La Escalera del Exito

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CÉSAR CASTELLANOS D. © 2007.

Publicado por G12 Editores. eISBN 1-932285-74-1. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra en cualquiera de sus formas, gráca, audiovisual, electrónica, magnetofónica o digital sin la debida autorización de los editores. Cuando no se indica otra fuente, las citas bíblicas corresponden a la versión: Reina Valera, 1960 (Copyright Sociedades Bíblicas en América Latina) Edición Claudia Wilches y Doris Perla

Mora Portada y diagramación Julian Gamba Daniel Durán

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Colombia

AGRADECIMIENTO

AL SEÑOR JESUCRISTO pues ha permitido que la Visión sea clara en la vida de miles de líderes espirituales y creyentes alrededor del mundo, quienes han podido capturarla en sus corazones dando fruto abundante para el Reino de Dios.

CONTENIDO

Copyright Agradecimiento

Introducción

Prólogo

Capítulo 1: El poder de una Visión

Capítulo 2: La Visión del G12

Capítulo 3: La Escalera del Éxito

Capítulo 4: Ganar

Capítulo 5: Ganar en la célula

Capítulo 6: Consolidar

Capítulo 7: Pre-encuentro

Capítulo 8: El Encuentro

Capítulo 9: Discipular

Capítulo 10: El Reencuentro y el Encuentro de matrimonios

Capítulo 11: Seminarios de n de semana

Capítulo 12: Enviar

Bibliografía

Acerca del autor

INTRODUCCIÓN

«Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el n, y no mentirá. Aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá y no tardará» (Habacuc 2:2-3).

EL PROFETA Habacuc, libraba una tremenda batalla en oración. Su petición a Dios se centraba en el deseo de hacer algo, diciéndole:

«Y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne» (Habacuc 1:14).

Ante la inquietud del profeta, el Señor responde que para el tiempo del n vendría una visión de gobierno, en la que los creyentes no andarían mas como los peces del mar o como eros reptiles sin tener quién los gobierne. Tengo certeza de que el modelo que da plena organización de liderazgo y bases para el crecimiento, es el GOBIERNO DE LOS DOCE (G12), razón por la cual hemos preparado para usted este manual, que será un importante aporte para que su ministerio experimente un crecimiento tan grande que ni usted mismo lo ha imaginado.

Los tiempos que vivimos son gloriosos. Así como el mundo y la tecnología han avanzado y su meta es lograr mucho más en menos tiempo, nosotros, por medio de la Visión del G12 debemos avanzar y ganar las ciudades y naciones para Dios. Es su responsabilidad, hacer que cada miembro de su equipo se esfuerce por hacer que la Visión corra lo más rápido posible, sin que nada ni nadie la detenga.

Usted tiene en sus manos una llave que le abrirá las puertas para no solamente ganar almas para el Reino de Dios, sino que le mostrará los pasos que se deben

dar para retener el fruto y luego hacer que éste se multiplique.

Debido a que este es uno de los libros mas solicitados por aquellos que están interesados en hacer la Visión, fue que juntamente con el equipo editorial, vimos la necesidad de hacer una reedición, incluyendo algunos temas como el que tiene que ver con la nueva estrategia del ganar, y también los bosquejos de reencuentro, etc. Conamos en que este manual suplirá la necesidad de su ministerio.

A FINALES del año pasado el Señor nos dio una revelación en la cual nos decía que debíamos orar pidiendo sabiduría, inteligencia y creatividad: La palabra fue:

“Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Proverbios 2:2-6).

Comenzamos a reclamar esta promesa diciéndole: “Señor, Tu Palabra dice que Tú le das sabiduría e inteligencia a aquel que te la pide, anhelamos una nueva medida de ella…”. Este era nuestro clamor pues sabíamos que no estábamos operando en Su plenitud.

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).

Hemos aprendido de los Pastores César y Claudia Castellanos a orar basados en la palabra rhema dada por Dios y así comenzamos a pedirle al Padre creatividad, inteligencia y sabiduría. Su respuesta no se tardó en llegar y comenzamos a ver cambios no sólo en nuestras vidas sino también en el ministerio y todo lo que hacíamos. El Señor también nos habló en otro pasaje del libro de Ezequiel que decía: “…los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios” (1:1). Por medio de él entendimos que los cielos estaban abiertos y que era el tiempo de ver las visiones de Dios cumplidas en nuestras vidas.

