A l v a r a d o — C a r t a g o — E l G u a r c o — J i m é n e z — L a U n i ó n — O r e a m u n o — P a r a í s o — Tu r r i a l b a Revista #14, Volumen 3 - Enero – Febrero, 2018
ISSN: 2215-4515
“Toc, toc” – el correo con la revista
• Recibila en tu puerta* • Participá en la rifa de toda la colección** • Armá tu colección • Con tu suscripción donás el envío de revistas a un centro educativo o institución de bien social de tu elección
Informes y suscripciones por correo: revistacartagomio@gmail.com Tel. 2551-5596 - 8364-9530 – Visitanos en www.cartagomio.com
*Tarifa de suscripción anual: ¢30.000 ** Se rifarán 5 colecciones entre las suscripciones recibidas hasta el 31 Marzo 2018.
A
licia fue mi compañera en primaria, siempre tenía cosas nuevas y a la moda de los 60 a pesar de pertenecer a una familia sencilla de pueblo. Tal vez estábamos en 2do cuando, mientras envolvíamos unas medias y hacíamos las tarjetas para el día del padre, ella dijo que ese regalo no era suficiente para sus dos papás, que le pediría a su abuelo que le compre algo más.
¿Por qué ese comentario no ocasionó preguntas ni suspicacias entre los compañeros? Recuerdo que no entendí el significado de “dos papás” pero tal vez la contundente naturalidad de Alicia al hablar de la intimidad familiar acalló cualquier inquietud.
Ya grande me enteré que la madre la había dejado siendo una bebé y se encargaron de ella su abuelo, su padre y su otro padre. En todos los años que compartimos aula no percibí rasgos en su carácter o personalidad que marcara alguna diferencia con otras niñas, hoy la veo como una persona con relativos éxitos y su cuota de reveses, con proyectos y emprendimientos, con felicidad y disgustos. Queremos la fórmula precisa para construir el nido perfecto en donde se encuentre el amor, apoyo, nutrición, seguridad y el estímulo que conducen a una vida de elevación. Lo cierto es que hasta hoy no lo encontramos, aún discutimos si la familia es la base de la sociedad o si es un reflejo que reproduce en lo interno lo que los medios y la masa proponen afuera. Tanto familias “de bien” como “raras” han criado hijos involucrados en grandes estafas o crímenes al mismo tiempo que ciudadanos comprometidos y generosos. Algunos adultos consideran las instituciones donde crecieron como su familia, otros las detestan y culpan de una niñez miserable. Todo indica que la respuesta no está en la forma, es preciso buscar en el fondo: si en el ambiente que Ud. se desarrolla las personas comparten un proyecto vital de existencia que se proyecta al futuro; hay sentimientos de pertenencia, confianza, compromiso, reciprocidad, respeto y afecto; si ahí es posible dar y recibir sin condiciones; si hay receptividad al expresar ideas y se encuentra apoyo para desarrollarlas o transformarlas, entonces Ud. está en una familia. Una familia no nace con legislaciones ni reglamentos, solamente se encuentra buceando en lo profundo del sí mismo en busca del amor verdadero y la entrega incondicional.
1
Contenido
La Foto
lba Turrteianible Sos
04
Las en torreqsue ja
Así nos s vemo
07
12
El o elegid dito
08
15
Iné Cuento
Unapor vueltratago Ca
a Sdhaerjtíta M
Páginaaria Liter
10
17 Torollo II i Amaterrmal, las lla El ríolas y la mura hornil
20
18 Portada: Dibujo a “Mi Familia” Vanessa, 5 años.
Créditos
Revista Cartago Mío es una revista costarricense, de capital e ideales independientes, gestionada y administrada por Fractal21. Dirección editorial y administrativa: Dedé Coseani Dirección de Arte, y diseño editorial: Francisco Chavarría Equipo de columnistas: Fabricio Monge Rita Leiva Alice Brenes Youset Vega Carlos Guvarsol Fotografías: Francisco Chavarría Impresión: MasterLitho,S.A. Aplicación para dispositivos móbiles: issuu.com
Dedé
Contacto: revistacartagomio@gmail.com Tels.: 2551-5596 8364-9530 8593-1163 Gestor de Patrocinios Raúl Morales Tel.:
Fabricio
Rita
Alice
Raúl
Youset
Carlos
506+8345-8243 www.cartagomio.com
Francisco
La calidez de Orosi. Fotografía de Fabián Yuan.
4
Precios increíbles! Lo mejor enperfumeríafina
Ventas al por mayor y al detalle
Cartago – Centro Comercial El Dorado costado norte de las Ruinas
54 años de tradición 2534-8330 Cervantes de Cartago posadadelalunarestaurante
6
2552-3292
Encuentre contenido y más fotografías escaneando el “QR”
Turrialba Sostenible
S
RITA LEIVA.
