Actas III edición del Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés (IIICAPA). Sesión 3

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ACTAS 14 y 15

NOVIEMBRE

2019



Edita Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón Año de publicación: 2020 ISBN: 978-84-09-21258-3

Diseño y maquetación Ana Durán Boldova

© Autores de los textos Recoge los contenidos presentados a III Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés (CAPA)


ACTAS

14 y 15 de noviembre de 2019

Organizan:

Colaboran:


COORDINACIÓN/ EDICIÓN

Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde Dr. José María Rodanés Vicente


Presentación CAPA III Durante el 14 y 15 de noviembre de 2019 se celebró el III Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés. Como en ediciones anteriores sus sesiones se desarrollaron en el marco incomparable del auditorium de Caixaforum Zaragoza. Las jornadas de mañana y tarde reunieron a más de 250 profesionales, permitiendo la exposición de más de setenta comunicaciones, al mismo tiempo que se podían contemplar las aportaciones en formato poster en el mismo hall de acceso, habilitado como recepción y espacio expositivo. La primera reunión partió de la iniciativa del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón, Sección de Arqueología, y del Grupo de Investigación Primeros Pobladores del valle del Ebro de la Universidad de Zaragoza, a los que progresivamente, desde sus inicios hasta la actualidad, se le han ido sumando Grupos como Urbs y Argos, así como diferentes organismos como la Institución Fernando el Católico, a través de la Cátedra Galiay, la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón o Caixa Forum quien generosamente nos acoge en sus espacios. Una mención especial queremos dedicar a Aragón Radio, que a lo largo de las dos jornadas de esta tercera edición, realizó la cobertura del congreso, grabando a gran parte de los profesionales que presentaban comunicaciones. Tras dos ediciones, 2015 y 2017, cuyas Actas fueron puntalmente publicadas, el Congreso se ha consolidado. Mantenemos el mismo formato y los criterios esenciales que propusimos en la primera convocatoria. Queríamos crear un foro de debate abierto a toda la comunidad de profesionales que desde diferentes ámbitos se dedican o tienen relación con la Arqueología y el Patrimonio aragonés. También, por supuesto, a todos aquellos que están en periodo de formación o que por diferentes circunstancias ya finalizaron sus estudios y no han podido desempeñar su vida laboral vinculada a estas disciplinas. En definitiva, hemos pretendido que el debate se instale en la sociedad y que se reconozca y valore la actividad de cientos de personas que trabajan en la puesta en valor del patrimonio y el conocimiento que su trabajo genera. En esta tercera edición hemos tratado de abordar la realidad de la arqueología profesional y su actual problemática, las novedades en el campo de la investigación arqueológica, la aplicación de nuevas tecnologías, su plasmación en la didáctica del patrimonio arqueológico, en la musealización y la divulgación de yacimientos. De ahí que las líneas temáticas elegidas trataran de plasmar y englobaran todos estos aspectos. Prehistoria, Arqueología Clásica, Arqueología Medieval, Arqueología Urbana, Memoria Histórica, Patrimonio, Didáctica, Museos y Parques Culturales, fueron los enunciados de las diferentes sesiones.


No podemos finalizar esta breve introducción sin agradecer a todas aquellas personas que han hecho posible su realización. A la nómina de investigadores que impartieron la conferencia que abría el encuentro en anteriores ediciones, Guillermo Fatás e Ignacio Barandiarán, hemos incorporado en esta última cita al profesor Gonzalo Ruiz Zapatero quien de forma magistral disertó sobre el estado actual de la investigación, formación y divulgación en la Arqueología hispana. Además, en el acto de inauguración se contó con la presencia de la Directora General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón Ruiz, el Director del espacio CaixaForum Zaragoza, Ricardo Alfós, junto a los Presidentes del CAPA III. Igualmente queremos agradecer a Miguel Beltrán la posibilidad de poder presentar en el acto de clausura la revista Caesaraugusta, decana en Aragón y especializada en temas de Arqueología, Prehistoria y Patrimonio, que se reinventa y estrena nuevo formato con el fin de seguir siendo un referente en la investigación que se desarrolla en el ámbito del Valle del Ebro.

Gracias a todos. Esperamos que estas Actas que ahora presentamos sean un fiel reflejo de lo expuesto en el pasado mes de noviembre y que sirvan para cumplir gran parte de los objetivos propuestos. J.I. Lorenzo Lizalde y J.Mª Rodanés Vicente


COMITÉS

Comité Organizador Presidencia Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde Dr. José María Rodanés Vicente

Secretaría Ana Durán Boldova

Comité José Antonio Andrés Moreno (DGA) Miguel Beltrán Lloris (IFC) Mª Pilar Rivero Gracia (ARGOS) Carlos Sáenz Preciado (PPVE) Hugo Chautón Pérez (CDL Aragón)

Comité Científico Dr. Isidro Aguilera Aragón Dr. Rafael Domingo Martínez Dr. Luis Fatás Fernández Dra. Elena Maestro Zaldívar Dra. María Ángeles Magallón Botaya Dr. Manuel Martín Bueno Dr. Carlos Mazo Pérez Dra. Lourdes Montes Ramirez Dra. Raquel Ornat Clemente Dr. Jesús Picazo Millán Dra. María Sebastián López Dra. Pilar Utrilla Miranda

Organismos Colaboradores Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón Departamento de Educación Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón Cátedra Galay del Institución Fernando el Católico Grupo de Investigación PPVE, Universidad de Zaragoza Grupo de Investigación ARGOS, Universidad de Zaragoza


ÍNDICE


1. Prehistoria 1.1. LA CUEVA AGP5 (AGUILÓN, ZARAGOZA): NUEVOS DATOS ACERCA DEL POBLAMIENTO NEANDERTAL AL SUR DEL EBRO

15

1.2. DINÁMICAS DE OCUPACIÓN DE UNA CUEVA REDIL DEL NEOLÍTICO ANTIGUO: HÁBITAT, ÁREAS DE TRABAJO Y ESTABULACIÓN EN CORO TRASITO (TELLA-SIN, SOBRARBE)

25

1.3. ALTO VICO I, AVANCE DE UN NUEVO SITIO NEOLÍTICO EN LAS CINCO VILLAS

39

1.4. PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA GUARGUERA (SABIÑÁNIGO, HUESCA). SONDEOS EN LOS ABRIGOS DE SALIELLAS-SAN ÚRBEZ Y EL PASCUALÍN

49

1.5. ARQUEOLOGÍA DE LOS PAISAJES MONUMENTALES EN LOS VALLES OCCIDENTALES (HUESCA). PRIMEROS RESULTADOS Y SUS POSIBILIDADES PARA ENTENDER LA HUMANIZACIÓN DE LA MONTAÑA PIRENAICA

63

1.6. ANÁLISIS DE PIGMENTOS DEL ABRIGO DE CABRAS BLANCAS

73

1.7. NUEVAS PINTURAS RUPESTRES EN EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO (FANLO, HUESCA)

83

1.8. NUEVO CONJUNTO DE ARTE ESQUEMÁTICO EN LA FOZ DE SIGÜÉS (ZARAGOZA)

93

1.9. DOCUMENTACIÓN DE GRABADOS RUPESTRES MEDIANTE FOTOGRAMETRÍA DIGITAL -SfM-: ARROYO DEL HORCAJO (ROMANOS, ZARAGOZA) Y BARRANCO CARDOSO (POZONDÓN, TERUEL)

101

1.10. LA OCUPACIÓN DEL LLANO DURANTE LA EDAD DEL BRONCE EN EL CENTRO DE LA DEPRESIÓN DEL EBRO: EL CAMPO DE HOYOS DE LAS LOMAS DEL MOLINO (ÉPILA, ZARAGOZA)

115

1.11. EL CABEZO DE MONLEÓN (CASPE). PROYECTO DE PUESTA EN VALOR DE LAS EXCAVACIONES DE ANTONIO BELTRÁN (1952-1964)

129

1.12. MATERIALES METÁLICOS DEL BRONCE FINAL Y PRIMERA EDAD DEL HIERRO DEL POBLADO DE MORREDÓN (FRÉSCANO, ZARAGOZA)

139

1.13. CERÁMICA SIMBÓLICA DURANTE EL BRONCE FINAL Y PRIMERA EDAD DEL HIERRO EN EL VALLE MEDIO DEL EBRO: LAS REPRESENTACIONES DE CIERVO Y AVE EN EL POBLADO DE EL MORREDÓN (FRÉSCANO, ZARAGOZA)

149

1.14. EL YACIMIENTO DE “EL CASTILLO” DE VILLARROYA DEL CAMPO (ZARAGOZA). FASES DE LA PRIMERA EDAD DEL HIERRO Y CELTIBÉRICA

159

1.15. LOS CASTELLAZOS (MEDIANA DE ARAGÓN, ZARAGOZA)

173

1.16. EL YACIMIENTOS DE LA VISPESA (TAMARITE DE LA LITERA, HUESCA). TESTIMONIO DE ROMANIZACIÓN EN TERRITORIO ILERGETE

183


2. Arqueología Clásica 2.1. PISTRINUM DE LA COLONIA VICTRIX IULIA LEPIDA CELSA (VELILLA DE EBRO, ZARAGOZA)

195

2.2. LA DECORACIÓN PICTÓRICA Y EN ESTUCO DE LA DOMUS 1 (INSULA I) DE BILBILIS (CALATAYUD, ZARAGOZA)

207

2.3. TRANSFERENCIA DECORATIVA DE ABALORIOS A RECIPIENTES DE VIDRIO EN ÉPOCA ROMANA: SU ICONOGRAFÍA EN ARAGÓN

217

2.4. EPIGRAFÍA PALEOHISPÁNICA SOBRE CERÁMICA ROMANA ALTOIMPERIAL: LA PRENSA OLEARIA DEL BARRANCO DE JULIA (MEQUINENZA, ZARAGOZA)

229

2.5. UN NUEVO SELLO SOBRE DOLIUM PROCEDENTE DE LA VILLA ROMANA DE VALESCLARAS (ALBERITE DE SAN JUAN, ZARAGOZA)

241

2.6. LA OCUPACIÓN ROMANA DEL VALLE DE MAMILLAS (SOS DEL REY CATÓLICO, ZARAGOZA)

249

2.7. COSMÉTICA Y PIGMENTOS DE ÉPOCA ROMANORREPUBLICANA EN EL VALLE MEDIO DEL EBRO: CARACTERIZACIÓN DE MUESTRAS DE LA CABAÑETA (EL BURGO DE EBRO, ZARAGOZA)

259

2.8. CABEZO DE SAN PEDRO (OLIETE, TERUEL). REANUDACIÓN DE LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS

267

2.9. LAS VILLAE ROMANAS EN ARAGÓN: VALOR ARQUEOLÓGICO Y PATRIMONIO CULTURAL

277

2.10. AVANCE DE UNA NECRÓPOLIS EN CABEZA LADRERO

287

2.11.NUEVOS DATOS SOBRE EL URBANISMO ROMANO DE TVRIASO (TARAZONA)

295


3. Arqueología Urbana 3.1. LA ORNAMENTACIÓN MARMÓREA DE LA NATATIO DE LAS TERMAS CENTRALES DE CAESARAUGUSTA Y SU PROCEDENCIA

