ACTAS 14 y 15
NOVIEMBRE
2019
Edita Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón Año de publicación: 2020 ISBN: 978-84-09-21258-3
Diseño y maquetación Ana Durán Boldova
© Autores de los textos Recoge los contenidos presentados a III Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés (CAPA)
ACTAS
14 y 15 de noviembre de 2019
Organizan:
Colaboran:
COORDINACIÓN/ EDICIÓN
Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde Dr. José María Rodanés Vicente
Presentación CAPA III Durante el 14 y 15 de noviembre de 2019 se celebró el III Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés. Como en ediciones anteriores sus sesiones se desarrollaron en el marco incomparable del auditorium de Caixaforum Zaragoza. Las jornadas de mañana y tarde reunieron a más de 250 profesionales, permitiendo la exposición de más de setenta comunicaciones, al mismo tiempo que se podían contemplar las aportaciones en formato poster en el mismo hall de acceso, habilitado como recepción y espacio expositivo. La primera reunión partió de la iniciativa del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón, Sección de Arqueología, y del Grupo de Investigación Primeros Pobladores del valle del Ebro de la Universidad de Zaragoza, a los que progresivamente, desde sus inicios hasta la actualidad, se le han ido sumando Grupos como Urbs y Argos, así como diferentes organismos como la Institución Fernando el Católico, a través de la Cátedra Galiay, la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón o Caixa Forum quien generosamente nos acoge en sus espacios. Una mención especial queremos dedicar a Aragón Radio, que a lo largo de las dos jornadas de esta tercera edición, realizó la cobertura del congreso, grabando a gran parte de los profesionales que presentaban comunicaciones. Tras dos ediciones, 2015 y 2017, cuyas Actas fueron puntalmente publicadas, el Congreso se ha consolidado. Mantenemos el mismo formato y los criterios esenciales que propusimos en la primera convocatoria. Queríamos crear un foro de debate abierto a toda la comunidad de profesionales que desde diferentes ámbitos se dedican o tienen relación con la Arqueología y el Patrimonio aragonés. También, por supuesto, a todos aquellos que están en periodo de formación o que por diferentes circunstancias ya finalizaron sus estudios y no han podido desempeñar su vida laboral vinculada a estas disciplinas. En definitiva, hemos pretendido que el debate se instale en la sociedad y que se reconozca y valore la actividad de cientos de personas que trabajan en la puesta en valor del patrimonio y el conocimiento que su trabajo genera. En esta tercera edición hemos tratado de abordar la realidad de la arqueología profesional y su actual problemática, las novedades en el campo de la investigación arqueológica, la aplicación de nuevas tecnologías, su plasmación en la didáctica del patrimonio arqueológico, en la musealización y la divulgación de yacimientos. De ahí que las líneas temáticas elegidas trataran de plasmar y englobaran todos estos aspectos. Prehistoria, Arqueología Clásica, Arqueología Medieval, Arqueología Urbana, Memoria Histórica, Patrimonio, Didáctica, Museos y Parques Culturales, fueron los enunciados de las diferentes sesiones.
No podemos finalizar esta breve introducción sin agradecer a todas aquellas personas que han hecho posible su realización. A la nómina de investigadores que impartieron la conferencia que abría el encuentro en anteriores ediciones, Guillermo Fatás e Ignacio Barandiarán, hemos incorporado en esta última cita al profesor Gonzalo Ruiz Zapatero quien de forma magistral disertó sobre el estado actual de la investigación, formación y divulgación en la Arqueología hispana. Además, en el acto de inauguración se contó con la presencia de la Directora General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón Ruiz, el Director del espacio CaixaForum Zaragoza, Ricardo Alfós, junto a los Presidentes del CAPA III. Igualmente queremos agradecer a Miguel Beltrán la posibilidad de poder presentar en el acto de clausura la revista Caesaraugusta, decana en Aragón y especializada en temas de Arqueología, Prehistoria y Patrimonio, que se reinventa y estrena nuevo formato con el fin de seguir siendo un referente en la investigación que se desarrolla en el ámbito del Valle del Ebro.
Gracias a todos. Esperamos que estas Actas que ahora presentamos sean un fiel reflejo de lo expuesto en el pasado mes de noviembre y que sirvan para cumplir gran parte de los objetivos propuestos. J.I. Lorenzo Lizalde y J.Mª Rodanés Vicente
COMITÉS
Comité Organizador Presidencia Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde Dr. José María Rodanés Vicente
Secretaría Ana Durán Boldova
Comité José Antonio Andrés Moreno (DGA) Miguel Beltrán Lloris (IFC) Mª Pilar Rivero Gracia (ARGOS) Carlos Sáenz Preciado (PPVE) Hugo Chautón Pérez (CDL Aragón)
Comité Científico Dr. Isidro Aguilera Aragón Dr. Rafael Domingo Martínez Dr. Luis Fatás Fernández Dra. Elena Maestro Zaldívar Dra. María Ángeles Magallón Botaya Dr. Manuel Martín Bueno Dr. Carlos Mazo Pérez Dra. Lourdes Montes Ramirez Dra. Raquel Ornat Clemente Dr. Jesús Picazo Millán Dra. María Sebastián López Dra. Pilar Utrilla Miranda
Organismos Colaboradores Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón Departamento de Educación Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón Cátedra Galay del Institución Fernando el Católico Grupo de Investigación PPVE, Universidad de Zaragoza Grupo de Investigación ARGOS, Universidad de Zaragoza
ÍNDICE
1. Prehistoria 1.1. LA CUEVA AGP5 (AGUILÓN, ZARAGOZA): NUEVOS DATOS ACERCA DEL POBLAMIENTO NEANDERTAL AL SUR DEL EBRO
15
1.2. DINÁMICAS DE OCUPACIÓN DE UNA CUEVA REDIL DEL NEOLÍTICO ANTIGUO: HÁBITAT, ÁREAS DE TRABAJO Y ESTABULACIÓN EN CORO TRASITO (TELLA-SIN, SOBRARBE)
25
1.3. ALTO VICO I, AVANCE DE UN NUEVO SITIO NEOLÍTICO EN LAS CINCO VILLAS
39
1.4. PROSPECCIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA GUARGUERA (SABIÑÁNIGO, HUESCA). SONDEOS EN LOS ABRIGOS DE SALIELLAS-SAN ÚRBEZ Y EL PASCUALÍN
49
1.5. ARQUEOLOGÍA DE LOS PAISAJES MONUMENTALES EN LOS VALLES OCCIDENTALES (HUESCA). PRIMEROS RESULTADOS Y SUS POSIBILIDADES PARA ENTENDER LA HUMANIZACIÓN DE LA MONTAÑA PIRENAICA
63
1.6. ANÁLISIS DE PIGMENTOS DEL ABRIGO DE CABRAS BLANCAS
73
1.7. NUEVAS PINTURAS RUPESTRES EN EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO (FANLO, HUESCA)
83
1.8. NUEVO CONJUNTO DE ARTE ESQUEMÁTICO EN LA FOZ DE SIGÜÉS (ZARAGOZA)
93
1.9. DOCUMENTACIÓN DE GRABADOS RUPESTRES MEDIANTE FOTOGRAMETRÍA DIGITAL -SfM-: ARROYO DEL HORCAJO (ROMANOS, ZARAGOZA) Y BARRANCO CARDOSO (POZONDÓN, TERUEL)
101
1.10. LA OCUPACIÓN DEL LLANO DURANTE LA EDAD DEL BRONCE EN EL CENTRO DE LA DEPRESIÓN DEL EBRO: EL CAMPO DE HOYOS DE LAS LOMAS DEL MOLINO (ÉPILA, ZARAGOZA)
115
1.11. EL CABEZO DE MONLEÓN (CASPE). PROYECTO DE PUESTA EN VALOR DE LAS EXCAVACIONES DE ANTONIO BELTRÁN (1952-1964)
129
1.12. MATERIALES METÁLICOS DEL BRONCE FINAL Y PRIMERA EDAD DEL HIERRO DEL POBLADO DE MORREDÓN (FRÉSCANO, ZARAGOZA)
139
1.13. CERÁMICA SIMBÓLICA DURANTE EL BRONCE FINAL Y PRIMERA EDAD DEL HIERRO EN EL VALLE MEDIO DEL EBRO: LAS REPRESENTACIONES DE CIERVO Y AVE EN EL POBLADO DE EL MORREDÓN (FRÉSCANO, ZARAGOZA)
149
1.14. EL YACIMIENTO DE “EL CASTILLO” DE VILLARROYA DEL CAMPO (ZARAGOZA). FASES DE LA PRIMERA EDAD DEL HIERRO Y CELTIBÉRICA
159
1.15. LOS CASTELLAZOS (MEDIANA DE ARAGÓN, ZARAGOZA)
173
1.16. EL YACIMIENTOS DE LA VISPESA (TAMARITE DE LA LITERA, HUESCA). TESTIMONIO DE ROMANIZACIÓN EN TERRITORIO ILERGETE
183
2. Arqueología Clásica 2.1. PISTRINUM DE LA COLONIA VICTRIX IULIA LEPIDA CELSA (VELILLA DE EBRO, ZARAGOZA)
195
2.2. LA DECORACIÓN PICTÓRICA Y EN ESTUCO DE LA DOMUS 1 (INSULA I) DE BILBILIS (CALATAYUD, ZARAGOZA)
207
2.3. TRANSFERENCIA DECORATIVA DE ABALORIOS A RECIPIENTES DE VIDRIO EN ÉPOCA ROMANA: SU ICONOGRAFÍA EN ARAGÓN
217
2.4. EPIGRAFÍA PALEOHISPÁNICA SOBRE CERÁMICA ROMANA ALTOIMPERIAL: LA PRENSA OLEARIA DEL BARRANCO DE JULIA (MEQUINENZA, ZARAGOZA)
229
2.5. UN NUEVO SELLO SOBRE DOLIUM PROCEDENTE DE LA VILLA ROMANA DE VALESCLARAS (ALBERITE DE SAN JUAN, ZARAGOZA)
241
2.6. LA OCUPACIÓN ROMANA DEL VALLE DE MAMILLAS (SOS DEL REY CATÓLICO, ZARAGOZA)
249
2.7. COSMÉTICA Y PIGMENTOS DE ÉPOCA ROMANORREPUBLICANA EN EL VALLE MEDIO DEL EBRO: CARACTERIZACIÓN DE MUESTRAS DE LA CABAÑETA (EL BURGO DE EBRO, ZARAGOZA)
259
2.8. CABEZO DE SAN PEDRO (OLIETE, TERUEL). REANUDACIÓN DE LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS
267
2.9. LAS VILLAE ROMANAS EN ARAGÓN: VALOR ARQUEOLÓGICO Y PATRIMONIO CULTURAL
277
2.10. AVANCE DE UNA NECRÓPOLIS EN CABEZA LADRERO
287
2.11.NUEVOS DATOS SOBRE EL URBANISMO ROMANO DE TVRIASO (TARAZONA)
295
3. Arqueología Urbana 3.1. LA ORNAMENTACIÓN MARMÓREA DE LA NATATIO DE LAS TERMAS CENTRALES DE CAESARAUGUSTA Y SU PROCEDENCIA
303
3.2. LA NECRÓPOLIS ORIENTAL DE CAESARAUGUSTA. ENTERRAMIENTOS Y MAUSOLEO
313
3.3. DOS NUEVAS ESTRUCTURAS RELACIONADAS CON EL AGUA EN OSCA
323
4. Arqueología Medieval 4.1. LA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA MAGDALENA DE ZARAGOZA COMO CEMENTERIO INTRAMURO
335
4.2. CABAÑAS DE EBRO, UN NUEVO CASO DE TORRE DEFENSIVA ANDALUSÍ DE SILLAR DE GRAN APAREJO EN EL ‘AMAL DE SARAQUSTA
353
4.3. QANĀT(S) EN EL TÉRMINO MUNICIPAL DE HÍJAR (TERUEL)
363
4.4. LA DOCUMENTACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA SINAGOGA / IGLESIA DE SAN ANTONIO ABAD DE HÍJAR (TERUEL)
375
4.5. ARQUEOLOGÍA EN EL ANTIGUO BARRIO DE SANTIAGO DE ALCAÑIZ (TERUEL)
387
4.6. EL YACIMIENTO DE “EL CASTILLO” DE VILLARROYA DEL CAMPO (ZARAGOZA). FASES MEDIEVALES
399
4.7. INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CASTILLO DE CADRETE. RECINTO INFERIOR. CAMPAÑA 2019
411
4.8. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA Y ESTUDIO ANTROPOLÓGICO DE LA NECRÓPOLIS MEDIEVAL EN PLAZA RIPA 4, JACA, HUESCA
421
4.9. EL TORREÓN Y EL DESPOBLADO ANDALUSÍ DE GAÑARUL (AGÓN, ZARAGOZA)
429
4.10. ARQUEOLOGÍA EN EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LAGUNAS DE CARIÑENA (ZARAGOZA)
441
4.11. RESULTADOS PRELIMINARES DE LA ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA TORRE DE BESCÓS DE LA GARCIPOLLERA
453
5. Patrimonio 5.1. INVENTARIO DE ARTE RUPESTRE DE ARAGÓN (I. A. R. A.) Y SUS ÚLTIMAS APORTACIONES: UN INSTRUMENTO DE GESTIÓN Y DE INVESTIGACIÓN
463
5.2. PRÁCTICAS FUNERARIAS EN ARAGÓN: I. INVENTARIO DE CAVIDADES SEPULCRALES
477
5.3. EPIGRAFÍA VIRTUAL: EXPERIENCIAS DE EPIGRAFÍA 3D CON EL PATRIMONIO EPIGRÁFICO ROMANO DE ARAGÓN
487
5.4. UN ENFOQUE HERMENÉUTICO - ARQUEOLÓGICO A ORNAMENTA GEMMARUM: LA BODA DE CADMO Y HARMONÍA EN LA MALENA (AZUARA, ZARAGOZA)
499
5.5. EL TEATRO DE CAESARAUGUSTA O LA PROTECCIÓN APARENTE DEL PATRIMONIO
511
5.6. PLAN DE ARQUITECTURA DEFENSIVA EN ARAGÓN
519
5.7. INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE ALCAÑIZ: LA LONJA Y CASA CONSISTORIAL
529
5.8. INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE ALCAÑIZ: LA MURALLA BAJOMEDIEVAL DEL BARRIO MAZADOR
539
5.9. REVISIÓN Y CORRECCIÓN DE ERRORES SOBRE LA MUERTE DEL DOCTOR D. JUAN FRANCISCO ANDRÉS DE UZTÁRROZ, CRONISTA DEL REINO DE ARAGÓN Y DEL REY FELIPE IV
549
5.10. INVESTIGACIÓN, USO Y DISFRUTE DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
561
6. Museos, Didáctica y Memoria Histórica 6.1. EL PUEYO DE MARCUELLO, DEL YACIMIENTO A LA VITRINA
567
6.2. GESTIÓN DE UNA EXPOSICIÓN TEMPORAL DE CARÁCTER ARQUEOLÓGICO: “LABITOLOSA, UNA CIUDAD ROMANA EN EL PIRINEO OSCENSE”
579
6.3. EL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE FRÉSCANO
589
6.4. EL CÓMIC COMO RECURSO DIDÁCTICO: EL CASTILLO DE PERACENSE
599
6.5. POTENCIALIDAD DIDÁCTICA DE LAS ARMAS DE ASEDIO EN EL INTERIOR DE RECINTOS FORTIFICADOS: CASTILLO DE PERACENSE
609
6.6. ¿QUÉ BUSCAN LOS MAESTROS Y PROFESORES EN UN MUSEO ARQUEOLÓGICO? ESTUDIO EXPLORATORIO DEL PROGRAMA EDUCATIVO DE LOS MUSEOS DE LA RUTA DE CAESARAUGUSTA
617
6.7. DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO EN LA ACADEMIA GENERAL MILITAR DE ZARAGOZA (1927-2018). UNA VISITA GUIADA PARA 2º DE BACHILLERATO
623
6.8. ITINERARIOS DIDÁCTICOS Y PATRIMONIO EN ARAGÓN: MÉTODOS Y TÉCNICAS PARA EL APRENDIZAJE EN CIENCIAS SOCIALES
629
6.9. POSICIONES DEFENSIVAS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN LA SIERRA DE ORICHE (PIEDRAHITA, T. M. DE LOSCOS, TERUEL)
637
6.10. MORFOLOGÍA DE UNA EXHUMACIÓN. LA FOSA COMÚN DE CUATRO MUJERES ASESINADAS DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA. BISCARRUÉS (2018)
649
SESIÓN 5
Sesión 5
5.1. INVENTARIO DE ARTE RUPESTRE DE ARAGÓN (I. A. R. A.) Y SUS ÚLTIMAS APORTACIONES: UN INSTRUMENTO DE GESTIÓN Y DE INVESTIGACIÓN THE ARAGÓN ROCK ART INVENTORY (I. A. R. A.) AND ITS LAST CONTRIBUTIONS: A MANAGEMENT AND RESEARCH INSTRUMENT José Ignacio Royo Guillén1, Blanca Latorre Vila1, José Royo Lasarte2, Ignacio Pardinilla3, Hilario Dalda3, Ricardo Canet3, Serafín Benedí3, José Antonio Benavente4 y Paloma Lanau4. 1
Dirección General de Patrimonio Cultural. GOBIERNO DE ARAGÓN 2 Gerente del Parque Cultural del Rio Martín 3 Colaboradores y 4Arqueólogos profesionales
Autor de contacto/Contact author: José Ignacio Royo Guillén, jiroyo@aragon.es
RESUMEN Desde la declaración del arte parietal aragonés como Patrimonio Mundial en 1998, el Inventario de Arte Rupestre de Aragón -I. A. R. A.-, ha sido el instrumento más eficaz para la catalogación, protección y gestión de este bien. Dicho inventario, creado por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón como respuesta a la declaración de la UNESCO, ha permitido en sus más de veinte años de funcionamiento, quintuplicar la nómina de yacimientos aragoneses con arte rupestre, ampliando no solo su número, sino la tipología y cronología de sus representaciones. Por el momento, es el único del Arco Mediterráneo que abarca todas las manifestaciones prehistóricas, protohistóricas e históricas localizadas en nuestro territorio. Con este trabajo queremos reivindicar la importancia de este instrumento fundamentalmente técnico, en el que junto a los especialistas de la administración autonómica, han colaborado en los trabajos de descubrimiento, catalogación y documentación, varios profesionales de la Universidad de Zaragoza, técnicos de los Parques Culturales, guardas de patrimonio o simples ciudadanos sensibilizados por el arte rupestre. Los descubrimientos de los últimos años, vienen a confirmar la gran dispersión territorial de las principales manifestaciones rupestres y la extraordinaria diversidad de las representaciones, estilos y cronología de las mismas. Asímismo, los nuevos hallazgos han aportado nuevas vías de estudio e investigación a las tradicionales tendencias, complementando lo conocido hasta el momento, matizando algunas de las teorías vigentes e incluso planteando nuevas hipótesis de trabajo y metodologías que deberán confirmarse en los próximos años. PALABRAS CLAVE: Inventario de arte rupestre; Catalogación; Protección; Gestión; Investigación; Difusion.
ABSTRACT Since the declaration of aragonese parietal art as World Heritage in 1998, the Inventory of Rock Art of Aragon -I. A. R. A.-, has been the most effective instrument for the cataloging, protection and management of this asset. This inventory, created by the General Directorate of Cultural Heritage of the Government of Aragon in response to the UNESCO declaration, has allowed in its more than twenty years of operation, quintuple the list of aragonese sites with rock art, expanding not only its number, but the typology and chronology of their representations. At the moment, it is the only one in the Mediterranean Arch that encompasses all prehistoric, protohistoric and historical manifestations located in our territory. With this work we want to vindicate the importance of this fundamentally technical instrument, in which together with the specialists of the regional administration, several professionals of the University of Zaragoza, technicians of the Cultural Parks, heritage guards or simple citizens sensitized by rock art have collaborated in the discovery, cataloging and documentation works. The discoveries of recent years, confirm the great territorial dispersion of the main rock manifestations and the extraordinary diversity of their representations, styles and chronology. Likewise, the new findings have contributed new ways of study and research to traditional trends, complementing what has been known so far, qualifying some of the existing theories and even proposing new working hypotheses and methodologies that must be confirmed in the coming years. KEYWORDS: Inventory of rock art; Cataloging; Protection; Management; Research; Dissemination.
463
Figura 1. Detalle de un trepador pintado en uno de los nuevos abrigos localizados en Castellote. Bco. Gomez I (Foto J. I. Royo).
464
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN Para el conocimiento, protección, gestión y difusión de cualquier bien cultural seriado es imprescindible la confección y mantenimiento de catalogos o inventarios. Con el trabajo que ahora se presenta, pretendemos reinvindicar la importancia técnica, administrativa y científica de uno de esos catálogos, en este caso el Inventario de Arte Rupestre de Aragón (a partir de ahora I.A.R.A.), herramienta imprescindible para el cumplimiento legal de la protección y difusión del arte parietal de nuestra comunidad autónoma. Pero también pretendemos que las páginas que siguen sean un sentido homenaje y reconocimiento a todos aquellos investigadores, arqueólogos, técnicos o ciudadanos sensibilizados que a lo largo de los ya veinte años de funcionamiento del I.A.R.A., han prestado de forma desinteresada sus descubrimientos o sus investigaciones para que este inventario sea hoy una herramienta útil para todos. Un instrumento que no sólo permite una gestión adecuada por parte de la administración de cara a su protección, sino que también se ha convertido en un complemento imprescindible en la investigación del arte rupestre y en la difusión del mismo, como veremos a continuación (Hernández Pérez et alii: 2014).
2. UN POCO DE HISTORIA: EL DOCUMENTO A.R.A.M.P.I. 2. 1. La situación inicial A pesar de la asunción de competencias plenas en materia de patrimonio cultural y arqueología por parte de la CCAA de Aragón desde 1984, el panorama de nuestro conocimiento sobre el arte rupestre de nuestro territorio era bastante limitado. Contando con la más que buena disposición del gobierno autonómico hacia los problemas de conservación de dicho patrimonio, reflejado en reuniones como las de Albarracín y Alquezar en 1987, o la de Zaragoza sobre Parques Culturales en 1990, no existía un catálogo completo del arte parietal y apenas se encontraban inventariados unos cincuenta enclaves. La Ley 16/85 que otorgaba al arte rupestre la máxima protección legal, como Bien de Interés Cultural, sólo había permitido proteger legal y fisicamente una pequeña parte de nuestros núcleos rupestres. Por otra parte, este bien cultural tampoco gozaba del conocimiento de la sociedad y solamente era visitado en algunos enclaves naturales singulares, como el río Vero o la Sierra de Albarracín. Tampoco se contaba con planes o estrategias de protección, documentación o divulgación de este patrimonio, quedando en manos exclusivas de los investigadores universitarios que con mejor o peor fortuna asumían dichas labores.
2. 2. El primer inventario de arte rupestre del Arco Mediterráneo y la aportación aragonesa Por iniciativa de la Generalitat de Valencia y tras ser aprobado por el Consejo de Patrimonio, se decide el 15 de marzo de 1996 iniciar la redacción del documento denominado Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica (A.R.A.M.P.I.) para presentarlo ante la UNESCO para su declaración como Patrimonio Mundial. En la realización de dicho documento participarían las CCAA de Aragón, Andalucía, Cataluña, Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia que nombraron un equipo de técnicos encargados de llevarlo a cabo. La primera reunión se celebró en la localidad de El Forcall (Castellón), dando lugar a sesiones de trabajo periódicas que culminaron en Diciembre de 1997, con la visita de los evaluadores de la Unesco que emitieron un informe favorable, lo que desembocó en la declaración de Patrimonio Mundial del bien A.R.A.M.P.I. en la ciudad japonesa de Kioto el 5 de diciembre de 1998. Entre marzo de 1996 y diciembre de 1997, es decir en menos de dos años, los integrantes del equipo redactor, íntegramente compuesto por funcionarios de las CCAA implicadas, aunque con la estrecha colaboración de investigadores e instituciones relacionadas, tuvimos que acometer la ingente tarea de realizar un inventario pormenorizado del arte rupestre existente en un territorio que supone aproximadamente un tercio de la superficie de la Península Ibérica. En primer lugar, se tuvieron que definir los tipos de arte a incluir en el documento y su ámbito cronológico, territorial y cultural, así como una terminología homologada y consensuada. Tras no pocas discusiones, se acordó incluir en el catálogo sólo los enclaves de cronología prehistórica, es decir el arte paleolítico, el levantino y el esquemático, quedando excluidos del mismo todos los enclaves protohistóricos y las manifestaciones rupestres posteriores o históricas. En esta decisión salomónica tuvo gran influencia la falta de investigación de otras autonomías en dichos tipos de arte, consecuencia clara de las tendencias en la investigación de ese momento centrada en las universidades y en algunos museos. Desde el primer momento, el caballo de batalla fue el tipo de inventario y de forma contundente, el tipo de ficha que se quería presentar. En este punto debemos romper una punta de lanza en el equipo redactor aragonés compuesto por R. Alloza y J. I. Royo, con la colaboración de J. A. Andrés, quienes haciendo gala de la perseverancia y tozudez aragonesas, consiguieron convencer al resto de redactores de que el inventario debía contener unas fichas con el mínimo de documentación imprescindible para identificar todos y cada uno de los enclaves rupestres. Así tanto el tipo de ficha como su diseño fue una creación exclusiva aragonesa. La ficha estaba dividida en cuatro campos generales: localización y datos administrativos, topografía, planta y alzado de los yacimientos y calco o fotografías de los paneles pintados.
465
Figura 2. Ejemplo de una ficha incluida en el documento ARAMPI. Abrigo de Vall de Mamet II en Mequinenza (Zaragoza).
La elección de este tipo de ficha generó debates y desde luego no exponía todos los datos que se generan en la documentación de un abrigo, pero contenía los elementos básicos imprescindibles para la identificación correcta de cada enclave (Fig. 2). De este modo, a finales de 1997, se concluyó el primer inventario completo del A.R.A.M.P.I. realizado en el estado español, aportándose un número elevado de yacimientos, concretamente 757. En este catálogo, Aragón contribuyó con 163 enclaves, repartidos por 36 municipios, pero concentrando su localización en cuatro grandes áreas: El río Vero en la sierra de Guara, el río Martín en la sierras ibéricas de Teruel, el Bajo Aragón y Alto Guadalope y la Sierra de Albarracín.
3. EL I. A. R. A. ENTRE 1998 Y 2019 La declaración de Patrimonio Mundial del arte prehistórico aragonés supuso un reto que a priori, no era fácil de gestionar, dadas las características de un bien situado al aire libre y expuesto no sólo a las inclemencias del medio natural, sino también a la presión antrópica, tanto por obras como por agresiones directas. La primera consecuencia es que estamos ante una declaración que afecta a una lista cerrada que no permite nuevas aportaciones, es decir que los hallazgos producidos a partir de 1998 gozan de su condición de B.I.C., pero no
466
de su inclusión como Patrimonio Mundial. A pesar de esta cuestión, aún hoy en día sujeta a debate y nuevas propuestas, la primera consecuencia de cara a la gestión diaria de este bien afectaba tanto a su conocimiento, como a su protección y conservación, por lo que de forma inmediata se planteó la continuidad del inventario iniciado en 1996, como un instrumento imprescindible para la correcta gestión del patrimonio rupestre aragonés. De este modo se diseñó y desarrolló el I. A. R. A., como un inventario continuado y abierto en continua modificación, a partir de los nuevos hallazgos, o de las revisiones de los antiguos descubrimientos o estudios.
3.1. El marco legal, las competencias administrativas y la protección y promoción del arte rupestre en Aragón El marco jurídico actual para la protección del arte rupestre sigue contando con dos pilares imprescindibles en cuanto a legislación básica. Por un lado, la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español (Artículo 40, apartado 2), y por otro, la Ley Autonómica 3/1999 del Patrimonio Cultural Aragonés (disposición adicional segunda). En ambos casos, el arte rupestre cuenta con su declaración por ministerio de la Ley como Bien de Interés
Sesión 5. Cultural, aunque dicha declaración debe complementarse con la inclusión de cada bien en el Registro General, dependiente de la administración estatal (artículo 12. 1 de la Ley 16/85) y de forma necesaria, contar con la delimitación de un entorno de protección (artículo 18 de la Ley 16/85) (Royo Guillén y Latorre: 2018, 512, fig. 3). Con posterioridad a esta legislación básica, y ya como norma autonómica se promulga la Ley 12/1997 de Parques Culturales de Aragón, como medio para
El proceso de protección legal del arte rupestre en Aragón ha sido progresivo, en función del desarrollo del I.A.R.A. y del incremento de los descubrimientos. Así, de los 163 yacimientos declarados en 1998, mediante la promulgación de las Órdenes de 2002, 2011 y 2013, se han declarado más de 500 yacimientos como BIC. En estos momentos está en proceso de tramitación una nueva Orden que incluirá todos los hallazgos realizados hasta el final de 2019. En cuanto a las delimitaciones de los entornos de protección que por supuesto, requieren de un trabajo más detallado, se han declarado unos 200, aunque se encuentran en tramitación otros cincuenta más. En lo referido a la protección física de los propios enclaves, no hay una filosofía única ni homologada, por lo que cada CCAA sigue unos criterios distintos aunque todos basados en el principio de máxima protección con el mínimo impacto (Montes: 2012). En el caso aragonés, se aplican los siguientes principios (Royo Guillén y Latorre, op. cit.: 2018, 513-514, fig. 5): · Preferencia por los enclaves en riesgo por conservación, acceso no controlado o cercanía a rutas turísticas. · Adaptación del cerramiento al enclave y su soporte. Minimo impacto e integración en el paisaje. · Cerramientos resistentes, reversibles y con mínimo mantenimiento. · Utilización preferente de empresas locales y control administrativo y técnico. · En casos concretos, se promueve la accesibilidad para discapacitados (Fig. 4).
Figura 3. Distribución de los parques culturales por territorio aragonés. Con presencia de arte rupestre son los del Vero, Martín, Albarracín y Maestrazgo.
conseguir la protección del arte rupestre en su entorno natural y su necesaria promoción social y turística (Royo Lasarte: 1998) (Fig. 3). En cuanto a la gestión administrativa del patrimonio rupestre, incluido en el Patrimonio Cultural, desde las trasferencias a la CCAA de Aragón, la competencia exclusiva sobre este bien la tiene el Gobierno de Aragón que la gestiona a través de su Dirección General de Patrimonio Cultural, correspondiendo a la misma todo lo relacionado con la catalogación, documentación, declaración, protección y difusión del arte rupestre aragonés, para lo que cuenta con los necesarios órganos administrativos y técnicos (Royo Guillén y Latorre, op. cit.: 2018, 511, fig. 2).
Figura 4. Ejemplo de protección física de un enclave con arte rupestre, en el que se ha incluido la accesibilidad: Val del Charco del Agua Amarga (Alcañiz, Teruel) tras las reformas de 2013.
3.2. El I. A. R. A.: Desarrollo y evolución de un proyecto participativo Como ya hemos dicho, el I.A.R.A. se crea a partir de un catálogo previo realizado para completar el documento presentado a la UNESCO. En dicho catálogo se incluyeron 163 yacimientos repartidos por 36 municipios, con ciertas
467
concentraciones en el río Vero, río Martín, Bajo Aragón y Alto Guadalope y sierra de Albarracín (Royo Guillén y Latorre, op. cit.: 2018, 510, fig. 1). A partir de 1998, dicho catálogo se ha ido desarrollando en el seno de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, pero en ningún caso como un proyecto de la administración exclusivo, sino como una herramienta abierta y en continua renovación, por lo que desde su creación, se mostró como altamente participativo, ya que, salvo en el caso de una gestión directa que hubiera necesitado de un presupuesto económico muy elevado, este tipo de catálogos siempre deben contar con una amplia nómina de colaboradores que mediante sus hallazgos, trabajos o investigaciones, puedan incorporar nuevos datos a este inventario que a la postre se ha mostrado como una poderosa herramienta de gestión e investigación. Desde 1998 hasta 2019, el mantenimiento de los mismos criterios en cuanto al diseño y contenidos de las fichas del inventario de arte rupestre, ha permitido contar con el único catálogo actualizado de un bien integrante de nuestro patrimonio cultural, incorporando y actualizando todos los datos relativos, tanto a los yacimientos conocidos, como a los nuevos descubrimientos. De este modo el número de yacimientos, ha crecido a un ritmo constante (Royo Guillén y Latorre, op. cit.: 2018, 512, tabla 1).
Sólo por dar alguna pincelada, entre 1998 y 2004, se pasa de 163 sitios a 332, gracias a la inclusión de los enclaves con grabados al aire libre (unos 90) y a las nuevas incorporaciones de arte esquemático (79 yacimientos). En los años siguientes, los nuevos hallazgos se multiplicarán, ya que entre 2004 y 2019 los conjuntos grabados pasarán de 90 a 207, duplicando la cifra inicial. Pero el incremento es similar en otros tipos de arte; así, durante ese periodo, hemos pasado de 66 enclaves levantinos a 110, de 184 esquemáticos a 285 y de 2 yacimientos paleolíticos a 7. De este modo en 20 años desde la declaración como Patrimonio Mundial hemos quintuplicado la cifra inventariada de enclaves parietales, de los que a finales de 2019 contamos con más de 600 yacimientos repartidos por 119 municipios o localidades aragonesas, de los que un 20% cuentan con protección física (100 yacimientos). A lo largo de esos años, la experiencia acumulada nos ha permitido desarrollar los sistemas de documentación, conservación y difusión, participando también en diversas reuniones técnicas o científicas, como las celebradas en Valencia en 2008 (Alloza et alii: 2009), Alquezar en 2012 (Alloza et alii: 2012), Salamanca en 2013 (Hernández Prieto y Royo Guillén: 2015), Quesada y Alcoy en 2018 (Royo Guillén y Royo Lasarte: prensa) con motivo del veinte aniversario de la declaración, o Montblanc en 2019 (Royo Guillén: 2019). A modo de resumen presentamos
Figura 5. Estadistica con los hallazgos realizados, tanto por provincias, como por estilos, así como por tipos de manifestación.
468
Sesión 5. esta imagen que compendia todo lo realizado hasta este momento y que permite tener una visión general de lo realizado hasta ahora (Fig. 5). Algo que demuestra que el I.A.R.A. es una herramienta colectiva y colaborativa es, sin duda alguna el analizar la tipología de hallazgos que se han producido en los últimos veinte años. Se podría pensar que el extraordinario incremento de yacimientos, ha sido debido a la labor exclusiva de la Administración Autónoma. Nada más lejos de esta suposición. Más del 90% de los hallazgos de arte rupestre se ha producido como consecuencia de hallazgos casuales realizados por ciudadanos, aficionados o diversos profesionales vinculados al mundo rural (agentes de la naturaleza, agricultores, cazadores o montañeros). Es necesario y justo reconocer a estas personas que gracias a su interés han permitido incrementar nuestro patrimonio rupestre. Intentando no olvidar a nadie, queremos dejar constancia de los mismos como un ejemplo a seguir.
levantino en Castellote (Fig. 1) y a Francisco J. Porcar, por el sensacional hallazgo del abrigo con el “guerrero de Mosqueruela” de gran repercusión científica (Lorrio y Royo Guillén: 2013). También en el río Martín debemos las nuevas incorporaciones al I.A.R.A. a colaboradores y ciudadanos anónimos que muchas veces no suelen aparecer en los trabajos científicos. Entre ellos destaca la figura de Javier Andreu, quien puso en conocimiento de la administración
Así citaremos a Mario Gisbert, descubridor del grupo de abrigos con arte esquemático de Salvatierra de Escá (Royo Guillén: 2016, 114), Ana Baquero, de los abrigos de la Foz de Sigués, Tomás Cortés por el descubrimiento de la cueva de Lasque en Orés, auténtico palimpsesto de grabados del Hierro (Royo Guillén et alii: 2018), Ignacio Pardinilla por sus hallazgos todavía inéditos en el río Vero, Ramón Ferrer por sus hallazgos de Arén (Royo Guillen, op. cit.: 2016, 117, figs. 17-18) y Antonio Fondevilla y Rubén Oliver por los realizados en Castillonroy (Royo Guillén, op. cit.: 2016, 114-115, figs 11-12). Tambien citaremos a los descubridores de arte rupestre en el río Piedra, Serafín Benedí autor de los hallazgos de pinturas y grabados en las localidades de Jaraba y Calmarza y a Fernando Langa descubridor del primer abrigo con arte esquemático del alto valle del río Piedra (Royo Guillén, op, cit.: 2016, 117, fig. 19). El importante conjunto de grabados prehistóricos y protohistóricos del Arroyo del Horcajo en la localidad zaragozana de Romanos, fue descubierto y comunicado por Ferrán Claudín, en este caso desde otra CCAA (Royo Guillén: 2008-2010). El descubrimiento del importante conjunto de pinturas y grabados de Mequinenza, ha sido el fruto de sucesivos descubrimientos realizados por José Carbonell, Jorge San Juan, Francisco Copons y Joaquin Cuchi, a lo largo de casi 40 años (Royo Guillén, op. cit.: 2016, 115, figs.13-14). En el Bajo Aragón, Alto Guadalope y Maestrazgo debemos citar a otros colaboradores que con sus hallazgos han contribuido a acrecentar el inventario de arte rupestre, como Jesús Carlos Villanueva, descubridor de nuevos abrigos levantinos y esquemáticos en Alcañiz, Joan Calaf, autor de los hallazgos levantinos y esquemáticos de Torrecilla de Alcañiz (Royo Guillén, op. cit.: 2016, 117-118, fig. 20), Manfred y Kathja Bader, descubridores de varios abrigos levantinos en la zona, Esteban Latorre y Trinitario Catalan, autores de varios hallazgos de pinturas y grabados en el Matarraña y Beceite, Ernesto Barreda por el descubrimiento de un extraordinario enclave con arte
Figura 6. Localización y cerramiento del abrigo del Barranco de San Pedro en Oliete, con pinturas de la Edad del Hierro.
la mayor parte de los enclaves rupestres existentes en la localidad de Obón, pudiendo añadir a Juan García, autor del hallazgo del abrigo de San Pedro de Oliete, Antonio Palos por los nuevos hallazgos en Albalate, o a Hector Santotomás y Sara Azuara, que localizaron un nuevo abrigo en la localidad de Muniesa (Fig. 6). Pero es en la sierra de Albarracín donde en los últimos años se han producido una importante cantidad de nuevos hallazgos, gracias a la colaboración de vecinos de la zona, como Julián Saez, autor de descubrimientos de pinturas y grabados rupestres en la localidad de Bezas, junto a Pascual Alonso, Alejandro Alonso y Raúl Blanco, descubridores de varios abrigos en las localidades de Bezas y Albarracín, a los que hay que sumar Hilario
469
Dalda y el hallazgo de uno de los paneles pintados de mayor interés para la evolución del arte parietal en esta zona. No obstante, el principal descubridor de esta comarca, es Ricardo Canet quien entre los años 2008 y 2018 ha localizado y comunicado a la administración autonómica más de una quincena de nuevos abrigos con arte esquemático y levantino entre los términos de Albarracín, Bezas y Tormón, siendo en todo momento un magnífico colaborador que con su tesón y dedicación ha conseguido la protección y publicación de varios de sus hallazgos (Bea y Angás: 2015). Otros descubrimientos en las localidades de El Castellar y Valacloche han sido debidos a la colaboración desinteresada de Jaume Grau y Mª Carmen Rabanete. No podemos concluir esta larga lista de personas que en un momento u otro han colaborado para la acrecentación del I.A.R.A, sin hacer referencia al resto de hallazgos producidos en este periodo. El resto de localizaciones de arte rupestre de los últimos veinte años ha sido realizado por profesionales de la arqueología, como consecuencia de trabajos de arqueología preventiva, o bien dentro de proyectos de investigación o como consecuencia de trabajos realizados directamente por técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural o en colaboración con personal de los Parques Culturales. Desgraciadamente en Aragón no se ha desarrollado ni un solo proyecto de prospección sistemática para la búsqueda de arte rupestre, salvo los ejemplos centrados en áreas limitadas, como sería el caso del entorno de Ordesa, Alcañiz o Mequinenza, dando en estos casos siempre resultados muy prometedores. La incorporación de todos los hallazgos, su documentación exhaustiva y las medidas de protección, permiten así mismo, la realización de estudios científicos y como última consecuencia la
elaboración de Corpus, como el recientemente editado por el Gobierno de Aragón con todos los yacimientos prehistóricos localizados hasta el año 2010 (Rodanés: 2018), con la idea de sacar una segunda parte con el resto de enclaves localizados hasta el momento de la nueva edición (Fig. 7).
3.3. El I. A. R. A. en la actualidad En estos momentos el Inventario de Arte Rupestre de Aragón, se ha convertido en una herramienta de enorme utilidad para la gestión y documentación del arte rupestre. En primer lugar, permite conocer el estado real de conservación de los diferentes yacimientos, a través de los sucesivos proyectos de monitorización realizados en varios conjuntos y que pueden ser extrapolables a otras áreas similares (Alloza et alii: 2016), lo que ha dado lugar a varias intervenciones preventivas de conservación, limpieza o consolidación (Royo Guillén y Latorre, op. cit.: 2018, 515-516, fig. 8) y a nuevas propuestas de intervención en algunos enclaves especialmente importantes, como el abrigo de Las Olivanas en Albarracín (Gasque et alii: 2018). Por otra parte, el control permanente y la comprobación de los datos de cada yacimiento descubierto, nos permite ver, documentar y en su caso corregir, todas aquellas afecciones antrópicas que pueden alterar un yacimiento de arte rupestre, como serían los graffiti o pintadas, las obras públicas, las canteras o minas al aire libre y sobre todo los incendios forestales que en Aragon han arrasado en los últimos veinte años más de 60.000 Has. de áreas boscosas con presencia de arte rupestre, como sucedió en el incendio del Alto Guadalope y Maestrazgo, en el de las Cinco Villas o en el de Mequinenza, en los que afortunadamente no hemos constatado daños
Figura 7. Portada y cubierta del catálogo de arte rupestre publicado en 2018 por el Gobierno de Aragón.
