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a. La cultura de paz
El aprendizaje y la convivencia están vinculados entre sí
Si no existe buena convivencia será mucho más difícil producir el aprendizaje. Un adecuado ambiente en la escuela promueve un buen aprovechamiento escolar, ya que una o un estudiante tranquilo se concentra mejor y construye sus conocimientos con mayor facilidad. En la buena convivencia se aprende (desde la experiencia) y se enseña (actitudes y buena disposición ante la vida). Además, se convive interactuando, interrelacionándose, dialogando, participando. En cambio, una convivencia inadecuada causa, violencia, estrés y ansiedad en los estudiantes, lo que provoca bajo aprovechamiento académico y puede ser factor de deserción escolar.
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a. La cultura de paz
Históricamente, la escuela ha sido lugar de conflicto, de búsqueda y de construcción de alternativas. Por ello, puede contribuir a la formación de ciudadanos capaces de modificar las relaciones sociales existentes. Es decir, puede plantearse una opción de cambio desde la escuela, viabilizando una cultura de paz a través de nuevas relaciones interpersonales entre docentes y estudiantes, entre niñas y niños, entre adolescentes, entre pares, entre las relaciones jerárquicas del personal de la institución y, por supuesto, en la relación que la institución establece con las madres, padres de familia o tutores. Si se concibe a la escuela como promotora de cambios sociales, es a través de ella que se hará posible la promoción la cultura de paz.
Una cultura escolar promotora de paz permite el desarrollo de una actitud de respeto y afecto mutuos en la igualdad valórica de las personas. Esto es determinante para la resolución pacífica de conflictos y para la promoción y desarrollo de un pensamiento autónomo.
La cultura de paz no es más que un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad, poniendo en primer plano los derechos humanos, el rechazo a la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de libertad, justicia, solidari-
dad y tolerancia, así como la comprensión entre los pueblos, los colectivos y las personas.
La construcción de una cultura de paz es un proceso lento y complejo, y en este sentido, la educación juega un papel fundamental al contribuir en la formación de valores para los futuros ciudadanos. Sin embargo, esto no es suficiente, pues es indispensable que la sociedad, desde los diferentes ámbitos implicados, apoye proyectos y programas dirigidos al fomento de la paz, generando de esta forma un proceso de reflexión sobre cómo se puede incidir en la construcción de la cultura de la paz, desde la política, los medios de comunicación, la familia, las empresas, las organizaciones no gubernamentales, la economía, etc.
Los elementos más importantes para promover una cultura de paz son los siguientes:
Reconciliación. Es solucionar los desacuerdos o conflictos a través de la concertación, el diálogo y la mediación. Convivencia. Es la capacidad de interactuar reconociendo los derechos de los demás y manteniendo relaciones valiosas y gratificantes. Tolerancia. Es la capacidad de aceptar la diferencia y perdonar las fallas o los errores de los demás. Participación. Es hacerse parte de escenarios públicos de concertación, deliberación y formación, para fomentar la convivencia y el desarrollo de la población. Corresponsabilidad. Es sentirse parte de la solución de los problemas, los desacuerdos y los conflictos de manera propositiva y constructiva. Proactividad. Es poner las capacidades y el conocimiento en favor del progreso propio y el de los demás. Concertación. Es generar soluciones, sentir que todos y todas pueden aportar y que los puntos intermedios son necesarios. Organización. Es ponerse de acuerdo para proponer iniciativas comunitarias que incidan en las políticas públicas. Positivismo. Es la virtud que tienen las y los ciudadanos para creer en sí mismos y en los demás.
b. El buen trato
El buen trato se refiere a las prácticas y relaciones de amor y respeto que uno tiene consigo mismo y con los demás. Gracias al buen trato las niñas, los niños y las y los adolescentes pueden ser más felices, creativos y tener más posibilida-