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Un cambio de timón
La visita de Lula a China mostró el nuevo enfoque de la política exterior brasileña
Por WANG LEI*
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URANTE la intensa campaña electoral de Brasil en 2022, en el debate entre los dos principales candidatos presidenciales, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, la comunidad internacional pudo darse cuenta del cambio que se avecinaba. El 1 de enero pasado, Lula asumió por tercera vez la Presidencia de Brasil, lo que trajo consigo un cambio en la política exterior de dicho país y viene teniendo un profundo impacto en América Latina y todo el mundo.
Desde la toma de posesión de Lula, el ajuste de la política brasileña hacia China ha estado bajo el foco de atención mundial. Ambos países son potencias influyentes y desempeñan un papel activo en el desarrollo y la estabilidad global. En ese sentido, la visita del presidente Lula a China ha abierto una nueva etapa de cooperación integral entre las dos economías emergentes más representativas del mundo, y ha tenido una gran importancia para promover la solidaridad y la cooperación Sur-Sur.
Reconfigurar las relaciones exteriores
Desde que asumió el cargo hace más de 100 días, el presidente Lula ha visitado Argentina, Uruguay, Estados Unidos y China, cuatro países de gran importancia para Brasil. Es una señal obvia de que Lula está reconfigurando las relaciones exteriores de su país.
Por un lado, el nuevo Gobierno brasileño volverá a impulsar el proceso de integración de América Latina, y fortalecerá la interacción y coordinación con los países de esta región, a fin de responder de manera conjunta a los desafíos que plantean los cambios sin precedentes que viene atravesando el mundo. Para Brasil, Argentina es el país vecino más importante. Ambos tienen mucha importancia en los asuntos regionales y mundiales. En enero, Lula visitó Argentina, donde asistió a la Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y luego visitó Uruguay. Declaró públicamente que Brasil retomará su entusiasmo por impulsar el desarrollo de los mecanismos de integración regio- nal, tales como la CELAC, el Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Por otro lado, el nuevo Gobierno brasileño seguirá otorgando una gran importancia al desarrollo de las relaciones con Estados Unidos. Durante la visita del presidente Lula a Estados Unidos en febrero, los mandatarios de ambos países intercambiaron puntos de vista sobre la cooperación económica y comercial, el cambio climático y el conflicto entre Rusia y Ucrania, entre otros asuntos. Estados Unidos y Brasil son los dos países más importantes del hemisferio occidental. Estados Unidos no solo es uno de los socios económicos y comerciales más importantes de Brasil, sino también una potencia regional que puede ejercer una gran influencia en la delicada situación interna de Brasil.
Las frecuentes visitas de Estado en tan solo 100 días después de asumir el cargo demuestran la decisión de Lula de llevar a Brasil de regreso a la arena internacional. En los próximos años, Brasil seguramente desempeñará un papel más activo en los asuntos internacionales y recuperará su posición en la diplomacia multilateral.
Una nueva etapa
La actitud del nuevo Gobierno brasileño hacia China ha estado bajo la mira del mundo. Cuando Lula pospuso su viaje a nuestro país en marzo debido a una enfermedad, hubo muchas especulaciones en la comunidad in - ternacional. La visita del presidente Lula a China, llevada a cabo del 12 al 15 de abril, tuvo resultados muy fructíferos y demostró el carácter general, estratégico y global de las relaciones bilaterales. Ambas partes emitieron la “Declaración conjunta entre la República Popular China y la República Federativa de Brasil sobre la profundización de la asociación estratégica integral” y la “Declaración conjunta China-Brasil sobre la respuesta al cambio climático”, y firmaron documentos de cooperación bilateral en materia de comercio e inversiones, economía digital, innovación científico-tecnológica, información y telecomunicaciones, alivio de la pobreza, temas sanitarios y tecnología aeroespacial, entre otras. Como los mayores países en desarrollo y mercados emergentes importantes en el hemisferio oriental y el occidental respectivamente, China y Brasil comparten amplios intereses comunes. Los dos se unirán para abrir una nueva etapa, en la que no solo mejorarán aún más el bienestar de sus pueblos, sino que también jugarán un papel más importante en la paz, la estabilidad y la prosperidad regionales y mundiales.
