Cuaderno Fradique Lizardo del Folklore 3

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FONDO FRADIQUE LIZARDO DE FOLKLORE LISTA PROGRAMA MEMORIA DEL MUNDO ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, L A CIENCIA Y LA CULTURA, UNESCO.

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CUADERNO FRADIQUE LIZARDO DEL FOLKLORE Año II, Número III, Volumen I, 2020 Enero - Junio 2020 Centro León


Índice

ISSN 2737-6907

4.

Introducción. Carlos Andújar Persinal

6.

La enseñanza de los bailes folklóricos

8.

El Rescate de Nuestra Cultura, ¡Dejemos sobrevivir el bamboulá!

10.

El Rescate de Nuestra Cultura, Aporte sobre el Chenche Matriculado. Dónde se jugó por primera vez baseball en el país

12.

Ga-gá (versión dominicana)

14.

El Rescate de Nuestra Cultura, El baile de la maboba

17.

La polka y la mazurca

19.

Proyección social del Ballet Folklórico Dominicano

23.

Agradecen

24.

El Rescate de Nuestra Cultura, El B.F.D. en el Primer Festival de Música y Danza Afroamericana de México

27.

El Rescate de Nuestra Cultura, Almanaque Folklórico Dominicano

31.

Merengue runs in the blood of Dominicans / El Merengue Corre por la Sangre de los Dominicanos


Introducción


Este Cuaderno Fradique Lizardo del Folklore No. III se basa en una selección de artículos producidos por Fradique Lizardo relacionados con la danza y la música, también el baile, temas de interés recurrente del folklorista expresado en su condición de Maestro y director de uno de los grupos de ballets folklóricos más importantes del país. Bailes tradicionales y hoy no mencionados en el repertorio de los grupos folklóricos nacionales como la polka, la mazurca, la maboba, se abordan en estos escritos como parte de los acercamientos del autor en sus investigaciones a estas expresiones danzarias del acervo cultural dominicano. El merengue no podía quedar fuera de la reflexión. Y se dedica un artículo, escrito en inglés, donde se destaca el ritmo del merengue como el rey de la música dominicana y su internacionalización. Del chenche matriculado escribió muchas veces y también aparece un artículo sobre esta modalidad danzaria. Este cuaderno incluye en su selección danzas afrodominicanas como el ga gá y el bamboulá, también referencias al Ballet Folklórico Dominicano, parte de su pasión, y que constituyen una oportunidad sinigual para acercarse a las preocupaciones del folklorista, los temas que le eran de atención y sobre los cuales investigaba, escribía y producía reflexiones teóricas. Llegar a sus escritos es una oportunidad para conocer sus enfoques, valoraciones y opiniones de cada uno de los contenidos de estos artículos. Esta selección naturalmente no corresponde a un guion temático. En todo caso, sí se hace un esfuerzo para que los números guarden cierta relación temática. Fradique mantuvo por igual un interés diverso entre los cuales se destacaba su vocación por escribir, no solo por enseñar a los demás, sino también investigar, guardar, sistematizar, ordenar, clasificar y conservar documentos, fotos, grabaciones, correspondencia y todo aquello que supone dejar como memoria para las futuras generaciones y una selección temática que nos permite conocer sus intereses y profundizar en las prioridades abordadas por el folklorista. Sabemos que el Fondo bajo custodia del Centro León posee los documentos fundamentales del gran folklorista, pero la diversidad de contenido del mismo, resultó tan versátil, compleja en sus temas, centrada en algunos de sus intereses y con una dimensión universal que abrió nuevas ventanas de estudio y divulgación de la misma. Sus contenidos suponen una riqueza extraordinaria, y una consulta obligatoria en cada entrega por información que sobre este Fondo se ponga en valor. Su significación es, de seguro, un aporte al conocimiento de la cultura dominicana y regional del Caribe, de mucho valor informativo para investigadores, portadores, curiosos y púbico general, por eso los invitamos a su acceso y cercanía. Carlos Andújar Persinal Asesor Especialista en Cultura Centro León


La enseñanza de los bailes folklóricos Se ha abusado últimamente del término bailes folklóricos, sin detenerse a ponderar con serenidad, todo cuanto el término encierra. Razones técnicas nos impiden abundar todo cuanto queremos sobre el tema, no obstante, queremos señalar algunos puntos imprescindibles, para la enseñanza de los bailes folklóricos. Estos reflejan una parte, bastante importante por cierto de la cultura de un pueblo, y pertenecen a un medio, dentro del cual desempeñan una función determinada por una serie de factores diferentes para cada baile o danza. Sacarlos de ahí, ya es en cierto modo desvirtuarlos y por esto, esa tarea debe ser encomendada a personas con ciertos conocimientos y ciertas prácticas, adquirida al lado de quienes pueden enseñarla, ya que en este campo, más que en cualquier otro de las ciencias sociales, los autodidactas pueden dañar un material que a veces es único, por tratarlo incorrectamente, y así perderse un valor cultural para siempre. Presentar un baile folklórico en un escenario, es desvirtuar un elemento que se hace para servir ciertas funciones muy ajenas a esto, y ponerlo delante de un público para su apreciación. Si no se piensa en esto, como la mayor consideración de todas, el trabajo resultante será un elemento de un valor nulo, o se estilizará a tal punto que no será reconocido nunca más, ni por quienes dieron los datos principales. Esto debe de tomarse en consideración, pues es algo esencial, sólo un coreógrafo que sea folklorista y que tenga conciencia de la parte esencial de la cultura de un pueblo que es el folklore, debe ser quien reciba un permiso oficial para proyectar los bailes folklóricos a la enseñanza, en un programa masivo, que enseñe a la juventud de un país sus bailes folklóricos, para que no se pierdan. La enseñanza de los bailes folklóricos en las escuelas de nuestro país, debería ser como en otros países, una parte imprescindible del sistema educativo, auspiciado y respaldado por la Secretaría de Educación y dirigido por verdaderos técnicos y folkloristas, que no deformen este material, para esto se hace necesario una campaña bien dirigida, bien organizada y respaldada por una serie de hechos que acrecentaría y daría al mismo tiempo auge al folklore de nuestro país, y a nuestro parecer un esbozo somero de esa campaña sería como sigue: a)Enseñanza de los bailes folklóricos a los alumnos de las escuelas del país. b)Enseñanza de la historia y evolución de estas danzas dentro de nuestra cultura. c)Auspiciar que los mismos alumnos investiguen y cooperen con los organismos correspondientes, en el acopio de datos de folklore. d)Enseñanza masiva de los bailes folklóricos hasta conseguir una meta pre-fijada de 10 a 20 mil alumnos que puedan practicar todos nuestros bailes folklóricos en un momento dado. e)Enseñanza de instrumentos folklóricos en forma permanente en las escuelas del país. 6