470
Sesión 5.
Figura 8. Detalle de una ficha del I. A. R. A. de uno de los recientes hallazgos: Foz de Zafrané I en La Puebla de Albortón (Zaragoza). en los abrigos pintados o grabados. El avance de las nuevas tecnologías y la implementación de los soportes informáticos y de la cartografía, permite hoy disponer de herramientas mucho más potentes, capaces de almacenar gran cantidad de información y de gestionarla con gran rapidez. Las fichas del I.A.R.A. incorporan nuevos datos, han renovado y actualizado su información y permiten visualizar los hallazgos con precisión gracias al empleo de cartografías detalladas y un sistema de coordenadas que permiten su localización exacta. El inventario permite asimismo, crear nuevos campos que permitirán un mejor control para la gestión del bien (Fig. 8). Por otra parte, la utilización de cartografías detalladas y la ubicación de todos los hallazgos, se convierte en un instrumento importante de gestión territorial, pero también de investigación, pues permite ver las áreas de concentración de enclaves y las áreas de vacio que muchas veces sólo corresponden a falta de prospección y conocimiento arqueológico (Rodriguez Rellán et alii: 2018) (Fig. 9). La mera contemplación y análisis de dichas cartografías nos permiten planificar actuaciones, tanto en lo relativo a nuevas actuaciones en áreas de aparente falta de hallazgos, como en lo que se refiere a la gestión del bien en relación al territorio, englobando, como en el caso de Aragón, las principales concentraciones de arte rupestre en el interior de Parques Culturales, con todas las consecuencias de esta decisión para fomentar la
Figura 9. Los nuevos hallazgos de arte rupestre levantino con relación a los ya conocidos y los Parques Culturales.
471
Figura 10. Aragón y las áreas de vacio y concentración de arte rupestre, así como la densidad de los hallazgos. (Cartografía Gobierno de Aragón. Confección del mapa, según Royo Guillén 2019).
472
Sesión 5. difusión del bien y también que pueda servir de motor de desarrollo sostenible en áreas rurales relacionadas con la “España vacíada” (Fig. 10).
4. LAS APORTACIONES DEL I. A. R. A. A LA INVESTIGACIÓN DEL ARTE RUPESTRE ARAGONÉS El mantenimiento de este tipo de inventario, ha permitido, a lo largo de estos veinte últimos años, incrementar excepcionalmente el número de yacimientos con arte rupestre y mejorar su gestión técnica y administrativa. Pero de forma también notable, ha potenciado, a través de la necesaria trasferencia de conocimientos entre la Administración Autonómica y la Universidad, una serie de aportaciones científicas de primer orden que, sin duda, han contribuido a un incremento y mejora notable de las investigaciones en este bien (Royo Guillén y Latorre, op. cit.: 2018, 518). Si nos referimos al arte paleolítico, destacan los paneles pintados en la Cueva Hermosa de Calcena, descubiertos por Pilar Edo, Blanca Etxevarría y Cristian Belsué que comunicaron inmediatamente el hallazgo al I.A.R.A., posibilitando su estudio científico (Bea et alii: 2019). En cuanto a los trabajos de monitorización, los realizados en el Parque Cultural del río Martín han permitido la documentación de varios paneles de grabados naturalistas y esquemáticos, que como en el abrigo de la Cañada de Marco (Ruiz López et alii: 2016), aparecen claramente infrapuestos a las pinturas levantinas, lo que confirma hallazgos previos en varios enclaves de Castellón fechados en momentos finipaleolíticos (Fig. 11). En cuanto a las aportaciones al arte levantino, la primera de ellas es que de forma clara, se ha constatado
Figura 11. Posible cérvido grabado bajo restos de pintura levantina en la Cañada de Marco (Según Ruiz Lopez et alii: 2016). una ampliación notable de las áreas tradicionales de distribución, con enclaves distribuidos por todo el territorio aragonés. Podemos citar como más representativos, los hallazgos de O Lomar, Roca Benedí, Montderes, Barranco Gomez, Puertomingalvo, Foz de Zafrané, o los nuevos abrigos localizados en la sierra de Albarracín, en los términos municipales de Albarracín y Tormón, entre otros (Fig. 9) (Royo Guillén: op. cit.: 2019). A esto hay que añadir otros elementos que aportan novedades a nivel peninsular, como la definición de un arte “macrolevantino” (Bea y Royo Guillén: 2013), o el uso del bumeran como arma utilizada tanto para la caza, como para la lucha entre dos grupos humanos distintos (Picazo y Martínez Bea: 2005) (Fig. 12). Si nos referimos al arte esquemático, las aportaciones son de gran calado, ya que hay un incremento notable en las áreas de distribución, con núcleos como Salvatierra,
Figura 12. Falange de guerreros con bumeranes. Cueva del Chopo (Obón, Teruel) (A partir del calco de J. Picazo, reelaborado por Royo: 2019).
473
Castillonroy, o Mequinenza, entre otros (Royo, op. cit.: 2016, fig. 1), así como nuevos motivos y una redefinición de estilos llevada a cabo en la tesis de Paloma Lanau (Lanau y Bea: 2016). Pero donde las aportaciones del I.A.R.A. han resultado más espectaculares, ha sido en la identificación y definición de un nuevo ciclo de arte rupestre datado entre el Bronce Final y la Edad del Hierro (Royo Guillén: 2009 y 2015). Algunos de los yacimientos más representativos de este nuevo ciclo, han sido localizados y estudiados como consecuencia directa de la realización del Inventario de Arte Rupestre de Aragón, como es el
El desarrollo e implementación de este inventario, nos ha permitido profundizar en el conocimiento del arte rupestre aragonés, tanto en los aspectos de su conservación real, como en los de su protección legal, física y en su documentación fiable. El desarrollo del I. A. R. A. ha permitido asimismo, ampliar los estudios de los enclaves descubiertos, en especial en los pertenecientes a los estilos levantino y esquemático, gracias a su reparto geográfico, a su contexto arqueológico y a su cronología absoluta. Muy significativa ha sido también la catalogación y estudio de un buen número de yacimientos con grabados rupestres prehistóricos e históricos, junto a la definición del nuevo ciclo de arte protohistórico. Para concluir, en el futuro inmediato debería promoverse y ampliarse el intercambio de información y la trasferencia de conocimientos entre todos los implicados, para lo que proponemos la creación de un reservorio de arte rupestre, accesible de igual modo a la administración que a los investigadores.
AGRADECIMIENTOS El Inventario de Arte Rupestre de Aragón no hubiera sido posible mantenerlo e incrementarlo, de no ser por el apoyo decidido de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón que, a través de su Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural gestiona dicho catálogo, contando con la colaboración en todo momento de nuestros compañeros de dicho servicio. Por otro lado, solo queda reconocer y agradecer toda la colaboración ciudadana de los últimos veinte años, sin la cual, gran parte de los nuevos yacimientos no se conocerían.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Figura 13. El guerrero celtibérico pintado en el abrigo del Barranco del Fraile de Mosqueruela (Teruel) (Según Lorrio y Royo: 2013).
caso de Puntal del Tío Garrillas II (Royo Guillén: 2004), Arroyo del Horcajo (Royo Guillén, op. cit.: 2008-2010), Cueva de Lasque (Royo et alii, op. cit.: 2016) o Barranco del Fraile (Lorrio y Royo, op. cit.: 2013) (Fig. 13).
5. CONCLUSIONES Llegados a este punto, sólo nos queda exponer algunas consideraciones finales, consecuencia directa de lo expuesto en las páginas precedentes. El I. A. R.A. es un inventario abierto, colaborativo y participativo, convertido en estos años en una herramienta de gran valor para la gestión y difusión del arte rupestre aragonés. La responsabilidad de su mantenimiento y acrecentamiento recae en la administración autonómica, pero necesita la colaboración de las instituciones académicas, de los profesionales de la arqueología y de los propios ciudadanos.
474
Alloza, R. E. Arranz, J. M. González, V. Baldellou, M. Resano, P. Marzo y F. Vanhaecke (2009): “La conservación del arte rupestre: estudio de los factores de deterioro y de la composición química de los pigmentos”, en El arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica. 10 años en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Generalitat Valenciana. Valencia, pp. 317325. Alloza, R., J. I. Royo Guillén, J. L. Recuenco, M. Lecina, R. Pérez Bellido y Mª P. Iglesias (2012): “La conservación del arte rupestre al aire libre: Un desafío formidable”, en Juste, N.; Hernández, Mº A.; Pereta, A.; Royo Guillén, J. I. y Andrés J. A. En Jornadas Técnicas para la Gestión del Arte Rupestre, Patrimonio Mundial. Parque Cultural del Río Vero. Alquezar, Huesca. Comarca de Somontano de Barbastro. Barbastro, pp. 89-105. Alloza, R.; Royo Guillén, J. I. y B. Latorre (2016): “La conservación de un bien declarado Patrimonio Mundial y el proyecto de monitorización del arte rupestre en Aragón”. En J. I. Lorenzo y J. Mª Rodanés (editores): Actas del Primer Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés CAPA. Universidad de Zaragoza y Colegio de
Sesión 5. Doctores y Licenciados de Aragón. Zaragoza, pp. 635642. Bea, M. y J. Angás (2015) –Coords.-. Las pinturas rupestres de Bezas y Tormón (Teruel). Parque Cultural de Albarracín. Teruel. Bea, M; Mazo, C. y P. Utrilla (2019): “Filling new territories with Palaeolithic rock art. Cueva Hermosa (Calcena, Zaragoza, Spain)”. Journal of Archaeological Science: Reports, pp. 341-350. DOI: 10.1016/j. jasrep.2019.04.007. Bea, M. y J. I. Royo Guillén (2013): “¿También un arte macro-levantino? El arquero de grandes dimensiones de Val del Charco del Agua Amarga (Alcañiz, Teruel)”. Trabajos de Prehistoria, 70 (1). Junio. CSIC. Madrid, pp. 166-174. DOI 10.3989/tp.2013.12107. Gasque, R.; Zalbidea, Mª A.; Royo Guillén, J. I. y B. Latorre (2018):. “Mecanismos preventivos en la conservación y restauración de pintura rupestre al aire libre. El caso del abrigo de los Toros del Barranco de las Olivanas, Albarracín (Teruel)”, en J. I. Lorenzo y J. Mª Rodanés: Actas del II Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés –CAPA-. Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Aragón. Zaragoza, pp. 509523. Hernández Pérez, M.; García Atienza, G.; Barciela, V.; Martorell, X y F. J. Molina (2014): “Actualización y realización del inventario de los yacimientos arqueológicos con Arte Rupestre de la Comunidad Valenciana. Provincia de Alicante”, en M. H. Olcina y J. A. Soler (Edits.): Arqueología en Alicante en la primera década del siglo XXI. II Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino. Marq. Arqueología y Museos, extra 01. Alicante, pp. 170-175. Hernández Prieto, Mª A. y J. I. Royo Guillén (2015): “Actuaciones de conservación de arte rupestre en la Comunidad Autónoma de Aragón”, en M. Burón y J. del Val (Coord.): Actas de las Jornadas Técnicas “La conservación del arte rupestre: Sostenibilidad e integración en el paisaje” octubre 2013. Junta de Castilla y León. Salamanca, pp. 185-196. Lanau, P. y M. Bea (2016): “Un núcleo de arte rupestre esquemático en el Noguera Ribagorzana: las estaciones decoradas del entorno del embalse de Santa Ana”, en J. I. Lorenzo-Lizalde y J. Mª Rodanés-Vicente: Actas del I Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés. Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón. Zaragoza, 152-161. Montes, R. (2012): “Protecciones físicas para el arte rupestre: su filosofía, tipología, resultados y algunas propuestas novedosas”. Jornadas Técnicas para la Gestión del Arte Rupestre, Patrimonio Mundial. Parque Cultural del Río Vero. Alquezar, Huesca. Comarca de Somontano de Barbastro. Barbastro, pp. 179-191. Lorrio, A. J. y J. I. Royo Guillén (2013): “El guerrero celtibérico de Mosqueruela (Teruel): Una pintura
rupestre excepcional de la Edad del Hierro en el Alto Maestrazgo turolense”. ANTIQUITAS, Nº 25. M. H. M. Priego de Córdoba, pp. 85-107. Picazo, J. V. y M. Martínez Bea (2005): “Bumeranes y armas arrojadizas en el arte rupestre levantino. Las aportaciones de la cueva del Chopo (Obón, Teruel)”. Congreso: Arte Rupestre en la España Mediterránea. Diputación de Alicante y Caja de Ahorros del Mediterráneo. Alicante, pp. 379-391. Rodanes, J. Mª. (2018) –Coord.- “Arte Rupestre en Aragón -1998/2918- Viente años como Patrimonio Mundial.Gobierno de Aragón. Zaragoza. Rodriguez Rellán, C.; Vázquez, A. y R. Fábregas (2018). “Cifras e imágenes: una aproximación cuantitativa a los petroglifos gallegos”. TRABAJOS DE PREHISTORIA 75, N.º 1, enero-junio. Madrid, pp. 109-127. https://doi. org/10.3989/tp.2018.12206. Royo Guillén, J. I. (2004):. Arte Rupestre de Época Ibérica: Grabados con representaciones ecuestres. Sèrie de Prehistòria i Arqueologia. Servei d´Investigacions Arqueologiques i Prehistòriques. Diputación de Castellón. Castellón. Royo Guillén, J. I. (2009): “El arte rupestre de la Edad del Hierro en la Península Ibérica y su problemática: aproximación a sus tipos, contexto cronológico y significación”. Salduie 9. Departamento de Ciencias de la Antigüedad. Universidad de Zaragoza. Zaragoza, pp. 37-69. Royo Guillén, J. I. (2008-2010): “Las rocas grabadas del Arroyo del Horcajo (Romanos, Zaragoza): un nuevo santuario rupestre prehistórico y protohistórico en el Sistema Ibérico”. Cuadernos de Arte Rupestre, 5. Gobierno de la Región de Murcia. Murcia, pp. 71-106. http://www.cuadernosdearterupestre.es/ Royo Guillén, J. I. (2015): “Arte rupestre protohistórico en la cuenca media del Ebro: un símbolo gráfico de las élites emergentes de la Edad del Hierro”. En J.J. Ferrer, J. Benedito y A. Oliver (Eds.): Proto-historical and Historical Rock Art in the Iberian Peninsula. International Conference (Castellon, november 2014). Quederns de Prehistoria i Arqueologia de Castelló, volum 33. Castellón de la Plana, pp. 97-128. Royo Guillén, J. I. (2018): “Arte rupestre prehistórico en Aragón: Cien años de investigaciones”. En José Mª Rodanés –Director- Arte Rupestre en Aragón -19982018-. Veinte años como Patrimonio Mundial. Gobierno de Aragón. Zaragoza, pp. 20-31. Royo Guillén, J. I. (2019): “Catalogación, documentación y protección del arte rupestre de Aragón en los inicios del tercer milenio: ¿el final de una etapa?”. I Jornadas Internacionales de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica. Montblanc (Tarragona), 25-27 de octubre de 2019. C.I.A.R., Ajuntament de Montblanc. Montblanc (Tarragona), pp. 395-425.
475
Royo Guillén, J. I., Gómez Lecumberri, F. y H. Arcusa (2018): “Un nuevo enclave con grabados rupestres en las Altas Cinco Villas: la cueva de Lasque (Orés, Zaragoza) y su documentación fotogramétrica”, en J. I. Lorenzo y J. Mª Rodanés: Actas del II Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés –CAPA-. Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Aragón. Zaragoza, pp. 79-90. Royo Guillén, J. I. y B. Latorre Vila (2018): “El arte rupestre de Aragón y su gestión entre 1998-2017: vinte años en la lista del Patrimonio Mundial”, en J. I. Lorenzo y J. Mª Rodanés: Actas del II Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés –CAPA-. Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Aragón. Zaragoza, pp. 509523. Royo Guillén, J. I. y J. Royo Lasarte (prensa): “Arte Rupestre en Aragón: gestión, conservación y difusión de un bien declarado Patrimonio Mundial (1998/2018)”. Congreso el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica. 20 Años en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Alcoy, 29 noviembre-1 diciembre 2018. Generalitat de Valencia. Royo Lasarte, J. (1998): “El arte rupestre como fundamento de delimitación y organización de un Parque Cultural en torno al tramo medio del río Martín (Teruel)”. B. A. R. A, num. 1 (Boletín de Arte Rupestre de Aragón), septiembre. Gobierno de Aragón. Zaragoza, 79-92. Ruiz López, J. F.; Royo Lasarte, J.; Royo Guillén, J.I.; Alloza, R.; Pereira, J. Mª y O. Rivero (2016): Guía de la Cañada de Marco (Alcaine, Teruel). Ayuntamiento de Alcaine y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Zaragoza. Viñas, R.; Royo Guillén, J. I.; Latorre, B.; Rubio, A. y N. Santos (2019): “Arte levantino en la depresión central del Ebro: el abrigo de la Foz de Zafrané I, La Puebla de Albortón (Campo de Belchite, Zaragoza)”. Cuadernos de Arte Prehistórico, número 7 enero/junio. Centro de Arte rupestre. Ayuntamiento de Moratalla. Pp 72-119.
476
Sesión 5
5.2. PRÁCTICAS FUNERARIAS EN ARAGÓN: I. INVENTARIO DE CAVIDADES SEPULCRALES FUNERAL PRACTICES IN ARAGÓN: I. INVENTORY ON SEPULCRAL CAVITIES
Raquel Ornat Clemente1 y Rosa Loscos Pastor2 1
Dirección General de Patrimonio Cultural de la Diputación General de Aragón (en la actualidad, en la Dirección General de Investigación e Innovación) 2 Dirección General de Patrimonio Cultural de la Diputación General de Aragón Autor de contacto/Contact author: Raquel Ornat Clemente, rornat@aragon.es
RESUMEN El Inventario de Cuevas Sepulcrales de Aragón tiene su inicio en 2017, siendo coordinado desde el Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural y dirigido por José María Rodanés, profesor de la Universdad de Zaragoza. El objetivo general de este Inventario es el de conocer las características y el estado de conservación actual de estas cavidades, con el fin de definir y establecer prioridades y mecanismos de intervención adecuados a sus propias circunstancias. Hasta el momento, se ha realizado un proyecto piloto (con cuatro bienes de las tres provincias aragonesas) y el inventario de la provincia de Teruel (OTRI – 2017/0502. OTRI - 2018/323). Este proceso (toma de decisión en el 2016, planificación del inventario en 2017 y elaboración del plan piloto e inventario de Teruel en 2018) ha permitido poner en marcha el trabajo del equipo y crear una metodología de trabajo, establecer protocolos de actuación a la hora de abordar la conservación, preservación e investigación en este tipo de bienes culturales tan diverso y amenazado por el expolio. PALABRAS CLAVE: Inventario; Cavidades / cuevas sepulcrales; Gestión; Conservación; Investigación.
ABSTRACT In 2017, the Inventory of Sepulchral Caves in Aragon was started by a team coordinated by two Facultativos Superiores de Patrimonio Cultural from the Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural and directed by José María Rodanés, profesor at the Universidad de Zaragoza. The main target of this Inventory is to know the state of preservation of each cave and its characteristics in order to define its needs and establish priorities the most appropiate for its own circumstances. Actually, a pilot project and the inventory of Teruel were arried out and they let a work team to start up and to create a methodology on this issue in order to establish action protocols for future interventions on preservation and researchs aim to know and to manage these diverse and threatened cultural heritage property. KEYWORDS: Inventory; Cavities / sepulchral caves; Management; Conservation – preservation; Research.
477
Figura 1. Cueva Negra de Albalate (T. M. de AriĂąo). Foto Proyecto OTRI 2017/ 0502.
478
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN El Proyecto de Cavidades Sepulcrales tiene su inicio en 2016, cuando se detecta la necesidad, después de salir al campo y constatar la realidad de varias cavidades sepulcrales en la provincia de Zaragoza, de conocer la diversa realidad de este tipo de yacimientos tan expoliados, así como actualizar la Carta Arqueológica de Aragón (Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés –SIPCA).
3. Estudiar, de forma sistemática, este tipo de yacimientos arqueológicos. 4. Articular medidas y actuaciones tendentes a la conservación, preservación y difusión del patrimonio material e inmaterial asociado a estas cuevas sepulcrales. 5. Entablar relación con las instituciones y personas vinculadas con esta temática.
No existe un estándar fijo de cavidades funerarias, sino que pareciera que cada población adecuaba el rito de inhumación dependiendo de las posibilidades que le ofrecía su entorno físico.
6. Establecer medidas apropiadas para cada bien, a corto, medio y largo plazo, con el fin de garantizar su preservación y conservación más adecuada a sus características y particularidades.
Este tipo de yacimiento suele ser atractivo para los expoliadores, lo que origina que, en la mayoría de los casos, los arqueólogos se encuentran con depósitos alterados, dificultándose no sólo el conocimiento de este conjunto funerario sino también su conservación y preservación.
7. Promover la ejecución de dichas medidas.
La comunicación en su día y este documento son la oportunidad de dar a conocer: a) el proyecto en sí, b) la misión, visión, objetivos y criterios que rigen dicho Inventario, c) una forma de trabajar basada en la colaboración entre el Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural de la actual Dirección General de Patrimonio Cultural1 y un grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, d) el desarrollo de una herramienta de trabajo e investigación, tanto de los bienes inmuebles (cavidades) como de los bienes muebles que en ellos se albergan, que permite y facilita la transferencia del conocimiento y e) los planteamientos a futuro / prospectiva del Inventario. Lo que se presenta a continuación son los antecedentes de esta decisión (2016), el proceso de planificación de dicho inventario (2017), el proyecto piloto con el que se comprobó la metodología planteada (2017) y los resultados del inventario de la provincia de Teruel (2018).
2. EL INVENTARIO 2.1. Misión La misión del Inventario de Cavidades Sepulcrales en Aragón es la de conocer este tipo de bienes culturales y analizar sus necesidades con el fin de establecer las prioridades, mecanismos de intervención y posibles usos de acuerdo a sus circunstancias y características propias.
2.2. Objetivos 1. Tener un conocimiento de las prácticas funerarias de la población prehistórica que habitó en el actual territorio aragonés.
2.3. Metodología Hasta 2016, la única manera de obtener información sobre cavidades sepulcrales en Aragón era acudir a la bibliografía especializada (v. g. T. Andrés, 1978, J. I. Lorenzo, 1994, J. Rodanés, J. I. Lorenzo y P. Aranda, 2016, J. M. Rodanés, 2017 y J. M. Rodanés y J. I. Lorenzo, 2014) o a la Carta Arqueológica (SIPCA). Desde que se detecta la necesidad de elaborar un inventario, dada la singularidad que ofrecen estos bienes, se lleva a cabo una revisión de la Carta Arqueológica. De ella, se extraen las cavidades que han sido objeto de estudios sistemáticas y publicaciones (las menos), aquellas que aparecen en el campo de descripción como cueva sepulcral / cavidad y los posibles yacimientos que, aunque no se especifican como tales, pueden ser cavidades sepulcrales. Con todos estos datos se elabora una excell (Cfr. Fig. 2) por parte de las autoras que será el punto de partida para comenzar el trabajo y el plan piloto. Además, se lleva a cabo un análisis de la bibliografía existente y se elabora una propuesta de ficha de inventario, que incluye los siguientes epígrafes: identificación del bien, ubicación (toma de datos en la boca de la cavidad en coordenadas UTM, datum ETRS89, huso 30), titularidad, tipo de yacimiento y sus características principales, ritual funerario, análisis antropológico, ajuar asociado, cronología, bibliografía existente, observaciones, prospectiva, cuadro resumen de necesidades y soluciones, documentación fotográfica y cartografía en formato *shp. Es de reseñar que este inventario se imbrica y relaciona con el trabajo que se está realizando de actualización cartográfica de la Carta Arqueológica (SIPCA) por Miguel Díaz y la gestión de la investigación arqueológica y transferencia del conocimiento, llevada a cabo por Raquel Ornat2.
2. Analizar la forma de vida y los patrones de asentamiento de dicha población.
479
2.4. Proyecto piloto (2017) El paso siguiente fue el llevar a cabo un proyecto piloto, para lo cual se pensó en un contrato menor para proceder a su ejecución, que sería coordinado desde el Servicio de Prevención y Protección por las autoras y elaborado, a través de la Otri de la Universidad de Zaragoza, por un equipo liderado por José María Rodanés, profesor de la Universidad de Zaragoza. El procedimiento seguido para la contratación fue el de adjudicación directa, dada la cuantía del mismo (1.240 euros incluidos) y los conocimientos específicos que se requerían para desarrollarlo. En este sentido, se consideró que la persona elegida cumplía dichos requisitos, pues tenía experiencia y trayectoria investigadora y profesional en arqueología funeraria desde 1979 y podía crear un equipo de trabajo coherente y multidisciplinar. En los pliegos técnicos de la licitación se establecía que el trabajo realizado debía consistir en: a) la revisión bibliográfica y de la carta arqueológica, con el fin de llevar a cabo un expurgo de la hoja de cálculo facilitada (Cfr. Fig. 2), b) la elaboración de un modelo de ficha y su plantilla para cada cavidad, c) la visita a cuatro cavidades de las tres provincias aragonesas y posterior aplicación de la ficha modelo para cada una de ellas, cumplimentándola, y d) la presentación de una cartografía, en la que indicar los bienes revisados de aquellos que aparecen en la Carta, tanto los dudosos como los confirmados como cavidades sepulcrales.
quien depositó los materiales en el Museo de Teruel. Posteriormente, se incluyó en la Carta Arqueológica de Teruel (1980) y en el catálogo de la Tesis de T. Andrés (1978). Unos años más tarde, J. I. Lorenzo realizó los estudios antropológicos de los restos óseos hallados en su Tesis de Licenciatura y Tesis doctoral (1985, 1989-90, 1994). Sobre ella se ciernen ciertos problemas tanto de ubicación como de gestión, puesto que la cavidad se ha venido asignando al término municipal de Albalate del Arzobispo, perteneciendo, sin embargo, al T. M. de Ariño, y, en el catálogo del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU, expte.: 131/2011), se proponía su descatalogación cuando el yacimiento puede encontrarse siguiendo las instrucciones plasmadas en la reciente publicación de la Guía de cavidades y arte rupestre del Parque Cultural del Río Martín. Así, se aplicó el modelo de ficha para las cuatro cavidades seleccionadas y visitadas, teniendo como epígrafes principales los siguientes: denominación, localidad, término municipal, provincia, coordenadas (UTM, datum ETRS89, huso 30), código identificativo, si lo hubiera, de la Carta Arqueológica de Aragón (Sistema de Información del Patrimonio Cultural de Aragón, SIPCA), referencia catastral – titularidad, descripción del acceso, características del yacimiento,
Las cuatro cavidades objeto de este proyecto piloto y las peculiaridades por las que fueron elegidas fueron:
480
•
Abrigo del Ángel (Cretas), descubierto por Enrique Llera, vecino de Cretas, y excavado de urgencia por J.I. Lorenzo, en 2006, a petición de la Dirección General de Patrimonio.
•
Balma de Mondó (Nueno), abrigo descubierto en 1990 y con problemas en su ubicación al aparecer (en la Carta Arqueológica situado en Lierta de Huesca cuando se encuentra en el T. M. de Nueno). Se menciona en la tesis doctoral de J. I Lorenzo (inédita). En 2013, se notifica por la Guardia Civil la existencia de restos humanos. En 2017 se redacta un informe sobre el bien, cuando Facultativos Superiores de Patrimonio Cultural del Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural y un estudiante de Prehistoria (Borja Lera Aused), quien notificó la existencia de este enclave arqueológico, se desplazaron al lugar.
•
Cueva del Estrechuelo (Borja), descubierta en 1981 por I. Aguilera, quien la excavó en 1984, siendo de gran importancia los 167 restos humanos recuperados, pertenecientes, al menos, a seis individuos.
•
Cueva Negra de Albalate (Ariño), descubierta y estudiada por A. Domínguez en 1975,
Figuras 3. Ejemplo de ficha.
Sesiรณn 5.
Figuras 4 - 5. Ejemplo de ficha.
Figuras 6 y 7. Ejemplo de la documentaciรณn grรกfica de la aplicaciรณn de la ficha modelo.
481
historia de las investigaciones, análisis de los restos óseos (estudio antropológico) y materiales arqueológicos asociados, prácticas funerarias vinculadas, su cronología y la relación con otros restos, así como un apartado de bibliografía y otro final de prospectiva. La ficha finaliza con un aparato gráfico (mapas de situación, planos, dibujos y fotos) y una revisión bibliográfica. Se demostró que estas fichas podían convertirse tanto en una herramienta de trabajo como en su producto final, lo que permitía la transferencia de conocimiento y la gestión adecuada de cada una de acuerdo a sus necesidades (Cfr. Fig. 5: epígrafe de prospectiva de la ficha). Además, se desarrolló una revisión bibliográfica centrada en las prácticas funerarias en Aragón, en general, y cavidades sepulcrales, en particular. La cartografía presentada (Fig. 8) sirvió para actualizar la cartografía (Sistema de Información Geográfica - SIG) de la Carta Arqueológica (Fig. 9). El proyecto piloto permitió: a) tener una primera evaluación de conjunto, b) conocer la casuística de este tipo de bienes, c) contar con un modelo de trabajo estandarizado y un registro fiable y actualizado de los yacimientos funerarios, d) poner las bases para posibles investigaciones, e) corregir inexactitudes a través de las visitas y prospecciones, f) establecer criterios de gestión oportunos para cuatro bienes, g) recopilación bibliográfica sobre esta temática concreta, h) trabajar con una cartografía fiable al trasvasar la información a un SIG, i ) Crear y consolidar un equipo pluridisciplinar y j) ejemplificar la posibilidad de una coordinación interadministrativa.
Figura 8. Cartografía del proyecto piloto.
2.5. Primera fase del inventario (2018) La anterior experiencia permitió detectar la necesidad de seguir progresando en la identificación de nuevos bienes y de sus necesidades. De este modo, se procedió a licitar un contrato de servicios de acuerdo al art. 17 de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público por una cuantía de 14.520 euros (IVA incluido), en el que se señalaban los objetivos y productos a presentar: a) aplicar nuevas tecnologías (v. g. isótopos de estroncio para el estudio de la movilidad, ADN antiguo para conocer la genómica de las poblaciones y datación de los conjuntos inventariados), b) excavar aquellas cavidades no expoliadas e inéditas detectadas en el proyecto piloto, c) revisar fondos museográficos (Museo de Teruel y almacén de la antiguo Universidad Laboral, adscrito al Museo de Zaragoza) y d) difundir los resultados, teniendo en cuenta que, tanto en esta primera fase como en el proyecto piloto, los derechos de propiedad intelectual y explotación corresponden a la actual Dirección General de Patrimonio Cultural (art. 308 Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público), no perdiendo nunca la propiedad moral el equipo dirigido por José María Rodanés.
482
Figura 9. Actualización SIG Carta Arqueológica (autor: Miguel Díaz).
Sesión 5. En el Inventario de la Provincia de Teruel (2018) se recopilaron 29 cavidades sepulcrales: Cueva Hipótico (Alacón), Cueva de la Caraza (Albalate del Arzobispo), Cueva del Subidor (Albalate del Arzobispo), Cueva de la Tarranclera (Albalate del Arzobispo), Olivar de Macipe (Albalate del Arzobispo), Cueva de la Artesa (Albarracín), Sima del Ruidor (Aldehuela – Teruel), Cueva del Hocino (Anadón), Cueva Negra (Ariño), Cueva de Losares (Blancas), Canyaret de Pallisetes (Calaceite), San Antonio (Calaceite), Cueva de la Fuente el Miguel (Cañizar del Olivar), Cueva Morena (Foz Calanda), Cueva de la Bonifacia (La Iglesuela del Cid), Cueva de Matutano (La Iglesuela del Cid), Cueva del Turcacho (La Iglesuela del Cid), Cueva de las Graderas (Molinos), Las Baticambras (Molinos), Sima de Peñarroya (Montoro de Mezquita – Villarluengo), Cueva del Coscojar (Mora de Rubielos), Cueva de las Muelas (Obón), Fuente Domingo (Obón), Cueva del Prao (Pancrudo), Balsa Nueva (Torrecilla de Alcañiz), La Cortada I (Torrecilla de Alcañiz), La Cortada II (Torrecilla de Alcañiz), Venta del Griso (Valderrobres) y Cueva de los Aguanosos (Villalba de los Morales – Caminreal). Se recogieron 18 muestras de hueso, 2 de carbón, 1 de madera y 1 de cereal para ser datadas por C14, lo que arrojó un horizonte cronológico entre el 2500 y 800 cal BC (Edad del Bronce).
Figura 10. Ejemplo de la introducción de documentación gráfica histórica. En este caso, se trata de dos fotos realizadas por M. T Andrés en 1975.
Todos los objetivos se cumplieron, quedando recogido los productos resultantes en la memoria entregada al Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural (expte.: 68/2018) a excepción de la excavación de la Balma de Mondó (punto b) por problemas con la titularidad de la finca en la que se ubica. Por este motivo se redirigió, cumpliendo con todos los requisitos legales, el trabajo a tener una visión completa de las cavidades sepulcrales sitas en la provincia de Teruel, 29 en total. La novedad principal de esta primera fase ha sido la incorporación en cada ficha, cuando así se podía, de material documental inédito o histórico y / o datos recopilados en tesis (v. g. E. Vallespí, 1958 y T. Andrés. 1978), de los bienes analizados.
2.6. Resultados En el proyecto piloto (2017) fueron analizadas cuatro cavidades: Abrigo del Ángel (Cretas), Balmá de Mondó (Nueno), Cueva del Estrechuelo (Borja) y Cueva Negra de Albalate (Ariño).
Lo que se puede adelantar es que: a) en las prácticas funerarias, el medio físico influye en el tipo de yacimientos elegido en cada época cronológica y estos reflejan las características sociales de los grupos que los desarrollaban, b) existen pocos casos de hábitat y enterramiento conjunto y c) que la mayoría de los enterramientos no presentan estructuras internas. Las 31 cavidades sepulcrales de Teruel han sido recogidas en una cartografía en el mamoria final que ha sido objeto de trasposición al SIG con el que se está actualizando la Carta Arqueológica.
3. VALORACIÓN DEL PLAN En estos dos años de elaboración del Inventario, el análisis sobre su planteamiento, desarrollo, ejecución, y metas alcanzadas se resumen en los siguientes epígrafes.
3.1. Fortalezas ü Satisfacción del trabajo realizado. ü Creación y consolidación de un equipo pluridisciplinar. ü Establecimiento de criterios para aplicar en la investigación – acción arqueológica. ü Creación de un protocolo de trabajo. ü Actualización de la Carta Arqueológica de Aragón (SIPCA), contando con criterios homogéneos para realizarla y detallando las características de cada bien (v. g. venta del Griso y San Antonio están desaparecidas, pero se mantienen en el inventario).
483
Figura 12. Cartografía del inventario de Teruel.
Figura 11. Ejemplo de la introducción de documentación gráfica histórica. En este caso, se trata de documentación inédita de Bosch Gimpera empleada por E, Vallespí en su tesis.
3.2. Oportunidades ü Contactos establecidos para futuras colaboraciones, retroalimentaciones y explicaciones necesarias para comprender actuaciones concretas. ü Posibilidad de aplicación de esta fórmula de trabajo para otras temáticas.
3.3. Debilidades ü Redes débiles aún para establecer más y mejores sinergias. ü Presupuestos exiguos, que impiden la continuidad del proyecto.
3.4. Amenazas ü Prioridades presupuestarias.
484
Figura 13. Actualización SIG Carta Arqueológica (autor: Miguel Díaz).
Sesión 5. 4. PROSPECTIVA DEL PLAN ü Gestionar la información generada para poder ejecutar las recomendaciones realizadas en el apartado de prospectiva. ü Proseguir con el inventario ü Coordinar acciones a través de proyectos colaborativos que permitan la transferencia del conocimiento. ü Promover sinergias para poder aplicar este sistema de trabajo en otro tipo de prácticas funerarias. ü Facilitar, con los datos ya recopilados, narrativas digitales, que faciliten la difusión, socialización y valorización de este singular patrimonio cultural, evitando su expolio, sobre todo.
Bosch Gimpera, P. (1920): “Consideracions generals sobre les estacions eneolítiques del Baix Aragó i del Regne de València”, AIEcat, VI, 463-466. Bosch Gimpera, P. (1923): “Notes de Prehistoria aragonesa”, en Bulletí de l’Asociació Catalana d’Antropología, Etnología y Prehistoria, 1, B, pp. 33-34. Domínguez, A. (1978): “Un nuevo hallazgo arqueológico en el Bajo Aragón”, en Teruel, 60, pp. 29-32. Lorenzo, J.I. (1985): La Antropología Aragonesa: contribución al conocimiento de las poblaciones Neolítico-Bronce en Aragón, Tesis de Licenciatura. Universidad de Zaragoza. Lorenzo, J.I. (1993): Los Primeros Aragoneses, Diputación General de Aragón.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Lorenzo, J.I. (1994): Ensayo de una metodología aplicada al estudio de Paleontología humana de las poblaciones prehistóricas del Valle Medio del Ebro, Tesis Doctoral inédita. Universidad de Zaragoza.
Aguilera, I. (1986 a): “Informe sobre la excavación arqueológica en la cueva del Estrechuelo (Borja, Zaragoza)”, en Arqueología Aragonesa, pp. 39-44.
Rodanés, J. M.; (2017): La cueva sepulcral del Moro de Alins del Monte. Prehistoria de la Litera (Huesca), Monografías Arqueológicas. Prehistoria 51.
Aguilera, I. (1986 b): “La cueva sepulcral de “El Estrechuelo” (Borja, Zaragoza). Noticia preliminar”, en Cuadernos de Estudios Borjanos, XVII‑XVIII, pp. 17‑31. Andrés Rupérez, T. (1978): Estudio tipológico‑arquitectónico de los sepulcros del neolítico Calcolítico de la Cuenca Media del Ebro. Universidad de Zaragoza. Zaragoza. Andrés Rupérez, T. (1979): “Ritos funerarios de la Cuenca Media del Ebro: Neolítico y Eneolítico” en Berceo, 97, pp. 3-25. Atrián, P. Escriche, C.; Vicente, J. y herce, A.I. (1980): Carta Arqueológica de España, Teruel. Instituto de Estudios Turolenses, Diputación Provincial de Teruel. Azuara, J.C., Porcel i Caro, E y Royo Lasarte, J.I. (2012), Guía de cavidades y arte rupestre del Parque Cultural del Río Martín, Centro de Estudios Espeleológicos Turolenses. Bosch Gimpera, P. (1914): “Campanya arqueologica del Institut d’ Estudis Catalans al limit de Catalunya i Aragó”, 1913-1914, en Anuari del Inst. d’ Est. Cat., pp. 819-838.
Rodanés, J. M. y Lorenzo, J. I.; (2014): “Datación absoluta de la mandíbula de Molinos. El final de la polémica sobre los restos más antiguos de Aragón”, en A. Duplá, Mª V. Escribano, L. Sancho, Mª A. Villacampa (ed.), Miscelánea de Estudios en Homenaje a Guillermo Fatás Cabeza, Institución Fernando el Católico, pp.603610. Rodanés, J. M., Loreno, J. I Y Aranda, P.; (2016): “Enterramientos en cuevas y abrigos en el Alto Aragón durante el neolítico y la Edad del Bronce”, en Del Neolític a l´edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en Homenatge a Bernat Martí Oliver, TV SIP 119: 411 – 426. Vallespí, E.J. (1958): Bases Arqueológicas para el estudio de los Talleres de sílex del Bajo Aragón, Tesis Doctoral. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Zaragoza. Vallespí, E.J. (1958): “Descubrimiento de una cueva sepulcral en Calcena (Zaragoza)”, en Ampurias, 8, pp. 252-259.
Bosch Gimpera, P. (1920): “El sepulcre del Canyaret a Calaceit”, 1915-1920, en Anuari del Inst. d’Est. Cat., VI, pp. 457-460.
NOTAS ACLARATORIAS
1.
El Servicio de Prevención y Protección tiene encomendadas una serie de funciones, de acuerdo al artículo 22 del Decreto 314/2015 de diciembre, del Gobierno de Aragón, entre las que se encuentran “la elaboración y desarrollo de los Planes Generales de Protección del Patrimonio Cultural Aragonés (…), la inspección del estado de conservación (…) sobre los bienes que forman parte del Patrimonio Cultural Aragonés (…) y la laboración y control del Registro, el Catálogo, el Inventario y del Censo de bienes que conforman el Patrimonio Cultural Aragonés, así como de las autorizaciones culturales que corresponden a la Dirección General”.
2.
Ambos, Miguel Díaz y Raquel Ornat son Facultativos Superiores de Patrimonio Cultural adscritos al Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón.
485
486
Sesión 5
5.3. EPIGRAFÍA VIRTUAL: EXPERIENCIAS DE EPIGRAFÍA 3D CON EL PATRIMONIO EPIGRÁFICO ROMANO DE ARAGÓN VIRTUAL EPIGRAPHY: EXPERIENCES OF 3D EPIGRAPHY WITH THE ROMAN EPIGRAPHIC HERITAGE OF ARAGÓN Javier Andreu Pintado Universidad de Navarra Fundación Uncastillo/LosBañales Autor de contacto/Contact author: Javier Andreu Pintado, jandreup@unav.es
RESUMEN Desde 2015, el proyecto arqueológico de Los Bañales de Uncastillo ha venido contando con un Museo Virtual (https:// sketchfab.com/banalesmuseovirtual), un espacio en red en el que se ofrecen al usuario medio centenar de modelos 3D de materiales arqueológicos –tanto muebles como inmuebles– representativos de cuantos han sido hallados en las excavaciones arqueológicas en curso en la última década o de los que, conocidos de antiguo, forman parte del patrimonio arqueológico del territorio. En ese repertorio tienen una naturaleza singular, y constituyeron el arranque del proyecto, los tituli, las inscripciones romanas, de las que, actualmente, pueden verse más de veinte debidamente anotadas y presentadas en formato 3D. Este trabajo recapitula las que se considera son las principales experiencias y aportaciones de este tipo de soportes a la lectura, edición, estudio y difusión de las inscripciones romanas en el marco de la denominada Epigrafía Virtual en un proyecto, hasta la fecha, prácticamente único en Aragón. PALABRAS CLAVE: Epigrafía digital; Epigrafía virtual; Epigrafía 3D; Modelos 3D; Fotogrametría; Inscripciones romanas.
ABSTRACT From 2015, the archaeological project at Los Bañales de Uncastillo has developed and has been using a Virtual Museum (https://sketchfab.com/banalesmuseovirtual), an internet space in which around one hundred of 3D models of archaeological material are offered among those materials which have been attested and found during the archaeological surveys of the last ten years or among those which were, already then, part of the cultural heritage of the area. In this catalogue of 3D models a very unique and singular quality concerns, and where also the origin of the project, to the tituli, the Roman inscriptions, today in a number of more than twenty cases available with quotes and commentaries. This paper deals with the most important experiences and contributions of the generation of this kind of 3D models to the reading, edition, study interpretation and dissemination of Roman inscriptions on the context of the so-called Virtual Epigraphy, until today the only one project like this in Aragón. KEY WORDS: Digital Epigraphy; Virtual Epigraphy; 3D Epigraphy; 3D models; Photogrammetry; Roman inscriptions.
487
Captura del modelo fotogramétrico 3D, en alta resolución, del acotado funerario de los Atilii de Sádaba, en el territorio de la ciudad romana de Los Bañales de Uncastillo, por Pablo Serrano Basterra.
488
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN Ya desde los años setenta del pasado siglo, cuando se publicó la Epigrafía Romana de Zaragoza1 y aun desde la sección dedicada a “Sadava” en el Corpus Inscriptionum Latinarum1, se percibía que el área noroccidental de la provincia de Zaragoza era un área de extraordinaria riqueza epigráfica en lo que a tituli romanos se refiere. Transcurridos más de cuarenta años del primero de los trabajos citados –y unos treinta de la primera valoración de conjunto de la epigrafía del territorio2– hoy el territorio de la actual Comarca de Cinco Villas es uno de los que, anualmente, más novedades aporta al patrimonio epigráfico romano de Aragón, ciertamente exiguo aunque siempre sugerente. El volumen de datos históricos con que, en estos últimos años, nos ha obsequiado la investigación en una de las ciudades romanas de dicho ámbito, Los Bañales de Uncastillo, especialmente a partir de la excavación de su conjunto forense3, ha permitido comprender ahora las razones de dicha concentración epigráfica, casi sin parangón en las tierras aragonesas y muchísimo más generosa que en las tierras del centro del Valle del Ebro. La Comarca de Cinco Villas, por pasar por ella la vía Caesar Augusta-Beneharnum, construida por las legiones imperiales entre los años 9 y 3 a. C., fue un medio extraordinariamente militarizado –seguramente, también, en la órbita de un posible destacamento castrense de una de esas unidades legionarias asentado en Vareia cuando no en el propio territorio cincovillés4– pero, además, formó parte de un ámbito geográfico muy bien urbanizado tanto en la zona actualmente aragonesa como en la vecina Navarra, en el contiguo valle del río Aragón5, rasgos ambos que favorecieron el rápido arraigo del epigraphic habit. Los valores y objetivos estratégicos con los que ha ido tomando forma el proyecto de investigación que se ha ido desarrollando en el lugar6 y el claro compromiso de éste con la socialización del patrimonio como uno de los más característicos de aquéllos han hecho que la configuración de un Museo Virtual que –a espera de que se constituya en el lugar, que bien lo merece, un “museo de sitio”– permita al gran público acceder a lo más granado del material arqueológico mueble recuperado haya resultado una estrategia paradigmática de generación de conocimiento cuya dimensión de aportación de valor en el marco de la actualmente denominada “Arqueología Pública” ha sido ya valorada en anteriores trabajos7. En el contexto del cada vez mayor servicio prestado por las técnicas de fotogrametría digital a la interpretación, difusión y puesta en valor del patrimonio cultural8, el objetivo de estas páginas es hacer balance de lo que la configuración de ese Museo Virtual de Los Bañales –a día de hoy alojado en el portal Sketchfab y que cuenta, aunque siempre se haya en constante incremento, con un total de 24 modelos 3D de inscripciones romanas y 27 más de otro tipo de materiales– ha aportado a los estudios sobre epigrafía en Aragón y, también, subrayar lo que
esta iniciativa tiene de pionera no sólo en el ámbito de nuestra Comunidad Autónoma sino aun en el peninsular tratándose de un proyecto casi sin parangón, en alcance, valores y desarrollo, en nuestro país excepción hecha de los proyectos Epigraphia 3D (http://www.epigraphia3d. es/), Epigraphica 3.0 (https://epigraphica30.com/inicio), el Museo Virtual de Santa Criz de Eslava (https:// sketchfab.com/santacrizmv) y, recientemente, del híbrido entre la epigrafía digital y la epigrafía 3D –dependiente, en la parte de modelos digitales, del anteriormente citado– articulado en CILAESEP 200 dedicado al repertorio epigráfico de la generosísima colonia Augusta Emerita, en Lusitania (http://www3.uah.es/cil2digital/ ficha/80/200-inscripciones-sepulcrales) con una muy oportuna combinación entre datos en formato html y en soporte 3D.
2. FOTOGRAMETRÍA Y EPIGRAFÍA 3D Como se escribió no hace mucho, pues nos movemos en un ámbito en el que los avances son constantes, la ciencia epigráfica se ha ubicado actualmente en un verdadero cruce de caminos lleno, en cualquier caso, de posibilidades9. Por un lado, durante los años noventa del pasado siglo –y en un contexto científico que ya describimos en un trabajo anterior10– el concurso de las TIC generó un notable volumen de bases de datos en red –máximo exponente de la denominada “Epigrafía Digital”– que han permitido aligerar al máximo las tareas de búsquedas de documentación epigráfica que suelen ubicarse en el arranque de cualquier proyecto investigador con fuentes epigráficas. Sin embargo, con el inicio del siglo XXI, y de la mano de su aplicación en la Arqueología y en otras ciencias relacionadas con la cultura material histórica, se ha abierto un extraordinario panorama –empujado, también, por la conversion de la fotogrametría digital en un sustituto low cost, y ya generalizado, del láser escáner11– de recurso a los soportes 3D para, especialmente, el intercambio de documentación epigráfica romana y su adecuada difusión en los circuitos científicos y, también, en los de carácter social completando, notablemente, las prestaciones tradicionales de la fotografía epigráfica tradicional12 que, de hecho, y como aquí se verá, simplemente se ha hecho más eficaz con el concurso de este tipo de herramientas. Como suele subrayarse habitualmente en la creciente bibliografía sobre el asunto, la aplicación de la fotogrametría digital a inscripciones antiguas –en cuya interpretación y lectura, obviamente, el soporte, su volumen y su textura resultan fundamentales13– ofrece un buen conjunto de oportunidades y de ventajas que, desde luego, no han pasado desapercibidas en el auge, también, de las Humanidades Digitales y, en particular, de las denominadas Digital Classics14. Así, en primer término, apoyándose en las ventajas del entorno digital para integrar formatos de tipos diferentes15 –como, de hecho, se hacía en las bases de datos epigráficas tradicionales– el recurso a los modelos
489
3D en la Epigrafía ha facilitado la percepción como real de los materiales objetos de estudio presentados ahora como tridimensionales16. Además, ese formato, como se verá, ofrece al usuario mucha más información sobre los aspectos materiales, y, también, sobre el estado de conservación de los tituli digitalizados17 que, además, pueden ser manipulados directamente por los investigadores18. Por último, más allá de las ventajas intrínsecamente relacionadas con el formato de procesamiento de los materiales, la experiencia de los proyectos antes citados pero, también, del que aquí presentamos y, por supuesto, de los que se van compartiendo en revistas recientemente surgidas que difunden con la comunidad científica los beneficios de la Epigrafía 3D19 permiten concluir que las inscripciones en formato digital se presentan como una materia prima que no sólo puede enriquecer las competencias lectoras de los epigrafistas sino que, además, permite un diseminado de los modelos tridimensionales resultantes en soportes de todo tipo que, desde luego, acercan, como aquí se verá, la Epigrafía al gran público20 haciéndola, también, más dinámica como disciplina para los científicos que la practican.
Figura 1. Vitrina virtual con cupa procedente de la uilla de La Pesquera, en Uncastillo (https://skfb.ly/6Lnn8).
3. LA EXPERIENCIA DE LOS BAÑALES Desde 2015, como se ha dicho, el yacimiento arqueológico de Los Bañales cuenta con un Museo Virtual que, además, no sólo incluye –aunque sí mayoritariamente– inscripciones procedentes de la ciudad romana de Los Bañales y de su entorno territorial inmediato sino que, además, ha ido incorporando, fruto de la labor investigadora del equipo en toda la Comarca, materiales procedentes también de los vecinos enclaves de Campo Real/Fillera, en Sos del Rey Católico y Cabezo Ladrero, en Sofuentes además de algunos que, procedentes de Ejea de los Caballeros –como uno de los miliarios legionarios de época de Augusto (https://skfb.ly/6IXrz)– se consideró que encajaban bien en el discurso histórico que daba sentido a la formación de esa singular cultura epigráfica local. Este Museo surgió, en primer lugar, para facilitar el acceso a la cultura material recuperada en las excavaciones tanto al público en general como a la comunidad científica y como paso intermedio, y previo, a la constitución –como se ha dicho– de un “museo de sitio” en el que algunos de los materiales que hoy cuentan con vitrinas en el Museo Virtual, puedan verse en formato original. En ese sentido, el Museo Virtual, al emplear el canal de Sketchfab como soporte, se articula en torno a una serie de vitrinas individuales en las que los materiales son presentados con una descripción breve –alusiva a sus datos identificativos, las circunstancias de su hallazgo y su lugar actual de conservación (Fig. 1)– acompañada, también, de una serie de anotaciones, normalmente generosas, sobre aspectos de detalle de cada uno de los materiales escogidos y que, en las vitrinas de material epigráfico (Fig. 2), dan entrada a los aspectos que, habitualmente, son objeto de las editiones principes de
490
Figura 2. Estela funeraria de Lucretia Crispini f(ilia) procedente de Los Bañales de Uncastillo (https://skfb. ly/6KPGr).
cualquier documento epigráfico: lectura, traditio, detalles onomásticos y tipológicos, aspectos cronológicos y prosopográficos, comentario histórico, etcétera. Este tipo de visores, como es lógico y como se está haciendo en otros proyectos21, mezclan las posibilidades y prestaciones de los Museos convencionales22 con la interactividad, accesibilidad y, también, inmediatez, del soporte en red23. De hecho, algunas de las “vitrinas” se configuraron apenas los materiales epigráficos fueron descubiertos, antes, incluso, de sus editiones principes convencionales. Así sucedió, por ejemplo, con el altar dedicado a la Victoria imperial, descubierto en abril de 2018 y que apenas dos meses después –antes de la publicación de la pieza a finales de ese mismo año24– estaba ya accesible en red (https://skfb.ly/6KsRZ). Idéntico fue el caso de una nota lapicidinarum hallada junto al foro de Los Bañales en el verano de 2016 y que, de hecho, se compartió inmediatamente en red (https://skfb.ly/6OtD8) para facilitar la discusión con colegas respecto de su texto, sentido y finalidad, sugerencias que se recogieron, en un claro ejemplo de trabajo colaborativo25, en la publicación de la pieza dos años después en la prestigiosa revista internacional Epigraphica26.
Sesión 5. 3. 1. Documentación epigráfica en Open Access A día de hoy, el visitante que, en número creciente, acude a la ciudad romana de Los Bañales y a las otras ciudades romanas de su entorno, no puede contemplar en ellas los elementos materiales –escultóricos, de decoración arquitectónica o epigráficos– que interactuaron con los edificios configurando un singular paisaje monumental. De igual manera, y centrándonos en el material epigráfico, gran parte de éste o se encuentra disperso en las exposiciones o en los depósitos de varios Museos –fundamentalmente Museo de Zaragoza, Museo de Navarra, en Pamplona, Centro de Arte y Exposiciones de Ejea de los Caballeros, Centro de Interpretación De Agri Cultura, de Layana, y Museo de la Orden de San Juan, de Castiliscar– o bien se halla depositado, para estudio, en dependencias de los consistorios de Uncastillo y de Layana o forma parte de colecciones particulares de diverso signo que complican, en buena medida, su accesibilidad cuando no, como sucede en algunos casos –como la monumental cupa de Chresima (https://skfb.ly/6O9Gw)– siguen abandonados en mitad del campo. Reunir en un mismo espacio, en red, todo ese material constituyó uno de los retos a los que el Museo Virtual trató de dar respuesta (Fig. 3)27 como medio, también, para subrayar el potencial monumental, histórico y arqueológico, patrimonial, en definitiva, de la zona. En cierta medida, se trataba de, siguiendo la metodología habitual de la investigación epigráfica –la elaboración de corpora28– trazar un corpus, ordenado digitalmente, de toda la epigrafía romana cincovillesa que guardase, de un modo u otro –por razón tipológica, cronológica o histórica– relación con la historia de la ciudad romana de Los Bañales que, obviamente, sólo puede entenderse a partir de su inserción en los patrones de urbanización atestiguados en el Ebro Medio y en la citada Comarca. A día de hoy, este espacio virtual es el único en el que el visitante puede contemplar el patrimonio epigráfico comarcal reunido quedando, como se ha dicho, además, cada modelo, totalmente anotado y comentado lo que facilita, desde luego, no sólo su uso investigador sino, también, su uso para difusión. A título de ejemplo, el Museo Virtual –que cuenta con más de 540 seguidores– es el único lugar en que, ahora mismo, el visitante puede contemplar el miliario de la legio IIII Macedonica que fuera recuperado en San Román de Castiliscar y que se guarda hoy, sin ser expuesto, en los almacenes del Museo de Navarra (https://skfb.ly/6O9GO). Otras piezas, como el miliario de Tiberio de Sádaba, se conservaban en una colección particular cuando se realizaron los trabajos de fotogrametría digital (https://skfb.ly/6LvOy) pero hoy pueden ya contemplarse en el Museo de Zaragoza. Del interés que el visionado y estudio de estos modelos despierta entre los públicos dan cuenta las cifras de visitas que, según pueden verse, acumulan algunos de los visores y que ponen de manifiesto de qué modo este tipo de Museos Virtuales pueden servir a la accesibilidad e interactividad del patrimonio. Un caso paradigmático en
Figura 3. Toma de datos, con fotogrametría digital, de varias de las inscripciones del Museo Virtual, por Pablo Serrano Basterra. este sentido, aunque no sea epigráfico, lo constituye el sarcófago de Castiliscar. Como es sabido, se trata de una de las piezas señeras de la Arqueología paleocristiana aragonesa. Al estar ubicado en la iglesia parroquial de Castiliscar y, por tanto –pese al esfuerzo que los voluntarios del Ayuntamiento de Castiliscar están haciendo para mostrarlo– no ser suficientemente accesible, acumula millares de visitantes en el Museo Virtual (https://skfb.ly/6KWxL) lo mismo que sucede, por ejemplo, con el retrato de Germánico descubierto en el foro de Los Bañales en 2014, aún en estudio por parte del equipo de investigación de Los Bañales (https://skfb.ly/6O9HR) o con el pedestal que recoge el cursus honorum de Sempronio Vítulo, aun en depósito en Layana y que puede verse, tan sólo, en algunas visitas guiadas de cuantas se desarrollan, periódicamente, en Los Bañales de Uncastillo (https:// skfb.ly/6O9HT). Lógicamente, las prestaciones de la fotogrametría digital han permitido, además, dotar de animación a algunas piezas –como la cupa y la crepido de Puyarraso, en Uncastillo, que, aunque fueran encontradas separadas, formaron parte, con seguridad, del mismo monumento (https://skfb.ly/6O9GH)– o, sencillamente, integrar en la misma vitrina piezas fracturadas de antiguo –como los dos fragmentos que formaron parte del titulus sepulchralis de C. Atilius Aquilus, reutilizado en caras opuestas del torreón de Sofuentes (https://skfb.ly/6KMyB)– u otras que, formando parte del mismo monumento, acabaron, por azares diversos de la investigación, en localizaciones diferentes, como el relieve con congeries armorum de Sofuentes que, todavía hoy, puede verse en el torreón de dicha localidad zaragozana y su continuación por el lado
491
Figura 4. Reintegración de la congeries armorum de Sofuentes (https://skfb.ly/6KMyF). derecho que se conserva en los almacenes del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, en Cordovilla, Pamplona (Fig. 4).
3. 2. Modelos 3D al servicio de la difusión Lógicamente, el patrimonio arqueológico, en general, y, en parte, el epigráfico en particular, resultan difíciles de entender para el gran público. La digitalización de material epigráfico, tal como ponen de manifiesto algunas recientes experiencias29, no sólo tiene una utilidad de difusión social directa del mismo material sino que, al permitir una documentación geométrica perfecta de la pieza en cuestión, habilita para el uso de la misma en cualquier tipo de soporte mejorando, ocasionalmente, las prestaciones de la fotografía que acompaña a las editiones de los documentos epigráficos o bien permitiendo disponer de una malla de referencia a partir de la cual, con el concurso de ilustradores y de recreadores gráficos, dar vida a esos materiales en vídeos de recreación. De todas esas potencialidades tenemos buenos ejemplos en Los Bañales. Así, por ejemplo, en la reciente publicación en la revista portuguesa Ficheiro Epigráfico de un singular grafito, con probable insulto, sobre sigillata Hispánica recuperado en una de las tabernae meridionales del foro de Los Bañales30, se pudo incluir una imagen más nítida, y con más contraste lumínico, del documento –para resaltar la cursiva, apenas perceptible– que habría resultado imposible de destacar a través sólo de la fotografía convencional tradicional (Fig. 5). De igual modo, el modelo 3D del Mausoleo de los Atilios de Sádaba (https://skfb.ly/6KKWu) sirvió como base para la integración del mismo, con el correspondiente atrezzo histórico, en un vídeo de recreación del propio acotado funerario, disponible en el canal de vídeos de Los Bañales en YouTube (https://youtu.be/vgu5tpk0DM4) (Fig. 6). También se emplearon los modelos 3D de los pedestales de Tiberio (https://skfb.ly/6KNQ9), Quinto Sempronio Vítulo (https://skfb.ly/6O9JM y https:// skfb.ly/6O9HT) y Cayo (https://skfb.ly/6O9JQ) y Lucio César (https://skfb.ly/6O9JS) en la recreación del foro de la ciudad romana que formó parte de la App interactiva diseñada para autoguiar la visita al foro de Los Bañales (Fig. 7) 31, otro formato extraordinariamente pionero en materia de mediación patrimonial.
492
Figura 5. Grafito sobre terra sigillata procedente de Los Bañales, modelo 3D y tratamiento del mismo para resalte de inscripción (https://skfb.ly/6O9K8).
Figura 6. Capturas del modelo 3D del acotado funerario de los Atilios de Sádaba (https://skfb.ly/6KKWu) y del vídeo de animación del mismo.
Figura 7. Modelos 3D del pedestal de Tiberio del foro de Los Bañales, reintegrado, en el pedestal de la derecha, en vídeo de recreación de la App de Los Bañales (https://cutt.ly/zexNXXz).
Sesión 5. Quizás en este sentido, y a efectos de difusión volcada al circuito científico, deba citarse un hito bibliográfico que ha nacido del trabajo de confección de este Museo Virtual de Los Bañales. En febrero de 2019, en el número correspondiente a ese año de la revista Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra fue insertado, por primera vez, un OBJ como ilustración de una nueva inscripción, dada entonces a conocer, procedente del Cabezo Ladrero de Sofuentes, el epitafio de Iunius Masclus y Claudia Thaumaste (Fig. 8)32. Hasta donde sepamos, esta publicación ha sido la primera en alojar, además de una fotografía convencional de la inscripción, un modelo 3D interactivo que había sido generado, además, para el propio Museo Virtual. Las posibilidades, antes descritas, que ofrecen los modelos tridimensionales generados con fotogrametría permiten pensar que, pronto, serán más las publicaciones epigráficas que sustituyan las fotografías convencionales por la tercera dimensión interactiva mucho más eficaz para facilitar a la comunidad científica una crítica de las propuestas de lectura que caracterizan la labor de todo epigrafista.
Figura 8. Mallado y captura del modelo 3D de una estela procedente de Sofuentes, hoy en el Museo de Castiliscar (https://skfb.ly/6KBWP).
Huelga aquí insistir, también, en las posibilidades pedagógicas que la explotación de estos modelos 3D tiene en medios académicos normalmente alejados de los discursos científicos33 y más en una disciplina, la Epigrafía, de cada vez menor presencia en los planes de estudio de las titulaciones universitarias34. En el caso de la App para dispositivos móviles antes citada, su uso, como se ha demostrado en otros casos europeos, ha ayudado a una mejor puesta en valor y un más apropiado disfrute del patrimonio arqueológico35 con la adecuada integración de la documentación epigráfica en el mismo a partir del recurso a la realidad aumentada.
3. 3. Mejora de las competencias lectoras del epigrafista Al margen de todas las prestaciones anotadas hasta aquí, es evidente que las potencialidades investigadoras que ofrecen los modelos 3D no han pasado desapercibidas en la ciencia arqueológica y, por tanto, tampoco en el trabajo con material epigráfico36 en el que la lectura de los tituli resulta el reto fundamental. Es en este punto en que, como está sucediendo de manera creciente con otros proyectos epigráficos37, la realización de los modelos 3D que conforman el Museo Virtual de Los Bañales nos ha regalado más satisfacciones a partir, fundamentalmente –y entre las muchas herramientas posibles que van, progresivamente, surgiendo38– del recurso a la generación de modelos de alta resolución y a partir del ensayo de técnicas de tratamiento cromático, y lumínico, de los modelos 3D para la lectura de inscripciones dañadas sistemas ambos que han generado protocolos de trabajo que, a buen seguro, podrían aplicarse a inscripciones con las mismas peculiaridades, como, de hecho, hemos tenido ocasión de hacer con material epigráfico de otros yacimientos39. Así, el reto con estas inscripciones que ofrecían problemas de lectura ha sido doble. Por un lado, una adecuada toma de datos para la generación de un modelo de alta resolución. Para ello, con el objeto de conseguir una adecuada definición geométrica de la pieza se ha partido, siempre, de un aumento del número de polígonos con que ésta se documenta de cara a aumentar el detalle y la precisión de los mismos, algo que sólo es posible realizando un número elevado de fotografías que, desde ángulos diferentes, faciliten una cobertura total de la pieza y, en los casos que se exponen como ejemplos, especialmente un registro óptimo de la superficie de la misma, del campo epigráfico. Una vez tomadas esas fotografías, se procede a un proceso de alineado de aquéllas empleando Agisoft Metashape o RealityCapture para que la malla del modelo 3D sea lo más precisa posible contando, lógicamente, con el auxilio de unas buenas
Figura 9. Captura del modelo 3D HQ de la inscripción de Plotia, en la ermita de Nuestra Señora de Los Bañales (https://skfb.ly/6Lnnt).
493
Figura 10. Capturas del modelo 3D, disponible en alta (https://skfb.ly/6Lnn9) y normal resolución (https://skfb.ly/6O9Gw), de una cupa de la necrópolis de Los Bañales
Figura 11. Estela del Collado de Malvar de Castiliscar sobre la que se aplicó un protocolo de aplicaciones de diseño 3D para la mejor lectura del titulus (https://skfb.ly/6KQMS).
prestaciones de la tarjeta gráfica del equipo informático empleado. Con esa técnica hemos conseguido descifrar una primera línea de una inscripción, alusiva a una tal Plotia, empotrada en la ermita de Nuestra Señora de Los Bañales (Fig. 9) y, también, confirmar el cognomen del comitente de una de las cupae mayores del catálogo peninsular, ubicada en la ladera occidental de El Pueyo de Los Bañales, Paramythius, pieza muy dañada por la erosión (Fig. 10). Este último caso vuelve a poner de manifiesto que el recurso a estas nuevas tecnologías en la documentación geométrica del patrimonio no sustituye la autopsia tradicional, pero, desde luego, sí la complementa aportándole una eficacia mucho mayor.
Este ha sido el procedimiento empleado para la lectura del campo epigráfico, muy dañado por la erosión y la exposición a los elementos, de una hermosa estela funeraria recuperada hace ya algunas décadas en la uilla que ocupó, en el costado occidental del término municipal de Castiliscar, la partida de Collado de Malvar. Aunque la lectura debe tomarse con prudencia, todo parece indicar que entre los nombres incluidos en el titulus figuró el de un Caluentius, que, hasta la fecha, constituía un hápax en la epigrafía de estas latitudes (Fig. 11). Como puede verse en la bibliografía de la editio princeps de este documento, el protocolo empleado en este trabajo se está extendiendo como recurso habitual del epigrafista para el trabajo con textos dañados41.
Aplicando ese mismo registro detallado en alta resolución, mediante el empleo de aplicaciones de diseño 3D que ofrece el software Blender, podemos acometer el resalte de determinados aspectos de la pieza que puedan interesarnos para una mejor lectura de, si es el caso, los caracteres dañados de su texto. Así, para este fin se ha revelado que los mejores resultados se obtienen eliminando la textura de color original de la pieza –pues, a menudo entorpece o distrae de su interpretación– y sustituyendo ésta por un material virtual que permita visualizar mejor los relieves. Puede tratarse simplemente de un acabado (shader) que la acentúe –por ejemplo, metalizado en combinación con luz cruzada–, pero también es posible añadir la conversión a escala de color de determinados atributos de la geometría: mapa de alturas –interesante para soportes aproximadamente planos, como el campo epigráfico de una inscripción–, pointiness –concentración de vértices–, o normales –orientación de las caras–. Excepcionalmente, también la textura de color puede proporcionar información importante, siempre que el objeto conserve restos de pigmento o coloración diferencial de ciertas zonas, como, por ejemplo, concreciones calcáreas. Para resaltar estas características, podemos aplicar sobre la propia textura filtros digitales, como los empleados con notable éxito para la interpretación de pinturas rupestres40, y obtener renderizados –es decir, fotos virtuales del modelo– en los que se aprecie el color así resaltado.
494
En definitiva, un Museo Virtual como éste –que, cuando se escriben estas líneas siguen más de medio millar de usuarios– es evidente que constituye algo más que un simple espacio interactivo en el que profesionales y aficionados a la Antigüedad Clásica puedan encontrar modelos 3D a su disposición. La generación de los modelos tridimensionales y geométricos que en él se comparten –y que tan buen servicio prestan para que el gran público entienda un yacimiento como Los Bañales, que nos ha regalado algunos de los materiales arqueológicos más valiosos y representativos del legado romano en Aragón– ha permitido, en su elaboración, ensayar una serie de técnicas de documentación que – como se ha visto– están directamente orientadas a una mejor inteligibilidad de esos materiales, a su mejor lectura y, sobre todo, a la realización de una investigación epigráfica no sólo más abierta y social sino, también, más competitiva colocando de ese modo, con este proyecto, la ciencia aragonesa –en este caso la Epigrafía Latina– en la cúspide de la innovación tecnológica.
AGRADECIMIENTOS El desarrollo de la Sección Epigráfica del Museo Virtual de Los Bañales (https://sketchfab.com/banalesmuseovirtual/ collections/epigrafia) ha sido posible gracias al trabajo de un equipo formado por el firmante de estas líneas, por el técnico en fotogrametría 3D Pablo Serrano Basterra y por
Sesión 5. la historiadora y epigrafista Egizia Felice, de la University of Oxford, Reino Unido. Como se dijo en la nota inicial, el empuje económico para el arranque del mismo nació de una ayuda a la investigación en el marco del convenio de colaboración UNED de Tudela/Obra Social La Caixa/ Fundación Caja Navarra en la convocatoria de proyectos de dicha entidad en el año 2014 y, posteriormente, de una ayuda del Programa LEADER gestionado por ADEFO Cinco Villas y con participación de los consistorios de Uncastillo, Biota, Sádaba y Layana articulada bajo el título “Nuevas tecnologías para la puesta en valor del patrimonio romano de la Comarca de Cinco Villas”. Sirvan estas líneas como manifestación de gratitud a esas personas e instituciones, tan implicadas, así como a quienes –en sus domicilios particulares o en los museos– nos han permitido el acceso a los materiales para la toma de datos y documentación tridimensional de los mismos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Andreu, J. (2019): “Archaeology to go. Una aplicación móvil para la promoción de un yacimiento arqueológico y para el fomento de las vocaciones científicas: una experiencia en Los Bañales de Uncastillo, Zaragoza”, en Munilla, G. (ed.): Musealizando la protohistoria peninsular, Barcelona, pp. 139-206. - (2019): “Un nuevo ‘titulus sepulchralis’ en territorio vascón (Cabezo Ladrero, Sofuentes, Zaragoza)”, Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra, 27, pp. 153-161, disponible en: https://doi. org/10.15581/012.27.006 [Accesado el 26 de octubre de 2019] - (2018a): “La ciudad romana de Los Bañales (Uncastillo, Zaragoza): estrategias para la conservación, socialización y dinamización del patrimonio arqueológico”, en Lorenzo, J. I. (ed.) Actas del Congreso Nacional de Arqueología Profesional CNaP, Zaragoza, CDL Aragón, pp. 373-383. - (2018b): “Una nueva inscripción romana con numeral procedente de la Tarraconense (Los Bañales de Uncastillo, Zaragoza)”, Epigraphica, 80, pp. 201-208. Andreu, J. e I. Delage (2017: “Un singular grafito sobre sigillata Hispánica hallado en Los Bañales de Uncastillo, Zaragoza (conuentus Caesaraugustanus)”, Ficheiro Epigráfico, 152, pp. 609-614. Andreu, J., P. Ozcáriz y Tx. Mateo (2019): Epigrafía romana de Santa Criz de Eslava (Eslava, Navarra), Faenza, Fratelli Lega Editori. Andreu, J., y L. Romero (2018): “Un altar cilíndrico a la Victoria en el foro de Los Bañales de Uncastillo (Zaragoza, España)”, Studia Historica. Historia Antigua, 36, pp. 117-134. Andreu, J., y P. Serrano Basterra (2019a): “Epigrafía 3D: posibilidades de la digitalización de inscripciones romanas en el marco de la Epigrafía Digital”, en Revilla, V., A. Aguilera, Ll. Pons, M. García Sánchez (eds.) Ex
Baetica Romam. Estudios sobre economía, sociedad e instituciones de la Antigüedad. Homenaje al Profesor José Remesal, Barcelona, Instrumenta, pp. 89-126. - (2019b): “Contributions of digital photogrammetry and 3D modelling of Roman inscriptions to the reading of damaged tituli: an example from the Hispania Tarraconensis (Castiliscar, Saragoza)”, Digital Applications in Archaeology and Cultural Heritage, 91, pp, 1-17. - (2019c): “Utilidades de la fotogrametría digital 3D en la investigación epigráfica y en la transferencia social de sus resultados: el caso del Museo Virtual de Santa Criz de Eslava (Navarra)”, Cuadernos del Marqués de San Adrián, 11, pp. 107-128. Angás, J. (2019): Documentación geométrica del patrimonio cultural. Análisis de las técnicas, ensayos y nuevas perspectivas, Zaragoza, Institución Fernando el Católico. Babeu, A. (2011): “Rome, wasn’t digitalized in a day”: building a Cyberinfrastructure for Digital Classics, Washington, Council on Library and Information Resources. Bagnall, R. S., y Heath, S. (2018): “Roman Studies and Digital Resources”, Journal of Roman Studies, 108, pp. 171-189. Beltrán Lloris, F. (2008): “Prólogo”, en Díaz, B., Epigrafía Latina Republicana de Hispania (ELRH), Barcelona, Instrumenta, pp. 13-15. - (1986): “Epigrafía y onomástica de las Cinco Villas”, en Actas de las I Jornadas de Estudio sobre las Cinco Villas, Ejea de los Caballeros, Centro de Estudios Cinco Villas, pp. 53-94. Boehler, W., y A. Mars (2004): “3D Scanning and Photogrammetry for heritage recording: a comparison”, en Geoinformatics 2004. Proceedings of the 12th International Conference on Geoinformatics. Geospatial Information Research: Bridging the Pacific and Atlantic (Gävle 2004), Gävle, University of Gävle, pp. 291-298. Bonacini, E. (2011): Nuove tecnologie per la fruizione e valorizzazione del patrimonio culturale, Roma, Aracne Editrice. Bozia, E., A. Barmpoutis y R. S. Wagman (2014): “Open-acces Epigraphy. Electronic Dissemination of 3D-digitized archaeological material”, en Proceedings of the Internacional Conference on Information Technologies for Epigraphy and Digital Cultural Heritage in the Ancient World (EAGLE 214, París), Roma, Editrice Sapienza, pp. 421-435. Davies, J., y J. Wilkes (ed.) (2012): Epigraphy and the Historical Science, Oxford, Oxford University Press. De Santis, A., e I. Rossi (2019): Crossing Experiences in Digital Epigraphy: from practice to discipline, Berlín, De Gruyter.
495
Dirksen, D. (1997): Optical technologies in the Humanities, Heidelberg, Springer. Espinosa, D., y M. Carrero-Pazos (2018): “Tecnologías digitales para el estudio, la difusión y preservación del patrimonio histórico y cultural gallego: contribuciones al Proyecto Epigraphica 3.0”, Sémata. Ciencias Sociais e Humanidades, 30, pp. 461-478. Fatás, G., y M. Martín-Bueno, (1977): Epigrafía romana de Zaragoza y su provincia, Zaragoza, Institución Fernando el Católico. Feraudi-Gruénais, F. (s. f.): Digital Epigraphy am Scheideweg?/Digital Epigraphy at a Crossroad, Heidelberg, Universität Heidelberg, s. pp., disponible en http://archiv.ub.uni-heidelberg.de/ volltextserver/22141/1/DigitalEpigraphy_FFGFG_09112016.pdf [Accesado el 26 de octubre de 2019] Feraudi-Gruénais, F., y F. Grieshaber (2018): Empfehlungen für eine offene kollaborative Plattform für die antike Epigraphik – epigraphy.info, Heidelberg, Universitätsbibliothek Heidelberg, s. pp., disponible en http://archiv.ub.uni-heidelberg.de/ volltextserver/24674/1/epigraphy-info_Empfehlungen_ Feraudi_Grieshaber_062018_de-en.pdf [Accesado el 26 de octubre de 2019] Guarnieri, A., F. Pirotti y A. Vettore (2010): “Cultural heritage interactive 3D models on the web: an approach using open source and free software”, Journal of Cultural Heritage, 11-3, pp. 350-353. Hübner, E. (1869): Corpus Inscriptionum Latinarum. II. Inscriptiones Hispaniae Latinae, Berlín, Reimer. Hughes, L. (2017): “Infraestructures for Digital Research: new opportunities and challenges”, en Orlandi, S., R. Santuci, F. Mambrini y P. Liuzzo (eds.), Digital and Traditional Epigraphy in Context. Proceedings of the EAGLE 2016 International Conference, Roma, Editrice Sapienza, pp. 37-53. Koller, D., B. Frischer y G. Humphreys (2009): “Research challenges for digital archives of 3D cultural heritage models”, Journal on Computing and Cultural Heritage, 2-3, pp. 1-17. Le Roux, P. (2019): “Q. Sempronius Vitulus et l’ala Tauriana (les inscriptions de Los Bañales de Uncastillo, Saragosse)”, en Ortiz de Urbina, E., y G. Cruz-Andreotti (eds.) A uerbis ad scripta. Studia epigraphica et histórica. Homenaje a Juan Santos Yanguas, Vitoria, Anejos de Veleia, pp. 125-146.
496
Licordari, F. (2017): “Latin Epigraphy for the visually impaired. New technologies to favor universal accesibility”, en Orlandi, S., R. Santuci, F. Mambrini y P. Liuzzo (eds.), Digital and Traditional Epigraphy in Context. Proceedings of the EAGLE 2016 International Conference, Roma, Editrice Sapienza, pp. 287-300. Manenova, M., y L. Chadimová (2015): “3D models of historical objetcs in teaching at the 1st level of primary school”, Procedia. Social and Behavioral Sciences, 171, pp. 830-836. Ramírez Sánchez, M. (2013): “La docencia universitaria de la Epigrafía y Numismática en los nuevos títulos de Grado en Historia”, Documenta & Instrumenta, 11, pp. 171-191. Ramírez Sánchez, M., J. P. Suárez-Rivero y Mª Á. Castellano Hernández (2014): “Epigrafía digital: tecnología 3D de bajo coste para la digitalización de inscripciones y su acceso desde ordenadores y dispositivos móviles”, El profesional de la información, 23-5, pp. 467-474. Romero, L., y Andreu, J. (2018): “El programa escultórico del foro de la ciudad romana de Los Bañales: novedades y aspectos iconográficos, programáticos e históricos”, en Márquez, C., y D. Ojeda (eds.) Escultura Romana en Hispania. VIII, Córdoba, Universidad de Córdoba, pp. 365-378. Santacana, J. y C. Martín Piñol (eds.) (2010): Manual de museografía interactiva, Gijón, Trea Editories. Serrano Basterra, P. (en prensa): “Posibilidades museográficas de los Museos Virtuales 3D: Los Bañales y Cortes de Navarra”, en X Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica (Burgos, 2017), Burgos, Universidad de Burgos, s. pp. Styliani, S., F. Liarokapis, K. Kostas y P. Petros, (2009): “Virtual museums, a survey and some issues for consideration”, Journal of Cultural Heritage 10-4, pp. 520-528. Velázquez, I., y D. Espinosa (en prensa): Epigraphy in the Digital Age: Chances and Challenges of the Recording, Analysis and Dissemination of Epigraphic Texts, Oxford, British Archaeological Reports. Vértes, K. (2014): Digital Epigraphy, Chicago, Oriental Institute of the University of Chicago.
Sesión 5.
NOTAS ACLARATORIAS
1 _ Hübner 1869, 403-404. 2 _ Beltrán Lloris 1986. 3 _ Romero y Andreu 2018. 4 _ Le Roux 2019, 139-140. 5 _ Andreu, Ozcáriz y Mateo 2019, 10-14. 6 _ Andreu 2018(a). 7 _ Andreu y Serrano Basterra 2019(a) y 2019(c). 8 _ Boehler y Marbs 2004, 298. 9 _ Feraudi-Gruénais s. f. 10 _ Andreu y Serrano Basterra 2019(a), 89-92. 11 _ Boehler y Marbs 2004, 202. 12 _ Licordari 2017, 295. 13 _ Boehler y Marbs 2004, 298. 14 _ Davies y Wilkes 2012 así como Babeu 2011. También es útil el volumen Dirksen 1997 para contrastar la evolución en este ámbito, en parte trazada por Bagnall y Heath 2018. 15 _ Hughes 2017, 45. 16 _ Bozia, Barmpoutis y Wagman 2014, 426 además de Ramírez Sánchez, Suárez-Rivero y Castellano Hernández 2014, 468. 17 _ Licordari 2017, 295. 18 _ Bozia, Barmpoutis y Wagman 2014, 427-428. 19 _ Entre ellas, especialmente, Journal of Cultural Heritage, Journal of Archaeological Science, Journal of Computer Applications in Archaeology , Journal of Computing and Cultural Heritage o Digital Applications in Archaeology and Cultural Heritage, revistas que se han convertido en órganos editoriales prueba de la madurez alcanzada por la Epigrafía Virtual y, en general, también, por la Arqueología Virtual. Los manuales de Vértes, 2014 y la miscelánea de experiencias de De Santis y Rossi 2019, son buena muestra del nivel de desarrollo alcanzado por esta especialidad de la Epigrafía tradicional. 20 _ Gonizzi y Guidi 2013, 156. 21 _ Guarnieri, Priotti y Vettore 2010 además de Andreu y Serrano Basterra 2019(a) 22 _ Santacana y Martín Piñol 2010. 23 _ Styliani, Fotis, Kostas y Petros 2009. 24 _ Andreu y Romero 2018. 25 _ Sobre éste, en la moderna epigrafía virtual debe verse Féraudi-Gruénais y Grieshaber 2018. 26 _ Andreu 2018(b). 27 _ Serrano Basterra en prensa. 28 _ Beltrán Lloris 2008, 14. 29 _ Andreu y Serrano Basterra 2019(c). 30 _ Andreu y Delage 2017. 31 _ Andreu en prensa. 32 _ Andreu 2019. 33 _ Manenova y Chadimová 2015. 34 _ Ramírez Sánchez 2013. 35 _ Bonacini 2011. 36 _ Koller, Frischer y Humphreys 2009. 37 _ Una panorámica podrá verse en Velázquez y Espinosa en prensa. 38 _ Espinosa y Carrero-Pazos 2018. 39 _ Andreu, Ozcáriz y Mateo 2019, 50-54, nº 13. 40 _ Angás 2019, 83-100. 41 _ Andreu y Serrano Basterra 2019(b)
497
498
Sesión 5
5.4. UN ENFOQUE HERMENÉUTICO - ARQUEOLÓGICO A ORNAMENTA GEMMARUM: LA BODA DE CADMO Y HARMONÍA EN LA MALENA (AZUARA, ZARAGOZA) AN HERMENEUTIC - ARCHAEOLOGICAL APPROACH TO ORNAMENTA GEMMARUM: THE MARRIAGE OF CADMUS AND HARMONIA IN LA MALENA (AZUARA, ZARAGOZA) 1
2
Esperanza Ortiz Palomar y Juan Á. Paz Peralta 1
2
Arqueóloga Museo de Zaragoza, conservador y arqueólogo
Autor de contacto/Contact author: Esperanza Ortiz Palomar, esperanzaypaz@telefonica.net
RESUMEN Este artículo plantea un estudio preliminar de los ornamenta gemmarum más simbólicos representados en el mosaico principal de La Malena (La Boda de Cadmo y Harmonía). La composición con tesserae de vidrio sirve de vehículo técnico, capturando el realismo. Se contrastan ekphrasis de creaciones verbales y visuales afrontadas, especialmente para el desaparecido collar de Harmonía descrito por algunos autores, como Nono de Panópolis (Dionysiaca, - Canto V-). Una exploración inicial de las joyas representadas en el mosaico nos permite algunas nuevas observaciones sobre piezas, materiales, técnicas de orfebrería y especular en cuanto al propósito de un objeto. Una representación que nos puede parecer bastante caprichosa y arbitraria pudo haber otorgado mensajes simbólicos a sus portadores. Un tema complejo es la migración de símbolos y el sincretismo simbólico. Este mosaico constituye un documento que resume una de las tesis mantenidas y verificadas en el curso del Proyecto de Investigación FIVILA: la importancia de detectar cómo las fuentes antiguas, los objetos materiales y la iconografía no coetáneas pueden encontrarse y relacionarse entre sí, hecho especialmente acusado en ornamenta, mostrando «discordancias» cronológicas razonadas y justificadas. PALABRAS CLAVE: Ekphrasis; Vidrio; Gemas; Joyas; Dionysiaca; Iconotropía.
ABSTRACT This paper faces a preliminary study of the most symbolic gemmarum ornamenta represented in the main mosaic of La Malena. The mosaic depicts «The Marriage of Cadmus and Harmony». The composition with glass tesserae serves as a technical vehicle capturing the realism. Ekphrasis of verbal and visual creations are contrasted, especially for the missing Harmonia’s necklace described by some authors, such as Nono de Panópolis (Dionysiaca, - Canto V-). An initial exploration of the jewels represented in the mosaic allows us some new observations on objects, materials and goldsmithing techniques, and we can speculate as to an object’s purpose. A representation that may seem quite whimsical and arbitrary to us may have conveyed symbolic messages to their wearers. A complex matter is the migration of symbols and the symbolical syncretism. This mosaic constitutes a document that summarizes one of the theses mantened and verified in the course of the FIVILA Research Project: the importance of detecting how ancient sources, material objects and noncontemporary iconography can be found and related to each other, a fact especially marked in ornamenta, showing reasoned and justified chronological «discordances». KEYWORDS: Ekphrasis; Glass; Gemstones; Jewellery; Dionysiaca; Iconotropy.
Este trabajo constituye una extensión del proyecto de investigación FIVILA del Ministerio de Economía y Competitividad: (HAR2015-64142-P) (MINECO/ FEDER, UE). Investigador principal: Miguel Cisneros Cunchillos (Universidad de Cantabria).
499
Figura 1. Fotocomposición. Detalle de la imagen de Harmonía en el mosaico de La Malena. Damnatio memoriae. “Borrado” del collar de Harmonía, post quem 409. En la zona de las teselas saqueadas donde se encontraba el collar se ha superpuesto la restitución virtual de la joya, según E. Ortiz y J. Á. Paz. (Foto mosaico: J.I. Royo).
500
Sesión 5.
Figura 2. Fotocomposición. La Malena (Azuara, Zaragoza); panel central de la estancia 26 del mosaico con la representación de la boda de Cadmo y Harmonía (Dextrarum iunctio inter coniuges); fuente de la imagen: http://www. patrimonioculturaldearagon.es/bienes-culturales/yacimiento-la-malena-azuara-zaragoza. Teselas de vidrio procedentes de La Malena; Museo de Zaragoza; fotos. J. Garrido.
1. INTRODUCCIÓN La exploración hermenéutica viaja del ámbito de lo legible, al bidimensional y gráfico y de este al terreno de lo tridimensional y material. En su recorrido evolutivo, ha integrado la interpretación de la comunicación escrita con la gráfica y los artefactos, abriendo un horizonte muy sugestivo para la investigación. La escena analizada es la representada en el panel central de la estancia 26 perteneciente a la edificación o mansión rural del yacimiento de La Malena en Azuara (Zaragoza). Se ha identificado con el retrato de las bodas de Cadmo y Harmonía a la que asisten varios dioses del Olimpo (Fernández Galiano, 1992). El establecimiento fue interpretado por Fernández-Galiano y Blázquez como el centro de una comunidad religiosa de cultos paganos, considerando al mosaico un importante documento de las religiones mistéricas, hallado en un
cabirion, posiblemente residencia de una comunidad de creyentes en los misterios de Samotracia; hipótesis que no comparte Arce, y cuyas valoraciones del espacio dejamos al margen (cuestión planteada en Paz Peralta 1997: 180-185). Representa el acto matrimonial referido a los cónyuges, Cadmo y Harmonía, de estrecharse la mano derecha (dextrarum iunctio inter coniuges). El trabajo musivo compone un relevante muestrario para opus tessellatum en vidrio (Fig. 2). Los vidrieros proporcionaron a los artistas una herramienta ilimitada de resultados coloridos, efectistas, prístinos, configurables y simulados, donde la paleta policroma de teselas y las incoloras con pan de oro aportaron rigor a los objetos de adorno personal representados. Se han considerado algunos textos literarios ad hoc, en relación con los ornamenta gemmarum plasmados, y los diferentes restos arqueológicos conocidos.
501
2. OBJETIVOS . Hacer comprensible el patrimonio arqueológico o acercarlo a la comprensión, es el objetivo último y una de las motivaciones del trabajo. . Junto a lo cromático y técnico, nos interesa la representación de ornamenta gemmarum; poniendo el foco, en primer lugar, en la identificación de piedras preciosas y su simbolismo. El adorno personal se encuentra, fundamentalmente, formando diademas, pendientes, collares y broches. . Traducir en clave arqueológica las descripciones aportadas por los textos antiguos. . Paralelamente, el conjunto, per se, contiene mensajes, e, individualmente, animales y gemas son metáforas visuales. Por ello, es ineludible completar la lectura del cuadro y analizar los “símbolos dentro del símbolo”. . Complementar las lagunas arqueológicas con las informaciones que aportan las fuentes literarias y, viceversa. . Definir y afinar la datación de las fases de ocupación en la Antigüedad tardía del yacimiento, e interrelacionar algunos otros elementos o aspectos del mismo.
3. METODOLOGÍA Nos acercamos al mosaico principal de La Malena para indagar desde el interior de ciertos contenidos, mediante un proceso de apertura a las imágenes. La anticipación del significado global del cuadro, ya avanzado por Dimas Fernández-Galiano, es una guía en la interpretación de las partes que genera un estudio de retroalimentación. La tipificación arqueológica de piedras preciosas y simbolismo, reside en: 1) Su vínculo con los portadores. 2) Los parámetros de color y pureza. 3) El tamaño o proporción relativo a las figuras o absoluto respecto a otras joyas. 4) El trabajo técnico-artístico, composición o filigrana. El proyecto hermenéutico es posible gracias a un reconocimiento arqueológico exhaustivo de hallazgos, materiales y técnicas de fabricación, así como de la interacción de distintos ámbitos de la Arqueología e Historia Antigua dando sentido y visibilidad a los datos que aportan las fuentes literarias. La metodología, en uso de las herramientas adecuadas, ha de considerar el lenguaje del mito y el forjado cultural, comercial, de creencias, social, etcétera, al que pertenece el objeto de estudio. La fusión de las divinidades se reconoce como un ejemplo de interconexión vital y es preceptivo en este análisis advertir el potencial solapamiento o desdoblamiento de imágenes. La aceptación de las formas culturales romanas, ofrecía ciertas libertades en la preservación de algunos cultos locales y hubo un complejo entramado de sincretismos religiosos e interpretationes, desembocando
502
en un resultado final de fagotización de las tradiciones nativas indígenas por el conquistador. El protagonismo de las piedras preciosas con un guión mitológico y tradicional, orienta la interpretación de estos materiales. Las gemas han de tomarse en la iconografía como un elemento retórico, que tiene su fundamento en la comparación o en la analogía. La metáfora es un recurso constante utilizado en los relatos y los mitos transmiten estereotipos. El uso del vidrio en época antigua para la fabricación de joyas, a veces combinado con gemas auténticas, da mayor fiabilidad a la definición que se establece para el mismo material en otro registro artístico.
4. RESULTADOS 4.1. Ornamenta gemmarum Se describen y estudian los objetos de adorno personal más relevantes y representativos que portan los personajes principales de la escena. * Zeus. El «dorado laurel de su corona» es una de las escasas citas recogidas en las publicaciones (Fernández-Galiano Ruiz 1992: 163). La corona aurea que porta Zeus lleva una gema central (stephanos lithos), como elemento protagonista (Karali y Saliari, 2014: 258). La piedra es de color verde y simula una esmeralda. Está rodeada, a su vez, por pequeñas piedras rojas a modo de rubíes o granates (Fig. 3). Sus elementos e importancia señalan al portador como máxima autoridad de la reunión. La esmeralda se asoció con los dioses solares (Teofrasto, De lap. 24). Plinio (HN., 37, 74) transmite que «Teofrasto informa, en los comentarios egipcios que el rey de Babilonia envió al rey de Egipto, como presente, una esmeralda de cuatro codos de largo y tres de ancho. El mismo autor dice que Egipto, en un Templo de Júpiter, hay obeliscos con cuatro esmeraldas, de cuarenta codos de altura, y cuatro codos de ancho en un extremo y dos en el otro». La «corona de ojo», con una piedra preciosa central y destacada, remonta a época egipcia. Posteriormente, la corona de hojas de oro con gran gema en el centro constituyó la representación estándar de la corona cívica (Moralee, 2004: 53-54). A mediados del siglo IV siguió enriqueciéndose y las joyas perimetrales distinguieron al modelo imperial establecido (Riccardi, 2000: 110). El tipo con gemas rodeando la corona se denominó stephanos dialithos, como en el protocolo ceremonial de Constantino VII Porphyrogenitus (De cerimoniis aulae Byzantinae). En el siglo IV al VII incluía piedras y perlas (Karali, Saliari, 2014: 258). Desde la época de Constantino a través de todo el siglo IV, las joyas alternaban con elementos de
Sesión 5.
Figura 4. Fondo de oro de vidrio con representación de corona láurea y gema central presidiendo la escena de boda. Siglos IV-V d.C. The Metropolitan Museum, nº 15.168. Figura 3. Detalle del rostro de Zeus donde se aprecia la corona de laurel, corona triunfal, con el stefanos lithos (piedra central). Fuente de la imagen: http://www. descubrecampodebelchite.com/pois/detail.dot?id=7758.
hojas o asumían dos filas. En ambos casos, los puntos focales eran una gran joya central sobre la frente y unas cintas enjoyadas colgaban por detrás (Stout, 1994: 88, fig. 5.20). Especialmente sintético es un fondo de oro en el que confluyen: la corona de ojo, asociada a la divinidad como máxima autoridad a la que representa simbólicamente, en un acto de Dextrarum iunctio inter coniuges, y en una escena que capta un momento y ambiente cultural de época cristiana (Fig. 4).
b) Capta las formas, expresión y composición. La estructura de la pieza la formarían dos serpientes desplazándose y frontales o una anfisbena, cuyos ojos son rubíes (Fig. 5), siendo el uso de gemas para potenciar la fuerza de la mirada muy utilizado en la Antigüedad, probablemente en la creencia de la potencia mágica de los ojos. El color rojo tampoco resulta aleatorio, siendo uno de los más utilizados iconográficamente contra el aojo, en época romana (Ortiz y Paz, en prensa). Entre las mandíbulas abiertas de ofidio había un águila, posiblemente a modo de colgante. Se encontraría desplegando sus alas y atacando las bocas amenazantes del depredador. A menudo, prevalece esa iconografía del águila dominante sobre o frente a la presa, con frecuencia una serpiente (Fig. 6).
* Harmonía. El collar de Harmonía sufrió una extracción delimitada y planeada (Fig. 1). - Los textos literarios aluden a la mitología y transmiten un prototipo serpentiforme asociado a una composición faunística. La exhaustiva y poética descripción del canto cinco de las Dionisiacas de Nono de Panópolis (el relato literario en: Miguélez-Cavero, 2017), hacia mitad del siglo V, refiere un aderezo muy excepcional combinando detalles y abstracción, realismo y estrategias retóricas según otros autores (Miguélez-Cavero, 2017: 197); sin embargo, es posible diseccionar el texto para concretar o ampliar su información: a) Define las materias primas utilizadas. Oro, para el armazón, gemas de la India para su ornamento (jaspe, ópalo blanco, perla, ágata, rubíes, esmeralda), cristal de roca con inclusiones y posiblemente vidrio y/o esmalte.
Figura 5. Brazalete de oro y vidrio; Museum of Fine Arts, Houston. Nº 37.48. Fuente de la imagen: https://www.mfah.org/art/detail/4 5010?returnUrl=%2Fart%2Fsearch%3Fq%3Droman% 26page%3D5
503
En su diseño se especifican cuatro gemas, una en cada ala, muy similar a la disposición que muestra alguna pieza de orfebrería, igualmente representando la figura de un águila con las alas desplegadas (Fig. 7). La iconografía cuatrialada, a la que podría referirse Nono de Panópolis, deriva de la mitología sumeria que se prolonga hasta época aqueménida (Fig. 8). El análisis iconológico, pone de relieve la migración de símbolos que manda en la iconografía y que se observa dilatado en el tiempo, hasta la última fase de habitación en el yacimiento. Dicha evolución cultural puede aplicarse al águila y a otras imágenes representadas en el mosaico. En otro plano inferior, se detalla una esmeralda central a modo de mar con cristal de roca por espuma, especies acuáticas en oro, moviéndose, un delfín y pájaros multicolores. Se podría concebir al águila sobre la
Figura 8. Animal mitológico con cuatro alas. Oro y gemas; altura: 8 cm. Época Aqueménida, siglo IV a.C.; Miho Museum (Shigaraki, Japón); Inagaki, 2019: 62-63, fig. 022. esfera verde/azul, ligada a su iconografía (Fig. 9) y la espuma haber sido una ilusión de inclusiones gaseosas o del aspecto «ultra congelado» que podría presentar, parcialmente, el cristal de roca. La simbiosis de ambos minerales puede darse, de forma natural, al encontrarse la esmeralda encajada en la roca de cuarzo.
Figura 6. Jaspe rojo. Águila y serpiente en posición de ataque. 100-200 d.C. Ashmolean Museum of Art and Archaeology University of Oxford (AN1921.1232). Fuente de la imagen: http://collections.ashmolean.org/ object/481045
Figura 7. Oro y gemas; altura: 6 cm. Irán (periodo parto). Circa siglo I-II d.C. The Metropolitan Museum of Art 17.190.2055.
504
Figura 9. Águila sobre globo. Notitia Dignitatum, hacia 394-395/425-429 d.C. Neira Faleiro, 2005: 147.
Sesión 5. Los pájaros de colores, probablemente, se trabajarían con taraceas de vidrio policromo o esmaltes, como se observa en representaciones de aves documentadas arqueológicamente para época antigua (Fig. 10).
chatonadas al uso y trabajadas en forma de cabujón (Fig. 13). El valor intrínseco o el paso del tiempo han provocado que sean escasas las piezas con las piedras originales conservadas, sin embargo, hay constancia de las mismas en la huella dejada por las celdas o huecos que se dispusieron para encajarlas. Gemas y vidrio convivieron en la ornamentación y no siempre el segundo como alternativa más económica sino también ocupando un lugar equiparable a las piedras preciosas. - El análisis arqueológico precisa que: a) La joya fue ostentosa y de amplio desarrollo. El espacio musivo retirado es compatible con la prolija descripción literaria y está bien delimitado.
Figura 10. Halcón en vidrio; altura: 1,8 cm. Egipto, 100 a. C-100 d. C. Freer Gallery of Art (F1909-506). Fuente de la imagen: https://asia.si.edu/x-ray-visions/
b) El objeto del mito, obviamente, no se materializó, ni es creíble que se hubiera buscado reproducir, adquirir o portar, dada su carga negativa; sí la recreación, construcción y disposición de elementos, parcialmente, inspirando a orfebres, gemmarii y artistas en general, como se documenta arqueológicamente. Podrían citarse diversos trabajos de orfebrería en brazaletes u otros tipos de ornamentos como el anillo de oro y esmeralda datado en el siglo II a.C. conservado en The Museum of Fine Arts Boston; nº 63.1247.
c) Pormenoriza técnicas del trabajo de orfebrería. Es verosímil la estructura de un cordón flexible, con hilos entrelazados texturizando las escamas de la serpiente, permitiendo los cruces y vueltas indicados en el texto; o una parte rígida, para definir el cuerpo sinuoso y retorcido, unida a un cuello articulado, marcado mediante incisiones, para simular la piel y creando los planos con destellos como “estrellas” a las que se alude (Figs. 11 y 12). Dos o cuatro engarces unirían el águila a las mandíbulas del reptil o un machihembrado de las mandíbulas. En el águila las gemas irían posiblemente engastadas,
Figura 11 y 12. Walters Art Museum, Baltimore: collar; 18,5 cm; siglo IV d.C.; Within Museum, 57.588; y brazalete; 8,2 cm; siglo I d. C.; VO.63 (57.528, 57.529). Fuente de la imagen: https://art.thewalters.org/ detail/77931/pair-of-snake-bracelets-2/; fotos: Walters Art Museum.
Figura 13. Águila; oro y cabujones de vidrio y granate; altura: 2,1 cm. Siglos VI-VII. The Benaki Museum, Atenas; (ΓΕ 1838). Fuente de la imagen: https://www.benaki.org/index. php?option=com_collectionitems&view=collectionitem &id=107422&Itemid=540&lang=en
505
Figura 14. Propuesta de restitución del collar de Harmonía según la descripción de Nono de Panópolis. Composición experimental partiendo de artefactos arqueológicos conocidos (según E. Ortiz y J. Á. Paz).
Figura 15. Brazalete de oro y granate; Schmuckmuseum Pforzheim, Alemania. Fuente de la imagen: https://www.britannica.com/art/ Greek-art
Estamos, en este caso con seguridad, ante un «regalo de los dioses», ambivalente. Otro elemento destacado que porta Harmonía es un gran broche con una piedra verde, esmeralda, rodeada de pequeñas perlas sujeto a la cintura.
preciosas… juntan unas piedras con otras, y después les sobrepone otras …» (De Beneficiis, VII, 9, 3) (Fig. 17). Esta ekphrasis literaria cierra un círculo perfecto: el hallazgo musivario gráfico; las joyas fabricadas con esos materiales; y el montaje descrito en los textos. La combinación de oro, esmeraldas y perlas fue muy utilizada por orfebres y gemmarii.
De alguna manera, parece conectar con la gran gema de la corona de Zeus quizás en alusión a la relación paterno filial, según algunas versiones del mito, en donde Harmonía sería hija de Zeus y de la pléyade Electra. * Hera. El collar de esmeraldas de Hera (Fig. 16) simboliza el del pavo real, su atributo, al que alude la diosa en la fábula 345 de Esopo (El pavo real y Hera), diciéndole: «...el esplendor de la esmeralda brilla en tu cuello...». Según la mitología, Hera recibió un collar de oro y esmeraldas obra de Hefesto. Esta vinculación razonada despeja la ambigua identificación que se venía observando en torno a esta destacada figura femenina, descartando que se trate de Deméter. Fernández-Galiano la ubica detrás de la novia (Fernández-Galiano Ruiz, 2001: 59). Estas piedras preciosas estuvieron entre las más apreciadas por las élites romanas. Un rasgo técnico clave en dicho collar es el doble montaje que relata Séneca, en el 59 d.C.: «Veo uniones de piedras
506
* Afrodita. Las perlas son las gemas, de origen animal, vinculadas a Afrodita. Como la diosa, las perlas emergen del mar y a ella se dedican. La figura luce pendientes y collar muy resaltados. En su representación se observa la intencionalidad de reunir las cualidades más buscadas: brillo, dimensiones, redondez, finura y peso (según Eliano –Historia de los Animales, libro X– «a los vendedores y compradores de estas joyas les parecen más bellas y más caras cuanto más blancas y más grandes son»). Las del Mar Rojo y las del Índico eran las óptimas (Plinio, NH, IX, 112). Los textos literarios ensalzan su protagonismo y valor en quien las poseía como símbolo de ostentación y prestigio social, siendo muy exhibidas por las matronas de la aristocracia (Jerónimo, carta a Océano, del 400, –Ep., 77, 5–; en carta a Demetriada –Ep., 7–, cataloga las piedras preciosas más usadas, que eran perlas del mar Rojo,
Sesión 5. esmeraldas verdes, rubíes y jacintos azules). Su copiosa representación iconográfica, a lo largo del tiempo, evidencia que «Las perlas son propiedad casi eterna que pasan a los herederos...» (Plinio, HN., 9, 60). * Los Cabiros. Fíbula ovalada o broche con piedra central y torques de oro idénticos, elementos que sirven para relacionar a ambos cabiros, situados a cada lado.
4.2. Cronología Fases de ocupación en el yacimiento durante la Antigüedad tardía: 1. Construcción del edificio. Contemporáneo al gobierno de Juliano II «el Apóstata» (361-363). 2. Ocupación por sus propietarios. 362/363-circa 409. Reparaciones puntuales en mosaicos realizadas con teselas. 3. Reocupación. Post quem 409-circa 472/507. Ocupación residual y ocasional, muy probablemente por cristianos. Destrucción de símbolos paganos, como el collar de Harmonía (damnatio memoriae paleocristiano en el mosaico). Abandono definitivo. No hay restos culturales visigodos.
Figura 16. Detalle del mosaico (foto: J.I. Royo); Hera portando el collar de esmeraldas y perlas.
Figura 18. Detalle del mosaico (foto: J.I. Royo); Afrodita con pendientes y collar de perlas. Figura 19. Pendiente de oro y perla; The Metropolitan Museum, nº 74.51.3817.
Figura 17. Oro, esmeraldas y perlas; El-Ashmunein (Egipto); siglo I d.C. The British Museum, nº 1904,0706.2
En la última fase tendría lugar una damnatio memoriae en el mosaico. Esta expresión alcanza todo su sentido en tanto que es una condena de la memoria, en este caso actuando sobre una imagen controvertida que busca anular su poder maléfico. La destrucción del collar maldecido, según la mitología, afectaría a sus propietarios y herederos o a quienes lo ostentaran y dieran descendencia. Se puede precisar que el abandono del edificio se tuvo que
507
Figura 20. Detalles del mosaico (foto: J.I. Royo); los Cabiros con broche. Broche oval; cobre dorado con piedra central; North East Lincolnshire; circa 200-350; Lincolnshire County Council ID. LIN-81BCF5.
producir en un momento indeterminado a comienzos del siglo V, probablemente después del 409, cuando los bárbaros atravesaron los Pirineos. Tras dicho abandono y durante la ocupación residual se debió de realizar la destrucción del collar por gentes cristianas, de manera intencionada, como bien se ha documentado en otros mosaicos mitológicos de España (López Monteagudo, Blázquez Martínez, 1990).
Este objeto fue erróneamente identificado como una copa y, posteriormente, referenciado y catalogado (Ortiz Palomar, 2001: 73). La descripción que podemos dar es a través de un contacto de visu poco después del hallazgo. El vidrio es de fábrica translúcida y color verde oscuro, conservando parte de la pared del receptáculo inferior con un apéndice macizo, central y exterior. Dada la mayor robustez decreciente del vidrio al engrosarse, esta porción del recipiente es la que mayoritariamente se preserva en estas lámparas. Actualmente se desconoce su paradero. Se data desde el 450, lo que nos lleva a plantear que el momento de plena actividad durante la reocupación del lugar sería desde mediados del siglo V. Sin embargo, lo más relevante es que el porcentaje mayor de lámparas de vidrio aparece ligado a edificios de culto (Uboldi, 1995: 96); siendo numerosas las excavaciones con estos ambientes, como basílicas, en las que esta función de iluminación artificial, valiéndose de piezas de vidrio, es destacada. La presencia de lámparas de vidrio, entre el ajuar litúrgico y como parte de los edificios religiosos, está bien documentada y se resalta en distintas fuentes literarias antiguas. La singularidad del hallazgo alberga un gran potencial documental desde la lychnología.
Entre los argumentos arqueológicos que pueden ponerse en relación se encuentran los que siguen: 1) Entre el 361-363 el emperador Juliano II «el Apóstata» afianza la religión politeísta destacando el retorno a los sacrificios de las deidades del panteón romano, reconstruyendo templos y devolviendo las propiedades transferidas por los gobernantes anteriores a la Iglesia. En el ámbito privado las familias acaudaladas construyeron grandes mansiones decoradas con mosaicos de temas mitológicos (la bibliografía es muy amplia, por ejemplo: Olszaniec, 1999). 2) Las teselas áureas de la corona de Zeus no fueron extraídas. Es improbable que esta pérdida se ocasionara durante la ocupación de sus propietarios, por dos motivos: 1) Varios mosaicos tienen reparaciones y 2) en este caso no hay reparación ni tampoco ningún tipo de mortero que cubra la zona donde se han perdido las teselas. 3) El lugar tendría una ocupación residual, así lo atestiguan las huellas de fuego (hogueras o cocinas) sobre algunos mosaicos, con un abandono final entre la incorporación de la Tarraconense al reino visigodo de Tolosa en el año 472 y la llegada de los visigodos después de la batalla de Vouillé en 507. No hay constancia material de la cultura visigoda. 4) A la última fase de ocupación se vincularía un fragmento de vidrio correspondiente a la parte inferior de una lámpara, tipo Uboldi, III,1 (Uboldi, 1995: 116-119) (Fig. 21). Dicha lámpara establece un marcador para la cronología del siglo V.
508
Figura 21. Lámparas tipo Uboldi, III,1.
5) Respecto al hallazgo de cerámicas en contacto directo con los pavimentos resaltar que, como recipiente más moderno, destaca un cuenco pequeño (Royo Guillén, 2003: 83, fig. 6) de la forma Paz 4.14 (Hispánica 10) (Paz Peralta, 2008: 524, fig. 3) con su mejor paralelo en el yacimiento de Majaladares (Borja), recipiente asociado una moneda visigoda de la ceca de Toulouse acuñada a nombre del emperador Severo III y fechada en el año 461. También hay que recalcar dos cacerolas bajas (Royo Guillén, 2003: 82, figs. 1 y 2) que tipológicamente se datan entre el 425 y el siglo VI (Macias Solé, 1999: 8094, tipos 1 y 22). Cuando Constantino en el 330 transfirió la capital del Imperio de Roma a Bizancio el arte de los musivarios experimentó un importante desarrollo (Bustachinni, 1973: 52-53). Entre los aurifices o aurarii, el bractearius o brattiarius martilleaba el metal para hacer las finas láminas áureas; y, por otro lado, los vitrearii fabricaron las tesellae de vidrio incoloro o ligeramente coloreado a las que se fijaba el oro, quizás por el inaurator o deaurator, dorador de diversos materiales.
Sesión 5. 5. CONCLUSIONES 1) La descripción iconográfica, en su alteridad, sustituye la lectura unívoca y plana por un análisis que da corporeidad a los significantes de las imágenes y una deconstrucción alegórica en colores, motivos, materiales y contextos. 2) Piedras preciosas y mitología forman un binomio perfecto y la deriva a objetos litúrgicos resulta natural. Su reutilización es testigo del continuo poder simbólico y el prestigio de la mitología clásica en la representación cristiana (Sena Chiesa, 2012). La Época Helenística traía un bagaje de tradiciones religiosas anteriores, muchas locales, incorporadas y enriquecidas con nuevos matices (Dasen, 2019: 57). Sus transferencias decorativas evolucionaron en el periodo romano, que siguió sumando, en una sociedad multicultural cuyo equilibrio de adopciones y adaptaciones realizado por el Cristianismo sobre cultos, contenidos, símbolos y ritos paganos fue notable.
4) Las modas y estatus de la alta sociedad romana se proyectan en las figuras del Panteón religioso clásico. Las joyas más valiosas, en ocasiones, se ofrendaban por sus ilustres propietarios a deidades del panteón romano. Ese uso y simbología compartida sintoniza con los dioses representados. La escena es un reflejo de la sociedad que la creó y a la que sirvió. Creencias, ritos, tradiciones, modas, costumbres, aspectos económicos, comerciales, artísticos, artesanales, etcétera, quedaron atrapados en este efecto de espejo del mosaico. 5) La joyería romana aúna el estatus, el valor intrínseco, la magia y el adorno personal. 6) La dualidad del collar de Harmonía, tan deseado como nocivo, plantea su apropiación o borrado, pero las reparaciones musivas por sus propietarios, ausentes en ese vacío, apuntan a una destrucción, post habitacional, selectiva e iconoclasta que implica la aceptación de la existencia de un poder sobrenatural pernicioso y la lucha frente a la superstición.
Un objetivo especial, debieron de ser las piedras preciosas por la concentración y confluencia de aspectos idólatras que convergían en ellas (el “magnetismo” natural atribuido y, a menudo, la representación de imágenes o fórmulas mágicas asociadas). La liturgia cristiana en un ejercicio de sinergias integró estas gemas, generalmente, con un mero carácter ornamental, apreciadas por su valor de mercado, cromatismo, virtuosismo artesanal y exotismo, descargándolas de cualquier connotación sobrenatural.
7) En el culto cristiano hubo cambios simbólicos y materiales de las imágenes, especialmente desde fines del siglo IV, vistos en el fenómeno cultural de la iconotropía (relectura de símbolos de unas religiones más antiguas por otras).
Un dios podía «esconder» a otro; fenómeno estudiado para las gemas grabadas antiguas, combinando iconográficamente elementos de las tradiciones egipcia y greco-romana (Dasen, 2019). Siguiendo la costumbre de culturas precedentes, asistimos a transferencias de imágenes paganas hacia otras cristianas, resultando sugestivo si se hace extensivo al retrato de Zeus - Júpiter / Dios Padre Cristiano.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
En época paleocristiana hubo cambios simbólicos y materiales de las representaciones, vistos en el fenómeno cultural de la iconotropía o relectura de los antiguos iconos rituales e incorporación de otros significados al sustrato mítico. En época antigua existió una separación difusa entre medicina, magia y religión, todas ellas trabajando en la protección del individuo. La primera debía crear un cordón sanitario contra el mal de ojo, con una abundancia de recursos de imágenes polivalentes actuando como apótropes repeliendo o atrayendo, con una función propiciatoria. 3) La amplia horquilla cronológica de las joyas obedece a la reafirmación de las herencias de familia especialmente en ornamenta gemmarum, explicando que fuentes antiguas, objetos materiales e iconografía no coetáneas se interrelacionen por: las perduraciones artísticas y tecnológicas en la orfebrería; la preservación propia de objetos muy valiosos; y el efecto apotropaico atribuido a los materiales preciosos.
Cada vez es más obvio que en arqueología nos movemos siempre en un escenario flexible, polivalente y multifactorial al que hay que responder con todas las herramientas disponibles y perfectamente sincronizadas.
Bustachini, G. (1973): Gold in Mosaic Art and Technique. Gold Bulletin, 6, pp. 52-56. Dasen, V. (2019): One God May Hide Another. Magical Gems in a Cross-Cultural Context. En Magical Gems in their Contexts (K. Endreffy, Á.M. Nagy y J. Spier, eds.), L’Erma di Bretschneider, Roma, pp. 47-58. Fernández Galiano, D. (1992): Cadmo y Harmonía. Imagen, mito y arqueología. Journal of Roman Archaeology, 5, pp. 162-177. ___ (2001): El programa iconográfico de la villa romana de La Malena. En La Antigüedad tardía en Aragón (284714) (M.V. Escribano Paño y G. Fatás Cabeza, eds.), Caja de Ahorros de la Inmaculada, Zaragoza, pp. 57-63. Inagaki, H. (2019): Galleries and Works of the Miho Museum. South Wing, 134 pp. (PDF) Galleries and Works of the MIHO MUSEUM / Hajime Inagaki - Academia. edu [consulta: 22 agosto de 2019]. Karali, L. y C. Saliari (2014): Men in Power: the Crown of the Emperor in the Byzantine Empire. An Interdisciplinary Archaeological Approach. En Tiarae, diadems and headdresses in the ancient mediterranean cultures. Symbolism and technology (C. Alfaro Giner, J. Ortiz García y M. Antón Peset, eds.), Sema, Valencia, pp. 255-262.
509
López Monteagudo, G. y J.M. Blázquez Martínez (1990): Destrucción de mosaicos mitológicos por los cristianos. En Cristianismo y aculturación en tiempos del Imperio Romano (A. González Blanco y J.M. Blázquez Martínez, eds.), Universidad de Murcia, Murcia, pp. 353-365. Macias Solé, J.M. (1999): La cerámica comuna tardoantiga a Tàrraco: anàlisi tipològica i històrica (segles V-VII). Museu Nacional Arqueològic de Tarragona, Tarragona, 438 pp. Miguélez-Cavero, L. (2017): Harmonia’s Necklace (Nonn. D. 5.135-189): a Set of Jewellery, ekphrasis and a Narrative Node. En Rhetorical Strategies in Late Antique Literature. Images, Metatexts and Interpretation (A.J. Quiroga Puertas, ed.), Brill, Leiden/Boston, pp. 165-197. Moralee, J. (2004): “For salvation’s sake”: provincial loyalty, personal religion, and epigraphic production in the Roman and late antique Near East. Routledge, New York, 244 pp. Neira Faleiro, C. (2005): La Notitia Dignitatum. Nueva edición crítica y comentario histórico. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 697 pp. Olszaniec, S. (1999): Julian Apostata: jako reformator religijny. Nomos, Kraków, 186 pp. Ortiz Palomar, E. (2001): Vidrios procedentes de la provincia de Zaragoza: el Bajo Imperio Romano. Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 499 pp. Ortiz Palomar, E. y Paz Peralta, J.Á. (prensa): Transferencia decorativa de abalorios de vidrio a recipientes de época romana: Su iconografía en Aragón, III Congreso CAPA. Arqueología y Patrimonio Aragonés. Zaragoza, 14-15 de noviembre de 2019, Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón. Universidad de Zaragoza. Zaragoza.
510
Paz Peralta, J.Á. (1997): La Antigüedad tardía. Caesaraugusta, 72, Crónica del Aragón Antiguo. De la Prehistoria a la Alta Edad Media (1987-1993). Institución Fernando el Católico, Zaragoza, pp. 171-237. ___(2013): Las producciones de terra sigillata hispánica intermedia y tardía. En Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión (D. Bernal Casasola y A. Rivera i Lacomba, eds.), Universidad de Cádiz, Cádiz, pp. 497539. Riccardi, L.A. (2000): Uncanonical Imperial Portraits in the Eastern Roman Provinces. The Case of the Kanellopoulos Emperor, Hesperia, 69, pp. 105-132. Rodríguez Pérez, D. (2010): Contextualizing Symbols: ›The Eagle and the Snake‹ in the Ancient Greek World. Boreas, 33, pp. 1-18. Royo Guillén, J. I. (2003): La Malena (Azuara, Zaragoza). Precedentes y evolución de una villa tardorromana en el valle medio del Ebro. Ayuntamiento de Azuara, Zaragoza, 103 pp. Sena Chiesa, G. (2012): Constantino 313 d. C.: l’editto di Milano e il tempo della tolleranza. Electa, Milán, 299 pp. Stout, A.M. (1994): Jewelry as a symbol of status in the Roman Empire. En The world of Roman costume (J.L. Sebesta y L. Bonfante, eds.), The University of Wisconsin Press, Madison, pp. 77-100. Uboldi, M. (1995): Diffusione delle lampade vitree in età tardoantica e altomedievale e spunti per una typologia, Archaeologia Medievale, 22, pp. 93-145. Wittkower, R. (1939): Eagle and serpent. A Study in the Migration of Symbols. Journal of the Warburg Institute, 2(4), pp. 293-325.
Sesión 5
5.5. EL TEATRO DE CAESARAUGUSTA O LA PROTECCIÓN APARENTE DEL PATRIMONIO THE THEATRE OF CAESARAUGUSTA OR THE OSTENSIBLE PROTECTION OF HERITAGE Rubén Castélls Vela Servicio de Cultura, Ayuntamiento de Zaragoza Autor de contacto/Contact author: Rubén Castélls Vela, rcastells@zaragoza.es
RESUMEN Los restos arqueológicos del teatro de Caesaraugusta fueron declarados Bien de Interés Cultural en el año 2001 alcanzando así el máximo grado de protección legal reconocida. La presencia felina en el monumento había sido una constante hasta entonces y fue uno de los primeros aspectos en los que se intervino, cumpliendo la legislación y procedimientos de protección animal vigentes en ese momento, abordando su conservación integral y su musealización en el año 2003 por el Ayuntamiento de Zaragoza. En el año 2015 un giro en las políticas de protección animal de esta institución oficializó la presencia de una colonia felina permanente en el monumento, obviando las graves afecciones que la actividad natural de los gatos con seguridad iba a ocasionar en los restos. Desde esa fecha han sido múltiples los informes técnicos denunciando la situación de peligro y reclamando el cumplimiento de la legislación específica. Junto a ellos han sido numerosas las entidades y profesionales del sector que se han manifestado en la misma línea. Y por supuesto se han emitido documentos oficiales de autoridades competentes reconociendo la incompatibilidad de la conservación del monumento con la presencia animal permanente. Sin embargo, ninguna de estas medidas ha generado una acción efectiva de protección del teatro. En situaciones de daño constatable ¿hasta qué punto el trabajo técnico, los organismos e instituciones existentes y la legislación específica consiguen una protección real del patrimonio?. PALABRAS CLAVE: Caesaraugusta; Teatro; Conservación preventiva; Patrimonio.
ABSTRACT The archaeological remains of the Caesaraugusta theatre were declared of Cultural Heritage Asset in 2001, thus reaching the highest level of legal protection recognized. The feline presence in the monument had been a constant until then and was one of the first aspects in which it intervened, complying with the legislation and animal protection procedures in force at that time, addressing its comprehensive conservation and musealisation in 2003 by Zaragoza City Council. In 2015, a turn in the animal protection policies of this institution made official the presence of a permanent feline colony in the monument, obviating the serious conditions that the natural activity of cats would surely cause in the remains. Since that date there have been multiple technical reports denouncing the situation of danger and claiming compliance with the specific legislation. Together with them there have been numerous entities and professionals in the sector that have manifested in the same line. And of course, official documents of competent authorities have been issued recognizing the incompatibility of the conservation of the monument with the permanent animal presence. However, none of these measures has generated an effective theatre protection action. In situations of verifiable damage, to what extent do technical work, existing agencies and institutions and specific legislation achieve real heritage protection? KEYWORDS: Caesaraugusta; Theatre; Preventive conservation; Heritage.
511
Figura 1. El teatro de Caesaraugusta.
512
Sesión 5. 1. EL TEATRO DE CAESARAUGUSTA El teatro de Caesaraugusta es el resto arqueológico mejor conservado de la época romana que existe en Zaragoza. En una extensión cercana a los 5.000 m2 se hallan las cimentaciones de su cuadripórtico trasero, la base de su cuerpo escénico, el hiposcenio, la orchestra, gran parte de la ima cavea y también las substrucciones que soportaban originalmente las alturas superiores del graderío. Todo ello conforma uno de los ejemplos más significativos de entre los teatros romanos de la península ibérica –está considerado el tercero de mayor tamaño– con elementos singulares como un additus central o una fosa escénica (Fig. 1). Actualmente es un monumento visitable por la existencia del Museo del Teatro de Caesaraugusta, uno de los cuatro espacios junto con el foro, las termas públicas y el puerto fluvial que conforman la Ruta de Caesaraugusta en el casco histórico de la ciudad. Su exposición permanente con cerca de 300 piezas recuperadas de la misma excavación, múltiples recursos audiovisuales y un programa complementario de actividades para escolares, familias y público en general ha merecido el favor de más de 52.000 visitantes en el año 2019. Estas cifras vienen a consolidar una trayectoria de más de 15 años de funcionamiento en los cuales el museo no sólo se ha constituido como una referencia destacada en la oferta museística de la ciudad, sino que ha obtenido igualmente el reconocimiento profesional de la museología y la arqueología por su interpretación didáctica de los restos y por su ejemplo de conjugación entre el valor de uso activo y la conservación respetuosa con la integridad y naturaleza del monumento. Precisamente dicho equilibrio se encuentra claramente en entredicho desde hace varios años debido a la existencia de una colonia felina de carácter oficial ubicada exactamente en los mismos restos arqueológicos descritos. La presencia permanente de una decena de gatos, protagonistas involuntarios, supone una amenaza real a la correcta conservación del teatro y, por tanto, a la línea de flotación del museo, de su exposición, de sus actividades y de sus visitantes, pues todo ello se sustenta en la existencia de un resto arqueológico que obligatoriamente debe perdurar.
2. UN POCO DE HISTORIA Los restos arqueológicos del teatro de Caesaraugusta fueron declarados Bien de Interés Cultural mediante el decreto 209/2001, de 18 de septiembre, alcanzando, acorde con lo establecido en la Ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés, el máximo grado de protección legal reconocida para los bienes de carácter histórico-artístico. La presencia felina en el monumento (Fig. 2), al ser un espacio conectado con el viario urbano, había sido una
constante hasta entonces, y fue uno de los primeros aspectos en los que se intervino a la hora de abordar una conservación integral tras su musealización en el año 2003 por parte del Ayuntamiento de Zaragoza. En esa intervención se conjuntó el cumplimiento de la normativa específica sobre patrimonio y de la legislación y procedimientos de protección animal vigentes en ese momento. Durante los primeros años de funcionamiento del museo, la presencia de los animales fue reducida en número e intermitente por esta razón. En cuanto se localizaban en el espacio arqueológico no más de dos o tres felinos se daba aviso al Centro Municipal de Protección Animal, que procedía a la retirada de los mismos.
Figura 2. Felino sobre el opus caementicium del teatro.
Desde el año 2012 se produjo un giro en las políticas de protección animal del Ayuntamiento de Zaragoza, que suscribió una política de sacrificio animal cero y, en el caso específico de los felinos, impulsó la creación de colonias permanentes en espacios urbanos en el marco del Proyecto CES (Captura, esterilización y suelta). Una consecuencia directa de los nuevos procedimientos fue que en el año 2015 de manera paulatina se dejaron de atender las peticiones de retirada de gatos hasta que finalmente, sin la consulta preceptiva al Servicio de Cultura que gestiona el Museo del Teatro de Caesaraugusta, se oficializó la presencia de una colonia felina permanente en el monumento, con un número de miembros aumentado por encima de la docena. Que la colonia adquiriese carácter oficial implicó un cambio completo de la situación, pues a partir de ese momento nadie que no fueran el voluntariado del Proyecto CES o los profesionales por ellos contratados podían realizar ninguna acción sobre los gatos (ni alimentación, ni movimientos, ni revisiones veterinarias) o sobre el entorno en el que se encontraban si dicha acción podía perjudicar a los miembros de la colonia. Cualquier molestia hacia los gatos ferales está tipificada en la Ordenanza municipal sobre la Protección, la Tenencia responsable y la Venta de Animales como una infracción muy grave.
513
Al ejecutarse de manera unilateral, la decisión tomada lógicamente obviaba las graves afecciones que la actividad natural de los gatos con seguridad iba a ocasionar en unos restos conformados mayoritariamente por opus caementicium.
3. ÁMBITO TÉCNICO Desde la perspectiva de la conservación técnica del resto arqueológico esta situación resulta muy complicada de revertir. Son varias las actuaciones que se han llevado a cabo. Aunque se efectúa una limpieza periódica del monumento, esta es a todas luces insuficiente. Basta un cálculo sencillo. Si la colonia está conformada por un número de 10-12 gatos, fácilmente generan unas 15 deposiciones diarias, lo que hacen en torno a 100 semanales, a encontrar salpicadas en un espacio de 5.000 m2. Como este tipo de limpieza obviamente supera el ámbito ordinario, se han desarrollado también limpiezas especiales del monumento, batidas intensas y por zonas. Estas requieren de una inversión mayor y de protocolos específicos para la recogida de materiales orgánicos. Se consigue una mejora sólo temporal en tanto en cuanto a las pocas semanas la acumulación ya vuelve a existir.
Figura 3. Material disgregado y removido. Nos estamos refiriendo a los mismos movimientos, rozamientos y saltos que realizan, arañazos y afilado de uñas en materiales con riesgo de disgregación, remoción de materiales de relleno (Fig. 3), pérdida de pelo que genera borras y telillas de cubrimiento en conjunción con otros restos vegetales y, por supuesto, la acumulación de excrementos que, además de generar procesos de degradación, configuran un ambiente estético e higiénico poco atractivo en un espacio abierto permanentemente al público (Fig. 4). Todos estos síntomas son los que se han producido en los restos arqueológicos en los últimos años, provocando un deterioro palpable en los materiales constructivos del teatro que no se ha podido contrarrestar por el momento. Además, debido a las restricciones especificadas, se interrumpieron actuaciones complementarias que venían realizándose de manera periódica en el espacio, como la desinsectación o la aplicación de herbicidas en determinadas zonas, que se servían de productos con componentes que podían afectar a la salud de los felinos. El panorama se completa con la obligación, inherente a la existencia de la colonia, de albergar comederos y bebederos. El suministro diario de pienso ha generado otro problema añadido: la competencia alimentaria con otras especies animales como ratas, que también han hecho acto de presencia en el monumento. Y por último también son visibles en la visita al museo areneros, en concreto ocho, que a todas luces resultan insuficientes para competir con el espacio en el que se encuentran, pues desgraciadamente, en la actualidad el teatro es, por sus características, un gran arenero de 5.000 m² en el que las acumulaciones de heces ya son permanentes en casi 40 puntos repartidos por toda su extensión (Fig. 5)
514
Se han ejecutado también puntualmente sustituciones de materiales de relleno, abandonando la gravilla o la arlita por morteros más compactos que no han resultado tanto del agrado de los gatos para desarrollar determinadas actividades. No se ha acometido en la totalidad del yacimiento, algo que implicaría también un cambio importante en la estética de los restos y su menor diferenciación visual respecto a los materiales de relleno. Igualmente se ha valorado el cerramiento de determinadas zonas, intentando proteger las escasas instalaciones técnicas que existen en el monumento, aunque sin mucho éxito. Es el caso de los conductos de climatización de una cabina de proyección ubicada bajo el pulpitum, horadados en varios puntos con pérdida de su material de aislamiento. Resultan un dormitorio perfecto en las épocas de mayor frío (Fig. 6). Por último, se han efectuado restauraciones específicas en aquellos puntos donde el daño producido amenazaba consecuencias irreversibles. Estas intervenciones han resultado también complejas en el caso de las consolidaciones mecánicas o de reintegración de material, por la acción de los gatos sobre las mismas zonas durante el proceso, debiendo reiniciarse varias veces, o en el caso de aplicación de consolidantes o hidrofugantes químicos, pues debía atenderse a que ningún componente de los mismos pudiera afectar a la salubridad de los felinos. A pesar de todas estas actuaciones, que han conllevado varios miles de euros de gasto por cada miembro de la colonia felina, pensar en equilibrar el nivel de daños es inalcanzable sin unas inversiones económicas, de materiales y de recursos humanos constantes y muy superiores a las existentes. Desde el punto de vista técnico queda claro que la solución para un correcto mantenimiento del espacio arqueológico pasa por el traslado de la colonia felina, origen fundamental de las afecciones. Dicho traslado, y esto tiene que quedar muy claro, debe realizarse
Sesiรณn 5.
Figura 4. Acumulaciรณn de heces felinas.
Figura 5. Plano del teatro con las acumulaciones de heces felinas detectadas.
515
abogando por el correcto cuidado de los animales y la no aplicación de daño alguno sobre ellos, sino minimizando las afecciones que fueran inevitables. Como se ha reflejado en múltiples informes del Servicio de Cultura desde el año 2015 hasta la actualidad, ninguna otra intervención garantiza la conservación adecuada del teatro de Caesaraugusta.
(Acción pública para la defensa del patrimonio), Herity Internacional e Hispania Nostra. En todos los casos se expresaba la preocupación por el daño que se está infringiendo en el Bien de Interés Cultural. Desde diferentes universidades también se enviaron documentos que conjuntaban la denuncia y el apoyo, como los realizados por miembros de los departamentos de Historia del Arte, la Cátedra de Arqueología y el Master de Educación y Comunicación de la Universidad de Zaragoza, así como los departamentos de Ciencias de la Antigüedad de esta misma Universidad y de la Universidad Autónoma de Barcelona. Todos los mencionados, y otros que por error hayan podido omitirse, son voces expertas en la investigación histórica, la práctica arqueológica, la conservación de patrimonio o la gestión de museos, todas sobradamente autorizadas, y ninguna de ellas se ha tenido en cuenta para comenzar a revertir la situación.
Figura 6. Conductos de climatización deteriorados.
4. ÁMBITO SOCIAL Y PROFESIONAL Como es lógico, esta conclusión técnica no fue necesario comprobarla a lo largo del tiempo, y simultáneamente a esas labores de contención, ya desde un primer momento se iniciaron otra serie de actuaciones para conseguir ese traslado de los felinos. En el ámbito social y profesional se buscó un apoyo que tuvo una respuesta bastante mayoritaria, como no podía ser de otra manera. En primer lugar, el público individual, así como determinados centros educativos, formularon sus correspondientes quejas ante visitas que habían sufrido alteraciones por la existencia de la colonia. Algunas actividades que se realizaban en el pulpitum con utilización de equipos de sonido, alfombras, sillas u otro mobiliario, que terminaba deteriorado por acción de los gatos, también generaron documentos de reclamación. Se recibió el apoyo escrito de profesionales particulares, tanto arqueólogos como arquitectos, historiadores, restauradores y museólogos. La gran mayoría de ellos en el ámbito local, donde las principales personalidades de cada sector se pronunciaron, pero también nacional e incluso internacional, como por ejemplo Gaël de Guichen, considerado el padre de la disciplina de la conservación preventiva. Hubo una manifestación pública en defensa del teatro de Caesaraugusta desde colegios profesionales como el de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón y asociaciones como Apudepa
516
5. ÁMBITO ADMINISTRATIVO E INSTITUCIONAL De manera paralela a las acciones técnicas y los apoyos sociales y profesionales, se inició también una actuación administrativa e institucional para conseguir ese traslado de los felinos. En esa dirección han sido varios los movimientos realizados por autoridades tanto con competencias directas como relacionadas. Dentro del Ayuntamiento de Zaragoza se ha buscado el consenso entre el Servicio de Cultura, la Oficina de Protección Animal y también el Servicio de Prevención y Salud Laboral y el Instituto de Salud Pública, sin que se haya conseguido en ningún momento un desbloqueo de las diferentes interpretaciones de la situación. El 30 de octubre de 2017 el Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó por mayoría absoluta una moción “en el sentido de que el Pleno del Ayuntamiento inste al Gobierno de la ciudad a trasladar la colonia felina que habita en el Teatro Romano de Zaragoza a una nueva ubicación que reúna las garantías exigibles”, sin que se produjera por ello ninguna actuación. Previamente, el 23 de junio de 2016 la Comisión Provincial de Patrimonio de Zaragoza acordó: En lo que es materia de su competencia, esta Comisión considera que las condiciones actuales de la colonia de gatos ubicada en el Teatro Romano de Zaragoza hacen incompatible su existencia con la conservación del Bien de Interés Cultural, Monumento del Teatro Romano de Zaragoza. Por ello, se insta al Ayuntamiento de Zaragoza para que adopte las medidas oportunas para dar solución al problema.
Sesión 5. Este acuerdo fue reiterado el 16 de febrero de 2017 sin que se produjera por ello ninguna actuación. En marzo de 2017 se recibió escrito de la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura animando a la adopción de medidas que garanticen la conservación del monumento, sin que se produjera por ello ninguna actuación. En una esfera no relacionada con la conservación del patrimonio sino con otras cuestiones higiénico-sanitarias también se emitió en agosto de 2018 un requerimiento del Servicio de Inspección del Ministerio de Trabajo por falta tipificada como grave que incluía las siguientes acciones: 1.- Retirada de la totalidad de la colonia felina para proceder a toma de muestras y estudio del estado de salud de los gatos 2.- Una vez retirados los gatos, deberá procederse a la limpieza exhaustiva y desinsectación de las instalaciones exteriores 3.- Se recomienda, reubicar la colonia felina en un lugar donde no pueda verse afectada la salud de los trabajadores y se garantice el bienestar de los felinos. Ninguna de estas tres peticiones llegó a ejecutarse. E incluso el Justicia de Aragón realizó en diciembre de 2017, con la misma directriz, la siguiente sugerencia al Ayuntamiento de Zaragoza: Que adopte las medidas necesarias para la reubicación de la colonia de gatos que actualmente se encuentra en el Teatro Museo Romano de Zaragoza a un espacio distinto del actual y acorde con sus específicas necesidades. Sin que se produjera por ello ninguna actuación. A pesar de toda la documentación oficial existente, ninguna actuación relacionada con el traslado de la colonia se ha ni siquiera iniciado.
6. ÁMBITO JURÍDICO Cuando todos los ámbitos anteriores se han revelado como insuficientes queda un último campo por explorar, que es el jurídico. ¿Existen en la legislación argumentos que contemplen esta situación? Los legisladores han incluido en diferentes textos mecanismos de protección del patrimonio como los que se mencionan a continuación. Por ejemplo, el Decreto 181/2009 del Gobierno de Aragón, sobre núcleos zoológicos, y una colonia de más de diez felinos así se considera, establece la distancia mínima de los núcleos zoológicos a elementos relevantes del territorio. En el punto 12 de ese listado se refiere a monumentos, conjuntos o edificios de interés cultural,
histórico, arquitectónico o yacimientos arqueológicos, señalando lo referido en el “planeamiento urbanístico municipal o, en su defecto, 1.000 metros en el caso de bienes de interés cultural, y 500 metros en el resto”. La ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés establece en su artículo 37.1 lo siguiente: Son ilegales las obras y actividades realizadas en Bienes de Interés Cultural sin la previa autorización cultural, conforme a lo establecido en esta Ley, o sin ajustarse a las determinaciones de dicha autorización, aun cuando cuenten con licencia u orden de ejecución del ayuntamiento correspondiente o con cualquier otra autorización o concesión administrativa. En su título séptimo dedicado al régimen sancionador vincula estas actividades ilegales con las faltas graves o muy graves. Artículo 103 Son infracciones graves: a) Respecto a todos los Bienes del Patrimonio Cultural Aragonés[...] la dedicación del bien a usos incompatibles con su destino cultural, cuando haya existido expresa autorización o advertencia de los usos permitidos. Artículo 104 Son infracciones muy graves: a) Respecto a todos los bienes del Patrimonio Cultural Aragonés[...] la falta de diligencia en la protección de los mismos contra el expolio y la omisión del deber de conservación[...] así como todas aquellas actuaciones que supongan una pérdida o desaparición o produzcan daños irreparables. La ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español también resalta la necesidad de autorización previa para usos que puedan poner en peligro la conservación de un bien. Artículo 36 2. La utilización de los bienes declarados de interés cultural, así como de los bienes muebles incluidos en el Inventario General, quedará subordinada a que no se pongan en peligro los valores que aconsejen su conservación. Cualquier cambio de uso deberá ser autorizado por los Organismos competentes para la ejecución de esta Ley. Parecen párrafos bastante contundentes por los que cabría pensar que no hay mucho margen para que una
517
amenaza a la conservación de un monumento pueda colarse. Sin embargo, concurren en este ámbito jurídico, el de la defensa de un bien público como el patrimonio, varias circunstancias que voy a dejar planteadas en una única pregunta: ¿A quién corresponde denunciar e iniciar el proceso jurídico?
Sin embargo, el resultado es que el peligro de deterioro de un Bien de Interés Cultural no sólo es real, sino que se está produciendo a la vista y conocimiento de todos.
Las posibles respuestas van a quedar planteadas también a modo de pregunta: ¿A una administración que denuncia a otra administración? ¿A una asociación externa que puede acabar incluso comprometiendo su existencia en el proceso? ¿A un técnico de la institución que deberá hacerlo como iniciativa particular y enfrentarse a la maquinaria de defensa jurídica de esa propia institución?
Si esta amenaza a la conservación de un bien estuviera ocurriendo en la esfera privada ¿se aplicaría la ley de otra manera?
Es un camino muy complicado el del ámbito jurídico, y por ello que, a pesar de existir soportes, como los fragmentos expuestos de varias leyes, la realidad incluye otras variables de difícil resolución y no se ha efectuado ninguna actuación al respecto.
A día de hoy, la colonia felina ha cumplido más de cuatro años de existencia en el Museo del Teatro de Caesaraugusta, que sobrevive a ello y sin ninguna duda sobrevivirá, aunque no en buenas condiciones. Pero la continuidad de la colonia o su deseado traslado, la adecuada conservación y protección del monumento, no depende de las actuaciones técnicas que se han realizado, ni del apoyo social y profesional conseguido, ni de los trámites administrativos o resoluciones institucionales que se han obtenido, ni del soporte jurídico ofrecido. En realidad, no lo ha dependido en ningún momento, ya que ninguno de estos aparatajes ha conseguido desbloquear la situación frente a otro elemento que sí ha logrado contrarrestarlos o frenarlos. De lo que ha dependido, depende y no sé sabe si dependerá en un futuro largo es de una decisión política, lo que inherentemente conlleva cuestiones ideológicas. ¿De esto y sólo de esto depende la correcta conservación del patrimonio cultural?
7. LA PROTECCIÓN APARENTE DEL PATRIMONIO A lo largo de las páginas previas se han repasado todos los ámbitos que a priori posibilitan una adecuada protección de los bienes culturales patrimoniales: las intervenciones técnicas adecuadas, la valoración social y profesional, las actuaciones administrativas relacionadas y el sustrato jurídico que las permite. Con este entramado de herramientas útiles cabría suponer la existencia de unas garantías sólidas de conservación.
Figura 7. Felino en el Museo del Teatro de Caesaraugusta.
518
Cuando un bien entra dentro de la esfera institucional incluso con el máximo rango ¿queda realmente protegido o sólo de manera aparente?
En algunos aspectos puede ser necesaria la actualización de las leyes, pero ¿de qué sirve una actualización si luego no se consigue su cumplimiento efectivo?
Sesión 5
5.6. PLAN DE ARQUITECTURA DEFENSIVA EN ARAGÓN TACTION PLAN ON DEFENSIVE ARCHITECTURE
Raquel Ornat Clemente Dirección General de Patrimonio Cultural de la Diputación General de Aragón (en la actualidad, Dirección General de Investigación e Innovación) Autor de contacto/Contact author: Raquel Ornat Clemente, rornat@aragon.es
RESUMEN Desde el Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural de la Dirección General de Cultura y Patrimonio (actual Dirección General de Patrimonio Cultural) se lleva trabajando, en el último lustro, en conocer, de forma más sistemática y eficiente, el patrimonio defensivo en el territorio de Aragón. Dicha tarea se desarrolla desde un punto de vista holístico, abarcando aspectos tales como el tipológico, arquitectónico, sistema constructivo, histórico, estructural, formal, estético, de ubicación, entorno (paisaje), usos compatibles, estado de conservación, entre otros. PALABRAS CLAVE: Arquitectura defensiva; Gestión; Planificación y conocimiento - Investigación.
ABSTRACT With the aim of knowing well the defensive cultural heritage in Aragón The Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural de la Dirección General de Cultura y Patrimonio (currently Director General for Cultural Heritage) works since 2013. To develop that task a holistic approach is apllied, bassed on some aspect such as typology, architecture, construction system, history, structure, aesthetic, location, environment (landscape), compatible uses and state of preservation. KEYWORDS: Defensive architecture; Management; Planning and knowledge - Research.
519
Figura 1. Conjunto de Ruesta (foto de Carlos Gil).
520
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN Para gestionar un conjunto de bienes culturales se requiere conocerlos para, así, una vez poder impulsar la transferencia de conocimiento. La sentencia anterior cobra mayor sentido si se alude a un conjunto de bienes cuya definición es polisémica, puesto que la “arquitectura defensiva” es un concepto amplio, lo que, en ocasiones, conduce a la dificultad para trabajar de una forma coherente y sistemática sobre estos bienes tan complejos y a la vez tan evocadores. Conforman la arquitectura defensiva “aquellas estructuras construidas a lo largo de la historia para la defensa y el control de un determinado territorio sea terrestre o marítimo, formando parte del mismo de manera indisoluble” (Plan Nacional de Arquitectura Defensiva). Cada uno de los bienes, que responden a la definición, es un documento único y vivo. Único por ser resultado de voluntades, conocimientos, gustos, técnicas y trabajo de personas que habitaron en un territorio preciso en un momento determinado. Y vivo al responder a las necesidades y vicisitudes de los años y siglos en los que se ha conservado. Todos estos bienes son construcciones concretas (inmuebles), con fines bien defensivos bien logísticos bien de extracción de materias primas necesarias (piedra, minerales, etc.), que se insertan en un conjunto orgánico determinado que conforma, a su vez, un sistema estratégico concreto, ideado con unas metas precisas y con los conocimientos de la época en la que su época. Por las características antes señaladas es “importante dar respuesta a las necesidades de cada uno de los bienes que integran este patrimonio, respetando las vicisitudes que durante los años y siglos han sufrido. Por ello, se ha de tener en cuenta que pueden “servir” porque se han conservado desde su construcción, que se remonta, en algunos casos, a la prehistoria y abarca, en otros, hasta períodos históricos contemporáneos (mediados del s. XX)” (R. Ornat, 2018:51). La gestión de estos bienes se torna compleja al existir una variada idiosincrasia entre ellos y una heterogeneidad de actores y voces vinculados con su estudio, conservación y uso.
incluye el reparto de competencias en su conservación y preservación, de acuerdo a su titularidad y usos, y su régimen de protección.
2.1. Reparto competencial En materia de Patrimonio Cultural, la Comunidad Autónoma de Aragón1 tutela la intervención en dicho patrimonio y garantiza su conservación y preservación, cumpliendo el mandato del artículo 46 de la Constitución Española de 1978. Se concreta este mandato en las competencias que se recogen en el artículo 148. 15, 16 y 17 de la Constitución Española. La excepción a lo señalado se encuentra en el art. 6b de la Ley 16/1.985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, en el que se señala que “los organismos de la Administración del Estado serán los competentes para su ejecución respecto a los bienes integrantes del Patrimonio Histórico Español adscritos a servicios públicos gestionados por la Administración del Estado o que formen parte de patrimonio nacional”. Así, bienes inmuebles como cuarteles o instalaciones militares (v. g. ciudadela de San Pedro de Jaca) se rigen por el art. 6b de la Ley 16/1985 al estar adscritos al Ministerio de Defensa, mientras que en bienes como el castillo de Montearagón, entre otros, aun siendo de titularidad estatal, es competente para garantizar su salvaguarda y protección, en la actualidad, la Dirección General Patrimonio Cultural. Por esta corresponsabilidad y por la necesidad de establecer criterios homogéneos en todo el territorio nacional el principio de coordinación entre administraciones es fundamental (art. 2 y 3 de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español) en la materia que nos atañe, siendo facilitado, entre otros mecanismos, por el Plan Nacional de Arquitectura defensiva1, que persigue la protección de estos bienes, el acceso a ellos de los ciudadanos, el fomento de la comunicación entre los diferentes servicios y la promoción de la información necesaria para el desarrollo de la investigación científica y técnica (art. 35 de la Ley 16/1985).
2.2. Régimen de protección
2. REALIDAD ACTUAL DE LA ARQUITECTURA DEFENSIVA EN ARAGÓN
Los bienes de Arquitectura Defensiva en Aragón forman parte del Patrimonio Cultural Español y Aragonés, al ser “bienes materiales relacionados con la historia y la cultura de Aragón que presentan interés antrópico, antropológico, histórico, artísticos, arquitectónico, mobiliario, arqueológico, etnológico, científico, documental, lingüístico, cinematográfico, bibliográfico y técnico, (…) tanto si se encuentran en la superficie como en el subsuelo o bajo la superficie de las aguas” (art. 2 de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés y art. 1.2 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español).
El Plan de Arquitectura defensiva en Aragón se inserta en una realidad competencial y jurídica específica, que
En 1949, por el Decreto, de 22 de abril de 1949, del Ministerio de Educación Nacional, sobre Protección
Lo que se presenta a continuación son el proceso y los trabajos desarrollados desde la Dirección General de Patrimonio Cultural para responder, de manera eficaz y eficiente, a la gestión de estos bienes, delimitando la cronología desde la llegada de los musulmanes a la Península Ibérica a las Guerras Carlistas.
521
de los castillos españoles, todos los castillos quedaron “bajo la protección del Estado, que impedirá toda intervención que altere su carácter o pueda provocar su derrumbamiento” (art. 1). Indicaba, además, en su art. 2, que “los Ayuntamientos en cuyo término municipal se conserven estos edificios son responsables de todo daño que pudiera sobrevenirles”. La disposición adicional segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español “considera de interés cultural, quedando sometidos al régimen de esta ley, los bienes a que se contraen”, entre otros, en el “Decreto de 22 de abril de 1949”. Además, la disposición adicional primera indica que “los bienes que con anterioridad hayan sido declarados histórico –artísticos o incluidos en el inventario de patrimonio artístico y arqueológico de España pasan a tener la consideración y a denominarse bienes de interés cultural”. En la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés, su disposición segunda realiza una declaración genérica, al considerar a los castillos bienes de interés cultural, y determina que una “Orden del departamento responsable de Patrimonio cultural aprobará la relación de los bienes afectados, con su localización”. Dicha Orden es la Orden del 17 de abril de 2006, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que se aprueba la relación de Castillos y su localización considerados Bienes de Interés Cultural en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés. En esta Orden se recogen 519 bienes, diferenciando dos categorías (art. 12.2 de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés): Monumento (350) y Zona Arqueológica (166), sin que se especifique ningún criterio para entender esta división. En esta Orden también se establece una delimitación genérica para el entorno de protección, siendo de 50 m. desde el último vestigio del elemento defensivo en suelo urbano y 200 m. en suelo no urbano. A estos bienes recogidos en la citada Orden de 2006, se unen 33 que habían sido objeto de una delimitación individualizada al haberles sido de aplicación las disposiciones transitorias primera2 y segunda de la Ley 3/19993 y la disposición adicional primera de la Ley 16/1985 (v. g. castillos de Mesones de Isuela, Alcañiz y Loarre). No obstante, la protección no sólo deviene de las leyes sectoriales 16/1985 y 3/1999, sino que se complementa con el deber de conservar y de socializar el bien que tienen sus titulares (art. 33 de la Ley 3/19994) y las medidas articuladas en el Plan General de Ordenación Urbana de cada municipio. En ellos, y siguiendo lo que establece el Decreto-Legislativo 1/2014, de 8 de julio, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Urbanismo de Aragón, se deberán articular medidas de protección tanto del bien como de su entorno y visuales. Para los recintos murados y murallas suponen, tanto el catálogo como
522
el documento completo del PGOU, un instrumento esencial, puesto que, en numerosas ocasiones, han sido objeto bien de resignificación por la población, pasando de ser un elemento defensivo y conformante estructural de otros inmuebles a un hito identificador y simbólico del municipio (v. g. murallas de Daroca), bien de expolio al interferir con la expansión urbanística de la localidad (v. g. murallas de Jaca) bien de “encubrimiento” por el desarrollo urbanísimo (v. g. trazado de las murallas de Monzón, Ariza). Para, sobre todo, este último caso, la Zona de Prevención (art. 68 de la Ley 3/19995) surge como una figura de interesante aplicación. A lo dicho hay que añadir que toda actuación que se realice en un bien o conjunto de interés cultural o en su entorno deberá contar con la preceptiva autorización cultural (art. 356 y 467 de la Ley 3/1999).
2.3. Medidas de tutela Además de lo establecido en el ordenamiento jurídico, existen unos documentos nacionales e internacionales en los que se recogen criterios para actuar en este tipo de bienes. Son de señalar: Carta de Atenas (1931), Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos y Sitios (La Carta de Venecia, 1964), Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico (1975), Las Normas de Quito (1977), Carta internacional para la Conservación de las Ciudades Históricas (Carta de Toledo, 1986), Carta para la Conservación de Ciudades Históricas y Áreas Urbanas (Carta de Washington, 1987), Conclusiones y propuestas del Acuerdo Internacional: Consultoría de Noto. Perspectiva para la Conservación y la Recuperación del Centro Histórico (Carta de Noto, 1986), Carta Internacional de Turismo Cultural. Gestión del turismo en lugares de importancia patrimonial (Principios de la Carta del Turismo Cultural, 1999), Carta de Burra (1999), carta de Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) de Australia para sitios de Significación Cultural, principios de la carta de ICOMOS para el análisis, la conservación y la restauración estructural del patrimonio arquitectónico (2003), Jornadas técnicas sobre castillos y arquitectura defensiva española, (2006), Carta de Baños de la Encina para la Conservación de la Arquitectura defensiva en España, (2006), Plan Nacional de Arquitectura Defensiva, La Carta de ICOMOS sobre Rutas Culturales (Preámbulo, 2008), La Carta de ICOMOS para la interpretación y presentación de sitios del Patrimonio Cultural (2008) y Carta del comité Científico Internacional del ICOMOS sobre fortificaciones y patrimonio militar (ICOFOFORT) sobre fortificaciones y patrimonio relacionado; guías para la protección, conservación e interpretación (2017).
3. EL PLAN DE ARQUITECTURA DEFENSIVA EN ARAGÓN “Aunque todas las edificaciones defensivas son valiosas por ser receptáculos de acontecimientos históricos y testimonios de un pasado que se refleja en sus estructuras y ha dejado huella en el paisaje, estos valores no son
Sesión 5. aplicables de igual manera a todas ellas. Por ello, la imagen actual de cada inmueble defensivo depende y es fruto de un proceso histórico, en el que incide su uso, funciones, sistema constructivo y valores que le otorgaron las diferentes generaciones que convivieron y conviven con él. Para atender a la gran variedad de bienes y sus diferentes necesidades surgidas del devenir de los acontecimientos históricos vividos por ellos y las poblaciones y paisaje en los que se asientan, surgió el Plan de Arquitectura defensiva de Aragón en el Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural de la actual Dirección General de Patrimonio Cultural” (R. Ornat, 2018: 55). Sus objetivos son el a) promover el conocimiento, la protección y salvaguarda de la Arquitectura defensiva en Aragón, b) armonizar y actualizar la Orden del 17 de abril de 2006, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que se aprueba la relación de Castillos y su localización considerados Bienes de Interés Cultural en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda, c) plantear criterios, objetivos, reales y medibles, para llevar a cabo la declaración y delimitación en elementos de arquitectura defensiva (v. g. sistema defensivo de Maluenda), d) proponer la inscripción de nuevos bienes al inventario de Arquitectura Defensiva en Aragón, e) considerar la significación de la Arquitectura defensiva en la creación de paisajes culturales e itinerarios culturales, f) señalar las necesidades de cada uno de los bienes integrantes y g) establecer un documento para determinar prioridades y criterios de intervención y posibilidades de uso y disfrute de dichos bienes por la ciudadanía (mapa de riesgos).
3.1. Metodología El primer paso para alcanzar dichos objetivos es el de tener claro que se ha de aplicar un “análisis multivariante” a cada bien. Por tanto, el acudir a fuentes bibliográficas y documentales, así como a los expedientes administrativos es el primer paso para recabar y organizar, de forma sistemática y coherente, la información de cada de bien, que se archiva en una carpeta, donde se pueden encontrar todas la documentación generada y relacionada con el bien y una ficha resumen (Fig. 2). Las visitas y la subsiguiente realización de informes son el paso necesario para conformar una base de datos en la que recopilar la información básica sobre el bien y su gestión (v. g. autorizaciones de actuaciones, informes, existencia o no de Plan Director y tramites con las Comisiones Provinciales de Patrimonio Cultural) (Fig. 3).
Figura 2. Modelo de ficha resumen.
523
Figura 3. Base de datos (elaborada por Raquel Ornat).
3.2. El Inventario Dicha base de datos es el punto de partida, además de las fichas, informes varios y documentación recopilada, para articular y conformar un inventario vivo, en el que se conozcan, de manera fehaciente, las características de cada bien y sus necesidades. Los datos del inventario responden a los siguientes epígrafes: a) identificación del bien, b) ubicación y acceso, c) propuesta de delimitación del bien y de su entorno, d) régimen de protección, e) titularidad del bien, f) uso actual, g) intervenciones realizadas en el bien, h) contexto histórico – cultural, i) tipología del bien dentro de la arquitectura defensiva, j) descripción del entorno físico, en el que recoger topografía, vías de comunicación, recursos naturales cercanos, k) características del bien, l) estado de conservación y riesgos, m) vinculación con otros bienes cercanos, con los que puede o no conformar un sistema, n) recomendaciones y medidas de tutela, ñ) cuadro – resumen de necesidades y soluciones, o) interés turístico – cultural, p) potencialidad turístico – cultural, q) propuesta de intervención turístico – cultural formuladas por el equipo redactor, r) otras propuestas de intervención turístico – cultural, s) documentación fotográfica y t) documentación cartográfica8 para crear un Sistema de Información Geográfico (SIG) (Fig. 4). El inventario es una herramienta esencial para conocer cada uno de los bienes que integran la Arquitectura defensiva en Aragón y garantizar su protección y preservación, así como facilitar su difusión. El inventario de Arquitectura defensiva comienza a nutrirse en 1931 al ser reconocidos algunos castillos como
524
Figura 4. Incorporación de nuevos bienes al SIG, procedentes del proyecto de inventario de Teruel y el Plan del Camino de Santiago (mapas elaborados por Miguel Díaz).
Monumentos, siendo aumentado en 1968 por los catálogos monumentales provinciales de principios de s. XX: Inventario resumido de los Monumentos de Arquitectura militar, Serie España nº 2, correspondiente al Inventario de Protección del Patrimonio Cultural Europeo (IPCE) y 1998 por el Inventario de castillos y estructuras de carácter defensivo, encargado por la Dirección General de Bellas Artes a la Asociación Española de Amigos de los Castillos, con el fin de completar el Registro General de Bienes de Interés Cultural.
Sesión 5. Los principales problemas, que aún hoy en día se arrastran, son la falta de un inventario completo de todas los bines y la carencia de una metodología definida para proceder a su análisis adecuado. Si se exceptúa el estudio de Lampérez Romea (1922) y F. Chueca Goitia (1965) y algún análisis concreto (v. g. castillo de Loarre, J. F. Bolea, 1984), la Arquitectura Defensiva aragonesa ha sido sólo tratada desde una perspectiva territorial (por provincias y comarcas) y alfabética (C. Guitart, 1979, 1986, 1992ª, 1992b; A. Castán. 2004, F. Benito, 1991). No ha existido una estrategia general de abordar la temática9, ni clasificación cronológica, a excepción del esfuerzo realizado por C. Guitart (1999), ni criterios técnicos para reconocer los más singulares y diferenciarlos de los inmuebles con menor entidad o representatividad cultural y social. En la actualidad, varias asociaciones vinculadas con la temática están trabajando en la realización de inventarios a través de fichas. Dos de ellas son la Asociación de Amigos de los Castillos de España y la Asociación para la Recuperación de los Castillos de Aragón (ARCA), que ofrecen en sus páginas web un inventario de los bienes defensivos. En sus fichas, se recoge su ubicación, titularidad, acceso, horario de visitas, una somera descripción, cronología, estado de conservación, fotografías, planos si los hubiere y bibliografía básica. La tercera, la Asociación para la Recuperación de los Castillos de Teruel (ARCATUR), con financiación de la actual Dirección General de Patrimonio Cultural y coordinación del Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural, desarrolla la elaboración de fichas sobre bienes arquitectónicos de la provincia de Teruel, permitiendo nutrir y actualizar el inventario.
3.3. Gestión “En Aragón, se conocen casi mil inmuebles defensivos recogidos en la base de datos / inventario de la Dirección General de Patrimonio Cultural. Todos ellos poseen algún acontecimiento interesante que contar y transmitir, pero no todos ellos han tenido un devenir continuo de sus funciones y usos ni han sido valoradas social y culturalmente de la misma forma por las poblaciones a las que se vincularon y vinculan” (R. Ornat, 2018:55). Toda la documentación recogida y elaborada de manera sistemática y coherente (que se está aplicando a la provincia de Teruel y a zonas concretas del territorio aragonés, como la Jacetania y el campo de Belchite, sobre todo) permite conocer no sólo los bienes recogidos en la Orden sino alguno también inédito, ampliando así el inventario, y elaborar fichas de riesgos de cada uno de ellos a partir de las cuales establecer prioridades, recopilar toda la documentación existente sobre un mismo bien y las actuaciones de las que ha sido objeto. Este conocimiento ha permitido no sólo aplicar los criterios de intervención reseñados en el ordenamiento jurídico y en los documentos nacionales e internacionales
Figura 5. Fichas elaboradas por ARCATUR.
525
sino entender la importancia de los estudios previos y de conocer el contexto y singularidad de cada bien a la hora de establecer actuaciones en ellos Fig. 5). Los criterios de intervención se pueden diferenciar entre: a) Criterios de intervención con base jurídica: •
Los recogidos en los artículos 34, 35 y 46 de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés.
•
Las Comisiones son órganos colegiados que emiten su informe o autorizan de acuerdo a la documentación remitida a ellas. En algunos casos, establecen criterios generales de intervención (v. g. Criterios generales de intervención, elaborado por la Comisión Provincial de Patrimonio Cultura de Teruel, y Criterios generales para la redacción de un Plan Director relativos a edificios sometidos a autorización cultural, realizado por la Comisión Provincial de Patrimonio Cultura de Zaragoza).
•
Aquello que establezca el Plan General de Ordenación Urbana y su Catálogo.
•
Lo recogido y estipulado en las declaraciones y delimitaciones de los bienes, tanto en las individualizadas como en las genéricas.
b. Criterios de intervención con base en la singularidad de este tipo de bienes. Persiguen el comprender y respetar los valores más significativos de cada bien y / o sistema defensivo, tal y como se resalta, sobre todo, en la Carta de Baños de la Encina, el Plan Nacional de Arquitectura defensiva y Carta de ICOFORT sobre fortificaciones y patrimonio relacionado. Se pueden resumir en la siguiente lista: Necesidad de realizar estudios previos. •
Conservación de los testimonios de las evoluciones constructivas.
•
Identificación y preservación de los valores arquitectónicos y técnicos.
•
El bien como elemento perteneciente y configurador de un sistema defensivo y un paisaje.
•
Empleo de técnicas poco invasivas y reversibles.
•
Compatibilidad de los usos actuales o previstos con la idiosincrasia del bien o conjunto.
•
526
Respeto al valor que el ser humano le ha otorgado, tanto por sus hacedores, sus
usuarios como de las poblaciones que lo han preservado. Ahora bien, para dar respuesta singular a cada uno de los bienes integrantes del patrimonio defensivo en Aragón se considera la necesidad de contar con un Plan director / plan de actuación, puesto que tan sólo este documento permite garantizar la preservación de los valores propios, su excepcionalidad y singularidad, de acuerdo a sus características propias, y compatibilizar su uso de una forma adecuada. El plan director /plan de actuación es un instrumento técnico fundamental para aprehender el bien gracias al su estudio sistemático y profundo. En él se incluye, además, el análisis del patrimonio inmueble, mueble e inmaterial que conforman el bien y sus relaciones con el territorio en el que se asienta, su estado de conservación actual y las necesidades que se derivan de él, así como proponer las actuaciones más indicadas para protegerlo, preservarlo y conservarlo, plantear un potencial uso acorde con sus peculiaridades y cualidades y establecer un plan de mantenimiento que garantice su preservación a futuro de forma sostenible.
3.4. Prospectiva El futuro del Plan de Arquitectura defensiva en Aragón ha de centrarse en: a) Proseguir con el inventario, aumentando su eficiencia y el número de bienes en él integrados. b) Publicar una nueva Orden, en la recoger todos los bienes existentes en la geografía aragonesa de acuerdo a sus tipologías y características para establecer medidas de tutelas acordes a cada uno. c) Potenciar la redacción de nuevos planes directores / planes de actuación, puesto que se ha comprobado que son el instrumento fundamental para su conocimiento y gestión, así como para un uso compatible con sus características esenciales. d) Contar con el máximo de fichas de riesgo, para facilitar actuaciones futuras y priorizarlas. e) Promover las sinergias con los profesionales involucrados en la gestión, conservación, preservación y difusión de la arquitectura defensiva para armonizar y sistematizar las herramientas e instrumentos empleados y la correlación entre ellos. f) Propiciar la concienciación sobre la singularidad de estos bienes en las entidades y organismos vinculados con ellos. g) Sensibilizar a la sociedad civil sobre la importancia de cumplir con la normativa vigente y las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales, para garantizar la
Sesión 5. perduración de este tipo de bienes culturales sin que se alteren sus valores esenciales, aunque su uso sea diferente para el que fueron creados.
4. VALORACIÓN DEL PLAN En estos tres años de puesta en marcha del Plan, el análisis sobre su planteamiento, desarrollo, ejecución, y metas alcanzadas se resumen en los siguientes epígrafes.
4.1. Logros ü Unificación de recursos técnicos. ü Coordinación en la gestión y actividades. ü Avances en el inventario y su gestión. ü Coordinación con instituciones y organismos vinculados con este patrimonio. ü Unificación de criterios (intervenciones, planes directores / planes de actuación).
Importante ha sido la participación, en 2019, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, como stakeholder, en el Proyecto Europeo (Intereg): Recapture the Fortress Cities (RFC), integrado por República Checa, Bélgica, Rumanía, Grecia, Alemania, Eslovaquia y España (Diputación de Teruel) (Fig. 6).
4.2. Dificultades ü Complejidad y diversidad de los bienes, tanto en cronología como en sus categorías de protección, tipologías, tipos aún no muy estudiados, y bienes con una singularidad propia, como las murallas que se integran en el entramado urbano. ü Diversidad de propietarios. ü Concienciación en una gestión y uso acorde con sus características.
ü Apertura de nuevas líneas de actuación e investigación.
Figura 6. Nota sobre el encuentro en Amberes de los socios del proyecto europeo RFC-Recapture.
