antonio segui

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OrĂ­genes: la obra temprana de

Antonio

SeguĂ­ Curador: Edward Shaw mayo | junio 2007


FUNDACIÓN PARA LAS ARTES

EXPOSICIÓN

AGRADECIMIENTOS

Presidente Lorenzo Einaudi

Curaduría Edward Shaw

CENTRO CULTURAL BORGES

Organización y Coordinación en Buenos Aires Andrea Salice

Museo de Arte Moderno, Buenos Aires; Museo Provincial de Bellas Artes, La Plata; Malba - Colección Constantini, Buenos Aires; Centro de Arte Contemporáneo Château Carreras, Córdoba.

Director Ejecutivo Roger J. Haloua Gerencia Administrativa Débora Petchersky Asistente de dirección Cecilia González Relaciones Públicas e Internacionales Virginia Fabri Relaciones Institucionales Andrea Salice - María Pía Moreira Gestión Cultural Felipe Pullol Marketing Cultural Montserrat Roca Campillo

Organización y Coordinación en París Patricia Newcomer Montaje Matías Sandoval César Fernández Sergio Leschtschenko Tomás Shaw Carlos Gomez

Sr. Frédéric Baleine du Laurens, Sr. Jack Batho, Sra. Inés Da Silva, Sr. Eduardo Luraghi, Sra. Alejandrina Gonzalez, Sra. Silvia Bofelli, Sr. Simbad Seguí, Sr. Jacinto Cabred, Sr. José Luis D’Amato, Sra. María Pía Spinazzola, Sr. Enrique Mitjans. El Centro Cultural Borges agradece especialmente al artista Antonio Seguí por su colaboración, fundamental para el desarrollo de esta exposición.

Prensa María de Vedia COMUNICACIÓN Embalaje y Transporte MercoArt Delmiro Méndez e Hijo S.A. Eduardo Rivarola Transportes Seguro Provincia Seguros

Eventos Luis Garat CATÁLOGO Artes Visuales Martha Nogueira Fernanda Lita - Clara Quartino

Diseño de Catálogo Cecilia Barquín

Contemporáneo C.C.Borges Laura Spivak

Textos español | inglés © Edward Shaw

Audiovisual Blanca María Monzón

Corrección de textos Mariela Staude Susana López Merino

Comunicación Pilar Oteriño Diseño Gráfico Cecilia Barquín - Florentina De Bonis Producción Ignacio Giorgio - Mariela Staude - Noelia Ramil Extensión Cultural Mariano Ducros - Gabriel Acosta Programa Educativo Valeria Traversa - Florencia Ferrero Tesorería Leonardo Carrizo

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Fotografías © Gustavo Sosa Pinilla, Buenos Aires. © Susana Pérez, Córdoba. © Archivo Antonio Seguí, páginas 12, 14, 15, 16. © André Morain, páginas 14, 15, 16, 17.

Con el auspicio de


Nos complace inaugurar en el Centro Cultural Borges la exposición “Orígenes: la obra temprana de Antonio Seguí”, con obra de importantes colecciones privadas e instituciones culturales de todo el país. La carrera internacional de Seguí comenzó cuando expuso en la Bienal de Jóvenes de París en el año 1963 y fue escogido por las galerías Jeanne-Bucher y Claude Bernard en una exposición doble sin precedentes. De allí sentó bases en París, desde donde continuó todo el desarrollo posterior de su carrera. La exposición que se exhibe en el Borges muestra la obra temprana de este genial artista: obra anterior a la aparición de ese hombrecito de apariencia gris que camina sin rumbo, clásico de su último período. Muestra un interesante período que resulta de la asimilación de las grandes corrientes plásticas del siglo XX, entre ellas la abstracción, el informalismo, el expresionismo y la figuración. La exposición fue curada por el lúcido y agudo crítico de arte Ed Shaw, que conoce a Seguí desde el año 1961 y desde entonces, más allá de haber generado una sólida amistad con él que continúa hasta el presente, fue además activo organizador de numerosas de sus muestras. A él, nuestro sincero agradecimiento. Queremos agradecer en particular a todos los coleccionistas y las instituciones culturales del país que generosamente colaboraron en el proyecto, prestando importantes obras de su colección: sin ellos esta muestra no habría sido posible. Una mención especial para Antonio Seguí: un artista cabal, un ciudadano del mundo con impronta fuertemente nacional; a él, nuestro sincero reconocimiento. Agradecemos también a la Embajada de Francia, que brindó su auspicio para la realización de la muestra y a aquellas empresas que nos apoyaron, en especial a Martín Lousteau, Presidente del Banco Provincia y a Carlo Ferrari, Presidente de Provincia Seguros, cuyo inestimable aporte fue fundamental para llevar adelante esta exposición. Por último felicito al equipo del Borges por el excelente trabajo realizado e invitamos al público a recorrer el fascinante mundo de Antonio Seguí a través de magníficas obras que difícilmente vuelvan a reunirse en una sola muestra.

Lorenzo Einaudi Presidente Fundación para las Artes Centro Cultural Borges

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Es para mi un motivo de profunda satisfacción acompañar la realización de la exposición “Orígenes: la obra temprana de Antonio Seguí” en el Centro Cultural Borges. Consideramos un aspecto fundamental de nuestros objetivos en relación con la comunidad, el poder acercar al público manifestaciones culturales de esta envergadura. Se trata en este caso de uno de los artistas argentinos de mayor relevancia, que desde Francia logró una proyección internacional llevando adelante una destacada carrera. Este versátil artista nacido en la ciudad de Córdoba, nunca perdió ese sello local a pesar de la distancia. Seguí nutrió su iconografía de las caricaturas políticas y las tiras cómicas, dotando a su obra de un humor no exento de ironía. Es un orgullo para el Banco Provincia hacer posible un hecho cultural único como este.

Martín Lousteau Presidente Banco Provincia

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Para algunos, esta muestra es como una reunión de antiguos compañeros de clase que no se vieron durante décadas: queda la intriga de cómo han soportado el pasar de los años. Para muchos otros es la primera vista de obras con patina de añejo, cuadros pintados antes del nacimiento de varias generaciones de argentinos. Para todos es una celebración: retomar el contacto con la vitalidad y el desparpajo de la década del sesenta, de la cual la pintura de Antonio Seguí fue icónica. Ser curador de esta muestra ha sido para mi una maravillosa oportunidad de revivir tantos gratos momentos de los últimos 45 años. Conocí a Seguí un sábado primaveral del 1961 en compañía de Jorge Romero Brest y su fiel rebaño de aquella fraternidad cultural Ver y Estimar. Hicimos la visita guiada del entonces taller de Seguí y allí descubrí un ser con alma gemela, vicioso de los viajes en busca del último encanto, adicto a la famélica caza de objetos inevitables, curioso respecto a los motivos del prójimo y amante de la aventura de vivir. Compré mi primer cuadro de Seguí ese mismo año: una grotesca figura de Napoleón del 1959. Luego Antonio nos regaló un pequeño retrato de mujer pintado en 1958. Durante los sesenta agregué una obra por año a través de trueques por objetos de arte primitivo que hoy se encuentran en los estantes de su hogar en Arcueil. Puse estos dos primeros cuadros en la muestra “Veinte Siglos de Arte Americano”, que monté en la Galería Ronald Lambert, al lado del Instituto Di Tella de la calle Florida, en 1967. Con Billy Whitelow organizamos una exposición de obra gráfica de los sesenta en el Museo de Arte Moderno en 1972. Empecé a escribir textos de catálogos para sus muestras en 1975: la primera “Antonio Seguí 1964/1970” en Víctor Najmías Art Gallery International. Luego vino la muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1991, a raíz de haber ganado el Premio Torcuato Di Tella. Fueron muy pocos los períodos, en todos estos años, en los que no nos hayamos visto en alguna parte, sea París o Córdoba, Miami o Buenos Aires, Colonia o Chile, reencuentros que consolidaron una hermandad que se fundó hace casi medio siglo y ya está destinada a continuar a través de los cada vez más arduos viajes intercontinentales. Esta es la exposición más grande de aquella época de los orígenes. No está completa porque muchas de las obras claves están en colecciones privadas y museos de todo el mundo. Pero toca sin embargo los estilos e instancias de la pintura de la primera etapa de la carrera del artista. Ha sido posible reunir esta selección gracias al apoyo y generosidad de varios museos y muchos coleccionistas. La persona que más ha contribuido a la realización de esta muestra es Andrea Salice, del Centro Cultural Borges. Su determinación y persistencia han sido esenciales para el éxito de este evento. El entusiasmo y la generosidad del artista mismo han sido fundamentales, tanto como el apoyo logístico y la perseverancia de Patricia Newcomer, el hada que ordena el caótico entorno de un artista tan prolífico como Seguí. Agradezco a Roger Haloua, director del Centro Cultural Borges, que me acompañó en 1961 al taller de Seguí y siempre ha entendido su importancia para la plástica argentina. También doy mis gracias a todo el equipo del Centro Cultural Borges que ha contribuido tanto a la feliz realización de la muestra. El coleccionista tiene el deber encubierto de compartir los trofeos de su cacería con un público más amplio que aquel que desfila por su living. Agradezco a los amigos y colegas que prestaron sus tesoros, y añoro aquellas obras que se me escaparon de las manos…

Edward Shaw Tunquén, Chile, abril 2007

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Indice 13

Los OrĂ­genes Edward Shaw

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Obras

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BiografĂ­a seleccionada

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Premios y distinciones

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Exposiciones individuales

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The Origins Edward Shaw

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Lista de obras expuestas

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Antonio SeguĂ­ en el taller de Arcueil, 1964.

