07 Cartago Mío

Page 1

A l v a r a d o — C a r t a g o — E l G u a r c o — J i m é n e z — L a U n i ó n — O r e a m u n o — P a r a í s o — Tu r r i a l b a Revista #7, Volumen 2 - Noviembre – Diciembre, 2016

Colección realizada por el artista para Hallmark-1960

ISSN: 2215-4515


AyA y el Gobierno de la República fortalecen e impulsan los Acueductos Comunales

mediante la Política Nacional de ASADAS, para garantizar el acceso al agua potable y al saneamiento como derecho humano fundamental.

INSTITUTO COSTARRICENSE DE ACUEDUCTOS Y ALCANTARILLADOS

Costa Rica

alcanzó una cobertura de

abastecimiento de agua potable en más de un 95% entre los diferentes operadores.

Con su labor voluntaria, las ASADAS llevan

agua a un 25% de los habitantes. Por el

bien común, fortalecemos

la democracia con la participación ciudadana.

El agua es vida ¡ Cuidémosla !


C

reyente o no, practicante de religión, ideología, filosofía o la tendencia que sea; debemos admitir que vivimos en una cultura marcada por el nacimiento de Jesús.

No es momento de discutir la veracidad histórica de este acontecimiento y sus circunstancias. Lo importante es que occidente se ha construido con este hecho como eje, con profunda influencia en absolutamente todas las acciones humanas. En algún recodo de la evolución se olvidó la celebración de este nacimiento como oportunidad para la reflexión, introspección y reconciliación. La imagen de este niño, concebido de manera extraordinaria que sin embargo llega al mundo en la soledad de la familia obligada por el poder dominante a desplazarse, con mínimos recursos, en medio desierto y a pesar de eso recibe los tesoros de los sabios de oriente; debe significar más que compras y piernas de animales en la mesa. Es obvio que el poderoso mensaje de amor incondicional se ha desgastado en tarjetas pegadas a regalos costosos, casi siempre inútiles, que se dan en sustitución del cariño, tiempo, escucha y mirada que requiere la práctica real de amar al prójimo. Recitamos hasta el cansancio “lo importante no son los obsequios” pero las ventas y calle decembrinas se llenarán nuevamente, el estrés y la ansiedad nos mantendrán lejos de la paz de los mensajes y las angustias familiares sobre donde festeja cada quien se repetirán. Hay que estar muy despiertos y entrenados para esquivar los dardos de mensajes contradictorios que incitan a consumir, comprar y tragar al mismo tiempo que se debe mantener saludable, en forma, joven y no generar basura. La tarea es hacer que la enseñanza del niño nacido sencillo que conmovió multitudes, renazca en el desierto de nuestro corazón, aún me medio de las dificultades y presiones.

1



La Foto

La Cabuya Cuenta

10

04

Contenido

El empedrado de Taras

Sobre 12 la ontología del arte y la responsabilidad social del artista…

Fotografía de Portada:

16

Colección de tarjetas navideñas realizadas bajo una contratación que le hiciera la empresa Hallmark a Salvador Dalí en 1960.

Lankester

La foto “Ferreto”

06

08

Página Literaria

Bienestar Estarbien

14

Inversión $1 Ahorro $4

El Toro Amarillo

15

24

22

Créditos

Revista Cartago Mío es una revista costarricense, de capital e Consejo Editorial: ideales independientes, gestionada y administrada por Fractal21. Dedé Coseani Dirección editorial y administrativa: Dedé Coseani Fabricio Monge Dirección de Arte, y diseño editorial: Francisco Chavarría Francisco Chavarría Equipo de columnistas: Fabricio Monge Contacto: Rita Leiva revistacartagomio@gmail.com Li Sáenz Tels.: 506+ 8364-9530 Alice Brenes 8593-1163 Youset Vega Fotografías: Francisco Chavarría Ventas - Raúl Morales: Tel.: 506+8345-8243 Li Impresión: MasterLitho,S.A. Aplicación para dispositivos móbiles: Fractal21 - Android

Dedé

Fabricio

Rita

Francisco

Alice

Youset

Raúl


Leves rastros de otros tiempos que invitan a sacudir la quietud, llenar los espacios y revivir aquellas glorias – Fotografía de Fabián Yuan

4


PHOTO By FaBiAN

Empresa de gestiรณn y producciรณn de proyectos culturales

5


RITA LEIVA.

n aguacero golpea el techo de la peculiar cabaña y hace el paisaje más acogedor y místico. Saltan a la vista en la oscura tarde, en un diseño armónico, los tonos de verde vegetal y las efímeras minúsculas ondas que las gotas dibujan sobre la pequeña laguna. La escena hipnotiza los sentidos y despeja la mente. Y es que es cierto, el Jardín Japonés se disfruta más en la lluvia. Así lo afirma la experiencia de Jimmy Díaz, quien organiza y guía las visitas a este santuario de orquídeas y bambúes, pulmón de más de cuatro décadas, llamado Jardín Botánico Lankester. Y aunque el sonido envolvente de precipitación invita a quedarse y observar por horas los simbólicos caminitos de piedra, el vívido puente rojo y la diminuta isla de vida longeva y feliz, la curiosidad lleva los pasos de vuelta al sendero. Impresionante cambio de luz percibe la pupila ante el reflejo solar sobre las piedras blancas que cubren el suelo. Singulares plantas espinosas, de estructuras diversas, se roban la atención, mientras que los invernaderos protegen y exhiben especies ajenas al clima de Cartago. Es este el sector de cactus y suculentas, en el que Díaz nos cuenta, existe un microclima, maravilla de la naturaleza, donde la marca del termómetro sube, ligeramente, al compararla con otros sectores de las once hectáreas que cubre el jardín. Amplio se siente este rinconcito de plantas

Encuentre contenido escaneando el “QR”

