Actas II CAPA. Sesión 4. Memoria Histórica

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ACTAS 9 y 10

NOVIEMBRE

2017




Edita Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón Año de publicación: 2018 ISBN: 978-84-09-02130-7 Depósito Legal: Z-799-2018 Impreso en España Diseño y maquetación Ana Durán Boldova

© Autores de los textos Recoge los contenidos presentados a II Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés (CAPA)


ACTAS

9 y 10 de noviembre de 2017


EDITORES

Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde Dr. José María Rodanés Vicente


Presentación CAPA II

Presentamos las actas del II Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés ( II CAPA) con la satisfacción de haber cumplido los objetivos propuestos en la primera reunión. Es fundamental para la arqueología aragonesa contar con un foro de debate periódico en el que se presenten las novedades e investigaciones más recientes. Celebrado el 9 y 10 de noviembre de 2017, en el marco incomparable de Caixaforum Zaragoza, reunió a más de 250 participantes que siguieron el desarrollo de 51 comunicaciones y 16 posters, que han quedado plasmados en los 65 artículos que se incluyen en este volumen. Debemos estar agradecidos a los alumnos y alumnas, investigadores e investigadoras que nos han acompañado durante las sesiones. A pesar de las dificultades hemos conseguido trasladar un cierto optimismo y generar una dinámica de participación apoyados por arqueólogos funcionarios o autónomos, empresas, grupos de investigación e instituciones sin los cuales no hubiera sido posible su celebración. Gracias, igualmente, al Director General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Ignacio Escuín, que presidió el acto de apertura y mostró su apoyo presente y futuro de la institución que representa, a Ignacio Barandiarán que inauguró el congreso con una lección magistral sobre “Falsificaciones en Arqueología”, así como a los presidentes de Mesa: Pilar Utrilla, Miguel Beltrán, Isidro Aguilera y Manuel Martín Bueno que fueron los responsables de canalizar las comunicaciones de las distintas sesiones. Desde estas mismas páginas ya anunciamos la intención de trabajar desde estos momentos en la convocatoria de la tercera reunión (III CAPA) a celebrar a finales de 2019, con ligeras modificaciones en su formato ya que, como anunciamos en la presentación de la primera edición, queremos que sigua siendo “generalista”, abierto a la sociedad, en el que tengan cabida la investigación, divulgación y conservación del patrimonio en todos sus ámbitos pero sin perder sustancialmente ese carácter local que puede servir como elemento de cohesión en momentos complicados para estas disciplinas a las que en mayor o menor medida estamos vinculados. J.I. Lorenzo Lizalde y J.Mª Rodanés Vicente



COMITÉS

Comité Organizador Presidentes Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde Dr. José María Rodanés Vicente

Secretariado Dr. Carlos Sáenz Preciado Dr. Rafael Domingo D. Hugo Chautón Pérez Dr. Luis Fatás Fernández.

Comité Científico Dra. Elena Maestro Zaldívar, Dra. María Ángeles Magallón Botaya, Dr. Manuel A. Martín-Bueno, Dr. Carlos Mazo Pérez, Dra. Lourdes Montes Ramírez, Dr. Jesús Picazo Millán y Dra. Pilar Utrilla Miranda

Colaboradores Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón, Grupo URBS, Grupo de investigación Primeros Pobladores del Valle del Ebro, Instituto Universitario de Aragón de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Zaragoza, Obra Social “La Caixa”, Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.


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ÍNDICE


Índice

Sesión 1

Prehistoria 1.1. Cueva Hermosa (Calcena). Un nuevo conjunto de arte rupestre Paleolítico en Aragón Autor/es: Manuel Bea Martínez, Carlos Mazo Pérez, Pilar Utrilla Miranda

19-27

1.2. El abrigo de El Esplugón (Molino de Billobas-Sabiñánigo, Huesca). Un ejemplo de la transición Mesolítico/Neolítico en el prepirineo oscense Autor/es: Abel Berdejo Arcéiz, Alberto Obón Zúñiga, Pilar Utrilla Miranda, Rafael Laborda Lorente, Alejandro Sierra Sainz-Aja, Marta Alcolea Gracia, Manuel Bea Martínez y Rafael Domingo Martínez

29-40

1.3. Estructuras de almacenaje prehistóricas en la cueva redil de Coro Trasito (Tella-Sin, Huesca) Autor/es: Ermengol Gassiot Ballbè, Javier Rey Lanaspa, Ignacio Clemente Conte, Laura Obea Gómez, Sara Díaz Bonilla, Manuel Quesada Carrasco, Virgínia García Díaz, David Garcia Casas y David Rodríguez Antón

41-48

1.4. Elementos de adorno neolíticos de Coro Trasito (Tella-Sin, Huesca). Campañas de excavación 2011-2017 Autor/es: Javier Rey Lanaspa, Ignacio Clemente Conte, Ermengol Gassiot Ballbè Mónica Oliva Poveda, David Cuenca Solana y María Saña Seguí

49-57

1.5. Novedades en el arte levantino del Bajo Aragón: los abrigos del Corral de las Gascas y el Barranco del Muerto (Alcañiz, Teruel) Autor/es: Manuel Bea Martínez, Paloma Lanau Hernáez, José Antonio Benavente, Jesús Carlos Villanueva, Héctor Arcusa Magallón, José Ignacio Royo y Pilar Utrilla Miranda

59-68

1.6. Mas del Obispo (Alcañiz, Teruel). Un nuevo conjunto de pintura rupestre esquemática en la cuenca del río Guadalope Autor/es: Paloma Lanau Hernáez, Manuel Bea Martínez, José Antonio Benavente, Jesús Carlos Villanueva y José Ignacio Royo

69-77

1.7. Un nuevo enclave con grabados rupestres en las altas cinco villas: la Cueva de Lasque (Orés, Zaragoza) y su documentación fotogramétrica Autor/es: José Ignacio Royo Guillén, Fabiola Gómez Lecumberri y Héctor Arcusa Magallón

79-90

1.8. Mecanismos preventivos en la Conservación y Restauración de pintura rupestre al aire libre. El caso del Abrigo de los Toros del Barranco de las Olivanas (Albarracín, Teruel) Autor/es: Rosa Gasque Rubio, Dra. Mª Antonia Zalbidea Muñoz, Jose Ignacio Royo Guillén y Blanca Latorre Vila

91-101

1.9. Minas de sílex prehistóricas en el valle medio del Ebro. Las explotaciones de La Leandra (La Muela, Zaragoza) Autor/es: Jesús V. Picazo Millán, Fernando Pérez Lambán, Javier Fanlo Loras y Raúl Leorza Álvarez de Arcaya

103-111

1.10. Industrias de foliáceos de Torrecilla de Alcañiz (Bajo Aragón) Autor/es: Tania Catalán Gabarre, Paloma Aranda-Contamina, José Antonio Benavente Serrano y José María Rodanés Vicente

113-126

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1.11. El Collado de la Abeja. Una aldea agrícola en llano del Bronce Medio Autor/es: Fernando Pérez-Lambán, Jesús V. Picazo Millán y Javier Fanlo Loras

127-138

1.12. Las fases de ocupación de El Morredón (Fréscano, Zaragoza) Autor/es: Paloma Aranda-Contamina, José María Rodanés Vicente y José Ignacio Lorenzo Lizalde

139-148

1.13. Arquitectura de las necrópolis de incineración en el Bajo Alcanadre (Huesca) Autor/es: Hugo Chautón Pérez, Gema Földessy Aranda y Gonzalo García Vegas

149-154

1.14. Nuevas aportaciones a la construcción en la Edad del Hierro: La Codera Autor/es: Félix Montón Broto y Sofía Seguí Barrio

155-160

1.15. Urbanismo e intercambio en el Pueyo de Marcuello, vectores para la interpretación de la Edad del Hierro en el Valle Medio del río Gállego Autor/es: José Fabre Murillo

161-169

1.16. La aplicación de la Estadística Bayesiana en la periodización de la Iª Edad del Hierro en el Valle Medio del Ebro Autor/es: José Ignacio Royo Guillén, Iñigo García Martínez de Lagrán y Cristina Tejedor Rodriguez

171-180

1.17. Doce años de arqueología experimental en Caspe. CECBAC 2005-2017 Autor/es: Carlos Mazo Pérez, Javier Fanlo Loras y Marta Alcolea Gracia

181-190

1.18. Arqueología efímera en Aragón. Novedades y metodología para el estudio taxonómico y morfo-tipo-técnológico de objetos de madera y cestería Autor/es: Marta Alcolea Gracia

191-199

Sesión 2

Arqueología Clásica

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2.1. Posible área sacra localizada en la ciudad romano-republicana de La Cabañeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza) Autor/es: José Antonio Mínguez Morales y Alberto Mayayo Catalán

203-212

2.2. Aproximación al urbanismo de la ciudad celtibero-­romana de Valdeherrera: prospecciones geofísicas Autor/es: J. Carlos Sáenz Preciado, Roger Sala Bartrolí, Manuel Martín-Bueno Pedro Rodríguez Simón y Helena Ortiz Quintana Escardivo

213-223

2.3. Proyecto arqueológico Bursau-­Borja (Aragón, España). Campaña de excavación 2017 Autor/es: Begoña Serrano Arnáez, Óscar Bonilla Santander, Ángel Santos Horneros, Alicia María Izquierdo, Carlos Valladares Lafuente y Miriam Pérez Aranda

225-231

2.4. Investigaciones arqueológicas durante 2016 y 2017 en el “Cerro del Calvario” de Tabuenca (Aragón, España) Autor/es: Óscar Bonilla Santander, Begoña Serrano Arnáez, Ángel Santos Horneros, Miriam Pérez Aranda, Carlos Valladares Lafuente y Alicia María Izquierdo

233-242

2.5. La casa del Larario de Bilbilis (Calatayud, Zaragoza) Autor/es: J. Carlos Sáenz Preciado, Manuel Martín-Bueno, Oscar Bonilla Santarder Carmen Guiral Pelegrín, Claudia García Villalba, Lára Iñíguez Berrozpe y Miriam Pérez Aranda

243-253


Índice 2.6. Monumentalización y desarrollo de dos de las ciudades romanas del Prepirineo oscense Autor/es: José Ángel Asensio Esteban y María Ángeles Magallón Botaya

255-268

2.7. Larraz. Una villa periurbana en el entorno de Cabeza Ladrero (Sofuentes/Sos del Rey Católico, Zaragoza) Autor/es: Ángel A. Jordán Lorenzo

269-279

2.8. La villa romana de La Dehesa (Tarazona, Zaragoza) Autor/es: Carlos García Benito, Pilar Diarte Blasco, Romina Luesma González y Julián Pérez Pérez

281-292

2.9. Chicharroya III. Una villa romana en el término municipal de Novallas (Zaragoza) Autor/es: Héctor Arcusa Magallón y David Álvarez Polanco

293-299

2.10. La decoración arquitectónico-decorativa realizada en estuco del patio porticado de la Domus 1 (Insula I) de Bilbilis (Calatayud, Zaragoza) Autor/es: Carmen Guiral Pelegrín, Lara Íñiguez Berrozpe, Carlos Sáenz Preciado y Manuel Martín-Bueno

301-307

2.11. Soporte para una plataforma nueva de investigación arqueológica sobre vidrio (esqueuomorfos) Autor/es: Juan Á. Paz Peralta y Esperanza Ortiz Palomar

309-318

2.12. Reflexiones sobre un pie escultórico de mármol de la colonia Caesar Augusta Autor/es: Mª Pilar Lapuente Mercadal, Isabel Rodà de Llanza, Eva M. Koppel y Carmen Aguarod Otal

319-324

2.13. Representaciones femeninas ibéricas: préstamos e influencias. (s.III-I a.C). Historia de las investigaciones Autor/es: María Pilar Peña Gimeno

325-336

2.14. Cornelia Surasteium: una mujer ibérica en tiempos del Imperio Romano Autor/es: Ignacio Simón Cornago

337-343

Sesión 3

Arqueología Medieval 3.1. Un nuevo caso de fortificación andalusí en piedra sillar de gran aparejo en el ‘amal de Wasqa: la muralla de Plaza Mayor nº 7 de Bolea (municipio de La Sotonera, Huesca) Autor/es: José Ángel Asensio Esteban

347-357

3.2. Una posible Alquería Andalusí junto al casco urbano de Gelsa (Zaragoza) Autor/es: Francisco Javier Ruiz Ruiz, Alberto Mayayo Catalán

359-369

3.3. La excavación de la necrópolis altomedieval del Cerro de San Miguel, en Lobera de Onsella (Zaragoza) Autor/es: Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde

371-376

3.4. La Cruceta de Tauste. Primeras investigaciones de un puesto de vigilancia bajomedieval Autor/es: Francisco Javier Gutiérrez González, Mario Lafuente Gómez, Óscar Lanzas Orensanz, Víctor Gil de Muro Eguizábal, Carlos Valladares Lafuente

377-387

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3.5. El castillo medieval de Los Fayos (Aragón, España) Autor/es: Óscar Bonilla Santander Begoña Serrano Arnáez, Carlos Valladares Lafuente, Alicia María Izquierdo, Ángel Santos Horneros, Miriam Pérez Aranda

387-397

3.6. El castillo de Peracense (Teruel) en época medieval a través de los objetos metálicos Autor/es: Antonio Hernández Pardos, José Luis Ona González y Jesús G. Franco Calvo

399-410

3.7. Las Peñetas de Manolo. Un proyecto integral de investigación arqueológica y puesta en valor de un enclave reocupado en la ribera baja del Alcanadre Autor/es: Gonzalo García Vegas, Gema Földessy Aranda, Hugo Chauton Perez, Miguel Ángel Zapater Baselga

411-419

3.8. Antropología física de la necrópolis “Las Peñetas de Manolo” (Sena, Huesca) Autor/es: Dr. José Ignacio Lorenzo Lizalde, Hugo Chauton Perez, Gonzalo García Vegas y Gema Földessy Aranda

421-426

3.9. Investigaciones arqueológicas entorno al Cantar del Mío cid: Alcocer (La Mora Encantada, Ateca) Autor/es: Francisco Javier Ruiz Ruiz, José Luis Cebolla Berlanga, Francisco J. Martínez García

427-437

3.10. Aportaciones al sistema defensivo de la Ciudadela de Jaca

439-449

Autor/es: Héctor Arcusa Magallón

Sesión 4 Memoria Histórica 4.1. Recuperación de los restos expoliados de un brigadista internacional. Frente de Aragón: Guadalope – Caspe, 1938 Autor/es: Salvador Melguizo Aísa y José Ignacio Lorenzo Lizalde

461-473

4.2. Puesta en valor del conflicto: el caso de las trincheras de Los Pilones de Rubielos de la Cérida (Teruel) Autor/es: Jesús Gerardo Franco Calvo y Antonio Hernández Pardos

475-486

4.3. Un paisaje histórico de la Guerra Civil Española: restos arqueológicos en el frente de Belchite (Zaragoza) Autor/es: Antonio Hernández Pardos y Jesús Gerardo Franco Calvo

487-496

4.4. Nuevas intervenciones arqueológicas sobre fosas comunes de la Guerra Civil Española en Aragón: Paniza y Ricla Autor/es: Francisco Javier Ruiz Ruiz y Francisco Javier Ortiz Lejarza

497-508

4.5. Arqueología, didactica y manipulación sobre la Guerra Civil Española

509-513

Autor/es: Hugo Chautón Pérez

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Índice

Sesión 5

Patrimonio

5.1. El arte rupestre en Aragón y su gestión entre 1998-­2017: veinte años en la lista del Patrimonio Mundial Autor/es: José Ignacio Royo Guillén y Blanca Latorre Vila, Picazo, J. V. y Martínez Bea, M

517-531

5.2. Plan de actuación en Bienes Culturales en Aragón Autor/es: Raquel Ornat Clemente, Miguel Andrés Pérez Cubero, Maria Luisa Díez García, José Luis Cano Berrade, Esther Escartín Aizpurua y Juan Carlos García Pimienta

532-546

5.3. Actuaciones periciales en defensa de nuestro Patrimonio Arqueológico: el expolio de la Cueva de Chaves Autor/es: José Ignacio Royo Guillén y Francisco Romeo Marugán

547-560

5.4. Agentes de protección del Patrimonio Cultural y Guardas del Gobierno de Aragón Autor/es: Miguel Ángel Zapater Baselga

561-568

5.5. Análisis sobre la difusión social y la accesibilidad del Patrimonio Arqueológico a través de los Parques Culturales de Aragón Autor/es: Hugo Palacín Jordán

569-578

5.6. Sistema de información geográfica en la comarca de Tarazona y el Moncayo: SigMoncayo Autor/es: María Sebastián López, Carlos García Benito, Daniel García Ubalde y Julián Pérez Pérez

579-587

5.7. La conservación invisible de Caesaraugusta. Pervivencia del uso de los espacios en dos mil años de historia Autor/es: Rubén Castélls Vela

589-598

5.8. El Camino de Santiago francés a su paso por Aragón Autor/es: Raquel Ornat Clemente1 y Miguel Díaz Paniagua

599-610

5. 9. La Memoria del Camino (Medelca): un proyecto científico y divulgativo Autor/es: Héctor Arcusa Magallón, Íñigo García Martínez de Lagrán, David Álvarez Polanco, María San Millán Lomas,Cristina Tejedor Rodríguez, Jesús Sesma Sesma, José Ignacio Royo Guillén y Manuel A. Rojo

611-617

5.10. Retos en materia de conservación preventiva de los bienes inmuebles arqueológicos Autor/es: Miriam Pérez Aranda, Ángel Santos Horneros, Begoña Serrano Arnáez, Óscar Bonilla Santander, Carlos Valladares Lafuente y Alicia María Izquierdo

619-627

5.11. Diagnosis del estado de deterioro de la piedra de la Catedral de Huesca Autor/es: María Pilar Lapuente Mercada, José Antonio Cuchí Oterino y Luis Francisco Auqué Sanz

629-639

5.12. Propuesta-­ diagnosis del peritaje en el vidrio y cristal (transferible a las artes decorativas) Autor/es: Esperanza Ortiz Palomar y Juan Á. Paz Peralta

641-652

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Sesi贸n 4. Memoria Hist贸rica

Sesi贸n 4

Memoria Hist贸rica

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Sesión 4. Memoria Histórica

4.1. RECUPERACIÓN DE LOS RESTOS EXPOLIADOS DE UN BRIGADISTA INTERNACIONAL. FRENTE DE ARAGÓN: GUADALOPE – CASPE, 1938 RECOVERY THE PILLAGED REMAINS OF AN INTERNATIONAL BRIGADISTS. FRONT OF ARAGON: GUADALOPE - CASPE, 1938

Salvador Melguizo Aísa1, José Ignacio Lorenzo Lizalde1 1

Universidad de Zaragoza, Grupo de investigación PPVE

Autor de contacto/Contact author: Salvador Melguizo Aísa, smelguizo@ gmail.com/ José Ignacio Lorenzo, 976123037@telefonica.net

RESUMEN Al inicio del mes de octubre de 2016, la Asociación Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda (B.A.P.) ha promovido, con el apoyo de la Diputación Provincial de Zaragoza, las tareas de campo arqueológicas que han permitido recuperar los restos de un combatiente (muy probablemente perteneciente la 9º Batallón de la XIV Brigada Internacional La Marseillaise) fallecido durante la batalla que tuvo lugar en el entorno de la población de Miraflores (Caspe-Zaragoza) a finales de marzo de 1938. PALABRAS CLAVE: Guerra Civil Española; 1938; Brigadas Internacionales; Fosa de combatiente; Miraflores; Caspe (Zaragoza).

ABSTRACT Early October 2016 the Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda (BAP) association, supported by the Diputación Provincial de Zaragoza, promoted the archeological fieldworks which allowed to recover some remains of a fighter (most likely belonging to the 9th Battalion of the XIV International Brigade La Marselleise) deceased during the battle close to Miraflores town in late March 1938. KEY WORDS: Spanish Civil War; 1938; International Brigades; Fighter’s grave; Miraflores; Caspe (Zaragoza).

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1. INTRODUCCIÓN Esta actuación responde a la continuidad del proyecto iniciado el año anterior, en el que se intervino en otra fosa situada algunos kilómetros al norte, junto a la carretera que une Caspe y Maella, a su paso por el río Guadalope. Allí se exhumaron tres cuerpos de brigadistas internacionales, caídos en similares fechas. Tras el análisis arqueológico y documental (objeto ya de publicación1 en la que argumentamos su pertenencia a la XII B.I. Garibaldi y/o XIV B.I. La Marseillaise) se llevó a cabo su reinhumación el 26 de marzo de 2016. Tal acto quedó enmarcado en un homenaje a las Brigadas Internacionales en el Cementerio de Caspe, al que asistieron representantes de los familiares de aquellos voluntarios, miembros de diferentes asociaciones nacionales y extranjeras, colectivos vinculados, así como nutrido público. Se contó además con la participación institucional del presidente del Gobierno de Aragón y autoridades locales (Fig. 1).

Figura 1. Actos de marzo de 2016 (Fotografía Pablo Ibáñez).

2. OBJETIVOS Conforme a lo previsto en el punto 1 del artículo 13 de la LEY 52/2007, de 26 de diciembre, solicitamos y obtuvimos el permiso de excavación arqueológica a la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. Los objetivos se han ceñido a lo expuesto en los artículos 12 a 14 de la citada Ley, así como al Protocolo de exhumación de restos humanos relacionados con la Guerra Civil de acuerdo al extinto proyecto Amarga Memoria del Patrimonio Cultural de Aragón. Mientras tanto, seguíamos rastreando el terreno y recopilando testimonios al respecto. Pronto se produjo un nuevo descubrimiento, compuesto por materiales óseos, así como otros indudablemente vinculados a la vestimenta y pertrechos de combatientes de la Guerra Civil. Sobre una pequeña elevación, inmediata al cauce de la acequia de Civán, a la altura de la Mina de Soto el Puen y junto a la población de Miraflores, nuestro compañero Manuel García Barceló observó que afloraban estos elementos y que parecían proceder de un amontonamiento de tierra y piedras.

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Comenzamos a planificar la nueva intervención. La anterior de 2015, fue realizada únicamente con nuestros propios medios, pero para la de 2016, presentamos un programa de actuación a la convocatoria de ayudas para el desarrollo de la Memoria Histórica en la provincia de Zaragoza, promovido por la Diputación Provincial de Zaragoza. Se obtuvo la resolución favorable, al igual que para las otras tramitadas con vistas a obtener los permisos administrativos necesarios de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón2 y del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental3. Por otro lado, fruto de los contactos realizados en el acto de homenaje a las Brigadas Internacionales en Caspe, propusimos a la asociación l’ACER4 que aglutina a familiares de los antiguos voluntarios franceses, la posibilidad de su participación en las tareas de campo. Por ello, hemos contado con la inestimable presencia y ayuda del matrimonio Campos, compuesto por Angèle Campos Sabatier y Juan Antonio Campos. Los progenitores de ambos combatieron el fascismo durante la Guerra Civil. En el caso de Ángele, su padre, Émile Sabatier participó directamente en los combates desarrollados en Caspe en marzo de 1938, durante el periodo en el que fue Comandante de 10º Batallón Domingo Germinal de la XIV B.I. Hemos trabajado con un equipo interdisciplinar compuesto por arqueólogos especializados, antropólogo, técnico en la utilización de drones y voluntarios, para intentar acometer de manera óptima la tarea5. Con el mismo objeto hemos analizado (y seguimos en ello) una parte del Archivo del Estado Ruso de Historia PolíticoSocial (RGASPI/РГАСПИ). Sobre todo, la de su Segundo Complejo Documental referido a las Brigadas Internacionales del Ejército Republicano de España. También se han consultado los fondos relativos a los informes de las unidades militares sublevadas, así como de algunas de la Brigadas Mixtas implicadas del Archivo General Militar de Ávila (AGMAV)6. Se ha revisado la documentación del Juzgado de Caspe junto con la del archivo municipal de la ciudad7. Se ha recopilado buena parte de la bibliografía de referencia, tanto general como específica. A la par se ha elaborado y sigue en proceso, una compilación de testimonios orales en el área de Caspe.

