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El Evangelio en su Pureza
�� Año Bíblico: Romanos 4-7
Para memorizar: “Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo” (Gálatas 4:7).
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“Dios le ha dado al hombre en su ley una regla completa para la vida. Si obedece, vivirá por ello, mediante los méritos de Cristo. Si la transgrede, tiene poder para condenar. La ley envía a los hombres a Cristo, y Cristo les señala la ley.”—Nuestra Elevada Vocación, pág. 140.
Lectura adicional: Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 274–277, 399–404; Manuscript Releases, tomo 9, págs. 181–187.
Domingo
1. NUESTRA ÚNICA ESPERANZA 14 de noviembre
�� Año Bíblico: Hechos 14-16
a. ¿Qué debemos aprender del enfoque de Pablo, especialmente al compartir verdades impopulares con los demás? 2 Corintios 4:5; Gálatas 3:19–22
2 Corintios 4:5 Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Gálatas 3:19–22 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
“A los gentiles, [Pablo] les predicó a Cristo como su única esperanza de salvación, aunque al principio no tenía nada definido que decir sobre la ley. Pero después que sus corazones se enternecieron con la presentación de Cristo como el don de Dios para nuestro mundo, y lo que abarcaba la obra del Redentor en el costoso sacrificio para manifestar el amor de Dios al hombre, con la más elocuente sencillez mostró ese amor por toda la humanidad — judíos y gentiles— para que pudieran ser salvos entregándole sus corazones. Luego que, una vez ablandados y sometidos, se entregaron al Señor, presentó la ley de Dios como evidencia de su obediencia. Esta era la manera de trabajar, adaptando sus métodos para ganar almas. Si hubiera sido brusco y poco hábil en el manejo de la Palabra, no habría alcanzado ni a judíos ni a gentiles.
“[Pablo] llevó a los gentiles a ver las estupendas verdades del amor de Dios… Le preguntaron por qué se requería un sacrificio tan inmenso, y entonces se remontó a los símbolos, y recorrió la Escritura del Antiguo Testamento, revelando a Cristo en la ley, y ellos se convirtieron a Cristo y a la ley.”—The Southern Work, pág. 77.
Lunes
15 de noviembre
�� Año Bíblico: Hechos 17-19
2. SIENDO LLEVADOS A CRISTO
a. ¿Con qué es comparada la ley en relación con Cristo y nuestra gran necesidad de él? Gálatas 3:23–26; Juan 15:5.
Gálatas 3:23–26 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
“Cuando el pecador examina el gran espejo moral, ve sus defectos de carácter. Se ve a sí mismo tal como es, manchado, contaminado y condenado. Pero sabe que la ley no puede, en ninguna forma, quitar la culpa ni perdonar al transgresor. Debe ir más allá. La ley no es sino el ayo para llevarlo a Cristo. Debe contemplar a su Salvador que lleva los pecados. Y cuando Cristo se le revela en la cruz del Calvario, muriendo bajo el peso de los pecados de todo el mundo, el Espíritu Santo le muestra la actitud de Dios hacia todos los que se arrepienten de sus transgresiones. [Se cita Juan 3:16.]”—Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 250.
“Se me pregunta acerca de la ley en Gálatas. ¿Cuál ley es el ayo para llevarnos a Cristo? Contesto: Ambas, la ceremonial y el código moral de los Diez Mandamientos.”—Ibíd., pág. 274.
“Mediante Cristo, y sólo mediante él, las fuentes de la vida pueden vitalizar la naturaleza del hombre, transformar sus gustos y hacer que sus afectos fluyan hacia el cielo.”—Ibíd., pág. 400.