U

Periodista y docente ritaleiva@gmail.com

almacenadoras de agua… amplio, abierto y claro. Y en esa amplitud, el camino que lo cruza sigue y conduce al visitante en una gira botánica, dejando atrás las cactáceas y descubriendo ante el ojo otro tipo de vegetación: los helechos. No son helechos comunes, o pequeños, sino arborescentes… que, con varios metros de altura, sobresalen y obligan al rostro a mirar hacia arriba. Es como una mini-selva, con hojas variadas en tamaño, unas más altas que otras, verdor que atrapa al turista y le hace girar, en su pequeñez, 360 grados… para abrazar así todo el entorno. Pero el sendero ofrece más. Son las orquídeas las protagonistas del lugar… Decenas, cientos… miles de ellas… 20.000 plantas ejemplares, muestrario colorido que se luce en un abanico de 1.200 especies, paraíso extenso para los amantes de las plantas epífitas. Grandes invernaderos las albergan. Al ingresar, hermosas compiten al frente, a la derecha, arriba, abajo y a la izquierda. Donde quiera que se pose la mirada, una

6

orquídea nos saluda, con un despliegue de pétalos, raíces y hojas. En su ambiente natural, se valen de sus amigos y aliados, los troncos hospederos. En los 51.100 kilómetros de terreno que llevan por nombre Costa Rica, cada año se descubren, en promedio, diez especies nuevas, se escucha decir a la voz de Díaz. Mientras que, inspirado por su variedad y atractivo, el investigador Diego Bogarín nos habla de sus sospechas: hay densos bosques, profundos y frondosos, cubiertos por la generosa mano de las áreas protegidas, los cuales aún no han visto lentes de cámara ni tubos de ensayo… y allí, casi con certeza, se esconden orquídeas que, desconocidas, retan la inquietud científica. Abunda el saber acerca de estas plantas, pero es quizás mayor la información que, celosas, aún se reservan. Y es esa discreción de la flor nacional y otras tantas de su familia, la que hace cruzar océanos y fronteras a investigadores que encuentran, en este pedacito de tierra, un laboratorio para sus estudios, hecho de hábitat natural, árboles y genética.


Y aunque constituyen ellas el eje central, es este un parque donde abunda la flora, edén de bromelias, palmeras y las familias del orden zingiberal, que lucen su particular morfología con representantes como el ave del paraíso, única y colorida. Cinco hectáreas de bosque húmedo premontano se regeneran, además, en el perímetro que nos abriga. A su propio ritmo, desde 1973, numerosas especies de árboles que tienen por hogar al Valle Central, se nutren de sol y suelo y regalan sombra, vida y belleza. Fuera del alcance del público en su mayor extensión, orgulloso protege el Lankester este espacio forestal que acoge creciente flora y fauna. El año anterior, 35.000 turistas cruzaron el umbral de este centro de ciencia, paisajes y flores… 20 mil más que diez años atrás. El 80% de ellos son ticos que, día a día, saben capturar en el Jardín Botánico Lankester, un momento de felicidad, de relajación, de paz.

7


Toda la edad adulta, Edgar trabajó como tractorista en obras enormes: la carretera interamericana y la llamada “de los hombres”(San Isidro del Guarco-Cerro de la Muerte). El apodo de “Nápiro” nació por ser el más moreno de sus hermanos y por las asoleadas que se llevaba montado en el tractor.

Con todo el cariño y gratitud, a mi familia Ferreto Monge.

M

i querido tío abuelo Edgar, fue un ser colmado de virtudes, entre ellas la de “atraer como la miel” a borrachitos, niños y animales. Doy fe de ello, pues de niña fue el amigo que me hizo reír con sus inventivas como que “las vacas ¡mascan chicle!” y que “los perros desconocidos se llaman Wascar”. Caminando por Cartago centro, me llegó el intenso recuerdo de aquella casa con el rótulo “FOTO FERRETO”. El cariño palpitó en mi pecho y brotaron las preguntas: ¿Cómo Edgar Ferreto Segura llegó a ser fotógrafo? ¿Dónde estudió y aprendió a colorear retratos cuando no existía la foto color? ¿Cómo sería su mundo sensible? Largas y entrañables conversaciones con mis tres primos me develaron impresionantes acontecimientos y matices de su vida. Abandonó su escuela en Heredia y mi bisabuelo Egidio lo llevó de peón a la finca, tenía 12 años, era 1919. Cuando regresó al terruño se casó con Carmen Monge, su amor, con quien vivió en Cartago, hasta sus últimos días.

Tío Nápiro fotógrafo

Su hija Virginia recuerda “en el San Luis Gozaga me enseñaban fotografía, papá empezó por su cuenta a estudiar esos manuales. Así también aprendió a tocar mi acordeón” Durante la guerra del 48, tío Edgar y todos los Ferreto Segura, sufrieron persecución política. Tuvo que irse a Venezuela con su esposa y dos hijos, allá nació Lía. Fue un trabajador muy calificado por todos sus conocimientos, tan seguro de sí mismo que se aventuraba a hacer de todo. Compró la mejor cámara que existía, una Laica, y comenzó a tomar fotos a diestra y siniestra y a leer todo lo que encontraba en revistas en inglés. De vuelta al país perdió un negocio. Esto lo golpeó, decidió olvidar los tractores y montó la FOTO FERRETO en su casa, 125m O de la Catedral. Imágenes de bodas, primeras comuniones y familias fueron captadas por su ojo sensible. Hizo fotos de arquitectura, de la naturaleza. Amaba la montaña, era un observador agudo. “Mi tata fue un artesano nato, de muy alto nivel en todo lo que hacía. Corría a 100 km/h con un camión con ¡toneladas de tierra!. Con

8

LI SÁENZ.

lisaenzu@gmail.com

la foto se chifló, aprendió él solo a revelar, ampliar, a hacer transparencias. Cuando no había fotos a color estudió pintura al óleo para pintarlas a mano. Sabía todo el proceso, desde lo técnico, lo químico, hasta cómo iluminar. Hizo el cuarto oscuro y el estudio sin ayuda de nadie, después aprendió la foto a color”, relata mi primo Rolando, para quién su padre fue su mejor amigo. “A papá le gustaba buscar ideas para sus fotos, yo era su modelo. Me llevaba a pasear en carro, me enseñaba poesías, canciones y tomaba fotos en los potreros. Era muy culto, tenía muchos intereses, los ciclos de la naturaleza, el universo, las máquinas”, cuenta mi prima Lía. Tío Edgar fue uno de los que documentó las erupciones del Irazú; en el ‘63 “vivía metido en el cráter”. Vendió muchas imágenes para los almanaques de Casa Gráfica. Don Antonio Lehmann imprimía en tarjetas postales sus fotos de flores nacionales y escenas de cogidas de café, también trabajó para el ICE. Ganó varios concursos de fotografía. “Él caminaba todos los días hasta la Basílica. Monseñor Coto lo escogió para


