2 minute read

EDITORIAL: Ideas que (re)volucionan Por Julio Intriago Izquierdo

132

Advertisement

EL ALTILLO VENTANALES • UNIVERSIDAD CASA GRANDE • AÑO X No 17

EDITORIAL

IDEAS quere REVOLUCIONAN

Una de nuestras mayores habilidades como seres humanos es solucionar problemas. Diariamente, somos capaces de dar respuesta a situaciones que nos conflictúan con el fin de avanzar. Hace 200 años, un grupo de criollos guayaquileños iniciaron un proceso independentista para liberarnos del yugo español. Hoy, nos vemos obligados a reconfigurar nuestras prácticas sociales y laborales para convivir con un virus que no logramos eliminar. Seguiremos practicando esta habilidad en la medida en la que existan problemas que solucionar.

En un mundo que avanza tan rápido y que parece imposible estar actualizado en todo, lo único cierto es la incertidumbre. Dada nuestra urgencia de tener todo bajo control, la falta de certezas seguirá generando conflicto. Pero el 2020 nos ha demostrado que, aun experimentando cambios abruptos en nuestra cotidianidad, un problema representa también oportunidades de mejora que se deben aprovechar.

Los cambios surgidos en la esfera laboral y educativa (las discutidas ‘nuevas normalidades’) resaltan propuestas esperadas para este siglo, pero que llegan antes de estar preparados técnica y emocionalmente para ellas. Esto solo resalta la necesidad de abrazar la incertidumbre y de estar prestos para desaprender y reaprender permanentemente lo que consideramos como cierto.

No obstante, estos cambios profundos también evidencian complejidades en el tejido social, las cuales deben ser atendidas con la misma cautela y responsabilidad. El trabajo ha ingresado al hogar, difuminando la rigidez del horario laboral que se inmiscuye en los tiempos de descanso y recreación. Asimismo, los problemas relegados al espacio privado son ampliamente discutidos en el espacio público, dando luz a deudas sociales históricas que el Estado tiene con la ciudadanía.

Doscientos años de Guayaquil independiente nos enseñan que la ciudad es un espacio de encuentro, donde las ideas fungen y las sociedades (re)volucionan. Si este espacio no es fomentado de manera inclusiva, impidiendo que nos veamos unos con otros, cualquier situación futura apremiante generará estrés, lo que se podría traducir en inacción. Considerando esta situación, no se puede hacer caso omiso a las necesidades diversas que componen nuestra ciudad.

Si el objetivo es construir un Guayaquil inclusivo, las acciones perpetuadas desde el gobierno, la empresa y el tercer sector deben ser coherentes con estas realidades. Regresar a nuestra vida de antes no es una opción. Ciertamente, no lo fue para las personas que hicieron posible nuestra independencia.

Por Julio Intriago Izquierdo

Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Casa Grande (UCG). Director Ejecutivo de Fundación Diseña Futuro.

This article is from: