPARENCIAS
Imagen: Carla Mascaró
mis manos envolvían transparencias los destellos revelaban recuerdos que solo yo advertía 55
calor colores
ya no percibo lo mismo
hoy hace frĂo
Dolores Pombo. Buenos Aires. Argentina.
56
PURA FERNÁNDEZ SEGURA EREMITA
Imagen: Aram Nersisyan
Por los pliegues quebrados de los montes, la soledad no es un soplo súbito, es fina saeta que perfora. Un hombre despojado aguarda 57
la anónima impostura del ocaso.
Trenzaba la memoria, viejas reliquias, quiso volver, abrigaba rescoldos de suaves voces, músicas y arrullos. Apuró el brebaje y tembló.
Descendió altozanos y serranías. Locos vientos azotaron su cuerpo con dudas punzantes.
No puede haber certidumbre…
El vértigo se aprieta en la garganta cuando se acercan los lugares habitados. Resuelve seguir y aparta las sombras.
Mas no hubo padre misericordioso, que saliera a su encuentro, ni vela encendida, ni amante insomne.
Los perros guardianes no advirtieron su olor y tampoco sus pasos impacientes.
Nada hay en mí verdadero, pensó.
58
Y aguant贸 el alarido, hasta donde tan alto vuelan las aves.
Del libro: Zona Pr贸xima Pura Fern谩ndez Segura. Purullena. Granada. Espa帽a.
59
SARA ZAPATA ABUELA
Imagen: Aram Nersisyan
Mi abuela nunca soñaba con otra vida posible, al menos, no en voz alta. Parecía hecha de un material anti-grietas un perfecto y noble material que sólo rezumaba ternura. Mi abuela abrazaba y olía a hierbabuena a cocido y a casa, olía a refugio, a la tibieza del hogar, esa, que nos pone a salvo. Sólo cuando el Alzheimer llegó la oí soñar, 60
jugaba a ser enfermera y hablaba de un tal Luis al que ninguno conocíamos, uno de esos amores eternos que lo son, porque no fueron, supongo. Sacudiendo su ceñida educación de pueblo tan oscura, tan de existir sólo para otros sin olvidarse de dar gracias a Dios comenzó a ser ella. En lo que parecía locura creo que se encontró y fue feliz viviendo lo que no vivió.
Sara Zapata. Madrid. España.
61
MARITA RAGOZZA DE MANDRINI LAGER
Imagen: Elena Wierzbicki Inspirado en el libro” Un diario clandestino”, escrito por Giovanni Guareschi, sobreviviente italiano de un campo de concentración.
Garras aferran el estómago, costillas afloran . . . hambre, ochocientas calorías 62
por hombre y por día sadismo
miedo
entre alambres de púas ráfagas de vértigo ascienden al cielo.
( En la oscuridad de las barracas la música de un violín cita fantasmas para ahuyentar la demencia y abrazar hasta el carozo del alma)
Lager, arroyo engañador, aguas que defraudan, en Ramá se oyeron los gritos, es Raquel que no quiere consolación…
El tiempo se detiene en cuerpos petrificados alas turbias perdiéndose en el viento mil doscientos liberados en la dimensión máxima del espanto mil doscientos regresaron de las fauces de las fieras con la estrella de David en sus ojeras. Marita Ragozza Mandrini. Buenos Aires. Argentina. 63
DESAPARECIDOS
Imagen: Elena Wierzbicki “…están en algún sitio / nube o tumba están en algún sitio / estoy seguro allá en el sur del alma… MARIO BENEDETTI (Uruguay 1920-2009)
El tiempo se hace largo el dolor sostiene un beso con la sombra el grito se ahoga en todos los espejos la angustia es fuego que no se extingue 64
los desaparecidos semillas-náufragas en riberas desconcertadas.
La herida es un labio imprevisto en cruz de amor y cicatriz de espina y un dios cae boquiabierto entre las historias sin telón.