Encuentre más fotografías escaneando el “QR”

A los 19, tomó un barco bananero hacia Nueva York, allá construyó rascacielos, vio a millonarios en quiebra tirarse de edificios en la gran depresión. Fue mecánico, electricista, heladero y aprendió bien el inglés. En la foto con su uniforme junto a la familia que lo alojó.

tomarle fotos a la Virgen de los Ángeles, eso lo sobrecogió, no sabía por qué lo eligieron...” narra mi prima Virginia. Entonces vino la industrialización y le dio palo, no tenía espíritu empresarial y con la llegada de las cámaras digitales sintió que se quedaba fuera, pero no se dejó apachurrar, siguió teniendo muchas inquietudes. “En sus últimos años se sentaba en la parte de atrás de la casa a ver pajaritos, los conocía a todos. Había un “comemaíz” que entraba hasta el comedor en busca de las boronitas que quedaban en la mesa…desde el día de su muerte, el comemaíz nunca más volvió a entrar”, recuerda conmovido Rolando. Gracias al tío “Napirito” por su legado y su alma de artista, que vibra por siempre en las fotografías que atesoramos con amor.

9


La Cabuya Cuenta RITA LEIVA.

Periodista y docente ritaleiva@gmail.com

U

Rojo intenso, morado, naranja y verde son algunos de los colores que visten las fibras luego de un proceso casero, el cual se vale del agua, el calor y los colorantes, siendo algunos naturales, como la remolacha, y otros tintes sintéticos.

n golpe rítmico, acelerado, le acompaña. Es el machete de madera, y es casi hipnótico. Un, dos, un, dos, un, dos. El movimiento de las hábiles manos es tan rápido, que el ojo inexperto no logra captar en detalle qué es lo que está ocurriendo con hilo pasador y pedales. Ilumina el sol de la tarde aquella figura de cabello blanco y baja estatura que, con largos y tensos hilos de colores, trabaja en el telar. Juan Camacho Leiva es su nombre, pero todos le conocen por Martina, un cabuyero de San Isidro de El Guarco que ya va a medio camino entre las siete y las ocho décadas de edad. Su vista le falla, sólo le queda el 10%, y es daltónico, pero habilidad, experiencia y amor por la cabuya son la mezcla perfecta en su fórmula artesanal. Al taller lo separa una cuadra de la casa de Sonia Navarro Serrano, su compañera de oficio, quien con fibras vegetales ha hecho realidad un sueño. “El Guarco es la cuna de la cabuya. Antes usted veía en casi todas las callecillas a la gente trabajando, a la orilla de la calle… porque para hilar se ocupaba un espacio grande… Pero de eso, se pasó a muy pocos... Poco a poco fue disminuyendo la producción familiar”.

gran aprecio por el patrimonio local, Navarro compartió su inquietud con el Ministerio de Cultura.

Ocultos en un envoltorio verde de clorofila y fotosíntesis, los hilos de la hoja de cabuya son inseparables amigos de Martina, quien no se detiene ante la escasez de materia prima. Si no hay cabuya disponible, esto no lo detiene. Él la siembra, la busca y la prepara para escribir luego historias, con ella, en el telar.

Melancólica, testigo de una tradición que se agotaba, ocho años atrás, la guarqueña sintió el impulso “de reactivar la cabuya”. En el proceso, reconoció a quien sería su compañero de ruta: su cuñado, Martina. Navarro notó que Don Juan era uno de esos pocos que “por ahí, como metidos en algún lado”, seguían fieles a este material constructor de identidad. Así, con

10

Aquel sería el inicio de una jornada que arrancó con dos años de talleres. Decenas de niños de la comunidad descubrirían, con Martina y Sonia, esa bondad de la naturaleza que viene envuelta en largas, gruesas y puntiagudas hojas de verde intenso. La oralidad que transmite una herencia y la demostración de técnicas, ingenio de antepasados, conducirían a un nuevo tracto del camino. En el horizonte, un objetivo activaba la ilusión, el hacer y el querer de estos dos promotores de la cabuya, enamorados de la idiosincrasia de su pueblo. Aunados a los talleres, crecían sus anhelos de convertir las fibras de la planta en una empresa cultural, y el eslabón que les conectaría con ese emprendimiento sería un colectivo de artesanos.


Encuentre contenido escaneando el “QR”

Todo momento es bueno para aprender, hacer y contar, de la mano de la cabuya. Sonia Navarro muestra los nudos que demandan las alforjas miniatura a su compañera Daniela Barahona.

Cuandoel2010deshojabasusextomes,Floribeth Navarro Serrano, hermana de doña Sonia, abrazó la idea, como también lo hicieron Mayela Calderón Maroto, Priscilla Sánchez Brenes y Daniela Barahona Esquivel. Pero no fue fácil. Tampoco rápido. Tres años de capacitaciones fueron extenso requisito para lograr tejer el sueño de telares que adoptaría por nombre La Cabuya Cuenta. Una sonrisa se le escapa a doña Sonia cuando resume su proyecto: “Somos la cabuya que cuenta y hace que cuenten”. “A través de la cabuya usted cuenta la historia de sus abuelos, de sus padres, de cosas que tal vez usted veía cuando estaba pequeñita”, interviene, entusiasta, doña Daniela. “Uno lleva los bolsos y la gente los recuerda y dice ¡Uy! Mi abuelito iba con uno de esos al mercado”. Tres años de mecates, alforjas y souvenirs han transcurrido ya desde que, lejos de su hogar, en Santa Ana, La Cabuya Cuenta “despegó”, con un orgulloso puesto representativo de El Guarco en el Festival Nacional de las Artes. Dos semanas de

interacción con un público curioso, serían la clave que les hablaría del gusto de los clientes. La oferta inicial, tejida con cabuya y creatividad, se expande. Con tiempo y paciencia, esenciales ingredientes, los hilos se extraen, se secan, se tiñen, se vuelven a secar, se tejen y se amarran en un hacer de manos que ocupa hasta 15 horas para transformar los filamentos en productos, tradicionales o innovadores, como los sombreros de doña Floribeth. “Son hechos a mano completamente”, explica mientras sostiene y muestra su artesanía, remembranza del vestir de ayer. “Yo inicio con la aguja, pegando, pegando y pegando, sin ningún molde ni nada. En mi mano empiezo. Tiene que ser muy seguido para que no le queden agujeros y porque, al ser una fibra natural, respira. Después de 10 o 12 horas, termino el sombrero”. Una anécdota da paso a otra. Doña Mayela abre una caja, extrae un delantal y narra la historia que le inspira. “Mi mamá siempre decía que cuando llegaba mi papá, le