Creemos que algunos de estos acápite, no merecen explicarse en detalle, porque están lo suficientemente claros para ser comprendidos por todos, no obstante, queremos hacer unas consideraciones generales. 1. La enseñanza debe ser racional, y tomando en cuenta que el folklore es cultura, por sobre cualquier otra consideración. Ya que puede objetarse que el baile en sí, es además un buen ejercicio y un complemento de cualquier educación racional, pero en este caso, la salvaguardia del patrimonio folklórico, está en primer lugar. 2. Sin una clase teórica complementaria, el bailarín se convierte en un autómata. Es absolutamente imprescindible, que se aprenda conjuntamente, cual es el verdadero origen de cada baile. ¿Por qué se originó? ¿A qué se asoció? ¿A qué otro sitio llegó? En suma además de la historia completa, su evolución, hasta el día de hoy, además del papel cultural que desempeña en el momento actual. 3. Cada alumno debe capacitarse en los elementos de la investigación seria, para que sirva de recolector y ayude así a extender el patrimonio cultural del país. Siendo los alumnos mayoría y pudiendo muchos por su extracción provenir del pueblo folk, (se usa este término comúnmente para dejar establecido de una vez lo que se propone), el concurso de ellos sería inapreciable. 4. Si se usa un método masivo de enseñanza, y se crean grandes centros de irradiación, desaparecerían por una parte muchos de los males que hoy aquejan a los bailes folklóricos y por otra parte, se tendría una cantera inagotable para muchos usos futuros. 5. Una escuela de instrumentos musicales folklóricos, es imprescindible, pues son muchos, los bailes dominicanos, que no se pueden INTERPRETAR, por falta de la música adecuada, por la cual caemos muchas veces, como se ve frecuentemente en ponerle

música que no es la correcta, inventando melodías inexistentes, o en insistir en tocarlas con instrumentos que no son los apropiados, y en adulterar en suma nuestro folklore, presentando como es lógico, una caricatura de nuestra cultura, que tiene que resultar de esta manera, desde que se cambie a caprichos personales, la parte esencial de nuestros bailes, pues común es y se muestra a vista de todos, como nos tratan de presentar nuestros bailes, con ritmos improvisados y con coreografía imitada de modelos extranjeros. Si no se establece una gran escuela central, para enseñar los bailes folklóricos, bajo la dirección de un personal, serio, responsable, capacitado y que sepa muy bien cuál es su misión. El porvenir de nuestros bailes folklóricos está en el aire, y queremos hacer aquí algunas consideraciones para demostrarlo: A través de los años, nos hemos ocupado de ir rescatando bailes, y de hecho, hemos podido rescatar bailes que estaban ya dados por perdidos, pero si esa labor no se puede continuar con una política general de preservación y conservación de nuestro folklore, con apoyo general para hacerla más amplia, toda nuestra labor de muchos años se viene al suelo. Y si no se crea una escuela de instrumentos musicales folklóricos, adjunta a la escuela de baile folklóricos, no debe intentarse hacer la otra, pues el trabajo es inútil y lo que saldrá de esa media escuela, será, como hasta ahora, caricaturas y bien grotescas por cierto de nuestros bailes. San Cristóbal, 1 Octubre 9, 1974.

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Nota del Transcriptor: Texto mecanografiado sin fuente específica. Se presume inédito del autor.

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El Rescate de Nuestra Cultura ¡Dejemos sobrevivir el bamboulá! El Bamboulá es uno de bailes más bellos de este país, se originó al menos una de sus versiones o coreografías en la Louisiana y por azares y vicisitudes de los hombres llegó a Samaná, después que se habían mezclado en su confección, toques africanos, mandos en "patois" de la Louisiana de principios del siglo pasado y coreografía de la corte francesa. En el Gobierno de la Anexión, que se había extendido bastante, fue prohibido por Ley, por considerarlo altamente inmoral y que producía intranquilidad; junto con otros bailes, a pesar de esto, se conservó y pudimos rescatarlo en Samaná e integrarlo a la rica y variada muestra de la cultura dominicana, que proyecta el Ballet Folklórico Dominicano, así se ha dado a conocer ya en el exterior y a nivel de clubes culturales se ha diseminado en muchas partes del país, siguiendo nuestra forma de enseñar y diseminar la cultura dominicana, a tal punto, que podemos decir que ya una gran parte de la juventud dominicana, conoce y se identifica con este elemento. Pero el Bamboulá en su sitio de origen, lo conserva una anciana llamada Doña Bertilia de Peña, que hoy por hoy, conserva una promesa de hacer una fiesta en honor de San Rafael, donde se amanece bailando los 23 de octubre y en la cual se baila el Bambulá como parte integrante e importante de la celebración. Esta fiesta, que conserva una preciosa reliquia de nuestra cultura, está al desaparecer, ya que no se ha podido celebrar durante los últimos dos años, ya que el cura párroco de Samaná, ha dicho que esta fiesta es algo del demonio y que no se debe de celebrar y nadie debe asistir. Demasiado ha sufrido nuestro pueblo a resultas del oscurantismo religioso que ha destruido y arrasado importantes eventos y muestras de la cultura dominicana. 8


De nada sirve nuestro trabajo del rescate de la cultura dominicana de manos ancianas, que me pasan elementos preciosos antes de expirar, si el pueblo no respalda masivamente nuestra tarea, de por sí ingrata y doblemente ingrata por no tener apoyo. Y si a estas circunstancias se une la incomprensión, el fanatismo y el oscurantismo, la cultura popular está en grave peligro. Necesitamos que la próxima fiesta de San Rafael se celebre y que todos en Samaná ayuden a Doña Bertilia a su celebración, en cuanto puedan y que estemos tranquilos por el futuro del Bamboulá. Listín Diario, 7 de octubre de 1978, p. 15.

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El Rescate de Nuestra Cultura Aporte sobre el chenché matriculado:

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Aunque aún puede seguir siendo válido el concepto que la palabra CHENCHE, proviene de la corruptela de la palabra francesa CHANGEZ es bueno siempre revisar otras teorías, sobre todo, cuando por proceder de otros conglomerados culturales, pueden aportar elementos nuevos a nuestra cultura. En Puerto Rico, en 1849, en unos versos de Alonso titulados El Jíbaro, aparece lo siguiente: Manque no soy de la Bana tengo mi aquey muy fundao polque soy de Puelto Rico er chenche mas afamao.

Según Álvarez Nazario, chenche es una duplicación de la palabra yoruba che en su significado de "hacer" "conquistar" "vencer" "sojuzgar" "castigar" y coincide con Julio Alberto Hernández en el sentido que se usó como valentón, matón perdonavidas. Y también nos agrega que se denominó Chenche a los integrantes de los cuerpos de milicia disueltos en 1870. Es bueno siempre conocer todas estas posibilidades aunque por las circunstancias históricas de la matrícula de Segovia aún tiene gran fuerza el posible origen de la voz francesa.

