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BREXIT: La fijación de Gran Bretaña por seguir siendo una isla

A nivel interno, muchos británicos están desilusionados con las ataduras del continente y hay descontento en la población por el impacto de la migración, pero un gran porcentaje de los que votaron a favor de la medida, no tenían claro lo que significaba salirse de la UE.

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Por Juan Paulo Roldán

El ministro británico de Medio Ambiente, Michael Gove, es un reconocido euroescéptico y es famoso por sus grandilocuentes discursos en el Parlamento. Además, tiene una obsesión personal: recuperar el tradicional currículum escolar “para que los niños vuelvan a tener la posibilidad de escuchar la historia de nuestra isla”. Porque en Gran Bretaña -el nombre oficial del Reino Unido no existe en el lenguaje cotidiano de sus habitantes- muchos se perciben como una isla.

Conviene recordar el dato geográfico cuando se revisa la historia de la relación de amor y odio entre Reino Unido y el continente. “Europa -decía Winston Churchill- es ese lugar de donde viene el buen o el mal tiempo”.

Mirando el tema en retrospectiva, el Viejo Continente ha representado para los ingleses, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la oportunidad para levantar cabeza de sus propias crisis internas, el escenario donde reafirmar su carácter como potencia global o la excusa perfecta para culparlo de todos sus males. El sueño europeo en la isla ha sido siempre un instrumento, nunca un fin o un ideal en sí mismo. política que pudieran albergarse en el resto de Europa. En efecto, se mantuvo al margen durante largo tiempo del mercado común para no tener problemas con las naciones surgidas de su antiguo imperio (Commonwealth) que a fines de la década de 1950 seguían recibiendo el 40% de las exportaciones británicas. Tardó 12 años en ingresar a la Unión Europea (UE) y siempre se mostraron contrarios a usar el euro como moneda.

El periodista y analista internacional Raúl Sohr inauguró el Año Académico de la Escuela de Periodismo de la PUCV y se dio el tiempo de analizar los alcances del Brexit en el contexto europeo actual. “La salida de Gran Bretaña de la UE nace del intento de una tendencia dentro

de la sociedad británica por reconquistar su independencia y emanciparse de las reglas de la UE, pero el plebiscito que determina la salida de Gran Bretaña –el Brexit- es una expresión de malestar, muy amplio donde hay rechazo a dos elementos fundamentales del mundo de hoy: la globalización y la inmigración”, precisa.

El tambien sociólogo agrega que internamente en Gran Bretaña muchos están cansados del nivel de la política del gobierno, hay descontento en la población y las personas quieren un cambio profundo, pero un gran porcentaje de los que votaron a favor del Brexit, no tenían claro lo que significaba salirse de la UE.

“La UE es el experimento político más interesante en términos de superar los estados nacionales y generar una estructura que garantizara la paz en Europa que había tenido tres guerras sucesivas (Franco-Prusiana, Primera y Segunda Guerra Mundial) donde se destruyó el continente. Con el fin de la Guerra Fría desapareció el temor a un conflicto mayor y la gente volvió a sus intereses más inmediatos, vinculados a la economía y el bienestar. Los británicos al salir de la UE no están reivindicando los nacionalismos, sino que están planteando abrirse al mundo y no estar prisioneros de la UE en términos de firmar tratados de libre comercio directamente con países como India y China, sin tener que pasar por la maquinaria interna del continente”, advierte.

CRISIS DEL PROGRESISMO

A nivel interno, hay escepticismo respecto al futuro de la UE. Según un sondeo reciente del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, la mayoría de los europeos cree que el colapso del bloque de 28 países es una posibilidad dentro de los próximos 10 o 20 años. Los votantes más jóvenes, de entre 18 y 34 años, están preocupados por la ocurrencia de un conflicto mayor en el Viejo Continente. Los temores son más fuertes en Holanda (47%), Francia (40%), seguidos de Alemania (37%) y España (32%).