Por los desparecidos vivimos una ley interminable de lunas y soles expiran besos y sueños se intenta amar hasta sin amor… en el borde… una campanada entre la sangre y la niebla punzante caligrafía del silencio los desaparecidos sin brújula mapa camino faro murieron con la mitad de la muerte.
¡Cuándo dejarán de doler!
Marita Ragozza Mandrini. Buenos Aires. Argentina.
65
VICTORIA FALCÓN ÁGUILA CALENDARIOS PERDIDOS
Imagen: Adrien Donot Photoshop
Despierto en un mundo desconocido, una era para mi sin sentido, un futuro no sostenido.
Hurgando en la memoria: encontré momentos convertidos en recuerdos, días acumulados en calendarios perdidos tantos, que se olvidaron en la historia.
Leo páginas de mi vida 66
repletas de palabras desabridas lanzadas al aire por no estar al pendiente de llamadas que nunca contesté.
Dentro de la inconsciencia dejé caricias varadas impregnadas de ausencia.
No tuve tiempo de saborear la emoción del amor tampoco quise entenderlo, no busqué el certero flechazo de Cupido.
Llegan reproches de caminos postergados de vivencias que no tuve presentes parientes que no disfruté, todos fueron olvido dentro de mi utópica felicidad.
Me siento extraña al cruzar el umbral de un pasado que no gocé, hoy convertido en presente con cara de mañana pendiente.
Victoria Falcón Águila. Guadalajara. México
67
GRACIELA DIANA PUCCI
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
A Guelfo Pucci Estás aquí -como cuando niñate veía sólo por las noches el día una sucesión de muñecas sin sentido no estabas
y estabas en el olor de la almohada en los pantalones
impecablemente colgados
en el saco al que abrazaba 68
cuando me dolía más allá del pecho
Estás aquí -como cuando adolescentetu mirada de ave mutilada hacía nido en mis ojos -Impotente ante la autoridad que desautorizaba-
Estás aquí -como cuando era casi adultame negué a vestirme de blanco (¿te acordás?) volviste a callar ¿qué podías hacer? tu alma comulgó con la mía cómplice de un error
Estás aquí -como cuando te regalé tres solesiluminaron la dura tarea que te impuso la vida arrastrabas dolores antiguos lastimaban tus sueños te borraban sonrisas 69
también te regalé mis palabras transformadas en poemas -las eché a volar junto a tu nombrellegaron a destino, sin destiempo
Hoy no estás pero estás conmigo acompañás mi sueño –inquieto como el tuyotu figura me sigue guiando estás a mi lado
¿por qué dicen que no estás vivo?
Graciela Diana Pucci. Buenos Aires. Argentina.
70
MAGDA ROBLES LEÓN MEMORALIA
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
Cerré los ojos y de repente volvió el olor a tiza, y su arañar el encerado. Volvimos a salvar el mundo desde aquella descarada última fila donde, soñadores y soñados, imaginamos un futuro cargado de posibles que al ser vertido en presente
71
nos estalló en la cara.
Cerré los ojos y volvieron las risas, las largas horas de charla y discusiones ficcionadas, ficticias a vida o muerte, tan reales en aquella utopía adolescente. Donde con sangre no entraba la letra, mas por cada letra se entregaba la última gota de sangre.
Cerré los ojos y volvimos a apostar besos contra libros (esos que hoy me guiñan desde esta biblioteca). Intercambiamos apuntes por rubor de mejillas, preguntas de examen por bocetos de ignorancia y picaresca. Creímos en citas furtivas escondidas entre páginas y versos, que laten resquebrajadas hoy 72
bajo los pies de su inocencia.
Cerré los ojos y por un instante volví, volviste, volvimos.
Se detuvo el mundo e intentó brillar una vez más con aquella luz nuestra.
Del libro:Pequeño muestrario de relojes y silencios Magda Robles. Granada. España.
73
RETALES
Imagen: Christian Schloe Digital Artwork
“Busca, niña, busca -insiste desesperada. Dime que sabes donde la he puesto.” Y yo busco y rebusco entre hilos y alfileres que muerden sus manos ancianas.
