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Desordenando los clivajes ideológicos
La simplicidad y parsimonia de la concepción de Mudde sobre el populismo, supuestamente, también permitiría trascender las fronterasde y sus colaboradores sostienen que su enfoque permite comprender las distintas idiosincrasias del populismo en todo el mundo. Sin embargo, cuando explican su teoría, resulta obvio que fue desarrollada para explicar la vida política de los partidos de derecha europeos y no necesariamente funciona para los partidos y movimientos de otras regiones.
tualizaciones ideacionales generalmente no ven el liderazgo carismáti- si los sujetos de análisis son partidos radicales de derecha europeos. Pero no pueden trasladarse a América Latina, África, Asia, Oriente Medio o a los partidos populistas europeos de masas como el Rassemblement National, SYRIZA o PODEMOS en los que el populismo suele estar vinculado a fuertes líderes carismáticos. Podría ser como escribió Mudde en The Populist Zeitgeist, que los movimientos y partidos popuHawkins reconoce, los populistas podrían permanecer en los márge- del populismo demuestra cómo los intentos de construir teorías universales a menudo ocultan las experiencias particulares como la norma.
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Aunque su concepto se fundamenta en las experiencias de la deentre las variantes de derecha e izquierda. Desde una perspectiva emtrascienden las distinciones entre derecha e izquierda. Por ejemplo, en caron a Perón de fascista, pero, en los años sesenta, surgió el peronismo de izquierda. Más recientemente, el Movimiento Cinque Stelle desafía la división entre la izquierda y la derecha. Desde un punto de vista teórico, también está relacionado con el intento de Mudde de desarrollar nales de los partidos. Sin embargo, el costo de no distinguir entre las variantes de izquierda y derecha es inmenso en términos heurísticos y normativos. Mientras que las variantes de izquierda no utilizan discursos racistas para construir al enemigo del pueblo, algunas variantes de derecha politizan la raza y la etnia para construir al “otro”. Como sostiene Finchelstein, siempre existe la posibilidad de que el populismo de los populismos contemporáneos de izquierda y de derecha expresan diferentes vínculos con los valores democráticos, cabe preguntarse sobre la utilidad de ese concepto transversal “universal” e ideológico del populismo. Discutiremos este aspecto en mayor profundidad más adelante. tiende a absolver al populismo de sus componentes autoritarios. Por ejemplo, al discutir la exclusión de los grupos minoritarios del “pueblo puro” en Europa occidental, los autores de Populism a Very Short Introduction - ven al populismo de derecha de su autoritarismo culpando al nativismo de sus características reaccionarias, excluyentes y xenófobas, ocultando cómo las visiones racistas del pueblo caracterizan a los populismos de derecha en los Estados Unidos, Europa, India e Israel. Se corre el riesgo de normalizar a los autócratas populistas cuando escriben, por ejemplo, “existe un Hugo Chávez o Sarah Palin latente dentro de todos las complejidades del populismo, mientras que lo amplía en exceso sin - del populismo a los discursos, las ideas, los movimientos y partidos, y simultáneamente, lo reduce a ser la forma de expresión de políticas moralistas. Los vínculos normativos del populismo con la democracia como políticos. Por consiguiente, no hay escapatoria a las permanentes controversias sobre qué es el populismo. Aunque la epistemología positivista supone la separación entre lo académico y la realidad políti- radica en suposiciones normativas implícitas sobre los desafíos del populismo para las democracias contemporáneas. ritarismo extremo” que rechaza “limitaciones a la soberanía popular y al gobierno de la mayoría, ya que niega fundamentalmente la existen- de los populistas, “la política debería obedecer la voluntad general del seguir la voluntad general del pueblo y a potenciar al pueblo como un no apunta a devolver el poder a todo el pueblo. Los populistas buscan empoderar solo a aquellos supuestamente excluidos por el régimen, es decir, a las masas que están fuera del sistema. Aquellos que son parte del sistema se convierten en enemigos que deben ser contenidos. No son rivales democráticos con los que uno podría estar en desacuerdo. No son parte legítima del pueblo y son excluidos de la voluntad general. Además, parece que Mudde malinterpretó la noción de Rousseau sobre la voluntad general. Michael Freeden escribió que la voluntad que se pregunta a cada persona individualmente no qué es bueno exla volonté de tous la volonté générale y los individuos a menudo someten su voluntad a un líder o un partido. La política populista se fundamenta más en la aclamación plebiscitaria que en procesos de comunicación orientados a trascender las preferencias de cada individuo.