Dónde se jugó por primera vez baseball en el país: En un estudio sobre el Baile de la Culebra, publicado por Don Jovino Espínola en la Revista El Observador, editada en La Vega en enero de 1949, afirma el distinguido odontólogo, que la llegada de varias familias de inmigrantes cubanos en 1897 a La Vega, produjo que siendo muchos de éstos aficionados al baseball se jugara allí por primera vez en nuestro país. Citemos directamente a Don Jovino: "Sin temor a equivocarme, digo que donde se jugara pelota por primera vez en el país, fue en ésta, y por los cubanos que con motivo de la guerra independentista, a ésta, emigraran en el año de 1897". No tenemos ningún comentario que hacer, pero los interesados en estos quehaceres, deben hacer las investigaciones del caso. 26 de marzo 1977. 2

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Nota editorial: No se específica fuente ni página. Posiblemente Listín Diario, por el título de la columna (El rescate de nuestra cultura), que aparece en otros artículos de ese periódico.

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GA-GÁ (Versión dominicana) Para muchos será una herejía que se pueda hablar de un Gagá Dominicano, pero después de las aseveraciones de nuestra obra "Danzas y Bailes Folklóricos Dominicanos", hemos podido constatar la verdadera existencia de versiones dominicanas de esta bella, emocionante y compleja danza, no solamente entre descendientes de tercera y cuarta generación de haitianos, sino entre descendientes de dominicanos, sin mezcla de ninguna otra nacionalidad. Como ya hemos informado, el nombre de este baile es Ra-Ra, pero guturalizada su pronunciación, se convirtió en Ga-Ga y así quedó. Esta es una danza carnavalesca, que aunque altamente erótica, no es obscena ni pornográfica, ya que el erotismo en la misma cumple la función de un mensaje de invitación a la vida y al renacimiento de la naturaleza, después del invierno, y como toda danza de vida, tiene que ser incitante. La versión dominicana que hemos investigado, consta de las partes siguientes: 1. Paseo, por medio del cual tocadores y músicos llegan al lugar que consideran apropiado para ejecutar su ceremonia. 2. Baile de los Reyes del Laoladí, en el cual se hace destacar al máximo la participación de la Reina, que no es más que un simbolismo de la primavera que invita a todos a participar en el renacimiento de la naturaleza. 3. Baile de Teresita (El Mal). Una muñeca de tamaño natural es llevada a bailar en representación del mal, al cual hay que alejar y matar, en una bella danza simbólica; así se termina con todo lo malo para dejar que el bien se esparza sobre todos. 4. Baile de la muerte. Acabado ya el mal, baila la muerte una danza de despedida, rodeada por el coro masculino que la rodea para evitar que pueda hacer algún mal. Se va la muerte llevándose todo el mal con ella, y así el bien no tendrá ninguna clase de tropiezos. Esta, sobre todas las otros danzas, tiene un alto contenido simbólico. 5. Baile del trabajo. Los obreros del campo, representados por lavanderas y leñadores, ejecutan una danza de trabajo, libre ya de trabas, con la alegría de quien se ha liberado del mal. 6. Baile de los heraldos del bien y la alegría. Con un vistoso atuendo los heraldos del bien proclaman la desaparición del mal y entonan un canto al gozo, invitando a todos a participar. 12


7. Salida. Terminada la representación, el grupo se aleja buscando un nuevo lugar donde pueda hacer la representación. Aunque los Reyes del Laoladí y los Heraldos o Mayores podrían tener un origen francés, no hay duda que parte del simbolismo es de origen africano, en un sincretismo magistral, que unidos al toque enervante de los tambores y los futuros, hacen de este número algo extraordinario. Esta danza constituye el verdadero carnaval campesino de las regiones donde se practica, con el cual se celebra en forma divertida el final de la Cuaresma. La vistosidad de los trajes hace de este número uno de los elementos más atractivos de nuestro folklore y tal vez el más completo en cuanto a mensaje y cantidad de elementos que lo forman. A pesar de las polémicas que suscitará y de las críticas adversas, el Ballet Folklórico Dominicano presentará este número en las presentaciones extraordinarias que hará durante los días 21 y 22 de los corrientes a las 8:30 p.m. en Bellas Artes, con motivo de la celebración del 130 aniversario del Día Internacional del Folklore. En esta presentación, el público podré deleitarse con las evoluciones que hará un heraldo traído especialmente para la ocasión, como un gran experto que sabe jugar el Yon o maraca doble, que se usa en esta danza y que cuando se sabe dominar con destreza, puede levantar a un público de sus asientos a admirar durante segundos las evoluciones del instrumento. El solista de esta ocasión será el joven Miguel Angel Mateo, que seguramente no defraudará a quienes vayan a contemplarlo. Última Hora, 20 de agosto de 1976, p. 10.

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El Rescate de Nuestra Cultura El Baile de la Maboba En nuestro país, en el cual abundan tanto los cantos de trabajo, que se pudiera decir con propiedad que podríamos estar listos a recoger uno a cada instante, no se encuentran por el contrario bailes que acompañen determinadas faenas con la misma facilidad y en lo que respecta a nosotros, no hemos encontrado hasta ahora, más que uno solamente. El Baile de la Maboba, del cual podemos decir con toda propiedad que es una danza de trabajo.

Carácter: Es una danza rural por excelencia, casi completamente desconocida en zonas urbanas próximas al sitio donde se practica.

Extensión geográfica: Esta danza se practica en la zona montañosa de Los Toros, y paulatinamente se ha ido extendiendo a zonas adyacentes del valle cercano, por lo cual hoy la hemos encontrado reportada en las Secciones de El Horno, Las Cuevas y Doña Ana, lugares estos últimos donde ha perdido su carácter de asociación con labores determinadas para conservar únicamente un carácter ritual.

Instrumentos usados en su interpretación: Este baile se toca únicamente en dos atabales y un guayo, de los palos o atabales uno hace el papel de alcahuete y el otro de respondedor.

Indumentaria: Estando íntimamente asociada esta danza a una labor muy determinada por cierto, la indumentaria que se usa para la misma es la siguiente: Mujer, vestido entero con arandela al terminar la falda, un pequeño vuelo de los hombros hasta el pecho en forma de U, pañuelo en la cabeza amarrado atrás, pantalón debajo de la falda para protegerse de las picadas de los insectos, un macuto terciado al hombre donde deposita el fruto de su trabajo. Delantal sobre la parte delantera del cuerpo. Hombre: camisa de rayitas estrechas con la parte inferior de la falda anudada al frente, pantalón claro, ambos el hombre y la mujer llevan sandalias de gomas o soletas. 14


Textos literarios: La versificación de los textos literarios es muy irregular, pues generalmente se encuentran pareados endecasílabos lo cual para nosotros es una novedad, dentro de la literatura dominicana, pero esta versificación es demasiado irregular y aparecen más versos dodecasílabos que endecasílabos. Vamos a dar uno de los textos de este baile recogidos en Los Toros: La mujer del hombre pobre se conoce En que cuando no anda sucia anda rompía La mujer del hombre pobre to lo día Ay, anda por lo camino dando voce Me salí de mi casa caballero Como me moría de tiempo yo lo exijo Cuando venga de mi casa voy p’al pueblo Alitate tu caballo que’ta bueno Cuando yo me eté muriendo caballero Yo quisiera cuando muera verme lejos Santo Domingo e’ la tierra preferida Adiosito caballero cuando sueño Cuando yo me esté muriendo caballero Echéme mi madre fuera caballero Que se me muere llorando ay llorando Esta noche no hay quien duerma, ay quien duerma Ay, ay, ay, ay, yo me muero Virgencita de Altagracia que lo sepa.