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Los Orígenes “Este argentino, cosa rara en su generación, me parece nacido para la pintura, igual que Cassius Clay nació para el box.” André Pieyre de Mandiargues, París, 1968. 1. Antonio Seguí, desde que tomó el pincel por primera vez hasta 1970, fue un ágil camaleón que adaptó su paleta y su estilo al lugar y circunstancias en las que se encontraba. El paisaje andino o la calle parisina, los núcleos de poder de Buenos Aires o los recuerdos de su juventud provinciana, Seguí siempre capta la esencia de la situación y es capaz de reconstruirla sobre la tela, apoyado por su habilidad de revitalizar las técnicas o los materiales más trillados. Hoy se puede apreciar que lo que podría haber parecido puro virtuosismo fue el producto de un talento duradero y una mirada innovadora que abarcaba la totalidad de la experiencia humana. La etapa formativa de un artista puede dar las pautas de como evolucionará un estilo o una actitud pictórica madura. Comparando las obras en dos exposiciones del artista, la del Centro Cultural Recoleta, que abarca los últimos 15 años de su pintura, con la del Centro Cultural Borges, de los ya lejanos inicios de su carrera, es evidente que el desarrollo ha sido poco predecible. Las constantes son más observables en el carácter del mismo artista, en su predilección por el humor irónico y en su compasión por la atiborrada vida cotidiana del hombre común. Pocas obras, pocos artistas han sido capaces de sobrevivir la transición de la Modernidad a la Postmodernidad con los rasgos de su personalidad artística intactos. Muchos no se modifican, manteniendo un estilo o actitud moderna, sin enfrentar el desafío del cambio fundamental que implica reenfocarse en un mundo con distintos valores. Otros dejan de hacer lo que hacían antes, y se reinician desde cero como “postmodernistas”. Seguí es de los muy pocos que han podido hacer una transformación coherente, actualizando los mismos elementos, los mismos personajes, las mismas técnicas de siempre. Pudo hacer el cambio de enfoque, gracias a la incorporación de avances intelectuales europeos, absorbidos durante cuarenta y cinco años de residencia en París. Su última obra se inscribe dentro del lexicón del “postmodernismo”. Se ha adaptado a sus valores, a sus costumbres y maneras. Donde antes, en su obra temprana, había un grito de angustia o remordimiento, una actitud sensible y humana, hoy vemos sus elencos de seres robóticos que recorren las calles como manadas de autómatas totalmente deshumanizados. Seguí ahora retrata la triste realidad del ser ciudadano en las inhóspitas selvas urbanas. Seguí tuvo la suerte de formarse con los últimos respiros de la pintura “heróica”, cuando el arte tenía propósitos y esperanzas de poder contribuir a los grandes cambios sociales. Participó en las últimas cruzadas; pintó cuadros que imploraron el cambio y forjaron caminos con sus dramáticas imágenes. Después de aquel grito final de los años 60, la pintura dejó de ser protagonista para tomar un papel pasivo en las luchas fundamentales. Volvió a ser ornamental e imitativa. Dejó de ser una bandera para la humanidad en sus contiendas existenciales, para convertirse en una suerte de justificación de ciertos sectores minoritarios dentro la sociedad. 13 |


El arte postmoderno se preocupa de la relatividad. No hay esencias, sino excusas. Todo da lo mismo. Seguí escogió el arte en los años 50, justamente porque sentía que podía expresar su consternación sobre el estado anímico del hombre con mejor tino como artista que abogado. Su padre, comerciante exitoso en Córdoba, quería un hijo profesional. Seguí lo intentó, pero se dio cuenta de que iba a ser a través de las imágenes y no de las letras donde podía hacer su contribución para despertar a una sociedad provinciana intransigente, frente a los cambios que venían precipitándose desde afuera. Seguí no escogió pintar como pasatiempo o como propuesta estética. Encontró en la pintura una vocación, como la del predicador, donde podía plasmar no solo sus imágenes sino también sus sentimientos. La pintura se convirtió en el motor de su vida.

Antonio Seguí y André Pieyre de Mandiargues, París, Francia, 1966.

La juventud de Seguí, nacido el 11 de enero de 1934, en la Córdoba de los años cuarenta fue un cómodo aprendizaje para la vida burguesa de la época. La ciudad de Córdoba fue la cuna de la vida cultural de la Argentina. Tuvo su singular universidad varios siglos antes de que se les ocurriera a los porteños fundar la suya. Córdoba se formó desde el corazón de la Colonia, desde Lima. Hay ciertos rasgos aristocráticos en la sociedad mediterránea. Los cordobeses, por eso, nunca han sufrido complejos de inferioridad frente a los porteños. Seguí salió al mundo como embajador de su provincia natal; estableció la sede de la comunidad intelectual argentina en su taller en los suburbios de París y nunca renunció a su carta de ciudadanía cordobesa, ni a su acento. Todavía canta el francés con tonada de Saldán. De joven devoró todo lo que el mundo le ofrecía. Descubrió Europa antes que Latinoamérica, como tantos sudamericanos. Partió a la tierna edad de 17 años, financiado por una sabia abuela paterna, en su primer viaje de aventura: el norte de África, Europa, unas horas como oyente en la Academia de San Fernando en Madrid y su acercamiento a la cultura de la ciudad que pronto sería su hogar, París. La experiencia no le produjo ningún miedo: el adolescente Seguí ya se encontraba seguro de sí mismo y de sus proyectos. Fue durante su estadía en Europa donde incorporó las bases de la técnica. Un abanico de autores captó su ojo, desde Francisco Goya al madrileño Gutiérrez Solana, los alemanes Otto Dix y George Grosz. Era evidente que su visión se basó en el drama social y en una figuración libre de academismos. Con los años agregaría Francis Bacon y Jean Dubuffet, con su interés en el Arte Bruto, a su lista de preferidos. Volvió a casa con una formación contemporánea europea totalmente asimilada. Le pareció extraño no conocer nada de lo que sucedía entre los intelectuales de la Argentina, y mucho menos del resto de Latinoamérica. Como dijo Bayón: “África y Europa le hubieron resultado folklóricas y sólo en la tierra, el agua y los cielos americanos, fuera a encontrar su verdad”. 2. Sus primeros experimentos con la pintura sucedieron en Córdoba: a pesar de los iniciales rasgos imitativos, se notó en seguida una mano determinada y una marcada fuerza expresiva. Empezó a los 14 años con unos monotipos de rasgos clásicos y figurativos llegando, una década después, a un estilo personal más cerca de la caricatura pero con una carga de humor negro que anunciaba lo que vendría. Cada año generó un nuevo enfoque y su inventiva, tanto en la técnica como en el contenido, nunca dejó de sorprender. Sin embargo, no le fue suficiente ser considerado el “niño prodigio pero peligroso” de Córdoba. Decidió emprender un viaje por el hemisferio rumbo a México en Jeep que duraría un par de años. Descubrió la rica artesanía de Bolivia, los tesoros precolombinos del Perú, transportó su vehículo por barco de Colombia a Centro América, y alcanzó su | 14

Antonio Seguí, Plaza Conde Duque, Madrid, España, 1951.


meta en 1957, la ciudad de México. En este viaje nació su afán de coleccionista, sus ganas de rodearse con las obras de arte que más le impactaron. Poco a poco juntó objetos, hasta obtener una de las colecciones más importantes de ciertas culturas del arte africano. En México devoró el muralismo de los grandes, hasta aquel entonces la realización más deslumbrante de los artistas latinoamericanos. Conoció a David Alfaro Siqueiros, pero se dio cuenta que el movimiento había sido politizado y que los más jóvenes no venían con la fuerza de la generación anterior. Decidió dedicar su energía y tiempo al aprendizaje de las técnicas del arte gráfico con el grabador Francisco Dosamantes en el Taller de la Gráfica Popular.

Antonio Seguí, México, 1958.

En los años 1950, Seguí empezó a montar muestras de su pintura, primero en Córdoba en 1957, luego en la ciudad de México, en los Museos de Quito y Guatemala y la Bolles Gallery de San Francisco, California. A partir de 1960 empezó a exponer en Buenos Aires. Su obra despertó atención, pero pocos compradores. Faltaría una década antes que el público porteño empezara a coleccionar las obras de los autores de la nueva figuración y sus derivados. Volvió de nuevo a la Argentina para elaborar una serie de obra de índole abstracta e informal. Grandes paisajes americanistas trabajados en tonos tierra, con planos de colores separados con gruesos hilos cocidos a la tela, para marcar montañas y horizontes, caían dentro de un estilo etiquetado como “abstracción indigenista”. Su celebración del paisaje latinoamericano duró poco, y las ganas de correr con las corrientes más vitales del momento, lo llevó a la figuración, pero una figuración con una fuerza jamás vista en la pintura argentina. Como diría el crítico Damián Bayón: “Seguí cumple con una utopía a la que aspiramos los críticos: es alguien que cambia todo el tiempo y que, paradójicamente, es siempre el mismo”. 3. Al instalarse en Buenos Aires en 1961, Seguí avanzaba en todos los frentes posibles. Tuvo a su primer hijo, Octavio, en 1960, con su primera mujer, Graciela Martínez, quien ya desarrollaba su propia carrera como audaz y provocadora bailarina. Vivieron en un modesto departamento en la calle Solís a metros de la Plaza de los Dos Congresos, rodeados de los trofeos de las andanzas por América. Armó un taller en las antiguas salas de un club social español en la calle Cangallo, donde pintaba y daba clases a un heterogéneo grupo de jóvenes y damas. Allí empezó su serie emblemática de los “profesionales”, enormes óleos de colores densos que representaban a los pilares de la comunidad en sus peores circunstancias. Fue un ataque frontal a las instituciones que reinaban en aquel momento. El momento fue propicio. El rosarino Antonio Berni había lanzado su asalto sobre las buenas costumbres, enfocando la atención de los amantes del arte sobre los sub-mundos que rodeaban los elegantes barrios residenciales de la ciudad. Los cuatro fundadores de la “neo-figuración”, Luis Felipe Noé, Rómulo Macció, Jorge de la Vega y Ernesto Deira, se juntaron en su taller céntrico, ya enterrado debajo de la Avenida 9 de Julio, para cambiar el camino de la pintura en la Argentina para siempre. Seguí, el forastero cordobés, acompañaba el proceso desde una cierta distancia, pero nunca logró sentirse totalmente cómodo entre sus pares porteños.

