La enfermedad renal

Page 10

PSICOLOGÍA Y DESARROLLO HUMANO

¿QUIÉN SOY YO?

A

unque para muchos sería sencillo responder a esta pregunta, nos preguntamos si en verdad conocen lo que significa esa realidad llamada “Yo”.

Podríamos pensar que el Yo es la conciencia de uno mismo, sin embargo, ya en el siglo XIX se puso de manifiesto la existencia del inconsciente, y con ello estableció las bases de la postura vigente sobre la persona: el hombre no es un ser transparente frente a su propia inteligencia, sino un sujeto carnal, pulsional y oscuro, con una conciencia de sí solo parcial. La conciencia es como poner los objetos (las acciones, las experiencias, las vivencias) en la luz; la conciencia solamente los ilumina para poder verlos y decir: están ahí, están sucediendo y yo soy consciente de ello; los veo, pero eso no significa que los conozco. El papel esencial de la conciencia consiste, entonces, en constituir el lugar del Yo y de la subjetividad. Somos personas no sólo porque seamos conscientes de nuestra actividad, sino por algo mucho más profundo que posibilita ese darse cuenta: por la existencia de un espacio interior en el que vivimos y habitamos, en el que introducimos y arraigamos nuestras experiencias, del que surgen nuestros sentimientos, nuestros amores y nuestros odios y al que vuelven una vez mezclados y enfrentados con el mundo. Es el lugar de la subjetividad. El Yo no puede existir si no es amparado y acogido por la subjetividad. Y la existencia de este espacio es posible gracias a que la segunda dimensión de la conciencia consiste en formar la experiencia vivida, lo que permite al hombre experimentar de modo particular la propia subjetividad. La conciencia tiene, pues, dos dimensiones: una por la que nos damos cuenta de nuestros actos y, otra, la más fundamental, por la que los vivimos interiormente.

8

Existe dentro de nosotros una dimensión de naturaleza psíquica que escapa, al menos parcialmente, al dominio de nuestra conciencia; hablamos del inconsciente, mencionado con anterioridad. Esta dimensión psíquica no consciente de la persona contiene, fundamentalmente, su energía pulsional reprimida. Todos los impulsos rechazados por el Yo-consciente de la persona se acumulan en el inconsciente y allí aguardan, presionando al sujeto, hasta que son liberados de uno u otro modo. Una de las formas de liberación se produce cuando, por las razones que sean, el sujeto suprime la censura que el Superyo impone al Yo y, entonces, los impulsos reprimidos salen a la luz y se ejecutan. Si esto no sucede, buscan salida por medios indirectos como, por ejemplo, a través de los sueños. Cuando los impulsos reprimidos no encuentran MARZO - ABRIL 2022

Victoria Molina / Psicoterapeuta ningún tipo de salida, es cuando se producen las patologías. Para comprender un poco mejor estos conceptos diremos, muy brevemente, que el aparato psíquico freudiano esta formado por tres instancias que son el Ello, el Yo y el Superyo. La formación del Yo comienza con el nacimiento, en el primer encuentro con el mundo externo. El YO, ateniéndose al principio de realidad, trata de ajustar las pulsiones del ELLO (dominado por el principio del placer) a las exigencias del SUPERYO (dominado por el deber moral). Su papel, por tanto, es interceder entre los impulsos y deseos instintivos, por un lado, y las presiones morales, por otro, fuerzas a menudo inconscientes; y entre éstas y las exigencias del medio externo. Vemos con esto que el Yo tiene un importante papel mediador y regulador para mantener las partes “contentas” y lograr un funcionamiento adecuado y armónico. Un acto del Yo es correcto cuando logra satisfacer al mismo tiempo las exigencias del Ello (principio del placer), del Superyó (restricción de satisfacciones) y de la realidad (principio de realidad); es decir, si logra conciliar mutuamente las respectivas pretensiones de un individuo. El resultado es el logro de un equilibrio, el cual se traduce en una adaptación óptima. Por lo tanto, las funciones yoicas son componentes del psiquismo, capacidades ejecutivas que fortalecen el yo para la adaptación e interacción del individuo al medio ambiente, procurando liberarlo de ansiedades y ayudando a sortear dificultades. Muchos autores han enumerado y discutido las distintas funciones del Yo, sin embargo, se han reconocido doce funciones yoicas que cumplen con cierta labor en las interacciones del individuo con el medio ambiente y consigo mismo; a continuación, dichas funciones: 1.- Prueba de realidad: es la encargada de distinguir entre los estímulos internos y externos, para que no se distorsione la percepción y por consiguiente la realidad del individuo; incluye la capacidad del individuo para orientarse en espacio, tiempo y persona. 2.- Juicio: se refiere a la capacidad para anticiparse a las posibles consecuencias de conductas que se intentan o se realizan, es una función social que permite al individuo interactuar con el medio social. 3.- Sentido de realidad del mundo y del sí mismo: se refiere a la medida en que los eventos externos son experimentados como reales y reconocidos por el individuo como parte de él; que su cuerpo o partes de éste le pertenecen sin llegar a un proceso de despersonalización caracterizado por la pérdida de la realidad, los déjavu y alguna experiencia disociativa; otro aspecto es que esta función regula la autoestima. 4.- Regulación y control de instintos, afectos e impulsos: se refiere a la capacidad del Yo para manejar y reprimir los impulsos que lo impactan, la expresión, sublimación y canalización de los mismos, así como el


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.