11

gustaba una olla de carne. Y nosotras decíamos ¡Qué rico, vamos a comer olla de carne! Pero al final, terminábamos con una sopa de verduras. Con costos había un hueso que nos peleábamos entre todas”. De ahí nació el diseño de verduras, sin carne, que pintó en el delantal, producto textil que en algunos casos decora con cabuya y que trae al recuerdo a su padre, quien fuera cabuyero, y a su madre que, “como todas las señoras de antes”, usaba esta prenda. Bolsas para pan y aisladores se unen a la propuesta, que evoluciona con materiales nuevos. Pero a pesar de esa innovación con materia prima alternativa, no deja el colectivo de lado su razón de nacer. En palabras de Martina: “Para mí la cabuya es todo. No sé ni cómo se le metió a Sonia ponerle atención a esto, porque ellas nunca, carajillas, trabajaban la cabuya como uno. Entonces eché para adelante. ¡Y vea ya dónde estamos! A ver si acaso, el día que yo muera, queda alguien representando la cabuya”.


FABRICIO MONGE

–Artista Visual – Gestor Cultural engacam@yahoo.es

El empedrado de Taras

uchos me han preguntado sobre la edad del empedrado que se encuentra en la calle Caracol en Taras, conocido como el empedrado de la “casa de los patos”….

M

le rodea. Al E. se encuentra aun hoy, la casa de bahareque francés propiedad de Florentino Monge casado con Rafaela Vega, mis bisabuelos paternos por parte de mi abuelo Alfredo Monge Vega conocido como “Papáfello”.

Resulta que es mi casa paterna y la llamada “casa de los patos” mi estudio. Como comprenderán este artículo es bastante introspectivo, y los referentes son los que emanan de la historia familiar como fuente primaria, ¿indiciados…? tal vez, pero he ahí el sabor de este relato en el que uso las toponimias correspondientes al patrimonio intangible de nuestra comunidad, porque su valor histórico y cultural siempre estará en interacción, igual que el patrimonio arquitectónico.

Y en un orden cercano en importancia, ubicada a unos 25m al E. de la anterior; la casa que fue de María Joaquina conocida como “Mitaquina” Monge y Rafael Mauricio Montoya Astorga los bisabuelos paternos por parte de mi abuela Laura Montoya Monge llamada “Lala”; construida de madera en un estilo arquitectónico similar a las casas de Esparza y Orotina, lugares donde residían familiares con los que los Monge y Montoya tenían estrecha relación desde la colonia.

Sobre el sitio del que forma parte el muro de piedra, ubicado en la encrucijada de la calle Caracol y la calle de Ronda (por la que hoy pasan los buses de Taras) era y aún es, el centro de un complejo familiar que para la época del terremoto de Santa Mónica, estaba constituido por una serie de edificaciones, cuyo eje central era el patio encascotado de piedra y el empedrado que

Además estaba la casa de mis abuelos paternos ubicada frente a la de Florentino, ocupaba toda la esquina NE frente al empedrado, también de bahareque, con partes de adobe de construcciones anteriores, como el muro del jardín de la abuela Lala, los cuartos, trojas y las bodegas que rodeaban el “patio de las carretas”. En este “patio de las carretas” se encontraba

12

El empedrado, en la intersección de la calle del Caracol con la calle de Ronda

la pila de secar café; el escusao de hueco, pa’los peones, el naranjo de abuelo Papáfello, las máquinas de desgranar maíz y cortar pasto, las monturas y demás aperos de caballos y bueyes, y el almacén de los frijoles, maíz y café de las diferentes cosechas. Ahí los peones, sobre grandes manteados de gangoche, venteaban los frijoles para limpiarlos de hojarasca y basuras y después venderlos en el mercado; con grandes escobones volteaban el café en grano sobre la pila para que el sol lo secara uniformemente y después tostarlo en grandes pailas de latón que se ponían en el inmenso fogón del cerco que, según mi memoria, ardía perennemente; ahí se cocinaba para los peones y otros comensales que acudían regularmente a la casa de mi abuelo a las horas de comida, nunca faltaba un pichel con café recién choreado y era común ver a Ciony, Aída o a Blanquita “maisola”, las muchachas que ayudaban en la casa, muy empunchadas haciendo tortillas. A este patio se accedía desde el exterior a través de la famosa “puertae’ calle”, en


cuyos habitáculos laterales es donde vivió Pastora la última esposa de Chico Tata y años después por la noble intervención de tía Margarita, vivieron otros personajes: don Pepe fuente de sabiduría popular, que desaparecía sin aviso; un suizo que construía vehículos con lo que salía de recorrer Centroamérica y señoritas de dudosa reputación... lea más de estas historias en la web

Este complejo familiar existía no solo en función de las necesidades habitacionales de mis ancestros, sino que también en función de sus actividades económicas, ellos eran potentados pertenecientes a la famosa “Liga de la Boñiga”, los cartagos liberales de entonces, entre los que estaba desde el mismísimo don Ricardo Jiménez, hasta el excelentísimo doctor Max Peralta…

sobre esta actividad encontrarán más en la web

Muestra de bahareque francés

RITA LEIVA.

para saber lo que sucedió durante el terremoto, pueden continuar la lectura en la web

Volviendo al patio encascotado de piedra y el empedrado que lo rodea; mi abuelo decía que le contaban sus mayores que cuando todo aquello eran potreros, algunos solares y cuatro casas disgregadas, el patio encascotado y el muro a su alrededor con un par de ranchos, pajizos y de teja, ya existían. Fueron hechos en tiempos de la colonia, como lo apunta la documentación existente sobre la fundación de Taras y el tipo de construcción, la estructura del encascotado, la declinación del terreno y los desagües de piedra existentes aún hoy, en la superficie del patio; también por la estructura del muro y el tipo de material usado, podemos calcular que esta construcción tiene por lo menos 300 años. Es todo un patrimonio; no solo por la evidente estructura material, sino por el legado inmaterial que lo liga a la historia de mi familia y a los orígenes de esta comunidad. Encuentre el relato completo escaneando el “QR”