Este también es su tiempo de “…cielos abiertos…”. Si ha soñado con ver

PRÓLOGO

multitudes rendidas a los pies de Cristo, si las ha visualizado ha llegado la hora de que sea una realidad. Este es su momento de avanzar en la visión de lo que ha anhelado conquistar para su Dios.

En una de las reuniones con los integrantes del equipo de doce en Miami, el Pastor Castellanos compartió una palabra que Dios usó para llevarnos a una nueva dimensión: “Despierta, despierta, vístete de poder…” (Isaías 52:1).

Entendimos que tal vez nos habíamos conformado con lo que ya habíamos conquistado. En Colombia, liderábamos un grupo muy lindo, una multitud se reunía en el coliseo; la iglesia como tal ya había visto las multitudes. Pero el Señor nos dijo: “No pueden estar conformes con esto porque Yo tengo mucho más para ustedes como iglesia; deben anhelar lo que yo verdaderamente anhelo”. Su deseo es que todos vengan al conocimiento de Jesús, que las almas conozcan Su Palabra, que sean discipulados hasta transformar naciones por completo.

Comenzamos a meditar en esta palabra que el Pastor compartió, queríamos despertarnos y vestirnos de poder para conquistar mucho más. En medio de esta búsqueda recibimos una estrategia divina, fácil y sencilla basada en la Palabra que habíamos obtenido, la cual nos permitiría alcanzar el primer millón de almas como miembros de la iglesia en Bogotá; lo creímos, la aplicamos y lo hicimos.

Aunque teníamos el manual de la Escalera del Éxito, y lo veníamos aplicando paso a paso con éxito, sentimos que Dios nos quería llevar a otro nivel, y era dándonos una estrategia fresca para el evangelismo. Esta es la estrategia divina que Dios nos dio: Que cada líder de la iglesia pueda contactar a tres personas cinco días de la semana (lunes a viernes), durante las cuatro semanas del mes (3x5x4) estaríamos alcanzando sesenta personas nuevas al mes.

Compartimos este desafío con el equipo de Colombia. Allí estamos discipulando ya los mil setecientos veintiocho (que es la tercera generación de grupos de doce); ellos aceptaron el reto y en el mes de Octubre nos lanzamos a la conquista. Al nalizar el mes, vimos que no sólo habíamos alcanzado la meta, sino que la habíamos superado, evangelizando más de 107.200 personas que hicieron su profesión de fe. Esto motivó tremendamente a todo el equipo

principal de Bogotá, quienes se unieron a la misma estrategia y en tres meses, como iglesia habíamos logrado evangelizar más de un millón de personas. Sabemos que ganar es solo el primer paso, y este es el momento de aplicar cada enseñanza de este manual, el cual nos llevará a transformar cada persona ganada, en un líder que pueda dar fruto abundante para Dios.

Capítulo 1: EL PODER DE UNA VISIÓN

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Génesis 12:2).

TAN PRONTO usted empieza a caminar por la senda de la vida cristiana, convertido en discípulo de Jesucristo y, por consiguiente, en seguidor y practicante de Sus enseñanzas, un velo se corre en su mente, su corazón y sus ojos. El panorama de la vida cambia ante usted porque el Señor lo convierte en un visionario.

Cuando Dios creó el mundo y en él al hombre, lo hizo guiado por Su inimitable capacidad creativa. Tuvo primeramente una visión de aquello que anhelaba establecer en la creación, y esto fue como derrotero para alcanzar el propósito de Su corazón. Somos la obra maestra de Dios (Efesios 2:10). El Señor estampó Su carácter en cada uno de nosotros y nos hizo partícipes de Su naturaleza; de igual forma, al hacernos a Su imagen y semejanza, nos ha dotado de capacidad creativa, la cual sólo podrá convertirse en algo efectivo para nuestra vida y nuestra labor al interior de la iglesia si nos atrevemos a ser visionarios.

La visión lo determina todo en el proceso hacia el éxito. A través de la historia bíblica notamos que Dios, para llevar a cabo Sus propósitos, siempre escoge un hombre a quien le revela Su voluntad, le da Sus planes y luego lo rodea de personas que, al identicarse con él, deciden apoyarlo en todo cuanto emprende, convirtiéndose en la fuerza que empuja la visión. Pues el Señor preere trabajar en equipo con el hombre que se atreve a creerle y está dispuesto a obedecerle.