El desarrollo bilateral entre China y Brasil tiene un valor estratégico, y está profundamente basado en el beneficio mutuo y la cooperación inclusiva. En los últimos años, la cooperación económica y comercial ha logrado un rápido crecimiento. China se ha mantenido como el mayor socio comercial de Brasil durante 14 años consecutivos, y Brasil es también el mayor socio comercial de China en América Latina. El volumen comercial entre los dos países alcanzó 171.490 millones de dólares en 2022, principalmente proveniente de la energía, la agricultura, la maquinaria y equipos, los automóviles, la ingeniería aeroespacial y la medicina. Mirando hacia el futuro, la cooperación comercial bilateral tiene amplias perspectivas de desarrollo en los campos de las finanzas, la agricultura, el turismo, la inversión, la economía digital, la industria aeroespacial, la información y comunicación, y la energía.
Durante sus dos primeros mandatos presidenciales de 2003 a 2010, el presidente Lula otorgó una gran importancia al desarrollo de las relaciones con China, y vio la cooperación entre China y Brasil desde una perspectiva multidimensional de estrategia global, de cooperación regional y de relaciones bilaterales. Durante esta visita de Estado, los líderes de los dos países intercambiaron opiniones sobre los temas preocupantes del mundo y la cooperación bilateral a largo plazo. El encuentro no solo reflejó la importante posición de las relaciones China-Brasil en las políticas exteriores de ambas partes, sino que significó también un hito importante para el desarrollo de alta calidad de las relaciones entre los dos.
Cooperación multilateral
En el futuro es necesario aprovechar aún más el papel orientador y el diseño de alto nivel del Comité de Coor- dinación y Cooperación de Alto Nivel China-Brasil, a fin de trazar un nuevo plan de cooperación económica y comercial bilateral. Se debe promover activamente la inversión bidireccional entre China y Brasil, ampliar el espacio a escala mundial de la cooperación bilateral, y fortalecer la comunicación de políticas y la coordinación en las posiciones.
Este año marca el 30.° aniversario del establecimiento de la asociación estratégica China-Brasil y el 10.° aniversario de la propuesta de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). La promoción de la construcción de alta calidad de la IFR se va volviendo cada vez más un consenso mundial. Brasil siempre ha prestado mucha atención a la construcción de la IFR, y la visita del presidente Lula promoverá fuertemente la cooperación entre China y Brasil en el marco de esta iniciativa. Los mandatarios de ambos países han discutido el acoplamiento de las políticas de desarrollo y los planes de inversión de Brasil –como la integración de América del Sur– con las políticas de desarrollo de China e iniciativas internacionales como la IFR, lo que impulsará el crecimiento de la economía mundial mediante la construcción de la Franja y la Ruta en un alcance más amplio. En los últimos años, afectada por las relaciones bilaterales entre algunos Estados miembros, la promoción de la construcción de la IFR aún no se ha consolidado como un consenso entre los países del BRICS. Sin embargo, a medida que Brasil muestre una actitud positiva hacia su participación en la IFR, tanto la cooperación Sur-Sur como el desarrollo global cobrarán un nuevo impulso.
La profundización de la cooperación entre China y Brasil en más plataformas y áreas tendrá efectos indirectos evidentes, y los resultados de la cooperación promoverán aún más la confianza política mutua, la comunicación estratégica y los lazos interpersonales entre los dos países. Ello convertirá esta relación en un ejemplo del desarrollo bilateral entre los Estados miembros del BRICS.
Lula visitó Shanghai en su primera escala de viaje a China y asistió a la ceremonia oficial en la que la exmandataria brasileña Dilma Rousseff asumió el cargo de presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo. El énfasis del nuevo Gobierno brasileño en los mecanismos de cooperación multilateral, como el Nuevo Banco de Desarrollo y el BRICS, inyectará un nuevo impulso a la cooperación BRICS en una nueva etapa.
El próximo año marcará el 50.° aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Brasil, un importante momento para ambos países. La asociación estratégica integral entre las dos partes se consolidará y ampliará aún más tras la visita del presidente Lula, con un consenso más amplio en la comunicación de políticas, los intercambios económicos y comerciales, y los lazos entre los pueblos de los dos países. La relación bilateral tendrá un nuevo futuro con la profundización de la cooperación, cuyos resultados fructíferos estimularán la confianza de los pueblos tanto de los dos países como del resto del mundo en su bienestar, así como en la paz y el desarrollo del mundo.