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La modernización al estilo chino
Una transformación de acuerdo con la propia realidad del país
Por LÜ YAN
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EL impulso de China hacia la modernización comenzó cuando la dinastía Qing (1644-1911), un imperio feudal, empezó a desmoronarse en el siglo XIX. La debilidad de la autoridad imperial y una infraestructura cívica corrupta, en un país reducido a una sociedad semicolonial y semifeudal tras la Guerra del Opio de 1840, impulsaron a la gente a buscar nuevas formas para salir de la pobreza y crecer como nación mediante el desarrollo y la modernización.
En su Plan de Reconstrucción Nacional, escrito hace más de un siglo, Sun Yat-sen, el connotado estadista chino que lideró una revolución que acabó con más de 2000 años de régimen feudal en China, expuso un grandioso proyecto para la industrialización del país. Desgraciadamente, el plan, que fue diseñado prácticamente por él mismo con muy poca ayuda de ingenieros o economistas, no logró materializarse.
En 1921 nació el Partido Comunista de China (PCCh), el cual ha dirigido al pueblo chino a lograr con éxito la independencia nacional y eliminar la pobreza absoluta. A través del tiempo, el Partido ha ajustado sus prioridades de acuerdo con las propias exigencias de la época y la realidad nacional.
En la actualidad, el Partido ha trazado un camino hacia la modernización teniendo en cuenta la realidad china. “Desde ahora, la tarea central del PCCh es unir y conducir al pueblo de las diversas etnias del país en la materialización del objetivo de lucha fijado para el segundo centenario –la culminación de la construcción integral de un poderoso país socialista moderno–, promoviendo integralmente la gran revitalización de la nación china con la modernización china”, dijo Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh y presidente de China, en el informe que presentó en la ceremonia de apertura del XX Congreso Nacional del PCCh, celebrada el 16 de octubre.
Un camino hecho a medida
El país más poblado del mundo está ahora preparado para adoptar un modelo de modernización con sus propias características. Xi dijo que la modernización al estilo chino ofrecía a la humanidad una nueva alternativa para alcanzar la modernización.
La modernización que propugna China contempla una enorme población, la prosperidad común para todos, el avance material, étnico y cultural, la armonía entre la humanidad y la naturaleza, y el desarrollo pacífico, explicó Xi.
El modelo contiene elementos comunes a los procesos de modernización de otros países, pero, al mismo tiempo, recoge características propias del contexto chino.
“Xi ha expuesto las características distintivas de la modernización al estilo chino, revelando sus diferencias fundamentales con los procesos de modernización de Occidente”, señaló Ye Xiaowen, subdirector del Comité de Cultura, Datos Históricos y Estudios del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
Con la Primera Revolución Industrial iniciada en el siglo XVIII, los países capitalistas occidentales comenzaron a desarrollarse, adelantándose a otros países en términos de productividad. Si bien sus modelos de producción dieron buenos resultados, ello no quiere decir que exista un solo camino hacia la modernización, dijo Yin Jun, investigador de la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Beijing.
En China viven 1400 millones de personas, lo que equivale a más que la población combinada de todos los países modernizados según la definición actual. “Nuestra modernización beneficia a todos los habitantes del país, en lugar de a unos pocos”, declaró Gao Derong, delegado al Congreso procedente de una zona rural de la provincia de Yunnan, a la agencia Xinhua. El éxito de China en la erradicación de la pobreza absoluta en los últimos años es un paso importante para alcanzar uno de los objetivos principales del proceso de modernización al estilo chino: la prosperidad común.
“La modernización general de una población de más de 1400 millones de personas no tiene precedentes en la historia de la humanidad y exigirá mayores esfuerzos para superar más dificultades, lo cual inevitablemente tendrá un impacto más amplio y mundial que contribuirá a la causa general del progreso humano”, sostuvo Han Wenxiu, funcionario del Comité Central de Asuntos Financieros y Económicos. El país debe presentar nuevas iniciativas para reducir la brecha de desarrollo entre diferentes regiones, entre las zonas rurales y urbanas, y entre los diferentes grupos de ingresos. No se trata de perseguir el igualitarismo, sino de generar mayor espacio para la igualdad de oportunidades y para la asignación equilibrada de recursos.
Mientras tanto, la conservación ecológica ocupa un lugar destacado en la agenda de modernización. “Respetarla (la naturaleza), adaptarnos a ella y protegerla representa una exigencia inherente a la construcción integral de un país socialista moderno. Debemos interiorizar firmemente y practicar la noción de que las aguas cristalinas y las verdes montañas son cordilleras de oro y plata, y ponernos en la altura de la coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza para planear el desarrollo”, dijo también Xi en la sesión inaugural.
China ha participado activamente en la gobernanza medioambiental mundial y en la cooperación internacional para hacer frente al cambio climático, y se ha comprometido a alcanzar el máximo de sus emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono antes de 2060.
“A diferencia de algunos países occidentales, que durante mucho tiempo han seguido la ley de la selva y la lógica del juego de suma cero según la cual un país invariablemente buscará alcanzar la hegemonía cuando se haga fuerte, China se ha adherido a la vía del desarrollo pacífico mientras persigue la modernización al estilo chino”, explicó Ye.
