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LEONARDO MALGOR VERSUS LUIS MIGUELES LA ÚLTIMA MARATÓN DE BUENOS AIRES REUNIÓ A 11.225 PERSONAS DISPUESTAS A PROBARSE, FÍSICA Y MENTALMENTE, A LO LARGO DE 42.195 METROS. DIEZ AÑOS ANTES, LA CARRERA APENAS ARAÑABA LOS 2.700 INSCRIPTOS. EN LA PREVIA DE UNA NUEVA EDICIÓN, DOS ENTRENADORES DE COMPETIDORES DE ÉLITE EXPLICAN POR QUÉ EL RUNNING ES UN BOOM EN EL PAÍS, ANALIZAN LA SITUACIÓN DEL ATLETISMO NACIONAL TRAS LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO Y REVELAN CÓMO SE CONVIRTIERON EN COACHES DE AMATEURS. Producción: Cecilia Filas ¿POR QUÉ EMPEZÓ A CORRER? LM: Empecé en la escuela secundaria, en mis clases de Educación Física. Tenía 13 años y el profesor nos hizo correr unas vueltas en la pista en la primera clase: fui el primero en llegar. En la segunda clase, nos hizo dar un par de vueltas más y también fui el primero. Entonces, me propuso empezar atletismo con otro colega suyo, que era entrenador. Me dijeron que, si iba a esas clases, me exceptuaban de gimnasia. A las dos semanas, me hicieron correr con unos 26 chicos de mi edad y gané. A partir de ahí me entusiasmé con el atletismo. Fue muy importante el rol que cumplió ese profesor porque, si bien no era entrenador de atletismo, supo ver. Su interés hizo que me quedara toda la vida en el deporte, como atleta y hoy siendo formador de otros chicos.
LMI: Soy de Entre Ríos y, en realidad, practicaba todos los deportes. Pero empecé a correr porque me gustaba viajar y hacer atletismo me daba la posibilidad de lograrlo. Mi deseo era conocer mi provincia, mi país y el mundo. Encontré una manera de viajar corriendo.
¿CÓMO PASÓ DE ATLETA DE ÉLITE A ENTRENADOR? LM: Por la pasión que sentía por el deporte. ¡No me quería ir! Alguna tarea quería cumplir y, obviamente, la experiencia acumulada hizo que me volcara por ser entrenador. Ya de corredor era de recabar muchos datos, de interesarme, de orientar a otros para quienes hacía de consejero, por ejemplo, sobre cómo tenían que alimentarse. Permanente-
LUIS MIGUELES Su pasión por el atletismo llevó al entrerriano a vivir en la República Checa y España, período durante el cual obtuvo sus mejores marcas. Entre ellas, los 800 (1’46”) y los 1.000 metros (2’21”) llanos, récords que –30 años después– todavía ningún compatriota le ha conseguido arrebatar. Actualmente es entrenador en el Cenard, además de estar al frente del Club Asociación Atlética Migueles Team (de la Federación Atlética Metropolitana) y de dos running teams.
mente estaba compartiendo información y experiencias vividas. Y es como que uno se va dando cuenta de qué perfil está tomando su futuro. Cuando dejé de ser corredor –porque distintas lesiones me cortaron la carrera a temprana edad–, comencé entrenando a una chica y después conformé un grupo: al principio fueron pocos pero después se terminó transformando en mucha gente. LMI: Ser entrenador es mi pasión. Ya desde que era atleta me pasaba estudiando el porqué de las cosas que hacía como deportista para después poder volcarlo a mis alumnos. Tuve la suerte de tener buenos maestros, y creo que eso me ayudó muchísimo. Cuando vivía en Praga, mi entrenador, Josef Odloil, había sido subcampeón olímpico en Tokio 1964 (categoría 1.500 metros) y era una persona muy motivadora; en España, tuve a uno de los mejores entrenadores y en la Argentina también.