Periodista y docente ritaleiva@gmail.com
us creadoras les llaman tremoritas, aludiendo al Volcán Turrialba, cuyo tremor presagia acontecimiento mayúsculo. Sinónimos de ese vibrar son el cambrel y la tela de las bolsas artesanales: sus fibras sustituyen al plástico… Anuncian así metamorfosis. Con autóctonos poemas, pregonan un vasto proyecto. Es Turrialba Sostenible, abanico de diseños, trabajo, donaciones y voluntariado, que sueña con convertir a Turrialba en la proa de Costa Rica, como el primer cantón sostenible. Roberto Fernández Zelada es el padre de la idea, agradecimiento palpable a la comunidad que le vio nacer. Visionario de la fusión progreso-sostenibilidad, pensó una propuesta que valora la belleza y vida que regala la naturaleza. Otorga valor también a esos espacios de cotidianidad en que vecinos y amigos actúan, comparten y escuchan. Es consciente de la cultura que a Turrialba arriba y de ella parte, con el constante vaivén turístico. Busca que la economía se reactive y diversifique, de la mano con el que siembra la tierra, aquel que comercia sus productos, el que talentoso da forma a su artesanía, y quienes consumen turrialbeños bienes y servicios.
Las tremoritas son primigenio escalón, avanzada contra el plástico de un solo uso, pero cinco etapas debe transitar la compleja iniciativa que la Cámara de Comercio de Turrialba adoptó dos años atrás y hoy desarrolla. El municipio, con los brazos abiertos de su Consejo, por unanimidad la declaró de interés cantonal. Engranaje de sofisticada máquina, giran las piezas, trabajo de cinco comités con aporte ad honorem, civil, apolítico. La descontaminación visual, el segundo paso de la ruta, aspira a silenciar el ruido de rótulos y anuncios. Propone una cuadra modelo, al oeste de la Iglesia Católica, donde los ojos perciban estética sobriedad. Ocho acupunturas urbanas ocupan el tercer puesto en el ordinal. Bajo concepción de ciudad como ser vivo, aplica la terapia arquitectónica. Centro de Desarrollo Humano de Turrialba será el edificio patrimonial donde turrialbeños de antaño esperaban el tren. Primera acupuntura del proceso, dará a luz un complejo para que propios y extranjeros negocien en un mercado, disfruten la tertulia con un café, respiren en el microjardín botánico y aprendan de arte y cultura en algún taller. Otras siete intervenciones nutren el articulado. La Casa de la Cultura Jorge
7
El lienzo, un viejo edificio patrimonial; la obra de arte, su restauración y activación; los artistas, todos y cada uno de quienes aportan a esta noble meta.
Debravo disfrutará renovación, en el occidente emergerá una pequeña plaza, Turru Vac, y un parque recreativo acogerá el encuentro de jóvenes y quienes alcanzan mayor edad. El Paseo Deportivo Turrialba, puerta al ejercicio y el espectáculo, una ciclovía, vena de 12 km, el Boulevar Las Américas y el mejoramiento de La Paradita y Las Tucas, paradas de autobús, se unen al latido que impulsa la sangre turrialbeña. El rescate artístico, gastronómico y cultural es meta del cuarto paso del gigante que transformará este trozo de Cartago: el Festival Turrialba Sostenible, a celebrarse cada vuelta de calendario. Cumplidas todas las fases, broche de oro colocará la eventual declaratoria del cantón, por parte del Instituto Costarricense de Turismo, como ciudad sostenible, embellecida y productiva… acto sin precedentes… gesta con horizonte.
8
9
Más detalles, documentos y fuentes escaneando el “QR”
Una vuelta por Cartago
E
RITA LEIVA.
Periodista y docente ritaleiva@gmail.com
Hoy una transitada vía, en la colonia ésta se llamaba La Calle de la Sacristía. En ella había muchas casas, todas iguales, y posiblemente esté empedrada
s la mañana de un jueves en Los Ángeles, una de bullicio, tránsito y actividad… La cercanía del sol meridiano quema la piel e irrita la vista. El bochorno del aguacero de ayer pasa por las vías respiratorias, pero las nubes se apartan, atendiendo quizás, nuestra expectativa. Gradas de madera nos reciben al fondo de una antigua casa que hoy alberga oficinas. El tenue traquear de los escalones conduce al estudio de Don Edgar Cordero Cerdas, cartaginés que adoptó la arquitectura por oficio y pasión. Es de esas primeras generaciones, de los años 70. Sobre su escritorio, voltear de hojas amarillas de años y años. El dedo índice transita por letras y datos sobre arquitectura en Costa Rica. Un reglamento antiguo, hijo de la Falla de Agua Caliente y sus destrozos de 1910, revela parte de la historia y la técnica que diseñaron a Cartago.
Brevemente nos explica el experto algunos hechos que sostienen la ciudad: un 4% de pendiente entre norte y sur, un casco histórico creado por los españoles, crecimientos aledaños originados por gente mestiza, cimientos que superaron el terremoto de Santa Mónica y casas importadas. Hay mucho qué contar, su bagaje da para horas de plática, pero los folios quedan atrás. Vamos a leer un trocito de la ciudad, detalles que la consciencia del ojo usualmente desatiende. Hoy, observamos primero, caminamos después. Don Edgar nos conduce y Franco Fernández, amigo suyo y de la historia, nos acompaña. Al salir, el sol cenital proyecta una sombra en el suelo. Es la mano del arquitecto señalando al sur. Obedece la vista y divisa un par de viviendas, al norte de la Corte, que roban amplitud a la acera. Allí yacen las bases de estructuras anteriores al terremoto de 1910.