¿QUÉ ES LA VISIÓN?

La visión es la idea de Dios revelada a la mente del hombre para que éste la ejecute.

Todo cuanto existe se ha originado en la visión que Dios tuvo de la creación.

Al trasladar al hombre esta capacidad, el Señor espera que luche por alcanzar una visión, ejecutando Su idea creativa. La visión es el ímpetu que ha impulsado a líderes destacados, forjadores del destino de una nación, sobreponiéndose a todo tipo de adversidades.

El concepto de visión ha sido manejado desde el inicio de la creación, siendo la idea misma de Dios lo que impulsó la ejecución de todas las cosas, incluyendo Su obra maestra, el hombre.

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” (Génesis 1:26).

También la visión consiste en tener una imagen clara de lo que Dios quiere que yo haga y que yo sea, pero es a través de la fe que entra en el plano espiritual y logra recibir esta idea creativa de Dios (visión) y la trae al plano natural, con la ayuda del Espíritu Santo.

Dios actúa a través de usted

Dios mora dentro de su vida y usted no debe oír otra voz que no sea la que está en Su Palabra. Cuando acepta la duda, el poder de Dios se debilita dentro de usted y el Espíritu Santo se contrista; pero cuando cree a la Palabra de Dios a pesar de las circunstancias, Su poder tiene libertad para obrar sin ningún impedimento, “ …pero a los justos les será dado lo que desean” (Proverbios 10:24).

Tenga una imagen clara de lo que quiere

Proyecte en su mente un cuadro tan claro como la imagen que aprecia en la pantalla del televisor; si usted ve una imagen borrosa, entiende que algo está mal con la señal o con el televisor. De igual modo, si su visión no es clara, algo está mal en la señal (su fe) o en su vida, sea por temor, duda, pecado o traumas.

Eleve su nivel de fe

La fe no es intelectual sino espiritual, por lo cual va más allá de los sentidos y de todo lo que nos rodea. Tiene que brotar de lo más profundo del ser, allí

donde el deseo de su corazón se une al deseo de Dios revelado en Su Palabra. Y en oración, usted persevera hasta tener la certeza de que Él ya recibió su clamor. “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4).

Espere un milagro

Al tener la certeza de que nuestra necesidad está en las manos de Dios, lo único que queda es esperar. Un milagro es el resultado de una lucha ganada en el plano espiritual a través de la fe. Cuando Dios me dijo: “Sueña con una iglesia grande”, entendí que el tamaño de la iglesia no estaba fuera sino dentro de mí; aquello que yo pudiera creer, eso sería lo que Dios me daría. Después de recibir la promesa de un hijo, Abraham tuvo que alimentar esa promesa con fe y fortalecerse a diario en Dios, batallando contra un espíritu de incredulidad que, cual un perseverante intruso, golpeaba a la puerta de los pensamientos del patriarca. Jamás abrió esa puerta; de haberlo hecho, habría impedido el advenimiento de sus generaciones.

“Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes; …delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia… Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”

(Romanos 4:17,18,20,21).

CARACTERÍSTICAS DE LA VISIÓN DADA POR DIOS

En términos generales, una visión dada por Dios muestra varios aspectos. Una motivación sana acompañada de pureza, contribuye al bienestar social y espiritual de la comunidad. Una visión correcta no produce alabanza personal sino a Dios, lleva a gloricar a Jesucristo. El Señor quiere que tomemos la

visión de cumplir con Su propósito en esta tierra. Las siguientes características ayudarán para que nos comprometamos más en el cumplimiento de Sus propósitos:

La visión, fuerza motivadora de los grandes líderes

Es la visión de Dios la que nos hace triunfadores. El líder de éxito se preocupa por saber cuál es el propósito del Señor para su vida y activa todas sus capacidades para desarrollarlo. El triunfo se obtiene cuando el hombre se dispone a cuidar sus pensamientos y se esfuerza por tener la mente de Cristo (Filipenses 4:8).