2.1. Estudio documental y bibliográfico: La Segunda fase de la Batalla de Caspe de 1938 en el entorno de Miraflores En un trabajo anterior (Melguizo y Lorenzo 2016, 697711) hemos descrito ya buena parte de la sucesión de acontecimientos que llevan hasta la trascendente batalla que tendrá lugar en las orillas de río Guadalope a finales de marzo de 1938, así como la situación y movimientos de las diferentes unidades que se enfrentaron (Fig. 2A). En esta ocasión, sin volver a incidir aquí en ellos, intentaremos concretar aún más sobre el área estricta de nuestro estudio.


Sesión 4. Memoria histórica

Figura 2. A: Líneas de defensa de la XII y XIV Brigadas internacionales entre el 17 y 26 de marzo de 1938. Las flechas indican los ejes del ataque franquista / B: Movimientos del 9º Batallón Commune de Paris y otras unidades entre el 18 y 19 de marzo de 1938 en el área de Miraflores / C: Ataque del 19 por la tarde del 4º Regimiento de la 1ª División de Navarra sobre el 9º Batallón Commune de Paris y la 139 B.M. El círculo concéntrico indica la situación de la fosa hallada.

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Figura 3. A: Ofensiva del día 26 de marzo de 1938 de la 1ª División de Navarra. / B: Ofensiva del día 27 de marzo de 1938 de la 1ª División de Navarra. Situación de las líneas de defensa republicanas ambas jornadas. Primeras horas del viernes 11 de marzo de 1938. Durante esa noche y con suma urgencia, la XIV Brigada internacional comenzaba a salir de las posiciones que ocupaba en Valdemorillo, muy cerca de El Escorial. Un par de días antes, la ofensiva fascista ha deshecho las defensas republicanas del frente de Aragón. La situación que les esperaba al llegar era una incógnita, aunque los informes del reconocimiento previo ya indicaban que no podía esperarse nada bueno. Por causa del traslado, la unidad se vio obligada a dejar buena parte de su armamento en su lugar de origen. En teoría, debería ser remplazado al llegar a su destino. El 14 por la mañana alcanzaban Tortosa. La situación desastrosa que allí reinaba les privó de recibir tanto información como órdenes necesarias. A falta de ellas, los mandos (el comandante de la Brigada Marcel Sagnier había resultado malherido en un accidente de coche el día 12 y había sido sustituido por Gabriel Hubert) deciden tomar camino de Alcañiz por la ruta de Valderrobres, población a la que llegaron por la tarde. En aquel lugar, el Estado Mayor del 12 Cuerpo de Ejército en retirada, tampoco supo encomendarles objetivo alguno. Por fin, tras contactar con el general Rojo y Enrique Lister fueron enviados a Maella, para esperar las órdenes de la 45 División, en la que deberían integrarse (RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d.198-201). Por su parte, el periplo del 9º Batallón Commune de Paris de la XIV B.I. le había llevado desde El Escorial, vía Valencia, siguiendo el resto del camino que acabamos de señalar para culminar en Maella. Élie Duguet (Fig. 4), entonces Comisario político de este Batallón, recordaría años después en sus memorias aquella pequeña odisea (Duguet 1994. 55-56). El primer Batallón de la XIV B.I. resultó ser una de las unidades más afectadas por la carencia de armas y como consecuencia, tuvo que ser acantonada en reserva en la población de Maella, junto al río Matarraña, durante toda la primera fase de la batalla de Caspe, desde el 15 hasta el 17 de marzo, lo que no evitó que sufriese mortíferos bombardeos8. Esa última jornada se perdía ante las tropas

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franquistas la capital del Aragón republicano. También en ese momento regresaba el comandante Sagnier, quien sustituía al abrumado Hubert e inmediatamente rearmaba, en la medida de lo posible, al Comunne de Paris con los elementos que se iban recuperando de las unidades que huían tras el desplome del anterior frente (RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d. 207). En la noche del día 18 al 19 (Fig. 2B) por fin se despliega una parte del 9º Batallón de la XIV Brigada Internacional en el entorno de Miraflores, relevando al 1º de la 100ª Brigada Mixta. Las carencias señaladas también obligaron a participar parcialmente al 556 Batallón de la 139 Brigada Mixta, que debería después disponerse en continuidad hacia el sur de este lugar para completar el despliegue de la 45 División. Solventados los problemas, la segunda compañía del Comunne de Paris establece enlace al norte de la Plana Cabrera (Cota 211), desde la orilla izquierda del Guadalope, con el 13 Batallón Henri Barbusse de la XIV B.I. que estaba en la margen derecha del río. La tercera y la cuarta ocupan desde la meseta hasta la pequeña localidad, quedando la primera en reserva, pues seguía sin disponer de armas (RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 97-100). Ya por la mañana del 19, desde las posiciones más elevadas de la Cota 211, se observan movimientos sospechosos del enemigo, acompañados durante una

Figura 4. De izquierda a derecha: Rabah Oussidhoum, Élie Duguet y Pierre Georges (RGASPI).


Sesión 4. Memoria histórica hora antes del mediodía por bombardeo artillero. Entre las cinco y las seis de la tarde, la amenaza se concreta en el ataque (García Valiño 1949, 63) del 4º Regimiento de la 1ª División de Navarra9 sobre la cuarta compañía que defiende flanco izquierdo del Batallón francés (Fig. 2C), así como contra parte de la 139 Brigada Mixta. A pesar de llegar a amenazar directamente el puesto de mando republicano en combate cuerpo a cuerpo, los franquistas son rechazados y aunque en principio se contabilizan entre las bajas de los internacionales un muerto y ocho heridos, después se confirma que sólo hubo cinco de éstos. Entre ellos el joven sargento Pierrot10 (Pierre) Georges (Fig.4) (RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 97 y 101; RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d. 208). Dos años más tarde, mientras estaba encarcelado por sus actividades políticas en Francia, escribió a su esposa el relato de su experiencia personal en este preciso día y combate (Georges 2009, 20-21). Hace ya algún tiempo planteamos una hipótesis sobre el lugar en que se desarrollaba la acción11, y nos equivocamos por no mucha distancia. También es cierto que por entonces no habíamos podido leer los aclaradores informes del archivo RGASPI. El día 20 establecen el enlace definitivo por la izquierda y hacia el sur de Miraflores con la 139 Brigada Mixta. Se rectifica la línea de la tercera compañía, desplazándose al oeste hasta lo que Duguet define como “un canal deseché” (RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 118 y RGASPI. F.545. Op.3. D.27-d. 59) y que puede corresponder con el brazal o fillola del Soto del Puen de la acequia principal de Civán, que recorre aún hoy el perímetro de la meseta en la Cota 211. Además un cañoneo sobre la segunda compañía causa una baja mortal (RGASPI. F.545. Op.3. D.410- d. 102 – 104).

Hasta el 26 se mantiene una relativa calma, aprovechada para mejorar la fortificación del sector mediante trincheras y la disposición de alambradas (RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 105). Ese día (Fig. 3A) se desata la prevista ofensiva, afectando principalmente al 13º y 12º Batallones, situados en el flanco derecho del 9º y en la orilla contraria del río. Pero también la segunda compañía del Commune de Paris va a recibir una buena parte del empuje enemigo. A pesar de ello, resiste con tenacidad todo el día, pero al atardecer, aprovechando las casas y accidentes del terreno, los sublevados del 1º Regimiento de la 1ª División de Navarra (García Valiño 1949, 65)12 consiguen alcanzar una pequeña zona de la elevación. Por la noche se intentó un contrataque para expulsarlos, pero no tuvo éxito. Ante la necesidad de reestablecer la línea del frente, el Comandante del Batallón, el argelino Rabah Oussidhoum (Fig 4), durante estas primeras horas del día 27 y como tenía costumbre, se ocupa personalmente de recolocar a sus hombres. En el desarrollo de esa tarea, recibió un disparo mortal en la cabeza (RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 107-115). Bereber13 nacido en 1903 en la pequeña localidad de Darna (Cabilia argelina). Tras pasar allí una difícil niñez se trasladó a la población de Bou-Saada, aunque su profundo anhelo era emigrar a Francia en busca de trabajo y estudios. Para ello era necesario disponer de los documentos que acreditasen su paso por el ejército. Una vez alistado, siguió los cursos de la escuela de suboficiales y fue enviado a luchar en la Guerra del Rif. Tanto el menosprecio como el maltrato que sufrían las tropas de origen norteafricano, así como las crueldades que se cometieron en aquella campaña, le hicieron plantearse seriamente su paso al bando de Abd el Krim. El día que iba a hacerlo resultó herido. Tras recuperarse

Figura 5. Proceso de excavación sobre la pequeña elevación de Miraflores.

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y regresar a Argelia, finalizó su estancia en el servicio militar. Con sus papeles en la mano pudo por fin dar el salto al área metropolitana en 1926, aunque ahora acompañado por fuertes inquietudes políticas nacidas de sus recientes experiencias. Trabajó en varias fábricas, afiliándose al partido comunista en 1928. También durante la década de los años veinte, y como recordaba su amigo René Cazala, se enfrentaban al Buró de espionaje de Gerolami14. En 1931 era empleado de la Renault desarrollando una intensa actividad sindical de agitación, lo que motivaría su despido. Durante 1933 participa en las reuniones de la subcomisión norteafricana de la Comisión colonial del Partido Comunista. Entre ese año y el siguiente se desplaza a Moscú, donde recibe formación en los cursos de l’École d’Orient. Tras su regreso a Paris trabaja como conductor de taxi, mientras es además tesorero de la célula comunista de Renault. Fue uno de los primeros en enrolarse en las Brigadas internacionales (los datos en la documentación varían entre noviembre y diciembre de 1936) y entre sus motivaciones parece que una de las principales fue demostrar que no todos los norteafricanos luchaban con el bando fascista. Ingresó en la XIV Brigada internacional y participó con ella en todos los frentes. El 19 de febrero de 1937 fue ascendido de teniente a capitán, estando al mando de la

compañía de ametralladoras del 12 Batallón (RGASPI. F.545. Op.3. D.417-d. 10bis). El 24 de septiembre de 1937 ascendió a comandante (RGASPI. F.545. Op.3. D.367-d. 45), aunque ya ejercía esas funciones en el 12 Batallón Ralph Fox desde junio de 1937 y las mantuvo hasta enero de 1938 en que fue disuelta la unidad (RGASPI. F.545. Op.6. D.1042-d. 15). En ese mes pasó como comandante del 9º Batallón Commune de Paris hasta su fallecimiento en marzo de 1938 (RGASPI. F.545. Op.6. D.1042-d. 12). Durante su estancia, y como muestra de su carácter, adoptó como ahijado en España al huérfano Antonio Lozano, encargándose mientras pudo de su educación y cuidado. Tras su muerte, le sustituye en el puesto su compatriota y amigo, el antes mencionado capitán René Cazala. Ya por la mañana del 27 (Fig. 3C) se recrudece el asalto con fuerte apoyo artillero y aéreo. La 1ª Compañía que estaba en reserva, se desplaza a la derecha de la 2ª, vigilando el río. La Brigada envía también parte de la Compañía de Depósito para enlazar con el 13º Batallón que se batía encarnizadamente en la otra orilla. A las 13:30 la 3ª Compañía, situada en la parte más avanzada de las posiciones, sufre graves pérdidas. Se envía en apoyo una sección del Puesto de Mando, reuniendo como último recurso a los enlaces, secretarios y muleros. Con ellos y un ataque de la 4ª Compañía, se restablece la situación. Hacia las 17 horas y desde el terreno arrebatado a la 2ª

Figura 6. Planta de dispersión de los hallazgos óseos. También se indica el área conservada de la fosa original y la unidades interfaciales y deposicionales causadas por el expolio.

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Sesión 4. Memoria histórica Compañía en la cima el día anterior, se lanza una unidad de los sublevados ondeando una bandera republicana. Reconocida la treta, se les deja avanzar hasta tenerlos a tiro de las ametralladoras y son aniquilados. A las 21 horas y por tres veces consecutivas, se desplaza el asalto hacia el sur, donde defiende la 4ª Compañía. Los combates son encarnizados y de nuevo cuerpo a cuerpo, pero se logra resistir a pesar de las fuertes pérdidas. Precisamente esta es la zona donde se ha encontrado la fosa, por lo que presumiblemente y en vista de los acontecimientos narrados, el fallecido pudiera corresponder con los combates allí ocurridos el día 27 de marzo a partir de las 21 horas, ya que se pudo disponer de algún tiempo para excavar su tumba antes de abandonar el lugar. Durante la noche se recibe la orden de repliegue hacia el kilómetro 36 de la carretera a Gandesa. La línea de frente al norte del río ha sido sobrepasada y el 9º Batallón, a pesar de haber mantenido sus posiciones, debe retirarse. Miraflores será ocupado una hora después del mediodía del 28 de marzo. Ese día se combate en el km 36 de la carretera. Al siguiente las diezmadas unidades que restan de la XIV Brigada Internacional se van replegando hacia Maella, siendo acosadas de frente y por sus flancos, puesto que tanto la XII Brigada Internacional como la 139 Brigada Mixta se han desbandado. La retirada continuará hasta el 1 de abril, tras cruzar el Ebro y ser acantonados en Tivenys (RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 107-115; RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 118-121; RGASPI. F.545. Op.3. D.27-d. 59 y 67).

Figura 7. Área de dispersión del fémur, coxal y peroné junto a la granada modelo biberón en el centro de la imagen.

3. METODOLOGÍA Se han seguido los procesos técnicos que marca la metodología arqueológica en materia de intervención en contextos con hallazgos de restos óseos humanos. En lo relativo a muertes violentas como es el caso, se han combinado con métodos específicos propios del ámbito de las Ciencias Forenses. De ahí que ha sido de aplicación la sistemática de trabajo establecida por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, conforme al Manual sobre la prevención e investigación eficaces de las ejecuciones extralegales, arbitrarias o sumarias suscrito en Nueva York en 1991, en especial en lo referido en su apartado V sobre el Protocolo modelo de exhumación y análisis de restos óseos15.

4. RESULTADOS La excavación arqueológica ha permitido precisar que en aquella pequeña elevación cercana a Miraflores, yacía el cuerpo de un soldado enterrado a escasa profundidad. Por desgracia, la presencia de algunos de sus restos en superficie no respondía a una erosión natural del terreno. Hemos podido constatar que en fechas relativamente recientes, una pala excavadora actuó allí mismo,

Figura 8. Final de la excavación, vista cenital. La flecha negra indica los huesos en conexión anatómica del pie y peroné izquierdos. Las blancas son las marcas de los dientes de la pala excavadora sobre la roca base.

removiendo casi todo durante su trabajo. Tal acción pudo estar vinculada a la cimentación de un inmediato tendido de postes de cableado eléctrico.

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Figura 9. Tapón de comprimidos para la tos troquelado con la marca Besoy.

Figura 10. Lentes de las gafas del soldado.

El amontonamiento de tierra y piedras que observamos durante la prospección, respondía realmente a la acumulación realizada por el cazo mecánico tras perforar el escaso nivel superficial y morder con sus dientes la roca de la base (Figs. 6 y 8). Sólo una parte del pie izquierdo junto con un fragmento del peroné de la pierna, habían quedado en el lugar que en principio reposaban. El resto fueron dispersados bajo y alrededor de los montones que se acumularon tras cada cazada de la máquina. De esta manera hemos recuperado un conjunto esquelético parcial e inconexo, en el que es palpable que las carencias responden a esa destrucción mecánica. Lo mismo se puede aplicar a las pertenencias que pudieran haberse conservado. Su testimonio son algún girón y un botón de camisa, un trozo de una prenda de abrigo con forro, otro de jersey, partes de cuero de botas y correaje, así como hebillas y trinchas (Bradley 1994, 14-16). También pudo pertenecer al soldado un tubo de comprimidos para la tos, del que ha quedado su tapón metálico (Fig. 9), en el que aparece troquelado un motivo de cruz inscrita en un círculo y en cuyos brazos se repite el nombre del fabricante: BESOY. Los laboratorios Besoy-Vicente Lombardía y Cía. de Córdoba, comercializaban este producto bajo la denominación de Eupeptol.

En cuanto al armamento que aparece asociado a la dispersión de restos óseos, hemos encontrado una mayoría de munición correspondiente a las tropas republicanas: cartuchos sin disparar y casquillos de 7.62 x 54 R Russian Mosin-Nagant16. Én algunos casos, dadas las trazas de óxido ferroso en sus bases, debieron formar un conjunto de cinco, unidos en su correspondiente peine (Lapin 2007, 199) hoy desaparecido. También hemos hallado sueltos algunos ejemplos más de este tipo de pieza cargador de origen soviético. Igualmente, una granada de mano de fabricación republicana (modelo biberón o sifón producida en el Levante peninsular) completa (Fig. 12). A pesar del tiempo transcurrido y de la actuación de la pala excavadora, seguía cargada y activa. La parte superior de aluminio del mecanismo atornillado al tonelete de hierro, estaba completamente oxidada, así como los pasadores de seguridad que retenían la palanca de ignición. Por otro lado, entre este conjunto, se han encontrado balas impactadas modelo 8 mm. Lebel y Mauser 7,92 x 57 mm, lo que indica que el lugar era un reincidente objetivo de los disparos de las tropas franquistas desde cierta distancia, dado que aquí no aparecen vinculados a sus casquillos percutidos

Es de destacar que a pesar de su aparente fragilidad, también hemos hallado una lente completa así como parte de la otra que pertenecieron a las gafas (Fig. 10) del combatiente. Ambos elementos (ya alterados por un proceso de desvitrificación y erosión) presentan un trabajo de biselado en punta por su contorno exterior, adecuado para el anclaje en los aros de la montura. Nada ha quedado de esta última, tal vez hecha con acetato, polímero que se degrada con cierta rapidez por su exposición a la intemperie y las agresiones mecánicas referidas anteriormente. La forma general de las lentes corresponde perfectamente con los modelos en uso durante los años treinta del siglo pasado.

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A partir de estas evidencias materiales anejas al cuerpo, parece razonable pensar que el soldado fallecido debía pertenecer a las tropas republicanas. La investigación de campo se ha ampliado realizando una prospección sobre la cima y laderas en busca de otros elementos metálicos, estableciendo su posición sobre plano, lo que en una aproximación al conjunto nos permite señalar la zona de entrada y avance sobre el terreno de las tropas sublevadas en contra de la línea de defensa republicana (Fig. 11). Asumimos que a lo largo de las décadas transcurridas, esta dispersión ha podido ser relativamente alterada, aunque no por ello se puede dejar de observar una clara tendencia acumulativa en la distribución de los hallazgos de cartuchos, casquillos y


Sesión 4. Memoria histórica

Figura 11. Dispersión de munición: estrellas rojas, cartuchos y casquillos de Mosin-Nagant; estrellas negras peines de Mosin-Nagant; círculos azul oscuro, cartuchos y casquillos de Mauser; círculos azul claro, peines de Mauser. Las flechas indican el eje de ataque de los golpistas. peines franquistas en la ladera occidental de la elevación, algo que además coincidiría con la información documental anteriormente expuesta. Así parece que los atacantes debieron realizar repetidos disparos17 mientras asaltaban la cima desde poniente, aunque esta vez a corta distancia de sus objetivos. Tres de los casquillos presentan marcaje de 1937, año más reciente atestiguado para todo el conjunto de la munición, tanto republicana como franquista, lo que permite establecer una referencia cronológica post quem adecuada a la batalla de 1938. Completan los hallazgos varios fragmentos de metralla procedentes de obuses y morteros, así como trozos de granada Lafitte que indican su uso en el combate cuerpo a cuerpo. Como elemento singular destaca el resto de un proyectil Oerlikon antiaéreo explosivo 20 mm. de origen suizo, probablemente disparado desde las defensas republicanas. Para culminar hemos realizado, en un entorno relativamente más amplio, una búsqueda de las trincheras y posiciones republicanas que no han sido destruidas por las actividades agrícolas y de extracción de gravas. Una vez localizadas e inventariadas sobre el mapa se han correlacionado con las observadas a partir de los vuelos fotogramétricos americanos de 1946 y 1956, lo que nos permite una visión más amplia del campo de batalla en la que enmarcar los hallazgos de nuestra intervención. Como testimonio de estructuras de almacenaje y descanso asociadas al área concreta, se han observado “chabolas” que servían como precario refugio, construidas con muretes de piedras en seco y que aprovechan los abrigos naturales del terreno como fondo y cubierta. Estaban inmediatas a un corral que ha sido destruido desde 1938, pero que muy probablemente pudo servir también como refugio.

Figura 12. Granada republicana una vez inutilizada por los TEDAX de la Guardia Civil

4.1. Inhumación de los restos Los días 1 y 2 de abril de 2017, la asociación Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda, con la colaboración de Diputación Provincial de Zaragoza, Departamento de Educación, Cultura y Deporte (Dirección General de Cultura y Patrimonio) del Gobierno de Aragón y Ayuntamiento de Caspe, organizaron las segundas jornadas conmemorativa de la Batalla de Caspe (1938). Al mediodía de la primera, se procedió a la inhumación de los restos mortales del soldado de las Brigadas Internacionales (Fig. 15) referenciado en el presente escrito en el Cementerio Municipal18. Igualmente, se inauguró el memorial-osario a las víctimas de la batalla (Fig. 13).

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Figura 13. Tumba y memorial-osario acondicionados en el cementerio de Caspe (Zaragoza).

5. CONCLUSIONES Hemos descrito como todo el armamento hallado junto al cuerpo, corresponde con el propio de un combatiente republicano. Además, las balas impactadas en su entorno, indicarían que ese lugar era el objetivo de los disparos repetitivos de las tropas franquistas, bien desde sus posiciones fortificadas situadas a apenas un kilómetro al oeste, bien de alguno de los ataques que desarrollaron y que en principio no tuvieron éxito. De acuerdo con la documentación consultada, en esa pequeña elevación junto a Miraflores, únicamente fue desplegada durante los combates, con absoluta certeza, una parte de la 4ª Compañía del 9º Batallón Commune de Paris de la XIV Brigada Internacional, entre la noche del 18 al 19 de marzo de 1938 y hasta primeras horas del día 28. Es evidente que ello no impide que por aquella zona se movieran militares de otras compañías o batallones, pero también es obvio que en los días de lucha siempre lo fueron de esa única Brigada. Con fecha de 9 de marzo de 1938 se indica que en esa unidad, el 60% de sus componentes eran españoles (RGASPI. F.545. Op.3. D.375-d.105), siendo el resto mayoritariamente franceses y belgas, aunque también los había de otros países. Llegados a este punto, y como hipótesis más probable, asumiremos que el soldado debía pertenecer al ejército gubernamental y más estrictamente a la XIV B.I., La Marseillaise. Para este lugar concreto, los informes testifican que los combates desarrollados entre el

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Figura 14. Última fotografía del brigadista internacional francés Henri Guenkine, fallecido en los combates de Miraflores. (Archivo familia Guenkine). Commune de Paris y el 1º Regimiento de la 1ª División de Navarra a partir de las 21 horas del día 27 serían los que más bajas mortales causaron, y por tanto ésta sería la jornada en la que más probablemente pudo tener lugar la muerte. Recordemos que en la lucha que se produjo la tarde del día 19, al final sólo hubo heridos entre los defensores internacionales. Por lo demás, resulta extraordinariamente difícil establecer o enumerar una posible relación de víctimas, puesto que no existe una seguridad absoluta a partir de los listados correspondientes, la mayoría de las veces incompletos o no coincidentes al cotejar sus apuntes. Lo que sí podemos apuntar es que desde el punto de vista de sus redactores, el margen cronológico que define la campaña, se estableció entre la noche del 10 al 11 de marzo de 1938, cuando comenzaba a salir esa unidad del frente de Valdemorillo hacia el de Aragón, hasta el 3 de abril de 1938, jornada del cruce del Ebro. Entre ambas fechas se desarrollarán las acciones en Caspe, Maella y Gandesa, atribuyéndoles en las memorias de la Brigada y como descriptor genérico: “les combats d’Aragon” o simplemente “Aragón”, aunque es obvio que la parte final se desarrolló en tierras catalanas. Las fechas de captura, desaparición o muerte apuntadas,


Sesión 4. Memoria histórica fundamentalmente indican tal periodo o su equivalente “fin marzo/inicio abril 1938”, siendo muy escasos los ejemplos en que se pueda concretar con mayor detalle cronológico. Al respecto del geográfico, igualmente es mayoritaria la amplia referencia “Aragón” y son pocos los que indican específicamente “Caspe” y aún menos “Miraflores”. Todas estas limitaciones dificultan notablemente nuestra capacidad de aproximación. Ninguna baja inscrita de soldados de origen español19 en las Brigadas Internacionales coincidiría rigurosamente con este momento y lugar, aunque es seguro que debió haberlas. El problema es que figuran bajo esos descriptores genéricos de la campaña completa. Lo mismo ocurre con los belgas. Hemos tomado como base de referencia el listado de prisioneros de guerra y desaparecidos de esa nacionalidad20 fechado en noviembre de 1938. Tras un primer cotejo con otra documentación, en él se observan inesperadas ausencias (dado que algunos voluntarios aparecen anotados en similares relaciones, pero de franceses), así como de singulares presencias (al ser incluidos también residentes nacidos en otros países, pero con dirección de contacto en Bélgica). La suma de los fallecidos, desaparecidos o prisioneros en “Aragón” asciende a 30 personas. De ellos sólo cuatro casos permiten una cierta aproximación al detalle: Nicolas Renwa21 y Joseph Van Hassche22 desaparecieron entre los días 15 a 17 de marzo en la primera fase de la Batalla de Caspe, muy cerca de la ciudad. Achille Galopin23 murió durante la segunda fase, a partir del 26 de marzo, en las posiciones ocupadas por el Batallón André Marty. Charles Van Mechelen24 el día 28 de marzo en las mantenidas por la compañía de zapadores. Si estas referencias no son del todo definitivas para una posible identificación, las de los demás son aún más inciertas. El caso francés es similar, aunque mucho más extenso25. El listado de prisioneros de guerra y desaparecidos debe confrontarse con una multitud de informes prolija de enumerar en este lugar, así como de otras fuentes. En todo caso, y dentro de los casos excepcionales que hemos comentado, señalaremos los siguientes brigadistas vinculados a Miraflores: Teniente André Beauclair26, con dirección de contacto en Sartrouville (Seine et Oise), del que se indica su pertenencia a principios de marzo de 1938 a la 2ª compañía del 9º Batallón Commune de Paris y que falleció el 27 o 28 del mismo mes en el Sector Miraflores. Soldado Henri Guenkine27. La orden del día 25 de febrero de 1938 de la Brigada señalaba su traslado desde la Escuela de suboficiales de la XIV al 9º Batallón. Su desaparición no figura en los listados de referencia, pero por el testimonio de su hijo, sabemos que el que fuera por entonces Comisario político de la 45 División François Vittori, hacia junio de 1938, comunicó personalmente a sus familiares en Paris el fallecimiento de Henri en Miraflores.

Figura 15. Lápida en recuerdo del brigadista internacional recuperado en Miraflores. Cementerio de Caspe (Zaragoza). Capitán Felix Légrand28, con dirección de contacto en St. Alpinien à Aubusson (Creuse). Estaba encuadrado en la 4ª compañía del 9º Batallón. Se le dio en principio por desaparecido o herido, siendo correcta la segunda circunstancia, dado que falleció en el hospital de la 45 División en el mes de abril. De acuerdo con el testimonio de Élie Duguet29, Legrand estuvo presente en el combate del día 27 de marzo y parece que allí pudo recibir las mortales heridas. Comandante Rabah Oussidhoum30, con dirección de contacto en Billancourt (Seine). Comandante del 9º Batallón. Como ya hemos señalado anteriormente al sintetizar su biografía, murió durante las primeras horas del día 27 de marzo en la elevación de Plana Cabrera, apenas a un kilómetro de los restos hallados. También de acuerdo con el testimonio de Élie Duguet31, su cuerpo “avait été évacué immédiatement vers la Brigade”. Desgraciadamente desconocemos el lugar donde ésta se encontraba y si fue enterrado allí. Así pues, descartada la presencia del cuerpo de Felix Légrand en el campo de batalla de Miraflores, sólo nos quedarían por el momento las otras tres personas indicadas. Pero otros indicios nos llevan a pensar que se trata de una relación de bajas incompleta. En un primer análisis sobre los restos óseos hallados, se ha observado que presentan varias características propias de una persona de cierta edad, más próxima a los cuarenta años

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que a los veinte. Tal situación no era extraña entre los voluntarios internacionales (Skoutelsky 1998,101). En las memorias de Élie Duguet, refiriéndose a esta concreta fecha y lugar se señala: Hélas, quelques-uns des nôtres sont tombés, tel «Papa» le vaguemestre de la. compagnie qui au moment le plus grave fut l›âme de la. Résistance (Duguet 1994, 60). Los partes del batallón no precisan esa baja mortal, ni cual pudiera ser su identidad, aunque que su apodo fuese «Papa» pone en evidencia que debía ser bastante mayor que sus compañeros. El balance de bajas de la XIV Brigada Internacional con fecha 10 de abril de 1938 recoge32 que entre el día 11 de marzo (jornada de salida desde el frente de Madrid hacia Aragón) y el 9 de abril de 1938, hubo unas pérdidas de 2565 combatientes de un total de 5150, es decir, casi la mitad.

AGRADECIMIENTOS Michel Guenkine y Marianne Bensaid. Angèle Campos Sabatier y Juan Antonio Campos. Les Amis des Combattants en Espagne Républicaine (l’ACER).

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Sesión 4. Memoria histórica NOTAS ACLARATORIAS 1

Melguizo y Lorenzo 2016. Resolución de 1 de septiembre de 2016. Expte. Nº: 208/2016. 3 Resolución de 25 de agosto de 2016. Expediente INAGA/500101/57/2016/06418. 4 Les Amis des Combattants en Espagne Républicaine. 5 Amadeo Barceló, Manuel Barceló, David Bonastre, Miguel Ángel Capapé, Eduardo Diez, José Ignacio Lorenzo, Santiago Martínez, Alfonso Monforte, Ramón Peris, Nacho Piedrafita, Pedro Rodríguez y Javier Ruiz. 6 Tarea a cargo de Manuel García Barceló. 7 Tarea a cargo de Amadeo Barceló. 8 El día 15 se bombardean concentraciones de tropas en Maella por la Legión Condor, el 16 la carretera Caspe-Maella por los italianos, así como de nuevo la villa por los alemanes. El 17 y 18 prosiguen los ataques sobre la población por la aviación Legionaria (Maldonado, 2009, CD). 9 Formado por el VIII Batallón de América, y los Tercios de Lácar y de Montejurra (Martínez Bande 1975, 33. 10 Recuerdo del hecho en Duguet 1994, 57. Pierre Georges fue miembro destacado de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, realizó el primer atentado sangriento contra las tropas de ocupación en Francia: l’attentat au métro Barbès. Cuando se aproxima el desembarco de Normandía, fue nombrado responsable de los Francotiradores y Partisanos (FTP) del sur de la región de Paris, adoptando el nombre de colonel Fabien. Así participa en la insurrección y liberación de la capital gala en agosto de 1944. En otoño se une a un grupo de 500 hombres formando la Brigada de Paris (Les Fabiens) que se integrará con las tropas aliadas de la división de Patton en su lucha contra los alemanes. El 27 de diciembre de 1944 moría en Habshein (región de Alsacia) por la explosión de una mina en su puesto de mando (Pennetier, C. (Dir.) 2009). 11 http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/le-colonel-fabien-en-el-frente-del-guadalope/ (consultado el 19-12-2017). 12 Según Martínez Bande (1975, 33) estaba formado por la VII Bandera de la Legión, I Tabor de Regulares de Tetuán y VII de Larache, aunque durante los días previos, la 1ª División había sido reforzada aún con más unidades (García Valiño 1949, 63). 13 Datos de la biografía tomados de: Aouadène 2015; Balk 1937, 29-30; Duguet 1994, 57 y Gallissot 2014. 14 En 1925 se creó por el Consejo Municipal de París un servicio, dependiente del Gabinete del Prefecto de la Policía y dirigido por Gérolami, que teóricamente debía proteger y vigilar a los norteafricanos con residencia en la capital y su área metropolitan (La Revue Coloniale. Organe d’Informations Coloniales, Techniques et Financières, Nouvelle série, 2e Année, nº 12, Septembre 1925, 11). Esas supuestas tareas degeneraron en ocasiones en corrupción policial como se relatada en: “Les procédés colonialistes envers les chômeurs Nord-Africains”, L’Humanité, 18-4-1927, 4. Igualmente, se propuso obligar a los parados norteafricanos a inscribirse en esa oficina de la policía si realizaban alguna solicitud de ayudas y que ésta decidiese, tras una investigación, si cumplían los requisitos necesarios o en caso contrario, iniciar su repatriación (“Le gouvernement veut obliger los chômeurs nordafricains à se faire inscrire à un bureau de pólice” L’Humanité, 18-2-1927, 5). 15 United Nations manual on the effective prevention and investigation of extra-legal, arbitrary and summary executions, U.N. DOC. E/ST/CSDHA/.12 (1991). http://www.unrol.org/doc.aspx?d=2757 (consultado el 21-7-2015). 16 Seis cartuchos de la fábrica de Lugansk, con marcajes л / 1-26 y л / 22-3; cinco de la fábrica de Tula con marcajes Т 4 y Т 26; dos de la fábrica de Frunze con marcajes 60 28 y 60 30; otros dos de la fábrica de Ulianovsk con marcajes 24 C y 3B 36; por último, uno de la fábrica de Podolks con marcaje 17 29. (Дмитрий и Андрей 2010; Чумак 2007). 17 Dos cartuchos de la fábrica alemana de Magdeburg, con marcajes P S* 82 36 y P S* 78 36; dos de la fábrica alemana de Leipzig, con marcajes P181 S* 16 36 y P181 S* 17 36; uno de la fábrica alemana de Odertal en Bad Lauterberg, con marcaje P207 S* 14 35; dos de la fábrica alemana de Werk Sebaldushof en Treuenbrietzen con marcajes P25 S* 18 35 y P25 S* 20 35; uno de la fábrica alemana de Rothenburg an der Saale, con marcaje P334 S* 8 37; por último dos de la fábrica de Bystrica (Checoslovaquia) con marcajes Z|19|37|1. (Kent 1990) 18 En atención a las prescripciones técnicas de obligado cumplimiento que figura en la Resolución de 1 de septiembre de 2016. Expte. Nº: 208/2016 de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, referente a la remisión del Acta de Depósito de los restos del cementerio en el que se reinhumen, para el cierre del expediente administrativo, según el acuerdo de los familiares o de la localidad de hallazgo, se obtuvo el certificado emitido el 4 de mayo de 2017 por el Ayuntamiento de Caspe, en el que se señala: Asimismo certifico: Que en cumplimiento del acuerdo adoptado por la Junta de Gobierno Local, por el Servicio de Cementerio se expidió a nombre de la Asociación Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda cesión de uso del enterramiento en sepultura número 1525. Asimismo certifico: Que consta la inhumación en la sepultura número 1525 del Cementerio municipal de Caspe, de 3 restos de la guerra civil en fecha 26 de marzo de 2016 y de un resto de la guerra civil en fecha 1 de abril de 2017. Es de destacar que este certificado se aplica tanto a los restos humanos de la intervención Expte: 163/2015 - Excavación arqueológica con uso de detector de metales en una fosa común de víctimas de combate de la guerra civil en la cota “238”, en el término municipal de Caspe (Zaragoza) como a los del Expte. 208/2016 - Excavación arqueológica de una fosa común de víctimas de combate de la guerra civil en la partida de miraflores, polígono 502, parcella 110, en el término municipal de Caspe (Zaragoza). 19 RGASPI. F.545. Op.6. D.450, RGASPI. F.545. Op.6. D.451, RGASPI. F.545. Op.6. D.452 y RGASPI. F.545. Op.6. D.453. 20 RGASPI. F.545. Op.6. D.241. 21 RGASPI. F.545. Op.6. D.36 d.37 / RGASPI. F.545. Op.6. D.45-d.160 / RGASPI. F.545. Op.6. D.239-d.24 / RGASPI. F.545. Op.6. D.241-d.3. 22 RGASPI. F.545. Op.2. D.289-d.12 / RGASPI. F.545. Op.3. D.367-d.124 / RGASPI. F.545. Op.6. D.241-d.3 / RGASPI. F.545. Op.6. D.302-d.14. 23 RGASPI. F.545. Op.3. D.367-d.124 / RGASPI. F.545. Op.3. D.368-d.40 / RGASPI. F.545. Op.3. D.368-d.73 /RGASPI. F.545. Op.6. D.35-d.35 / RGASPI. F.545. Op.6. D.239 d.15 / RGASPI. F.545. Op.6. D.263 d.32 / RGASPI. F.545. Op.6. D.1194 d.93-95. 24 RGASPI.F.545. Op.3. D.385-d. 109 y 149 / RGASPI. F.545. Op.6. D.303-d.16. 25 RGASPI. F.545. Op.6. D.1045. 26 RGASPI F.545. Op.3. D.378-d. 49 / RGASPI F.545. Op.3. D.385-d.103, d. 110 y d. 116. 2

27

29 30 31 32 28

RGASPI. F.545. Op.3. D.369-d.90. RGASPI. F.545. Op.3. D.385-d. 103, d. 110, d. 111, d. 112, d. 114 y d. 116. Duguet 1994, 60. RGASPI. F.545. Op.3. D.385-d. 103, d. 110, d. 112 y d. 116. Duguet 1994, 59. RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d. 235.

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Sesión 4. Memoria Histórica

PUESTA EN VALOR DEL CONFLICTO: EL CASO DE LAS TRINCHERAS DE LOS PILONES DE RUBIELOS DE LA CÉRIDA (TERUEL)

4.2.

PUTTING IN VALUE THE CONFLICT: THE TRENCH LINES CASE OF LOS PILONES DE RUBIELOS DE LA CÉRIDA

Jesús Gerardo Franco Calvo1 y 2 y Antonio Hernández Pardos1 Acrótera Gestión del Patrimonio 2 Universidad de Zaragoza

1

Autor de contacto/Contact author: Jesús Gerardo Franco Calvo, arqueojesus@acrotera.net

RESUMEN La Guerra Civil Española es uno de los episodios del siglo XX más interesantes en nuestro territorio. Muchas son las líneas que se le han dedicado en diferentes estudios e investigaciones. Pero existe en la actualidad una necesidad muy especial y es la de poner en valor todos aquellos elementos que son propios de la misma. La cercanía de lo acontecido permite que todavía sean muchos los restos que persisten a nuestro alrededor, pero la realidad es que es muy poco lo que se aprovecha como recurso turístico o didáctico. La provincia de Teruel no es una excepción, y más cuando el conflicto en sus tierras fue largo y al mismo tiempo lento, de modo que dio la opción, a ambos bandos, de fortificarse al máximo, dejando una huella importantísima, que todavía estamos descubriendo en la actualidad. PALABRAS CLAVE: Trincheras; Rubielos de la Cérida; Guerra Civil; Patrimonio Bélico; Comarca del Jiloca.

ABSTRACT The Spanish Civil War is one of the most interesting episodes of the twentieth century in our territory. Many are the lines that have been devoted to him in different studies and researches. But there is now a very special need and it is to put in value all those elements that are characteristic of civil war. The proximity of what happened allows that there are still many remains that persist around us, but the reality is that it is very little that is used as a tourist or didactic resource. The province of Teruel is no exception, and more when the conflict on its land was long and slow, so it gave the option to fortify to the maximum, leaving a very important imprint, which we are still discovering today. KEY WORDS: Trench lines; Rubielos de la Cérida; Spanish Civil War; War heritage; Comarca del Jiloca.

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1. INTRODUCCIÓN Muchos son los quehaceres que un arqueólogo tiene que plantearse a la hora de comenzar un proyecto arqueológico. Entre estos trabajos, sin duda uno de gran importancia, se encuentra el de la socialización de los resultados obtenidos. Esta socialización puede llevarse a cabo de muchas formas. Pero si las características de los restos y la financiación lo permiten, la puesta en valor del yacimiento arqueológico es una de las maneras con la que conseguimos mayor difusión de nuestra actividad. Cuando nos enfrentamos a unos restos de la guerra civil de 1936 nuestro trabajo se complica, no por la complejidad de la excavación o sus resultados sino por los grandes prejuicios, de diferente tipo, existentes, todavía, en esa sociedad a la que queremos devolver el esfuerzo invertido.

una serie de objetivos generales a la hora de comenzar la intervención: -Recuperar y consolidar los restos de las trincheras de Los Pilones de Rubielos de la Cérida. -Integrar las trincheras en una ruta, vinculada a los vestigios de la guerra civil, en la Comarca del Jiloca. -Fomentar el conocimiento sobre lo ocurrido durante la guerra civil en Teruel -Potenciar la guerra civil, y el patrimonio relacionado con ella, como recurso de atracción turística. -Buscar la forma de poner en valor un conflicto bélico, en este caso el de la guerra civil. A nivel particular existen otros objetivos que van unidos a cada una de las intervenciones realizadas. Entre estos objetivos estarían: -Evitar el deterioro de los restos arqueológicos. -Facilitar la accesibilidad a los restos -Formar alumnos para el desarrollo de trabajos auxiliares de arqueología.

Figura 1. Situación de Los Pilones junto a la localidad de Rubielos de la Cérida. Las trincheras, ubicadas en la partida de Los Pilones, se encuentran a escasos metros del municipio de Rubielos de la Cérida, localidad de la Comarca del Jiloca, situada en la parte noroeste de la provincia de Teruel. A continuación, presentaremos los resultados de los trabajos arqueológicos, que se han desarrollado a lo largo de los últimos años, en gran parte coordinados por la empresa Acrótera Gestión del Patrimonio, en estas trincheras.

2. OBJETIVOS Este proyecto tuvo su punto de partida en el interés por intervenir, en diferentes zonas relacionadas con el patrimonio de la guerra civil, dentro de la Comarca del Jiloca. A la hora de establecer los puntos de intervención, los motivos que primaron fueron el estado de conservación, la accesibilidad y la creación de una ruta relacionada con los vestigios de la guerra civil. Siguiendo estos motivos las trincheras de Los Pilones obtuvieron la mejor calificación para convertirse en estandarte del proyecto y por lo tanto actuar en ellas en primer lugar. Dado que las intervenciones han sido en diferentes momentos y de diferente índole, los objetivos también han ido cambiando en relación a cada uno de ellos. Pero desde un punto de vista global sí que podemos establecer

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Figura 2. Excavación realizada en el Refugio 2 (año 2011).


Sesión 4. Memoria histórica 3. CONTEXTUALIZACIÓN Para poder entender, de un modo completo, la importancia de estas trincheras, hay que entender el contexto histórico y geográfico de las mismas.

3.1. El inicio de la contienda Teruel no ocupará un primer plano en el desarrollo de los acontecimientos durante los comienzos de la guerra civil. Con muy poca representación militar en la provincia fue la Guardia Civil la que declaró el estado de guerra, adhiriéndose así al levantamiento y marcando el futuro de la provincia. En estos momentos muchos de los alcaldes y concejales, elegidos democráticamente, fueron destituidos y sustituidos por otros afines al golpe. Con unas líneas de frente, todavía poco claras, se produce, entre julio y agosto de 1936, lo que se denomina guerra de columnas, con milicianos procedentes de Barcelona y Valencia, que penetraron por el este y el sur de la provincia, haciendo replegarse a la Guardía Civil, gran parte de ellos en la propia capital. El partido judicial de Calamocha, junto con parte de los de Teruel y Albarracín, siguieron adheridos a la Junta Militar de Burgos, produciéndose una represión sistematizada en gran parte de estas localidades, como en Calamocha, Caminreal, Monreal del Campo, Santa Eulalia o Cella.

militarizar a las columnas, permitiendo organizar ataques coordinados en toda la provincia. El 26 de diciembre de 1936 comenzarán los ataques a la capital, tras cuya toma las tropas atacantes se unirían en Cella a la columna Del Rosal, que habría atacado desde Albarracín. Desde Montalbán, la columna Maciá-Companys atacaría en la zona de Caminreal, donde se uniría con las tropas que suben por el Jiloca y desde allí partir en dirección a Zaragoza. Este enfrentamiento es la I Batalla de Teruel, con ataques hasta el 12 de enero del año siguiente y tendrá un balance muy negativo para el ejército gubernamental. Durante el año 1937 apenas se producen cambios en el frente, debido a un limitado potencial de ataque por parte de ambos bandos. Solamente un nuevo intento de conquistar Teruel, con un plan mucho menos ambicioso que el anterior, y ataques esporádicos en la zona de Bueña, romperá esta dinámica por parte del ejército republicano. Mientras tanto el ejército sublevado se centrará en la zona de Vivel del Río.

La llegada del Gobierno a Valencia en noviembre de 1936 permite comenzar con los primeros intentos de

Lo que sí que se produce durante el año 1937 es la reorganización de todo el frente en ambos bandos, de modo que en el lado sublevado las circunscripciones dividirán esta zona en dos partes, siendo Monreal del Campo la frontera entre ambas. La parte norte se adscribirá a la circunscripción de Calatayud, mientras que la parte sur a la de Teruel. En el caso del bando gubernamental se produce la militarización definitiva de las columnas, reorganizándose con la creación del Ejército de Levante, con puestos de mando en Alfambra y Libros.

Figura 3. Interior de las trincheras, Tramo 4.

Figura 4. I y II Batallas de Teruel.

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3.2. El contragolpe nº 2 Con la desaparición del frente del norte en octubre de 1937, la República necesita apoderarse de la ofensiva estratégica para desviar el foco de atención puesto en Madrid. Entre las opciones que barajan se encuentran el Plan P, que rompería el frente por Extremadura, el contragolpe nº 1 en Huesca y el contragolpe nº 2 en Teruel. Esta última opción es la aprobada por el Consejo de Guerra del Gobierno de la República el 8 de diciembre de 1937, ya que en la zona cuentan con numerosas tropas que pueden movilizarse rápidamente para emprender los ataques, algo que era preciso realizar ese mismo mes de diciembre para impedir la ofensiva sobre Madrid. Además, Teruel constituía un saliente franquista en las líneas del frente, desde donde rápidamente se podría acceder a la costa valenciana, por lo que este contragolpe cumplía el objetivo de tomar la iniciativa, pero al mismo tiempo era una estrategia defensiva. El 15 de diciembre de 1937 comenzará el ataque republicano sobre la capital, dando por terminado el conflicto el 9 de enero de 1938. Pero el ejército sublevado no piensa lo mismo por lo que organiza una contraofensiva con la participación de numerosas divisiones llegadas desde otros territorios.

El 25 de enero comienza el ataque sobre los Cabezos, tomando la posición de Cabezo Pequeño, y sobre la localidad de Singra, llegando a luchar en el interior de las casas, por parte de la División 27 Carlos Marx. Los ataques se repetirán hasta el día 29 de enero, con fuerte preparación artillera, pero sin éxito, y con una importante participación por parte de la aviación nacional. El desgaste republicano en esta operación es enorme, al no conseguir sus objetivos y con 7000 bajas, según la prensa gubernamental, posiblemente una cifra muy abultada, al tratarse de una crítica a la propia operación (SOLANO, 2006). Lo que no se pudo conseguir en la Batalla de Singra, lo hizo parcialmente el frío y las nevadas que cayeron a finales de mes, que supusieron la pérdida de una parte importante de las tropas nacionales y un retraso en su llegada a la capital. Los acontecimientos que tuvieron lugar en Singra hicieron que el Estado Mayor del ejército sublevado se replantease la situación y cambiase los ataques frontales por maniobras de envolvimiento, considerando, además, como un conjunto todo el frente desde Vivel del Río hasta Teruel, tal y como se demuestra en la posterior Batalla del Alfambra.

3.3. La Batalla de Singra

Figura 5. Nido de ametralladora junto a la localidad de Torrelacárcel. Para evitar que llegaran los refuerzos a Teruel, es en este momento cuanto el ejército republicano se plantea la necesidad de cortar las comunicaciones y el abastecimiento, por lo que se planifican los ataques desde Sierra Palomera hacia la carretera entre Monreal del Campo y Villarquemado, en lo que se ha denominado la Batalla de Singra. Avisados por un huido, los nacionales refuerzan el sector con dos baterías en Singra y con tres Batallones y dos baterías, en la retaguardia de Santa Eulalia, Villarquemado y Torrelacárcel.