El segundo problema normativo se relaciona con el impacto del populismo en las democracias existentes. Cuando Mudde analizó empíricamente el impacto del populismo en la democracia liberal, adoptó mocracia. La principal consecuencia de utilizar esta concepción estática de la democracia, cuyos principios generales se superponen a los regímenes institucionales existentes, es que se subestiman las “amena- zas” del populismo. Los editores de Populism in Europe and the Americas exploran si los partidos populistas son una “amenaza” o un “elementodadas, en particular en Bélgica, Canadá, pero también en Austria cuanFPÖ
Jörg Haider estaba en un gobierno de coalición, los partidos populistas particular en aquellas donde las democracias no están “consolidadas”,rismo competitivo”. En consecuencia, a pesar del objetivo inicialmente los supuestos normativos, su enfoque es sumamente normativo. Asumir que el impacto del populismo en las democracias liberales occidentales no comprende afectos en el Estado de bienestar o en los derechos de los inmigrantes nos resulta una perspectiva y una posición fuertemente normativa, como lo demostraron los cuatro años en los que Trump minó la legitimidad democrática. De manera similar, Mudde democracia liberal y no a la democracia, como si el constitucionalismo, el estado de derecho, el pluralismo y la división de poderes no fueran necesarios en proyectos de democratización de las democracias real-diciones institucionales que conducen a un proceso de democratización o, alternativamente, a la des-democratización. Cuando los populistas emergen en sociedades con privilegios antidemocráticos y cuando la población fue excluida de la política mediante el fraude electoral o leyes electorales restrictivas, el populismo condujo a la inclusión de los ciudadanos anteriormente marginados de la comunidad política a través de la participación electoral. Por ejemplo, durante los dos primeros mandatos de Juan Domingo Perón, la concurrencia de los votantes incrementó la participación de los salarios en el producto interno bruto del electoral se dio sin la creación de culturas políticas democráticas o el respeto al estado de derecho. En este sentido, la inclusión populista en el gobierno de Perón no promovió o fortaleció la democracia. Comozación, argumentan que el populismo mejoró la democracia tout court luego de la transición de los regímenes autocráticos. cuando la población es incluida en los partidos en democracias liberales o electorales, el populismo podría conducir a un proceso de ero- marco institucional de la democracia, no detectan procesos más sutilesbinati, provocados por los ataques populistas a los inmigrantes, a las
Conclusión: ¿cuáles son las complejidades del populismo?
Este capítulo comenzó con la premisa de que las preguntas conceptuales son prioritarias a las empíricas. Nos involucramos críticamente con algunos de los supuestos teóricos y normativos claves de la delas ciencias políticas actuales. Discrepamos de los intentos de reducir las complejidades del populismo, en sus diferentes manifestaciones - nemos que el concepto de Mudde limita el populismo a una ideología moralista y no toma en consideración los performances, los estilos de comunicación o los vínculos entre los líderes y los seguidores.
Este artículo demuestra cómo la noción de Mudde, que funcionó correctamente para explicar una variedad o un subtipo de populismo, no permite comprender las experiencias populistas en otras zonas del mundo o los partidos populistas de masas en Europa. Su categoría de
“pueblo puro” permite comprender, en cierta medida, los partidos europeos de derecha, pero no puede evidenciar las diferentes formas en que se construyen los términos pueblo y élite en otras experiencias populistas de Europa u otros continentes. No todos los populistas son iguales. Los populistas varían en la forma de conceptualizar al pueblo y a la élite y en sus propuestas de cómo devolver el poder al pueblo.vez prometen más democracia. Las variantes de izquierda no utilizan la raza para construir al repugnante o inasimilable otro, y no pretenden restringir la democracia imponiendo imágenes nostálgicas reaccionarias de la ley y el orden, cuando las mujeres, los no blancos y las comu- de abordar las desigualdades. Algunos buscan un Estado más fuerte como respuesta, otros creen en los poderes mágicos de los mercados no regulados.
Mudde y sus colaboradores están tratando de presentar su enfo-
Todos estos libros reconocen diferentes marcos teóricos que, implícita o explícitamente, contienen perspectivas normativas que apoyan una visión pluralista del populismo. Además, en algunos capítulos empíricos de estas publicaciones, los especialistas señalan la posibilidad de vincular diferentes perspectivas teóricas.
Nuestra reivindicación no es por una plétora de estudios empíricosgicos y normativos de la noción que utilizan en su trabajo empírico. Esto - plejidad de los fenómenos que abarca el populismo: como una estrategia para llegar al poder y gobernar, simultáneamente como un estilo político y performativo, y como un conjunto de ideas y discursos sobre la política. En lugar de suponer que un determinado tipo de populismo constituye su esencia transhistórica, sostenemos que solo una perspectiva orientada a la complejidad permitiría a los académicos abordar las diversas manifestaciones del populismo de todo el mundo. A pesar de sus promesas de resolver interminables desacuerdos conceptuales, ya que desplazan la complejidad y “la interpretación histórica a favor
The
Routledge Handbook of Global Populism. Routledge. Illiberal Politics in Neoliberal Times. Culture, Security and Populism in the New Europe. Cambridge University Press. - rope and the United States. - ropean populist moment in comparative perspective. Journal of Racial and Ethnic Studies
The Politics of resentment. Rural Consciousness in Wisconsin and the Rise of Scott Walker. University of Chicago Press. Populist Seduction in Latin America. Ohio University Press.
Routledge Handbook of Global Populism. Routledge. -
Totalitarismus und Demokratie
From Fascism to Populism in History. University of California Press. Political Studies, ideology. Journal of Political Ideologies - rity in Metro Manila. American Journal of Sociology populism. Latin American Research Review bringing frame, actor and context back. En Heinisch, R, Holtz-BaPolitical Populism. A Handbook. Nomos Verlag-Bloomsbury.
The Constitution of Society. Outline of the Theory of Structuration. Polity Press.
Politics of the Extreme Right: from the Margins to the Mainstream. History and Politics in the 20th Century. Bloomsbury Publishing.
Venezuela’s Chavismo and Populism in Comparative Perspective. Cambridge University Press.
, Routledge Handbook of Global Populism. Routledge.
The Ideational Approach to Populism. Concept, Theory, and Analysis Routledge.