Periodista y docente ritaleiva@gmail.com

aún sobreviven algunas paredes. En ella se casaron mis abuelos paternos Papáfello y Lala, cuentan las historias que a pesar de que estaba solo a unos pasos de su casa, Lala llegó tarde a su propio matrimonio. Ahora bien, resulta que para el terremoto de 1910…

Así entre la mágica existencia de sus exuberantes habitantes, el lugar también se llenaba de la mágica e impertinente presencia de los niños seducidos por todos los mitos que de él emanaban, y entre ellos yo, cuarto hijo de diez párvulos, y como mi padre fue el antepenúltimo hijo, de los once que sobrevivieron a los dieciocho embarazos de mi abuela Lala, solo debemos imaginar la cantidad de “primos” y demás traviesos infantes que deambulábamos por ahí…

A las construcciones principales se suma la casa de adobes que estaba en el cafetal “La Zorra” de mi bisabuela Mitaquina, ubicado 25m al sur de la esquina, ahí vivieron diferentes personajes vinculados a los quehaceres de mi familia. Y por último, el primer templo religioso de Taras, la ermita de ñor’Carranza situada a 100m E. de la esquina, donde hoy está la casa de los Zúñiga, de la cual entiendo que

13


Bienestar Estarbien

AURORA CABRÉ. Colaboradora

P

Generar confianza es una estrategia sencilla utilizada para aumentar ventas, captar adherentes políticos o desarrollar grandes estafas. Pero aquí estamos hablando del Estar Bien que implica caminar por la vida sin nada que ocultar, no con el descaro del que ostenta su embuste sin pudor y con el desparpajo del “que me importa lo que piensen”.

OCTUBRE

SEPTIEMBRE

oniendo atención al divagar de los pensamientos, nos damos cuenta que muchos de ellos están destinados a evaluar y juzgar personas, lugares o situaciones que nos rodean. Esta evaluación, siempre influida por “conceptos propios” que ha modelado la cultura y la educación, es destinada a nuestra protección y seguridad vamos clasificando cada cosa según si es o no confiable. ¿Alguna vez hemos pensado si nosotros somos confiables? ¿Estamos libres de sospecha? ¿Son nuestras acciones siempre tan claras, directas, sin segundas intensiones que no dejan espacio a dudas?

14

Ser confiable conlleva el esfuerzo de estar atento: llamo si lo prometí, llego a horario, hago mi trabajo cada vez mejor, soy fiel a los compromisos asumidos. Así quitamos el peso de la excusa frágil y tensa, inventada apresuradamente y podemos movernos libres con la dignidad del que sabe que sus actos son completamente rectos, más allá de su conveniencia o gusto, hace lo que debe a cada paso para contribuir a establecer un mundo humano confiable y seguro.


N

“un beneficio que solo se obtiene en el negocio de la prevención del riesgo”

os ha pasado, apartamos del salario un porcentaje para comprar unos zapatos, llevar a los chiquillos a pasear o invertir en un sillón nuevo y de repente, la canoa no aguantó más la intensa lluvia inundando la sala de nuestra casa. Ante la falta de mantenimiento preventivo, el dinero debe ser redirigido a atender la emergencia doméstica. Salió más caro el caldo que los frijoles, hasta el tele se dañó. Eso mismo le pasa a los diferentes sectores (infraestructura vial, agropecuario, energía, salud, educación y otros) del gobierno central y gobiernos locales; del presupuesto que se debería invertir en desarrollo nacional y cantonal (parques, puentes, calles, etc.), cuando sucede un desastre, el porcentaje que estaba destinado a ser invertido en progreso se redirige a reparar y reconstruir lo que el deslizamiento, la ceniza volcánica que llega con el viento o lo que la fuerte lluvia termina detonando en un desastre al caer sobre una población vulnerable –sin cultura de prevencióny una infraestructura frágil y carente de mantenimiento, ante determinado fenómeno físico dañino.

Para muestra un botón. Durante la temporada de huracanes 2010, los eventos atmosféricos Nicole y Tomás tuvieron un gran impacto dañino a nivel del territorio del país. Para la provincia de Cartago, la inversión proyectada por la CNE para reponer la infraestructura afectada fue 13 millones de dólares. Los recursos salieron del presupuesto de los diferentes sectores (vivienda, educación, agropecuario, obras públicas y transporte, etc.) que se tenían para invertir en desarrollo. Ante este panorama, habría que preguntarse: ¿Cuántas viviendas de interés social se dejaron de construir para reconstruir las dañadas en la emergencias?; ¿cuánta asistencia técnica se dejó facilitar a los pequeños y medianos productores por atender a los damnificados?; ¿cuántos metros lineales se dejaron asfaltar en la comunidad por invertir en reponer la obra que ya estaba construida pero que se destruyó con las lluvias? Como familias, una diferencia nos separa de las instituciones públicas: no estamos obligadas a tener una reserva de dinero para atender una eventual emergencia, teniendo los recursos, podemos elegir ir de

15

ALICE BRENES MAYKALL.

Experta en gestión de Riesgos abrenes@virilla.net Foto de Comunicaciones Cartago / Cot, 17 de octubre Foto de Comunicaciones Cartago / Quircot, 17 de octubre

Encuentre contenido y fuentes bibliográficas escaneando el “QR”

Inversión $1 Ahorro $4

vacaciones antes que darle mantenimiento a la casa (o al carro); en cambio, las instituciones públicas, incluidos los gobiernos locales, por Ley 8488, Artículo 45, deben incluir en sus presupuestos una partida para desarrollar acciones de prevención y preparativos para situaciones de emergencia. Se dice que por un $1 invertido en prevención nos ahorramos $4 en reponer, reconstruir y reparar. Familias, gobierno local, comunidades, empresas privadas y gobierno central, todos, debemos comprender que los recursos destinados a prevenir nuevos riesgos y controlar los ya existentes son inversiones, no gastos. Definitivamente, darle mantenimiento a nuestras viviendas (propia o alquilada) contribuirá a ahorrar dinero y evitar una nueva emergencia con pérdidas materiales, pero sobretodo, humanas; esa misma lógica aplica para los gobiernos locales y los diferentes sectores de la vida nacional.