Fecha o lugar de interpretación: La Maboba está íntimamente ligada a la celebración de la Virgen de la Altagracia, fecha muy próxima al final de la zafra del café y en la zona montañosa fecha en la que los recogedores se reúnen para celebrar los afanes de la zafra comenzada tres o cuatro meses antes. Hasta cierto punto es una danza ritual, pero con características muy propias, porque también es objeto de práctica por los recogedores de café, fuera del contexto religioso propio, aunque en la misma época.

Coreografía: El hombre se para frente a la mujer a cierta distancia, y mientras esta permanece erguida, el hombre se le acerca varias veces, con el torso inclinado, cuando está bastante próximo a la mujer vuelve y se aleja y repite esto varias veces, luego el hombre levantando el torso un poco, da varias vueltas a la mujer, la cual en todo momento sigue las evoluciones de su pareja girando sobre sí misma para darle el frente en todo momento. Al contrario de otras danzas rituales, en esta lo practican varias parejas al mismo tiempo.

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Teorías sobre su origen: Creemos este baile producto típico de un sincretismo que se acusa muy marcado, pues los ritmos, aunque no nos han entregado aún el reporte sobre su análisis acusa un fuerte indicio de origen africano, pero esperamos el reporte de los que saben verdaderamente de esto. La coreografía y los movimientos, son de un origen europeo incuestionable y la métrica usada en la versificación de los textos literarios, por la forma de rima usada y por el metro en sí, es lo más alejado a nuestra versificación popular que hemos encontrado hasta ahora. Pero en lo que hemos investigado hasta ahora, no hemos encontrado ningún reporte anterior de este baile, por lo cual es un bello elemento que con características muy particulares se agrega ahora a la riqueza de nuestra cultura popular.

Teorías sobre su diseminación: Aunque nadie antes había reportado esta bella danza, tenemos una teoría, de cómo se encuentra al mismo tiempo en la región montañosa y en las bajas y es la siguiente. Trabajadores temporeros, que suben a la zafra del café, deben haber transportado con ellos este baile y después de aprenderlo a tocar lo han enseñado en las zonas bajas. Por esto, aunque el núcleo fuerte se encuentra en la montaña se han reportado pequeños bolsones donde se práctica, pero desprovisto ya de su asociación a labor alguna. En Doña Ana y secciones limítrofes se encuentra asociado a las fiestas patronales de Nuestra Señora del Carmen, fiestas, sábado de Gloria, etc. Pero aunque menos probable puede haber sido diseminado por gente de la montaña que haya viajado al llano a vivir, aunque nos parece que en este último caso, hubiera conservado su estrecha vinculación con la Virgen de la Altagracia.

Conclusiones: Tenemos pues un elemento nuevo, cuya investigación exhaustiva se impone, y una vez más queda probado que somos un pueblo inmensamente rico en elementos culturales, que nunca se habían querido investigar, porque es mucho más fácil abundar sobre el trabajo del otro, copiando sin hacer aporte alguno a nuestra cultura. Santo Domingo, 20 junio, 1977. Texto mecanografiado.

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La polka y la mazurka Para los que investigan nuestras costumbres antiguas, es a veces una verdadera primicia, encontrarse con cosas muy antiguas de las solamente se habla en crónicas como de algo ya desaparecido. Este es el caso de la polka y la mazurka, bailes que estuvieron de moda en el siglo pasado, y de los cuales conservamos formas propias de las cuales debemos de estar muy orgullosos.

La mazurca, de origen checoeslovaco incuestionable, es un baile algo lento, en el cual las parejas parecen más bien deslizarse lateralmente que bailar, a pesar de su origen checo, fueron los polacos quienes se apropiaron del baile y lo extendieron por toda Europa, aunque más tarde serían los franceses quienes los traerían a América. La polka si es de origen polaco, y es un baile muy alegre, en el cual se entremezclan agradablemente los brincos con los zapateados, para constituir un conjunto fuerte y dinámico, que todos admiran. En nuestro país, estos bailes, del salón elegante, pasaron a la enramada rústica, y nuestros campesinos crearon formas muy propias de ambos bailes, tanto en lo melódico como en lo coreográfico, que aunque reciben los nombres de polka y mazurca, no serían musicalmente todo lo ortodoxos que un buen conocedor de la música requeriría. Hasta en los cuentos dominicanos se ha colado el uso de estos bailes, y famoso es el de la anciana que entremezclaba los brincos de la polka con las ventosidades producidas por una hartura de aguacates, es decir ya nos hemos identificado con estos bailes y los consideramos cosa propia. Pero a pesar de esto, se consideraban algo olvidado o perdido por muchos, aunque al fin ya hemos procedido a su rescate y el 25 de diciembre de 1977, el Ballet Folklórico Dominicano hará una producción especial que se llamará “Carnet de baile de 1890” en la cual se escenificará un baile de la época, tal y como ocurría en los tiempos de antaño.

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Los trajes, producto de una labor de investigación, escenificarán el ambiente y los bailes comprenderán: la cuadrilla, la mazurka, la tumba, la contradanza, la polka y el carabiné. Es pues, después de un trabajo de investigación extenso, que vuelven la polka y la mazurka, para ser admirados por todos quienes vayan al Sheraton el 25 de los corrientes, para ver cómo se desarrollaba un baile de época en nuestro medio. La decoración se ajustará a los usuales por el pueblo dominicano y estarán a cargo de Hans Indrikovs Valera, y ajustadas a nuestros trabajos de investigación y proyección de la cultura popular.

Revista Camerinos, No. 7, primera quincena de enero, 1977, pp. 24-25.