Political populism. A handbook. Nomos Verlag-Bloomsbury.
Understanding Populist Party Organization. The Radical Right in Western Europe. Palgrave.
Strangers in Their Own Land. The New Press. The Populist Explosion. Columbia Global Reports.
Constellations
The Populist Persuasion. An American History. Cornell University Press.
Inference in Qualitative Research. Princeton University Press.
Routledge Handbook of Global Populism
The Global Rise of Populism. Stanford University Press.
The Mainstreaming of the Extreme Right in France and Australia: a Populist Hegemony? Routledge.
Government and Opposition,
Populist Radical Right-Wing Parties in Europe. Cambridge University Press.
Are Populists Friends or Foes of Constitutionalism? Policy Brief, the Social and Political Foundations of Constitutions. Oxford University Press.
The Oxford Handbook of Populism. Oxford University Press. The Far Right in America. Routledge.
Populism in Europe and Americas. Threat or Corrective for Democracy. Cambridge University Press.
Populism. A Very Short Introduction. Oxford University Press.
The Oxford Handbook of Populism . Oxford University Press.
The Oxford Handbook of Populism. Oxford University Press.
Political Populism. A Handbook. Nomos Verlag-Bloomsbury. -
European Journal of Political Research
The Oxford Handbook of Populism. Oxford University Press. The Concept of the Political (1932). University of Chicago Press.
Populism. Open University Press. .
Harvard University Press.
Routledge handbook of global populism
The Oxford Handbook of Populism. Oxford University Press. The Frankfurt School Revisited. Routledge. Missionary Politics in Contemporary Europe. Syracuse University Press.
Populismo,
élite política e inestabilidad: una élite ensimismada
Populism,
political instability, and elites: the case of the self-absorbed Ecuadorian elite
Anamaría Correa Crespo1
Universidad San Francisco de Quito Quito, Ecuador amcorrea@usfq.edu.ec
Como se anticipa en la introducción de este libro, el elitismo setir de la perspectiva teórica del nuevo paradigma elitista que se des- élite política ecuatoriana puede ser un factor que explica la inestabilidad política del período. Para ello, comenzaré revisando los postulados teóricos, desde el elitismo clásico y sus críticas, así como el nuevo pa- élite política en los procesos de consolidación y estabilidad democrática. Posteriormente, revisaré de manera concreta momentos de ruptura democrática del período en cuestión y su correlato en la élite política tradicional expresado a través de los cambios que fue atravesando. Por - ca ecuatoriana en el momento actual y algunos de sus elementos más característicos.
Elitismo clásico versus pluralismo
La teoría de las élites nació con el elitismo clásico a principios del siglo XX y tuvo una evolución durante todo el siglo hasta su desarrollo contemporáneo con el nuevo elitismo en los noventas. Por teoría de las élites, básicamente se entiende una construcción teórica general de la continuidad y el cambio social, en la que el concepto de las élites tiene un rol central como variable explicativa de varios procesos políticos. En este texto, revisaré algunas de las diferentes variantes de elitismo producidas por autores clásicos y contemporáneos que intentan comprender la relación entre las élites y los procesos democráticos exitosos o fallidos.
La teoría de élites tiene raíces profundas en la sociología clásica,dica que las minorías siempre terminan dominando a las mayorías por la vía de la organización, por la posesión de recursos económicos, intelectuales e incluso porque poseen una cierta superioridad moral. Así la teoría de élites, en su versión clásica, intenta usar el concepto de élite como el eje fundamental dentro de una gran teoría de continuidad y el
En este contexto y hasta la actualidad, los asuntos abordados por los elitistas están vinculados con la teoría de la democracia en tanto las élites pueden servir como una variable explicativa para comprender lapresión de las dinámicas que ocurren en la sociedad en las relaciones entre ciudadanos y gobierno, grupos de poder y gobierno, élites y masas, entre otros.
Aunque no existe un consenso al interior de la academia en torno a una teoría de élites universalmente aceptada, los esfuerzos realizadostamiento de las élites, la interacción entre ellas, su transformación y, enbia a un sistema democrático. La pregunta de fondo detrás de la teoría de élites, tanto en su versión clásica, como en la versión contemporánea, radica en: ¿quiénes nos gobiernan y por qué lo hacen? A juicio de Pasectores que logran el acceso a los niveles de decisión política.