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Figura 6. Batalla de Singra.


Sesión 4. Memoria histórica 3.4. La Batalla del Alfambra El 5 de febrero de 1938 comenzó una dura ofensiva, denominada comúnmente como la Batalla del Alfambra, que eliminó la amenaza que las posiciones republicanas de Sierra Palomera suponían para la conexión entre Teruel y Zaragoza, tal y como había ocurrido a finales de enero en la zona de Singra. El Cuerpo del Ejército Marroquí, del general Yagüe, rompió el frente en Portalrubio y llegó hasta Cervera del Rincón, Pancrudo y Corbatón. Al mismo tiempo, el Cuerpo del Ejército de Galicia atacó desde Celadas en dirección a Alfambra, y la División 5 rompió el frente por Rubielos de la Cérida en dirección a Argente. Un día después la caballería del General Monasterio, compuesta por 3000 jinetes, partieron de las posiciones en Rubielos de la Cérida hacia Perales del Alfambra, obteniendo gran cantidad de prisioneros en muy poco tiempo. En este episodio se realizó la última carga de caballería que tuvo éxito en la historia militar mundial, ya que, aunque existieron otras durante la II Guerra Mundial, los jinetes polacos no pudieron contra los carros alemanes en 1939 y los italianos fracasaron contra varias unidades rusas en 1942. De esta operación, concluida el 7 de febrero, el ejército sublevado obtuvo un avance importantísimo para las posteriores ofensivas que se llevaron a cabo sobre Teruel, además de lograr que las fuerzas gubernamentales sufrieran una gran derrota moral. Poco tiempo después la capital será reconquistada definitivamente y la batalla se trasladará poco a poco lejos de estas tierras.

Figura 7. Nido de ametralladora 4 de Los Pilones.

4. METODOLOGÍA En el momento de comenzar la primera actuación se conservaba un porcentaje alto de las estructuras originales, pero en un estado de conservación que hacía peligrar su existencia. Nos encontramos con una estructura lineal de más de 300 metros de la que surgen pequeñas ramificaciones, con las que alcanza una longitud total de unos 480 metros

lineales. Podemos agrupar estas estructuras en tres grupos diferenciados: los nidos de ametralladora, los abrigos de tropa y la trinchera. Los nidos de ametralladora presentaban, en general, un estado de conservación óptimo hasta la zona de las aspilleras. Sin embargo, las losas de hormigón que actúan de cubierta se encontraban sostenidas, en todos los casos, por unos pequeños machones, alguno de ellos incluso desaparecido, lo que conllevaba peligro de derrumbe para las mismas. El interior de los nidos se encontraban rellenos de tierra, procedente del exterior debido a la erosión, y de piedras, procedentes de la propia estructura. Los efectos del tiempo han supuesto, en alguno de los ejemplos de nidos de ametralladoras, el colapso de la estructura. Los abrigos de tropa presentaban, en general, una planta rectangular. La mayor parte de ellos no conservaba cubierta, debido a su colapso en un periodo indeterminado, y se trataba de estancias rellenas de bastante material procedente de arrastres y de su propia destrucción. Uno de los abrigos de tropa (Refugio 3) presenta una bóveda realizada con hormigón, que no parece tener ningún problema de filtraciones o fisuras. Al igual que en los anteriores se había acumulado una gran cantidad de sedimentos que impedían el acceso al interior, de un modo cómodo. Dispone de una chimenea que sobresale en su parte superior que serviría para la evacuación de humos y aire viciado.

Figura 8. Chimenea Refugio 3. La trinchera se desarrolla a lo largo de varios centenares de metros de un modo sinuoso, a lo largo del cual se disponen los 58 puestos de tiro. Aunque presenta zonas con un estado de conservación muy bueno, la pérdida del remate de la coronación supuso la pérdida de árido hasta llegar en alguna zona a la completa desaparición del muro. Los trabajos arqueológicos desarrollados en las trincheras de Los Pilones se incluyen en tres tipos de actuaciones diferenciadas en la forma y en el tiempo.

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En primer lugar, estaría la que hemos denominado “Puesta en valor”. Surge desde la Comarca del Jiloca y se desarrolla durante los años 2010 y 2011 con los siguientes trabajos: -levantamiento topográfico -limpieza y excavación arqueológica

también la historia del conflicto en la zona, mediante la realización de una ruta a través de diferentes trincheras. A la hora de explicar los resultados vamos a diferenciarlo por tipo de actuación, pudiendo haber sido realizada la misma en diferentes fases del proyecto, ya que los resultados finales son comunes para todas ellas.

-consolidación de los restos -señalización Aunque entre los objetivos de esa primera actuación estaba consolidar todas las estructuras existentes, fue imposible acometer la totalidad del trabajo por tema presupuestario. Por ese motivo en el año 2013 se produjo el derrumbe de un muro que fue reparado en una actuación de urgencia para evitar males mayores. Finalmente, en el año 2016 se llevó a cabo, por parte de la Comarca del Jiloca, el Taller de Empleo “Arqueojiloca” en el que entre otros lugares se intervino en las trincheras de Los Pilones realizando la reexcavación arqueológica y limpieza de lo intervenido con anterioridad.

Figura 10. Línea de trincheras de Los Pilones. Figura 9. Limpieza realizada por parte de los alumnos del Taller de Empleo “Arqueojiloca”.

5. RESULTADOS Las trincheras de Los Pilones de Rubielos de la Cérida, se inscriben en la defensa de la carretera y del ferrocarril junto al Río Jiloca, y su grado de ocupación y uso se encuentra, tal y como hemos explicado previamente, dentro del contexto de las Batallas de Teruel. Estos vestigios se disponen para defender los pequeños vallecillos que facilitan el acceso hacia el Valle del Jiloca desde la zona republicana. Lo curioso, en este caso, es que las trincheras se encuentran de espaldas al enemigo, que se situaría en la zona de Lidón-Argente, para poder defender el vallecillo que se sitúa en su frente. La retaguardia se defiende mediante otras trincheras situadas en el propio término municipal de Rubielos de la Cérida, como son las de Cerro Boyar, San Cristóbal, Cerro Gabache o El Costalongo. Los trabajos realizados en ellas han permitido la recuperación de parte de este patrimonio bélico de la Guerra Civil, poniendo en valor no solo el recurso, sino

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5.1. Levantamiento topográfico En relación al levantamiento topográfico realizado al comienzo de la actuación, y con recogida de datos conforme avanzaba la misma, tiene un resultado claro y concreto en la serie de planos que se han logrado obtener. Los trabajos topográficos nos han permitido, junto al estudio en campo, numerar los restos estructurales conservados. No han distribuido los restos en unidades estructurales, pero sí que se han numerado todos los elementos aparecidos para facilitar la explicación, entendimiento y distribución de los materiales dentro de la excavación. Gracias a los trabajos topográficos y para facilitar las posibles referencias a los restos, éstos se han agrupado en tramos: -Tramo 1- Desde PT1 al PT5 -Tramo 2- Desde el PT6 al PT10 -Tramo 3- Desde el PT11 al PT14 -Tramo 4- Ramal del PT15 -Tramo 5- Desde el PT16 al PT22


Sesión 4. Memoria histórica -Tramo 6- Desde el PT23 al PT28 -Tramo 7- Desde el PT29 al PT33 -Tramo 8- Desde el PT34 al PT40 -Tramo 9- Desde el PT41 al PT43 -Tramo 10- Desde el PT44 al PT48 -Tramo 11- Desde el PT49 al PT58 -Tramo 12- Ramal de salida hacia Rubielos de la Cérida

Figura 12. Puestos de tiro en Tramo 5. Los puestos de tiro se distribuyen a lo largo de toda la trinchera de un modo irregular, sin un planteamiento fijo, si no, más bien, adaptándose al terreno y a las necesidades estratégicas. Todos los puestos de tiro disponen, excepto el PT9, de su correspondiente tronera por la que disparar. En la gran mayoría se conserva el apoyabrazos para facilitar el disparo, en todos los casos para diestros. En alguno de estos puestos de tiro existen pequeños bancos que facilitaban el descanso de los soldados, e incluso un pequeño suelo en el que poder apoyar los pies. Estas diferencias entre los diferentes puestos de tiro nos plantean numerosas preguntas sobre la ocupación de los puestos de tiro y los relevos de los soldados, preguntas que son difíciles de responder arqueológicamente. En la zona de la trinchera destaca la aparición de dos inscripciones, una de ellas en la solera del Tramo 1 donde se lee “SED” y otra en una piedra, que conforma uno de esos asientos, situada junto al PT20 en la que pone “Viva Franco, Viva España”. Para evitar que el agua inundara el interior de las trincheras se colocaron dos rejillas en la parte baja de los muros, una en el Tramo 11, y la otra junto a la NA3. Estas rejillas permitirían desaguar el agua fuera de las trincheras, para lo que en la del tramo 11 existe también una barra que permitiría desembozar el agujero de salida. Figura 11. Planimetría de Los Pilones

5.2. Limpieza y excavación arqueológica La limpieza y excavación arqueológica ha permitido recuperar los restos que se conservaban. Los trabajos realizados a lo largo de estos años han supuesto la excavación arqueológica de unos 358 metros lineales y la retirada de más de 350 m3 de tierra extraída del interior de las trincheras. La excavación se ha centrado en el cuerpo principal de los restos conservados, quedando pendiente el gran brazo que discurre hacia Rubielos de la Cérida y los brazos que se desplazan hacia la ladera baja del promontorio. Tras los trabajos arqueológicos se han podido constatar 58 Puestos de Tiro (PT), 5 Refugios (o Abrigos de Tropa), 8 Nidos de ametralladora (NA) y 1 Puesto de Tirador.

A lo largo del suelo de las trincheras se han podido documentar cuatro hogueras. Es común, en todas ellas, que aparezcan latas de comida, junto a sus tapas y las anillas para abrirlas. Pero además, dentro de las cenizas, también aparecieron incluidos clavos, vainas y peines de bala. Estos restos nos hacen pensar que posiblemente el último uso que tuvieron esas hogueras fueran el de calentar a un grupo de soldados mientras comían, justo antes de salir hacia la batalla, en aquel frío invierno del 37-38, teniendo en cuenta que las trincheras fueron abandonadas en febrero de 1938 tras un final de enero helador. En ese contexto podemos entender la presencia de todos los elementos vinculados a las latas de comida, cuyos desperdicios fueron a parar al fuego. Las numerosas vainas aparecidas podrían corresponder a la utilización de la pólvora de su interior para encender el fuego o cebar la leña húmeda. Lo que no se entiende tanto

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es la presencia de balas o restos de una granada Lafitte, que posiblemente se deban al momento del abandono definitivo de la posición.

Figura 14. Acceso al Refugio 3. .

El Refugio 4 se encuentra junto al Refugio 1 y presenta unos muros en piedra que se desarrollarían en altura. Conserva muy pocos restos por lo que no se puede distinguir su forma concreta, ya que además no ha sido objeto de ningún tipo de trabajo arqueológico. Los restos que se aprecian en superficie parecen señalar que podría tener algún tipo de cubierta en teja.

Figura 13. Hoguera con latas y vainas.

Los refugios que se han podido documentar son cinco. El Refugio 1 se conforma mediante un espacio que parece rectangular y que tiene dos accesos, uno por cada lado. Estos accesos sí que han sido excavados, pero no el interior del refugio. Los escombros que permanecen en la zona parecen indicar que tendría una cubierta realizada con hormigón sobre una estructura rectangular. El Refugio 2 es el único que ha sido excavado completamente. Se encuentra excavado en el terreno y el acceso al mismo se realiza mediante un único pasillo. Los escombros aparecidos en el interior parecen señalar que tendría una cubierta de hormigón sobre la estructura rectangular de 3 metros de largo por 2 de ancho. Destaca la aparición de una hoguera en la esquina NE del abrigo. El Refugio 3 es el conocido como “Cocina”, ya que en él aparece un hueco de chimenea que sobresale al exterior en forma circular y realizada en piedra. Los muros están realizados en piedra y conserva la cubierta realizada en hormigón y perfectamente camuflada al exterior para un posible ataque de la aviación. Posee dos accesos que han sido excavados completamente, aunque el interior del Refugio permanece prácticamente igual que antes de la intervención arqueológica.

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El Refugio 5 se encuentra al final de la trinchera que en dirección este-oeste, comunicaría estos vestigios con la localidad de Rubielos de la Cérida. Las estructuras conservadas son de escasa consistencia y parece denotar un espacio rectangular que también tendría cubierta de teja. No se ha realizado ningún tipo de actuación arqueológica, por lo que no se pueden aportar más datos que los puramente visuales. Los 8 Nidos de Ametralladora se distribuyen a lo largo de la línea de trinchera, principalmente en los salientes y en las esquinas. El NA 1, NA2, NA4 NA6 y NA7 han sido excavados completamente, mientras que el NA3, NA5 y NA8 no han sido excavados ni se ha realizado ningún tipo de consolidación. Entre todos destaca el NA4, ya que las excavaciones han permitido sacar a la luz un banco corrido en la entrada, para acomodarse los soldados, y otros dos pequeños bancos junto a las ventanas, para acomodar a la ametralladora. Ya hemos indicado anteriormente que estos vestigios de la guerra civil están dando la espalda al enemigo. La retaguardia estaba protegida por otros restos más lejanos, pero también más sencillos, que podrían estar en el propio promontorio. Se trata de Puestos de tirador, normalmente individuales y conformados por pequeños parapetos de piedra, sin ningún tipo de trabazón y en forma de medialuna. En este caso hemos podido documentar uno en la ladera SE del cerro en el que se ubican las trincheras, tratándose de un parapeto colectivo. No descartamos que en su momento hubiese más parapetos de este tipo, pero no se aprecian en la actualidad.


Sesión 4. Memoria histórica 5.3. Consolidación Para que estos restos de la guerra civil fueran visitables resultaba imprescindible realizar labores de consolidación de sus estructuras. Aunque en un primer momento se pensaba realizar estas actividades en todos los restos conservados, con excepción del ramal que discurre hacia Rubielos de la Cérida (Tramo 12), finalmente la falta de financiación supuso ejecutar los trabajos de modo incompleto.

Figura 16. Lata de sardinas aparecida en la excavación arqueológica.

Figura 15. Consolidación de la coronación en Tramo 11. Los trabajos de conservación han sido numerosos, y requeriría gran parte de este trabajo en su explicación, pero se pueden resumir en:

En cuanto a la ropa, han aparecido elementos de cuero que corresponden normalmente con calzado, en el que destaca la suela de zapatilla de un niño, lo que nos indica que parte de estos elementos pudieron incorporarse a los restos con posterioridad al conflicto. Los restos cerámicos son escasos y poco clarificadores. Como objetos más singulares tenemos una llave (PLNS.355); una pluma estilográfica en caña (PLNS.504); un hacha con cuña (PLNS.505); un cuchillo (PLNS.506) o tres monedas del siglo XIX (PLNS.509-511).

-Repaso generalizado de las bases de los muros.

Finalmente hay que indicar la aparición de numerosos fragmentos de teja, posiblemente utilizada en alguno de los abrigos mencionados anteriormente, y alambre de espino, que podría ser utilizado sobre los muros o en posiciones más adelantadas de la ladera, para impedir la toma de las trincheras por parte del enemigo.

-Consolidación de las aspilleras.

5.5. Señalización

-Repaso de junturas. -Relleno y sellado de las oquedades. -Ejecución de la coronación en aquellos lugares en los que la misma se ha perdido.

-Reconstrucción de dos nidos de ametralladoras.

5.4. Material Los materiales que han aparecido en los trabajos arqueológicos se pueden adscribir cronológicamente, en su mayor parte, al conflicto de la guerra civil española. En ese sentido son mayoritarios los correspondientes al día a día de los soldados, los cuales necesitaban alimentarse, por lo que los objetos relacionados con la bebida y la comida son muy comunes. Entre los primeros, numerosos fragmentos de vidrio que normalmente corresponden a botellas de Jerez. Entre los segundos hay que señalar la gran cantidad de latas de comida, tanto de carne como de pescado. Otro de los materiales más destacados, en número, son aquellos relacionados con la munición, con la aparición de numerosos cartuchos, vainas, balas, peines, o incluso elementos correspondientes a diferentes granadas (entre ellas varias de tipo Lafitte).

La señalización de los restos dentro de una ruta fue, sin duda, el punto final para alcanzar los objetivos que la Comarca del Jiloca se había propuesto, y elemento fundamental en la puesta en valor de los restos. Desde un primer momento hubo una partida destinada a la señalización, que luego fue ampliada al contar con la colaboración del Proyecto Amarga Memoria, y tener que adaptar las señales al modelo que desde este proyecto se proponían. La ruta ejecutada nos lleva por cuatro puntos diferentes: -El Balsete de Caminreal, situada junto a la carretera que proviene desde Alcañiz, con unas trincheras en forma de “8”, conservados en gran parte y con un nido de ametralladora al que resulta difícil acceder al encontrarse relleno por escombros. -Los Pilones de Rubielos de la Cérida, con dos señales de carretera, dos señales informativas y una mesa de interpretación.

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5.6. Didáctica A la hora de diseñar los contenidos de los paneles se ha optado por una explicación del contexto histórico y de las estructuras sin realizar ninguna valoración sobre la contienda. Todo ello ampliado con planos, que ayudan a esa explicación, y fotografías que nos permiten acercarnos algo más a aquellos soldados. Pero cuando pensamos en una didáctica del conflicto tenemos que pensar en una educación en valores, que sí que tiene que surgir, y así nos lo hemos planteado, cuando se ha elaborado el guion de las visitas interpretativas que se realizan para grupos. En este sentido, no consideramos que haya que huir del realismo y de la barbarie, que ocurrieron en este conflicto, adaptándolas evidentemente a cada grupo.

Figura 17. Colocación de la señal informativa. -La Solana Larga de Bueña, estructura defensiva, que junto a muchas otras se realizó para la defensa del paso hacia la carretera y el ferrocarril. Entre los elementos que podemos apreciar en este enclave destaca una línea de trincheras en zigzag, varios pozos de tirador y una zona de descanso con pequeñas cabañas construidas en piedra. -Los Cabezos de Singra, con dos conjuntos diferenciados que, ya durante el conflicto, se denominaron Cabezo Grande y Cabezo Pequeño. En este interesante conjunto podemos encontrar nidos de ametralladoras, puestos de tiradores y bunkers, construidos por el Batallón de Zapadores nº 5.

Ahora nos planteamos el reto de llevar más allá la divulgación y debemos plantearnos la realización de talleres y juegos que nos permitan seguir con el proceso de enseñanza de estos restos. Una de las formas que nos resulta de gran interés es a través de los objetos que han aparecido, o reproducciones de los mismos, para que puedan ser manipulados por los visitantes y así “sentir” la historia de una manera más intensa. Otra forma es el estudio del proceso de recuperación de las estructuras, con fotografías del antes y del después. Pero más interesante nos resulta las historias en primera persona, con nombres y apellidos y las anécdotas que nos permitan empatizar, de algún modo, con los protagonistas de nuestra historia, los que vivieron y recorrieron estas trincheras. Este es pues el reto que nos ponemos, ahora mismo y que nos tiene que permitir educar en valores democráticos a los participantes en los talleres que se planteen.

6. CONCLUSIONES La actividad en la zona del Jiloca, durante la Guerra Civil, fue muy intensa, con pequeños conflictos tanto por el norte de estas posiciones (Vivel del Río), como por el sur (Bueña), hasta que las batallas de Singra y del Alfambra supusieron la pérdida de territorio por parte del bando republicano y el consecuente abandono de las trincheras que se habían quedado en la retaguardia. Los objetos aparecidos no son muy abundantes, teniendo en cuenta que el abandono de las trincheras se hizo de modo organizado. Además, hay que tener en cuenta que tras su partida numerosos vecinos de las localidades próximas acudieron para coger todo aquello que pudiera servirles.

Figura 18. Batallón de Zapadores-Minadores nº 5, febrero de 1935

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A pesar de la existencia de munición y otros elementos bélicos, como las granadas, no da la sensación de haber habido ningún tipo de actividad bélica en estas trincheras. Pero sí que desde ellas partió un importante contingente hacia la Batalla del Alfambra. Toda la munición aparecida corresponde al bando sublevado, algo normal en unas trincheras que tenemos perfectamente adscritas a ese bando de la contienda.


Sesión 4. Memoria histórica Pese a que la financiación no ha permitido completar todos los trabajos que se precisaban en las trincheras, podemos indicar que estos han sido muy positivos para las estructuras. Al no haber podido consolidar la totalidad de los restos, no se puede señalar que estén libres de nuevos problemas futuros. Por ese motivo es recomendable la terminación de los trabajos, tanto arqueológicos como de consolidación, en el resto de estructuras de los vestigios de la guerra civil de Los Pilones, para conseguir un resultado final óptimo.

Finalmente, a todos aquellos trabajadores y alumnos que siempre han estado donde se les ha precisado: María Gloria Alpeñés, José María Angosto, María Isabel Cabello, Diego Cameo, Ana María Cañada, María Pilar Corbatón, Ángel García, Luis González, Matías Górriz, Sonia Górriz, Lorena Hernández, Patricia Hernández, Rafael Martín, Joaquín Megina, Laura Peiró, Sonia Salazar, Niculita Stegariu y María Teresa Yagüe.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aldecoa Calvo, J.S. (2006): “La Segunda República y la Guerra Civil (1931-1939)”, en Benedicto Gimeno, E. (coord.) Historia de Monreal del Campo. Centro de Estudios del Jiloca; Monreal del Campo. p. 235-252 Disponible en: http://xiloca.org/data/Bases%20datos/ Monograficos/6152.pdf [Accesado el 20 de noviembre de 2017] Cardona, G. (1989): “Las operaciones militares” en VV.AA. La guerra civil española 50 años después. Barcelona, Labor.

Figura 19. Parte superior de los carteles incorporados en la ruta. El objetivo último de la Comarca del Jiloca que era conseguir un lugar atractivo para el turista se ha conseguido, ya que el número de personas que visitan estos restos ha ido creciendo desde la actuación. Además, las personas que lo visitan obtienen mayor información, a través de los paneles informativos y pueden entender, mucho mejor, los restos, al encontrarse éstos excavados y accesibles, para un público sin problemas de movilidad. La didáctica del conflicto de la guerra civil es compleja, pero posible, y educadora en los valores cívicos y democráticos.

AGRADECIMIENTOS Los autores del presente artículo queremos expresar nuestros agradecimientos a la Comarca del Jiloca, principal propulsor de los trabajos arqueológicos, mediante presupuestos propios o mediante la realización de un Taller de Empleo, gracias a la subvención concedida por el Instituto Aragonés de Empleo, del Gobierno de Aragón, la Unión Europea y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, del Gobierno de España. Queremos agradecer especialmente a todos los trabajadores de la Comarca del Jiloca, que tan fácil hicieron nuestra labor. También queremos mencionar, por todas las facilidades mostradas, a la Sociedad de Montes de Rubielos de la Cérida (SOMODERC), propietaria de la parcela en la que se ubican las trincheras.

Casas de la Vega (1976): Alfambra: la reconquista de Teruel (La vida vivida). Barcelona, Luis de Caralt. Corral, P. (2004): Si me quieres escribir. Gloria y castigo de la 84ª Brigada Mixta del Ejército Popular. Barcelona, Debate. Franco Calvo, J.G. y A. Hernández Pardos (2014): “Talleres con Historia” en Lavado P.J., V.M. Lacambra (coord.) VII Jornadas Nacionales de ludotecas. Juegos romanos, juegos de agua, 19-21 de julio de 2013, Albarracín. Franco Calvo, J.G. y A. Hernández Pardos (2016): “Ecomuseo de…: Turismo y Didáctica del Patrimonio” en Actas I Congreso Arqueología y Patrimonio Aragonés, 24 y 25 de noviembre de 2015, Zaragoza, Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Aragón. Lechón, V. (2016): “La Guerra Civil desde Rubielos de la Cérida” en Libérica nº 5 [Revista digital] Disponible en: http://www.xiloca.org/data/Publicaciones/ liberica/05/08rubielos.pdf [Accesado el 20 de noviembre de 2017] Los lugares de la memoria. Ruta por los vestigios de la guerra civil y la posguerra recuperados y señalizados en Aragón. (2010): Zaragoza, Departamento de Educación Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Rodríguez P. y P. Pérez (2011): Vestigios de la Guerra Civil en Aragón (Teruel), Zaragoza, Gobierno de Aragón. Solano Sanmiguel, V. (2006): Guerra Civil Aragón. Tomo III Teruel. Zaragoza, Editorial Delsan. Tuñón de Lara, M. (1986): La batalla de Teruel. Zaragoza. Instituto de Estudios Turolenses.