FABRICIO MONGE

Max Ulloa

onversación con , escultor cartaginés, sobre su oficio, el análisis, la síntesis y la comunicación del discurso conceptual dentro de la realidad nacional y la proyección de la identidad cultural. Compartimos apuntes y retazos de la cátedra de arte que don Max nos dio esa tarde.

Realidad de la escultura en Cartago En Cartago se da más énfasis a la pintura que a la escultura, casi todos los escultores son empíricos. En nuestra miopía cultural, vemos materia prima solo en la piedra, el bronce y el mármol, que tienen gran complejidad y requieren herramientas costosas. Se ignoran materiales alternativos, como la mezcla de polímero y yeso empleada en piezas para exterior. La historia de la humanidad va de la mano con la del arte. Conocemos las culturas que nos anteceden por su arte. Aquí gente del ICT llegó con sus diseñadores a la comunidad Boruca y cambiaron el paradigma. Las tallas en balsa o cedro ahora se pintan de colores. La esencia y espiritualidad de la forma ancestral se terminó. Se acabó con la herencia cultural indígena. Se perdió la expresión autóctona y esa gente empezó a hacer cosas alterando lo tradicional con conceptos exógenos (el color) en función de la venta de máscaras como souvenir.

16

Encuentre contenido escaneando el “QR”

C

–Artista Visual – Gestor Cultural engacam@yahoo.es

La escultura como obra pública Hay errores relativos al “concepto” que son garrafales, el proceso creativo es eminentemente reflexivo no son ocurrencias, no es por generación espontánea. Es trabajo e investigación lo que sustenta la obra. La obra pública está en el espacio público, hay una mayor la responsabilidad. La relación entre el concepto y la obra es más patente para así transmitir un mensaje a la comunidad, por ejemplo mi obra, Monumento al Boyero, comunica con los detalles. El reconocimiento que me hace el CUC con la plaza Max Ulloa, es un gran compromiso social, lo que trasciende es la obra y el espectador es el que le da continuidad. El oficio del escultor La escultura conlleva un trabajo físico de esfuerzo; es grosero y uno se expone a accidentes. Haciendo el Jesús de la Misericordia en Nicaragua, se vino una masa de arcilla y me quebró el hombro izquierdo. Dichosamente he podido vivir de la


escultura, tanto con la restauración como con obra nueva. Esta actividad es difícil y hacerse un nombre no es sencillo. Hay picos muy buenos y valles muy largos; entre 1998 y 2000 tuve una depresión terrible por falta de trabajo. Pensé en volver a la arquitectura, hablé con amigos y llegué a la conclusión que debía seguir en este camino. Vivo decorosamente, crié a mis hijas y las he podido apoyar en sus maestrías. Gracias a la escultura vivo momentos de gran satisfacción. La responsabilidad del escultor como artista visual El arte es conciencia de época. Al verdadero artista llenar conceptos como: qué digo, cómo, para qué y por qué lo hago, puede llevarle meses o años. Esto diferencia la manifestación estética de la artística, el arte deviene de la creación de un discurso que se comunica y eso es investigación, trabajo y análisis. Se confunde con la manualidad, el arte no es manualidad pues el concepto y el tratamiento de uno y de la otra son diferentes. Algunos van a Europa y regresan a replicar lo que vieron, eso no corresponde con el quehacer y sentir nacional. Uno no sabe

si lo visto es hecho aquí o en China, es un problema de identidad, una omisión de la responsabilidad y de la función comunicadora del arte. Los mismos artistas se encargaron de faltarse el respeto a sí mismos, la gente solo ve un tipo extraño, desaliñado. El arte no es bohemia, ni esperar la musa, no son réplicas, no es moda. Es más que algo bello, es más que egos. El arte es una profesión seria, es un instrumento para transformar ideas sociales falsas, tiene sentido, es pensamiento, es luz, es dirección. Y ahora es más importante que nunca. Las generaciones futuras conocerán de este momento histórico por las obras humanas, y las de arte son las privilegiadas que reflejan la época. La técnica es importante, no solo el concepto. El cómo y el porqué, dan lugar a la expresión artística; también lo visual vale, pero mejor concentrarse en lo que va a trasmitir, así permite la interacción entre la obra y el espectador, que la interpreta según su propia impronta. El artista es responsable del discurso y de las posiciones e ideas que expresa con su obra, eso requiere ser consecuente.

17

Lo académico y la formación del escultor La responsabilidad y el sustento teórico del discurso que se quiere comunicar conlleva formación, lo que me califica como escultor es mi trayectoria, aunque se trata de un trabajo que requiere estudio constante. Siempre debe informarse, leer a Adorno, Benjamin, Dalton y los críticos más recientes, como Acha y otros… Cuando me formaba, para conocer de anatomía íbamos a la morgue de la UCR. Hace unos años tomé un curso de bellas artes, el profesor trajo unos materiales sobre figura humana muy malos, le lleve mis libros y me dijo que eran viejos, le contesté bueno...yo creo que en los últimos cinco mil años el cuerpo humano no ha cambiado… Me despedí de don Max, comprendiendo más el verdadero arte, su profunda injerencia en la cultura y la responsabilidad intelectual del artista en lo social.


Próxima edición

Desde el 8 de enero 2017 estaremos acompañandoles en sus vacaciones de verano con más historias arte y entretenimiento.

PUNTOS DE DISTRIBUCIÓN Alvarado • Restaurante La Posada de La Luna: Cervantes • Restaurante Bocadito del Cielo: 3km. NE del Centro de Cervantes Cartago • Joyería y Relojería Valerín – CC El Dorado – Cartago • Clínica Goretti 50m O de la entrada N del Estadio - Cartago • Museo Municipal de Cartago – 200 N de las Ruinas • Municipalidad de Cartago • Oficina Administrativa de Metrocentro Taras: • Abastecedor y Panadería MC, 250m Oeste de la Guardia Rural • Taller Hermanos Gutierrez: Taras, diagonal a la delegación de Tránsito Tierra Blanca: • Tiendita de Regalos La Casona El Guarco • Municipalidad de El Guarco • Amubis Asociación: Costado Sur de la plaza de deportes San Isidro, El Guarco La Unión • Cafetería Arte y Naturaleza Li: CC Plaza Estación, 2° Piso Diag. a M x M. • Tres Ríos • Taller del Artista: 350m E Saint Gregory - calle vieja - Tres Ríos. • Pepermint: Centro Comercial Vía San Juan 200m E Wallmart - calle vieja - Tres Ríos. • Panadería Artesanal: diagonal al cementerio calle vieja - Tres Ríos. • Municipalidad de La Unión – Tres Ríos Oreamuno • Farmacia y Consultorio Espíritu Santo: 150m N del EBAIS • Biblioteca Púbica Paraíso • Palacio Municipalidad Turrialba • Peluquería Canina Turrialba: Diagonal al Mega Super • Panadería y Repostería Flor de Trigo: 100 Oeste del Parque Central de Turrialba • Veterinaria Diprovet - Santa Cruz • Aromas D’ Café Cafetería Gourmet: Calle Puntarenas, costado S. Balneario Las Américas