303

3.2. LA NECRÓPOLIS ORIENTAL DE CAESARAUGUSTA. ENTERRAMIENTOS Y MAUSOLEO

313

3.3. DOS NUEVAS ESTRUCTURAS RELACIONADAS CON EL AGUA EN OSCA

323

4. Arqueología Medieval 4.1. LA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE ZARAGOZA COMO CEMENTERIO INTRAMURO

335

4.2. CABAÑAS DE EBRO, UN NUEVO CASO DE TORRE DEFENSIVA ANDALUSÍ DE SILLAR DE GRAN APAREJO EN EL ‘AMAL DE SARAQUSTA

353

4.3. QANĀT(S) EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE HÍJAR (TERUEL)

363

4.4. LA DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA SINAGOGA / IGLESIA DE SAN ANTONIO ABAD DE HÍJAR (TERUEL)

375

4.5. ARQUEOLOGÍA EN EL ANTIGUO BARRIO DE SANTIAGO DE ALCAÑIZ (TERUEL)

387

4.6. EL YACIMIENTO DE “EL CASTILLO” DE VILLARROYA DEL CAMPO (ZARAGOZA). FASES MEDIEVALES

399

4.7. INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CASTILLO DE CADRETE. RECINTO INFERIOR. CAMPAÑA 2019

411

4.8. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA Y ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA NECRÓPOLIS MEDIEVAL EN PLAZA RIPA 4, JACA, HUESCA

421

4.9. EL TORREÓN Y EL DESPOBLADO ANDALUSÍ DE GAÑARUL (AGÓN, ZARAGOZA)

429

4.10. ARQUEOLOGÍA EN EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LAGUNAS DE CARIÑENA (ZARAGOZA)

441

4.11. RESULTADOS PRELIMINARES DE LA ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA TORRE DE BESCÓS DE LA GARCIPOLLERA

453


5. Patrimonio 5.1. INVENTARIO DE ARTE RUPESTRE DE ARAGÓN (I. A. R. A.) Y SUS ÚLTIMAS APORTACIONES: UN INSTRUMENTO DE GESTIÓN Y DE INVESTIGACIÓN

463

5.2. PRÁCTICAS FUNERARIAS EN ARAGÓN: I. INVENTARIO DE CAVIDADES SEPULCRALES

477

5.3. EPIGRAFÍA VIRTUAL: EXPERIENCIAS DE EPIGRAFÍA 3D CON EL PATRIMONIO EPIGRÁFICO ROMANO DE ARAGÓN

487

5.4. UN ENFOQUE HERMENÉUTICO - ARQUEOLÓGICO A ORNAMENTA GEMMARUM: LA BODA DE CADMO Y HARMONÍA EN LA MALENA (AZUARA, ZARAGOZA)

499

5.5. EL TEATRO DE CAESARAUGUSTA O LA PROTECCIÓN APARENTE DEL PATRIMONIO

511

5.6. PLAN DE ARQUITECTURA DEFENSIVA EN ARAGÓN

519

5.7. INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE ALCAÑIZ: LA LONJA Y CASA CONSISTORIAL

529

5.8. INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE ALCAÑIZ: LA MURALLA BAJOMEDIEVAL DEL BARRIO MAZADOR

539

5.9. REVISIÓN Y CORRECCIÓN DE ERRORES SOBRE LA MUERTE DEL DOCTOR D. JUAN FRANCISCO ANDRÉS DE UZTÁRROZ, CRONISTA DEL REINO DE ARAGÓN Y DEL REY FELIPE IV

549

5.10. INVESTIGACIÓN, USO Y DISFRUTE DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

561


6. Museos, Didáctica y Memoria Histórica 6.1. EL PUEYO DE MARCUELLO, DEL YACIMIENTO A LA VITRINA

567

6.2. GESTIÓN DE UNA EXPOSICIÓN TEMPORAL DE CARÁCTER ARQUEOLÓGICO: “LABITOLOSA, UNA CIUDAD ROMANA EN EL PIRINEO OSCENSE”

579

6.3. EL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE FRÉSCANO

589

6.4. EL CÓMIC COMO RECURSO DIDÁCTICO: EL CASTILLO DE PERACENSE

599

6.5. POTENCIALIDAD DIDÁCTICA DE LAS ARMAS DE ASEDIO EN EL INTERIOR DE RECINTOS FORTIFICADOS: CASTILLO DE PERACENSE

609

6.6. ¿QUÉ BUSCAN LOS MAESTROS Y PROFESORES EN UN MUSEO ARQUEOLÓGICO? ESTUDIO EXPLORATORIO DEL PROGRAMA EDUCATIVO DE LOS MUSEOS DE LA RUTA DE CAESARAUGUSTA

617

6.7. DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO EN LA ACADEMIA GENERAL MILITAR DE ZARAGOZA (1927-2018). UNA VISITA GUIADA PARA 2º DE BACHILLERATO

623

6.8. ITINERARIOS DIDÁCTICOS Y PATRIMONIO EN ARAGÓN: MÉTODOS Y TÉCNICAS PARA EL APRENDIZAJE EN CIENCIAS SOCIALES

629

6.9. POSICIONES DEFENSIVAS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN LA SIERRA DE ORICHE (PIEDRAHITA, T. M. DE LOSCOS, TERUEL)

637

6.10. MORFOLOGÍA DE UNA EXHUMACIÓN. LA FOSA COMÚN DE CUATRO MUJERES ASESINADAS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. BISCARRUÉS (2018)

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SESIÓN 3


Sesión 3

3.1. LA ORNAMENTACIÓN MARMÓREA DE LA NATATIO DE LAS TERMAS CENTRALES DE CAESARAUGUSTA Y SU PROCEDENCIA THE MARMORA ORNAMENTATION OF THE NATATIO IN THE CENTRAL BATHS OF CAESARAUGUSTA AND ITS PROVENANCE Carmen Aguarod Otal y María Pilar Lapuente Mercadal Grupo de Modelización Geoquímica (GMG), Universidad de Zaragoza Autor de contacto/Contact autor: Carmen Aguarod Otal, m@aguarod.es

RESUMEN Las Termas Públicas Centrales de Caesaraugusta se descubrieron en 1982 en la calzada de la calle San Juan y San Pedro, durante el transcurso de unas obras. Se realizó una primera campaña de investigaciones, que se extendió a los números 3-7 del solar contiguo, donde aparecieron los restos de una monumental natatio porticada. Su excavación finalizó en 1990, con una segunda campaña en la que se documentaron unas foricae, cronológicamente anteriores a la piscina. En el conjunto termal se pudieron documentar tres fases constructivas, de las cuales la última supone una ambiciosa remodelación, en la que se construye una natatio, absidiada, rodeada de un deambulatorio y un peristilo. La cronología para la realización de esta tercera fase nos la proporcionan los materiales procedentes del nivel de amortización del canal higiénico de las letrinas públicas, foricae, que nos remiten a los emperadores de la dinastía flavia, hacia finales del siglo I d.C. El pavimento de la piscina posee un revestimiento de grandes lastras de mármol cuyo estudio arqueométrico indica su procedencia pirenaica, de diferentes canteras del sector de Saint- Béat, alternando en los placados el de color blancogrisáceo, bandeado, y el de color amarillo de La Pène Saint-Martin, lugar próximo a la localidad de Lez, donde se explotó la denominada Brèche des Romains. Entre los materiales realizados en este marmor amarillento, se encuentran cinco placas murales, crustae marmoreae, decoradas con diversos motivos en bajorrelieve, de talla cuidada y excelente ejecución, que evidencian un importante taller aquitano especializado de marmorarii. PALABRAS CLAVE: Caesaraugusta; Termas; Natatio; Crustae marmoreae; Saint-Béat.

ABSTRACT During the course of some works in the road of San Juan y San Pedro street, the central public baths of Caesaraugusta were discovered in 1982. After its discovery a first excavation campaign was carried out, which extended to numbers 3-7 of the adjoining site, where the remains of a monumental porticoed natatio appeared. Its excavation ended with a second campaign completed in 1990, in which some foricae were documented, chronologically prior to the pool. The excavation on the whole was able to document three construction phases of which the latter involves an ambitious remodeling with a porticoed swimming, surrounded by a walking area, or courtyard, and a peristyle. The chronology of this 3rd phase is provided by the materials from the amortization level of the hygienic channel of the public latrines, foricae, which refer us to the emperors of the Flavia dynasty, towards the end of the first century A.D. The pavement of the pool has a coating of large marble slabs whose archaeometric study indicates a Pyrenean origin, in particular from different quarries of the Saint-Béat district, alternating the banded white-grey and the yellowish colour, this latter originally from La Pène Saint-Martin, close to the village of Lez where the Brèche des Romains was exploited. Among the materials made in this yellowish marmor, are five wall plates, crustae marmoreae, decorated with various motifs in bas-relief, of careful and excellent execution, evidence of an important specialized Aquitaine workshop of marmorarii. KEYWORDS: Caesaraugusta; Baths; Natatio; Crustae marmoreae; Saint-Béat.

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Figura 1. Detalle de una de las placas pertenecientes a la decoraciĂłn parietal del peristilo de la natatio. FotografĂ­a Archivo Ayuntamiento de Zaragoza, foto J. Romeo.

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Sesión 3 1. INTRODUCCIÓN Las Termas Centrales de la colonia Caesaraugusta fueron descubiertas en el transcurso de unas obras realizadas en la calle San Juan y San Pedro en el año 1982. Después de su hallazgo, se realizó la primera campaña de investigaciones en el solar contiguo, en la que se documentó una natatio monumental. Tras unos años de inactividad, la excavación del complejo finalizó en 1990 con el descubrimiento de unas foricae, letrinas públicas. Recientemente hemos abordado la revisión del conjunto, lo que nos lleva a presentar nuevas propuestas, tanto para sus fases constructivas como para su datación. Las termas se sitúan en un estratégico enclave dentro del urbanismo de la colonia, entre el foro y el teatro, junto al cruce de sus dos arterias más importantes, el cardo y el decumano máximos, en la franja central, dedicada fundamentalmente a usos públicos, que divide en dos la ciudad altoimperial. En las estructuras termales hemos podido distinguir tres fases. La Fase I corresponde a las estructuras más antiguas de este complejo termal, restos de un probable

frigidarium de época fundacional de la colonia, dentro del periodo augusteo. En la Fase II, El edificio fue objeto de una reforma, que anuló las construcciones de la fase anterior, e incluyó la construcción de unas letrinas públicas, latrinae o foricae, que pueden datarse en el final del reinado de Tiberio, alrededor de los años 35-45 d.C. La Fase III, es en la que nos centraremos. Supuso una remodelación de gran magnitud, en la que se construyó una gran natatio, absidiada, rodeada de un deambulatorio, al aire libre, y un peristilo. Su cronología nos remite a los emperadores de la dinastía flavia, a finales del siglo I d.C.

2. LA NATATIO Y SU PERISTILO La natatio, de planta rectangular, conserva su cierre oriental en forma absidiada y se encuentra rodeada en todo su perímetro por tres gradas interiores de acceso. Posee unas dimensiones notables: la altura máxima del vaso es de 1,20 m, la anchura es de 6,20 m. Respecto a la longitud, durante los trabajos de excavación se pudo constatar que, al menos, alcanzaba 12,75 m, pudiendo aproximarse su restitución a 17,68 m.

Figura 2. Termas Centrales de Caesaraugusta. Fase III. Según C. Aguarod, grafía A. Blanco.