“Sé que tan solo me la quité un momento, para limpiarla, no puede andar lejos” Y yo doy la vuelta a cada botón, mientras me sigue su vista cansada. 74
“La necesito, ayúdame a encontrarla. Sabes que no puedo salir sin ella.” Y yo muevo y remuevo cada trozo de tela que hacendosa atesora para remendar instantes.
“Mamá, no encuentro nada…” “¿Mamá? ¿Y tú quién eres? No te confundas.” Tiene razón. Ya no soy ella. Tan solo soy el retal de un recuerdo que se pierden en su mirada.
“Ay señor, mi memoria, donde la habré dejado guardada.”
Del libro: Pequeño muestrario de relojes y silencios Magda Robles. Granada. España.
75
MARIETTE MOUNIER MI AUSENCIA Y YO
Imagen: Camil Giralt-Artist
Yo, añoranza suspendida a los vestigios que dejara por rozarme la felicidad. Yo, brújula loca, buscándome, quiero encontrarme. Y estoy así, divagando por curiosidades con mi misma ausencia. 76
Quizás, en algún horizonte agonizando esté o intentando trepar por el grito salvaje de las urbes. Quizás, en el espacio habite, ajena, de mis mismos pesares. Y no sé por dónde volverán mis manos, ni de qué pájaro se desprenderá mi mirada, ni qué expresión extraña retornará mi rostro. En qué desplazado gemir se escucharán mis desorientados pasos, y si acaso formen cascadas derrumbando sueños al decir, presente, mis sentidos. Tal vez, regrese reservada, medida por la distancia, o, tal vez, sola por los espesos caminos del tiempo. Y así, me busco entre ritos con sumiso aliento. Yo, nostalgia enferma, sólo logro encontrar algunas horas de mi vida, un despertar y un poema. 77
Espero verme venir flotando, cantarina por cauces de disueltas angustias. Espero regresar libre de asombros, mecida por el viento. Espero caer deslizándome por la lluvia, nuevamente bautizada, llamándome alegría. Quiero ponerme de pie y por mi ausencia llegar, llegar... En un grito: Amor... Devuélveme... Me necesito...
Mariette Mounier. General San Martín. Mendoza. Argentina.
78
PROSA POÉTICA
79
SAMUEL BOSSINI CARTA DE DESPEDIDA DE UN ENAMORADO
Imagen: Mariana Palova
Nada hay Amor. Nada. Ni brazos emergiendo de los bosques con dedos inclinados. Nada Amor mío. Ya nadie recuesta el Alma sobre aquel árbol que se curva sobre Agua pura y abundante. Nada hay Amor. Los cuerpos buscan un espacio donde correr de una punta a otra sin acabar como hormigas nerviosas dentro de un vaso. Unos sonidos de tijeras anuncian la levedad. ¿Quiénes se aman? ¿Podemos sentir el roce de sus labios como el Ala de una avispa? ¿Cómo Amar sin sentirse frente a un espejo construyendo un rostro? Nada Amor. Ni el ademán de leer las huellas de 80
los rostros grabados en la almohada. Las manos pueden cerrarse y conservar un eco para luego liberarlo en un cuarto de baño. Todos somos ojos de una misma cabeza. Nada hay Amor. Puede verse con claridad cuando intentas en mitad de la Noche rehacer nuestros fantasmas famélicos y heridos. Suavemente el Cielo cambia sobre nuestras cabezas y nos hace danzar frenéticos sobre nuestros pies de toros y decir: nada hay Amor, sólo sea nuestro desvalido apego por matar y devorar la presa. Del libro: Mundo Natural Samuel Bossini. Santiago de Estero. Argentina.