Rómulo Macció, Lea Lublin y Antonio Seguí, Arcueil, París, Francia, 1964.

A esta etapa le sucedió una serie pintada sobre grandes ampliaciones de fotos de familia, dedicada a una dama ficticia de la sociedad argentina, Felicitas Naón, y su círculo de influencia. Fue con esta serie que ganó su pase a París. La combinación de una ironía 15 |


feroz y una plástica dúctil ganó los aplausos de un público sumamente difícil de seducir. La mayor parte de estas obras han quedado en colecciones en Europa y nunca han sido expuestas en la Argentina, como tantas otras del artista. Como siempre producía obra con un ritmo frenético, llenando tela tras tela con sus macabros personajes. Empezó a participar en las muestras claves del momento, por ejemplo, el Premio Nacional Torcuato Di Tella de 1963, las Bienales de Industrias Kaiser Argentina (IKA) en su nativa Córdoba y en manifestaciones cruciales como la de “Arte Destructivo” organizada por Kenneth Kemble y Quique Barilari en la Galería Lirolay en 1961. Fue invitado a la Bienal de la Joven Pintura en París en 1963. Sus cuadros causaron sensación entre los difíciles conocedores de la Ciudad Luz, despertando al público del largo letargo de las décadas del arte abstracto de la propia Escuela de París. El destino produjo uno de sus milagros en esa ocasión. Seguí entró al mundo de arte parisino por la puerta grande con exposiciones simultáneas en las prestigiosas Galerías Claude Bernard y Jeanne-Bucher, cosa que repetiría en pleno Mayo de 1968. Ya había triunfado en París como nunca lo había logrado en Buenos Aires.

Antonio Seguí, Metamorfosis de Doña Felicitas Naón, Galería Lirolay, Buenos Aires, Argentina, 1964.

Su espacioso pero rudimentario taller, un galpón en el patio de la antigua casona del científico François-Vincent Raspail en Arcueil, pasó de ser un club de asados para artistas latinoamericanos a un centro de entretenidas recepciones y gloriosas fiestas de las celebridades culturales de todo el planeta. La más notable, tal vez, fue “La Fête GardeRobe”, el 11 de diciembre de 1965, asistido por setenta artistas, hoy reconocidos como los más importantes de la época, y sus consortes. A pesar de su propia celebridad, no perdió el ritmo de trabajo y preparaba muestras a lo largo y ancho de Europa con singular celeridad. Nunca perdió de vista su objetivo en la vida: pasar todos los días gozando al pintar. Este goce está presente en cada obra, sea una pintura, un dibujo, una obra gráfica o una escultura. Descubrió las increíbles posibilidades técnicas para grabar. Sobre todo para crear litografías en los talleres de París donde se largó a experimentar no solo con las distintas técnicas, sino también con las imágenes, volviendo a combinar la fotografía con el dibujo, entre grandes manchas de color. Actualizó su título de innovador, imprimiendo serie tras serie de tajantes e irónicos grabados. Su obra gráfica empezó a ganar premios por todos lados: México, Japón, Venezuela, Polonia, Cuba, Puerto Rico, y Alemania... “En la obra gráfica, Seguí se deja permear por la vida entera: lo que pasa en la calle, lo que ve en las fotos de noticias, en la publicidad omnipresente, en la televisión, en las tiras cómicas. (…) Esas obras gráficas deben de quedar registradas por el espectador en un repentino golpe de vista, un puñetazo directo al plexo solar, para hablar en términos de boxeo. Es esa espontaneidad la que le gusta a Seguí y dentro de la cual se siente cómodo, anotando, como quien dice, lo cotidiano, sin tomarse nunca demasiado en serio”. 4. También su fascinación juvenil con la caricatura y la ilustración aportaba elementos que empezaron a florecer en la nueva obra que producía en París. Seguí siempre ha aprovechado la obra gráfica y el dibujo como terrenos de experimentación. Ya los jóvenes artistas ingleses y los norteamericanos del Pop y Larry Rivers, por ejemplo, habían incorporado los comics a su obra. Seguí también encontró su validez como soporte para lanzar sus irónicas burlas sociales. Recreó los juguetes de maderitas recortadas que encontraba en su niñez en Córdoba y produjo objetos en tres dimensiones que incorporaban sus mordaces versiones de estos recuerdos caseros. | 16

Exposición individual, Galerie Jeanne-Bucher, París, Francia, 1968.


La obra de Seguí de los 60 recibió muchos aplausos de la crítica. John Canaday, el respetado crítico de arte del New York Times, escribió a raíz de la muestra New Art of Argentina que viajó por museos en Estados Unidos en 1964 y 1965. “Antonio Seguí, que todavía no ha expuesto en Estados Unidos, parece ser el más fuerte del grupo que está representado en la selección del museo de Minneapolis”. 5.

Una fiesta (Fête Garde-Robe) en el taller de Arcueil, 1965.

Cuando Seguí hizo su primera muestra individual en Nueva York varios años después, Canaday comentó: “El Sr. Seguí no es parodista ni nostálgico. Su estilo podría compararse con el de un escritor que combinara un vocabulario algo arcaico con una sintaxis de última hora, y no como afectación estilística sino porque su aprehensión del pasado y su participación en el presente logran, de este modo, común expresión. Su obra, imposible de precisar en una sola descripción, mantiene un vivaz humor combinado con una sensibilidad personal respecto al objeto, todo lo cual niega un aparente eclecticismo”. 6. Antonio Seguí llegó al año 1970 encontrándose más europeo que argentino, más postmoderno que moderno, con un reconocimiento internacional que él mismo nunca había imaginado, y con el desafío de seguir creciendo, seguir superándose. Hoy con retro-visión podemos darnos cuenta que su obra sigue vigente, su mirada sigue provocando una constante revisión en nuestras actitudes de cómo evoluciona un mundo aún no cómodo con los preceptos de la post-modernidad y el papel del hombre dentro de él. Mientras sigue investigando estas realidades en su obra, Seguí pasa sus días en Arcueil dibujando ejércitos de pequeños hombres buscando su espacio en paisajes sin horizontes.

Edward Shaw Tunquén, Chile, abril 2007

Notas: 1. “Antonio Seguí”, André Pieyre de Mandiargues, catálogo, Galerie Claude Bernard / Galerie Jeanne-Bucher, París, Francia, 1968. 2. “La originalidad en la obra gráfica de Antonio Seguí”, Damián Bayón, Obra Gráfica 1948/1992, catálogo, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, Puerto Rico, 1993, p. 11. 3. “Hombre de Ciudades”, Ana María Escallón; “Inventor de Signos de una Época Ecléctica”, Damián Bayón: “Pautas para Leer 60 obras de Antonio Seguí”, Raquel Tibol, catálogo, Museo Rufino Tamayo, Ciudad de México, 1997, introducción por Bayón, p. 5. 4. Damián Bayón, catálogo, Puerto Rico, ibidem, p 15. 5. John Canaday, “Art: Argentina’s Blue Plate Special”, The New York Times, 8 de septiembre de 1964, con ilustración de My Anatomy Class (1963). 6. John Canaday, “Art: A Cluster of Shows Not to Miss”, The New York Times, mayo, 1972. Crítica de la muestra “Stylistic Exercises in Boating” en la Galería Lefebre, Nueva York, ilustrada con una obra de Seguí. 17 |


Los Niños | 1952 Óleo sobre tela 70 x 50 cms Colección particular, Córdoba

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La Taza de Té | circa 1955-56 Óleo sobre tela 50 x 70 cms Colección particular, Córdoba

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Mujer Embarazada | circa 1956 Óleo y collage sobre tela 70 x 50 cms Colección particular, Córdoba

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Prisionero | 1955 Óleo sobre tela 125 x 73 cms Colección particular, Córdoba

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Naturaleza Muerta | 1955 Óleo sobre tela 70 x 90 cms Colección particular, Córdoba

Naturaleza Muerta | 1956 Óleo sobre tela 40 x 60 cms Colección particular, Córdoba

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Dos Figuras | 1957 Óleo sobre tela 60 x 45 cms Colección particular, Córdoba

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La Mesa Roja | circa 1956 Óleo sobre tela 49 x 58 cms Colección particular, Córdoba

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Sin Título | 1958 Óleo sobre tela 45 x 34,5 cms Colección particular, Buenos Aires

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El Cabezón | 1958 Óleo sobre tela 180 x 120 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

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Napoleón | 1959 Óleo sobre tela 102 x 51 cms Colección particular, Buenos Aires

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De un Corte | 1960 Hilo de algod贸n y 贸leo sobre tela 200 x 100 cms Colecci贸n Museo de Arte Moderno, Buenos Aires

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Sin Título | circa 1960-61 Óleo sobre papel 50 x 35 cms Colección particular, Buenos Aires

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Para un Paisaje Americano | 1961 Óleo sobre papel pegado sobre tela 90 x 150 cms Colección Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata

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Sin Título | circa 1961-62 Óleo sobre tela 190 x 170 cms Colección particular, Buenos Aires

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Ludovico and his Family | 1962 Óleo sobre tela 135 x 160 cms Colección particular, Buenos Aires

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La Belle Cuisinière, d´Après Boucher | 1962 Óleo sobre fotografía sobre contrachapado 174 x 116 cms Colección particular, Buenos Aires

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Los Comandantes | 1962 Óleo sobre tela 198 x 130 cms Colección particular, Buenos Aires

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Felicitas Estado N°13 | 1962 Óleo sobre fotografía pegada sobre madera terciada 111 x 78 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

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Sín Título | 1962 Óleo sobre papel pegado sobre tela 116 x 89 cms Colección particular, Buenos Aires

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Yo No Soy Buena Moza | 1963 Óleo sobre tela 180 x 300 cms Malba - Colección Costantini Buenos Aires

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Mi Clase de Anatomía | 1963 Óleo sobre tela 250 x 200 cms Colección particular, Buenos Aires

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Sin Título | 1963 Óleo sobre tela 96,5 x 129,5 cms Colección Museo de Arte Moderno, Buenos Aires

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Secuencia | 1963 Óleo sobre tela 150 x 125 cms Colección particular, Buenos Aires

Resumen de una Cuenta Bancaria | 1964 Óleo sobre tela 65 x 81 cms Colección particular, Buenos Aires

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Te Quiero | 1964 Óleo sobre tela 41 x 49 cms Colección particular, Buenos Aires

Melenita | circa 1963-64 Óleo sobre tela 100 x 132 cms Colección particular, Buenos Aires

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Tchekhov | 1964 Óleo sobre tela 35 x 27,5 cms 1964 Colección particular, Buenos Aires

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Sin Título | 1964 Óleo sobre tela 55 x 38 cms Colección particular, Buenos Aires

Al Pie de la Ducha | 1964 Tempera sobre tela 35,5 x 24 cms Colección particular, Buenos Aires 43 |


Caja por un Jardín de Aclimatación | 1965 Óleo sobre tela 195 x 130 cms Colección particular, Buenos Aires

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Sacando la Lengua | 1965 Óleo sobre cartón 50 x 64,5 cms Colección particular, Buenos Aires

39. El Fumador | 1966 Óleo sobre cartón 50 x 64,5 cms Colección particular, Buenos Aires

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Personaje con Perro | 1965 T茅cnica mixta sobre cart贸n 52 x 65 cms Colecci贸n Galer铆a Rubbers, Buenos Aires

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De Cรณrdoba con Amor | 1966 ร leo sobre madera recortada e hilo de algodรณn sobre tela 152 x 203 x 4,5 cms Colecciรณn particular, Cรณrdoba

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Bucólico Serrano | 1966 Óleo sobre madera recortada y tanza 150 x 150 x 8 cms Colección particular, Córdoba

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París Interrumpido | 1966 Óleo sobre tela 80 x 99 cms Colección particular, Buenos Aires

Saldán es Negro | 1966 Óleo sobre tela 202 x 152 cms Colección Centro de Arte Contemporáneo Château Carreras, Córdoba

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El Nubarrón | 1966 Óleo y collage sobre tela 150 x 200 cms Colección Centro de Arte Contemporáneo Château Carreras, Córdoba

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Superman | 1967 Óleo sobre cartón 65 x 49,5 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

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Absolutamente Lleno | 1966 Óleo sobre madera recortada 65 x 59 x 10 cms Colección particular, Buenos Aires

Rectángulo Óvalo Blanco | 1966 Óleo sobre madera recortada 72,5 x 83 x 10 cms Colección particular, Buenos Aires

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Por Todos Lados | 1967 Óleo sobre madera recortada 60 x 34 x 31 cms Colección particular, Buenos Aires

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À Vous de Faire l'Histoire II | 1967 Técnica mixta sobre madera 210 x 518 cms Colección particular, Buenos Aires

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Sin T铆tulo | 1967 Pastel sobre papel 76 x 61 cms Colecci贸n particular, C贸rdoba

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Sierras de Córdoba | 1968 Óleo sobre tela 89 x 116 cms Colección particular, Buenos Aires

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La Memoria | 1968 Óleo sobre tela 140 x 65 cms Colección particular, Buenos Aires

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Biografía seleccionada 1934 Antonio Seguí nace el 11 de enero en Córdoba (Argentina), el mayor de cuatro hermanos. 1951-1954 Estudia pintura con Ernesto Farina en Córdoba. Viaja a Europa y África, visitando Tunez, Argelia y Marruecos, permaneciendo dos meses en Tánger. Estudia pintura y escultura en la Academia de San Fernando en Madrid y en la Ecole des Beaux-Arts en París. Al volver de Europa trabaja como periodista en el diario Orientación de Córdoba, donde escribe sobre policiales y judiciales. Estudia Derecho, condensando varios años en uno. 1957 Primera exposición individual en la Galería Paideia en Córdoba, Argentina. 1957-1959 Recorre Sudamérica y Centroamérica. Se casa con la bailarina Graciela Martínez. Viajaron por América Central, él exponiendo su obra, ella montando sus espectáculos. Se establecen en México donde él estudia todas las técnicas del grabado. Participan activamente en la vida cultural mexicana. El actor norteamericano Edward G. Robinson visita el taller, compra obra y organiza una muestra en California. Graciela, embarazada, vuelve a Córdoba, donde nace Octavio Federico (el 11 de junio del 1960). 1960 Tiene su primera muestra en Estados Unidos, en la Bolles Gallery de San Francisco. Vuelve a Córdoba, conoce a su hijo, y la familia se traslada a Buenos Aires. 1961 Radicado en Buenos Aires, participa activamente en las actividades “sesenteras”de la ciudad. 1963 Jorge Romero Brest compra Autorretrato de las vocaciones frustradas para el Instituto Di Tella, hoy colgado en la gran escalera de Museo Nacional de Bellas Artes. En octubre viaja por barco a Francia. Se radica en París, luego en Arcueil, lugar donde reside actualmente. Fue invitado por el Museo de Arte Moderno de París donde expuso la serie de Felicitas Naón, en la Bienal de la Joven Pintura. 1964 Junto con Rómulo Macció y Lea Lublin alquilan un taller en la avenida Richaud en Arcueil, diez minutos de París en metro. Vende una obra de la serie Felicitas al Museo de Arte Moderno de París. 1965 La Lefebre Gallery expone la obra de Seguí por primera vez, comenzando una relación que duraría casi dos décadas. Empieza a hacer objetos y esculturas. 1966 Empieza a coleccionar arte africano, complementando sus colecciones de arte popular y arte precolombino. Empieza a pasar sus veraneos en Ibiza. Viaja a Córdoba donde prepara una serie de obras para la Bienal IKA de Arte Americana. 1967 Recibe premios en cinco países distintos. Viaja a Europa Oriental para exponer y recibir los premios. Su obra se difunde por toda Europa. 1968 Expone en las galerías Claude Bernard y Jeanne-Bucher. Con los disturbios de Mayo, solo dos de los treinta compradores retiran sus adquisiciones. Agrega el arte de Oceanía a su lista de colecciones. 61 |


Premios y distinciones 1957 Premio Universidad Nacional de Córdoba, XXII Salón Nacional de Artes Plásticas de Córdoba, Argentina. 1958 3° Premio Primer Certamen de Artes Visuales Contemporáneas, Córdoba, Argentina | 4° Premio Adquisición, III Salón Nacional de Tucumán, Argentina | Premio Adquisición, I Salón I.K.A. de Artes Visuales, Córdoba, Argentina. 1960 2° Premio Salón Internacional de San Miguel Allende, México. 1961 2° Premio Werthein de Pintura Rioplatense, Buenos Aires, Argentina | 1° Premio, III Salón Anual de Pintura del A.C.A., Buenos Aires, Argentina. 1962 Premio Remorino, Salón Nacional de Córdoba, Argentina | 5° Premio, I Bienal Americana de Arte, Córdoba, Argentina. 1963 1° Premio, XXII Salón de Arte Mar del Plata, Argentina. 1966 Premio Construcciones I.K.A., Bienal Americana de Arte, Córdoba, Argentina | Grand Prize “National Museum of Western Art”, V Bienal Internacional de Estampas, Tokio, Japón. 1967 Gran Premio, Salón Latinoamericano de Dibujo y Grabado, Caracas, Venezuela | Premio Museo de Lodz, Bienal Internacional de Cracovia, Polonia | Gran Premio, Salón Internacional de La Habana, Cuba | Gran Premio, Salón Latinoamericano de San Juan, Puerto Rico | Primer Premio internacional de la Ciudad de Darmstadt, Alemania. 1968 Gran Premio, Bienal de Grabado de Cracovia, Polonia. 1969 Premio Transturist Skofja Loka, VIII Exposición Internacional de Grabado, Ljubljana, Eslovenia. 1976 Premio Salón Internacional de Frechen, Alemania. 1977 Primer Premio Benson and Hedges, Buenos Aires, Argentina | Primer Premio, Salón de Montrouge, Francia. 1978 Premio Bibliophilie, Sélection 1979 - Office de Promotion de l'Edition Française, Paris, Francia. 1979 Segundo Premio Bienal Sheraton, Buenos Aires, Argentina. 1980 Medalla de honor, VIII Bienal Internacional de Grabado de Cracóvia, Polonia. 1983 Chevalier de l'Ordre des Arts et des Lettres, Francia. 1986 Premio VII Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe, Puerto Rico. 1989 Premio Di Tella a las Artes Visuales, Buenos Aires, Argentina. 1990 Gran Premio, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, Argentina | Premio a las Artes Visuales (Trayectoria de un artista), AICA - Sección Argentina, Buenos Aires, Argentina. 1993 Membre Correspondant de l'Académie Européenne des Sciences, des Arts et des Lettres, France. 1994 Premio Security, Security Legal Prepayment System S.A. Compañia Argentina de Seguros, Buenos Aires, Argentina | Associé de la Section de Peinture et de Gravure, Académie Royale des Sciences, des Lettres et des Beaux-Arts de Belgique, Bélgica 1995 Medalla de oro, XI Trienal Gráfica Internacional de Noruega, Fredrikstad, Noruega. 1999 Premio Jerónimo Luis de Cabrera, Córdoba, Argentina. 2002 Premio Michetti, Francavilla al Mare, Italia | Premio Konex de Platino, (Gráfica), Buenos Aires, Argentina. | 62