527
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Benito, F. (1991): Patrimonio histórico de Aragón. Inventario arquitectónico. Teruel, vol. 1 y vol. 2, Gobierno de Aragón. Bolea, F. J. (1984): El Castillo de Loarre, Imprenta Aguarón Castán, A. (2004): Torres y castillo del Altoaragón, Publicaciones y Ediciones del Alto Aragón. Chueca Goitia, F. (1965): Historia de la Arquitectura española. Guitart, C. (1979): Arquitectura gótica en Aragón, Librería General. -(1986): Castillo de Aragón, tomo I, II y III, Librería General.
- (1992a): Castillos de Zaragoza, Librería General. - (1992b): Castillos de Huesca, Librería General. Ibáñez, J. y Sáez, R. (2013): Castillos, murallas y torres. La arquitectura fortificada de la Comarca de Gúdar – Javalambre, Qualcina. Lampérez Romea (1922): Primer estudio de los castillos en España. Ornat, R. (2018): “Criterios de intervención patrimonial en los castilloaragoneses”, en J. Ibáñez (ed.), Castillos, murallas y torres. La arquitectura fortificada de la comarca de Gúdar – Javalambre, pp. 50 – 61. Sáez, R y Ibáñez, J. (2017): Guía de los castillos de las órdenes militares, editorial Qualcina.
NOTAS ACLARATORIAS 1 _El Consejo de Patrimonio Histórico tiene la competencia de elaborar y aprobar este Plan, al igual que los restante planes nacionales (art. 35 de la Ley 16/1985). Por el Real Decreto 565/1985, de 24 de abril, esta labor se le atribuye al Instituto de Patrimonio Cultural de España. 2 _“Los Bienes de Interés Cultural ubicados en la Comunidad Autónoma, que hubieren sido declarados como tal con anterioridad a la entrada en vigor de esta Ley, pasarán a tener la consideración de Bienes de Interés Cultural o Conjuntos de Interés Cultural”. 3 _“Mediante Orden del Consejero del Departamento responsable de Patrimonio Cultural podrán completarse las declaraciones originarias, determinando los bienes muebles y el entorno afectado que deban considerarse parte integrante por las declaraciones de Bien de Interés Cultural y Conjunto de Interés Cultural.”. 4 _“Los propietarios y titulares de derechos sobre los Bienes de Interés Cultural tienen el deber de conservar adecuadamente el bien, facilitar el ejercicio de las funciones de inspección administrativa, el acceso de investigadores y la visita pública, al menos cuatro días al mes, en los términos establecidos reglamentariamente”. 5 _“Espacios en los que se presuma fundadamente la existencia de restos arqueológicos requeridos de medidas precautorias”. 6 _“La realización de obras o actividades en los BIC o en el entorno de los mismos, siempre subordinada a que no se pongan en peligro los valores que aconsejen su conservación, deberá contar antes de la licencia municipal con autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural”. Este artículo es de aplicación a los Bienes de Interés Cultural, categoría Monumento”. 7 _“Hasta la aprobación definitiva del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico o instrumento similar, el otorgamiento de licencia o la ejecución de las otorgadas antes de incoarse el expediente de declaración del Conjunto precisará resolución favorable del Director General responsable de Patrimonio Cultural, previo informe de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural”. Los Conjuntos de Interés Cultural se regirán por este artículo. 8 _La documentación cartográfica se elabora de una determinada manera con el fin de garantizar la incorporación directa a un sistema de información geográfica (SIG). Por ello, la documentación cartográfica vectorial se recoge en formato SHP, empleando puntos, polígonos y excepcionalmente polilíneas. El sistema de coordenadas es ETRS89, en proyección UTM Huso 30 extendido. La documentación cartográfica ráster se aporte georreferenciada en el sistema de coordenadas y proyección antes citada y en un formato estándar como GeoTIFF o ECW. 9 _ Una excepción a lo señalado es el libro titulado Guía de los castillos de las órdenes militares, que ha sido publicado, en 2017, por la editorial Qualcina y escrito por R. Saéz y J. Ibáñez.
528
Sesión 5
5.7. INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE ALCAÑIZ: LA LONJA Y CASA CONSISTORIAL ARCHAEOLOGICAL RESEARCH AND ENHANCEMENT OF CULTURAL HERITAGE IN ALCAÑIZ: THE LONJA AND THE TOWN HALL Francisco Javier Gutiérrez González y Samuel García Lasheras Arqueólogos profesionales Autor de contacto/Contact author: Francisco Javier Gutiérrez González, info@arqueoguti.es
RESUMEN Se presentan los resultados de las investigaciones arqueológicas realizadas en el marco de los estudios previos del proyecto municipal de recuperación y rehabilitación de la Lonja y Casa Consistorial. Según los restos muebles e inmuebles documentados hasta el momento consideramos que se ha comprendido la naturaleza de los arcos de la Lonja de Alcañiz. PALABRAS CLAVE: Bajomedieval; Alcañiz; Lonja; Casa Consistorial.
ABSTRACT In this paper we present the preliminary results of the archaeological investigations carried out in the framework of the recovery and rehabilitation of the Lonja and Town Hall of Alcañiz. We consider that the estructure of thearches of the Lonja of Alcañiz can be revealed thanks to the examination of all remains preserved until modern days. KEYWORDS: Medieval; Alcañiz; Lonja; Town Hall.
529
Figura 1. Plano de las catas realizadas en la Lonja y la Casa Consistorial.
530
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN La investigación y puesta en valor de los restos aquí ahora presentados es, ante todo, el resultado del interés y el esfuerzo del ayuntamiento de Alcañiz por recuperar su Historia, Patrimonio Cultural y potenciar distintos elementos de su Patrimonio Histórico.
2. OBJETIVOS Desde los servicios municipales del ayuntamiento de Alcañiz se viene desarrollando diversas actuaciones encaminadas a la recuperación y puesta en valor de su patrimonio Histórico. Durante 2018 y 2019 he realizado varias catas enmarcadas en esa línea de trabajo dentro de dos ámbitos distintos. Por un lado el Proyecto de Rehabilitación y Restauración del conjunto arquitectónico de la Lonja y Casa Consistorial, y por otro lado el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Barrio de Santiago y Barrio Mazador que explico en otra intervención de este mismo congreso.
3. METODOLOGÍA Dentro del anteproyecto realizado por el estudio de Laguens Arquitectos para la Rehabilitación, en la que participa en la financiación Suelo y Vivienda de Aragón SLU, planteamos una serie de catas verticales y en el subsuelo que aportaran diversas respuestas a las dudas y problemas existentes, entre otras la diferenciación de algunas obras contemporáneas como la intervención del arquitecto Chueca Goitia a finales de los años setenta del siglo pasado.
4. RESULTADOS Aparte de algunos sondeos menores, cabe destacar que los restos visibles al sureste de la casa consistorial correspondían a estructuras de la vivienda moderna, derribada en el siglo XX, y que hemos confirmado que la columna facetada visible en uno de los salones de la primera planta de la Lonja, fue recolocada allí en alguna de las reformas de época moderna, quizá decimonónica (Fig. 2). En concreto, comprobamos que la pared de tierra encofrada fue picada para instalar la citada columna y que el hueco practicado fue recubierto por un enlucido de mortero de yeso de buena calidad. El traslado debió ser facilitado por la composición de la columna en hasta 9 piezas. Se nos escapa la razón por la cual la orientación de la columna está intencionadamente algo girada respecto del resto de la estancia. Su basculamiento de dos grados hacia el norte, debido al fallo de la viga sobre la que se apoya sólo en parte, no justifica esa rotación. No tuvo nunca aquí una función estructural sino como elemento decorativo y ennoblecedor. El fondo de la columna oscila entre 37 y 47 cm y no es totalmente recto, sino que en alguna de las piezas presenta alguna muesca notable, como si en origen hubiese estado pensada para encajarse a otra pared gracias a estas protuberancias. La base, en sus ángulos frontales, presenta dos peculiares decoraciones geométricas de aspecto gótico.
Al Oeste de la columna existe una ventana cuadrangular a tan sólo 8 cm de distancia, lo que supongo hace improbable que funcionasen de forma coetánea. Abundando en esto, los márgenes de la ventana (de 12 cm de anchura) son de un mortero de yeso distinto al del enlucido de buena calidad (el que considero coetáneo de la colocación de la columna). Esta ventana, cuyo alféizar comienza a 237 cm de la base de la columna, da al actual hueco de escalera de acceso a la primera planta, lo que hace de nuevo improbable que funcionase cuando el edificio adyacente tuvo edificada su segunda planta, sino más bien indica que esta ventana fue amortizada (con piedras y ladrillo cogidos con escaso mortero de cal), cuando se erigió la segunda planta del edificio adyacente, que en su fachada vemos diferenciada al ser de ladrillo y no de piedra (al fondo de la imagen superior Fig. 4). Al plantear la ubicación de la primera cata en el subsuelo se pretendió conocer la cimentación de los arcos de la Lonja y de la Casa Consistorial con una sola intervención. Al tiempo, se pretendía dar respuesta a los interrogantes históricos que plantea el conjunto de la plaza, en especial la propuesta de Miguel Ángel Laguens (padre) de que los tres arcos de la Lonja no se construyeron para esta ubicación, sino que fueron trasladados desde otra, aún desconocida. Posteriormente realizamos una segunda cata en la base del siguiente pilar para conseguir un contexto cerámico más extenso y una cronología más segura para la construcción de las bases de los arcos (Fig. 3). Bajo un noble enlosado del siglo XIX de grandes losas, excavamos la zanja de construcción de la zapata de cimentación del plinto del primer y segundo arcos. En el primer plinto se ha comprobado que, tras una preparación inicial que se alinea perfectamente con el trazado general de la manzana de la Casa Consistorial, posteriormente se giró el sillar superior hasta casi diez grados hacia el Norte (en el sentido contrario a las agujas del reloj), motivo por el cual debió rellenarse con ripios el hueco dejado en su ángulo SE (Fig. 4). Por encima de este sillar girado ya sólo vemos el plaqueado de la obra de reparación de 1974-1979. Las características de los sillares de base del pilar coinciden en ambas hiladas. La piedra es la misma. En la hilada inferior hay dos sillares de 84 cm de frente y, al menos, 86 cm de profundidad. La hilada superior girada presenta un solo sillar de 96 cm de frente y 66 cm de profundidad. Considero lo más probable que, al preparar la cimentación de los plintos de los arcos, se aprovechara la zapata previamente existente (de edificaciones anteriores) y sólo se colocaran las dos piedras de la segunda hilada, éstas ya en la orientación actual que sigue la arquería de la Lonja. Esto parece confirmarlo el distinto relleno localizado en su zanja: mientras que la zanja de la primera hilada no aportó material mueble y la tierra era arenosa y limpia, el relleno superior (y con la zanja desdibujada por las actividades modernas), consistió en una tierra arcillosa más oscura y con un pequeño conjunto de material cerámico y un vidrio; contexto que puede encuadrarse entre la segunda
531
mitad y fines del siglo XIV d.C. La pieza más destacada es una pared de escudilla vidriada en blanco con una línea pintada en azul, que podría pertenecer al llamado tipo Pula, de fines del siglo XIV (Coll Conesa 2008, 2009 y 2009b). Lógicamente para su amortización habría que considerar en el transcurso de un pequeño lapso de tiempo (imagen superior de la Fig. 6). En la cata realizada en la zapata del plinto del segundo arco (Fig. 5), excavamos también el relleno de la zanja de construcción. Pueden apreciarse hasta tres hiladas de sillares formando la zapata del plinto. La hilada inferior consta de un solo sillar, la segunda tiene, al menos dos sillares y la tercera no se distingue bien, debido a unos arreglos contemporáneos, pero parece tener también dos sillares al menos. La primera hilada sobresale 1,5 cm hacia el oeste, la cara que hemos podido comprobar y que mantiene la alineación del sillar girado de la segunda hilada de la zapata del primer pilar, documentado en la cata 1. Al igual que en el sillar girado de la zapata del primer pilar, ésta zapata del segundo pilar tiene mortero de yeso cogiendo las piedras; algo que no ocurría con la primera piedra de la zapata del primer pilar que consideramos anterior. Los fragmentos cerámicos localizados (Fig. 6 imagen inferior) fueron aún menos significativos que los de la primera cata, por lo que se procedió a analizar mediante C14 un fragmento óseo que proporcionó una cronología (al 95% 2sigma) de fines del siglo XIV, y se analizó mediante termoluminiscencia TLH tres fragmentos cerámicos que ofrecieron similares fechas.
Figura 2. Vista general, basa y alzado interpretativo de la columna recolocada en época moderna.
Finalmente, hay que resaltar el machihembrado que se aprecia en la colocación del primer arco con el inicio muro que sale de la Casa Consistorial (Fig. 7). Los sillares de este muro, que sobresalen unos pocos centímetros de la línea de fachada renacentista, están elaborados con una talla distinta (más rugosa) a la de la fachada actual del ayuntamiento. Considero que pueden pertenecer a las viviendas anteriores a la elaboración de la fachada del ayuntamiento en 1570 (Lomba 1989 y 2005). Sobre esos sillares de acabado algo rugoso, se encajan los sillares provenientes del primer pilar de los arcos, éstos últimos muy bien alisados. Creo que puede afirmarse que estos arcos están adosados a una construcción preexistente, distinta a la actual fachada consistorial, la cual debió cubrir una precedente bajomedieval en un momento en que ya estaban colocados los arcos de la Lonja. Otro aspecto importante comprobado por el equipo interdisciplinar, que sigue con el estudio de este conjunto arquitectónico1, ha sido la comprobación de que la zona norte de la fachada la Lonja es una reconstrucción que tuvo lugar tras la gran explosión del fortín acaecida en 1840 durante la contienda carlista. Hemos comprobado que las marcas de talla de la basa del último pilar por el Norte son distintas (en diagonal) al resto de pilares (verticales). Al mismo tiempo, la pátina y módulo de los sillares de todo el paramento correspondiente al tercer arco (el no decorado), son distintos a los de los dos primeros arcos (decorados); no sólo en la fachada
532
Figura 3. Plano de catas realizadas en porche de La Lonja.
Sesiรณn 5.
Figura 4. Vistas de la cata 1 en el pilar sur.
Figura 5. Vistas de la cata 2 en el segundo pilar.
533
Figura 6. Materiales hallados en el relleno de las zapatas, arriba del primer pilar y abajo del segundo. exterior, sino también en la interior que continúa la línea de fachada de los distintos edificios medievales. Creemos que fue necesario reparar todo el último tramo que este último arco fuese repuesto copiando el escudo de la ciudad existente en el otro extremo de la Lonja, imitando su trazado general (Fig. 8).
5. CONCLUSIONES Del estudio estilístico de los arcos de la Lonja parece inferirse una cronología similar a la proporcionada por nuestros sondeos arqueológicos (García Lasheras 2019). El hecho de que no se mencione la Lonja ni en las Alabanzas de Alcañiz… de Juan Sobrarias de 1506, ni en el relato de la visita de Carlos V de 1526 se ha venido considerando como una prueba de su inexistencia. Sin embargo, al citarse en las Memorias de Mariano Ardid que en 1547 se habían ya “adquirido las casas inmediatas… por haberla crecido, hermoseado, y fabricándola de costosa arquitectura, cual hoy día se manifiestan”, se podría pensar que quizá haga referencia a la existencia ya en esa fecha de las arquerías decoradas de la Lonja. La ausencia de datos documentales sobre esta loggia no debe hacernos rechazar de plano la posibilidad de su existencia previa. El contexto cerámico de construcción de los plintos indica una fecha no muy alejada de las décadas de finales
534
Figura 7. Vista explicativa del machihembrado del primer pilar de los arcos de la Lonja con la Casa Consistorial.
Figura 8. Ortoalzado de la fachada de la Lonja, difuminada la parte reformada a mediados del siglo XIX.
Sesión 5. del siglo XIV, o más bien comienzos del siglo XV d.C., con el margen que debe tenerse en cuenta respecto a los contextos de amortización. Desde ese momento y hasta la tercera y cuarta décadas del siglo XVI en que pudiera parecer que sugieren los textos para la colocación de los arcos góticos de la Lonja, la ausencia de materiales de finales del siglo XV y del siglo XVI en los rellenos excavados de las zapatas hace pensar mejor en las primeras décadas del siglo XV para la erección de la arquería. La datación del pórtico de la Lonja de Alcañiz en el primer cuarto del siglo XV también se fundamenta en el estudio comparativo de su escultura arquitectónica en relación con conjuntos de su entorno inmediato, concretamente con la escultura monumental de la torre gótica de la iglesia de Santa María la Mayor. Recientemente, con motivo de su restauración y tras su estudio histórico artístico, se ha revisado la cronología propuesta con anterioridad y se ha establecido que el campanario fue construido en los siglos XIV y XV en dos etapas. La obra se inició en el segundo cuarto del siglo XIV, durante los últimos años de prelatura del arzobispo don Pedro López de Luna (1317-1345). La construcción sería interrumpida de forma precipitada como demuestran los cambios en la estructura y las diferencias que se aprecian en los sillares a la altura de la primera planta. A ello se suma el distinto estilo de los elementos escultóricos de las plantas superiores. La obra de la torre no se retomaría hasta el primer cuarto del siglo XV cuando Alcañiz vivió una serie de acontecimientos que reflejan la recuperación económica y que serían decisivos en la puesta en marcha de diferentes proyectos arquitectónicos. El estilo de los elementos escultóricos, relieves de las ménsulas y claves de las bóvedas de las plantas primera y segunda, así como los relieves de los ventanales de la segunda planta, permite situar su ejecución entre aquellas fechas y la década de 1420. A pesar de su alto grado de deterioro, los elementos escultóricos de la arquería del pórtico de la Lonja alcañizana muestran cierta similitud con algunas piezas realizadas durante la segunda etapa constructiva de la vecina torre de Santa María (Fig. 9). Los motivos vegetales, frondas, que decoran los arcos son de estilo semejante a alguno de los representados en los capiteles y frisos del ventanal Este de la segunda planta del campanario. Por otra parte, la forma de representar la parte posterior del animal fantástico localizado en el arranque del primer arco de la Lonja, casi en contacto con la fachada de la Casa Consistorial renacentista, es semejante al fragmento de otro animal sin identificar – que en origen también sería de carácter mitológico–, esculpido en una de las ménsulas sobre las que se apoyan los nervios de la bóveda de la segunda planta de la torre. Teniendo en cuenta que esta estancia fue levantada durante la segunda etapa constructiva que he señalado, el primer cuarto del siglo XV, podemos situar la realización de los elementos escultóricos y, por lo tanto, la construcción del pórtico de la Lonja en fechas cercanas.
Figura 9. Comparativa de esculturas de la torre gótica y de la Lonja.
Figura 10. Base del hejal de Híjar y la de los arcos de la Lonja de Alcañiz.
535
Otra comparación posible es con la base de la decoración gótica del hejal de la sinagoga de Híjar (Fig. 10), muy similar a la de los arcos de la lonja de Alcañiz, y que sabemos está confirmada documentalmente su renovación en las primeros años del siglo XV (Hernández y Franco 2019). Unas bases que están en consonancia con el estilo del momento. De este modo, la construcción del pórtico se incluye entre los proyectos que se emprenderían en Alcañiz durante aquel periodo: la terminación de la torre de Santa María y la construcción del hospital de Santa María y San Nicolás (datada entre 1418 y 1423). La materialización de estas obras revela, no sólo la recuperación y pujanza económica de la ciudad, sino el interés por renovar su aspecto urbano y por dotarla de unos edificios de uso público en consonancia con el espíritu vivido en las principales ciudades de la corona de Aragón. Teniendo en cuenta la datación propuesta, y el contexto en el que se enmarca la construcción del pórtico, creemos que hay que descartar la hipótesis de la procedencia de sus arcos de un conjunto precedente. Se ha planteado la posibilidad de que estos arcos pudieron estar en alguna cercana casa preexistente, aunque su magnitud parece más razonable para un pórtico que diera prestancia y continuidad a las reuniones concejiles de las “gradas del fosal” de Santa María, tal como se menciona en distintos textos conocidos. La idea de levantar el pórtico nacería principalmente de una necesidad funcional en un periodo de apogeo económico, pero también tendría una finalidad estética ya que con la arquería se ennobleció el aspecto exterior que ofrecían las edificaciones anteriores que conforman el conjunto de estancias de la Lonja que presentaban un lóbrego aspecto. Es probable que se plantease la construcción de un edificio de nueva planta, pero por razones que desconocemos, se optó por añadir tan solo el pórtico. Tal vez se concibió como una solución ante la imposibilidad de desmantelar en aquel momento aquellas dependencias. Para construir el pórtico fue preciso proporcionar una superficie horizontal sobre la que levantar la arquería que además uniformizaba el acceso a dichos edificios, a los que con anterioridad posiblemente se daría paso a través de escalinatas. Los pilares de la arquería se apoyan sobre unos gruesos plintos con los que se dio mayor estabilidad a la estructura y aumentó su altura ofreciendo una apariencia más esbelta. La superficie lisa de los plintos les dota de un aspecto sólido. Recuerdan los basamentos sobre los que se apoyan las jambas de las portadas de algunas iglesias góticas, como la de Santa María de Valderrobres, si bien en estos casos pueden mostrar algún tipo de ornamentación. En este sentido, el aspecto poco noble que le confieren a los plintos los sillares que los componen hoy en día son resultado de un forrado o aplacado, seguramente para suplir la probable degradación que sufriera con el tiempo las piedras areniscas que los integraban en un principio. En los grabados decimonónicos de Madoz y Quadrado
536
puede apreciarse que los plintos originales continuaban las hendiduras decorativas de la base de los arcos. Todas las piedras empleadas en los plintos son distintas de la utilizada para la elaboración de los arcos, una litarenita del Mioceno, del Valle del Ebro de los alrededores de Alcañiz, probablemente de formaciones de Ballobar. Las documentadas para las zapatas, que no están tan meteorizadas como las que forman los plintos, y su inspección de visu es más clara, son del tipo de arenisca local bien conocido en Alcañiz. En el momento de redactar este artículo está en marcha la obra de rehabilitación del conjunto arquitectónico que puede añadir nuevos conocimientos y matizar o corroborar nuestra aportación.
AGRADECIMIENTOS Agradecemos su ayuda a distintos colegas: José A. Benavente, Jaume Coll, Sergio Escribano, Alberto García-Porras, Miguel Ángel Laguens, Carlos Laliena y Carmen Morte.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS Álvaro Zamora, M.I., (2002): Cerámica Aragonesa II, Ibercaja, Zaragoza. Barragán, J. J. (2010): “Origen y evolución urbana de Alcañiz. De la villa medieval a la ciudad renacentista”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII, Hª del Arte, t. 2223, 2009.2010: 75-101. Benavente Serrano, J. A. (1995): “La cerámica común del castillo de Alcañiz”, en El castillo de Alcañiz, AlQannis, 3-4, Taller de Arqueología de Alcañiz: 169-214. ___(2010): “Arqueología medieval en el Bajo Aragón: una visión de conjunto”, en Ortega, J.M. y Escriche, C (Coords.), I Jornadas de arqueología medieval en Aragón: balance y novedades: actas: Teruel, 15-17 de junio de 2006, Teruel: 79-110. Coll Conesa, J. (2008): “La loza decorada en España”, Ars longa: cuadernos de arte, 17, Universitat de València: 151-168. ___(2009): La cerámica valenciana, apuntes para una síntesis, Asociación Valenciana de Cerámica. ___(2009b): “Cobalt blue in medieval ceramic production in the valencian Workshops. Manises, Paterna and Valencia, Spain”, Medieval Ceramics 31: 11-24. García Lasheras, S. (2019): La escultura gótica monumental de la Lonja de Alcañiz (Teruel) y los antecedentes artísticos de su entorno. Informe histórico artístico (inédito). ___ (en prensa): “La torre gótica de Santa María la Mayor de Alcañiz (Teruel)”, en Lambard. Estudis d’art , Institut d’Estudis Catalans: Amics de l’Art Romànic: Hernández Pardos, A. y Franco Calvo, J. G. (Coords.) (2019): La antigua sinagoga de Híjar. Claves de un
Sesión 5. monumento excepcional. Teruel. España. Edita Acrótera. Gestión del Patrimonio, Teruel. Laguens González, M. A. (1995): “Evolución urbana de Alcañiz”, en El castillo de Alcañiz, Al-Qannis, 3-4, Taller de Arqueología de Alcañiz: 301-346. ___ (Conferencia inédita): “La Lonja de Alcañiz. Un enigma”, Curso Interdisciplinar de Humanidades, Instituto de Estudios Humanísticos, Alcañiz, 25-27 de noviembre de 2014. Laliena Corbera, C. (1987): Sistema social, estructura agraria y organización del poder en el Bajo Aragón en la Edad Media (siglos XII-XV), Teruel, 1987 (reed. 2009). ___ (1997): “La carta de población de Alcañiz en 1157”, Homenaje a Antonio Gargallo, Stvdium. Revista de Humanidades, 3: 253-268 ___ (2003): “La comarca del Matarraña en el periodo medieval”, en J. A. Benavente y T. Thompson (eds.), Comarca del Matarraña. Colección Territorio, Zaragoza: 91-100.
Pérez-Piá, D. (2016): “Propuesta de seriación de la cerámica vidriada bajomedieval de Teruel”, IX Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica, Santander 8-11 de junio de 2016: 513-519. Quadrado, J. M. (1974): Recuerdos y Bellezas de España. Volumen “Aragón”. Pórtico (ed. facs. de la de 1844). Schlicht, M. (2006): “Interpénétration des volumes architecturaux et complexité visuelle dans l’architecture française de la fin du Moyen Âge. Le pilier de l’avantportail du bras nord du transept de la cathédrale de Rouen”, mise en ligne octobre 2006. Sinués Ruiz, A. “La frontera de Alcañiz en tiempo de Alfonso II”, VII CHCA, Barcelona, 1962, vol. II: 258259. Sancho, N. (1860): Descripción histórica, artística, detallada y circunstanciada de la ciudad de Alcañiz y sus afueras, Alcañiz, Imprenta de Ulpiano Huerta. Siurana Roglán, M. (1982): La arquitectura gótica religiosa en el Bajo Aragón turolense, Teruel.
___(coord.) (2016): Matarranya, gentes y paisajes en la Edad Media. Univ. Zaragoza. Gobierno de Aragón, Comarca del Matarraña.
Sobrarias, J. (1506): Discurso sobre las Alabanzas de Alcañiz. Edición Crítica de J.Mª Maestre, 2000, Instituto de Estudios Humanísticos, Alcañiz- Cadiz.
Laliena Corbera C. y Ortega Ortega, J. M. (2006): “Villas nuevas y morfogénesis del poblamiento agrupado en el Bajo Aragón (siglos XII-XIII)”, en Las villas nuevas del suroeste europeo. De la fundación medieval al siglo XXI. Análisis histórico y lectura contemporánea, Boletín Arkeolan, 14, Hondarribia:163-182.
Taboada, E. J. (1898): Mesa Revuelta. Apuntes de Alcañiz, Zaragoza, tip. La Derecha.
Lomba Serrano, C. (1989): La casa consistorial en Aragón. Siglos XVI y XVII, Zaragoza, Diputación General de Aragón. ___ (2005), “Las Casas Consistoriales del Bajo Aragón”, Comarca del Bajo Aragón, Gobierno de Aragón, Colección Territorio, núm. 18: 145-149 . Ortega Ortega, J. M., (2002): …operis terre turolii: la cerámica bajomedieval en Teruel, Museo de Teruel, Teruel.
Thompson Llisterri, T. (Inédito): Conjunto casa consistorial de Alcañiz. Estudio histórico artístico. Septiembre 2018. Vidiella Jasá, S. (1907): “Desarrollo del municipio de Alcañiz después de la Reconquista” en BHGBA, I: 5-20, 45-59 y 97-114. Villanueva Morte, C. (2007): Estudio de la producción y comercialización de la cerámica bajomedieval entre los reinos de Aragón y Valencia, Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval XIV: 249-287.
NOTAS ACLARATORIAS 1. Los integrantes de este equipo son: información histórico documental Mar Aznar Recuenco, estudio de historia del arte Samuel García Lasheras, estudio histórico Teresa Thomson Llisterri, proyecto de restauración Encarna Ripollés Adelantado, documentación gráfica digital Luis Agustín Hernández, prospección por georradar José Miguel Tena, Topografía Pedro Cerezuela Pedrós.
537
538
Sesión 5
5.8. INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE ALCAÑIZ: LA MURALLA BAJOMEDIEVAL DEL BARRIO MAZADOR ARCHAEOLOGICAL RESEARCH AND ENHANCEMENT OF CULTURAL HERITAGE IN ALCAÑIZ: THE MEDIEVAL WALL OF THE MAZADOR NEIGHBORHOOD Francisco Javier Gutiérrez González Arqueólogo profesional Autor de contacto/Contact author: Francisco Javier Gutiérrez González, info@arqueoguti.es
RESUMEN Se presentan los resultados de las investigaciones arqueológicas realizadas en el marco de los estudios previos de proyecto municipal de recuperación y puesta en valor del tramo de la muralla del barrio Mazador. Según los restos muebles e inmuebles documentados hasta el momento consideramos que se ha comprendido la naturaleza de la muralla bajomedieval conocida como tercer cinto de la ciudad y del tramo medieval desde Pui Pinos hacia la calle Trinidad. PALABRAS CLAVE: Medieval; Bajomedieval; Alcañiz; Muralla.
ABSTRACT These are the results of the archaeological investigations done together with the previous studies of municipal project of recovery and musealization of the wall section of Mazador neighborhood. According to the archeological remains documented so far, we understand the nature of the Late Middle Ages wall known as the “third line of the city” and the section of the medieval wall from the Pui Pinos Park towards Trinidad Street. KEYWORDS: Middle Ages; Late Middle Ages; Alcañiz; Wall.
539
Figura 1. Plano de muralla bajomedieval del barrio de Mazador desde el cuarto torreรณn (puerta de San Jaime) hasta el sexto.
540
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN La investigación y puesta en valor de los restos aquí ahora presentados es, ante todo, el resultado del interés y el esfuerzo del ayuntamiento de Alcañiz por recuperar su Historia, Patrimonio Cultural y diversos restos del Patrimonio Histórico.
2. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA Desde los servicios municipales del ayuntamiento de Alcañiz se viene desarrollando diversas actuaciones encaminadas a la recuperación y puesta en valor de su patrimonio Histórico. Durante 2018 y 2019 he realizado varias catas enmarcadas en esa línea de trabajo dentro de dos ámbitos distintos. Por un lado el Proyecto de Rehabilitación y Restauración del conjunto arquitectónico de la Lonja y Casa Consistorial que explico en otra intervención de este mismo congreso, y por otro lado el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Barrio de Santiago y Barrio Mazador que tiene por objeto la protección, rehabilitación y puesta en valor de la muralla bajomedieval con un tratamiento coherente con el resto de los torreones ya restaurados, asegurando la lectura integral del conjunto; que enlaza con las actuaciones de regeneración urbana, llevadas a cabo en el ámbito Centro Histórico como el Plan Especial del Muro de Santiago que eliminó todas las edificaciones que ocultaban los cuatro primeros torreones de la muralla a lo largo de la carretera N232a o ronda de Teruel. En ambos casos el objetivo ha sido comprender las estructuras existentes y descubrir aquellas nuevas que fueran de interés arqueológico, deslindándose además de otros elementos contemporáneos que las enmascaraban.
3. RESULTADOS Las principales características constructivas del lienzo de la muralla son un relleno interno de aglomerado de mortero cal (hay puntos blancos evidentes), con piedra arenisca informe, grava y arena, aparentemente encofrado “mediante la técnica de tapial” (Benavente 1995: 9192), aunque no hemos podido registrar ninguna de las huellas que habitualmente deja esta técnica. Este relleno interior se encuentra ennoblecido en las caras vistas con sillares de arenisca bien tallados y colocados a soga con unas dimensiones en altura de entre 27 y 55 cm, con aproximadamente unos 35 cm de profundidad (aunque es irregular, pues esa medida no era tan importante al quedar embebida en el alma de la muralla), y una longitud de entre 50 y 100 cm, aunque la cifra más repetida suele ser la de entre 75 y 85 cm. Por otra parte, habría que comprobar si la longitud de unos 50 cm vista en algunas ocasiones pueda ser en realidad sillares colocados a tizón, posiblemente como método en trabazón de la obra. En la cata 1, la más cercana a la Ronda de Teruel, ha podido comprobarse que las primeras dos hiladas sobresalen escalonadamente de la vertical hasta unos 40 cm de distancia, y las cuatro primeras hiladas tiene la misma altura de 27 cm en cada sillar, mientras que a partir
de ahí hacia arriba, la altura ya va cambiando en cada hilada, manteniendo eso sí la línea de hilada continua en altura. Sin embargo, esta línea no es perfectamente horizontal sino que mantiene una pendiente media del 1,5 % de descenso hacia el oeste; no exactamente igual en todas las hiladas, pero sin apenas desviación. La anchura del lienzo de la muralla varía en función de si se toma bajo suelo o en el alzado visto, puesto que bajo suelo no se añadía el forro interno de sillares, que nunca iban a estar expuestos a la vista. La medida que hemos podido tomar ha sido sin las hiladas de sillares interiores, llegando a tener una anchura de algo más de un metro y medio, que alcanzaría cerca de los dos metros cuando se incorporase la cara interior de sillares. Todos los sillares están cogidos con mortero que dejaba la cara exterior perfectamente alineada; por lo que debemos pensar en que la imagen original de estos lienzos era muy distinta al deteriorado aspecto actual, debiendo presentar un aspecto mucho más ennoblecido e imponente, similar al aspecto que presenta en las hiladas inferiores vistas en la cata 2 (Fig. 5), que no han sufrido la erosión de los sucesivos siglos. En esa zona, la zanja de construcción también ha permitido comprobar el sistema de escalonamiento en la base de la muralla, practicado picando los niveles naturales, de forma que cada varios metros (aún no sabemos cada cuántos), se produce un brusco cambio de cota en la base de la muralla. Esto favorece el asiento del lienzo y la subdivisión de los tramos, de forma que, si se desplomase una parte de la muralla, serviría de freno a una posible caída en cadena. Considero que en este punto decidieron rebajar el nivel que encontraron, debido a la endeblez de los limos naturales del entorno, en busca de terreno más estable. Se rellenó inmediatamente, tras ser construida la muralla, por los limos por lo que su relleno no tiene otras tierras distintas y no ha proporcionado cerámicas que ayuden datar el momento de construcción del lienzo; sin embargo no es imposible que si se excava, pudiéramos hallar algún fragmento que proporcione un postquem para la amurallamiento del conocido como tercer recinto defensivo de Alcañiz. Aunque en esa cata 2 no pudimos llegar a comprobar el asiento de la muralla en la roca natural -debido a problemas de seguridad pues la cata profundizó hasta 4,55 m de la cota actual del solar-, en la cata 1 sí constatamos ese asiento. Al inspeccionar el interior del quinto torreón vemos a la derecha de la entrada contemporánea (al este), una escalera de hormigón que reaprovecha un sólido muro de buena sillería. Éste es el tramo oriental del torreón, que se encuentra mucho más conservado en altura que al tramo occidental, el cual fue más expoliado hasta la cota del suelo original, cuyas losas se han conservado justo bajo la solera de cemento que hizo las funciones de suelo de la fábrica de lejías, que ocupó estas parcelas en el siglo XX y a la que se accedía por la puerta practicada en el frente sur del torreón. El expolio moderno y contemporáneo no eliminó completamente el tramo oeste del torreón sino que dejó el sillar exterior, consiguiendo así mayor espacio útil al interior, al igual que se observa en otras
541
reutilizaciones de murallas. En la cata realizada hemos constatado que no existió nunca el tramo norte/interior del torreón, teniendo una estructura en “U”. En la unión del torreón con el lienzo oeste, en su cara exterior, se ha podido comprobar que están perfectamente trabados y son una misma construcción solidaria y coetánea. La superficie interior original del torreón eran unos 8 m2 (la total construida serán unos 27,5 m2) y sus lados tuvieron unos 5,15 m de longitud, aunque sólo saldrían de la línea de muralla unos 3,75 m; si bien estas longitudes aún no han podido ser comprobadas en su totalidad. El frente sur del torreón tiene 5,60 m de ancho. Si al lateral oriental le añadiéramos la anchura del supuesto sillar interior, también tendríamos esa distancia. Sin embargo, el lateral occidental parece no poder cumplir esas distancias, pareciendo ser menor, de forma que pueda existir un retranqueo del lienzo oeste respecto del lienzo este, tras la pausa que supone el torreón en la línea de muralla. No debemos olvidar el ya conocido tramo de lienzo interior de la muralla en el patio de la vivienda del número 5 de la calle Mazador. En este caso la muralla sí presenta el alzado de sillares, que han sobrevivido al expolio generalizado que posiblemente tuvo lugar en la trasera (interior) del torreón, tanto en el extremo del lateral oriental de la “U” del torreón como el muro UE 11. El quinto torreón de la muralla bajomedieval puede no ser tal en el piso superior de la parte alzada Sur, a partir de las ventanas abiertas en época contemporánea. Allí el grosor de sus paredes es de unos 60 cm y los paramentos presentan unas fábricas distintas de las del resto del torreón y en el lienzo de la muralla anexo. Considero que se trata de un añadido que continuaría el alzado preexistente.Otra cuestión es si este espacio construido pudo funcionar como torreón defensivo durante las Guerras Carlistas o la de la Independencia de las tropas napoleónicas. Los elementos ahora visibles no pueden confirmar ni desmentir tal posibilidad, por lo que habrá que tenerlo en cuenta durante la fase de obra en la que puedan retirarse todos los enlucidos restantes. Sin embargo, el alzado exterior de todo el resto de las caras oeste y sur sí es el paramento original en todo su alzado, que fue reducido en su grosor por las reutilizaciones contemporáneas, restando sillares y parte del alma de aglomerado interior de sus muros. La tipología en U del torreón es conocida en la terminología poliorcética como “Bestorre” (abiertas por la ´gola´) y existen en otras murallas turolenses como las de Albarracín o Mora de Rubielos. Aunque no hay muchos ejemplos en Aragón y las de Trasmoz y Loarre parecen ser del siglo XIII, la mayoría son del siglo XIV-XV (Artajona en Navarra…). Aquí parece engarzar bien entre los dos tramos de lienzos, aunque habría que averiguar si se produce un retranqueo en la zona aún no inspeccionada al noroeste del torreón y que pertenece al patio de la vivienda número 25 de la calle San Jaime. Igualmente interesante sería poder comprobar desde los patios tras el nº 5 de la calle Mazador, ahora inaccesibles, la probable continuación del interior de la muralla, estos quizá sí con sillares a la vista.
542
La altura máxima conservada llega casi a los 11 m en la vertical de la Cata 2, en un punto además en el que no hemos llegado a ver la base de cimentación, por lo que podemos suponer, al menos, unos doce metros de altura en su origen. El hecho de que hayamos comprobado para el quinto torreón una cimentación de hasta dos metros y medio de profundidad nos invita a pensar en que la altura que pudiera alcanzar en el momento de su construcción aún pudo ser mayor.
Figura 2. Lienzo de la muralla del barrio Mazador, junto a la puerta de San Jaime.
Figura 3. Fin de Cata 1 en la muralla del barrio Mazador.
Sesión 5.
Figura 4. Lienzo de la muralla, nº 7-11 de calle Mazador.
Figura 7. Alzado exterior 5º torreón.
Figura 5. Fin de Cata 2 en la muralla del barrio Mazador.
Figura 6. Interior del lienzo de muralla junto a la cata 2.
Figura 8. Alzado interior del 5º torreón.
543
Figura 9. Análisis del alzado del 5º torreón desde el interior de la ciudad.
Figura 11. Lado oeste del 6º torreón.
El sexto torreón aparecido en el quiebro que efectúa la muralla al llegar a la calle San Jaime, se concibió como un entronque de la ampliación bajomedieval de la muralla preexistente. En las catas realizadas en mayo de 2019 constatamos la continuación de la alineación de la muralla conocida en el tramo de Pui Pinos (Hernández Pardos 2018), así como su discurso hacia la calle Trinidad (Figs. 1 y 14), tal como se ha propuesto por varios autores.
Figura 10. Fin de Cata 3. Suelo interior del 5º torreón.
544
Esta ha sido la primera constatación arqueológica de alguna alineación mural que pueda identificarse con el denominado “segundo recinto” de la urbe medieval; aunque ya había sido propuesto su trazado por diversos autores con mayor o menor precisión topográfica (Laliena 1995, Betrán 2005: 142; Barragán 2010: 101). Desde el tramo localizado al sur de la zona de la muralla que se deslizó en 2017 (Hernández Pardos: inédito), la muralla medieval venía levantada al borde de un escalón tallado en la roca natural. El tramo que ahora hemos documentado en la parte más meridional de nuestra intervención no ha proporcionado materiales que puedan otorgarle una datación fiable. A parte de unas zonas reparadas en época contemporánea, la factura del tramo conservado es de mala calidad, con piedras sin tallar que aparentan ni siquiera haber sido cortadas
Sesión 5.