Desde la perspectiva del elitismo clásico, el hecho de que las élites no solo estén presentes, sino que asuman el rol de liderazgo y decisión, dentro de cualquier sociedad, resulta un hecho ineludible. La inevitabilidad de las élites es el concepto central del elitismo clásico las élites como el inescapable protagonista político y social de la realidad de los estados-nación como argumento en contra del liberalismo político y del marxismo de la época.a grosso modo existen dos clases dentro de una sociedad, aquellos que construye con personas que vienen del segmento más exclusivo y po- ma. Eso hace que no tenga que responder a nadie por sus decisiones. Bajo la perspectiva elitista, cuando una élite es sustituida, otra la a que nuevamente una minoría gobernará sobre una mayoría y perpetuará el hecho de que cualquier sociedad es conducida por un grupo elitista. El proceso de circulación de élites equivale a la alternancia de estas en el poder como resultado de un proceso de competencia pací-
El elitismo clásico fue recibido con algunas críticas en el mundo, especialmente de aquellos que consideraban que era una teoría conservadora, que mantenía el statu quo intacto y sobre todo que era normativa. Una de las vertientes principales de esa crítica vino del plu-
, se empeñaron en demostrar empíricamente en un estudio pormenorizado de la toma de decisiones en algunas ciudades de Estados Unidos, la existencia de un entramado mucho más complejo de interrelaciones y personas vincugrupo de poder o élite, y que más bien apuntaba hacia la existencia de un sistema de balance de poder entre grupos de élites competitivas que, a través de la representación de distintos intereses y vinculaciones, representarían a la gran mayoría de la población. Estas personas variada en diferentes decisiones debido al grado de especialización de Dahl posteriormente hablaría de la poliarquía estable, concepto clave para entender un sistema competitivo: un régimen en el que el poder sobre los funcionarios es ampliamente compartido y es sustan-
Populismo y comportamiento político en Ecuador: incorporando la agenda ideacional cialmente popular y liberal en el sentido de ser inclusivo y abierto a la Mediante su clásico estudio sobre la ciudad de New Haven en Estados Unidos estableció, que al menos para esa ciudad, el poder político estaba distribuido y difuminado en la sociedad, en lugar de reposar es- zado a una vieja élite oligárquica que ya no participa en la política y han incluyen a individuos al igual que a funcionarios y políticos profesionales, representando intereses tanto contrapuestos como colaborativos.
Para la vertiente pluralista, sería equivocado pensar que existe un solo grupo de poder o élite que maneje todos los hilos de poder en todas las instancias. Desde la perspectiva pluralista, el poder está mucho el caso de Estados Unidos.
El nuevo paradigma para la sociología política
Para precisar más sobre la aproximación teórica de este capítulo, en el cual abordo el caso de la élite ecuatoriana, es necesario mirar el nuevo paradigma de élites para la sociología política. Un esfuerzo teó- para encontrar explicaciones plausibles para los fenómenos políticos se encuentra en el “nuevo paradigma de élites” o en el nuevo elitismo. Con el objetivo de modelar los cambios al interior de los regímenes políticos y la democratización, los nuevos elitistas, profundizan algunas de las nociones básicas de la teoría clásica e intentan reconsiderarlas élites, la importancia de las variaciones en la estructura básica de las élites y su funcionamiento, para detectar las continuidades y cambios, así como desentrañar la relación interdependiente entre las élites y las masas en las sociedades modernas.
Esto quiere decir que el desarrollo contemporáneo de la teoría de las élites mantiene el concepto de élite como un elemento central y ex- plicativo de los fenómenos políticos, pero bajo una mirada estrictamen- como categorías estrictamente factuales, desprovistas de cualquier elemento o dimensión normativa. Además, las variaciones decisivas en la estructura de las élites nacionales y su funcionamiento se ubican dentro de los grandes parámetros de orientaciones políticas, a medida que las sociedades adquieren más desarrollo socioeconómico. El valor explicativo de las élites se limita a las grandes continuidades y cambios en los regímenes políticos de los Estados-naciones dentro de los períodos moderno y contemporáneo.
Desde la perspectiva teórica del nuevo paradigma elitista desa- grupo reducido de personas que, por virtud de ocupar una posición estratégica en organizaciones poderosas de la sociedad, tienen el poder
Bajo el paraguas del nuevo elitismo, este conjunto de teóricos de élites, a partir de la construcción de una tipología de élites basada de distinto modo en diferentes momentos de la historia y que generan a su vez diferentes tipos de regímenes. Las tipologías construidas por el “nuevo paradigma” constituyen el eje medular de su marco teórico y son el elemento que a su juicio permite comprender algunos aspectos de los regímenes políticos, sobre todo el éxito y estabilidad de determinados regímenes o el fracaso e inestabilidad de otros. Varios autores ya habían vinculado la democracia liberal con los orígenes y persistencia que unas élites estables y cohesionadas eran fundamentales para alcanzar una democracia consolidada.
El nuevo elitismo vincula irremediablemente a la democracia liberal-occidental con una determinada forma de élite que posee una valores y creencias. En contraste con los otros autores citados anterior- mente, quienes asignaban a las élites un rol importante pero disper-blecimiento del régimen político. su argumentación y, para eso, los autores utilizan dos categorías bási-- permitan la existencia de círculos concéntricos a través de los cuales todos los miembros de la élite se unen y obtienen acceso a los tomadores de decisión clave. En cuanto al consenso alrededor de valores, esto tiene relación con el grado de consonancia que existe en la élite sobre el respeto a las reglas del juego democrático, la política contenida y el derecho de la oposición a existir. De este modo, la integración estructural y el grado de consenso entre valores, creencias y expectativas, arroja tres tipologías básicas de élites que se pueden describir de la siguiente forma y que a su vez tienen una relación directa con un tipo de régimen
Desunidas una integración estructural baja y consensos mínimos en el sentido defunda entre los miembros de las diferentes facciones y la política se desenvuelve a partir de luchas por dominación violentas, como juegos de suma-cero. La política en las élites desunidas se concibe como una guerra de ganar o perder.