Zona Fierro

Cuesta del Fierro Calificada como lugar de accidentes y peligros, tanto para el que va en carro como el que viaja en tren. El automovilista nuevo en la zona se encuentra con un camino que en principio era doble vía y ahora a pesar que solo va en sentido oeste el carril izquierdo tiene el peralte “al revés” (continúa con la inclinación como si Ud. viajara hacia el este) y como en los últimos 20 años aún no han tenido tiempo de cambiarlo muchos conductores son “sacados” del camino por la inercia no compensada y favorecida por la inclinación opuesta. Algunos pasajeros del tren viven sus segundos de tensión diaria conteniendo la respiración, al pasar sobre el viejo Puente del Fierro,

18


Busque en el QR todas las respuestas

que en realidad fue remodelado en el 2012 con nuevos durmientes y refuerzos en toda la estructura. La Quebrada del Fierro nace en el mismo cantón de Cartago pertenece a la cuenca del Río Grande de Tárcoles. La basura, y los desprendimientos de árboles hacen que durante lluvias copiosas en lugar de llevar sus aguas al Tárcoles las desparrame por la zona causando las conocidas pérdidas. El asentamiento del Fierro está en una tierra perteneciente y abandonada por el MOPT (aunque algunos habitantes son dueños) se fundó en 1977 con más de cien familias.

Cartaguito

crecerían marcas multinacionales gigantescas? ¿Que los jugadores tendían dueños y algunos manejarían más dinero que un pequeño país? ¿Que habría una federación mundial Con unos 20 años, recién llegado que asocia a más países que la al país, enamorado de Cartago y ONU, la OEA o cualquier otra de una cartaginesa, tuvo la idea de organización, y que los fanáticos juntarse con otros entusiastas y el 1 de julio de 1906, después de muchas recorrerían más de medio planeta para ver un partido? charlas previas, en el billar de don Acuña, 18 amigos firmaron el acta de ¿Que hay tantos fraudes, arreglos y corrupción que ya hemos olvidado creación del Club Sport Cartaginés. el verdadero objetivo del juego En sucesivas reuniones fueron hilando deportivo? más fino definiendo colores y reglamentos, planeando encuentros y ¿Sabe quién fue ese joven idealista que solo quería jugar y compartir desafíos… para que otros jueguen? Para recordarlo puede buscar la ¿Habrán imaginado en algún edición 4 de Cartago Mío y leer momento que su amado Club seria el artículo de Li Sáenz o poner a hoy una Sociedad Anónima? trabajar su memoria. ¿Que el fútbol sería un deporte sumamente rentable y a su sombra Un jugador mejenguero tan fiebre que para organizar y sistematizar su pasión fundó un club y también fue su primer presidente.

¿Sabe cuál es el origen del nombre? Puede escribirnos dándonos su versión, publicaremos en la web todas las respuestas recibidas.

19


Creamos y realizamos la mejor imagen para su empresa.

CEL:8364 9530 • IMAGEN CORPORATIVA • DISEÑO GRÁFICO Y PUBLICITARIO • DISEÑO DEL ESPACIO Y ESCENOGRAFÍAS • MEDIOS Y REDES SOCIALES • WEB ~ AMINACION 3D fractal21srl@gmail.com / fractal21.jimdo.com

20


21


La ausencia

De las siete especies de tortugas marinas en el planeta, seis habitan las aguas de América Latina y el Caribe. Todas enfrentan el drástico impacto del cambio climático. Organización World Wild Life Tortugas Marinas: amenazas y soluciones

Luis Esteban Rodríguez Romero, vive en Turrialba. Es miembro de los Talleres de Turrialba Literaria. Escribe novela y poesía, en donde intenta combinar elementos de la cultura Cabécar y Bribri, con aspectos humanos de nuestra sociedad en cara a la Costa Rica que podríamos afrontar en un futuro no tan lejano.

P

or cien millones de años, desde antes de que el hombre imaginara a sus primeros dioses y los demonios que asustan su memoria, la tortuga ha venido a esta playa a encontrarse con la luna y las tempestades. Es una fruta que emerge de las olas para sembrar en la arena negra, las semillas de sí misma en los surcos labrados con su sal. Y el jaguar, que es un invitado tardío, ha comulgado junto a la tortuga con sangrienta puntualidad desde el amanecer de su clase, para despedir a las viejas y moribundas con el respetuoso filo de sus colmillos. Un hambre nacida de todos sus ancestros le ha guiado hasta el mar para retar su inmensidad. En su saliva reconoce la cita a la que desde la espuma, asistirá el manjar que acumula en sus arrugas la sabiduría de las rutas oceánicas y los pozos que no admiten la luz. Por cien millones de años, quizás más. Pero este día la tortuga no ha venido y el jaguar, solitario, es una pincelada de nostalgia sobre la playa, un huérfano en el viaje hacia el futuro que es la bocaza negra de la humanidad. En algún lugar del océano, la última tortuga se ahogó entre mi pecho y el olvido.

