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JOSÉ LUIS MASSA
“ES LA PRIMERA VEZ QUE INVIERTO EN UN CAMBIO CULTURAL” DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS DE REALIZAR CONTENIDO INFANTIL PARA CINE, TEATRO Y TELEVISIÓN, ABANDONÓ LA PRODUCCIÓN TRADICIONAL PARA CREAR
CLUB
MEDIA NETWORK, LA EMPRESA DETRÁS DEL PRIMER FESTIVAL QUE REÚNE A LOS YOUTUBERS DE HABLA HISPANA CON SU PÚBLICO Y EN LA VIDA REAL.
¿INFLUENCERS, CELEBRIDADES, ARTISTAS O SIMPLEMENTE REFERENTES DE LA GENERACIÓN Z FRENTE A UNA CÁMARA WEB?
Txt: Cecilia Filas
32 > CLASE
l 23 de marzo pasado, mientras Buenos Aires estaba convulsionada por la visita de la familia presidencial estadounidense al país, una youtuber tuvo el privilegio que todo periodista hubiera –metafóricamente– matado por conseguir: un mano a mano con Michelle Obama. En su corta pero poderosa historia –fue creada hace poco más de 11 años por Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim–, la plataforma de videos online transformó la cara de Internet, preparando el terreno para el próximo paso: la revolución de las redes sociales y la conexión continua, smartphones mediante. Alerta a los tiempos de cambio, José Luis Massa –creativo, director y productor independiente de contenidos audiovisuales infanto-juveniles en teatro, cine (Chiquititas, Isidoro y Patoruzito) y televisión (asociado con MTVN, Cartoon Network, Televisa)– decidió subirse a la ola. “En 2013 abandoné la producción estándar tradicional y me dediqué a estudiar el fenómeno de las compañías que en los Estados Unidos administraban canales de YouTube. Eran empresas enormes, establecidas, manejando 50 o 60 mil canales”. Así, fundó Club Media Network, cuya apuesta por lo digital resultó, dos años más tarde, en el Club Media Fest. De repente, una masa de adolescentes latinoamericanos tuvo una razón para despegarse de las pantallas de sus computadoras, tabletas o celulares y amontonarse en los halls de los aeropuertos o a las puertas de los hoteles cinco estrellas esperando ver, por un instante, a sus ídolos. Así, en 2015, la presencia de 35 mil chicos (de la Argentina y alrededores) en el predio de La Rural cristalizó un fenómeno que hasta ese momento había pasado desapercibido. ¿Los youtubers son los rockstars de la generación Z (NdR: Nacidos entre 1995 y 2005, herederos de los millennials)? No son rockstars. Empiezan a ser ídolos de los jóvenes porque les divierte el contenido que hacen. Me parece que tienen un vínculo distinto, mucho más cercano al que los chicos tienen con la música. Primero, porque tienen una dinámica de contenido permanente: estos artistas interactúan en sus redes y levantan contenido nuevo todos los días. ¿Son nuevos stars? Sí, pero no son comparables con los del rock. En todo caso, diría que son más comparables con el movimiento punk que con el rock, porque nacen de la necesidad de un montón de chicos que tienen ganas de contarles a otros lo que hacen, algo que los medios tradicionales
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hasta el momento no les habían permitido o, también, porque estas plataformas no estaban al alcance. ¿Qué los define como referentes de su generación? Que se paran frente a una cámara y actúan. Por eso, defino al youtuber como un artista que sabe utilizar la plataforma de YouTube. Algunos son artistas, otros son científicos o chefs, pero todos tienen la capacidad de prender la cámara y contarle a su público lo que están haciendo para, después, actuar en las redes, vinculándose con quienes les comparten inquietudes o participando de una conversación. Me parece que lo que está pasando es un concepto cultural totalmente distinto de la forma de entretenerse y eso es lo que está, hoy, empezando a ganar la batalla. ¿Cuál es la diferencia más radical entre los youtubers y los artistas convencionales? Lo que me fascina de estos chicos es que tienen un gran caudal creativo, una forma muy caótica de trabajar y de referirse, una gran falta de respeto a todas las herramientas tecnológicas y una gran capacidad para utilizarlas. Todo lo contrario al mundo de donde venimos: entrás a un estudio de televisión y sentís que estás en el templo de Tutankamón. Lo que encuentro en ellos es una gran capacidad para modificar todo lo establecido, para decir que no, para estrenar todos los días episodios nuevos. Son dueños de su canal, con lo cual su estado de responsabilidad es otro: saben que, si no suben contenido, pierden a sus fans, pierden audiencia. Los artistas convencionales tienen la comodidad del guión, un contrato por 6 meses, saben que trabajan de 8 a 18, pero tienen la incomodidad de sentirse reales en un universo que es de