81
PALABRAS DE ADIÓS DEL GUERRERO
Imagen: Anne Bachelier
Te recuerdo cuando todo es No. Cuando mi Alma cierra con humo la imagen de la batalla. El hábito de los amantes separados es comer pez rasgado y rama helada. El único riesgo de regresar de la muerte es retomar la Vida con los mismos amores. Mejor es cambiar las líneas de las manos con una daga y partir. Existen horrendos combates entre los recuerdos del Alma y los recuerdos del Cuerpo. En tus ojos la liebre se enreda en un pañuelo verde. Lograr acariciar la cabeza de una mosca y esperar que acabe la tarde. 82
La melancolía llega como una unción ante el fracaso desmedido. Nombrar es perder. Decir es ya fue. Este veneno es un manojo de harina arrojada sobre los ojos de un perro.
Después de todo, tendrán razón los poetas: el miedo es ese desfile de minutos horrendos en busca de todo aquello que el hastío no tocó. Del libro: Mundo Natural Samuel Bossini. Santiago de Estero. Argentina.
83
RELATO
84
CARLOS CAPOSIO LA CASA DEL ESPEJO A las víctimas de las dictaduras que se multiplicaron en Latinoamérica para establecer el sistema neoliberal.
Imagen: Fidel García
Yo no me fui. Pueden decirme lo que quieran pero no que me fui. Aunque la noche estaba tapada de nubarrones y las luces de la calle, rotas, por esa costumbre nuestra de jugar tiro al blanco con los focos, yo me quedé en esa casa tratando de cambiar las cosas, me quedé frente a ese espejo que no mostraba nada, que no mostraba nuestra imagen. No salí corriendo como todos, seguí buscando a Manuel, con la vela que se apagaba con el 85
viento que entraba por los vidrios rotos, con esos fósforos húmedos que perdían la cabeza, como los apurados por el carril rápido cuando maneja lento, mamá. Y si bien tenía miedo y me temblaban las manos, yo volví a pasar frente al espejo para ver si era cierto lo que había visto antes, o mejor dicho, lo que no había visto. Ni les cuento cuando empezó la tormenta y la casa parecía imposible de recorrer, con esos truenos, retumbando en todos los ambientes, y los relámpagos, que se colaban por el ventanal del comedor iluminando toda la casona. Mi imagen tampoco estaba en ese espejo que había chupado a Manuel. Se los juro. Como también les juro que en uno de esos relámpagos lo vi, estaba del otro lado, me miraba aterrado. Creo que fue en ese momento en que Josecito salió corriendo con sus piernas chuecas y los cordones desatados, y saltó la ventana y se enganchó yéndose de boca al piso. Se levantó y siguió corriendo con la sangre bajo los ojos. Y Manuel que seguía desaparecido. Que siguió desaparecido. Y hoy seguimos diciendo que desapareció. Cuando no es así, cuando todos sabemos que murió, que seguramente lo mataron esas fuerzas horrendas que habitaban nuestra casa, nuestra casa abandonada de esos tiempos. Aunque éramos chicos ya sabíamos de códigos. No se deja tirado a un amigo. Menos ir a decirle a todo el mundo que él se lo había buscado como hizo Francisco, que decía que era por meterse en cosas que no se tendría que haber metido. Menos aún cuando Francisco también había entrado en esa casa y se había comprometido. Y yo solo, frente a ese espejo, frente a esa lágrima de mercurio sin identidad, esperando a que Aníbal apareciera para ayudarme a buscar a Manuel.
86
Sí, yo me quedé. Pueden decirme que después mamá me llevó a Europa para que olvide esa casa y ese espejo. Pueden decirme que no fui a la plaza con la madre de Manuel como hacían las otras madres y los hijos. Pueden decirme lo que quieran pero yo me quedé ahí. Yo subí y recorrí todas las habitaciones, llegué al altillo donde guardaban los manuales en otros tiempos, donde estaban los muebles viejos tapados con sábanas. Yo seguí buscando su rostro, su cuerpo. Pueden decirme lo que quieran. Pero yo me quedé. Me quedé frente a ese espejo que no mostraba nada. Que no mostraba a nadie.
Carlos Caposio. Buenos Aires. Argentina.