En esta misma línea, Raúl Sohr, advierte que se percibe una crisis del progresismo a nivel europeo, lo que se plasma sobre todo en el liderazgo de la socialdemocracia en países como Alemania y donde ha crecido el apoyo hacia los partidos liberales y verdes, lo que se aprecia también dentro del Parlamento Europeo.

“Hay una crisis manifiesta del progresismo y comienzan a surgir nuevas expresiones. El partido verde es una de ellas con eje en el tema ambiental. La filosofía verde tiene vocación comunitaria, con una vertiente feminista muy fuerte y pacifista, que en Europa fue muy relevante durante la Guerra Fría, pero también en Estados Unidos con Greenpeace. Ellos son la continuación del movimiento contra Vietnam, ahí están sus raíces”, indica Sohr.

Al respecto, la académica de la Escuela de Negocios y Economía de la PUCV, Ana María Vallina, advierte que cuando los países comienzan a abrir sus mercados, no sólo llega más comercio, también aumenta la circulación de personas.

“Cuando tienen éxito los países en el comercio, por lo general no consideran que esas interacciones pueden conllevar un mayor movimiento de personas en temas comerciales y de negocios, lo que posteriormente, puede atraer a inmigrantes de otras partes del mundo. El Brexit ganó por un margen escaso y se explica por una campaña muy bien orientada de los que estaban a favor de salirse de la UE, donde ubicaron a los votantes específicos, incentivaron a la población y entregaron los discursos correctamente”, complementa la académica.

IMPACTO ECONÓMICO DEL BREXIT

¿De qué manera va impactar la salida de Gran Bretaña de la UE al crecimiento económico de Europa y el mundo si se concreta en octubre próximo? La profesora

Ana María Vallina explica que el comercio internacional está creciendo a menores tasas a raíz de la incertidumbre que existe por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

“En este contexto internacional se esperaría un frenazo en Europa respecto a su comercio, pues tenemos un cambio de sistema. No se sabe cómo va a terminar, pero es probable que los británicos tengan que pagar más aranceles si se tiene una salida dura, sin acuerdo ahora que Theresa May reconoció su fracaso. El efecto, sería un aumento de costos para Inglaterra. Lo que compra el resto de la UE en Gran Bretaña igual subiría hasta que encuentren otros proveedores. Gran Bretaña se vuelve menos competitiva porque va a enfrentar mayores costos Asimismo, pierden la categoría de ciudadanos de UE con todas las ventajas y oportunidades laborales que actualmente tiene”, explica.

En la parte financiera, la académica agrega que los economistas internacionales desde el comienzo han sostenido que la UE va a sufrir más que el mercado bursátil inglés por la fortaleza de la Bolsa de Londres, pero los que analizan los aspectos cotidianos de la economía plantean lo contrario, pues tienen la impresión que Gran Bretaña va a verse más afectado que Europa por el Brexit.

“La salida de la UE sería una búsqueda para desarrollarse solos, a pesar que el multilateralismo a nivel internacional se está volviendo cada vez más conservador. No es una salida para abrirse al mundo, es tal vez acercarse más a Estados Unidos o China, pero la mayor parte del comercio de Gran Bretaña es con Europa. Al menos el 70% de su comercio se desarrolla dentro del Viejo Continente y fuera de la región negocian con EE.UU., Canadá y América, aunque la presencia de Asia se va incrementando en forma considerable, no solo la presencia destacada de China”, precisa.

Sobre este punto, el analista Raúl Sohr cree que la salida de Gran Bretaña –que es la segunda economía de Europa- tendrá un gran impacto en Europa, pues es uno de los contribuyentes más importantes para la UE. “Los partidarios del Brexit han planteado que el país aporta más de lo que recibe y no quieren seguir contribuyendo al resto. El daño que se hace a Reino Unido con esta medida es descomunal. Algunos han planteado una pérdida de nueve puntos del PIB, es un desastre de proporciones increíbles y de una gran irracionalidad. Gran Bretaña se está disparando en el pie y le va a hacer daño a Europa”, lamenta.