¿PRIMER CONSEJO A QUIENES EMPIEZAN CON EL RUNNING? LM: Que se hagan los chequeos médicos necesarios para saber que su organismo está apto para una actividad física de entrenamiento. Después, que respeten un principio básico: la progresividad de las cargas. Eso significa que si hoy decidimos arrancar una actividad física, no lo demos todo, sino que los esfuerzos vayan de menos a más. Hay gente que se entusiasma con el afiche de una carrera: cuando me llega un corredor aficionado o novato con alguna de esas propuestas, trato de hacerle ver que es necesario que entrene durante mucho tiempo y que adapte su organismo para esas distancias, y así las disfrute. LMI: Buscarse un entrenador o un grupo de entrenamiento, porque eso ayuda a no cometer tantos errores. No se tienen que mandar solos porque pueden querer hacer cosas para las que no están preparados. Creo que un entrenador idóneo te puede aconsejar y preparar para lo que quieras, y así vas a durar mucho más como runner. Me parece que la maratón, para un aficionado, tiene que ser la culminación de un camino.
EN UNA CARRERA, ¿CUÁNTO JUEGA EL FÍSICO Y CUÁNTO LA MENTE?
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LM: Si el físico responde, la mente va bárbara. Mucha gente cree que hay que prepararse mentalmente para el esfuerzo, pero la verdad es que lo que hay que entrenar, y mucho, es el físico. Porque es muy raro que un físico bien entrenado, bien alimentado y descansado, en el momento de la carrera vaya para atrás teniendo todo a favor. Me parece que cuando hay algún problema, es netamente físico. Después se lo achacamos a la mente. Se dice: “Pasado el kilómetro 25, es un muro mental”. Pero no: es que saliste a un ritmo equivocado y la energía en tu cuerpo no te iba a dar y por eso terminaste abandonando: si largás una maratón y te equivocás los primeros 20 kilómetros, terminás sufriéndolo. Es un tema de reserva física y de mal planteo de la carrera. LMI: Es muy importante la mente. En una media maratón, creo que los últimos tres o cuatro kilómetros de un runner aficionado dependen mucho de la cabeza. Obviamente que para llegar a la meta necesitás entrenamiento, pero me parece que en los últimos kilómetros de una media maratón –o de una maratón–, es más importante lo mental que lo físico. Una carrera de 800 metros también es mental –es más corto el sufrimiento, también–, pero una maratón es distinta porque podés sufrir varios kilómetros más.
¿LA CLAVE PARA MANTENERSE MOTIVADO? LM: Primero, encontrar un incentivo en quien te entrena, en el plan y en el grupo. Después, con tu líder, programar los estímulos, que son las carreras donde vas a participar. No hay que enfocarse tanto en el resultado o en el tiempo que uno hace, sino en la actividad física propiamente dicha, en el hecho de que hacer una hora de ejercicio diario nos hace bien física y mentalmente. El foco, para un runner o un corredor aficionado, no debe ser batir el récord personal, porque eso se alcanza rápidamente y los esfuerzos cada vez son mayores. Yo, como líder, lo que pretendo es que mis alumnos encuentren motivación en la propia actividad física, pero no llegar al límite de exponer sus articulaciones o tendones a graves lesiones. LMI: Soy muy motivador. La mayoría de los chicos de mi running team corrieron la Media Maratón de Buenos Aires y un 80 por ciento va a correr una maratón. Eso es lo que los motiva y los hace ir a entrenar todos los días. Los que no tienen una meta, no tienen una vida tan larga como runners. La clave pasa por buscarles una motivación o una competencia para que tengan un sentido de por qué entrenar. Mis grupos entrenan como atletas de élite porque tienen esa motivación.