“[Se cita Gálatas 3:24.] El Espíritu Santo por medio del apóstol está hablando en este texto, especialmente de la ley moral. La ley nos revela el pecado, y hace que sintamos nuestra necesidad de Cristo y que acudamos a él en procura de perdón y paz, arrepintiéndonos ante Dios y teniendo fe en nuestro Señor Jesucristo…
“La ley de los Diez Mandamientos no debe ser considerada tanto desde el punto de vista de las prohibiciones como de la misericordia. Sus prohibiciones son la segura garantía de felicidad en la obediencia. Si se recibe en Cristo, obra en nosotros la pureza del carácter que nos proporcionará gozo a través de los
siglos eternos. Para el obediente es un muro de protección. Contemplamos en ella la bondad de Dios, quien al revelar a los hombres los inmutables principios de rectitud, procura escudarlos contra los males que resultan de la transgresión…
“La ley es una expresión del propósito de Dios. Cuando la recibimos en Cristo, se convierte en nuestro propósito. Nos eleva por encima del poder y los deseos y las tendencias naturales, por encima de las tentaciones que conducen al pecado.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 6, pág. 1110.
b. ¿De qué manera nuestro compromiso con Cristo a través del bautismo está destinado a confirmar una transformación en nuestras vidas? Gálatas 3:27; Romanos 13:14.
Gálatas 3:27 Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Romanos 13:14 Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Martes
3. HERMANADOS EN ARMONÍA 16 de noviembre
�� Año Bíblico: Hechos 20-22
a. Nombra un aspecto clave de los verdaderos seguidores de Cristo. Gálatas 3:28.
Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
“Todo miembro de la familia humana que se entregue a Cristo, todo el que escuche la verdad y la obedezca, llega a ser miembro de una misma familia. El ignorante y el sabio, el rico y el pobre, el pagano y el esclavo, el blanco y el negro: Jesús pagó el precio por el alma de todos ellos. Si creen en él, su sangre purificadora se aplica a ellos. El nombre del negro es escrito en el libro de la vida junto al nombre del blanco. Todos son uno en Cristo. El origen, la posición social, la nacionalidad o el color no pueden elevar o degradar a los hombres. El carácter es el que hace al hombre. Si un piel roja, un chino o un africano dan su corazón a Dios, en obediencia y fe, Jesús no lo ama menos debido a su color. Lo llama su hermano amado.”—Mensajes Selectos, tomo 2, pág. 394.
“Puesto que los hijos de Dios son uno en Cristo, ¿cómo considera Jesús las castas, las distinciones sociales, el apartamiento del hombre de sus prójimos, debido al color, la raza, la posición, la riqueza, la cuna, o las prendas personales? El secreto de la unidad se halla en la igualdad de los creyentes en Cristo.”—Ibíd., tomo 1, pág. 304.
Efesios 6:5–9 Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; ⁶ no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; ⁷ sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, ⁸ sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. ⁹ Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.
“Cristo y su misión han sido mal representados, y multitudes se sienten virtualmente apartadas del ministerio del Evangelio. Pero no deben sentirse separadas de Cristo. No hay barreras que el hombre o Satanás puedan erigir y que la fe no pueda traspasar.”—El Deseado de Todas las Gentes, pág. 369.
“No hay persona ni nación que sea perfecta en todas sus costumbres y maneras de pensar. Una debe aprender de otra. Por esto, Dios quiere que las diferentes nacionalidades se asocien para llegar a ser un solo pueblo en sus maneras de ver y en sus propósitos. Así verá cumplida la unión que es en Cristo…
“Hermanos, mirad a Cristo; imitad sus modales y su espíritu; luego no os será difícil alcanzar a las diferentes clases de personas.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pág. 145.
“El cristianismo forma un fuerte lazo de unión entre el amo y el esclavo, el rey y el súbdito, el ministro del Evangelio y el pecador caído que ha hallado en Cristo purificación del pecado. Han sido lavados en la misma sangre, vivificados por el mismo Espíritu; y son hechos uno en Cristo Jesús.”—Los Hechos de los Apóstoles, pág. 367.
Miércoles
17 de noviembre
�� Año Bíblico: Hechos 23-25
4. PUREZA DE FE EN SU SACRIFICIO
a. Explica el privilegio de la adopción en la familia de Dios. Gálatas 3:29; 4:1–7. ¿Cómo sucede esto? Juan 1:12, 13.
Gálatas 3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa. Gálatas 4:1–7 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; 2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. ⁴ Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, ⁵ para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. ⁶ Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre! ⁷ Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Juan 1:12, 13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
“Mediante este sencillo acto de creer en Dios, el Espíritu Santo engendró nueva vida en tu corazón. Eres como un niño nacido en la familia de Dios, y él te ama como a su Hijo.”—El Camino a Cristo, pág. 51.