Exposiciones individuales 2007 Opera Gallery, Hong Kong | Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, Argentina | Centro Cultural Borges, Buenos Aires, Argentina. 2006 Galerie Quadri, Bruselas, Bélgica | Galerie Hélène Trintignan, Montpellier, Francia | Galería Rubbers, arteBA2006, Buenos Aires, Argentina | Centre Culturel du Forum, Saint-Gratien, Francia | Durban-Segnini Gallery, Miami, Estados Unidos | Crid'Art, Amnéville-les-Thermes, Francia | Domaine de Lescombes, Eysines, Francia. 2005 Galerie d'Art Graphique, Centre Georges Pompidou, Musée national d'art moderne, París, Francia | Galerie Lucette Herzog, París, Francia | Galerie Pascal Lainé, Avignon, Francia | Centre d'Arts Plastiques de Royan, Francia | Galerie Janine Rubeiz, Beirut, Líbano | Galeria 111, Lisboa, Portugal | Galeria 111, Porto, Portugal | Dirimart, Estambul, Turquía. 2004 Galerie Sonia Zannettacci, Ginebra, Suiza | Espace 1789, Saint-Ouen, Francia | Musée Denys-Puech, Rodez, Francia | Abbaye du Vœu, Cherbourg-Octeville, Francia | Galería Rubbers (Espacio Alvear), Buenos Aires, Argentina | Pablo Goebel Fine Arts, ciudad de México, México. 2003 Galerie Le Point, Beirut, Líbano | Le Salon d'Art, Bruselas, Bélgica | Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, La Habana, Cuba | Quinconce des Jacobins, (Puls'Art), Le Mans, Francia | Musée des Beaux-Arts/Villa Steinbach, Mulhouse, Francia | Museo Provincial de Bellas Artes Emilio A. Caraffa, Córdoba, Argentina | Galerie Ruta Correa, Fribourg, Alemania | Museo de los Niños Barrilete, Córdoba, Argentina | 6ème Triennale Mondiale d'Estampes Petit Format, Chamalières, Francia | Frissiras Museum, Atenas, Grecia | Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Caseros (Provincia de Buenos Aires), Argentina. 2002 Galeria António Prates, Lisboa, Portugal Galerie d'Art Contemporain de Chamalières, Chamalières, Francia | Galeria 111, Oporto, Portugal | Musée des Beaux-Arts, Carcasona, Francia | Château des Ducs de Bourbon, Montluçon, Francia | Galerie Argentina, París, Francia | The Cooper Union Humanities Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Galería Rubbers en El Ateneo Grand Splendid, Buenos Aires, Argentina. 2001 Galerie Jacqueline Storme, Lille, Francia | Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Argentina | Galería Rubbers en El Ateneo Grand Splendid, Buenos Aires, Argentina | Espace Pierre Mendès-France, Château des Carmes, La Flèche, Francia | Centre d'Art Graphique de la Métairie Bruyère, Parly (Yonne), Francia | Galerie Claude Bernard, París, Francia | Galerie Claude Bernard, FIAC, París, Francia. 2000 Musée du Château des Ducs de Wurtemberg, Montbéliard, Francia | Ecole Municipale d'Arts, Boulogne-sur-Mer, Francia | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina. 1999 Durban-Segnini Gallery, Art Miami '99, Miami, Estados Unidos | Durban-Segnini Gallery, Miami, Estados Unidos | Le Salon d'Art, Bruselas, Bélgica | Villa Saint-Cyr, Bourg-la-Reine, Francia. 1998 Fundación Museos Banco Central, San José, Costa Rica | Galería Sur, Punta del Este, Uruguay | Maison de l'Amérique Latine, París, Francia | Galerie Marwan Hoss, París, Francia | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Marwan Hoss Gallery, Bruselas, Bélgica | Museo Municipal de Bellas Artes Dr. Genaro Pérez, Córdoba, Argentina. 1997 Palais Ducal, Nevers, Francia | Espace Sculfort, Maubeuge, Francia | La Médiathèque, Trith Saint-Léger, Francia | Museo Rufino Tamayo, ciudad de México, México | Maison de l'Art, Sallaumines, Francia | Espace Arc-en-Ciel, Liévin, Francia | Espace Athanor, Guérande, Francia | Maison de la Culture / Scène Nationale, Bourges, Francia | Théâtre / Scène Nationale de Saint-Quentin-en-Yvelines, Francia | Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá, Colombia | Galería Durban, Caracas, Venezuela | Espace Ecureuil, Toulouse, Francia. 1996 Galerie Municipale, Vitry-sur-Seine, Francia | Centro Cultural Alberto Rougés, San 63 |


Miguel de Tucumán, Argentina | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Art Museum of the Americas, Washington D.C., Estados Unidos | Espace Croix Baragnon, Toulouse, Francia | Espace Ecureuil, Marsella, Francia | Centre d'Art Contemporain, Istres, Francia. 1995 Claude Bernard Gallery, Art Miami '95, Estados Unidos | Galerie Sonia Zannettacci, Ginebra, Suiza | Galerie Marwan Hoss, París, Francia | Galerie du Cirque Divers, Liège, Bélgica | Le Moulin du Roc / Scène Nationale, Niort, Francia | Fundação Calouste Gulbenkian, Lisboa, Portugal | Galerie Janine Rubeiz, Beirut, Líbano. 1994 Galeria Fernando Santos, Oporto, Portugal | Elisabeth Franck Gallery, KnokkeLe-Zoute, Bélgica. 1993 Galleria San Carlo, Milán, Italia | Galería Leonora Vega, San Juan, Puerto Rico | Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, Puerto Rico | Galerie Winance-Sabbe, Tournai, Bélgica | Galerie Marwan Hoss, FIAC, París, Francia. 1992 Teatro Auditorium, Mar del Plata, Argentina | Casa Rosada, Buenos Aires, Argentina | Galerie Julio González, Arcueil, Francia | Centre d'Art Contemporain, Mont-de-Marsan, Francia | Galerie Sonia Zannettacci, Ginebra, Suiza | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Galerie Ruta Correa, Fribourg, Alemania | Editions du Nopal, París, Francia | Galerie Marwan Hoss, París, Francia | Le Salon d'Art, Bruselas, Bélgica. 1991 M. Gutiérrez Fine Arts, Art Miami '91, Estados Unidos | Galerie Michel Delorme, SAGA '91, París, Francia | M. Gutiérrez Fine Arts, Key Biscayne, Estados Unidos | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina | Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay. 1990 Claude Bernard Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Galerie Michel Delorme, Art Cologne '90, Alemania | Galeria do Instituto Cultural Brasil-Argentina do Río (Embajada Argentina), Río de Janeiro, Brasil. 1989 Elisabeth Franck Gallery, Knokke-Le-Zoute, Bélgica | Elisabeth Franck Gallery, FIAC, París, Francia | Botanique, Bruselas, Bélgica | Centre de la Gravure et de l'Image Imprimée, La Louvière, Bélgica. 1988 Claude Bernard Gallery, Nueva York, Estados Unidos. 1987 Elisabeth Franck Gallery, Art Chicago, Estados Unidos | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Galerie Ruta Correa, Fribourg, Alemania | Galerie Renoir-Le Latina, París, Francia. 1986 Galería Quintero, Barranquilla, Colombia | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Praxis Galería de Arte, Santiago, Chile. 1985 Elisabeth Franck Gallery, ARCO '85, Madrid, España | Elisabeth Franck Gallery, Knokke-Le-Zoute, Bélgica | Présence Contemporaine, Cloître Saint-Louis, Aix-en-Provence, Francia | Praxis Galería de Arte, Córdoba, Argentina | Galería Jaime Conci, Córdoba, Argentina | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina. 1984 Galería Punto, ARCO '84, Madrid, España | Centre Culturel de l'Aérospatiale, Toulouse, Francia | Representa Argentina en la XLI Bienal de Venecia, Italia | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Fundación San Telmo, Buenos Aires, Argentina | Maison de la Culture, La Rochelle, Francia. 1983 Musée de Louvain-la-Neuve, Bélgica | Galerie Marquis, Vlissingen, Países Bajos | Galerie Claude Bernard, FIAC, París, Francia | Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Galería Punto, Valencia, España. 1982 Elisabeth Franck Gallery, ARCO '82, Madrid, España | Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Ecole Municipale des Beaux-Arts de Boulogne-sur-Mer, Francia | La Galería, Quito, Ecuador | Galería Minotauro, Caracas, Venezuela. 1981 Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Elisabeth Franck Gallery, KnokkeLe-Zoute, Bélgica | Le Salon d'Art, Bruselas, Bélgica | Leinster Fine Art, Londres, Inglaterra | Galerie Nina Dausset, París, Francia. 1980 Nishimura Gallery, Tokio, Japón | Galería de Arte Enrique Camino Brent, Lima, Perú | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina. | 64