87
RAMÓN REPISO CITA
Imagen: Fidel García
Ella traía mapas en el vestido. Después de las mentiras y el café, hablamos del otoño, de estaciones donde perder los últimos trenes. En la sangre de sus labios mis barcos seguían buscando una bahía. Preguntó por la 88
madriguera que era mi casa, llena de palomas con las alas rotas, por la caja donde duermen las fotografías de los años felices. Dijo que aún podía mirarse cada noche en el espejo. Cristales rotos. Agua estancada. Nuestra vida. Comenzaba septiembre. Sobre nosotros los últimos vencejos. Alrededor, el mundo. Apenas notamos los golpes, las cadenas, tanta ceniza ensuciándonos las lágrimas. Del libro: Pecados de familia Ramón Repiso. Granada. España.
89
CONCHA CASAS EL SUEÑO OLVIDADO
Imagen: Escultura. Alain Choisnet
Como casi todos los niños, cuando yo era pequeña soñaba con lo que iba a ser de mayor. Por aquel entonces las niñas cantábamos una cancioncilla sobre nuestra vocación futura que decía así: “Quisiera saber mi vocación, soltera, casada, viuda o monja...” Algo tan inocente como eso causó en mí uno de los primeros conflictos serios de mi infancia, yo no quería ser ninguna de esas cosas Yo quería ser artista. No sabía muy bien cuál iba a ser mi arte pero estaba convencida de que antes o después yo sería
90
famosa, y que allá donde fuese brillaría con ese arte mío, aún por descubrir. Mientras tanto, en el colegio mis compañeras soñaban con ser misioneras y dedicar sus vidas a convertir a los pobres negritos, para los que todos los años postulábamos el día del Domund. Se veían a sí mismas como protagonistas de esas historias de mártires, que con tanto realismo nos relataba la madre Genoveva, y que preferían morir despellejadas, a perder su virginidad en manos de algún infiel que sin duda querría violarlas. Yo en esos momentos me sentía avergonzada y reconcomida conmigo misma. No solo no compartía esos cristianos y abnegados propósitos, sino que en el colmo del desatino, soñaba con unos brazos brillantes como el ébano que me abrazaban frenéticamente. Y lo que es peor aún, no solo no me resistía, sino que me entregaba a ellos con una pasión impropia de una alumna de Nuestra Señora del Rosario. Al ir creciendo, la vida como si de una potente máquina segadora se tratase, se encargó de ir segando mis fantásticos sueños. Todo fue tan rápido que ni siquiera fui consciente de cómo cada uno de mis proyectos, planes y deseos, se fueron desvaneciendo. De repente casi sin darme cuenta tenía novio. Yo por aquel entonces estudiaba en la universidad y pensaba seguir haciéndolo, pero sin saber muy bien por qué accedí a sus deseos y abandoné los míos Mi sueño más inmediato se convirtió en llegar a fin de mes. Después en encontrar otro trabajo para que los niños pudiesen ir mejor vestidos y poderlos llevar al mejor colegio. Luego en ahorrar para comprarnos un 91
piso más grande y seguir pagando las letras del coche, más tarde para que mis hijos fuesen a la universidad. . . Entre medias sacar tiempo de donde no había para cuidar de la casa, y en temporada llegar la primera a las rebajas, para conseguir ese fantástico modelito que me haría parecer la estrella que ya nunca sería. Y precisamente fue en un día de rebajas en los grandes almacenes a los que todos vamos en Enero, cuando un espejo me devolvió la imagen de alguien a quien había olvidado hacía mucho tiempo. Hacía años que no miraba dentro de mis ojos, creo que en algo así como en un pacto no pactado nunca conmigo misma me lo había prohibido. Pero esa mañana, sin saber por qué no cumplí esa norma. . . y me la encontré. Allí estaba ella, aquella niña que iba a ser famosa y a la que unos brazos negros como el ébano abrazarían con una lujuria, incapaz ya de imaginar. Un sollozo ahogado se me perdió en el corazón En los días siguientes, casi de reojo, sin querer mirar, mis ojos volvieron a encontrarse con mis ojos. Cada día me era más fácil hacerlo y cada vez me resultaban más familiares. Y de nuevo la segadora volvió, pero en dirección inversa. No segaba, pero lo arrolló todo tan rápidamente como la vez anterior Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Desde la ventana de mi estudio, aquí en Camerún, diviso la redacción de mi periódico. Mi firma es tan cotizada que me permite el lujo de elegir destino. Pero casi os voy a dejar. Omar acaba de abrazarme y no puedo evitar volverme loca de placer cada vez que distingo el color de su piel en contraste con la mía 92
P.D. Por cierto, nunca vi por aquí a ninguna de aquellas compañeras, misioneras de vocación, ¡pobres¡ ¡no cumplieron sus sueños¡
Concha Casas. Getafe. Madrid.