10
La cimentación antigua, previa al terremoto de 1910, se mantiene en muchas edificaciones en el oeste de Cartago.
“No todo lo que había se cayó. Esto se hace evidente cuando la construcción inicia en la acera”, interviene el guía. “Cuando las casas se caían del todo, se permitían las de catálogo, sobre todo para liberar el lote, o sea, separarlas de todas las colindancias, así promocionaban los jardines”. En ellos emergió el césped y los botones se abrieron en flor, decorando viviendas de catálogo y casas diseñadas. “Esto sucedió sobre todo en el este de Cartago… del otro lado casi no, porque no se cayó tanto”. Como flores que se marchitan, muchas de esas viviendas hoy solo son memoria. Prosigue, lento, el andar; la atención hacia suelo: rectangulares, grises… Ignoramos tal vez muchos cartagos que la ciudad cambió su tinte colonial a republicano con aceras de granito, herencia de Ramón Picado, “todas con un trazo accesible, de un solo nivel, como las cuadras del parque y el San Luis Gonzaga”.
Cuando nos dirigimos a ese extremo de la ciudad, pasamos por una joya, la Escuela Padre Peralta, que tiene por vecina, al frente, lo que Fernández describe como “una casa clásica post terremoto, de madera”. “Es una casa de zaguán y al fondo un patio; todo es de lata por detrás”, añade Don Edgar. Para entrar en ella, hoy día un café, suben los pies una grada, “un quicio que es de antes del terremoto… uno lo puede escarbar y tiene como un metro de profundidad”, dice nuestro guía arquitecto. Pero no ingresamos. Continuamos nuestra conversada jornada. En una esquina, el edificio que albergó a la UNED. “Es una casa grande de catálogo, post Con piedra rodada y un cañito en el centro, se dio forma a las calles que hoy duermen bajo asfalto. terremoto y las del frente también Esas plataformas de roca fluyen por la son post”, señala Fernández. “La casa es de ciudad paralelas a los cordones, piezas malla metálica”, continúa en tertulia Don símiles de granito, a la orilla de los caños, Edgar. “Tal vez los planos son de catálogo trabajo de Picado, ingeniero municipal, pero construida por gente de aquí, porque quien innovó en Cartago con un sistema de las importadas generalmente son de lata”. alcantarillado que cuenta ya con más Los detalles le cuentan al observador de cien años. entrenado sobre posibles orígenes. Siguiendo esos cordones, una esquina nos “Esas ventanas son muy elaboradas, lleva al oeste, por la agitada avenida que probablemente las importaron. De eso no conecta María Auxiliadora con la Basílica. hay nada escrito, pero vea las ventanas, Entre el ruido citadino, nos cuenta Franco posiblemente son cedros que pueden haber Fernández, el historiador, que adobe era crecido en Haití, Canadá u Honduras”, el material constructivo previo a 1910, uno prosigue quien nos guía. con el que se hacían casas de poca altura. Cien metros al oeste, el PANI. “¿Cómo Llegó el bajareque con un terremoto interpreta usted esto?”, Don Edgar señala que cambió la construcción y que trajo dos entradas con gradas en el frente de la viviendas más altas. Al caminar hacia antigua vivienda. “Una puerta posiblemente donde se esconde el sol, aún se encuentran daba a la oficina del dueño, que era de estas edificaciones. “Son anónimas, profesional en algo, generalmente médicos, aparentemente no tienen arquitectos”, y la otra era la de la casa”, explica. dice don Edgar, “posiblemente no hay “En esta casa decían que asustaban”, ninguna referencia”. interviene, entusiasta, Don Franco,
11
“y se levantó una escritura sobre las cosas que veía una empleada. ¡Es la única escritura pública que hay dando fe de un espanto en Costa Rica!”. Entre risas y anécdotas, llegamos a la municipalidad. Comenta Don Franco sobre la calzada de piedra bajo el asfalto. Asiente su amigo: “esas calles donde transitaban las carretas están como a un metro de profundidad… a las casas se entraba por gradas”. El empedrado, de 1782, dibuja figuras ocultas que dan firmeza a la ciudad. Pasan también por la calle al este del Mercado. Pero nuestras pisadas avanzan al Club Social. Nos detenemos y apunta al sur el arquitecto: “ahí, en el centro, hay unos muros de piedra que dividen las propiedades, posiblemente para que no pasara el agua a las casas cuando Cartago se inundaba”. Cien metros al oeste, nos saluda la Casa de la Ciudad. “Vea este edificio, el Pirie, la parte de abajo es de antes del terremoto, es de los edificios que permitieron reconstruir”. Sus vecinos son más modernos, como la Catedral, construida en los 50, con pisos chorreados en el sitio. Dejamos la avenida con un giro al norte, a la línea del tren y al oeste. En un taller esquinero, paredes de bajareque, que suave, se desmorona entre los dedos, polvo café que habla del ayer. Interesantes y continuas son las historias y explicaciones, como la de la fortaleza del suelo al oeste de la Catedral. Pero el reloj manda, y nos ordena volver. Dos horas de recorrido dan abasto apenas para una breve retrospección. Rincones, pisos y fachadas susurran en abundancia. Me despido momentáneamente de la ciudad que topo a diario y, pensando en el antaño, cierro aquí la narrativa de una vuelta por Cartago. Mañana… observo primero, camino después.