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El pavimento de la piscina recibió, en una gran parte de su superficie, un revestimiento de grandes placas rectangulares de mármol, alternando las de color blancogrisáceo, bandeado, con las de color amarillento. En un caso se constató la reutilización una placa decorada con molduras, con los motivos colocados hacia abajo. El nivel del suelo de la piscina bascula hacia el lado septentrional con el objeto de facilitar su desagüe. La evacuación de las aguas de la piscina se realizaba por medio de un canal construido con bloques monolíticos cuadrados de piedra tallada. El hecho de que, por su inclinación basal, la natatio desagüe en su lado septentrional explica que se hayan reforzado en este flanco, con placas de mármol, tanto en el zócalo como en el pavimento, preservando de este modo la conservación de las superficies más expuestas a la erosión durante tareas de cambio del agua y limpieza periódica. El espacio del deambulatorio, entre la piscina y el pórtico, estaba sectorizado y delimitado perimetralmente en el pavimento, mediante unos listeles verticales de mármol, de 3/5 cm de grosor y 40 cm de altura, insertos en la argamasa, sobresaliendo entre 3 y 4 cm respecto al nivel del suelo de la zona porticada. Los listeles se disponían inmediatamente delante de las basas de las columnas del pórtico, a lo largo de todo su trazado. Su utilidad consistía en impedir que tanto el agua de lluvia como la procedente de la piscina, que podría salpicar y rebosar con la entrada y salida de los usuarios, penetrase en las crujías del pórtico. Es decir, separaba la zona húmeda de la seca en el interior de la galería porticada. Dentro del trazado del deambulatorio, en su extremo oriental, se ubicaron dos pedestales de piedra, embutidos en la argamasa del pavimento, situados detrás del ábside de la piscina, destinados probablemente a servir de apoyo a sendas esculturas que decorarían la estancia. En el proceso de excavación se pudo documentar un fragmento escultórico correspondiente a un pie desnudo realizado en mármol del Monte Pentélico de Atenas, que podría pertenecer a una estatua ideal, quizás un atleta o un emperador en desnudez heroica o semidesnuda (Lapuente et al., 2018). De los elementos arquitectónicos que integraban el peristilo contamos con ocho apoyos, de forma cuadrada, destinados a asentar las basas de las columnas. El suelo del peristilo estaba pavimentado por lastras de mármol de color blanco-grisáceo, bandeado, de diferentes tamaños; constatándose en algún caso, al igual que en la piscina, la reutilización de una placa decoradas con molduras, con los motivos colocados hacia abajo. Del conjunto de columnas que integraban el pórtico únicamente se ha conservado una basa ática, ubicada en el ángulo sudoeste, realizada en alabastro local, con fuste acanalado, y a continuación, en la misma crujía, restos de otras dos basas dóricas, realizadas en arenisca. La falta de uniformidad en la piedra y estilo empleado en las columnas del pórtico hacen pensar en un posible reaprovechamiento de materiales.

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2.1. Las crustae marmoreae El peristilo poseía una decoración parietal realizada en marmor, a la que pertenece el conjunto de cinco placas murales rectangulares, crustae marmoreae, decoradas en bajorrelieve, de talla cuidada y excelente ejecución, que evidencian un importante taller especializado de marmorarii. Las placas poseen un grosor que oscila entre los 2,25 y los 3,7 cm. y se fijaban a las paredes por medio de soportes metálicos, clavos o pestañas. En tres de ellas se repite el esquema de doble campo, con marcos lisos y planos; en cambio, las otras dos composiciones no están enmarcadas: 1. Fragmento de lastra con motivos inscritos y moldurados. En el lado izquierdo hay un motivo escutiforme circular inscrito en un cuadrado; mientras en el lado derecho se dispone, inscrito en un rectángulo, un escudo horizontal con escotaduras y circulo central. (Figura 3.1). 2. Fragmento de lastra con motivos inscritos y moldurados. En el lado izquierdo, que conserva el inicio de la composición, hay dos escudos hexagonales, entrecruzados, escotados y con umbos circulares, inscritos en un campo rectangular. Del lado derecho únicamente se conserva el arranque de un espacio probablemente rectangular (Figura 3.2). 3. Fragmento de lastra con motivos inscritos y moldurados. En el lado izquierdo el inicio de la composición: campo cuadrangular con círculo inscrito e inicio de losange horizontal inscrita en un rectángulo (Figura 3.3). 4. Lastra con secuencia ininterrumpida de formas cuadrangulares, en disposición angular y flanqueadas horizontalmente por molduras de escaso relieve. El extremo del lado izquierdo sugiere un enlace con otra placa similar. Los cuadrados presentan un rebaje perimetral para insertar placajes marmóreos de tonalidad diferente (Figura 3.4). 5. Fragmentos de lastra cuya restitución remite a guirnaldas estilizadas cuyos extremos se cierran en bucle y penden de un motivo geométrico vertical, compuesto por dos losanges enlazadas. El interior de los bucles está perforado, para rellenar de fragmentos de marmora de otro color. La lastra posee moldura de enmarque en el lado inferior mientras en el superior la terminación es lisa (Figura 3.5). Resulta destacable que en dos de las placas, las nº 4 y 5, existen respectivamente ranuras rebajadas y perforaciones, adecuadas para rellenar estos espacios con fragmentos recortados de marmora o piedras de colores,


Sesión 3

Figura 3. Crustae marmoreae. Según C. Aguarod, grafía A. Blanco. Fotografías Archivo Ayuntamiento de Zaragoza, fotos J. Romeo.

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en labor de taracea o incrustación, que según algunos autores puede relacionarse con el opus interrasile (Dubois-Pelerin, 2011). Ello permitiría crear un efecto cromático, como sucede en una placa procedente de la Villa de Pully (Suiza), realizada en esquisto gris con incrustaciones de piedra calcárea blanca (Dubois-Pelerin, 2011: 506, Fig.10). En el conjunto de las placas estudiadas encontramos piezas que podrían integrarse en un friso que alternaría casetones cuadrados con rectangulares, como las nº 1, 2 y 3; junto a otras que podrían corresponder a elementos de guarnición de vanos o dinteles, como las nº 4 y 5. Respecto a la posibilidad de proponer una hipótesis de restitución del programa decorativo de las paredes del peristilo pensamos que es prematuro ya que, como hemos apuntado al comienzo del trabajo, nos encontramos revisando el conjunto de materiales procedentes de las excavaciones realizadas en 1982 y 1990, que pueden aportar nuevos fragmentos que proporcionen más información al respecto. 2.1.1 Motivos decorativos En los grandes monumentos públicos y en los urbanos de época flavia resulta habitual la presencia de armas, motivos apotropaicos que suelen aludir a la gloria militar de los emperadores (Polito, 1998: 191-192). En la decoración de las placas estudiadas encontramos figuras geométricas y motivos relacionados con el armamento como escudos hexagonales que, con diversas variantes, se han representado frecuentemente en las decoraciones arquitectónicas del mundo romano. El escudo hexagonal representado en dos de las placas se caracteriza por tener el umbo en forma de círculo y escotaduras en sus lados superior e inferior. Esta forma se asocia a los pueblos germánicos, o nórdicos, en general (Polito, 1998, tipo B.3.b, 43). En la Galia es un tema recurrente, ya sea en monumentos conmemorativos o en edificios, públicos y privados; los encontramos en placas líticas, en opus sectile, mosaicos, en pintura mural, etc. (Barbet et al., 1997: 13, 6b y 6d). Aspectos a considerar respecto a este tipo de escudos son su gran abundancia y el simbolismo defensivo militar que transmiten, lo que lleva a algunos autores a unir su presencia con un cierto rol profiláctico. De hecho, su imagen se utiliza frecuentemente en las decoraciones de edificios termales (Langouet et al., 2000: 218, 232). El motivo compuesto por dos escudos hexagonales cruzados, tema ya utilizado en las monedas de Cesar, lo encontramos en las metopas del mausoleo de Munazio Planco en Gaeta, hacia el 20 a. C., como símbolo que alude a su pasado militar (Polito, 1998: 135-136). Dentro del territorio galo, encontramos un paralelo bastante similar al de la placa nº 2, en este caso realizado en una placa calcárea, en el santuario o ninfeo de Septeuil, en La Féerie (Cholet y Gaidon-Bunuel, 2004, p.34). Junto a los escudos hexagonales encontramos representados escudos redondos, clypei o parmulae (Polito, 1998, tipo A.9, 41).

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Los casetones moldurados resultan un tema característico de los talleres pirenaicos; aparecen frecuentemente en decoraciones arquitectónicas de pilastras y en la de diversos altares votivos de la zona (Sablayrolles y Schenck,1988, p. 38, 43, 94, 107; Fabre y Sablayrolles, 2002, Fig.50; Rodriguez y Sablayrolles, 2008, pp. 4041, 73). En el santuario de La Hillière en Montmaurin se encuentran fragmentos de placas de revestimiento, con decoraciones consistentes en casetones moldurados, que Fouet supone coronaban las puertas, de manera similar a los dinteles realizados en marmor amarillento de La Pène Saint-Martin documentados en la gran villa romana de Montmaurin (Fouet, 1972: 106-108; Fouet, 1969: 112115, Pl. XXIV, Fig. 49). El esquema de un rectángulo horizontal tripartito, formado por tres casetones unidos, con motivos inscritos consistentes en un losange horizontal en el centro y dos círculos en los laterales lo vemos representado en la decoración que recibe la base del altar votivo dedicado por Caius Pomptinius Superbus, conservado en el museo de las Antigüedades de Toulouse (Rodriguez y Sablayrolles, 2008: 221-222). Los artesanos que confeccionaron los altares votivos pirenaicos son considerados en realidad canteros que actuaban como tallistas ocasionales, con nociones de talla aprendidas en su contacto con los especialistas y que reutilizaban bloques de mármol descartados en las canteras para fabricar estas piezas destinadas al mercado local (Bessac y Sablayrolles, 2002: 182-183). Sin embargo, no cabe duda que el trabajo realizado en las placas que decoraban las paredes de las Termas Centrales de Caesaraugusta es producto de un excelente taller especializado de marmolistas galos, quizás pirenaicos; aunque por el momento no pueden descartarse otras opciones, incluida la de talleres itinerantes que podían desarrollar su actividad temporalmente de una localidad a otra. Las placas podrían haberse exportado desde las canteras como productos en bruto, quizás esbozadas, finalizando su talla en otro lugar de su periplo.

3. LOS MARMORA DE LA NATATIO PORTICADA: PROCEDENCIA, CRONOLOGÍA Y COMERCIALIZACIÓN En las publicaciones en las que se dieron a conocer estos hallazgos ya se reconocieron visualmente estos materiales como procedentes del Pirineo francés, atribuyéndose su origen en las canteras próximas a la localidad de SaintBéat, en el Alto Garona (Álvarez et al., 2001: 61). Para constatar la procedencia de estos marmora que integran la decoración de la natatio y su peristilo, se han realizado análisis arqueométricos comparando analíticamente muestras de varias piezas integrantes del conjunto decorativo, tomadas con anterioridad a su restauración para ser expuestas en el Museo de las Termas, con otras procedentes de las canteras galas. Así queda patente su identificación en el estudio petrográfico tanto de la brecha amarilla, como en los mármoles blancos y grises,


Sesión 3

Figura 4. Imágenes petrográficas en nícoles cruzados de la brecha (izquierda) y del mármol (derecha). en los que además, se aplicaron análisis complementarios de catodoluminiscencia (CL) y de isótopos estables de C y O. Se remite al lector a otros trabajos (Lapuente et al., 2016, 2018) para la metodología seguida en el estudio arqueométrico. Visualmente, la brecha amarilla está formada por fragmentos angulosos de mármol blanco de tamaños centimétricos variados (1 a 20 cm, aproximadamente) inmersos en una matriz carbonatada de tonos amarillentos que pueden variar a grisáceos o incluso rosados, con habituales estilolitos muy finos sonrosados, en particular en torno a los clastos de mármol. Su tonalidad dorada recuerda al marmor Numidicum, o Giallo antico, altamente apreciado por los romanos. Al microscopio se reconocen los componentes blancos, con su textura granoblástica típica de los mármoles, en una agregado de calcita recristalizada de grano fino y una matriz con óxidos de hierro e incluso pequeños opacos, presumiblemente piritas (Figura 4, izquierda). Respecto a su CL, es habitual que la matriz manifieste una intensidad más alta que la que presentan los clastos de mármol, en consonancia con la descripción de Blanc y Blanc (2012). Su comparación petrográfica y de CL con una muestra de la cantera de Lez, localidad junto a SaintBéat, pone de manifiesto la total similitud entre ambas. Este material fue extraído de la denominada cantera de Brecha de los Romanos, o también denominada de La Pène Saint-Martin (Fabre y Lucas, 2001: 107; Fabre y Sablayrolles, 2002; Blanc y Blanc, 2012), situada en la margen derecha del Garona y que dejó de estar activa en los años 50 del siglo pasado. La cantera se dispone en forma de chimenea de más de 30 m de alto por 10 m de ancho, sobre la Falla Norpirenaica, accidente tectónico de primera magnitud que pudo tener un papel activo en la formación de esta brecha.