Adham Sayed, miembro del Comité Central del Partido Comunista del Líbano, afirmó que, dado que el mundo actual está atravesando una fase de transformación y el orden global está viviendo cambios profundos, la humanidad necesita un plan claro, así como una alternativa y un nuevo orden para abordar las crisis a nivel mundial. “El mensaje de China representa una luz de esperanza para los pueblos del mundo de que el futuro será mejor, y de que una China fuerte también significa un mundo mejor”, expresó Sayed.
“El discurso de Xi dio la sensación de que las cosas están dando fruto y de un paradigma basado en logros reales y planes concretos”, consideró John Pang, profesor del Bard College de Nueva York. “Sentí entusiasmo, no por las referencias a las amenazas externas, sino por la visión de la revitalización nacional y el llamado a construir una civilización socialista china en una comunidad de destino para la humanidad”.
Durante su discurso en el marco de la ceremonia para conmemorar el centenario del PCCh el 1 de julio de 2021, Xi hizo la siguiente declaración: “A través de la ininterrumpida lucha de todo el Partido y el pueblo de todas las etnias del país, hemos cumplido el objetivo de lucha fijado para el primer centenario, culminando la construcción integral de una sociedad modes- tamente acomodada en el extenso territorio chino, con la cuestión de la pobreza absoluta ya históricamente resuelta, y que estamos avanzando con desbordante vigor hacia el objetivo de lucha fijado para el segundo: culminar la construcción integral de un poderoso país socialista moderno”.
En la inauguración del XX Congreso Nacional, el PCCh reveló su plan de cara a la construcción de una China socialista moderna en todos los aspectos para los próximos cinco años y más.
El PCCh tiene como objetivo llevar a cabo la modernización socialista desde 2020 a 2035; y convertir a China en un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y hermoso desde 2035 hasta mediados de siglo.
Involucrar a la gente
El Congreso Nacional del PCCh es el máximo órgano deliberativo del Partido, el cual se convocó este año del 16 al 22 de octubre.
Aproximadamente 2300 delegados asistieron al Congreso, incluidos líderes del Partido y del Gobierno, oficiales militares y miembros del Partido del nivel primario, como agricultores, técnicos, enfermeras y maestros. Juntos representaron a más de 96 millones de miembros del PCCh y a más de 4,9 millones de organizaciones del Partido de primer nivel.
La labor del Congreso consistió en estudiar y discutir el informe del XIX Comité Central del PCCh, examinar un informe de trabajo de la XIX Comisión Central de Control Disciplinario del PCCh, deliberar y adoptar una enmienda a la Constitución del PCCh, y elegir el XX Comité Central del PCCh. Tras el fin del Congreso, el XX Comité Central del PCCh celebró su primera sesión plenaria, durante la cual se eligieron los líderes de más alto rango del Partido, incluido el secretario general del Comité Central del PCCh.
Se recopilaron las opiniones de más de 4700 personas para formular el borrador del informe del XIX Comité Central del PCCh antes de su presentación en el XX Congreso Nacional del PCCh, según Xie Chuntao, vicepresidente de la Escuela del Partido del Comité Central del PCCh.
“Alentaremos la participación ordenada del pueblo en los asuntos políticos y garantizaremos su capacidad para tomar parte en elecciones democráticas, consultas, toma de decisiones, gestión y supervisión de conformidad con la ley”, afirma el informe al XX Congreso Nacional del PCCh.
El informe señala, además, que “la democracia popular es el alma del socialismo y es parte integral de nuestros esfuerzos para construir un país socialista moderno en todos los aspectos”. Además, detalla que “todo el poder del Estado en China pertenece al pueblo” y “apoyamos y garantizamos el ejercicio del poder estatal por parte del pueblo a través de congresos populares”.
La Asamblea Popular Nacional es el órgano supremo del poder estatal, a la vez que las asambleas populares locales de todos los niveles actúan como agencias locales del poder estatal. Todos los órganos administrativos, de control, judiciales y fiscales del Estado son creados por las asambleas populares, ante las cuales son responsables y por las cuales son supervisados.
Más de 2,62 millones de personas se desempeñaron como diputados en asambleas populares de todos los niveles en todo el país, incluidas unas 3000 personas a nivel nacional. Los diputados de las asambleas populares no son necesariamente miembros del Partido.
En las sesiones de la Asamblea Popular Nacional, que generalmente se llevan a cabo en marzo de cada año, los diputados se reúnen para discutir los planes de desarrollo nacional y los problemas que afectan la vida de las personas, con el fin de garantizar que las prioridades de la gente tengan un lugar central dentro de la agenda.
“Hemos de seguir invariablemente el camino del desarrollo político del socialismo con peculiaridades chinas; persistir en la unidad orgánica entre la dirección del Partido, la condición del pueblo como dueño del país y la gobernación de este ajustada a la ley, y mantener la posición protagonista del pueblo, actuando plenamente en reflejo de su voluntad, en garantización de sus derechos e intereses y en activación de vigor creativo”, se lee en el informe.