ficción. Los youtubers son más reales. Y prefiero este universo donde los chicos se llaman con nombre y apellido en la gran mayoría de los casos, no se maquillan para actuar, no fingen, no tienen que forzar un guión, son más espontáneos, más divertidos, más parecidos a nuestros hijos. Prefiero este gran movimiento natural, que tiene su lado bueno y también malo porque, al carecer de filtro, son más parecidos a la realidad. Creo que, finalmente, el mundo necesita un poco más de realidad cercana; y nuestros hijos, sobre todo. ¿En algún momento te sorprendió la convocatoria del festival? Porque los nativos digitales no siempre acceden a pagar por contenidos o experiencias en el mundo analógico... La repercusión del Club Media Fest sorprendió a todos, hasta a los artistas: ellos no estaban acostumbra-
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dos a que en su país de origen pasara eso. De hecho, por suerte tuvimos a Fénix Entertainment Group como socio y pudimos cambiar de venue en una noche. No esperábamos las 35 mil personas que vinieron en abril del año pasado: habíamos pensado en 8 mil, como máximo 10 mil. Lo que pasó con el festival fue que profundizó el gran cambio en la forma de entretenerse que tienen los jóvenes. Es un escenario colaborativo, no competitivo: tienen un ecosistema en el que van de un canal al otro y se suscriben, entonces el artista le avisa a sus fans cuándo estrenó un video nuevo. Hay un cambio de hábito en la cultura de entretenerse que ya no retrocede. La televisión tendrá que inventar una nueva forma de referirse a los chicos. Porque el problema no es que si eligen un contenido u otro: ya definieron que su conducta es móvil, que su contenido lo llevan adónde quieren, que lo ven en el momento que se les antoja. Esos chicos que se suscriben a canales de YouTube nunca más van a ver una serie en un horario. Como la Argentina estaba muy retrasada –con ese atraso mental de estos últimos años, discutiendo una Ley de Medios absurda–, lo que demostramos fue que los chicos, frente a otra conectividad, tienen otros artistas favoritos, que no son Mickey Mouse ni tampoco Violetta.
chos años hay una generación a la que, si no fuera ¿Cómo resultó el traspaso al vivo de una por ley, no le prestan atención y solamente emiten propuesta esencialmente digital? contenido porque una normativa se los impone. Lo que pasó con el Club Media Fest es que motivó Por eso digo que esto nace de la necesidad de un a los creadores a preparar una performance en vivo. Cuando vinieron, no todos la tenían lista, así que los montón de artistas jóvenes y chicos que se quieren escuchar. Quizás no existe más el “yo te digo lo ayudamos, los asistimos, los hicimos ensayar, los que voy a poner al aire porque a los chicos les gusayudamos a comprimirlo en un show de 20 minutos. Y ya en el segundo evento vinieron con una pre- ta lo que van a ver”, como hacen las grandes cadeocupación mayor: tenían que tener una performance nas mundiales. Acá tenés un sistema un poco más de escenario frente a 15 mil personas. Es como todo complejo, más abierto, quizás más democrático, un movimiento, ¿no? Por eso me hace acordar al Pa- que aparece como un vendaval que a todos nos rakultural, donde los actores actuaban con una esco- sorprende. ¿Los youtubers llegaron para quedarse? ba, anteojos y hacían un sketch con lo que tenían a Todos los indicadores, sobre todo en el mercado mano. Acá muchos hacían exactamente lo mismo hispano, señalan que este fenómeno va a crecer un que en su canal y otros preparaban contenido origi140 por ciento anual. Creo que han inventado un nal para el escenario y le contaban a sus fans que sistema bastante interesante y difícil de superar en aliban a presentar una propuesta nueva. gunos aspectos. Pensá que, por hora, se suben ¿Qué tienen que aprender los a YouTube dos días de material en todo el medios sobre este fenómeno? #YOUTUBERSFACTS mundo. Lo que decidí es meterme Me parece que lo que tienen 35 mil personas asistieron a adentro de la ola. Invertí gran parte que aprender es, primero, a la primera edición del Club Media no tener miedo a equivode mis ahorros. De hecho, es la priFest Argentina, en 2014. carse; segundo, me paremera vez que invierto en un cam50 millones es la audiencia global combinada bio definitivo de concepto, un ce que vale la pena ser de los youtubers. un poco más creativos; cambio cultural. Me siento feliz: Entre 18 y 25 años tiene la mayoría de los quiero estar adentro de la ola.◆ tercero, desde hace mu-
artistas de El club. 400 horas de contenido por minuto son subidas a YouTube por hora.
Ph: Antonio Pinta
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