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Carlos Ballesteros, director general de Anese

ENTREVISTA

En las instalaciones térmicas de industrias y comunidades energéticas locales existe mucho potencial

Lleva medio año en la dirección de la Asociación Nacional de Empresas y de Servicios Energéticos y, en tan poco tiempo, le ha tocado vivir dos momentos históricos y que nada tienen que ver el uno con el otro: la Cumbre del Clima COP25, celebrada en nuestro país, y la crisis que está provocando el coronavirus. Este madrileño y amante de un sector cambiante como éste, nos da alguna de las claves que guiarán el mercado de las ESEs en los próximos meses.

P- En noviembre aceptó el reto de dirigir Anese, ¿cómo han sido estos primeros meses?

No he tenido un aterrizaje al uso, ya que primero viví la vorágine de la COP25 y todo lo que ello supuso, de forma muy positiva, para nuestro país, donde se celebraba por primera vez en la historia de estas Cumbres del Clima de Naciones Unidas. Unas primeras semanas en las que tengo que decir que me sorprendió gratamente descubrir quiénes forman parte de la asociación, con una visión ya consolidada, y a la que queremos seguir dando visibilidad. Y, en el mes de marzo, nos hemos visto en medio del estado de alarma, derivado de la crisis provocada por el COVID-19.

P- ¿Cómo están viviendo las empresas de servicios energéticos esta situación inédita en nuestro país?

La mayoría de nuestras empresas se han visto afectadas, de alguna manera, por la coyuntura del coronavirus. Según los datos que tenemos, en torno a un tercio de éstas ha visto reducida su actividad en más de un 50 %. Las áreas que más se han visto afectadas son: contratación, ejecución, mantenimiento, desarrollo de negocio y operación. Cabe mencionar que una minoría de empresas han visto reducida toda su actividad.

Para hacer frente a esta situación, algunos de nuestros asociados han recurrido a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs), mientras que otros han optado por hacer uso de moratorias fiscales, reestructuraciones, teletrabajo, ajustes presupuestarios e incluso vacaciones.

Sin embargo, es importante subrayar que durante esta crisis el papel de muchas de nuestras empresas está siendo fundamental, sobre todo, a la hora de garantizar la habitabilidad en sectores clave como el residencial o los geriátricos, brindando una cobertura a la sociedad.

La primera parte de esta entrevista se realizó de forma presencial en el despacho de Carlos Ballesteros. El resto continuó, dadas las circunstancias, de forma virtual.

Ahora mismo hay mucha incertidumbre sobre qué pasará y, sobre todo, cuánto durará el estado de alarma.

P- ¿Cómo creen que va a afectar al sector?

Pese a estas circunstancias, tanto Anese como nuestras empresas queremos ver la temporalidad de la situación, y ser optimistas con el futuro que se nos presentará una vez seamos capaces, entre todos, de superar esta pandemia.

Nuestro entorno habrá cambiado, nuestra forma de trabajar ya no será la misma, y nuestro ecosistema energético evolucionará favorablemente. Entendemos que, tras el confinamiento y el fin del estado de alarma, la transición energética puede convertirse en un poderoso argumento para reactivar la economía.

Recordemos que en abril España y otros nueve países de la UE han solicitado a la Comisión Europea que analice qué elementos de los que integran el Pacto Verde Europeo pueden ir adelantándose para acelerar una recuperación verde y una transición justa. Si esto sale adelante, las ESEs podrán verse muy beneficiadas.

P- Lleva más de una década en el sector de los servicios energéticos, que mueve anualmente unos 1.200 millones de euros, ¿cómo ha cambiado la percepción que se tiene de ellos?

Queda mucho trabajo por hacer… Muchas veces, en las propias factorías hay más empleados externos que internos. Sin embargo, en el tema energético no ocurre esto, y cuando llegamos ahí tenemos que realizar una ardua labor para convencerles de quiénes somos y lo bien que lo hacemos. Incluso haciendo nosotros la inversión, muchos son reacios a apostar por estos servicios. Ahora mismo la tendencia es que nos vean como compañero de viaje, es decir, que los servicios energéticos cada vez tengan más profesionales a un lado y a otro, y hablen el mismo lenguaje. Queda mucha parte pedagógica. Todavía estamos en la parte disruptiva y de cambio: si queremos cumplir con los planes marcados desde Europa, tenemos que cambiar.

