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Fernando López de Silanes, director de Proyectos Especiales de Enagás
ENTREVISTA
Lleva más de treinta y cinco años en el sector del gas&oil. Es un hombre que, a lo largo de este tiempo, ha podido contemplar este mercado desde distintas perspectivas. Riojano de pura cepa, el actual director de Proyectos Especiales de Enagás nos recibe en sus oficinas (Madrid) con cercanía y grandes tintes pedagógicos.
P- Llegó a Enagás en 1998, y desde hace poco más de un año es director de Proyectos Especiales de la compañía de transporte de gas natural. ¿Cuál es el proyecto que le ocupa más tiempo en la actualidad?
Estoy muy involucrado en el proyecto que está realizando TAP (Trans Adriatic Pipeline) a través de un nuevo gasoducto que enlazará Grecia, Albania e Italia. Enagás participa con un 16 % en este nuevo corredor de suministro de gas natural a Europa desde el Mar Caspio (Southern Gas Corridor), y, desde enero de 2019, soy miembro de su Consejo de Administración.
Actualmente, el proyecto está en su fase final de construcción y se espera que entre en operación durante 2020. El gasoducto, con una capacidad de 10 bcm, va a contribuir a diversificar las fuentes de suministro de gas a Europa y también ayudará a descarbonizar las economías del sudeste de Europa, muy dependientes de los combustibles fósiles pesados, especialmente en el sector de generación eléctrica.
Con el declive de la producción europea, hay mucha necesidad de nuevos suministros de gas a Europa, y además que supongan una alternativa al suministro de gas ruso.
Los últimos datos denotan un crecimiento exponencial de la demanda del gas, llegando en 2019 al máximo histórico de 398 TWh. ¿Por qué cree que se ha producido esta evolución? Efectivamente, en 2019, la demanda de gas natural en España ha crecido un 14 %, el dato más alto desde 2010. Es cierto que, tras la crisis económica, la demanda de gas se fue recuperando en paralelo con el incremento del PIB, pero ha sido 2019 el año en el que ha dado un salto sustancial debido al crecimiento del gas natural principalmente en el sector de generación de electricidad (+80 %) donde el gas ha sustituido al carbón y ha evitado la emisión de 14 millones de toneladas de CO 2 . También ha crecido la demanda de gas en el sector industrial (+2 %), y éste es un dato muy relevante, dado el papel del gas natural en la industria, especialmente en las industrias intensivas en energía con una elevada demanda térmica y cuya electrificación es muy complicada y muy cara.
A esto hemos de añadir el precio de la tonelada del CO 2 , que se ha mantenido en torno a los 25 €/Ton, y que perjudica fundamentalmente a los combustibles fósiles más pesados como es el carbón, porque es el que más emisiones genera a la atmósfera.
Por otra parte, los precios del gas natural en los mercados internacionales se han mantenido bajos debido fundamentalmente a la sobreproducción de gas natural licuado (GNL).
P- ¿Qué previsiones tienen para este año y los sucesivos?
Este año, por primera vez en la historia, ha habido días que no se ha utilizado carbón para generar electricidad. Este hueco térmico lo ha ocupado el gas natural, que además actúa como backup de las renovables, proporcionando un soporte muy estable para el sistema de generación de electricidad frente a la intermitencia de las energías renovables.
Lo que está claro es que el gas natural, a día de hoy, es necesario. Tendremos que ver lo que ocurre en 2030, y aunque es siempre complejo hacer previsiones de demanda a futuro por variables como la actual crisis del COVID-19, estamos convencidos de que la demanda de gas natural va a subir. Aunque en 2050 hay compromisos europeos que nos llevarán a un nuevo escenario en el que tendrán un rol importante los gases renovables como el hidrógeno y el biometano.
P- ¿Cuál es su opinión sobre el pronunciamiento de la CE para que el gas natural sea reemplazado progresivamente por gases renovables como el hidrógeno, el biogás o el biometano?
Durante la transición energética el gas natural va a tener un rol muy importante tanto sustituyendo a otros combustibles fósiles más pesados (de cadena larga de carbono) como cumpliendo su papel de respaldo de las energías renovables. Para 2050 la Comisión Europea pretende, dentro de sus objetivos, que se alcance la neutralidad climática y, en consecuencia, el gas natural debe transformarse en biometano e hidrógeno: las nuevas energías renovables no eléctricas.
En España desde hace ya varios años se produce biogás que, al tener un porcentaje importante de CO 2 , no se puede inyectar en la red del sistema gasista y es necesario depurarlo (a través de un proceso de upgrading) antes de inyectarlo en la red. En este sentido, Enagás tiene varios proyectos en marcha en los que se está promoviendo el upgrading de biogás a biometano.
