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Un novotempo entre China y Brasil
El regreso de Lula a tierras chinas reimpulsó la relación bilateral
Por MICHAEL ZÁRATE
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TRAS asumir la Presidencia el 1 de enero de este año, Luiz Inácio Lula da Silva se trazó un primer objetivo: colocar otra vez a Brasil en la nueva geopolítica mundial. El gobierno de su antecesor, Jair Bolsonaro, había enfriado la relación con China, un país que desde 2009 es su principal socio comercial y con el que forma parte del cada vez más influyente grupo del BRICS. Esto explica la importancia que Lula dio a su reciente visita a China, a donde llegó luego de superar una bronconeumonía y con una nutrida delegación conformada por ocho ministros y más de 200 líderes empresariales.
“China y Brasil son países hermanos, independientemente de sus gobernantes, y lo seguirán siendo a lo largo de la historia”, manifestó a China Hoy el director del Centro China-Brasil: Estudio y Negocios, Ronnie Lins. “La comitiva que acompañó al presidente
Lula ha sido prueba de la importancia de esta visita. La idea es que los políticos brasileños puedan conocer las negociaciones entre los presidentes de ambos países, y su proceso de implementación pueda agilizarse cuando todos vuelvan a Brasil”.
De la misma opinión fue el experto brasileño Leolino Dourado, para quien es significativo que China haya sido el primer destino de Lula fuera del continente americano. “Ello refleja la prioridad que tiene China para el actual Gobierno de Brasil. Esta visita representó una búsqueda por atraer mayor inversión china a Brasil y ampliar la canasta de productos exportados al gigante asiático”, sostuvo Dourado, quien es investigador afiliado al Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad del Pacífico, en Perú.
Un inicio en Shanghai
La tercera visita de Lula a China como presidente –tras las realizadas en 2004 y 2009– comenzó el 13 de abril en Shanghai, donde sus primeras declaraciones fueron: “La época en la que Brasil estaba ausente de las grandes decisiones mundiales ya es cosa del pasado. Estamos de vuelta en la escena internacional después de una ausencia inexplicable”. Lula llegó a la megalópolis financiera china para asistir a la toma de posesión de Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por sus siglas en inglés), establecido precisamente por el BRICS, que, además de China y Brasil, incluye a Rusia, India y Sudáfrica.
“El NDB reúne todas las condiciones para convertirse en el gran banco del Sur Global”, manifestó Lula. De hecho, el NDB fue creado en 2014 y establecido en 2015, cuando Rousseff era presidenta de Brasil. Durante sus más de siete años de existencia, el NDB ha aprobado 98 proyectos con una inversión total ascendente a 33.200 millones de dólares. Además del BRICS, entre sus nuevos miembros figuran Bangladés, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Uruguay. Hasta el primer trimestre de 2023, la institución crediticia había aprobado 22 proyectos en Brasil.
“Durante mucho tiempo, los países en desarrollo habían tenido el sueño de crear sus propias herramientas de inversión y financiamiento. El NDB ha realizado este sueño y realmente sabe lo que los países en desarrollo necesitan y en dónde tienen que invertir”, mencionó Lula. Rousseff, por su parte, anunció en entrevista con la agencia Xinhua que la lucha contra el cambio climático, el abordaje de la desigualdad social y la inversión en el desarrollo de infraestructuras estarán en el foco de la institución durante su mandato, el cual se prolongará hasta julio de 2025.
En Shanghai, Lula visitó también la filial de la firma tecnológica Huawei, un gesto que fue muy apreciado por la parte china, en vista del acoso que la compañía viene afrontando por parte principalmente de Estados Unidos. “Visitamos Huawei en una demostración de que queremos decirle al mundo que no tenemos prejuicios en nuestras relaciones con los chinos. Nadie va a prohibir que Brasil mejore su relación con China”, aseguró Lula. De hecho, la red 5G con tecnología de Huawei ha cubierto la mayor parte de Brasil y ha ayudado a construir ciudades inteligentes en dicho país.
Si bien la optimización de la relación comercial es importante, Ronnie Lins propuso que Brasil se enfoque también en incrementar la cooperación científica y tecnológica con China, país del que destacó su gran desarrollo en sectores como la inteligencia artificial, el Internet de alta tecnología, la robótica, la biotecnología, entre otros. “En este contexto actual de nueva era, estas tecnologías y la disponibilidad de commodities y otros insumos simila- res, serán la clave del éxito. Es decir, la creación de un autoabastecimiento tecnológico y alimentario”, sostuvo.