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Sesión 4. Memoria Histórica

4.3.

UN PAISAJE HISTÓRICO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA: RESTOS ARQUEOLÓGICOS en el frente de BELCHITE (ZARAGOZA)

A HISTORICAL LANDSCAPE OF THE SPANISH CIVIL WAR: ARCHAEOLOGICAL REMAINS IN THE FRONT OF BELCHITE (ZARAGOZA)

Antonio Hernández Pardos1 y Jesús Gerardo Franco Calvo1 1

Acrótera Gestión del Patrimonio

Autor de contacto/Contact author: Antonio Hernández Pardos, arqueoantonio@acrotera.net

RESUMEN Sin duda, la batalla de Belchite está considerada como uno de los escenarios míticos de la Guerra Civil Española de 1936-1939, no tanto por los propios acontecimientos bélicos que se desarrollaron en el verano de 1937, como en la posterior política propagandística llevada a cabo por el Régimen Franquista, que hizo un interesado uso de aquella batalla. El presente trabajo pretende desarrollar una panorámica material de este acontecimiento bélico, dejando a un lado la población de Belchite, y centrándose en su entorno, en las lomas que se extienden por el Sur y Suroeste. El territorio que rodea a la población de Belchite conserva un extraordinario conjunto de posiciones defensivas –la mayoría inéditas- que formaron parte, tanto del sistema defensivo desarrollado por el ejército franquista en 1937, como del frente y posterior cerco que las tropas republicanas llevaron a cabo en agosto-septiembre de 1937. Estos conjuntos arqueológicos constituyen, no solo un sobresaliente campo bélico, teniendo en cuenta las estructuras conservadas y la documentación escrita, sino un extraordinario paisaje bélico, que merece ser investigado y revalorizado. PALABRAS CLAVE: Guerra Civil Española, Belchite; Posiciones militares; Arqueología del conflicto; Periodo franquista.

ABSTRACT Undoubtedly, the battle of Belchite is considered one of the mythical scenarios of the Spanish Civil War of 1936-1939. The present work tries to develop a material panorama of this warlike event, leaving to the side the town of Belchite (Zaragoza, Spain), and focusing in its surroundings, in the hills that extend by the South and Southwest. The territory surrounding the town of Belchite retains an extraordinary set of defensive positions - most of them unprecedented that were part of both the defensive system developed by the rebel army in 1937, and the front and rear attack that the Republican troops carried out in August-September 1937. These archaeological sites constitute, not only an outstanding war field, taking into account the conserved structures and written documentation, but an extraordinary war landscape, which deserves to be investigated and revalued. KEY WORDS: Spanish Civil War, Belchite; Military positions; Archeology of Conflict; Francoism.

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1. INTRODUCCIÓN La celebración del II Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés (II CAPA) en noviembre de 2017 ha constituido una excepcional ocasión para presentar algunas de las numerosas posiciones defensivas que los bandos republicano y sublevado construyeron, ocuparon y abandonaron –a consecuencia de la propia dinámica bélica- a lo largo del año 1937 en el sector sur del Frente de Zaragoza. Y la ocasión lo merece, puesto que este año se han cumplido ocho décadas desde que tuvo lugar la batalla de Belchite. A pesar del tiempo trascurrido, el conjunto de posiciones defensivas situadas en el extenso territorio que rodea a esta localidad zaragozana sigue constituyendo uno de los más destacados conjuntos del Patrimonio Cultural aragonés vinculado con la Guerra Civil 1936-1939.

2.OBJETIVOS Los términos municipales de Almonacid de la Cuba, Azuara, Belchite, Jaulin, Mediana, La Puebla de Albortón, por citar los más implicados, están literalmente sembrados de vestigios bélicos, tanto constructivos como muebles, pero también asociados a otras actividades realizadas durante este convulso período histórico. En el siguiente trabajo nos vamos a referir a varias posiciones defensivas que fueron localizadas, identificadas y delimitadas por nosotros durante 2009, como consecuencia de trabajos de prospección arqueología preventiva. En 2010 se realizó una revisión de conjunto y propuesta de intervención que se presentó al programa Amarga Memoria que venía siendo desarrollado por el Gobierno de Aragón, y a la Comarca de Belchite. Teniendo en cuenta el carácter de este Congreso, la extensión de los artículos, hemos optado por un trabajo selectivo en el que se presentan los aspectos generales del estudio que venimos desarrollando. Desde nuestra humilde mirada pretendemos contribuir a la recuperación histórica y revalorización social de este paisaje bélico.

3. CONTEXTO HISTÓRICO Las posiciones defensivas localizadas corresponden en una buen parte a las posiciones defensivas franquistas y republicanas que en primavera/verano de 1937 se construyeron en el frente que se extendía desde Fuendetodos hacia Vinaceite. En verano de 1937, tras la contraofensiva revolucionaria y militar del sector republicano de agosto/septiembre de 1936, el frente de guerra se estancó, quedando muy próximo a Zaragoza. Ante el recrudecimiento del frente madrileño por parte del ejército azul, el General Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor Central del Ejército republicano, ideó una ofensiva: un rápido avance sobre Zaragoza. Dentro de esta estrategia, la ofensiva pasaba por, en una primera etapa, superar la plaza de Belchite mediante un ataque envolvente. El plan de ataque al

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área de Belchite, que se inició el 24 de agosto de 1937, contemplaba abrir tres frentes de ataque que rompiera el sistema defensivo y cerrar rápidamente el cerco: -por el Este, hostigar las posiciones defensivas nacionales que cerraban la población, entre las que destacan el Saso -por el Norte, tomar la población de Codo –situada al NE de Belchite-, convertida en posición defensiva para avanzar hacia el E cortando la carretera a Mediana -por el Oeste, hacerse con el control de La Puebla de Albortón, con el objetivo de cerrar comunicaciones vía ferrocarril con Zaragoza cortando la línea ZaragozaUtrillas. Desde esta población, el plan de ataque preveía continuar para cerrar por todo el cerco a Belchite. Dentro de las fuentes escritas directas que atestiguan el ataque, contamos tanto con las notificaciones del Comandante militar de Belchite al General del 5º Cuerpo del Ejército Nacional, como del Diario de Operaciones del Mando republicano, recogidas por Martínez Baños, y que hemos utilizado en este trabajo (1973).

Figura 1. Frente y plan del ataque republicano sobre Belchite (procedente de LEDESMA y MALDONADO 2006). Para hacerse con el control de la posición La Puebla de Albortón, las tropas republicanas atacaron el 24 de agosto las posiciones defensivas instaladas en el propio pueblo y en los alrededores de La Puebla –apeadero La Princesa, estación ferroviaria de La Puebla-. No fue hasta el día 26 cuando entraron en el pueblo, una vez tomadas las posiciones ya citadas. Esta situación suponía el control del ferrocarril a Zaragoza, y por lo tanto, el final del suministro a Belchite. Ese día se cursa un telegrama al General indicando el peligro que se rompiera el flanco izquierdo del frente –Sector Azuara, lo que provocaría una fácil comunicación del enemigo hacia Belchite. El día 27 el ataque continúa en dirección Belchite, lanzándose hacia la estación ferroviaria de Azuara y las posiciones situadas a lo largo del cerro de la Cruz que queda al SO, y que estaban guarnecidas por la Falange y una Compañía de la 17 División con 250 hombres.


Sesión 4. Memoria histórica El día 28, el grueso de las tropas republicanas atacantes alcanzaron La Puebla en camiones, con un efectivo aproximado de 400 hombres, según se notificaba desde la Comandancia de Belchite, la cual urgió un contraataque de la aviación ante el avance a pie hacia las posiciones Casilla, Azuara y Pueyo. Una de estas posiciones franquistas que más resistió fue la denominada “novia del viento”, situada en el cerro de la Cruz, y defendida por miembros de la Falange. A lo largo de la mañana del día 28 fue atacada por la 117 Brigada al mando del comandante Castán. Dotada de numerosos parapetos secundarios situados a diferentes cotas, su control exigió un gran esfuerzo. El denominado Batallón Confederal tenía encomendado la toma de la posición Románico, que ocupaba este cerro situado a medio camino entre el cerro de la Cruz y el cerro del Pueyo. Gracias a las comunicaciones militares, se puede rastrear el avance de las tropas atacantes a lo largo del día, las cuales ocuparon ya por la tarde la estación de Azuara y la posición Románico, y al anochecer alcanzaron la Ermita del Pueyo. En la mañana del día 29, la 115 Brigada recibe la orden de contactar con la 153 Brigada para lanzarse hacia Belchite. Ya por la tarde la numerosa columna atacante se desplegó a 2 km del Oeste del Regadío, con la intención de cercar Posiciones por el Oeste envolviendo a las procedentes del Pueyo. A pesar de la dura defensa ejercida, al final del día 29 se ordenó la retirada de las posiciones nacionales situadas en torno al Pueyo y de la Casilla, cuyas tropas fueron reagrupadas en torno

a la población de Belchite. A partir de ese momento comenzaba el cerco y defensa de Belchite, propiamente dichos, que finalizó con la rendición de las últimas tropas franquistas el 4 de septiembre.

4. LAS POSICIONES DEFENSIVAS Pasamos a continuación a describir los conjuntos defensivos estudiados.

4.1. Posición franquista ¿La novia del viento? El Cerro de la Cruz, cuya cima alcanza 689 msnm, es el punto más alto en las sierras que rodean la población de Belchite, con un impresionante control visual de la depresión. Tanto la mitad meridional de la cima como todo su frente oriental está ocupado por una importante posición militar de la Guerra Civil (Fig. 2). Está formada por un amplio conjunto de trincheras parapetadas –tanto en uno como ambos lados-, mediante gruesos lienzos de mampostería en seco que alcanzan una altura de 1’50 m. Todo el frente oriental del cerro, al inicio de la ladera, está ocupado por una trinchera continua, que alcanza una longitud superior a los 300 m –teniendo en cuenta su quebrado dibujo. Su mitad norte presenta un trazado sinuoso adaptado a la orografía, con profunda trinchera excavada en la roca y parapeto exterior. Su mitad sur presenta, en cambio, un trazado longitudinal con doble parapeto y ancho pasillo interno (Fig. 3).

Figura 2. Fotografía aérea con algunos de los elementos de la posición Novia del viento (Ortofoto del SITAR).

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El trazado de este fortificado ramal permite conformar un gran espacio interior situado al O del parapeto, en su retaguardia. A través de esta trinchera se accede directamente a una enorme cueva-refugio situada bajo tierra, son acceso secundario en la ladera oriental. De forma tangente y en dirección O, surge otro ramal que se extiende por la zona de mayor altitud de la cima, cerrando de esta manera el flanco septentrional. Al sur de esta trinchera, y descendiendo hasta media ladera encontramos un disperso pero amplio conjunto de pequeñas edificaciones de mampostería en seco, usadas seguramente como refugio. Esta área de vivac queda a la retaguardia de las trincheras. Este conjunto de trincheras se conserva de forma irregular. En el caso del ramal situado en la cima, los parapetos se encuentran derruidos de forma completa. En cambio, el ramal situado sobre la ladera este se conserva en muy buen estado, manteniéndose en pie gran parte de los parapetos, aunque existen derrumbamientos. El ramal que se extiende hacia el norte se encuentra colmatado en parte, por la erosión de la ladera. No obstante, la posición defensiva se mantiene muy bien dibujada y reconocible. Esta posición defensiva del sector nacional fue denominada Novia del Viento debido a que el viento soplaba en su cima de manera casi permanente, incluso en días durante los cuales en la depresión de Belchite hacía un calor asfixiante sin brisa ninguna (MARTINEZ 1973). Aquella constituiría un elemento importante del cinturón defensivo exterior ideado por los nacionales para proteger Belchite, teniendo en cuenta la mayor

Figura 3. Trinchera con doble parapeto, y boca de acceso al refugio. altitud del entorno. Las dimensiones y características del conjunto lo demuestran.

4.2. Posición franquista Cruce carretera a Azuara Al sur del conjunto anterior, y siguiendo la orientación NO/SE de la cima montañosa, se extiende otra posición, que ocupando la mayor parte de la divisoria de aguas y de toda la cumbre que alcanza los 654 m.s.n.m. La posición defensiva está formada por una extensa trinchera parapetada con muro de mampostería en seco, que alcanza 250 m de longitud (Fig. 4). Está alineada con el inicio del

Figura 4. Fotografía aérea con algunos de los elementos de la posición Estación de Azuara (Ortofoto del SITAR).

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Sesión 4. Memoria histórica escarpe hacia la ladera septentrional, y cuenta con varios pequeños ramales exteriores que acogerían posiblemente pozos de tirador. La trinchera está protegiendo una serie de estructuras situadas en su retaguardia: una cuevarefugio y diversas estancias construidas con muros de mampostería en seco, destinadas posiblemente a los mandos y otros fines. En la cima, y situada junto a la trinchera, se localiza una construcción subterránea elaborada mediante mampostería y dinteles en piedra tallada. Se trata de un fortín de planta cuadrada con dos accesos laterales que comunican con dos corredores parapetados (Fig. 5). Teniendo en cuenta los dinteles conservados in situ, no hay duda de que el suelo de las estructuras se sitúa profundo. En el centro de la estructura se abre un hueco rectangular, lo que nos pude indicar que se trata de un puesto de observación.

Figura 6. Varios refugios individuales de soldados.

El conjunto defensivo se extiende a lo largo de la ladera oriental con una gran cantidad de nidos-refugio, que se extienden hasta media ladera (Fig. 6). Se trata parapetos en mampostería en seco, a veces con cubierta, destinados a albergar a los soldados individualmente y protegerlos durante la noche o durante ataques de artillería y aviación enemigas. De este modo, la ladera situada a la retaguardia de las trincheras estaba destinada a vivac de las tropas. Hacia el SO se van extendiendo otros elementos, de uno modo más o menos compacto, que probablemente formaran parte del mismo conjunto. En la cima a 649 m.s.n.m. se localiza un conjunto de trincheras parapetadas, formadas por varios ramales interconectados que ocupan los lados septentrional y oriental de la cumbre (Fig. 7). La mayor parte de los ramales presentan parapetos en sus dos flancos, elaborados con gruesos muros de mampostería en seco que podrían alcanzar una altura de 1’5 m, conservándose un tramo en muy buen estado. Las trincheras parecen trazar una planta en V con ramales secundarios, completándose con agujeros de planta cuadrangular en la retaguardia. Sin duda, desde las diferentes líneas de trinchera esta posición se consigue una buena panorámica del acceso

Figura 5. Trinchera con parapeto, a la izquierda, y una de las bocas de acceso al refugio subterráneo.

Figura 7. Vistas de la posición con trinchera dotada de doble parapeto. desde la planicie de Belchite hacia La Puebla de Albortón –situado al N-, dominando la línea férrea que comunicaba Belchite con Zaragoza a través. El sistema defensivo del Cerro de la Cruz, que se hacia el SE siguiendo las estribaciones montañosas hasta finalizar en otra posición defensiva, que se ubica a una cota menor. Se localiza junto a la intersección de las actuales carreteras Belchite-Fuendetodos y Letux-La Puebla de Albortón. En las inmediaciones del cruce carretero se localiza una posición defensiva “Cruce carretera a La Puebla de Albortón” de la Guerra Civil 1936-1939, ya documentada e inventariada en parte en el S.I.P.C.A. Arqueología. Actualmente el sistema defensivo se encuentra seccionado por la actual carretera, en cuyos taludes se distingue perfectamente la sección de las trincheras y los muros de hormigón de un fortín de artillería, milagrosamente salvado de las obras. A apenas 120 m al Este del cruce carretero, se ubica una loma redondeada y suave cima, atravesada por varios ramales de trincheras en zig-zag conectados entre sí y con un desarrollo concéntrico. Éstos cubren casi todos los flancos, salvo el Oeste que queda desprotegido, pero

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sobre todo el lado NE que es recorrido por dos trincheras en paralelo situadas a diferente cota. Junto a las trincheras se observa cerca de su cima una cueva en estado de ruina que pudo servir como refugio. Enfrente a esta loma atrincherada -ligeramente la NO de aquella- y al otro lado de la carretera se sitúa otra posición defensiva de características diferentes. Se trata de una trinchera curvilínea de gran anchura excavada en la roca en cuya parte central se ha construido un fortín de planta semicircular con tres troneras. Está elaborado mediante hormigón. Su orientación hacia el Este permite controlar el paso de la carretera y visualmente todo el flanco oriental, hasta el santuario de El Pueyo. Las características constructivas del fortín nos indican que fue levantado por el ejército nacional.

4.3. Posición franquista Cerro Romanico Sobre la cima de este cerro aislado, conocido con el topónimo de Cabezo Romanico, se sitúa otra posición defensiva de la Guerra Civil 1936-1939. Se sitúa a medio camino entre la estación ferroviaria de Azuara y la ermita del Pueyo, donde se situaban otros núcleos de defensa de Belchite. Está formada por una amplia trinchera parapetada dispuesta tanto en la cima como en la ladera sur, desarrollando una planta en C. Presenta parapeto doble de mampostería en seco, con amplio pasillo interior, formando amplios espacios rectangulares al interior.

El ramal que desciende por la ladera meridional finaliza en dos pozos de planta circular con parapetos de mampostería, que posiblemente sirvieron como pozos de tirador, para cubrir todo el flanco este, que queda desprotegido. El conjunto se completa con varias cuevas-refugio situadas en la ladera sur, protegidas por el parapeto, y de las que se identifica su acceso (Foto 20). Desde esta posición se controla el paso de la carretera Azuara-Puebla de Albortón, complementando las posiciones defensivas situadas junto al cruce de la carretera, ya comentadas.

4.4. Posición franquista Pueyo Alto Entre la población de Almonacid de la Cuba y El Pueyo de Belchite se extiende una suave alineación montañosa con orientación NO/SE, prolongación del Cerro de la Cruz. A lo largo de la cima de estos cerros se extiende otra importante posición militar del ejercito franquista, ubicada a mayor cota que la existente en el propio Puedo (Fig. 8). El conjunto defensivo está formado por varias líneas de trincheras parapetadas dispuestas en paralelo. Los parapetos se localizan en el flanco meridional pero sobre todo en los dos flancos, y están construidos mediante muros de mampostería en seco. El ramal exterior de las trincheras presenta una planta en espiga (Fig. 9). Las trincheras cuentan con ramales laterales, entre los que destacamos los situados en los extremos septentrional y meridional del conjunto. Éstos finalizan en estructuras

Figura 8. Fotografía aérea con algunos de los elementos de la posición Pueyo alto (Ortofoto del SITAR).

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Sesión 4. Memoria histórica

Figura 9. Vistas de los parapetos que recorren la cima. circulares, las cuales seguramente corresponden a pozos de tirador. Las trincheras parapetadas se encuentran muy colmatadas y derruidos los lienzos, por lo que no resulta muy clara su planta. En el flanco septentrional, ya descendiendo la ladera y en retaguardia, aparecen otros elementos, como pozos rectangulares, estancias de planta rectangular con muros de mampostería en seco, así como alguna cueva –actualmente derrumbada- que debió servir de refugio. A apenas 45 m. del extremo oriental de las trincheras se localiza un búnker (Fig. 10-11). Está situado en la misma linde entre los TT. MM de Belchite y Almonacid, casi escondido por los pinos de repoblación que cubren la ladera norte de esta sierra. Se trata de una estructura elaborada con hormigón y mampostería, la cual queda visible al exterior. Presenta una planta con nave rectangular rematada en sus extremos por un saliente circular y otro cuadrado. Únicamente conserva su muro de cierre norte, y son numerosas las grandes piedras y bloques de hormigón situadas en su cercanía, por lo que es posible que la construcción fuera alcanzada por algún proyectil aéreo enemigo. Alcanza 1 m de altura, y presenta en su cumbrera una muesca continua, así como laterales, elementos que nos permiten identificarlo como un nido de ametralladoras. Este conjunto de estructuras, con doble trinchera parapetada y un bunker para nido de ametralladoras, ponen de manifiesto que constituía una destacada posición defensiva en el frente franquista del sector de Belchite. Su situación era estratégica, al dominar toda la divisoria de aguas entre Belchite y Almonacid de la Cuba, con un control visual del enemigo que estaba apostado al sur. No obstante, su importancia también hay que relacionarla con el cerro de El Pueyo de Belchite, situado al norte, a los pies de las lomas. Ésta vinculación y el papel que le concedió el mando franquista a ambas posiciones, el Pueyo y el Pueyo alto, quedan patentes en el camino que las une, la denominada Pista Los Barbis. Se trata de una amplia pista excavada en el ladera aprovechado una de las barranqueras que descienden

Figuras 10 y11. Búnker de Pueyo Alto: vistas generales y detalle de las muescas de armamento. en dirección al Pueyo (Fig. 12-13). Documentada e inventariada en parte en el S.I.P.C.A. Arqueología, fue construida a principios de 1937 por la compañía apodada Los Barbis, por el tipo de perilla que llevaban sus miembros. Corresponde a la 3ª compañía del Batallón de Zapadores de la 5ª división, y formaba parte de la campaña de fortificación del frente zaragozano llevada a cabo por el bando sublevado. A mitad de trayecto de la pista se conserva una placa de mortero sobre la pared rocosa con la siguiente inscripción: Z M 5/PISTA/LOS BARBIS/3 SECCIÓN/ MCMXXXVII. La conservación de esta placa identificatoria constituye un extraordinario testimonio de la frenética actividad constructiva desarrollada durante el conflicto. Es posible que esta pista fuera construida para facilitar el acceso hasta las posiciones defensivas situadas sobre esta sierra, que marca la linde entre los municipios de Belchite y Almonacid de la Cuba.

4.5. Posición franquista El Boalar Al SE de la posición anterior y siguiendo la divisoria de aguas de esta sierra, aparece un nuevo conjunto de estructuras arqueológicas. En este caso, el complejo está formado por tres trincheras parapetadas en sus dos flancos, en forma de hoz. Están situadas de forma

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Figuras 12 y 13. Pista de Los Barbis, y placa identificativa.

Figuras 14 y 15. Parapetos en Pueyo alto y El Boalar.

alineada a lo largo de la cima, aprovechando las pequeñas elevaciones que quedan entre vaguadas. Presentan en el espacio interior, a retaguardia, otros elementos no identificados, como pozos rectangulares con parapeto. Constituyen una nueva y extensa posición defensiva de la Guerra Civil 1936-1939.

cambio, el parapeto situado al inicio de la ladera norte se conserva bastante bien.

Estas tres trincheras presentan una orientación N/S, y constituyen un saliente hacia el sur, con amplia panorámica de las suaves lomas de Almonacid de La Cuba, paraje denominado El Boalar, topónimo del cual toma su nombre, según la documentación militar consultada del Alto Mando republicano. Posiblemente se trate de una posición destinada a repeler los ataques que se pudieran realizar desde el sur, donde se situaba el frente republicano en julio de 1937, complementando la posición Pueyo Alto. Por otro lado, estas tres posiciones están unidas por un parapeto de mampostería en seco que alcanza una longitud de 400 m aproximadamente, alineado con la divisoria de aguas, aunque situado ya al inicio de la ladera que desciende por el norte hacia El Pueyo (Fig. 14-15). Esta extraña ubicación permite dominar la visual de aquella ladera, y no el lado sur como hemos visto hasta ahora en todo este conjunto defensivo. Las trincheras parapetadas se encuentran colmatadas y derruidas, por lo que no resulta muy claro su dibujo. En

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Desde prácticamente todo este conjunto defensivo se tiene alguna visual sobre la Pista Los Barbis y el Santuario, circunstancia que nos lleva considerarlo como una posición adelantada en el esquema defensivo ideado por los nacionales en los alrededores de Belchite. Tanto el búnker como la disposición de los ramales de trincheras forman un flanco defensivo hacia el sur, donde se situaban las tropas republicanas a principios del verano de 1937, antes del ataque a Zaragoza de agosto del 37.