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Proyección social del Ballet Folklórico Dominicano

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En abril de 1975, hizo su primera presentación el Ballet Folklórico Dominicano, causando una profunda impresión entre aquellos que pudieron apreciar dicho espectáculo, porque tenía una forma nueva de ver y proyectar la cultura dominicana, presentando los hechos sin ninguna clase de desfiguración, ni concesión al público para que pudiera apreciar la verdadera cultura popular dominicana sin cortapisas ni enmiendas de ninguna clase. Durante el primer año de su vida, se hizo un promedio de 1.10 presentaciones semanales, pues fue llamado a trabajar en toda clase de eventos, telemaratones, clubes culturales, hospitales, conferencias, etc. Y la Casa de Teatro hizo del grupo su residente habitual ofreciéndole sus salones para ensayos diarios y su escenario para una presentación o dos mensuales. Los juicios críticos no se hicieron esperar y la aprobación al grupo fue consignada por altas personalidades, desde el Lic. Goico,3 Honorable Señor Vice-Presidente de la República y Presidente del Teatro Nacional, hasta las de Edna Garrido, y altos empleados de la Unesco de paso en el país que pudieron contemplar el grupo actuando. En su segundo año, el grupo comenzó a trabajar semanalmente en el Show del Mediodía, y eso hizo por fuerza que en ese segundo año, hicieran mucho más de una presentación a la semana. Se hizo una presentación especial en el Día del Café, que se titulaba, “VIDA, MUERTE Y RESURECCIÓN EN EL CAFETAL” a la cual hicieron sus aportes los integrantes del ballet en un viaje de investigación de varios días a zonas cafetaleras auspiciado por la Secretaría de Agricultura. El espectáculo constituyó un verdadero hito de ese género en el país, como lo testimoniaron los miles de ojos llorosos de los campesinos que lo contemplaron y los ardientes elogios de boca de los funcionarios de Agricultura.

Ese segundo año de trabajo la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos le cedió al Ballet Folklórico Dominicano un local en su nuevo edificio de la avenida Duarte y desde esa fecha el Ballet Folklórico Dominicano abrió su Escuela de Bailes Folklóricos, gratuita para todos los dominicanos. Antes de cumplir su tercer año de existencia, ya el Ballet había actuado en el Teatro Nacional, bajo un contrato de 12 funciones en un año, y no solo se cumplieron en el tiempo prescrito, sino que se hicieron varias funciones adicionales, lográndose que todas se efectuaran a “casa llena” como se dice vulgarmente. Durante ese año se había establecido como una costumbre que no había una convención, congreso o reunión internacional de importancia que no estuviera completa si el Ballet Folklórico Dominicano no hacía una presentación para los delegados extranjeros, uniéndose los moradores del interior del país, pues se le llamaba para actuar en las Fiestas Patronales y celebraciones de cierta relevancia, actuando en menos de dos meses 3 veces en Santiago y 3 veces en la Vega, además de muchos otros lugares del país que sería prolijo enumerar. Antes de cumplir sus tres años se había contratado al grupo para actuar en Miss Universo, evento que le dio proyección mundial al grupo pues fue contemplado, bien comentado y acogido por una cifra oficial que llega a los 680 millones de personas. Si bien la trayectoria del Ballet ha sido meteórica, no deja de ser muy importante, la obra de la Escuela de Bailes Folklóricos, pues aunque por razones de espacio ha tenido que limitar su cupo a 90 alumnos, los prepara eficientemente y muchos de los primeros alumnos han pasado ya a integrar el número de miembros del Ballet Folklórico Dominicano.

3 Nota del Editor: Licenciado Carlos Rafael Goico Morales.

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La Escuela de Bailes Folklóricos hace presentaciones gratuitas a nivel de parques, clubes culturales, entidades, asociaciones y escuelas que los solicitan y logra de esta manera darles un rígido entrenamiento a sus estudiantes. La obra social de esta escuela ha sido bien comprendida pues tiene un calendario de compromisos bien apretados y a veces ha tenido que presentarse en dos lugares distintos en el mismo día, pero su gran número de alumnos le permite hacer esto.

Pero hay dos hechos fundamentales que dicen mucho de lo que ha alcanzado la organización en tampoco tiempo. El Ballet Folklórico fue escogido por el Teatro Nacional para celebrar con una de sus presentaciones el IV aniversario de esa institución, la cual se dio con el salón rebosado, gentes sentadas en los pasillos y devolviendo a más de 400 personas que no pudieron comprar taquillas. Los alumnos del Ballet Folklórico fueron escogidos por el comité Organizador de los II Juegos Deportivos Nacionales para asesorar a todos los grupos folklóricos del interior que vienen a presentarse con motivo del evento. Nos sentimos satisfechos por tanto reconocimiento, pues si la lucha ha sido difícil, al fin el pueblo está identificándose con su verdadero folklore.

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El Ballet Folklórico Dominicano, recibió el trofeo El Dorado correspondiente al año 1976, como el mejor grupo folklórico del país, lo cual sin duda constituye un gran honor que nos obliga a superarnos cada día y ya la institución cuenta con 60 integrantes, que constituyen cuatro conjuntos musicales: El Perico Ripiao, el conjunto de Atabales, la Orquesta Cocola y la Orquesta de cuerdas; un cuerpo de bailes con 12 parejas, un coro y todo el personal accesorio a sus necesidades y como prueba máxima de su aceptación por el pueblo, hoy día miembros del Ballet, están dando clases de bailes folklóricos en 8 colegios diferentes, además de los muchos grupos que han surgido de los alumnos de las Escuela de Bailes Folklóricos. Positivamente el Ballet Folklórico Dominicano, está realizando una adecuada obra de proyección social en nuestro país. Revista Camerinos, No. 3, primera quincena de noviembre, 1977, pp. 28-30.

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Agradecen Señor director: Muy cortésmente, tenemos a bien desearle por medio de la presente, un saludo muy cordial y nuestros mejores deseos que esa empresa siga llevando a los hogares dominicanos una campaña cultural, tan intensa como la que hasta ahora han tenido. Los miembros del Ballet Folklórico Dominicano, hacen llegar a ustedes, además por este medio, la honda satisfacción que les ha producido la forma destacada con que esa revista se ha ocupado de dar a conocer los estudios que uno de nuestros componentes realiza en la ciudad de Nueva York que promete ser de una gran trascendencia para el futuro de nuestra institución. El señor Cordero, tan bien tratado por vuestra revista, se ha tomado un gran empeño en las tareas asignadas, y regresará a nuestro país con una maestría en danza de la universidad de Brooklyn, para poner sus conocimientos al servicio de cultura dominicana. Al propagar ustedes, esa noticia, han dado a conocer que nuestra institución se está preparando en pro de la cultura dominicana, para llevar a los humildes la oportunidad de integrarse a ese gran movimiento de rescate de la cultura dominicana y su proyección a nivel popular. Al reiterarle nuestro agradecimiento, no podemos dejar de pedirle hacer llegar nuestros mejores votos al señor Natera, un periodista eficiente que se preocupa de buscar la noticia donde esté y tener a sus lectores bien enterados del acontecer artístico, y al mismo tiempo deseamos que sigan ustedes en su campaña cultural. Con las muestras de la más alta consideración y estima, le saluda, Su Afectísimo y Atento, seguro servidor Fradique Lizardo (Director General)

Revista ¡Ahora!, 11 de diciembre de 1978.