Figura 12. Sección E-O de la ladera y del 6º torreón. sino aprovechadas tal cual se encontraron y colocadas en un escalón practicado en la ladera. Sin embargo, el tramo localizado en la parte más septentrional de nuestra intervención sí presenta piedras toscamente labradas tendentes a la forma de paralelepípedo y colocadas en una buena horizontalidad. Tampoco en esta ocasión logramos materiales en la mínima zanja de construcción con la fiabilidad estratigráfica suficiente para otorgarle una datación. Sin embargo, en ambos tramos de muros hemos recuperado dos bordes de olla de cocina de pasta gris que, con todas las reservas que la inseguridad del punto de su hallazgo les confiere, pudieran corresponder al momento de su construcción. A falta de hallar paralelos más exactos, parecen piezas datables entre los siglos XII y XIII, lo cual encajaría bien con su adscripción al muro defensivo de cierre de esta zona en esa época. Cabe recordar aquí que la empinada ladera de este paraje, unida a un simple muro como los ahora descritos, podría ser suficiente como estructura defensiva en ese momento. En este sexto torreón se ha eliminado también buena parte de los morteros contemporáneos adosados, tanto al alzado de sillares como al relleno interior de mortero del tramo de lienzo de muralla que llega desde el barrio Mazador, todo ello para constatar los paramentos originales de muralla, que fue expoliada, perforada y adaptada a las necesidades de épocas sucesivas. En su lado sur fue expoliado de sillares en varias hiladas. Los dos primeros metros que hemos retirado en este sondeo son contemporáneos, aunque habrá que plantear la posibilidad de que en la zona inferior puedan existir niveles modernos posteriores a la construcción del torreón. En su lado oeste las hiladas de sillares no son exactamente iguales, pero suelen tener unos 30-35 cm de altura, por una longitud habitual de unos 70 cm. Hemos comprobado que las hiladas son
perfectamente horizontales y no tienen la pendiente que pudimos comprobar en los lienzos que bajan por el barrio Mazador.
Figura 13. Posibles tramos de la muralla medieval, arriba.
545
El lienzo de muralla no contaba con sillares al interior sino que el mortero de relleno se vertía directamente contra el corte hecho en el terreno hallado. Se ha descrito la factura del relleno interior como un relleno de mampuesto trabados con mortero de cal y arena, mediante la técnica de tapial (Benavente 2010: 91-92); pero sin aportar más detalles. En las escasas zonas que hemos podido comprobar no hemos localizado ningún elemento que certifique que se empleó esta técnica constructiva. Si bien suponemos es fue efectivamente la empleada, al interior de la muralla en el entronque con el sexto torreón, el relleno de mampuestos tocaba directamente con el nivel de tierra anterior, sin ningún hueco que debieran haber dejado las tablas de encofrado. El interior del torreón y el despeje de la zona exterior se terminarán de excavar probablemente en fechas próximas.
Figura 14. Contexto anterior a la muralla junto al 6º torreón. El expolio de sillares, así como el repicado del mortero interior en la parte más occidental del lienzo de la muralla, ha transformado notablemente el aspecto original. A pesar de ello hemos detectado la alineación exterior gracias a la conservación de cuatro sillares de la hilada inferior del lienzo de muralla y a la huella dejada por los sillares expoliados en la confluencia con el torreón (flechas de la imagen superior de la Fig. 11). En esa zona aún podemos ver tres sillares que se colocaron en ángulo, de forma que se trabase mejor la construcción y que nos asegura que el planteamiento del lienzo de y del torreón corresponde a una misma fase constructiva. La roca natural se encuentra picada en vertical para dar la forma necesaria a esta esquina. El terreno que rellena el posible cortado que hubiera delante de la muralla y el torreón no lo hemos excavado, quedando pendiente para futuras intervenciones. Desde el lado este del torreón partía un muro de pequeño sillarejo cuadrangular, subiendo por la ladera hasta la explanada de la Glorieta de Valencia. Su cronología tiene el postquem que proporcionan las cerámicas aparecidas en el nivel de tierra bajo su base y que remiten a un momento posterior al siglo XV. Su irregular factura, muy distinta de la buena obra bajomedieval y de los otros dos tramos localizados, nos hace creer que se trata, tal vez, de una obra de compartimentación del interior de la ladera o de una edificación de carácter menor o improvisada en época moderna o contemporánea. En el Sondeo 5 despejamos los rellenos del siglo XX existentes al interior del lienzo de muralla que llega por el oeste hasta el sexto torreón, hasta una cota en la que comienza un nivel de relleno que ha proporcionado materiales cerámicos del siglo XIV y que se encuentra cortado por la muralla bajomedieval. Como no era objeto de esta intervención una excavación en área, ni posible por las circunstancias de urgencia, dejamos el nivel a la espera de poder excavar y comprenderlo mejor en otra intervención.
546
Figura 15. Primeros materiales adosados a la muralla.
Sesión 5.
Figura 16. Pieza hallada en superficie. Los niveles hallados cortados por la muralla han proporcionado un contexto material con cerámicas verde y manganeso de Teruel, vidriadas con rugosidades, pintadas en rojo granate y de almacén con incisiones; además de un fragmento de vidrio también del siglo XIV. En las catas 1 y 2 de 2018 los niveles vertidos tras la construcción de la muralla que se adosan directamente a la base de sillares y el asiento de terreno natural, han proporcionado cerámica de fines del XIV y comienzos del XV: verde y negro de Teruel; palmeta de reflejo metálico, también reflejo con azul y dorado y sólo en azul de Manises, pintadas de almacén y mesa; y vidriados verde claro con granulado fino. En todo el proceso de retirada de escombros y tierras redepositadas sobre la ruina de los diversos muros, el escaso material mueble recogido ha consistido mayoritariamente cerámica del siglo XV, aunque la fecha de la ocultación de la ruina de estas construcciones la proporcionan materiales del siglo XIX. Esto es coherente con las laderas sin construcciones -pero con escarpes en la zona de la alineación norte-sur que hemos localizado-, visibles en los planos decimonónicos Alcañiz (Benavente 2012b). La ruina y amortización de la muralla debió producirse a lo largo del siglo XIX, ya que a finales del XVIII el grabado de Palomino (1779) aún la mostraba visible en toda la ladera de Pui Pinos. Finalmente, hay que subrayar el hallazgo en superficie de un fragmento de escudilla turolense del siglo XIV, decorada en verde y manganeso con el motivo de un rostro femenino (Fig. 17).
4. CONCLUSIONES La construcción de la muralla y torreones de Alcañiz en época bajomedieval, conocida como tercer recinto, está documentada entre 1365 y 1410 (Laliena 1987). Lo reconocido hasta el momento encaja bien con esas fechas, tanto en los niveles amortizados por su erección, como por los primeros contextos vertidos tras su conclusión. El tramo muralla reconstruido en Albarracín (Hernández Pardos 2011: 82), parece que se llevó a cabo durante el tercer cuarto del siglo XIV, durante la guerra
con Castilla, la guerra de los Dos Pedros, y su factura es de cal y canto, como puede entenderse en un momento de urgencia defensiva. Sin embargo, como hemos visto, la factura de la muralla de Alcañiz está muy cuidada y presenta un aspecto exterior de gran porte como parte de una estrategia defensiva pensada para futuras contiendas, pero ya libre de la urgencia de un tiempo de guerra.
AGRADECIMIENTOS Agradezco su ayuda a distintos colegas como José Antonio Benavente, Álvaro Cantos, Jose Fco. Casabona, Jaume Coll, Sergio Escribano, Alberto García-Porras y Carlos Laliena.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Álvaro Zamora, M.I. (2002): Cerámica Aragonesa II, Ibercaja, Zaragoza. Barragán, J. J. (2010): “Origen y evolución urbana de Alcañiz. De la villa medieval a la ciudad renacentista”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII, Hª del Arte, t. 2223, 2009.2010: 75-101. Benavente Serrano, J. A. (1995): “Memoria de las excavaciones arqueológicas del ala oeste del castillo de Alcañiz. Campaña de 1986”, en en El castillo de Alcañiz, Al-Qannis, 3-4, Taller de Arqueología de Alcañiz: 13-62. ___(2010): “Arqueología medieval en el Bajo Aragón: una visión de conjunto”, en Ortega, J.M. y Escriche, C (Coords.), I Jornadas de arqueología medieval en Aragón: balance y novedades: actas: Teruel, 15-17 de junio de 2006, Teruel: 79-110. ___ 2012a), “Las siete puertas de la villa medieval de Alcañiz”, //historiasdelbajoaragon.wordpress. com/2012/04/11 ___(2012b) “El plano más antiguo de Alcañiz: un documento inédito de 1846”, //historiasdelbajoaragon. wordpress.com/2012/05/17 ___(2012c) “Un documento excepcional. El plano de la ciudad de Alcañiz y sus alrededores de 1846”, // historiasdelbajoaragon.wordpress.com/2012/09/18
547
Benavente, J. A., Arche, E., Navarro, F. J. y, Serrate, J. (1995): “La cerámica común del castillo de Alcañiz”, en El castillo de Alcañiz, Al-Qannis, 3-4, Taller de Arqueología de Alcañiz: 169-214. Betrán, R. (2005): “Planeamiento y geometría en la Ciudad Medieval Aragonesa”, Arqueología y Territorio Medieval, 12.2, Univ. de Jaén: 75-146. Hernández Pardos, A. (2011) “Los secretos de las murallas de Albarracín: el tramo junto al patio del Museo”, Rehalda nº 23: 75-83. ___ (2014): “La cerámica feudal entre mediados de los siglos XIII y XIV, según el repertorio de la plaza de la Judería de Teruel”, Arqueología y territorio medieval, 21, Univ. Jaén: 177-206. ___ (inédito): Informe de la prospección arqueológica en la ladera oeste del cerro Pui Pinos de Alcañiz (Teruel). DGA Exp. 191/2017. Octubre de 2017. Lafuente Gómez, M. Un reino en armas. La guerra de los Dos Pedros en Aragón (1356-1366), Zaragoza, 2014. Laguens González, M. A. (1995): “Evolución urbana de Alcañiz”, en El castillo de Alcañiz, Al-Qannis, 3-4, Taller de Arqueología de Alcañiz: 301-346. Laliena Corbera, C. (1987): Sistema social, estructura agraria y organización del poder en el Bajo Aragón en la Edad Media (siglos XII-XV), Teruel, 1987 (reed. 2009). ___ (1995): “El castillo de Alcañiz en la Edad Media”, en El castillo de Alcañiz, Al-Qannis, 3-4, Taller de Arqueología de Alcañiz: 269-281. ___ (1997): “La carta de población de Alcañiz en 1157”, Homenaje a Antonio Gargallo, Stvdium. Revista de Humanidades, 3: 253-268 ___(1998b): “Castillos y territorios castrales en el Valle del Ebro en el siglo XII”, en La fortaleza medieval. Realidad y símbolo, J. A. Barrio Barrio y J. V. Cabezuelo Pliego, (eds.), Murcia: 31-45.
548
___(coord.)(2016): Matarranya, gentes y paisajes en la Edad Media. Univ. Zaragoza. Gobierno de Aragón, Comarca del Matarraña. Laliena Corbera C. y Ortega Ortega, J. M. (2006): “Villas nuevas y morfogénesis del poblamiento agrupado en el Bajo Aragón (siglos XII-XIII)”, en Las villas nuevas del suroeste europeo. De la fundación medieval al siglo XXI. Análisis histórico y lectura contemporánea, Boletín Arkeolan, 14, Hondarribia:163-182. Ortega Ortega, J. M., (2002): …operis terre turolii: la cerámica bajomedieval en Teruel, Museo de Teruel, Teruel. Pérez-Piá, D. (2016): “Propuesta de seriación de la cerámica vidriada bajomedieval de Teruel”, IX Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica, Santander 8-11 de junio de 2016: 513-519. Sancho, N. (1860): Descripción histórica, artística, detallada y circunstanciada de la ciudad de Alcañiz y sus afueras, Alcañiz, Imprenta de Ulpiano Huerta. Sinués Ruiz, A. “La frontera de Alcañiz en tiempo de Alfonso II”, VII CHCA, Barcelona, 1962, vol. II: 258259. Taboada, E. J. (1898): Mesa Revuelta. Apuntes de Alcañiz, Zaragoza, tip. La Derecha. Thompson Llisterri, T. (Inédito): Conjunto casa consistorial de Alcañiz. Estudio histórico artístico. Septiembre 2018. Ubieto, A. (1953): “La reconquista y población de Alcañiz”, Teruel, 9: 61-78. Vidiella Jasá, S. “Desarrollo del municipio de Alcañiz después de la Reconquista” en BHGBA, I (1907): 5-20, 45-59 y 97-114.
Sesión 5
5.9. REVISIÓN Y CORRECCIÓN DE ERRORES SOBRE LA MUERTE DEL DOCTOR D. JUAN FRANCISCO ANDRÉS DE UZTÁRROZ, CRONISTA DEL REINO DE ARAGÓN Y DEL REY FELIPE IV REVISION AND CORRECTION OF ERRORS ON THE DEATH OF DOCTOR JUAN FRANCISCO ANDRÉS DE UZTÁRROZ, CHRONICLER OF THE KINGDOM OF ARAGON AND OF THE KING PHILIP IV Arístides Fernando Gil Fatás Universidad de Zaragoza Autor de contacto/Contact author: Arístides Fernando Gil Fatás, afgfatas@gmail.com
RESUMEN Presentamos en este artículo la noticia de los aspectos relacionados con la muerte del Doctor Juan Francisco Andrés de Uztárroz, Cronista del Reino de Aragón y del rey Felipe IV, donde clarificamos mediante el cotejo de documentos originales algunos errores que todavía se pueden encontrar repetidos en la bibliografía que se ocupa del fallecimiento del Doctor Andrés, como son la fecha y lugar del fallecimiento; así como el lugar donde fue enterrado. Oportunamente, ofrecemos una breve revisión bibliográfica diacrónica sobre el particular que permita investigar con más profundidad la figura del autor y la primera transcripción completa de su testamento. PALABRAS CLAVE: Doctor Andrés de Uztárroz; Cronistas del Reino de Aragón; Historia de España.
ABSTRACT This paper presents an encompassing report on some aspects related to the death of Doctor Juan Francisco Andrés de Uztárroz, who was the Chronicler of the Kingdom of Aragon and of the king Philip IV. In this paper, checking original documents, we clarify some errors still repeated nowadays in the bibliography regarding his life, such as the date and place of death and burial. Eventually, we offer a concise diachronic review of this bibliography and the first transcription of his testament, information which may lead to a deeper analysis on the author biography. KEYWORDS: Doctor Andrés de Uztárroz; Chroniclers of the Kingdom of Aragon; History of Spain.
549
Última página del testamento otorgado por el Dr. Andrés, el 27 de junio de 1652, donde se puede leer su firma autógrafa.
550
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN1 Acercarse a la investigación de la figura del Doctor don Juan Francisco Andrés, Cronista del Reino de Aragón y del rey Felipe IV, permite advertir algunas contradicciones a tener en cuenta en la bibliografía accesible y cuya subsanación resulta necesaria. Desde la Filología se debe contribuir, sin duda, a la subsanación de esos errores y al estudio de un sujeto cuyas cualidades y trabajos lo describen de tal forma que sólo podemos preguntarnos sorprendidos cómo su obra ha podido pasar lo suficientemente desapercibida como para haber llegado hasta nuestros días sin una edición crítica e incluso parte de la cual haya sido dada por perdida. Teniendo muy presente el espíritu de divulgación del conocimiento en torno al patrimonio de Aragón de este foro, queremos ofrecer aquí una visión general, siquiera breve, de las circunstancias del fallecimiento de nuestro insigne Cronista con un doble objetivo: por un lado, unificar todos los materiales que tratan del tema y las correspondientes conclusiones tras su análisis, a fin de establecer una base sólida para etapas de acercamiento a su figura sucesivas y, por otro, quizá ingenuamente, invitar a que desde la Arqueología se inicie un camino de búsqueda y localización de sus restos, con el fin de que su figura, por su renombre y relevancia patrimonial como miembro representante de uno de los cargos más prestigiosos de la Corona de Aragón, sea dignificada y convenientemente recordada.
2. OBJETIVOS Y ESTADO DE LA CUESTIÓN Cualquier lector podrá averiguar en sus pesquisas que lo conocido sobre el Doctor Andrés de Uztárroz2 nos lo presenta como un personaje de gran relevancia en la Historia de Aragón, fundamentalmente en el ámbito historiográfico, pues ocupó el cargo de Cronista del Reino y del Rey desde 1647 hasta su fallecimiento.3 No obstante, tras un análisis pormenorizado de los datos manejados sobre él hasta la fecha, resulta necesaria su revisión, lo cual hemos hecho a la luz de diversas fuentes, algunas definitivas; pues en lo que respecta a su fallecimiento, como en algunas otras circunstancias relativas a su biografía de las que nos ocupamos en otro lugar por razones de extensión, podemos advertir fácilmente que las contradicciones son manifiestas. Así, si acudimos hoy día a diversas obras de divulgación y tratados de reconocido prestigio, advertiremos un variopinto panorama que sitúa su fallecimiento en lugares dispares, como Madrid4 o Zaragoza,5 y se ofrecen diferentes fechas, como 16536 o 1677 7; y aunque es de notar que el reciente trabajo de Guillermo Fatás en su reseña biográfica en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia recoge de forma correcta tanto el lugar como la fecha de fallecimiento, lo cierto es que no ha escapado de recoger otros errores cuya subsanación abordaremos más adelante.
A fin de evitar que esta situación se prolongue indefinidamente, y a la espera de que la publicación y edición crítica de sus trabajos vea la luz y permita contar con una excelente ocasión de encontrar los datos fidedignos reunidos y conseguir que las vacilaciones desaparezcan, analizamos en estas páginas algunas explicaciones a lo sucedido y que ha llevado a la situación actual.
2.1. Metodología: Revisión bibliográfica diacrónica Con este objetivo, creemos que puede resultar interesante hacer un breve recorrido bibliográfico diacrónico de los materiales existentes y ofrecer como novedad la transcripción de su testamento. Dadas las características de lo tratado, y por razones hermenéuticas, analizaremos por separado las contradicciones relacionadas con la fecha de los sucesos por un lado y los lugares mencionados por otro. 2.1.1. Localidades Aunque pueda parecer perogrullesco decir que de un fallecimiento puede o no tenerse noticia en función del devenir de los acontecimientos que rodean al causante ―y del propio causante―, esto no resulta baladí en el caso que nos ocupa, pues de la lectura de lo conservado y encontrado se pueden manejar diversas hipótesis. No debemos olvidar que nuestro personaje ocupó uno de los puestos más relevantes del Reino de Aragón,8 cargo, además, vitalicio9, de modo que la fecha de fallecimiento del personaje debería ser fácilmente identificable o, siquiera, deducible con bastante seguridad; aspecto importante a tener en cuenta en la materia que tratamos, pues de haber sido así, se hubiese evitado que casi todas las obras enciclopédicas ―a excepción de la publicada por la editorial Larousse― ofreciesen 1677 como año del fallecimiento cuando quien ocupó posteriormente el cargo, Francisco Diego de Sayas y Ortubia, fue nombrado a seis de septiembre de 1653 (Viñaza, 1904: 116). Queda claro que no ha sido así. Para buscar algunas explicaciones a lo sucedido, debemos recordar que la primera noticia biográfica que tenemos de nuestro autor viene de la mano del erudito sevillano Nicolás Antonio en su magnífica Bibliotheca nova, y si bien no ofrece detalles sobre las circunstancias de su muerte, lo cierto es que le dedica una extensión más que notable si las comparamos con las entradas de otros autores como Fernando de Herrera, san Juan de la Cruz, Cervantes o Baltasar Gracián y se equipara únicamente a las de Lope de Vega o Francisco de Quevedo; lo cual ―más allá de la relación de amistad que unía a Antonio y al Doctor Andrés (Gallardo, 1863: t. I, p. 207 y Del Arco, 1950: 757)― debería ser motivo de reflexión a la hora de buscar una explicación a la falta de atención a la obra de nuestro autor desde su fallecimiento; pues no parece haber rastro biográfico posterior hasta el trabajo del padre Latassa en 1798, casi 150 años después de la muerte del Doctor Andrés.
551
Es, precisamente, Félix Latassa quien primero hizo una descripción más detallada del perfil biográfico de nuestro autor y nos dice que: «murió nuestro Cronista en Madrid el 18 de agosto de 1653, dejando por heredero a su hermano, el Doctor don Baltasar Andrés de Uztárroz en el testamento que otorgó en Zaragoza a 27 de junio de 1652»10. Es fácil comprobar que, de manera casi sistemática, son éstos los datos que han venido siendo repetidos en las ocasiones en que se han tratado los aspectos biográficos de nuestro autor, como lo demuestra el primer documento posterior localizable que trata del tema.11 Nos referimos a la Biblioteca marítima española, de Martín Fernández de Navarrete (1851, t.º 2: 171), quien dice al respecto: «cronista de Aragón, de quien trata largamente el Sr. Latassa: murió en Madrid a 18 de agosto de 1653». Deteniéndonos inicialmente en lo que respecta a la localidad, esta declaración de Fernández de Navarrete nos pone sobre la pista de que es Latassa quien inicia el camino biográfico sobre nuestro Cronista que la crítica continuará, como encontramos en la coincidencia de datos ofrecida por quien a continuación retomó el interés por el Doctor Andrés, D. Ricardo del Arco, en octubre 1910, cuando publicó el primero de sus trabajos dedicados a tratar por extenso del insigne aragonés. En él, Del Arco sí reconoce seguir el camino trazado por Latassa: «En verdad que la biografía que de él hay formada, debida al benemérito Latassa, como más completa, no responde a sus merecimientos» (1910b: 17), por lo que no resulta de extrañar que, no habiendo más fuentes reconocidas hasta esa fecha, la probabilidad de detectar cualquier error cometido por Latassa fuese limitada.12 De hecho, al hacer suyos Del Arco los datos del Padre Latassa ―si bien más adelante veremos que con alguna omisión importante― ya repetidos por Fernández de Navarrete, afirma: «Murió en Madrid el 18 de agosto de 1653» (Del Arco, 1910b: 17); lo cual repite en su trabajo de 1918: «Escrita poco antes de morir, Pues Uztarroz falleció en Madrid el 18 de Agosto de este año [1653]» (Del Arco, 1918: 309, n. 2). Por esas fechas ―1913― aparece el extenso artículo sobre Gracián de Adolphe Coster13, quien llega a añadir sobre el Doctor Andrés que: «Aun se le negaba el acceso al depósito de Simancas, cuando falleció de fiebre el 18 de agosto de 1653, en Madrid, a donde había llegado para solicitar la orden real que le hubiera dado satisfacción»; donde vemos que, al mismo tiempo, aporta una causa del fallecimiento14; noticia que, además y a la postre, resultará ser falsa. Pero este estado de las cosas cambiará a partir de la publicación de una obra de Mario de La Sala Valdés en 1933, quien, al hilo de su análisis del patrimonio artístico aragonés ―y, en concreto, al referirse a la iglesia de san Juan Bautista de Zaragoza―, tiene acceso a los fondos documentales de la Catedral de Zaragoza y aporta una información sustanciosa sabedor de estar corrigiendo un error notable:
552
[...] tal vez huelle su planta indiferente la sepultura en que, rodeado de otros ilustres despojos, duerme el sueño de la eternidad el inolvidable autor de los Progresos de la Historia y cantor de la Aganipe de los cisnes aragoneses, el simpático y diligente Juan Francisco Andrés de Uztárroz, de cuya partida obituaria, que copiamos de los libros parroquiales de La Seo, no se deduce que falleciese en Madrid, como afirma el Racionero Latassa, pues dice así: “EL DOCTOR JUAN ANDRES, cronista del Reino, murió, aunque de enfermedad, repentinamente; fue enterrado en San Juan del Puente, testamento en poder de Isidoro Andrés, ejecutor don Baltasar Andrés; su muerte fue a 18 de agosto a las cuatro de la mañana”. (Tomo 3º, folio 680. Año de 1653). 15 Ricardo del Arco se hace eco de esta información, según lo recoge en una nota de su traducción de 1947 del trabajo de Coster, donde, cuando traduce la afirmación del erudito francés ―al que corrige prudentemente― sobre los detalles de la muerte de nuestro Cronista, leemos: En este párrafo hay que rectificar dos extremos. […] El segundo extremo es que el Cronista no falleció en Madrid ―como por error dijo Latassa―, sino en su casa de Zaragoza, como lo probó Mario de la Sala y Valdés en su obra Estudios históricos y artísticos de Zaragoza, p. 54 (Zaragoza, 1933), con la partida de defunción. Tengo en prensa un amplio estudio intitulado La erudición española en el siglo XVII y el Cronista de Aragón Andrés de Uztarroz. De esta forma, el aviso de Del Arco sobre el error advertido y su promesa de una publicación, en la que, presumiblemente, llevaba a cabo la intención de recoger esta información de manera extensa ―como así fue―, suponen un punto de inflexión en el tema ―o deberían, al menos, pues tendremos ocasión de comprobar que no fue así―, aunque aún pasarían todavía tres años para que el trabajo de D. Ricardo ―La Erudición Española en el Siglo XVII y el cronista de Aragón Andrés de Uztárroz― viese la luz en 1950. Es en este extenso monográfico sobre el Doctor Andrés donde Del Arco enmienda su propio discurso hasta esa fecha e incorpora los nuevos datos publicados por La Sala de manera explícita: A poco, a las cuatro de la madrugada del día 18 de agosto, fallecía soltero, de enfermedad, aunque repentinamente, el insigne cronista Juan Francisco Andrés de Uztarroz, en su casa de Zaragoza, y no en Madrid, como escribió Latassa y hase repetido después. Lo probó Mario de la Sala Valdés al copiar del libro parroquial de la Seo la partida de defunción, que dice así: El Doctor Juan Andres, Cronista
Sesión 5. del Reino, murio, aunque de enfermedad, repentinamente; fue enterrado en San Juan del Puente, testamento en poder de Isidoro Andrés, ejecutor don Baltasar Andres; su muerte fue a 18 de agosto a las quatro de la madrugada (Del Arco, 1950: 825). Bien, la información aportada por La Sala y recogida por Del Arco plantean, como decíamos, un punto de inflexión en lo conocido hasta ese momento, pues implican una corrección sobre la afirmación hecha por Latassa y repetida como verdadera hasta estos trabajos; pero lo que hubiese resultado una oportunidad propicia para corregir un error importante amén de concretar con detalle incluso la hora del óbito no fue así. Y es que, desgraciadamente, en esta ocasión ―y no será la única― se puede apreciar una de las razones desafortunadas ―o “infortunios”, como los llamaremos en lo sucesivo― recurrentes en lo tocante a la figura del Doctor Andrés, y que obligan a revisar parte de la información conocida sobre él; pues se comprueba con ellos que la información accesible no siempre coincide con las fuentes primarias o no tiene en cuenta correcciones ya hechas, lo cual da pie, a su vez, a nuevos errores como consecuencia. Analicemos este caso brevemente como muestra ilustrativa de esta situación. Para poder llevarlo a cabo, hemos de acudir a la partida original de defunción inscrita en el libro correspondiente de los Quinque Libri custodiado en el Archivo Parroquial de la Catedral de Zaragoza y mencionada por La Sala, donde podremos leer lo siguiente: El Doctor. Juan Andrés, Coronista del Reyno, murió, aunque de enfermedad, repentinamente. Fue enterrado | en San Juan del Puente. Testamento en poder de Juan Isidoro Andrés. Executor don Baltasar Andrés. | Su muerte fue a diez y ocho de agosto, a las quatro de la mañana16
En lo que respecta a esta transcripción, La Sala reconoce haber consultado el documento original ―algo de lo que no debemos dudar, si bien cometió dos errores relevantes―, pero no así Del Arco, cuya transcripción, como tras llevar a cabo el correspondiente cotejo se puede comprobar, siguió la hecha por La Sala, pues presenta los mismos errores respecto del original (Tabla 1) De aquí podemos inferir que Del Arco manejó al respecto dos fuentes: por un lado, la transcripción ofrecida por La Sala, y por otro, el trabajo de Latassa, pues éste menciona la fecha de otorgamiento del testamento; detalle que aquél no. Además, identificamos uno de los “infortunios” a los que nos referíamos anteriormente, y es, en este caso, que Del Arco comete un error de pericopa por sustitución17 al transliterar la transcripción de La Sala y redactar madrugada por el correcto mañana. Estos errores, sumados al hecho de que ambos, La Sala y Del Arco, actualicen el estado de la lengua en que aparece el testimonio y su ortografía ―Cronista por Coronista y ejecutor por executor― sin especificarlo, más allá del prurito filológico, permite identificar una cadena de esos “infortunios” que impregnan diversos datos localizables sobre nuestro ilustre Cronista y que invitan a tomar con cautela algunas de las aseveraciones hechas sobre él. Cabe destacar, igualmente, que ambos omiten el primero de los nombres del compuesto del mencionado poseedor del testamento de nuestro Cronista: Juan Isidoro Andrés, lo que, en pura lógica, dificulta el creer que estamos ante un error de copia, sino que se trata de una posible prueba de que Del Arco no consultó el documento original ― como sí invitaría a pensar la restitución etimológica en quatro, frente a la transcripción cuatro que hace La Sala― y, además, se equivocó en la copia, pues indicó a las quatro de la madrugada, cuando el original trae a las quatro de la mañana. Naturalmente, la trascendencia de un lapsus cálami como éste es relativa, pero las consecuencias de la existencia de otros tantos semejantes y su acumulación en el manejo de una información sobre un personaje cuyos
Tabla 1 Transcripción de La Sala (1933: 54)
El Doctor Juan Andres, Cronista del Reino, murió, aunque de enfermedad, repentinamente; fue enterrado en San Juan del Puente, testamento en poder de Isidoro Andrés, ejecutor don Baltasar Andrés; su muerte fue a 18 de agosto a las cuatro de la mañana
Transcripción de Del Arco (1950: 825)
El Doctor Juan Andres, Cronista del Reino, murió, aunque de enfermedad, repentinamente; fue enterrado en San Juan del Puente, testamento en poder de Isidoro Andrés, ejecutor don Baltasar Andrés; su muerte fue a 18 de agosto a las quatro de la madrugada
Transcripción del original (Quinque Libri, 1653, T.º 3º, f. 680) El Doctor Juan Andres, Coronista del Reyno, murió, aunque de enfermedad, repentinamente. Fue enterrado | en San Juan del Puente. Testamento en poder de Juan Isidoro Andrés. Executor don Baltasar Andrés. | Su muerte fue a diez y ocho de agosto, a las quatro de la mañana
553
datos se encuentran pendientes de subsanación, como veremos, resultan insospechadas y, además, ofrecen una información sustanciosa para tener en cuenta; pues estos detalles nos llevan a conjeturar que, como decimos, Del Arco no consultó la partida de defunción original, y a aventurar la sospecha de que tampoco consultase la edición original de la Biblioteca de Latassa ―pese a que únicamente a ella se remita tanto en su primer trabajo biográfico sobre nuestro autor en 1910 y el segundo, en 1918― hasta su monografía de 1950; sino la edición en forma de diccionario que entre 1884 y 1886 publicó Gómez Uriel en tres volúmenes, donde no se indica nada al respecto del testamento. Esta sospecha se ve reforzada, además de por la omisión común señalada, por el hecho de que D. Ricardo no cite hasta entonces la fecha del otorgamiento del testamento del Doctor Andrés, que, como más adelante veremos, sí refería Latassa en su Biblioteca ―únicamente la fecha y no el notario―; noticia que no aparece en la partida de defunción original ―donde sí consta el notario, pero no la fecha―; pues parece poco probable que Del Arco conociese esta información desde 1910 y no la divulgase hasta 1950. 18 De esta manera, ya sea por una difusión limitada del trabajo de La Sala, por simple caso fortuito al acudir a Latassa como fuente biográfica o por el hecho de que los artículos de Del Arco arrastren el dato hasta 194719, pese a la constancia del error y su subsanación desde 1933 y los trabajos de Del Arco de 1947 y 1950, hasta el presente es perfectamente posible encontrar ambas localidades de forma inconsecuente; bien se trate de obras enciclopédicas de difusión, como la Gran Enciclopedia Aragonesa o la Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana ―donde se indica la localidad de nacimiento, pero no explícitamente la de muerte―; bien de obras sobre Historia de la Literatura en Aragón ―así el trabajo de Domínguez Lasierra, que remite a Coster (1991: 41) o el de Catalán Marín y Faro Forteza (2010: 119); o de ediciones recientes de autores aragoneses coetáneos del nuestro, como es el caso de Juan de Moncayo ―marqués de San Felices―, ya citada. Igualmente ocurre con trabajos especializados, como es el estudio de Abascal y Cebrián en torno a manuscritos sobre antigüedades de la Real Academia de la Historia, publicado por la propia institución en 2005; sin ser exhaustivos, todos los cuales mencionan Madrid. Igualmente, podemos leer que Zaragoza aparece mencionada como lugar correcto del fallecimiento, como ocurre en la Enciclopedia Larousse ―única obra enciclopédica, además, que recoge la entrada sobre nuestro Cronista con la fecha y lugar de fallecimiento correctos―; pero casos como el de Gran Enciclopèdia Catalana, donde se cita bien el lugar, pero no la fecha, suponen un nuevo ejemplo de infortunio que impide que la información precisa se divulgue convenientemente. Ilustrativo y paradójico en este sentido resulta el trabajo de investigación genealógica llevado a cabo por Rafael Fantoni y Porfirio Sanz, quienes dan cumplida cuenta
554
del linaje del Doctor Andrés y, pese a que publican en este artículo de 1995 un error existente así mismo en la fecha de nacimiento ―pues el Doctor Andrés nació probablemente en 1607, y no en 1606, como también por error decía el padre Latassa―20, desafortunada e inexplicablemente, repiten nuevamente de forma errónea que nuestro autor falleció en Madrid. 2.1.2. Fechas También existen, aunque de manera no proporcional por su volumen de apariciones, como ocurre con las localidades mencionadas, duplicidades en las fechas relacionadas con la muerte de nuestro Cronista; y así, mientras que, como hemos visto, la fecha localizable predominante es el año 1653, no escasean publicaciones que suponen que la fecha de fallecimiento es, sorprendentemente, 1677; como es el caso de la Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana21 o la Gran Enciclopèdia Catalana―. Así pues, y como recopilación de lo dicho hasta ahora, resulta necesario recalcar que los datos concluyentes sobre la muerte del Doctor Andrés, a tenor de la documentación original consultada, nos llevan a situar su fallecimiento en Zaragoza, a las cuatro de la madrugada del día dieciocho de agosto de 1653, y aunque no se aportan datos que permitan concluir los motivos, podemos intuir que se trató de causa natural, aunque fuese repentina, como reza la partida de defunción, y de enfermedad y no de accidente. No parece justificable documentalmente, por lo tanto, la teoría que lleva a situar su muerte en Madrid, como desafortunadamente afirmó el padre Latassa y se ha repetido tantas veces hasta la fecha, pese a que La Sala en 1933 corrigiese el error y nuevamente reiterase la subsanación Del Arco en 1947 y 1950 más extensamente. Cabe plantearse la pregunta, no obstante, de por qué el padre Latassa situó el deceso del Doctor Andrés erróneamente en Madrid y no en Zaragoza, pese a no resultar dudable que, en el ejercicio de racionero de mensa de La Seo (Lamarca Langa, 2000: 139), pudo tener acceso a la documentación original de defunción, como lo demuestra el hecho de que conociese la fecha del óbito ―el 18 de agosto de 1653― y así lo refiera, y la fecha del otorgamiento del testamento ―el 27 de junio de 1652― y lo allí estipulado por parte de nuestro Cronista, lo que lleva a pensar que también lo consultó. Si bien esta pregunta plantea una difícil respuesta, podemos aventurar una hipótesis plausible si consideramos dos aspectos a tener en cuenta: el primero de ellos es que en el protocolo del notario ―Juan Isidoro Andrés― donde se conserva encuadernado el testamento del Doctor Andrés, podemos encontrar entre los folios previos (f. 1083) la diligencia de una comparecencia de «Tomás de Herrera, Administrador General de la Santa Cruzada» y fechada en Madrid. El segundo es que el protocolo de este notario viene fechado en la primera comparecencia otorgada en el día y las restantes se
Sesión 5. adjuntan consecutivamente, de modo que para encontrar la fecha de otorgamiento del testamento de nuestro autor es necesario retrotraerse varios documentos entre los que se encuentra el fechado en Madrid. ¿Pudo ser tal vez éste el motivo que llevó al padre Latassa a situar en Madrid el fallecimiento en lugar de en Zaragoza? Esta hipótesis no deja de resultar una conjetura, pero nos arriesgaremos a proponerla hasta que nueva documentación permita una explicación diferente.
3. EL TESTAMENTO DEL DOCTOR ANDRÉS: Más datos ofrece, sin duda, el propio cuerpo del testamento del que venimos hablando y que el Doctor Andrés otorgó con fecha 27 de junio de 1652 ante el mencionado notario Juan Isidoro Andrés22. Esta fecha y la de su muerte, acaecida apenas un año después ―así como algunas menciones en la documentación epistolar localizada, como la fechada a 2 de agosto de 1653 remitida por Pellicer, preocupándose por la salud de nuestro autor (Del Arco, 1950: 823)―, invita a pensar que quizá el otorgamiento del testamento se debió a motivos de enfermedad. Sea como fuere, ofrecemos a continuación la primera transcripción que de este documento existe y la presentamos como complemento documental del asunto que tratamos, pues contiene los deseos expresados por nuestro autor ante su muerte que, cotejados con la partida de defunción, permiten comprobar su cumplimiento. Así, como decimos, el documento fue otorgado ante el notario de Zaragoza Juan Isidoro Andrés23 con fecha 27 de junio de 1652 y de él tenemos noticia por el perfil biográfico que esbozó el padre Latassa: «[…] murió nuestro Cronista en Madrid el 18 de agosto de 1653, dejando por heredero a su hermano el Doctor Don Baltasar Andrés de Uztárroz en el testamento que otorgó en Zaragoza a 27 de junio de 1652» (Latassa 1798, vol. 3: 165). Dadas sus características, nos permite acceder a información sustanciosa sobre la ubicación del sepelio de nuestro Cronista, pues ordena el Doctor Andrés: «quiero y mando que luego, como fuere muerto mi cuerpo, sea enterrado en la Yglesia de San Juan del Puente de dicha ciudad, y en la capìlla de san Honofre, que es donde está enterrado el querido Balthasar Andrés, mi padre»; cuya validez confirma, como hemos visto, la partida de defunción: «El Doctor Juan Andres, Cronista del Reino, murió, aunque de enfermedad, repentinamente; fue enterrado en San Juan del Puente». De esta forma, y según todos los indicios, los restos cadavéricos del Doctor Andrés fueron enterrados en la Iglesia de san Juan Bautista, conocida como san Juan del Puente, tras haber fallecido el 18 de agosto de 1653, en Zaragoza, y no en Madrid como por error afirmó Latassa. Detalladamente, el documento completo dice así24: Eadem die et loco que yo, el Doctor | Juan Francisco
Andrés, Coronista del Reyno | de Aragón, domiciliado en la çiudad de | Çaragoça, estando sano25 y en mi bueno y entero | juicio, firme memoria y palabra mani- | fiesta, revocando qualesquiere testamento | y codicillos por mí antes de oy hechos y | ordenados; ahora de nuebo hago y ordeno | el presente mi último testamento y | última voluntad, ordinación y disposición | de todos mis bienes, assí muebles como sit- | tios, etc; en la forma y manera siguiente: Et primeramente encomien-|do mi ánima a Nuestro Señor Dios, | criador de aquélla, al qual humil- | demente le suplico que, pues la | redimió con su preciosa sangre, la | quiera con sus santos en la Glo- | ria. Amén. Ittem quiero y mando que luego, como | yo fuere muerto, mi cuerpo, sea enterrado | en la yglesia de San Juan del Puente | de dicha ciudad, y en la capìlla de san | Honofre, que es donde está enterrado el | querido Balthasar Andrés, mi padre; | y que en dicha yglesia me sean hechas | mis (sic) defunsión nobena y cabo de año | con la solemnidad, gasto y de la | forma y manera que parezerá a | los executores de este mi último testa- | mento abaxo nombrados a la mayor parte. Ittem quiero y mando sean dichas | y celebradas por mi alma dos mil misas, | rezadas en aquellas yglesias y monas- | terios desta ciudad que parecerán a | dichos mis executores, abaxo nombrados; | y por las almas de Purgatorio quiero se | digan cien misas, dando por todas | ellas la charidad acostumbrada. | Ittem dexo de limosna y charidad al Santo Hospital Real y General | de Nuestra Señora de Gracia de | la presente ciudad diez libras | jaquesas, y a los dos hospitalicos de | niños y niñas huérfanos de la misma | ciudad cinco libras jaquesas por | mitad. Ittem quiero y mando sean | satisfechas y pagadas todas mis deudas, | aquéllas que por buena verdad | constará (sic) yo deber y ser tenido y | obligado a dar y pagar, assí con | escrituras como sin ellas, como en | otra qualquiere manera. Ittem dexo por parte | y derecho de legítima herencia de | todos mis bienes, assí muebles como | sittios donde quiere havidos y por ha- | ver, a qualesquiere hermanos, sobrinos, | deudos, parientes y personas | otras que parte o drecho (sic) de legítima | en mis bienes y hacienda pudieren | pretender y alcanzar; a cada uno | dellos diez sueldos dineros | jaquesses; la mitad por bienes muebles | y la otra mitad por bienes sittios, | con los quales quiero y mando | se hayan de tener y tengan por | contentos y pagados de todo lo | que en dichos mis bienes y hacienda | pudieren pretender y alcanzar en | qualquier manera. Ittem por quanto el padre fray | Antonio Andrés, mi hermano reli- | gioso professo del convento del señor san | Augustín, de la Regular Obser- | vancia de la Charidad, antes de | hazer professión en dicho convento, | hizo su último testamento, y | por él me dexó heredero suyo uni- | versal de todos sus bienes; y después, | en virtud de dicha herencia y | por descargo de su alma y conci- | encia,
555
declaré se cargassen unos ani- | versarios en el dicho Convento del señor | san Agustín, como consta por | el acto de declaración acerca dello | hecho, el qual quiero aquí haver por | recitado y calendado debidamente, | y según fuero del presente Reyno | de Aragón; y por quanto dichas | fundaciones se han hecho con beneplácito | de dicho convento, en el de las monjas | de santa Mónica de dicho orden. | Por tanto, reboco dicha escritura | primera de dicha declaración, y quiero | no sea válida más que si fecha no | huviera sido. Ittem, todos los otros bienes míos, | assí muebles como sittios etc, los quales etc | bien assí como etc, y que sobraran fechas, | pagadas y cumplidas todas y cada unas cossas | por mí de la parte de arriba dispuestas y | ordenadas, dexo, hago e enstituyo heredero | mío universal a don Bathasar Andrés, | mi hermano, hijo de dicho Baltha- | sar Andrés, mi26 padre, y de la señora doña | Ysabel Pérez Díez de Aux, con | cargo y obligación de que el dicho mi here- | dero aya de tomar y tome en cada un | año, perpetuamente, cinco bulas de | difuntos; las quatro por las almas que27 están nombradas en el testamento de la | querida Isabel Ana Gómez de Heredia, mi madre, | y la quinta por mi alma. Y esta obligación | y cargo ha de dexar el dicho don Balthasar | Andrés, mi hermano, a sus heredero o here- | deros, y todos los bienes comprehendidos | en mi universal herencia han de quedar afec- | tos y obligados a la paga de la limosna de | dichas bulas para que siempre y perpetuamente se | tomen. Ittem dexo y nombro en executores del presente | último testamento y exoneradores de mi alma | y ciencia a doña Ysabel Polonia Andrés, mi prima; | Lorenzo Moles, su marido, y al dicho don Balthasar | Andrés, mi hermano; a los quales conformes o a la | mayor parte, doy todo el poder y facultad que como executores etc darles puedo etc. Aqueste es mi último testamento etc fiat large etc. Francisco Martín de la Borda y Pedro Cassasús havitante en la | dicha ciudad de Çaragoça. Yo, el Doctor Juan Francisco Andrés, otorgo28 dicho testamento. Yo, Francisco Martín de la Borda, soy | testigo de lo sobredicho. Yo, Pedro Cassasús, soy testigo de lo sobredicho. Certifico que en este testamento, ay un enmen- | dado, donde se lee / Andrés mi / y no ay | otro que salvar según fuero. Sin entrar en detalle en las disposiciones aquí establecidas, debemos señalar el deseo manifestado por el causante de que su cuerpo fuese enterrado en la iglesia de San Juan del Puente, circunstancia que hemos podido comprobar que se cumplió al cotejar el testamento con la partida de defunción; y, además, probablemente, el entierro tendría lugar en la capilla de san Onofre, según se dispuso. Desgraciadamente, poco más podemos saber desde entonces.