LA TRAYECTORIA PROFESIONAL DE NUESTRO ENTREVISTADO

Carlos Ballesteros estudió Ingeniería Industrial, especialidad mecánica de máquinas, en la UNED. Empezó su camino profesional como ingeniero de diseño mecánico en ThyssenKrupp, donde estuvo dos años. En 2008, dio su salto a Acciona, en concreto, al departamento de I+D, donde desarrolló proyectos solares, y termoeléctricos, entre otros. Allí estaría cinco años, hasta que la compañía española decide cerrar esa actividad de servicios energéticos, que años más tarde retomaría, fichando de nuevo a Ballesteros.

En ese impasse, corría el año 2013, nuestro entrevistado decidió viajar a México para montar la filial mexicana de la empresa de ingeniería AESA. En febrero de 2016 regresa a España, como director de proyecto en Acciona, retomando esa parte de servicios energéticos que la firma había detenido tiempo atrás. Pero el pasado noviembre de 2019 llamó a su puerta la oportunidad de pasar a la dirección de Anese, que ocupa en la actualidad.

P- ¿Qué palancas están encontrando que apoyen ese cambio?

Hasta hace poco hemos sido el patito feo, pero ahora, si miramos el PNIEC o los planes de Europa, estamos ya al nivel de las energías renovables. Para mí esto es clave: no solo vale con generar de forma renovable, sino que además tenemos que reducir la demanda. No podemos seguir el modelo tradicional como lo hacíamos hasta ahora: la demanda debe casar con la generación. En este sentido, la eficiencia energética de por sí ya tiene un mensaje, no hace falta venderlo. Lo que sí es necesario es que los clientes finales se apoyen y confíen en las empresas de servicios energéticos para que nos vean como los profesionales y los expertos en estas materias. “Nuestro entorno cambiará, al igual que nuestra forma de trabajar, y nuestro ecosistema energético evolucionará favorablemente”

P- ¿Qué obstáculos se han encontrado en el camino?

En el caso de las pymes es más fácil llegar a ese lenguaje común cuando viene otra empresa e invierte. Al hablar de cliente final gran consumidor, hasta ahora tenían equipos de ingeniería que le hablaban de un concepto de eficiencia vinculado al cuánto mejora éste el consumo. Lo ideal con este tipo de interlocutores es decirles “dime tus necesidades y yo encontraré la mejor forma, y con los profesionales más adecuados para ello”. Es cierto que, en algunos casos, es complicado, porque no solo es entrar en la parte externa, sino también entrar en los propios procesos industriales. Y eso es más complejo: cuando te metes en el proceso industrial y quieres ser más eficiente, además de ser más complicado, no todos tienen la capacidad de poder hacerlo. Incluso, muchas veces, se trataría de desarrollos propios eficientes que les ayudarían a diferenciarse de la competencia. Ese sería un objetivo para conseguir a futuro.

P- Entonces, ¿está llegando ese mensaje?

El mensaje sí está llegando y calando, pero no está lo suficientemente maduro. Por ejemplo, se ha potenciado la parte de generación de energías renovables eléctricas, pero ya estamos viendo que esa no puede ser la única tecnología. Ante esto, se están impulsando otros sistemas, porque en el 2030, está claro que habrá un mix energético. Hay que hacer eficiencia, tenemos que reducir la demanda, y para eso las ESEs tienen que vehicular todo ese potencial que existe.

Los avances en climatización permitirán que los edificios enciendan de forma automática sus sistemas de calefacción y/o refrigeración, en cuanto sus ocupantes entren por la puerta.

P- Este año muchas empresas deben renovar sus auditorías energéticas, ¿puede ser ésta una manera para relanzar la actividad de las ESES? Una auditoría te da una fotografía momentánea de una situación. Detrás de esas auditorías tiene que haber lo que denominamos MAEs (Medidas de Ahorro y Eficiencia), que esas mismas empresas también están obligadas a tenerlas. Pero lo que no hay es una obligación del cumplimiento de ese ahorro y eficiencia energética. Si yo soy un fabricante lo que quiero es que las medidas que obtenga sean menores y, por tanto, lo sean también los costes. Pero esto con independencia de lo que me diga el Estado, porque yo estoy compitiendo con otra fábrica igual del país: quiero producir más, pero a un menor coste. En este caso, la pregunta debería de ser ¿qué te aporta frente a quien no lo tiene?, ya que el negocio de estas empresas no es la eficiencia energética. Lo ideal son sistemas tipo ISO 50001 en los que tú veas dónde estás, pero tiene que haber compromisos, más allá de que el coste energético sea menor, como, por ejemplo, producir una menor huella de carbono.