El Irazú tuvo su último período eruptivo entre 1963 y 1965, y desde entonces se ha desarrollado un proceso de instalación de torres de telecomunicaciones en su cima. Desde la perspectiva de las amenazas naturales, el sitio donde se han instalado las torres se encuentra rodeado por sectores con procesos masivos de inestabilidad de laderas, además, a una distancia en línea recta de 10,5 km en dirección Noreste se encuentra otro volcán activo, el Turrialba. Lo anterior claramente establece que el lugar
no es el más afortunado si lo analizamos con un criterio estrictamente preventivo. (Mora y Pirulli: Deslizamiento Las Torres, volcán Irazú, Costa Rica-2017) Con la participación de las universidades, la CNE presentó un informe técnico recomendando el traslado de las torres con mayor nivel de exposición a las grietas más profundas e inestables antes que finalizara el 2017. El gobierno emitió el decreto 40237-MICITT decarando :
“... DE INTERÉS PÚBLICO
Y NACIONAL EL TRASLADO DE LA INFRAESTUCTURA DE TELECOMUNICACIONES INSTALADA EN EL PARQUE NACIONAL VOLCÁN IRAZÚ” Esta tarea, aún pendiente, pretende blindar la infraestructura de telecomunicaciones de nuevos deslizamientos. Esperando reducir los daños y pérdidas, el Plan Nacional de
12
Fotografías de Youset Vega
M
ás de 80 torres se localizan en el flanco oeste del Volcán Irazú. Desde hace tres años diferentes deslizamientos en esa zona del Parque Nacional, ponen en riesgo de desastre esas antenas. Esta inestabilidad es acentuada por la sismicidad (por ej. Capellades 2016) o por las intensas precipitaciones de los últimos dos años, amenazando así la continuidad del servicio de información y comunicación.
Encuentre contenido escaneando el “QR”
Las torres en jaque ALICE BRENES MAYKALL.
Experta en gestión de Riesgos abrenes@virilla.net
Gestión del Riesgo 2016-2020, dispone una estrategia para asegurar los servicios del Estado, elevar la calidad, seguridad, duración de los bienes, la reducción de los daños y pérdidas en líneas vitales -como las de telecomunicaciones- asegurando la continuidad y la pronta recuperación de los servicios públicos en caso de desastre. Asegurar la infraestructura de telecomunicaciones es salvaguardar el derecho humano fundamental de acceder y participar en la producción y transmisión de la información y comunicación. Para esto se debe: • comprender el riesgo, • garantizar la difusión de información a las diferentes categorías de usuarios; • difundir información actualizada sobre el riesgo de desastres a tomadores de decisión, población y comunidades en riesgo; • comunicar de manera sistemática y pública las pérdidas causadas por desastres;
Próxima edición
15 15
A partir del 8 de marzo 2018 nos podrá recibir en su casa por correo o encontrarnos en los siguientes puntos.
PUNTOS DE DISTRIBUCIÓN Alvarado • Restaurante La Posada de La Luna: Cervantes • Restaurante Bocadito del Cielo: 3km. NE del Centro de Cervantes • Municipalidad – Pacayas Cartago • Joyería y Relojería Valerín – CC El Dorado • Clínica Goretti 50m O de la entrada N. del Estadio Cartago • Museo Municipal de Cartago – 200 N. de las Ruinas • Municipalidad de Cartago • Oliver Boutique – Metrocentro • Distribuidora Freddy Masís CC El Dorado • La Casa de la Biblia CC El Dorado • Colegio Universitario de Cartago CUC • Biblioteca Pública San Nicolás: • Abastecedor y Panadería MC, 250m Oeste de la Delegación de la Fuerza Pública • Taller Hermanos Gutierrez: Taras, diagonal a la delegación de Tránsito • Pet Shop Guau Guau, Taras CC Paseo del Sol Tierra Blanca: • Tiendita de Regalos La Casona
La libertad de información es el derecho a tener acceso a la información que está en manos de entidades públicas. Es parte integrante del derecho fundamental a la libertad de expresión, reconocido por la Resolución 59 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (1946), así como por el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
El Guarco • Municipalidad de El Guarco • Amubis Asociación: Costado Sur de la plaza de deportes San Isidro, El Guarco Jiménez • Municipalidad – Juan Viñas • Súper La Canasta – Juan Viñas
UNESCO
La Unión • Cafetería Arte y Naturaleza Li: CC Plaza Estación, 2° Piso Diag. a M x M. - Tres Ríos • Taller del Artista: 350m Este, Saint Gregory - calle vieja - Tres Ríos. • Pepermint: Centro Comercial Vía San Juan 200m E. Wallmart - calle vieja - Tres Ríos. • Solerti Panadería Artesanal: Centro Comercial Tres Ríos. • Municipalidad de La Unión – Tres Ríos
• asegurar el libre acceso a información sobre los riesgos, • promover el acceso en tiempo real a datos fiables y utilizar las innovaciones tecnológicas de información y comunicaciones para mejorar los instrumentos de medición y compilación para el análisis y la difusión. Son asuntos sobre las que deberán trabajar los Estados, en 2030 se medirán los logros alcanzados, Costa Rica deberá rendir cuentas frente a organismos internacionales. ¿Podremos garantizar este cumplimiento cuando la mayoría de los operadores aún mantienen sus torres en la zona a pesar de todas las advertencias?