4.6. Posición republicana Mojón del lobo Bajo la cima de esta loma se localiza esta importante y célebre posición defensiva de la Guerra Civil 19361939, ya documentada e inventariada en parte en el S.I.P.C.A. Arqueología. Este cerro, que alcanza los 632 m.s.n.m., ofrece unas inmejorables vistas de la población de Belchite y su depresión, por lo que fue una posición estratégica durante la primera mitad del conflicto. Tras el alzamiento, las tropas sublevadas rápidamente se hicieron con su control, aunque la llegada de las columnas republicanas procedentes de Cataluña a finales de agosto de 1936 provocó un duro enfrentamiento hasta que fue conquistado por los segundos. A partir de ese momento esta posición adquirió un destacado papel


Sesión 4. Memoria histórica en la articulación del frente republicado en este sector, especialmente durante el ataque y cerco en agosto/ septiembre de 1937, en el cual tuvo un importante papel como puesto artillero y de observación, llegando a acoger al puesto de mando avanzado del XII Cuerpo del Ejército republicano. La cima, formada sobre materiales calizos, está perforada por varias galerías de grandes dimensiones, una principal que atraviesa toda la sección montañosa con orientación SE/NO y pendiente suavemente ascendente, y cuatro ramales. El acceso se sitúa en la cara sur, mientras que en la cara norte presenta cuatro bocas (Fig. 17). Dos de éstas últimas conservan una plataforma exterior de fábrica, que debió servir de apoyo al armamento. El túnel principal presenta a mitad de trazado un ensanchamiento, quizás destinado a polvorín. Estos túneles constituyen un complejo artillero subterráneo, dotado de cuatro bocas de tiro para artillería pesada. Este complejo subterráneo se ve acompañado de un buen número de trincheras a lo largo de toda la ladera septentrional del cerro y prolongaciones, llegando a conformar una compleja posición defensiva hacia la población de Belchite (Fig. 16). Así, desde la boca de salida más occidental, se desarrolla una trinchera parapetada al exterior que en dirección SE atraviesa la parte alta de la ladera del cerro, con una longitud de unos 250 m aproximadamente. En su retaguardia se observan estancias cuadrangulares de mampostería en seco. En la misma ladera, pero a una cota inferior, se extienden dos conjuntos de trincheras con dominio visual de varias barranqueras.

Figura 17. El túnel del Cerro del Lobo: boca de entrada en la ladera sur y una de las bocas de salida. Una de las posiciones más interesantes de este conjunto se localiza en la cima que alcanza la cota 617 m.s.n.m, al NO de El Lobo. Ocupa toda la cima, la parte alta de la ladera oriental y toda la ladera sureste aparecen varios tramos de trincheras parapetadas al exterior mediante aparejo de mampostería en seco (Foto 17). Las trincheras conforman dos anillos concéntricos conectados, uno situado en la cima y otro a media ladera, con algún ramal exterior que desemboca en un pozo de tirador. Tras las trincheras se observan numerosos espacios parapetados de planta cuadrangular, destacando uno de planta circular situado en la ladera occidental, a retaguardia (Fig. 18). Las trincheras se extienden hasta la parte inferior de la ladera sureste, con dos ramales paralelos que atraviesan la ladera y otro ramal longitudinal que alcanza la vaguada situada al sureste. Esta última trinchera finaliza en un

Figura 16. Fotografía aérea con algunos de los elementos del conjunto militar Cerro Lobo (Ortofoto del SITAR).

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puesto de tirador, desde el que se domina el único punto de acceso hasta esta loma desde el cerro Lobo. Por otro lado, y recorriendo la ladera suroeste del cerro Lobo, encontramos una nueva posición defensiva. Está situada por encima de un espolón rocoso que forma la ladera entre dos vaguadas. Se trata de una trinchera parapetada con mampostería en seco, de planta circular incompleta. Se completa con un ramal longitudinal en dirección sureste, finalizado en un posible puesto de tirador. Sin duda corresponde a una posición secundaria, relacionada con el conjunto anterior. Otras posiciones se sitúan al SE del vértice Lobo, sobre las suaves lomas que marcan la divisoria de aguas entre los términos de Belchite y Almonacid de la Cuba. Estas trincheras, algo alejadas del Vértice Lobo, constituyen un conjunto de elementos más aislados. Sin embargo ofrece una posición estratégica. Desde este punto se domina visualmente una amplia vaguada que se extiende hacia el este, que es atravesada por la carretera Belchite-Letux. Se trata de una trinchera con ramal lateral, situada junto al inicio de la ladera septentrional. Realiza un trazado serpenteante, en cuya retaguardia se localizan varias edificaciones en piedra seca de planta rectangular (Fig. 19).

5. CONCLUSIONES Las prospecciones preventivas realizadas en 2009 por los montes situados en el entorno de la localidad Belchite han permitido obtener una panorámica bastante representativa de este extraordinario conjunto de posiciones militares pertenecientes a la Guerra Civil 1936-1939. Gracias a estos trabajos, se logró identificar y sobre todo delimitar muchas de ellas, la mayoría inéditas. Sin embargo, los diversos elementos inmuebles y muebles no pueden ser considerados de modo aislado al paisaje en el que se ubican. Al fin y al cabo, es el paisaje geográfico – orografía, sobre todo- y su inclusión en el paisaje humano de la guerra los condicionantes que los han generado. De este modo, paisaje y posiciones militares constituyen un verdadero Paisaje Histórico, necesitado de estudio y puesta en valor.

Figura 19. Trincheras secundarias Por lo demás, estos escenarios bélicos apenas han sido modificados con posterioridad, debido a su localización en lo alto de laderas escasamente productivas. No obstante, se observa el efecto que tuvieron las labores de recuperación de metales y amortización de estructuras defensivas llevadas a cabo tras la conflicto. Los trabajos de localización y delimitación constituyen un primer escalón en este proceso de recuperación. En fechas recientes, se han desarrollado prospecciones y excavaciones arqueológicas en varias posiciones defensivas en el perímetro de la Ciudad Vieja de Belchite (RODRIGEZ et alii 2016), con interesantes resultados. En noviembre de 2017 se ha estrenado una señalización turística en varias de las posiciones, las más accesibles desde la carretera. La importancia histórica de los acontecimientos vividos en este gran campo de batalla y su estado de conservación aconsejan que sean declararados como Bien de Interés Cultural, en la categoría Paisaje Histórico. De este modo, se asegurará una adecuada conservación, investigación, difusión y revaloración de unos vestigios tan enraizados en la memoria histórica colectiva.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ledesma, J.L. y J.M. Maldonado (dir.) (2006): La Guerra Civil en Aragón, 6. La guerra se acelera: ofensivas republicanas en Huesca y Belchite, Zaragoza Martinez Bande, J.M. (1973): La gran ofensiva sobre Zaragoza. Monografías de la Guerra de España, Madrid. Martinez de Baños, F. y P. Perez Esteban (2008): Vestigios de la Guerra Civil en Aragón. Zaragoza, Zaragoza. Rodríguez Simón, P., A. González Ruibal, X. Ayán Vila, C. Marín Suárez, M.A. Franco Fernández, C. Martínez Barrio, A. Laiño Piñeiro y S. Garf (2016): “Arqueología de la Guerra Civil en la batalla de Belchite. Internacional Brigadas Archaeology Project”, Actas I Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés, pp. 711-721.

Figura 18. Vista de la posición desde la cumbre, y pozo de tirador.

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Sesión 4. Memoria Histórica

4.4. NUEVAS INTERVENCIONES ARQUEOLÓGICAS SOBRE FOSAS COMUNES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN ARAGÓN: PANIZA Y RICLA NEW ARCHEOLOGICAL INTERVENTION IN THE FIELD OF SPANISH CIVIL WAR MASS GRAVES IN ARAGON: PANIZA AND RICLA

Francisco Javier Ruiz Ruiz 1, José Ignacio Piedrafita Soler 1, Francisco Javier Ortiz Lejarza 2 1

Arqueólogo profesional, 2 Arqueólogo

Autor de contacto/Contact author: Francisco Javier Ruiz Ruiz, jrrcadix@hotmail.com

RESUMEN La exhumación de fosas comunes contemporáneas en España desde principios del siglo XXI, aparte de formar parte de un ejercicio básico de justicia y dignificación de las víctimas, debe relacionarse con los cambios operados en la gestión del patrimonio arqueológico de nuestro pasado más reciente y con el estudio de los conflictos bélicos y sociales. Las fosas, al igual que otros vestigios, deben ser vistas como parte integrante del registro arqueológico generado por la Guerra Civil y la posterior dictadura, y deben ser estudiadas desde una perspectiva, no sólo histórica y antropológica, sino también arqueológica. Desde el año 2012, el equipo integrado por los comunicantes ha trabajado en la localización y exhumación de nueve fosas comunes de la Guerra Civil Española y la posguerra en las provincias de Zaragoza y Huesca. En esta comunicación presentamos los resultados obtenidos en dos de estas intervenciones. Una en Paniza, realizada en diciembre de 2015, en la que fue exhumado Luis Antonio Tornos Baquedano, vecino de Used asesinado por un grupo de falangistas el 26 septiembre 1936 junto a la carretera vieja del puerto de Paniza. Y otra fosa común excavada en noviembre de 2016 en el cementerio municipal de Ricla. Allí se exhumaron los restos óseos de las vecinas de Morés Petra Lozano Forcén y Lorenza Morlanes Serrano, junto a tres ferroviarios destinados en la estación de Morés: Zacarías Arranz Pascual (natural de Morón de Almazán, Soria), Tomás Sanz Lorente (natural de Fuente la Higuera, Valencia) y Sebastián Rueda Camacho (natural de Jaén). Y una sexta víctima cuya identidad desconocemos. Todos ellos fueron asesinados nuevamente por falangistas el día 13 de agosto de 1936. PALABRAS CLAVE: Guerra Civil Española; Arqueología del Conflicto; Arqueología Forense; Antropología Forense; ADN; Desaparición forzada.

RESUMEN The exhumation of contemporary mass graves in Spain from the beginning of the 21st Century on, apart from being part of a basic exercise of justice and bringing dignity to victims, must be related to the changes that have been carried out within the frame of archaeological heritage management of our most recent past and with the research on war and social conflicts. The graves, as well as other remains, have to be seen as an integrating part of the archaeological register, generated by the Spanish Civil War and, later, by the dictatorship, and have to be studied from a not only archaeological but also historical and anthropological point of view. From the year 2012 on, the team composed by the authors of this paper has been working on the location and exhumation of nine the Spanish Civil War and postwar mass graves in the provinces of Saragossa and Huesca. In this report we present the results obtained in two of these archaeological interventions. One of them was undertaken in Paniza in the year 2015 in which Luis Antonio Tornos Baquedano, from Used and murdered by group of falangists the 26 September 1936 close to the Paniza mountain pass old road, was exhumed. The second archaeological intervention took place in a mass grave unearthed in November 2016 on Ricla’s municipal cemetery. The team exhumed there the remains of Petra Lozano Forcén and Lorenza Morlanes Serrano, both born in Morés, close to the three railway workers destined in Morés Railway Station Zacarías Arranz Pascual (born in Morón de Almazán, Soria), Tomás Sanz Lorente (born in Fuente la Higuera, Valencia) y Sebastián Rueda Camacho (born in Jaén) and a sixth victim whose identity we do not know. All of them were, once again, were murdered by falangists the 13th August 1936. KEY WORDS: Spanish Civil War; Conflict Archaeology; Forensic Archaeology; Forensic Anthropology; DNA, Enforced disappearances.

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1. INTRODUCCIÓN

2.1. Antecedentes históricos

La exhumación con método científico de fosas comunes contemporáneas que se vienen realizando en España desde hace menos de dos décadas, aparte de formar parte de un ejercicio básico de justicia y dignificación de las víctimas, debe ponerse en relación con los cambios operados en la gestión del patrimonio arqueológico de nuestro pasado más reciente y con el estudio de los conflictos bélicos y sociales. Las fosas, al igual que otros vestigios, deben ser vistas como parte integrante del registro arqueológico generado por la Guerra Civil Española (1936-1939) y la posterior dictadura franquista, y deben ser estudiadas desde una perspectiva, no sólo histórica y antropológica, sino también arqueológica (Arqueología del Conflicto). Este estudio debe ser llevado a cabo con una metodología de investigación basada en la creación de equipos multidisciplinares y la aplicación de nuevas tecnologías.

En Daroca fue el 10º Regimiento de Artillería Ligera, de guarnición en Calatayud, el que proclamó el Estado de Guerra el 20 de julio de 1936. La sublevación contra la República fue rápidamente acatada por todos los puestos de la Guardia Civil.

Desde el año 2012 nuestro equipo ha trabajado en la exhumación de nueve fosas comunes de la Guerra Civil Española y la posguerra en las provincias de Zaragoza y Huesca: Sos del Rey Católico (Ruiz, Piedrafita y Ortiz, 2015), las Peñas de Santo Domingo (Longás), Fuencalderas (Ruiz, Piedrafita y Ortiz, 2016a), Velilla de Jiloca (Ruiz et al., 2016), Paniza (Ruiz, Piedrafita y Ortiz, 2016b), Monte Puilatos en Gurrea de Gállego y en los cementerios municipales de Ricla, Luesia (Ruiz, 2017) y Pomer. Todas estas actuaciones han sido impulsadas por entidades memorialistas: Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (A.R.I.C.O.), Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo y Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica Batallón Cinco Villas.

2. EXHUMACIÓN DE UNA FOSA INDIVIDUAL EN PANIZA (ZARAGOZA) A comienzos del año 2015 Miguel Ángel Capapé Garro, presidente de A.R.I.C.O., recibió una solicitud por parte de D. Antonio Tornos Camacho, hijo de Luis Antonio Tornos Baquedano, para localizar y recuperar sus restos óseos con la finalidad de darles una sepultura digna. El trabajo arqueológico de campo se efectuó a comienzos de diciembre de 2015. La intervención arqueológica se desarrolló al amparo del marco legal que ofrece la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, conocida como Ley de la Memoria Histórica, pero la exhumación fue íntegramente financiada por Antonio Tornos Camacho ante la total falta de ayudas públicas, pese a que la propia ley insta a la colaboración de las Administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de las víctimas.

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La localidad de Used (Zaragoza), perteneciente al partido judicial de Daroca, tenía en esos momentos unos 1500 habitantes. El sindicato U.G.T. contaba con 87 afiliados en el año 1933 y el Frente Popular apenas obtuvo un 10,3 % de votos en las elecciones de febrero de 1936 (Peiró, 2011: 164). Pese a ello, Used sufrió probablemente una quincena de asesinatos entre sus habitantes, entre ellos varios miembros de la corporación municipal que fueron asesinados junto a la carretera N-330, en el puerto de Paniza. Muy cerca sería asesinado el 26 septiembre 1936 otro vecino de Used, Luis Antonio Tornos Baquedano, nacido el 25 de agosto de 1897 y que por lo tanto tenía 39 años de edad. Su mujer, Escolástica Camacho Morales, quedó viuda y al cargo de tres hijos menores de edad, Simona, José y Antonio (fig. 1). Luis Antonio Tornos ya había sido detenido a principios de agosto de 1936 y encarcelado en la prisión de partido de Daroca, pero saltó del camión y escapó cuando lo llevaban a fusilar en compañía de su convecino Bernabé Martín Pardos, vocal de U.G.T. y primer teniente de alcalde del ayuntamiento de Used (Lafoz, 2007: 184; Ballarín, 2004: 293). Bernabé Martín fue finalmente asesinado junto a otra de las curvas de la carretera vieja del puerto de Paniza1 el 12 agosto 1936 (Casanova et alii, 1999: 384). Luis Antonio Tornos llegó en su huida a las inmediaciones de Villarreal de Huerva, muy cerca del frente de combate, pero regresó a Used temiendo por la suerte de su familia. Capturado de nuevo en las proximidades del pueblo, el 26 septiembre 1936 fue conducido en solitario y asesinado junto a la carretera N-330, en la bajada en dirección a Zaragoza del puerto de Paniza. Dejaron su cuerpo inerme junto a la carretera, siendo enterrado por un vecino de Paniza llamado Santiago Hernando Laínez, lejanamente emparentado con Luis Antonio Tornos. El cadáver fue enterrado de manera clandestina y sin señalizar en un campo, aunque el dueño del mismo se negaba a ello en su propiedad, que se situaba junto a una curva muy pronunciada, hoy día anulada, de la carretera del puerto de Paniza. Año y medio después de su asesinato, en abril de 1938, Luis Antonio Tornos sufrió la apertura de un Expediente de Responsabilidades Políticas por parte de la Comisión Provincial de Incautaciones de Zaragoza2. En dicho documento se le califica como “desaparecido” y en la resolución final del auditor de guerra de la 5ª Región Militar se dice que “se le supone fallecido, pero no consta inscrita su defunción en el Registro Civil”. Aunque no queda del todo clara su afiliación sindical, pues en los distintos informes recabados (Guardia Civil,


Sesión 4. Memoria histórica Según estos testimonios, la fosa se ubicaría a priori en la parcela nº 447 del Polígono 21 de Paniza, sita en la partida de Ginestal, y distante aproximadamente 2 km de la población de Paniza (fig. 2). Se trata de una finca de 0.87 hectáreas delimitada al norte por el cauce del barranco del Colmenar y al este por una curva anulada localizada en el punto kilométrico 441.5 de la carretera N-330, en la bajada del puerto de Paniza con dirección a Zaragoza. El terreno presenta un fuerte desnivel de poco más de 4 metros de altura con dirección sur-norte.

Figura 1. Fotografía familiar hacia el año 1934-1935. Figura 2. Plano de situación de la parcela. ayuntamiento y juez municipal de Used, etc) unos le consideran como afiliado al sindicato U.G.T. y otros a la C.N.T., se le impone una multa de 250 pesetas “por su actuación hostil al Movimiento Nacional”. Escolástica Camacho tuvo que esperar hasta la llegada de la democracia para al menos registrar la defunción de su marido, acaecida el 26 de septiembre de 1936. En el año 1980 en el Registro Civil de Paniza3 se inscribió su muerte aún bajo el eufemismo de “acción violenta con ocasión de la pasada guerra civil”.

2.2. La fosa La fosa individual donde reposaban los restos de Luis Antonio Tornos Baquedano no se hallaba recogida en el denominado Mapa de Fosas de Aragón elaborado por el Gobierno de Aragón, que sí recoge otras fosas comunes en el puerto de Paniza junto a la misma carretera N-3304. Sin embargo la existencia de esta fosa era bien conocida por la familia. Los testimonios familiares indicaban que el cadáver fue enterrado en algún punto de un campo situado junto a la cuneta de la carretera vieja del puerto de Paniza, aunque desconocían el lugar exacto del enterramiento.

Para observar posibles cambios en la topografía del terreno o ampliaciones de la carretera que pudieran haber afectado a la fosa, se ha recurrido a la consulta de la cartografía y la fotografía aérea histórica de la zona a través de IDEAragon y del Instituto Geográfico Nacional de España. Las imágenes más antiguas a las que se ha tenido acceso son las correspondientes a los vuelos fotogramétricos realizados por el ejército norteamericano sobre España entre los años 1945-1946 (Serie A) y 19561957 (Serie B). La comparación de estas fotografías aéreas con una secuencia de ortofotos más recientes fechadas en los años 1977, 1990 y 2012, permitió comprobar que no había habido cambios sustanciales en el terreno, más allá de la unificación del campo, antiguamente abancalado en tres tablas hasta alcanzar el cauce del barranco del Colmenar. Tampoco se apreciaban grandes transformaciones en el trazado de la carretera N-330 hasta finales de la década de 1980, momento en el cual se anuló la curva y el firme se desvió más al este. Por lo tanto no se advertían ensanchamientos de la carretera que pudieran haber afectado al enterramiento.

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2.3. Metodología El desconocimiento del punto exacto donde fue realizado el enterramiento, más allá de su posible ubicación cerca de la cuneta de la carretera, hizo que los trabajos arqueológicos se centraran en la franja del campo más cercana a la misma y en el área limítrofe ocupada por el cauce del barranco del Colmenar, con una superficie aproximada de 1050 m2 (fig. 3). A causa de tan amplia extensión, el trabajo de campo consistió en la realización de sondeos mecánicos bajo supervisión arqueológica con la intención de localizar la fosa.

Figura 3. Planimetría general de la intervención. Como paso previo se realizó una prospección intensiva y sistemática mediante el uso de un detector de metales con la finalidad de localizar en el subsuelo elementos materiales de interés arqueológico, en este caso evidencias balísticas que permitiesen determinar la posible ubicación de la fosa o al menos contribuyesen a reconstruir los hechos acaecidos. Pero tan sólo se localizaron diversos objetos de hierro relacionados con las labores agrícolas (corquetes o podaderas, herradura, etc), a escasos centímetros de profundidad (U.E. 1).

2.4. Resultados Durante los primeros días de trabajo se excavaron en extensión los 470 m2 correspondientes al Área 1, es decir, la franja del campo y del cauce del barranco del Colmenar más cercana a la cuneta de la carretera (fig. 3), comprobándose la inexistencia de la fosa en esta zona. Desde el pie del talud de la carretera se estableció una cuadrícula de 8 metros de anchura, que se amplió hasta los 10.50 metros en el cauce del barranco, dejando una banda de seguridad de unos 3 m de anchura hasta la carretera, compuesta por el talud de la misma. Se profundizó hasta una cota inferior de 1.70 metros de profundidad con respecto a la superficie del terreno, con excepción del extremo sur de esta zona, donde la roca natural (U.E. 5) afloraba a -1.30/-1 metro de profundidad siguiendo la pendiente de la ladera. Desde la superficie se documentó la existencia de un primer estrato (U.E. 1) de matriz arcillosa de color marrón oscuro y de unos 50 cm de potencia, compuesto

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por la tierra de cultivo removida por el arado, excepto en la zona del barranco. La excavación de esta unidad estratigráfica aportó 18 fragmentos cerámicos de pequeño tamaño con una cronología situada entre los siglos XVIII y la primera mitad del siglo XX, además de algunos pequeños fragmentos de tejas y objetos de hierro. Todas estas piezas acreditan el período de uso de este campo como tierra de labor entre los siglos XVIII-XX, muy probablemente como viñedo, cultivo tradicional de la zona de Paniza. Bajo la U.E. 1 se desarrollaba el cauce de un paleocanal o barranquera (U.E. 1000) de unos 3.30 metros de anchura, que se dirigía hacia el barranco del Colmenar siguiendo la pendiente de la ladera. Esta escorrentía horadaba un estrato geológico (U.E. 2) y se hallaba colmatada por un nivel de arrastres de ladera (U.E. 3) de unos 75 cm de potencia, compuesto por limos amarillentos con lentejones de arcilla marrón. En la parte inferior de la U.E. 3 aparecieron algunos fragmentos de tejas muy rodados y de pequeño tamaño. A tenor de estos resultados, tal y como estaba previsto en caso de resultar negativa la búsqueda en el Área 1, se procedió a sondear de manera mecánica el Área 2 (fig. 3), mediante la realización de zanjas paralelas de 45 cm de anchura, distantes 50/60 cm entre sí y con una profundidad media de 1.70 metros. De esta manera se sondeó bajo supervisión arqueológica un espacio de aproximadamente 580 m2 situado en paralelo al Área 1, hasta finalmente localizar la fosa individual. La fosa individual o Enterramiento 1 fue localizada en la parte baja de la finca y muy próxima al cauce del barranco del Colmenar, a 15.50 metros de distancia del antiguo trazado de la carretera N-330 (fig. 3). Concretamente en las coordenadas UTM 30 (ETRS89): X 0648182,50; Y 4570491,50. La superficie del terreno en este punto se hallaba a la cota de +0.50 m de profundidad. Se trataba de una fosa simple, con unas dimensiones documentadas de 1.34 x 0.69 metros, que presentaba una orientación ligeramente noroeste-sudeste. La cubierta del enterramiento estaba formada por lajas de piedra caliza de mediano tamaño (U.E. 1001), que se situaban entre las cotas superiores de -0.10 / -0.17 m (fig. 4). La fosa cortaba parcialmente a la U.E. 2 y se hallaba rellena con una tierra de matriz arcillosa de color rojizo, muy húmeda y con alguna piedra de pequeño tamaño (U.E. 8), formada por la misma tierra extraída al excavar la fosa. El fondo de la misma, donde la arcilla se encontraba teñida con un color más oscuro por la descomposición del cadáver, se localizaba a -0.54 m de profundidad. Durante el proceso de excavación se documentó que la fosa contenía una inhumación individual ligeramente orientada al noroeste y en posición de decúbito supino con el brazo izquierdo extendido, el derecho flexionado sobre el vientre y las extremidades inferiores extendidas (figs. 4-5). Cotas: brazo izquierdo -0.30 m; pelvis -0.44 m; y pies -0.46 m. Aparecieron varios elementos metálicos provenientes de la vestimenta del cadáver, la mayor


Sesión 4. Memoria histórica •

Nº 3: un botón metálico con cuatro ojales de 17 mm de diámetro y con la leyenda […]AN[…], perteneciente al pantalón (fig. 6, 3).