556
Y es que, desafortunadamente, no son muchos los datos de que disponemos sobre la descripción y disposición interna del edificio de la iglesia de San Juan del Puente en Zaragoza. El propio La Sala (1933: 53) nos dice que su existencia se encuentra documentada desde el siglo XII29, que la advocación titular era de San Juan Bautista y que popularmente era conocida como San Juan del Puente por su proximidad al Puente de Piedra e integraba su fábrica dentro del conjunto conocido como las Casas del Reino desde el siglo XV (Peiró, 1998: 208).30 Pasó a albergar una capilla del Palacio de la Diputación del Reino desde 1577. Según La Sala, «resistió incólume […] los estragos del bombardeo de 1808, sin acompañar en su ruina al inmediato edificio de la Diputación» (1933: 54), y vincula su desaparición a razones diferentes de la ruina técnica; derribo que Ximénez de Embún (1901: 31) sitúa en 1845 tras haber sido el edificio desmantelado y estar en desuso. Esta misma opinión sostiene por extenso Carlos Bitrián en un trabajo de 2014, y afirma del conjunto de las Casas de Reino y de la iglesia de San Juan del Puente que «en ninguno de los planos conocidos posteriores a la guerra se registra el mínimo indicio de un estado de ruina» (Bitrián, 2014: 69) y menciona un estado de abandono entre 1809 y 1830. Pese al abandono, este autor cita un informe técnico del arquitecto José de Yarza que en 1817 describe el estado de la fábrica de la iglesia y en el que se requiere de un apuntalamiento urgente (Bitrián, 2014: 88), pero pese a una abundante documentación municipal citada sobre el estado de la construcción y diversas propuestas y proyectos para reparaciones, lo cierto es que su derribo aparece mencionado en otro informe de los arquitectos Yarza y Gironza a mediados de 1845, si bien su derribo ya había empezado en 1842 (Bitrián, 2014: 98-99). Si éste fue el triste final del edificio, del destino de su contenido menos aún se sabe, ciñéndonos a lo que este autor expone omitiendo en todo caso los restos cadavéricos que ahí pudiesen encontrarse (Bitrián, 2014: 99-102); por lo que subsiste la duda sobre el ― probablemente desventurado― final de las tumbas que la iglesia albergaba y si fueron destruidas junto con el edificio o fueron trasladadas a nuevas ubicaciones. Para buscar una posible respuesta a esta incógnita, podemos partir de un somero análisis de los datos con que contamos sobre la política coetánea en cuanto a enterramientos. Así, si bien desde la Contrarreforma existía una tendencia a reducir o a prescindir de estas prácticas en los entornos de edificios religiosos en ciudades, a lo largo de los siglos XVII y XVIII se continuaron llevando a cabo sepelios, bien fuese intramuros para personas que pudiesen pagárselo o en fosales exteriores para quienes no (Betrán Abadía, 2015b: 79). Las consecuencias derivadas para la higiene de estas prácticas ―especialmente en templos de pequeño tamaño, como era el de la iglesia de San Juan del Puente, donde periódicamente debían hacerse mondas y exhumar cadáveres para poder inhumar nuevos (Betrán Abadía, 2015b: 91)― supusieron que Carlos III dictase un decreto a 3 de abril de 1787 por el que se mandaba enterrar cadáveres en cementerios ventilados (Betrán Abadía, 2015b: 95).
Sesión 5. La circular de 28 de junio de 1804 definía mejor las características de estas instalaciones (Betrán Abadía, 2015b: 100), de modo que resulta verificable la paulatina tendencia hacia la reubicación de restos mortales fuera de las iglesias ―pese a que la tendencia contraria no desapareciese (Betrán Abadía, 2015a: 13)―, lo que se deduce de la Real Orden de 4 de julio de 1834, por la que se requería a los jefes políticos noticias sobre qué poblados contaban con cementerios y los que no ― habiéndose fundado el de Torrero en Zaragoza en 1834 (Betrán Abadía, 2015: 104 y 116)―. No obstante, algunos testimonios de la época no invitan a poder afirmar que el tratamiento de los restos humanos que pudiesen quedar en la iglesia de San Juan del Puente en la fecha de su derribo entre 1842 y 1845 fuesen trasladados oportunamente y el proceso documentado. Así ocurre con el fosal de la iglesia de san Gil de Zaragoza, terreno vendido a particulares que motivó que Juan Capapey, capellán del cementerio de Torrero, denunciase en la sesión del 1 de abril de 1841 que los nuevos propietarios «habían echado en una concavidad del terreno exterior al cementerio municipal cuatro carretadas de huesos procedentes de aquel lugar» (Betrán Abadía, 2015: 118).
4. CONCLUSIONES De entre el ilustre elenco de Cronistas del Reino de Aragón merece un lugar destacado, sin duda, el Doctor Don Juan Francisco Andrés de Uztárroz, a quien la crítica ha venido en considerar uno de los eruditos del siglo XVII en España y del que, por una sucesión de desafortunadas razones, todavía las fuentes de información que cualquier lector puede consultar bien entrado el siglo XXI siguen repitiendo errores y contradicciones más de 300 años después de su fallecimiento. Con lo arriba expuesto, creemos haber hecho hincapié sobre la conveniencia que supone subsanar estos errores detectados en la fecha y lugar de fallecimiento del Doctor Andrés, Cronista del Reino de Aragón y del rey Felipe IV; y si bien los datos analizados llevan a concluir que algunos de los errores habían sido subsanados parcialmente con anterioridad, la bibliografía posterior citada obliga a insistir en ello; pues los más de sesenta años pasados desde la publicación del único trabajo monográfico sobre nuestro Cronista hacen necesaria la actualización del estado de las cosas y algunos errores encontrados en él nos invitan a volver sobre la documentación original conservada y a reescribir algunos aspectos con un análisis más profundo. Como consecuencia de este proceso in fieri, que culminará con la edición crítica y filológica de su obra, y el consecuente cotejo hasta este momento de la documentación existente con las fuentes originales conservadas, los resultados están siendo sumamente provechosos, pues hemos podido constatar parte de lo afirmado hasta la fecha y clarificar todos los datos que presentaban vacilaciones. De esta forma, y como conclusión documentada, podemos afirmar que el Doctor Andrés expresó su deseo de ser sepultado tras su muerte como su padre, en la capilla de san Onofre de la iglesia de San Juan Bautista ―o del Puente― de Zaragoza, según lo manifestó en el testamento otorgado ante Juan Isidoro Andrés, notario
de la misma ciudad, el 27 de junio de 1652; lo cual se cumplió, según lo demuestra su partida de defunción, que nos dice que falleció a las cuatro de la madrugada del 18 de agosto de 1653, a la edad de cuarenta y seis años, en Zaragoza, y su cadáver fue sepultado conforme a sus deseos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Abascal Palazón, J. M. y Cebrián Fernández, R. (2005): Manuscritos sobre antigüedades de la Real Academia de la Historia, Madrid, Real Academia de la Historia. Álvarez Añaños, Mª Á. (2001): «Breve semblanza e Jerónimo Martel», Ivs Fugit: Revista interdisciplinar de estudios histórico-jurídicos, n.º 10-11, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2001-2002, pp. 569-578. Accesible en línea en https://ifc.dpz.es/recursos/publica ciones/25/27/16alvarezananos.pdf. ___(2016): (ed.), Leonardo de Argensola, Bartolomé, Comentarios para la Historia de Aragón, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico». Andrés, J. I. (1652): Protocolo general, protocolo notarial custodiado en el Colegio de Notarios de Aragón. Ansón Calvo, Mª del C. (1977): «Sociología del bautismo en el siglo XVII», Cuadernos de investigación. Geografía e Historia, Logroño, Universidad de La Rioja, t. 3, n.º 1-2, 1977, pp. 69-90. Antonio, N. (1783): Bibliotheca nova sive hispaniorum scriptorum qui ab anno MDCLXXXIV floruere notitia, Madrid, Joaquín Ibarra, dos vols. Ara Torralba, J. C. (2000): «“Por la copia”. Los hallazgos de Ricardo del Arco», Cien años de Filología en Aragón. VI Curso sobre Lengua y Literatura en Aragón (JoséCarlos Mainer Baqué y José María Enguita Utrilla, eds.), Zaragoza, «Institución Fernando el Católico», pp. 9-25. Arco y Garay, R. del (1910a): «Don Vicencio Juan de Lastanosa: apuntes bio-bibliográficos», Boletín de la Real Academia de la Historia, T.º LVI, cuaderno IV, abril de 1910, pp. 301-337. ___(1910b): «El cronista Andrés de Uztarroz», en el Boletín de la Real Academia de la Historia, T.º LVII, cuaderno IV, octubre de 1910, pp. 257-277. ___(1918): «Los amigos de Lastanosa: cartas interesantes de varios eruditos del siglo XVII», en Revista Histórica, n.º 8 a 10, agosto a octubre, año I, Valladolid, 1918, págs. 284-317. ___(1950): La Erudición Española en el Siglo XVII y el cronista de Aragón Andrés de Uztárroz, Madrid, C.S.I.C., 2 vols. Betrán Abadía, R. (2015a): Breve noticia histórica del cementerio de Torero y de los enterramientos en la ciudad de Zaragoza, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza. ___(2015b): La ciudad y los muertos: la formación del cementerio de Torrero, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza.
557
Blecua Perdices, A. (1983): Manual de crítica textual, Madrid, Castalia, 20042. Catalán Marín, M.ª S. y Faro Forteza, A. (2010): Introducción a la historia de la literatura en Aragón, Zaragoza, Mira Editores. Chiribay Calvo, R. (1986): «Algunos apuntes para el conocimiento del Palacio Arzobispal de Zaragoza», Aragonia Sacra, I, octubre de 1986, pp. 29-51. Coster, A. (1913): «Baltasar Gracian», Revue Hispanique, n.º 29, pp. 347-754. Coster, A. (1947): Baltasar Gracián, traducción y notas de Ricardo del Arco y Garay, Zaragoza, «Institución Fernando el Católico». Diputación General de Aragón, Nombramiento de Lupercio Leonardo de Argensola como Cronista del Reino de Aragón, Zaragoza, 13 de octubre de 1608. Enciclopedia Larousse, Barcelona, Planeta, 1969, 3ª ed., 3ª reimpresión, 10 vols. Fantoni y Benedí, R. de y Sanz Camañes, P. (1995): «Los Cronistas de Aragón (1548-1711)», Anuario de Ciencias Historiográficas de Aragón, T.º VIII, pp. 17-79. Fatás Cabeza, G. (2018): «Andrés de Uztarroz (sic), Juan Francisco», en Real Academia Española, Diccionario Biográfico Español, (en red, www.rah.es). Gallardo y Blanco, B. J. (1863): Ensayo de una Biblioteca Española de libros raros y curiosos, Madrid, Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 4 vols. Gascón Pérez, J. (2007): «“Y los cronistas de Aragón… ¿qué se fizieron?”. Estado actual de nuestros conocimientos y propuestas de investigación», en Ubieto Arteta, Agustín (coord.), Estudios sobre Aragón: en el umbral del siglo XXI., vol. 6, 2007 (Jornadas de Estudios sobre Aragón en el Umbral del Siglo XXI [ junio de 2003. Andorra]). Green, O. H. (1945): Vida y obras de Lupercio Leonardo de Argensola, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico». Lamarca Langa, G. (2000): «Genealogía y heráldica en las Memorias Literarias de Aragón, de Félix Latassa», Emblemata, n.º 6, pp. 139-152. Latassa y Ortín, F. de (1798): Biblioteca Nueva de los Autores Aragoneses que florecieron desde el año de 1500 hasta 1599, Pamplona, Joaquín de Domingo, 1798-1802, seis vols. Martyrologium romanum ad novam kalendarii rationem, et Ecclesiasticæ historiæ veritatem restitutum, Roma, tipografía de Dominicus Basae, 1586. Accesible en línea en http://bdh.bne.es/bnesearch/biblioteca/ Martyrologium%20romanum%20:%20%20%20ad%20 nouam%20Kalendarii%20rationem%20%20%20%20/ qls/Iglesia%20Cat%C3%B3lica/qls/bdh0000023317;jse ssionid=A97E881385E3DD3DB812B874264D1733.
558
McVay Jr. y Ted E. (2017): (ed.), Moncayo, Juan de, Obra poética, Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza; Instituto de Estudios Altoaragoneses; Instituto de Estudios Turolenses; Gobierno de Aragón, 2 vols. Ordovás Esteban, J. (2013): (ed.), Leonardo de Argensola, Bartolomé, Anales de Aragón [prosiguen los Anales de Jerónimo Zurita desde 1516 a 1520], vol. I, estudio y apéndices, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico». Peiró Arroyo, A. (1998): «La organización parroquial de la ciudad de Zaragoza tras la conquista cristiana», Aragonia Sacra, XIII, 1998, pp. 203-215. Sala Valdés y García-Sala, M. de la (1933): Estudios Históricos y Artísticos de Zaragoza, Zaragoza, Imprenta del Hospicio provincial. Salvá y Pérez, V. (1826): A catalogue of Spanish and Portuguese books, with occasional Literacy and Bibliographical remarks, Londres, M. Calero, 1826. Solano Camón, E. (2013): «Los últimos Cronistas de Aragón: una construcción literaria entre la permanencia y el cambio», en José Antonio Salas y Eliseo Serrano (coords.), Revista de Historia Jerónimo Zurita, n.º 88, 2013, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», pp. 145-170. Accesible en línea en https://ifc.dpz.es/ recursos/publicaciones/33/63/07solano.pdf. Ximénez de Embún y Val, T. (1901): Descripción histórica de la antigua Zaragoza y de sus términos municipales, Zaragoza, Librería de Cecilio Gasca.
Sesión 5. NOTAS ACLARATORIAS 1 _ Como advertencia previa, señalo que en las citas literales anteriores al s. XVIII, procedo a la regularización en el uso de i/j y u/v, a la actualización en el empleo de mayúsculas, así como de la acentuación y (sólo cuando el sentido lo exige) la puntuación, si no se indica lo contrario. 2 _ En cuanto al topónimo en su apellido, seguimos la tesis apuntada en su día por el profesor Montaner Frutos (2006: 37) según la cual es palabra llana, a la que le corresponde la tilde preceptiva. 3 _ Tomó posesión en 1647, pero la elección se hizo en las Cortes celebradas en Zaragoza entre 1645 y 1646 (Fantoni y Benedí y Sanz Camañes, 1995: 18). 4 _ Así aparece, sorprendentemente, en la Gran Enciclopedia Aragonesa y su sucesora, la Gran Enciclopedia Aragonesa 2000 ―enteramente igual sucede con su versión en línea―, pese a que se trata de un error corregido hace más de 60 años; pero precisamente esto nos permitirá acercarnos a algunas explicaciones de lo sucedido. 5 _ Es la otra ciudad donde, acertadamente ―aunque unas veces de manera más explícita que otra, según tendremos ocasión de comprobar― se ubica el fallecimiento del Doctor Andrés. No deja de resultar llamativo también que gran parte de la crítica recoja Madrid ―erróneamente― siguiendo la afirmación hecha en su día por el padre Félix Latassa, según las razones que luego veremos; cuando todas las obras enciclopédicas donde se cita a nuestro autor, a excepción de las mencionadas, hablan de Zaragoza. 6 _ Fecha correcta seguida por toda la crítica casi unánimemente. No es así en los trabajos enciclopédicos, como después analizaremos más detalladamente. 7 _ Este año ―cuya razón de ser se nos escapa― curiosamente, aparece de forma casi exclusiva en obras enciclopédicas ―excepto en la Gran Enciclopedia Larousse, que detalla el año correcto―, pero no ha trascendido a los trabajos académicos. Probablemente se explique porque, al igual que sucede con el dato que habla de Madrid ―aunque, paradójicamente, en ese caso por error― sea el padre Latassa la fuente de la información más extendida. Concretaremos a continuación. Así se lee en la Gran Enciclopèdia Catalana, fecha que coincide, junto con la aportada para su nacimiento, 1605, con las que aparecen –igualmente erróneas– en el trabajo de Abascal-Cebrián (2005: 62), que mencionaremos más adelante. Este detalle resulta todavía más asombroso, pues la entrada sobre el Doctor Andrés remite a la obra del padre Latassa ―a la compilación hecha en forma de diccionario hecha por Gómez Uriel, concretamente―, ¡pero ocurre que ni en la obra de Latassa ni en la edición de Gómez Uriel se indican esas fechas!; lo cual invita a tomar medidas urgentes que subsanen el error y eviten su propagación. 8 _ Lo cual hemos de tener siempre en cuenta, pues, como afirma Jesús Gascón (2007: 165) «la figura del cronista de Aragón ocupó un espacio central en el mundo intelectual y político aragonés, caracterizado, sobre todo en la decimosexta centuria, por el enfrentamiento entre dos modos de entender el ejercicio del gobierno»; lo que afectó inexcusablemente a la producción epistemológica de estos autores (y no nos referimos exclusivamente a algún tipo de censura, al menos externa). Es opinión extendida en la crítica, pues una idea parecida defienden Solano Camón, para quien hubo dificultades en esta producción, «algo que difícilmente puede ser interpretado solamente por problemas económicos o de edición, sino más bien atribuible a cuestiones de interés político» (2013: 148) ―y presenta, precisamente, la obra de nuestro Cronista como fiel reflejo de esta circunstancia―; Álvarez Añaños, que habla de «razones políticas» (2001: 572) siguiendo la tesis de Viñaza; y Ordovás Esteban, quien asegura que «Los trabajos de los escritores aragoneses que se acercaran a esta cuestión serían mirados con lupa por la censura» (2016: 20). Precisamente este autor (2013: LVIII) recoge las consecuencias derivadas de lo ocurrido en 1591 para los Cronistas de Aragón y sintetizadas por Blanco Lalinde (1989: 1925). 9 _ Aunque algún caso hubo que cesó antes de su fallecimiento, como fue el consabido de Jerónimo Martel, cuya obra y la posición que en ella adoptaba en cuanto a los acontecimientos de 1591 generó una situación embarazosa para los diputados (Gascón Pérez, 2007: 166). Quizá con intención de justificar de manera ecuánime la remoción de Martel y la designación de Lupercio Leonardo de Argensola, a éste se le imponía como condición el residir en el Reino de Aragón en su nombramiento, fechado el 13 de octubre de 1608 ―Martel residía en Medinaceli, como contador del Duque (Viñaza, 1904: 26)―: «con condición que viva y tenga su domicilio dentro de dicho reino y no de otra manera»; donde, además, se aprecia que el nombramiento era vitalicio: «nombramos ahora de nuevo al dicho Lupercio Leonardo de Argensola para durante su vida en Cronista deste reino […]» (actualizamos ortografía y puntuación). Véase al respecto Green, 1945: 78. 10 _ Latassa, 1798: t. 3, p. 165. Si no se indica lo contrario, citamos por esta edición. 11 _ Por supuesto hay más documentos en los que encontramos menciones posteriores a nuestro autor, como son los trabajos de Gallardo (1863: t.º 1: 195) o de Amador de los Ríos (1861), pero ninguno ofrece noticias biográficas. 12 _ De hecho, poco antes, en el Boletín de la Real Academia de abril de 1910, Del Arco transcribía una afirmación de Vicente Salvá que ―puesto en boca de quien lo expresaba― permite sospechar que, hacia mitad del XIX, el conocimiento biográfico que se tenía de nuestro autor era bastante borroso: «Ignoro si este Juan Francisco Andrés es Uztarroz […]» (Del Arco, 1910a: 329). Concretamente, la frase original de Salvá puede ser aún más reveladora, pues, literalmente, dice: «I am not aware wether [sic] this Juan Francisco Andres is Uztarroz, as hinted by Nic. Antonio when speaking of this author» (Salvá, 1826: 69). 13 _ (1947: 20). Es ésta la lectura de la traducción de Ricardo del Arco, aparecida años más tarde, pero cotejada con la edición original en francés, no se advierte diferencia notable en el significado y, sin duda, no en los datos: «On lui refusait encore l’accès du dépòt de Simancas lorsqu’il mourut dela fièvre, le 18 août 1653, à Madrid, où il était venu solliciter l’ordennance royale qui luiaurait donné satisfaction» (Coster, 1913: 373). 14 _ Lo cual resulta sorprendente, pues a continuación veremos que los datos no lo justifican. 15 _ (1933: 54). 16 _ Tomo 3º, folio 680. Año de 1653. Para destacar la relevancia del testimonio, llevamos a cabo una transcripción diplomática en la que únicamente desarrollamos abreviaturas y actualizamos puntuación y acentuación. 17 _ Blecua, 1983: 25. 18 _ Para tener en cuenta la forma personal de trabajar de D. Ricardo y buscar una posible explicación a esto, véase Ara, 2000. 19 _ Más sorprendente resulta que la crítica cite su monográfico de 1950 y continúe perpetuando el error; e igualmente paradójico resulta el caso de la edición de la obra poética de Juan de Moncayo y Gurrea, de reciente aparición, donde el editor afirma que: «Uztarroz murió el 18 de este mes [agosto] en Madrid. Del Arco publicó esta carta en parte (1950a: 43)» (McVay, Jr., 2017: 707, n. 54). 20 _ Remiten estos autores a la partida de bautismo (1995: 50), que, efectivamente, también se conserva en el Archivo de la Catedral de Zaragoza, en los fondos documentales de bautismos de la parroquia de la Magdalena (Quinque libri, libro 2, f. 198). Llama la atención que el padre Latassa incurriese en el error de afirmar que el Doctor Andrés hubiese nacido en 1606 habiendo podido comprobar que su bautismo tuvo lugar el día 24 de junio de 1607 ―y no parece esperable que un recién nacido pudiese pasar seis meses, como mínimo, sin recibir el Bautismo, pues su administración inmediata a los neonatos siempre ha sido una práctica recomendable y perentoria (Pijuán, 1981: 79)―; máxime habiendo consultado la partida de defunción, como lo demuestra que proporcionase la información relativa al testamento. Cabe, no obstante, la posibilidad de que el padre Latassa hubiese podido consultar otro documento, desconocido hasta este momento, en el que se testificase una fecha de nacimiento distinta de la del Bautismo; pero el hecho de que el primer nombre de pila de nuestro Cronista fuese Juan, habida cuenta de la costumbre de la época por respetar el imponer el nombre celebrado en el santoral para el día ―y especialmente con personajes cuya importancia resulta capital en el Cristianismo, como es el caso de san Juan Bautista, a quien el martirologio de Gregorio XIII califica como «præcursoris Domini» y de quien se dice «qui Spiritu sancto repletus est adhuc in utero matris fuæ»
559
(Martyrologium: 280)―, pues como afirma Ansón Calvo (1977: 88) en cuanto a la elección de nombres para los neófitos en Zaragoza entre 1600 y 1650: «la razón de más peso fue la advocación de un santo importante en el día de su nacimiento o en los días próximos a éste», hace que se nos antoje remota. Podría, también, tratarse de un error de copia, pero a falta de otras evidencias, no podemos encontrar una explicación a la fecha de 1606 para el nacimiento ofrecida por Latassa; aunque tampoco debemos olvidar que esa fecha no le parecía segura, pues dice que: «Nació en Zaragoza por el año de 1606» (Latassa 1798, vol. 3: 161). 21 _ No está de más mencionar que el volumen V, donde se encuentra la entrada sobre nuestro autor, apareció en 1909, fecha anterior, por lo tanto, a la aparición de los trabajos de Don Ricardo, pero tampoco podemos olvidar que en ningún lugar anterior documentado se menciona en absoluto el año 1677 para la defunción del Doctor Andrés. 22 _ El testamento original se custodia en el Colegio de Notarios de Aragón, bajo el protocolo del notario Juan Isidoro Andrés, pp. 1186-1190. 23 _ Cuyo apellido, conocido el linaje del Doctor Andrés, invita a pensar en una relación de parentesco, pues: «Las dos ramas de este linaje establecidas en Zaragoza constituyeron una dinastía de letrados y notarios del número en la ciudad de Zaragoza, miembros como “familiares” del Santo Oficio y jurados de la ciudad, sus noticias han llegado hasta el siglo XVIII, prácticamente sin interrupción», según afirman Fantoni Benedí y Sanz Camañes, (1995: 19). 24 _ Para destacar la importancia del testimonio, llevamos a cabo una edición diplomática en la que únicamente henos resuelto las abreviaturas y actualizado puntuación y acentuación. Queremos así mismo expresar todo el agradecimiento al profesor Doctor Francisco Javier Alfaro Pérez, perteneciente al Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, cuya ayuda ha resultado de gran importancia para disipar algunas en algunas lecturas difíciles. 25 _ Tachado en. 26 _ Inserción mí. 27 _ Se repite que. 28 _ Tachado el. 29 _ Peiró (1998: 208) concreta su primera mención en enero de 1172. 30 _ Concretamente, las obras de remodelación se llevaron a cabo en 1443 (Chiribay, 1986: 30).
560
Sesión 5
5.10. INVESTIGACIÓN, USO Y DISFRUTE DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO RESEARCH, USE AND ENJOY OF ARCHAEOLOGICAL HERITAGE
Elena Martín Cancela1 y Manuel Martín-Bueno2 Profesora en la Escuela de Turismo de la Universidad de a Coruña
1
Ha sido Catedrático de Arqueología, Epigrafía y Numismática de la Universidad de Zaragoza y en la actualidad Profesor Colaborador Extraordinario en dicha Universidad
2
Autor de contacto/Contact author:Elena Martín Cancela
RESUMEN Un a modo de casi decálogo para analizar el complejo panorama en que se enmarca el patrimonio arqueológico, los agentes que intervienen y las administraciones que lo regulan para facilitar un disfrute adecuado por parte de la sociedad acorde con su conservación y preservación. PALABRAS CLAVE: Arqueología; Administraciones competentes; Protección; Regulación; Turismo cultural.
ABSTRACT In order to analyse the complex scene surrounding archaeological heritage we present here kind of rules concerning the agents involved, administrations in charge of its regulation to facilitate an adequate use by society according to its preservation and protection. KEYWORDS: Archaeology; Competent administrations; Protection; Regulation; Cultural tourism.
561
562
Sesión 5. 1. INTRODUCCIÓN El concepto de Patrimonio Arqueológico tal y como se concibe en la actualidad, difiere bastante de la idea que se tenía del mismo hace unas décadas, pongamos medio siglo. La evolución de la sociedad, que en algunos aspectos ha madurado positivamente, aunque en algunos aspectos pueda plantear dudas, es evidente. El acceso, mucho más sencillo y extendido, al patrimonio en general y al arqueológico en particular, se ha producido por una concatenación de factores como la elevación del nivel educativo, el desarrollo económico, con sus desigualdades flagrantes que alcanza a una gran parte de la población, la generalización del consumo de productos y servicios entre los que turismo, cultura, el denominado turismo cultural, la curiosidad por la información facilitada por los medios de comunicación y el acceso a la misma por razones de gran renovación tecnológica y facilidad de acceso a ella con las nuevas tecnologías, redes de comunicación, etc., son elementos que en modo alguno se pueden soslayar.
2. CAMPOS PARA LA REFLEXIÓN: EL CASO DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN Parece evidente que existen una serie de lugares comunes que son aplicables a extensiones territoriales y políticas mucho más amplias de lo que aquí se debe analizar, pero no es menos cierto que cada entidad administrativa, esas que en España reciben el nombre de CCAA, tiene sus rasgos especiales que sirvieron en su día para que pudieran ser individualizadas como tales en nuestro ordenamiento jurídico superior, en la Constitución de 1978. La evolución histórica de cada país, y dentro de sus fronteras la de cada uno de los territorios que lo conforman, ha marcado con huellas indelebles la existencia y permanencia de lo que denominamos recursos patrimoniales de todo tipo, desde los naturales a aquellos que englobamos dentro del patrimonio histórico según nuestra legislación en vigor, que sabemos es de una amplitud enorme, ya que va desde los recursos paleontológicos, arqueológicos de toda época y tipología, los artísticos, los etnológicos y etnográficos, los de tipo inmaterial, los elementos inmuebles y muebles, así como los receptáculos de ellos, como archivos, museos, etc. En este contexto, el patrimonio arqueológico merece una atención especial para nosotros que, aunque es percibido positivamente por gran parte de la sociedad, en especial por los estudiosos o aquellos que desean conocer en profundidad dicho patrimonio, es sin embargo el más expuesto dada su propia condición de indefensión ante los agentes naturales y los antrópicos, que son, en especial estos últimos, los agresores principales por razones que muchas veces serían fácilmente previsibles y evitables, pero que sin embargo, cuando chocan con intereses
especulativos y otros, sabemos que corren grave riesgo de verse alterados o simplemente desaparecer. Hemos enumerado una serie de campos para la reflexión, que sin ser exhaustivos, permiten hacerse una idea aproximada de algunos problemas que vienen de muy atrás, mientras que otros son fruto de la propia evolución de la sociedad y su interacción directa o indirecta con este patrimonio. 1. Planificación de la gestión política y administrativa del patrimonio arqueológico. Seguramente la sociedad interesada, y desde luego quienes tenemos relación directa o indirecta con el patrimonio arqueológico aragonés, hemos podido percibir que a lo largo del tiempo, singularmente desde que con la promulgación del Estatuto de Autonomía de Aragón se recibieron las competencias exclusivas en esta materia desde el Estado, existe una planificación regulatoria de la actuación de las administraciones competentes en la materia para actuar con él, según establece la normativa vigente. Sin embargo, una cosa es la existencia del marco regulatorio legal y la estructura administrativa para aplicarlo, y otra muy diferente la existencia de una planificación adecuada para llevarlo a cabo. Es decir, el establecimiento de una verdadera política en la materia para cumplir con lo establecido por las leyes, y no solo facilitar el conocimiento, acrecentamiento y conservación de dicho patrimonio, sino también para procurar por todos los medios al alcance de la administración competente, evitar la pérdida o el deterioro de ese patrimonio existente o que pueda localizarse y exhumarse en el futuro, tal y como reza la Ley general.En el largo periodo que llevamos de administración autonómica tras la promulgación del Estatuto y leyes complementarias, en ningún caso hemos tenido un Plan General suficiente y suficientemente duradero en el tiempo como para poder confiar en la eficacia administrativa de la medida. Consecuentemente la sociedad percibe que su patrimonio, y en especial el arqueológico, está muy desatendido e indefenso. 2. Planificación científica de líneas prioritarias en la investigación. El fracaso en este aspecto se puede considerar general. Una concatenación de factores, entre los que la ausencia de políticas claras es determinante, así como disrupción de enlaces eficaces entre departamentos diferentes de las propias administraciones, han impedido que la política científica en este campo se haya podido establecer, con consecuencias muy negativas. Comisiones interdisciplinares de planificación hubieran sido necesarias
563
pero o no han funcionado, o se dejaron agostar, o no se han creado. La existencia, en casos aislados, de conatos de planificación, grupos de investigación por ejemplo con sus tipologías, han tenido una continuidad poco lineal, con alteraciones y cambios de política frecuentes, con financiación insuficiente y con desconexión entre estos propios grupos, cada uno con sus objetivos, y la administración gestora del patrimonio arqueológico que ha llevado un camino diferente cuando no divergente. En consecuencia la inexistencia de líneas prioritarias establecidas desde la administración competente ha sido y es un factor muy negativo para la gestión de la investigación y la administración. 3. Ordenación a fin de priorizar las necesidades del patrimonio en toda su extensión. Esta premisa, que debería ser fundamental, y que en el pasado y en la administración del Estado sí que existió y todavía existe con un vigor muy debilitado, los denominados Planes Nacionales de tales o cuales monumentos o actuaciones, no han existido en ningún momento en la Comunidad de Aragón y deberían haberse establecido para optimizar recursos y para establecer prioridades que existen y muchas en nuestra Comunidad. La no existencia de listas de prioridades en la atención al patrimonio arqueológico determina que no se puedan establecer políticas de actuación pilotadas desde la propia administración de manera ordenada. Se ha actuado a impulsos, pero nunca por lo tanto con la eficacia que hubiera supuesto una adecuada planificación política, administrativa y financiera de los recursos humanos y económicos necesarios y menos todavía la de una posible coordinación de acciones con otras administraciones, que cuando se ha producido es puramente coyuntural por las tradicionales barreras competenciales. Es decir las urgencias se atienden a veces, pero en muchos casos demasiado tarde y con un mayor esfuerzo y costo de todo tipo, especialmente social. 4. Acompañamiento de políticas de gestión de recursos a aplicar en protección, consolidación y restauración. En este apartado es donde podría detectarse con mayor claridad la eficacia de la administración o administraciones competentes y no ha sido ni es así. La ausencia de planes de prevención, que a veces han existido sobre el papel pero no en la realidad, con excepciones muy loables como los planes de protección de cuevas y abrigos con arte rupestre, emblema
564
característico del Gobierno de Aragón, que por desgracia no se ha extendido a otro tipo de yacimientos, aludiendo siempre a la endémica carencia de recursos económicos que en buena medida hay que atribuir a falta de capacidad, carencia verdadera de ideas al respecto y falta de voluntad política a otros niveles. Siempre se ha dicho, y es axiomático, que una buena prevención y consolidación a tiempo es ahorro en restauración en el futuro y facilita la imagen que de nuestro patrimonio arqueológico tiene la sociedad. Yacimientos emblemáticos excavados desde la noche de los tiempos, como Botorrita, La Malena o Bilbilis, por poner ejemplos de todos conocidos, son un escaparate de la incuria y abandono que sufren, que servirían para hacer enrojecer a cualquiera, pero al parecen no tanto a nuestras sucesivas administraciones responsables de ellos. 5. Análisis de las corrientes de flujos turísticos para prevenir riesgos potenciales. En la actualidad, con ejemplos diarios en todos los continentes, en especial en aquellos países y monumentos que sufren una presión desmesurada y calamitosa del denominado turismo de masas y en menor medida del turismo cultural, estamos ante una amenaza nada desdeñable contra la que es necesario luchar para controlarla y no hay mejor remedio que la prevención y por supuesto la educación en todos los niveles, aunque este sea un punto muy peliagudo. No es necesario aclarar que hoy en día el turismo y el comportamiento de las masas que acceden y disfrutan de él, tanto en grupos como individualmente, es perfectamente previsible y está estudiado, lo que no significa que se tengan recetas para actuar en cada caso potencial, pero si suficiente información como para poder actuar de manera preventiva para proteger nuestros monumentos, museos, espacios naturales y un largo etcétera entre los que el patrimonio arqueológico, una vez mas, está muy expuesto al deterioro por presión excesiva de dicha afluencia de gente al mismo. Habida cuenta que el turismo es sin duda uno de los factores clave en el desarrollo de un lugar, así como fuente de riqueza, no sólo económica sino también cultural y promocional, es este aspecto de la prevención en riesgos derivados de flujos de turistas un punto a tener en cuenta, pero que en la mayoría de los casos no se estudia hasta que las evidencias de su abuso son ya patentes y, en ocasiones, difícilmente gestionable su recuperación, pudiéndose ya tan sólo tratar de preservar y proteger lo que la mala gestión del turismo ha ocasionado.
Sesión 5. 6. Adecuar políticas de confluencia de intereses entre los distintos actores concernidos: visitantes, agencias, investigadores, administraciones. Tal vez sea el punto menos conflictivo y más sencillo para la reflexión, ya que todo él se resume en una idea esencial, la coordinación, entre los enumerados, lo que tal vez no sea del todo sencillo porque están comprendidos desde agentes públicos y privados a colectivos profesionales, personas individuales, etc. No obstante, en el mundo globalizado, en un escenario de cooperación imprescindible, de transversalidad y por supuesto de facilidad en las comunicaciones, no debería ser demasiado complicado establecer los puentes necesarios para que esa cooperación, que no siempre tiene que ser con todos esos u otros agentes, sino entre algunos, se produzca con resultados positivos para el patrimonio que queremos proteger, potenciar, mostrar y conservar. 7. Potenciar los museos como receptores del patrimonio mueble y elemento complementario imprescindible de todo el patrimonio arqueológico. Debe extenderse la denominación del punto a los yacimientos protegidos, musealizados y abiertos al público de manera controlada, ya que la apertura directa significa simplemente la no protección y en ese caso el riesgo es total, con consecuencias muchas veces irreparables. Un museo es, con todas las salvedades, tipologías y evolución del propio concepto, según algunas corrientes actuales, un elemento imprescindible para, en la cercanía o en la distancia, actuar como pieza indisoluble con un yacimiento arqueológico. Primero porque es el lugar a donde deben ir a parar para su conservación, guarda y exhibición, los materiales, ajuares, etc., del yacimiento arqueológico concreto, ya que en el propio terreno pueden depositarse, dependiendo de las condiciones de seguridad, espacios protegidos con sus ajuares, duplicados, reconstrucciones, incluso hoy en día con la ayuda de recursos de visita virtual sobre el terreno o a distancia, facilitar la comprensión sin someter a riesgo el lugar. El museo siempre ha de ser el principio o el final de una visita a un yacimiento arqueológico. Es el lugar para la reflexión sobre lo visto o acerca de lo que hay que ver, es el punto donde se contextualiza el patrimonio, donde con el debido sosiego se aprende a respetar y valorar en toda su amplitud ese patrimonio, porque el propio museo como receptor material se encarga de ponernos en valor la importancia de lo que allí está y el lugar de donde procede.
Mal haríamos si desvinculásemos un museo de los yacimientos cuyos materiales contiene. 8. Papel de los medios de comunicación (entendidos globalmente y en su totalidad). Hoy en día es imprescindible atender a la premisa de que lo que no se publicita no existe. En una sociedad globalizada e intercomunicada, informada hasta la saciedad, bien o mal es problema ajeno a estas líneas, o se tiene la complicidad de los medios de comunicación o perderemos unas posibilidades amplísimas de facilitar la divulgación, enseñanza, protección y conservación del patrimonio arqueológico. No es infrecuente que el investigador, o las propias administraciones, consideren con cierta asiduidad a los medios de comunicación más como posibles molestias que como necesarios cómplices o colaboradores con la función reguladora, investigadora, etc., sobre el patrimonio arqueológico. El problema radica, en tantas y tantas ocasiones, cuando el patrimonio arqueológico es noticia por los desafueros que se cometen contra él, lo que naturalmente no es responsabilidad de los medios de comunicación, profesionales o no, sino de aquellos que por inacción, mala gestión, mala praxis, abuso o maldad, actúan o han actuado contra el patrimonio arqueológico provocando que se genere una noticia negativa. Los medios de comunicación o difusión social son un termómetro inmediato para comprobar la temperatura entorno al patrimonio arqueológico. Nos permite conocer si hay riesgo próximo e intentar paliar ese riesgo, pero se debe tener en cuenta que los medios que transmiten las noticias son muy inmediatos, cada vez más en tiempo real y ello no es fácilmente compatible con las actuaciones administrativas, policiales o científicas que pueden poner remedio a una situación adversa o no deseada. La comunicación es necesaria, imprescindible, pero hay que tener en cuenta que la cada vez más urgente inmediatez requerida por los usuarios del patrimonio obliga a desviar una importante cantidad de esfuerzo, tiempo y recursos a atender a esa necesidad y muchas veces no se dispone de él en cualquiera de los niveles. Habrá que arbitrar pues medidas que equilibren y que nos permitan encontrar cómplices y colaboradores donde ahora tan solo vemos peligros potenciales o indiferencia. Es el sino de los tiempos.
565