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Las ventajas de ser repartidor y ... tu propio jefe

Iris, una repartidora de 42 años, decidió dedicarse a esto porque “es un trabajo muy independiente. Yo soy mi jefa y organizo mis horarios. Y quiero mantenerme en este trabajo”, me confesó hace un par de semanas cuando la acompañábamos realizando un reportaje sobre el reparto de paquetes.

Lleva tres años en el sector logístico trabajando como repartidora, primero en Correos Exprés y ahora en CTT Express, y a pesar de que unos días sean más estresantes que otros, y de tener que soportar algo que, -al menos a mí, personalmente me resulta insufrible- como es el tráfico o los pitidos de otros conductores, está contenta.

Y no es que tenga que encontrar un sitio para aparcar, no, es que tiene que encontrar 10, 15, 20 sitios todos los días. Sortear calles cortadas repentinamente por el Ayuntamiento o renegar contra conductores insolidarios que aparcan donde quieren “un momento”.

Sin embargo, Iris, insisto, se manifiesta contenta, porque es independiente, organiza su trabajo como mejor le parece y no tiene jefe. Aunque yo creo que tiene muchos jefes, tantos como paquetes. Pero para ella este hecho es un valor incuestionable.

En unos momentos en los que hay tanta escasez de conductores y personal logístico, este podría ser un argumento más a sumar a los ya existentes para hacer atractiva la profesión. Una profesión que cada vez se apoya más en la tecnología con lectores de códigos y PDAs que agi lizan y dignifican el trabajo.

Los conductores sienten la presión de los cambios por el aumento del comercio electrónico en el incremento de los volúmenes de paquetes, las altas expectati vas en la rapidez en las entregas y en las normativas municipales cada vez más estrictas. Y eso hay que pagarlo

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