Oreamuno • Farmacia y Consultorio Espíritu Santo: 150m N del EBAIS de Cot • Biblioteca Púbica de Cot Paraíso • Palacio Municipal • Biblioteca Pública de Paraíso • Jardín Botánico Lankester Orosi: • Museo de la Iglesia Colonial de Orosi • Hotel Río Perlas
13
Turrialba • Maskoticas – Boutique Canina, Veterinaria y Farmacia Turrialba: Diagonal al Mega Super • Veterinaria Diprovet - Santa Cruz • Aromas D’ Café Cafetería Gourmet: Plaza Rojitas, frente a la Mucap, segundo piso.
revistacartagomio@gmail.com
Encuentre contenido escaneando el “QR”
Así nos vieron... REDACCIÓN
John Lloyd Stephens (EEUU 1805-1852) Explorador, escritor y diplomático. Viajó a Centroamérica en 1839 como embajador especial.
Aventureros, científicos, oportunistas, políticos llegaron al nuevo mundo en busca de experiencias inusitadas, fortuna, prestigio o riquezas inexploradas en tierras vírgenes.
A su paso por Costa Rica dejaron su visión. Cada uno narró panoramas diferentes. Algunas opiniones fueron más influyentes que otras pero, crueles o compasivas, amigables o despreciativas, las recorremos hoy porque nos traen una pincelada de la época que fue, aquella de la cual tenemos pocos vestigios, tres terremotos se empeñaron en borrar las obras del pasado. En 1929 se publicó la primera edición del libro “Costa Rica en el siglo XIX – Antología de viajeros” de Ricardo Fernández Guardia (UNED 2002) quien recuperó y tradujo algunas crónicas de inmenso valor. Seleccionamos fragmentos de los escritos estos tres viajeros: el Sr. John Hale, John Lloyd Stephen y Wilhem Marr.
A
John Hale (Gran Bretaña) estuvo 6 meses recorriendo Centroamérica en 1825, fue el primer extranjero en llegar al cráter del Irazú y hacer una extensa descripción.
ntes de ir a la provincia de Costa Rica, conversando con un mercader de la costa, empleé la palabra «señoras» al referirme a uno de estos paseos, que me había sido descrito por el primer extranjero que visitó el país. Se me respondió con algún sarcasmo: — ¡Las «señoras» de Costa Rica! Se equivoca usted si piensa ver allí «señoras». Verá usted algunas dueñas mal vestidas y tan anticuadas como en los tiempos
14
de Cortés, Alvarado o Pizarro. Pero cuando llegué a la ciudad de Cartago fui invitado a una reunión y al entrar en la sala me sorprendió ser presentado a tantas damas ricamente vestidas. Las perlas y alhajas de oro que llevaban algunas valían por lo menos mil dólares. En Costa Rica las señoras son más formales que la mayor parte de los países de la América del Sur; pero tienen una plácida jovialidad muy insinuante. (John Hale p.20)
Temprano de la mañana siguiente, en compañía de mi compatriota Mr. Lawrence y montado en una magnífica mula que me prestó el señor Steipel, partí para Cartago. Salimos de la ciudad por una calle larga y bien empedrada, y un poco más allá de los suburbios pasamos frente a una bonita plantación de café que me hizo recordar una quinta del continente europeo. Pertenecía a un francés que murió precisamente cuando acababa de darle la última mano, pero su viuda ha suministrado otro amo a su casa y otro padre a sus hijos. En ambos lados había montañas y al frente se veía el gran volcán de Cartago. Los campos estaban cultivados de maíz, plátanos y patatas. Estas últimas, aunque son indígenas y están ahora esparcidas por toda Europa, no constituyen ya el alimento de los naturales del país y se encuentran rara vez en la América española. Las de Cartago tienen buen sabor, pero no son más grandes que una nuez, sin duda por falta de cuidado en el cultivo. Pasamos por un «campo santo», un cuadrilátero cerrado con tapias encaladas, y llegamos a una aldea india la primera que veía en Costa Rica, mucho mejor que todas las de los otros Estados. Las casas tenían techos detejas y eran más sólidas, los habitantes andaban vestidos. A medio camino entre San losé y Cartago llegamos a la aldea de Tres Ríos. A partir de este lugar el camino era más quebrado, no tenía cercas y las tierras estaban poco cultivadas. (Stephens p.55-56)
Friedrich Wilhelm Adolph Marr (Alemania 1819-1904) periodista temido por sus opiniones punzantes. En 1852 llegó a Costa Rica “tan solo se proponía realizar un viaje de estudio, teniendo en la mira un fin práctico”
los cartagineses producen una impresión de cordialidad.