Figura 5. Restos de una placa de mármol bandeado blanco/gris procedente de Saint-Béat (Alto Garona). Fotografía Archivo Ayuntamiento de Zaragoza, foto J. Romeo.

Figura 6. Gráfico de isótopos estables de C y O donde se proyecta la muestra analizada (estrella) dentro del campo isotópico de los mármoles de Saint-Béat. Respecto a las placas de mármol con coloraciones que varían desde blancos a grises y frecuentes bandeados en blanco y gris (Figura 5), que formaban parte del revestimiento de la natatio, se han identificado sin dificultad las procedentes de las canteras de Saint-Béat. Su petrografía (Figura 4, derecha) y CL ha sido comparada con muestras de cantera y con las descripciones realizadas en Lapuente et al., 2009; Royo et al., 2018, poniendo de manifiesto su coincidencia. Además la proyección de los isótopos de C y O de la muestra analizada es igualmente coincidente con el campo isotópico de los mármoles blancos y grises de Saint-Béat (Figura 6). De lo publicado hasta el momento, se piensa que las primeras canteras abiertas en las proximidades de SaintBéat, de mármol blanco y gris, conocieron con rapidez una explotación intensa, al menos de carácter local. Según diversos autores, estos mármoles fueron utilizados para construir el trofeo augusteo de Lugdunum hacia los años 19-16 a.C. (Boube, 1996; Fabre y Sablayrolles, 2002: 73; Rico, 1997: 272 y ss). Sin embargo, es preciso señalar que esta afirmación se basa en los análisis efectuados en la Tesis Doctoral de Christine Costedoat (1992) quien no llegó a publicar los resultados sobre este trofeo por encontrar ciertas ambigüedades analíticas. En la actualidad, este conjunto escultórico ha sido muestreado de nuevo con objeto de verificar analíticamente este supuesto, dada la importancia cronológica que marca este conjunto escultórico. Respecto a la cronología de la piedra ornamental utilizada para las placas parietales del peristilo y pavimentales de la natatio de color amarillo, hasta ahora se pensaba que no sería explotada hasta finales del siglo I, con un apogeo en época de Trajano, y a lo largo los siglos II y III, pero su datación se basaba en criterios poco precisos (Bedon, 1984, p.64; Rico 1997, p. 273). Trabajos más recientes señalan la presencia de mármoles de la brecha de los Romanos en Vesuna y Le Fâ, en sendos templos construidos a mediados del siglo I d. C., lo que evidencia que esta cantera fue explotada tempranamente,

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poco después de la conquista romana (Blanc y Blanc, 2012: 488-489), cronología acorde con su uso en la remodelación Flavia de la natatio aquí presentada. Sobre el estatus jurídico del grupo de canteras del sector de Saint-Béat se ha supuesto como pertenecientes al dominio imperial; pero ninguna de las investigaciones actuales corrobora esta posibilidad carente de bases precisas; las últimas hipótesis sugieren una gestión a cargo de las ciudades y aristocracias locales, más que en manos de la administración imperial, aunque ésta pudiera realizar, de manera puntual, encargos o trabajos tan señalados como el mencionado trofeo de Saint- Bertrantde-Comminges (Bessac y Sablayrolles, 2002: 178), de confirmarse su uso en este conjunto. La epigrafía de la zona sugiere una primera etapa de arranque de las explotaciones de las canteras unida a la llegada de especialistas extranjeros, hombres libres, continuada por artesanos locales con una fuerte influencia latina (Fabre y Sablayrolles,1995: 138; Bessac y Sablayrolles, 2002: 181-183). Es sabido que la difusión de los mármoles del sector de Saint-Béat fue relativamente extensa, se encuentran en yacimientos del sur de la Galia, como en las excavaciones de Valentine y las villas de Chiragan y Montmaurin. En Hispania, además de las piezas que nos ocupan en las Termas Centrales y en diversas esculturas del Teatro de Caesaraugusta (Lapuente et al., 2009: 515-520), se ha constatado su utilización en varios yacimientos del Conventus Caesaraugustanus (Lapuente et al., 2011; 2015; Royo et al., 2015; 2018) y están siendo revisadas analíticamente las asignaciones visuales hechas años atrás en otras piezas del Convento Tarraconense, como en Ampurias (Rodà et al., en prensa). Respecto a la importación a Caesaraugusta de este pesado material cabe plantear varias opciones para su transporte, bien sea por vía terrestre, o vía fluvial y/o combinada. Así las rutas centrales transpirenaicas aunque resultarían poco favorables, no deben descartarse máxime para las piezas de poco peso como son las placas. Por su parte, la vía fluvial, estando las canteras junto al río Garona, es evidente que proporcionaría una gran facilidad para la salida y difusión del mármol en grandes bloques por medio de embarcaciones de fondo plano o balsas (Fabre y Sablayrolles, 2002: 76 y 81). Para explicar la presencia del mármol en la urbe, Fabre y Sablayrolles apuntan la posibilidad de una ruta fluvial-marítima, con un primer tramo de navegación por el Garona, con un posible transbordo entre Tolosa y el puerto de Narbo, para dirigirse por el Mediterráneo a Dertosa y ascender el río Ebro. Los mismos autores señalan la significativa ausencia de mármoles pirenaicos en el yacimiento de Labitolosa. que se encuentra relativamente próximo a las canteras galas por vía terrestre y en el que, en cambio aparecen mármoles importados procedentes de diversas canteras del entorno Mediterráneo. Otra sugerente opción para la comercialización del Saint-Béat en el valle del Ebro, consistiría en realizar su transporte por la vía fluvial

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que proporciona el Garona hasta su desembocadura en la costa atlántica y proseguir, vía marítima, a través del Golfo de Vizcaya. Esta posibilidad, menos costosa y más cómoda, podría continuar a través del puerto de Oiasso, dentro del Convento Caesaraugustano, bien comunicado vía terrestre con el valle del Ebro, por donde podrían descender y distribuirse, vía fluvial, a través del Ebro navegable. Por el momento, cualquiera de las opciones está abierta, aspecto que se podrá ir configurando conforme se obtengan más resultados analíticos de las piezas marmóreas encontradas a un lado y otro del Pirineo. De lo estudiado hasta el momento mediante análisis multimétodo idéntico al seguido en este trabajo, cabe señalar que el mármol de Saint-Béat ha sido identificado además de como ya se ha comentado en el Teatro de Caesaraugusta (Lapuente et al, 2009) en otros puntos dispersos del actual Alto Aragón, aspecto que hace tomar más peso la hipótesis transpirenaica. Así se ha identificado en varias placas de Los Bañales, La Sinagoga de Sádaba, algunas correspondientes a las termas (Lapuente et al., 2011; Andreu et al., 2015) y de Osca (Royo et al., 2016); también en varias aras votivas halladas en el Hospital de Benasque y en San Esteban, Llert (Lapuente et al., 2015); en varios frentes de urna o estelas esculpidas como las de Montcorbau y Gaussac, en el valle de Arán (Royo et al., 2015); y en una cabeza hallada en San Urbez, Nocito, actualmente depositada en el Museo Diocesano de Huesca (Lapuente et al., 2015). Por último, otro de los materiales más significativos por su procedencia imperial es el fragmento encontrado de una placa del zócalo que protegía la base del primer escalón del vaso de la piscina. Se trata del denominado Verde Antico, marmora de gran prestigio importado desde Tesalia (Grecia), y conocido también como marmor atracium o thessalicum, siendo uno de los más cotizados en el edicto de Diocleciano.

4. CONCLUSIONES Un importante lote de mármoles procedentes de las canteras pirenaicas de la vecina Galia fue utilizado para realizar la decoración parietal y el pavimento de la estancia de la natatio de las Termas Centrales de Caesaraugusta, junto con algunos materiales imperiales de prestigio. Ello evidencia la gran inversión económica de que es objeto la arquitectura pública de la urbe en la etapa flavia que se plasma en la marmorización de uno de sus edificios más significativos desde el punto de vista social, las termas. La financiación de estas costosas ornamentaciones pudo realizarse por iniciativa estatal, a cargo de la nueva dinastía flavia, como un ejercicio de propaganda imperial y prestigio, o ser sufragada a cargo de particulares, por parte de las elites locales, como muestra de munificencia y evergetismo, para manifestar su riqueza y promocionar su posición mediática.


Sesión 3 AGRADECIMIENTOS Las autoras desean agradecer la colaboración del Servicio General de Apoyo a la Investigación-SAI, Universidad de Zaragoza. Igualmente se agradece al Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) de Tarragona el uso del laboratorio de Catodoluminiscencia y al Istituto di Geología Ambientale e Geoingegneria del CNR de Roma, por los análisis de isótopos estables.

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Sesión 3

3.2. LA NECRÓPOLIS ORIENTAL DE CAESARAUGUSTA. ENTERRAMIENTOS Y MAUSOLEO THE EASTERN NECROPOLIS OF CAESARAUGUSTA BURIALS AND MAUSOLEUM José F. Casabona Sebastián1 y Judit Paraíso Sánchez2 Arqueólogo profesional Arqueóloga profesional

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Autor de contacto/Contact autor: José F. Casabona Sebastián, jfcasabona@gmail.com

RESUMEN La excavación arqueológica en la calle Santiago Rusiñol 36 de Zaragoza, situada al otro lado del río Huerva, donde ya se habían localizado otros enterramientos romanos, ha permitido comprobar la continuidad espacial de la necrópolis así como, ampliar su horizonte cronológico. Adicionalmente, se han podido definir los restos de un pequeño mausoleo con incineración, rodeado por un conjunto de tumbas de inhumación realizadas con ladrillo, tegulae y cantos rodados. El edículo funerario presentaba una planta cuadrangular cuya dimensión total es de 3,10 m. (de norte a sur) por 3,04 m. de este a oeste. Una capa de cantos rodados servía de cimentación, a la que seguía una capa de mortero de cal, mientras que el alzado pudo ser de tapial. En el interior, arrasado, se ha podido reconocer el emplazamiento de la urna, con restos de la cremación y al exterior un peculiar sistema de recogida de aguas con dos grandes doliae en buen estado de conservación. Con posterioridad el edificio fue reutilizado como osario. El espacio debió ser abandonado, quizás quedó como campo de secano o pastos y con la llegada de las aguas del Canal Imperial, ya a finales del siglo XVIII, nivelado para la puesta en regadío, hasta su posterior urbanización. Con las limitaciones de lo reducido de la excavación, parece claro que la cronología del tramo de necrópolis excavado ocuparía desde el siglo I d. C. hasta el periodo tardorromano y permite seguir ampliando el conocimiento de la necrópolis oriental de Caesaraugusta. PALABRAS CLAVE: Caesaraugusta; Necropolis; Mausoleo; Agua; Doliae.