Consensualmente unidas. La integración estructural es profunda en el sentido de que existe comunicación a través de redes que se sobreponen y conectan de modo que todos los sectores y facciones inmismo tiempo no existe un grupo en particular que domine por encima implícitamente existe un acuerdo sobre normas de comportamiento político, así como del valor intrínseco de las instituciones existentes y del rol que cumplen. Esto no quiere decir que no haya discrepancias sin embargo, estos desacuerdos se activan en el marco de adhesión irrestricta al sistema y una concepción de la política como negociación. Ideológicamente unidas. Todos los miembros de la élite tienen una amplia integración estructural por medio de una línea vertical de comunicación, que se centraliza en unos pocos líderes del partido, movimiento o religión que lideran. No se expresan discrepancias importantes en torno a las ideas, valores, políticas, sino que, por el contrario, el consenso hace que exista una profunda adhesión a una sola ideología o doctrina, que se construye verticalmente, por unos pocos líderes. Al exterior, la élite se muestra con un carácter monolítico, basado en la presunta noción de verdad asociada a sus premisas ideológicas.
La élite política ecuatoriana, 1997– 2020
valeciente a lo largo y ancho del mundo, es la de las élites desunidas a ser permanentes, siendo las transformaciones de una a otra, eventos raros en la historia2 nacionales radica en la estabilidad o inestabilidad de los regímenes políticos. Es decir que, las transiciones o rupturas en los regímenes políticos pueden ser entendidas a partir del estudio de las continuidades o cambios al interior de las élites nacionales. Por inestabilidad, Higley y sometido a constantes rupturas, amenazas y cambios en el poder ejecutivo, que no son ocasionadas por un agente externo. De acuerdo con
2. Según Higley y Gunther (1991), una élite unida se puede transformar en una élite consensualmente unida solamente a través un pacto o de convergencia de élites, los cuales han sido eventos excepcionales a lo largo de la historia. El caso de Venezuela y Colombia podrían ser vistos como casos de convergencia; sin embargo, para Colombia, eso no dio lugar a una democracia consolidada, sino a una democracia consociativa durante los años del Frente Nacional. estos autores, en los países latinoamericanos, han existido elecciones libres, barreras bajas para la participación política, competencia partidista y un ambiente en el que las libertades civiles no han sido severamente violentadas. Sin embargo, muchos de los regímenes políticos latinoamericanos terminaron por golpes de Estado u otros eventos violentos que resultaron en gobiernos autoritarios o en un grado muy alto de volatilidad política. Por tanto, los autores concluyen que las élites de la mayor parte de países latinoamericanos son desunidas.
Si miramos el contexto del retorno a la democracia del Ecuador,toriano, ha estado plagado de reveses e inestabilidades. Empezandodas gubernamentales fue agudizándose de tal forma que terminamos mandato por incapacidad mental, y a raíz de una serie de protestas sociales por la corrupción desbordante de su gobierno —principalmentedos tradicionales, organizaciones de mujeres, el movimiento indígena yción popular durante ese período y los tres fueron derrocados. La elección de Bucaram se puede percibir como el primer campanazo contra la - clase política tradicional ecuatoriana entraría en una severa crisis hasta la elección de Bucaram no solo mostró la perpetuación de la lógica clientelar en la política ecuatoriana, sino el hecho de que los partidos de las élites tradicionales y la clase media habían perdido su capacidad para crear coaliciones electorales que abarcaran al conjunto del país. La caída de Bucaram y el posterior ascenso al poder de Fabián Alarcón tuvo como desenlace la Asamblea Constituyente del periodo pasar algunas reformas que buscaban darle estabilidad al sistema políexplícito entre la DP y el PSC, también pretendía darle gobernabilidad credenciales y características perfectas para ser un buen presidente de las élites tradicionales. electoral que llevaría al poder al ex coronel Lucio Gutiérrez y al Partiparticipantes del golpe del 2000, miembros importantes del movimien-tiérrez fue recibido con grandes dosis de temor por la élite tradicional temores se fueron disipando a medida que Gutiérrez acercó su política económica al Fondo Monetario Internacional y al gobierno de Estados Unidos y nombró a connotados economistas como miembros de su gabinete. Sin embargo, en abril de 2005, una renovación arbitraria de las magistraturas de la Corte Suprema de Justicia por iniciativa del presidente Gutiérrez, dio paso a la cancelación de los procesos por corrupción contra los expresidentes Bucaram y Noboa. Esto detonó en una nueva ola de protestas sociales, esta vez con una amplia participación de la clase media quiteña, la cual derrocó a Gutiérrez. El Congreso Na- poder ejecutivo fue encargado al vicepresidente Alfredo Palacio quien, dos años más tarde, entregaría el poder a Rafael Correa. Con eso ce-
Sin embargo, la caída de Mahuad se produciría dos años después,miento de depósitos, las medidas de ajuste y la dolarización generaron una explosión social que, a principios de 2000, generó una revuelta indígena-militar que defenestró a Mahuad de la Presidencia. Acogiéndo-tió la sucesión a través del vicepresidente Gustavo Noboa.
De esta forma, un período de alta inestabilidad política antecedió al correísmo, lo que implicó una pérdida de legitimidad de los partidos políticos y un alto grado de deterioro de las instituciones de la democracia. Esos mismos partidos políticos tradicionales, serían pulverizados en la década del correato
Esta profunda crisis de los partidos políticos que si bien había em-populista, anti-establishment y antielitista basado en la promesa de la reconquista de los espacios de participación por parte de los ciudadanos junto con un ataque directo a los partidos políticos tradicionales, - gradual de deslegitimación de los actores y agrupaciones partidistas - curso en contra de la élite política tradicional, los partidos políticos y los llamados grupos fácticos se operacionalizó a través de varios instrudel ejecutivo, legitimando un régimen “híperpresidencialista”, reducienla capacidad de participación de los ciudadanos comunes en distintas - rias iniciativas que tenían como propósito descorporativizar al estado la Asamblea Constituyente seguía llevando a cabo sus deliberaciones medida como dirigida contra ellos políticamente.