1979 Galerie Nina Dausset, París, Francia | Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Galerie Jacqueline Storme, Lille, Francia | Musée d'Art Moderne de la Ville de París, Francia. 1978 Galerie du Dragon, París, Francia | Galería Feldman, Córdoba, Argentina | Galerie Carmen Martínez, París, Francia | Galería Rubbers, Buenos Aires, Argentina | Museo de Bellas Artes, Caracas, Venezuela | Galería Minotauro, Caracas, Venezuela. 1977 Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Víctor Najmías Art Gallery International, Buenos Aires, Argentina. 1975 Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Víctor Najmías Art Gallery International, Buenos Aires, Argentina | Galería Feldman, Córdoba, Argentina. 1974 Galerie Fred Lanzenberg, Bruselas, Bélgica | Galerie-T, Amsterdam, Países Bajos. 1973 Gallery Jalmar, Amsterdam, Países Bajos | Galería Antañona, Caracas, Venezuela | Galerie-T, Amsterdam, Países Bajos | Galerie Claude Bernard, París, Francia. 1972 Lefebre Gallery, Nueva York, Estados Unidos | Maison de la Culture, Rennes, Francia | Museo de Arte Moderno, Buenos Aires, Argentina. 1971 Gallery Jalmar, Amsterdam, Países Bajos | ARC, Musée d'Art Moderne de la Ville de París, Francia | Museum van Hedendaagse Kunst, Bois-Le-Duc, Países Bajos | Groninger Museum voor Stad en Lande, Groningen, Países Bajos | Musée de Mons, Bélgica | Noord Brabants Museum, Bois-Le-Duc, Países Bajos | Národní Galerie, Praga, República Checa | Théâtre National, Centre Rogier, Bruselas, Bélgica. 1970 Museum Krakow, Cracovia, Polonia | Kleine Grafik-Galerie, Bremen, Alemania | Neue Galerie, Baden-Baden, Alemania | Hedendaagse Kunst, Utrecht, Holanda | Galerie Jacqueline Storme, Lille, Francia | Galerie-T, Haarlem, Países Bajos. 1969 Instituto de Arte Contemporáneo, Lima, Perú | Galería Pryzmat, Cracovia, Polonia | Kunsthalle Darmstadt, Alemania | Galería Colibri, San Juan, Puerto Rico. 1968 Galerie Claude Bernard, París, Francia | Galerie Jeanne Bucher, París, Francia | Galería 22, Caracas, Venezuela | Galería Galatea, Buenos Aires, Argentina | Pro Gráfica Arte, Chicago, Estados Unidos | Museo Universidad Puerto Rico, Mayagüez, Puerto Rico | Galerie-T, Haarlem, Países Bajos | Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela. 1967 Galerie Kolarcevog Univerziteta, Belgrado, Yugoslavia. 1966 Galerie Claude Bernard, París, Francia | Casa de Las Américas, La Habana, Cuba. 1965 Galerie Paul Bruk, Luxemburgo, Luxemburgo | Galerie Claude Bernard, París, Francia | Galerie Kaleidoscoop, Gante, Bélgica | Galería Feldman, Córdoba, Argentina | Galería Lirolay, Buenos Aires, Argentina | Galería Relevo, Río de Janeiro, Brasil. 1964 Galerie Jeanne-Bucher, París, Francia | Galerie Claude Bernard, París, Francia. 1963 Galería North, Buenos Aires, Argentina | Galería Antigona, Buenos Aires, Argentina | Galería Galatea, Buenos Aires, Argentina. 1962 Galería Witcomb, Buenos Aires, Argentina | Galería Lirolay, Buenos Aires, Argentina | Museo Provincial de Bellas Artes Emilio A. Caraffa, Córdoba, Argentina. 1961 Galería El Pórtico, Buenos Aires, Argentina | Instituto de Arte Contemporáneo, Lima, Perú | Galería Witcomb, Buenos Aires, Argentina | Bolles Gallery, San Francisco, Estados Unidos | Fundación “Emilio Ortíz”, La Plata, Argentina. 1960 Galería Witcomb, Buenos Aires, Argentina | Galería México, ciudad de México, México | Galería Génova, ciudad de México, México. 1959 Galería Génova, ciudad de México, México | Galería México, ciudad de México, México | Bolles Gallery, San Francisco, Estados Unidos. 1958 Galería Génova, ciudad de México, México | Museo Municipal de Arte, Guatemala, Guatemala | Museo de Arte Colonial, Quito, Ecuador | Sociedad Económica de Amigos del País, Bogotá, Colombia | Dirección General de Cultura, Buenos Aires, Argentina. 1957 Galería Paideia, Córdoba, Argentina | Dirección Provincial de Cultura, Córdoba, Argentina. 65 |


For some of us, this exhibition is like a reunion of old classmates, friends not seen for many decades: how has the passage of time treated them? For most, however, the event is the first chance to see works with a patina of time gone by; pictures painted before the birth of several generations of Argentines. For all of us, it is a moment to celebrate, to renew contact with the vitality and flair of the 1960s. Antonio Seguí’s painting remains a major legacy of that period. To be curator of this show has been a marvelous opportunity for me to relive many important events of the last 45 years. I met Antonio one Saturday in the Spring of 1961 in the company of Jorge Romero Brest and his faithful flock, that cultural fraternity called Ver & Estimar. We made a guided tour of what was then Antonio’s studio, and there I discovered a kindred soul, someone else addicted to search for enchantment, trapped in the driving hunt for inevitable objects, fueled by a respect for others based on curiosity and a love for the adventure of living. I bought my first painting from him that same year: a grotesque figure of Napoleon from 1959. Then Antonio gave us a small portrait of a woman painted in Mexico in 1958. During the 1960s I added a painting a year through trades for primitive art objects that today can be found on the shelves of his Arcueil home. I put these first two paintings in the show, “Twenty Centuries of American Art”, that I mounted in 1967 at the Ronald Lambert Gallery, next door to the Di Tella Institute on Florida Street. In 1972, with Billy Whitelow, we organized an exhibition of Seguí’s graphic works from the 1960s at the Museum of Modern Art (MAMBA). I began to write texts in catalogues for his shows in 1975: the first “Antonio Seguí 1964/1970” at Víctor Najmías Art Gallery International and, eventually, the retrospective show at the National Museum of Fine Arts, in relation to winning the Torcuato Di Tella Prize in 1991. I was on the jury that awarded the prize. There were very few years that we did not get together somewhere, in Paris or Córdoba, Miami or Buenos Aires, Colonia or Chile, reunions that consolidated a brotherhood that had been founded almost half a century before and now is destined to continue through progressively more-difficult intercontinental trips. This exhibition is the most complete of the epoch of Antonio’s origins. It is not complete because many of the major works are in private collections and museums all over the world. The show does, nevertheless, touch on all the styles and instances of the work from the first decades of the artist’s career. Thanks to the support and generosity of several museums and a number of collectors, it has been possible to gather this selection. The one person who has contributed most to the success of this undertaking is Andrea Salice, at the Borges Cultural Center. Her determination and persistence have been essential for the success of the project. The enthusiasm and generosity of the artist himself have been fundamental, just as the logistic support and perseverance of Patricia Newcomer, the guardian angel who maintains order in the chaotic surroundings of an artist as prolific as Antonio. I thank Roger Haloua, director of the Borges Cultural Center, who accompanied me to Seguí’s studio back in 1961 and has always understood this artist’s importance in Argentine art. I also want to thank all the team at the Borges Cultural Center; they have contributed in countless ways to the successful presentation of this exhibition. The art collector generally responds to an unspoken demand: to share the trophies of his hunt with a broader public than just those who gather in his living-room. I thank the friends and colleagues who have lent their treasures, though I do lament the paintings that escaped my grasp…

Edward Shaw Tunquén, Chile, April 2007 | 66

Antonio Seguí, Sandy Starkman y Ed Shaw


The Origins “This Argentine, a rarity for his generation, seems to me born to paint, just as Cassius Clay was born to box.”. Andre Pieyre de Mandiargues, Paris, 1968.1. Antonio Seguí, since he first picked up a paint brush in the 1950s until 1970, was an agile chameleon who adapted his palette and his style to the place and circumstances in which he found himself. Whether it was the Andean landscape or a Parisian street, the beehives of power in Buenos Aires or the memories of his provincial youth, Seguí captured the essence of the situation and was capable of reconstructing it on canvas, empowered by his ability to revitalize the most commonplace techniques or materials. Today we can appreciate that what might have seemed like pure virtuosity was the product of an enduring talent and an innovative gaze which enveloped the entirety of human experience. The formative stage of an artist can often give the guidelines of how a style is to evolve or a pictorial attitude will mature. Comparing the works of these two exhibitions of Antonio Seguí, one at the Centro Cultural Recoleta of the past 15 years of his painting with the show at the Centro Cultural Borges of the now-distant beginnings of his career, it can be noted that the evolution has not been very predictable. The constants are more visible in the character of the artist himself, in his predilection for ironic humor and his compassion for the hustle-bustle daily life of the common man. The work of few painters has been capable of surviving the transition from Modernity to Post-modernity, of maintaining the traits of artistic personality intact. Many artists never change, hanging on to a modern style or attitude, never facing the challenge of the fundamental change implied in refocusing ones outlook in a world with different values. Others abandon what they did before, and start again from “zero” as “post-modernists”. Seguí is one of the very few that has been able to undergo a coherent transformation, updating his own universe, his own cast of characters, his own traditional techniques. He was able to change his focus, thanks to his incorporation of European intellectual advances, absorbed during his 45 years of residence in Paris. His recent work now fits within the lexicon of post-modernism. It adapts to its values, customs and manners. Where there was once a cry of anguish or remorse, a sensitive and human attitude in his early work, today his urban masses of interchangeable beings that stride the streets like herds of robots are totally dehumanized. Seguí now portrays the sad reality of the citizen of the city in today’s inhospitable urban thickets. Seguí had the luck to become an artist while “heroic” painting was still on its death bed, when art had aims and hopes of being able to contribute to the great social transformations. Seguí took part in the last crusades; he painted works that still implored change, works that forged paths with their dramatic images. Ever since those last cries of the 1960s, painting has lost its role of protagonist, coming to take a passive role in the fight for fundamentals. Painting has returned to being ornamental or derivative. Painting stopped being a banner for humanity in its existential struggles, in order to convert itself into a mechanism of justification for the concerns of certain minority groups with 67 |