ABSTRACT The archaeological excavation in Calle Santiago Rusiñol 36 of Zaragoza, on the other side of the River Huerva, where roman burials were already located, has allowed definition of the necropolis spacial continuity and broded the chronological horizon. Furthermore, it has allowed definenment of the remains of a little mausoleum with incineration, surrounded by inhumation burials built with bricks, tegulae and boulders. This funerary aedicula had a square plan with a total length of 3,10 m (from north to south) and 3,04 m (from east to west). The foundation was built with a boulder layer followed by another layer of lime mortar, while walls were probably made of mud. Inside the razed building, the urn placement has been recognized, with cremation remains inside and outside a peculiar water collection system with two big doliae in good condition. Later, the building was usued as an ossuary. The location was abandoned, maybe used as a dryland farming field or pasture. The arrival of the Canal Imperial in the eighteen century supposed the leveling of the terrain for irrigation, until it’s later urbanization. Although the excavation is limited, it seems clear that the chronology of this part of the necropolis goes from the first century A.D. to the Late Roman period and allows an increase of knowledge of the west necropolis of Caesaraugusta. KEYWORDS: Caesaraugusta; Necropolis; Mausoleum; Water; Doliae.

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Figura 1. PlanimetrĂ­a general de la excavaciĂłn.

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Sesión 3 1. INTRODUCCIÓN Los hallazgos que vamos a presentar se sitúan en la margen izquierda del río Huerva (Fig. 2), en el límite del desarrollo urbano zaragozano hasta principios del siglo XX (Fig. 3), justo empezaban los campos correspondientes al término de Miraflores, donde luego se desarrollará el populoso barrio de Las Fuentes, que en su desarrollo ha engullido parte de la necrópolis.

Las catas previas documentaron la existencia de restos de una necrópolis, con un único nivel de enterramientos de una potencia máxima de 70 cm. hasta la aparición de las gravas naturales. Una vez retirado el nivel de tierra correspondiente a los usos del jardín, la excavación se realizó mediante procedimientos manuales.

Figura 2. Localización en relación con el casco histórico de Zaragoza (Catastro Virtual).

El resultado positivo de las catas previas en el jardín de la C/ Santiago Rusiñol, 36 de Zaragoza y la posterior excavación del solar (expediente 061/2016) han permitido localizar una pequeña parte de la necrópolis oriental de Caesaragusta, sobre la que ya existían trabajos previos, situando los nuevos resultados como parte de un conjunto que poco a poco va tomando forma.

2. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA El área de excavación corresponde a la parte trasera ajardinada de una de las casas de esta pequeña barriada de unifamiliares, a la que se puede acceder también por la calle Zurbarrán. La zona estuvo atravesada por una acequia de riego (Fig.3) seccionando el espacio de intervención. Se ha realizado la excavación sistemática de la totalidad del área positiva. Para la topografía se ha tomado como referencia el clavo 09.746 de la red topográfica municipal (ETRS 89 x 677635,17; Y 4612751,28), 201,33 m. snm, situando nuestro punto 0 a + 10 cm. del citado clavo.

Figura 3. Localización del espacio (Dionisio Casañal 1935. Ayuntamiento de Zaragoza). En la excavación se han documentado 6 enterramientos individuales (E-1 a E-6) que en mayor o menor grado habían sido alterados. Asimismo, se ha localizado un edículo también de uso funerario, a cuyo contexto dedicaremos una especial atención (Fig.1).

3. RESULTADOS 3.1. Los enterramientos Al arrasamiento general sufrido por la necrópolis y la afección directa a muchos enterramientos se han añadido las dificultades de excavación como consecuencia de las

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intensas lluvias sufridas y la falta de drenaje del espacio excavado, no obstante se pudo mantener la calidad del trabajo. Describiremos brevemente los enterramientos individuales: Enterramiento 1 Sólo se han encontrado restos de lo que pudo ser la base consistente en tres grandes piezas de ladrillo y tegula, sin que se hayan conservado restos óseos in situ. Enterramiento 2 La fosa se realizó en el nivel de grava natural, sin obra de revestimiento, más allá de algunos cantos en el perímetro. Sin embargo contaba con un importante cierre de tegulae, que apareció en buen estado. Este material también servía para marcar los pies de la tumba. No podemos decir lo mismo de la cabecera que junto con el cráneo habían desaparecido. Por lo demás, los restos se encontraban en posición de decúbito supino. Enterramiento 3 Tumba realizada con mayor cuidado que el resto, en la que destaca la base de grandes piezas de ladrillo (Fig. 4 y 5), que también sirvieron para la realización del cierre superior, mientras que las paredes se realizaron con cantos de río y fragmentos de teja. La posición original de este enterramiento es en decúbito supino, si bien la disposición en que se ha encontrado el cráneo y la destrucción de la cabecera reflejan una evidente alteración en fechas antiguas.

Figura 5. Enterramiento 3, una vez retirados los restos óseos (vista hacia los pies).

Figura 4. Enterramiento 3. Proceso de excavación. Enterramiento 4 Excavado en la grava natural, los laterales eran de canto y tegula, conservaba restos de adobe como tapa, al igual que en el enterramiento 6. Los restos óseos presentan una posición en decúbito supino, con la cabeza ligeramente ladeada (Fig. 6).

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Figura 6. Enterramiento 4.


Sesión 3 Enterramiento 5. Estaba realizado directamente sobre las gravas naturales, pero contaba con un revestimiento de las paredes a base de cantos de río, tejas y algún fragmento de sillar. El cierre de la tumba se encontraba muy alterado y la cabecera estaba marcada mediante una tegula vertical. El esqueleto se encontraba acostado lateralmente (Fig.7).

caso presentan un grosor de 3 cm. mientras que los mamellones cuentan con un escaso relieve de entre 2,5-3 cm.). Alguno de los ladrillos de gran tamaño presentan restos de mortero de cal, huella de su anterior utilización (hay grosores de 4,5 cm./ 7 cm. y anchuras de hasta 46 cm. en las piezas más grandes). Todo esto nos remite a materiales posiblemente procedentes del desmonte de estructuras termales de Caesaraugusta, fenómeno que se pudo producir en fechas avanzadas, durante el declive de la ciudad, en el momento en que esta reduce el perímetro y refuerza sus murallas. También se han encontrado clavos.

Figura 7. A la izquierda el enterramiento 5, a la derecha el 4, una vez retirados los restos óseos. Enterramiento 6 Estaba excavado en la grava natural y presentaba una cubierta de adobe y tegulae. Se ha conservado parcialmente, al haber sido dañado por la construcción de una arqueta de cemento armado que destruyó la mayor parte del enterramiento, a excepción de las extremidades inferiores, que se encontraban flexionadas hacia la izquierda. En el conjunto de las tumbas hay abundante presencia de materiales de construcción reaprovechados, como suele ser habitual. Predominan las tegulae, de las que se han podido recuperar piezas completas, algunas con detalles interesantes como el caso de un fragmento procedente del enterramiento 2 que presenta un resto metálico adherido. También hemos podido distinguir abundantes restos de latericio que responden a otras tipologías, en concreto a las grandes piezas con las que se realizaban las soleras de los hipocaustos, así como varios fragmentos de mammatae también utilizadas en las paredes de las termas (en este

Figura 8. Enterramientos 4 y 5, detrás la cimentación del mausoleo.

3.2. El pequeño mausoleo Ya durante la retirada de tierras superficiales se apreció en la parte central del espacio una mancha blanquecina. Fue durante la excavación cuando pudimos comprobar que se trataba de la base de una estructura de planta cuadrangular formada por una única capa de cantos (Fig. 9), con una potencia media de 12/14 cm. de altura, sobre la que asentaba una capa de mortero de cal, de textura granulosa, muy descompuesta, pero que en algunos casos alcanzaba hasta 7 cm. de grosor conservados (cota superior conservada a -112/-125 cm.). La anchura de la cimentación es de unos 52 cm. de media.

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También desconocemos cuales serían los revestimientos internos y externos. La presencia de pequeños fragmentos de mármol en la U.E. que cubre la base del cuadrado, resulta insuficiente, pero permite sugerir la existencia de algún revestimiento noble. A una cota ligeramente superior, una parte del espacio se encontraba ocupado por un osario, que también asentaba directamente sobre las gravas naturales, en cuya excavación, sólo han aparecido algunos fragmentos cerámicos sin valor cronológico. Los huesos humanos corresponden a individuos de edad adulta, tal y como se desprende de la longitud y grosor de los huesos largos, cráneos y dentaduras (Fig.1 y 12). Figura 9. Detalle de la cimentación del mausoleo. La dimensión exterior es de 3,10 m. (de norte a sur) por 3,04 m. de este a oeste. El interior presenta unas dimensiones de 2,01 m. (N-2) por 181 m (E-W). En el lado oeste falta una parte de la cimentación, sin que pudiéramos determinar si se trataba del emplazamiento de un vano o de una pérdida de material (Fig. 1).

Figura 11. Vista general del mausoleo.

Figura 10. Clavos localizados en el interior del mausoleo. Figura 12. Restos del osario. En el interior de esta estructura, se ha perdido cualquier huella de pavimento, apareciendo en la mayor parte del espacio las gravas naturales, únicamente en el ángulo S.E. (Fig. 8, 11 y 13) se ha detectado una pequeña depresión (z-157 cm.) con fragmentos de dos posibles urnas, así como los restos (muy escasos) de una cremación, de clara apariencia humana. Asociados a estos apareció un pequeño conjunto de clavos de hierro en buen estado de conservación (Fig.10).

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Resulta ser la cimentación de un edificio que debió tener un alzado en tapial, sirviendo el mortero de cal como capa de nivelación y junto a los cantos rodados, de aislante contra la humedad, desgraciadamente no se conservan evidencias de cómo pudo ser el sistema de cubierta ni la altura del mismo, no obstante al ponerlo en relación con algunos elementos del entorno podremos sugerir al menos la existencia de una cubierta a dos aguas, algo acorde con la planta y el modelo constructivo. La presencia de


Sesión 3

Figura 13. Detalle del ángulo S.E. los clavos de hierro en el interior, junto a los restos de las urnas, sugieren la existencia de alguna estructura de tipo lígneo, como parte del mobiliario funerario, del que debió ser un pequeño mausoleo, con larga pervivencia en el tiempo, al haber sido reutilizado como osario y haber servido de referencia en la disposición de los restantes enterramientos que lo rodean.

Figura 14. Vista general de las doliae

Estructuras de este tipo, han sido bien documentadas en Caesaragusta y debidamente publicadas (Galve, M.P. 2009).

3.3. Las doliae En el exterior del lado oeste de la cimentación (Fig.1) del mausoleo se localizaron dos grandes doliae, insertadas en el terreno natural, la más meridional presenta una canalillo realizado mediante imbrices, con pendiente hacia ella. La alineación se sitúa en paralelo a 40 cm. de la cimentación. La posible unión entre ambas doliae se ha perdido. Por la distancia y disposición de estas piezas podríamos pensar que podrían servir para la recogida de aguas del tejado, generando así una reserva de agua utilizable para el culto funerario, pues nos encontramos en un espacio distante del cauce del río Huerva. El procedimiento es todavía habitual en las casetas del secano aragonés. Ambas doliae (D1 y D2), presentaban un diámetro máximo de 80 cm. con un borde que cerraba prolongando la curvatura de la pieza, la altura original estaría en torno a 1m. (Fig. 14 a 17).

Figura 15. Vista lateral de los restos de llenado. Al realizar la excavación de cada una de ellas se pudo comprobar que contaban en su interior con un amplio conjunto de materiales arqueológicos (Fig. 18 y 19). La D1, presentaba un conjunto de cerámicas más amplio y también vidrio. Predominan de manera casi absoluta las cerámicas de mesa con formas que podrían haber servido para las libaciones, lo mismo que ocurre con los fragmentos de vidrio identificables (Fig. 18).Destacan las sigillatas y sus imitaciones, pero también algunos fragmentos de paredes finas (cáscara de huevo) y un pequeño pico de lucerna, que conserva restos de una cubierta vidriada. Entre las TS. hemos podido distinguir

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las formas Drag. 29 y 27 y algunas decoraciones de primeras producciones hispánicas. También un pequeño ungüentario (Fig.19). En D2, los materiales son más escasos, pero de similar cronología, hay que señalar el hallazgo de un aro de bronce, con restos de la pieza de agarre y un pequeño fragmento de otro, que pudieron corresponder a algún tipo de caldero de bronce. A falta de estudios en profundidad, los materiales se situarían en la segunda mitad del siglo I d.C. En una primera aproximación la función de las doliae, que sin duda se llenarían con el agua de lluvia recogida por las cubiertas del propio mausoleo, sería la de servir al culto funerario.

