R E P OR T AJ E
La regulación de la profesión, un clamor en el sector de la fontanería La desregulación de la profesión y las disparidades de criterios entre comunidades autónomas han fomentado que el intrusismo pueda campar a sus anchas y han devaluado la figura del profesional de la instalación ante la opinión pública. La aprobación de un reglamento común a nivel nacional se antoja, por tanto, como la gran asignatura pendiente para el sector.
L
a ausencia de la regulación de la profesión de fontanero a nivel nacional está atenazando y limitando la capacidad del sector. La desaparición de los carnets profesionales condiciona la actividad y genera una gran inquietud entre empresas y asociaciones, que son testigos del elevado grado de intrusismo del sector. El resultado de toda esta situación no es otro que una devaluación de la profesión ante el consumidor final. Además, la falta de un criterio o reglamento común para toda España (los requisitos que se exigen a los fontaneros son diferentes en cada comunidad autónoma) supone otra limitación más para los profesionales, sobre todo para aquellos que tienen que desplazarse de un lugar a otro con el fin de poder desempeñar los distintos trabajos para los que han sido requeridos. Fue a finales del año 2009, con la trasposición de la Directiva Europea del Sector Servicios al ordenamiento jurídico español, cuando se perdió la figura de la empresa instaladora tal y como la conocíamos anteriormente. A día de hoy, “no
existe normativa a nivel nacional y por tanto hay un gran número de empresas que ejecutan instalaciones de fontanería sin unos mínimos conocimientos para hacerlo”, tal y como apunta Miguel Ruiz, responsable de prensa de Epyme. La regulación de la profesión a nivel nacional es, por tanto, un clamor para el sector de la fontanería, y los usuarios finales también deben ser conscientes de su necesidad, tal y como señala el presidente de CNI Instaladores, Luis Nevares. “El intrusismo es un problema que el sector ha padecido de manera histórica, y la legalización de las instalaciones y las acreditaciones profesionales son esenciales para luchar contra este mal, pero es vital que el consumidor final sea consciente de todo esto”, asegura. El presidente de CNI también advierte sobre los costes que puede suponer para los consumidores que personas no habilitadas acometan instalaciones de este tipo. “Si optas por encargar trabajos a un intruso la cuantía económica que desembolsarás será menor, pero perderás las garantías, seguros, legalizaciones y la buena praxis en la ejecución”, señala.
CLIMATIZACIÓN Y CONFORT ❙ 20