society. Postmodern art is preoccupied with relativity. There is no more essence, just excuses. There are no scales of value. Seguí chose art in the 1950s, precisely because he felt that he could better express his consternation as to man's state of mind and spirit by being an artist rather than a lawyer. His father, a successful merchant in Cordoba, wanted his son to have a profession. Seguí tried studying law, but he realized that it would take images and not words to make his contribution to awakening an intransigent provincial society to the changes that were arriving from the outside. Segui did not choose painting as a pastime or an aesthetic proposition. He found a vocation in painting, similar to that of a preacher, through which he could not only spread his images but also his sentiments. Painting became the driving force of his life. Born on January 11, 1934, Seguí’s youth in the Cordoba of the 1940s was a comfortable apprenticeship for the middle-class life of the epoch. The city of Cordoba was the cradle of Argentine cultural life. The city opened its singular university several centuries before the idea occurred to the residents of Buenos Aires. Cordoba emerged out of the heart of the Spanish Colonies; the first settlers came there from Lima. There are still certain aristocratic characteristics in the heartland society. The people of Cordoba, for that reason, have never suffered inferiority complexes in regards to the Porteños. Seguí then moved out into the world as ambassador for his province of birth; he established the seat for the Argentine intellectual community in his studio in the suburbs of Paris. He has never given up his provincial citizenship, nor has he lost the sing-song accent so common in Cordoba. He still intones his French with the lilt of a boy from Saldán. Seguí as a youth devoured all that the world could offer him. He discovered Europe before Latin America, as so many other South Americans. He took off for the Old World at the tender age of 17, financed by a wise paternal grandmother, on his first adventure: North Africa, Europe, a number of hours auditing classes at the Academia de San Fernando in Madrid and his introduction to the culture of the city that was soon to become his home, Paris. He never felt ill-at-ease or out-of-place: the adolescent Seguí was already sure of himself and of the projects he was pursuing. The time he spent in Europe provided him with the fundamentals of painting technique. A diversity of artists caught his eye, from Francisco Goya and Gutiérrez Solana in Spain to Germans Otto Dix and George Grosz. It was evident that his vision was concentrated on social drama and his style was figurative, free of academic cant. He would add Francis Bacon and Jean Dubuffet with his passion for Art Brut. When he returned home, he had totally assimilated a contemporary European formation. It then seemed strange to him that he knew nothing about what was going on with the intellectuals in Argentina, much less in the rest of Latin America. As art critic Damián Bayón was to say: “Africa and Europe became folkloric for him and only in the earth, water and skies of the American continent was he to find his own truth”. 2. His first experiments with painting happened in Cordoba: in spite of early imitative traits, a determined hand and a marked expressive force could be noted in the work. He had begun at 14 with a series of monotypes with classical figurative characteristics. Within the decade, he had developed a personal style closer to caricature, but charged with an atmosphere of black humor that announced what was to come. Each year would bring a new focus and innovations in both technique and content. He never stopped producing surprises. It was not, however, sufficient for him to be considered “an aging and dangerous child prodigy” in Cordoba at age 20. | 68


He decided to travel: he set off for Mexico in a Jeep on a journey that would last several years. He discovered the rich handcrafts of Bolivia, pre-Columbian treasures in Peru. He shipped his vehicle by boat from Colombia to Central America and reached his goal, Mexico City, in 1957. It was during that trip that he began to collect: his drive to surround himself with art was born. Little by little he gathered objects, until one day he was to have one of the most important collections in the world of several African tribal cultures. In Mexico he devoured the murals of the masters, until that moment the greatest accomplishment of Latin American artists. He met and befriended David Alfaro Siqueiros, but soon realized that the movement had become politicized and that the younger artists had none of the strength of their predecessors. Seguí decided to dedicate his energy and time to an apprenticeship in the techniques of the graphic arts with engraver Francisco Dosamantes at the Taller de la Gráfica Popular. In the 1950s Seguí presented his first exhibitions, starting in Cordoba in 1957, then in Mexico City, at the Museums of Quito and Guatemala City and at the Bolles Gallery in San Francisco, California. By 1960 he had begun to exhibit in Buenos Aires. His work provoked interest but did not produce many sales. It would take another decade for collectors in Buenos Aires to start to buy works by the artists of the “New Figuration” school. On his return to Argentina, he created a series of paintings that were basically abstract and informal in their construction: large “Americanist” landscapes in earth tones with flat surfaces of color separated at times by thick strands of string sewn to the canvas to separate mountain and horizons, representative of a style known as “indigenous abstraction”. Seguí’s celebration of the Latin American landscape did not last long. His desire to participate in the more vital currents of the moment led him back to figurative painting, but figurative painting with a power never before seen in Argentine painting. Critic Damián Bayón observed: “Seguí complies with a utopia to which we art critics aspire: he is someone who changes all the time and that, paradoxically, always remains the same”. 3. On installing himself in Buenos Aires in 1961, Seguí advanced on all fronts possible. He was now married to Graciela Martínez, who developed her own career as an audacious and provocative dancer, and they raised their son Octavio, born in 1960 in a modest apartment on Solís Street, adjacent to the Plaza de los Dos Congresos in the very heart of the city. He set up a studio in the time-worn rooms of a Spanish social club on Cangallo Street, where he painted and gave classes to a heterogeneous group of youths and ladies. Here he started his emblematic series of “professionals”: enormous oil paintings in dense colors that represented the pillars of the local community at their worst. It was a frontal attack on the institutions that reigned supreme at that moment. His timing was perfect. Artist Antonio Berni from Rosario had launched his assault on the status-quo, directing the attention of local art lovers to the underworld that surrounded the elegant residential neighborhoods of the city. The four founders of “Neo-Figuration” Luis Felipe Noé, Rómulo Macció, Jorge de la Vega and Ernesto Deira had joined forces in a downtown studio, now buried beneath the extension of 9 de Julio Avenue, to change the path of Argentine painting forever. Seguí, the outsider from Cordoba, accompanied the process from a certain distance, never feeling all together comfortable among Porteño peers. Then he produced a series painted on enlarged family photos, dedicated to a fictitious member of Argentine society, Felicitas Naón and her circle of influence. He earned the accolades of proper circles in Paris with this series. The combination of a ferocious irony 69 |


and a ductile and seductive “painterliness” won the applause of a demanding public. Most of these works from the early and mid-1960s have remained in European collections and have never been exhibited in Argentina, as so many others of the countless explosions of Seguí’s brief pictorial escapades. As was his habit, he produced work at a feverish pace, filled canvas after canvas wth his macabre characters. He began to participate in the important group shows of the moment, for example, the Premio Nacional Torcuato Di Tella in 1963, the Kaiser Biennials in his native Cordoba, and in landmark shows such as “Arte Destructivo” organized by artists Kenneth Kemble and Quique Barilari at Galería Lirolay in 1961. He was invited to show at the Biennial of Young Painting in Paris in 1963. His paintings received rave reviews, awakening the public from a long period of lethargy following the boom of the abstract School of Paris. Destiny produced one of its miracles at that moment. Seguí entered the Paris art world triumphantly with simultaneous shows at the renowned Left Bank Claude Bernard and Jeanne-Bucher Galleries, a phenomenon to be repeated in the chaos of May 1968. He had now conquered in Paris as never possible in Buenos Aires. His spacious but rudimentary studio, a shed in the back patio of the ancient mansion of scientist François-Vincent Raspail in Arcueil, went from being a club for barbeques for Latin American artists to a center for entertaining receptions and glorious parties attended by the cultural celebrities from everywhere. One of the most memorable was “La Fête Garde-Robe”, on December 11, 1965, attended by 70 artists, today recognized as the finest of their generation, and their consorts. In spite of his own celebrity, Seguí never lost his rhythm when painting and continued to prepare exhibits all over Europe with singular celerity. He never lost sight of his objective: spend every day enjoying painting. This sense of pleasure is present in every one of his works, be it a painting, a drawing, a print or a sculpture. He discovered the incredible technical possibilities of printmaking, above all making lithographs, in the famous studios in Paris and he began to experiment, not only with different techniques, but with images, returning to combinations of photography and drawing, with large areas of solid color. He updated his credentials as an innovator, printing series after series of cutting, ironic lithographs. His graphic work began to win prizes everywhere: Mexico, Japan, Venezuela, Poland, Cuba, Puerto Rico and Germany… “In his graphic work, Seguí allows himself to be permeated by the totality of life: what happens in the street, what he sees in photos in the papers, in the omnipresent universe of advertising, in television, in comic strips. (…) These prints have to be registered by a spectator in an instantaneous glance, a punch straight to the solar plexus, to speak in boxing terms. Seguí loves this spontaneity; he feels comfortable with it, taking note, one might say, of the everyday, never taking himself too seriously”. 4. His youthful fascination with the comics and illustration provided elements that began to reappear in the new work he was creating in Paris. Seguí has always utilized the graphic arts and drawing as territories for experimentation. The young English and US Pop artists, along with Larry Rivers, for example, had incorporated comics into their work. Seguí also found the genre valid as a support for his ironic social gibes. He recreated the toys with figures cut out of plywood that he remembered from his childhood in Cor-