De hecho, a finales de 2019 Enagás creó una nueva filial, Enagás Renovables S.L., destinada a aglutinar todos sus proyectos relativos a energías renovables no eléctricas.
P- ¿Y qué hay de las expectativas que se abren con el hidrógeno, para algunos expertos, “el nuevo petróleo”?
En primer lugar, en Enagás creemos en el proceso de descarbonización y estamos convencidos de que es el camino a seguir, en línea con el New Green Deal de la UE.
Y entre dichos gases descarbonizados, pensamos que el hidrógeno (H2) revolucionará el sector energético y -como indican los expertos- podrá ser el nuevo petróleo.
El H2, de hecho, es el elemento más abundante del Universo, aunque prácticamente inexistente en su forma molecular. Su producción, mediante la electrolisis del agua a partir de los excedentes de energía renovable da lugar al ‘H2 verde’, que va a ser clave en el proceso de descarbonización de los sectores duros (transporte pesado, industrias intensivas en energía, etc…).
UN HUB DEL FRÍO, EN HUELVA
Este año comenzarán las obras de las instalaciones frigoríficas que Enagás ha promovido, junto a la Autoridad Portuaria de Huelva (APH), en el Muelle Sur del Puerto de Huelva. Se trata de un Hub Logístico del Frío sostenible, un proyecto que supondrá la construcción de almacenes frigoríficos por parte de las empresas interesadas en participar. La iniciativa, en el marco de innovación, emprendimiento y energías renovables, también contempla un novedoso sistema de refrigeración de mercancías, mediante el aprovechamiento del frío residual que se produce en el proceso de regasificación de la planta de gas natural licuado de Enagás. “El frío será conducido por unas tuberías hasta las mencionadas instalaciones frigoríficas, alcanzando un ahorro energético de hasta el 40 %, así como una reducción de la huella de carbono de hasta un 90 %”, explica la firma española.
Creemos también en la hibridación de tecnologías, como recomienda la Comisión Europea, y la inyección de biometano e H2 en la infraestructura gasista va a proporcionar una capacidad de almacenamiento de energía renovable no eléctrica muy importante. Está claro que el futuro será renovable: con energías renovables eléctricas y no eléctricas.
P-¿Cómo afecta todo esto al instalador de gas o al fabricante? El sector de la climatización y ACS tiene que enfrentarse también a las nuevas directrices europeas y a los cambios legislativos que de ellas se derivan, y que apuntan a la reducción de emisiones, a la incorporación de energías renovables y a la mejora de la eficiencia energética.
El paso del gas natural a biometano no modifica sus propiedades y, por tanto, no va a suponer ningún cambio para los fabricantes ni para los instaladores. Por lo que respecta al hidrógeno, su inyección en determinados porcentajes en la red del sistema gasista tampoco originará cambios para los equipos de climatización y ACS. Actualmente se están haciendo estudios para determinar el porcentaje de hidrógeno que podrá inyectarse en la red de gas dentro de los límites que marca la especificación, y sin comportar modificaciones en los equipos y materiales de la red. “En Enagás creemos en el proceso de descarbonización: es el camino a seguir”
En un futuro y con mayores porcentajes de hidrógeno en la red, ciertos equipos y materiales deberán ser modificados como también en los equipos de los usuarios finales. Algo parecido ya pasó con el cambio de gas ciudad por gas natural.
No obstante, las inversiones que conlleven a futuro estos cambios serán inferiores a las que supondría una electrificación total de todos los sectores energéticos
MÁS SOBRE NUESTRO ENTREVISTADO
Fernando López de Silanes Busto (Logroño, 1957) representa a Enagás S.A. en el Consejo de Administración de TAP (Trans Adriatic Pipeline, en inglés), desde enero de 2019. Posee más de 35 años de experiencia en la industria del gas y el petróleo. Es Licenciado en Químicas por la Universidad de Zaragoza y ha realizado un Programa de Desarrollo Directivo (PDD) en el IESE Business School.
Comenzó su carrera profesional en la empresa de ingeniería italiana Snamprogetti S.p. A. donde trabajó durante seis años. Posteriormente ocupó diferentes cargos, dirigiendo proyectos, del sector del gas y el petróleo, en empresas como Intecsa y Repsol S.A. En 1998 aterrizó en Enagás donde ha desarrollado su carrera en el área técnica, centrándose principalmente en la gestión de proyectos de estaciones de compresión y gasoductos. Actualmente ocupa el puesto de Director de Proyectos Especiales.
CLIMATIZACIÓN Y CONFORT ❙ 46-54