Figura 16. Proceso de excavación.

Figura 18. Restos de un cuenco de vidrio. Las virtudes del agua de lluvia, ya fueron recalcadas por Vitrubio (VIII,2,1) que las señala como las más saludables (Costa, A. 2017, 66-68). En la necrópolis occidental, en la denominada “Incineración III” (Galve, M.P. 2009, p.41, lám 27) también se documenta la presencia de una dolia, en este caso en el interior del edificio, sin que se detalle la funcionalidad de la misma. No obstante hay que recalcar que sería la única fuente de agua disponible “in situ”, pues de otra manera debería ser trasportada desde el Huerva, o desde la ciudad.

3.4. Otros materiales Sobre los adobes del cierre del enterramiento 4, se recuperó un pequeño bronce (con un diámetro entre 176 y 190 mm. y un grosor de 4mm, sin que por el momento sea legible. En nivel superficial, se ha recuperado un fragmento de cerámica vidriada de tipo melado, pasta rosada y fina, de apariencia islámica. Figura 17. Dolium 1, una vez excavado.

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Por último en la parte superior de la D.2 un fragmento de sigillata gálica tardía de color negro.


Sesiรณn 3

Figura 19. Materiales del interior de las doliae.

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4. CONCLUSIONES La pequeña intervención que hemos presentado confirma la continuidad de la necrópolis oriental cesaraugustana (se sitúa a 100 m. de los primeros hallazgos de Nuestra Señora del Pueyo, Aguarod y Escudero 1991), confirma el amplio desarrollo cronológico y espacial, reafirma la gran extensión de las necrópolis caesaragustanas, tal y como se ha visto en la occidental (Galve Izquierdo, M.P., 2009), o el desarrollo que se intuye en la septentrional (Aurrecoechea-Fernandez, J.,Casabona, J.F., 2017 p.161, Gutierrez, F.J. 2002, 289-91). Resulta de especial interés el hallazgo de las dos doliae, junto a la cimentación del mausoleo y la existencia de una canalización, que entendemos parcialmente conservada y que evidencia la función de aprovechamiento de pluviales que sólo podría realizarse con unos mínimos de calidad y cantidad gracias a la existencia de una caída de aguas de cierta importancia, como sería la del propio mausoleo. Entendemos que a pesar de tratarse de una intervención pequeña, supone una interesante pieza para el conocimiento del mundo funerario cesaraugustano, pero también supone un paso para el futuro desarrollo de una arqueología de la muerte, más allá de los aspectos tipológicos de los ajuares y del propio ritual funerario. Los hallazgos de la excavación de la calle Rusiñol suponen un avance en el conocimiento del uso de las áreas cementeriales a partir del “entierro” propiamente dicho. La existencia de unos depósitos de agua estables sugieren una continuidad en el culto, al menos durante un cierto periodo de tiempo (la homogeneidad de los materiales en la amortización de los contendores sugiere un momento de “terminación” o cambio ritual), que entendemos que iría más allá del propio banquete funerario y nos acercaría al ámbito de la conmemoratio. Otras poblaciones romanas como Baelo, menos afectadas por el desarrollo urbano, ya han podido acometer estos estudios (Prados, F., Jiménez, H. 2016). El pequeño mausoleo debió servir como referente, al menos de carácter topográfico, para el resto del entorno de la necrópolis… más difícil resulta saber si pudo tener una continuidad en el tiempo, vinculada a un grupo familiar o un colectivo afin. Quedan abiertos otros aspectos como el final del uso de la necrópolis, así como la existencia de variantes en la posición de los restos (los enterramientos 5 y 6, tienen carácter lateral), o el uso de adobes, como cerramiento, que se generalizarán en la Zaragoza islámica.

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AGRADECIMIENTOS A la familia Casorrán Muniesa, por su comprensión y al arquitecto D. Angel Comeras, así como a Miguel Pallaruelo y Francisco Requena por su habitual entusiasmo y dedicación en la fase de excavación. A Gayelle O’Malley por sus siempre instructivas revisiones. A todos los compañeros que han compartido resultados de intervenciones similares.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aguarod Otal, C. y F. Escudero Escudero (1991): Arqueología urbana en Zaragoza. Informe de la excavación realizada en la necrópolis de la calle Nuestra Señora del Pueyo Arqueología Aragonesa 1986-87, pp. 297-299. Aguarod Otal, C. (1991): La necrópolis oriental” en (AA.V.V. Las necrópolis de Zaragoza, Cuadernos de Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza, pp. 2326 Aguarod Otal, C. y A. Mostalac Carrillo (1998): La Arqueología de Zaragoza en la Antigüedad Tardía, en Historia de Zaragoza, Zaragoza, (Col CAI 100). Aurrecoechea-Fernandez, J. y J.F. Casabona Sebastián (2017): Broche anular con extensión” procedente del limes danubiano encontrado en una sepultura romana de Caesaraugusta (C/ San Miguel, n.º 7, Zaragoza). Sautuola, XXII, Santander pp. 151-164. Costa Solé, A. (2017): Aigua sagrada i aigua monumental al nord-est de la Península ibèrica en època romana. Galve Izquierdo, M.P. (2009): La necrópolis occidental de Cesaraugusta en el siglo III, (calle Predicadores 2030, Zaragoza), Zaragoza, Prensas universitarias. Gutiérrez González, F.J. (2002): La excavación arqueológica del Paseo de la Independencia. Zaragoza. Prados Martínez, F. y H. Jiménez Vialás (2016): La materialidad de la muerte en la necrópolis de Baelo Claudia. Ritos y creencias en contexto. Archivo Español de Arqueología, 89, pp. 273-291.


Sesión 3

3.3. DOS NUEVAS ESTRUCTURAS RELACIONADAS CON EL AGUA EN OSCA TWO NEW WATER RELATED STRUCTURES IN OSCA

Julia Justes Floria1 y Fernando Varas Cruzado2 Arqueóloga profesional Arqueólogo profesional

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Autor de contacto/Contact autor: Julia Justes Floria, juliajustes@gmail.com José Antonio Mínguez, in memoriam. Caro amico.

RESUMEN La arqueología urbana en Huesca sigue ofreciendo datos para el conocimiento de Osca. En los últimos años se han realizado dos excavaciones arqueológicas en puntos muy diferentes de la ciudad: la primera en el sector E, en el interior de la zona elevada (C/ Canellas 3); la segunda al W, en el exterior de la zona elevada (Av. Monreal 1). En Canellas 3, junto a la cimentación de un edificio de cronología altoimperial se identificó un tramo de conducción de agua construido en sillería de excelente calidad; como elemento sobresaliente destacamos que once de los sillares presentan marcas de cantero. En el solar situado en avenida de Monreal nº 1 se exhumó parte de una construcción cuadrangular de al menos 24 x 10,5 metros de una sillería igualmente de excelente calidad. Ambas construcciones tienen en común su relación con el uso del agua, además del momento de abandono, ya que ambas aparecen colmatadas de abundantes materiales cerámicos datados en el siglo II d C. No es el único caso en Osca, ya que la acequia que recorría el sector W de la ciudad antigua pudo ser amortizada en fechas similares. Con esta comunicación queremos despedirnos de José Antonio Mínguez. Entre los muchos proyectos que compartíamos estaba el estudio de materiales de ambas excavaciones en especial un interesante lote de grafitos sobre terra sigillata procedente de Canellas 3. PALABRAS CLAVE: Arqueología Urbana; Osca;Agua; Marcas cantero; Grafitos.

ABSTRACT Urban archaeology in Huesca keeps offering data for the knowledge of ancient Osca. In the last years, two archaeological diggings have been done in so different places of the town: first one in the E sector, in the raised area (C/Canellas, 3); second one in the W, outside the raised area (Av. Monreal, 1). In C/Canellas 3, next to the foundation of a high-imperial roman building, a partial water conduction was identified, built in excellent quality ashlar; as an outstanding element, we highlight that eleven ashlars have stonecutter brands. In the plot placed in Av.Monreal nº 1, part of a at least 24 x 10,5 m squared structure was exhumed, built with excellent quality ashlar. Both buildings are related with water use, and the time they were abandoned, since both structures are filled up with many pottery evidences dated in II a.C..It is not the only case in Osca, as the irrigation ditch that went over W sector of the town was also filled up at that moment. With this communication we want to say goodbye to José Antonio Mínguez. Among the many shared projects, there was the study of the materials of both archaeological diggings, speccially an interesting lot of graphites on Terra Sigillata from the Canellas 3 one. KEYWORDS: Urban archaeology; Osca; Water; Stonecutter brands; Graphites.

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Figura 1. Depรณsito de grandes dimensiones construido en opus cuadratum situado en la av. Monreal nยบ 1 de Huesca

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Sesión 3 1. ANTECEDENTES. EL AGUA EN OSCA De forma paulatina vamos conociendo la verdadera dimensión de Osca. Desde que en 2015 viera la luz el monográfico de la revista Bolskan sobre la Osca romana, han sido varias las intervenciones arqueológicas realizadas en la ciudad de Huesca y nuevas investigaciones han visto la luz (Asensio, 2016; Guiral, 2018). En este momento, queremos sumar nuevas piezas al apasionante puzle que supone el conocimiento de Osca. Se trata de dos estructuras construidas con gran aparejo, de excelente calidad constructiva que de una forma u otra tuvieron relación con la distribución y almacenamiento del agua en la ciudad alto imperial. Lamentablemente, no podemos articular un discurso coherente sobre la llegada y distribución del agua a la ciudad alto imperial de Osca, faltan todavía muchos datos por recuperar en el subsuelo de la ciudad, en los almacenes del museo de Huesca y en los diarios de excavación de las numerosas intervenciones realizadas en las últimas décadas en Huesca y de las que no han trascendido sus resultados. En este momento debemos limitarnos a realizar una enumeración de las diferentes estructuras hidráulicas conocidas, sin que seamos capaces de aclarar su función dentro del ciclo del agua de Osca y cuyo nexo común es su cronología y su indudable relación con el agua. Las noticias más antiguas aportadas por la arqueología urbana referidas a estructuras relacionadas con el agua proceden del conocido como solar del Temple (Juste, 1987, 189-191). En este solar, situado en el sector sureste del cerro (Fig. 2, punto 10), se localizó una cisterna de grandes dimensiones revestida de mortero hidráulico (Juste, 1978, 190). La estructura se define como de “captación de aguas”. En opinión de Cuchí, este gran depósito no podía alimentarse exclusivamente del acuífero del cerro por su escaso caudal, ya que una obra de estas dimensiones debería necesitar un aporte de agua superficial continuo (Cuchí, 2005, 171-172). La segunda estructura hidráulica localizada gracias a la arqueología urbana se situaba en el centro-oeste del cerro, en la calle de Santiago, donde hoy se levanta el parking del ayuntamiento (Fig. 2, punto 6). En opinión de N. Juste se trata de un complejo hidráulico constituido por varias cisternas comunicadas mediante canalillos; la cisterna principal tenía unas dimensiones de 7 x 3 metros. Todos ellos, cisterna y canalillos, se construyeron mediante opus caementicium revestido al interior de opus signinum (Juste, 1984, 190-194). Con posterioridad, un segundo hallazgo en esta misma calle Santiago amplió estas estructuras puesto que se localizaron otras cuatro cisternas escalonadas (Juste, 1995, 78). En este sentido es importante destacar el papel que en la ciudad alto imperial debió de tener la acequia que recorría la ciudad por el oeste, a media ladera, con trazado en muchos puntos coincidente con el antiguo foso de la ciudad prerromana (Royo, 2009, 148) (Fig. 2,