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doba and began to produce three-dimensional objects that captured his humorous overviews of society’s foibles. Seguí’s work of the 1960s received much critical applause. John Canaday, the respected art critic of The New York Times, wrote in a review of the show New Art from Argentina, which traveled to several museums in the United States in 1964 and 1965. “Antonio Seguí, who has yet to have an exhibition in the United States, seems to be the strongest of the group that are represented in the Minneapolis selection”. 5. When Seguí finally began to show in New York, Canaday wrote several years later: “Mr. Seguí is neither a parodist nor a nostalgist. His style might be comparable to that of a writer who combines a slightly archaic vocabulary with up-to-date syntax, not as a stylistic affectation but because his understanding of the past and his participation in the present thus receive common expression. (…) [His work,] impossible to pin down in a description, reflects a very lively wit combined with a personal sensitivity to the subject matter that negates the surface eclecticism”. 6. Antonio Seguí arrived at the brink of the 1970s finding himself in many ways more European than Argentine, more postmodern than modern, with a degree of international recognition that he himself never imagined, facing the challenge of maintaining the momentum, getting better and better. Today, looking back, we can realize that his early work retains its validity, his vision continues to provoke a constant revision of the attitudes with which we observe a world that is still not comfortable with the concepts of postmodernity and man's role within it. As he continues to investigate these realities in his work, Seguí spends his days in Arcueil drawing legions of little men seeking their space in landscapes which offer limited horizons.

Edward Shaw Tunquén, Chile, April 2007

Notes 1. “Antonio Seguí”, André Pieyre de Mandiargues, catalogue, Galerie Claude Bernard / Galerie Jeanne-Bucher, Paris, France, 1968. 2. “La originalidad en la obra gráfica de Antonio Seguí”, Damián Bayón, Obra Gráfica 1948/1992, catalogue, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, Puerto Rico, 1993, p. 11. 3. “Hombre de Ciudades”, Ana María Escallón; “Inventor de Signos de una Época Ecléctica”, Damián Bayón: “Pautas para Leer 60 obras de Antonio Seguí”, Raquel Tibol, catalogue, Museo Rufino Tamayo, Mexico City, 1997, introduction by Bayón, p. 5. 4. Damián Bayón, catalogue, Puerto Rico, ibid, p 15. 5. John Canaday, “Art: Argentina’s Blue Plate Special”, New York Times, September 8, 1964, with illustration of (1963). 6. John Canaday, “Art: A Cluster of Shows Not to Miss”, New York Times, May, 1972.

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Listado de obras expuestas Los Niños | 1952 Óleo sobre tela 70 x 50 cms Colección particular, Córdoba

Napoleón | 1959 Óleo sobre tela 102 x 51 cms Colección particular, Buenos Aires

La Taza de Té | circa 1955-56 Óleo sobre tela 50 x 70 cms Colección particular, Córdoba

De un Corte | 1960 Hilo de algodón y óleo sobre tela 200 x 100 cms Colección Museo de Arte Moderno, Buenos Aires

Mujer Embarazada | circa 1956 Óleo y collage sobre tela 70 x 50 cms Colección particular, Córdoba Prisionero | 1955 Óleo sobre tela 125 x 73 cms Colección particular, Córdoba Naturaleza Muerta | 1955 Óleo sobre tela 70 x 90 cms Colección particular, Córdoba Naturaleza Muerta | 1956 Óleo sobre tela 40 x 60 cms Colección particular, Córdoba Dos Figuras | 1957 Óleo sobre tela 60 x 45 cms Colección particular, Córdoba La Mesa Roja | circa 1956 Óleo sobre tela 49 x 58 cms Colección particular, Córdoba Sin Título | 1958 Óleo sobre tela 45 x 34,5 cms Colección particular, Buenos Aires El Cabezón | 1958 Óleo sobre tela 180 x 120 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

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Sin Título | 1960 Óleo sobre tela 40 x 70 cms Colección particular, Córdoba Sin Título | circa 1960-61 Óleo sobre papel 50 x 35 cms Colección particular, Buenos Aires Para un Paisaje Americano | 1961 Óleo sobre papel pegado sobre tela 90 x 150 cms Colección Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata Sin Título | circa 1961-62 Óleo sobre tela 190 x 170 cms Colección particular, Buenos Aires Ludovico and his Family | 1962 Óleo sobre tela 135 x 160 cms Colección particular, Buenos Aires La Belle Cuisinière, d´Après Boucher | 1962 Óleo sobre fotografía sobre contrachapado 174 x 116 cms Colección particular, Buenos Aires Los Comandantes | 1962 Óleo sobre tela 198 x 130 cms Colección particular, Buenos Aires

Felicitas Estado N°13 | 1962 Óleo sobre fotografía pegada sobre madera terciada 111 x 78 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires Sin Título | 1962 Óleo sobre papel pegado sobre tela 116 x 89 cms Colección particular, Buenos Aires Estudio para un Paisaje Americano | 1962 Óleo y collage sobre tela 200 x 120 cms Colección Centro de Arte Contemporáneo Château Carreras, Córdoba Yo No Soy Buena Moza | 1963 Óleo sobre tela 180 x 300 cms Malba - Colección Costantini, Buenos Aires Mi Clase de Anatomía | 1963 Óleo sobre tela 250 x 200 cms Colección particular, Buenos Aires Sin Título | 1963 Óleo sobre tela 96,5 x 129,5 cms Colección Museo de Arte Moderno, Buenos Aires Secuencia | 1963 Óleo sobre tela 150 x 125 cms Colección particular, Buenos Aires Melenita | circa 1963-64 Óleo sobre tela 100 x 132 cms Colección particular, Buenos Aires Resumen de una Cuenta Bancaria | 1964 Óleo sobre tela 65 x 81 cms Colección particular, Buenos Aires


Dos Hombres en un Cubo | 1964 Óleo sobre cartón 49,5 x 65 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

El Fumador | 1966 Óleo sobre cartón 50 x 64,5 cms Colección particular, Buenos Aires

Te Quiero | 1964 Óleo sobre tela 41 x 49 cms Colección particular, Buenos Aires

Bucólico Serrano | 1966 Óleo sobre madera recortada y tanza 150 x 150 x 8 cms Colección particular, Córdoba

Tchekhov | 1964 Óleo sobre tela 35 x 27,5 cms Colección particular, Buenos Aires

De Córdoba con Amor | 1966 Óleo sobre madera recortada e hilo de algodón sobre tela 152 x 203 x 4,5 cms Colección particular, Córdoba

À Vous de Faire l'Histoire II | 1967 Técnica mixta sobre madera 210 x 518 cms Colección particular, Buenos Aires

París Interrumpido | 1966 Óleo sobre tela 80 x 99 cms Colección particular, Buenos Aires

Superman | 1967 Óleo sobre cartón 65 x 49,5 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

Personaje y Letras | 1966 Óleo sobre cartón 49,5 x 65 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

Sin Título | 1967 Pastel sobre papel 76 x 61 cms Colección particular, Córdoba

Caja por un Jardín de Aclimatación | 1965 Óleo sobre tela 195 x 130 cms Colección particular, Buenos Aires

Personaje y Brazo | 1966 Óleo sobre cartón 49,5 x 65 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

Sierras de Córdoba | 1968 Óleo sobre tela 89 x 116 cms Colección particular, Buenos Aires

Sacando la Lengua | 1965 Óleo sobre cartón 50 x 64,5 cms Colección particular, Buenos Aires

Rectángulo Óvalo Blanco | 1966 Óleo sobre madera recortada 72,5 x 83 x 10 cms Colección particular, Buenos Aires

Triángulo Blanco | 1968 Óleo sobre madera recortada 72,5 x 83 x 10 cms Colección particular, Buenos Aires

Zorro | 1965 Óleo sobre cartón 49,5 x 65 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

El Nubarrón | 1966 Óleo y collage sobre tela 150 x 200 cms Colección Centro de Arte Contemporáneo Château Carreras, Córdoba

Gorra + Sombrero + Bota | 1968 Óleo y grafito sobre madera 59 x 65 x 10 cms Colección particular, Buenos Aires

Sin Título | 1964 Óleo sobre tela 55 x 38 cms Colección particular, Buenos Aires Al Pie de la Ducha | 1964 Tempera sobre tela 35,5 x 24 cms Colección particular, Buenos Aires

Personaje con Perro | 1965 Técnica mixta sobre cartón 52 x 65 cms Colección Galería Rubbers, Buenos Aires

El Corpiño Eléctrico | 1966 Óleo y collage sobre tela 153 x 203 cms Colección particular, Buenos Aires

Saldán es Negro | 1966 Óleo sobre tela 202 x 152 cms Colección Centro de Arte Contemporáneo Château Carreras, Córdoba Por Todos Lados | 1967 Óleo sobre madera recortada 60 x 34 x 31 cms Colección particular, Buenos Aires

La Memoria | 1968 Óleo sobre tela 140 x 65 cms Colección particular, Buenos Aires

Absolutamente Lleno | 1966 Óleo sobre madera recortada 65 x 59 x 10 cms Colección particular, Buenos Aires

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La exposición se realizó gracias al apoyo de las siguientes empresas:

La campaña de vía pública se realizó gracias a:

Este catálogo fue impreso con motivo de la muestra Orígenes, la obra temprana de Antonio Seguí que se llevó a cabo en el Centro Cultural Borges, mayo | junio 2007.




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