93
CARMEN MEMBRILLA OLEA ESPACIOS INVADIDOS
Imagen: Pablo Picasso
A mi padre.
Tengo un dolor en el pecho. Hoy me duele la vida y a mis 44 años siento que se pierde casi definitivamente la niña que fui. Aprieto las manos pero él ya no me responde. Es como si algo en su cabeza se hubiera paralizado. 94
Como si sus neuronas estuvieran haciendo una conjura contra el tiempo, contra el espacio, contra sí mismo. Ya no reviven los recuerdos nítidos. Ya, ni siquiera son recuerdos. Están adulterados, contaminados, desprovistos de sentido. Invaden su existencia monótona y hacen que todo vaya perdiendo color. Está solo. ¿Es suave su soledad? No sé, pero él se ata al pasado y me ve a mí como una niña pequeña que sostiene en su regazo a otros niños (que quizá sean mis hijos) que tienen sus caras deformadas. Dice que me habla y yo no le respondo. No puedo contestarle. Yo no estoy ahí. Resiste sin miedo, sin terror. Asume presencias que cierran sus sueños, que taponan su cordura, que provocan grietas en su realidad. Ya no percibe música, solo formas geométricas que encajan dentro de cuerpos humanos, de rostros humanos, de bocas humanas que no pronuncian palabras. Los movimientos son sigilosos. Las puertas son importantes porque a través de ellas los fantasmas desaparecen. Él los busca, como si quisiera comprender algo. Las manivelas son importantes porque abren las puertas de las mismas habitaciones donde ahora, sin embargo, ya no hay nadie. Aparatos y botones e instrumentos...y una tabla de planchar y ruedas; ruedas que giran y marcan el tiempo en un microondas, en una lavadora, en un lavavajillas...y de pronto, espacios invadidos nuevamente. Las neuronas conjurando y conjurándose; millones de efectos colaterales. Ni siquiera las estrellas tienen ya sentido. Persianas bajadas, ventanas cerradas, geometría en espiral... El destino marcado por la rigidez de su cuerpo, por el temblor de sus manos; dibujar un círculo donde pueda caber toda la confusión que alberga su mente....Si cierra los ojos se queda tranquilo. Cesa la presión en las sienes e imagina almohadas mullidas y peces de colores dentro de los mares del sur. Su hija también ha perdido el rostro pero él sabe que es 95
ella. Se sienta a su lado sin hablar y él se deja acompañar; sin miedo, sin terror. Niebla cerrada que llena su mente. Destino marcado por alfileres y líneas que delimitan la frontera de la locura, de la enfermedad, del dolor y la muerte. Burbujas que crecen cada día un poco más...y callan...y están...y se esconden...y sonríen...y se van. ¿No hay una varita mágica que arregle las sombras de una vida gastada? ¿Nadie sospecha del viento? Gravedad de los años. Tiempo ingrato. La niña pequeña comienza a llorar. Su padre no la oye. Se suma, se divide, se resta, se multiplica, se aleja...Tiene un dolor en el pecho. Hoy le duele la vida...y siente que se pierde definitivamente...como si ya tuviera más de 40 años.