La visión, poder que vivica

Entrar en la visión implica permanecer en el plano espiritual para observar desde allí lo que deseamos que suceda en el plano natural; sólo así vemos las cosas con los ojos de Dios y llamamos lo que no es como si fuese. Como sucedió con el profeta Ezequiel cuando tuvo la visión del valle de los huesos secos, debemos comprender que la única manera de lograr un cambio en nuestra vida y en lo que emprendemos es con la intervención divina (Ezequiel 37:1-9).

La visión puede ser reproducida por un líder de éxito

La visión del Señor Jesús fue redimir la humanidad de una segura condenación. Aparte de Él, no existía ni existe otra esperanza para el hombre. Jesús tuvo la visión de salvarnos pagando un alto precio: el derramamiento de Su sangre, muriendo en la Cruz del Calvario. Nuestra labor es tomar Su visión y reproducirla en otros, compartiendo Su mensaje de salvación. “Libra a los que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte” (Proverbios 24:11).

IDENTIFICACIÓN DE LA VISIÓN

Usted comprende ahora qué es una visión y las cualidades que la identican como proveniente de Dios, pero es importante saber que Su visión se asocia a un liderazgo y a un ministerio; si posee un corazón sano y una actitud correcta, Él va a bendecir y prosperar la obra de sus manos. El deseo ardiente de su corazón debe ser el ganar su ciudad y su nación para Cristo, a través del gobierno de los doce; es decir, haciendo de cada miembro de la iglesia un líder capacitado para reproducir la obra de Dios.

Debemos entender que la Visión es:

- Ganar almas y hacer discípulos: Produciendo así un crecimiento rápido e integral en su ciudad y su nación, donde las personas no sólo son alcanzadas con el evangelio sino que se forman como discípulos de Jesús, dando fruto permanente a través del modelo de los doce.

El objetivo es:

- Hacer de cada miembro un líder: Desde hace varios años implementamos la visión, no considerando algo opcional el hecho de capacitarse bíblicamente, sino que se motiva a todos a recibir una capacitación efectiva en corto tiempo, esto es, a través de la Escuela de Formación G12. Este proceso se desarrolla a través de peldaños que denominamos La Escalera del Éxito, la cual consiste en: ganar, consolidar, discipular y enviar. Todo esto fundamentado en el principio de los doce.

INICIO DE LA VISIÓN

En los primeros siete años de ministerio tratamos de desarrollar la visión celular tomando como modelo la iglesia del Dr. Paul Cho de Seul Corea, pero el crecimiento en células era demasiado lento, pues en esos años tan sólo habíamos alcanzado un promedio de setenta células con un treinta por ciento de la membresía comprometida. No conocíamos lo que era el trabajo con los grupos homogéneos y el fruto que obteníamos no era el anhelado. Esto me

llevó a buscar al Señor en oración, porque sabía que tendría que existir otro mecanismo para implementar la visión; fue así como Él me dio una palabra especíca: “Te daré la capacidad de entrenar rápidamente a tu gente”. Fue lo que después se convirtió en la Escuela de Formación G12, y luego Él corrió el velo para revelarme el por qué de los doce.

¿A cuántos discipuló Jesús? Fue la primera pregunta que vino a mi mente. Pensaba en los textos que hablan de Su contacto con las multitudes, mas Él un día estaba con un grupo, y al siguiente con otro diferente. El único grupo con el cual tuvo un contacto permanente, fueron los doce que Él mismo llamó.

¿Por qué doce? ¿Por qué no once, o trece? ¿Por qué no se centró en capacitar las multitudes? ¿Por qué volcó Su fuerza en capacitar a doce? ¿Cuál es el secreto que hay en los doce?

En medio de estos interrogantes, Dios corrió más el velo y me reveló lo que hoy estamos desarrollando y que ya se implementa en otras naciones: El Gobierno de los Doce (G12). Las palabras del Señor venían de manera tan clara a mi vida, diciendo:

«Si entrenas doce personas y logras reproducir en ellas el carácter de Cristo que ya hay en ti, y si cada una de ellas hace lo mismo con otras doce, y si éstas, a su vez, hacen lo mismo con otras doce transmitiendo el mismo sentir entre unos y otros, tú y tu iglesia experimentarán un crecimiento sin precedentes” (g.1).