Nº 4: varios fragmentos indefinidos de hierro hallados bajo el sacro (fig. 6, 4).

Nº 5: pequeños elementos metálicos informes hallados junto a la mano izquierda (fig. 6, 5).

Nº 6: pasador de hierro de 28 x 28 mm, hallado sobre la parte derecha del tórax y que podría corresponder a unos tirantes o a un elemento de correaje (fig. 6, 6). Si efectivamente se tratase de unos tirantes, podemos suponer que los objetos nº 2, 4 y 5 podrían pertenecer a los mismos.

Figura 4. Planimetría del Enterramiento 1.

Figura 6. Objetos metálicos asociados al Enterramiento 1. Además, el desmontaje de la cubierta de piedras U.E. 1001 proporcionó dos fragmentos de cerámica popular de época contemporánea. En concreto, un fragmento de borde exvasado de plato con vidriado plumbífero y decorado con motivos vegetales en amarillo puede ser datado a principios del siglo XX.

2.5. Estudio antropológico forense Figura 5. Enterramiento 1.

parte de ellos localizados en la zona pélvica, que fueron numerados correlativamente (fig. 4). Objetos asociados: •

Nº 1: hebilla de cinturón de hierro de 40 x 33 mm (fig. 6, 1).

Nº 2: cuatro pequeñas agujas abatibles de 20 mm de longitud pertenecientes a algún tipo de hebilla u otra pieza de enganche y otros pequeños fragmentos informes de hierro, todos ellos hallados juntos sobre el sacro (fig. 6, 2).

Tanto por su ubicación junto al cauce del barranco del Colmenar, como por la composicón arcillosa del terreno, el esqueleto estuvo expuesto a un muy alto grado de humedad. Este hecho, junto a los habituales procesos tafonómicos, provocó que los huesos se hallasen en un pésimo estado de conservación, con grandes pérdidas de masa ósea y muy fragmentados. A pesar del deficiente estado de conservación de los restos, el estudio antropológico forense, elaborado por la antropóloga Susana Gutiérrez (2016) concluyó que los restos óseos exhumados correspondían a un varón adulto de entre 35-40 años de edad, constitución media y una estatura estimada de alrededor de 1.55 m. También se pudo documentar la existencia a nivel craneal de lesiones esqueléticas de carácter violento, de

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tipo perimortem y causantes de la muerte, probablemente producidas por proyectil de arma de fuego (PAF). Aunque no se observaba ningún orificio de bala, en los restos hallados del cráneo se advertían líneas de fractura radiales presentes en la zona parietal y temporal izquierda, junto a dos manchas verdes de óxido con una separación entre ellas de 30 mm en la zona fracturada (una exterior en el parietal y otra interior en el occipital), producidas por contacto con fragmentos metálicos procedentes de proyectiles.

2.6. Conclusiones El enterramiento clandestino o Enterramiento 1, datado en la primera mitad del siglo XX, se ubicaba en la linde de la finca, junto al cauce del barranco del Colmenar y a 15.50 metros de distancia del antiguo trazado de la carretera N-330. El cadáver fue enterrado a unos 80 cm de profundidad, por lo que no se había visto afectado por las remociones del terreno provocadas por el arado (U.E. 1), en posición decúbito supino y con sus vestiduras, como así indica la presencia de diversos de elementos metálicos correspondientes al cinturón (hebilla), al pantalón (botón) y a los tirantes (pasador, etc). Y de una manera respetuosa, según indica la cuidada disposición del cuerpo en el interior de la fosa y la colocación a unos 60 cm de profundidad de lajas de piedra a modo de cubierta y protección de la tumba. Este hecho refrendaría el testimonio de que fue enterrado por un vecino de Paniza lejanamente emparentado con Luis Antonio Tornos Baquedano. Se ha determinado que en la fosa fue inhumado un único individuo masculino adulto de entre 35-40 años de edad (Luis Antonio Tornos contaba con 39 años de edad en el momento de su asesinato), constitución media y una estatura estimada de alrededor de 1.55 m. Y que dicho individuo sufrió una muerte violenta, probablemente producida por impacto de proyectil de arma de fuego (PAF). Aunque no aparecieron evidencias balísticas, se documentó la existencia de lesiones perimortem, concretamente de “fracturas radiales por objeto contundente en la zona craneal” (Gutiérrez, 2016: 13) y compatibles con las fracturas causadas por el paso de un proyectil de arma de fuego. Finalmente, el análisis genético de Pilar Madero y Sara Ciria, constató positivamente al 99,98% la identidad del individuo exhumado como Luis Antonio Tornos Baquedano (Madero y Ciria, 2016: 3), ratificando lo ya apuntado por los indicios arqueológicos y por el estudio antropológico forense. Así pues, tras 80 años “desaparecido”, el 17 de julio de 2016 se hizo entrega a la familia del arcón funerario que contenía el esqueleto y los objetos personales de Luis Antonio Tornos Baquedano. Por expreso deseo de la familia sus restos fueron enterrados ese mismo día junto a los de su esposa, Escolástica Camacho Morales, en un nicho del cementerio de Torrero en Zaragoza.

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3. EXHUMACIÓN DE UNA FOSA COMÚN EN EL CEMENTERIO MUNICIPAL DE RICLA (ZARAGOZA) En el año 2011 Miguel Ángel Capapé Garro, presidente de A.R.I.C.O., recibió una primera solicitud por parte de Dña. María Isabel Lapresa Crespo, para localizar y recuperar los restos óseos de su abuela Petra Lozano Forcén con la finalidad de darle una sepultura digna en su localidad natal, Morés (Zaragoza). Después recibió otra solicitud en el mismo sentido de Dña. Delphine Crespo por el caso de Lorenza Morlanes Serrano. La intervención arqueológica se efectuó a comienzos de noviembre de 2016, siendo esta vez financiada gracias a la concesión a A.R.I.C.O. por la Diputación Provincial de Zaragoza de una subvención para el desarrollo de la Memoria Histórica en la provincia de Zaragoza.

3.1. Antecedentes históricos La sublevación el 20 de julio de 1936 de la guarnición militar de Calatayud, compuesta por el 10º Regimiento de Artillería Ligera, decantó el destino de la estratégica ciudad y de una amplia zona geográfica. En los días siguientes estas tropas, secundadas por la Guardia Civil y por miembros de Falange Española y de Acción Ciudadana, sometieron numerosas localidades, como las ubicadas en el valle del Jalón, y aseguraron las estratégicas vías de comunicación entre Zaragoza y Calatayud, como el ferrocarril. En el caso del pueblo de Morés, perteneciente al partido judicial de Calatayud, los miembros de la U.G.T. y otras opciones políticas intentaron defender la legalidad republicana, requisaron armas entre las personas de derechas, cortaron la carretera, establecieron guardias e incautaron las comunicaciones por teléfono y telégrafo5. Hasta que el 25 de julio de 1936 la Guardia Civil del puesto de Sabiñán, encabezada por el brigada jefe de puesto Juan Martínez Valtueña, y apoyada por un grupo de falangistas de La Almunia de Doña Godina, entró en Morés, declaró el Estado de Guerra y destituyó al Ayuntamiento legalmente constituido. En esos primeros meses tras el golpe de Estado, Morés sufrió el asesinato de un importante número de sus habitantes. Muchos detenidos fueron trasladados a las diversas prisiones habilitadas en Calatayud y más tarde desaparecieron para siempre en alguna de las fosas comunes de la zona. Entre ellos los jóvenes primos Narciso Crespo Lozano y Antonio Lozano Morlanes, hijos de Petra Lozano Forcén (fig. 7) y Lorenza Morlanes Serrano, detenidos cuando intentaban escapar del pueblo y asesinados en Calatayud el 10 de agosto de 19366. Petra y Lorenza fueron a denunciar la desaparición de sus hijos durante tres días hasta ser detenidas el 13 de agosto, junto a tres ferroviarios destinados en la estación de Morés de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A.): Zacarías Arranz Pascual, Tomás Sanz Lorente (fig. 7) y Sebastián Rueda Camacho.


Sesión 4. Memoria histórica

Figura 7. Petra Lozano Forcén y Tomás Sanz Lorente. El camión que los trasladaba hasta su trágico destino tomó el antiguo trazado de la carretera nacional II con dirección hacia La Almunia de Doña Godina, recogiendo por el camino a una nueva víctima cuya identidad se desconoce. Nada más cruzar el río Grío se desvió unos metros a la derecha, por un camino que conduce hasta la paridera de Grío, donde fueron asesinados. Posteriormente y por acción del entonces alcalde de Ricla, los cuerpos fueron cargados en una galera que atravesó el pueblo hasta llegar al cementerio de Ricla, donde fueron enterrados. Muy pocos días después, las familias tuvieron conocimiento de la suerte corrida por sus seres queridos y se trasladaron hasta Ricla, donde hablaron con el enterrador. Éste les dio suficientes indicaciones como para reconocer los cadáveres de sus familiares y les informó que los había enterrado a todos juntos en la misma fosa. Las familias colocaron una lápida allí donde el enterrador les indicó que los había inhumado7, que posteriormente fue sustituida por una placa de mármol con los nombres de los cinco vecinos de Morés. Desde entonces los descendientes de Petra Lozano han cuidado de la sepultura. A excepción de Lorenza Morlanes, entre 1939 y 1946 fueron inscritas las defunciones de los cuatro vecinos en el Registro Civil de Morés8 (Casanova et alii, 1999: 376), como inscripciones fuera de plazo legal tramitadas ante el Juzgado de Instrucción de Calatayud. Pero ya el 14 de agosto de 1936 habían sido inscritas en el Registro Civil de Ricla las seis defunciones, dos mujeres y cuatro varones, aunque todos ellos de manera anónima (Casanova et alii, 1999: 409-410), señalando su entierro en el interior del cementerio municipal. Aunque no se registraron sus nombres, se dan las siguientes descripciones9: •

“Desconocido. Señas de ropa. Americana oscura, pantalón gris de hilo, alpargata negra, boina. […] de unos 50 años”.

“Desconocida. Señas de ropa. Bata gris de cuadros, media gris, alpargata blanca. […] de unos 50 años”.

“Desconocida. Señas de ropa. Bata gris de cuadros, media gris, alpargata blanca. […] de unos 50 años”.

“Desconocida. Señas de ropa. Bata marrón a rayas, media marrón, alpargata negra. Delantal azul. […] de unos 48 años”.

“Desconocido. Señas de ropa. Americana lana marrón, pantalón lana oscuro, calcetín marrón, zapato negro, camisa blanca. […] de unos 30 años”.

“Desconocido. Señas de ropa. Mono azul, calcetín color marrón, sandalias cuero negras, gorra F. C. nº 582 M.Z.A. […] de unos 35 años”.

“Desconocido. Señas de ropa. Americana y pantalón lana grises, camisa blanca, calcetín y zapato negro. […] de unos 38 años”.

Petra Lozano Forcén y Lorenza Morlanes Serrano, naturales y vecinas de Morés, eran cuñadas y contaban respectivamente con 46 y 43 años de edad. Petra estaba casada con Julián Crespo Gimeno y tenía 5 hijos, José María, Julián, Narciso, Máxima y Josefina. Algunos de ellos muy comprometidos políticamente, pues Julián Crespo Lozano era secretario local de la U.G.T. y Narciso vicepresidente de las Juventudes Socialistas. Lorenza estaba casada con Tomás Lozano Forcén y tenía 4 hijos, María, Antonio, Francisco y Luis. Zacarías Arranz Pascual, natural de Morón de Almazán (Soria), había nacido el 15 de marzo de 1909, tenía 27 años, estaba casado con Isabel Espejo la Serna y tenía 2 hijos, Dolores y José. Era ferroviario en la estación de Morés de la Compañía M.Z.A. y ostentaba el cargo de vocal de las Juventudes Socialistas locales. Tomás Sanz Lorente y Sebastián Rueda Camacho también eran cuñados y contaban respectivamente con 37 y 28 años de edad. Tomás Sanz, natural de Fuente La Higuera (Valencia), estaba casado con Elvira Serrano Paul y tenía dos hijos, Ángel y José, de 7 y 2 años de edad. Sebastián Rueda, natural de Jaén, estaba casado con Amelia Serrano Paul y tenía una hija de 1 año, Teresa. Ambos trabajaban como factores en la estación ferroviaria de Morés, es decir, como encargados de las tareas administrativas y comerciales de la estación.

3.2. La fosa El cementerio municipal de Ricla, construido en el último cuarto del siglo XIX, se ubica a unos 500 metros al norte del casco urbano de la población. El recinto antiguo se configura como un espacio de planta cuadrangular (62 x 60 m) con acceso por la tapia este y que se divide en cuatro partes por andadores centrales, que lo recorren con dirección norte-sur y este-oeste (fig. 8). El camposanto fue ampliado hacia el sur a comienzos de la década de 1970. En la parte antigua del cementerio municipal de Ricla se localizan varias fosas comunes catalogadas en el denominado Mapa de Fosas de Aragón. Como se ha señalado, la ubicación de la fosa común era bien conocida por los familiares de las víctimas desde el

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3.4. Resultados Bajo un primer estrato superficial y estéril de 10/15 cm de potencia (U.E. 0), se desarrollaba la U.E. 1, de unos 40 cm de grosor y compuesta por una tierra arenosa de color marrón claro. Este estrato cubría el terreno natural (U.E. 2), formado por roca sedimentaria o conglomerado, donde se documentaron hasta seis fosas excavadas en este estrato geológico con orientación este-oeste (fig. 10), de las que tan sólo fue excavada la que nos ocupa. Por su morfología se trataba de una fosa simple de planta rectangular y con unas dimensiones máximas de 2.22 m de longitud, 0.90 m de anchura y 0.92 m de profundidad. Figura 8. Cementerio de Ricla, marcada en rojo la fosa común. mismo momento de los hechos. Ésta se situaba dentro del primitivo recinto del cementerio (fig. 8), en las coordenadas UTM 30 (ETRS89): X 632703,50; Y 4596838,30. El lugar estaba señalizado con una lápida, delimitado con bloques de piedra negra de Calatorao y cubierto con grava blanca (fig. 9).

3.3. Metodología En este caso los trabajos arqueológicos se centraron en el punto donde estaba el enterramiento. Tras retirar de manera manual todos los elementos que cubrían la fosa, se procedió a realizar un sondeo con unas dimensiones de 3 x 2 metros. Una vez delimitada la fosa común se continuó con la excavación manual hasta la exhumación de todos los esqueletos articulados anatómicamente. La metodología empleada para la recuperación de los restos osteológicos se ajustó a las recomendaciones propuestas por Luis Fondebrider y Mª Cristina de Mendoça (2001). Después de finalizar la intervención, la zona se cubrió con la misma tierra extraída.

Desde el punto de vista arqueológico, el tipo de enterramiento documentado se puede definir como una fosa común de inhumación primaria y sincrónica. En primer lugar, era una fosa común porque contenía un total de seis esqueletos en conexión anatómica. Además, los restos óseos se encontraban entremezclados, puesto que los habían depositado unos encima de otros y sin ningún elemento o tierra que señalizace separaciones espaciales o temporales entre ellos, es decir, todas las evidencias halladas correspondían a un mismo episodio temporal. Por la disposición de los esqueletos se observaba que fueron arrojados a la fosa en el siguiente orden: en primer lugar el Individuo nº 6, dada su colocación en el fondo, y sobre él fueron arrojados consecutivamente los Individuos nº 5, nº 4, nº 3, nº 2 y, finalmente, el nº 1 en la parte superior (fig. 11).

Figura 10. Vista cenital del sondeo.

Figura 9. La fosa común antes de la exhumación.

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Individuo 1. Esqueleto femenino en posición decúbito supino en sentido longitudinal a la fosa con la cabeza orientada hacia el oeste, los brazos flexionados a ambos lados de la cabeza y las extremidades inferiores extendidas, apreciándose ya in situ una lesión perimortem en la parte izquierda del cráneo, un orificio de 7 mm de diámetro.

Individuo 2. Esqueleto masculino en posición decúbito supino en sentido longitudinal a la fosa con la cabeza orientada hacia el este, el brazo derecho extendido y el izquierdo flexionado sobre el vientre y


Sesión 4. Memoria histórica las extremidades inferiores extendidas, apreciándose ya in situ en el cráneo una lesión por proyectil de arma de fuego (PAF). •

Individuo 3. Esqueleto femenino en posición decúbito prono en sentido longitudinal a la fosa con la cabeza orientada hacia el este, los brazos flexionados y las extremidades inferiores extendidas, apreciándose ya in situ en el cráneo una lesión por proyectil de arma de fuego (PAF).

Individuo 4. Esqueleto masculino en posición de lateral derecho en sentido longitudinal a la fosa con la cabeza orientada hacia el este, los brazos flexionados junto a la cabeza y las extremidades inferiores extendidas, apreciándose ya in situ en el cuello una lesión por proyectil de arma de fuego (PAF).

Individuo 5. Esqueleto masculino en posición decúbito supino en sentido longitudinal a la fosa con la cabeza orientada hacia el oeste, los brazos extendidos a los lados del cuerpo, la pierna derecha extendida y la izquierda flexionada por debajo de la anterior, no apreciándose in situ lesiones por proyectil de arma de fuego (PAF).

Individuo 6. Esqueleto masculino en posición decúbito supino en sentido longitudinal a la fosa con la cabeza orientada hacia el este, los brazos flexionados a ambos lados de la cabeza y las extremidades inferiores extendidas, apreciándose ya in situ en el cráneo una lesión por proyectil de arma de fuego (PAF).

Además de las lesiones y otros indicios de muerte violenta ya reseñados, también se localizaron varias evidencias balísticas muy deterioradas. Se hallaron tres proyectiles bitroncocónicos, constituidos por envuelta de latón y alma de plomo, asociados a los Individuos nº 3, 4 y 5, concretamente un fragmento de bala de pistola, posiblemente del calibre 7.63 mm o 7.65 mm, y otras dos cuyo calibre no fue posible medir debido a su mal estado de conservación. Igualmente se descubrieron numerosos objetos personales10. Los dos esqueletos femeninos (Individuos nº 1 y 3) presentaban varios botones en el tórax con restos de tejido pertenecientes a sendas batas, además de elementos de adorno personal como horquillas metálicas y una aguja de pelo plateada junto a restos de cuero cabelludo. Y una alianza metálica (22 mm de diámetro) en el dedo anular de la mano izquierda del Individuo 3. En cuanto a los esqueletos masculinos (Individuos nº 2, 4, 5 y 6), la mayor parte de los objetos asociados corresponden a las vestimentas como diversos restos de tejido (camisa, americana, pantalón, mono, etc); botones y corchetes de camisa y de pantalón; fragmentos de cuero y hebillas de hierro de cinturón; cremalleras metálicas de pantalón y de un mono; y calzado (sandalias, alpargatas de esparto y zapatos).

Figura 11. Vista general de la fosa común. El Individuo nº 4, además de vestir un mono de tela vaquera de color azul, conservaba restos de una gorra de tela con refuerzos de cuero y papel de periódico, con insignia de la compañía ferroviaria M.Z.A. y con el número 582 (fig. 12). Además en la zona de la parrilla costal izquierda se recuperaron seis monedas de cobre muy desgastadas y adheridas formando un bloque; cuatro de 5 céntimos, una de ellas de Alfonso XII, y dos de 10 céntimos, una del Gobierno Provisional y otra de Alfonso XII. Respectivamente las conocidas perra chica y perra gorda, que estuvieron oficialmente en circulación hasta 1941, aunque habían sido acuñadas en la década de 1870. Los Individuos nº 5 y nº 6 parecían vestir algún tipo de uniforme por los restos de tejido de color negro de posible americana con botones hemiesféricos con cascarilla de latón y de tela de color blanco de la camisa, siendo los únicos que calzaban zapatos. Además, el primero llevaba gemelos de latón con nácar en la bocamanga de la camisa y el Individuo nº 6 portaba un lápiz de madera, una mina, un mechero de gasolina de latón marca REGENS (Austria) y la tapa ovalada de un frasco de cristal y papel pintado con la leyenda: AGUA DE COLO[NIA] LA CAR[M]ELA [...]A[...] LABORATO[RIO LOPEZ CARO] BARCE[LONA].

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la muerte a nivel craneal con un impacto de proyectil de 7 mm.

Figura 12. Gorra de ferroviario e insignia de la Compañía M.Z.A.

3.5. Estudio antropológico forense Nada más concluir la exhumación, los restos óseos fueron trasladados por la Dirección Arqueológica y Miguel Ángel Capapé Garro, presidente de A.R.I.C.O., al Laboratorio de Antropología de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, donde quedaron depositados temporalmente para llevar a cabo el pertinente estudio antropológico forense por parte de José Antonio Sánchez Sánchez, María Benito Sánchez y Javier Iglesias Bexiga (2017). De éste se pueden extraer las siguientes conclusiones: •

Individuo 1. Los restos óseos corresponden a una mujer con una edad aproximada de entre 50 y 60 años y una estatura estimada de 149.11 ± 5.92 cm. Se documenta la existencia de lesiones esqueléticas de carácter violento, producidas por proyectil de arma de fuego (PAF), de tipo perimortem y causantes de la muerte a nivel craneal con un impacto de proyectil de 7 mm.

Individuo 2. Los restos óseos corresponden a un varón con una edad aproximada de entre 30 y 35 años y una estatura estimada de 160.09 ± 6.90 cm. Se documenta la existencia de lesiones esqueléticas de carácter violento, producidas por proyectil de arma de fuego (PAF), de tipo perimortem y causantes de la muerte a nivel craneal con dos impactos de proyectiles de 7 mm.

Individuo 3. Los restos óseos corresponden a una mujer con una edad aproximada de entre 30 y 40 años y una estatura estimada de 152.75 ± 5.92 cm. Se documenta la existencia de lesiones esqueléticas de carácter violento, producidas por proyectil de arma de fuego (PAF), de tipo perimortem y causantes de la muerte a nivel craneal con un impacto de proyectil, cuyo diámetro no fue posible medir con exactitud.

Individuo 4. Los restos óseos corresponden a un varón con una edad aproximada de entre 30 y 35 años y una estatura estimada de 151.92 ± 8.44 cm. Se documenta la existencia de lesiones esqueléticas de carácter violento, producidas por proyectil de arma de fuego (PAF), de tipo perimortem y causantes de

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Individuo 5. Los restos óseos corresponden a un varón con una edad aproximada de entre 45 y 55 años y una estatura estimada de 156.89 ± 6.90 cm. En este caso “no se observan traumatismos perimortem en ningún hueso del esqueleto” (Sánchez, Benito e Iglesias, 2017: 47).

Individuo 6. Los restos óseos corresponden a un varón con una edad aproximada de entre 25 y 30 años y una estatura estimada de 166.6 ± 8.44 cm. Se documenta la existencia de lesiones esqueléticas de carácter violento, producidas por proyectil de arma de fuego (PAF), de tipo perimortem y causantes de la muerte a nivel craneal con un impacto de proyectil, cuyo diámetro no fue posible medir con exactitud.