Este lugar de la tierra parece haber sido creado para huir del ruido del mundo. Un corazón enfermo puede romperse allí en el más completo olvido de sí mismo; la misantropía puede vegetar hasta la muerte sin sentir el ennui. Un dormitar arrulla el ánimo, y cuando sobreviene un reblandecimiento cerebral decente, es difícil imaginar un sitio más confortable que Cartago. Lanzaría yo una calumnia contra Cartago si fuese a sostener que este lugar no es en sí mismo mortalmente fastidioso con sus calles largas, rectas, cubiertas de césped y cortadas por fosos en los que se corre el peligro de ahogarse cayendo en ellos durante la estación lluviosa en la oscuridad. Fuera de los días de mercado es un desierto; no tiene un solo edificio digno de nota, sin excepción de sus insignificantes iglesias. La antigua capital del país parece como si estuviera soñando con el presente bajo un gorro de dormir. Con todo eso, en ella vive un honrado vecindario. Afables, hospitalarios, de carácter más serio que los habitantes de San José, cuyos acicalados «Dones» empiezan a ponerse orgullosos de su «capital»,
15
Conservan en cierto modo la antigua rectitud de los primeros colonos, que eran buenas gentes y no filibusteros nobles, y en sus tratos comerciales son más cautos, pero también más dignos de confianza que los de la capital. Casi todos los antiguos funcionarios públicos y todos los hombres capaces de la República son oriundos de Cartago.” (Marr p. 155) ...“El día de mercado en Cartago (el jueves) no ofrece tanta magnificencia como la «Plaza de San José»,” pero resulta más pintoresco por los numerosos indios que allí se ven. Por otra parte, la agricultura, más que el comercio sórdido, es lo que constituye este mercado. Figuran en él los más hermosos frutos hacinados en superabundancia. Montañas de naranjas, piñas, bananos y plátanos, montones de cacao, maíz y frijoles, pieles de venado y de tigre, a la par de todo lo cual montan guardia las encantadoras muchachas campesinas de ojos negros con sus coquetos sombreros de paja, iguales a los que usan los hombres, revueltas con los indios estúpidos y malintencionados de Orosí y Viceita y rodeadas de «Dones» y señoritas. Todo esto llena la verde plaza frente a la Catedral.” (Marr p.161)
Bienestar Estarbien Una idea nace como respuesta a una necesidad.
T
enemos todas las capacidades y herramientas para generar constantemente ideas creadoras, innovadoras, rentables, extravagantes, divertidas…
Entonces, si todos podemos crear... ¿porqué hay gente que copia? La primera dificultad para generar ideas es carecer de preguntas, ser conformista y desconocer su realidad inmediata. Cuando alguien tiene un actitud cuestionadora va en busca de las respuestas. Si las respuestas no existen o son insatisfactorias, en el inmenso campo personal de las experiencias
AURORA CABRÉ Colaboradora
y conocimientos aislados se producirán asociaciones y conexiones que dibujarán la línea de luz que deriva en una idea poderosa. Tal vez irrealizable en este momento pero marcará en uno mismo el antecedente del poder creativo que crece y se alimenta de ideas grandes, brillantes, tontas, inútiles eso no importa porque luego el medio se encargará de indicar los caminos de la realización. Hay sistemas para proteger ideas de la usurpación, pero casi todo eso es inútil, las buenas ideas son fáciles de ser robadas. Al ser tan buenas se instalan en la psiquis del otro con tanta naturalidad que el sujeto ¡cree que es suya!
Hay quienes copian y usufructúan beneficios, atraen público y clientes con el trabajo ajeno. Las redes facilitan que los mediocres se apropien de imágenes, textos o experiencias y los más inescrupulosos no “linkean” ni mencionan jamás las fuentes. En cierto sentido el plagio honra, pero no contribuye al estar bien, es una lamentable perpetuación de la pereza y desvergüenza. Al final estamos en una época en la que todo sale a la luz. Si escribimos y creamos es para compartir este deseo de bienestar y ser mejores, invitamos a producir sus propios contenidos. ¡Todos podemos!
PHOTO By FaBiAN
CLÍNICA DENTAL DRA. MARCELA LEIVA U.C.R. Odontología General
Tel.: 2592-2538 Cel.: 6037-5384
E-mail: docleiva@gmail.com – Dirección: Cartago, 100 m. este y 50 m. sur del I.N.S. Horario: Lunes a viernes de 9:00 a.m. a 12:00 m.d. y de 2:00 p.m. a 6:00 p.m.
16
Ecopoemas
Emboscada del tiempo
Mi voz nace de piedra
Marco Antonio Aguilar Sanabria Nacido en Turrialba el 3 de enero de 1944 Cofundador del “Círculo de Poetas Turrialbeños” en 1959 Junto a Jorge Debravo y Laureano Albán. Raigambres, Turrialba, Costa Rica: Biblioteca Líneas Grises, 1961. Cantos para la semana, Turrialba, Costa Rica: Biblioteca Líneas Grises, 1962. Emboscada del tiempo, San José: Imprenta Tormo, 1984; Ediciones Zúñiga y Cabal, 1988. Tránsito del sol, San José: Ediciones Zúñiga y Cabal, 1996. Obra reunida, San José: EUNED, 2009.