“¡Cuán maravilloso es el plan de la redención en su sencillez y plenitud! No solo proporciona el perdón pleno al pecador, sino también la restauración del transgresor, preparando un camino por el cual puede ser aceptado como hijo de Dios. Por medio de la obediencia puede poseer amor, paz y gozo. Su fe puede unirlo en su debilidad con Cristo, la Fuente de fortaleza divina; y mediante los méritos de Cristo puede hallar la aprobación de Dios porque Cristo ha satisfecho las demandas de la ley, e imputa su justicia al alma penitente que cree.”—A Fin de Conocerle, pág. 96.
b. Debido a la maldad del orgullo en nuestra naturaleza humana, ¿qué nueva ordenanza dio Cristo a su iglesia, y cómo los gálatas, por el contrario, demostraron no apreciar siquiera su crucifixión? Juan 13:14; Gálatas 4:8–10.
Juan 13:14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Gálatas 4:8–10 Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; 9 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? 10 Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.
“Este rito [de humildad] no atañe tanto a la capacidad intelectual del hombre como a su corazón. Su naturaleza moral y espiritual lo necesita. Si sus discípulos no hubiesen necesitado esto, no les hubiera sido dejado como el último rito establecido por Cristo en conexión con la última cena, e incluyéndola. El deseo de Cristo fue dejar con sus discípulos un rito que hiciera a favor de ellos precisamente lo que necesitaban; que sirviera para liberarlos de los ritos y las ceremonias que hasta ese momento habían practicado como esenciales, y que perderían su valor con la recepción del Evangelio. Continuar con esos ritos sería un insulto a Jehová.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo 5, págs. 1113.
“En las iglesias gálatas, el error abierto y desenmascarado estaba suplantando la fe del evangelio. Se renunciaba virtualmente a Cristo, el verdadero fundamento, por las obsoletas ceremonias del judaísmo.”—Sketches From the Life of Paul, pág. 190.
Jueves
�� Año Bíblico: Hechos 26-28
5. UNA LABOR DE AMOR
a. ¿Qué podemos aprender de las tiernas súplicas de Pablo? Gálatas 4:11–18.
Gálatas 4:11–18 Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros. 12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho. 13 Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; 14 y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos. 16 ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? 17 Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos. 18 Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros.
“Tratar sabiamente con diferentes clases de mentes, bajo variadas circunstancias y condiciones, es una obra que requiere sabiduría y discernimiento, iluminada y santificada por el Espíritu de Dios. El ministro de Cristo debe aprender la importancia de adaptar sus labores a la condición de aquellos a quienes busca beneficiar. La ternura, la paciencia, la decisión y la firmeza son igualmente necesarias; pero deben ejercerse con la debida consideración. Sólo manteniendo una estrecha relación con Dios, sus siervos pueden esperar enfrentar prudentemente las pruebas y dificultades que aún surgen en las iglesias.
“Pablo había presentado a los gálatas el evangelio de Cristo en su pureza. Sus enseñanzas estaban en armonía con las Escrituras; y el Espíritu Santo había dado testimonio de sus labores. Por eso advirtió a sus hermanos que no escucharan nada que contradijera la verdad que les había sido enseñada.”— Sketches From the Life of Paul, pág. 190.
b. ¿De qué manera la ley y el evangelio fusionados brindan esperanza?
Gálatas 4:19–21.
Gálatas 4:19–21 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, 20 quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros. 21 Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
“Nadie que crea en Jesucristo está bajo la esclavitud de la ley de Dios; porque su ley es una ley de vida, no de muerte, para aquellos que obedecen sus preceptos. Todos los que comprenden la espiritualidad de la ley, todos los que se dan cuenta de su poder como indicador del pecado, están en una condición tan indefensa como el mismo Satanás, a menos que acepten la expiación provista para ellos en el sacrificio restaurador de Jesucristo… Mediante la fe en Cristo se hace posible la obediencia a cada principio de la ley.”—Manuscript Releases, tomo 8, pág. 98.