Falta gente experta en el otro lado de la mesa, ya que los clientes también tienen que entender su importancia, y conocer bien este tipo de tecnologías

P- Desde Anese, ¿qué sectores ven con más potencial para las ESEs?

Ahora mismo existen muchos sectores por explorar y con gran potencial, como el de las instalaciones térmicas, la rehabilitación, el autoconsumo, la movilidad, o la comunidad energética local. De hecho, con respecto a esta última, al igual que los servicios se externalizan, debemos confiar en que en el futuro también se puedan externalizar esos servicios energéticos a nivel de comunidad energética. El propio autoconsumo abre las puertas a más parcelas energéticas, no solo a la fotovoltaica, sino a muchas más, y ahí las ESEs tienen un papel esencial.

MÁS DATOS SOBRE CARLOS BALLESTEROS

◗ Lugar de nacimiento: Madrid.

◗ Del 1 al 10, ¿cuánto le gusta viajar? 12.

◗ ¿A cuántos países ha viajado? España, Portugal, Grecia, Italia, Irlanda, Inglaterra, Alemania, Francia, Andorra, República Checa, Polonia, Austria, Suiza, México, USA, Japón (16 países).

◗ Lo que más le gusta de su trabajo: la trascendencia del momento, disfrutar de un sector cambiante y que apuesta por dejar un futuro mejor a nuestros hijos…

◗ ¿Y lo que menos? Creo que como sociedad debemos proteger y conocer más nuestras raíces, avanzar sin renunciar a nuestra cultura, y a veces no se percibe en un mundo tan cambiante.

◗ Película favorita: La misión.

◗ Una manía: soy muy perfeccionista.

◗ Hobbies: Pasar tiempo con mi familia, el campo y la naturaleza, practicar deportes como el esquí, el karate y la mountain bike.

P- Ha mencionado las instalaciones térmicas, ¿cómo está de avanzado el sector en esa eficiencia energética de la que estamos hablando?

En la parte térmica de los edificios, queda mucho por hacer. En los últimos años no se ha hecho mucho, lo poco que se ha hecho ha sido en el sector privado, ya que en el público aún no se ha abordado toda esta parte, y hay mucho desarrollo.

A nivel residencial y terciario yo creo que el futuro va por la electrificación de la demanda, pero a partir de un nivel terciario y, sobre todo, con las comunidades energéticas locales, y a nivel industrial, tenemos que hablar de la parte térmica. Ahí hay un potencial enorme para los servicios energéticos. Ahora bien, lo primero que debemos de tener claro es que debemos de empezar por reducir la demanda, y luego ya vemos cuál es la mejor forma de hacerlo; y, para ello, hay que empezar por la climatización, un sector en el que ya existen muchos avances gracias al Big Data para llegar a un escenario de edificios salubres, donde sus sistemas, tanto de frío, como de calor, sean capaces, por ejemplo, de arrancar de forma inteligente cuando las personas entran en el propio edificio, y según el número de ocupantes o la planta de la que se trate poner automáticamente una u otra potencia. Con las ESEs hablaríamos de reducir la demanda, sin reducir ese confort.

P- Como asociación, ¿cuáles son los siguientes retos?

El cambio climático, las directrices de la Unión Europea y toda la parte de transición energética a través del PNIEC son nuestros principales desafíos. La agenda 2030 tiene que ser un reto muy importante, una labor no tanto de pedagogía, sino de materializar y hacer posibles los objetivos que tenemos por delante. Todo eso hace que tengamos que potenciar las capacidades de la propia entidad, y el lenguaje tendrá que ser algo diferente, para apoyarnos también en otras asociaciones.

En los últimos años las Empresas de Servicios Energéticos se han profesionalizado mucho con protocolos y otro tipo de acciones, pero falta más gente experta en el otro lado de la mesa, ya que los clientes también tienen que entender su importancia, y este tipo de tecnologías, y conocerlas bien. En el próximo lustro o década, estoy seguro de que dentro de las propias asociaciones o empresas estarán este tipo de clientes, para que todos hablemos el mismo lenguaje. Es un reto común, en el que tenemos que ir todos a una

CLIMATIZACIÓN Y CONFORT ❙ 66-74

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