Pero creo en el hombre
C
reo en el tigre y creo en el zarpazo. Pero creo en hombre sobre todo. Creo en el mar desesperadamente. Pero creo en el hombre sobre todo. Creo en la rebelión, creo en la cólera, en la desolación y en la ternura. Pero creo en el hombre sobre todo. Creo en el hombre tonto, enamorado, asesino indefenso. Insomne constructor de rascacielos, borracho sin remedio, científico, ladrón, capaz de todo, padre y verdugo de generaciones. Creo en el hombre inválido que llora desnudo con sus huesos y sus lágrimas; dueño del mundo que tembló de miedo. Creo en el hombre que se pone triste; creo en el hombre cuando está cantando, por eso, porque canta, porque es tonto creo en el hombre irremediablemente
17
P
rimero fue un microbio solitario y nadie sabe dónde le cupo tanta soledad. Después vinieron otros más perfectos, tan perfectos que se abrazaron todos y por eso se volvieron eternos sin saberlo Una mañana los despertó un volcán apocalíptico y ya no eran microbios sino peces completamente ciegos, a pesar de lo cual fueron felices pues no tenían manera saberlo. Muchísimos de ellos No quisieron cambiar y se quedaron Peces y ciegos para toda la vida. Pero algunos, inadvertidamente, se volvieron Hasta que alguno salió del agua sucia tambaleándose, Milagroso animal predestinado Que anduvo el primer paso en una playa Que ya no existe porque no hace falta! Horrible el animal, torpes los pasos, Pero tenía en la frente Dos ojos como lunas solitarias. Los abrió de repente y quiso respirar el aire intacto. Pero el nuevo era tan hermoso que se murió de miedo y alegría.
E s p e c i a l d e Va c a c i o n e s - C u e n t o i n é d i t o
El elegido Carlos Guvarsol
C
carlosguvarsol@gmail.com
orriendo a toda prisa crucé el viejo puente peatonal, esquivé con agilidad a un par de ciclistas, brinqué sobre una basura amontonada en una esquina y estuve a punto de botar accidentalmente las bolsas que cargaba una anciana, justo cuando trataba de eludir los mordiscos de un pequeño perro mechudo que me persiguió hasta la entrada de la estación. Sudando a chorros y sumamente agitado entré por el pasillo trasero. Llegué al área de los andenes y descubrí que el bus ya no estaba. Un empleado de la estación me informó que el vehículo había terminado su ruta del día y para entonces ya estaría estacionado en el patio donde los guardan toda la noche. Satisfecho con la información, corrí otra vez a toda prisa. Por fortuna, el patio estaba cerca de la estación. Al llegar había varios buses estacionados, uno al lado del otro, con sus diversos
colores, sobre un piso de tierra manchado de aceite y pedazos de cartones y papeles periódicos arrugados, largos buses, unos con los motores aun encendidos y otros ya apagados reponiéndose de la jornada para al día siguiente empezar bien temprano la batalla sobre el desnivelado y curvilíneo río asfáltico que lleva a la capital.
subir a otro bus, el que me lleva de Turrialba a Santa Rosa y fue hasta entonces que regresé en carrera corriendo a la estación, donde ya el bus no estaba. ¡Ve mae!, por no andar menudo ya le alteré el día, me dijo el chofer al momento de darme los nueve mil y resto, que quizá ya contaba como extra en su ganancia diaria.
Eché un vistazo por ese paisaje de valientes automotores que empezaban su rutina del sueño y casi al fondo de esa hilera encontré el que yo andaba buscando. Ahí estaba el chofer, gordo y despeinado, sentado sobre su asiento de alto respaldar, con las manos sobre el volante, contando el dinero del día. Le recordé que yo había tomado ese bus en Cartago, que le pagué con un billete de 10 mil y que no me dio el vuelto porque no tenía suficiente dinero en ese momento, que me dormí todo el viaje y al bajarme en la estación se me olvidó retirar el dinero, que me percaté de ello cuando estaba a punto de
Me fui agradecido y caminé, ahora sin prisa, a espera del próximo bus del barrio. Minutos después fue un largo y verdeclaro vehículo, que nunca antes había visto, el que se detuvo en una solitaria parada donde yo esperaba. Lo abordé, no sin dejar de pensar en que por fin compraron nuevas y mejores unidades. Le pagué al chofer, al que nunca antes había visto. En la parte de atrás quedaba un asiento desocupado. No me había terminado de sentar cuando me percaté de que no conocía a ninguno de los pasajeros. Muchos iban leyendo, otros hablando de música, incluso pude ver a uno
18
muy afanoso haciendo un hermoso retrato de una chica que viajaba sonriente al otro lado del pasillo. Del bolso saqué mi teléfono y me sumergí en los titulares de las últimas noticias, luego volteé por la ventana y sentí un terrible miedo al ver que la calle por la que avanzaba el bus me era totalmente desconocida. Afuera destellaban casas altas y angostas, rodeadas de frondosos árboles, todas con sus patios verdes, todas con sus perros guardianes y sus entradas profundas. Impresionado me levanté sin demora y me acerqué al conductor para que se detuviera. No hay parada aquí, lo siento, me dijo con seriedad. Me equivoqué de autobús, le dije. Siguió pegado al volante y con la mirada fija en la carretera. No me respondió. Tranquilo, siéntese aquí muchacho, me dijo una señora al ver mi cara de pánico. Obedecí y de inmediato le pregunté adónde se dirigía el autobús. Es usted un hombre con suerte, es usted uno de los elegidos, me dijo con una sonrisa en el rostro. En eso el bus frenó de golpe y algo pesado que iba en el maletero superior cayó con fuerza sobre mi cabeza. Solo recuerdo que todo empezó a ponerse oscuro, mis brazos se pusieron flácidos y mis piernas temblorosas. Cerré los ojos. Cuando desperté pude ver por la ventana del bus los techos de las casas y edificios del centro de la ciudad, la torre de la iglesia, el manchón verde del parque. La señora amable ya no estaba a mi lado, tampoco el pintor, ni los pasajeros que leían. El chofer ya no era el serio, sino el gordo y despeinado. ¡Ey mae!, ¿a usted es al que le debo un vuelto de 10 mil, verdad? me preguntó cuando vio que me bajaba por la puerta delantera, al llegar a la estación. Al día siguiente, cuando abordé el bus en Cartago, pagué con un billete de 20 mil. .
