p a p i r o s
La sororidad en la maternidad Por Nidia Marín
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La hija única Guadalupe Nettel Ed. Anagrama 2020
ablar sobre la maternidad ha sido siempre un tema con el cual las mujeres tenemos que lidiar día a día con padres, amigos y conocidos. Claro, siempre y cuando decidas no ejercerla inmediatamente después de haberte casado, o bien, excluirla por completo de tu vida. Tal pareciera que por el hecho de ser mujeres estamos destinadas a ser madres. En consecuencia, nuestras progenitoras, preocupadas por nuestra misión, nos atiborran desde muy pequeñas con una serie de artilugios, que van desde juegos o juguetes como la cocinita hasta los muñecos que cuentan con varias funciones que simulan ser recién nacidos.
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A pesar del constante bombardeo al que están expuestas las mujeres para convertirse en madres, han surgido algunas otras que, por diversas circunstancias no desean serlo, y creen que la maternidad no es el único proyecto de vida al que podrían apegarse. Estas son parte de la generación de mujeres NoMo, que surge de la abreviatura en inglés de “Not Mothers”. Hasta hace unos años se ha extendido el término en español no maternidad para asignar el deseo de las mujeres de no tener hijos. Actualmente, el creciente número de mujeres que no quieren convertirse en madres, se debe a diversos factores, que van desde la pobreza y problemas en la salud al momento de convertirse en madres hasta el poco interés que tienen por dedicar su vida al cuidado de un hijo, ya que ponen en primer lugar el desarrollo personal y profesional. O, simplemente, no ha llegado a su vida el mítico y falso instinto materno innato del que todos hablan. Este es el contexto en el que Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 27 de mayo 1973) desenvuelve su quinta
novela La hija única, en la que plasma la maternidad real, sin esos filtros rosas que nos han empañado y modificado la visión del hecho de ser madres. En múltiples ocasiones, se pinta la maternidad como uno de los mejores acontecimientos en la vida de una mujer, sin contar, por el contrario, los crudos momentos por los que ella puede atravesar al momento en que decide ser madre. La hija única, inspirada en la maternidad trágica por la que atravesó una amiga íntima de la autora, cuenta de una manera sencilla y fluida la historia de Alina, quien es la mejor amiga de Laura. Desde el principio de la lectura, aquellas mujeres que se identifican en las innumerables desventajas de la maternidad, sentirán que Laura es su portavoz. Ella es de las personas que “se tensan por completo si en un avión o en la sala de espera de algún consultorio escuchan el llanto de un bebé, y que enloquecen si este se prolonga durante más de diez minutos”. Por otro lado, Alina —que no había incluido la maternidad en su plan de vida y cambia de opinión—