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El Rescate de Nuestra Cultura El B.F.D. en el Primer Festival de Música y Danza Afroamericana de México Del 18 al 30 de marzo del presente año, el Ballet Folklórico Dominicano asistió al Primer Festival de Música y Danza Afroamericana y al Primer Encuentro de Etnomusicólogos sobre el problema afroamericano. Este último evento se desarrolló en una serie de mesas redondas que tuvieron los temas siguientes: Panorama actual de las Artes Afroamericanas y Africanas Tradicionales, Artes Afroamericanas Tradicionales e Identidad Étnica, Artes Afroamericanas Tradicionales y Luchas de Liberación, en las cuales expusieron los delegados siguientes: Marjorie Whylie (Jamaica), Jesús Humberto Muñoz Taboada (Honduras); Ferere Laguerre Fils (Haití), Tomás García Pérez (Ecuador), Victoria Santa Cruz (Perú), Isabel Aretz, (Venezuela), Luis Felipe Ramón y Rivera (Venezuela), Lesie Raymond George (Panamá), Gabriel Mohedano (México); Argeliers León Pérez (Cuba), Gonzalo Aguirre Beltrán 24

(México); Luz M. Martinez Montiel (México), Tomas Stanford (México) y Fradique Lizardo (República Dominicana) a quien le cupo el honor de clausurar el evento.


Cada uno de los expositores hizo muy interesantes aportes al tema tratado, y se suscitaron discusiones muy interesantes y esclarecedoras, sobre aspectos poco dilucidados antes. Para algunos, para los dominicanos por ejemplo, fue revelador el hecho de que el delegado de Panamá, en su exposición, ilustrara, sobre el hecho de que la palabra “jorominga” de uso corriente entre los negros Congos de Panamá, signifique "niño" en algunos idiomas bantúes, cuando aquí en Santo Domingo, tenemos “La Jorominga” como baile procedente de Santiago, recogido por nosotros en 1963 y presentado a la audiencia nacional en el Festival con que el gobierno de Juan Bosch, celebró el Centenario de la Restauración. En el Festival de Danzas, participaron los grupos siguientes: Conjunto de Danzas Nacional de Jamaica; el grupo “Garifuna de Honduras”; el grupo “Con Venezuela”, de Venezuela; El Conjunto Nacional de Folklore del Perú; el Ballet Folklórico Dominicano de República Dominicana; Los Congos de Colón, de Panamá; el conjunto de Danza Nacional de Cuba; Conjunto “Presencia de Esmeralda”, del Ecuador; Danza de los Diablos de Guerrero, de México y el Ballet Folkórico Nacional de Haití. El coordinador del evento fue Francisco Cataneo Pérez, quien desde principios del año pasado nos envió la invitación para el evento que inicialmente, iba a ser en agosto de 1979, luego en vista de nuestra negativa a participar en esa fecha, por nuestra gira a Europa, que coincidió con la de otros grupos, se acordó celebrarlo en diciembre, y luego en marzo de 1980. Las presentaciones de los grupos se hicieron en la Sala Nezahualcóyotl, en el Gimnasio Juan de la Barrera y en la Arena de México. Además de las presentaciones oficiales del Festival, el Ballet Folklórico Dominicano fue invitado a presentarse por el Instituto Mexicano de Seguros Sociales, lo cual se hizo en el 4 Teatro del Centro Vocacional de Oaxtepec, dependencia del IMSS. La primera de nuestras presentaciones, puede decirse que fue una verdadera apoteosis, ya que fue toda la colonia dominicana en México portando banderas de la patria, y al terminar nuestra presentación, llenaron literalmente el piso del escenario de rosas, con una ovación unánime de más de 10 minutos. La Embajada Dominicana respaldó todas nuestras presentaciones en la capital azteca y el embajador Barinas Coiscou,5 ofreció un sancocho en su casa al grupo, fiesta que fue compartida por todos con mucha alegría. El cónsul doctor Valdez y las secretarias Iselsa Cabrera y Briniella Fernández, se ocuparon de acompañarnos cada minuto y ofrecernos todo aquello que pudiera hacer falta. A nuestro regreso, entregamos a la embajadora doña Marianne de Tolentino 34 artículos de crítica, favorables al ballet, aparecidas durante nuestra permanencia en México, luego nos enviarían otras más. Fue una oportunidad extraordinaria para los miembros del BFD, poder observar las diferentes manifestaciones de la cultura afroamericana, y los matices diferentesque ha ido asumiendo en las diferentes latitudes, asociándose algunas veces a elementos de procedencias muy extrañas, para darnos nuevos elementos que participan así de un sincretismo muy interesante. 4 5

Nota editorial: Instituto Mexicano del Seguro Social. Nota editorial: Sócrates Barinas Coiscou.

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El evento fue auspiciado por UNAM, FONAPAS y CREA6, entidades a las cuales deseamos aprovechar para expresarle nuestros parabienes por el éxito del festival, y así como a la Cancillería Dominicana, que propició nuestro viaje a México en conjunción con la Secretaría de Turismo. Y esta vez, como cada oportunidad que se nos da, hicimos todo lo posible por poner muy en alto el nombre de la patria y proyectar en forma seria y eficiente la cultura dominicana. Listín Diario, 31 de mayo de 1980, p. 30.

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Nota editorial: Siglas correspondientes a Universidad Nacional Autónoma de México, Fondo Nacional para Actividades Sociales y Consejo Nacional de Recursos para la Atención De La Juventud, respectivamente.

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El Rescate de Nuestra Cultura Almanaque Folklórico Dominicano