A lo largo de los años en los que Rafael Correa ocupó el poder, se - rios episodios de atropello a los derechos humanos y a la libertad de expresión, persecución a medios de comunicación, movimientos sociales, opositores políticos, entre otros.
Este proceso político liderado por Correa tuvo un impacto central en las dinámicas de circulación y conformación de la élite política. Por una parte, es evidente que, con el correísmo, se instaló en el poder una nueva élite política. Sin bien Rafael Correa tuvo varios colaboradores provenientes de la tradicional partidocracia , también conformó un círculo cercano con personas provenientes de diferentes orígenes, sobre todo académicos y militantes de izquierda, que no habían formado parte de la clásica clase política ecuatoriana. Por otro lado, la élite política tradicional que no fue parte del proyecto gobiernista fue pul- las elecciones generales de 2009, el PSC no presentó candidato presidencial y obtuvo apenas nueve escaños en la Asamblea Nacional, que ceso de acelerado declive de la participación partidaria en los espacios estatales, sino también en el arrinconamiento de las élites políticas no partidarias como los medios de comunicación, los gremios empresariales, los empresarios en general y otras organizaciones sociales, como el movimiento indígena. El discurso agresivo de Correa y la intimidación gubernamental hacia estos grupos a los que denominó los “grupos fácticos”, resultó en un proceso de marginación de las élites. Por un lado, esto se direccionó al debilitamiento y desarticulación de las orga- civil. Esto tuvo como correlato que las pocas voces críticas, sobre todo desde los medios de comunicación, se constituyeran en una suerte de opositores políticos, en vista de la ausencia y desarticulación de los actores políticos reales. Por otro lado, la élite económica en buena parte aprovechó del auge de consumo que vino a partir de la explosión de los precios de los commodities durante el correísmo, y obtuvo grandes rendimientos económicos, lo que le convirtió en un actor con condición de víctima y ganador indirecto de las políticas económicas expansivas del gobierno. tud de sus posiciones estratégicas en organizaciones poderosas, tienen la capacidad de incidir en las decisiones políticas de forma regular y sustancial. Las élites están conformadas por los principales tomadores de decisión de las organizaciones más importantes en una sociedad. Esto implica el hecho de que la élite política de un país, no la conforma solamente su clase política propiamente, sino que la élite política se nutre de todas aquellas personas que, desde diferentes segmentos de la sociedad, como los gremios, organizaciones sociales, medios de político de un país.
Si es que escogemos la variable de la élite política para mirar elmentos saltan inmediatamente a la vista. En primer lugar, está el hecho inescapable de que la élite política ecuatoriana ha estado marcada por clivajes regionales fuertes. La división regional de las dos ciudades política nacional. Incluso en el hecho de que las estructuras políticas - ha ocasionado que los partidos tradicionales de la Sierra ID, DP, Unidad bases partidarias en la Costa, y los partidos tradicionales de la Costapartidos dominantes en las ciudades costeras y tenían relativamente
Sierra y solo se colaron débilmente en la Costa. El movimiento Alianza-tan también en la élite política no partidaria. Un momento en la historia del Ecuador que revela las divergencias profundas entre la élite serrana y costeña, fue la llamada marcha de los “crespones negros”. En medio de la crisis económica y política que azotaba al gobierno de Mahuad, el feriado bancario con el consiguiente congelamiento de fondos, auto-clausuró sus puertas. Fernando Aspiazu, su propietario, atribuyó sus problemas de liquidez y mal manejo administrativo a decisiones del Aspiazu encabezó una manifestación multitudinaria, junto con dirigentes empresariales guayaquileños, que desembocó en el Municipio de Guayaquil. Las reivindicaciones pronto se transformaron en reclamos y exigencias de independencia provincial y secesión del país. El alcalde en aquel entonces de la ciudad y ex presidente de Ecuador, León Febres-Cordero, respaldó la manifestación y dictó un ultimátum al presiBanco del Progreso, que pedía el mismo tratamiento que el Estado dio a Filanbanco.
Aparte del clivaje regional de la élite política ecuatoriana, esta exhibe otros rasgos que parecerían indicar que tal y como advierten Higley y sus coautores, el país tiene una élite desunida, en la que no hay un consenso sobre valores, tampoco sobre las reglas del juego básico de la democracia. De ahí, por ejemplo, las resoluciones anómalas de las caídas presidenciales. Si ubicamos nuestra mirada en la coyuntura actual para analizar qué efectos tuvo el período de Correa en la élite política ecuatoriana, podemos observar los siguientes efectos. La hege-fueron denostados y acosados por el correísmo. A pesar del discurso de Correa en contra de los grandes empresarios, los grupos económicos usufructuaron de la bonanza económica y tuvieron grandes retornos. Los gremios empresariales, sin embargo, mantuvieron un discurso de oposición al régimen, pero fueron aplacados por la fortaleza del poder político correísta, así como también lo fueron los medios de comunicación, sobre todo con el emblemático caso del diario El Universo en relación con la punitiva ley de comunicación.