Figura 2. Estructuras hidráulicas en Osca alto imperial. 1- Cuartel de san Juan: depósito doméstico. 2- C/ Costa: pequeño depósito sillería. 3- C/ Pedro IV 27-31: Acequia. 4- C/ Dormer 8-10: pozo. 5- Av. Monreal 1: gran depósito sillería. 6- C/ Santiago. Cisternas escalonadas. 7- Plaza Lizana 6: acequia. 8- C/ Petronila-Desengaño: depósito doméstico. 9-“Monjas del Pilar”: depósito doméstico. 10- “solar del Temple”: cisterna. 11- C/ Canellas 3: conducción sillería. 12- C/ Coso alto 38: acequia. 13C/ Coso Alto 24-costanilla Lastanosa: acequia. 14- C/ Artigas 11: castellum divisorium. 15- C/ Coso Bajo 6-8: Balsa puntos 3, 7, 12 y 13). Es posible seguir su trazado por el lateral oeste del cerro, igualmente podemos suponer su origen, ya que por cota pudo tomar aguas del río Isuela, unos metros antes de la llegada de este río a la ciudad (Rey, 2001) y sobre todo sabemos que fue amortizada en un momento indeterminado de la primera mitad del siglo II d C. Esta acequia es una de las incógnitas más apasionantes relacionadas con la distribución del agua en Osca. La colocación de unos contenedores de residuos soterrados permitió conocer la existencia de una construcción de sillar en la calle Joaquín Costa (Fig. 2, punto 2), situada en la zona llana que rodea el cerro elevado. La estructura era de forma cuadrangular, sus paredes estaban realizadas mediante sillería de excelente calidad y el fondo de la misma era la arcilla natural que fue acondicionada para conseguir una superficie plana. En el interior, en un estrato limoso muy plástico, se recuperó un conjunto de cerámica romana de cronología alto imperial. Varios siglos después de su abandono este depósito fue sellado por una calle alto medieval (Justes y Royo, 2015, fig.7).

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Recientemente identificamos la presencia de una balsa de escasa profundidad tallada en la arcilla natural (salagón) en Coso Bajo 6-8 (Justes, 2017) (Fig. 2, punto 15). Esta estructura hidráulica se situaba al sur del cerro elevado, allí donde, en la etapa andalusí, se instaló un alfar perteneciente a uno de los arrabales de la antigua Wasqa. Los desechos de este alfar sellaron la estructura romana. Conocemos la cronología de esta balsa debido a que en su parte inferior, en contacto con el lecho, se identificó un depósito de cerámica romana de amplia cronología (del siglo I al III d.C.) (Justes, 2017, 124-127, fig. 22 y 29). Además de las estructuras más arriba comentadas existen otras menores. Se trata de pequeños depósitos domésticos como los identificados en la calle Desengaño-Petronila, solar de las Monjas del Pilar o solar del Cuartel de san Juan (Juste, 95, 78) (Fig. 2, puntos 1, 8 y 9). En este rango de estructuras de abastecimiento doméstico debemos citar el interesante pozo situado en el interior de una domus en la excavación de la calle Dormer 8-10 (Fig. 2, punto 4) Se trata de una estancia de sillería de 3,5 x 3,5 m de planta y 2 m de alzado, que fue identificada en un excepcional estado de conservación. Esta estructura, además de recoger las aguas pluviales provenientes de la vecina calle, se debía nutrir por el acuífero del cerro (Guiral, 2018, 217). Por último debemos mencionar la existencia de pequeños pozos circulares de reducidas dimensiones como el identificado por N. Juste en el Coso Alto Nº 35 (Juste, 1995, 78).

Al final del invierno de 2014 se excavó de forma previa a su urbanización un espacio libre entre edificios que de forma sorprendente había permanecido libre de edificaciones desde, al menos, el siglo XVII. El lugar no podía ser de mayor interés desde el punto de vista arqueológico, ya que es colindante a los restos del teatro (Ruiz y Cebolla 2014) y a los hallazgos de la calle Desengaño/Peligros (Asensio y Justes 2014). Este pequeño espacio situado en la ladera sureste de la ciudad antigua (Fig. 2, punto 11) conservaba estratos arqueológicos y estructuras cuya cronología oscila entre el siglo II a.C. y el siglo XII. Siendo las etapas tardo republicana y alto imperial las mejor representadas (Fig. 3). La ciudad altomedieval también dejó su impronta en este pequeño solar: se hallaron los restos de la cimentación de un edificio indeterminado, el pavimento de una calle con su atarjea, construida a base de tejas invertidas y varios pozos negros. El elemento más destacable de este solar en el que ahora nos queremos detener, por su relación con la circulación de agua, es el fragmento de una construcción compuesta por dos muros ligeramente divergentes (Fig. 4). Ambos muros fueron construidos con sillar de grandes dimensiones y buena talla. Se ha exhumado un tramo de 4,6 metros de longitud y del que se conserva una profundidad que oscila entre 1,8 y 2,5 metros. La dirección de la conducción es oeste-este, aprovechando la pendiente natural del cerro.

2. CALLE CANELLAS Nº 3

Figura 3. Planta general de C/ Canellas 3, en el recuadro: conducción de sillería.

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Figura 4. Vista general de la conducción, de dirección oeste-este presente en C/ Canellas 3.


Sesión 3 El muro del lateral sur se compone de tres hiladas completas apoyadas sobre un banco de salagón, mientras que de la cuarta hilada solamente permanecían in situ dos sillares. El muro del lateral norte se compone por dos hiladas apoyadas sobre el banco de salagón. Tanto el banco de asiento como las hiladas de este último lienzo son de una altura ligeramente superior a las del muro al que se enfrenta. El fondo del espacio que queda entre ambos muros (entre 0,95 y 1,15 metros de anchura) está acondicionado con sendos canalillos dispuestos junto a las paredes y tallados en el salagón (Fig. 5). Esta estructura fue colmatada de forma intencionada por material de desecho, principalmente recipientes cerámicos (menaje de cocina, mesa y, de forma más abundante, aquellos destinados al almacenamiento). Este conjunto cerámico nos permite fechar el final del funcionamiento de esta estructura en un periodo comprendido entre las últimas décadas del siglo I d.C. hasta las primeras del siglo II d C. El estudio del interesante conjunto cerámico identificado en el interior de esta conducción merece un trabajo monográfico; a modo de avance nos detenemos en el grupo de cerámicas de mesa de TSH, con grafitos postcocción situados en el fondo exterior de la pieza (Fig. 6), destacando la aparición de antropónimos de origen griego (APOLLODORI, NIG 11509) con otros romanos (TARAC·QVINTIONIS, NIG 11508). La misma disposición pero en letra cursiva aparece en un pequeño cuenco de cerámica engobada, de un posible FAVSTINE (NIG 11507). Igualmente en cerámica engobada se encontró un sello en dos bandas «[...]VC|AV(N?)S» que

Figura 6. Dibujo de materiales destacados. Grafitos en fondo exterior, vasijas de TSH. Superior: grafito «TARAC·QUINTIONIS» (NIG 11508, Museo de Huesca); inferior grafito «APOLLODORI» (NIG 11509, Museo de Huesca).

Figura 7. Alzado muro sur. Nótese las marcas de cantería.

podría corresponderse con Lucanus. En todo caso, este mismo sello aparece hasta en cinco piezas localizadas en Osca, depositadas todos ellas en el Museo de Huesca1. Por último hemos de destacar un aspecto de gran interés de esta construcción, la presencia de 11 sillares con marcas de cantero (Fig. 7). Diez de ellos permanecen in situ y uno más fue retirado con el fin de poder proseguir la excavación, ya que apareció desplazado de su posición original (depositado en Museo de Huesca, NIG 11458). Figura 5. Interior de la conducción de sillería.

Es muy interesante plantear la relación de esta estructura de conducción de agua con el vecino teatro, cuya pared

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exterior se encontraba a no más de 5 m. Pero más tentador nos resulta relacionarla con el trasporte de agua limpia desde la parte superior del cerro, con origen en la gran cisterna situada en el solar del Temple (posible castellum aquae), hasta el llano que se extiende a los pies del teatro, donde hemos comprobado la continuidad de las estructuras de cronología romana. Estas últimas afirmaciones no pasan del terreno de la hipótesis en espera de que se lleve a cabo el estudio en profundidad de estructuras y materiales identificados en el sector sureste de Osca.

3. AVENIDA MONREAL Nº1 En el verano de 2017, y tras unas complicadas vicisitudes administrativas, procedimos a la excavación arqueológica de una parte del solar situado en la avenida Monreal nº 1 de Huesca (Fig. 2, punto 5). La intervención arqueológica se prolongó en el tiempo hasta los primeros meses de 2018 ya que tras la excavación del área positiva se continuó con el seguimiento de la apertura de los bataches, la retirada de la Estructura 1, y posteriormente al lavado, siglado e inventario de las 46.573 evidencias arqueológicas recuperadas2. Esta excavación situada a extramuros de la ciudad medieval, nos permitió documentar la presencia de uno de los arrabales andalusís de Wasqa, posiblemente se trate de la primitiva morería que posteriormente se desplazó hacia el sur de la zona amurallada. En todo caso la presencia de cuatro pozos negros de mampostería, y otros restos de muros, constituyen la primera evidencia arqueológica de la presencia temprana, en este sector noroeste de la ciudad medieval, de un arrabal ya conocido por las fuentes documentales (Naval, 2016, 46-47). El elemento que ahora nos interesa es una construcción cuadrangular, de grandes dimensiones, construida mediante opus cuadratum de excelente talla y ejecución, forrando una oquedad tallada en la arcilla natural (fig. 8).

En el proceso de excavación arqueológica se exhumaron dos muros dispuestos en ángulo de 90°. El primero de ellos, de dirección norte-sur contaba con 7,2 metros de longitud y 1,8 metros de altura máxima. Estaba compuesto por tres hiladas de grandes sillares de roca arenisca colocados a hueso, estando la hilada inferior insertada en la arcilla natural (fig. 9). Este lienzo se compone de una sola hoja de sillares de 0,5 metros de anchura, presentando un contrafuerte a 4,7 metros de la esquina interior. El contrafuerte está construido mediante sillares superpuestos, colocados de forma perpendicular a la dirección del muro. Los sillares muestran un tratamiento diferente en el frente este, el que mira al interior de la construcción, y en el oeste, como no podía ser de otra forma, puesto que este último estaba inserto en el terreno natural y nunca estuvo a la vista. En la cara exterior observamos un excelente trabajo de cantería, con aristas vivas, talla en espiga muy nítida, juntas y sutiles salientes (Fig. 10). Por el contrario la cara interior de este lienzo oeste posee un trabajo de labra más desdibujado, sobre todo en la hilada superior, mostrando la presencia de agentes erosivos que desgastaron esta labra que en origen tenían. Por lo que se refiere al tamaño de los sillares, las hiladas muestra diferentes alturas: la inferior es la menor con 50 cm; la intermedia mide 65 cm; y la superior 60 cm. Es muy posible que existiera una o varias hiladas más, desmontadas ya desde época medieval. Destaca la longitud de los sillares que componen este muro oeste, en especial los situados en la hilada inferior, ya que algunos de ellos presentan medidas superiores a 1 metro (1,1 metros, 1,3 metros y hasta 1.5 metros). El segundo de los muros de esta infraestructura hidráulica presentaba una longitud de 16,6 metros; su dirección en oeste-este (con ligera desviación a norte), delimita el lateral sur del gran depósito. No es lienzo continuo ya que se identificó una ruptura en su parte central de 1,7 metros de anchura, de técnica muy descuidada, alejada de la esmerada ejecución que presenta el resto de la obra. El primer tramo de dicho muro sur mide 7,6 metros de longitud y una anchura que oscila entre 0,5-0,6 metros.