Creamos y realizamos la mejor imagen para su empresa.
CEL:8364 9530 • IMAGEN CORPORATIVA • DISEÑO GRÁFICO Y PUBLICITARIO • DISEÑO DEL ESPACIO Y ESCENOGRAFÍAS • MEDIOS Y REDES SOCIALES • WEB ~ AMINACION 3D fractal21srl@gmail.com / fractal21.jimdo.com
19
Encuentre contenido escaneando el “QR”
Fotografías de Youset Vega
El Toro Amarillo II
El río termal, las hornillas y la Muralla
E
YOUSET VEGA
yousetdvdv@gmail.com
n la edición #7 compartí el ascenso al margen derecho del río Toro Amarillo entre los volcanes Turrialba e Irazú. Esta vez junto a mis amigos Javier Montero, Iván Salazar, los hermanos Allan y Adriana Brenes y Jorge Román decidimos alcanzar las aguas termales en los bajos de esta hermosa depresión volcánica. Quizás muchos oyeron de Quebrada Paredes, bautizada así por los precipicios por los que desciende. La Muralla es el nombre de una finca y región en honor a esta poderosa geografía. Todos muy entusiasmados, nos embarcamos a descender la pared natural que cae del oeste del coloso Turrialba a los precipicios del Toro Amarillo. Salimos temprano para descender, el camino ya parecía ir desapareciendo y efectivamente así fue, a unos pocos kms ya no había por donde seguir. Machete en mano Javier comenzó a buscar por donde bajar la abrupta topografía,
casi incrédulos seguimos intentando mantener el rumbo con la hoja cartográfica. Lo peor fue notar que el terreno se volvía más vertical, resbalados por las pendientes parecía un descenso en escalada, solo que sin el equipo adecuado, nuestro único agarre eran raíces de “sombrillas de pobre” (guneras). Después de horas descendiendo, viendo rocas rodar y a Jorge casi caer al vacío junto con ellas, quedamos frente a una pared que nos separaba no muchos kms de las abras del Toro Amarillo, con pesar y muy cansados decidimos que lo prudente era regresar por donde bajamos. Aquí la parte difícil, con solo dos cuerdas hicimos el ascenso, los 15 km hasta la cima, nos llevó más de 10 hs. No logramos la meta, pero fue enriquecedor. Al poco tiempo decidí volver a descender xa la depresión, esta vez por el camino “fácil”, la improvisación es parte de cada expedición y con bici al hombro, bajé por la quebrada ruta para visitar el volcancito, este no es más que
20
unas hornillas (agua caliente que brota de la tierra por actividad volcánica) que expulsan gases. Seguí descendiendo y encontré a un solitario joven, Allan Calvo quien vive allí, él me ayudó a reconocer el lugar, ubicar las termales y me habló sobre impresionantes cataratas que caen al cañón, vistas de lejos y mencionadas en el artículo anterior. Encontré las termales con las indicaciones de Allan, un hermoso riachuelo rojizo de agua hirviente, excitado por el paisaje bordeado de altas montañas, sentí que había entrado a un mundo perdido… la suave lluvia a muy baja temperatura (6°) y un tobillo lastimado en una caída (que afortunadamente comenzó a doler ya en mi casa) me obligaron a salir lo más rápido posible. Este lugar me sigue cautivando y estoy seguro que muchos sitios deben seguir escondidos entre abruptos rincones que se angostan hasta alcanzar el Caribe.
Acercate a nuestros puntos de distribución en toda la provincia y obtené tu propia revista para coleccionarla. (Lista en la página 18)
La Unión: #09: Desarrollo Humano #08: Esperanza de Vida #02: Conocimiento #11: Bienestar Material Índices nacionales en relación a 81 Cantones
Fuente: Atlas de Desarrollo Humano Cantonal de Costa Rica 2016. - Universidad de Costa Rica http://desarrollohumano.or.cr/mapa-cantonal/index.php/ranking-idh#ranking-por-ibm
Naturalmente
Vidrio Proteje la salud. No contamina el contenido.
Preserva el aroma y el sabor de los alimentos.