Carmen Membrilla Olea. Guadix. Granada. España.
96
PABLO CANALES GIL ¡DEMASIADA ATENCIÓN!
Imagen: Michael Page.
Hubo un muchacho simplón al que nadie prestaba atención, el cual le pidió un deseo a un geniecillo que liberó de una zarza en la que se había enredado. Le pidió que las personas se fijaran bien en todo lo que hacía o decía, y tanto fue así que hasta imitaban sus movimientos, palabras, 97
gestos, etc. Si abría la boca por algún motivo, todos los que lo observaban la abrían también. Si decía: “vamos allá”, todos iban. Si decía: “me voy a casa”, todos se iban a la suya. Si simulaba un bostezo, todos bostezaban. Si gritaba porque estaba irritado, los que lo oían, aunque estuviesen bastante lejos de él, gritaban al mismo tiempo... Y esas cosas, al cabo de los días, llegaron a exasperarle y procuró ponerle remedio al asunto. Volvió al bosque en el que habitaba el geniecillo y tras mucho buscarlo dio por fin con él, lo cogió con fuerza y lo arrojó a la zarza de la que antaño lo había liberado. Para desenredarlo de nuevo, le exigió que le anulase el anterior deseo.
Pablo Canales Gil. Marmolejo. Jaén. España.
98
ERICA SCHWÖRER EL COLOR DEL VERANO
Imagen: Soledad López Fernández
Aún no había llegado pero ya lo percibía, una íntima sensación embargaba mi cuerpo. No podía definirlo, era como si cada poro de mi piel estuviera atento, como si cada bocanada de aire penetrara más profundamente llevándome a un estado de embriaguez casi cercana a la felicidad. Busqué un rincón con sol y tumbada en la reposera tomé un café para terminar de
99
despejarme, cerré los ojos dejando que la energía de ambos hiciera efecto. Olor a café, caricia de sol, estímulo de la memoria. Los vi venir desde la ventana de la cocina por el sendero que los llevaba hasta la casa. Caminaban lentamente con esa paz que siempre los acompañaba. Qué año era? …...Hice cuentas, aproximaciones, Flor …. 9 , entonces Luis 8 y Ana….todavía no tenía 5, la ecuación dio 1979 . ¿Traían masitas? Los chicos salían a su encuentro con las bicicletas. ¡!Mamá, mamá , los abuelos trajeron tortas del alemán ¡! Pequeños estómagos hambrientos se sentaban alrededor de la mesa mientras la mirada complaciente de los abuelos veía como desaparecían las exquisiteces. Las imágenes de aquel verano fluían amalgamadas de otros similares. Las extensas playas, el mar tan vibrante, podía verlo allí frente a mí, casi tocarlo. ¡Para mí con tomate! ¡Yo con huevo duro ¡¿ Hay pepinos? Caritas bronceadas, ávidas bocas que desataba el mar. Una canasta enorme llena de víveres que llegaba con esfuerzo hasta la carpa después de una caminata que parecía eterna por la blanda y caliente arena. Veíamos el horizonte descalzos, respirábamos la naturaleza tan libre como ella, crecimos juntos bajo el mágico sol de aquellos días inolvidables que dejaba nuestro espíritu y nuestros cuerpos marcados con el color del verano. Erica Schwörer. Argentina
100
PRÓXIMO NÚMERO REVELACIONES EN OTOÑO NÚMERO 2 OCTUBRE 2014
101
Puedes mandar tus escritos (máximo 2 colaboraciones) a: revistagealittera2014@gmail.com Hasta el 7 de octubre, a las 12 de la noche (hora española). Recibimos los trabajos en archivo adjunto (documento de Word). Deben estar escritos en la letra Calibrí, punto 14. Si no has colaborado en el número 1 envíanos también en archivos diferentes tu biografía literaria y una fotografía. Solo valoraremos los textos que nos lleguen por correo electrónico. Te esperamos.
102