Si asumimos que la élite política ecuatoriana no ha sido una élite consensualmente unida y no ha habido momentos de convergencia o acuerdos de élites, en particular a raíz de todos los episodios de caídas gubernamentales, asambleas constituyentes e ingobernabilidad y luego de haber atravesado una década de gobierno de Rafael Correa que resolvió precisamente la inestabilidad e ingobernabilidad, cabe preguntarse: ¿qué efectos dejó el correísmo en la élite política ecuatoriana?, ¿qué piensan, qué valoran y qué relaciones tienen? ¿Dónde se
A través de una metodología cualitativa basada en entrevistas a profundidad y análisis de contenido de dichas entrevistas a personas provenientes de diferentes sectores de la élite y asumiendo que la élite está formada por personas que poseen la capacidad de incidir en el proceso político de manera sistemática y regular y proceden de dife-
5, se obtuvieron varios resultados..
Primero, existen clivajes conceptuales profundos alrededor del sistema democrático, producto de la circulación de élites durante la década correísta. Entre la élite emergente del correato y la élite política tradicional, existe un clivaje ideológico que podría resumirse en la clásica división que ver con la visión crítica de la élite correísta con respecto a la democracia liberal y sus instituciones. Es decir que no existe un consenso básico sobre el sistema y sus elementos básicos.
Segundo, no hay un consenso entre la élite política alrededor de- cia que pudiera otorgar a la élite política un piso mínimo para operar. respeto de la libertad individual y simultáneamente, el deseo en cier-
5. Esta investigación es parte de una disertación doctoral. La selección de los entrevistados se realizó a partir de una combinación de método posicional (instituciones, empresas, organizaciones) y método derecho de las minorías sexuales o de libertad de expresión de ideas
Tercero, la élite política, en términos generales, declara mantener diálogos esporádicos y no consistentes entre sí entre los diferentes acuerdos porque priman “intereses particulares” y eso conduce a la imposibilidad de consensos y sobre todo de alcanzar una perspectiva de largo plazo. La élite política tiene poca articulación en su interior y mínimo contacto con otros sectores que podrían robustecer perspectivas y valores. mismo sucede con la élite política partidaria. No existen espacios de interacción permanente con otros segmentos de la élite como con las universidades o actores de opinión. De hecho, la élite reporta la existencia de varios intentos de construcción de espacios institucionales de diálogo, que no perduraron y posteriormente fueron disueltos sin alcanzar los objetivos en las decisiones políticas, se podría decir que, en general, estas operan a través de mecanismos no institucionales y son poco transparentes. Los gremios empresariales realizan actividades de lobby con relativa efectiviautoridad de turno para negociar cuando así lo necesitan. sistema democrático. Todos los entrevistados apuntan a que el sistema actual tiene fallas estructurales: ausencia de institucionalidad y debilidad de las instituciones existentes, líderes caudillistas que empatan de cultura jurídica, junto con la inexistencia de reglas de juego pactadas y reconocidas como legítimas por todos los actores del sistema. Aunque las élites encuentran todos estos defectos en el sistema junto con están dispuestas a participar más activamente en la política activa o han perdido la esperanza de que el rumbo del sistema sea alterable. Así, se podría describir a la élite política ecuatoriana como una élite ensimismada y concentrada en su interés particular.cuencia, no se avizora la posibilidad de un pacto o convergencia de sine qua non para el establecimiento de una democracia liberal estable. Para estos autores, la clave para la estabilidad y supervivencia de los regímenes democráticos es el establecimiento de un consenso sustancial entre las élites sobre las reglas del juego democrático y su valor. En considerar a la política como negociación y no como guerra. Siguiendo de la élite política como desunida la causa de la persistente inestabilidad y falta de consolidación de la democracia ecuatoriana y tal vez es justamente esa la razón por la cual persiste la posibilidad de que el sistema sufra nuevos reveses en el futuro. desplazamiento de la misma en los espacios clave de decisión. Es indudable que la élite política llegó al correato debilitada, dividida y con poca legitimidad entre la ciudadanía. Además, el impacto vino porque, durante dicho período, la élite emergente quebró un incipiente consenso alrededor del modelo de democracia liberal. Se profundizaron los clivajes conceptuales y se creó un ambiente de mayor intolerancia impidiendosición frente a la amenaza del retorno autoritario. A manera de hipótesis, que debe investigarse más, podríamos decir que la falta de unidad de las élites parecería tener incidencia en el tipo de sistema que tenemos de reforma perpetua: constituyentes, reformas constitucionales, populismo, pactos de gobernabilidad truncos o “coaliciones fantasmas” como ecuatoriana como desunida podría ser un factor explicativo importante de por qué Ecuador es una democracia poco consolidada, que en cualquier momento corre el riesgo de romperse por inestabilidad o de volver a caer en una estabilidad forzosa en manos de un gobierno populista.