¿POR QUÉ CORRER ES UN BOOM? LM: La gente encontró una actividad fácil de realizar. Porque simplemente tienen que ponerse un par de zapatillas, hacerse el chequeo médico y juntarse con otros. Ese es todo el éxito de esta activi-
LEONARDO MALGOR Luego de varios años como atleta, se consolidó como entrenador: hoy es nivel 4 de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo. En Mar del Plata, estableció Malgor Track & Field Run Club, donde entrena a cuatro de los 6 maratonistas que participaron de Río 2016, entre ellos, Mariano Mastromarino, quien logró el puesto 53º en las últimas olimpíadas, la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 y es el último argentino en ganar la Maratón de Buenos Aires. dad. Por eso, mucha gente cree que es una moda pero pronto se da cuenta de que, cuando comienza a entrenar, se va renovada a su casa, mucho más distendida: correr no les solucionó el problema, pero sí los dejó en un mejor estado mental para enfrentar el día a día. LMI: Quizás la gente se dio cuenta de que quería mejorar su salud física, y la mental, más que nada. Me parece que pasa por ahí, por más de que estén todos locos los que corren. Son amateurs que entrenan como profesionales: empiezan a cambiar su alimentación, van al psicólogo, se preocupan mucho por el calzado. No es que lo hacen porque sí. Noto más preocupación en ellos por todas esas cosas que en mis atletas de pista. Terminan siendo muy profesionales los runners. Para mí, es un deporte que llegó para quedarse, porque los cupos de las carreras se terminan cada vez más rápido. Antes se pensaba como una moda, pero me parece que ya no lo es.
¿SU VISIÓN DEL ATLETISMO NACIONAL TRAS EL DESEMPEÑO EN LOS JUEGOS DE RÍO? LM: Los ganadores son tres: hay una medalla de oro, una de plata y otra de bronce. Después, hay una historia detrás de cada uno de esos 150 maratonistas olímpicos que no consiguieron la medalla y quizás son los mejores corredores de sus países. Obvio, para la clasificación del maratón olímpico no es importante, pero sí lo es lo que representa ese corredor para su patria porque, seguramente, lo están viendo cientos de chicos que se entusiasman y quieren llegar a donde llegó él. LMI: Cuando se creó el Enard, ahí cambió la vida de los atletas y de los entrenadores. Ahora hay un montón de pistas en el país y becas para los chicos.
En cuanto a la preparación para las Olimpíadas, nadie se queja porque están los recursos. Pero no hay suficientes atletas: tenemos que encontrar la manera de ver cómo motivamos a los chicos para que elijan este deporte.
¿QUÉ CAMBIÓ DESDE SUS TIEMPOS DE ATLETA? LM: Hace 35 años no teníamos becas, y eso complicaba muchísimo el panorama. Hoy, los recursos están para los que consiguen medallas internacionales. De todas maneras, hoy, como entrenador, sufro algunas faltas. Para seguir desarrollando atletismo necesito, por ejemplo, que mis atletas se transporten a eventos en otras provincias. Y para esos atletas, que todavía no son de élite, no encuentro los recursos. Tengo que limitarme a ver si la familia de ese chico puede bancarle los viajes. Y si no puede hacerlo, termina desmotivado y ahí se corta la cadena. Y ese chico, quizás con muchas condiciones, al que detecté y acompañé, termina dejando el deporte. LMI: En pruebas de campo hemos mejorado, porque tenemos finalistas olímpicos en garrocha, en jabalina, en bala. Pero, a nivel de pista, creo que en nuestra época había mejores atletas. De hecho, los récords argentinos, desde 800 metros hasta casi maratón, fueron todos hechos en los ‘80. Cuando la gente va a ver una Olímpiada o un Panamericano, está esperando ver a un argentino en los 10 mil metros, y eso no pasa desde Barcelona 1992. Me parece que los chicos ahora tienen otras cosas para hacer que los distraen: creo que la tecnología en algunas cosas ha ayudado al deporte y en otras le ha sacado gente. Nosotros dejábamos de hacer cosas por el atletismo.◆ CLASE <
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Phs: Antonio Pinta
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