De inmediato comencé a ver en mi mente la proyección del desarrollo ministerial que tendríamos en poco tiempo. Luego Dios me mostró en visión la multiplicación que quería darnos y cómo, en sólo un año, creceríamos a un ritmo excepcional. Ante esa visión, sólo atiné a decir: “¡Dios mío, esto es extraordinario!”.

El modelo de los doce ha estado siempre en el corazón de Dios

El Dios Eterno decidió establecer el tiempo. ¿Cómo gobernaría una eternidad que no tiene n? La manera más sabia fue a través del gobierno de los doce. Desde la creación, Él estableció doce meses para gobernar cada año. Los días son gobernados por dos períodos de doce horas cada uno. En la Biblia, los números tienen un signicado muy importante:

1. Comienzo.

2. Equipo.

3. Trinidad.

4. Es un número terreno, los cuatro puntos cardinales.

5. Nos habla de los cinco ministerios y de los cinco continentes.

6. Es el número de hombre.

7. Es el número perfecto.

8. Signica gracia, más allá de la perfección.

9. Se relaciona con los nueve dones del Espíritu Santo que son la plenitud del Espíritu dentro de nosotros.

1. Redención

11. Nuevo comienzo (Deuteronomio 1:2).

12. Gobierno.

Dios escogió al pueblo de Israel y estableció gobernarlo a través de las doce tribus. El Señor escogió Su Iglesia y decidió gobernarla a través de los doce apóstoles. El número doce es el número de gobierno.

El modelo de los doce implementado para administrar

El rey Salomón designó doce gobernadores; cada uno estaba obligado a abastecer a él y su casa un mes al año. “Tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el año” (1 Reyes 4:7).

El modelo de los doce implementado para restaurar

En la época de Elías, cuando el pueblo se había entregado a la idolatría, había caído en la apostasía, el profeta, con gran celo espiritual, desafía a los profetas de Baal a demostrar el poder de sus ídolos ante el pueblo o que el Dios verdadero respondiera con fuego, aceptando el sacricio para el holocausto. Y el profeta inicia las obras de reconstrucción del altar de Dios que estaba en ruinas. “Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob… edicó con las piedras un altar en el nombre de Jehová” (1 Reyes 18:31,32). Preparado el holocausto, procedió a ofrecerlo a Dios en sacricio y Él no tardó en responder al profeta; por este acto, vino la reconciliación del pueblo con Dios. El modelo de los doce apunta a restaurar el altar arruinado de Jehová.

Si usted observa estas palabras, notará que el altar de Dios estaba en cenizas; lo mismo sucede en la mayoría de las naciones de la tierra. Se necesitan hombres y mujeres con Su celo, dedicados a trabajar, no en las paredes o estructuras de algún edicio, sino en las personas por las que Cristo derramó hasta la última gota de Su sangre, ya que el altar de Dios está caído en sus corazones muchas veces por causa del mal testimonio de algunos líderes religiosos. Por esto, muchos se alejan del Señor al sentirse defraudados en su fe.

El modelo de los doce implementado para reconciliar

No es casualidad que las últimas palabras del último libro del Antiguo Testamento expresen la manifestación del ministerio de Elías, diciendo: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”

(Malaquías 4:5,6).

Tengo la plena certeza de que en los tiempos que vivimos, que son nales, Dios desatará la unción de Elías que caerá como un manto sobre toda la tierra, moviendo a los líderes cristianos en diferentes lugares del mundo a actuar con el mismo espíritu del profeta, siendo la reconciliación familiar la prioridad.

Dios quiere que cada líder sea instrumento en Sus manos para traer paz a los hogares que hoy están al borde del colapso, debido a la pérdida de los valores espirituales.

El modelo de los doce implementado para la conformación de la nación de Israel

Dios se reveló a Moisés como el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Abraham representa al hombre de la fe; Isaac al hombre del sacricio, y Jacob al hombre de gobierno. La promesa de Dios a Abraham no se desarrolló sino hasta que vino el gobierno de los doce. La Biblia dice: “Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia” (Génesis 21:12). Isaac tuvo que tener un Jacob. Jacob tuvo que tener doce hijos que se convirtieron en los doce patriarcas; cada hijo se constituyó en una tribu y vinieron las doce tribus de Israel. Todo el tiempo que las doce tribus estuvieron unidas, el pueblo de Israel se fortaleció y prosperó; cuando vino la división, se debilitaron como nación, fueron oprimidos y subyugados por sus enemigos y esparcidos por las naciones de la tierra.