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El Museo del Hombre Dominicano acaba de poner en circulación un “Calendario Folklórico Dominicano”, de Iván Domínguez, José Castillo y Dagoberto Tejeda. Todo cuanto venga a enriquecer la bibliografía de nuestro folklore, debe ser saludado con alborozo, sobre todo cuando trata de temas que no habían sido estudiados anteriormente y como tal, un Calendario Folklórico entre nosotros debe ser un libro de consulta permanente que nos guie a las celebraciones tradicionales para poder contemplar aspectos de nuestra cultura popular, que por desconocimiento de ciertos datos, se hacen difícil de localizar para el dominicano común. Celebramos pues la idea de los autores, de compilar esta guía, aunque deseamos aprovechar la ocasión para invitar la atención de los señores Domínguez, Castillo y Tejeda, a ciertos aspectos del libro que comentamos que pueden ser mejorados. El dominicano en general, tiene la epidermis extremadamente sensible a la crítica, y desde ya nos adelantamos, que hacemos estas notas, con el mejor los deseos, pero seríamos inconsecuentes con nosotros mismos, si callamos cosas vitales que pueden y deben ser corregidas en ediciones futuras, esto pues debe considerarse y es una crítica sana y constructiva, y esperamos que así sea acogida. Adolece la obra de una sección de informantes, parte principal de todo tratado de investigación folklórica en la cual queda completamente invalidada, como una obra científica seria. Esto se explica porque el investigador de folklore, trabaja con recuerdos débiles en una parte de los casos, y como único medio que habla en defensa de su seriedad, es la presentación de su fuente de informaciones y fijado por Congresos de Folklore desde hace más de cinco décadas, está el no aceptar como obra seria, de verdadera investigación cualquier tratado que carece de informantes. El folklore como ciencia tiene sus reglas, y su metodología y nos adaptamos a ella o no estamos haciendo folklore. De las 80 entradas que tiene el Calendario Folklórico Dominicano 24 no tienen indicación alguna del lugar donde se celebran y resulta entonces, que el esclarecimiento que puede traer la publicación acerca de la celebración de estas fiestas es totalmente nulo. Esto debe de corregirse, pues resulta imposible que se haga una publicación para guiar al público y se olvide decirle el lugar hacia dónde lo guía. No vemos qué objeto ni sentido tiene esta clase de guía. Ninguna de las fiestas movibles del Santoral Católico están indicadas con claridad, sino por el contrario inducen a confusión y a error. Tomemos por ejemplo el “Espíritu Santo”, que está indicado de manera fija como que se celebra entre el 6 y 10 de junio, en el poblado de Villa Mella. Por casualidad la misma noche que se puso el calendario en circulación que caía entre esas fechas, un grupo de investigadores y personas de cierta connotación, entre las cuales se encontraba la profesora June Rosenberg, doctor Pascal Peña y Peña, doctor Abel Fernández Mejía, profesora Silvia Reinoso de Abud, Arid Mejía, Alberto Bass, y un grupo de estudiantes de la UASD 7 y miembros del Ballet Folklórico Dominicano, además del suscrito, nos acercamos al poblado de Villa Mella, siguiendo las indicaciones del recién estrenado Calendario Folklórico Dominicano a ver la fiesta del “Espíritu Santo” y sucedió que había pasado hacía más de 20 días.

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Nota editorial: Universidad Autónoma de Santo Domingo.


Esto sucedió, porque el “Espíritu Santo”, corresponde a la celebración del “Pentecostés” cristiano y es 40 días después del Domingo de Resurrección. Casos como éste deben ser aclarados para evitar confusión, y se logra con una simple hojeada a un santoral católico, que los autores no tuvieron el cuidado de hacer. Otra aclaración que tiene que hacerse de inmediato, es la distinción entre fiestas populares y fiestas privadas, a las cuales solo tienen acceso los invitados. Pues si a últimas comienzan a llegar multitudes, los dueños pueden clausurarlas y en este caso, el Museo del Hombre Dominicano está contribuyendo a la erradicación de una serie de eventos para el estudio de ciertos aspectos de cultura popular y creemos que los fines del Museo, son precisamente los contrarios. Para nosotros sería inadmisible bajo ninguna circunstancia la publicación de fiestas privadas, pero ese es un criterio completamente personal. Otro caso deplorable es la iconografía sin pie de identificación. En obras como esta, una foto sin pie, puede ser igual si representa una puesta de sol en un fior noruego, las fases de la luna o una planta rara del Amazonas. El interesado quiere explicaciones. El autor se las debe. Una eficaz identificación de estas costumbres, incluso puede servir para atraer a quien no esté directamente interesado. No vale la pena hacer un viaje de investigación tomar una buena foto y publicarla sin identificar ¿Cuál el objeto de enseñarla? Hay muchos otros errores menores como cuando se le atribuye a Amancia Germán Pérez la celebración de la Fiesta de la Sarandunga por más de 50 años. Esto no cierto y hemos publicado una foto de fines de los 40 en que Lorenzo Pérez, era quien llevaba la organización de la fiesta y aparece Amancia como una jovencita bailando. A la muerte de Lorenzo Pérez, a principios de la década del 50, fue que Amancia se hizo cargo de la celebración de la fiesta. Estas publicaciones siempre deben orientar, jamás deben llevar la confusión sobre ningún dato a nadie, pues a la postre sale perdiendo la cultura popular.

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Es una lástima que el Museo del Hombre Dominicano, que se ha preocupado por la alta calidad científica de sus publicaciones, no se tomara el trabajo de verificar pequeñas cosas antes de publicarlas y sobre todo que sacara un libro de folklore sin su lista de informantes, despreciando así la metodología científica del folklore que así lo exige (Ver Isabel Aretz, Calos Vega o cualquier expositor de técnica de folklore). Esto es más lamentable, cuando Iván Domínguez y José Castillo, constan en archivos del Museo del Hombre Dominicano, como alumnos del Cursillo de Folklore que nosotros impartiéramos y como alumnos del Cursillo de Folklore de Luis Felipe Ramón y Rivera e Isabel Aretz, lo cual les dio conocimiento suficientes para saber que solamente la falta de su lista de informantes, hace que su obra esté invalidada, como obra de consulta seria. Debemos de ajustarnos a la metodología del folklore en todo. Esperamos que las futuras ediciones de la obra, vengan corregidas, para que pueda ocupar el verdadero sitial que merece, entre las obras de investigación seria de la cultura dominicana. Listín Diario; sábado 1 de julio 1978, p. 42. Santo Domingo.

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Merengue Runs in the Blood of Dominicans Edited by JOSE ML. HENRIQUE Consultant: FRADIQUE LIZARDO

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The merengue is the most extensive of all the Dominican dance and is popular throughout the whole country from rural areas to the cities and in every kind of setting be it religious or secular. For that reason it is danced at any time and for whatever reason. The choreography of the merengue is very simple. The couple dances entwined, the man with his right arm around the lady’s left shoulder and holding her right hand in his left, thus indicating the direction in which they will turn. The merengue is the Dominican dance on which the most text has been written and undoubtedly will continue to be written since everybody has something to say about it. When the merengue appeared around mid-19th century, the instruments then used to play it were the bass drum and gourd. Through the infiltration of the Puerto Rican danza and limited just to a few circles there was added the bombardino, a small tuba, and this instrument is played in many remote localities today. At the end of the century, the accordion came to the Dominican Republic and replaced the guitar. Today, the trio of accordion, gourd and bass drum are considered the classic accompaniment for the merengue and has earned itself the name of “perico ripiao”. The “perico” is a small parrot and “ripiao” is slang for intense. In the southern region of the country, where the bass drum is superceded by a large one called the balsié, the merengue trio is known by the name “pri-pri”, an attempt to describe the sound of the instrument which established itself in the Cibao area during 1915-1916. The contemporary merengue, which emerged during the same period, consists of three sections written in two quarter time: 6.The paseo or promenade, an alegretto introduction of eight bars which can be repeated and during which the dancers parade in musical style. The paseo comes from the polka and was introduced to the West Indies at the end of the 19th century. 7.A repeated section of sixteen bars, allegro moderno, called the merengue which is probably the musical form of the dance and is usually sung. 8.The jaleo, or hand clapping to mark the rhythm, the term also meaning “to have a good time”. It is composed of four bars, two based on the dominant harmony and two on the tonic which are repeated many times and with many variations. A dance called the merengue was prohibited in Puerto Rico by order of Governor Pezuela in 1849 in an edict stating: “The dance which is commonly called the merengue, having become a cause among the people of this island of depravity of customs among those who perform it and a scandalous sight to all who view it, henceforth prohibited under a penalty of $50 fine for those who permit in their houses and of ten days in prison for those who perform it.” As to the origin of the merengue we do not have a clear idea. There was definitely a dance called the upa, urpa or merengue whose appearance was reported for the first time in Havana, Cuba, whence came the name upa habanera which circulated in the Caribbean at about the middle of the last century.