Por otro lado, los europeos están preocupados en sellar un Brexit que no consiga nuevos seguidores. Dentro de la UE hay tendencias centrífugas que se plasman, por ejemplo, en una serie de movimientos nacionalistas-populistas y también hay un movimiento contra el euro, lo que se visualiza contra la tradicional hegemonía alemana. “A la larga, puede que vuelva a nacer el movimiento de independencia en Escocia y allí David Cameron realizó una campaña del miedo. El otro gran problema es Irlanda del Norte y la República de Irlanda. La frontera prácticamente no existe siguiendo el acuerdo de paz. Si Gran Bretaña deja la UE, Irlanda del Norte no va a pertenecer a esta asociación y si se colocan fronteras nuevamente en su vecino del sur, iría en contra de este tratado. Se pueden generar levantamientos. Incluso, podría aumentar la fuerza de la idea de unificarse y salirse del Reino Unido. Al resurgir la violencia, esto menoscaba el desarrollo de Gran Bretaña”, precisa la profesora Ana María Vallina.

A nivel internacional están apareciendo detractores sobre las ventajas de la globalización. Al respecto, no se está valorando el impacto que puede generar la desintegración económica.

“A nivel global, va a disminuir el bienestar de los países europeos y con la desaceleración se reflejará en una mayor incertidumbre. Es probable que la economía enfrente una

desaceleración, donde los agentes tendrán que adecuarse a la nueva situación. Estados Unidos sigue creciendo, pero lento. Además se está cerrando y China no ha desarrollado su mercado interno de manera que permita activar las economías de otros países del mundo, como alguna vez lo hizo EE.UU. Todo el comercio y los países están creciendo a tasas más bajas que lo que presentaban antes de 2008”, expresa la académica.

¿Qué salidas se pueden esbozar para enfrentar el impacto del Brexit? Ninguna de las propuestas ofrecidas en el Parlamento británico ha logrado la mayoría. Esto le costó el cargo a la primera ministro Theresa May, por lo tanto, en estos momentos desde un punto de vista político los británicos están en un callejón sin salida. No saben dónde ir. A nivel interno, los partidos políticos están muy divididos, lo que se percibe por ejemplo dentro del Partido Conservador, donde hay algunos que quieren una relación estrecha con Europa y otros proponen cortar todo vínculo.

“Como no se ve una salida, los británicos están aplazando la decisión. Theresa May fue muy ineficiente políticamente, pues tiró la pelota para adelante para que aceptaran su plan de manera unilateral. Fue un chantaje nocivo y ha envenenado las relaciones en el Parlamento que están muy deterioradas. Viví 11 años en Gran Bretaña, conozco la clase política y no veo ningún político tanto en el Partido Conservador como en el Laborista que esté dispuesto a enfrentar esta crisis que navega en un mar de divisiones”, concluye Raúl Sohr.

Ana María Vallina Escuela de Negocios y Economía

ALGUNAS CLAVES PARA ENTENDER EL BREXIT

Brexit es una abreviatura de las palabras inglesas Britain (Gran Bretaña) y Exit (salida), y es el término acuñado para referirse a la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).

El Reino Unido se sumó al bloque continental, actualmente conformado por 28 países, el 1 de enero de 1973, pero en junio de 2016 los británicos en un plebiscito decidieron abandonar la UE y poner fin a una relación de más de cuatro décadas.

La celebración de un referendo para decidir si Reino Unido debía continuar o no en la UE fue una de las promesas de campaña con las que el entonces primer ministro David Cameron logró la reelección en 2015. En la votación, que tuvo lugar el 23 de junio de 2016, un 48,1% de los británicos votó a favor de quedarse en el bloque, pero un 51,9% se pronunció por abandonar la UE.

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