Reuniones en Beijing
La siguiente parada de Lula fue Beijing, donde el 14 de abril lo esperaba el presidente de China, Xi Jinping. A su llegada al Gran Palacio del Pueblo, Lula fue recibido con las notas de la canción Novo tempo (Nuevo tiempo) de Ivan Lins. Ambos jefes de Estado presenciaron la firma de 15 documentos de cooperación bilateral en materia de comercio e inversiones, economía digital, innovación científico-tecnológica, información y telecomunicaciones, temas sanitarios, alivio de la pobreza, tecnología aeroespacial, entre otros.
Durante la reunión, el presidente Xi Jinping señaló que ambas partes deben explotar a fondo el potencial de cooperación en campos como agricultura, energía, construcción de infraestructura, aviación y aeroespacial, e innovación científica y tecnológica, además de explorar proyectos en economía verde, economía digital, energías limpias, entre otros sectores. Lula se reunió también en la capital china con el primer ministro Li Qiang y el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Zhao Leji.
Según cifras chinas, Brasil se ha convertido en el primer país latinoamericano en superar los 100.000 millones de dólares en su comercio con China, el cual ascendió a 171.490 millones de dólares en 2022, un crecimiento interanual del 4,9 %. De hecho, Brasil representa para China su mayor socio comercial en América Latina y el Caribe (ALC), al ocupar el 35,3 % de sus intercambios comerciales con la región.
Brasil es también el mayor destino de las inversiones chinas en ALC, las cuales se vienen extendiendo de áreas como minería, infraestructura y agricultura a sectores emergentes como alta tecnología y energía verde y baja en carbono. La mayor empresa agrícola y alimentaria de China, COFCO Corporation, ha invertido más de 2300 millones de dólares en Brasil desde 2014.
Más yuanes y reales
Se prevé que el vínculo comercial entre China y Brasil se fortalezca más luego de conocerse recientemente tres anuncios. En primer lugar, la reapertura del mercado chino para la exportación de carne bovina brasileña, un tema crucial para Brasil, pues China compra el 61 % de la carne bovina brasileña que se exporta, lo cual significa unos 8000 millones de dólares de negocios anuales, según el ministro de Agricultura brasileño, Carlos Fávaro. En segundo lugar, la inauguración el 3 de abril de una nueva ruta aérea de carga que une a las ciudades de Shenzhen y Sao Paulo, lo que incentivará el comercio electrónico entre ambos países. Y, en tercer lugar, el hecho de que el yuan (RMB) chino haya desbancado al euro al convertirse en la segunda moneda más presente en las reservas internacionales de Brasil. Hasta 2018, el yuan no tenía presencia alguna y en solo cuatro años ha pasado a suponer el 5,37 % de la reservas brasileñas, por encima del 4,74 % del euro.
Si bien el dólar continúa siendo la principal divisa de las reservas brasileñas, con el 80,42 %, tanto China como Brasil vienen tomando medidas para reducir su predominio con un acuerdo sobre el establecimiento de medidas de compensación del yuan para facilitar el comercio e inversiones bilaterales.
“¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda?”, se preguntó Lula durante su paso por Shanghai.
En diálogo con China Hoy, Leolino Dourado consideró que la expectativa de ambas partes es reducir los costos de las transacciones comerciales con el intercambio directo entre las dos monedas (el yuan chino y el real brasileño). “Por el lado geopolítico, la idea sería hacer frente al sistema del dólar. Las transacciones de intercambio directo reducirían la vulnerabilidad a eventuales sanciones aplicadas por Washington”, dijo Dourado, quien apuntó que esta decisión también busca brindar una alternativa al tradicional sistema de pagos internacionales que usa al dólar como una moneda intermediaria. En ese sentido, Dourado recordó la adhesión del banco sino-brasileño BOCOM BBM al CIPS (China Interbank Payment System), la alternativa del país asiático al sistema internacional SWIFT . “Se trata del primer banco en América Latina en adherirse a este sistema”, apuntó.
Al referirse a la relación con China, y al hecho de que el próximo año se celebrará medio siglo de relaciones diplomáticas, Lula mencionó: “La amistad es como una botella de vino, entre más añeja, mejor”. Solo el futuro dirá si ese vino será resultado de una gran cosecha, y si estamos efectivamente ante un nuevo tiempo, como aquella canción del compositor brasileño Ivan Lins.