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Beginning as a very simple dance, the merengue modified its structure as it became popular. The emergency of the paseo was a fairly early introduction. The merengue has so changed in form that the paseo has been eliminated completely and is no longer played. The merengue has produced an important variation called the “pambiche”. It supposedly originated in Puerto Plata to please the U.S. Marines who occupied the country in 1916. In it, the merengue is played more slowly and since the new music was not a fox trot, then a highly popular step, it picked up the name “pambiche”, a corruption of Palm Beach, a tropical cloth that was neither Army-issue drill nor cashmere. There is not much difference between the choreography of the merengue and the pambiche except that the latter is danced more slowly. In the decade of the ’50, Dr. Luis Senior, a Dominican doctor and amateur composer, launched what he called the “bolemengue” which was a mixture of the bolero and the merengue and has become a genus of Dominican music. One of the greatest composers of our country was maestro Luis Alberti, writer of the internationally well-known merengue “Compadre Pedro Juan”, forever inscribed in the annals of Dominican dance. The Santo Domingo News, July 25-August 1, 1980, p. 10.

El Merengue Corre en la Sangre de los Dominicanos Editado por JOSE ML. HENRIQUE Consultor: FRADIQUE LIZARDO El merengue es el más entendido de todos los bailes Dominicanos y es popular en todo el país, desde áreas rurales hasta las ciudades y en todo tipo de escenario, ya sea religioso o secular. Por este motivo se baila en cualquier momento y por cualquier razón. La coreografía del merengue es muy simple. La pareja baila entrelazada, el hombre con su brazo derecho alrededor del hombro izquierdo de la dama y sosteniendo ella su mano derecha con la izquierda de él, indicando así la dirección en la que girarán. El merengue es el baile dominicano del que más textos se han escrito e indudablemente se continuará escribiendo ya que todo el mundo tiene algo que decir al respecto. Sin embargo, nada sobre él fue mencionado antes de 1844, el año de la independencia dominicana.

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En la región sur del país, donde el bombo se remplazó por un tambor más grande llamado balsié, el trio del merengue es conocido por el nombre “pri-pri”, un intento por describir el sonido del instrumento que se estableció en el Cibao durante los años 1915-1916. El merengue contemporáneo que emergió durante ese mismo periodo, consiste en tres secciones escritas a tiempo de dos cuartos: 1.El paseo, una introducción de alegretto de ocho compases que se pueden repetir y durante el cual los bailarines desfilan en estilo musical. El paseo proviene de la polka y fue introducido en las Antillas a fines del siglo XIX. 2.Una sección repetida de dieciséis compases, allegro moderno, llamado merengue, que es probablemente la forma musical del baile y generalmente se canta. 3.El jaleo o palmadas para marcar el ritmo, el término también significa “pasar un buen rato”. Está compuesto por cuatro compases, dos basados en la armonía dominante y dos en la tónica que se repite muchas veces y con muchas variaciones. Un baile llamado el merengue fue prohibido en Puerto Rico por orden del gobernador Pezuela en 1849 en un edicto que decía: "La danza que comúnmente se llama merengue, se ha convertido entre la gente de esta isla en una causa de depravación de costumbres entre los que lo realizan y un espectáculo escandaloso para todos los que lo ven, de ahora en adelante prohibido bajo pena de multa de $50 para aquellos que permiten en sus casas y de diez días en prisión para aquellos que lo realizan”. En cuanto al origen del merengue, no tenemos una idea clara. Definitivamente hubo un baile llamado upa, urpa o merengue cuya aparición fue reportada por primera vez en La Habana, Cuba, de donde vino el nombre upa habanera que circuló en el Caribe a mediados del siglo pasado. Comenzando como una danza muy simple, el merengue modificó su estructura a medida que se hizo popular. La emergencia del paseo fue una introducción bastante temprana. El merengue ha cambiado tanto que el paseo se eliminó por completo y ya no se baila. El merengue ha producido una variación importante llamada el ‘pambiche”. Supuestamente se originó en Puerto Plata para complacer a los marines estadounidenses que ocuparon el país en 1916. En él, el merengue se toca más lentamente y como la nueva música no era fox trot sino un paso muy popular, tomó el nombre “pambiche”, una corrupción de Palm Beach, una tela tropical que no era ni drill ni casimir del ejército. No hay mucha diferencia entre la coreografía del merengue y el pambiche, excepto que este último se baila más lentamente. En la década de los años 50, el doctor Luis Senior, médico dominicano y compositor aficionado, lanzó lo que llamó el bolemengue, que era una mezcla del bolero y el merengue y se ha convertido en un género de la música dominicana. Uno de los más grandes compositores de nuestro país fue el maestro Luis Alberti, escritor del internacionalmente conocido merengue “Compadre Pedro Juan”, inscripto para siempre en los anales de la danza dominicana. The Santo Domingo News, 25 de julio-1 de agosto, 1980, p. 10.

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PRODUCCIÓN María Amalia León Presidente de la Fundación Eduardo León Jimenes Directora General del Centro León SUPERVISIÓN GENERAL Luis Felipe Rodríguez COORDINACIÓN Carlos Andújar ASISTENTE DE COORDINACIÓN Nicole Marie Valverde Pantaleón ESCRITOS E IMÁGENES Fondo Fradique Lizardo del Folklore Dominicano TRANSCRIPCIÓN Aurelio Polanco CUIDADO EDITORIAL Daniela Cruz Gil DISEÑO DE PORTADA María Isabel Tejeda DIAGRAMACIÓN Constructivo Project

Centro Cultural Eduardo León Jimenes Los Cuadernos Fradique Lizardo del Folklore son publicaciones semestralmente iniciadas en 2019 con insumos del Fondo Fradique Lizardo de Folklore Dominicano, declarado Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Uruguay, bajo custodia del Centro León.

ISSN 2737-6907



CENTRO CULTURAL EDUARDO LEÓN JIMENES

AV. 27 DE FEBRERO NO. 146 VILLA PROGRESO SANTIAGO DE LOS CABALLEROS REPÚBLICA DOMINICANA TEL. 809 582 2315 Fax. 809 724 7644 www.centroleon.org.do


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