Figura 8. Planta general del depósito de Av. Monreal 1.

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Figura 9. Lienzo oeste, cara interior.


Sesión 3

Figura 10. Lienzo oeste, cara exterior.

Está construido mediante grandes sillares de excelente talla dispuestos en dos hiladas superpuestas y una tercera que se ha conservado de forma muy fragmentada. Se apoyan en el estrato arcilloso natural, y presenta un contrafuerte situado a 5,2 metros de la esquina interior, formado por sillares apilados colocados de forma perpendicular a la dirección del lienzo (Fig. 11). Por lo que se refiere a la altura de estas hiladas observamos una ligera diferencia entre ambas, ya que la inferior presenta unos 0,65 metros de altura mientras que la superior apenas llega a los 0,6 metros. Al igual que lo ocurrido en el muro oeste, observamos un desgaste diferente de la superficie de los sillares entre la hilada inferior y la superior, apareciendo el trabajo de labra muy desdibujado en la hilada superior y algo más evidente en la inferior. Estamos refiriéndonos en este momento a la cara interior de la estructura, aquella visible durante su vida útil. Este lienzo presenta una ruptura con el anteriormente descrito, no estando ambos muros imbricados como sería lo lógico si no que su unión manifiesta una línea vertical de final/ inicio.

Figura 11. Lienzo sur, primer tramo, interior.

El segundo tramo del muro sur tiene una longitud de 8,30 metros y una altura máxima de 2,4 metros (Fig. 12). En el sector central de este segundo tramo se observa un cambio muy importante en el sistema constructivo ya que la altura de las hiladas disminuye ligeramente no llegando en ningún caso a los 60 cm (56, 56, 58 centímetros). Por otro lado, existen una serie de engatillados, inexistentes en el resto de la obra, además de presentar una hilada inferior con sillares dispuestos a tizón, haciendo funciones de zapata (Fig. 13). Por lo que se refiere a los dos contrafuertes de este tramo, el primero de ellos mantiene la morfología vista en los dos anteriores –sillares colocados en perpendicular que se proyectan al exterior- mientras que el último de ellos manifiesta un sistema constructivo diferente al no proyectarse al exterior y estar construido mediante pequeños sillares apilados. En suma, nos encontramos con un interesante tramo que muestra cambios morfológicos respecto al resto de la estructura. Finalmente, junto al lienzo sur, se conservaba la cimentación de otro fragmento de muro que poseía una longitud de 10,8 metros y una anchura que oscila

Figura 12. Lienzo sur, segundo tramo, interior.

Figura 13. Lienzo sur, segundo tramo, exterior. Obsérvese la zapata de sillares colocados a tizón.

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entre los 0,5-0,6 metros (Fig. 14). Se trata de un muro independiente a los dos tramos anteriores, siendo su dirección ligeramente convergente al muro sur. Presenta una factura más tosca e irregular, conservando un máximo de dos hiladas en su parte central, insertándose la inferior en el terreno natural. La separación respecto al muro principal de la estructura es de 0,66 metros en el extremo oeste y 1,4 metros en el extremo este. Los sillares que lo conforman manifiestan diversos orígenes, puesto que algunos de ellos están en posición primaria pero otros son claramente reutilizados.

Figura 14. Muro exterior a la estructura cuadrangular, de trazado convergente a la misma.

En resumen, lo aquí expuesto se corresponde con una gran estructura de forma cuadrangular de la que se ha identificado únicamente su esquina suroeste. Gracias al proceso de excavación arqueológica se exhumaron dos lienzos de 16,6 metros en el lateral sur y de hasta 7,2 metros en el lateral oeste. Posteriormente en el proceso de seguimiento de la realización de la cimentación del nuevo edificio se pudo ampliar las dimensiones conocidas de la estructura, llegando el lateral sur hasta los 24 metros y el oeste hasta los 10,5 metros. La construcción, de la que solamente hemos recuperado parte de sus muros perimetrales, careció de suelo o pavimento, sus sillares nunca tuvieron recubrimiento alguno, y no se han hallado indicios de que hubiera compartimentación interior, por lo que suponemos que se trataba de un espacio diáfano. Además, el acusado

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desgaste de la labra de los sillares que conforman la hilada superior puede ser indicio de que se tratara de un espacio a cielo abierto. Desconocemos la altura final de los lienzos de esta estructura, lo identificado en excavación oscila desde 1,7 metros en el muro oeste y hasta 2,4 metros en el muro sur. En otro orden de cosas, destacamos que en el sector situado más al este del muro sur se observa un acusado desgaste en bisel de la esquina interior de los sillares, desgaste quizás producido por la entrada constante de agua. Ello puede significar que estamos ante la altura final de esta estructura (2,4 metros), al menos en alguna de sus fases.

Figura 15. Vista general del área de excavación en avenida Monreal 1. En cuanto a la estratigrafía asociada a esta gran estructura hidráulica poco podemos decir del exterior ya que estaba arrasado en el momento de iniciar la excavación. Solamente en el sector situado al oeste del muro oeste se conservó un fragmento de un tosco pavimento de gravilla que bien se puede relacionar con el momento de construcción del depósito. Por lo que se refiere a la estratigrafía del interior es, evidentemente, mucho más compleja. Colmatando la estructura se identificaron una serie de Unidades Estratigráficas que tienen en común su naturaleza limosa, muy plástica, además de su riqueza, ya que englobaba un número muy elevado de evidencias arqueológicas (superior a 40.000). Se trata en su mayoría restos de vasijas en un grado bajo de fragmentación. La naturaleza de las U.E. que colmatan esta gran estructura indica que la deposición se produjo en un medio acuoso


Sesión 3 y en un periodo de tiempo no demasiado largo. En todo caso el grueso del material cerámico parece datarse en el siglo II d C, apareciendo de forma esporádica alguna pieza de la centuria anterior. Del ingente paquete de materiales arqueológicos que se localizaron en el interior del depósito, queremos destacar el fragmento de molde del ceramista Gaius Valerius Verdulus (Fig. 16) dado a conocer por J.A. Mínguez en lo que ha supuesto por desgracia un artículo póstumo (Mínguez 2019).

Figura 16. Fragmento de molde del ceramista Gaius Valerius Verdulus localizado en el interior del depósito de av. Monreal 1 de Huesca (IMAGEN: Museo de Huesca. NIG: 12569). A modo de hipótesis apuntamos la posibilidad de que estemos ante una construcción destinada a almacenamiento de agua. Desconocemos si su destino sería para abastecimiento doméstico, fines lúdicos (termas) o industriales (abastecimiento de los vecinos alfares). En todo caso, el tamaño de esta estructura y la exquisitez de su construcción muestran su importancia dentro de las redes de circulación/almacenamiento de agua en la ciudad de Osca.

4. RECAPITULANDO: EL AGUA EN OSCA Nuestro deseo hubiera sido exponer en este punto el modelo de gestión del agua en Osca, una vez conocidas las diferentes estructuras hidráulicas utilizadas por la ciudad alto imperial de Osca. Esto, a día de hoy, es imposible. Evidentemente el primer dato a conocer sería el origen de la red de abastecimiento. En este sentido nos parece lógico pensar que de alguna forma la ciudad alto imperial explotaría el acuífero que aflora en la parte superior del cerro, pues los pozos de abastecimiento doméstico todavía menudean en la actualidad en el casco antiguo de Huesca (Cuchí, 2005, 168-173), aunque esta pobre aportación debería complementarse con aguas traídas del exterior, bien del próximo río Isuela (Rey, 2000), bien del más alejado río Flumen (Cuchí, 2005, 165).

Si no podemos definir el origen y trazado de la red de abastecimiento, menos podemos concretar en momento de su construcción, renovación y abandono. Ahora bien, existe un hecho mostrado de forma reiterada por la arqueología oscense como es el abandono en las primeras décadas del siglo II d.C. de alguna las estructuras que posiblemente formaron parte de la red de abastecimiento. Es el caso de la acequia del lateral oeste de la ciudad, la conducción de Canellas 3 o el gran depósito de Monreal 1. Sin duda dar a conocer el castellum divisorium, identificado en la C/ Artigas nº 11 (Fig. 2, punto 14), sería fundamental para conocer mejor la red de abastecimiento, su reforma y amortización3. En este momento y a modo de hipótesis planteamos que la acequia que nacía del azud situado en el río Isuela unos metros antes de la llegada a la ciudad, distribuía el agua por el sector oeste del cerro, siendo posible por cota que esta acequia vertiera en el castellum divisorium de la calle Artigas. Si aceptamos esto de alguna forma aceptamos que esta conducción llevaba agua limpia, dato atípico ya que carece de revestimiento que la impermeabilice. Existe alguna evidencia arqueológica que apoya esta hipótesis puesto que en la C/ Pedro IV se identificó un punto de acceso al agua, se trataba de un graderío escalonado, inserto en la acequia, cuyo punto más deprimido era una pila circular tallada en un bloque monolítico. Las dos nuevas estructuras presentadas en el presente artículo no contribuyen a aclarar el ciclo del agua en Osca, solamente lo amplían. En todo caso no nos resistimos a lanzar algunas líneas de investigación. Es posible que la conducción de la calle Canellas 3 esté en relación con el depósito del solar del Temple situado unos metros más arriba, desconocemos su destino, aunque algún poderoso motivo tendría que existir que justifique una construcción de tal calidad. Mucho más complicado es conocer la función primigenia del gran depósito de la avenida Monreal 1. De nuevo a modo de hipótesis planteamos que se encontraba en el área periurbana, al servicio de actividades industriales como el vecino alfar de la calle de San Ciprián (Mínguez, 2014, 129-132). En todo caso se trata de una gran estructura hidráulica que requirió un gran esfuerzo constructivo. A la hora de buscar su fuente de alimentación de nuevo tenemos que recurrir a la acequia que recorría el sector oeste de la ciudad ya que por cota bien pudo alimentar a este depósito, siempre que su función fuera almacenar agua limpia. En relación con el tema que nos ocupa, es imprescindible realizar el estudio de la ingente cantidad de materiales arqueológicos que colmataban la acequia del sector oeste, aquellos localizados en el interior del depósito de la Avenida Monreal 1, y los recuperados en el interior del castellum divisorium. De esta forma podremos aquilatar el momento de colapso de esta red de abastecimiento de la ciudad alto imperial.

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NOTAS ACLARATORIAS 1  _ La única de ellas que está publicada fue dada a conocer por I. Aguilera y J. Paz, procede del solar de la Diputación de Huesca (Aguilera et alii, 1987, 65). Aunque en ese momento se estimó que se trataba de TSI, creemos que al igual que el resto de fragmentos identificados en la ciudad se trata de una vasija de cerámica engobada. 2  _ Es de justicia reconocer el esfuerzo realizado por la empresa promotora ORUSA S.L. que acometió de forma exclusiva la financiaron de los trabajos arqueológicos. Igualmente debemos reconocer la inestimable colaboración del Museo de Huesca y todo su personal, en especial Mª José Arbués. Mención especial merece S. Arilla que junto a F. Varas procedieron al lavado y siglado de los materiales. 3  _ Es una constante que lastra el avance del conocimiento del pasado de Huesca, al no publicar los resultados de las excavaciones realizadas en la ciudad el conocimiento de la ciudad antigua se estanca. En este caso, dada su importancia, nos atrevemos a comunicar el dato mencionado obtenido en una visita de cortesía a la excavación entonces en curso. Gracias a la amabilidad de su director (E. Apastegui) supimos de la existencia de esta estructura de derivación de agua allí localizada.

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Sesiรณn 3

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