Lección 2
Sábado, 9 de enero de 2021
📖 Año Bíblico: Génesis 25-27
Venciendo a Gigantes “Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla” (1 Samuel 17:47, primera parte). “Los que llevan el mensaje más solemne que se haya dado a nuestro mundo deben quitarse la armadura de combate, y colocarse en su lugar la armadura de la justicia de Cristo.”—El Evangelismo, pág. 125. Lectura adicional: Testimonios para la Iglesia, tomo 3, págs. 236–245.
Domingo
3 de enero
📖 Año Bíblico: Génesis 7-9
1. APRENDIENDO UNA CONFIANZA MÁS PROFUNDA
a. ¿Cómo cooperó David con la providencia de Dios para obtener sabiduría y experiencia a fin de lidiar con los desafíos futuros? 1 Samuel 16:14–23. 1 Sam 16: 14-23 El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. 15 Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta. 16 Diga, pues, nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio. 17 Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo. 18 Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él. 19 Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas. 20 Y tomó Isaí un asno cargado de pan, una vasija de vino y un cabrito, y lo envió a Saúl por medio de David su hijo. 21 Y viniendo David a Saúl, estuvo delante de él; y él le amó mucho, y le hizo su paje de armas. 22 Y Saúl envió a decir a Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo, pues ha hallado gracia en mis ojos. 23 Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.
“Por la providencia de Dios, David, como hábil intérprete del arpa, fue llevado ante el rey. El pastorcillo fue empleado para tocar ante el gobernante de Israel, y, si era posible, para alejar la creciente melancolía que se había asentado, como una oscura nube, sobre la mente de Saúl.”—The Signs of the Times, 3 de agosto, 1888. “David crecía en favor ante Dios y los hombres. Había sido educado en los caminos del Señor, y ahora dedicó su corazón más plenamente que nunca a hacer la voluntad de Dios. Tenía nuevos temas en que pensar. Había estado en la corte del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había descubierto algunas de las tentaciones que asediaban el alma de Saúl… Pero cuando se sentía absorto en profunda meditación, y atribulado por pensamientos de ansiedad, echaba mano a su arpa y producía acordes que elevaban su mente al Autor de todo lo bueno, y se disipaban las nubes obscuras que parecían entenebrecer el horizonte del futuro. “Dios estaba enseñando a David lecciones de confianza. Como Moisés fue educado para su obra, así también el Señor preparaba al hijo de Isaí para hacerlo guía de su pueblo escogido. En su cuidado de los rebaños, aprendía a apreciar en forma especial el cuidado que el gran Pastor tiene por las ovejas de su dehesa.”—Patriarcas y Profetas, págs. 696, 697. 10
Lecciones Bíblicas Sabáticas, enero–marzo, 2021