El estudio antropológico forense concluye con una propuesta de identificación a la espera de los resultados del estudio genético final. En ella indican que los restos óseos del Individuo 1 podrían pertenecer a Petra Lozano Forcén, los del Individuo 3 a Lorenza Morlanes Serrano y el individuo 5 al desconocido. Mientras que los individuos nº 2, 4 y 6, “al tener un rango de edad similar”, no se pueden atribuir entre las tres víctimas restantes (Sánchez, Benito e Iglesias, 2017: 59).

3.6. Conclusiones La fosa común se halló en un corto espacio de tiempo gracias a los testimonios de los familiares y por estar claramente localizada como tumba, habiendo sido respetada con el paso de los años. Como se ha señalado en la fosa fueron inhumados seis personas, cuatro de ellos hombres y dos mujeres. El estudio antropológico forense determinó la causa de las muertes de todos ellos, con excepción del Individuo nº 5. Todos sufrieron una muerte violenta por proyectil de arma de fuego (PAF), ya que presentaban orificios de impacto de bala en el cráneo, siendo las heridas causadas mortales por necesidad, por lo cual se puede afirmar que la causa de la muerte es de naturaleza violenta homicida. En este caso los análisis genéticos no han resultado determinantes para establecer las identidades (Navarro y Ciria, 2017). Por una parte sólo se disponía de muestras de familiares de Petra Lozano Forcén y Tomás Sanz Lorente para realizar la comparativa de ADN. Y por otra no se pudo extraer muestra analizable de los Individuos nº 1 y 5. De los cuatro perfiles genéticos obtenidos, uno de ellos correspondía a una mujer (Individuo nº 3), pero no pertenecía a Petra Lozano. En cuanto a los varones se realizó una identificación mediante haplotipo del cromosoma Y de los Individuos 2, 4 y 6, descartándose que estos compartiesen el linaje paterno de José Tomás Sanz Cebollada, nieto de Tomás Sanz Lorente. Así pues, en base al descarte establecido por los análisis genéticos y a los datos documentales, arqueológicos y


Sesión 4. Memoria histórica antropológicos ya expuestos, proponemos la siguiente identificación como la más probable: Individuo 1 como Petra Lozano Forcén; Individuo 2 como la persona de identidad desconocida; Individuo 3 como Lorenza Morlanes Serrano; Individuo 4 como Zacarías Arranz Pascual; Individuo 5 como Tomás Sanz Lorente; y el Individuo 6 como Sebastián Rueda Camacho.

AGRADECIMIENTOS A la familia de Luis Antonio Tornos Baquedano, en especial a su hijo Antonio Tornos Camacho. Igualmente a los familiares de Petra Lozano Forcén, Lorenza Morlanes Serrano y Tomás Sanz Lorente, especialmente a Máxima Crespo Lozano, Isabel Lapresa Crespo, Alejandro González Valiente, Delphine Crespo y José Tomás Sanz Cebollada. A los voluntarios Miguel Ángel Capapé, Purificación Lapeña, Silvia Navarro, Juan Gracia, Antonio Maestro, Olga Frechilla, Ricardo Gayán, Aitor Valiente, Pablo Latorre y Miguel Tomey. Y finalmente a la asociación A.R.I.C.O., a los propietarios de la parcela de Paniza, al ayuntamiento de Ricla, a Francisco Blas Romeo y a todos los técnicos que han trabajado en estas dos exhumaciones, así como a Víctor E. M. Maturén.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ballarín, M. (2004): La razón en marcha. Crónica del Frente Popular de Zaragoza. Fundación Rey del Corral de Investigaciones Marxistas, Zaragoza. Casanova, J., A. Cenarro, J. Cifuentes, MªP. Maluenda, y MªP. Salomón (1999): El pasado oculto. Fascismo y violencia en Aragón (1936-1939). Segunda edición. Mira Editores. Zaragoza. Fondebrider, L. y MªC. de Mendoça (2001): Protocolo modelo para la investigación de muertes sospechosas de haberse producido por violación de los Derechos Humanos. Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, México. Fototeca Digital del Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG) [http://www.fototeca.cnig.es.htm]. Gutiérrez, S. [inédito, 2016]: Estudio antropológico forense de los restos óseos exhumados en la fosa individual del Polígono 21, Parcela 447 de Paniza (Zaragoza). Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (A.R.I.C.O.).

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Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA) [http://www.sipca.es/censo/ busqueda_fosas_ simple.htm].

499


NOTAS ACLARATORIAS

Esta fosa individual no parece estar recogida en el Mapa de Fosas de Aragón elaborado por la entonces Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón entre los años 2007-2010. A Bernabé Martín se le califica como “desaparecido” en el informe de la Guardia Civil de Daroca incluido en la Causa General. Ver: Archivo Histórico Nacional, Causa General, 1429, Exp 1, Pieza séptima de Zaragoza. Actuación de las autoridades gubernativas locales, fol. 53. 1

2

Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas, J/5883/13.

3

Registro Civil de Paniza, Registro Civil de Defunciones, t. 22, p. 152.

Por ejemplo una fosa común localizada en un campo sito en la partida de Carradaroca (Paniza). En el marco de nuestra investigación hemos podido identificar a las dos víctimas como Lamberto Carrato y su primo Eusebio Serrano Carrato, dos jóvenes oriundos de la zona, quizás de Cerveruela o Villarreal de Huerva. Lamberto Carrato, militante de la C.N.T. zaragozana, tomó parte como orador en las giras de propaganda que su sindicato organizó entre febrero y abril de 1936, después del Congreso Regional. Tras el golpe de Estado, Lamberto se refugió en casa de su primo Eusebio, casado y con un hijo, carabinero de permiso en Zaragoza que no se incorporó a su unidad. Tras permanecer un tiempo escondidos en Zaragoza se dirigieron hacia su lugar de origen esperando escapar de la represión fascista, pero fueron detenidos en las proximidades de Paniza y asesinados. 4

Archivo Histórico Nacional, Causa General, 1429, Exp 1, Pieza séptima de Zaragoza. Actuación de las autoridades gubernativas locales, fols. 46-47; y Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, Comisión Provincial de Incautación de Bienes, J/5999/52. 5

6

Registro Civil de Morés, Registro Civil de Defunciones, t. 21, fol. 46.

7

Testimonio de Máxima Crespo Lozano (92 años), hija de Petra Lozano Forcén. Grabado el 19 de mayo de 2016.

8

Registro Civil de Morés, Registro Civil de Defunciones, t. 20, fols 150, 158 y 159; y t. 21, fol. 45.

9

Registro Civil de Ricla, Registro Civil de Defunciones, t., fols. 71-76.

10

500

Los objetos de mayor interés y fragilidad fueron tratados por el restaurador José Antonio Rodríguez Martín (2016).


Sesión 4. Memoria Histórica

ARQUEOLOGÍA, DIDACTICA Y MANIPULACIÓN SOBRE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

4.5.

ARCHAEOLOGY, DIDACTICS AND MANIPULATION ON THE SPANISH CIVIL WAR

Hugo Chautón Pérez Arqueólogo Autor de contacto/Contact author: Hugo Chautón Pérez, hchauton@gmail.com

RESUMEN A pesar de contar con un amplio desarrollo en las investigaciones, la historia de la Guerra Civil Española se mantiene aún desconocida entre la ciudadanía. Décadas de manipulación bajo la dictadura franquista inoculadas por medio del miedo y la represión, fueron suficientes para establecer una versión distorsionada que pervive en el ideario de buena parte de la sociedad española. La propuesta de acercar a los colegios la realidad de la guerra y el franquismo que hoy en día conocemos, supone una opción imprescindible para el desarrollo de una conciencia colectiva consecuente con su futuro, en un país caracterizado por la reiterada caída en los errores del pasado. PALABRAS CLAVE: Guerra Civil Española; Educación; Arqueología; Fascismo.

ABSTRACT Despite the extensive development in research, the history of the Spanish Civil War remains still unknown among the citizens. Decades of manipulation under the Franco dictatorship inoculated through fear and repression, were sufficient to establish a distorted version that survives in the ideology of much of Spanish society. The proposal to schools approach the reality of the war and the Franco regime that we now know is an essential option for the development of a collective consciousness consistent with their future, in a country characterized by the repeated fall in mistakes of the past. KEY WORDS: Spanish Civil War; Education; Archaeology; Fascism.

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1. DE LAS CUNETAS A LAS AULAS La historia española del siglo XX cuenta con una elevada dosis de violencia y represión protagonizada por una cruenta guerra fratricida que se llevó por delante la vida de miles de inocentes, condenando a la miseria y humillación a otros tantos supervivientes durante el régimen totalitario que la sucedió cuarenta interminables años. A pesar del papel esencial de estos trágicos episodios, que han influido muy notablemente en la vida política transcurrida desde la muerte del dictador Franco hasta nuestros días, es muy relevante el desconocimiento de esta época por parte de un numeroso sector de la sociedad, incluyendo a gran parte de los estudiantes españoles, en cualquiera de las etapas de su desarrollo formativo. Difícilmente se puede llegar a plantear acercar a la ciudadanía el estudio del fascismo y la represión franquistas, cuando ni siquiera la objetividad de los hechos es aceptada aún por buena parte del estatus oficial que representa la política nacional. Es evidente la intencionada ocultación de una sangrante verdad, relacionada con los miles de huesos que, en pleno siglo XXI, siguen descomponiéndose lentamente en las cunetas, barranqueras o riveras de caminos por toda España: el Estado se desentiende del asunto y son los familiares, en algunas ocasiones meritoriamente apoyados por algunas comunidades autónomas o instituciones locales, quienes deben sufragar los costes y esfuerzos para recuperar los restos de sus allegados injustamente asesinados. La propia estructura de las ayudas, cuando se otorgan, resulta controvertida al cargar el peso de las actuaciones y subvenciones en las asociaciones de familiares e interesados, siempre muy bien intencionadas, pero con carencias técnicas que provocaron el fracaso de muchos proyectos en las convocatorias de ayudas de los gobiernos socialistas de principios de la presente decáda (MARTÍNEZ 2014, p. 158). Tampoco está en los planes futuros la intención de realizar el mínimo esfuerzo en este sentido, como claramente evidencian hechos como que el Estatuto de las víctimas redactado en 2015, no reconozca o incluya a los represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura. Es oportuno recordar que en la declaración de condena al alzamiento de 1936, realizada el 20 de noviembre de 2002 (el Partido Popular, uno de los principales representantes políticos de la sociedad española, aún no había asumido la condena, veintisiete años después de la muerte de Franco), se incluía la incumplida promesa de reparación moral y ayuda institucional a la exhumación de las fosas. La Ley de Amnistía de 1977, posiblemente necesaria en el contexto y momento en que fue creada con el objetivo de regularizar a los imputados por su ideología, ha servido finalmente para justificar la obstaculización de las investigaciones y proteger a los elementos franquistas ante la justicia. En cualquier caso es necesario recordar

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que tanto los delitos de lesa humanidad como los crímenes de guerra no prescriben nunca y tampoco pueden ser cubiertos por leyes de punto final o amnistías generales. Como ya hemos citado, contando con este desolador panorama es complicado aislar el elemento histórico del hecho político, imprescindible proceso para poder iniciar el análisis objetivo. Sin embargo la incongruencia mayúscula que supone obviar los episodios de la represión, por duros que puedan llegar a ser, es inadmisible. Comenzar por la base es el paso necesario y fundamental para alcanzar una conciencia general normalizada, sin embargo no encontraremos los referentes a este apartado de nuestra historia reciente en los libros de historia de los colegios españoles. Las guerras son, paradójicamente, una fuente de inmenso valor como recurso de aprendizaje para una sociedad. Lamentablemente en España, a pesar de contar con un buen número de ejemplos en los doscientos últimos años, no hemos sabido extraer las consecuencias implícitas, las enseñanzas en definitiva que todo proceso de estas características encierra, precisamente en su barbarie. La Guerra Civil Española resulta especialmente interesante en cuanto a potenciales análisis y ensayos sobre sus orígenes y consecuencias. El triunfo del fascismo en España se estructura en una ideología nacionalista, supremacista y con afán imperialista. La idea de una nación única e indivisible, centralista y católica hasta el extremo, homogeneizada bajo el yugo de la represión estatal y la violencia, definió una España dividida en vencedores y vencidos, en “gente de bien” y enemigos de la patria, deudores de su propio derecho a vivir. Muchos de estos usos y costumbres han permanecido y subsisten latentes en el ideario colectivo de un amplio sector de la política y la sociedad españolas. Muy poco hemos aprendido de los errores cometidos. Dar rienda a talantes y políticas que orbitan en torno a fascismos y totalitarismos es un lujo que una democracia del siglo XXI no se debería permitir. No resulta extraño contemplar hoy en día actitudes que evidencian esa persistencia e incluso el resurgir de connotaciones claramente fascistas en la cotidianidad social y política española. A pesar de la oposición institucional, contamos afortunadamente con estudios e investigaciones de historiadores y arqueólogos que se han encargado de iluminar la tenebrosa oscuridad en la que se han encontrado sumergidos buena parte de los hechos más sangrientos de la historia contemporánea española. Sin embargo el grueso de la sociedad desconoce aún la realidad de la guerra y la cuarentena represiva que maniató al pueblo español condenándole a un injustificado estado de regresión social y falta de libertades. Los libros de texto de los colegios españoles mantienen un revelador silencio sobre el asunto. Las diferentes leyes sobre educación habidas desde la instauración de la democracia, no han servido para modificar la situación. A pesar de que se han ido aumentando contenidos con


Sesión 4. Memoria histórica base documental más estricta y sólida, asuntos tan relevantes como la represión siguen estando ausentes (BEL 2017, P. 9). Buena parte de los conocimientos que cualquier ciudadano medio puede tener sobre la Guerra Civil o sobre los años del franquismo, posiblemente sean consecuencia de la numerosa filmografía o la literatura existente sobre el tema, que se entiende incluso como un género. La mayoría de la población desconoce que supera ampliamente el medio millón la cifra de fallecidos durante la guerra, que más de cien mil cayeron por la represión fascista y cincuenta mil por la de las fuerzas republicanas. Tampoco se conocen con demasiado detalle las penurias de los cientos de miles de exiliados tras la guerra, hacinados en campos de concentración franceses donde muchos perdieron la vida, la misma que habían entregado tratando de defender la libertad. Precisamente la guerra nos enseña que la libertad tiene un precio muy alto y debemos valorarla siempre y protegerla con nuestro máximo empeño.

2. ARQUEOLOGÍA DEL CONFLICTO Y POSVERDAD FRANQUISTA La interpretación final sobre las causas, desarrollo y todos los episodios relacionados con una guerra cualquiera, acaba siendo pasada por el filtro distorsionador de los vencedores. En España el proceso de manipulación de los hechos y represión sobre los vencidos se prolonga con gran intensidad durante cuarenta años y sus consecuencias han llegado incluso hasta nuestros días. La base interpretativa de la historia apenas varía con los años y se mantiene constante al menos hasta 1975 (MARINA, 2012. P. 719) cuando entra en vigor el plan de estudios de Bachillerato consecuencia de la Ley General de Educación, aprobada en el año 1970, vigente hasta la llegada de la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (L.O.G.S.E.) en 1990. Muchas personas que vivieron los años de la guerra o el franquismo mantienen aún cierto grado de resquemor o incluso miedo a tratar algunos asuntos, una reacción completamente justificada y acorde a las circunstancias vividas. Apenas concluido el conflicto, la propaganda franquista propone una versión parcial de la guerra como un mal necesario para la salvación de la nación ante el peligro del comunismo. Franco se muestra como protagonista y principal agente salvador, por tanto legítimo, con apoyo eclesiástico y moral y con el empleo del miedo y la violencia como principales herramientas para alcanzar los objetivos.

3. DIDÁCTICA DE LA GUERRA Mejor que con cualquier otra experiencia histórica, las guerras nos muestran descarnadamente cómo cualquier persona bajo la presión o influencia de los fanatismos y el miedo, puede convertirse en un irreconocible monstruo decidido a acabar con la vida de su vecino, su amigo o incluso su propio hermano. La importancia de los valores humanistas se pone especialmente de manifiesto ante

Figura 1. Restos materiales que nos permiten reconstruir, por medio de la arqueología, la cotidianidad del campo de batalla. Monedero de cuero que portaba un soldado caído en la Batalla del Ebro. este paisaje de desolación y violencia y nos recuerda la importancia de potenciar sus enseñanzas. Ochenta años después del golpe de estado de 1936, el fascismo no ha desaparecido. Hoy en día su rastro se puede constatar en muchos ejemplos de la cotidianidad, en actitudes de personajes públicos o frecuentemente en irresponsables posiciones de algunos sectores de la política. La falta de educación histórica alienta esta situación y nos condena a permanecer en riesgo de repetir los episodios más oscuros de nuestra historia. El antídoto más eficaz es precisamente la apertura de los cauces del aprendizaje sobre los estamentos primarios de la enseñanza. La arqueología del conflicto tiene como objeto el estudio de las guerras y violencias de la contemporaneidad. Generalmente se trata de una arqueología “incómoda” que frecuentemente pone de manifiesto realidades que contienen un grado de objetividad mayor que el oficial generado por los vencedores de turno. Una arqueología conflictiva (AYÁN 2016, P. 271) que también rememora episodios de violencias y recuerdos en ocasiones no deseados o intencionadamente olvidados. En España el estudio de la Guerra Civil y la Dictadura de Franco representan el principal campo de estudio de esta disciplina, con muy diversas líneas de actuación, todas interconectadas, que engloban, desde la perspectiva científica y académica, la recuperación de una realidad objetiva mediante el estudio de la materialidad en escenarios hasta hace poco infravalorados, incluyendo la colaboración en los proyectos de exhumación de los inocentes represaliados por ambos contendientes. Unos trabajos de principal interés a los que añadimos nuestra particular interpretación metodológica considerando que

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el principal destinatario debe ser la sociedad y por lo tanto el desarrollo didáctico de los contenidos debe ser tenido en cuenta en todo momento. En este apartado se deberían incluir, además de los clásicos episodios bélicos que ya aparecen en los manuales escolares desde hace años, los estudios sobre la represión civil en la guerra y durante el franquismo, hasta el momento ignorados o incluso minimizados en los textos (DÍEZ, 2014. P. 401). Los trabajos de exhumación de fosas que, con grandes dificultades y escasa ayuda, se llevan a cabo por la iniciativa de asociaciones memorialistas o de familiares de los asesinados, con la colaboración directa de arqueólogos, antropólogos e historiadores, deberían también cumplir con su función didáctica teniendo en cuenta su condición documental y su carga histórica, no solo como complemento del conocimiento pasado, sino también como experiencia de futuro. La participación directa de los alumnos en edad escolar en los procesos de exhumación por medio de visitas a los escenarios, visualización de documentales o trato directo con los familiares o con expertos de la arqueología, la historia o la antropología, es la manera más directa de entrar en contacto con unas enseñanzas y valores fundamentales para una sociedad consecuente con su pasado y concienciada con su futuro. La arqueología trabaja con la materialidad de la historia, con los vestigios tangibles que reflejan una realidad lo más aproximada a la objetividad posible. Las investigaciones arqueológicas realizadas en un bunker nos permiten definir su configuración y utilidad militar, sus características formales y su trascendencia bélica, pero también nos explica por medio de los restos aparentemente más insignificantes, otros aspectos tan relevantes como la dieta, la higiene o la forma en que trataban de pasar las horas esperando la llegada de las tropas enemigas. Elementos que nos permiten reconstruir formas de vida y cotidianidades que nos cuentan microhistorias muy diferentes del relato que aparece en los partes de guerra.

Figura 2. Exhumación de una fosa común en Pina de Ebro (2011).

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La arqueología crea Memoria. A través de la materialidad generamos una memoria colectiva que integra un aceptable grado de objetividad, al menos mayor que el que puedan concederle otros colectivos. Se define en el caso que nos ocupa por la recuperación de paisajes de la guerra y del franquismo. Pero la memoria no se difunde por sí misma, se debe trasladar convenientemente al entorno social para que su efecto perdure (ARRIETA 2016, P 17). Posiciones militares y escenarios de batalla son evidentes reflejos de aquellos momentos, pero también las fosas comunes de represaliados, las cárceles reconvertidas, los campos de concentración que perduraron largo tiempo tras el fin de la batalla, los refugios del maquis, los vestigios erigidos en honor de los vencedores que encontramos aún en muchas plazas y calles españolas, o los sótanos y cárceles en los que Antonio González Pacheco, también conocido como Billy el Niño y Roberto Conesa, junto con otros compañeros de la Brigada Político Social torturaban a estudiantes durante los últimos años del franquismo. El estudio global de estos escenarios y los detalles materiales que los componen, especialmente aquellos más nimios, los que se escapan de los libros de historia, posiblemente revelarán espacios cargados de memoria, testigos de episodios de nuestra historia y por tanto parte de ella. La realidad de una España ideológicamente dispersa y variopinta, muy diferente de la imagen que Franco quería imponer y que únicamente se somete bajo el miedo y la represión. El ejército sublevado, como dijo Unamuno, venció, pero no convenció, y la arqueología está aquí para constatarlo.

4. CONCLUSIONES La arqueología es una herramienta de gran valor para reconstruir una historia intencionadamente deformada, manipulada y tergiversada hasta la saciedad. Los vestigios conservados de la guerra son una fuente directa de conocimiento que permite comprobar en primera persona todo aquello que muchas veces los libros no pueden explicar. En Aragón contamos con ejemplos muy significativos e interesantes que deberían formar parte del desarrollo curricular de los estudios escolares. Como ejemplo no podemos dejar de citar la conocida Posición Orwell, situada en plena Sierra de Alcubierre a escasos 35 kilómetros de Zaragoza. incluyendo la posición San Simón, defendida por el ejército sublevado y también los montes Irazo y Pucero, ocupados por milicianos del POUM desde el inicio de la guerra hasta febrero de 1937. El Campamento guerrillero del Rodeno, creado en los años cuarenta por la A.G.L.A. (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón), que permite recrear las formas de vida y organización de uno de los principales protagonistas en la lucha contra el franquismo: el maquis, el puesto de mando del conjunto del Alto de la Cruz, el Vértice Parapetos en Jaulín, construido por el regimiento de zapadores franquista conocido como “los Barbis”, el Tozal del Vado, en los Llanos del


Sesión 4. Memoria histórica

Figura 3. Ruta Orwell. Espectacular posición defensiva abierta al público. Hospital, en Benasque, puesto de vigilancia fronterizo de posguerra, las posiciones atrincheradas de Sierra Gorda, en Fuendetodos o la posición franquista nº 36 del Sector Fayón, son solo algunos ejemplos. Se conservan muchos más emplazamientos aún por recuperar, que suponen una oportunidad excepcional para su integración en el recorrido temático de los escolares aragoneses. Pero también deberían integrarse en ese resumen cualquiera de los trabajos de exhumación de fosas de represaliados o de soldados, una ocasión irrepetible para comprobar las consecuencias de la barbarie humana en primer plano. Establecer unos cauces adecuados por medio del diseño de las herramientas didácticas apropiadas junto al empleo de los citados recursos procedentes de la arqueología, supone una ocasión única para la comprensión de valores difíciles de mostrar por otros medios.

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La enseñanza de la historia de una sociedad influye directamente sobre su perspectiva histórica, contribuye a mantener su identidad y es una garantía de futuro para un desarrollo óptimo de una imprescindible conciencia crítica, aquello que nos diferencia de posiciones aborregadas y sumisas y nos permite establecer los cauces necesarios para poder decidir nuestro futuro libremente.

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Las lecciones que podemos extraer de la Guerra y de los años del franquismo son un valor importantísimo para las generaciones futuras. Los vestigios conservados de la guerra son mucho más que un activo patrimonial, contienen una lección de vida y un enorme potencial con capacidad para crear una sociedad mejor.

Martínez Vallejo, A. (2014): la mendicidad en las exhumaciónes de la guerra civil. P. 158. La Linde.

Marina Carranza, M. (2012): ¿Qué guerra nos han explicado? la guerra civil en los libros de texto. Historia, Identidad y Alteridad. Actas del III Congreso Interdisciplinar de Jóvenes Historiadores.

Hay que olvidar el rencor, pero no la historia F. Alcaraz (2002)

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