22


Encuentre contenido escaneando el “QR”

Soplar y Hacer Botellas

L

os primeros pasos dentro de la planta anticipan orden y limpieza, mientras nos proveen los elementos de seguridad, vemos instalaciones decoradas con buen gusto; una clínica bien equipada, el comedor con alimentos calientes, repostería y café. Ambiente distendido, personas afables, concentradas en lo suyo, que se tratan bien y nos atienden con calidez. Calidez también es lo que hay en el interior de la planta con dos super-hornos, que funden a más de 1500 grados los ingredientes milenarios: sílice, feldespato, caliza y vidrio recuperado por la campaña de recolección en todo país. Don Walter transita los inmensos galerones hace 30 años, entiende a cada trabajador con la mirada y pocas señas en un ambiente de intenso ruido, “la fabricación de vidrio se ha refinado y perfeccionado, pero seguimos haciendo mucho ruido, por eso nos protegemos y aprendemos a comunicarnos” Cerca de los hornos, encontramos a Don Gerardo “en estos 39 años, he visto cambiar la planta y todo a su alrededor, mi familia se formó al amparo de esta fábrica. Estoy cerca del retiro, voy a extrañar, pero he podido ahorrar y me espera una tierra para cultivar.” En la sala de “la receta” los operarios desde su teclado, agregan a las tolvas las cantidades de cada ingrediente, siguen instrucciones de la ingeniera que diseña la fórmula según la producción programada. La gota de vidrio cae al molde, sucede la magia de la física, la química y la mecánica: salen botellas candentes, siempre vigiladas, al menor signo de imperfección son retiradas con enormes pinzas. El viaje del vidrio continúa, graduando el proceso de enfriado, pasando por ojos expertos y estrictos. Una manta felicita a los trabajadores “Un año sin reclamos de nuestros clientes”. “En realidad, más de año y medio. Y también tenemos 288 días sin accidentes. Eso es pura educación” agrega don Waltercon real satisfacción, mientras vamos terminando el recorrido entre estivas de material bien empacado que sale hacia los puertos del mundo llevando aires cartagos. Mucho más que soplar: conciencia ambiental con potentes filtros que no dejan escapar tóxicos, responsabilidad con todos los involucrados en el proceso, proyección social en centros de reciclaje comunitario y verdadero crecimiento respetuoso para la provincia y el país.

23

Publi Reportaje “Es mucho más que soplar” dice Rolando Barrantes Gerente de Recursos Humanos de Vicesa, los fabricantes de botellas que hace 39 años habitan Cartago, “si hay algo complicado es trabajar el vidrio, cientos de detalles hacen inservible un envase: una veta de color, una burbuja, cambios en el grosor y más. En “la vidriera” tenemos uno de los estándares más altos del mundo y eso gracias a los trabajadores. Aquí todos son capacitados con excelencia para que desarrollen su máximo potencial, progresen, se comprometan y aseguraren su vida personal y familiar teniendo como respaldo esta empresa.”

Walter Castro Mora, Jefe de Higiene y Seguridad Ocupacional, nos acompaña cuidándonos paraguas en mano, “es hora de aguaceros”. Su relato hace sencillo un proceso complejo que viene perfeccionándose por siglos. Gerardo Artavia Thames, Supervisor de Mantenimiento Mecánico lleva “12-01-78” grabado en el casco “Me lo dieron el día que entré, justo al montaje del primer horno, me capacitaron en México, ¡imagínese, a mis 19 años tener esa oportunidad!

Juan José Valerín y Ronald Moya frente al antiguo panel de control manual que se mantiene como respaldo por si hay algún fallo del sistema.


Encuentre contenido escaneando el “QR”

¿

Qué tan bien conocemos nuestra provincia? Una pregunta que no termino de responder, pues constantemente me regala sorpresas. Muchas veces pensé ¿qué hay detrás de los imponentes colosos volcánicos Irazú y Turrialba? Suponía que debía estar cubierto por una espesa capa de selva, lo que no es del todo mentira. Las historias de caminantes que hacen la travesía hasta Guápiles me despertaron un especial interés por la región. Antaño, muchos pobladores del Valle Central intentaron colonizar esas tierras pero la geografía empinada, volcánica, susceptible a deslizamientos y el clima altamente lluvioso pusieron freno a esos intentos. Entre el norte del volcán Turrialba y los cantones de Guácimo y Pococí se ha colonizado para la agricultura un ligero sector conocido como Los Bajos de Bonilla; o solo Los Bajos, para los pobladores del distrito de Santa Cruz. Más al norte de lo que se conoce como La Picada un asentamiento llamado San Valentín, ya en Pococí, intentó prosperar pero las condiciones provocaron su abandono. También detrás de lo que conocemos como Parque Prusia, en una de las regiones más inestables, surgió Patillos, un poblado que desapareció entre los terraplenes de un terremoto donde la mayor parte de sus habitantes perecieron y el lugar sucumbió al olvido para siempre. Podría abarcar un espacio para cada una de esos “bajos”, en esta ocasión me centraré en el Toro Amarillo, justamente en el centro de los colosos y su río.

Fotografías de Youset Vega

El Toro Amarillo

YOUSET VEGA

yousetdvdv@gmail.com

Decido alcanzarlo en bicicleta, bajo hasta el poblado de San Gerardo Norte, para ello primero debo ascender el volcán Irazú, la pendiente es muy pronunciada y se recorren hermosas fincas pintadas de gris por la intensa actividad del volcán que acompaña todo el camino con imponentes y casi permanentes erupciones que tiñen el cielo de un café grisáceo. Al llegar a San Gerardo se mira con belleza, el Alto Grande, por la forma recuerda al cerro Machu Pichu. Sigo en descenso buscando el sendero entre fincas que lleva al destino. Tras una hora de caminar con bici en mano logré ver el anhelado río sulfuroso con piedras amarillas son los minerales que le dan ese color característico, es un cañón rodeado de precipicios en los que caen varias cascadas desde el majestuoso volcán Turrialba y muy elevado a la vista, la cima del Irazú.

24

Comí el sándwich junto al río con una extraña sensación, la lluvia es amenaza de destrucción, se ven recientes lahares (deslizamientos de lodo ceniza y vegetación) y un eco me recuerda que es un lugar de respeto. Continué un poco en dirección al Turrialba, encontré un ermitaño que me contó las experiencias de vivir en este lugar. Espero pronto alcanzar las aguas termales del mismo río que se localizan más al noreste en donde una vena volcánica hace brotar de las entrañas gases a altísimas temperaturas. El regreso implica volver a subir el Irazú con un ángulo constante de pendiente que puede superar los 25° desde los 1990 msnm hasta los 3250. Con bastante dulce e hidratación además de un aguacero al llegar a la cima, finalicé el recorrido en Cartago cansado pero satisfecho.


Acérquese a nuestros puntos de distribución en toda la provincia y obtenga su propia revista y colecciónela (Lista en la página 18)


hace realidad el concepto de

contenido ampliado


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.