Ejemplo del Señor Jesús

Jesús invirtió la mayor parte de Su tiempo en la formación de doce discípulos. No se dedicó a enseñar y discipular a las multitudes, pues como ya mencioné, Su contacto con ellas era esporádico. Al estar entre la gente, Él suplía las necesidades, los sanaba, los liberaba, les ministraba pero no los formaba. Es más fácil formar doce personas que formar a quienes escucharon el sermón del monte. Jesús se centró en formar doce hombres, pues tenía como objetivo reproducir Su carácter en la vida de ellos; para que esto sucediera, debía quebrantar muchos esquemas religiosos.

Jesús se apartó de lo convencional. No buscó Sus doce en las mejores escuelas de teología; los escogió en una noche de oración (Lucas 6:11,12). No podemos elegir a nuestros discípulos por simpatía, por la capacidad intelectual, por su

oratoria, por las habilidades o los talentos humanos. Los escogemos porque el Espíritu testimonia a nuestro espíritu que tienen un corazón el. Al igual que un hábil artesano, como hace el alfarero con el barro, Jesús los tomó en Sus manos y fue formándolos. Tres años y medio trabajó en el carácter de cada uno; con Sus enseñanzas los descontaminaba de impurezas y les compartía verdades eternas para que, cuando ya no estuviera, ellos pudieran vivir en total dependencia del Espíritu Santo, tal como Él vivió. Los doce de Jesús fueron las columnas sólidas sobre las que descansaría gran parte de la fe cristiana. Él trabajó en sus vidas, y este es el pastoreo más ecaz. Los ganó en oración, los consolidó, los discípulo y los envió.

El modelo de los doce es de relación

Es fundamental reunirse una vez por semana. Es un tiempo enfocado en fortalecer las relaciones; no se tratan temas de negocios sino que se da importancia a los valores espirituales del equipo y al desarrollo ministerial, manteniendo una alta sensibilidad a la guía del Espíritu en cuanto a lo que Él quiere ministrar a cualquiera de ellos. Jesús tenía una relación permanente con Sus doce y podía detectar lo que estaba fuera de orden. Este contacto lleva a conocerles de manera personal y es esencial la ministración continua. Todos pasan por un proceso de sanidad interior y liberación, pues deben romperse cadenas y esquemas tradicionales, quebrantando toda opresión demoníaca. Quien no ha sido ministrado, no podrá ministrar.

Seleccione a los que dan fruto

Al seleccionar los doce, usted no debe escogerlos por amistad o por antigüedad, sino por el fruto. Primero formamos la célula; los líderes que más se destaquen en ella, que reproducen doce células en un año y siguen elmente el proceso, calicarán para nuestros doce. Están ganando su liderazgo por mérito, no por simpatía. Desde un principio trataremos que nuestros doce sean personas que den fruto dentro de la obra, que han captado la Visión y se están multiplicando.

Todos son ganadores de almas

Los doce, deben conocer muy bien qué es el trabajo evangelístico, deben saber buscar las almas. ¿Dónde están? ¿Cómo ministrarles? Manejar estrategias de evangelismo para llegar a las personas.

Desarrollan su trabajo de una manera homogénea

Las redes representan los grupos homogéneos: Hombres, mujeres y jóvenes, teniendo también un mensaje especial para los niños. El propósito de la conformación de los grupos homogéneos es llegar a la necesidad de cada persona. El mensaje de los hombres va dirigido a los hombres; las mujeres son ministradas en sus necesidades; los jóvenes son fortalecidos y motivados para que logren superar sus desafíos. Para llegar directamente al corazón de los niños los hemos agrupado por edades: 5-7 años, 8-10 y de 11-13.

Se fortalece el pastorado

Sus doce son sus pastores asistentes. Trabajan en armonía, no hay temor de que un líder de los doce quiera moverle la silla al pastor sino que son un equipo, todos luchando por sacar la Visión adelante. Es interesante que el Señor haya permitido que seamos como una familia que guarda un afecto profundo y respeto los unos por los otros. Un grupo apoya al otro grupo, y el que está fuerte apoya al débil.

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