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2. Venciendo a Gigantes

�� Año Bíblico: Génesis 25-27

Venciendo a Gigantes

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“Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla” (1 Samuel 17:47, primera parte).

“Los que llevan el mensaje más solemne que se haya dado a nuestro mundo deben quitarse la armadura de combate, y colocarse en su lugar la armadura de la justicia de Cristo.”—El Evangelismo, pág. 125. Lectura adicional: Testimonios para la Iglesia, tomo 3, págs. 236–245.

Domingo

3 de enero

�� Año Bíblico: Génesis 7-9

1. APRENDIENDO UNA CONFIANZA MÁS PROFUNDA

a. ¿Cómo cooperó David con la providencia de Dios para obtener sabiduría y experiencia a fin de lidiar con los desafíos futuros? 1 Samuel 16:14–23.

1 Sam 16: 14-23 El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. 15 Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta. 16 Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio. 17 Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo. 18 Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él. 19 Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas. 20 Y tomó Isaí un asno cargado de pan, una vasija de vino y un cabrito, y lo envió a Saúl por medio de David su hijo. 21 Y viniendo David a Saúl, estuvo delante de él; y él le amó mucho, y le hizo su paje de armas. 22 Y Saúl envió a decir a Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo, pues ha hallado gracia en mis ojos. 23 Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.

“Por la providencia de Dios, David, como hábil intérprete del arpa, fue llevado ante el rey. El pastorcillo fue empleado para tocar ante el gobernante de Israel, y, si era posible, para alejar la creciente melancolía que se había asentado, como una oscura nube, sobre la mente de Saúl.”—The Signs of the Times, 3 de agosto, 1888.

“David crecía en favor ante Dios y los hombres. Había sido educado en los caminos del Señor, y ahora dedicó su corazón más plenamente que nunca a hacer la voluntad de Dios. Tenía nuevos temas en que pensar. Había estado en la corte del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había descubierto algunas de las tentaciones que asediaban el alma de Saúl… Pero cuando se sentía absorto en profunda meditación, y atribulado por pensamientos de ansiedad, echaba mano a su arpa y producía acordes que elevaban su mente al Autor de todo lo bueno, y se disipaban las nubes obscuras que parecían entenebrecer el horizonte del futuro.

“Dios estaba enseñando a David lecciones de confianza. Como Moisés fue educado para su obra, así también el Señor preparaba al hijo de Isaí para hacerlo guía de su pueblo escogido. En su cuidado de los rebaños, aprendía a apreciar en forma especial el cuidado que el gran Pastor tiene por las ovejas de su dehesa.”—Patriarcas y Profetas, págs. 696, 697.

�� Año Bíblico: Génesis 10-12

2. PRIORIDADES REVELADAS EN LA CRISIS

a. ¿Qué grave problema le ocurrió a todo Israel en esa época? 1 Samuel 17:1–11.

1 Sam 17: 1-11 Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. 2 También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Continuar lectura en 1 Sam 17: 3-11 RV 1960

“Los filisteos propusieron su propia manera de guerrear al elegir a un hombre de gran tamaño y gran fuerza, cuya estatura era de unos tres metros setenta cm.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 2, pág. 1012.

“Durante cuarenta días la hueste israelita había temblado ante el desafío arrogante del gigante filisteo. Sus corazones decaían cuando miraban el enorme cuerpo… Llevaba en la cabeza un almete de metal, y estaba vestido de una coraza de planchas que pesaba cinco mil siclos, y con grebas de metal en las piernas. La cota estaba hecha de planchas de metal puestas la una sobre la otra, como las escamas de un pez, tan estrechamente juntadas que ningún dardo o saeta podía penetrar a través de la armadura.”—Patriarcas y Profetas, pág. 700.

b. ¿Cuál era la principal preocupación de David en esta crisis? Versículos 22–26.

1 Sam 17:22-26 Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23 Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. 24 Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. 25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? El se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel. 26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

“[David] fue impulsado con celo para preservar el honor del Dios vivo, y el prestigio de los hijos de Israel. No podía soportar ver que a este audaz idólatra se le permitiera día tras día burlarse de los elegidos del Señor, sin hacer un esfuerzo por derrocar su orgullosa jactancia y burla.”—The Signs of the Times, 3 de agosto, 1888.

c. Compara la actitud del hermano mayor de David, Eliab. Versículos 28, 29.

1 Sam 17:28, 29 Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido. 29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?

“Eliab, el hermano mayor de David… conocía bien los sentimientos que agitaban el alma del joven. Incluso como pastor de los rebaños de Belén, había manifestado una audacia, una valentía y una fuerza no fácilmente explicables; y la misteriosa visita de Samuel a la casa de su padre, y su silenciosa partida, habían despertado en las mentes de los hermanos sospechas sobre el verdadero objeto de su visita. Sus celos se habían despertado al ver que David era honrado por encima de ellos, y no lo consideraban con el respeto y el amor debido a su integridad y ternura fraternal. Lo miraban como un mero pastor jovencito, y ahora la pregunta que hizo fue considerada por Eliab como una censura a su propia cobardía al no hacer ningún intento de silenciar al gigante de los filisteos.”—Ídem.

3. DAVID Y GOLIAT

�� Año Bíblico: Génesis 13-15

a. ¿Cómo podemos incorporar en nuestra propia experiencia la fe manifestada por David? 1 Samuel 17:32–37.

1 Sam 17: 32-37 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. 33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

“Cada vez que se obra en nuestro favor una liberación especial, o recibimos nuevos e inesperados favores, debiéramos reconocer la bondad de Dios.”—Patriarcas y Profetas, pág. 185.

“Nuestra preparación para hacer frente a los opositores o para ministrar a la gente debe obtenerse de Dios en el trono de la gracia celestial. Cuando se recibe la gracia de Dios se advierte y reconoce la propia incompetencia. La dignidad y la gloria de Cristo constituyen nuestra fortaleza.”—El Evangelismo, pág. 125.

b. ¿Cómo reveló David el secreto de la victoria? Versículos 38–40, 43–51.

1 Sam 17: 38-40 Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. 40 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. Continuar lectura en 1 Sam 38: 43-51 RV 1960

“Goliat confiaba en su armadura. Aterrorizaba a los ejércitos de Israel mediante su jactancia desafiante y salvaje, mientras hacía un despliegue sumamente impresionante de su armadura, que era su fuerza. David, en su humildad y celo por Dios y su pueblo, propuso enfrentar a esta persona jactanciosa. Saúl accedió e hizo que se le colocara a David su propia armadura real. Pero él no consintió en usarla. Dejó a un lado la armadura del rey porque no la había probado. Había probado a Dios y, confiando en él, había ganado victorias especiales. Colocarse la armadura de Saúl daría la impresión de que él era un guerrero, cuando era sólo el pequeño David que cuidaba las ovejas. Él no quería que se le diera crédito a la armadura de Saúl, porque su confianza estaba en el Señor Dios de Israel. Escogió unas pocas piedrecillas del arroyo, y con su honda y cayado, sus únicas armas, fue en el nombre del Dios de Israel para enfrentar al guerrero armado.

“Goliat despreció a David porque su aspecto era el de un mero joven inexperto en las tácticas de la guerra… Sentía que era un insulto para su dignidad el que un mero mozalbete, sin mucha armadura, viniese para enfrentarlo. Dijo con jactancia lo que haría de él. David no se irritó porque fue considerado como tan inferior, ni tembló ante sus terribles amenazas, sino que replicó: ‘Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos’.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 243.

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