Populismo y comportamiento político en Ecuador: incorporando la agenda ideacional
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El modelo populista de democracia directa en Ecuador: entre la demanda ciudadana y la oferta populista
The populist model of direct democracy in Ecuador: between citizen demand and populist promotion
Ana Sofía Castellanos Santamaría1
Portland State University/Universidad Estatal de Portland Portland, EE. UU. acastel2@pdx.edu
En la región Andina, el proceso de democratización de regíme- tenta. A partir de entonces, durante los ochentas, se redactaron nuevas constituciones que introdujeron los mecanismos de democracia directa, como una tendencia política progresista. Después de una década de experiencia de democratización se produjo, por segunda vez, la tendencia de enmendar o reescribir constituciones en la región. Esta vez, las reformas constitucionales respondieron al fracaso de las instituciones representativas, especialmente la legislatura, y al declive de los partidos políticos tradicionales como fuentes de lealtad de masas siciones constitucionales para regular la activación de los Mecanismos
Entre tanto, la existencia de líderes populistas gobernando países andinos como Ecuador, ha sido persistente desde los años treinta. Su aparición se ha producido en intervalos de crisis institucional, tanto eco- velado la capacidad de establecer un llamado directo a los ciudadanos menos interesados en participar en asuntos políticos.
El propósito principal de este capítulo es analizar si los MDD responden a la demanda desde y para la participación ciudadana directa mecanismos favorecen a la oferta protagonizada desde los presidentes que proponen y suministran su activación. En el caso de Ecuador, esta investigación sugiere que los MDD son mecanismos que se activan recurrentemente desde la oferta. var el mecanismo y los porcentajes de los resultados electorales.
La primera sección de este artículo presenta el marco teórico que sustenta el argumento de la activación desde un modelo populista de fatizando el liderazgo personalista en conexión con la caracterización de las presidencias plebiscitarias. En esta sección, además, se incluye los mecanismos de la democracia directa desde su diseño institucio- nal y la introducción en el ambito constitucional en referencia al caso de Ecuador. Para concluir esta sección, se introduce la perspectiva desde la decisión racional para entender la dinámica del modelo populista de democracia directa. En la segunda sección se describe el modelo de activación de los MDD desde la demanda y oferta de la el modo o uso de los mecanismos de democracia directa en países como Ecuador.
Este capítulo contribuye al debate académico sobre el uso inadecuado de los MDD. En países como Ecuador, donde la estructura insti-promueven la participación ciudadana directa en el proceso de creade legitimación populista.
Los MDD: antecedentes
La combinación de enfoques teóricos es un esfuerzo por desarrollar un marco conceptual para explicar la demanda y oferta de los MDD en Ecuador. En este capítulo se incluyen tres enfoques teóricos. Primero, una perspectiva institucional —diseño e introducción legal de los MDD—. Segundo, se revisan los axiomas de elección racional —mo- ción de los MDD desde el populismo y las teorías de las presidencias plebiscitarias.
El diseño institucional de los MDD
Los MDD son instrumentos que promueven la participación ciudadana directa en el proceso de toma de decisiones sobre asuntos - canismos de democracia directa miran hacia adelante en un intento de democratizar la política mientras que otros miran hacia atrás, potenciando el poder de los políticos que los usan deliberadamente”. En la región andina, la investigación académica se ha enfocado en los MDD que han tomado la forma de consultas populares, iniciativas ciudadanas y referendos
Marco legal-regulatoria de los MDD en Ecuador
La inclusión de los MDD fue un proceso gradual en la constituciónta popular. En aquel entonces, su activación estaba condicionada para aprobar tratados internacionales, reformas constitucionales y cuestiones sociopolíticas generales de la sociedad ecuatoriana. La constitu-ciones para permitir al presidente convocar una consulta popular en - popular y revocatoria del mandato— como instrumentos democráticos directos de participación ciudadana para consolidar la democracia
1. Entre los académicos más relevantes que discuten los MDD en América Latina y en general, en este capítulo se consideran a los siguientes: Altman (2011), Barczak (2001), Breuer (2007; 2008), Castellanos (2014), Lissidini (2011), Welp yy Serdult (2009; 2012; 2014), Welp (2016), así como Welp y Castellanos (2019).
2. Este cuerpo legal se complementa con el reglamento interno y la normativa del Consejo Nacional Electoral (CNE), que es la institución encargada de organizar y administrar las elecciones en el país. Desde 2008, el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) —institución creada en la última constitución— es también la entidad encargada de formular reglamentos o normas para asegurar o garantizar la igualdad de acceso a la participación directa de todos los ecuatorianos.
El modelo populista de democracia directa en Ecuador: entre la demanda ciudadana y la
Tabla 1. Marco legal-regulatorio de los MDD3 en la Constitución del Ecuador 2008
Tipo de mecanismo Constitucional 2008
Requerimientos
Iniciativa Popular Normativa ción para presentar proyectos de iniciativa popu- ner la creación, reforma o derogatoria de normas jurídicas ante la Función Legislativa o cualquier otro órgano con competencia electoral de la jurisdicción co- puestas de reforma constitucional se requerirá el respaldo por ciento de las personas inscritas en el registro electoral
-
Consulta
Popular solicitar la convocatoria a consulta popular sobre tad de disponer al Organismo Electoral convocar a consulta popular en los asuntos que es- sulta sea de carácter nacional, inferior al cinco por ciento de personas inscritas en el regiscarácter local, respaldo de un ciento del correspondiente re-
3. Entre otros marcos legales que rigen el funcionamiento de los MDD están: Ley Orgánica de Participación Ciudadana (2010); la Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas: Código de la Democracia (2009); la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional (2009); y el Reglamento para el Ejercicio de la Democracia Directa (2015).
Revocatoria del mandato ción para revocar el mandato que hayan conferido a las autoridades de elec- derechos políticos pueden revocar el mandato a las autoridades de las personas inscritas en el padrón electoral debe apoyar -